La Comunión

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

LA COMUNIÓN

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1JUAN 1:7

INTRODUCCIÓN:
La Comunión tiene que ser algo más que entrar por la puerta y quedarse en la iglesia
sentado durante una hora y después, irse. Tiene que ser más que eso. Tiene que haber
una comunión, no sólo desde el punto de vista de Dios, sino también desde el punto de
vista del hombre. Psicológicamente se puede hablar de los problemas que trae la
soledad, que trae el aislamiento, por lo cual necesitamos y deseamos tener relaciones
significativas.

La comunión es la esencia misma de la iglesia, porque nuestra vida se basa en


relaciones, relaciones no de una manera superficial sino de una manera intensa y
profunda. Y el modelo para esto lo encontramos en el libro de los hechos, donde se nos
presenta que la comunión de los primeros creyentes fue intensa; Hechos 2:44-46
“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de
cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las
casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.

Los tiempos de esta pandemia nos han presentado un desafío para mantener la
comunión, pero la gracia del Señor Jesucristo ha abundado sobre nosotros,
ayudándonos a permanecer en ella.

ETIMOLOGÍA Y DEFINICIÓN:
la palabra comunión en el griego es “KOINONÍA”, un término muy conocido para
aquellos de nosotros que hemos sido cristianos por un tiempo. Esta palabra
“KOINONÍA” es una palabra común en el Nuevo Testamento que se traduce
COMUNIÓN.

También puede ser traducida en: ‘Tener en Común, Asociación, Compañerismo o


Participación. Todos esto, en esencia, tiene que ver con una asociación de algo en
común; es la idea de una dependencia mutua, participar, contribuir, compartir, estar
juntos como socios como una vida en común, en una causa en común.

La KOINONÍA, es una doctrina fundamental de nuestra fe, y se refiere a la participación


de un mismo credo, Un Señor, Una Fe, Un Bautismo. Efesios 4:5. Así como también a
la comunión a que estamos sujetos como miembros del cuerpo de Cristo.
1. DIOS NOS CREÓ PARA TENER COMUNIÓN:
Génesis 2:8 Dios dijo “no es bueno que el hombre esté solo.”
Dios creó al hombre para ser alguien que tiene comunión con otros. Fuimos creados
para vivir en comunidad, fuimos moldeados para la comunión y fuimos formados para
estar en una familia, y ninguno de nosotros puede llevar a cabo los propósitos de Dios
por sí solo. La Biblia no dice nada de santos solitarios o de ermitaños espirituales
aislados de otros creyentes y privados de la comunión.

La Biblia dice que somos puestos juntos, unidos juntos, edificados juntos, miembros
juntos, herederos juntos, y seremos arrebatados juntos. Ya no estamos solos. Dios ha
dispuesto para el hombre que este tenga comunión.

2. LA COMUNIÓN SUPONE:
 La unidad del creyente con Dios.
1Corintios 6:17 “El que se une al Señor, un espíritu es con él.”
Por la fe, hemos sido unidos a Cristo, y ahora somos un espíritu con él, La comunión
es la unificación e identificación del propósito de Dios en el hombre, no sea mi voluntad
sino la suya en mí. Ser uno solo con Cristo es la condición bajo la cual el hombre es
capacitado para vivir la vida agradable a Dios; este cuerpo no es nuestro le
pertenecemos a él, nuestro cuerpo es su templo, y el Espíritu Santo lo habita, porque
Dios nos compró a gran precio.

- Dios nos invita a tener comunión íntima con él.


Salmo 27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová;
NTV “Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde:
«Aquí vengo, SEÑOR»”.

El “rostro” de Dios indica su presencia personal, su ser; y buscar su rostro es una


característica primordial de aquellos verdaderos creyentes que desean tener comunión
con Dios, así que la invitación de Dios es para estar en su presencia.

- La comunión con Dios nos es dada por el Espíritu Santo.


2Corintios 13:14 “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros”.

