Plan Terapeútico de Divorcio
Plan Terapeútico de Divorcio
Plan Terapeútico de Divorcio
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN.
“PROMOCIÓN DE PRÁCTICAS EDUCATIVAS PARA
PROMOVER LA PARENTALIDAD POSITIVA EN
FAMILIAS DE PROGENITORES DIVORCIADOS”
Curso 2016/2017
1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN…………………………………………....4
2. MARCO TEÓRICO…………………………………………………………………8
3. METODOLOGÍA………………...…………………………………………….…..21
4. RESULTADOS.………………………………………..………………………..…27
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………69
ANEXOS……………………………………………………………………………….73
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Resumen
Palabras clave
3
1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
Es indudable que, hoy día, existe una gran diversidad también en cuanto a las
configuraciones familiares y la dinámica de las mismas. Así, los padres y madres ya no
se corresponden con el enfoque de “nuclearización” aplicado por Flaquer (1999), que
reducía el conjunto familiar al padre, madre e hijos, siendo el varón quien tenía la
prevalencia jerárquica y la autoridad frente al resto de miembros (Barajas, 2015). Esta
misma persona da al niño o niña el papel de sujeto de derechos y responsabilidades cuya
protección en la infancia es el interés principal en caso de conflicto. Volviendo a los
modelos de familia propuestos por Flaquer (1999), sitúa a la familia postpatriarcal como
la menos institucional y en la que mayor libertad y posibilidad de desarrollo hay por parte
de ambos cónyuges. La realidad de que tanto padre como madre cuenten con iguales
oportunidades de estudios y empleo, a la vez que se defienden y realzan los derechos de
la mujer, conlleva a un individualismo dentro de la esfera privada, siempre que los
capitales de los cónyuges estén también igualados. Los factores que se citan, apoyados
por distintos cambios demográficos, políticos y sociales, influyen en que dentro de los
matrimonios se puedan desarrollar diferentes modos de vida y que, de ahí, se den más
separaciones (Roussel, 1980, cit. en Flaquer, 1999).
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Por lo que se refiere a las familias monoparentales (donde los niños viven con un
solo progenitor), las cuales experimentaron un auge cuando comenzó la gran oleada de
separaciones y divorcios en los años setenta, eran catalogadas como problemáticas para
la sociedad (Castells, 1993). Sin embargo, cada vez es más frecuente la convivencia de
este tipo de familias en nuestro país, y en su mayoría formadas con una mujer al frente,
por lo que se comienza a poner en uso el término de hogares monomarentales.
Principalmente, se trata de mujeres separadas, aunque también son solteras o viudas
(Morgado y Román, 2015). En los últimos años ha aumentado la proporción de hogares
monomarentales por libre elección, gracias a distintas vías actualmente vigentes para
alcanzar la maternidad, como la adopción o las técnicas de reproducción asistida o
biológica (Morgado y Román, 2015). Mientras tanto, y sin poder desarmarnos de ciertos
mitos aún usuales, como el que comentábamos al principio del párrafo sobre la
problemática social que suponen los hogares monoparentales, son muchos los estudios
que demuestran la óptima funcionalidad de estas formas familiares, las cuales pueden
estar reforzadas incluso por buenas relaciones y lazos emocionales efectivos (Morgado,
2008). En relación con la proporción de hogares que resultan de los casos de divorcio, en
la mayoría de las ocasiones la custodia es atribuida a las madres (69,9 %), seguidas de las
custodias compartidas (24,7 %), del padre (5,1 %) y otros (0,4 %) (Instituto Nacional de
Estadística, 2016).
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el programa “Escuelas de Familias” (Ayuntamiento de Sevilla, 2014). En un plano
similar, las Escuelas de Padres pretenden conseguir objetivos referidos al análisis de la
familia, la dotación de recursos formativos y educativos a padres y madres, e incluso a la
participación activa en el proceso de enseñanza y aprendizaje desde los distintos roles
familiares (Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, 2000). Por todo ello,
es de extrañar que aún exista una notable carencia, dentro de estas nuevas escuelas, en lo
que se refiere a programas dirigidos a progenitores divorciados para orientarlos sobre
cómo llevar a cabo el proceso de divorcio de la forma menos contraproducente posible.
Habría que mencionar, además, que cada vez se potencia más, por parte de diferentes
instituciones, la promoción de la parentalidad positiva debido a los beneficios obtenidos
del ejercicio parental bajo dicho enfoque (Jiménez e Hidalgo, 2016).
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prácticas docentes, incorporando procesos de reflexión en la acción y la aplicación
contextualizada de experiencias y programas de validez bien fundamentada.
Además, dentro de las competencias del mismo Plan de Estudios, tanto generales
como específicas, se persiguen conseguir, fundamentalmente:
Competencias generales
Competencias específicas
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2. MARCO TEÓRICO
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depresión. Otros aspectos relacionados con la depresión de la mujer suelen ser, según
Hilton y Devall (1997, cit. en Cantón et al., 2007), la pérdida de ingresos y el estrés
económico. Por el contrario, este mismo autor concluyó que los hombres, no custodios,
con mayor frecuencia se lamentaban más adelante, y que esto era causa más de la pérdida
de los hijos e hijas y de su vida familiar y no tanto de su relación matrimonial, lo que
expresaban indirectamente a través de acciones más normalizadas socialmente. Es
interesante citar a Amato (2003, cit. en Cantón et al., 2007) cuando explica que las madres
con custodia por lo general, al contar con más labores, dedica un menor tiempo a los hijos
e hijas y emplea prácticas de crianza más desautorizadas, pudiendo generar conflictos con
ellos. A esto añaden, Hetherington, Bridges e Insabella (1998, cit. en Cantón et al., 2007),
la posible existencia de prácticas educativas no favorecedoras a partir de las nuevas
circunstancias; por ejemplo, las madres con custodia podrían experimentar una
disminución en la disciplina y autoridad que ejercen con respecto a sus hijos e hijas.
Llegados a este punto, se puede afirmar que no todos los adultos se adaptan de la
misma manera a la experiencia del divorcio, lo que puede verse reflejado en el modo en
que ejercen las prácticas educativas con respecto a sus hijos e hijas. Maccoby y Martin
(1983, cit. en Muñoz, et al., 2015) diferencia principalmente cuatro formas en el modo de
ejercer la paternidad o maternidad: de forma democrática, permisiva/indulgente,
autoritaria y desinteresada/indiferente. De un modo resumido, los padres y madres
democráticos basan la educación en el afecto y en la comunicación, a la vez que
establecen límites, normas y consecuencias claras, de forma argumentada, y tienden a
promover los comportamientos positivos de los niños y niñas; los padres y madres
autoritarios destacan por su alto grado de control-exigencias y tienden a usar el castigo y
las prohibiciones, mientras que ofrecen pocas muestras de afecto y comunicación; los
estilos educativos permisivos muestran un alto grado de afecto y comunicación,
careciendo de exigencias y normas; por último, el estilo negligente se caracteriza por una
menor implicación en la educación de los hijos e hijas, mostrando bajos niveles tanto de
afecto-comunicación como de control-exigencias. Hetherington y Kelly (2005)
diferencian, de un modo similar, entre cuatro estilos educativos: de forma responsable,
permisiva, autoritaria y desinteresada/negligente. Según las características que exponen
de cada uno de ellos, estos estilos se corresponderían con los de la clasificación anterior
siguiendo su mismo orden (responsable-democrática, permisiva/indulgente-permisiva,
autoritaria-autoritaria y desinteresada/indiferente-desinteresada/negligente). Tal y como
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defienden en su libro, la paternidad responsable sería la ideal, basándose en un equilibrio
entre control y afecto, y promoviendo un significativo efecto de protección ante el estrés
en los niños y niñas; mientras que los estilos permisivos y, sobre todo, los autoritarios o
negligentes, harían a los hijos e hijas más vulnerables a los riesgos y las situaciones
estresantes provocados por el divorcio.
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también otras revelan efectos positivos de la nueva situación familiar, especialmente
sobre la competencia cognitiva y social.
Por otro lado, resulta conveniente destacar varios apuntes, que nos proporcionan
algunos estudios, y que difieren de lo expuesto arriba. Así, se han percibido cambios
ciertamente más significativos en el ajuste de menores de progenitores divorciados como,
por ejemplo Emery (1999) constata que el niño o niña puede experimentar un mayor nivel
de autoestima cuando su padre o madre se apoya en él o ella para buscar un consuelo,
haciéndole sentir que es necesario para el bienestar de dicho progenitor; Hetherington y
Kelly (2005), en relación con el ajuste emocional y comportamental, explican que el paso
de los niños y niñas a la inseguridad emocional, junto con los diferentes cambios que
muchos y muchas experimentan (cambios de vivienda e incluso de barrio, menor nivel
económico, desorden, etc.) conllevan a romper con el bienestar de los y las menores,
pudiendo generar ansiedad, desobediencia, una excesiva dependencia, o incluso
comportamientos regresivos, como mojar la cama. También añaden la posibilidad de que
hijos e hijas se sientan culpables del divorcio parental y experimenten miedos por
sensación de abandono; Morgado y González (2012) encontraron en su estudio, como
mencionamos anteriormente, que la competencia académica de los y las menores de
progenitores divorciados contaban con una media algo por encima que la del resto de
niños y niñas de familias biparentales; sin embargo, habría que resaltar que los tutores
tenían una mejor valoración de éste último grupo; finalmente, con respecto a la
competencia cognitiva y social, autores como Hetherington (1997; 2003, cit. en Justicia
y Cantón, 2007) expresan que los y las menores de progenitores divorciados tienen más
problemas en las relaciones sociales, tanto con sus familiares como con sus iguales, lo
que incluiría una mayor negatividad e incluso agresiones. De este modo, se encuentran
diferencias en el ajuste infantil de los y las menores de progenitores divorciados, en
comparación con niños y niñas pertenecientes a tipos de familias tradicionales, pero éstas
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no resultan ser significativas. Finalmente, Morgado (2008) afirma que el ajuste infantil
dependerá, no tanto del divorcio en sí mismo, como de otras variables que actúan como
factores de riesgo o de protección ante la adaptación a la nueva situación familiar.
