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Cuando alguno de los miembros del tribunal requiera estudiar con más
detenimiento el asunto se suspende el debate, y tiene un plazo que no exceda
los 30 días, si son varios los Ministros que hicieren la petición y si es sólo uno, el
plazo es de 15 días. (Art. 82)

Cuándo hay acuerdo (Arts. 85 C. O. T.)

Se entiende terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la


parte resolutiva del fallo y sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de
cada uno de los puntos que dicho fallo comprenda.

Según el artículo 72 del Código, hay mayoría legal cuando existe la mayoría
absoluta de los votos conformes de los miembros que concurrieron a la vista de
la causa.

Los acuerdos que celebren los tribunales colegiados son privados. (Art. 81)

Quiénes toman parte en estos acuerdos (Arts. 75 y 79 COT)

Todos los jueces que concurrieron a la vista de la causa. No pueden participar


los que no concurrieron y no podrá tomarse acuerdo si no están todos los que
concurrieron. Con este objetivo el Relator tiene la obligación de dejar constancia
en el expediente del nombre de los Ministros que concurrieron a la vista de la
causa. (Art. 372 Nº 5)

Sin embargo es posible que acontezcan ciertos hechos entre la vista de la causa
y el acuerdo, lo que obliga a realizar una nueva vista de la causa. Estos hechos
están señalados en los Arts. 77 y 78.

Excepción: no se ve de nuevo la causa si el fallo es acordado por el voto


conforme del total de jueces que hayan intervenido en la vista de la causa.

Cómo debe procederse al acuerdo (Art. 83 COT)

El tribunal debe observar el siguiente orden:

1.- El tribunal establece con precisión los hechos de que versa el juicio.

2.- Luego, examina el Derecho.

3.- Finalmente, procede a aplicar el Derecho a los hechos establecidos. (Art. 83)

En qué orden votan los Ministros (Art. 84)

En los acuerdos de los tribunales colegiados da primero su voto el Ministro


menos antiguo, y continuarán los demás, en orden inverso al de su antigüedad.
El último voto será el del Presidente.

Discordia de votos

Es posible que en la celebración del acuerdo no se forme resolución por no existir


la mayoría legal. Se produce entonces el fenómeno procesal de la discordia de
votos. Respecto de éste, hay que examinar si se produce en materia civil o penal.

Materia civil

Esta discordia puede producirse ya sea porque se produjo un empate entre los
miembros que integra el tribunal o por que existe dispersión de votos.

Esta materia se encuentra tratada en los artículos 86 y 87 del Código.

Materia penal

En este caso se aplica el artículo 74 del Código: “Si con ocasión de conocer
alguna causa en materia criminal, se produce una dispersión de votos entre los

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miembros de la Corte, se seguirá las reglas señaladas para los tribunales de


juicio oral en lo penal.”

El artículo 19 del Código, por su parte, señala: “Las decisiones de los tribunales
orales en lo penal se regirán, en lo que no resulte contrario a las normas de este
párrafo, por las reglas sobre acuerdos en las Cortes de Apelaciones contenidas
en los artículos 72, 81, 83, 84 y 89 de este Código.

Sólo podrán concurrir a las decisiones del tribunal los jueces que hubieren
asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral.

La decisión deberá ser adoptada por la mayoría de los miembros de la sala.

Cuando exista dispersión de votos en relación con una decisión, la sentencia o la


determinación de la pena si aquélla es condenatoria, el juez que sostenga la
opinión más desfavorable al condenado debe optar por alguna de las otras.

Si se produce desacuerdo acerca de cuál es la opinión que favorece más al


imputado, prevalece la que cuente con el voto del juez presidente de la sala.

Aprobada la redacción, se firma la sentencia por todos los miembros del tribunal
que concurrieron al acuerdo. Al final se deja constancia del nombre del ministro
que la ha redactado.

De ésta designación de ministro redactor se deja constancia en el proceso, en


una resolución que firman todos los ministros que concurrieron al acuerdo, que
se pasa al conocimiento de las partes.

También el Secretario deja constancia en los autos, mediante una certificación,


acerca de la fecha en que el Ministro entregue redactado el proyecto de
sentencia.

Las Cortes de Apelaciones deben dictar sentencia en el plazo de 30 días,


contados desde el término de la causa.

En la sentencia se debe expresar nominalmente qué miembros han concurrido


con su voto a formar sentencia, qué miembros han tenido un voto disidente. De
éste se deja constancia en un libro especial que se lleva con esa finalidad. Ese
libro queda en Secretaría y según el Art. 89 puede ser consultado por cualquiera
que demuestre interés en ello.

F.- CORTE SUPREMA

Es el tribunal con más alta jerarquía que existe en el país y tiene la


superintendencia directiva, económica y correccional de todos los tribunales de la
Nación, con la sola excepción del Tribunal Constitucional, del Tribunal Calificador
de Elecciones y de los Tribunales Electorales Regionales.

La Corte Suprema es un tribunal permanente, de carácter colegiado y que ejerce


jurisdicción sobre todo el territorio de la República.

Labor fundamental

La labor fundamental de la Corte Suprema consiste en conocer el recurso de


casación en el fondo y la solicitud de revisión.

Competencia

CORRESPONDE A LA CORTE SUPREMA EN PLENO (ART. 96) y 98

1º. Conocer de algunas contiendas de competencia;

2º. Conocer de las apelaciones que se deduzcan en las causas por desafuero de
las personas a quienes les fueren aplicables los incisos 2º, 3º y 4º del artículo 58
de la Constitución Política;

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3º. Conocer en segunda instancia, de los juicios de amovilidad fallados en


primera por las Cortes de Apelaciones o por el Presidente de la Corte Suprema,
seguidos contra jueces de letras o Ministros de Cortes de Apelaciones,
respectivamente;

4º. Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las


leyes le asignan, sin perjuicio de las que les correspondan a las salas en los
asuntos de que estén conociendo, en conformidad a los artículos 542 y 543. En
uso de tales facultades, podrá determinar la forma de funcionamiento de los
tribunales y demás servicios judiciales, fijando los días y horas de trabajo en
atención a las necesidades del servicio;

5º. Informar al Presidente de la República, cuando se solicite su dictamen, sobre


cualquier punto relativo a la administración de justicia y sobre el cual no exista
cuestión de que deba conocer;
6º. Informar las modificaciones que se propongan a la ley orgánica constitucional
relativa a la Organización y Atribuciones de los Tribunales, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 74 de la Constitución Política;

7º. Conocer y resolver la concesión o revocación de la libertad condicional, en los


casos en que se hubiere impuesto el presidio perpetuo calificado.

La resolución, en este caso, deberá ser acordada por la mayoría de los miembros
en ejercicio.

8º. Conocer de todos los asuntos que leyes especiales le encomiendan


expresamente.

Todos los autos acordados de carácter y aplicación general que dicte la Corte
Suprema deberán ser publicados en el Diario Oficial. (Art. 96)

LAS SALAS DE LA CORTE SUPREMA CONOCEN (Art. 98)

1º. De los recursos de casación en el fondo;

2º. De los recursos de casación en la forma interpuestos contra las sentencias


dictadas por las Cortes de Apelaciones o por un tribunal arbitral de segunda
instancia constituido por árbitros de derecho en los casos en que estos árbitros
hayan conocido de negocios de la competencia de dichas Cortes;

3º. De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas


dictadas por los tribunales con competencia en lo criminal, cuando corresponda
de acuerdo a la ley procesal penal;

4º. De las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por las Cortes
de Apelaciones en los recursos de amparo y de protección;

5º. De los recursos de revisión;

6º. En segunda instancia, de las causas a que se refieren los números 2º y 3º del
artículo 53 y de las resoluciones que recaigan sobre las querellas de capítulos;

7º. De los recursos de queja, pero la aplicación de medidas disciplinarias será de


la competencia del tribunal pleno;

8º. De los recursos de queja en juicio de cuentas contra las sentencias de


segunda instancia dictadas con falta o abuso, con el solo objeto de poner pronto
remedio al mal que lo motiva;

9°. De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para


declarar si concurren las circunstancias que habilitan a la autoridad requerida
para negarse a proporcionar determinada información o para oponerse a la
entrada y registro de lugares religiosos, edificios en que funcione una autoridad
pública o recintos militares o policiales.

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Esta norma debe entenderse referida al artículo 19 del Código Procesal Penal, el
que dispone: “Todas las autoridades y órganos del Estado deberán realizar las
diligencias y proporcionar, sin demora, la información que les requirieren el
ministerio público y los tribunales con competencia penal. El requerimiento
contendrá la fecha y lugar de expedición, los antecedentes necesarios para su
cumplimiento, el plazo que se otorgare para que se llevare a efecto y la
determinación del fiscal o tribunal requirente.

Con todo, tratándose de informaciones o documentos que en virtud de la ley


tuvieren carácter secreto, el requerimiento se atenderá observando las
prescripciones de la ley respectiva, si las hubiere, y, en caso contrario,
adoptándose las precauciones que aseguraren que la información no será
divulgada.