Nuestra comunión o compañerismo con Dios y con su pueblo nos es dado por el
Espíritu Santo. Dios nos ha dado de su Espíritu 1Juan 4:13- para que permanezcamos
en él y tengamos comunión con él y con los otros.
- El creyente debe permanecer en esa comunión con Dios.
2Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?” Nada hay en común que pueda compartir la luz con las tinieblas.

1Juan 1:5-6 “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y
no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos
en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.
Ezequiel 44:9-16.

 La unidad del creyente en el cuerpo de Cristo.


Efesios 5:23 “…CRISTO ES CABEZA DE LA IGLESIA, LA CUAL ES SU CUERPO, y él es
su Salvador”. TODOS SOMOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO.
Somos definidos como un cuerpo, espiritualmente conectados, ministrándonos de
manera mutua el uno al otro. Es un organismo viviente, conectado mediante vida eterna
en común concedida por Dios. Cuando nuestro Señor oró en Juan 17-21 que fueran
uno. Él estaba orando para que todos los que vienen a Él sean uno espiritualmente. Y
esa oración es respondida en la iglesia como el cuerpo de Cristo. Estamos conectados
espiritualmente y diseñados para compartir la vida, para el amor compartido, para el
propósito compartido, para el ministerio compartido, para la verdad compartida, el
poder compartido.

En el mundo las tiendas ofrecen descuentos a sus "miembros" y los publicistas usan los
nombres de los miembros para mandarles anuncios por correo, pero es solo una
membresía de tipo organizacional y no orgánica, no existe relación alguna, aunque sean
miembros de un club, una revista, etc.

La membresía es simplemente agregar su nombre a una lista, sin condiciones ni


expectativas. Pero para el Señor, quien nos habla a través del Apóstol Pablo; ser un
"miembro" de la iglesia significa ser un órgano vital de un cuerpo viviente, una parte
indispensable e interconectada del Cuerpo de Cristo. 1Corintios 12:12-27. Necesitamos
recuperar y practicar el significado bíblico de la membresía. LA IGLESIA ES UN
CUERPO, y somos puestos en el mismo cuerpo para tener comunión.

3. LA COMUNIÓN ES MEJOR EN FAMILIA.


 La iglesia es la familia del creyente.
Efesios 2:19 NTV. Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni
extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de
la familia de Dios. Efesios 1:5 “Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros
de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente
lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo”. Romanos 8:15 …hemos recibido el
espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
 El creyente necesita de la Familia.
Para aprendernos a amar.
Dios es amor, la lección más importante que quiere que aprendamos en la tierra es
cómo amar. Cuando amamos es que somos más semejantes a Él, y, por lo tanto, el amor
es el fundamento de cada mandamiento que nos ha dado: Gálatas 5:14 “Porque toda
la ley se resume en este solo mandato: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” La
comunión nos facilita o dificulta esta parte, todo depende de nosotros, de cómo
apliquemos la palabra de Dios a nuestra vida. No digo que sea fácil amar especialmente
a aquellos que nos lastiman, Aprender a amar desinteresadamente no es una tarea fácil.
Es contrario a nuestra naturaleza egocéntrica y orgullosa, por eso es que se nos ha dado
una vida entera para que lo aprendamos. 1Corintios 13.

Para dar testimonio.


A través del amor que nos expresamos damos testimonio al mundo de que somos
discípulos de Cristo… Juan 13:35 NTV “El amor que tengan unos por otros será la
prueba ante el mundo de que son mis discípulos”. Cuando nos reunimos en amor
como una familia, a pesar de tener diferente, posición social, pasados y experiencias
personales, le estamos dando un poderoso testimonio al mundo de que Somos
discípulos de Cristo.

Para dar o recibir estimulo, apoyo y ánimo para madurar y crecer.


Hebreos 10:24 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las
buenas obras.” Eclesiastés 4: 9-10,12 “Más valen dos que uno, pues, mayor provecho
obtiene de su trabajo. Y si uno de ellos cae, el otro lo levanta. ¡Pero ay del que cae
estando solo, pues no habrá quien lo levante! Uno solo puede ser vencido, pero dos
podrán resistir. Y, además, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente.”

