Recomendado Renacimiento Manual 2017 Uned
Recomendado Renacimiento Manual 2017 Uned
Recomendado Renacimiento Manual 2017 Uned
ÍNDICE 7
TEMA 3. MAGNIFICENCIA ..... ............ ......... ............ ...... ....... .... ... .. . 93 Estudios de caso:
Durero .... .. ........... .. ..... .... .. ... ..... ... .... ...... ... .... ... .... ................ .... . 222
Modelo clásico y políticas de persuasión ... ......... ... .. .................. .. ... 93 La imprenta y la difusión del Renacimiento ....................... ... .. 232
•
Los espacios de la magnificencia ........ .. ...... ........ ...... ............ ... ..... .. 97 Flandes e Italia en España a comienzos del siglo XVI: Pedro
El palacio en Italia ..... .. ......... ................................. ......... .... .......... .. . 104 Berruguete .............................................................................. . 236
Las villas .. ...... .... ... ... ................ ... .......... .... .. ... ..... ....... ........ ............. . 111 Los sepulcros italianos en España .......................................... . 240
Estudios de caso: El patronazgo de los Mendoza .............................................. .. 243
El arte en el contexto suntuario ..... .............. ..... ....... .......... .... .. 119 Carlos V en la Alhambra ........... .... ...... ..................... ............... . 248
Las magnificas casas de los banqueros florentinos ................ . 123 Úbeda y Francisco de los Cobas ....................................... ..... . 252
Los Studioli ... ... .... ........ ....... .... ... ........... ....... .............. ............. . 127 El manuelino ............... ...... ... ...... ... ..... .. ... .. .. .. .............. ... .... ..... . 258
La cámara de los esposos ........ ...... ........ ............ .................. .. .. 131 Serlio ...... ....... ...... .. ......... .. ... ..... ....... ........ .......... .. .................... . 262
Los Reyes Católicos ............ ................. .. ... ................ ........ ..... . 133 Vignola ......................................... .............. .......... ...... ........ ..... 267
Palacio Te .. .... ...... ....................... ...... .............. .... ........ ....... ...... . 136 Palladio ...................................................................... .. ........... . 271
La política artística del Imperio ............ .......... .......... .............. . 140
Castillos de Francisco I en Francia ................... ........ .............. . 275
La escuela de Fontainebleau ........ ... ... .......... ......... .. .... ............ . 143
La adaptación devocional de la escultura italiana en España .. 279
Casas y alcázares del rey en España ...... .......... .... .. .................. 147
El Greco ...... ........ ............................................................. .. ... ... 282
Los tapices ................... ... ......... .............................. ..... ...... ....... 153
TEMA 6. RELIGIÓN ..................... .. ..... ... .......... ..... .... .... .... ... ... .......... 293
TEMA4. CIENCIA Y ARTE.................. .. ....... .............. ...... ..... .. ........ 159
La liturgia y el espacio religioso antes y después de Trento .... ... .. .. .. 293
La ventana albertiana y la construcción del espacio pictórico
El soporte visual de la liturgia y la devoción .. ..... ... ..... ... ... .... ......... . 298
mediante la perspectiva ............. .... ... ..... ........................ .... ....... ...... . 159
Matemáticas y geometría en las cortes europeas ....... ....... .. ...... ...... . 165 Reforma protestante e imágenes ............ ............. ............... .... .... ..... . 303
Imágenes para conocer el mundo .................................................. .. 170 El concilio de Trento y las imágenes ...... .. ......... ........ ........ ...... .. ..... . 305
Estudios de caso: Estudios de caso:
La aplicación de la perspectiva en la pintura florentina ........... . 174 Fra Angelico .............. ................ ................ ..... .... ........ ............ . 310
Leonardo: pintura y ciencia ... .... ..... ... ......... ... ......... ............ .... . 185 La basílica de San Pedro del Vaticano .. ...... ....... ...... ............... . 311
Los ingenieros .............. ......... .. ... ................. ....... ...... ........ ... ... . 193 Il Gesu y la arquitectura de los jesuitas ........... .. .. .... ......... .. ... .. 317
La imagen de la guerra ..... ............. ....................... ..... ....... ....... 198 La iconografía del Juicio Final de la Capilla Sixtina .. ........... . 320
El monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial............. 323
El concepto de decoro y la precisión de los contenidos des-
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y pués de Trento ...... ........................ ... ..... .... .... .... .. ................ ... .. . 329
EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO .... .............. ..... . 205
El viaje ................ ....... ...... .. ............ ........ .............. ........ .. .. ....... .... .... . 205 TEMA 7. CIUDAD .. ... ... ........... .............................. .. ......................... . 333
La pintura flamenca........... .. ............ ........ ..... .... .. .. ... ... ........ ........ .... . 209
Los virreinatos americanos de la monarquía hispánica .................. . 217 La experiencia de las nuevas ciudades ........................ ........ ........... . 333
8 RENACIMIENTO ÍNDICE 9
Ciudad y obra pública.... ..................... .. ..... .. ..... ....... .. . .............. .... ... 337 La terza maniera en las artes visuales de las cortes italianas.. 458
La plaza ...... .... ... ............... ...... ....................... .... ..... .... .. ...... ... ... .... ... 344 La romanización de las artes visuales en España. ..... ... ......... .. 467
.Estudios de caso:
Las capitales de los virreinatos americanos: Lima y México .. 347
Roma.. ..... ... .... .. ....................... .... ... ............. .... ... ...... ................ 351 TEMA 10. PRODUCCIÓN, ENCARGO Y CONSUMO ................... 477
Sevilla ......................... ......... .. .... .... ... .... ... .. . ................ ......... .... 355
Toledo ..... ........ .. .......... .. ... .. ..... ........ ...... ..... ..... .. ... .. .... .. ..... ....... 359 El arquitecto del Renacimiento. ......... .... ..... ................ ...... ... .. ... ...... 477
Nápoles .... .......... ...... ... ..... ...... ...... .... ... ............. ....... .... ... ... ....... 362 Sistemas de encargo y producción en las artes visuales del Renaci-
miento ... ..... ....... ....... ... .... ... .. .. ........... ..... ..... ....... ... .. .... .... ...... .... .. ..... 480
Palermo ... ................... ..... ............................................... ... .... ... 365
El modelo vasariano de genio artístico. .......... ..... .... .......... .... ....... ... 483
Estudios de caso:
La demanda de las artes visuales en el contexto de la cultura
TEMA 8. IMAGEN ...... .... ....... ............... ... ..... ......... .. ..... .. ......... ... ...... . 371
material. ....... ........ ..... ... .... .. ........ ........ .. ...... ... ........ ....... ...... .... .. 489
Simulacro y memoria en el Renacimiento.. .... .... ....... .. ........ ..... ....... 371 Los talleres florentinos del siglo xv ........ .... ....... ............ .. ...... . 493
Viviendas urbanas en Francia.. .... ......... ......... .... .... ...... ... ... ...... 496
Pintura y narración .... ... ... .... ......... ...... ... .... .. .... ............. .... .... ........... 376
Philibert de l' Orme ..... ..... ... ........ .. ....... ....... ............................. 499
Reglas de dibujo, composición, y colorido: juicio y gracia...... ....... 379
Rodrigo Gil de Hontañón ............ ......... ....... ...... .... ...... ...... .. .. .. 502
Estudios de caso:
El Basca.. .. .... .. ...... .. .... .. .... .. ...... ................... ..... ..................... .. 389 Leone Leoni, el ascenso social de un escultor de corte .... ..... .. 506
El paisaje y las representaciones de vida cotidiana en el mundo Los hospitales ..... ... .. .... ...... .. .. ........ .. ............. ...... ............... ...... 507
flamenco ......... ..... ......... .... ................... ........ ... ...... ...... .. .. .. .. ..... 392
Sandro Botticelli ... ...... ...... .. ........ .... ... ........ ....... .. ..... .. ........ ...... 395
BIBLIOGRAFÍA. ... ... ...... .. ..... ........ .... .... ........ ...................................... 513
Rafael y sus discípulos en las Stanze del Vaticano ..... ...... ....... 399
Pintura de manchas ......... ... ... .. .... ... ............... ..... ........ .... ... .... .. . 403
La decoración del monasterio de El Escorial ... ... .. ..... .. .... ...... . 405
El retrato pictórico en las cortes europeas del siglo XVI... ... .. ... . 409
Clasicismo y Manierismo ... ...... ........... .. ....... .... .. ........................ ..... 419
Miguel Ángel y Rafael antes del Sacco de Roma ..... ... .... ... ...... ...... 423
La pintura veneciana ... ... ... .......... .... ........ ...... .................... ....... ...... .. 435
Estudios de caso:
Miguel Ángel arquitecto ..... ... .......... ..... ...... .... ....... ....... ...... ..... 448
La ruptura de la norma en la Capilla Sixtina ............. .............. 452
~a expresividad formal y emocional de las figuras de Miguel
Angel ..... ........ ... ..... .... ... ......... ..... ... ............................ ....... ...... . 455
10 RENACIMIENTO ÍNDICE 11
. '.
Tema 1
,
•
CUESTIONES TEORICAS
La idea de arte no es una categoría universal y por encima del tiempo. Por
ello tanto esta noción como el propio relato de la historia del arte han sufrido
una importante revisión en los últimos años. Incluso se cuestiona, con bastan-
tes argumentos, su eficacia como herramienta intelectual adecuada para el
mundo contemporáneo. Sin embargo, el discurso sobre el nacimiento y el desa-
rrollo de las bellas artes ha tenido un impacto histórico y aún hoy tiene un peso
cultural que hace conveniente su análisis en unos estudios de iniciación a la
materia. Los siglos de historia del relato le otorgan validez. Su propia presen-
cia ha construido el modo particular de relación con la arquitectura, la pintu-
ra y la escultura del pasado que mantiene la mayor parte de la sociedad con-
temporánea en nuestro contexto cultural. Por un lado, hay que reconocer que
las bases teóricas que han alimentado esta mirada estética de nuestro mundo
se han desarrollado a partir de la teoría artística que se formuló en el Renaci-
miento como pensamiento de vanguardia. Por otro lado, el traslado al museo
de los objetos artísticos del Renacimiento ha motivado que tal mirada estética
se convierta en su modo habitual de lectura. Estos objetos han sido emplaza-
dos para ser vistos desde la historia del arte, con sus sistemas de clasificación
y sus acercamientos historicistas, estéticos e iconográficos. La producción de
imágenes y arquitectura en los siglos xv y XVI, la teorización coetánea sobre
ellas, su categorización como obras de arte, y la construcción intelectual de la
historia del arte del Renacimiento han sido episodios fundamentales en la for-
mación de la conciencia moderna occidental. Estos procesos explican aún
muchos comportamientos de nuestro mundo actual. Por todo ello se hace nece-
sario conocer las premisas de este filtro cultural. Sin embargo, la familiariza-
ción con los fundamentos de este relato sobre el arte en el Renacimiento no
debe obviar ni la revisión que del mismo se ha efectuado en los últimos años,
ni los nuevos modos de interpretación de los objetos artísticos que está for-
mulando el pensamiento contemporáneo. Más todavía cuando parte de esta
reinterpretación se enraíza precisamente en modos de experiencia de la obra de
14 RENACIMIENTO
TEMA l. CUESTIONES TEÓRICAS 15
Burckhardt definió la cultura del Renacimiento a partir de seis líneas Desde los estudios de Walter H. Pater a los de Bernard Berenson, el Rena-
eXl?licativas: el nacimiento del estado, el desarrollo del individuo, el resurgir cimiento es el momento de los grandes artistas que rompen con el pasado para
\. ~: dé la antigüedad clásica, el descubrimiento del mundo y del hombre, la socie- formular un arte nuevo basado en las referencias al mundo clásico, a la natu-
'. dad y las fiestas , y la religión y la moral. Su esquema se fundamentaba en dos raleza y al hombre. Según este mito aparecían individuos creadores que se
elementos básicos: la ruptura con la Edad Media, y la confluencia de las trans- dedicaban a la pintura, la escultura, la arquitectura y la poesía desplegando su
formaciones sociales, económicas, políticas, religiosas, y culturales. De esta genio guiados por la razón y la búsqueda de la belleza. Para Burckhardt, Jaco-
forma lo primero, la creación de una nueva civilización, no se entiende sin lo po y Francesco Sforza convirtieron al condottiero en fundador de estados. Y
segundo, la coordinación de todas estas transformaciones (fig. 1.2). Desde el para Pater, Sandro Botticelli transformó de la misma manera el legado de
punto de vista estricto de la historia del arte, la interpretación que se hizo del Giotto en una pintura de temas y sentimientos nuevos:
Renacimiento partía igualmente de estos supuestos. Para Burckhardt, el arte
"Dejando la simple religión que había ocupado a los seguidores de Giotto
era uno de los principales indicadores del cambio, hasta el punto que gran
por un siglo, y el simple naturalismo que había crecido de ella , una cosa sólo
parte del esquema que desarrolló se debía a la imagen del periodo que había de pájaros y flores , él buscó la inspiración en lo que para él eran obras del
creado un pintor del siglo XVI, Giorgio Vasari, en la antología que escribió de mundo moderno , los escritos de Dante y Boccaccio, y en sus nuevas lecturas
biografías de artistas italianos coetáneos. El arte modemo nacía igualmente en de las historias clásicas: o, si él pintaba hechos religiosos, lo hacía con una
oposición a las prácticas anteriores . Suponía el desarrollo del individuo y el corriente subterránea de sentimiento original, que te toca como el asunto real
reencuentro del hombre consigo mismo y con el mundo circundante, así como de la pintura a través del velo de su tema aparente" .
un revivir de la antigüedad clásica, en la que se tenía un modelo para estos
valores (fig. 1.3). Sobre estos contenidos ideológicos, el primer desarrollo de la historia del
arte como disciplina eminentemente formalista sumó una serie de determi-
nantes estéticos. En el esquema de Heinrich Wblfflin, y de forma simplifica-
da, el Renacimiento se identificó con unos valores convencionales marcados
por la simetría, el equilibrio y la claridad compositiva y expositiva. También
se relacionó con la idealización de las formas y la búsqueda de belleza como
dos fundamentos básicos de la estética del Renacimiento. A lo largo de los
capítulos siguientes iremos viendo cómo estos supuestos deben ser conside-
rados convenciones historiográficas que definen tendencias que no siempre se
ajustan a la variedad y complejidad del arte desarrollado en los siglos xv
y XVI. (AUH)
Durante casi todo el siglo XIX y comienzos del siglo XX, el concepto clási-
co de Renacimiento formulado por Burckhardt fue asumido sin cuestionar ape-
nas las bases de su explicación. Si acaso, se proponían modificaciones de
aspectos parciales, o se retomaba la idea desde posiciones ideológicas diver-
sas. Por ejemplo, la interpretación marxista del Renacimiento continuaba natu-
ralmente las ideas burckhardtianas de cesura con el mundo medieval y con-
fluencia de cambios diversos en el nacimiento de una nueva sociedad.
Las primeras críticas a Burckhardt partieron de los estudios culturales e
Figura 1.2. Retrato de Jacob Burckhardt. Figura 1.3. Antonello de Messina, Retrato iconográficos de la escuela de Aby Warburg, y de los trabajos de algunos
de un hombre. 1475-1476. Madrid, Museo medievalistas como Johan Huizinga. Hoy se piensa por ejemplo en la existen-
Thyssen-Bornemisza. cia de una mayor continuidad entre la Edad Media y el Renacimiento. Como
Hay que recordar además que Europa tuvo otros referentes: los Países
Bajos y Alemania. La corte borgoñona del siglo xv fue un modelo cultural, Figura l.6. Vista parcial del castillo de Chambord. 1519-1547.
El ciclo humanista Figura 1.9. Dieric Bouts, Anunciación. 1445. Madrid, Museo del Prado; A1essio
Baldovinetti, Anunciación. 1447. Florencia, Uffizi; Petrus Christus, Anunciación. 1452.
Brujas, Groeninge Museum; Gentile Bellini, Anunciación. 1465, Madrid, Museo Thyssen
~ p.esar de la vocación tradicional de la historiografía artística por el esta- Bomemisza; Botticelli, Anunciación. ca.1485, Nueva York, Metropolitan Museum;
blecImIento de clasificaciones, la historia del arte occidental presenta una Juan COlTea de Vivar, Anunciación. 1559. Madrid, Museo del Prado; y Tiziano,
notable unidad en el espacio temporal que media entre las invenciones de la Anunciación. 1562-64. Venecia, San Salvatore.
imprenta y la máquina de vapor. El humanismo creó un modo particular de
interpr~tación. ?ultural y estética de la arquitectura y las imágenes a partir de
su conslderaclOn como obras de arte. Hasta la Revolución Industrial, tanto la
naturaleza. como l?s fines, los usos y los modos de relación con estos objetos En el campo de la arquitectura, el punto de partida fundamental fue la recu-
se mantuvI~ron mas o menos constantes en Europa. Las formas artísticas, que peración del modelo clásico como referente de prestigio (fig. 1.10). La práctica
es el espaCIO sobre el que se han realizado la mayor parte de las clasificacio- y la teoría constructiva de la Edad Moderna estuvieron fundamentadas en la
ne~, también s~frieron escasas variaciones. Pese a la importancia que la his- voluntad de restauración de la arquitectura griega y romana que se inició en el
tona de los estilos otorga a los cambios formales, las diferencias de este tipo Renacimiento. La arquitectura antigua fue retomada a través del estudio, medi-
entre un retrato de Sandro Botticelli y otro de William Hogarth son cuestio- ción y dibujo de los restos físicos , y de la relectura de los textos clásicos, fun-
nes menores ante la distancia entre ambas pinturas, un icono bizantino y una damentalmente Los diez libros de arquitectura del romano Vitruvio. Este obje-
acuarela de Vasili Kandinsky. Uno de los legados fundamentales del Renaci- tivo fue un horizonte común a toda la Edad Moderna, y tuvo mucha más
Bibliografía comentada
30 RENACIMIENTO
TEMA 2. RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 31
diar las construcciones de la antigua Roma en compañía de Donatello, y Vasa- arquitectura romana, y fue utilizado por arquitectos, ingenieros y tratadistas
ri en el siguiente siglo recordaría que excavaron juntos, y que "se había corri - hasta el siglo XVIIJ. Los foros, las bas~Icas.' las termas, I~s, teatros~ la casa roma-
do la voz en toda Roma, así que, cuando pasaban por las calles vestidos des- fueron conocidos gracias a VItruvlO, pero. tambIen l.os SIstemas cons-
~ aliñadamente, los llamaban "los hombres del tesoro", pues la gente creía que ~~~¡ivos, los materiales o la decoración de los antIguos, pudIeron conocerse en
se dedicaban a la geomancia con el objeto de encontrar tesoros". Sigue dicien- las ediciones renacentistas.
do Vasari que cuando Donatello tuvo que regresar a Florencia, Brunelleschi
"no dejó un solo tipo de edificio sin dibujar: templos circulares y cuadrados, No fue desconocido durante la Edad Media, como reflejan tanto las I.ib~erí
octogonales, basílicas, acueductos, baños , arcos, coliseos, anfiteatros, y todos as de los monasterios, en las que se copió ~na y otr~ vez, C0n;t0. el c~:moclmIen
los templos de ladrillo, de los que extrajo los métodos usados para cinchar y to que del texto tuvieron Petrarca, BocacclO o C~nnlOo Cenmm, aSI qu~ no fue
atirantar, y su empleo en la construcción de bóvedas ... ". Son palabras que "descubierto" por el Renacimiento, sino re~escublert? en 1416 ~or POgglO Bra~
explican que la arquitectura del Renacimiento no recuperó la antigüedad clá- ciolini en el monasterio de Saint Gall. A fI?es del sl~lo xv la ~prenta. perm~
sica tan solo en sus tipologías y elementos decorativos, sino también en los tió la eclosión de distintas ediciones a partIr de la pnmera, de GlOvannl SU1PI-
sistemas constructivos. zio da Veroli entre 1486 y 1490. Las más fa~osas , entre otras razone~ porque
incluyeron ilustraciones, fueron la de Fr~ GlOcondo en 151~, en latlO y que
A ello hay que añadir que el afán por conocer la propia antigüedad fue uni- difundió una planta de casa romana amplIamente usada en. VIllas ~ c~nstruc
versal, y así los Medici descubrieron el pasado etrusco de la Toscana -"Dux ciones palaciegas (fig. 2.1); la traducción d~ ,Ces~e Ces~lano alltahano en
Aetruriae" se autodenominará Cosme 1 de Medici y el fantástico bronce de la 1521, y la de Daniele Barbara en 1556, tamb~en edItada vanas veces, d~ l~ que
Quimera de Arezzo descubierto en 1553 fue pieza casi mítica de su colección- adema s ver en la imagen la portada de un ejemplar procedente de la blbhote-
y Mantegna incorporó a sus pinturas arcos romanos de la zona de Padua y Man-
tua. Dando un salto espacial y cronológico, Nebrija medía el anfiteatro de Méri-
~a de los jesuitas de Alcalá de Henares (fig. 2.2). A .eH.as habría .que s,umar la de
Filandro (Guillaume Philandrier) de 1544, que se IUTIlta a los cloco ordenes (lo
da para saber la longitud del pie romano y años después nos encontramos a Feli-
pe II con su arquitecto Juan de Herrera estudiando los restos romanos de la
misma ciudad durante su viaje a Portugal, con ocasión de la anexión de ese reino
a la monarquía de España en 1580, o a Hemán Ruiz "el Joven" inspirándose en LJBH. 1) !'4;! U C_t
el anfiteatro de Itálica para la planta elíptica de la Sala Capitular de la catedral M· VITR VVIl PO LLIO NlS }V5 >
de Sevilla (Morales, 1996). En España hubo obras tan ilustrativas de esta pasión DE ARCHITECTVRA
por lo antiguo, como las Antigüedades de las ciudades de España (1575) de L 1 8 R J D E e E M,
Ambrosio de Morales, pero fue algo general en el siglo XVI en toda Europa. CVM COMMENTARII S
D A N I E L I S U 11. R U A R 1,
~ L ti TI 1) A T " I A ~ e ti Ati
También en este caso, como en el de la mitología, debemos señalar que en ~.1Id1¡bu r4
• Q...~ I L a llt W $ I $ ,
w:",n.
coleccionistas de antigüedades en la España de los Austrias, ha recordado tam- m.h(I"¡ r,,,,,
,o"u ,l;;
n,lIbl filU lr
bién cómo los mármoles romanos fueron utilizados constantemente por los t=':~~I¡
fít'ipo","' .
musulmanes en sus obras.
y mientras estos arquitectos estudiaban directamente las ruinas, y todo ese
proceso era encomiado y difundido en libros de humanistas, tratadistas, y gra-
v 1: N E T 1 I SI
bados, Vitruvio era traducido y comentado. ¿Y quien fue Vitruvio, ese al que ApUl! r rllKik:umf-nfl(íl'cium Scncnkm ,& 10m. Crughcr Ctraunum.
M. D. J.. X V 11.
se refieren todos los historiadores de la arquitectura del Renacimiento como
modelo para la recuperación de la Antigüedad? Fue un arquitecto e ingeniero
romano, de la época de Augusto, que escribió un tratado, De architectura, divi- Figura 2.1 . La casa romana. Edición Figura 2.2. Portada de la edición de
dido en diez libros. Incorporó a sus páginas la herencia del arte griego en la de Vitruvio de Fra Giocondo en 1511 . Vitruvio por Daniele Barbaro en 1567.
32 RENACIMIENTO
TEMA 2. RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 33
llamó Annotationes) y la traducción al francés de Jean Martin de 1547, con gra- las cuestiones técnicas y a un Lexicon Vitruvianum que aclara~~ los té~min?s
bados de Jean Goujon que se sumaron a los de otras ediciones anteriores vitru- técnicos de difícil comprensión. A ello se añadía la comparaclOn de VltruvlO
'. con los restos arqueológicos, y una descripción de las antigüedades (Schlos-
vianas como las de Fra Giocondo y Cesariano. Al portugués lo tradujo Pedro
~ Nunes ca. 1541, y una traducción al castellano por Miguel de UlTea se publicó ser, 1986). Ellos impusieron que Vitruvio fuera el que marcaba las reglas de la
en 1582, si bien hay traducciones españolas manuscritas anteriores, que circu- buena arquitectura, las que seguía la llamada secta sangallesca, con la que se
laron entre los arquitectos aunque no llegaran a la imprenta. Además de las dis- conocía a los arquitectos que trabajaron con Antonio Sangallo el Joven en sus
tintas ediciones, a Vitruvio se le conoció gracias a la interpretación de Leon múltiples encargos. Como ha señalado Bruschi (2002), en alg~no~ de s.us pro-
Battista Alberti en De Re aedificatoria, y al resumen que de ambos hizo el espa- yectos este arquitecto siguió casi a} ~ie de la .le~ra la s~cuencla vl~ruvl~na ?e
ñol Diego de Sagredo en sus Medidas del Romano de 1526, aunque su impor- vestíbulo atrio, salas a los lados, portlco (penstz!o), patIO (cavoedw) y jardm,
tación de lo italiano se basara más en un lenguaje decorativo que incluía los lo mism~ que orientó sus edificios y proyectos urbanos siguiendo la teoría
órdenes, los balaustres o los frontones de vuelta redonda, que en una compren- vitruviana de los vientos, algo por otra parte común a las grandes obras de
sión de las estructuras arquitectónicas . Sagredo probablemente viajó a Italia arquitectura del Renacimiento.
entre 1518 y 1522, Y estuvo vinculado al cardenal Cisneros como su capellán, Cuando comenzó a circular la primera edición de Vitruvio a finales del
y al ambiente arquitectónico de la ciudad de Toledo cuando se comenzaban las siglo xv, se publicaron otras obras en las que se recreaba la antigüe.dad. En
grandes obras de tiempos del emperador. Las Medidas del Romano tuvieron concreto en la Hypnerotomachia Polyphili de Francesco Colonna, publicada en
seis ediciones en París, entre 1536 y 1608, dos en Lisboa, en 1541 y 1542, Ydos
Venecia en 1499, el viaje amoroso de Polifilo tranSCUlTe entre antigüedades
en Toledo, la primera de 1526 y otra en 1564.
(fig. 2.3). A ello se sumó la circulación de manuscritos, que nunca debemos
El tratado de Vitruvio tenía varios problemas: estaba escrito en latín y no
tenía imágenes, por lo que interpretar las palabras llevó a resultados muy dis-
tintos, a lo que se sumó que al ser de la época de Augusto toda la arquitectura
uCf6 Ioci:lppédct1a.Gliqli rami 6: í 'lu;a6: 11 affiti, t'li "'rflirj¡')~ krUilfl
romana posterior no estaba recogida. Por todo ello, cuando los arquitectos se 6na al t\IIUCO anniuer{ario tltu.mo.Er rilOrllJto lo :lnno nlncql lc ar"t¡
ltt fronJe nrosl'~'dole&l i (;acnficilli nlp"1.trOli ,11f.,cnhClo k{~tnl.lI IO.
pusieron a medir los restos conservados, se encontraron muchas veces con que rlluiLuctc d.lppo tLlna 1tlu Icn nIiHim;uui'lc p:ldo 6: ¡111m cú ~blcrui
ri.a«lcbr.no ~h (cu l, ottil'ii,oí l'CC rllpplj~t'Clj rcllf,IIUlC & c~nm~nlt'
Vitruvio no les servía como referente teórico. Sin embargo sí hubo unos prin- ctrglt d~i.q\l" I '¡q; millo St'1I1O 1'1 b.\ro .11111 111\) f,ll't'I ¡I ,lU' C lrr: oc rrr l1\o
&po(cu, d"i:odo IccxucllIc lurol",rll"t,(, 0s"uno I Inllu'n1C(e &c r,n ...
cipios vitruvianos a los que se atendió especialmente en la nueva arquitectura, uo ,ico rn:HC polCllol ,,1nmu Í!:'(II.UU &. 1:\'tIIClllI'MC "hl I.l.IIJ UlU tUUlIC·
C.i ~lLldlo ~11.'()rdttlc 1.1 m i ol lnólSIllI')(lll;\ P., lr;l IJc(xbti,(ch:urédo.
que fueron los de orden, disposición, euritmia, simetría, decoro y distribución. 6t. cti bIJ ll dl~'\,I1~· p.lwll.'IollllJ ol"t'rll,lllflJ d'gltJ dl l.tlltl,Hl tlil1iól "Ú1l1m
El orden era "una apropiada comodidad de los miembros en particular del edi- dJIIOUC inft":;r.lIllt:1\t1.' {·.'(po nendo IIJrr.HO. 6: Ilil.' cú/,cndrnfJmcllrc 111#
HltlHO ¡tI rVJ'h&~ & !i.ItCI\LI !."') 111M'· d',P t.1CCI1ClIi p .~III) fUI! Ifrll('rllt l e
I IXO,OI ICl.'r.lII,ld\n rd<J 6: Jckrto fl.'lH~mll'crIlCllll fl m (\.
ficio, y una relación de todas sus partes con la simetría"; la disposición "una
apta colocación y efecto elegante en la composición del edificio"; la euritmia
"un gracioso aspecto, y apariencia conveniente"; la simetría "es la convenien-
te cOlTespondencia entre los miembros de la obra, y la armonía de cada una de
sus partes con el todo"; el decoro "es el COlTecto ornato de la obra, hecho de
cosas aprobadas con autoridad"; la distribución "es un debido empleo de los
materiales y sitio, y un económico gasto en las obras, gobernado con pruden-
cia" (Vitruvio, Libro 1, capítulo II) . La forma de representar los edificios era
mediante la ichnografía, ortografía y escenografía, que eran las especies de la
disposición, y las podríamos resumir como la planta, el alzado y la vista en
perspectiva, o como decía Vitruvio de esta última, "el dibujo sombreado de la
frente y lados del edificio".
En los años cuarenta en Roma tuvieron mucho peso en la evolución del
gusto arquitectónico los Virtuosi que se reunían en el Panteón entre los que
había arquitectos como el joven Vignola, o matemáticos como Raimondo, sien-
do el principal impulsor de esta academia el sabio Claudio Tolomei da Siena,
que en 1542 expuso en una carta que la intención que les reunía era hacer una Figura 2.3 . Francesco Colonna, Hypnerotomachia
edición de Vitruvio en la que el rigor filológico se sumara a la ilustración de Poliphili. Edición de Venecia, ] 545.
34 RENACIMIENTO
TEMA 2. RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 35
olvidar 9ue fue con.stante en el Renacimiento, por lo que por ejemplo los ficos que no tuvieran uno o vari?s ejemplar~s de Vitruvio ~n su~ distint~s edi-
\ '. ma~uscntos de arqmtectura de Francesco di Giorgio Martini, que comenzó a ciones. Catorce ejemplares llego a tener FelIpe II. Leer a VltruvlO formo parte
\ ,( realIzar en 1476, profusamente ilustrados, fueron ampliamente manejados en de los saberes que todo príncipe, noble, estudioso, ingeniero o arquitecto debía
tomo a 1500. En este proceso de descubrimiento de la antigüedad, recorde- dominar, pese a que la evolución de la arquitectura acabó por dejar obsoleto el
mos que el siglo XVI se seguirá utilizando la expresión de sentirse "enanos a tratado, sustituido por los tratadistas que interpretaron ese legado vitruviano a
hombros de gigantes", heredada del mundo medieval, que vendría a hablar de lo largo del siglo XVI, entre los cuales destacan Serlio, Vignola y Palladio. En
la posición de! hombre renacentista ante ese pasado (Maravall, 1984). Santa relación con esa superación de la antigüedad, Luis Vives se preguntaba en De
Maria de los Angeles en Roma puede ilustrarlo. Es uno de los espacios más disciplinis, "¿quién todavía edifica según las normas de Vitruvio? ¿Quién aco-
majestuosos del Renacimiento, resultado de la conversión por Miguel Ángel moda su régimen dietético a las prescripciones de Galeno? ¿Quién cultiva el
de la parte central de las termas de Diocleciano en una iglesia (fig. 2.4). Si campo al estilo de Varrón o Columenla? Muchas cosas enseñó aquel siglo que
alguien quiere saber de mirada§ llenas de respeto a la antigüedad clásica, debe ahora la experiencia nos demuestra contrarias ... ". y sin embargo, cuando se
e~trar en ella, porque Miguel Angel, que propuso esta transformación al papa quería alabar un gran edificio, recurrir a Vitruvio se convirtió casi en un tópi-
PlO IV en 1561, apenas tocó el espacio, simplemente lo adaptó a los nuevos co. Así, un hombre ajeno a la arquitectura como Mosquera de Figueroa, en
usos religiosos. La decoración interior que hoy vemos, debida a Vanvitelli en 1596 ensalzaba el palacio de El Viso que se había construido el marqués de
el siglo XVIII, desvirtúa algo el proyecto de miguelangelesco. Santa Cruz con las siguientes palabras: "resplandece entre todos los edificios
de su tiempo, que solamente en mirarlos, queda en nuestro ánimo aquella
eurythmia, o satisfacción que resulta de la graciosa vista, symmetría, y pro-
porción que tanto encarece Vitruvio".