Ahora bien, al atender a las variables que estaban modulando el ajuste infantil, se
han encontrado y seleccionado algunas que ejercen influencia sobre dicho ajuste; estas
pertenecen a distintos sistemas ambientales, según la teoría ecológica-sistémica. Entre las
variables ligadas al propio niño se destacan la edad y el género. Con respecto a la edad,
Morgado (2003) justifica la importancia de la concepción que niños y niñas tienen del
divorcio, lo que depende en gran parte de la etapa evolutiva en que se encuentren. En la
misma línea, Cantón y Justicia (2007) añaden que la edad modula también la capacidad
de los y las menores de controlar el estrés frente a la nueva situación familiar. Con
respecto a la etapa de Educación Primaria, Morgado (2003) recoge de varios estudios que,
concretamente entre los 9 y 12 años, los y las menores ya son generalmente más capaces
de entender que el divorcio va más allá del distanciamiento físico, a la vez que disminuye
el sentimiento de culpabilidad propio y se entiende que la ruptura es definitiva. Se
considera que los y las menores de estas edades pueden verse más afectados por
sentimientos depresivos, la preocupación por no pasar tanto tiempo con el progenitor no
custodio y el temor de verse reemplazados (Cantón y Justicia, 2007). En cuanto al género
estos destacan también que los niños varones suelen caer en desórdenes
comportamentales y las chicas en problemas internalizantes, como la depresión. No
obstante, los datos obtenidos en los diferentes estudios que abarcan esta variable no llegan
a un consenso, señalándose a su vez la importancia de otras variables que también
intervienen en las diferencias de género encontradas (Morgado, 2008).
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exista una buena relación entre los progenitores y sus hijos e hijas o, en su defecto, con
uno de los progenitores. Esto supondría un notable factor de protección en la adaptación
de los y las menores tras el divorcio.
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el problema. Por otro lado, en cuanto a la edad, Stover (2005, cit. en Cortés y Cantón,
2013) afirma que la violencia perjudicará los procesos de autorregulación emocional si
se viven a la misma vez, pudiendo provocar dificultades en la resolución de conflictos y
en las relaciones de amistad.
Así mismo, los autores encuentran una relación bidireccional entre las
desavenencias entre la pareja y la conducta externalizante del niño o niña, aumentando el
riesgo de conflictividad como si de un ciclo cerrado se tratara. Concretamente, resulta
interesante introducir aquí la hipótesis de la transferencia o «spillover», propuesta por
autores como Sturge-Apple, Davies y Cummings (2006), la cual formaliza la transmisión
de las emociones entre los subsistemas familiares, pudiendo provocar también reacciones
agresivas de padres a hijos, especialmente cuando acaban de tener un enfrentamiento con
el otro progenitor (Cortés, 2007); el proceso de triangulación, incluido por Cortés (2013),
en el que el progenitor transforma al hijo en su apoyo emocional en el que descargar su
estrés, e incluso pueden ser ambos padres los que mediaticen los conflictos matrimoniales
o ex conyugales usando a su hijo (Fosco y Grych, 2010, cit. en Cortés, 2013); y también
el conflicto de lealtades (Lucas, Leroy y Quevedo, 2003), denominado así el
posicionamiento del niño o niña a favor de un progenitor y contra el otro, esto generado
cuando este primer progenitor tacha la figura de su ex cónyuge y pretende hacer cómplice
a su hijo o hija de dicha acción. Los y las menores se podrían encontrar entonces
inmóviles dentro de una situación que inevitablemente les hace daño. Finalmente, estos
autores explican la aparición de un posible proceso de desdoblamiento de personalidad,
en el que el niño o niña actúe de modo distinto en función del progenitor con quien se
encuentre. Por último, cabría mencionar que las estrategias de afrontamiento que
desarrollen los progenitores, en mayor o menor grado tendrán que ver con aquellas que
empleen sus hijos e hijas. Así mismo, Morgado (2008) asegura que el uso de unas u otras
estrategias influirá en el ajuste de los hijos e hijas ante la nueva situación familiar,
concibiendo c las estrategias de afrontamiento como percepciones que una persona genera
sobre sí misma y sobre la manera y herramientas con que afronta el estrés (Scheier y
Carver, 1987, cit. en Morgado, 2008).
Para finalizar el presente análisis de las variables que modulan el ajuste infantil
tras el divorcio, se aúnan los dos últimos sistemas ambientales (exosistema y
macrosistema) para hablar acerca de la influencia de contar con apoyo social, encargado
de mediar e intervenir con las familias de progenitores divorciados. La legislación y las
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políticas familiares incluyen la disponibilidad y el ofrecimiento de programas y apoyos
específicos de este tipo. Además, es importante resaltar aquí que las expectativas de los
docentes de Educación Primaria sobre el ajuste de niños de padre y madre divorciados
son más bajas en el aula, frente a las de aquellos niños de progenitores casados (Morgado,
Jiménez y González, 2009). El presente trabajo, debido a sus características y prioridades,
pretende ofrecer un nuevo tipo de apoyo en estos últimos niveles sistémicos, basándose
en la intervención y mediación para estas formas familiares.
Existen ciertos condicionantes que llevarán al niño a una mejor o peor adaptación
tras la ruptura de sus padres.; algunos son, por ejemplo, la manera en que conocen la
noticia, la preparación psicológica del mismo, los sistemas de apoyos ajenos a la familia
(como por ejemplo el profesorado, los abuelos y abuelas, familiares, etc.) y la disminución
de los conflictos en el hogar, sin olvidarnos de las características personales e individuales
de cada criatura (Hetherington, 2003, cit. en Justicia y Cantón, 2007). Pese a que estos
rasgos permitan por lo general, incluso desde antes del divorcio oficial, un ajuste
adecuado de los vínculos familiares, el estrés se introduce casi de forma inevitable en la
mayoría de los casos.
La situación que vivan los niños y niñas de padres divorciados, así como el
microsistema familiar entero, varía en función de multitud de factores influyentes a lo
largo del tiempo. Se conocen cuatro variables relacionadas con las características de los
propios niños y niñas y que intervienen en su posterior ajuste, como lo son el género, la
edad, el temperamento y la cognición social. Además, el fenómeno del divorcio permite
generar factores de resistencia y afrontamiento por parte de los hijos e hijas, con el fin de
lograr una adecuada adaptación pese a la situación negativa y conflictiva entre sus
progenitores y en el hogar (Cortés y Cantón, 2010). Si bien, algunos investigadores
coinciden en que los hijos e hijas de padres divorciados serán más propensos a manifestar
síntomas externalizantes como estrés, cólera, conducta agresiva e incluso depresión, entre
otros; no obstante, dicha inestabilidad de la estructura familiar no condicionará al hijo o
hija a un futuro con peores situaciones académicas o económicas (Justicia y Cantón,
2007). Algunos aspectos de repercusión favorecedora en hijos e hijas a partir de las
competencias parentales que reciban, se detallarán el apartado siguiente al analizar las
conclusiones de diferentes programas que promueven la parentalidad positiva en la
familia.
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2.3. Parentalidad positiva: más allá de la co-parentalidad
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en los padres, quienes generalmente están menos implicados en el bienestar de los hijos
e hijas (Consejo de Europa, 2006). Habría que mencionar también que, como uno de los
impactos que genera la parentalidad positiva en la concepción educativa y familiar, junto
con el trabajo desde el enfoque de prevención y promoción, se amplía el foco de
intervención y apoyo social a todas las familias que los necesiten; esto con el fin de
promover el bienestar y la satisfacción de todos sus miembros con unas prácticas
educativas beneficiosas (Jiménez e Hidalgo, 2016), aspectos relevantes a tener en cuenta
en la intervención que persiga promover parentalidad positiva.
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relativamente directas, que tienen los cambios de los progenitores en los hijos e
hijas. De este modo se determina que:
Es este marco en el que se plantean los objetivos de este trabajo. Así, con este
trabajo se persigue diseñar un programa de intervención dirigido a padres y madres que
estén pasando o hayan pasado por la experiencia del divorcio con el objeto de fomentar y
fortalecer la parentalidad positiva. Dicho programa se contextualiza en el marco
educativo de las escuelas de familias.
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problemas graves de comportamiento y estilos de vida inadecuados durante la
adolescencia.
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3.2. Promover la empatía en las familias para que éstas atiendan a sus necesidades y
supervisen el desarrollo y el comportamiento de los hijos e hijas.
3.3. Fomentar en las familias una base educativa de afecto y seguridad emocional.
3.4. Dar a conocer estrategias comunicativas beneficiosas para la gestión del compor-
tamiento y promover la resolución de conflictos, a través de la comunicación y
el diálogo.
3.5. Facilitar el establecimiento de relaciones positivas y de corresponsabilidad entre
los participantes y sus hijos e hijas, así como entre ambos progenitores.
3.6. Guiar en la elaboración de un plan de disciplina positiva común entre progenito-
res para desarrollar en la familia.
3.7. Fomentar que los progenitores y familiares se sientan satisfechos con las prácti-
cas parentales que desarrollen.
3.8. Revelar la necesidad que tienen todas las familias de contar con apoyo social.
4. Favorecer el bienestar y el disfrute familiar, ajustando las prácticas educativas en base
al ejercicio de la parentalidad positiva.
4.1. Promocionar una mejora de la calidad de los escenarios familiares participantes,
en base al ejercicio de la parentalidad positiva.