Porque cristo está presente cuando compartimos juntos.


Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos.”

Porque hay gran poder cuando los creyentes oran juntos.


Mateo 18:19 “Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo (compañerismo,
asociación, participar de algo en común) aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi
Padre que está en el cielo se lo dará.”

Para desarrollar mis dones, talentos y habilidades.


1Pedro 4:10 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”
Cuando buscamos el bien para la casa de nuestro Dios, cuando amamos su morada y
nos disponemos a servir en su obra, comenzamos a desarrollar dones, talentos y
habilidades que Él ha puesto en nosotros y que las descubrimos solo cuando nos
disponemos a servir y servir a otros, Dios está dispuesto a potencializar en nosotros
sus talentos, y esto lo hace mediante la congregación, al servir en su obra, al servir a
los demás.
4. LOS “UNOS A LOS OTROS” DEL COMPAÑERISMO.
Servíos los unos a los otros. Gálatas 5:13
Aceptaos los unos a los otros. Romanos 15:7
Perdonaos unos a otros. Colosenses 3:13
Saludaos unos a los otros. Romanos 16:16
Soportaos las cargas unos a otros. Gálatas 6:2
Prefiéranse los unos a los otros. Romanos 12:10
Honraos los unos a los otros. Romanos 12:10
Enseñaos los unos a los otros. Romanos 15:14
Someteos los unos a los otros. Efesios 5:21
Animaos los unos a los otros. 1Tesalonicenses 5:11

La comunión bíblica significa estar tan comprometidos los unos con los otros como
estamos comprometidos con Cristo. La expectativa que Dios tiene de nosotros es que
demos nuestra vida los unos por los otros. Muchos conocemos Juan 3:16, pero no
conocemos 1Juan 3:16 "Jesucristo dio su vida por nosotros. Y nosotros deberíamos de
dar nuestras vidas por nuestros hermanos."
A esta clase de amor que se sacrifica es el que Dios espera que demostremos a otros,
estar dispuestos a amarnos de la misma manera que Jesús nos amó.

5. LA COMUNIÓN EN LA SANTA CENA.


1Corintios 11:23-34
Nada expresa la vida de la iglesia en manera más visible que la mesa del Señor. Todos
venimos al pie de la cruz, todos venimos como pecadores perdonados, todos venimos
como uno con Cristo. La santa cena visualiza nuestra comunión. Cristo es la cabeza,
todos somos miembros de su cuerpo, todos igualmente redimidos por Él, todos
compartimos su vida, todos somos sostenidos por esa vida. La mesa del Señor nos
humilla, la mesa del Señor nos nivela, la mesa del Señor nos llama a evaluarnos a
nosotros mismos.

Pablo dice, “No vengan, a menos de que se examinen a sí mismos.” La mesa del Señor
de manera vívida celebra nuestra reconciliación con Dios mediante Cristo, y Su cruz.
Estamos unidos mediante el cuerpo y sangre de Cristo, de manera visible en su mesa.

6. LO HERMOSO DE LA COMUNIÓN.
¡Mirad cuán bueno, y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos y en armonía!
Salmo 133:1. En un campamento nazi, estaba un pastor, Dietrich Bonhoeffer, había
sido arrestado, y básicamente fue transferido de cárcel a cárcel, de un campo de
concentración a otro, Y con todas esas transferencias él había perdido contacto con
cualquier persona que él conocía. El mundo al cual pertenecía había sido cortado de él
y sintió que perdió parte de su deleite en el Señor, la comunión con los hermanos.
Porque él pensó “Mirad cuán bueno, y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos
y en armonía” Salmo 133:1
Ese fue un tema muy querido por él, “hermanos viviendo juntos en unidad y armonía,
Esa fue una realidad tan preciada para él que, en base a ese versículo, escribió un libro
acerca de la riqueza de la comunión. “La Vida Juntos”. Él Murió lejos de sus hermanos
en la fe, pero los tenía presentes en el corazón.