Así pues, pese a la relegación a la que paulatinamente fue sometido Vitru-
vio, durante siglos se conservó su nombre en los elogios de los grandes edifi-
cios, aquellos que reflejaban los principios que él había establecido como fun -
damentales, firmitas (firmeza) utilitas (utilidad o funcionalidad), y venustas
(belleza), los tres pilares de la buena, de la perfecta arquitectura. (ACM)
36 RENACIMIENTO
TEMA 2. RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 37
reproducía fundamentalmente estas historias de Plinio como un modelo para
L Battista Alberti (1404-1472) fue el primer teórico humanista que ofreció
'.
la práctica pictórica de su tiempo (fig. 2.5) (MacHam, 2013). Otros autores
literarios e históricos como Horacio, Plutarco, Luciano de Samosata, Cicerón, u~~~eflexión sistemática sobre la ontología y los fine~ de la pintura, la ~scul
\ ,.: tura y la arquitectura a través de sus tres tratados De plctura (1435, pubh.c~do
"', Pausanias y Tito Livio fueron utilizados por los humanistas para informarse
sobre asuntos tales que la comparación entre pintura y escultura, la relación en 1540 Y 1547), De statua (ca. 1465, publicado en 1568)'y pe Re Ae~ifzca
taria (1 443-1452, publicado en 1485). A pesar de no haber sld~ Impresos mme-
entre las imágenes y la literatura, así como para recoger noticias sobre cómo
y para qué encargaban las imágenes griegos y romanos. Es importante señalar diatamente y de estar concebidos para círculos sociales reduCidos, esto~ tex~os
(y otros como el temprano de Cennino Cennini, y los de .Lorenzo ~?Ibertl y
que los escritores de la Edad Moderna hicieron una interpretación selectiva de
estos textos: mientras que los tratadistas de arte y literatura enfatizaban las Piero della Francesca) recogieron un pensamiento ?e amplIa p'ro~ecclOn en ~os
c~estiones que tenían que ver con la legitimación de la práctica y la construc- tres siglos posteriores. Los clásicos ha?ían estableCIdo que .la~ Imagenes debI~
ser simulacros ilusionistas de la realIdad puestos al serVICIO ?e la meT?ona.
CIón del campo artístico, los historiadores prestaban atención sobre todo a la
interpretación social de las imágenes. Alberti y sus contemporáneos consideraban por tanto que .el fIn de la pmtura
era la transmisión de ideas, y que esto debía logr~r~e medIante. la representa-
ción de la realidad en la forma en que esta era percIbIda por el.o]? humano. De
estos dos conceptos, el simulacro fue una novedad del RenaCim~ento apoyada
en su recuperación del arte clásico. Sobre las ideas y la memona hablaremos
con más detenimiento en el capítulo dedicado a las imágenes.
La noción de simulación tenía sus raíces en el concepto clásico de imagen
enunciado por el Plinio. Este autor romano ofrecía varias explicaciones de
carácter mítico sobre el nacimiento de la pintura (MacHam, 2013). Una de
ellas, que fue seguida por toda la teoría artística, indicaba que la pintura había
nacido de la incisión del contorno de la sombra de un hombre en la pared. Al
retirarse este, los trazos quedaron en su lugar. Esta idea del simulacro y la sus-
titución se convirtió en un lugar común de la cultura europea de la Edad
Moderna, con una gran presencia por ejemplo en la literatura. ~u al.can~e
queda revelado por la insistencia de los ~u~ores mod~rnos en otra hls~ona cla-
sica que, en este caso, resaltaba la habrl.Idad del. pIntor para enganar a .sus
espectadores haciéndoles creer que las fIguras pIntadas eran reales (Kns y
Kurz, 1982). El origen del cuento estaba en una leyenda que narraba una com-
petición entre los pintores Zeuxis y Parrasio para decidir quién lograba repre-
sentar la realidad con mayor fidelidad. Zeuxis había conseguido que un?s
gorriones acudiesen a picar un racimo de uvas pin~ado por él. Per~ ~arraslO
sal ió victorioso al tramar un engaño aún mayor haCIendo que ZeuxIs mtenta-
se descorrer una supuesta cortina que tapaba un cuadro suyo. Para sorpresa de
este, la cortina era igualmente fingida. Si Zeuxis había confundido a unos pája-
ros, Parrasio había sido capaz de burlar al pintor que en~añaba a las av~s .. ~sta
Figura 2.5. Giorgio Vasari, Escenas de las vidas de los pintores clásicos. historia sobre los límites y las funciones de las artes VIsuales se convIrtlO. en
1542-1554. Arezzo, Casa de Vasari. un tópico con distintas variantes, que se repitió de forma constante en la lIte-
ratura artística y en otros escritos, y era aplicable tanto a la pintura como a la
escultura (Barkan, 1999). La escultura era, según Alberti, "las artes de los que
intentan producir efigies o simulacros en su obra a partir de los cuerpos crea-
~stos refe~ente~ permitieron, c?mo ha indicado r¿ichael Baxandall, que se dos por la naturaleza".
SustItu~era el Interes por los matenales que compartIan los tratados y el públi-
co medIeval por la atención a la habilidad y los problemas conceptuales sobre Este esquema explicativo basado en pequeñas. historias míticas t~~bién
el sentido de la imagen que aparecía en la nueva tratadística. En este sentido, valía para fijar los orígenes de la imagen renace.ntIsta en la recuperaclO~ del
interés por la representación verosímil de la realIdad. Los textos de los SIglos
38 RENACIMIENTO
TEMA 2, RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 39
xv y XVI ejemplificaron el abandono del estilo convencional bizantino en una imágenes que comunicaban contenidos al espectador dentro del marco de la
'. dudosa anécdota de la vida de Giotto di Bondone (1266-1337). Según conta- representaci~n naturalista d~ o~jetos que resultaban más o m~n~s familiares,
ban Lorenzo Ghiberti, Giorgio Vasari y otros, Cimabue quedó admirado al ver incluso si la Imagen pretendIa figurar una escena o un acontecImIento que los
c¿mo Giotto, siendo aún un niño, dibujaba en el campo una oveja sobre una espectadores pudieran no haber visto previamente, como ocurría con el Naci-
pIedra. Aunque parezca extraño, la oveja es la clave de esta historia. La nove- miento de Venus. Se pasaba de un modelo artístico medieval en el que las imá-
dad de Giotto no residía únicamente en su habilidad técnica, sino en su inte- genes presentaban figuras o narraciones, a otro moderno en el que las imáge-
rés por dibujar al animal del natural, es decir utilizando a una oveja real como nes representaban esas figuras y esas narraciones, como ha indicado Fernando
modelo y no siguiendo algún arquetipo convencional. Para los pintores moder- Marías para el caso español. La presentación podía tener un aspecto más o
nos, el gran cambio frente a la Edad Media consistía en haber convertido la menos naturalista, pero no buscaba reproducir la apariencia de los objetos, sino
imagen en un intento de reproducción de la realidad visible (fig. 2.6). Este giro ofrecer un icono que fuera identificable con un contenido o promoviera una
se produjo también en Flandes, y determinó toda la evolución posterior de las trascendencia. Aunque la representación mantenía este fin comunicativo, arti-
artes visuales occidentales hasta la llegada del mundo contemporáneo. La remi- culaba el mensaje sobre el fingimiento de realidad visual. La pintura y la escul-
sión a la realidad que suponía la oveja de Giotto se extendía igualmente a la tura entonces quedaban fijadas como representación "de las cosas que se ven",
escultura. Pintura y escultura compartían referentes teóricos en el Renaci- es decir como simulación de la naturaleza. Eran simulacros que intentaban
miento, ambas trataban de producir el mismo tipo de simulacros para la memo- reemplazar a la realidad por medio de una copia de su aspecto visible.
ria. Como ha indicado Martin Kemp, los artistas del Renacimiento realizaban De manera retrospectiva, este cambio fue muy bien explicado por Giorgio
Vasari a mediados del siglo XVI, cuando en su historia de los pintores italianos
hacía a Giotto, de nuevo, protagonista de este giro:
"Nació un nuevo estilo, que yo designo, con placer, estilo de Giotto, por-
que fue descubierto por él y continuado por sus discípulos , siendo más tarde
venerado e imitado por todo el mundo. En este estilo se suprime el perfil que
rodeaba completamente las figuras y los ojos, que parecían de endemoniados,
los pies rectos y de punta , las manos afiladas, la ausencia de sombra y otras
monstruosidades de aquellos bizantinos, y se dio más gracia a las cabezas y
mayor suavidad a los coloridos . Giotto pintó sus figuras en actitudes más
correctas y empezó a dotar de realismo a los rostros, plegó los paños con más
naturalidad que sus antecesores y halló, en parte, el difuminado y el escorzo
de las figuras . Asimismo empezó a representar expresiones en los rostros, como
el temor, la esperanza, la ira o el amO/; y el estilo que antes era rudo y difícil
con él se hizo suave. Y si no hizo los ojos con el movimiento propio de los vivos
ni elfinal de los lagrimales, ni los cabellos ni las largas barbas con morbidez,
ni las manos con sus nudillos ni músculos, ni los desnudos como son en reali-
dad, lo debemos excusar por la dificultad del arte y por no haber visto a pin-
tores mejores que él de quien aprender. Adviertan todos , en medio de la pobre-
za de aquel arte y de los tiempos, la calidad de sus escenas, el cuidado por el
aspecto y la obediencia fácil al natural, porque se aprecia bien que las figuras
obedecían a lo que tenían que se/'; y así se demuestra que tuvo un juicio muy
bueno, aunque no pe/jecto" .
En este contexto, sobre el precedente de los clásicos y de Giotto, los trata-
distas y pintores del Quattrocento buscaron encontrar reglas que permitieran
codificar el proceso. El protagonismo en esta definición ontológica y técnica
de la pintura recayó en Lean Battista Alberti gracias a su doctrina de la pintu-
ra como ventana a la realidad que expuso en su tratado De pictura (1435, publi-
Figura 2.6. Giotto, Juicio Final (detalle). 1306. Padua, cado en 1540 y 1547), Y en Filippo Brunelleschi (1377-1446) gracias a sus
Capilla Scrovegni. experimentos con la perspectiva, que comentaremos en otro apartado poste-
Figura 2.10. Diego Siloe, Escalera Dorada. Figura 2.11. Filippo Brunelleschi, Sacristía vieja.
Catedral de Burgos. 1519-1523. ca. 1420-1428. Iglesia de San Lorenzo. Florencia.
co' , en lo que ~e Incluyen lo mismo templos que fortificaciones, responde CIOS f ' ., d I
Maria Novella (ca. 1455 -1470) ( ig. ?16), se convlrtl? en una e as o ras
b
n:eJor a la realidad de aquellos siglos que hablar de arquitectura civil o rel i- ue mejor expresa la concinnitas, su Idea de la armonla entre las partes y de
giosa como hacen las historias al uso, Teoriza también Alberti sobre las obras ~s partes con el todo, al ser c~paz de integrar la parte baja de la fachada
hidráulicas, la ciudad, los teatros, los ornamentos de las fábricas." 't' a en un sistema de proporciones modular plenamente renacentista. Este
go IC , I b d ' b' , I
~engamos pres.ente, antes de aproximarnos a sus obras, que fue el gran se hace exp líc ito mediant~ ~I color del m~r~ol, ree a oran o aSI tam len e
arqultect? pr?yectlsta, pero que nunca dirigió sus obras, bien fuera por falta modelo de la iglesia romanlca de San Mlnlato al Monte.
de experiencia como constructor, bien porque su idea de la arquitectura res-
pondiera antes a unos valores visuales de las formas, que a estructuras cons-
tructivas . Esta característica de su obra construida hace que Alberti sea un hito
del Renacim!ento como teórico, que transformó la arquitectura gracias a sus
poderosos c~l:ntes, per~ que cuando se habla de arquitectos que dominaban
la construcClon en ese Siglo, Brunelleschi le supere. Cuando Sigismondo Pan-
dolfo Ma l atest~ le. e.ncargó hacia 1450 renovar el exterior de la iglesia de san
F~ancesco en R~mlnl, el llamado Temp lo malatestiano (fig. 2.15), lo hizo cono-
ciendo la arquitectura romana de la misma zona de Rimini. En concreto el
arco de Augusto inspiraría la fachada inacabada, yen los laterales los nichos
con los sepulcros bajo arcadas se inspiran en los acueductos romanos. Sigis-
mondo iba. a enterrarse con su amada Isotta en este nuevo mausoleo, y por
ello se hubiera rematado con una gran cúpula -símbolo celeste y funerario-
tomando como modelo la del Panteón, tal como vemos en la medalla con -
memorativa de Matteo de'Pasti de 1450.
laterales a base de la travata rítmica, esto es, arcos entre pilastras sobre
pedestales en una sucesión rítmica, se convirtieron en modelos para la
arquitectura posterior. (ACM)
c.:-
....
.,.
r-'
,...,..,.
~
~=I
-.
..J
-=[-
¡""'/op- ~'"
_'-___ ~--==l
Figura 2.17. Lean Battista Alberti, San Andrés. ca. 147l. Mantua.
Órdenes
,
El uso de los distintos tipos de columnas, con sus basas y entablamen- ,
tos, heredadas de la antigüedad clásica, define en gran medida la arquitec-
1oI10NICA.
tura entre los siglos XVI y XVIII. Es una de las cuestiones que permiten hablar
de un gran periodo arquitectónico, independientemente de que luego lo
podamos dividir en Renacimiento, Barroco, y Neoclasicismo. Es también el
periodo en que estuvo vigente, aunque fuera con altibajos, la autoridad del Figura 2.19. John Shute, The First and ChiefGroundes
tratado de Vitruvio.
af Architecture. London, 1563.
56 RENACIMIENTO
TEMA 2. RECUPERACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD 57
dos órdenes de origen romano, el toscano y el compuesto. El toscano lla- . tas" (Bruschi, 1987). Con una planta circular que genera un cilindro, en
mado así por identificarlo con la Toscana y los etruscos, era el más sencillo :~~a escal era Bramante utilizó la superposición de órdenes (fig. 2.25). Vasari
y austero de todos, sin ningún tipo de decoración, y el compuesto era más la describía así: "hizo una escalera de caracol sobre column~s. que s~ elevan,
complejo, el más decorado, con un capitel que mezclaba jón ico y corintio de tal for ma que se puede subir a caballo, yen la que el dOrlco se mtrodu-
(fig. 2.18). Los tratados fueron el vehículo idóneo para transmitir el lengu a- en el j ónico, y este en el corintio, y de uno surge el otro: obra de suma
je de los órdenes y Serlio y Vignola difundirían su uso de manera fácil entre c~acia y hecha con un excelente artificio". Lo conseguiría manteniendo la
los arquitectos de los más lejanos lugares. En Inglaterra John Shute enrique- ~ isma al tura en las columnas (lo que ,transgredía las nor~as, pero er.~ nece-
ció su imagen con el modo de usarlos y por ejemplo ilustrará el orden jóni- sario en la escalera), y reduciendo mas o m~nos un centlmetro de dl~m~tro
co, además de con la columna propiamente dicha, con una poderosa diosa, en cada una, con lo que al mirar desde abaJo, se produce el efecto OptlCO,
como aquellas a las que se dedicaban los templos de este orden (fig. 2.19) . basado en la utilización de las reglas de la perspectiva, de que las columnas
Porque la elección de uno u otro dependía según Vitruvio de los dioses a se van alejando más de lo que realmente lo hacen. Cuando Vignola, inspi-
los que se dedicaran los templos: el dórico se identificaba con lo masculino rán dose en esta, construyó otra escalera helicoidal en el palacio Farnesio de
y el poder y se dedicaba a Minerva (diosa de la guerra), Marte o Hércules; los Caprarol a, simplificó el problema, utilizando en t?da ella el orden dórico,
jónicos a Juno, Diana, Baco, por ser lo intermedio hasta el corintio, identifi- pero hizo más complejo e impresionante el espacIo de la escalera al rema-
cado con lo femenino, para templos a Venus, Flora, Proserpina o las Ninfas. tarl a con una rotonda con cúpu la.
Eso se trasladó a la arquitectura del Renacimiento identificando esas cual i- El uso de los órdenes superpuestos se sustituyó en ocasiones por el orden
dades con las de los santos . Así las iglesias dedicadas a la Virgen tendrán gigante o colosal, que abarca dos plantas o más, como sucede en los pala-
órdenes corintios. Serlio en su IV Libro (1537) recomendaba usar el orden cios de la plaza del Campidoglio en Roma (fig; 2.20), en la cabec~ra de San
dórico en las iglesias dedicadas a Cristo, a San Pedro, a San Pablo y a santos Pedro del Vaticano, proyectados por Miguel Angel, o en el palaCIO Valma-
viriles y fuertes. Cuando Cervantes de Salazar describió el túmulo del empe-
ran a de Vicenza, de Palladio.
rador Carlos V levantado en México no dejó de notar que, si se había utili-
zado el orden dórico, era por tratarse de un gran señor, "y por ser este géne-
ro robusto y fuerte" . Fray José de Sigüenza en su historia de la fundación de l
monasterio de El Escorial, explica que la basílica se hizo con un orden dóri-
co por seguir a Vitruvio, que identificaba ese orden con los valerosos y fuer-
tes, a lo que el fraile añadió que a él le parecía que era el que mejor imitaba
la simplicidad de la naturaleza, "que aborrece lo superfluo". Sin embargo, y
aunque hay muchos ejemplos de ese uso ortodoxo de los órdenes, Marías
(1983) ha señalado que hay excepciones, quizá por desconocimiento, pero
también por la identificación de determinados órdenes con otros valores,
como el corintio con la arquitectura imperial y la suntuosidad.
El Coliseo de Roma se convirtió en ejemplo para la superposición de
órdenes, desde el más sencillo o robusto en sus proporciones, al más com-
plejo y esbelto. Es extraño encontrar alteraciones de esa secuencia. En el
patio del palacio Farnesio de Roma se superponen el orden dórico, el jóni -
co y el corintio, lo que según Forssman (1983) "proclamaría la resurrección
del Coliseo y de la antigua Roma"; el dórico y el jónico se superponen en
el patio del palacio de Carlos Ven la Alhambra. Cuando se superponen órde-
nes iguales, se ha interpretado que sería para reforzar el significado simbó-
lico de ese orden (Müller Profumo, 1985).
Un buen ejemplo de superposición, por lo complejo, fue la rampa heli -
coidal del Belvedere, de Bramante, por la que se accedía al "patio de las Figura 2.20. Miguel Ángel y Giacomo della Porta. Palazzo dei
estatuas, al jardín cerrado e inaccesible de los papas emperadores y huma- Conservatori en el Campidoglio. Acabado, ca. 1568. Roma.
Los Hermes del jardín secreto del Palacio Te en Mantua (fig. 2 .21) se
representan con todo el torso, quizá en una mezcla con aquellos persas
apresados, pero no dejan de ser una reconstrucción casi arqueológica de
estas figuras de hermas. El cuerpo de los hombres y las mujeres sustentan-
do los edificios se prestan a muchas interpretaciones, desde la alusión a las
ninfas en las cariátides del Ninfeo de Villa Giulia en Roma, a los guerreros
turcos aprisionados, como los antiguos persas, en la Porta Nuova de Paler-
mo para recordar el gran triunfo del emperador Carlos V. Las cariátides de
Goujon en el Louvre (fig. 3.46), las de Vandelvira y Jamete en la sacristía del
Salvador de Úbeda, o los "prisioneros" de la fachada de la suntuosa casa
del escultor Leone Leoni en Milán, atestiguan el éxito de este tema en la
arquitectura renacentista. Su fuerte desarrollo en la zona de Toulouse en
Francia, yen general en ese país, explica la frecuencia con que los encon-
tramos en la arquitectura aragonesa, que tuvo una gran influencia francesa:
el patio de las casas de Gabriel Zaporta (fig. 2.22), las ventanas de la casa
de los Morlanes, la portada de la casa de Pedro Martínez de Luna, pero tam-
bién son frecuentes en los grabados que ilustraban las portadas de lib ros Figura 2.22. Patio de la Infanta. Casa de Gabriel Zaporta. ca. 1550.
impresos en Zaragoza. Zaragoza. Grabado de 1884.
Figura 2.33. Donatello, Festín de Herodes. 1423-27, Figura 2.34. Donatello, Retrato ecuestre del condottiero Gattamelata
Siena, catedral. (general y detalle). 1447-1453, Padua.
Figura 2.37. Andrea Mantegna, Cristo muerto. ca. 1475-1478. Figura 2.38 . Andrea Mantegna, Introducción del culto a Cibeles en Roma. 1505-1506.
Milán, Pinacoteca de Brera. Londres, National Gallery.
Uno de los edificios con una historia más interesante para entender la En 1520, Don Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Tarifa y pro-
recepción del mundo clásico en el Renacimiento español es el palacio de los pietario de la Casa de Pilatos, realizó un viaje de peregrinación a Palesti-
duques de Alcalá en Sevilla, habitualmente conocido como la Casa de Pila- na en el que atravesó Italia. Por lo que puede leerse en su diario de viaje,
tos (fig. 2.39). El edificio se levantó en distintas etapas a lo largo de los últi- en este recorrido prestó cierta atención a la arquitectura, mencionando la
mos años del siglo xv, todo el XVI y primeros años del XVII, y la construcción catedral de Milán, la cartuja de Pavía y las iglesias de Tierra Santa, y tam-
bién se interesó por las antigüedades, a las que aludía en diversos lugares
del texto: "El domingo salimos de Nápoles y llegamos a Puzoli que está a
Fueron muchos los dioses que entraron en los palacios del Renacimien-
to para explicar tantas cosas que es imposible recogerlos . Entre ellos las
Venus habitaron jardines y colecciones, asociadas al disfrute de la natura-
leza, y en definitiva, a los sentidos. De hecho muchas de las escenas mito-
lógicas con desnudos transcurren en la naturaleza. El tema de Venus fue
especialmente complejo porque hubo dos Venus, así como versiones de
ambas, por lo que las interpretaciones a veces no son unívocas. En la obra
atribuida a Cristoforo de Predis, De Sphaera, de 1469 (fig. 2.44), el planeta
Venus preside la vida, que transcurre en un jardín cerrado, de un grupo de
cortesanos, con parejas de enamorados y músicos. Como tantas otras veces,
Afrodita (Venus) es símbolo de la belleza y la atracción erótica, pero a veces
estos significados se complican. Ya Paride Ceresara, el humanista que asesoró
a Isabella d'Este, proponía como tema de una obra que no se hizo, una bata-
lla de la castidad -representada por Palas y Diana- contra la lujuria, que Figura 2.45. Sandro Botticelli, Nacimiento de Venus, 1484. Galleria
sería Venus. Así, Venus podía ser el amor, pero también la lujuria. Además, degli Uffizi. Firenze.
Bibliografía comentada
TEMA 3. MAGNIFICENCIA 93
manuscrito iluminado en el nuevo estilo clásico. Este se titulaba Les Com - Montefeltro . Su presencia, que podría parecer secundaria, es fundamental.
mentaires de la Guerre Gallique , y reproducía una supuesta conversación entre Aunque arrodillado en una posición convencional de respeto, se encuentra en
el rey francés que se adentraba en Italia y Julio César, el general romano que primer plano, con un tamaño algo mayor al del resto de las figuras (por la pers-
conquistó Francia (fig. 3.1). El libro contenía ilustraciones con escenas mili- pectiva) y en un espacio que queda destacado por la diagonal del cuerpo del
tares y retratos que offecían una doble exhibición de los argumentos y las for- niño, que centra la composición. El grupo está a su vez enmarcado por una
mas clásicas del poder. Con un sentido bien distinto, pero con un uso pareci- arquitectura clásica que sugiere un arco de triunfo. La imagen proporcionaba
do de la argumentación histórica, el aparato clásico de cualquier retablo al donante una amplia legitimidad social que procedía de diversas fuentes. La
español del siglo XVI era también una gramática destinada a reforzar el men- armadura del duque establecía el origen militar de la distinción y el poder polí-
saje, en este caso religioso, de la obra. tico (muy evidente en este ejemplo debido a su pasado como condottiero), el
asunto devocional avalaba su piedad y le colocaba en una posición privilegia-
La Sacra Conversación de Piero della Francesca en la Pinacoteca de Brera da frente a los espectadores, dentro de una conversación con santos, la Virgen
en Milán es un buen ejemplo de estos usos basados en la confluencia entre y el niño. Las referencias clásicas otorgaban un aval general a la composición.
antigüedad, política y religión (fig. 3.2). En un primer acercamiento, el cuadro
representa un tema religioso, la Virgen y el niño acompañados de santos. Una El mismo paquete clásico que proporcionaba los nuevos códigos de lectu-
lectura más detenida (aunque inmediata para el espectador coetáneo) enseña la ra e interpretación ofrecía referentes de prestigio que eran útiles a patronos y
presencia del donante, que en este caso es el duque de Urbino Federico de artistas. La supuesta relación de confianza entre Alejandro Magno y su pintor
Apeles era un fábula que beneficiaba a ambas partes. Los artistas que la recla-
maban pretendían ser comparados con el mítico Apeles . Los reyes y señores
que la aceptaban conseguían su igualación metafórica con el no menos mítico
Alejandro. Esta idea favoreció el ascenso social de los artistas durante toda la
Edad Moderna, pero probablemente hubiera tenido menor aceptación de no
haber beneficiado igualmente a las élites dirigentes. El ejemplo de los Medici
en Florencia es bastante ilustrativo. Esta familia respondió a sus problemas de
legitimidad política con un uso muy intenso de estrategias de creación de ima-
gen mtística que continuaban los mismos códigos humanistas que había pues-
to en marcha la república. Sólo que con unos contenidos distintos. En su explo-
ración de avales anticuarios para los comportamientos contemporáneos, el
mundo clásico ofrecía la justificación perfecta de la jerarquización social que
las élites buscaban en la imagen artística. Roma avalaba la presentación en
lugares públicos de retratos, en efigies situadas en retablos o enterramientos,
así como la conformación de escenografías domésticas cuajadas de piezas
artísticas y objetos de lujo; e incluso el desarrollo de ceremonias públicas en
clave simbólica, o el mismo enriquecimiento de los vestidos y las joyas.
La clave de la justificación clásica de los gastos suntuarios estuvo en la
"teoría de la magnificencia" que formularon los humanistas reelaborando la
recepción medieval de la ética de Aristóteles a partir de la revisión de nume-
rosos textos clásicos (Thomson, 1993; Lindow, 2007 y Howard, 2012). A
comienzos del siglo xv en Florencia y N ápoles se codificó un pensamiento
que defendía que la magnificencia era una de las virtudes necesarias para el
buen gobierno. Esta consistía fundamentalmente en la realización de grandes
gastos en arquitectura, pero también contemplaba fiestas, vestido y ornamen-
taciones como una forma de contribuir a la comunidad. Se entendía, por ejem-
plo, que las inversiones realizadas por los Medici en sus palacios contribuían
Figura 3.2. Piero Delia Francesca, Sacra no solo al bienestar de la familia, sino también al bien común de la ciudad
Conversación. 1472, Milán, Pinacoteca de Brera. dado que engrandecían la imagen y la importancia de Florencia (fig. 3.3).
En los palacios italianos las escaleras tuvieron cada vez mayor amplitud y
protagonismo en el edificio. Podemos citar la del palacio de la Cancillería de
Roma, o la del palacio Farnesio, el más suntuoso de Roma, en el que la esca-
lera de Antonio da Sangallo el Joven fue probablemente según Frommel (1985)
la primera que se podía subir o bajar con toda la dignidad que exigían las cere-
monias, al menos en sus primeros tramos, por ser estos de escalones más pro-
fundos y bajos que las anteriores. En Italia se utilizaron sobre todo las rampas
de escaleras cubiertas con bóvedas, escaleras cerradas por tanto, y no las esca- Figura 3.5 . Escalera del palacio del Viso del
leras de cajas abiertas que eclosionaron en los grandes edificios españoles, en Marqués. 1564-1586. Provincia de Ciudad Real.
las que las rampas de las escaleras son visibles en todo su desarrollo, porque
la cubierta es de toda la escalera, a veces con mucha altura - como un vacío en
el que se inserta la escalera- y no de cada tramo como en las de caja cerrada, La escalera imperial del monasterio de El Escorial-de tres tiros paralelos,
en las que nunca sabemos cómo es lo que nos queda por subir de la escalera. en una caja abierta enorme abovedada que la cubre por entero- fue proyecto
Desde la escalera del castillo de la Calahorra, obra de don Rodrigo de Men- de Giovanni Battista Castello, "el Bergamasco" en 1567, pero fue Juan de
doza, con una monumentalidad que se ha relacionado con la de los palacios Herrera en 1570 quien la convirtió en una escalera con caja abierta, y fue elo-
genoveses, la escalera fue en los grandes edificios del Renacimiento español giada por todos los que la vieron acabada, como Sigüenza, que dijo que era
Como lugares en los que expresar esa magnificencia hay que señalar tam-
bién las salas principales y los grandes salones de representación en los pala-
cios. En todos los casos la decoración era muy cuidada, y no faltaban nunca ni
los tapices ni las espléndidas chimeneas, verdaderas obras de arte, imprescin-
dibles ambos, tapices y chimeneas, para abrigar la vida y para hacer suntuoso
un espacio. Un ejemplo de gran salón es del Cinquecento en el palacio Vecchio
de Florencia, palacio transformado también con una gran escalera por Vasari.
Cosme I de Medici no quiso alterar la imagen exterior del palacio, porque esas Figura 3.7. Giorgio Vasari. Pasadizo sobre el ponte Vecchio o corridoio vasariano. 1565 .
formas viejas eran origen de un gobierno nuevo, como recordó Vasari, pero sí Florencia.
Las villas
Para Burns (2012) , la villa fue una de las grandes aportaciones de l~ Italia
renacentista a la cultura europea. En ellas se recuperó el placer de la VIda en
el campo de que habían hablado Virgilio y Plinio el Joven, y r~cuperar?? des-
pués Petrarca o Bocaccio, para ser exaltada como form~ de VIda tambIen .por
Alberti en el Quattrocento . Se construí.an fuera d~ las c,lU?ades, ~ se destm~
ban a lugar de recreación. Siempre t~vleron l~g?le o portlCOS abIertos.al PaI-
saje para poder disfrutarlo, unos jardmes exqUISItamente trazados y CUIdados,
y estancias suntuosamente decoradas en las que albergar .fre~uentemente las
colecciones que, a veces, en las estatuas o fuentes de los ]ardmes, se mostra-
ban también a los selectos invitados.
En el reino de Nápoles, la villa de Poggio Reale, de tiempo d~ Al!ons~ II d~
Aragón, fue tan famosa que Peruzzi levantó su ~lanta y la de su)ardm aIl antl-
Figura 3.14. Jacopo Sansovino, Palacio Comer. 1545. Venecia. ca, y planta y alzado fueron difundidos por Serho en su tercer lIbro, con lo que
• • • D • •
~D~.
• •
J
• D
D
•
• •
• •
• • • 11 .