4.2. Identificar el estilo democrático como el más favorecedor para la familia.
4.3. Destacar la importancia del ocio y del disfrute familiar.
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3. METODOLOGÍA
Para la elaboración del presente Trabajo de Fin de Grado se ha llevado a cabo una
exhaustiva búsqueda, a partir de artículos científicos, libros y manuales psicoeducativos,
sobre aspectos como la evolución de la familia en los últimos años, distintas situaciones
de divorcio y cómo es percibido éste tanto por los progenitores como por los hijos e hijas,
las necesidades en relación con las nuevas escuelas de familias y sus tipos, así como los
principios y cuestiones que engloba el enfoque de la parentalidad positiva y sus
repercusiones. Además, se ha realizado una revisión sobre los programas dirigidos a las
familias que promueven el desarrollo del rol parental desde dicho enfoque, con el fin de
abarcar aquí buenas prácticas verificadas e intentar asumir algunos retos pendientes en
este campo. Como resultado, con este trabajo se pretende seguir la línea de actuación que
se viene potenciando en los últimos años y que, como se menciona anteriormente, tiene
como base la promoción del ejercicio de la parentalidad positiva, esta vez profundizando
en las necesidades y competencias de las familias de progenitores divorciados. Para ello,
se diseña un programa psicoeducativo de formación y apoyo familiar para padres y
madres divorciados, el cual se contextualiza dentro de las Escuelas de familias. En
concreto, se llevará principalmente una intervención que combina dos niveles de
prevención (según Caplan, 1964, cit. en Ricoy y Feliz, 2002): secundaria y terciaria, es
decir, para detectar las necesidades y desajustes en las familias y poder fortalecerlos con
prácticas educativas satisfactorias, y también para disminuir el grado de consecuencias
negativas por problemas ya asentados en la familia, los cuales no llegarán a desvanecerse
por completo. Esto toma mayor consistencia al mencionar que, según los mismos autores,
se trabajará en dicha escuela, con este programa, a través de acciones especialmente
formativas (ofreciendo un espacio centrado en la reflexión sobre las prácticas educativas
familiares y fortaleciendo diferentes aspectos positivamente) y, en cierta medida,
acciones terapéuticas (con una revisión y un tratamiento más profundos sobre la situación
familiar y subsanando problemas existentes dentro de la misma).
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entre los conocimientos previos y nuevos. Por último, y con una mayor consistencia, se
diseña este programa siguiendo los principios del binomio entre el Enfoque de Prevención
y Promoción y el Enfoque de la Parentalidad Positiva, los cuales coinciden en alzar en
primera instancia el bienestar de niños y niñas, fomentando prácticas educativas basadas
en elementos clave como el afecto, las relaciones sanas, el acompañamiento y la no
violencia. La conjunción de todos estos enfoques teóricos permite aprovechar diferentes
aportaciones de cada uno de ellos y fundamentar así la consecución del objetivo principal
que aquí se presenta.
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también se pretende establecer un clima cálido y de confianza donde las relaciones
y la comunicación fluyan hacia el aprendizaje significativo y su puesta en práctica.
Con respecto a los recursos que el programa requiere, éstos se distinguen en tres
tipos: humanos, materiales y organizativos. El primer tipo de recurso lo forman el
profesional docente y el profesional psicólogo dinamizador. Ambos participan en cada
sesión y sirven de guía y apoyo. Sus funciones son similares y se centran en sensibilizar
y motivar a los participantes, adaptar las sesiones a las necesidades específicas del grupo,
promover la participación activa y evaluar mediante la observación el funcionamiento del
programa, entre otras. En cuanto a los recursos materiales existe un amplio abanico de
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herramientas y documentos que se usarán, desde una sencilla pelota de goma espuma
hasta una Presentación Power Point (PPT de aquí en adelante). De esta forma se pretende
crear una atmósfera dinámica y lúdica para el bienestar y la participación y motivación
de los participantes. Por último, en los recursos de tipo organizativo se encuentran una
sala, la cual esté dotada de sillas, mesas, pizarra y ordenador con proyector, y que a su
vez permita un desplazamiento cómodo y la agrupación de sillas en un círculo,
especialmente para las dinámicas de inicio de sesión.
Se debe agregar una explicación introductoria sobre cómo será la organización del
programa, pues está dividido por áreas de contenido y, a su vez, por sesiones. De este
modo, se organizará una jornada abierta institucional a la que podrá asistir quien lo desee,
en la que se expondrán las bases del programa y los objetivos propuestos, con la intención
principal de dar a conocer el mismo y captar posibles participantes. En esta misma jornada
se entregará un cuestionario a las personas interesadas, en el que se recojan los datos
personales y las características que describan el entorno familiar. El programa en sí cuenta
con un total de dieciséis sesiones, divididas en cuatro áreas de contenido a excepción de
la primera, donde se desarrollará la primera toma de contacto y la presentación entre los
participantes. Las áreas de contenido se encuentran definidas haciendo referencia a cuatro
momentos principales y necesarios en este tipo de familias:
Por otro lado, cada sesión tiene una duración de dos horas, aproximadamente,
repartidas durante cuatro meses, teniendo lugar una sesión por semana. Éstas guardan una
estructura en común: comienzan con una dinámica introductoria, se desarrollan las
actividades y se cierra con una puesta en común acerca de los aprendizajes y
descubrimientos realizados, así como de las posibles limitaciones o dudas que se hayan
podido experimentar. Para una mayor aclaración acerca de la metodología de cada sesión,
conviene destacar algunos aspectos enriquecedores del diseño:
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➢ Las dinámicas introductorias de cada sesión pretenden acercar a los participantes
entre ellos y crear un clima de confianza y comodidad para el próspero desarrollo
de las actividades y un aprendizaje más real y significativo. Estas dinámicas, en
su gran mayoría, sitúan a los participantes en un círculo, sentados o de pie, y con-
sisten en hacer rondas en las que se defina la emoción que sienten con una sola
palabra. Algunas variaciones podrían ser:
o Focalizar la palabra a emitir en relación a qué esperan de la sesión o del
área.
o La creación de una frase acerca de algún aspecto relacionado con el con-
tenido que se vaya a trabajar en la sesión, como sobre cómo se sienten con
sus hijos e hijas.
o El paso de un ovillo mientras se dicen las palabras. Esta variación da lugar
a una red formada entre todos, que podría simular la importancia del com-
promiso grupal, para el que todos son imprescindibles.
➢ En algún momento, dentro de las sesiones que encabezan cada área, el profesional
dinamizador expondrá de forma breve los beneficios que podrán experimentar los
hijos e hijas al desarrollarse los contenidos de dicha área.
➢ En la segunda mitad de la última sesión de cada área se realiza un cuestionario y
una puesta en común como forma de evaluar dicha área. Esto se detallará en el
apartado de Evaluación. En relación con esto, otro aspecto a destacar es que, tras
la evaluación de las áreas 1 y 3 se realizará una convivencia entre los miembros
del grupo para crear una mayor cohesión y tener contacto de forma ajena al pro-
grama, fomentando la motivación durante las siguientes sesiones.
➢ Durante las sesiones del área 3, se elaborará una rúbrica de registro de tareas
diarias de forma individual, en la cual deberán recoger, durante dichas semanas,
diferente información sobre las competencias que modifican en casa y cómo esto
repercute en la familia y en los hijos e hijas. Además, en varias ocasiones deberán
adaptar dicha rúbrica para incluir los nuevos contenidos trabajados, todo ello bajo
la revisión y orientación del dinamizador. Esta técnica simularía el apoyo de tipo
domiciliario, el cual no se realizará de forma física, en un primer momento, por
falta de recursos humanos.
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a las actividades, resultan imprescindibles para poder implantar el programa, como la
elaboración de guías y planes de disciplina positiva.
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4. RESULTADOS
El desarrollo del programa se dividirá entre las distintas áreas del programa ya
numeradas, pretendiendo así una mayor claridad de los pasos y de la progresión de todo
el contenido. Para ello, por cada una de estas áreas se adjuntará un cuadro que refleje los
objetivos de la misma, así como su relación con los contenidos a trabajar, las actividades
y sesiones.
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Actividad 1. “Conociéndonos”
Metodología: Se plantea una metodología activa para que los participantes hagan
preguntas e indaguen sobre sus compañeros.
Descripción:
El dinamizador repartirá tarjetas al azar entre los participantes, las cuales tendrán el
nombre de personajes conocidos que aparezcan por parejas en la historia (Don Quijote
y Sancho Panza, Timón y Pumba, etc.); quienes coincidan con cada pareja formarán
una y tendrán que realizarse preguntas básicas (nombre, hobbies, número de hijos si
los tuviera, etc.) para crear un primer acercamiento entre ellos.
Temporalización: 15 minutos.
Materiales: Sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: sala o aula que permita crear un círculo con las sillas.
Descripción:
Sentados formando un círculo con las sillas, los participantes deberán aportar cuando
les toque (se hablará en el sentido de las agujas del reloj) sus datos personales, en
concreto: nombre y ocupación.
Temporalización: 80 minutos.
Materiales: Fichas de historia personal individuales, sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita crear un círculo con las sillas.
Descripción:
Se realizará de nuevo una ronda en el mismo lugar que se ocupaba en la actividad 2.
Sin embargo, esta vez cada participante tendrá que explicar las características de su
familia y las necesidades de la misma. Toda esta información será recogida por el
dinamizador para rellenar una ficha individual de cada participante y adaptar el diseño
del programa de cara a las próximas sesiones.
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En cuanto a la evaluación de estas actividades, se llevará a cabo mediante el
cuestionario inicial cumplimentado y la puesta en común creada en la actividad 3. Toda
esta información se organizará, como ya se indicó, en una ficha individual sobre la
historia familiar de cada participante. Por último, habría que mencionar que, en esta
primera sesión, entre las actividades 2 y 3, se explicará el objetivo principal del programa
y la estructura del mismo, apoyándose el dinamizador en un PPT (incluido en Anexo 1).
Además, se hablará acerca del compromiso y la confidencialidad que requieren las
sesiones, y se procederá a la afirmación de un pacto de confidencialidad y compromiso.
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SESIÓN 2
Lo que representa la tabla anterior supone que, para que los participantes alcancen
el objetivo 1.1. “Fomentar la autoestima personal”, se desarrollarán las actividades 4 y
5, en las que se abarcarán los siguientes contenidos:
Temporalización: 25 minutos.
Materiales: Notas adhesivas, lápiz/boli, tizas, pizarra, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Docente y profesional dinamizador.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento.