Si la autoridad requerida retardare el envío de los antecedentes solicitados o se


negare a enviarlos, a pretexto de su carácter secreto o reservado y el fiscal
estimare indispensable la realización de la actuación, remitirá los antecedentes al
fiscal regional quien, si compartiere esa apreciación, solicitará a la Corte de
Apelaciones respectiva que, previo informe de la autoridad de que se tratare,
recabado por la vía que considerare más rápida, resuelva la controversia. La
Corte adoptará esta decisión en cuenta. Si fuere el tribunal el que requiriere la
información, formulará dicha solicitud directamente ante la Corte de Apelaciones.

Si la razón invocada por la autoridad requerida para no enviar los antecedentes


solicitados fuere que su publicidad pudiere afectar la seguridad nacional, la
cuestión deberá ser resuelta por la Corte Suprema.

Aun cuando la Corte llamada a resolver la controversia rechazare el


requerimiento del fiscal, por compartir el juicio de la autoridad a la que se
hubieren requerido los antecedentes, podrá ordenar que se suministren al
ministerio público o al tribunal los datos que le parecieren necesarios para la
adopción de decisiones relativas a la investigación o para el pronunciamiento de
resoluciones judiciales.

Las resoluciones que los ministros de Corte pronunciaren para resolver estas
materias no los inhabilitarán para conocer, en su caso, los recursos que se
dedujeren en la causa de que se tratare”; y

10º. De los demás negocios judiciales de que corresponda conocer a la Corte


Suprema y que no estén entregados expresamente al conocimiento del pleno.
(Art. 98)

Organización

A.- Presidente: es elegido por la misma Corte de entre sus miembros y dura 2
años en sus funciones.

Este Presidente tiene ciertas atribuciones fundamentales indicadas en el Art. 105,


sin perjuicio de la que otras disposiciones le otorgan.

B.- Los ministros: la Corte Suprema está compuesta de 21 ministros.

Estos ministros son nombrados por el Presidente de la República, previa


propuesta en quina de la misma Corte y con acuerdo del Senado.

De entre los 21 ministros de la Corte, 5 deben ser abogados extraños a la


administración de justicia. Cuando se trate de llenar un cargo de ministro de
aquellos que corresponden a funcionarios del poder judicial, la quina se
conformará sólo con miembros de esa administración, debiendo figurar el
ministro de Corte de Apelaciones mas antiguo y que figure en lista de mérito.

Si se trata de llenar un cargo de los correspondientes a abogados extraños, la


quina se conforma por la Corte Suprema, de entre los abogados que se
presenten a concurso público para llenar la vacante, con a lo menos 15 años de
titulación y siempre que se hayan destacado en la vida pública o
universitaria.

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C.- El Fiscal Judicial: tiene un fiscal.

El Fiscal Judicial es el jefe de la Fiscalía Judicial y es un auxiliar de la


administración de justicia.

D.- Relatores: tienen la misma misión que los Relatores de las Cortes de
Apelaciones.

E.- Secretario: que es el ministro de fe pública encargado de autorizar


providencias, despachos de la Corte Suprema, así como custodiar las causas,
documentos o papeles que se presenten al tribunal. Para ser secretario es
menester ser abogado.

F.- Pro – Secretario: se nombra a propuesta de la misma Corte Suprema y tal


nombramiento debe recaer en una persona que tenga título de abogado. Este
subroga al secretario en el caso de impedimento o licencia de aquél.

G.- Personal de secretaria: forman parte de la Secretaría de la Corte.

Funcionamiento

La Corte Suprema funciona ordinaria y extraordinariamente dividida en salas


especializadas y también conoce de los asuntos en pleno.

Corresponde a la propia Corte mediante Auto acordado, establecer la forma de


distribución de sus ministros entre las diversas salas de su funcionamiento
ordinario o extraordinario, la que permanece invariable por un periodo de, a lo
menos, 2 años.

La integración de sala es facultativa para el presidente de la Corte. Si opta por


hacerlo puede integrarse a cualquiera de las salas.

Tanto en el funcionamiento ordinario como en el extraordinario las salas deben


funcionar con no menos de 5 jueces cada una y el pleno con la concurrencia de
11 de sus miembros a lo menos. Esto significa que el quórum de las salas se
forma con miembros o ministros y con abogados integrantes y el del pleno sólo
con ministros. Con todo, las Salas de la Corte Suprema no pueden funcionar con
mayoría de abogados integrantes, tanto en su funcionamiento ordinario como
extraordinario.

Tramitación ante la Corte Suprema

La tramitación le corresponde al Presidente del tribunal, es decir, no existe sala


tramitadora.

TRIBUNALES ESPECIALES

1.- JUZGADOS DE FAMILIA

Es una judicatura especializada encargada de conocer los asuntos de que trata la


Ley 19.968, de juzgarlos y hacer ejecutar lo juzgado.

A.- Conformación

Los juzgados de familia tienen el número de jueces que para cada caso señala la
ley que los crea y, cuentan, además, con un consejo técnico, un administrador y
una planta de empleados de secretaría y se organizarán en unidades
administrativas para el cumplimiento eficaz y eficiente de las siguientes
funciones:

1º. Sala, que consiste en la organización y asistencia a la realización de las


audiencias;

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2º. Atención de público, destinada a otorgar una adecuada atención,


orientación e información al público que concurra al juzgado, especialmente a los
niños, niñas y adolescentes, y manejar la correspondencia del tribunal;

3º. Servicios, que reúne las labores de soporte técnico de la red computacional
del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la actividad administrativa, y la
coordinación y abastecimiento de todas las necesidades físicas y materiales para
la realización de las audiencias; y

4º. Administración de causas, que consiste en desarrollar toda la labor relativa


al manejo de causas y registros de los procesos en el juzgado, incluidas las
relativas a las notificaciones; al manejo de las fechas y salas para las audiencias;
al archivo judicial básico, al ingreso y al número de rol de las causas nuevas; a la
actualización diaria de la base de datos que contenga las causas del juzgado, y a
las estadísticas básicas del mismo. (Art. 2º Ley)

B.- Potestad jurisdiccional

Cada juez ejerce unipersonalmente la potestad jurisdiccional respecto de los


asuntos que las leyes encomiendan a los juzgados de familia. (Art. 3º Ley)

C.- Consejo técnico

La función de los profesionales del consejo técnico es la de asesorar, individual


o colectivamente, a los jueces en el análisis y mejor comprensión de los asuntos
sometidos a su conocimiento, en el ámbito de su especialidad.

En cada juzgado de familia existe un consejo técnico interdisciplinario integrado


por profesionales especializados en asuntos de familia e infancia.

Los miembros del consejo técnico son auxiliares de la administración de justicia,


como lo vimos al tratar de dichos auxiliares. (Art. 6º Ley)

D.- Competencia de los juzgados de familia

Es señalada en el artículo 8 de la Ley 19.968.

2.- JUZGADOS DE LETRAS DEL TRABAJO

A.- Organización de los Juzgados de Letras del Trabajo

La estructura y las funciones de los Juzgados del Trabajo es similar a la de los


tribunales con competencia en lo penal y a la de los Juzgados de Familia. Así,
son aplicables a estos juzgados, en cuanto resulten compatibles, las normas del
Código Orgánico de Tribunales para los juzgados de garantía y tribunales de
juicio oral en lo penal sobre comité de jueces, juez presidente, administradores
de tribunales y organización administrativa de los juzgados.

Así, a un número variable de jueces se agregan un Comité de Jueces, presidido


por un Juez Presidente, un Administrador de Tribunal y una planta de jefes de
unidad y empleados de secretaría que se organizan en diversas unidades
administrativas para el cumplimiento eficaz y eficiente de sus funciones.

Estos juzgados se organizan en unidades administrativas para el cumplimiento


eficaz y eficiente de sus funciones. Tales unidades son:

a) De Sala: para la organización y asistencia a la realización de las audiencias;

b) De Atención a Público: destinada a otorgar una adecuada atención,


orientación e información al público que concurra al tribunal y manejar la
correspondencia y custodia del tribunal;

c) De Administración de Causas: desarrolla toda la labor relativa al manejo de


causas y registros de los procesos en el juzgado, incluidas las relativas a las
notificaciones, al manejo de las fechas y salas para las audiencias, al archivo
judicial básico, al ingreso y al número de rol de las causas nuevas, a la

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actualización diaria de la base de datos que contenga las causas del juzgado y a
las estadísticas básicas del mismo;

d) De Servicios: reúne las labores de soporte técnico de la red computacional


del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la actividad administrativa del mismo, y
la coordinación y abastecimiento de todas las necesidades físicas y materiales
que requiera el procedimiento; y (Art. 6º)

e) De Cumplimiento: en aquellos Juzgados de Letras del Trabajo, con


competencia en territorios jurisdiccionales en que no tenga competencia un
Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional, existirá también una Unidad de
Cumplimiento, que desarrolla las gestiones necesarias para la adecuada y cabal
ejecución de las resoluciones judiciales y demás títulos ejecutivos de
competencia de estos tribunales. (Art. 6 bis Ley 20.022)

B.- Competencia de los Juzgados de Letras del Trabajo

Estos juzgados tienen competencia para conocer los siguientes asuntos:

a) Las cuestiones suscitadas entre empleadores y trabajadores por


aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y
aplicación de los contratos individuales o colectivos del trabajo o de las
convenciones y fallos arbitrales en materia laboral.

