Narración Reflexiva

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MI NARRACIÓN REFLEXIVA

Hagamos un trato por el buen trato

Soy ……………………….. docente del área de Comunicación de la I.E.


……………………del distrito de Ventanilla de la región Callao. Tengo a cargo
estudiantes de 4° año de secundaria. La mayoría de ellos proviene de lugares
cercanos al colegio. Sus padres se dedican a diversas labores: vendedores
ambulantes, docentes, policías, administradores, entre otros.
En las primeras semanas de clase, identifiqué que se agredían a través de
apodos. Este hecho me alertó y consideré que perjudicaba la convivencia
democrática. Por ello decidí preguntar a uno de mis estudiantes qué le parecía
esa situación. Me manifestó que nadie decía nada porque lo consideraban
“normal”. Sin embargo, al preguntarle cómo se sentía, me confesó que le
afectaba, pero no expresaba su malestar porque todos lo hacían. Entonces
observé algunos días más para conocer el origen de esas actitudes y por qué se
había normalizado los apodos entre compañeros.

Para mejorar la convivencia del aula, decidí trabajar una sesión de tutoría sobre el
buen trato. En dicha sesión, reflexionaron sobre su forma de relacionarse y las
consecuencias que generan los apodos en el bienestar emocional de las
personas. A partir de esta reflexión, asumieron compromisos enfocados en el
respeto mutuo, Sin embargo, no hubo una mejora significativa. Entonces tomé la
decisión de cambiarlos de lugar y coloqué carteles sobre el buen trato. Si bien es
cierto, la situación problemática disminuyó un poco más, pues ya no se ponían
apodos con frecuencia, pero lo seguían haciendo de forma disimulada.

Me pregunté: ¿Qué está faltando? ¿Cómo puedo generar que reflexionen a


conciencia sobre el respeto? ¿Qué debo hacer para fortalecer sus habilidades
socioemocionales? ¿Qué estrategias tendría que incorporar para fortalecer el
autoconcepto y autoestima de mis estudiantes?

Sobre la base de estos cuestionamientos, busqué replantear la estrategia de mi


práctica pedagógica y así lograr que se materialice los compromisos asumidos
sobre el buen trato. Por ello, me propuse aplicar la estrategia: “Disciplina desde
un enfoque de derechos”. Nelsen y Lott (2015) sostienen que promover un
ambiente seguro, en el que todos revisen su comportamiento contribuye a la
búsqueda de soluciones respetuosas frente a problemas que competen a todos.
Asumí esta premisa y generé un espacio de diálogo con el propósito de revisar los
acuerdos de convivencia. Todos participaron y reflexionaron sobre la importancia
del buen trato. Se realizó la revisión de los compromisos y acuerdos asumidos
para evitar la falta de respeto entre compañeros. Los estudiantes plantearon ideas
como elaborar tarjetas, pegar mensajes en el aula y acciones reparadoras. Se
determinó que cada dos meses habrá una asamblea de aula para evaluar los
acuerdos. Con el objetivo de seguir fortaleciendo la convivencia democrática
desde el enfoque de derechos, al inicio de cada sesión recordamos los acuerdos
y preguntamos si las venimos respetando en otros espacios. Dichos acuerdos se
comunicaron a los padres de familia con la finalidad de que desde sus hogares
refuerce las acciones que implican el buen trato.

Considero que esta estrategia fue más efectiva; en primer lugar, porque los
estudiantes asumieron que cada persona es sujeto de derechos y como tal
merece respeto; en segundo lugar, porque de forma individual propusieron lo que
le gustaría mejorar en su aula para lograr una buena convivencia. Es así como
logré responder a la necesidad del aula para promover la convivencia
democrática.

Con la acción realizada se ha evidenciado mejoras en la convivencia en el aula;


no obstante, se requiere seguir fortaleciendo y buscar otras estrategias que,
además, incorpore a toda la comunidad educativa para realizar un trabajo de
forma conjunta porque la disciplina a partir del enfoque de derechos consiste en
lograr que las niñas, niños y adolescentes actúen desde su propio razonamiento y
convicción, en lugar de hacerlo para recibir recompensas o evitar el castigo
(Minedu 2023).
Durante la implementación de esta estrategia siento que promover la reflexión a
partir del enfoque derechos, mejora la convivencia en el aula. No solo ha
constituido un aprendizaje para mis estudiantes, sino también para mi persona. Mi
práctica pedagógica se ha fortalecido, lo cual me llena de satisfacción ya que la
situación problemática fue una oportunidad para fortalecer las competencias
ciudadanas y como resultado en el aula se fomenta la práctica del buen trato y se
evite la violencia verbal y/o física entre compañeros y compañeras. Asimismo, me
ha permitido empoderarme gradualmente de la estrategia vivenciada “Disciplina
desde un enfoque de derechos”.

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