D
• • • •
Figura 3.16. La villa de Poggio Reale en Sebastiano Serlio, Il Terzo Libro Figura 3.17. Mirador en el jardín de la Villa
Di Sabastiano Serlio Bolognese, Nel Qval Si Figvrano , E Descrivono Le Antiqvita de Abadía. ca . 1550-1555 . Cáceres.
Di Roma, E Le Altre Che Sono In Italia, E Fvori De Italia (Venecia, 1544-1545).
Las villas de los Medici, que conocemos exactamente gracias a los lunetos
de Utens (1599-1602) que las representaban, se convirtieron en arquetipo. La
En relación con las villas promovidas por la familia Toledo en Nápoles y villa Careggi fue sede de la academia neoplatónica de Marsilio Ficino, fundada
Florencia, debemos recordar que don Fernando Álvarez de Toledo, III duque de en 1466 por deseo de Cosme de Medici, y protegida sobre todo por Lorenzo el
Alba, construyó en Abadía (Cáceres), su villa a orillas del Ambroz. Entre las Magnífico. En sus jardines el agua y la vegetación reinventaban la perdida Arca-
fuentes que adornaron el jardín, la más famosa fue la del florentino Francesco dia, ese país imaginario en el que la vida pastoril transcurría con paz y felicidad
Camiliani, de 1555, autor también de las esculturas de la villa de Luis de Tole- en comunión con la naturaleza, un ideal estrechamente ligado a la vida de la
112 RENACIMIENTO
TEMA 3. MAGNIFICENCIA 113
nobleza en sus villas, que recrearía Jacopo Sannazaro años después, en una nove-
la pastoril de enorme éxito (Arcadia , 1504). La más famosa de las villas medi-
ceas del Quattrocento es la de Poggio a Caiano (iniciada ca. 1485), proyectada
por Giuliano da Sangallo siguiendo los deseos de Lorenzo el Magnífico y aca-
bada muchos años después, respetando el proyecto original (fig. 3.18). Levan-
tada sobre un podio porticado, la entrada se hace por una portada en forma de
templo, y se desarrolla simétricamente en relación a un eje central. En el siglo
XV I Cosme 1 seguiría construyendo villas y reformando otras. La de Pratolino,
de Bernardo Buontalenti, con sus grutas, sus fuentes, sus juegos de agua, o su
famosa y colosal escultura del Appennino realizada por Giambologna (1529-
1608) (fig. 3.19), se convirtió en modelo para las villas del Imperio, como se
aprecia en el jardín de la Grottenhof de la residencia de Munich.
Trasladándonos a la Roma del siglo XVI, la villa Chigi, conocida como la
Farnesina porque acabó siendo de los Farnesio en 1579, fue la prueba incon-
testable del triunfo del poderoso banquero sienés Agostino Chigi. La constru-
yó otro sienés, Baldassarre Peruzzi, a partir de 1505, fuera de los muros de Figura 3.19. Giambologna. Escultura del Appennino. 1579-1580.
Roma. Su gran pórtico o loggia entre dos cuerpos que avanzan, abre la villa al Villa de Pratolino (hoy villa Demidoff).
entorno, mientras en la parte trasera del edificio se hizo un jardín secreto. La
decoración interior, en la que el Triunfo de Galatea (1511) de Rafael es lo más
famoso , tiene otros lugares admirables, como la ruptura ilusionista de los
La villa Madama, inspirada por la arquitectura de las termas, por la lectu-
muros en la sala de las Columnas, que deja ver el paisaje urbano, de manera
ra por parte de su arquitecto, Rafael, de la descripción de la villa Laurenciana
que todo en la villa parece abierto al exterior, aunque sea fingido. Un recurso
escenográfico que, salvando todas las distancias espaciales y cronológicas, por Plinio el Joven y en su decoración por el impacto que supusieron en el
podemos ver también en el palacio del marqués de Santa Cruz en el Viso del
Marqués , lo que habla de una cultura visual común a toda Europa.
Figura 3.18. Villa de Poggio a Caiano. Giusto Utens 1599-1602. Firenze, Museo Figura 3.20. Rafael. Planta y alzado del proyecto de villa
Storico Topografico "Firenze com' era". Florencia. Madama. 1518-1525. Centro vasco de arquitectura.
Figura 3.23. Taller de Apollonio di Giovanni di Tomaso, Cassone con una pintura
Figura 3.22. Palladio. Villa Capra o Rotonda, ca. 1566. Cercanías de Vicenza. de /0 conquista de Trebisonda. ca. 1461. Nueva York, Metropolitan Museum.
Figura 3.24. Albert Altdorfer, Tesoro del emperador Figura 3.25. Pisanello, La visión de San Eustaquio. ca.1450. Londres,
Maximiliano l. ca.1515. N ational Gallery.
Figura 3.26. Benozzo Gozzoli, Cabalgata de los Reyes Magos (detalle). Figura 3.27. Michelozzo, Palacio Medici Riccardi.
ca . 1460. Florencia, Palazzo Médicis. ca . 1444-1457. Florencia.
Los Studioli
Los studioli fueron los lugares en los que los príncipes se recluían para
el estudio, la lectura, la reflexión y la contemplación de las imágenes que lo
deco raba n y de los objetos científicos, raros o curiosos que en el se guarda-
ban . Siemp re hubo humanistas detrás de los programas iconográfi.cos que los
adorn aron para mover a la meditación, y por todo ello son espaCios que han
ejerci do una especial fascinación entre los estudiosos.
D os de los studioli, o estudiolos, más famosos del Renacimiento son los
de Federico de Montefeltro (1422 -1482) en Urbino y Gubbio. En ellos se
reflej a el neoplatonismo que remite a las opciones que se presentan al hom-
bre q ue debe elegir entre la vida activa y la vida conte~plativa: ~ugares a lo,s
que Montefe ltro se retiraría a descansar de sus ocupaciones milltar~s y poll -
ti cas. En el de Gubbio (fig. 3.30), realizado en 1478-1482 por Glullano y
Benedetto da Maiano con proyecto de Francesco di Giorgio Martini -hoy
en el Metropol itan Museum de Nueva York-los paneles de taracea de made-
Figura 3.31. Giorgio Vasari. Studiolo de Francesco 1 Figura 3.32. Andrea Mantegna. El Parnaso. 1497. París, Musée
en el Palacio Vecchio. 1570-1572. Florencia. du Louvre.
Figura 3.33. Tiziano, Bacanal de los Andrios. 1523- 1526. Figura 3.34. Andrea Mantegna. Cámara de los esposos. 1465-1474. Palacio
Madrid, Museo Nacional del Prado. Ducal. Mantua.
Figura 3.37. Juan Guas, San Juan de los Reyes. 1477-1503. Toledo .
Palacio Te
Figura 3.39. Giulio Romano , Fachada principal del Palacio Te.
Este palacio (1526-1535) -denominado también Pa/azzo Te, o Palaci o 1526-1535. Mantua.
del Té- tiene en realidad las características de una villa en las afueras de
Mantua. Fue construido por Giulio Romano (ca . 1499-1546). Este arquitec-
to, nacido y formado en Roma, fue uno de los discípulos predilectos de
si glo XVI . El uso de almohadillados,_ que t~ntos ,arquitectos ha~ían usado
Rafael, intervino en la villa Madama, y fue alabado por Pietro Aretino por su
antes se convirtió en una de las senas de Identidad de la arquitectura de
capacidad para combinar lo antiguo y lo moderno. Cuando Vasari le visitó G i uli ~ Romano, como se puede ver en la magistral combinación de.distin-
en 1541 recordaba que Giulio, orgulloso de su obra, conservaba todos los tos tipos de almohadillado en el proyecto de la fachada de su propia casa
dibujos con las plantas de los edificios que había proyectado. en M antua. El Palacio Te tiene un gran patio central, que se abre al estan-
En la corte de Federico 11 Gonzaga encarnó, desde 1524, como pocos la que y al jardín mediante un pórtico diáfano a base de vanos serlian?s en la
figura del artista de corte. Se ocupó en ella de todo lo relativo a la imagen y " /oggia de David", una galería totalmente permeable, que se refl;Ja en el
los espacios, decidiendo sobre la arquitectura, la pintura, los tapices, la estan que (fig. 3.40). El eje central se subraya con un gran Jronton. En el
escultura, las arquitecturas efímeras para las fiestas .. . es decir, de todo lo patio so n columnas lisas, y no pilastras, las que marcan los rltn:os sobre las
referido a la escenografía del poder, para mostrar la magnificencia de una fachadas almohadilladas. Es un complejo en el que los espacIos se yuxta-
familia que tuvo impresionantes colecciones de pintura, y fueron ilustres ponen, y en el que se juega con las perspectivas esceno,gráficas para sor-
clientes de Tiziano. pre nder al visitante. Pese a la libertad con que usa los ordenes y los ele-
mentos del clasicismo, lo que ha llevado a considerarlo una obra
El palacio tiene una planta regular, cuadrada con un patio central y un mani eri sta, Giulio Romano se inspiraría para este palacio en la c,asa roma-
gran jardín detrás. Se accede por una fachada estructurada con un orden na ta l como la había reconstruido Fra Giocondo en 1511 basandose en
gigante de pilastras de fuste liso sobre un muro almohadillado, más mar- Vi truv io. Es un palacio en el que en todo mom~nto se tien~n en cuenta I~s
cado en la planta inferior que en la superior (fig. 3.39). La combinación de juegos de perspectiva, y todo el conjunto adqUiere un caracter escenogr~
estas pilastras con el almohadillado expresa el contraste entre artificio y fi co, festivo, acorde con el uso que se le iba a dar, que no era el de resI-
naturaleza, constantemente buscado en la arquitectura y los jardines de l denci a, sino el de lugar de recreación .
Figura 3.40. Giulio Romano, Galería de David del Palacio Te. 1526-1535 .
Mantua.
Los grutescos adornan las estancias. Este motivo decorativo nació con el
descubrimiento de los frescos de la Domus Aurea de Nerón en Rom a, yel
nombre procede de que en la excavación se tenía la sensación de estar
entrando en una gruta. Eran figuras que mezclaban seres humanos con ani-
males y vegetales con una gran fantasía y versatilidad. De inmediato se uti-
lizaron y se difundieron en dibujos como los del Codex Escuria lensis, yen
grabados por todas las cortes, cambiando la idea que se tenía de la arqui -
tectura antigua al verla ahora con todo su colorido (Dacos, 1979). El pala-
cio también estaba lleno de imágenes de emblemas o empresas en metopas
y casetones, unas imágenes en las que imagen y palabra se asocian para Figura 3.41. Giulio Romano, Sala de los caballos del Palacio Te.
expresar algo que a la vez es de difícil interpretación. Fue un género de éxito 1526-1535. Mantua.
en el Renacimiento, con un best seller que fueron los Emblemas de Alciato
(París, 1534), y otros no tan conocidos, pero igualmente utilizado por los
artistas como el Dialogo delle Imprese militari et amorose de Paolo Giovio Los nombres de las estancias, siempre descriptivos, nos dan idea de la
(Lyon, 1574). decorac ión que las han hecho famosas. En muchas de ellas Giulio Romano
La sala de los caballos recuerda la pasión de los Gonzaga por estos ani- y su ta ller experimentaron con la perspectiva y los escorzos, como si qui-
males, cuyos retratos la adornan, y que explica la suntuosidad con que se si eran superar el famoso ócu lo de Mantegna del palacio duca l. Así, el apar-
construyeron las caballerizas en todas las cortes europeas (fig. 3.41). De tamento de las Metamorfosis, en el que se exaltan el amor erótico y los pla-
hecho, en la isla del Te en la que se levantó el palacio es donde los ceres de la música y la poesía, lo forman tres estancias, la de Ovidio, basada
Gonzaga tuvieron antes sus caballerizas, y era ya un lugar de recreaci ón. en las Metamorfosis, la de las Empresas, en la que aparecen algunas de las
Fue esa sala donde se celebró el baile para festejar la llegada del empera- favoritas de los Gonzaga sobre el amor, sobre la lealtad entre aliados ... , y la
dor Carlos V, bajo las imágenes de los caballos favoritos de Gonzaga, envi- del Sol, con los fantásticos escorzos del carro del sol y el carro de la luna.
138 RENACIMIENTO
TEMA 3. MAGNlFICENCIA 139
Otras son la galería de las Musas o la sala de Psiche, que tuvo en el centro
"
una escultura de Venus de Jacopo Sansovino, tan sensual que Aretino no
,~: dejó de señalarlo. En ese sentido, no olvidemos que Giulio Romano fue el
f" . autor de los dibujos de tema explícitamente erótico que grabó Marcantonio
Raimondi y que con gran escándalo se publicaron en Roma con sonetos de
Aretino.
La escuela de Fontainebleau
I,r' I ~
- ---
.~~.
, " ., • •1-
...... -' ,..
'. :: • ?'
- ....---~.-
" "'" ::- -1". ... ;¡-
.~..
~ /'
Figura 3.55 . Vista de la Capilla Sixtina con los tapices de Los actos
de los apóstoles.
MORÁN TURINA, M., CHECA CREMADES, F. (1986): Las Casas del Rey.
Casas de Campo, Cazaderos y Jardines . Siglos XVI y XVII. Madrid, El
Viso.
Aunque en la bibliografía general se reseñan libros sobre las casas y
alcázares de los reyes de España, este libro constituye una buena sínte-
sis para iniciar a cualquier persona interesada en el conocimiento de lo
que fueron esas casas, en las que la naturaleza formó parte de su imagen
y de sus usos.
Figura 4.1. Durero, Artista que dibuja una mujer tumbada, ilustración procedente
de Underweysung der Messung ... . 1525 .
164 RENACIMIENTO
TEMA 4. CIENCIA Y ARTE 165
delantera. Los instrumentos científicos empleados para medir los mares y las tie- fectamente los a veces difíciles dibujos de arquitectura, y que rectificó el mismo
rras eran los mismos que los ingenieros y arquitectos utilizaron para medir las las trazas de El Escorial u opinó sobre fortificaciones. Un noble italiano, muy
ligado a la corte española, Vespasiano Gonzaga, qu~ fue virrey de ~ava?,a y de
o' ,
\ . ciudades y hacer sus plantas, y los cartógrafos para sus mapas. Las expedicio-
nes y los avances científicos necesitaron de la imagen, y muchos de los objetos Valencia, fue uno de los mayores expertos de su tIempo en fortIficaCIOnes y
matemáticas. Además de sus obras en España, entre otras su decisiva inter-
que estudiamos los historiadores del arte proceden de esa pasión por el cono-
cimiento que fue probablemente uno de los vectores más productivos en lo refe- vención en la ciudadela de Pamplona, siempre será recordado porque en Italia
rente a creación visual en el mundo de las cortes. Desde la invención de la pers- construyó una ciudad, Sabbioneta, en la que la cultura de corte reflejada en el
pectiva hasta los dibujos de la expedición de Francisco Hernández a la Nueva edificio para sus colecciones, el palacio o el teatro, constituyen hitos tipológi-
España, o los libros de secretos de la naturaleza, las salas de cartografía de los cos de espacios cortesanos (fig. 4.6). El sabio Vespasiano, que discutía con los
grandes palacios renacentistas, o las matemáticas como origen de casi todo, el ingenieros Y convencía al rey en materia de defensa de las fronteras de sus rei-
deseo de conocer el mundo y su representación generó unas obras que nos admi- nos, es uno de los príncipes del Renacimiento que podría servir de ejemplo en
ran tanto por su carácter científico como por su belleza. Como ejemplo de aspi- el tema que tratamos, si bien es cierto que son muchos los que podrían llenar
ración a un saber universal contado a través de la imagen, en la bóveda de la este capítulo: Alejandro Farnesio, Cosme de Medici, Rodolfo n ... porque todos
biblioteca de la Universidad de Salamanca, pintada por Fernando Gallego a necesitaron de la ciencia y de la imagen para gobernar. Por eso hubo matemá-
finales del siglo xv, lo que se representaron fueron "las quarenta y ocho imá- ticos, geómetras, ingenieros, arquitectos, cosmógrafos, cartógrafos ... al servi-
genes de la octava esphera, los vientos y casi toda la fábrica y cosas de la astro- cio de las grandes cortes. Todos ellos trabajaron con las imágenes.
logía", porque los estudios de las ciencias, la astronomía y la náutica florec ie- Todos debieron conocer la geometría de Euclides, traducido del griego a las
ron por entonces, no solo en las cortes, sino también en las universidades. distintas lenguas europeas, en concreto al castellano por Rodrigo Zamorano,
El conocimiento científico hacía grande al príncipe, así que los príncipes catedrático de cosmografía de la Casa de Contratación de Sevilla, quien tradu-
debían saber matemáticas y todas las ciencias que derivaban de ellas. Se refl e-
ja así en la educación recibida por Felipe n, un rey que sabía interpretar per-
LIBRO TERCERO DI! EVCLIOPS, "
III~o('aJa\'no ddOl" nttllos.A E D.e E. O.es ,tao. Lue,o . ,.,Por~ Ii el rofl',bI~,tlt.irculo.A OC.CMte al cir~·ul('l . DE~
I K, ( on.. po r mrJt. a la,A ,8.~ é anGula, r['80'~por b ',l' al en lb'" pUao,qm-dot;cit:o tl,~n,8.1.1.Z . y Ut~ ...u , a 1.8 1
))~ porq ti enel cIrculo alp" tinca rcEb l Orta por me:Ju) y .ofuuti! ror ruedio(pot 1.1,!? dtL I .)tll~O' punEio.i. K.L. ~
.n an,uto. ,eé\n." .al, ú.l Lenea te:a.a( ptlf t I corol.rio c1la,f, r or b .ll .dd.I.)J('(de los rnl:lnOJ.K.L.tlraJ"s fobr ~.B 1.61
tit!. t.)t~l1'" íl corta rlh d ci~,o dclcirc,~lo.flu.r&('i rb,,1K(por e Anlulo,rllaOl.KC.L:\¡\f _ ~
ell11 ilinn corularlo tlb ~ c('cro del.utmo o rculo.A 8 e, y t'Hirnd.tuJII .ft.. lol púéhu D ~ :<
por lo mifmo \~b"I~ cula .T L.e.ll:1 eol cttrn del cir~ul0,A Be l \
y nil1:úo ot r o t¡l'lIé comií 11,: 1 K .y J.&.TL.fano el rué::~? O.lue
A.X.E.Pu"rarq en d d , . ( / '
culo. A BC,I"lint':l rceb .A r \
1:0 t'1'lÚcr(l. D.tl ce t ro del ~Irculo. A Se. LtI"&o ti utno de:
~n clr~nl0 fe tom.l. II.ltú rúllo,y dcfd" el rii8 0 tn ti circulo
C"ot t.lr. 0 rnl~Jl o y elt .t.1l¡, _ _ ' _
Julos rcctos al.\ IIll,:.1 rtéb '" 'i j
_ _"' l.
·~I
c:\ycré " IU q JOIIIllU' rtéb. y &ua.IC'I¡C'1 rU&lAo tomado C'I B l'(ror 1.... ; . d t'l .;.)lue~ oi
(i."fHro drl cm.:ulo ~Ul' CÓUl'm- dl'tnnftr.lrfe r.,mHiu.t.. AC. t'lbd ,éu o
.. Lo mirino te ,lcrnucfira de orra m.ner • . dd Clrcul o.A U C, \'tf:O por 2'
~ tn~llllltin o circulo, " Be
I';Por~d~trt) dt4circlllo.A 8 C. T~ d(.tl pú lo. D. y tltr.. l.Ifi.at'a rcéb..N X.q C"f 1... M E,cona :l b ttl\t.t..n Lpnrmw.o
tiC' el mihMo. U. .I1 d. ulo c"yan lIlill q dos lIueal renal nu.& ,,,n angulnl r C~ os,por 1;1.}.J, l .l.)loJtgo tnl",.N .X.dh. tI ¡
Ic:s.O A. O ll,DC. Di&o iJd pÚ~ o. DJ tom..J.oe.cécroJcl .m
d,r,.,!. ZI.LU"Offi
¡ lo' I',,!lo •.
t'
(tll0.A 8 c.J'Ot~ I1no,li poR.blt (c-a.E. y tlfJUlll.O E.elÜel.
@
culo. A e c.Pu'" pori¡ en ..1d•• • cm:vlo o 1: Z.JUC'J<I~t'los dOI Clrcu lo •. AB eD EZ.l¡ ~n!rt
., (n o. Z 1. dd ,flulo. A OC.(c- G fccorri,tt vn mif",o ti dcro,lo '~U .lI,por la, f.Je1. 1·) tt lIa
tootO C!l pú8:o.D.q 110 n centrO I! D r l'"d.bI, .L'If:&e "n circulo.l otrOIIlr¡;ulo,é IUU qlJ~ dO f pUU
d"l nl ll'mo circulo! la mal &rldt 4bts UD k coruJqut (tobaul:l d ~ Jelno(\nr.
fctol.. D 1, rorl .... ':'.dcL" y mayor
~.IQ~t('Dq¡~I;;~~;~ll~;!~~~
(por{. (upofi"ó)i¡ " ",'poli¡bl. L
Lu ego 1.1. E.oo el chro del (.r(olo.A B e.de la mí(... mane-
l a JC'm o durtlUOI q uC' OtrO lIio,uGO Gllo.O.Luelo ti pú4:\0
1).t ' ctntro del circuJo.A D C.
./
mAl
( Lo mi¡'mo ti: demuclh. de otrO
~Ort. o",..,,¡ n,,ulo
A BC,al orcu!o,DEZ, en
que do. punElot qes
. u.O,¿ ,T.I,(y por 1a,' ,dal
T.
IJ
gIlLtr.""rtT"m4lmlltJoc.i"'.ldl~tl",i.t.p:lr.J A n. &
C"",.,D,E,f,G'Íu&H y",¡,••rumu' ....gmp<.tr... ,.-
4uuttt.fll4Slttb_ ftlTft1(lUm WNIlItI'7MIlIn04lT=-.
B i~
168 RENACIMIENTO
TEMA 4. CIENCIA Y ARTE 169
dedicado al compás geométrico y militar en 1606 (fig. 4.9). Porque los gober- algo conocido había que compararla, pero pron~o. se 9uiso sa?er cómo era el
nantes necesitaban del compás tanto como de la espada para ampliar sus terri- nuevo mundo de una manera científica, ~ue permltIer~ mtervemr sobre l.as nue~
torios, conocerlos y conservarlos. Pero también hay que relacionar la pasión vas posesiones de ultramar. ~n ~se .sentl?O, ~abe senalar la obra de. GlOvanm
científica, el afán y la necesidad de conocer por parte de los príncipes, con los Battista Ramusio, Delle navlgatwnz et VWggl (1550), que compendi~ba todas
studioli como lugares de reflexión sobre la naturaleza y la ciencia, que hemos las historias en las que se relataba como eran los mundos descubIertos, lo
visto en otro capítulo, y con las Cámaras de arte y maravillas (kunst und wun- mismo en las Indias que en Etiopía u otros lugares.
derkamern), como la del emperador Rodolfo II en la corte de Praga. En ella los En este capítulo podemos citar como grandes empresas, en las que la ima-
globos celestes y terrestres, los astrolabios, cuadrantes geométricos, compases gen fue determinante, las Rela~i?~es To?~gráfic~s de Fe~iI?e I1, encarg~da,~
y todo tipo de instrumentos científicos acompañaban a las pinturas y objetos ara todos sus reinos, o la expediclOn botamca del Protomedlco de las Indias
con los que se podía deslumbrar a cualquier visitante selecto que pudiera ver- ~rancisco Hernández a Nueva España entre 1571 y 1576 (fig. 4.10), pero no
los, y entre ellos todo lo referente a la matemática y la geometría aplicadas al está de más recordar también el rinoceronte que grabó Alberto .?urero par-
conocimiento y medida del mundo hablaba del poder de ese imperio. A la tiendo de un dibujo portugués. De Felipe II recordaba uno de sus blOgrafos, Van
Kunstkammer los pocos privilegiados que entraban en ella pasaban antes por der Hamen, que se había hecho traer animales y plantas de todo el m~n?o, y
una antecámara en la que Júpiter, alter ego mitológico de Rodolfo I1, presidía que también envió "médicos y herbolarios con pintores" para que hiCieran
un microcosmos en el que estaban representados los cuatro elementos y los
doce meses, y cuando el emperador murió en 1612 su fama en Europa se con-
fundía con la de los artefactos que había reunido en su colección científica
(Findlen, 1997). Los príncipes renacentistas supieron bien que para ganar gue-
rras y construir la paz en sus reinos, la ciencia, sus instrumentos y las imáge-
nes que representaban el mundo eran imprescindibles. (ACM)
172 RENACIMIENTO
TEMA 4. CIENCIA Y ARTE 173
trad ice cualquier perspectiva, y no hay una iluminación objetiva aún. La
~
'. I~
apuesta por el naturalismo todavía es débil y más intuitiva que racional.
,;:
,..' ,
\ ..
Estudios de caso
Figura 4.18. Paolo Uccello, Monumento a Sir Figura 4.19. Paolo Uccello, Batalla de San Romano. c.14S0. Londres,
John Hawkwood. 1436. Florencia, catedral. National Gallery.
182 RENACIMIENTO
TEMA 4. CIENCIA Y ARTE 183
110: Además, esta extremidad rompe el plano de su superficie de apoyo pu nto de partida, Delia Francesca desarrolló una pintura donde la base de
. .•. s~llendo del ma~co de I~ representación para dirigirse al espectador. Esta téc~ la perspectiva y el volumen de las figuras se combinaban con una ilumina-
nlca fue un medio p~ra Introducir v!va~idad a la representación muy corrien- ci ón brilla nte que buscaba armonizar los colores y recoger cierta espiritua-
te en el retra~o .del slgl? xv. Como indica Baxandall, su interés por el escor- lidad. Aun que algunas de sus obras, como la Flagelación de Urbino y la
zo y el mO~lmlento hizo que s~s. contemporáneos calificasen a Castagno Sa cra Conversación de Milán, hacen un amplio uso de la arquitectura como
como un pintor amante d~ las. dl!l~ultades, que no esquivaba los retos que base del espacio, en otros casos este se construye de una forma muy efecti-
planteaba el nuevo lenguaje plCtOrJCO basado en el dibujo y la perspectiva. va a través del propio volumen y la ubicación de las figuras . La Flagelación
resulta destacable por la forma en que los personajes se distribuyen en un
Entre los seguidores más directos de Masaccio, fuera de Florenc ia des-
espaci o compartimentado en distintos niveles de profundidad. El edificio
taca. la figura de Piero dell~ Francesca (ca. 1420-1492), quien trabajó entre
que en marca la escena hace muy visible la perspectiva lineal. Se ha desta-
Urblno y Arezzo, en Umbna. Aunque presente cierto compromiso con otros
cado el co ntrol geométrico de su arquitectura y de los diseños del solado,
mo~elos en ~us formas, y por cronología pertenezca a una generación más
producto de un trabajo meticuloso y de un diseño coherente (Kemp, 1990) .
tardla, este pln~or mantuvo el sentido espacial y la majestuosidad de las fi gu-
Sin arq uitecturas, el espacio del Bautismo de Cristo de la National Gallery
ras de Masa~clo ~omo fundamento de su composición. Su tratado teó rico,
de Londres depende sobre todo de la situación de las figuras (y los árboles),
De prospectlva pmgendi (ca . 1492) apunta la fortaleza de esta filiación. Con
que se di sponen igualmente en distintos planos creando sucesivas escalas de
todo, Delia F~ancesca recibió a Masaccio a través de una versión tam izada
profun di dad (fig. 4.22) . Los escorzos de las figuras como el ángel de la
por Fra Angellco que le sirvió su maestro Domenico Veneziano. Desde ese
izq ui erda o el Bautista generan igualmente espacio por sí mismos.
Asu mi da la ventana albertiana como elemento básico de la composi-
ción pictórica, a partir de los años 1440 gran parte de los pintores florenti-
nos buscaron hacer confluir los distintos lenguajes que habían coexistido
en la ciudad tomando de forma ecléctica elementos de maestros diversos.
No todos los maestros siguieron de manera lineal el modelo brunelleschia-
no (Campbell y Cale, 2012), pero el proceso de afirmación del espacio con-
tinu ó siendo un asunto clave en la evolución de la pintura florentina duran-
te la segu nda mitad del siglo. A partir de las lecc iones de los pioneros, el
propio vo lumen de las figuras fue ganando peso gradualmente como el vehí-
cul o más indicado, por encima de la arquitectura, para definir la tercera
dimensión. (AUH)
l' I~ · ~.-I·"f
M("" 'I ' ••••. .,)" , ~1 "" <•• '1 "
h>~_
, ~~"'"r· · TJ '")"1' .. ··' ..1;..1 )
'" ".:........~
.. ~L .. r~ .
. ! .. &...
.\.1."".. ......
. ~.~.. ...
~ fl •. ~.....,
'~, '.•
••~ .......
.. l..... ......
, ¡._ .
.. ..... h .. .
"""1..,
,,~ I.. ••...-
... ~............. .
... \,t..., ......
transmisión de conocimiento empírico más rico y preciso que la palabra . Los distintos planos de las montañas del fondo de la Virgen de las rocas
Una de las mejoras fundamentales que introdujo Leonardo procede de muestra n esos cambios (fig. 4.25).
su comprensión de las diferencias entre la reproducción de la realida d vi si-
ble sobre la superficie del lienzo y la conform ación de una imagen co rrec-
ta de esa realidad en el ojo y la mente del espectador. La ilus ión de rea lidad
no debía consistir tanto en la formulación de un dibujo que simula se el
aspecto ideal de los objetos, sino en conseguir reproducir su imagen en con-
diciones reales de visión, considerando los efectos que la distancia y la ilu-
minación tienen sobre la definición de los contornos y el co lor. Sus escri tos
abundaron en esta cuestión . En las Notas sobre pintura (publicadas en Flo-
rencia, 1792) decía:
"Tres son las perspectivas: la primera trata de las razones por las que
decrecen las cosas que se alejan del ojo , y llámase perspectiva menguante; la
segunda entiende de cómo los colores varían a medida que se alejan del ojo, y
la tercera y última comprende la afirmación de que tanto más indefinido s resul-
tarán los objetos cuanto más se alejen" .
Según Leonardo, los dos últimos modelos dependían del aire interpu es-
to entre el observador y los objetos lejanos. Por ello hablaba de un a pers-
pectiva aérea (que no debe confundirse con la perspectiva caballe ra que
toma un punto de vista elevado) . En su opinión, además de constru ir el
marco espacial a través de la geometría, la ilusión de realidad necesitaba la
captación de las distorsiones que la distancia producía en la luz y el col or:
¡7Ú sabes que en un aire de uniforme densidad¡ las cosas últimas vis-
tas a través de él¡ como las montañas¡ parecen¡ por culpa de la gran can-
tidad de aire interpuesto entre tu ojo y la montaña¡ azules¡ y casi de color
del aire cuando el sol está al oriente. Habrás¡ pues¡ de pintar [. . .} el pri- Figura 4.25. Leonardo da Vinci, Virgen de las rocas (detalle
mer edificio según su color real¡ y el más lejano menos perfilado y más de fondo montañoso). ca . 1491-1508. Londres, National Gallery.
azulado ¡¡.