Esta norma contiene la esencia misma de las cuestiones que son de


competencia exclusiva de los Juzgados del Trabajo.

Así, son de competencia de los Juzgados del Trabajo los conflictos que se
susciten por el término de una relación de carácter laboral; la procedencia o
improcedencia de las causales invocadas por el empleador al momento del
despido; la determinación o precisión de los montos que debe pagar el
empleador al trabajador por concepto de indemnizaciones; el cumplimiento o
incumplimiento de las obligaciones legales de cualquier de las partes de un
contrato laboral y la calificación de su entidad, etc.

También corresponde a estos juzgados conocer los asuntos que se susciten


respecto a la interpretación o aplicación de los contratos laborales, como por
ejemplo, la aplicación de sanciones disciplinarias en contra de los trabajadores
por falta cometidas en el desempeño de sus funciones; la correspondencia o no
de beneficios específicos estipulados en los contratos, ya sean estos individuales
o colectivos; etc.

b) Las cuestiones derivadas de la aplicación de las normas sobre


organización sindical y negociación colectiva que la ley entrega al
conocimiento de los juzgados de letras con competencia en materia del
trabajo.

El Código del Trabajo establece las normas que regulan la conformación,


constitución y funcionamiento de las distintas organizaciones de carácter sindical
y entrega la resolución de los asuntos que se susciten en aplicación de estas
normas a los Juzgados del Trabajo.

Así, le compete conocer a estos tribunales cuestiones tales como la resolución de


la reclamación que presenten las organizaciones sindicales a las observaciones
que realice la Inspección del Trabajo respecto de los defectos de sus estatutos o
el procedimiento de constitución del sindicato; la resolución de los conflictos por
aplicación de las normas sobre fuero sindical; etc.

También les compete el conocimiento y resolución de las infracciones por


prácticas antisindicales, así como de las infracciones por prácticas desleales que
se cometan en los procesos de negociación colectiva, sin perjuicio de las
excepciones legales que entreguen el conocimiento de estos asuntos a otros
tribunales.

c) Las cuestiones derivadas de la aplicación de las normas de previsión o


de seguridad social, planteadas por pensionados, trabajadores activos o

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empleadores, salvo en lo referido a la revisión de las resoluciones sobre


declaración de invalidez o del pronunciamiento sobre otorgamiento de
licencias médicas.

Tanto el Código del Trabajo, como un conjunto de leyes especiales, reconocen a


los Juzgados del Trabajo competencia para conocer y resolver las cuestiones o
reclamaciones que resulten de la aplicación o interpretación de las normas sobre
previsión o seguridad social que sean presentadas por trabajadores o
empleadores.

Así, las reclamaciones presentadas por trabajadores en contra de la aplicación e


interpretación que hicieren las entidades administrativas competentes sobre
normas de previsión o seguridad social, deben ser conocidas y resueltas por
estos juzgados, al igual que las infracciones que se cometan a esas leyes
especiales.

No obstante lo anterior, existe jurisprudencia uniforme de los tribunales


superiores que establece que las reclamaciones presentadas por personas que
no tienen la calidad de trabajadores no son de competencia de los tribunales del
trabajo. Así, los asuntos sobre reliquidación de pensiones, postulación a
beneficios de seguridad social y cualquier otra presentación efectuada por ex-
trabajadores, jubilados o pensionados, no compete a estos tribunales.

d) Los juicios en que se demande el cumplimiento de obligaciones que


emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión o
seguridad social otorguen mérito ejecutivo.

En aquellas jurisdicciones donde no exista un Juzgado de Cobranza Laboral y


Previsional, corresponderá a los Juzgados del Trabajo el cumplimiento y
ejecución de los títulos a los que la legislación laboral o de seguridad social les
reconozcan mérito ejecutivo.

e) Las reclamaciones que procedan contra resoluciones dictadas por


autoridades administrativas en materias laborales, previsionales o de
seguridad social.

De acuerdo a la ley laboral existe una cantidad importantes de procedimientos


administrativos de reclamación por incumplimiento de las normas laborales, ya
sean de origen legal o contractual, que se presentan ante organismos
administrativos laborales, previsionales o de seguridad social, como la Inspección
del Trabajo, la Superintendencia de Seguridad Social o la Superintendencia de A.
F. P.

Cada vez que un trabajador o empleador presenta una reclamación ante estas
instituciones, se inicia un procedimiento de carácter administrativo en el cual
éstas resuelven el asunto sometido a su conocimiento, mediante la dictación de
un acto administrativo que generalmente recibe el nombre de resolución. Esta
resolución generalmente puede ser impugnada ante los Juzgados del Trabajo.

Así ocurre, por ejemplo, con la resolución de la Inspección del Trabajo que
resuelve el reclamo del trabajador por el cambio unilateral de la naturaleza de los
servicios prestados por parte del empleador o con los reclamos presentados a
propósito de la determinación de las labores continuas que requieren alterar la
norma sobre descanso entre jornadas; la determinación de las faenas en las que
no se permiten las horas extras; etc.

f) Los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del


empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales, con excepción de la responsabilidad extracontractual a la
cual le será aplicable lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744.

El conocimiento y resolución de los juicios donde se intente hacer efectiva la


responsabilidad del empleador como consecuencia de la ocurrencia de
accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, es de competencia de los
Juzgados del Trabajo, salvo la excepción expresa que establece, la que se
refiere al caso en que el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo del

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empleador o de un tercero, situación en la cual la víctima y las demás personas a


quienes el accidente o enfermedad haya causado daño pueden reclamar al
empleador o terceros responsables del accidente todas las indemnizaciones a
que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho civil,
incluyendo el daño moral, siendo competente para conocer de estas acciones, el
Juez de Letras Civil correspondiente.

g) Todas aquellas materias que las leyes entreguen a juzgados de letras


con competencia laboral. (Art. 420)

En las comunas que no sean territorio jurisdiccional de los Juzgados de Letras


del Trabajo, conocerán de las materias señaladas en el artículo precedente, los
Juzgados de Letras en lo Civil. (Art. 421)

C.- Tribunal competente

Es juez competente para conocer de estas causas el del domicilio del


demandado o el del lugar donde se presten o se hayan prestado los servicios, a
elección del demandante, sin perjuicio de lo que dispongan leyes especiales. (Art.
422)

3.- JUZGADOS DE COBRANZA LABORAL Y PREVISIONAL

Son órganos con el número de jueces y con la competencia que en cada caso se
indica. (Art. 8º)

El artículo 9º alude a la planta de personal de estos órganos jurisdiccionales.

A.- Organización de los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional

El artículo 12 dispone que los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional se


organizan en unidades administrativas para el cumplimiento eficaz y eficiente de
sus funciones. Las unidades son:

a) De Atención a Público: para otorgar una adecuada atención, orientación e


información al público que concurra al tribunal y manejar la correspondencia y
custodia del mismo;

b) De Administración de Causas: para desarrollar la labor relativa al manejo de


causas y registros de los procesos en el juzgado, incluidas las relativas a las
notificaciones, al archivo judicial básico, al ingreso y al número de rol de causas
nuevas, a la actualización diaria de la base de datos que contenga las causas del
juzgado y a las estadísticas básicas del mismo;

c) De Liquidación: para efectuar los cálculos, con especial mención del monto
de la deuda, reajustes e intereses y eventualmente las multas que determine la
sentencia; y

d) De Servicios: reúne las labores de soporte técnico de la red computacional


del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la actividad administrativa, y la
coordinación y abastecimiento de todas las necesidades, físicas y materiales, que
requiera el procedimiento.

B.- Competencia de los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional

Estos juzgados conocen de los juicios en que se demande el cumplimiento de


obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión
o seguridad social otorguen mérito ejecutivo y, especialmente, la ejecución de
todos los títulos ejecutivos regidos por la ley Nº 17.322, relativa a la cobranza
judicial de imposiciones, aportes y multas en los institutos de previsión.

El conocimiento de esas materias corresponde, sin embargo, a los Juzgados de


Letras del Trabajo en aquellos territorios jurisdiccionales en que no existan
Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional.

4.- LOS TRIBUNALES MILITARES EN TIEMPO DE PAZ

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En tiempo de paz, la jurisdicción militar es ejercida por los Juzgados


Institucionales, los Fiscales Militares, las Cortes Marciales y la Corte
Suprema. (Art. 13 C. J. M.)

Los Juzgados Institucionales están constituidos por el Juez Militar, asesorado por
su Auditor y asistido por su Secretario. (Art. 20 C. J. M.)

Los fiscales militares son los funcionarios encargados de la sustanciación de


los procesos y formación de las causas de la jurisdicción militar en primera
instancia.

3°. CORTES MARCIALES

Existe una Corte Marcial del Ejército, Fuerza Aérea y Carabineros, con
asiento en Santiago, y una Corte Marcial de la Armada, con sede en
Valparaíso.