Descripción:
Cada participante tendrá que realizar dos dibujos, cada uno en una nota adhesiva; el
primer dibujo sobre lo primero que se le ocurra al pensar en autoestima alta, y el
segundo en autoestima baja. En la pizarra se clasificarán en dos partes, según el nivel
de autoestima. Durante 5’ los participantes visionarán los diferentes dibujos plasmados,
y se finalizará la actividad extrayendo de los mismos factores principales relacionados
con ambos bloques. Los profesionales guiarán la actividad, verificando los resultados
obtenidos.
Temporalización: 65 minutos.
Materiales: Depresores, sillas.
Recursos Humanos: Profesional dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita crear un círculo con las sillas y
una separación aceptable entre las distintas parejas creadas.
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Evaluación: A través de la observación directa en la puesta en común y reflexión final
de la sesión.
Descripción:
Se comenzará elaborando las parejas de forma aleatoria. Para ello, cada participante
cogerá al azar un depresor, el cual tendrá una figura dibujada. Así, la pareja se formará
por las dos personas que coincidan en la figura. El dinamizador explicará la actividad
brevemente y las parejas se sentarán en sillas. Cada pareja debe estar separada del resto
para crear un espacio de confianza. Durante 5‘, le tocará hablar a la persona cuya figura
sea de mayor tamaño, y explicará a su compañero o compañera qué hace en un día
normal, cómo se siente, qué le preocupa y qué retos tiene. A continuación, los que han
hablado se sentarán, con los ojos cerrados, en un círculo cerrado de sillas en el centro
de la sala. Su pareja se situará detrás apoyando las manos en los hombros del mismo,
y durante 3’ adoptará su rol y se presentará ante todos, contando qué hace a diario y
cómo se siente. Esta primera ronda acabará cuando los que han escuchado su historia
desde la voz de otra persona exprese cómo se ha sentido.
Para la siguiente ronda, los participantes que están de pie rotarán dos puestos hacia su
izquierda, describiendo ahora su situación a la persona que allí se encuentre. Se repite
el proceso y, finalmente, se realiza una puesta en común donde todos podrán aportar
sensaciones, emociones e incluso dificultades apreciadas.
SESIÓN 3
Para que los participantes alcancen los objetivos 1.2. “Desarrollar la propia
autorregulación emocional y la transmisión de emociones” y 1.3. “Emplear y
desarrollar la reflexión en la toma de decisiones”, se desarrollarán las actividades 6 y
7, ya que en ambas se abarcarán todos los contenidos de la sesión, que son:
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Actividad 6. “Ganando en los conflictos”
Temporalización: 80 minutos.
Materiales: Tarjetas con problemática, papel, lápiz/boli, sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento.
Descripción:
La presente actividad consta de tres partes. En la primera de ellas, explicada por el
dinamizador o el docente de forma clara, saldrán tres personas voluntarias y recibirán
una tarjeta. En la tarjeta se expondrá una problemática. Tras unos minutos de reflexión,
cada voluntario deberá leer al resto la problemática en cuestión y explicar cómo se
sentiría y qué haría para salir triunfando de ella. A continuación, se autoevaluará y
reconocerá si propuso la solución adecuada o si, por el contrario, se encontraba cerca
de algún extremo (pasivo o agresivo, por lo general). En este último caso, deberá
optimizar la respuesta y regular sus propias emociones, en todo momento de forma
justificada y oral.
Una segunda parte requerirá la elaboración de dos grupos grandes entre los
participantes, y de la voluntariedad de una pareja de cada uno de estos grupos. Las
distintas agrupaciones, esta vez, serán organizadas por ellos mismos. A continuación,
cada pareja obtendrá una tarjeta con otra problemática y tendrá que pensar y proponer
una respuesta óptima, exponiendo todas sus decisiones ante el grupo al que
pertenezcan. Los observadores deberán escribir qué puntuación (del 0 al 10) le darían
a la solución propuesta, siendo 0 el extremo pasivo y 10 el agresivo.
Finalmente, se realizará el mismo proceso de reflexión que en la primera parte, esta vez
en común, y se compartirán las puntuaciones de los observadores, proponiendo, entre
todos, las modificaciones oportunas para equilibrar la solución de la problemática
planteada.
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ataques de ansiedad. Cuando le preguntáis por qué actúa así, comenta que está
triste por vuestra separación.
Temporalización: 15 minutos.
Materiales: Sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita crear un círculo con las sillas.
Descripción:
Esta tercera sesión concluirá con la creación de un debate guiado a partir de preguntas
que proponen los profesionales, como las siguientes:
- ¿Qué valor tiene la reflexión a la hora de autorregular las emociones?
- ¿Qué beneficios extraemos de la aplicación de la reflexión en la actividad anterior?
- ¿Cómo nos sentimos al actuar sin pensar con calma y obtener resultados negativos?
Con esta última actividad se pretende que los participantes tomen conciencia con
respecto a la importancia de pararnos a reflexionar antes de responder a las
problemáticas que experimentamos, las cuales se dan diariamente.
SESIÓN 4
Para que los participantes alcancen los objetivos 1.4. “Controlar el estrés
parental y familiar de forma eficaz”, se desarrollará la actividad 8, en la que se
trabajarán los siguientes contenidos:
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Actividad 8. “Yo tengo el control”
Temporalización: 80 minutos.
Descripción:
La sala o aula estará ocupada por algunos globos sueltos, los cuales contendrán un trozo
de papel, y estos una causa del estrés parental y familiar escrita. Cada participante
tendrá que explotar uno de los globos y construir una opinión sólida acerca de la causa
que contenga. A continuación, sentados en sillas formando un círculo, cada persona
compartirá su conformidad o disconformidad sobre la causa y pone un ejemplo
(situación o problemática) que la represente. Los argumentos expuestos no se
valorarán, ya que la siguiente parte de la actividad tratará de construir la respuesta ante
el estrés.
Pasados 30’ aprox., el dinamizador, explicará el concepto de afrontamiento, así como
dos tipos de estrategias generalmente usadas para abordar las situaciones que generan
estrés e inseguridad (Aproximación vs. Evitación, según Cortés y Cantón, 2013).
También hará hincapié sobre la importancia de manejar el control. Se permite un
tiempo de margen para resolver posibles dudas acaecidas.
La última parte de la actividad consiste en que cada persona tendrá que escribir en un
papel alguna situación generadora de estrés parental, y la introducirá en una caja. Será
entonces cuando algunos voluntarios (cuyo número dependerá del tiempo que reste)
extraerán una al azar y deberá proponer una estrategia de afrontamiento, la cual será
clasificada en la pizarra de forma común, siguiente los dos tipos antes expuestos.
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SESIÓN 5
Para que los participantes alcancen los objetivos 2.1. “Tomar conciencia acerca
de la culpabilidad percibida por los hijos e hijas durante y tras el divorcio”, 2.2. “.
Fortalecer los vínculos afectivos con los hijos e hijas” y 2.3. “Obtener herramientas
útiles para poder hablar y resolver dudas a los hijos e hijas sobre el divorcio
parental”, se llevarán a cabo tres actividades, de modo que los contenidos de cada una
sean los siguientes:
Temporalización: 15 minutos.
Materiales: Pizarra, tizas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita la creación de un círculo con
sillas.
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Metodología: Se pretende desarrollar una metodología creativa y participativa, para
crear un concepto rico y diverso.
Descripción:
Entre todos los participantes aportarán ideas sobre el concepto de familia, y con la guía
y revisión de un profesional, se compondrá dicho concepto de una forma amplia y se
escribirá en la pizarra.
Temporalización: 40 minutos.
Materiales: Rotuladores, tarjetas grandes plastificadas (figura 1), sillas,
mesas.
Recursos Humanos: Profesional dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento y para el
trabajo en sillas y mesas.
Descripción:
Con esta actividad se pretende incidir en algunas dimensiones que se relacionan con
los temas que proponen los objetivos: culpabilidad, disminución de amor y deseo de
reconciliación. Se formarán tres grupos y cada uno se dirigirá a una mesa, en la que
habrá una tarjeta plastificada, con características peculiares, bocabajo. Una vez que le
den la vuelta, tendrán que rellenar los rectángulos que salen de cada lado, ya que cada
uno se relacionará con una dimensión del tema correspondiente. De forma aclaratoria,
cada tarjeta tendrá uno de los temas (en total, son tres) y espacios para completar las
dimensiones que abarca, que son: razones, expresiones, emociones, soluciones. En
lados más largos encontraremos las razones y las soluciones y, en los más cortos, las
dos dimensiones restantes. Los participantes tendrán que adoptar el rol del niño o niña
y exponer razones por las que se tienen dichas percepciones, las expresiones con que
lo transmiten, las emociones que pueden sentir y las soluciones que pueden emplear
para afrontarlas.
Finalmente se expondrán los resultados en común para que todos conozcan acerca de
todos los temas trabajados.
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Actividad 11. “La comunicación ideal”
Temporalización: 45 minutos.
Materiales: Lápiz/boli, papel, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Docente y dinamizador.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento y para el
trabajo en sillas y mesas
Evaluación: Se evaluarán los guiones elaborados a partir de los criterios que defina el
dinamizador.
Descripción:
Por grupos de tres a cinco personas, organizados por ellos mismos, y pudiendo elaborar
un diseño de forma libre, tendrán que elaborar un guion (uno por grupo) en el que se
detallen pautas, recomendaciones, aspectos a evitar, etc., acerca de la comunicación
óptima a llevar a cabo con hijos e hijas sobre de la noticia del divorcio. Una vez que
esté elaborado, lo expondrán de forma común y serán evaluados por criterios que
proponga el dinamizador (entre ellos destacan: sinceridad, compromiso, claridad,
expectativas positivas, establecimiento de límites y adecuación al contexto), eligiendo
finalmente el más adecuado.
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SESIÓN 6
Para que los participantes alcancen el objetivo 2.4. “Respetar siempre al otro
progenitor ante el niño, así como valorar el tiempo que está con él y permitir que
exprese dichas vivencias cuando el propio niño o niña esté dispuesto”, se llevarán a
cabo dos actividades, de modo que los contenidos que abarcarán cada una sean los
siguientes:
Actividad 12. “Preguntas esenciales”
▪ Reconocimiento de quién/es fueron los referentes personales.