Esta menor delineación de los cuerpos lejanos se debía igualme nte al
aire interpuesto:
El resultado de todas estas operaciones debía ser, en palabras de Leo-
¡¡Oigo que la razón por la que las cosas parecen pequeñas es su ale- nardo, verificable mediante la comparación con un espejo. Ya fuese a través
jamiento del ojo; siendo así¡ conviene que entre el ojo y la cosa haya del dibujo, del color o de la indefinición, la imagen representada en la pin-
mucho aire¡ que el mucho aire impide la evidencia de la forma de esos tura debía asemejarse al reflejo de esa misma realidad en este instrumento:
objetos y¡ en consecuencia¡ sus más menudos detalles resultan imper-
ceptibles e irreconocibles. Con que tú¡ pinto/~ las pequeñas figuras bos- ¡¡Cuando quieras comprobar si tu pintura se corresponde exacta-
quejarás tan sólo y no las perfilarás¡ pues de lo contrario negarás los e fec- mente con el cuerpo que copiaste del natural¡ toma un espejo y haz que
tos de la naturaleza tu maestra ¡l .
se refleje en él la cosa real. Compara entonces la imagen reflejada con tu
Los ingenieros
M uchos de los arquitectos y algunos de los pintores y escultores que
estamos estudia ndo en este libro fueron también ingenieros. Casos como los
de Leonardo, el artista ingeniero por excelencia al que acabamos de estudiar,
o M iguel Ángel con sus proyectos de fortificaciones para Florencia son famo-
Figura 4.27. Leonardo da Vinci, Virgen de las rocas. 1483-1486. París, Louvre,
y Leonardo da Vinci, Virgen de las rocas. ca.1491 -1508. Londres, National Gallery. sos, pero fueron muchos más a los que encontramos creando nuevos inge-
nios y máqui nas -como las ideadas por Brunelleschi para construir la cúpu-
la fl orentina, o los ingenios de Juan de Herrera para El Escorial- proyectando
La Última Cena para el refectorio de Santa Maria delle Grazie de Mi lán forti ficaciones -como Antonio da Sangallo en Roma- construyendo puentes
fue el otro gran encargo pictórico que recibió en la ciudad, en este caso de -como Ammannati en Florencia- o haciendo presas, como la de Ontígola
parte del mismo Ludovico Sforza. Este fresco, a pesar de su lamentab le esta- en Aranjuez por Juan Bautista de Toledo, Jerónimo Gili y Juan de Herrera. Y
Figura 4.29. Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas. Madrid,
Biblioteca Nacional de España.
El ingeniero, con nombre y título de tal (no como profesión, que existe
desde la antigüedad), nació en el Renacimiento, y eran los príncipes los q ue
otorgaban ese título. Su trabajo fue clave para el conocimiento de los terri-
torios y la defensa de las fronteras, por lo que tuvieron un alto estatus socia l,
una gran remuneración económica y una cercanía al poder de la que que
otros artífices carecieron. Debían tener grandes conocimientos científicos, Figura 4.31. Francesco de Marchi, Architettura militare. Brescia 1599. Ciudad
especialmente de matemáticas y de geometría, pero también experienci a de con ciudadela.
La imagen de la guerra
vencido duque d~ Sajonia- ~Iep~;e~ de~~~uqeU~~ L~~~audY la rendició~ del Las armaduras, ya no servían para defensa en la guerra, no hubieran ser-
rez de Toledo y sus familiares en el triunfo d e a o~ Fernando Al va- vid o en ningún caso las que se conservan del Renacimiento, porque en ellas
Los instrumentos científicos de los M d' .e Carl?s Ven Mulhberg en 1547. el ingen io Y el artificio las habían convertido en tesoros que acabaron en las
finales del XVI estuvieron en un I e ICI, en .tlempo ya de Fernan do I a reales armerías (fig. 4 .36). La Armería real del Palacio Real de Madrid guar-
o estancia de los instrumentos ~~:ma,~~ esta~cla de la arquitectura militar, da auténticas obras de arte entre sus armaduras . La armadura era parte de la
conocida también como Stanzin ema ICOS ~ a 9ue ya nos hemos referido, imagen del rey, y las tenían desde niños, como la famosa que encargó Maxi-
del diplomático Filippo Pigafett o/ gue se hlz~ ~Igulendo las instrucc iones mil iano I para su nieto el futuro Carlos V cuando este tenía 12 años, y que
. a, qUien en su viaje a la ca t - I d '
h ab er Visto una estancia similar en la b'bl ' t d El r e ~spano a eC la rep rodu ce en hierro los pliegues de la falda del traje flamenco tradicional de
florentina se decoró entre otros elem tilO eca e Escorial. La estanc ia los hom bres (Konrad Seusenhofer, 1512, Viena Kunsthistorisches Museum) .
momento en que había nacido el Ger~ os¿=on ~pi~es de la guerra de Siena, Hacía tiempo que los reyes no morían en batalla, con excepciones como la
había que contarlas l ' n. uca o e Toscana. Las victorias del rey Sebastián I de Portugal que murió en 1578 en la batalla de Alcazar-
Sin embargo, nada ~o~~ ~I;:~~~J el rell~~e lo hicieron hasta la saciedad . qu ivir. Ahora eran armaduras para torneos, e incluso ya para colecciones .
que la ciudadela de Amberes cons~r~f~: In armar al mundo por ejemplo de Mil án y Amberes fueron centros productores de armaduras. La nobleza no
do destruida por los holandes~s o q ho~,el dUd~e de Alba, estaba si en- perdió el espíritu caballeresco, y por eso en todas las fiestas de las cortes
que conocer al otro al enemi' ~e se a la per Ido La Goleta ... Y había europeas se celebraban espectáculos ecuestres de origen guerrero, en los
en el que la imagen jugó un iJ~~r~~~~u;a~~I~~:~~~:~~i~~I~~ ~:t~:~~~~:~ que participaban los nobles: torneos, justas, juegos de cañas, corridas de
to ros a caballo ... En ellas los nobles, vestidos con ricos tejidos, ponían en
fun cio na miento un mundo de color, movimiento y suntuosidad, así como
unos valores guerreros de los que sus linajes eran continuadores . (ACM)
HALE , J. dR. (1990): A~~tists. and Wmjare in the Renaissance. New Hav & El viaje
L on ?n, Yale DmversIty Press. en
EstudIO sobre la actividad de los artistas en el mundo de la . No sería exagerado decir que el viaje define el Renacimiento. Viajaron los
trada enll~ representación de batallas comparando la Produc~r~;:l'ecmen hombres, viajaron los libros y las estampas, viajaron los objetos . .. y crearon
na con a ItalIana. a- en el Renacimiento un mundo globalizado en sus manifestaciones artísticas,
desde las Indias al corazón de Europa. Los modelos circularon de manera más
KEMP. ~it198l/2006): Leonardo da Vin ci. The Marvellous Works of Nat ~ acelerada que en la Edad Media, o al menos llegaron a muchos más lugares y
an an, Oxford, Oxford University Press Ul e personas gracias a la imprenta, la gran revolución de estos siglos, y nos llevan
Texto clásico sobre la obra d L 'd ' . a encontrar obras inspiradas en Serlio lo mismo en Venecia que en la Nueva
historia del arte e historia de 1: c~~~~~. o escnto por un especialista en España.
Los viajes del emperador Carlos V, con cientos de cortesanos acompañán-
.0
KUBOVY, M . 996 ): Psicología de la perspectiva y el arte del R
to oMadnd, Trotta.
' .
enaClnuen- dole, los viajes de descubrimiento de nuevos mundos en las Indias orientales
B.reve síntesis sobre la historia de la formula . , d . y occidentales, y tantos otros de los que poder hablar en los dos siglos que tra-
Plondturla idtaliana del sigl?,XV y sobre las imPlic~~~n:sl;!r~~~7~~~v~ee~::
tamos, forzosamente llevan nuestra atención a la influencia que tal movilidad
m e o e representacIOn. tuvo en la difusión de modelos, con dos grandes focos de creación en Flandes
yen Italia, que se mezclaron con las tradiciones imperantes en cada lugar hasta
crear un arte renacido mucho más complejo de lo que se suele transmitir, que
a veces parece basado únicamente en la implantación del modelo italiano,
cuando no es así. Por otra parte, el poder de la imprenta permitió otro tipo de
viajes que influyeron en el cambio del gusto, que fue el que se emprendía por
las ciudades del mundo, por imágenes que recuperaban la antigüedad, por los
libros de emblemas . .. sin moverse del lado de la chimenea en una estancia
abrigada con ricos tapices.
Los viajes de Jan Van Eyck (1390-1441) por Europa, a veces con un com-
ponente diplomático para acordar matrimonios de los duques de Borgoña con
otras familias reinantes, contribuyeron a la expansión del gusto flamenco en
pintura, que coexistió con la atracción por el modelo italiano. Hubo viajes que-
ridos y otros obligados. Ejemplo de viaje ambicionado, realizado y escrito fue
204 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 205
un viaje muy rico en resultados, porque también nos ha dejado jmpresiones
sobre artistas italianos a los que conoció, en especial Miguel Angel, en su
obra Da Pintura Antiga, acabada en la década de los cuarenta del siglo XVI.
Son obras que, aunque no fueron publicadas, demuestrah la necesidad del
viaje, de la experiencia directa, para aprender el nuevo arte y la voluntad de
los artistas de tener una formación que les hiciera imprescindibles en las cor-
tes y para los grandes patronos. En esa circulación de artistas por Europa,
podemos recordar que Francesco Primaticcio, discípulo de Giulio Romano,
dejó Mantua en 1531 para ser uno de los protagonistas de la Escuela de Fon-
tainebleau. Vignola estuvo también en Francia entre 1541 y 1543, colaboran-
do en la decoración del palacio de Fontainebleau, y allí coincidiría con Ser-
lio, todos ellos atraídos por el esplendor de la corte francesa . Benvenuto
Cellini, con la visión de artista aventurero que transmite en su autobiografía,
recordaba cómo en un momento dado decidió irse a Francia, porque "había
visto que el papa no me tenía en la misma estima que antes, las malas lenguas
habían conseguido borrar los buenos servicios que le había hecho -y temía
que mis enemigos no me hiciesen algo peor- oQuería buscar otro país donde
encontrar mejor fortuna". Y efectivamente en 1540 viajó a la corte francesa,
donde triunfó. Porque esa era la primera razón de viajes innumerables por
toda Europa y camino de las Indias: el encontrar clientes y patronos que valo-
raran y pagaran las obras. Por eso mucho antes, Guillem Sagrera, el arqui-
tecto de la Lonja de Palma de Mallorca, viajó desde ese reino a Perpiñán,
quizá luego a Borgoña, y acabó trabajando en la corte de Nápoles. Los ejem-
plos serían inagotables.
Los viajes de Palladio a Roma con su protector Trissino, el primero en
1541, explican un cambio en su arquitectura, que procedería de la éxperiencia
directa de contemplación de las grandes ruinas de Roma, perQ también del
f-----._
¡...
. / o ,,J. ,¡, ,.¡.. .
estudio de las obras de Bramante, Rafael o Miguel Ángel. Palladio no hubie-
ra llegado a la monumentalidad y la amplitud espacial de algunas de sus gran-
des obras sin esa lección de la arquitectura de los antiguos . Por eso en un deter-
minado momento, la antigüedad clásica se vio en Europa a través de los ojos
- y el tratado- de Palladio.
Tampoco el Renacimiento español sería lo mismo sin los viajes a Italia de
artistas que aprendieron in situ el nuevo arte italiano. En la capilla Caracciolo
de la iglesia de san Giovanni a Carbonara en Nápoles trabajaron Bartolomé
Ordóñez y Diego Siloe como escultores, conociendo así uno de los mejores
ejemplos de espacio ~entralizado de raigambre bramantesca fuera de Roma
(fig. 5.2). No sé sabe todavía lo suficiente de este viaje, que transcurrió en la
segunda década del siglo XVI. El hecho de que Siloe y Ordóñez viajaran jun-
Figura 5.1. Francisco de Holanda, Os desenhos tos es posible que se debiera a ser paisanos, ambos de Burgos, con los mismos
dc: s ¿'ntlguallas. ca. 1540. Patrimonio Nacional. intereses y quizá relacionados a través del taller del padre de Diego, Gil de
Blbhoteca de El Escorial. Fortificaciones de San
Sebastián y de Fuenterrabía.
Siloe, que había trabajado para Isabel la Católica y el Condestable de Castilla
en Burgos.
206 RENACIMIENTO
TEMA S. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 207
'.
jeron consigo cambios en el gusto, un cosmopolitismo como lo podríamos lla-
} "
'\
..
,(
~
mar hoy, que se reflejó en las nuevas residencias que levantaron y en como las
decoraron, Uno de los resultados más famosos de un viaje fue el de las cubier-
tas de pizarra inclinadas que caracterizan la arquitectura de los Austrias espa-
ñoles. Antes del viaje del viaje a Europa de Felipe II no existían, pero le gus-
taron tanto que encargó a su arquitecto Gaspar de Vega que los copiara para
aplicarlos a sus casas. Pese a que no eran necesarios, como recordaba Tibaldi
en su tratado de arquitectura, en unos lugares en los que apenas nevaba con la
excepción de El Escorial, no tenían sentido funcional, pero para el rey se con-
virtieron en algo que definió sus grandes obras, o incluso transformaciones
como la del alcázar de Segovia (fig. 5.3). ¿Y qué que no fueran los viajes
pudieron llevar a la casa de los banqueros del emperador, los Fugger, un patio
al modo italiano a su casa de Augsburgo? (ACM)
A comienzos del siglo XVII, el pintor flamenco Karel Van Mander publicó
Todas estas redes personales entre artistas y los viajes a Italia forzosamente una antología de vidas de artistas (Het Schilder-Boeck, Haarlem, 1604). Este
deb~n. complementarse con los viajes de la nobleza española, con cargos al libro recogía muchas de las biografías de artífices italianos ofrecidas por Vasa-
serVICIO del rey, a Flandes o a los reinos de Italia y estado de Milán, porque tra- ri, y las completaba con pintores procedentes de los Países Bajos y Alemania.
Van Mander había conocido a Vasari en Italia, y era plenamente consciente de
la importancia que habían tenido las Vidas en la construcción de la imagen de
superioridad que gozaba la pintura italiana, así como en la difusión del mode-
lo de percepción del arte basado en la nueva teoría artística del Renacimiento.
Por ello, el texto de Van Mander mezclaba las biografías de los pintores de]
norte con los italianos, con el doble propósito de insertar a los germanos en el
discurso central sobre el Renacimiento que había creado Vasari, y. equiparar así
su valía. Aunque en este nuevo esquema teórico se reconocía el protagonismo
de los pintores nórdicos que como el mismo Van Mander habían visitado Ita-
lia, ~e resaltaba de forma fundamental la existencia de una escuela indepen-
diente con tradiciones y referentes propios. De la misma manera en que Vasa-
ri había señalado unos orígenes míticos para el Renacimiento italiano en
Cimabue y Giotto, Van Mander apuntaba el nacimiento de la escuela flamen -
ca en los hermanos Van Eyck, fijando en ellos (también de manera mítica) el
descubrimiento de la pintura al óleo. Según Van Mander, esta técnica les otor-
gaba una ansiada superioridad sobre todos aquellos italianos "que habían bus-
cado vanamente conseguir este secreto". Años más tarde, y también para Van
Mander:
"En el tiempo en que Italia se imponía a la admiración del mundo en todo
el brillo de su esplendor artístico, Alemania salía de las tinieblas por elfulgor
Figura 5.3. Alcázar de Segovia visto desde la Casa de la Moneda
de un genio que debía elevarse suficientemente alto para iluminar su siglo y
que fue proyectada por Juan de Herrera. '
abordar con éxito todas las ramas de las artes del dibujo, sin que le hubiese
208 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 209
sido dada la posibilidad de pisar el suelo de la penfnsula ni de arrimar su . tura de los primitivos flamencos era en sí misma un tipo críti~o y alternati-
llama al ardiente hogar de la estatuaria antigua. Tal fue el papel del universal plll a la pintura gótica. La comparación entre el modelo ofrecido por ~bras
Alberto Durero, quien nació al mundo en Nuremberg en 1471". :~quetípicas del gótico internacional, com.o ~l. Díptico Wilton de ~a NatlO?al
" Gallery de Londres y la pintura que los pnmItIVOS flamencos realIzaban cien
Durante el siglo xv, la pintura flamenca y alemana había seguido una tra-
yectoria autónoma, que era absolutamente equiparable en calidad y ánimo de años después es significativa al respecto (fig. 5.4).
experimentación al trabajo de los artistas italianos. La pintura del norte tam- Mientras que la Virgen con el ni~o entre áng~les del panel d~r.ech? ,del ,d!p-
bién ofreció recursos de legitimación social para los grupos sociales emer- . esta' construida a partir de un SIstema dommado por la eStlhzaClOn lmca
tlCO . '1 d H
gentes, así como medios apropiados para la transmisión de los mensajes reli- de las formas y la naturaleza simbólica de l~s figUl:a~, un tema Slml ar e ans
giosos. Compartió igualmente el interés por la representación de la realidad Memling es una imagen anclada e~ la reahdad VISIble del h~cho repr~se~ta
visible sobre el plano, la figuración correcta del cuerpo humano y la inclusión do. El pintor ha intentado reprodUCir el aspecto real q~e pudiera ~~bel temdo
de contenidos simbólicos en las imágenes. La diferencia fundamental estriba 1 acontecimiento para un espectador presente. Las figuras se afl~man com.o
en que Italia construyó ese modelo a partir de la recuperación de las formas clá- ~uerpos reales con peso, volumen y situación dentro ~e. un espacIo perc~ptl
sicas, y el norte ofreció un nuevo arte desde la mejora experimental de las tra- ble. La insistencia en el realismo y el detalle que tr.a~hclOnalmente s.e .atnbu-
diciones medievales. Vasari había dicho que lo que le faltaba a Durero para e a estas pinturas es un medio para esa representaclOn del entorno VISI~1e . El
haber podido llegar a ser el más grande pintor de Italia era una educación en Yaisaje las flores, la construcción de los paños y el rostro de las figuras mten-
Toscana. Van Mander respondía que Durero había sido capaz de perfeccionar fan apa'rentar ilusión de realidad. Un proceso similar puede enco~tr~rse en la
la representación de la figura humana sin necesitar el importante apoyo que escultura y en otros medios artísticos como los tapices y las vldneras. La
ofrecían las estatuas clásicas. Los cambios introducidos en los Países Bajos amplia producción de estatuaria que vivió e.l siglo xv europeo, cOI?o,respuesta
supusieron una ruptura similar o incluso mayor que la sucedida en Italia. La a la gran demanda religiosa de retablos y figuras de. bulto que eXlstla, mantu-
vo la misma voluntad de representación de la realIdad. Claus Sluter (1360-
Figura 5.4. Anónimo francés o británico, Díptico Wilton, Virgen con el niño
entre ángeles. ca. 1395-1399, Londres. National Gallery; y Hans Memling, Figura 5.5. Nikolaus Gerhaert de Leyden, Cabeza de profeta.
Virgen con el niño entre ángeles. 1480-1490, Madrid, Museo del Prado. ca . 1460, Estrasburgo. Musée de l'Oeuvre Notre-Dame.
210 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS YEXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 211
1406) sentó las bases de un modelo escultórico similar al de los primitivo sión más o menos fiel de la tradición, atendiendo a una clientela
1a exten seguía demandando el realismo y el detalle de l a generacIOn ·,
~amencos. Su inte:és po.r, la verosi~ilitud a través de la expresión, la gestua~
SO
· (~.
burgue sa que .
l~~ad teatral y la aürmacIOn de volumenes a través de los paños tuvo repercu- dente. Massys fue el maestro más relevante de Amberes en los pnmeros
SIOn en toda Europa. Años después, el trabajo del flamenco Nikolaus Gerhaen Prece
~
. ' d .. . .
de1 Quinientos , cuando la CiUdad comenzo a a qumr ImportanCIa eco-
(ca. 1420-1473), también conocido como Nicolás de Leyden, fue fundamen_ a~os. a gracias a su puerto. Su obra comprendió fundamentalmente retratos
tal en la ~efinición estilística de la segunda mitad del siglo xv. Su influencia dnomIC ·
1 clase comerciante y retablos devoClOnales promovI·dos por esta e'l·Ite CiU-
·
se ex~~ndIa desde el.norte y centro de Europa a la Península Ibérica. Gerhaen d:d: na (fig. 5.6). Estos últimos prolongaba~ el inter,és por e.l realismo y la
ofrec~o nuevos me?IOS pa~a i~te~sificar el gusto vernáculo por la expresión ·vidad de Dieric Bouts o Hans Memlmg, y solo medIada su carrera
expresI ó a introducir elementos ItalIanos
. . ' de
l conOCImIento
· ' de 1a o bra
emOCIOnal y el realismo fisIOnomIco. Entre sus obras más representativas esta- a traves
comen Z . . . , . d 1 A · ,
ban los bustos de la portada de la Cancillería Nueva de Estrasburgo. La Cabe- de Leonardo, como en el estudIO gestual y fIslOnOmIC? e a nCI.~na mesan-
z~ .de pr?fe.ta que se encuentra entre ellos es fácilmente comparable con tipos d e los cabellos del Museo del Prado (fIg. 5.7). Su Virgen con mno del ~ou-
fIsIc~s SImIlares que podemos localizar en la pintura coetánea y de las siguien- os es un eJ·emplo de la continuación de las tradiciones
vre . . representatIvas
.
tes decadas (fig. 5.5). En 1469 comenzó el monumento funerario del empera- recedentes (fig. 5.8). Desde el punto de vista cuantIt~tlvo, estas pII~turas
dor Federico nI en Viena. ~evocionales de corte tradicional fueron el género dommante en la pmtura
fl enca del momento. En este contexto debemos entender tanto la obra de
.La renovación de los primitivos flamencos tuvo continuidad en el cambio H~:onymus Bosch, el Bosco (ca. 1450-1516), como el int~rés específico del
al SIglo XVI. El trabajo de Quentin Massys (1465-1530) y otros pintores supu- paisaje fl amenco, dos temas que trataremos con detalle mas adelante.
212 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 213
·. Desde finale~ del siglo xv la expansión del humanismo logró que la anti- E pa que siguieron utilizando las composiciones de su Epifanía, ~u Flage-
gu~dad se asumIera como un ideal colectivo en toda Europa, y con ello los ur.~ 'su Entierro de Cristo o su Oración en el Huerto durante vanas gene-
lactan,
. .
s (fI·g .5.9). En muchas ocaSIOnes d 1 t· t
artIs.ta.s del norte comenzaron a incorporar los repertorios clásicos a sus medios raCIOne , los nuevos mo e os renacen
,. IS as
tradIcIOnales de trabajo. El proceso es fácilmente constatable en la evolución eguían los artistas españoles, húngaros o franceses no dependIan de on-
de los pintores alemanes de comienzos del siglo XVI. Los motivos clásicos i~:a~es italianos, sino de la reinterpretación grabada e impresa de alemanes o
atravesaban los Alpes gracias a la importación de obras italianas y el ejemplo flamencos.
de los pocos germanos que habían pasado por la península, apenas Durero y Hacia 1500 se produjo una renovación de la pintura loc.al en Alema~ia, 9,ue
Hans Burgkmair. Durero asumió de forma explícita la responsabilidad de ins- combinó la asunción de las novedades ~e~ Quattrocento (pmtura c?mo IlUSI?n,
truir a sus compatriotas en las novedades italianas. Además, las cortes enten- construcción de espacio y referentes cla.sIcos) con una gran capaCIdad creatIva
~ieron.rápidamente la utilidad del repertorio clásico para la legitimación polí- y el mantenimiento d~ caracteres expre~IVos
tIca. Fmalmente, el protagonismo que gozó el mundo flamenco y alemán en propios. Entre los artIstas que promOVIeron
el desarrollo de la imprenta hizo que el norte de Europa tuviera una posición el cambio destacan Alberto Dure~o
clave en la difusión de formas a través de las estampas. Entre los numerosos (Albrecht Dürer, 1471 -1528), Hans Holbem
taller.es de grabado activos en este momento, destaca el dirigido por el pintor el Joven (1497-1543), Albrecht Altdorfer
Martm Schongauer (1448-1491) en Colmar. Su repertorio de temas devocio- (1 480-1538), Lucas Cranach el Viejo (1472-
nales proporcionó modelos de fuerte raigambre nórdica a los pintores de toda 1553), Matthias Grünewald (ca . 1475-
1528), Hans Baldung Grien (ca . 1484-1545)
y Hans Burgkmair el Viejo (1473 - 15~1).
Aunque el abanico de propuestas o~recId~s
por estos pintores fue bastante amplIo.' OSCI-
lando entre el expresionismo dramático de
Grünewald y el clasicismo de Durero, este
grupo se puede cm:ac~eri.zar por la incorpo-
ración del repertono ItalIano. De hecho, las
diferencias entre ellos vienen dadas en cier-
to modo por la diversidad de fuentes, de gra-
dos de conocimiento y de intereses que mos-
traron en su particular apropiación de los
nuevos referentes.
Las propuestas de Lucas Cranach el
Viejo o Hans Baldung Grien sobre la p:o-
porción humana revelan una de las VIas
básicas de la adaptación local del modelo
italiano. En estos pintores, los motivos clá-
sicos o la recuperación italiana del desnudo
conviven perfectamente con cánones anti-
clásicos y soluciones antiperspectívica~.
Más allá de la parcialidad de su conOCI-
miento de las fuentes italianas, y de su posi-
ble inspiración en repertorios manieristas
que ya presentaban tales contradicc~0fo1es
del canon, en ellos había un uso apropIatIvo Figura 5.10. Hans Baldung Grien,
Figura 5.9. Martin Schongauer, Entierro de las novedades . Estas se seleccionaban y Las tres gracias. 1541 -1544,
de Cristo. ca.1480. Viena, Albertina. manipulaban en función de unos objetivos Madrid, Museo del Prado.
214 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 215
due no tení~ que coincidir necesariamente con los del modelo italiano toma embargo, las copias de obras clásicas que hizo entonces no garantizaron una
. o e~ su conjunto. El grupo de dos tablas de Baldung en el Museo del Prad -
o asimilación comprensiva del Renacimiento. La antigüedad proporcionaba
IdentIficadas co~o Las ed~~es y la muerte y Las tres gracias (o La armonía temas y ornamentos que se superponían a una estructura vernácula. Su obra
c?:po~e un conjunto tematIco de carácter moralizante sobre la brevedad de 1) tiene más que ver con las tradiciones visuales germánicas que con el estudio
VI a y os placeres. munda~o~ que modifica el desnudo italiano tanto or s a matemático de las proporciones y la presencia de los cánones ideales italia-
encuadre en un. honzo~te sIgmficativo distinto, como por el uso de unotcá u
nes de proporcIOnes dIferentes (fig. 5.10). no- noS. Una de sus pinturas más italianas, la Dánae de Munich (1527) hace coin-
cidir un escenario clásico construido perspectívicamente con una figura que,
La misma apropi~ción selectiva del modelo clásico se encuentra de form pese a estar semidesnuda, remite más a los tipos religiosos flamencos que a las
paralel.a en algunos pmtores flamencos del primer tercio del siglo XVI La t a figuras mitológicas italianas (fig. 5.11).
y~ctona de Jan Gos~aert (~478 - 1532), también conocido como Mabuse r:- La cantidad de obras de arte italianas importadas en el resto de Europa y
~jerplar ~n este sentIdo. MIentras que su pintura religiosa se mantuvo de~tr~ el número de artistas europeos que visitaban Italia crecieron considerablemente
~ os, p~rametros ~enerales marcados por la generación anterior, los encar desde mediados del siglo XVI. Además, la imprenta hizo que los textos teóri-
mItolog~c?s reco~leron el tratamiento del desnudo que había podido obser~~~ cos y las estampas se intercambiasen con una fluidez sin precedentes en la his-
en su VIaje a Itaha de 1508, dentro del séquito de Felipe de Borgoña. Sin toria anterior de la circulación de ideas. Este proceso permitió que los artistas
nórdicos de la segunda mitad del siglo tuvieran un conocimiento muchísimo
más comprensivo de las novedades italianas, y que por tanto pudieran promo-
ver propuestas mucho más coherentes y reflexivas. Pieter Coecke (1502-1550),
Jan van Scorel (1495-1562), Michiel Coxie (1499-1592), Maarten van Heems-
kerck (1 498 - 1574) y Bartholomeus Spranger (1546-1611) tuvieron carreras
itinerantes que les llevaron a residir varios años en Italia y especialmente en
Roma. Allí absorbieron el modelo del primer Manierismo de los años centra-
les del siglo XVI. Esta situación era reconocida por sus contemporáneos. Van
Mander decía que Coecke "visitó Italia y Roma, la gran escuela de las artes,
donde se había entregado sin descanso al estudio de las estatuas y los monu-
mentos". Como vimos anteriormente, a su vuelta a Flandes algunos de esos
pintores encontraron acomodo en la floreciente industria de los tapices, lo que
favoreció notablemente la difusión de su estilo. (AUH)
216 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 217
ca cris~ia~a de Fray Diego de Valdés (ca. ,1579) (fi~ ..5.12). Ta~bién las capi-
llas ~e mdIOs fuero? algo nuevo. En la pemnsula eXIstieron capIllas abiertas en Española , la catedral de Santo Domingo es un ejemplo de arquitectura
. "1
tardo-
ótica en el Nuevo Mundo, porque esa manera de constrUIr a o mo derno "
las ~lUdad~s: por ejemplo en la,s plazas ?e mercado, para que se siguieran los rue lo que llegó en los primeros año~ de la conquist~ (fig. S.13!. Aunque es
OfiCIOS relIgIOsos, pero en :'-,"?enca s~ sItuaron en los atrios de los conventos t ma de debate si se trata de una iglesIa con planta salan (hallenklrche) por ser
para q~e todos pudIeran a.sIStIr a la mIsa celebrada en esos presbiterios abier- ~go más elevada la central-como por otra parte vemos en iglesias andaluzas;--
tos, m,as o menos comp~eJos en su estructura. El proceso de mestizaje artísti- ~ampoco es un alzado tradicional de naves escalonadas. Es un traslado a A~e-
C?; mas paten~e ~n los SIglos XVIJ y XVIII, comenzó ya en el XVI en la decora-
rica, quizá por canteros no tan expert~s coI?o los d~ los gran,des templos pem~
cIO.n de I?~ edIficIOs, en los que aparece en ocasiones flora y fauna americana sulares, de una tipología alterada de IglesIa de salon con boved~s de crucena.
y SI se utIlIzan.m~delos europ~os conocidos a través de grabados, e intervenÍ~ Quizá la presencia del cantero Rodrigo de Liendo fuera deter:mmante de e~ta
man~ de obra ~n?Igena, los relIeves .t~nÍan una apariencia de planitud que res- construcción, pero no lo es de la portada, en la que el lenguaje es renacent~s
pondIa a los COdIgOS de representacIOn de su propia cultura.
ta al modo romano, y los arcos abocinados demuestran la volunta~ de dejar
c;nstancia de que su autor conocía tanto los principios de la perspectlva, co~o
el arco en esviaje de la entrada a la sacristía mayor de la catedral de SevIlla
(Morales, 1984).
218 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 219
se hundía. La techumbre de madera no sobrevivió a los importantes cambios
t~n ,trabajaría también el maestro de cantería burgalés Juan del Corral qu t"
~ ,.,
hz? con tot~l no~alidad las bóvedas de crucería que había aprendid~ a ~o~~ acaecidos en el siglo X vII , cuando se hacen nuevas bóvedas en tiempo de Juan
trUlr, e.n su tIerra.,S,m embargo, no debemos pensar en que las crucerías del tar: Gómez de Trasmonte. El tezontle, una piedra volcánica porosa y de poco peso
~.
dogotIco en Amenca. son retardatarias, porque en España la colegiata de S sustituyó a la cantería en las cubiertas de esta catedral y en otras en la Nueva
Pedro en Lerma, la ~IUa que construyó a comienzos del siglo XvII el duque ~~ España (fig . 5.14).