La primera está integrada por dos Ministros de la Corte de Apelaciones de


Santiago, por los Auditores Generales de la Fuerza Aérea y de Carabineros y
por un Coronel de Justicia del Ejército, en servicio activo.

La Corte Marcial de la Armada está integrada por dos Ministros de la Corte de


Apelaciones de Valparaíso, por el Auditor General de la Armada y por un
Oficial General en servicio activo de esta Institución.

Los integrantes que no sean Ministros de Corte de Apelaciones gozarán de


inamovilidad por el plazo de tres años, contado desde que asuman sus
funciones, aunque durante la vigencia del mismo cesaren en la calidad que los
habilitó para el nombramiento.

Cada Corte es presidida por el más antiguo de los Ministros de Corte de


Apelaciones respectiva, y en caso de ausencia o inhabilidad legal de éste, por el
otro Ministro de Corte de Apelaciones que la integre como titular. (Art. 48 C. J.
M.)

Los Ministros de Corte de Apelaciones que deban integrar las Cortes Marciales
son designados anualmente, por sorteo de entre sus miembros, el que se
practicará por los Presidentes de los respectivos Tribunales, con asistencia del
Secretario, dentro de la última semana del mes de enero de cada año. (Art. 51 C.
J. M.)

Estas Cortes también cuentan con secretario y relatores.

La Corte Marcial del Ejército, Fuerza Aérea y Carabineros se reunirán


ordinariamente tres veces a la semana, y la Corte Marcial de la Armada, dos, y
los días y horas en que funcionen serán fijados el primer día hábil de cada año.

Sin perjuicio de lo anterior, las Cortes podrán aumentar por un período


determinado, cuando razones de mejor servicio así lo requieran, el número de
audiencias de la semana.

Por su parte, los Presidentes deberán disponer la convocatoria a audiencias


extraordinarias cuando se trate de asuntos que por mandato legal deban verse
con urgencia y no exista para el día de la convocatoria audiencia ordinaria.
También podrán hacerlo cuando la importancia de causas pendientes exija
audiencia continuada.

Las audiencias de las Cortes Marciales deberán verificarse en diferentes horas


que las de funcionamiento de las Cortes de Apelaciones.

Competencia

En segunda instancia

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1.- De las causas que conozcan en primera instancia los Juzgados Institucionales
que de ellas dependan;

2.- De las causas que conozca en primera instancia alguno de los Ministros de la
misma Corte. (Art. 58 C. J. M.)

En única instancia

1.- Resolver las contiendas de competencia entre los Juzgados de su territorio


jurisdiccional;

2.- Pronunciarse en las solicitudes de implicancia o recusación contra los Jueces


Institucionales;

3.- Conocer de los recursos de amparo deducidos en favor de individuos


detenidos o arrestados en virtud de orden de una autoridad judicial del fuero
militar en su carácter de tal. (Art. 60 C. J. M.)

4°. CORTE SUPREMA

La Corte Suprema, integrada por el Auditor General del Ejército o quien deba
subrogarlo, conoce de las causas de la justicia militar y corresponde el ejercicio
de las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas en relación con la
administración de la justicia militar de tiempo de paz. (Art. 70-A C. J. M.)

TRIBUNALES ARBITRALES

Los tribunales arbitrales son aquellos servidos por jueces árbitros y se llaman
árbitros los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en
subsidio, para la resolución de un asunto litigioso. (Art. 222)

Fuentes del arbitraje

Se entiende por fuente el origen de la obligación de someter un asunto al


conocimiento y decisión de los jueces árbitros.

Desde este punto de vista las fuentes son la voluntad de las partes y la ley.

1.- Voluntad de las partes

Dicha voluntad se manifiesta en el sentido de sustraer el conocimiento de un


determinado asunto de la jurisdicción ordinaria y entregarla a la decisión de un
juez árbitro.

Esta sustracción a la justicia ordinaria puede hacerse a través de dos actos


jurídicos distintos, que son: (a) El contrato de compromiso; y (b) La cláusula
compromisoria.

(a) El contrato de compromiso

Es una convención por la cual las partes sustraen determinados asuntos


litigiosos, presentes o futuros, al conocimiento de la justicia ordinaria y la
someten a fallo de uno o más árbitros que designan.

En este caso, las partes no sólo renuncian a que ciertos asuntos sean conocidos
por la justicia ordinaria, sino que, además, en el mismo acto, nombran con toda
precisión a la persona que va a ser árbitro y va a decidir el conflicto.

Este contrato de compromiso es solemne, puesto que según el artículo 234 debe
constar por escrito.

Como sucede en toda convención, hay elementos que son de su esencia, es


decir, sin los cuales o no produce efecto alguno o degeneran en otro acto
diferente.

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Hay también elementos que son de su naturaleza, vale decir, que no siendo
esenciales se entienden pertenecerle sin necesidad de cláusula especial y que
por consiguiente pueden faltar.

Según el artículo 234, el contrato de compromiso debe contener las siguientes


menciones:

Cláusulas esenciales

 1.- El nombre y apellido de las partes litigantes;

 2.- El nombre y apellido del árbitro nombrado; y

 3.- El asunto sometido al juicio arbitral.

Cláusulas de la naturaleza

 1.- Las facultades que se confieren al árbitro; y

 2.- El lugar y el tiempo en que el árbitro debe desempeñar sus funciones.

Estas menciones tienen el carácter de esenciales las tres primeras, como lo


destaca el artículo 234 inciso segundo. En cambio, la mención cuarta, es de la
naturaleza del contrato de compromiso, puesto que si las partes nada dicen, la
ley se encarga de suplir ese silencio.

• Si las partes nada dicen en qué calidad es nombrado el árbitro, se entiende


que es árbitro de derecho. (Art. 235)

• Si falta la expresión del lugar, se entiende que es el lugar en que se ha


celebrado el contrato de compromiso.

• Si falta la designación del tiempo, se entiende que este debe cumplirlo en el


término de 2 años, contados desde su aceptación.

En cuanto al plazo hay que hacer dos precisiones:

1.- Si se dicta sentencia dentro del plazo, ésta puede notificarse válidamente, aún
cuando este plazo haya expirado. Asimismo, el árbitro está facultado para dictar
las providencias pertinentes de los recursos que se interpusiesen; y

2.- Si durante el arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior
o paralizar el procedimiento por resolución de esos tribunales, el plazo se
entiende suspendido mientras dure el impedimento.

(b) La Cláusula compromisoria

Es una convención por la cual las partes sustraen determinados asuntos


litigiosos, presentes o futuros, al conocimiento de la justicia ordinaria o lo
someten al juicio del tribunal arbitral obligándose a nombrar árbitro en un acto
posterior.

En este caso, las partes no designan a la persona del árbitro, sino que, se
obligan a hacerlo en un acto posterior.

La persona del árbitro no es determinante para motivar la voluntad de las partes,


sino que, lo que a ellas les interesa, fundamentalmente, es sustraer el
conocimiento de un asunto litigioso del conocimiento de la justicia ordinaria.

El artículo 234, referido a las menciones, no se aplica a la cláusula


compromisoria. No rige para ella la exigencia de que conste por escrito. De modo
que esta cláusula compromisoria tiene un carácter consensual.

Cláusulas esenciales

1.- La individualización de las partes;

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2.- El consentimiento de someterse a un árbitro; y

3.- La determinación del asunto que será sometido a arbitraje.

Cláusulas de la naturaleza los mismos del contrato de compromiso, esto es, las
facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y el tiempo en que éste debe
desempeñar sus funciones.

2.- La ley como fuente del arbitraje

La ley es fuente de arbitraje en todos aquellos casos en que obliga a someter


determinados asuntos al conocimiento de jueces árbitros, es decir, cuando se
trata del llamado arbitraje forzoso. (Art. 227)

Cuando se está frente a la ley como fuente, es la voluntad del legislador la que
impone a los contendientes la necesidad de llevar sus conflictos ante un juez
árbitro.

C.- Calidad de los jueces árbitros

Los jueces árbitros, considerando sus atribuciones pueden ser árbitros de


derecho; árbitros arbitradores o amigables componedores o árbitros mixtos.

Árbitro de derecho: es aquel que falla con arreglo a la ley y se somete tanto en
la tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva a las reglas
establecidas para los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción
deducida. (Art. 223 inciso 2º)
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Árbitro arbitrador o amigable componedor: es aquel que falla obedeciendo a
lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y no está obligado a guardar en su
procedimiento y en su fallo otras reglas que las que las partes hayan expresado
en el acto constitutivo del compromiso y, si estas nada han expresado, se
sujetarán a las normas mínimas señaladas en los artículos 636 y 642 del C. P. C.

Arbitro mixto: árbitro mixto es aquel que tramita como los árbitros arbitradores y
que falla como los árbitros de Derecho.

El artículo 223 inciso 4º, dispone que en los casos en que la ley lo permita,
pueden concederse al árbitro de derecho facultades de arbitrador, en cuanto al
procedimiento, y limitarse, al pronunciamiento de la sentencia definitiva, la
aplicación estricta de la ley.