▪ Comprensión de la importancia de ambos progenitores para los hijos e hijas.
Actividad 13. “Lo que no se ve, pero se siente”
▪ Observación de situaciones y consecuencias muy negativas tras el divorcio como
es el conflicto de lealtades.
▪ Valoración de la importancia de ofrecer a hijos e hijas un espacio de seguridad y
confianza donde transmitan sus experiencias con el otro progenitor.
▪ Apreciación de cómo se sienten realmente los niños y niñas cuando un progenitor
cree poder decir que lo prefiere.
Temporalización: 25 minutos.
Materiales: Sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento y para la
ocupación de sillas.
Descripción:
Con esta actividad, se comenzará la sesión reflexionando en común acerca de algunas
preguntas propuestas por el profesional, que son:
• ¿Quién/es era/n tu/s referente/s? ¿Cómo lo/s veía/s?
• ¿Es más importante un progenitor que otro para los hijos e hijas?
A continuación, el profesional deberá dar a entender, como conclusión real que, a pesar
de todos los mitos sobre la importancia de un progenitor por encima del otro, los hijos
e hijas han de tener a ambos como referentes, y además se pueden sentir incompletos
cuando una de las figuras es tachada por el otro.
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Actividad 13. “Lo que no se ve, pero se siente”
Temporalización: 60 minutos.
Materiales: Sillas, mesas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el trabajo en sillas y mesas.
Descripción:
Para finalizar la sesión, esta actividad tratará los contenidos relacionados especialmente
con las consecuencias más negativas de una mala gestión de las funciones parentales.
Un voluntario leerá una situación problemática, en la que se reflejará un mal trato de la
relación del niño o niña por parte de uno de los progenitores, lo que generará, entre
otras consecuencias, un “conflicto de lealtades”. A continuación, los participantes de
forma individual escribirán en un folio las emociones o pensamientos que
experimentarían, poniéndose en el lugar del niño o niña de la situación. Expondrán los
resultados pasados unos minutos. El dinamizador dará forma a este concepto
denominado conflicto de lealtades.
Se dejará un tiempo de margen para que los participantes puedan proponer dudas o
curiosidades al respecto, y se mostrará y explicará una forma de responder ante estas
situaciones que debería practicar el niño o niña como la más sana alternativa. Esta será
la propuesta por Lucas et al., (2003), la cual consta de la empatía y la petición amable
de no querer seguir escuchando nada que tenga que ver con los conflictos entre los
progenitores ni los lamentos.
Finalmente, se expondrá la importancia de, como medida de prevención de estos casos,
permitir a los hijos e hijas un espacio abierto de comunicación y de transmisión sobre
vivencias con el otro progenitor, sin juzgarlo ni menospreciarlo, valorando la felicidad
que les regala.
Problemática.
Situación. Pablo es un niño de 10 años que vive con su madre desde que sus padres se
divorciaron hace seis meses. Él quiere mucho a su padre y a su madre, y siente pena
porque echa de menos a su padre en muchas ocasiones. Cuando le toca verlo, el fin de
semana, se pone loco de contento y prepara sus maletas con la ayuda de su madre. Sin
embargo, las expectativas positivas y la motivación se truncan cuando lo recoge papá.
Éste está enfadado por no poder verle tanto como le gustaría (o al menos es lo que le
dice) y le cuenta que, si no se hubieran separado, por culpa de su madre, quien gastaba
dinero de la cuenta conjunta cada vez que quería, podrían estar todos los días juntos.
Cada dos temas que hablan, uno de ellos se relaciona con su madre y, cualquier
experiencia que Pablo l cuenta sobre sus días en casa, son pausadas para expresar un
lamento, su padre, sobre lo bien que podría pasarlo con él si vivieran juntos. Pablo se
siente confundido, intenta disimular y dejar de escuchar a su padre lo que dice negativo
sobre su casa con mamá porque no le gusta. Vuelve a casa llorando dos de cada tres
veces que se va, pero no puede contarle nada a mamá porque hablará con papá y
discutirán entre ellos.
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SESIÓN 7
Para, finalmente, alcanzar el último objetivo de esta área, que los participantes
alcancen el objetivo 2.5. “Explicar el ejercicio de la co-parentalidad y fomentarla en
las familias como paso previo a la parentalidad positiva”, se desarrollará la actividad
14, cuyos contenidos son los siguientes:
Temporalización: 60 minutos.
Materiales: Pizarra, tizas, bolas con números, bolsa, papel, lápiz/boli,
sillas, mesas.
Recursos Humanos: Profesional docente y dinamizador.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento y para el
trabajo por pareja en sillas y mesas.
Metodología: Contará con una mezcla entre la parte teórica y la práctica del ejercicio
de la co-parentalidad. Todo ello conllevará a utilizar dinámicas basadas en la
creatividad y la originalidad de creación, así como en una apertura de creencias sobre
prácticas familiares innovadoras.
Descripción:
Esta actividad es la única a desarrollar durante la sesión y, por ello, es diversa en cuanto
al tratamiento del contenido. En primer lugar, se realizará una brainstorming y se
apuntarán en la pizarra multitud de ideas, dando lugar a una definición o explicación
de lo que es y de lo que implica. A continuación, se organizarán parejas entre los
participantes, mediante el azar de sacar dos bolas con el mismo número de dentro de
una bolsa. Estas parejas obtendrán libertad para diseñar un plan educativo común donde
que ponga en práctica la co-parentalidad. Pasados 20’ aprox., se elegirán cuatro de estos
planes al azar y se evaluarán según diferentes criterios que aporte el dinamizador (entre
ellos destacan: que sea realista y coherente, que atienda al desarrollo del niño o niña,
que tenga una estructura y expresión claras y que contenga los principios y prácticas
propuestas por la co-parentalidad).
Por último, una vez que se resuelvan las posibles dudas sobre los planes y se elija el
más óptimo por votación anónima, un máximo de dos parejas y de forma voluntaria,
podrán interpretar una situación que decidan en la que se practique claramente la co-
parentalidad y el acuerdo entre progenitores.
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SESIÓN 8
Para que los participantes alcancen el objetivo 3.1. “Analizar las competencias
parentales llevadas a cabo y compararlas con las que recomienda el enfoque de la
parentalidad positiva”, se llevarán a cabo dos actividades, abarcando ambas los
contenidos:
▪ Evaluación del desarrollo de las propias competencias parentales.
▪ Diferenciación entre las competencias actuales y las que promociona la paren-
talidad positiva.
▪ Colaboración en el camino hacia el ejercicio de la parentalidad positiva.
Temporalización: 55 minutos.
Materiales: papel, lápiz/boli, bolsa, ordenador, Documento de Word,
proyector, pizarra, tizas, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Profesional dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el trabajo en sillas y mesas.
Descripción:
La presente actividad constará de tres partes: primero, los participantes escribirán
competencias y funciones parentales que desarrollan en la actualidad, así como los
principios que consideren básicos para ejercer la parentalidad. Todas las aportaciones
serán introducidas en una bolsa. A continuación, uno a uno, los participantes extraerán
al azar los papeles de la bolsa y los leerán en voz alta. Se completará una tabla en un
Documento de Word con la enumeración de dichas competencias.
En la segunda parte, se realizará una recogida de ideas mediante el brainstorming en la
pizarra acerca de los principios e ideas que puede abarcar el ejercicio de la Parentalidad
Positiva. Se dará una definición amplia del concepto (incluida en el apartado 2.3 de
este trabajo). Para concluir la actividad 15, se completará la segunda parte de la tabla
inicial sobre competencias parentales, creando así una comparación entre ambas
prácticas y destacando el gran beneficio de educar según la Parentalidad Positiva.
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Actividad 16. “Mi registro diario de tareas”
Temporalización: 40 minutos.
Materiales: rúbrica de registro de tareas (modelo básico, incluida en
Anexo 2), lápiz/boli, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el trabajo en sillas y mesas.
Metodología: Destaca la forma individual, con la que se crea una mirada hacia el
interior y hacia las necesidades del hogar y la familia propios, promoviendo el
desarrollo de buenas prácticas. Además, esta técnica de registro y evaluación intenta
simular el tipo de apoyo domiciliario, del cual carece el programa por la posible falta
de recursos humanos y tiempo.
Descripción:
Para concluir la sesión, se repartirá a padres y madres un modelo de rúbrica para recoger
actuaciones y aplicaciones del programa en casa, así como para anotar repercusiones
inmediatas en los hijos e hijas y en el ambiente familiar. Tras la explicación y la
resolución de posibles dudas surgidas, cada participante adaptará su rúbrica a las
necesidades de sus hijos y de su hogar, consultando al dinamizador si fuera necesario.
Pasado el tiempo total de la actividad, cada persona deberá tener su rúbrica adaptada y
revisada por el profesional dinamizador, y se explicará que, durante las sesiones que
abarcan el área tres, se trabajará con dicho instrumento, pudiendo compartir los
resultados con todos en las últimas sesiones
SESIÓN 9
Para que los participantes alcancen los objetivos 3.2. “Promover la empatía y
comprender las necesidades de hijos e hijas; supervisar el comportamiento y
desarrollo de hijos e hijas” y 3.3. “Fomentar el afecto y la seguridad emocional como
base de la educación”, se llevarán a cabo tres actividades, de modo que los contenidos
de cada una sean los siguientes:
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Actividad 17. “Cada niño es un mundo”
Temporalización: 30 minutos.
Materiales: Sillas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula con espacio para el desplazamiento.
Metodología: Se trabajará por parejas, al igual que durante casi toda la sesión,
fomentando así el acuerdo y consenso entre diferentes opiniones e identificando las
necesidades de cada familia.