Lerma, pode~oso vahdo ?e Felipe III, tiene una planta de tipo salón con cubier- Los éxitos del burgalés Claudio de Arciniega en ese virreinato se iniciarían
tas de crucena. Se podna pensar que en un caso hubo una voluntad por art con una arquitectura efímera, la del túmulo levantado en la ciudad de México
d~~ patrono de conservar formas constructivas tradicionales asociadas a laPre/I por las exequias del emperador Carlos Ven 1559, con órdenes y proporciones
glOn, y en el otro ~arencia de maestros expertos en la construcción de cúpul - clásicos, además de un programa iconográfico ideado por Cervantes de Sala-
al modo renacentista, o deseo de utilizar la flexibilidad de las cubiertas gó~~ zar basado en los Emblemas de Andrea Alciato, demostrando que la cultura
cas contra los terremotos, pero son cuestiones que pueden ser debatidas. humanista llegó muy pronto a América en los libros, como los que poseería este
, Las catedrale~ de México y P~ebla tuvieron en sus primeros proyectos catedrático de retórica de la universidad de México. Como ha señalado Cua-
bO,v~das de crucen,a, .aunque en el sIglo XvII acabaron construidas con bóvedas driello (1999), a partir de 1550 en la Nueva España se desarrollaron programas
clasIcas. La de MexIco, proyectada por Claudio de Arciniega (1527- 1593) iconográficos destinados a fusionar el papel de la nobleza indígena con el de
comenzad~ en 1573 tuvo un alzado de planta de salón, con naves a la mism~ los conquistadores en la fundación del nuevo reino, como sucedió en este túmu-
lo de Carlos V en el que, pese a no ser los temas indígenas, se incorporaban al
a~tura , el tipo de la hallenkirche, como tenía en España la catedral de Se 'U
sl.empre ~n referente, así como las más modernas catedrales de Granada ~u:~ relato Atahualpa y Moctezuma, con la caída de México, el surgimiento de la
d~x, o Malaga proy~c~adas por Diego Siloe, o la de Jaén de Andrés de V~ndel nueva ciudad, y el emperador recibiendo los trofeos de Hernán Cortés y
v~ra . El lenguaJe. clasIco del orden dórico se combinaría al parecer en princi-
"muchos indios hincados de rodillas adorando una cruz rodeada de rayos de
pI~ .con una cubIerta de crucería que no se Uegaría a hacer buscando en la sol", pintado todo ello por pintores indígenas.
cu Ierta de madera algo más seguro ante los temblores de tie~a y un suelo que El arte plumaria, practicado en México antes de la llegada de los españo-
les, rápidamente se identificó como uno de los adornos más bellos para cual-
quier personaje importante, y llevó a realizar con esta técnica mitras de un pre-
ciosismo extraordinario, siendo varias las conservadas, como la de la catedral
de Toledo, quizá realizada en el marco de los talleres creados por el obispo
Vasco de Quiroga en Michoacán, donde también trabajaron mucho las escul-
turas con pasta de caña de maíz, que tuvieron gran éxito en España. Cientos de
piezas de plumaria llegaron a las colecciones españolas, pero también a otras
cortes europeas (García Sáiz, 1999) (fig. 5.15).
A América llegaron artistas españoles muchas veces acompañando a los
virreyes, como el ya citado Francisco Becerra a Nueva España, o el pintor
Mateo Pérez de Alesio al Perú, pero también viajaron al nuevo mundo artis-
tas flamencos, como el pintor Simon Pereyns a Nueva España, e italianos. Es
el caso del jesuita Bernardo Bitti (1548 -1610), que decoró con pinturas y
esculturas muchas de las casas de la Orden desde que llegó en 1575 al virrei-
nato del Perú (fig. 5.16). Bitti trabajaría en colaboración con otro jesuita, el
hermano Pedro de Vargas. Adoptaron en la escultura técnicas y materiales
indígenas, como el maguey, una madera blanda y ligera, combinada con tela
encolada, para realizar figuras como la de San Sebastián, en la que una figu-
ra serpentinata claramente deudora de modelos miguelangelescos se recorta
ante un fondo en el que aparece una ciudad que nada tiene que ver con Amé-
rica, y sí con ciudades ideales italianas, torreada y con un edificio de planta
Figura 5.14. Interior de la catedral de México. Iniciada en 1573. central. (ACM)
220 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 221
ctiva. Además combinó todo ello con un interés sostenido por el diseño
'.
~: nuevas iconografías, que convirtió su trabajo en una de las fuentes ~ási
,.'
\ r
cas del repertorio europeo de imáSenes de la Edad Moderna. E.st~ capacidad
creativa y la extraordinaria difusion de sus grabados le convirtieron e.n un
arti sta con una influencia equiparable a la de Leonardo, Rafael, Miguel
Án gel o Tiziano (fig. 5.17).
Figura 5.17 . Durero, Virgen con niño. 1520; y Alonso Cano, Virgen con niño.
Estudios de caso ca.1643. Madrid, Museo del Prado.
Durero
Du rero comenzó a familiarizarse con los procedimientos de taller de los
Alberto Durero (1471 -1528) fue una figura clave en el intercambio entre arti stas germanos desde su misma infancia. Su padre se había establecido
el m~?elo nó~dico y el !talian? Alemán de naci~ie,nto y formación, viajó como orfebre en Nuremberg, y en ese entorno se inició en las técnicas de
tamblen a Italia y los Paises BaJOS, y su obra funCiono como una alternativa dibujo y grabado. Con 13 años de edad realizó un autorretrato que n?s ~er
válida a ambas escuelas. En su estancia veneciana de 1506, Durero rea lizó mite constatar la soltura con que manejaba los recursos del retrato nordlco,
un Cristo entre los doctores que aunaba los experimentos fisionóm icos de desde la ubicación en tres cuartos a los plegados del ropaje (fig. 5.18). El
Leonardo, los tipos físicos de la pintura veneciana y la tradición grotesca del dibujo fue conservado por Durero en su propio hogar como un testimonio
norte y E.I Bo~co. Durero supo además completar su inusual pericia téc nica de su temprana habilidad . Ya en su madurez le añadió un texto aclarando las
con una I~qu. letud co~ceptual que le llevó a asimilar la teoría italian a y ofre- circunstancias de su producción: lo había ejecutado frente a un espejo cuan-
cerla al publico aleman en forma de varios tratados sobre anatomía y pers- do era sólo un niño.
222 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 223
ll ar un a notable verosimilitud con la última técnic.a. Retr~tó .así m0 1ti ples
ectos del mundo que le rodeaba: familia res y amigos, paisajes, animales,
a~~ntas o su propio cuerpo (fig. 5.19) . Además de la utilidad que estas obr~:
-¡ ..,.,:."
224 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 225
S~~ún ,se ha estableci~o tradicionalmente, la influencia italia na fue 'u nto supuso un esfuerzo notable para fijar en 15 repr:sentacion~s I?s epi-
\ '.
,~:
~
adquirida Igu,almente d,e pnmera mano durante un primer viaje a la penín- J odios centrales de las revelaciones de San Juan, ofreciendo unas Image~es
~ovedosas en la iconografía y los medios formale,s (fig. 5.20). Para el,lo hiZO
1,
r ~ sula que el pintor debio realizar en torno a 1495. Aunque no existen prue-
bas docum~ntal,es d,e,este de:,plazamie~to, y.algunos autores lo niegan, el so de herramientas flamencas e italianas, y sumo una fuerza expresiva q,ue
consenso hlstonograflco sostiene su eXistencia y relaciona con él divers ~u peraba las convenciones de la repr~sentació~ tradicional ~ara potenCla.r
~bras de Durero, Tras este perplo formativo, Durero afirmó su taller pict~~ la capac idad narrativa de los personajes. ~as figuras de Los a~g~!es apaCI-
riCO ,en N~r~mberg en I?s an?s del cambio de siglo. Allí encontró un guan a los cuatro vientos proceden de Italia, Fla~des, y la tradlcl~n. germa-
ambiente optlmo de trab.a}o y Clert?,recon~cimiento social en el patric iado na, Algu nas revelan conocimiento ~e los expe~lmentos perspectlvlcos del
urb,ano.l?estaca s~ relaClon c?n Willbald Plrckheimer, que le ofreció SOpor- sur. Hay por ejemplo ecos del tratamiento espaCial de,l cuerpo humano y los
te fl~anclero en dlversa,s o~~slones y fa~i1.i~ó su familiarización con el pen- escorzos que ofrecía Mantega. Sin embargo, el se~tldo gener,a~ de la obra
sa~l:nto hum~nlst~ y,Cle,ntl~lco. La erudlclon y la capacidad de Durero para supedita el orden compositivo ~ la capacidad expresiva y dramatlca. En estos
aSimilar la ~eona artlst,lca It~llana y traducirla al entorno alemán en vari os tra- mism os años, Durero comenzo otra de sus series fundament~les ?e graba-
tados propiOS no hubiera sido posible sin esta ayuda, dos co nocida como la Gran Pasión , Este conjunto, que tardo mas de una
déc~ da de finalizar, ilustraba la pasión de Cristo en distintas escenas de gran
Gran p~rte de su trabajo durante esos años fue la realización de graba- am bi ció n compositiva. Todas estas estampas, co~o el resto d~ la produc-
dos. La serie de estampas sobre el Apocalipsis de San Juan que realizó en tre ción de Durero, tuvieron una difusión extraordinana. Se mantuvieron duran-
1497 y 1498 es probablemente la obra más relevante del momento. El con- te siglos como modelo para préstamos de composición o figuras aisladas .
D urero residió de nuevo en Venecia entre 1505 y 1507. Las cartas que
en vi aba desde esta ciudad a su protector y amigo Pirckheimer son la mejor
226 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 227
ión de los personajes representados, entre. los que est~n. el propio
fuente sobre esta estancia. En ellas relataba sus relaciones con los maestros
orden~c papas, emperadores, santos y la Trinidad situados e.n distintos nlve-
'. italianos, el estudio que efectuó de sus obras, y el trabajo que él mismo des-
arrolló en esa ciudad. La obra más destacada de este periodo es la Virgen del
Pe~.r ~ ~~Ior y la iluminación venecianos contribuyen a uniformar la com-
Rosario (1506) (fig. 5.21). Se trata además de la pintura de Durero que mejor pos ición.
refleja su contacto con el mundo italiano. Es un cuadro de altar que fu e rea-
lizado para la capilla de la comunidad de expatriados alemanes en Venecia,
como un ruego a favor de la resolución de los conflictos que ento nces
enfrentaban al papa Julio 11 y al emperador Maximiliano 1. La promoci ón de
la fiesta del rosario por parte de los dominicos (que aparecen repartiendo
guirnaldas de la misma) se combina con la representación de la coron ación
del papa y el emperador por parte de la Virgen y el niño Jesús. La escena de
concordia se completaba con retratos de otros personajes coetáneos, entre
los que se encontraba el propio Durero.
En esta obra, la adaptación de Durero a los modelos venecian os fue
doble. Por un lado adquirió los tipos compositivos e iconográficos que eran
habituales en la pintura de retablos, reflejando por ejemplo el conoc imien-
to del trabajo de Giovanni Bellini y el arquetipo de la sacra conversaz ione.
La simetría de la composición o los putti que sostienen el dosel son mues-
tra de ello. Por otro, Durero adoptó igualmente algunos de los procedi-
mientos técnicos que eran frecuentes en la isla, como la preparaci ón del
lienzo o la aplicación de los pigmentos. Ambos extremos pueden compro-
barse si se compara la pintura de Durero con el ejemplo de la Virgen con
niño y santos de Bellini para la iglesia de San Zaccaria. Las dimensi ones y
la calidad de este retablo hacían que fuera un modelo de emulación. Dure-
ro debió tenerlo como una de sus referencias, y posiblemente citó algunos
de sus recursos para la iluminación (dirigida desde la izquierda) y las com-
binaciones de color. Se sabe que Durero quería utilizar esta obra para impre-
sionar a los venecianos por su uso del color. Como comenta él mismo en sus
cartas a Pirckheimer, esta obra fue un éxito entre el público local: "es elo-
giada por todos los pintores", contaba a su amigo, "dicen que no se ha visto
una pintura más noble y agraciada". En ese mismo año, Durero ejecutó
igualmente el Cristo entre los doctores que hemos referido anteriormente. Figura 5.22. Durero, Adán y Eva. 1507, Madrid,
Museo del Prado.
Estas transformaciones de la práctica pictórica de Durero tuvieron con-
tinuación tras su regreso a Alemania. Sus trabajos al óleo incorporaro n un
entendimiento más pictórico, a la manera veneciana, de la representación
de los objetos en el espacio. Las dos tablas de Adán y Eva que real izó en
La madurez artística de Durero afectó igualmente. a su t~a?ajo como gra-
Nuremberg hacia 1507 seguían esta estela (fig. 5.22). Por un lado, el des-
bador. En estos últimos años continuó ;~alizando series rel~gl?sas de esta~
nudo revela interés por la correcta representación de la anatomía humana,
pas que ilustraban distintos ciclos tematlcos de los textos ?Ibllcos. Jun~o a a
en línea con sus propios escritos teóricos. Por otro, el tratamiento del color,
Gran Pasión, que había iniciado antes de viajar a Ven.e~la: destaca e con-
la luz y la sombra en la superficie de la piel es típicamente veneciano. Otras
junto de la Vida de la Virgen. Igualmente., I?~r~ro participo de form.a des~a
obras de estos años, como la Santísima Trinidad de Viena (1511) muestran
cada en el diseño y ejecución de varias iniciativas de propaganda Imperial
una similar integración clasicista de medios (Checa, 1993). El tema estaba
para M aximiliano 1, que ya hemos comentado.
elaborado a partir de la Ciudad de Dios de San Agustín, y ofrece una clara
230 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO
231
l' como el de Lean Battista Alberti habían sido concebidos desde unas
ce también una ejemplificación de la lectura de Durero como artista erudi -
~ '. to que realizó Erwin Panofsky (tratando de rescatar su figura tras la campa-
I ~;~i sas que ignoraban las ventajas de la imprenta, y p~r ello de:preciaban
l . ,( fa rep roducción de imágenes. Esto hizo que la recepclon del pr~mer Re~a
ña identitaria a la que había sido sometido por el nazismo). Más allá de su
habilidad técnica y de su comprensión de los nuevos problemas represen- cimiento italiano fuese limitada. La nueva ~rq~itectura n? aca.bo de cua!ar
n Europa hasta que otro tipo de tratado, mas visual que lit;rano, ~mp~z? a
tativos del arte Renacentista, Durero supo tomar de Ital ia otros dos princi pios
eb . camino en el siglo XV I. El nuevo patrón de la teona arqu lt.e,cton lca
fundamentales de la nueva concepción del arte: la naturaleza creativa de la
a ~~sseu base en el proyecto de atlas de antigüedades qu~ promovlo Rafael
práctica artística y el necesario fundamento conceptual de la misma. En esta
asimilación de conjunto radica gran parte de la distancia entre Durero y el
~uanzi o, y su continuación en los libr~s de Seb~:tiano Se~lio y los tratados de
Renacimiento únicamente formal que estaban realizando sus coetáneos de órdenes de sus sucesores, con especial menclon para Vlgnola.
A leman ia y otras partes de Europa. Tradicionalmente se ha interpretado que Estos tratados no promovían ya una. refl~xión sobre I~s regl~s, los medios
sus autorretratos deben ser leídos desde esta misma afirmación del carácter los fines de la arquitectura al modo vltr.uvlano o albertl~no, SinO q~e, a tra-
de l artista. Durero podía ser el nuevo artista orgulloso de su situación soc ia l Y, de la uniformización visual de la Imprenta, ofreclan un catalogo de
que parece expresarse en el Autorretrato de 1498, o el artista doliente, más :~delos listos para ser empleados en la construcción. ~or ello}e h~ habla-
próximo a Melancolía 1, del Autorretrato de Munich en el que recuerd a a un d de una " arquitectura tipográfi ca" y hasta de una pnmera arq~ltectura
Ecce Hamo (fig. 5.24). (AUH) d~ prefabricados" . Las estampas de los libros de arquitectura ofreClan solu -
IX.
La imprenta y la difusión del Renacimiento L I BR.O QYA RTO
Los libros y las estampas que circulaban en gran número por toda Euro-
pa tras la invención de la imprenta fueron la principal vía de difusi ó n de
novedades para la mayor parte de los artistas y clientes del Renacim iento.
Este medio, que servía tanto para fijar elementos de estilo como para la
comunicación de los modelos iconográficos, tuvo importantes consecuen-
cias en la definición de los distintos momentos del arte europeo de la Edad
Moderna.
Por un lado, se ha señalado que el desarrollo del libro impreso fue el
elemento fundamental de la evolución de la arquitectura europea del siglo
XVI. Mario Carpo ha explicado que ello se debió a dos razones básicas: una
es la extraordinaria difusión que permitió la mecanización de la factura del
libro, y la otra la estandarización reproductiva de la imagen que ofrecía el
invento. Ambas tienen una importancia similar, pero la segunda nos intere-
sa más ahora. La imprenta difundía imágenes idénticas entre sí. Esto perm i-
tió que los arquitectos dispusieran de colecciones estandarizadas de ilustra-
ciones que ofrecían y producían modelos de arquitectura igua lmente
estandarizados. En este cambio técnico radica, según Carpo, la diferencia
fundamental que puede observarse entre el Bajo Renacimiento y la arqu i-
tectura anterior. Antes de la imprenta, los manuscritos sobre arqui tectura
tenían pocas ilustraciones, y estas se transformaban de un ejemplar a otro,
por lo que su contenido estaba fundamentalmente centrado en cuestiones de
carácter teórico. El tratado clásico sobre arquitectura del romano M arco Figura 5.25. Sebastiano Serlio, Del.ornan~ento rústico , libr.o [':"
Vitruvio había llegado al siglo xv mediante copias en las que las imágenes lámina IX de la traducción de Franclsco Vlllalpando del Te/celO
y quarto libro de arquitectura (Toledo, 1552).
ocupaban un lugar marginal. Los textos sobre arquitectura del siglo xv ita-
232 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 233
ciones ornamentales y constructivas (con los órdenes como exponente
máximo) que aparecían dispuestas para ser utilizadas en cualquier espacio
y en todo edificio, independientemente de su tipología y función. Como
declaraba Serlio al comienzo de su libro IV, la reproducción de modelos
suponía un nuevo tipo de regla, que permitía escribir a los arquitectos de
mediano ingenio: se estaba proporcionando un método al alcance de cua l-
quiera, falto de reflexión pero extremadamente versátil. Los modelos de
columnas, arcos, ventanas, co rnisas, fachadas, puertas, bóvedas y decora-
ciones clásicas que ofrecían estos libros se difundieron rápidamente garan-
tizando la extensión europea de las formas de la nueva arquitectura italia-
na (fig. 5.25) .
El análisis de la relación entre la imprenta y las artes visuales nos mues-
tra que la difusión de la pintura y la escultura mantuvo igualmente la impor-
tancia del medio impreso y la descoordinación entre ideas y formas. Sin
embargo, hubo grandes diferencias entre la naturaleza de los tratados de
arquitectura y los de artes figurativas. Estos últimos se mantuvieron apega-
dos a los contenidos teóricos después de la expansión de la im prenta,
siguiendo el modelo textual-ideológico que había definido Alberti en su De
pictura, basado en una combinación en la que los principios teóricos domi- Fi ura 5.26. Comelis de Cort, sobre Zuccaro; Presentación en el templo-.1570;
naban sobre los modelos visuales. La imagen, cuando aparecía en los trata- Ceonardo Enríquez de Navarra, Presen~acion en el templo. ca .1593 . BUJalance
dos de pintura o escultura del Renacimiento, era más una ilustración de las y (Córdoba), ParroqUIa de la AsunClOn.
ideas contenidas en el texto que un soporte válido en sí mismo. Sin embar-
go, los pintores y los escultores tuvieron a su disposición numerosas estam-
pas impresas, que podían ser trabajos de invención que creaban un a nueva
representación para un tema, o bien simples copias de obras de arte pree-
xistentes. La imprenta también facilitó el trabajo a los pintores y escultores
" medianos", según el término empleado por Serlio, que encontraron así
modelos listos para ser copiados (fig. 5.26). Las colecciones de estampas y
los repertorios iconográficos ilustrados permitieron la difusión rápida de los
nuevos estilos y formas que se sucedieron en el Renacimiento. Las estampas
explican también la homogeneidad en la expansión por todo el continente
de los modelos compositivos, iconográficos, e incluso los mismos tipos físi-
cos que fijaban los artistas italianos y flamencos. Uno de los ejemplos más
ilustrativos de este proceso es la tremenda difusión que tuvieron las com-
posiciones de Rafael gracias a exitosa oficina de estampas de Marcantonio
Raimondi (1480-1534) (fig. 5.27).
El hecho de que esta homogeneidad se extendiese más allá del Renaci-
miento debe servir para cuestionar el automatismo en la aplicación de las
etiquetas estilísticas tradicionales. El "Barroco" de los siglos XVII y XVIII siguió
reproduciendo ampliamente las composiciones "renacentistas" de las estam-
pas del siglo XVI. Esta situación se expl ica por varias razones. Por un lado está
la simple comodidad de los artistas, que así evitaban tener que crear nuevas Figura 5.27. Marcantonio Raimondi sobre diseño de Rafael, Masacre
soluciones compositivas (esto debe poner igualmente en cuarentena parte de de los inocentes. ca.151O.
Figura 5.31. Pedro Benuguete, Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán
(general y detalles). ca. 1495. Madrid, Museo del Prado; y detalle una ilustración de De
prospettiva pingendi de Piero delIa Francesca, ca .1492.
Figura 5.30 ..Justo de Gante y Pedro Berruguete, Retrato En contraste con este interés por la perspectiva, otras obras españolas de
de FederiCo de Montefeltro y su lujo Guidoba/do.
Berruguete se caracterizaban por la introducción de elementos distorsiona-
ca. 1474. Urbmo, Galleria Nazionale deIle Marche.
dores del espacio como los fondos dorados. Incluso aparecía la alteración
238 RENACIMIENTO
TEMA 5, TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS YEXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 239
~~~I~?¿~~:~nejd~~~~Wc~~~e I~St~~~~era~i gd~t~:n~~0~e1~e~~~~0ú~t~~~~~~st~ escul tóricos italianos encontraron un potente mercado entre los nobles y los
ecl esiásticos españoles que se desplazaban a Italia, quienes veían en la nove-
para a I~ . esla e Santa Eulalia de su localidad natal de Paredes zo
d~ 1a~~,
F' i'
que sacrifican absolutamente la profundidad a favor d I I dad de esos mármoles un buen medio para exh ibir distinción soc ial a su
cos del oro y la focalización en el retrato ue eran e os va ore~ sl.m 011- regreso. Pronto estas piedras fueron acompañadas por escultores italianos
tantes para sus clientes (fig. 5.32). Cristób~l~e Villalóelemenftos, ma~ Imp or- que ll egaban para trabajar en un territorio cuyo mercado fue siempre muy
su Ingen iosa co ., n se re ena aSI a el en potente. La demanda de escu ltura estuvo fuertemente concentrada en dos
V 11 d I'd . mparaC/on entre lo antiguo y lo presente (1539)' "Aq ,
a a o I reside Berruguete que los hombres' . . UI en ámbitos fundamentales: por un lado los sepulcros y el arte funerario, por
Naturaleza les dé espíritu con que hablen" La coqnuet plnt~, nO fallta Sln.o que otro la provisión de piezas devocionales. Estas eran retablos básicamente,
't r . s rucclon d e espacIo a I pero también había sillerías de coro y estatuas exentas. Finalmente, también
~:~;~~~!~~~Y~~ii,~~:~1:~~3~~~~t~~~~~~!~~~e~í~:~I~i~:~~~~~ ~I ~~: se sol icitaba escultura para las decoraciones arquitectónicas. El lenguaje clá-
sico de la piedra fue extraordinariamente aprec iado en el ámbito funerario
y en la puesta al día de los pa lacios. Los ornamentos litúrgicos permanecie-
ro n frecuentemente al margen del interés por el mármol.
Uno de los primeros sepulcros en importarse fue el del cardenal Don
Pedro González de Mendoza, que se instaló en la catedral de Toledo. Según
algunos historiadores, el autor pudo haber sido Andrea Sansovino. A los
pocos años, comenzaron a llegar las obras del taller de Domenico Fancelli
(1 469-1519), quien era un escultor formado en Florencia en los años inme-
di atamente posteriores a Donatello. Su primer encargo para España fue el
sepu lcro del cardenal don Diego Hurtado de Mendoza, realizado para la
catedral de Sevilla siguiendo el modelo del monumento vaticano de Pablo 11.
Tras el éxito de esta obra, el mismo conde de Tendilla que le había enco-
mendado la sepultura anterior, le encargó otra para el hijo difunto de los
Reyes Cató li cos, el príncipe don Juan. Poco después se sucedieron las comi-
si ones de los túmulos de los Reyes Cató li cos y don Felipe y doña Juana para
la Capilla Real de Granada, y el del cardenal Cisneros para la iglesia magis-
tral de Alca lá de Henares. De ellos, sólo pudo terminar el de los Reyes Cató-
li cos, siendo concluidos los restantes por su seguidor Bartolomé Ordóñez y
colaboradores. Con estas obras, Fancel/i dejó asentado en España el modelo
de sepulcro sobre lecho, que continuaba el túmulo de Pol/aiolo para Sixto IV.
240 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 241
D~sde el punto .de vista formal, las figuras se mantenían dentro de una au s- fray Fra ncisco Ruiz también encomendó. su monumento fun,erario en Géno-
'. t~nd.ad donat~lI~ana y era frecuente el uso de relieves de escasa profundi dad, va, si gu iendo el modelo ~e su mentor. ~Isn~ros: y don Ramon Fol.ch de ~ar
~ slgule~do el }~PICO stiacciato florentino del Quattrocento. Por su parte, Bar- dona, como virrey de Napoles, comisiono alll su s~pulcro. a GI~vannl de
t?lom~ Ordonez (ca; 1480-1520) trajo a España un momento del arte ita- Nola. Las formas a la antigua de estas tumbas acoglan motivos piadosos, y
liano II.geram,ente mas ava nzado, q~e comenzaba a refl ejar el estilo del pri- humanistas, tratando de conjugar su función religiosa con el lugar comun
mer MI~uel Angel y las. ~ransformaclones que comenzaban a producirse en cl ás ico de la perduración de la fama. Así por ejemplo los sepulcros de don
Florencia. La comparaClon con el sepulcro de los Reyes Católicos de Fancelli Di ego Hurtado de Mendoza o Ramó~ .Folch, que s~ encuadraban ~on u.n
muestra_que Ordóñez trabajó las figuras exentas de su sepultura de don Fel i- medi o punto, sugerían el concepto claslco de arco tnunfal co~o eVidencia
pe y dona Juana con mayor dominio espacial (fig. 5.33). in mortal de la gloria personal. El impacto que la monumentalldad de estos
monu mentos tuvo que causar en sus contemporáneos fue no~able . Tanto que
, .E I prestigio que otorgaban la novedad de sus formas y el contenido sim -
se despertó una pequeña controversia sobre I.a falt~ de humildad que sup~
bollco de estos monumentos puede atestiguarse a través de la frecue nc ia nía un enterramiento tan ostentoso. El tratadista Diego de Sagredo recogla
con que fue~on imitados a lo largo de la década de 1520. El ejemplo de la
en 15 26 el debate de la siguiente manera:
tum?~ de Diego ~urtado de .Mendoza en la catedral de Sevilla hizo que la
familia d,e los Ennquez de Ribera, marqueses de Tarifa y más tarde duques IIParéceme a mí que no tienen mucha razón los que dicen que es vani-
de ~Icala, encargaran vanos sepulcros en el taller genovés de Antonio Maria dad el gasto que se hace en los sepulcn?sl porque allende que decoran y
Apnle d~ Carona y Pacce Gazzini (fig. 5.34). El conjunto aún se conserva en
acrecientan el edificio del templo despiertan mucho a los que se
ll descUi-
dan de la muerte y los provoca a mejorar su y corregir su vida. . (AUH)
la Cartuja de las Cuevas de Sevilla. De la misma forma, el obispo de Ávi la
242 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 243
do el ducado en 1479. Entre ambas fechas, pero más cerca de 1492, don
Luis iniciaría la construcción del palacio de Cogolludo (Guadalajara), aca-
bado en 1495. En el palacio al parecer intervino también Lorenzo Vázquez.
El ascenso de un linaje necesitaba la magnificencia de un palacio, y este,
que nos presenta una fachada perfectamente simétrica y almohadillada al
modo italiano, funde modelos de los centros más avanzados italianos, como
la Mi lán de los Sforza o el Nápoles aragonés. Se ha relacionado con el pala-
cio de la Banca Medici de Milán, también con ventanas góticas en su plan -
ta su perior, que Filarete representó en su tratado Sforzinda. De este circula-
ron copias manuscritas, siendo la mejor conocida la que estuvo en la
bibli oteca de Ferrante de Aragón en Nápoles y desde 1525 en la biblioteca
del duque de Calabria en Valencia . El almohadillado de la fachada tiene un
li gero rebaje en los bordes, y cada elemento se separa del otro, como si fue-
ran piedras preciosas engastadas en el muro (Ruiz Souza, 2014), lo que
unido a la crestería recuerdan las ricas obras de orfebrería de la época, y los
préstamos entre las artes (fig. 5.36).
244 RENAClMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 245
gloria de sus progenitores y la su a ropla . I / car que el viajero alemán Jerónimo Münzer dijera de él en su viaje por Espa-
a ma~do edificar otra vez para
\,
~ '. .;, más honrar la grandeza de su lin y ,,P F ña entre 1494 Y 1495 que fue construido "más para ostentación que para uti-
, ,;: Juan Guas, interviniendo E as C~:' ue construido entre 1 ~83 Y 1496 por
lidad", Recuerda que le dijeron que, pese a no estar acabado, "pudiera com-
p~lacio de Cogolludo hay ~eferenc~:~t~~ala escultura . Al Igual que en el prarse un condado con el valor de lo que allí había". Habla con admiración
diamante, motivo ornamental mu e nas, en este .caso las pun tas de de "cúpulas elevadas [que] coronan todas las estancias ... cada sala tiene tres
y comienzos del XVI ue d y mpleado en la arquitectura del sigl o XV
o cuatro cámaras adyacentes, todas con áurea decoración de diferentes dibu-
les (convertido desd~ (inef~eles~f~ ~~Ir en.el p~I~CiO San~everino de Nápo- jos .. . la abovedada caballeriza ... en un inmenso salón, vense esculpidos los
de los Picos de Lisboa Se ovia el en .Ig eSla el ~esu Nuovo), las casas
palacio de las Facetas ~e Josc¿ o ~~Iaa~~oc~e los Dlama~tes de Ferrara, el
escudos de armas de los antepasados del duque ... ". El salón de los Linajes
de este palacio del Infantado, del que se conocen fotografías, tenía unos
el cual se utilizan como en el d~1 Infa~tad o de Jabalqumto en B.aeza, en mu ros li sos, sin duda destinados a ser adornados con los más ricos tapices,
de rombos, y no unidos (fi .5.37 Son o, marcando una .especle de red
poderosos que tuvieron ac~eso a)ia gI0~01·as c~:asdPerteneclentes a linajes
y sobre ellos los escudos de la familia y un riquísimo artesonado de madera.
Era el espacio más representativo del palacio, en el que los blasones creaban
ba produciendo. a Izaclon e modelos que se esta-
la memoria del linaje. La heráldica en todas las casas nobles adquiere gran
potencia visual. En este palacio del Infantado, sobre la portada, el escudo
con las armas de la familia es sostenido por dos salvajes -también hubo una
sala de los Salvajes- figuras que aparecen en múltiples portadas del siglo xv
y comi enzos del siglo XVI en España y América y que desnudos y cubiertos
por completo de pelo, han sido interpretados de muy distintas maneras, sobre
todo identificados con "el otro" . Son personajes que aparecen en todo tipo
de decoraciones y fiestas, aunque en las portadas de las casas nobles signifi-
caría que, con su fuerza, protegerían el escudo y por consiguiente el linaje,
246 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 247
aunque pudieran acabar adquiriendo un carácter decorativo (López Ríos
2006) (fig. 5.38). En 1569 otro íñigo López de Mendoza reformó el palacio:
lr
cambiando las ventanas y una puerta de la fachada según el nuevo esti lo cla-
sicista imperante en la corte, e hizo el pasadizo aéreo para unir el pal acio y
la iglesia. Unos años después (1578-1580), el pintor florentino Romu lo Ci n-
cinato creó en varias de las salas decoraciones a base de grutescos, pinturas
mitológicas, de caza y de escenas de batallas, que constituyen uno de los
conjuntos mejor conservados del Renacimiento español. (ACM)
Carlos V en la Alhambra
249
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO
248 RENACIMIENTO
puertas las que dan acceso al palacio, y desde el piso superior el empera-
':. dar y la emperatriz hubieran podido ver los espectáculos en la plaza crea-
da ex profeso ante el palacio. Es un palacio que siempre se ha relacion ado
con modelos romanos, basados en la regularidad y la simetría, y al ser tan
excepcional en la ca rrera de Machuca, considerado ante todo un pintor, y
arquitecto de una sola obra, se ha introducido la duda de si no interven dría
algún otro arquitecto en el proyecto, e incluso si la traza no vino directa-
mente de Italia.