D.- Requisitos para ser árbitro (Art. 225)

1.- Ser mayor de edad, con tal que tenga la libre disposición de sus bienes y
sepa leer y escribir. Los abogados habilitados para ejercer la profesión pueden
ser árbitros aunque sean menores de edad.

2.- El nombramiento de árbitros de derecho sólo puede recaer en un abogado.

3.- En cuanto al nombramiento de partidor, se estará a lo dispuesto en los


artículos 1323, 1324 y 1325 del Código Civil.

Excepciones: no pueden ser nombrados árbitros para la resolución de un asunto


las personas que litigan como partes en él.

Asimismo, no puede ser nombrado árbitro para la resolución de un asunto el juez


que actualmente estuviere conociendo de él, salvo algunas excepciones (Art.
226).

E.- Nombramiento de los árbitros

Los árbitros pueden ser nombrados por las partes, por la justicia, por el testador
y por la ley.

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1.- Por las partes

Sólo puede tener lugar en el contrato de compromiso o en la cláusula


compromisoria o bien en conflictos que la ley reputa de arbitraje forzoso.

Para que las partes puedan nombrar un árbitro, se requiere el consentimiento


unánime de todos los interesados. (Art. 232 inc. 2°)

Debe también tenerse en cuenta que es un acto solemne, ya que ese


nombramiento debe hacerse por escrito. (Art. 234).

En cuanto a la calidad que puede revestir este árbitro puede ser de derecho,
árbitro arbitrador o árbitro mixto.

Esta libertad de que gozan las partes para otorgar al árbitro, las calidades que
ellos deseen se encuentran limitadas por las capacidades de las mismas partes.

Para nombrar árbitros de Derecho no hay exigencias especiales y pueden existir


incluso incapaces entre los interesados. Se estima frente a esto que los intereses
de los incapaces están suficientemente resguardados habida consideración a las
características que le son propias a este tipo de árbitros.

Si se trata de árbitros arbitradores se requiere que las partes sean mayores de


edad y tengan la libre disposición de sus bienes. (Art. 224)

Si se trata de árbitros mixtos se formula la misma exigencia que para los árbitros
arbitradores, pero por motivos de manifiesta conveniencia los tribunales pueden
autorizar la concesión al árbitro de Derecho de las facultades de tramitar como
arbitradores, aún cuando uno o más personas interesadas sean incapaces. (Arts.
224 inc.2°)

2.- Nombramiento de árbitro por la justicia

Procede cuando no hay acuerdo entre las partes respecto de la persona que
debe desempeñarse como árbitro. (Art. 232 inc. 2°)

La posibilidad de nombramiento de árbitro por la justicia se reduce a dos


alternativas:

 a) Las partes interesadas se encuentran vinculadas por la cláusula


compromisoria; o

 b) Se trata de un asunto de arbitraje forzoso.

Pero, en ambas situaciones los interesados no logran ponerse de acuerdo sobre


la persona del árbitro.

El procedimiento para la designación del árbitro por la justicia se encuentra


contenido en el Código de Procedimiento Civil y es igual al que él señala en el
artículo 414 para el nombramiento de peritos.

En resumen, el tribunal cita a las partes a una audiencia que tiene lugar con sólo
las que asistan y en la cual se fija, primeramente por acuerdo de las partes o en
su defecto por el tribunal, el número de árbitros que deban nombrarse, la calidad
aptitudes o títulos que deban tener, y el punto o puntos materia del informe.

Si en ese comparendo las partes no se ponen de acuerdo sobre la persona del


árbitro, procede a nombrarlo el juez y, en ese caso, no puede recaer esa
designación en ninguna de las dos primeras personas que hayan sido propuestas
por ambas partes.

Se presume de derecho que las partes no están de acuerdo cuando no concurren


todas a la audiencia a la cual fueron citadas. En este caso, el juez efectúa la
designación de la persona del árbitro, pero, está sujeto en esta designación a las
siguientes limitaciones:

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a) No puede nombrar a ninguna de las dos primeras personas propuestas por


cada una de las partes. (Art. 232 inc. 2° COT y 414 inc. 2° CPC)

b) Debe nombrar a un solo árbitro, a menos que las partes estén de acuerdo en
que se nombre a más de uno.

c) Debe respetar en el nombramiento, todas las condiciones que las partes han
estipulado ya sea en la cláusula compromisoria ya sea en este comparendo al
cual fueron citados.

3.- Nombramiento de árbitro por el testador

El artículo 1324 del Código Civil permite que, tratándose del juicio de partición
de bienes, que es un asunto de arbitraje forzoso, el árbitro pueda nombrarlo el
causante, sea por instrumento público entre vivos, sea por testamento.

Este nombramiento que puede llevar a efecto el testador es solemne, no sólo


porque debe constar por escrito, sino porque, también requiere de un instrumento
público.

4.- Nombramiento de árbitro por la ley

No todos los tratadistas están de acuerdo en que la ley sea la que designa un
árbitro.

Hay asuntos o materias que la ley somete a la competencia de ciertos tribunales,


que ella misma establece en forma permanente y a las cuales les ordena conocer
y juzgar de sus asuntos como árbitro. Es la propia ley que la designa el juez
compromisario.

Así sucede con la Superintendencia de Compañías de Seguros, que debe en


ciertas ocasiones actuar como árbitro arbitrador.

La mayoría opina que si se da esta situación se está frente a un verdadero


tribunal especial que tiene el carácter de permanente, que han sido creados por
la ley y que no tienen en consecuencia la calidad de tribunal arbitral.

La aceptación del cargo

Las personas que son designadas árbitros tienen la libertad para decidir si
aceptan o no tal cometido. La negación por lo general no acarrea consecuencias
perjudiciales en contra del no aceptante.

La necesidad de aceptar el cargo la indica el artículo 236, según el cual, el árbitro


que acepta el encargo debe declararlo así.

Esta aceptación del cargo de árbitro tiene importancia, ya que desde ese
momento existe la obligación de desempeñarlo. (Art. 240 inc. 1°)

Aún cuando nada dice la ley sobre el particular esta aceptación debe ser por
escrito, ya sea que conste en el expediente o en la escritura en que las partes lo
designen.

Por esta aceptación el árbitro se obliga frente a las partes, aun respecto de
aquellas que no intervinieron en su nombramiento y adquiere la obligación de
desempeñarlo.

Juramento

La aceptación del cargo que debe realizar el árbitro no basta para que pueda dar
inicio a su cometido, pues debe, además, jurar que lo desempeñará con la debida
fidelidad y en el menor tiempo posible. (Art. 236)

La falta de juramento produce la nulidad de todo lo obrado, porque el árbitro no


tiene este carácter mientras no preste el juramento. Esa nulidad es de carácter
procesal y debe hacerse valer antes de que se dicte sentencia o bien puede

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hacerse valer después de dictada la sentencia a través del recurso de casación


en la forma.

F.- Organización de los tribunales arbitrales

Los tribunales arbitrales están constituidos por el juez y por el actuario.

El actuario es la persona encargada de autorizar las resoluciones y los actos del


árbitro; es el ministro de fe del tribunal arbitral.

En relación a este actuario y considerando la calidad que puede investir un juez


árbitro, es posible efectuar los siguientes alcances:

Si es un juez árbitro de derecho: todas las actuaciones del juicio, deben


hacerse ante un ministro de fe designado por el árbitro y si en el lugar donde se
sigue el juicio no hay ministro de fe, el árbitro designa actuario a cualquier
persona.

Si el juez es un árbitro partidor: en ese caso los actos de él deben ser en todo
caso autorizados por un secretario de los tribunales superiores de justicia o por
un notario o bien por un secretario de un juzgado de letras. (Arts. 648 C. P. C.)

Si el juez es un árbitro arbitrador o mixto: hay que estarse en primer término a


lo acordado por las partes sobre este aspecto.

Si las partes nada han dicho, queda entregado al criterio del árbitro practicar solo
o con la asistencia de un ministro de fe, los actos de substanciación que decrete
en el juicio. (Art. 639 C. P. C.)

La sentencia definitiva que dicten, necesariamente debe ser autorizada por un


ministro de fe o por dos testigos, en su defecto. (Art. 640 C. P. C.)

G.- Expiración de las funciones de los árbitros

Normalmente las funciones de los árbitros expiran con el pronunciamiento de la


sentencia arbitral.

Sin perjuicio de lo anterior, el artículo 240 señala distintos motivos que permiten
hacer cesar la obligación de seguir desempeñando la función de árbitro:

1.- Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o a otros


árbitros solicitando la resolución del negocio;

2.- Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes;


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3.- Si contrajesen enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus funciones;

4.- Si por cualquiera causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el
juicio; y

5.- El compromiso concluye por revocación hecha por las partes, de común
acuerdo, de la jurisdicción otorgada al compromisario.

H.- Clases de arbitraje

De los distintos elementos o factores de la competencia absoluta, el único que


interesa tratándose de tribunales arbitrales es el factor materia.

Pueden distinguirse tres clases de arbitraje:

Asuntos de arbitraje prohibido: estas cuestiones son aquellas que no pueden


ser sometidas a arbitraje, porque normalmente puede estar comprometido el
interés general. (Arts. 229-230) Ejemplos: alimentos, derecho de pedir separación
de bienes entre marido y mujer, causas criminales, los asuntos no contenciosos,
etc.