Descripción:
En primer lugar, los participantes tendrán que formar parejas de elección libre, y el
dinamizador explicará los pasos a seguir. Saldrá un miembro de la pareja (elegido
mediante el tradicional “piedras, papel y tijeras”) y deberá interpretar, mediante
mímica, el rol que le asigne el profesional (un padre cuyo niño tiene un bajo
rendimiento académico y no cuenta con la colaboración de su ex cónyuge; un
progenitor cuyo hijo no quiere verle porque sus compañeros le dicen que es raro por no
vivir con sus padres juntos; entre otras, según las adaptaciones oportunas del grupo en
concreto. Será entonces cuando su compañero/a tendrá que identificar la problemática
en cuestión y la figura que esté representando (niño o familiar).
Finalmente, se pondrán en común las necesidades y problemáticas identificadas y se
hablará sobre los beneficios que creen que puede tener dicha actividad, así como los
aprendizajes recibidos de la misma.
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Actividad 18. “El valor del lazarillo”
Temporalización: 30 minutos.
Materiales: Venda para los ojos.
Recursos Humanos: Dinamizador, docente y Lazarillos.
Organizativos: Espacio exterior que permita el desplazamiento por
diferentes tipos de zona, como las escaleras, las esquinas y el llano
amplio.
Descripción:
Como actividad dinámica para intensificar a la sesión, la presente actividad trabajará a
partir de las mismas parejas ya formadas, las cuales se turnarán para dar un paseo doble:
en cada paseo, uno llevará los ojos vendados y el otro desempeñará la figura de
lazarillo. Cuando regresen a la sala, estos tendrán que elegir, con una breve
justificación, la figura con la que más cómodos se han sentido, y podrán resaltar algo
que les haya llamado especialmente la atención. Con esta dinámica se pretende crear
una toma de conciencia acerca de lo que supone el acompañamiento de los progenitores
para los hijos e hijas, y la importancia de que éstos lo empleen de forma responsable.
Temporalización: 45 minutos.
Materiales: Pizarra, tizas, papel, lápiz/boli, sillas, mesas, rúbrica de
registro.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el trabajo en sillas y mesas.
Descripción:
Mediante la técnica del brainstorming, se aportarán ideas acerca de en qué consiste el
afecto, por qué es importante y qué ocurre si éste falta en la educación. Se clasificarán
todas las aportaciones en esos los bloques mencionados (en la pizarra), haciendo
especial hincapié en los beneficios que se obtienen del manejo y empleo del afecto
como base fundamental de la educación, siendo el desarrollo de la resiliencia una de
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las repercusiones más favorecedoras del mismo. En una segunda parte, las mismas
parejas de la actividad anterior, definirán diferentes pautas prácticas para el fomento de
este contenido en la familia, simulando una lista de materiales que el niño ha de llevar
en su mochila diaria.
Para concluir la actividad, se permitirá un margen de tiempo para adaptar esta nueva
información en la rúbrica de registro de tareas individual, revisada por el dinamizador
o docente si hiciera falta.
SESIÓN 10
Por tanto, para que los participantes alcancen el objetivo 3.4. “Conocer y emplear
estrategias comunicativas beneficiosas para la gestión del comportamiento y atender
a la resolución de conflictos, a través de la comunicación y el diálogo”, se llevarán a
cabo tres actividades, las cuales abarcarán los siguientes contenidos:
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Actividad 20. “Ciclo de lluvia y sol”
Temporalización: 15 minutos.
Materiales: Papel, caja, lápiz/boli.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita trabajar con sillas y mesas.
Descripción:
Consistirá en que cada participante escriba, en dos trozos de folio, qué es lo que más le
gusta y de quién, y qué es lo que más le coacciona y de quién (en relación al resto de
participantes). Todas se introducirán en una caja. De forma voluntaria se podrán
compartir algunas de las opiniones escritas.
Temporalización: 45 minutos.
Materiales: Pizarra, tizas, papeles escritos en la actividad anterior,
sillas, mesas.
Recursos Humanos: Docente y dinamizador.
Organizativos: Sala o Aula que permita trabajar con sillas y mesas.
Descripción:
Un profesional elaborará en la pizarra, y explicará, un esquema sobre tres tipos de
respuesta (agresiva, pasiva y asertiva) que podemos ejecutar al enfrentarnos a un
conflicto. Así mismo, se desarrollarán los pasos que implica la respuesta ideal, que es
la asertiva (empatía, exposición respetuosa de la opinión y proposición de una
alternativa). Se hará especial hincapié en que muchas de las respuestas que recibimos
a diario no pretenden llegar a la ofensa, y que el significado final de las mismas depende
tanto del filtro con el que la persona emite dicho juicio, como del nuestro para
rescatarlo.
Será entonces cuando cada grupo formado previamente, de tres o cuatro personas,
sacará una de las opiniones anónimas negativas escritas al principio de la sesión, y cada
persona del mismo responderá con un tipo de comportamiento distinto, de entre los tres
trabajados. El dinamizador estará atento a los diferentes grupos y, especialmente,
revisará y orientará la respuesta asertiva para un aprendizaje correcto de la misma.
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Actividad 22. “El castigo en su peor forma”
Temporalización: 45 minutos.
Materiales: vídeos, rúbrica de registro, lápiz/boli, sillas, mesas,
proyector, ordenador.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o Aula donde se pueda trabajar en sillas y mesas.
Descripción:
Se procederá a la visión en común de videos que representen el maltrato infantil o lo
expliquen. En concreto, el “vídeo 1” realiza un breve recorrido por diversas formas de
castigo, e incluso maltrato, hacia hijos e hijas, de donde resaltaremos el maltrato físico
y emocional (si las características del grupo lo permiten, se podrá incidir de algún modo
en la Alienación Parental, también incluida en el mismo, aunque no verificado por la
comunidad científica). Se hablará entonces, bajo el papel guía del profesional, acerca
de un efecto muy negativo que el niño o niña experimenta cuando uno de los
progenitores tacha la figura del otro, denominado Conflicto de Lealtades, y también
sobre el desdoblamiento de personalidad que desarrolla como respuesta a este tipo de
situaciones. El tiempo restante se dedicará a revisar cómo empatizan los participantes
con las víctimas de este tipo de maltrato y los otros tipos que se visionen.
Se permitirá a los participantes un margen de tiempo para volver a modificar la rúbrica
de registro de tareas, esta vez con ítems acerca de los nuevos contenidos. El
dinamizador revisará el trabajo de aquellas que lo requieran.
Finalmente, se realizará una puesta en común en la que se compartirán los nuevos
aprendizajes, las propuestas de mejora personales y las dificultades que se hayan
podido experimentar.
Vídeos:
1. “Tipos de maltrato infantil”
(https://www.youtube.com/watch?v=vahgTltgNOQ)
2. “Consciénciate: Maltrato infantil”
(https://www.youtube.com/watch?v=r6a30UxxOik)
3. “Maltrato infantil Padre patea brutalmente a su hijo”
(https://www.youtube.com/watch?v=V8MCDpnv52A)
4. “La carta de un niño maltratado, a sus padres”
(https://www.youtube.com/watch?v=7XjS3Pp-wws)
5. “Maltrato verbal parte I” (https://www.youtube.com/watch?v=bsz3FNznV3s)
6. “El maltrato verbal es violencia”
(https://www.youtube.com/watch?v=tdswWm5QpMM)
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SESIÓN 11
Para que los participantes alcancen los dos objetivos aquí propuestos 3.5.
“Establecer relaciones positivas y de corresponsabilidad con los hijos e hijas, e
incluso entre progenitores” y 3.6. “Delimitar una disciplina consistente y positiva
entre ambos progenitores y aplicar los mismos límites y normas en lo que a
“conducta adecuada” del niño se refiere”, se llevarán a cabo dos actividades, de modo
que los contenidos que abarcarán cada una sean los siguientes:
Temporalización: 50 minutos.
Materiales: Papel continuo con un tronco dibujado y recortes de hojas
y frutos, boli/lápiz, bluta.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Espacio suficiente dentro de una sala o aula para colocar
y trabajar con el papel continuo, y posteriormente formar un círculo
durante la puesta en común.
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Evaluación: A través de la observación directa, la puesta en común final y el resultado
del árbol.
Descripción:
En un papel continuo habrá un dibujo de un tronco. Entre los participantes dibujarán
las ramas, cada una de ellas representando un tipo de relación, ya sea entre progenitores
o entre uno de estos con sus hijos e hijas (buenas, malas, intermedias, etc.). A
continuación, se escribirán características de las mismas y, dependiendo del valor que
tengan para la familia (negativo, positivo y muy positivo) se hará en una hoja verde,
una hoja seca o un fruto. Las primeras tendrán el valor “+1”, las segundas “-1” y los
frutos “+2”. Se hará el recuento de la puntuación de cada tipo de relación, y se elegirá
a la que favorezca más a la familia a través de un intercambio de opiniones
(generalmente deberá coincidir con la que mayor puntuación obtenga). Finalmente, se
llegará a un consenso global acerca del tipo de relación mínima que ha de darse entre
los progenitores para un desarrollo sano de la familia.
Temporalización: 50 minutos.
Materiales: pizarra, tizas, rúbrica de registro, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o Aula que permita el trabajo en sillas y mesas.
Descripción:
Se comenzará la actividad rememorando los principios de la Parentalidad Positiva,
trabajados en una de las sesiones anteriores. A partir de ahí, el dinamizador propondrá
profundizar en el establecimiento de normas y límites comunes entre los progenitores,
es decir, una disciplina positiva común. Para afianzar este contenido, los ex cónyuges
que participen en el programa (o de forma independiente si solo asiste uno de ellos u
otro familiar influyente), habrán de definir cuál será la “conducta adecuada” de los hijos
e hijas, para marcar aquí los límites, y también deberán elaborar un plan, de diseño
libre, acerca de las prácticas y normas que ambos desarrollarán en común.
Al final de la actividad, se volverá a modificar la rúbrica de registro de tareas, cada vez
más ajustada al ejercicio de la Parentalidad Positiva. No obstante, este anexo podrá ser
usado voluntariamente al acabar el programa, ya que se comenzarán a evaluar a
continuación.
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SESIÓN 12
Para concluir esta área, los participantes deberán alcanzar dos objetivos 3.7.