Citas del libro:


“La presencia física de otros cristianos es una fuente de gozo incomparable, fortaleza
para los creyentes, una señal física de la presencia de gracia del Dios Todopoderoso.
Cuán inagotables son las riquezas que se abren a aquellos que por la voluntad de Dios
tienen el privilegio de vivir en comunión diaria de vida con otros cristianos.”

“Que el que tenga dicho privilegio agradezca a Dios de rodillas, y declare, es gracia,
nada más que gracia que se nos permite vivir en comunión con cristianos.”

¿CÓMO PODEMOS TENER UNA COMUNIÓN MÁS PROFUNDA?


Interésate genuinamente en la vida de tus hermanos.
El primer mandato que tenemos de nuestro Señor, es ocuparnos con los intereses de
los demás. Una barrera que inhibe la comunión profunda, es nuestra tendencia de
enfocarnos en nuestras propias necesidades e intereses. Pero Cristo, por medio del
apóstol Pablo, nos da el mandato que “cada uno de vosotros considere al otro como
más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino
también los intereses de los demás” Filipenses 2:3-4. Cristo tuvo esta actitud cuando,
siendo Dios, se humilló y tomó la forma de un siervo para morir en la cruz en nuestro
lugar -Filipenses 2:5-8-. Cristo mismo dijo “cualquiera de vosotros que desee llegar a
ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será
siervo de todos. Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Marcos 10:43-45. Si nosotros, como
creyentes, nos ocupamos con el bienestar espiritual y físico de los demás, así como nos
ocupamos del nuestro, vamos a disfrutar de una comunión profunda.

Estimulándonos en el amor y las buenas obras.


Podemos profundizar nuestra comunión en la iglesia por medio de considerar “cómo
estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras…y mucho más al ver que el día
se acerca” -Hebreos 10:24-25-. El hecho de estimularnos a las buenas obras requiere
interacción personal para exhortarnos unos a otros a la obediencia a Cristo. Hablarnos
y retarnos mutuamente en cómo podemos obedecer a Cristo para traer gloria a su
nombre resultará en una comunión más profunda.

Amonestarnos con amor.


Para cultivar una comunión más profunda en la iglesia debemos amonestar y reprender
el pecado. En Mateo 18:15, Cristo nos manda, “si tu hermano peca, ve y repréndelo
a solas.” Este mandato de nuestro Señor no se cumple fácilmente, pero es necesario
obedecerlo con un corazón de amor. Reprender y amonestar es una función del cuerpo
para su edificación y madurez según Colosenses 1:28.
Jesús dijo: “Si te escucha, has ganado a tu hermano” Mateo 18:15. El resultado de
reprendernos unos a otros por nuestros pecados lleva a amistades sólidas y profundas.
Para amonestar a nuestro hermano, nosotros también tenemos que estar listos para
recibir el regaño de otros con un corazón humilde.

Una comunión espiritual más profunda en la iglesia solo viene por medio de aferrarnos
a la Cabeza del cuerpo, que es Cristo Jesús, obedeciendo sus mandatos. Con la ayuda
del Espíritu Santo podemos obedecer sus mandamientos de ocuparnos también de los
intereses de los demás, de estimularnos al amor y las buenas obras, y amonestarnos
por el pecado. Es por obedecer en estas áreas que vamos a disfrutar de una comunión
en la iglesia que sea más profunda y que agrade a Dios.

Cualquier persona que esté en comunión con Jesucristo, está también en comunión con
cualquier otra persona que está en comunión con Jesucristo.

Ése es nuestro punto en común. Nuestra base en común no es social. No es económica.


No es intelectual. No es cosmética. No es ninguna de esas cosas superficiales. Nuestro
común denominador es que en la vida de todo cristiano se encuentra el latido del
corazón de Dios. Nuestro común denominador es que poseemos la vida eterna común.
todos somos hijos de Dios, pertenecemos a la misma familia.

También podría gustarte