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Asuntos de arbitraje forzoso: estas son cuestiones que, necesariamente,


deben resolverse por árbitros, sin perjuicio que los interesados puedan
resolverlos por sí mismos de común acuerdo, cuando todos los interesados
tengan la libre disposición de sus bienes. Ejemplo: partición de bienes. (Art. 227)

Asuntos de arbitraje voluntario: aquellas que las partes pueden o no someter a


arbitraje según les parezca. Estas cuestiones constituyen la regla general. Al
legislador le es indiferente que se juzguen o conozcan por la justicia ordinaria o
por la justicia arbitral.

I.- Cómo conocen de las materias los árbitros

Los árbitros pueden conocer de un asunto en única, primera o segunda instancia


dependiendo de lo que estipulen las partes.

Si nada expresan ellas, y tratándose de árbitros de derecho, hay una segunda


instancia pues tramitan y fallan igual que un juez ordinario.

Segunda instancia en juicio arbitral

Hay que ver la calidad que invista al árbitro:

Si se trata de un árbitro de derecho: el recurso de apelación es plenamente


procedente, salvo que las partes lo hayan excluido.

Conoce de él, el tribunal que habría conocido del mismo si se hubiera interpuesto
en un juicio ordinario o bien lo puede conocer un tribunal arbitral de segunda
instancia designado por las partes. (Art. 239 inciso 1º)

Si es árbitro mixto: opera lo mismo.

Si es árbitro arbitrador: el recurso de apelación sólo tiene lugar cuando las


partes en el instrumento constitutivo del compromiso, han expresado que se
reservan dicho recurso para otros árbitros del mismo carácter y designan las
personas que deben desempeñar este cargo. (Art. 239 inciso 2º)

J.- Pluralidad de Árbitros

Las partes cuando obran de común acuerdo, pueden nombrar uno o más
árbitros. Cuando nombran más de un árbitro se habla de pluralidad de árbitros.

Las partes no sólo pueden nombrar a varios árbitros, sino que, también pueden
nombrar un tercer árbitro que dirima las discordias que se produzcan entre los
árbitros nombrados.

Estas partes también pueden autorizar a los árbitros que ellos designan para que
nominen a este tercero. (Art. 233)

Ese tercer árbitro recibe el nombre de tercero en discordia.

Cuando los árbitros son dos o más, todos ellos deben concurrir al
pronunciamiento de a sentencia así como a cualquier acto de substanciación del
juicio, a menos que las partes acuerden otra cosa. (Arts. 630 y 641 C. P. C. y Art.
237 COT)

Si estos árbitros no se ponen de acuerdo, se reúnen con el tercero en discordia y


la mayoría pronuncia resolución. (Art. 237)

LOS AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

1.- FISCALÍA JUDICIAL

La fiscalía judicial es ejercida por el fiscal judicial de la Corte Suprema, que será
el jefe del servicio, y por los fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones.

2.- DEFENSORES PÚBLICOS

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Son auxiliares de la administración de justicia encargados de defender ante los


tribunales, los derechos e intereses de los menores, de los incapaces, de los
ausentes y de las obras pías o de beneficencia.

3.- LOS RELATORES

Son aquellos auxiliares de la administración de justicia que tienen por misión


imponer a los Tribunales Superiores de Justicia de los asuntos que éstos deben
conocer.

4.- LOS SECRETARIOS

Los secretarios son ministros de fe pública encargados de autorizar, salvo las


excepciones legales, todas las providencias, despachos y actos emanados de
aquellas autoridades, y de custodiar los procesos y todos los documentos y
papeles que sean presentados a la Corte o juzgado en que cada uno de ellos
debe prestar sus servicios. (Art. 379)

5.- LOS ADMINISTRADORES DE TRIBUNALES CON COMPETENCIA EN LO


CRIMINAL

Los administradores de tribunales con competencia en lo criminal son


funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados de organizar y
controlar la gestión administrativa de los tribunales orales en lo penal y de los
juzgados de garantía. (Art. 389 A)

6.- LOS RECEPTORES

Son ministros de fe pública encargados de hacer saber a las partes, fuera de las
oficinas de los secretarios, las resoluciones de los tribunales de justicia y evacuar
todas aquellas diligencias que los mismos tribunales les cometieren.

7.- LOS PROCURADORES DEL NÚMERO

Son auxiliares de la administración de justicia, encargados de representar en


juicio a las partes y, por ende, son una especie de mandatarios judiciales.

8.- LOS NOTARIOS

Son ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los


instrumentos que ante ellos se otorguen; de dar a las partes interesadas los
testimonios que pidan; y de practicar las demás diligencias que la ley les
encomiende.

El instrumento de mayor importancia que otorgan los notarios son las escrituras
públicas.

Escritura pública es el instrumento público o auténtico otorgado con las


solemnidades que fija el Código Orgánico de Tribunales, por el competente
notario, e incorporado en su protocolo o registro público. (Art. 403)

Forma de otorgar las escrituras públicas

1.- Las escrituras públicas deben escribirse en idioma castellano y estilo claro y
preciso, y en ellas no pueden emplearse abreviaturas, cifras ni otros signos que
los caracteres de uso corriente, ni contener espacios en blanco;

2.- Se pueden emplear palabras de otro idioma que sean generalmente usadas o
como términos de una determinada ciencia o arte;

3.- El notario debe inutilizar, con su firma y sello, el reverso no escrito de las
hojas en que se contenga una escritura pública o de sus copias; (Art. 404)

4.- Las escrituras públicas pueden ser extendidas manuscritas, mecanografiadas


o en otra forma que leyes especiales autoricen.

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5.- Deben indicar el lugar y fecha de su otorgamiento; la individualización del


notario autorizante y el nombre de los comparecientes, con expresión de su
nacionalidad, estado civil, profesión, domicilio y cédula de identidad, salvo
en el caso de extranjeros y chilenos radicados en el extranjero, quienes pueden
acreditar su identidad con el pasaporte o con el documento de identificación con
que se les permitió su ingreso al país;

6.- Además, el notario al autorizar la escritura indica el número de anotación que


tenga en el repertorio, la que se hace el día en que sea firmada por el primero de
los otorgantes; (Art. 405)

7.- Las escrituras deben ser rubricadas y selladas en todas sus fojas por el
notario;

Carece de valor el retiro unilateral de la firma estampada en el instrumento, si


éste ya lo ha suscrito otro de los otorgantes. (Art. 406)

8.- Si alguno de los comparecientes o todos ellos no supieren o no pudieren


firmar, lo hará a su ruego uno de los otorgantes que no tenga interés contrario,
según el texto de la escritura, o una tercera persona, debiendo los que no firmen
poner junto a la del que la hubiere firmado a su ruego, la impresión del pulgar de
la mano derecha o, en su defecto, el de la izquierda. El notario debe dejar
constancia de este hecho o de la imposibilidad absoluta de efectuarlo.

Se considera que una persona firma una escritura o documento no sólo cuando
lo hace por sí misma, sino también en los casos en que supla esta falta en la
forma señalada; (Art. 408)

8.- Siempre que alguno de los otorgantes o el notario lo exijan, los firmantes
dejarán su impresión digital en la forma indicada en el artículo anterior; (Art. 409)

9.- No es obligatorio insertar en la escritura documentos de ninguna especie, a


menos que alguno de los otorgantes lo requiera.

Si en virtud de una ley debe insertarse en la escritura determinado documento, se


entiende cumplida esta obligación con su exhibición al notario, quien deja
constancia de este hecho antes o después de la firma de los otorgantes
indicando la fecha y número del documento, si los tiene y la autoridad que lo
expidió; y el documento es agregado al final del protocolo; (Art. 410)

10.- Se tiene por no escritas las adiciones, apostillas, entrerrenglonaduras,


raspaduras o enmendaduras u otra alteración en las escrituras originales que no
aparezcan salvadas al final y antes de las firmas de los que las suscriban.

Corresponde al notario, salvar las adiciones, apostillas, entrerrenglonaduras,


raspaduras o enmendaduras u otra alteración en las escrituras originales; (Art.
411)

SON NULAS LAS ESCRITURAS PÚBLICAS

A.- Que contengan disposiciones o estipulaciones a favor del notario que las
autorice, de su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos; y

B.- Aquellas en que los otorgantes no hayan acreditado su identidad en alguna


de las formas establecidas en el artículo 405, o en que no aparezcan las firmas
de las partes y del notario.

12.- Las escrituras de constitución, modificación, resciliación o liquidación de


sociedades, de liquidación de sociedades conyugales, de partición de bienes,
escrituras constitutivas de personalidad jurídica, de asociaciones de canalistas,
cooperativas, contratos de transacciones y contratos de emisión de bonos de
sociedades anónimas, sólo pueden ser extendidas en los protocolos notariales
sobre la base de minutas firmadas por algún abogado.