El lenguaje imperial es explícito: además de figuras como las de Hérc u-
les, la Historia y la Fama, aparecen las columnas del Plus Ultra, la coro na
imperial, representaciones de la Victoria o la Fama ... Mucha de la decoración
fue añadida después de muerto Machuca, pero el mensaje de triunfo impe-
rial está presente desde el comienzo. Pese al carácter triunfal de esta arqu i-
tectura, el palacio más "católico" -si queremos extrapolar a lecturas ideo-
lógicas los modelos romanos utilizados- superpuesto al más bello edificio
del Islam en España, admirado por los reyes cristianos y por todos los viaje-
ros que lo conocieron desde la conquista de la ciudad por los Reyes Cató-
li cos en 1492, el palacio de Ca rlos V fue extremadamente respetuoso con el
complejo edilicio de la Alhambra y no destruyó nada mas que casas, much as
de ellas de cristianos allí instalados después de la conquista. Recordemos Figura 5.41. Niccolo da Corte, Pilar de Carlos V. 1545. Alhambra de Granada.
también que en las restaura cio nes de la Alhambra a lo largo del sigl o XVI
siempre se hace constar en los documentos que hay que respetar la obra
islámica contratando obreros especializados en esa forma de construi r y
decorar, aunque lo impositivo de la potente arquitectura del palacio trans-
mitiera sin matices el triunfo cristiano. Este palacio romano en medio de la
Alhambra no tuvo continuación en la arquitectura españo la, y permanec ió
como un unicum, majestuoso y poderoso como emblema imperial.
Todavía de tiempo de Pedro Machuca es el Pilar de Carlos V, ejemplo
del interés por el bien público y por el ornato urbano que implicaban las
grandes fuentes en las ciudades (fig. 5.41 ). La muerte del arqu itecto en 1550
dejó a su hijo Luis Machuca al cargo de la maestría de las obras reales de la
Alhambra. De esos años data la Puerta de las Granadas, trazada por el inge-
niero italiano Giovan Battista Calvi cuando se estaba ocupando de las forti-
ficaciones de Cádiz, siendo el primer ingeniero que dio un plan global de
fortificaciones de las fronteras de España (fig. 5.42). Su experiencia en las for-
tificaciones más avanzadas de Ital ia antes de venir a España se refleja en una
puerta que recuerda las de Verona o Mantua, o las del tratado de Serl io, con
un almohadillado a la rústica que habla de poder y transforma así la forta-
leza granadina islámica en una nueva fortaleza cristiana, acorde con lo más
avanzado en la imagen que debían transmitir las grandes fortalezas frente al
Turco. Y aunque la catedral de Granada la hemos visto en otro capítul o, el
Figura 5.42. Giovan Battista Calvi, Puerta de las Granadas . 1557-1558.
referido a las dos maneras de construir, al romano y a lo moderno, no se nos
Alhambra de Granada.
debe olvidar que esa catedral es inseparable en cuanto a expresión del poder
252 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 253
Cu(~n.ca entre 1560 y 1567, Y de ahí su relación con el francés Esteban Jam
te ~Ienn.e Jam~t ca. 1515-1565), con quien colaboró en la decorac ión e-
eslta Iglesia de Ubeda. Resultado de esta colaboración es también la sacri ~e
y a ~~erta de acceso a ella desde el templo, en ángulo, en la ue se o s la
~anlflesto el dominio de la labra de la piedra por parte de V~ndel~rane
de
rrqu~z~.~e escult~ra
la de Jamete (fig. 5.44). Con la nueva sacristía Vand~;·a
ra ana 10 este amplio espacio al proyecto de Siloe sin alterarlo. l-
. Andrés deVandelvira intervino en otras obras en la ciudad entre ell s I
clt~do palacio .del ~eán Ortega, que con su fachada crea un; plaza tr: :
zOld.al ante la Iglesia, que se prolonga delante del palacio de Vázq ue/d~
M?llna. Es este uno de I~s. esp~,cios urbanos más interesantes del Renaci-
n:lento an?aluz, por la utl~lzac~on de la diagonal del palacio hac ia la i le-
sla como. linea de perspectiva divergente hacia el punto focal del mausofeo
y por .fuslonar,la nueva ciudad de Cabos con la preexistente, donde estuv~
al antiguo alcazar, re~resentada por Santa María de los Reales Alcáza res al
~tro lado de la pla~a (flg. 5.45). En el palacio de Juan Vázquez de Mal ina (c
F5 60-1566), sobr.lno de Cobas y secretario tanto del emperador como d~
.e 1Ipe 11, Vandelvlra crea una fachada con tres plantas, en la que usa cariá-
tl?,es y atl~ntes, recreando la "casa romana" de Vitruvio en la reco nstruc Figura 5.46. Andrés de Vandelvira. ca.)560-1566. Palacio de Vázquez
clan gue .h.lzo ?e ella Fra Giocondo en 1511. El poder y la cultura del comi~ de Malina. Ubeda.
tente justlflcarran plenamente este alarde erudito del arquitecto (fig. 5.46) .
254 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 255
A ndrés de Vandelvira compaginó su cargo de Maestro Mayor de la ciu-
\ ' . .! dad de Úbeda con el de Maestro de la catedral de Jaén desde 1548 (iniciada
1, ,;:
a final es del siglo xv y acabada en el siglo XV III), una de las más bellas del
Renac imiento español. En ella usó las bóvedas baídas, en las que demues-
tra su excelencia como cantero, algo por otra parte fácilmente comproba-
ble en el manuscrito de su hijo, Alonso de Vandelvira, Libro de tra<;as de cor-
tes de piedras (ca . 1575- 1591), que reflejaría su saber, pero tamb ién todo
lo aprendido de su padre. La bóveda baída es una semiesfera que ha sido
cortad a por cuatro planos verticales. Como escribía Alberti, puede ser com -
parada con una vela hinchada. En el interior de la catedral de Jaén estas
bóveda s contribuyen a crear un espacio que casi parece palaciego por la
su ntuosi dad. Es un interior diáfano, con grandes pilares con pedazos de
entablamento sobre ellos, como había hecho Si loe en Granada, y ventanas
serl ianas que iluminan el espacio de una catedral que sigue el modelo de
Hallenkirche. La sacristía de esta catedral es una de las obras maestras de
Vandelv ira (fig. 5.49).
:r
256 RENACIMIENTO TEMA 5, TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 257
presencia de Francisco del Castillo el Mozo, quien, después de haberse for- India contribuyó a una globalización del conocimiento en paralelo a la que
mado como cantero con su padre, estuvo en Roma, donde trabajó en San generó el descubrimiento de las Indias occident~les P?r Cristóbal Colón ~n
Pedro yen la Villa Giulia, y estuvo "escudriñando y midiendo las cosas anti- 1492 . El viaje de Vasco de Gama en 1498 a India, al Igual que el de Colon
guas, practicando con maestros habilísimos de aquella nación y de la nues- unos años antes, son consecuencia de unos conocimientos cada vez más
tra, estudiando los libros antiguos .. . " . Además de la Chancillería de Gra na- perfeccionados en la medición del mundo mediante instru~:ntos científicos
da, una de sus obras más alabadas es la de la Cárcel y Cabi ldo de M artos heredados de la Edad Media, no siendo casual que la diVisa de Manuel I
(Jaén), de explícita influencia serliana por el orden rústico o las colu mnas fu era la esfera armilar. Muy pronto se supo en la Europa del Renacimiento
fajadas, a lo que une un zócalo lateral, hecho a base de restos arqueológi- que, con cartógrafos, cosmógrafos y matemáticos, ca~i .todo era posi?le en
cos encontrados en la zona, que constituyen física e ideológicamente el el conocimiento y control del mundo, y que en esos viajes se descubna que
cimiento de la antigüedad clásica sobre el que se fundaba la suntuosi dad y otras civilizaciones desconocidas lo poblaban. La riqueza generada por estos
magnificencia de ese edificio público (fig. 5.50). (ACM) descu brimientos llevó, entre otras cosas, a un esplendor nunca visto en la
arquitectura portuguesa.
El arte manuelino se prolongó unos años después del reinado de Manuel 1,
con Joao 111. En ese tiempo la voluntad de recuperar la antigüedad clásica
estuvo muy presente, como lo estuvo en las cortes de Carlos V o ?e Maxi-
miliano 1. La relación con Italia se produjo en Portugal en este penodo con
la mi sma normalidad con que lo hizo en España. Como ejemplo, el posible
vi aje del escultor Andrea Sansovino (1460-1529) durante el reinado. d.e
Manue l 1, del que habla Vasari, aunque no haya obras claramente adscnbl-
bies a su mano. Como vimos con los Reyes Católicos en España, la necesi-
dad de un panteón para los monarcas fue un verdadero asunto de estado. El
monasterio de los Jerónimos de Lisboa, con la estatua orante del rey Manuel
I en la fachada, fue el templo destinado a sepultura de los reyes de Portugal.
En este monasterio, proyectado a comienzos del siglo XVI, trabajó primero el
maestro Boytac y, desde 1517, el primer maestro que en Portugal encarnó la
figura del arquitecto al modo renacentista, que fue el trasmerano Juan del
Castill o, Joao de Castilho, que había trabajado en Burgos, en la catedral de
Sevilla y en el Hospital Real de Santiago de Compostela, y que incorporaría
un lenguaje clásico en la arquitectura durante el reinado de Joao 111, en con-
creto en el convento de Cristo en Tomar (1530-1548).
El monasterio de los Jerónimos ha tenido muchas intervenciones a lo
largo de los siglos -por ejemplo, en el siglo XIX con el "neomanuelino" se
construyeron las dos torres y la cúpula- pero es una de las obras que mejor
Figura 5.50. Francisco del Castillo el Mozo. Zócalo lateral de la Antigua
cárcel y cabildo de Martos. 1577. Jaén. expresa la voluntad de crear una imagen de poder de la monarquía. La igle-
si a es de tipo salón con las naves a la misma altura, como otras proyecta-
das por Juan del Castillo en Portugal. La decoración que invade los pilares,
y las tracerías góticas de la cubierta dan al interior un aspecto de joya, de
al go extraordinariamente suntuoso, lo mismo que se puede decir del claus-
El manuelino
tro. (fi g. 5.51 l.
Se conoce como manuelino el estilo arquitectónico que en Portuga l se Otras de las grandes obras es el monasterio de Batalha, en el que traba-
corresponde con la época de los grandes descubrimientos de la corona por- jó tam bién Diogo Boytac. El monasterio se había fundado en 1385, y e~
tuguesa en las Indias orientales y occidentales, y con el reinado de M an uel I ti empo de Manuel I seguía construyéndose. Es buen ejemplo de la pervl-
el Venturoso, o Afortunado (1495-1521) . Descubrir lo que hoy son Brasil e vencia del gótico, con intervención del maestro de obras Joao de Arruda.
258 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 259
Sus hijos, Francisco y Diogo, junto con Boytac, hicieron la Torre de Belém
en Lisboa y trabajaron en el Convento de Cristo en Tomar (fig. 5.52). La Torre
de Belém, una de esas obras que todos identificamos de inmediato con Lis-
boa es, por sorprendente que parezca dada la ornamentación de su arq ui-
tect~ra, una obra destinada a la defensa de la desembocadura del Tajo, por
donde Li sboa podía ser invadida. Aunque su decoración fuera transformada
en el siglo XIX, si observamos el dibujo del códice Cadaval comprobamos
que desde el mome~to d~ su cons~r,ucción se combinaron p,oder mi.li.t~r y
cerem oni a en una misma IntervenClon, porque la torre tamblen perm itirla a
los mi embros de la corte contemplar la llegada de las flotas, que su artille-
ría protegía.
La del manuelino es una arquitectura tardogótica, como la que se hacía
en Castilla en los mismos años. Hay en ella una tendencia a la horizontali-
dad y a buscar espacios más diáfanos que los del gótico. La decoración inva-
de los mu ros, a veces con un efecto de tapiz, de algo tejido que disfraza las
estructu ras. Aunque no es exclusivo de esta arquitectura, sí define de algu-
na ma nera el manuelino el uso de elementos populares en la decoración, a
veces por la falta de formación de unos maestros que tuvieron que satisfa-
Figura 5.51. Monasterio de los JerÓnimos. Comienzos del siglo XVI. Lisboa.
cer un a demanda creciente (Dias, 2002). Se da en este estilo una influencia
de la arquitectura castellana, que estaba incorporando formas islám icas, en
lo que qui zá tuvo que ver el viaje de Manuel I a España en 1498. Por eso no
puede sorpre ndernos encontrar arcos de herradura, azulejos e incluso mocá-
rabes, llevados a cabo por trabajadores de origen musulmán que habitaban
el rein o de Portugal. La arquitectura manuelina lógicamente se expandió en
las posesiones portuguesas, como las Azores, Ma rruecos, o India.
En pintura lo que sucedió durante este periodo es que se importaron las
-'. innovaciones de la pintura flamenca. La compra de obras en los mercados
./ \ de Brujas, Gante o Amberes por parte de los nobles y mercaderes, enrique-
cidos en este tiempo de expansión, llevó a las colecciones muchas de esas
Q
obras . Años antes Jan Van Eyck, ese pintor tan viajero, estuvo en Portugal.
Todc el lo hizo que, como en España, el gusto por la pintura flamenca coe-
xistiera con naturalidad con la llegada del modelo italiano. Aunque sea ante-
rior al peri odo estrictamente manuelino, sin duda una obra que define la
época es el Políptico de san Vicente da Fora (1470- 1480), de Nuno Gon<;;al -
ves (fig. 5.53). Lo rea lizó en tiempo de Alfonso V y celebra la protección de
San Vi cente a las hazañas de los portugueses en Marruecos. El impresio-
nante repertori o de retratos, entre los cuales se encuentran los de la familia
rea l, el preciosi smo en el tratamiento de las telas, la composición equilibra-
da con un predominio de las verticales, la jerarquización y las acciones de
los person ajes para construir el relato, hacen de esta obra uno de los hitos
de la pi ntura universal.
Figura 5.52. Francisco y Diogo de Amida y Diogo Boytac. Torre de Belem. Lisboa.
Estado actual, y la torre en el Códice Cadaval. Finales del siglo XVI. Archivo Nacional El desc ub rimiento de nuevas civil izaciones en el oriente invadió las
de la Torre do Tombo. Lisboa. colecciones portuguesas de objetos exóticos y nunca vistos, lo mismo que
260 RENACIMIENTO TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSiÓN DEL MODELO ITALIANO 261
sucedería en Venecia, puerta de oriente. A Portugal llegaron objetos y sedas Sus libros llegaron a las bibliotecas más ricas de la nobleza y de los
~ '. ' i,
\, ,,, chinas, alfombras persas, joyas indias .. . y se produjo una imbricaci ón de lo arqu itectos con grandes patronos, pero también a manos de los canteros
autóctono con lo exótico de aquellas tierras lejanas que dio lugar a pro- menoS letrados por su facilidad de comprensión gracias al predominio de las
ducciones de carácter europeo en ellas, ya la inversa, imitación de lo nuevo imágenes explicadas con textos breves y claros, lo que permitió el uso y
y extraño en el arte portugués. (ACM) consumo del nuevo lenguaje de los órdenes clásicos. Cualquiera que lo leye-
ra y viera sus wa?ados, sabría las difer~nci~s entre el orde.n. t?scano, dór~
ca jóni co, COrintio y compuesto, y sabna como eran los edificIos de la antl-
gu~ Roma, pero también el templete de san Pietro in Montorio, o cómo
hacer todo tipo de puertas, un palacio en Venecia o una vi Ila, entre un reper-
torio de propuestas que sería inacabable enumerar aquí (fig. 5.54).
V III DE LE ANTJQ.VJTA
LIBRO T ERZO IX
Figura 5.53. Nuno Gonsalves, Políptico de San Vicente da Fora. 1470-1480. Lisboa,
Museo N aciona] de Arte Antiguo.
Serlio
Sebastiano Serlio (1475-ca. 1554) fue uno de los tratadistas más utiliza-
dos en Europa y América en el siglo XVI. Formado con Baldassarre Peruzzi
entre Bolonia y Roma, llegó a Venecia en 1528, después del saqueo de Roma
por el ejército de Carlos V el año anterior, y allí permaneció hasta su parti-
da a Francia en 1541 llamado por Francisco 1, donde murió.
Publicó siete libros de arquitectura entre 1537 y 1575, aunque su nume-
ración no se corresponde con el orden cronológico de publicac ión. El cuar- Figura 5.54. El Panteón de Roma en Sebastiano Serlio, Il Terzo Libro
to, sobre los órdenes, lo publicó en 1537, el tercero sobre la arquitectura de Di Sabastiano Serlio Bolognese, Nel Qval Si Figvrano , E Descrivono Le Antiqvita
la antigüedad en 1540, ambos en Venecia, el primero y segundo - sobre geo- Di Roma, E Le Altre Che Sono In Italia, E Fvori D e Italia. Venecia, 1544-1545.
metría y perspectiva respectivamente- en París en 1545, el quinto, dedica-
do a las iglesias, también en París en 1547, el sexto, que versaba sobre las
casas, no se publ icó, y el séptimo se publ icó tras su muerte, en Frankfurt en Uno de los elementos a que nos referimos en este libro continuamente
1575. A estos hay que añadir un Libro Extraordinario (Lyon, 1551 ), con un por el éxito que tuvo es la llamada ventana (o vano) serliana, que existió
repertorio de puertas con almohadillados a la rústica mezclados con los antes de Serl io -por ejemplo, Bramante combinó el arco entre dos dinteles
órdenes. Otro más, que se conoce como libro octavo, sobre los campa- en el ninfea de Gennazzano entre 1506 y 1510- pero fueron los tratados de
mentos romanos en relación con la idea de ciudad, permaneció inédito. Serlio los que la difundieron (fig. 5.55). También en los libros de Serlio
262 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSiÓN DEL MODELO ITALIANO 263
h 01 SEDAHIANO S1:. llL IO AK <': IUT1:.T. encontramos muchas posibilidades del uso del almohadillado, que Serlio
LIBRO VIL
\ '. Dd lc... /Ín cllrt.. ncll i tctti . cons ideraba obra de la naturaleza, capaz de mostrar en las puertas el poder
C;1 I,ilOlo XX X III.
l . .í de lo que protege su entrada, ya fuera una ciudad o un palacio. Lo podemos
encontrar en obras construidas, como puedan ser el Palacio Te de Giulio
Romano, el palacio de Carlos Ven la Alhambra, en muchas puertas de ciu-
dades y fortificaciones .. ., pero quien lo difundió por el mundo fue el trata-
do de Serlio (fig. 5.56) .
En España Francisco de Villalpando tradujo los libros tercero y cuarto en
Toledo en 1552 . Su éxito fue enorme, porque eran los fundamentales para
la expansión de la nueva arquitectura, al tratarse de los dedicados a los órde-
nes y a las antigüedades. Y es más, como hasta 1582 no se tradujeron al cas-
tellano ni Vitruvio ni Alberti, fue Serlio el que pudo ser leído por todos aque-
llos que se dedicaban a la arquitectura o tenían especial interés en saber
más del modelo italiano que se estaba expandiendo por las cortes europeas
(fig. 5. 57).
, '
.. t A ;:0:;;:;
Figura 5.58. Sebastiano SerIio, Castillo de Ancy-Ie-Franc. Iniciado en 1546. Figura 5.59. Jacome Barozzi da Vignola y otros, Ninfeo de Villa Giulia.
Francia. Roma.
266 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 267
con la que se usan los almohadillados, los juegos de luces y sombras, o la
sorpresa que proporcionan algunos espacios, como el del famoso ninfea que
parece enterrado en distintos niveles del jardín (fig. 5.59).
Fueron muchas las obras realizadas para los Farnesio, como el gran pala-
cio de Piacenza, que había iniciado Paciotto, y para el que fueron consul-
tados los mejores arquitectos de entonces, hasta que en 1561 Margarita de
Austria aprobó el proyecto de Vignola. Aparte del Cesu, para el cardenal
F~rnesio, d.el que nos ~)Cupamos en otro lugar, su obra más famosa es el pala-
CIO (o castillo) Farneslo en Caprarola, obra que le encargó el cardena l Ale-
jandro Farnesio y en la que empezó a trabajar con sus proyectos desde 1557,
y se acabó después de su muerte (fig. 5.60). Había sido iniciado por Peruzzi
y por Antonio da Sangallo el Joven pensando en un castillo fuerte, pero
Vignola lo transformó sin destruir lo ya iniciado. De forma pentagonal, como
eran las ciudadelas que dominaban las ciudades del siglo XVI, es dec ir, con
una tipología asociada al poder fortificado, combina el fuerte basamento
con baluartes que hablan un lenguaje militar de plena actualidad en todas
las fronteras europeas, con el refinamiento del palacio que se eleva enc ima
(fig. 5.61). La combinación del pentágono con el círculo del patio expl icita Figura 5.61. Jacome Barozzi da Vignola. Palacio Farnesio en Caprarola.
la geometría del diseño para un edificio que adquiere casi el carácter de Desde 1557.
villa por su relación con el paisaje que le rodea, pero también de casti llo que
domina la ciudad.
V ignola publ icó en 1562 la Regala delli cinque ordine d'architettura,
destinada a convertirse en la "carti lla" -como se la ha Ilamado- con la que
construi r la arquitectura del Renacimiento heredera de la antigüedad en
cualquier lugar del mundo. Se centró en los distintos órdenes clásicos, y lo
hizo con unos grabados muy claros en cuanto a med idas, acompañados de
muy poco texto, por lo que era fácil de manejar y de entender para cualquier
maestro y para cualquier cliente (fig. 5.62). El mismo nombre que le da de
" Reglas" indica su pretensión de convertirse en algo que facilitara el uso de
los órdenes vitruvianos a cualquiera que supiera matemáticas. Escribía en la
introducción que había llegado a las reg las que publicaba después de leer
a otros escritores, comparándolos entre ellos, así como con las obras de la
antigüedad, porque Vignola fue de los que pensó que la antigüedad no había
que verla tan solo a través de Vitruvio, sino que había que estudiar los res-
tos que quedaban de aquel la arquitectura . Escribía que eso podría "agradar
a todos los hombres de juycio en este arte", según se leía en la traducción
al castellano de 1593 . Pensó incluso publicarlo sin poner los nombres de los
miem bros de los cinco órdenes, porque en principio estaba destinado a
enten didos, pero al ver que la obra complacía a muchos señores "movidos
del gusto de poder entender con muy poca fatiga toda el arte a vueltas des-
tos orn amentos .. . he querido juntarlos en aquel modo que en Roma vul-
garmente son nombrados". Aceptaba así que su obra iba a tener una difu-
Figura 5.60. J. Hoefnagel. Palacio Farnesio en Caprarola. si ón entre lectores no muy entendidos, que podrían gracias a ella utilizar los
En G. Braun y F. Hogenberg, Civitates Orbis Terrarum, 1572-1617. órdenes como elementos de la construcción sin tener ninguna cultura arqui-
268 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 269
tectónica. Fue traducido al castellano en 1593 por Patricio Cajés (Caxesi) palladio
~ '.
\ ,f,
'" (1544-161 n pintor italiano que trabajó tanto para Felipe II como para su
..-, hijo Felipe 111, y su difusión en España y en los virreinatos americanos, donde Andrea Palladio (1508-1580) fue uno de los arquitectos del Renacimiento
hasta entonces había triunfado Serlio, fue enorme, por la facilidad de inter- cuya influencia llegó más lejos en el tiempo, pero también en el espacio,
pretar los órdenes basándose en módulos de proporciones. porq ue los ideales universales del lenguaje clásico se identificaron con su
arqu itectura, como se puede comprobar con los palladianismos anglosajo-
nes que llegan en el siglo XVIII hasta la obra de Jefferson en los recién crea-
dos Estados Unidos de América.
Fue el noble de Vicenza, Giangiorgio Trissino, su protector, quien daría
a An drea della Gondola el nombre de "Palladio", quizá inspirado en Pallas
Aten ea, quizá en el nombre del ángel que ayuda al ejército de Belisario en
un poema escrito por Triss ino, La Italia liberata dai Cotti (1547-1548). En
cualq uier caso, este cambio de nombre refleja la cultura anticua ria y refi-
nada de l mentor de Andrea Palladio, quien en la biblioteca de éste pudo
cons ultar todas las fuentes publicadas de la antigüedad, pero también a
los autores modernos. El ambiente cultural de los señores de Vicenza, así
co mo la riqueza de la ciudad, explican las grandes construcciones del
arqui tecto en ella. Un viaje a Roma con su patrono Trissino en 1541 y
lu ego otros en 1545 y 1546-1547, le permitieron estudiar los grandes res-
tos de la antigüedad, edificios que le asombraron por su escala o por sus
espac ios, que antes solo conocería por el tratado de Serl io, y que midió
co n in strumentos científicos. En su arquitectura dejaron huella indeleble
las te rma s, con sus bóvedas de ladrillo o sus vanos tripartitos, los vanos
termales, que tantas veces utilizó, y por cuya influ encia llegarían hasta El
Escori al. En Vicenza se conservan, entre otras, obras tan señaladas como
el monumenta l palacio Th iene, cuyo diseño según algunos historiadores se
Figura 5.62. Jacome Barozzi da Vignola, Regala delli cinque ardini debió en origen a Giulio Romano, aunque Palladio lo haría suyo y así lle-
d' architettura . Roma, 1562. ga ría a su tratado, o el más abierto a la ciudad palacio Chiericati (1550-
1558) co n un pórtico público que se convertirá en modelo de cómo utili-
za r la col umna exenta en una estructura arquitrabada para conseguir una
La otra obra escrita por Vignola, Le due Regale de//a prospettiva prattica,
mo nu me ntalidad que recordaría a la de los foros romanos (fig. 5.63). En el
tuvo menos repercusión internacional que la dedicada a los cinco órdenes.
pa laci o "della Ragione" (1546-1549), en la plaza principal y sede de los
Fue publicada en 1583, diez años después de su muerte, y constituyó una
tri bunal es de la ciudad, Palladio hizo lo mismo que Alberti había hecho en
aportación a cómo se fueron codificando a lo largo del siglo XVI las leyes de
el temp lo malatestiano, pero a una escala más monumental: no se destru-
la perspectiva, que para Vignola no era una sola, sino por lo menos dos, que
ye lo anterior, se le crea un nuevo exterior que transforme radicalmente su
serían útiles a pintores y diseñadores, y que dependían de tener uno o dos
imagen, acorde con los nuevos gustos (fig. 5.64). En este caso el palacio
puntos de los que partiera la visión de la convergencia de las diagonales, en
medi eval fue rodeado por una doble arquería conformada con vanos ser-
un proceso de reflexión sobre la geometría que acabó concluyendo que
li anas que no impedían el paso de la luz. Se la conoce también como la
había que operar con un solo punto.
basílica pa//adiana, porque como basílica la definió Palladio en su propio
La fama de Vignola como arquitecto le llevó a ser uno de los expertos ita- tratado, orgulloso de haber actualizado -"de'nostri tempi"- un tipo de edi-
lianos a quienes se pidieron trazas para la basílica de El Escorial. En 1572 fic io ant iguo con sus funciones originales restitu idas, ya que en origen las
presentó al papa Gregorio XIII su proyecto, que sintetizaba los de otros arqu i- antiguas basílicas ubicadas junto al foro no tenían el carácter religioso que
tectos, Alessi, Palladio y Tibaldi, quien acabaría trabajando años más tarde lu ego se les dio, sino civil. Que Palladio formara parte de Academia Olím-
en El Escorial. (ACM) pica fundada en Vicenza por nob les y humanistas en 1555, para el estudio
270 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIA NO 271
de las artes, de la matemática y de la antigüedad, no deja de ser el colo- El uso de las columnas exentas, que definen los espacios palladianos, se
fón lógico de esos años apasionados de formación que vivió Palladio a la apartó de los clásicos palacios con fachadas a base de almohadillados y
sombra de Trissino. pi lastras que abundaron en muchos centros artísticos. En la distribución de
los espacios Palladio buscó siempre la simetría, queriendo recuperar la casa
roma na. Las columnas muchas veces las hizo en ladrillo, revestidas de pie-
dra, tal como se había hecho también en algunas obras de la antigüedad, lo
que resu ltaba más económico, pero tenía la misma eficacia plástica que las
co lu mnas de piedra maciza exentas en los edificios. Fue también artífice de
arqu itecturas efímeras, como las que celebraron en Vicenza en 1543 la lle-
gada del obispo Ridolfi, transformando la ciudad en una ciudad romana anti-
gua, una nueva Roma, como sucedió en todas las ciudades europeas del
Renacimiento que celebraron entradas triunfales, ya fueran italianas, fran-
cesas o españolas.
Pu blicó su tratado, I Quattro libri dell'architettura en Venecia en 1570,
mucho más complejo y completo que el que Vignola había publicado sobre
los órdenes en 1562. Había trabajado en él durante más de treinta años, y
es refl ejo de toda su experiencia como uno de los arquitectos más admira-
dos de su tiempo, que fascinó en vida a grandes patronos, y a arquitectos
como Vasari. Con su publicación pretendió acabar con la arquitectura góti-
ca y del primer Renacimiento, para sustituirla por edificios fuertes, funcio-
na les y cómodos, así como bellos (la utilitas, firm itas y venustas vitruvianas)
para la habitación de sus propietarios, con las estancias distribuidas con
Figura 5.63. Andrea Palladio. Palacio Chiericati. 1550-1558. Vicenza.
fL I.tA.
Figura 5.64. Andrea Palladio. Palacio della Ragione o Basílica. Figura 5.65. Andrea Palladio, 1 quattro libri dell' architettura. Venecia,
1546-1549. Vicenza. 1570.
272 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 273
simetría y proporción, bien ventiladas e iluminadas. Ofrece en su tratado el la villa Barbaro, para los hermanos Marcantonio y Daniele Barbaro, siendo
repertorio de sus propios edificios, y de salas, columnas, ventanas .. . que el segu ndo autor como ya dijimos, en 1556, de una de las ediciones ilus-
.
~.' . podían llevar el modelo clasicista a cualquier lugar del mundo. A ello se
suman los cinco órdenes, y tipologías constructivas de la antigua Roma
tradas de Vitruvio de mayor éxito. Para esa edición Palladio hizo la imagen
que reconstruía la casa romana siguiendo el texto vitruviano, y en ella se
(puentes, templos y otros edificios públicos), siempre basados en Vitruvio y usaba el frontón, tradicionalmente asociado a los templos, pero usado en
en el estudio de las ruinas, que convirtieron al tratado de Palladio en el mejor sus vill as por Palladio. La villa Barbaro en Maser es uno de los conjuntos
instrumento para abordar la emulación de la arquitectura antigua desde la que todo amante del Renaci,miento debería visitar, por quién I~ enca.rgó, Po!