“Obtener una percepción positiva del rol parental y sentir satisfacción con respecto
a las competencias parentales llevadas a cabo” y 3.8. “Valorar la necesidad común
de búsqueda de apoyo social y familiar”, y se hará a través de la actividad 25, cuyos
contenidos serán:
▪ Evaluación del grado de satisfacción de los participantes con respecto a sus com-
petencias parentales.
▪ Aplicación de una nueva forma de rol parental según el enfoque de la parentalidad
positiva.
▪ Interés por una mejora de sus competencias parentales para repercutir beneficio-
samente en el desarrollo y bienestar de los hijos e hijas.
▪ Interpretación de que el apoyo social a la familia no refleja debilidad de la misma,
sino la búsqueda de fortaleza.
▪ Debate acerca de si todas las familias necesitan, o no, apoyo social.
▪ Asunción de que todas las familias necesitan, en algún modo, apoyo social, tanto
para prevenir situaciones de riesgo como para incrementar las buenas prácticas
del rol parental.
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Actividad 25. “¿Cómo nos sentimos con nuestro rol? Podemos contar con vosotros”
Temporalización: 50 minutos.
Materiales: Tabla de recogida de información de compañeros e
individual (Anexo 3), lápiz/boli, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Profesional dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o Aula que permita un debate circular y el trabajo
en sillas y mesas.
Descripción:
En la presente dinámica, cada participante tendrá que rellenar una tabla sobre aspectos
propios y del de cuatro compañeros, tales como: emociones nuevas, aprendizajes, retos,
etc.
De forma voluntaria, se pondrán en común algunas de las respuestas y la valoración
personal sobre la tabla cumplimentada.
A continuación, se dará pie a un pequeño debate, con la pregunta “¿todas las familias
necesitan apoyo social?”. El dinamizador, brevemente, informará acerca de los
diferentes tipos de apoyo social familiar y cada participante concluirá con qué tipo de
apoyo cree que saldría más beneficiado y por qué.
➢ A su vez, es necesario recalcar que, durante la última parte de las dos últimas
sesiones, se expondrán y compartirán, formando un círculo global, los resul-
tados de algunas rúbricas de registro de tareas. A ello se sumará una reflexión
acerca de las sensaciones y aprendizajes, e incluso posibles limitaciones, que
hayan experimentado los participantes durante este tipo de práctica.
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SESIÓN 13
Para que los participantes puedan alcanzar el objetivo 4.1. “Mejorar la calidad
del escenario familiar, y basar éste en los principios de la parentalidad positiva”, se
trabajarán los contenidos que le corresponden mediante la actividad 26 del programa:
▪ Resumir los principios de la parentalidad positiva.
▪ Controlar las recomendaciones del enfoque de la parentalidad positiva de cara
a la mejora de la calidad del escenario familiar.
▪ Disfrutar de los beneficios que permite experimentar una adecuada ejecución
de las competencias parentales.
Temporalización:85 minutos.
Materiales: Notas adhesivas, papel continuo, rotuladores, pizarra, tizas,
papel, lápiz/boli, bluta.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el desplazamiento y la
colocación de papel continuo en la pared.
Descripción:
Se comenzará la actividad formando un círculo entre los participantes, cada uno le
pedirá al compañero o compañera de su derecha un abrazo, y se plantearán cuestiones
como “¿Qué sientes con un abrazo?’’. A continuación, pasarán a elaborar un mapa
conceptual entre todos, en un papel continuo, señalando los principios de la
parentalidad positiva, sus características y repercusiones, etc., entre otros aspectos
elegidos de forma libre, según resulte oportuno en el momento de la implementación.
La otra parte de esta actividad consistirá en que cada participante tenga que realizar
tres dibujos en diferentes notas adhesivas: dos de ellos relacionados con el escenario
familiar que consideran ideal y el tercero deberá reflejar una herramienta que utilicen
para desarrollar dicho escenario en sus propias familias. Todos los dibujos se
clasificarán, en la pizarra, según su concepto. Por último, se realizará una puesta en
común en la que se construirá una supuesta historia familiar, a partir de aportaciones
realizadas sobre el contenido trabajado.
59
SESIÓN 14
Para que los participantes alcancen ahora el objetivo 4.2. “Reproducir un estilo
democrático y no uno de critica-rechazo, indulgente, permisivo ni sobreprotector”,
se llevará a cabo una actividad, la cual abarcarán los siguientes contenidos:
▪ Definir las características principales de los distintos estilos educativos.
▪ Orientarse acerca de los efectos negativos de algunos estilos educativos.
▪ Valorar qué supone realmente la ejecución del estilo permisivo en la familia.
Temporalización: 90 minutos.
Materiales: Sillas, mesas, trozos de papel con características piedras,
ordenador, proyector, cestas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el desplazamiento y el trabajo
en mesas distantes unas de otras.
Descripción:
Se formarán tres grupos entre el total de personas y cada uno seleccionará una mesa de
la sala al azar; en cada una de ellas habrá un estilo educativo distinto (en concreto,
autoritario, permisivo y democrático). Cada mesa, en su superficie, estará atravesada
por una cuerda la cual encuentre el equilibrio sosteniendo dos cestas vacías, una en
cada extremo (estos simularán dos lados, el bien y el mal. A continuación, en otro lado
de la sala se reunirán piedras, de igual tamaño, las cuales tendrán pegado un trozo de
folio sobre alguna característica o repercusión de los estilos. Así, los participantes
deberán clasificar dichas características en las cestas que les correspondan, valorando
si esta será buena o necesitará ser mejorada para un adecuado desarrollo y
comportamiento de los y las menores.
Finalmente, se pondrán en común los resultados y se hará una reflexión del grupo
completo sobre los estilos que cada uno desarrolla y los aprendizajes obtenidos.
Una segunda parte de la actividad se compondrá por una explicación del profesional
acerca del estilo permisivo, el cual habrá podido causar mucha confusión en cuanto a
sus repercusiones. Se nombrarán otros estilos y su repercusión más directa, sin
profundizar en los mismos.
Concluirá la actividad con una breve dinámica en la que, de forma voluntaria y en
grupos de 2-3 personas, podrán interpretar alguna situación familiar propia de los
estilos trabajados, mientras que el resto deberá identificarlos.
60
SESIÓN 15
Para concluir esta última área, los participantes deberán alcanzar el objetivo 4.3.
“Practicar el buen ocio en actividades cotidianas y extraordinarias; tomar
conciencia sobre la importancia del disfrute familiar”, el cual se perseguirá con la
última actividad de nuestro programa. Los contenidos finales a trabajar serán:
▪ Elección y expresión de los hobbies que los participantes practican con la familia,
concretamente con sus hijos e hijas.
▪ Construcción de actividades de ocio tanto en las actividades cotidianas como ex-
traordinarias.
▪ Admiración del valor del buen ocio y del disfrute familiar para el desarrollo de
los hijos e hijas.
Temporalización: 60 minutos.
Materiales: papel continuo con el dibujo de una imagen pixelada (figura
2), notas adhesivas, lápiz/boli, bluta, sillas, mesas.
Recursos Humanos: Dinamizador y docente.
Organizativos: Sala o aula que permita el desplazamiento y la
colocación de papel continuo en la pared.
Metodología: Lúdica e integradora, pues todos aportarán sus ideas para formar el
conjunto de estas en una misma imagen. La técnica desarrollada se llama, en concreto,
post-it art.
Descripción:
La última actividad del programa habrá de ser dinámica, amena y motivadora gracias
a alguna peculiaridad. En concreto, se trata de una sencilla tarea en la que todos, en
diferentes notas adhesivas, escriban sus ideas acerca del buen ocio en la familia. Así,
una vez que estas estén pegadas en el papel continuo sobre la imagen pixelada, darán
lugar a un gran corazón, el cual será donado a la escuela o institución implementadora
de nuestro programa. Se trata de cerrar la última área de una manera distinta, relevante
y que deje un “buen sabor de boca” a todos los que han formado parte de él.
61
Figura 2. Imagen Pixelada
SESIÓN 16
____________________________________________
62
Evaluación del Programa de Intervención.
Con el fin de llevar a cabo una evaluación rigurosa del logro de los objetivos
propuestos, el presente diseño cuenta con un complejo sistema que se desarrolla mediante
distintos instrumentos y en varias ocasiones. Consultar un cronograma aclaratorio en el
Anexo 5.
A) Evaluación Pre-Test.
63
B) Evaluación Área 1.
C) Evaluación Área 2.
Se procederá de igual modo que en la primera área, pero con los objetivos
correspondientes al área 2. Cuestionario de evaluación del área 2 incluido en Anexo 8.
D) Evaluación Área 3.
Se procederá de igual modo que en la primera área, pero con los objetivos
correspondientes al área 3. Cuestionario de evaluación del área 3 incluido en Anexo 9.
Durante las sesiones del área 3, la rúbrica de registro de tareas, cuyo fin y
funcionamiento se explican en el apartado 4.4. “Metodología específica del Programa”,
se modificará y completará, semana a semana, en cada domicilio. Finalmente serán
expuestas en las dos últimas sesiones del área 3 (sesiones 11 y 12), donde el dinamizador
las recogerá para elaborar un documento en el que se estudie la información de las mismas
y se destaquen los momentos de mayor cambio, tanto positivos como negativos. (Rúbrica,
de modelo básica, incluida en Anexo 10.)
F) Evaluación Área 4.
Se procederá de igual modo que en la primera área, pero con los objetivos
correspondientes al área 4. Cuestionario de evaluación del área 4 incluido en Anexo 2.
G) Evaluación Post-Test.
64
de satisfacción, posibles limitaciones, propuestas de mejora, etc.). Para próximas
ediciones y mejoras del programa, este cuestionario también será realizado por el
profesional.
H) Evaluación de Seguimiento.
Una vez acabado el desarrollo completo del programa, para comprobar su eficacia
y la permanencia de buenas prácticas familiares a medio-largo plazo, se evaluará a los
participantes mediante un cuestionario que recibirán en sus domicilios. Los participantes,
por tanto, tendrán que rellenar uno de estos cuestionarios cada seis meses. Se ve
conveniente esta evaluación ya que pretende influir en las siguientes ediciones, si las
hubiera, del presente programa. Sin embargo, debido a la falta de implementación de éste,
solo se aporta ahora un cuestionario que sirva de modelo para su puesta en práctica
(incluido en Anexo 12).