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El notario debe dejar constancia en las escrituras del nombre del abogado
redactor de la minuta. La omisión de esta exigencia no afecta la validez de la
escritura. Estas obligaciones no rigen en los lugares donde no hubiere abogados
en un número superior a tres;

13.- El notario autoriza las escrituras una vez que éstas estén completas y hayan
sido firmadas por todos los comparecientes. (Art. 413)

C.- Las protocolizaciones

Protocolizar es el hecho de agregar un documento al final del registro de un


notario, a pedido de quien lo solicita. (Art. 415)

Para que la protocolización surta efecto legal debe dejarse constancia de ella en
el libro repertorio el día en que se presente el documento, en la forma establecida
en el artículo 430.

El documento protocolizado sólo puede ser desglosado del protocolo en virtud de


decreto judicial. (Art. 418)

El hecho de protocolizar un instrumento le confiere fecha cierta pues, sin perjuicio


de lo dispuesto en el artículo 1703 del Código Civil, la fecha de un instrumento
privado se cuenta respecto de terceros desde su anotación en el repertorio con
arreglo al presente Código. (Art. 419)

D.- Las copias de escrituras públicas y documentos protocolizados y de los


documentos privados

Sólo pueden dar copias autorizadas de escrituras públicas o documentos


protocolizados el notario autorizante, el que lo subroga o suceda legalmente o el
archivero a cuyo cargo esté el protocolo respectivo. (Art. 421)

Las copias pueden ser manuscritas, dactilografiadas, impresas, fotocopiadas,


litografiadas o fotograbadas.

En ellas debe expresarse que son testimonio fiel de su original y llevan la fecha,
la firma y sello del funcionario autorizante. El notario debe otorgar tantas copias
cuantas se soliciten. (Art. 422)

Los notarios pueden autorizar las firmas que se estampen en documentos


privados, siempre que den fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes
y dejen constancia de la fecha en que se firman. Se aplicará también en este
caso la regla del artículo 409 (impresión digital).

Los testimonios autorizados por el notario, como copias, fotocopias o


reproducciones fieles de documentos públicos o privados, tienen valor en
conformidad a las reglas generales. (Art. 425)

9.- LOS CONSERVADORES

Son ministros de fe encargados de los registros conservatorios de bienes raíces,


de comercio, de minas, de accionistas de sociedades propiamente mineras, de
asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial, de especial
de prenda y demás que les encomienden las leyes.

Los registros que ellos llevan han sido creados por distintas leyes y
reglamentados.

Entre ellos podemos nombrar el Registro de Bienes Raíces que se compone de


cuatro libros:

 a) Repertorio;

 b) Registro de propiedad;

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 c) Registro de hipotecas y gravámenes; y

 d) Registro de interdicciones y prohibiciones de enajenar.

En lo que respecta a su remuneración perciben derechos de los interesados,


conforme al respectivo arancel. (Art.492)

10.- LOS ARCHIVEROS

Son ministros de fe pública encargados de la custodia de los documentos


expresados en el Código y de dar a las partes interesadas los testimonios que de
ellos pidieren.

11.- LOS CONSEJOS TÉCNICOS

Los consejos técnicos son organismos auxiliares de la administración de justicia,


compuestos por profesionales en el número y con los requisitos que establece la
ley, cuya función es asesorar individual o colectivamente a los jueces con
competencia en asuntos de familia, en el análisis y mayor comprensión de los
asuntos sometidos a su conocimiento en el ámbito de su especialidad.

12.- LOS BIBLIOTECARIOS JUDICIALES

Son auxiliares de la administración de justicia cuya función es la custodia,


mantenimiento y atención de la Biblioteca de la Corte en que desempeñen sus
funciones, así como las que el tribunal o su Presidente le encomienden en
relación a las estadísticas del tribunal.

BASES DE ORGANIZACIÓN DE LOS TRIBUNALES

Las bases de organización de los tribunales son ciertos principios fundamentales


sobre los cuales descansa toda la organización judicial.

Estas bases fundamentales determinan la estructura del Poder Judicial, reglan


el ejercicio de la jurisdicción y le señalan a los magistrados las normas de
acuerdo a las cuales deben actuar ministerialmente.

Algunos principios se encuentran en la Constitución Política de la República, y


otros en el Código Orgánico de Tribunales y son los siguientes: 1°.
Independencia; 2°. Inamovilidad; 3°. Responsabilidad; 4°. Legalidad; 5°.
Territorialidad; 6°. Pasividad; 7°. Sedentariedad; 8°. Inavocabilidad; 9°.
Publicidad; 10°. Gratuidad; y 11°. Gradualidad.

1.- Independencia (Arts. 7 y 76 C. P. R.; 12 C. O. T, y 222 C. P.)

Es el principio máximo de la organización judicial en virtud del cual el ejercicio de


la jurisdicción compete exclusiva y privativamente a los tribunales establecidos en
la ley, a los cuales no les es lícito mezclarse en las atribuciones conferidas a los
demás poderes públicos.

2.- Inamovilidad (Arts. 80 inc. 1° de la C. P. de la R. y 217 C. O. T.)

La inamovilidad es el derecho que asiste a los jueces para no ser removidos de


sus cargos, mientras tengan el buen comportamiento exigido por la Constitución
Política

Excepciones

No obstante que los jueces gozan de esta inamovilidad hay ciertos casos en que
los jueces pueden ser destituidos de sus cargos, con lo cual cesan en su
inamovilidad. Es posible distinguir entre estas formas, causales o motivos, los
que dicen relación con:

a) Delitos cometidos por el juez;

b) Mal comportamiento de los jueces; y

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c) Formas, motivos o causales de orden constitucional.

3.- Responsabilidad (Art. 79 Constitución y arts. 13 y 324 a 331 C. O. T.)

La responsabilidad judicial es aquella que nace con ocasión o motivo del


desempeño de las funciones de los jueces, sea por omisión de lo que deben
hacer o por hacer lo que deben omitir, transgrediendo con ello sus deberes
ministeriales.

Este es una aplicación del concepto o principio de responsabilidad general que


afecta a los funcionarios por los actos abusivos que cometen en el ejercicio de su
autoridad.

Este principio constituye una norma básica del Derecho Público.

Como se hace efectiva esta responsabilidad

La manera de hacer efectiva esta responsabilidad depende de la naturaleza de la


falta o abuso que cometa el juez. Se distinguen así, distintos tipos de
responsabilidad:

a) Responsabilidad Disciplinaria o Administrativa

Esta responsabilidad se hace efectiva cuando el juez comete una falta o abuso
en el ejercicio de sus funciones. Esta falta o abuso no alcanza a constituir delito,
no hay falta en el sentido penal.

Se hace efectiva de dos formas:

1.- De oficio, a través de las facultades disciplinarias que corresponde ejercer a


los Tribunales Superiores de Justicia que deben vigilar en su conducta
ministerial a sus inferiores jerárquicos.

2.- A petición de parte, por medio del llamado recurso de queja y de la queja.

b) Responsabilidad Criminal

Un juez puede cometer delitos comunes o ministeriales.

El delito ministerial o funcional es aquel que comete el juez en el desempeño de


su ministerio.

Al estudiar esta responsabilidad criminal de los jueces hay que descartar la


responsabilidad criminal de los jueces que les corresponde por la comisión de
delitos comunes. Por ende, aludimos a la responsabilidad de los delitos
ministeriales. (Art. 79 Constitución y 324 C. O. T.)

c) Responsabilidad Civil

Esta aparece en los artículos 325, 326 y 327 del C. O. T.

Tiene por objeto obtener la indemnización de los daños causados por el delito o
cuasi delito ministerial cometido por el juez, y que en el evento de tratarse de un
tribunal colegiado afecta solidariamente a todos los jueces que lo hubieran
cometido.

d) Responsabilidad Política

Es aquella que afecta a los miembros de los tribunales superiores de justicia,


cuando sus miembros incurren en "notable abandono de deberes."

4.- Legalidad. (Arts. 19 N° 3, incisos 4 y 5; 76 inc. 1° y 77 Constitución y Art. 1 C.


O. T.)

Podemos manifestar que este principio comprende las siguientes circunstancias:

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a) La organización y atribuciones de los tribunales, las que deben fijarse por ley,
agregando aquella prohibición de que nadie puede ser juzgado por comisiones
especiales.

b) Tramitación y fallo conforme a derecho, es decir, el debido proceso.

5.- Territorialidad (Art. 7 C. O. T.)

La regla general consiste en que los tribunales pueden ejercer su potestad dentro
del territorio que la ley les haya designado.

Excepciones: es decir, un tribunal puede ejercer sus atribuciones más allá del
territorio que le está asignado. Son:

a) Los exhortos;

b) Inspección personal del tribunal; y

c) Mandamiento de detención o prisión, que es válido en todo el territorio de la


República, sin necesidad de un exhorto previo.

6.- Pasividad (Art. 10 C. O. T.)

Significa que los tribunales no pueden ejercer su ministerio, sino a petición de


parte, salvo en los casos en que la ley los faculta para proceder de oficio.

Este principio constituye la regla general en materia procesal civil, en tanto que
en materia procesal penal rige la atribución oficiosa del tribunal.

Excepciones a la pasividad

1) La nulidad procesal que aparezca de manifiesto en el acto o contrato puede y


debe ser declarada de oficio por el tribunal. (Art. 83 C. P. C.)