Edad Moderna (fig. 5.65). el arqu itecto que la proyecto y porque fue decorada porVerones, qUien creo
En España, aunque hay una traducción manuscrita del arquitecto Juan del unas adm iradas rupturas arquitectónicas fingidas, eslabón de una tradición
Ribero Rada de 1578, esta no se llevó a la imprenta, y hasta 1625 no se que se había apoderado de un primer espacio cortesano en el óculo de la
publicó una traducción, si bien parcial, que fue la de Francisco de Praves. Cá mara de los esposos de Mantua y acabaría en las fantásticas escenografí-
Intentar entender a Vitruvio a través del tratado palladiano, como ya anun- as ilusionistas de algunos palacios barrocos (fig. 5.66).
ció Barbaro en su edición del Vitruvio en la que colaboró Palladio, fue lo que De l Teatro Olímpico nos ocupamos en el capítulo dedicado a la magni-
llevó este tratado a las bibliotecas de arquitectos, príncipes y nobles hasta el ficencia, y las innovaciones en sus iglesias las veremos al hablar de la litur-
siglo XVIII. Para él, como para Alberti, pero también para otros arquitectos, la gia y el espacio religioso antes y después del Concilio de Trento. (ACM)
belleza se basa en la correspondencia entre las partes, y de las partes co n el
todo. Lo que hizo Palladio con esta idea fue plasmarla en un sistema orde-
nado y regulado que permitía combinar los distintos elementos. La devo-
ción a Vitruvio en el entorno palladiano se plasma en que una de las v illas Castillos de Francisco I en Francia
más bellas construidas por este arquitecto en la Terra Ferma venecia na, fue
Las campañas en Italia del rey francés Carlos VIII, que reinó entre 1483
y 1498, para la reconquista del reino de Nápoles, marcaron el inicio de la
im portación de la arquitectura renacentista en Francia. La política de Fran-
cisco I durante su reinado (1515-1547) redujo el poder de la nobleza y lo
centra lizó en sus manos, con lo que serán sus grandes empresas arquitectó-
ni cas las que definan un gusto que siguió bebiendo de los modelos italianos
y que adoptará la nobleza. El control de Milán por parte de los franceses
hasta que pasó a manos españolas en 1559 hizo que este fuera el foco prin-
cipal desde el que se importó la decoración clásica, si bien, como sucedería
también en España, esta coexistió con estructuras góticas. Para Francisco I
Italia fue el modelo, y de allí hizo venir a los mejores artistas. Quiso crear
una corte a la italiana en lo referente a la imagen, los comportamientos y las
ceremonias. Así que nada menos que Leonardo da Vinci, Primaticcio o Ser-
lio fue ron algunos de los que dejaron Italia atraídos por las posibilidades
económicas y de estatus que ofrecía un gran patrón como el rey de Francia.
Los grandes castillos se construyeron en el valle del Loira, una región
muy rica frecuentada por los reyes y la nobleza para cazar en sus bosques.
All í estaba el castillo de Amboise, perteneciente a una familia muy vincula-
da a Italia porque el cardenal d' Amboise fue primer ministro de Luis XII y
virrey de Milán. Entre los castillos del rey Francisco I en esa región, los más
famosos fueron los de Blois y de Chambord. El castillo de Blois fue amplia-
Figura 5.66. Andrea Palladio arquitecto, Paol0 Veronese pintor. Villa Barbaro do con un ala nueva, condicionada por el edificio medieval preexistente,
en Maser. Iniciada en 1560. pero que cambió por completo su imagen . La escalera (1515-1524) presen-
274 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 275
ta una decoración a la ita l iana (muy restaurada), en una estructura gótica de ment -una estancia grande, dos pequeñas y un gabinete- que se utilizó en
escalera en espiral (fig. 5.67). La fachada hacia la ciudad, hacia 1520, la la arquitectura doméstica francesa a lo largo de toda la edad moderna. En
componen unas amplias galerías superpuestas con huecos profundos, ins- ori gen puede proceder de la villa de Poggio a Caiano, construida por Giu-
piradas en las logias vaticanas de Bramante, que pese a lo irregular de l uso liana da Sangallo para los Medici, porque este arquitecto, junto con su dis-
de los elementos que la configuran, carentes de orden, sí da la imagen de un cípulo Domenico da Cortona, acompañaron al cardenal Delia Rovere (futu-
edificio abierto a la italiana, que nada tiene que ver con lo cerrado de la ro Julio 11) en su viaje a Francia en 1495, y Domenico ya no regresó a Italia.
arquitectura fortificada . Si en la escalera de Blois hay ecos de diseños de Las bu hardas y el bosque de torres hacen de Chambord casi el producto de
Leonardo da Vinci, este durante sus años en Francia, donde según Vasari una fa ntasía sin límites, aunque se eleve sobre una traza que refleja el orden
moriría en brazos de Francisco 1, proyectó un palacio en Romorantin, con un geométrico de una nueva arquitectura.
extraordinario sistema de canalizaciones urbanas, pero fue un proyecto
abandonado por el rey, que pondría toda su atención en Chambord a la
muerte de su famoso pintor e ingeniero.
276 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 277
· ci~culación de modelos entre las cortes europeas del Renacimiento. En Fon- son obra de Jean Goujon- pero como ha señalado Blunt (1953) carece de la
~ ' . . ' talnebleau, que como tantos otros tuvo su origen en un castillo dedicado a aparente sencillez puramente geométrica de los grandes monumentos coe-
\..;: ~ I~ ~a~a, las obras se hiciero~ en su mayor parte entre 1528 y 1540, Y las táneos de Roma, como el patio del palacio Farnesio, y se desborda en la
dlrlglo el maestro de obras Gllles le Breton. Se da en este castillo una incor- decoración, produciendo un efecto "de belleza ornamental más que de
poración de elementos del lenguaje renacentista, como pilastras, frontones mon umentalidad" .
y almo~adillados y una cierta búsqueda -no siempre lograda, como sucede El clasicismo que Francisco 1quiso introducir en sus castillos culminaría
en el tejado de la Porte Oorée- de la simetría, aunque los altos tejados con en una obra que él no vio ni encargó: su sepultura en Saint Denis, que Phi-
las buha:d.as y la .disposic~ó.n de los vanos enfatizan las verticales, por lo que libert de l'Orme realizó por encargo de su hijo Enrique 11. (ACM)
hay r~mln.lsc.enCl~s del gotlco. Años después de la muerte del rey, el ita li a-
no Prlmatlcclo, pintor y arquitecto, transformaría Fontainebleau con algu nas
obras que son deudoras de un palacio bien conocido por él, el Palacio Te de
0antua, . como .Ia gruta del jardín des Pins, e hizo también, pero con mayor
influencia de Vlgnola, el ala de la Bel/e Cheminée en 1568 (fig. 5.69).
Figura 5.70. Pierre Lescot. Cour carrée del palacio del Louvre. 1549-1555.
Figura 5.69. Primaticcio. Ala de la Belle Cheminée. 1568. Castillo París.
de Fontainebleau.
Todavía durante el reinado de Francisco 1Pierre Lescot comenzó el Patio La adaptación devocional de la escultura italiana en España
Cuadrado (Cour Carrée, 1549-1555) del palacio del Louvre (fig. 5.70) . Fue
~art~ de la refor~a del castillo emprendida por el rey a su regreso del cau- En el campo de la escultura devocional, los artistas italianos que viaja-
tiveriO en Madrid para convertirlo en una residencia digna su gran deza, ron a España incorporaron el nuevo lenguaje formal del Renacimiento adap-
puesto que tanto el Louvre como Fontainebleau responden al deseo de tras- tando el material a los gustos locales y a las necesidades de la demanda reli-
ladar su corte a París y sus cercanías, abandonando la región del Lo ira. El giosa. Además, el cambio de soporte desde el mármol a la talla en madera
proyecto de Lescot fue preferido al de Serlio. En él utiliza los órdenes clá si- o el modelado en barro implicaba normalmente la incorporación de poli-
cos y elementos decorativos tomados de la antigüedad -los bajorre lieves crom ía . Este salto motivó que el aspecto general de las obras variara nota-
278 RENACIMIENTO TEMA s. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 279
blemente. Sin embargo, una apreciación más detallada revela la comu ni_ pietro Torrigiano (1472 -1528) llegó igualme/nt~ a Granada hacia 1520,
dad f~rmal con el trabajo desarrollado en Italia pese a que el cambio en un ue se desplazó a Sevilla, cuyo mercado artlstlco estab~ comenzando a
materia l y te~a nos hag~ pensar que m.edia más distanc ia. Entre la segunda a q de fo rma notable Su obra más relevante en esta Ciudad fue el San
crecer . . I d S
~ la tercera decada ~~I siglo se establecieron en España varios escu ltores ita- / im o penitente que modeló en barro COCido para e / convento e an
lianos cuya producclon tuvo gran influencia en los medios artísticos loca les. J:~~~imo de Buenavista (fig. 5.72). Torrigiano,. que se habl~ f?rmado en Flo-
Los herma~os Jacopo Torni (1456-1526) y Francisco Torni, conoci dos como J . y trabaJ'ó en Roma a comienzos del Siglo XVI, realiZO una obra que
rencla l/d' . d stu
los Florentln~,o lo~ I~daco, llegaron a Granada hacia 1520 para trabajar en destaca por su trabajo anatómico, por la va.entla y Inamlsmo e su po -
la remodelaClon cristiana y humanista de la ciudad. Además de integrarse en ra por la apertura a diversos puntos de vista. Todos e~tos elementos er~n
programas de la Corona como la decoración de la Cap illa Rea l, se re lac io- , y dosos en el entorno español. La escultura alcanzo pronto relevancia
nar~n con artistas de la ciudad y respondieron también a la demanda
cOrriente del nuevo reino granadino. De su trabajo destaca el En tierro de
Cristo de Jacopo Florentino, que fue real izado para el enterram iento de Gon-
(r
nove
V ari la mencionaba sin haberla ViSto. y Pacheco Ia ca I'f'
I Ica b a d"f
e amosa ")
no de los fundamentos de la escuela escultórica sev illana. Por otra
y a ~:, ~a comparación de esta pieza de Torripiano con I~ que s.abemos que
zalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en la iglesia de San Jerónimo ~Ie'o Fernández estaba pintando en esos anos e~ la misma Ciudad revela
(fig. 5.71). Se ha señalado que la impronta italiana es evidente en la refe- muJ bien el alcance de la coexistencia de lenguaJes} model.os co~ que se
renc ia a.las expresiones de dolor del Laocoonte que ofrecen algunos de los . iJaba el Renacimiento. Mientras Torrigiano competla con MIl?uel Angel en
perso~aJes. Aunque puede existir la tentación de relacionar la capacidad ; ~ defi ni ción de los parámetros del ,Renacimie~t~ tardío, AlejO (c uyo her-
em?clonal de estas figuras con el ambiente hispánico, sus raíces formales mano Jorge era escultor) prop.onía aun como maxlma novedad la construc-
estan en Italia. ci ón cuatrocentista del espacIo. (AU H)
..
. - . _
- !..
Figura 5.71. Jacopo Florentino, Entierro de Cristo . 1521 -1526. Granada, Figura 5.72. Pietro Torrigiano, San Jerónimo .
Museo de Bellas Artes. ca.1525 . Sevilla, Museo de Bellas Artes .
280 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 281
, El Greco
~ '. .;'
1, .~:
Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco (15 41 -1614)
es el pintor más relevante de cuantos trabajaron en España durante el siglo XVI'
y desde lue.80 el único que se ha transformado en un mito (o un tóp ico) e~
sí mismo (Alvarez Lopera, 1987). En España fue recuperado h istori ográfi_
camente en el siglo XIX para convertirse en un presunto espejo de una aún
más presunta alma española . En Europa esa misma recuperación co incidió
con un notable interés por sus capacidades expresivas, que fuero n leídas en
conexión con la propia evolución del arte continental a comienzos del pasa-
do siglo. El Greco es hoy prácticamente el único artista del Renaci miento
español que figura en todos los manuales generales de histori a del arte pro-
ducidos fuera de la península . Eso no quiere decir sin embargo q ue el Greco
fuera un pintor español. Ni que su pintura lo sea esencialmente. Su obra ha
sido interpretada como consecuencia del misticismo español, del bizanti-
nismo griego o como reflejo fiel de la Contrarreforma . Sin embargo, hoy se
entiende que básicamente es pintura italiana trasplantada a España, y pro-
ducto de la evolución de las ideas artísticas venecianas y roma nas del
Cinquecento. Otra cosa es que en ocasiones utilice elementos compositivos
de raíz bizantina, o que las formas venecianas estuvieran naturalmente pues- Fi ura 5.73. El Greco, Expulsión de lo.s mercaderes del templo.
tas al servicio de las prácticas religiosas y sociales del Toledo del último g ca. 1570. Washington, NatlOnal Gallery.
cuarto del siglo XVI.
Su trayectoria artística se inició en la isla de Creta, de donde era natural.
ancia en Venecia devino fundamental para la pint~ra de Ed ~drecoll ~
l
Allí alcanzó cierto reconocimiento como pintor, trabajando en la pintura de La est . ' . , d I d'b' e habla apren loa I
iconos y en pequeños cuadros que mezclaban la tradición gri ega co n ele- El pintor m antuvo la desmatenallzaclon e I ,uJo qu diaños. Su
mentos del Renacimiento italiano. Hacia 1567 se desplazó a Venecia, que era a lo lar o de toda su carrera. Incluso la acentuo con el paso e os ,
la gran metrópoli de referencia en el Mediterráneo oriental, y el destino lógi- f rm a efe t rabajar sin duda tenía que contrastar en un .contex.t~ donde, se.gu~
co para un pintor de ese entorno. Allí permaneció sólo tres años, pero estu- o intores es añoles formados en Italia prefirieron segUir e
vo en las cercanías del taller de Tiziano y tuvo tiempo suficiente para termi- ~~~:~o~o~r~~o~ coinci~ir
por más con el gusto por las figuras acabadas que
nar de dominar el nuevo modelo pictórico occidental y asimilar la revo lución imperaba en la península: _
formal desarrollada por este maestro y sus seguidores, especi almente Tinto- "Todos los grandes hombres que ha tenido Espana en I~ e~cuj~r~ Y
retto y Jacopo Bassano. Sus pinturas de ese periodo muestran la confluencia intura un Berruguete, Becerra, Machuca, el Mudo,. Maese ~ ro ebro
de préstamos formales procedentes de distintas fuentes . La Expulsión de los ~e Ca~pañaL Luis de Vargas, gloria de n~estra patna,.jespuet 1~ ha e~
mercaderes del templo de la National Gallery de Washington fu e realizada con increíbles trabajos consumido lo mejor ~e s~sd~' st~:~ot~~a~t::~~
justo antes de salir de Venecia o al poco de su llegada a Roma (fig. 5.73). En randa con sus ingenios más que humabn~s a I exal 'no de Micael Ángel y
ella hay por un lado un acento en la construcción del espacio por medio de escogieron como noS muestran SUS o las, e caml 'd d d
la perspectiva y un intenso estudio de la arquitectura en la línea de las gran- Ra fae l de Úrbino y de 105 desta escuela, lleno de debuxo, de SU~VI aJe
des composiciones de Tintoretto, como el Lavatorio. También encontramos hermosura, profundidad y fuerza , apartándose de I~~ pl/lt~a~ d~r:; n:~1-
un desarrollo de la pincelada y color siguiendo el pictori c ismo veneciano. confusas y que no imitan el modo de los antIguos, nI a ver a
Junto a estas notas dominantes aparecen igualmente referencias compositivas ral, en los trajes y desnudos ".
y tipos físicos extraídos del estudio de dibujos de Miguel Ángel, y de obras Las d istintas versiones de El soplón que realizó en sus adñols roman.os
de Rafael (La escuela de Atenas), Giulio Clovio, Tiziano, Tintoretto y Veronés. . R ma tuvo el mo e o venecla-
dem uestran el peso que, Incluso estante en o ' ,. . . . , clási-
En sus primeros años italianos, El Greco realizaba su aprendizaj e a través de no en él (fig. 5.74). La obra tenía un origen arqueolog lco de fdlaclon
citas continuas a los maestros.
284 RENACIMIENTO TEMA 5, TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 285
en la catedral de FI~rencia, pero que él pudo ver en Roma (fig. 5.75) Por
ca de Fe lipe 11. Su intento coinc idió además con la búsqueda de p intores
lado, su pertenencia a la corte de los Farnesio también le llevó a ~ntr otro
que sigui ó al fallecimient~ ~e Navarre.t;. Así consiguió el e~cargo de pintar
contacto con Parma y conocer allí la pintura de Correggio. ar en
un Martino de San Maunc lo y la leglOn tebana, que habna de funCionar
~I desplazamiento de El Greco a Toledo tuvo lugar en 1577 En R como prueba (fig. 5.76). El cuadro estuvo terminado en 1582 y fue someti-
habla trabad?, contact? con Luis de Castilla, quien era un reli i;so er o~a do a examen, siendo, como ava nzamos antes, rechazado por i nconven ien-
a! que conOC lo en el circu lo intelectual de Fulvio Orsin i Castill~ d b" udlto te para sorpresa de l pintor. Según Sigüenza:
ciar la personal idad artística del pintor, y le apoyó en s'u traslado e ~ou~pre "De un Dominico Creco, que agora vive y haze cosas excelentes en
el resto de su carrera. Una vez en España, El Greco trató lógica~ent:nte Toledo, quedó aquí un quadro de San Mauricio y sus soldados, que le
~~ce:~e un hu~co en el programa artístico de El Escorial. Pensaba u de hizo para el propio altar destos santos; no le contentó a su Majestad (no
fillaclon veneC iana habría de ser un punto a su favor en el ho' t q ~ s~ es mucho) porque contenta a pocos, aunque dizen es de mucho arte, y
rlzon e artlstl-
que su autor vale mucho, y se vee en cosas excelentes de su mano. En esto
ay muchas opiniones y gustos; a mí me parece que esta es la diferencia
que ay entre las cosas que están hechas con razón y con arte a las que no
la tienen [. . .]. y tras esto (como dezía en su manera de hablar nuestro
Mudo) los Santos se han de pintar de manera que no quiten la gana de
rezar en ellos, antes pongan devoción, pues el principal efecto y fin de su
pintura ha de ser esta ".
Esas palabras tan duras se dirigían hacia uno de los cuadros más medi-
tados por parte de El Greco y probablemente una de las obras en las que
puso más empeño. No obstante, ni su pincelada ni su elaborado ju ego
manierista de disposición de la historia en distintos planos encajaban con las
expectativas del monarca. En primer lu gar aparece San Mauricio defen-
diendo su fe ante los romanos, después la escena del martirio de sus solda-
dos, con el santo situado de nuevo entre ellos, y finalmente en un último
espacio hay unas figuras que parecen ser las almas de los mártires cristianos.
Una gloria celestial cierra la composición. El conjunto, con la tranquila con-
versación y la galería de retratos que proponía en el primer p lano, provoca-
ba menos devoción de la que se esperaba.
Habiendo fracasado en el intento de ser pintor real, El Greco encontró
su espac io de trabajo en el grupo de religiosos toledanos que gravitaba en
tornú a la familia de Luis Castilla. Este clérigo era hijo del deán de la cate-
dral de Toledo, Diego de Castilla, y la relación le abrió las puertas de la élite
religi osa de Toledo. La primera obra que realizó en España, todavía antes de
probar suerte en El Escorial, fueron unas pinturas para tres retablos de la igle-
sia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo, que fueron financiados
por el deán Castilla como albacea de doña María de Silva. Allí hizo una
exhibición de los resultados de su aprendizaje italiano. La Asunción de la Vir-
gen del lienzo central seguía el cuadro del mismo tema porTiziano en Santa
Mari a de i Frari, y la Trinidad tomaba como hemos visto elementos de los
tipos escultóricos de Miguel Ángel. Además, la gran superficie de estas pin-
Figura 5.76. El Greco, El martirio de San turas permitía mejorar la presencia de sus figuras, que aumentaban la esca-
Mauricio y la legión tebana. 1580-1582. Real la a un tamaño incluso superior al natural. Con ello, y con la mayor destre-
Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
za que progresivamente había ido adquiriendo para la composición, pudo
286 RENACIMIENTO
TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 287
dejar de lado los andamiajes arquitectónicos que había utilizado en Italia tra~ajo absolutamente veneciano del ropaj e ?e piel, que estaría en la línea de
} para construir el espacio. Tiz iano y, en España, del Velázquez mas val iente.
, ,~
Al mismo tiempo que rea lizaba los cuadros para Santo Domingo, con-
trató el Expolio para la catedral de Toledo, igualmente bajo los auspicios de
don Diego de Castilla. El Greco encontró sus primeras objeciones en Espa-
ña con esta obra. Dentro del espíritu trentino, el cabildo denunció la poca
claridad de la composición y la inclusión de figuras (dos soldados, la Virgen
María Magdalena y la madre de Santiago) que no aparecían en las fue nte~
bíblicas sobre la histori a y distraían la atención sobre el asunto central del
lienzo. El conflicto llegó finalmente a los tribunales y fue también el pri me-
ro de los problemas legales que el pintor enfrentó en España. Años después,
sostuvo otro famoso pleito a partir de su trabajo en IlIescas, tratando de
defender una posición de excelencia para la práctica artística tal y como
había visto en los grandes maestros ital ianos.
Entre 1586 y 1588, ya p lenamente instalado en Toledo, El Greco rea lizó
otra obra fundamental de su carrera, el Entierro del señor de Orgaz. El lien-
zo, de gran formato, estaba destinado a la parroquia del vecindario del pi n-
tor y representaba un milagro que presuntamente tuvo lugar en Toledo en
1312. En este caso, la escena central se situaba en un plano principal, con
la visión destacada de San Esteban y San Agustín haciendo de sepu ltureros
del señor de Orgaz. Este hecho compartía protagonismo con una doble com-
posición que reflejaba en el plano inferior a contemporáneos del pintor
dando testimonios del milagro, yen el superior una gloria celestia l. El con-
traste entre la reproducción naturalista de los personajes terrenales y la voca-
ción sobrenatural de las figuras de la gloria es notable. Figura 5.77 . Atribuido a El Greco, Retrato
En los treinta años posteriores, El Greco continuó residiendo en la ciudad, de la dama del armiño. ca.1577-1579,
con alguna intervención puntual en otras poblaciones cercanas y en Madrid, Glasgow, Pollok House.
como el retablo que ejecutó para el Colegio de doña María de Aragón (1596-
1600). La aparición de Toledo al fondo del Laocoonte como una nueva Troya,
o sus paisajes de esta ciudad, revelan igualmente la progresiva integración de Conforme avanzó su carrera, El Greco fue acentuando progresivamente
El Greco en la sociedad toledana. Gran parte de sus retratos procedieron de las características formales que convertían a su obra en un producto neta-
ese ámbito. Pero no sólo, entre sus retratados figuraron el cardenal Ferna ndo mente diferenciado en el contexto español: las deformaciones de las pro-
Niño de Guevara, fray Hortensio Félix Paravicino, Antonio de Covarrubias, el porciones, la desmaterializac ión del espacio y la in~isten c ia en la ?i~o lu
cardenal Tavera y otros personajes hoy desconocidos como el famoso Caba- ción de la pi ncelada y el color. Gran parte de la.s ~Intu.ras de ~os ultlmos
llero de la m ano en el pecho del Museo del Prado. En estas obras, como en años fu eron cuadros de devoción, de los que realizo vanas vers iones aten-
el retrato romano que realizó de su amigo Giu lio Clovio, El Greco también diendo a la demanda mayoritariamente religiosa de sus client~: . Así están la
sigui ó los modelos venecianos de Tiziano y Tintoretto. Aunque su atribución Oración en el huerto el Cristo abrazado a la cruz o la Adorac/On de 105 pas-
no sea segura (para algunos podría ser obra de Sofonisba Anguissola o de tores (fig. 5.78). Prec'isamente este último tema fue el asunto que esc?~i ó él
Sánchez Coello) y su identificación sea controvertida (probablemente se trate mi sm o para su prop io altar funerario. En esta, que es. una de sus ultimas
de una dama madrileña), uno de los retratos más interesantes que habitual- obras, sus características personales aparecen especialmente ,resalta~as,
mente se adscriben a El Greco es la Dama del armiño (fig. 5.77). En él con- desde la evaporación de l espacio a los juegos de luces que h~~lam?s ViStO
trasta el acabado del rostro, que ha sido interpretado como una forma de en El soplón. Aun que con frecuencia se ha subrayado la ~sp lntuallda~ de
acercarse al gusto por el retrato flamenco que imperaba en Madrid, con un estas representaciones destacando por ejemplo el alargamiento de las flgu-
288 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 289
ras y la s.u,bjeti~i~ad del color, hay que tener en cuenta que gran parte de esta En este contexto, es importante señalar que las consideraciones que tra-
per~epClon ~Istlca es probablemente producto de nuestra visió n conte _ dici onal mente se han venido indicando sobre el carácter exacerbadamente
poran:a. Al Igual que para José de ?igüenza sus pers~najes no provocab~ relig ioso de la p.intura de ~I Greco son al meno.s parcia]~ente fals~s . Sin duda
especiales ganas de rezar, el tratadista barroco Antonio Palomino entend' es posible relacionar su pintura con el pensamiento mlstlco de la epoca, pero
que estas deformaciones no buscaban sino una distinción estética "con tl~ esto podría hacerse igualmente con casi todo el arte devocional del momen-
extravagancia, que I!eg? a hacer desp reciable y ridícula su pintura, así en ~ to. No ex isten además pruebas de que ese tipo de religiosidad fuera compar-
descoyuntado del dibuJo, como en lo desabrido del color". Es significati VO tida por el pintor y sus clientes habituales. Más bien, y según se ha venido
que estos dos teóricos de la Edad Moderna, que eran bastante conscient señ alando, sus deformaciones de las proporciones y las distorsiones del espa-
de la función religiosa de las imágenes, no reconocieran esa presu nta es ~~ cio no son tanto medios para la mística como derivaciones del pensamiento
.
ntua I·d
I ad mlstlca
, . como un e Iemento extraordinario de estas pinturas. pi
290 RENACIMIENTO TEMA 5. TRADICIONES VERNÁCULAS, INTERCAMBIOS Y EXPANSIÓN DEL MODELO ITALIANO 291
manierista italiano. Sus ideas artísticas son bien conocidas gracias a las ano- Tema 6
taciones que realizó a dos ejemplares de Vitruvio y Vasari, y por sí mismas ,
·. explican las soluciones estéticas que emplea (Marías y Bustamante, 1981 y - RELIGION
Marías, 1992). El Greco utilizaba un canon estético diverso, la acentuación
del subjetivismo de la representación y la suspensión de la ventana albertia-
na para simbolizar con ello la sobrenaturalidad. Pero estos recursos expresi-
vos alcanzaban igualmente otros temas. Ni sus retratos de damas, ni la escul-
tura de Pa ndora del Museo del Prado, ni las figuras de l Laocoonte, que
contienen las mismas distorsiones de canon que cualquiera de sus santos, son
fácilmente relacionables con la literatura mística (figs. 5.79 y 5.80). (AUH)
Bibliografía comentada
La liturgia y el espacio religioso antes y después de Trento
BELTRAMINI, G., BURNS, R, eds. (2009): Catálogo de la exposición Palla-
dio. Madrid, La Caixa-Tumer. La arquitectura religiosa también miró a la antigüedad como fuent~ ?e ins-
Obra de síntesis en la que se estudia a Palladio, con todas sus obras piración. Por ejemplo, la utilización de los frontones de l~s templos clasIcos en
comentadas, por lo que es un buen instrumento para adentrarse en el
las fachadas de las iglesias construidas por Andr~a Palladl? (1~08- 1580!, co~o
conocimiento de uno de los arquitectos que más ha influido en la arqui-
ya habían hecho arquitectos anteriores, se a?apto con sabIduna a unas, IgleSiaS
tectura posterior.
de naves a distinta altura (fig. 6.1). El fronton central se corresponden a con la
MARÍAS, F. (1989): El largo siglo XVI. Los usos artísticos del Renacimiento
español. Madrid, Taurus.
Análisis sistemático del arte español del siglo XVI realizado desde una
perspectiva metodológica amplia y enraizada con la historia cultural. Su
publicación en 1989 condujo a una revisión de los tópicos historiográ- Figura 6.1. Andrea Palladio. Iglesia del El Redentor.
ficos tradicionales sobre el Renacimiento hispano. Iniciada en 1577. Venecia.
Figura 6.2. Andrea Palladio. San Giorgio Maggiore. Iniciada en 1565. Venecia. Figura 6.3. Bernardo Rossellino. Interior de la catedral
de Pienza.
298 RENACIMIENTO
TEMA 6. RELIGIÓN 299
~as i~ágenes. Así por ejemplo un eler:nento clave del nuevo arte como es el por su parte, la devotio moderna fue una nueva corriente espiritual que se
mtere~ ,general por la n':leva cons.t;ucClón del espacio enfrentó iniciativas de desarrolló en el norte de Europa a lo largo del siglo xv. Su expansión poste-
negaclOn de la perspectiva, tamblen la recuperación de los modelos clásic rior entre las élites sociales de todo el continente favoreció un nuevo tipo de
para la escultura religiosa recibió en ocasiones la sospecha de una conexión c os relación con la imagen religiosa que potenciaba la demanda artística de repre-
1a I'do1atna
' pagana, y, como veremos más adelante, el verismo y la aparici'on sentaciones devocionales de uso doméstico. Este fermento bajomedieval había
de .retratos en las imágenes religiosas causó tensiones (Nagel, 201 1). En CU~I~ creado las bases para la vivencia de una religiosidad más íntima y personal, al
qUIer caso, .Y pese a las controversias, la afirmación católica de las imágenes margen del clero y las ceremonias y liturgias. Su éxito en el norte de Europa
fue predomm~nt~ y alcanzó tanto a las que limitaban su función a la narración preparó el camino para la Reforma protes;ante, y también ~u~tentó la "pi~dad
de hechos r~hgIOsos como a l~s llamadas imágenes poderosas, fuente de reflexiva" de Erasmo de Rotterdam, todavla dentro del catohClsmo. A traves de
supuestos mIlagros y de adoracIOnes especiales, que en ocasiones asumían este autor, alimentó igualmente la nueva espiritualidad del dieciséis español. En
usos que rayaban .la heterodoxia. Todas ellas compartían la función de ser este sentido, el "cristianismo interior" que defendían los seguidores de Eras-
s?porte de memona. En Florencia, al mismo tiempo en que se estaba produ- mo podía llevar a una crítica del culto a las imágenes, como en el caso de los
CIendo el desarrollo de la nueva pintura y la nueva escultura del Renacimien- reformadores protestantes o los católicos heterodoxos, como el hispano Juan
to, se ~antenía c~n gran éxito el culto a imágenes medievales y modernas que de Valdés . Pero esta tendencia también podía conducir a una experiencia reli-
se consIderaba r:nIlagrosas, como la Madonna de Orsanmichele , ejecutada por giosa basada en la intermediación de la imagen, como un soporte para la r~fle
Be~ardo Daddl en 1347 Y presentada en un espectacular tabernáculo cons- xión y la oración en el ámbito privado (fig. 6.6). Por ello se fomentaron dIver-
trUIdo por Andrea Orcagna en 1352-1359 (Holmes, 2013) (fig. 6.5). sos tipos pictóricos de carácter devocional. La imagen de Cristo tuvo un éxito
especial en este contexto debido a que este tema fue un eje fundamental del
pensamiento de la mayoría de los autores espirituales .
302 RENACIMIENTO
TEMA 6. RELIGIÓN 303
aquellas que no eran objeto de prácticas idolátricas "porque no deseamos incu-
rrir en la iconoclastia para destruir imágenes" (Michalski, 1993). En cualquier
caso, se confiaba más en la palabra que en la imagen, y por ello abundaron los
casos en los que las paredes de las iglesias protestantes se decoraron con citas
t~xtuales de la Biblia. Se ha interpretado que el tratamiento contenido de las
pmturas de Durero o Hans Holbein el Joven, que combinaba cierta serenidad
italianizante con la humanización de las figuras divinas, respondía a estos pos-
tulados erasmistas del primer momento de la Reforma protestante. Durero
expresó en varios momentos su admiración por Erasmo y Lutero. Holbein
grabó varias estampas para la edición del Elogio de la locura de Erasmo
(151l). Igualmente, su Cristo en la tumba suele ser puesto como modelo de
este entendimiento del papel de la imagen religiosa (fig. 6.8). Como ha indi-
cado Hans Belting, el verismo anatómico se combinaba con el interés por
manifestar la divinidad de un cuerpo que no podía descomponerse.