65
5. CONCLUSIONES, IMPLICACIONES Y LIMITACIONES
El gran aumento de las cifras de divorciados, durante los últimos años, forma una
realidad totalmente demostrable desde diversidad de investigaciones y estudios
científicos y educativos llevados a cabo.
En nuestro contexto empiezan a aparecer los programas que apuestan por una
mayor responsabilidad del rol parental y la importancia de garantizar los derechos del
niño y un desarrollo integral, concibiendo la calidad del bienestar de éste como el interés
superior de la educación y de la familia. El enfoque de la parentalidad positiva tiene
dichas necesidades en su foco de atención principal, y promueve el ejercicio de la
parentalidad a partir de una base de afecto, comunicación, estimulación, apoyo y
establecimiento coherente de límites y normas, entre otros principios esenciales. Además,
parte de la riqueza de este enfoque reside en la carencia de crítica hacia las características
personales de los progenitores como condicionantes del desarrollo de los hijos e hijas,
contemplando otros planos, como la comunidad, como factores influyentes en este
proceso. Todo esto ha provocado un cambio de visión necesario, que deja a un lado un
modelo basado en el déficit y se centra en intervenir con las familias de manera preventiva
y promovedora (Jiménez e Hidalgo, 2016).
66
que no ha podido ser llevado a la práctica, lo que no ha permitido comprobar el impacto
del mismo. No obstante, se esperan buenos resultados tras su implementación pues se ha
intentado incluir la mayoría de los criterios de calidad propuestos por Flay, et al. (2005,
cit. en Máiquez, Rodrigo y Byrne, 2015). De este modo, se ha prestado especial atención
a que el programa esté centrado en las familias, se pueda adaptar a los participantes, se
cuente con un profesional dinamizador con una completa formación y promueva un clima
de relación y participación, entre otros criterios. Además, se persigue que se cumpla con
la adaptación deseada de los participantes una vez que se ponga en práctica. Si bien, se
espera conseguir su implementación de aquí a un futuro próximo, iniciando con el pilotaje
del mismo para poder ajustar e incorporar las mejoras necesarias. Será entonces cuando
el presente programa, como se pretende, dé comienzo a una nueva línea de actuación con
respecto a las familias que están pasando o han pasado por proceso de divorcio.
Es por todo lo anterior que el programa ha sido diseñado con unas altas
expectativas y esperanzas de promover los derechos y el bienestar de los hijos e hijas de
padres divorciados, en todas sus dimensiones. Por todo lo anterior, se espera que las
familias a quienes va dirigido este programa se vean favorecidas tras el paso por el mismo,
al igual que ha ocurrido con las familias en riesgo de exclusión social, con aquellas que
67
requieren atención específica por parte de los profesionales que ha pasado por un
programa de características similares. Por tanto, se espera que lo progenitores que
participen en el programa, al recibir apoyo y formación, mejoren sus competencias
parentales con objeto de satisfacer las necesidades de los hijos e hijas y ofrecerles un
clima de bienestar de calidad.
68
REFERENCIAS
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Aprender juntos, crecer en familia. Un enfoque integral. En M. J. Rodrigo.
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Estados Miembros sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad.
Adoptada por el Comité de Ministros el, 13.
69
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conducta de los hijos. En J. Cantón. (Ed.), Conflictos entre los padres, divorcio y
desarrollo de los hijos (pp. 19- 42). Madrid, España: Pirámide.
Cortés, M. R. y Cantón, D. (2013). Conflictos entre los padres y desarrollo de los hijos.
En J. Cantón. (Ed.), Violencia doméstica, divorcio y adaptación psicológica (pp.
33- 52). Madrid, España: Pirámide.
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corresponsabilidad parental y justicia terapéutica como nuevo paradigma. Anuario
de Psicología Jurídica, 27 (1), 107 – 13. doi: 10.1016/j.apj.2016.11.001
Hidalgo, M. V., Menéndez, S., López-Verdugo, I., Sánchez, J., Lorence, B., y Jiménez,
L. (2015). Programa de formación y apoyo familiar. En M. J. Rodrigo. (Coord.),
Manual práctico de parentalidad positiva (pp. 169-187). Madrid, España:
Síntesis.
70
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2016. Recuperado de http://www.ipfe.org/Espa%C3%B1a/Documentos/IPF
Lucas, P., Leroy, S., y Quevedo, F. M. (2003). El divorcio explicado a nuestros hijos. El
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Martínez, R., Pérez, M. H., Álvarez, L., Rodríguez, B., y Becedóniz, C. (2015). Programa
basado en evidencias para fomentar la parentalidad positiva en Asturias (España).
En M. J. Rodrigo. (Coord.), Manual práctico de parentalidad positiva (pp. 151-
168). Madrid, España: Síntesis.
Morgado, B. (2003). El divorcio desde una mirada de los niños. Una revisión teórica.
Familia: Revista de ciencias y orientación familiar, 26, 49-62.
Morgado, B. (2008). Experiencia del divorcio parental y ajuste psicológico infantil (Tesis
doctoral). Universidad de Sevilla, Sevilla, España.
71
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primaria acerca de la diversidad familiar. Cultura y Educación, 21 (4), 441 - 451,
doi: 10.1174/113564009790002373
Muñoz, V., Román, M., López, I., Candau, X., Jiménez- Lagares, I., Morgado,
B.,…Vallejo, R. (2015). Hacia una comprensión de la complejidad del desarrollo:
principios y teorías fundamentales. En V. Muñoz. (Ed.), Manual de psicología del
desarrollo aplicada a la educación (15-36). Madrid, España: Pirámide.
72
ANEXOS
73
ANEXO 1
74
75
ANEXO 2
ÁMBITO CRITERIOS SÍ NO
Afecto y
cariño
(decir “te
quiero”,
abrazar, etc.)
Comunicación
(expresar
opinión,
escuchar, etc.)
Relaciones
sanas (con mi
hijo o hija,
con mi ex
cónyuge, etc.)
Asertividad
(empatía,
aceptación,
alternativa,
etc.)
Estilos
parentales
(democrático,
permisivo,
etc.)
Ocio y
disfrute
(juegos,
salidas, etc.)
Implicación y
supervisión
(tareas,
confianza,
etc.)
OTROS
76
ANEXO 3
Nombre YO
Defínete con
dos palabras
¿Qué
emoción
sientes
cuando
piensa en
competencias
parentales?
¿Estarías
dispuesto a
mejorarlas?
Define un
elemento
clave de las
competencias
parentales
favorecedoras
¿Cuál ha sido
tu aprendizaje
más
significativo,
hasta ahora,
con el
programa?
¿Qué
mantendrías
de tu rol de
padre/madre
actual?
¿Qué
eliminarías de
tu rol de
padre/madre
actual?
77
ANEXO 4
Certificado de participación
78
ANEXO 5
Cronograma de sistema de evaluación
79
ANEXO 6
Cuestionario individual inicial
Antes de comenzar, nos gustaría conocerle un poco. Por favor, rellene con
claridad los siguientes apartados:
Dirección: _______________________________________________________
80
o ¿Ha recibido, en alguna ocasión, apoyo social o terapéutico? ¿Ha recibido
alguna vez información sobre el correcto funcionamiento familiar? Especifí-
quelos en caso de ser afirmativo:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
81
ANEXO 7
Cuestionario de evaluación Área 1
N.º CRITERIOS 1 2 3 4 5
1 Conozco el concepto de autoestima.
82
ANEXO 8
Cuestionario de evaluación Área 2
N.º CRITERIOS 1 2 3 4 5
1 Domino el concepto de familia.
83
ANEXO 9
Cuestionario de evaluación Área 3
N.º CRITERIOS 1 2 3 4 5
1 Soy consciente sobre cómo desarrollo de mis propias
competencias parentales.
2 Sé diferenciar entre mis competencias actuales y las que
promociona la parentalidad positiva.
3 Colaboro en el camino hacia el ejercicio de la parentalidad
positiva.
4 Comprendo que cada niño es un mundo.
84
20 Evalúo mi grado de satisfacción con respecto a mis competencias
parentales.
21 Aplico una nueva forma de rol parental según el enfoque de la
parentalidad positiva.
22 Me intereso por mejorar mis competencias parentales para
repercutir beneficiosamente en el desarrollo y bienestar de mis
hijos e hijas.
23 Interpreto que el apoyo social a la familia no refleja debilidad de
la misma, sino la búsqueda de fortaleza.
24 Participo en el debate acerca de si todas las familias necesitan, o
no, apoyo social.
25 Asumo que todas las familias necesitan, en algún modo, apoyo
social, tanto para prevenir situaciones de riesgo como para
incrementar las buenas prácticas del rol parental.
85
ANEXO 10
Cuestionario de evaluación Área 4
N.º CRITERIOS 1 2 3 4 5
1 Conozco los principios de la parentalidad positiva.
86
ANEXO 11
Llegando al final de todo este camino de trabajo y esfuerzo, en el que nos hemos
dedicado a reflexionar y a conocer prácticas educativas diferentes y promovedoras del
bienestar y el buen desarrollo de nuestros hijos e hijas, nos interesa conocer su opinión
sobre qué le ha parecido el presente programa. Por favor, rellene con claridad los
siguientes apartados:
o ¿Cómo se ha sentido mayoritariamente? ¿Qué emociones ha experimentado con
mayor frecuencia?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
o ¿Qué grado de satisfacción obtiene con respecto al programa? Describa las razones
brevemente:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
o ¿Qué área de contenidos le ha parecido más beneficiosa y rica? ¿Por qué?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
Observaciones:
88
ANEXO 12
N.º CRITERIOS 1 2 3 4
7 Repito a mis hijos e hijas que los y las quiero y les demuestro
mi cariño a través de diferentes acciones.
89
12 Disfruto de buen ocio con mis hijos e hijas y mi familia.
90
91