2) Las medidas para mejor resolver, que el juez puede dictar en un proceso
cuando las partes han sido citadas para oír sentencia. (Art. 159 C. P. C.)

3) La declaración de incompetencia absoluta.

4) La corrección de oficio de vicios de procedimiento y la declaración de la


nulidad procesal. (Art. 84 C. P. C.)

5) Las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema pueden anular de oficio las


sentencias en ciertas y determinadas condiciones (casación de oficio, ya sea en
la forma, ya sea en el fondo).

6) El reconocimiento de peritos que puede decretar de oficio el tribunal de


acuerdo con el artículo 412 del C. P. C.

7.- Sedentariedad (Arts. 311 a 314 C. O. T.)

Se establece la obligación que tienen los jueces de residir constantemente en la


ciudad o población donde tenga asiento el tribunal en que deban prestar sus
servicios.

A esta obligación se le conoce también con el nombre de obligación de


residencia.

También implica este principio que los jueces deben asistir todos los días a su
despacho y permanecer en él, desempeñando su cometido, durante 4 horas
como mínimo si el despacho de las causas se encuentra al día, o 5 horas, a lo
menos, si ese despacho está atrasado.

Para las Cortes de Apelaciones, su territorio está constituido por comunas o


agrupaciones de comunas.

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Esta obligación de residencia y de asistencia diaria cesa durante los días


feriados, esto es, los días que la ley determina como tales y el período de
vacaciones que se extiende desde el 1 de febrero hasta el 1er día hábil de
marzo.

Esta obligación de asistencia y residencia subsiste durante estos días festivos y


durante el feriado judicial respecto de los jueces con competencia criminal.

Durante el llamado feriado judicial deben, en todo caso, funcionar los jueces en lo
civil para conocer de ciertos asuntos civiles respecto de los cuales no operó este
feriado o que sólo opera parcialmente. (Art. 314 C. O. T.)

8.- Inavocabilidad (Arts. 76 C. P. R. y 8 C. O. T.)

Avocarse, significa entrar a conocer del negocio por propia iniciativa sin que las
partes ejerciten ningún recurso para llevarlo a su conocimiento.

Los tribunales tienen prohibición de avocarse al conocimiento de un asunto


pendiente ante otro tribunal.

Por excepción, la ley puede conferir en determinadas situaciones la posibilidad


que un tribunal entre a conocer, es decir se avoque al conocimiento de un asunto
pendiente ante otro tribunal.

Así, los artículos 560 y 561 del C. O. T. contemplan que los tribunales superiores
pueden decretar visitas extraordinarias a los juzgados y pueden facultar al
Ministro visitador para que se avoque al conocimiento de las causas que allí se
encuentren pendientes.

En todo caso, la intervención de ese Ministro visitador es la de un tribunal de


primera instancia y, por ende, sus fallos son susceptibles de ser revisados.

9.- Publicidad (Arts. 9 y 380 N° 3 C. O. T.)

La publicidad es la facultad que la ley le confiere a toda persona para imponerse


de las actuaciones judiciales, aun cuando no sea litigante interesado en ello, a
través de los medios que la misma ley franquea.

Excepciones a la publicidad

Por consideraciones de interés público o por la necesidad de mantener la reserva


sobre algún litigio, habida su consideración de naturaleza especial, el legislador
ha consagrado ciertas excepciones a esta base fundamental de la publicidad:

a) Acuerdos de los tribunales colegiados; (Art. 81 C. O. T.)

b) Piezas del expediente que por motivo fundado se mandan tener en reserva;
(Art. 34 C. P. C.)

c) Pliego de posiciones antes de que se preste la confesión en la diligencia de


absolución de posiciones. (Art. 386 C. P. C.)

10.- Gratuidad

La administración de justicia es gratuita en el sentido de que los litigantes no


tienen que remunerar al juez que va a decidir su conflicto.

Los jueces son funcionarios públicos que paga el Estado.

Esta gratuidad hay que entenderla referida respecto de los jueces que conforman
el Poder Judicial, pues hay jueces árbitros a quienes las partes deben pagar sus
honorarios una vez cumplido su cometido.

Las partes litigantes deben solucionar, deben pagar los derechos que
correspondan a los auxiliares de la administración de justicia, que por algún

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motivo tengan injerencia en el litigio o gestión no contenciosa. Así por ejemplo, si


interviene un Receptor la parte que lo ha requerido debe pagarle los derechos
que correspondan; igual ocurre con el Conservador de Bienes Raíces, Notario,
etc.

No obstante, es posible que en ciertas situaciones la parte o interesado goce de


absoluta gratuidad en todas las tramitaciones del litigio. Ello tiene lugar cuando el
litigante interesado goza del privilegio de pobreza.

11.- Gradualidad (Art. 188 C. O. T.)

Por regla general, los tribunales al tramitar los negocios sometidos a su


conocimiento lo hacen en dos grados o instancias.

Para lograr hacer efectivo este principio existe en Chile una organización
jerárquica de los tribunales de justicia. Así, existen tribunales de primera instancia
y de segunda instancia, siendo las Cortes de Apelaciones los tribunales de
segunda instancia por excelencia.

El fundamento de esta base se encuentra en el deseo de la ley de evitar


resoluciones injustas o arbitrarias, a la vez de satisfacer el anhelo de todo
litigante de poder hacer revisar las resoluciones que le causen un agravio.

Dentro de nuestra organización judicial, la doble instancia constituye la regla


general. Excepcionalmente, los asuntos se conocen y fallan en única instancia.

La instancia es el grado jurisdiccional que comprende el estudio de los puntos


de hecho y de derecho de un conflicto debatido ante un determinado tribunal.

Luego, la instancia constituye un grado jurisdiccional, y el tribunal de segunda


instancia conociendo del asunto fallado en primera instancia puede confirmar,
revocar o modificar ese fallo de primera instancia. Esta segunda instancia se
genera por el recurso de apelación e importa la continuación del pleito ya
iniciado.

LOS ABOGADOS

Son personas revestidas por la autoridad competente de la facultad de defender


ante los tribunales de justicia los derechos de las partes litigantes. (Art. 520)

La definición es incompleta, puesto que la defensa de los derechos de las partes


ante los tribunales de justicia, es sólo una de las funciones que puede realizar un
abogado.

El título de abogado es otorgado en audiencia pública por la Corte Suprema


reunida en tribunal pleno, previa comprobación y declaración de que el
candidato reúne los requisitos legales. (Art. 521)

En la audiencia indicada, después que el postulante preste juramento de


desempeñar leal y honradamente la profesión, el Presidente de la Corte, de viva
voz, lo declara legalmente investido del título de abogado.

De lo actuado se levanta acta autorizada por el secretario en un libro que se lleva


especialmente con este objeto.

Enseguida se entrega al abogado el título o diploma que acredite su calidad de


tal, firmado por el presidente del tribunal, por los ministros asistentes a la
audiencia respectiva y por el secretario. (Art. 522)

Requisitos para ser abogado

 1º. Tener 20 años de edad;

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 2º. Tener el grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas otorgado por una


Universidad, en conformidad a la ley;

 3º. No haber sido condenado ni estar actualmente acusado por crimen o simple
delito que merezca pena aflictiva;

 4º. Antecedentes de buena conducta, pudiendo la Corte Suprema practicar las


averiguaciones que estime necesarias acerca de los antecedentes personales del
postulante; y

 5º. Haber cumplido satisfactoriamente una práctica profesional por 6 meses en


las corporaciones de asistencia judicial a que se refiere la Ley N° 17.995,
circunstancia que deberá acreditarse por el Director General de la respectiva
Corporación.

Las Corporaciones de Asistencia Judicial, para este efecto, pueden celebrar


convenios con el Ministerio Público y con la Defensoría Penal Pública.

Esta obligación de la práctica profesional se entiende cumplida por los


postulantes que sean funcionarios o empleados del Poder Judicial o de los
tribunales del trabajo, por el hecho de haber desempeñado sus funciones durante
5 años, en las primeras cinco categorías del escalafón del personal de
empleados u oficiales de secretaría. (Art. 523)

Los chilenos y los extranjeros residentes que hayan cursado la totalidad de sus
estudios de derecho en Chile, pueden ejercer la profesión de abogado, lo cual se
entiende sin perjuicio de lo que dispongan los tratados internacionales vigentes.
(Art. 526)

Las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo pueden hacerse
por un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.

Excepciones: los postulantes que estén realizando su práctica para obtener el


título de abogado en las Corporaciones de Asistencia Judicial creadas por la Ley
Nº 17.995, pueden hacer tales defensas ante las Cortes de Apelaciones y
Marciales en favor de las personas patrocinadas por esas entidades. Para estos
fines el representante de ellas debe otorgar al postulante un certificado que lo
acredite como tal. (Art. 527)

Por último, cabe señalar que el acto por el cual una persona encomienda a un
abogado la defensa de sus derechos en juicio, es un mandato, que se halla
sujeto a las reglas establecidas en el Código Civil sobre los contratos de esta
clase, salvo que no termina por la muerte del mandante el mandato de los
abogados. (Arts. 528 y 529)

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