Dentro de un luteranismo más estricto y militante, muchas de las obras de
Lucas Cranach han sido leídas como la expresión artística del pensamiento
reformado sobre las imágenes. Cranach, que fue pintor de cámara del prínci-
pe protestante de Sajonia y estuvo en contacto con los principales intelectua-
les del movimiento, tomó parte en la batalla de ideas y propaganda en torno a
la Reforma. Realizó pinturas y estampas de combate que difundieron por toda
Europa los retratos de los reformadores y agudas críticas al papado y sus vicios.
Por otro lado, sus imágenes religiosas combinaban el patrocinio de iconogra-
fías distintivas, que frecuentemente se oponían a las tradicionales imágenes
católicas. Así por ejemplo se ha interpretado su insistencia en las mujeres del
Antiguo Testamento, con Judit a la cabeza, como el ofrecimiento de un mode-
lo alternativo al culto católico a la Virgen María (fig. 6.9). Se ha dicho también
que el anticlasicismo y la escasa atención al espacio de sus composiciones Figura 6.9. Lucas Cranach el Viejo, Adán
pudiera ser un modo de afianzar la percepción devocional de las mismas, en y Eva . ca .1538 , Praga, Galería Nacional.
oposición a las lecturas estetizantes de la imagen religiosa italiana. Desde este
punto de vista, el canon y la normativa podrían ser considerados como des-
viaciones y distracciones del fin religioso primigenio.
En la segunda mitad del siglo XVI, la teoría reformada de la imagen se radi-
calizó de forma notable. El recelo hacia las impropiedades que manifestaban El concilio de Trento y las imágenes
Erasmo y Lutero derivó en iconoclastia a partir del estricto control que deman-
daban Andreas Karlstadt, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino. Karlstadt, quien había La relación entre el concilio de Trento y el arte del Barroco es un tópico his-
sucedido a Lutero como predicador en Wittemberg, publicó un texto titulado toriográfico común. Sin embargo, si nos atenemos exclusivamente a la doctri-
Sobre la retirada de las imágenes (1522) en el que refutaba la noción de las na sobre el uso de las imágenes que fijó el concilio, este tiene más que ver con
imágenes como Biblia de los pobres y pedía su salida de las iglesias. Las des- la reforma del Manierismo experimentada en el último tercio del siglo XVI que
trucciones de imágenes, que habían sido comunes desde los primeros momen- con el arte del siglo XVII. En los últimos años del Cinquecento se produjo una
tos, se convirtieron en habituales en determinadas interpretaciones de la Refor- reacción artística contra la complejidad formal y conceptual del Manierismo,
ma. Como sugería Calvino, el comportamiento habitual de los cristianos con las en busca de una cierta vuelta al orden emanado de las reglas del Alto Renaci-
imágenes provocaba modos de relación difícilmente defendibles desde una teo- miento. Federico Zuccaro (1542-1609) y otros pintores como Girolamo Muzia-
logía crítica: "si dos enemigos se acercan a una imagen de San Jorge, y ambos no (1532-1 592) promovieron un tipo de composiciones en las que primaba la
le piden que les otorgue la victoria. ¿A cuál de los dos se la dará?". (AUH) capacidad de exposición ordenada de los contenidos religiosos y su ajuste con
:r'1
tos de Antonio da Sangallo el Joven, arquitecto del papa Paulo 111 desde
1536, se conocen por muchos dibujos, y por un gran modelo de madera
que mostraba el uso de los órdenes clásicos, y una gran cúpula con dos arca~
das superpuestas.
.(). 1 ~
~
D (1..1..1 AMT I Q,.V Ir.
" ••
l..;v;1
~
p r¡p ~ ~: :.\. !
~ Figura 6.15. Proyecto de Miguel Ángel
para San Pedro del Vaticano.
H O'RTHOGR.APHIA rAJ.TIS
-
r.XTSR.IORts TEMPLI DIVI PETRl IN VAT I CA N o
~
~. . ' er-! 1-'
•• • • •• •• • • Q o 1
: : ::-=-=-::~"..~~:==-~l
I~--_~"~~<=-
~!:: : ::,
Figura 6.14. Proyecto de Rafael y modificación por Peruzzi del proyecto
de Bramante para San Pedro del Vaticano. Sebastiano SerIio, II terzo libro ...
nel qual sifigurano , e descrivono le antiquita di Roma ... Ed. de Venecia, 1544.
No fue hasta tiempo del papa Paulo 111 cuando Miguel Ángel, a partir de
1546, finalizó este enorme templo de planta central sobre la tum ba del pri-
mer papa, transformando el proyecto de Sangallo el Joven y recu pera ndo el
carácter monumental y las posibilidades ceremoniales del proyecto de Bra-
mante (fig. 6.15). Se hicieron varios modelos de bulto a lo largo de los años
en que Miguel Ángel se ocupó del proyecto, que cambió radicalmente el
de Sangallo, dando unidad visual a lo que en Sangallo parecía ac umul ación
de partes. Ahora en el exterior, en el ábside y dos de los brazos, la superpo-
sición de órdenes se transforma en un uso magistral de un orden corintio
gigante y una concepción del muro como un continuo, con un entablamento Figura 6.16. Ambrogio Brambilla. Grabado con el proyecto de Miguel Ángel para
corrido y un carácter de unidad para todo el perímetro (fig. 6.16). San Pedro. Fines del siglo XVI.
314 RENACIMIENTO
TEMA 6. RELIGIÓN 315
Eliminó los deambulatorios, la sacristía y todo lo que impedía el limpio Domenico Fontana. Se convirtió en modelo para las cúpulas europeas, sien-
diseño de un gran espacio central bajo la cúpula. Al parecer Miguel Ángel do la del monasterio de El Escorial la primera con tambor -un elemento que
se sintió el auténtico ejecutor de lo que Bramante había proyectado. Pese al al interior introduce una iluminación que parece elevar la cúpula, como lo
antagonismo que existió entre ambos en tiempo de Julio 11, Miguel Ángel no hace también en el exterior- construida en España. Y mientras se acababa el
dejó de reconocer que Bramante "hizo la primera planta de un San Pedro no San Pedro de Miguel Ángel y se construía el Escorial de Felipe 11, la iglesia
lleno de confusión sino claro y sencillo, luminoso y aislado ... y fu e consi- católica después del Concilio de Trento (1545-1563) comenzaba la era de
derado como algo bello ... de tal manera que cualquiera que se haya aleja- la Contrarreforma. (ACM)
do de dicha orden de Bramante, como ha hecho Sangallo, se ha alejado de
la verdad". La centralidad del nuevo templo, respetada por Miguel Ángel,
que le dijo a Vasari que él no había sido mas que el "ejecutor del proyecto
de Bramante", quedó desvirtuada cuando comienzos del siglo XVII Carla 11 Gesu y la arquitectura de los jesuitas
Maderno, por decisión del papa Paulo V, prolongó la iglesia para hacer de
ella un templo longitudinal que cubriría completamente el espacio sagrado En 1540 el papa Paulo 111 aprobó la creación de la Compañía de Jesús,
de la antigua basílica de Constantino y se adaptaría mejor a las ceremonias fundada por san Ignacio de Loyola. La iglesia madre de los jesuitas en Roma,
litúrgicas. 1I Cesu, tuvo una influencia notable en la arquitectura religiosa del Barroco.
Fue fruto de la actividad promotora de ~a arquitectura en Roma por parte
En la cúpula (fig. 6.17), que Miguel Ángel dejó proyectada y construida del cardenal Alejandro Farnesio, quien llegó a pensar en enterrarse en ella,
hasta el tambor, intervinieron después de su muerte Giacomo della Porta y por lo que todo signo de magnificencia fue poco para esta iglesia.
La proyectó Jacopo Barozzi da Vignola (1507-1573), aunque ni la cúpu -
la ni la decoración interior ni la fachada son suyas, ya que la iglesia se acabó
.'
..
, ",
.' .' en 1575, después de su muerte, habiendo trabajado en ella desde 1568. Se
""" ••••••• • 1 • • • · · · · , '
con sagraría en 1584, ya partir de entonces se celebraron misas en ella. En
, • • , . ' . , •• ' " ••••
11
...
11
. .. .. .. .
su interior, los espacios que creó Vignola combinan una tendencia a la cen-
trali zaci ón en la zona del crucero, por la importancia que adquiere este bajo
la gran cúpula, con un desarrollo longitudinal en la gran nave de la iglesia
con cuatro capillas, tres iguales y una cubierta por la pequeña cúpula que
form a parte del espacio centralizado del crucero. Están comunicadas entre
sí, lo que como dijimos permitía circular por la iglesia sin alterar las cele-
brac iones de la gran nave central (fig 6.18). Vignola incorporó aquí una tra-
dici ón de espacios rel igiosos, como el recuerdo de la nave abovedada que
había proyectado Alberti para san Andrea de Mantua. La bóveda del Gesu
tien~ unos lunetos amplios que permiten la apertura de ventanas y por tanto
una mayor luminosidad en el interior (fig. 6.19). En el transepto la gran cúpu-
la centra l se rodea con cuatro cúpulas menores, como sucedía en los pro-
yectos de planta central para San Pedro, un quincunx que combina cinco
cúpu las, aunque como ha señalado Conforti (2001), la similitud con San
Pedro no es espacial sino geométrica, y logra una combinación afortunada
entre el espacio centralizado de la zona del crucero y el desarrollo longitu-
dinal de la nave. Pese a que esta distribución de los espacios litúrgicos en el
interior del Gesu tuvieron su trascendencia, y mucha influencia en otras igle-
sias jesuíticas, es cierto que la orden uti I izó también los espacios central i-
zados, porque una planta elíptica por ejemplo puede agrupar a los fieles
Figura 6.17. Cúpula de Miguel Ángel para San Pedro del Vaticano. más cerca del altar, así que no va en contra de los fines de la orden, pero esto
Modelo en madera. Vaticano. Fabbrica di San Pietro. ya se producirá en el siglo XVII.
P, AN 'Jo. '''''W''A 'f(. , HIPAI ,JI ItA,')1I I on V-IO I... .d (~I~ f· ,1 ji, N {
~ l/,tI .' .. , VII I t." ¡ J...
I I I I
Figura 6.26. Juan de HelTera. Fachada del Monasterio de San Lorenzo el Real
de El Escorial. 1563-1584 ..
328 RENACIMIENTO
TEMA 6. RELIGIÓN 329
1, fuera de El Escorial. El Expolio fue igualmente contestado desde la catedral
En ocasiones se ha señalado la existencia de una vigilanci a espe . I
sobre I?s conte.ni~o~ I~s
de artes visuales, que no se daba en otros me~¡'~s de Toledo por no ser fiel a las fuentes de la iconografía. Más allá de este inte-
rés por la corrección y la claridad, pued~ decirse que la prevalencia de I.a
expr~~I~~s no Ico.nlcos s.ln. ~~pacidad ~omunicativa sobre las masas. La histori a fue un horizonte general de la pintura y la escultura en el RenacI-
I~~ulslclon veneclan~ enJ.ulclo a yer.on~s porque no compartía su convic-
miento . Siguiendo fuentes italianas del Renacimiento, a comienzos del siglo
cl~n . sobre la co~venlencla de anadlr figuras de su invención a los temas
XVII Francisco Pacheco entendía que "la pintura, que tenía por fin sólo el
rel,~,osos co.n el fin de aumentar su atractivo visual , y le conminó a reforma
la.plntura. SI~ embargo, en cierta medida la opinión de Veronés era pensa~
parecerse a lo imitado, ahora, como acto de virtud, toma nueva y rica sobre-
veste; y además de asemejarse, se levanta a un fin supremo, mirando a la
miento comun en gran parte del sistema artístico. Acabó por adm iti rse q eterna gloria; y procurando apartar los hombres de los vicios, los induce al
l' . I ue
a rlqu~za ~I/sua era un elemento retórico que aumentaba la capac idad de verdadero culto de Dios Nuestro Señor". De nuevo, esta era la idea funda-
com~~~caclon de la obra y que su eficiencia compensaba sacrifica r cierta mental de Trento, más allá de cualquier posible modelo estilístico renacen-
preclslon.
tista, manierista, manierista reformado o barroco. (AUH)
. Otro de I?s. ejemplos más conocidos de este interés por la preci sión de
la Ima~en religiosa que se ?~rivó de Trento es la narración de las op iniones
de Felipe 11 ante la fl:d~r~C1on de los pastores de Federico Zuccaro, que se
cont~~a en I? desmpclon de El Escorial por José de Sigüenza. La historia
t~mb,en es slntoma de la preeminencia de la función comunicativa de las
pinturas. El monarca, tras pasar un rato mirando el cuadro en prese ncia de
su autor:
. "Le preguntó si eran huevos los que tenía allí en una cesta un pastor
aSIendo de ellos ~, dos m,anos para presentarlos a la recién parida Virgen
Madre. ~espondlo que SI . Notaronlo los que allí se hallaron, entendiendo
que hab,a hech~ poco caso a los demás, y que parecía cosa impropia un
pastor que venta de ganado a medIa noche, y aun corriendo, pudiese
haber allegado tantos huevos, si no guardase gallinas ".
En el co~t~xto rel igioso, esta historia de Fel i pe 11 y Zuccaro puede ser
c?~.ectada f~c¡\mente con otr?s testimonios similares también narrados por
S~guenza, e Igualmente.r~petldos en numerosas ocasiones. Primero, el jui-
CIO del rey a~,t~ el Mart/~1O de San Mauricio y la legión tebana de El Greco,
que le pa~ec~o Inconven.lente porque su estructura compositiva colocaba el
a~unto prinCipal de la historia en un segundo plano y por tanto no era sufi-
cientemente efectivo desde el punto de vista de la transmisión de l tema.
También puede relacionarse con los problemas encontrados por Navarrete
al haber colocado un perro y gato jugueteando en su Sagrada Familia con
San Joaquín y Santa Ana, lo que suponía igualmente una distracción sobre
el ~ontenido ~ri~cipa,1 (fig. 6.28). Desde el momento en que sabemos que
Felipe 11 posela Interes y capacidad de enjuiciamiento estético estos tres
episodios so.n aún más relevantes. En el contexto religioso, el p~s i b le inte-
res qu~,pudlera tener la fo.rma estaba subordinado a su capaci dad para la
narraClon ?el tema. Ademas, el tema tenía que estar sujeto a la prec isión y
la ortodOXia que demandaba Trento. Esta noción no guiaba úni camente al
rey y a José de Sigüenza. Era el pensamiento dominante en las élites direc- Figura 6.28. Juan Fernández de Navarrete,
Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana.
toras de la Iglesia. A pesar de la aceptación que El Greco encontró en sus
1572-1575 . El Escorial, Monasterio de San Lorenzo.
patronos toledanos, sus pinturas también tropezaron con algún problema
Figura 7.4. Puerta del Pópulo y edificios públicos del siglo XVI. Baeza
(Jaén).
338 RENACIMIENTO
TEMA 7. CIUDAD 339
sentid.o, siempre f~e objeto de admiración la cap~cidad ~e los constructores El comercio tuvo asimismo sus edificios. En ese sentido el reino de Ara-
veneCIanos para edIficar sobre el agua. El agua llego a las cIUdades también por gón nos ha dejado grandes ejemplos, con salas columnarias ricamente cubier-
acueductos, se esculpieron fuentes para celebrar su llegada, como la quattro- tas y decoradas. La de Palma de Mallorca fue construida por Guillem Sagrera
centista fuente Gaia de la plaza del Campo de Siena, obra de Jacopo della (ca . 1380-1454), un artista muy viajero que antes estuvo en Francia y que
Quercia, y siempre fue algo especialmente cuidado y controlado por los gober- acabó trabajando en Castel Nuovo de Nápoles. La lonja de la seda de Valen-
nantes por la repercusión que tenía en el bien público (fig. 7.7). cia de Pere Compte, iniciada en 1483 fue construida para ser "Lonja molt bella
m¡gnifica y sumptuosa, honor i ornament daquesta in signa ciutat" según se
lee en el documento de fundación. En la lonja de Zaragoza (1541-1551) , pro-
yectada por Juan de Sariñena, el francés Gil de Morlanes el Joven haría las
arandes columnas de piedra anilladas y con volutas jónicas, que permitieron
~rear un espacio diáfano y amplio. Probablemente tienen su origen en graba-
dos de Du Cerceau, porque la influencia francesa en el Renacimiento arago-
nés hizo que algunos modelos de la nueva arquitectura no llegaran de Italia,
sino de Francia, a través de arquitectos como Pienes Vedel o canteros como
Guillaume Brimbeuf.
Uno de los edificios públicos más famosos del Cinquecento es el que
construyó Giorgio Vasari (1511-1574) por encargo de Cosme de Medici como
sede de las oficinas de trece magistraturas para que sirviera de Publica e Com-
moditati, como se lee en la medalla fundacional. Esta galería de los Uffizi
(1559-1582) unió el palacio Vecchio con el Arno creando una suerte de calle
miento urbano que repercutiría en el prestigio del señor que gobernaba la ciu- ¡ . (>. •••• <7 ::. v f.. ,
dad, si bien las plazas como aparecen en los tratados poco tienen que ver con ~ í"" ....... U - . J ') .... , "-
I ¡ .,' ~~,l
los procesos de creación de las que nacieron entonces (Calabi , 1997). ". / .
348 RENACIMIENTO
TEMA 7. CIUDAD 349
ro , había nacido como un asentamiento minero sin ningún orden, al ordenar en
\ ': ..; 1572 todo el centro urbano de aquella "Villa imperial" en forma de dame-
\~ ro, con una plaza mayor, y destinado a asentar a los españoles y criol los, en
tanto que los barrios de indios quedaban fuera de ese orden urbano.
Roma
Figura 7.15. Plaza Mayor. Cuzco.
Desde el siglo XIII los peregrinos contaban con unas guías para visitar
Rom a: los Mirabilia Urbis Romae, que luego se llamarían Le cose maravi-
Mientras Cuzco, capital del imperio inca, siguió siendo residencia de la gliose dell'alma citta di Roma, cuyo pequeño formato permitía llevarlas en
nobleza incaica, a veces rebelde, fue en Lima, lejos de los Andes, donde se el bo lsillo, casi precursoras de las modernas guías de viaje. La imprenta mul-
construyó una nueva ciudad para capital del virreinato, que pronto devino tiplicó las ediciones, y se tradujeron a distintos idiomas, entre otros el ca s-
en modelo. Fundada en 1535 por Pizarro con el nombre de "Ciudad de los tella , o. De pequeño tamaño, algunas incluyeron L'Antichitá di Roma, obra
Reyes", de ella, ya a mediados del siglo XVI decía Cieza de León que las de Pa lladio de 1554, y dieron a conocer en grabados algo toscos las gran-
casas eran buenas, algunas con torres, las calles eran anchas, la plaza gran- des obras de la ciudad por itinerarios, con las siete basílicas, las nuevas igle-
de y, lo que nos interesa especialmente, el abastecimiento de agua estaba sias que se iban construyendo, actualizadas en las sucesivas ediciones, pero
garantizado porque por muchas de las casas pasaban acequias. No tuvo que tamb ién con las grandes obras de la antigüedad . Incluían una guía para que
incorporar una ciudad preexistente, y tanto su palacio virreinal, como la en so lo tres jornadas el peregrino pudiera ver lo más importante de la ciu-
monumental catedral trazada en sus inicios, hablaban de la grandeza ambi- ?ad, entre lo que se incluían las nuevas obras del Renacimiento según se
cionada. Sin embargo, pronto la inmensa catedral fue reducida a un tama- Iban construyendo, como el palacio Farnesio, el de la Cancillería, la Porta
ño más acorde con las posibilidades reales por el extremeño Franc isco Bece- Pía, San Ped ro ... Constituyen un ejemplo más de cómo la ciudad de los
rra en 1594, y se inauguraría a comienzos del XVII. La pervivencia de las papas siempre supo que la imagen era parte intrínseca de su grandeza his-
cubiertas góticas en este templo, pese a lo que quiso el ya difunto Becerra, tórica, as í como de los usos de la imagen para abastecer la demanda ince-
se justificó por su mayor resistencia a los terremotos, causantes fina lmente s~nte de información por parte de los miles de peregrinos que llegaban a la
de que hoy no quede nada de la primitiva construcción (fig. 7.16). (ACM) ciudad (fi g. 7.17).
íI
t l ll 1)CI. e Oorn (;I(lo I J 11. I'OftC'nnecb Foca
Im})crnore, & aH, I ¡ . di "bll8io b conracrO N QUCIl2Chiñ.1 ncl d. dd l.l M.. deblma.,¡i
B
Matu VergmC', .i I Ut U b ~nll, &: VI e n.. b p l~n.. t'elPtflione de pecr.lti, &. c. Jdb.
tÍone 11 yC'nC'rdt dopo !'or ulU dlP.1fql&a. & nd Com~gni2 cid Confalone.
di dd l' lnu cndone dcl.1J ' rocC', dt U' Alfondonc , Naeui_ LA Chit{it Ji S.M.¡. ¡. C....po MV{o.
d, C' oncen ione d. Mw V«gtnC' , UItU Ii»Dti ; .
ptT t UtU l:t ru~ otlaua vi e1::1 plm:ma renufi o-
De dC'&:~uÁn.tá~~O:~ h ~~r~~r~' R¡-
1t ore~n:~~~h~~;:: ~~h;; i::g~~~qd:~S:~
molto clhux a,ch r G chi2Tn.l b Pled.& c.1 fOorpo d.
'tt
0'1, & c(o ll ~ . S.2n Q.!irmo m2ttl'7' 'Sr: yn br.lCcto. di ' :m G~9l'IO Nl-
PrelTo 1'1 rono d•• 21fTI ma u llen dJ IJ'\OtU-
".I.i:an tt"l\O •
.:.~ che dr IL' Ordtnt di Sao FrlACCfeo, cJupw:c di. Monte
t CRono •
... I •
Figura 7.17 . Le cose maravigliose dell' alma citta di Roma. Venecia, 1588.
Roma fue el centro por excelencia productor de modelos en los que ins-
pirarse para los arquitectos del Renacimiento . Los papas transformaron la
ciudad construyendo la Roma triunfans a la que viajaron todos los artistas ita-
lianos y europeos que pudieron hacerlo. El torrente de peregrinos generaría Figura 7.18. Via Giulia. Roma.
reformas urbanas, pero también de las instituciones que debían controlar la
ciudad . Así, en tiempo de Leon X se crearon los magistri viarium, ya lo largo
de todo el siglo la cuestión del orden y el control de la ciudad fue generan- Hasta el Vaticano podían llegar los turcos, porque todo lo que contamos
do reglas a la vez que ampliaciones . Los Jubileos generaron la producción en este li bro sucedía mientras el Mediterráneo católico estaba en guerra con-
de grabados que difundieron los grandes cambios que se producían en los tra el Turco, aunque la historia basculara hacia el Atlántico ~espués del d~s
edificios y calles de la ciudad. También llevaban a grandes invers iones en la cubrim iento de América. Por ello, fortificar Roma fue una prioridad, y el cir-
modernización de la urbe. Por ejemplo, el Jubileo del año 1500 vi o abrirse cuito fort if icado proyectado por Antonio da Sangallo el Joven, arquitecto
una nueva calle, recta y pensada para los peregrinos, la vía Alexand rina, por com o vi mos también de San Pedro del Vaticano, en los años cuarenta del
el nombre del papa Alejandro VI, el papa que otorgó a Fernando e Isabel el siglo XVI, que integraba el Castel Sant' Angelo, se convirtió ~n modelo, cel~
título de Reyes Católicos, una vía que pronto atrajo la construcc ión de nue- brado por los tratadistas y estudiado por los grandes ingenieros del RenacI-
vos palacios de las grandes familias, y más tarde reformada . miento (fi g. 7.19).
Después, el papa Julio II quiso una renovación completa de Rom a, en la El modelo de Roma llegó al resto del mundo no solo por los viajes y por
idea de recuperar la grandeza de la Roma imperial. Además del nuevo San los tratados, también hubo un producto específico destinado al mercado,
Pedro, en la ciudad de Roma construyó la vía Giulia, cuyo trazado según que fuero n los volúmenes de estampas. Entre ellos cabe citar por su enorm~
Vasari se debió a Bramante, quien también sistematizó la vía de lla Lungara, difusión los 118 grabados de Antonio Lafréry Speculum Romanae ~aB~¡f,
reformas urbanas destinadas a unir san Pedro con la ciudad (fig. 7.18), en centiae (1 575) de las antigüedades de la ciudad, o las obras del frances Etlen-
concreto.con Ripa Grande, el puerto fluvial de Roma, para favo recer el trán- ne Dupérac, de los mismos años. No había que ir a Roma para saber cómo
Sevilla
La boda de Carlos V con Isabel de Portugal en 1526 supuso para la ciu-
Figura 7.19. Baluarte de la Ciudad del Vaticano. Roma.
dad de Sevi ll a un camb io en su arquitectura y su urbanismo, y una cierta
revolución con la introducción de modelos italianos. Sev ill a ya era ep icen-
tro del tráfico entre el Viejo y el Nuevo Mundo, y se conv irti ó en una ciudad
cosmopo lita, en la que vivían comerciantes de todo el mundo, sobre todo
flam encos y genoveses. Por ell a circularon ob ras, li bros, o estampas cam ino
de. las Ind ias: recibiendo al regreso de las flotas, además de la plata y el oro,
objetos prec Iosos que en muchos casos pasaron a las colecciones. La influen-
cia ital iana en la arquitectura y el arte de la ciudad tuvo su reflejo en obras
co . o la Casa de Pi latos, que tratamos en otro capítu lo, o el palacio de las
Dueñas, ambos para la fami li a Enríquez de Ribera, como un ejemp lo más de
que fueron los clientes o promotores los que en una primera instancia deci-
dieron cómo debían ser los espacios en los que querían vivir, yen función de
ello bu sca ron a los artistas capaces de satisfacer sus deseos. Como ha seña-
lado Ll e? (2~12) la riq,ueza de estas casas sevil lanas la reflejó Peraza, quien
en su HIstoria de SeVIlla (ca . 1535-1540) escribía que en la ciudad había
"treinta y dos casas, magníficos palacios, que cualesquiera de ellas pasaría
por Alcáza! en otra cibdad", además de otras "en número de ciento y d iez,
cuyos duenos, aunque no son señores de títu lo, son quasi todos ell os de tan
grandes linages y por sí tan va lerosas personas que los merescían tener y sus
Figura 7.20. Antonio Lafréry, Speculum Romanae Magnificentiae casas tan sumptuosas que con las demás se podrían comparar". La idea de la
(1575). gran casa en la ciudad, unida al linaje, se ampliaba aquí a los ricos, esos que
354 RENACIMIENTO
TEMA 7, CIUDAD 355
merecían tener linaje, como los Pinelo, de origen genovés, que decoraron el ti ca a los modelos de Serlio, pero sobre todo al anfiteatro de Itálica, que des-
patio de su casa con la historia de Diana cazadora y cabezas de personajes pertó admiración entre los humanistas sevillanos (Morales, 1996). En una
históricos (fig. 7.21) . Sevilla, esa puerta de las Indias en las que todos podrían ci udad en la que se celebraron concursos para hacerse cargo de las obras de
llegar a ser quienes nunca hubieran sido de haberse quedado en sus lugares la catedral, Hernán Ruiz el Joven ganó así el ser su maestro mayor, lo que
de origen, era buen ejemplo de hasta donde se podía llegar careci endo de será desde 1557. Al año sigu iente fue también maestro mayor del hospital
linaje noble, como mostraban algunas de las grandes casas sevillan as. de las Cinco Llagas, y luego maestro mayor del ayuntamiento, del arzobis-
pado ... una carrera de éxitos que lo consagraron como uno de los grandes
arquitectos del Renacimiento, que también proyectó palacios, obras de inge-
ni ería, retablos, rejas ... Pero su remate de la Giralda (1558-1568) es lo que
hace inexcusable hablar de él si estamos hablando del Renacimiento en
Sevill a. Fue la obra que culminó la transformación de la imagen de ciudad
en una Nueva Roma, como la llamó Lleó inspirándose en Mal Lara, incor-
poran do el minarete, es decir el pasado isl ámico, al nuevo lenguaje clasicista
vitruv iano, símbolo del triunfo de la religión católica sobre la musulmana.
Desde su intervención, la Giralda se convirtió en el edificio que identificó
para siempre a la ciudad, un punto de fuga, un eje visual como había sido
la cúpul a de Brunelleschi en Florencia (Lleó, 2012). Hernán Ruiz además fue
un teóri co, que escribió un libro de arquitectura que permaneció manuscri-
to y su obra demuestra un buen conocimiento de la arquitectura italiana del
Renac imiento. En la Giralda utilizó el vano serliano, duplicando la zona
En Sevilla se conservan algunas de las obras que mejor exp lican la evo-
lución de la arquitectura del Renacimiento en España, desde las interven-
ciones en la catedral gótica hasta la suntuosa Casa de Contratac ión en la
que Juan de Herrera, el matemático y arquitecto de Felipe 1/, proyectó un edi -
ficio que los coetáneos compararon con los la antigua Roma (fi g. 7.23). El
cantero de la Trasmiera, Diego de Riaño (ca . 1495-1534) realizó dos de las
obras más señaladas del Renacimiento sevillano, como son el Ayuntamien-
to (ca. 1526-1572), con la decisiva intervención de Hernán Ruiz, y la sacris-
tía mayor de la catedral, en la que también se ha planteado la intervención
de Siloe (1532-1547). Pero si Riaño es importante, lo es más la obra de Her-
nán Ruiz el Joven (ca. 1514-1569), que remató la Giralda, hizo la elíptica
Sala Capitular de la catedral, (fig. 7.22) Y realizó uno de los hospita les más
magníficos del Renacimiento, el de las Cinco Llagas o de la Sangre, hoy Par- Figura 7.22. Hemán Ruiz el Joven.
lamento de Andalucía . La sala Capitular, cuyos cimientos se abri eron en Sala capitular de la catedral. Iniciada
1558 y se acabó después de muerto Hernán Ruiz, quizá deba su p lanta elíp- en 1558. Sevilla.
Nápo/es
La ciudad de Nápoles ya había conocido reformas a lo largo del siglo XVI
sobre todo en Castel Nuovo y su zonal con intervención de arquitectos e
ingenieros tan famosos como Francesco di Giorgio Martin.i. E.n el si&lo.xvl un
nuevo circuito bastionado defendió la capital de la corte vlrrelnal mas Impor-
tante de la monarquía hispánica en ese siglo. Se hizo durante el largo virrei-
nato de don Pedro de Toledo (1532-1553)¡ que transformó la ciu dad
ampliándola¡ embelleciéndola y creando unas infraestructuras capaces de
abastecer de agua una de las ciudades más pobladas del mundo¡ que ade-
Figura 7.28. Pedro Luis Escrivá. Castillo de San Telillo. 1537. Nápoles.
más crecía sin medida para preocupación de propios y extraños.
El tratadista de arquitectura militar Francesco de Marchi recordaba c?mo
uno de los hitos urbanos de su siglo las reformas llevadas a cabo por el virrey En Nápoles fueron muchas las obras de ingeniería emprendidas. Alfonso
Toledo en Nápoles con su arquitecto Ferdinando Manlio. Muchas de I~s 11 de Aragón a finales del siglo xv promovió una serie de obras hidráulicas¡
intervenciones tuvieron un fin militar y de control de una ciudad que crecla que abastecieron de agua la ciudad y los jardines de las villas. A comienzos
desmesuradamente y llegó a tener 240.000 habitantes a finales del siglo XVI. del siglo XVI se hicieron obras de saneamiento de zonas cenagosas. El virrey
El fuerte de san Telmo¡ obra de Pedro Luis Escrivá¡ dominó la ciudad con un Tol edo pavimentó ca lles, y una ciudad más limpia y renovada recibió al
sistema fortificado a base de tenazas o tijeras¡ es decir¡ con la muralla for- emperador Carlos Ven 1535. El virrey duque de Alcalá en los años cincuen-
Figura 7.31. 1 Quattro Canti. Palermo. Figura 7.32. Francesco y Camillo Camiliani. Fontana Pretoria. Palermo.
Figura 8.13. El Bosco, El carro de Heno. ca.1516, Madrid, Museo del Prado.
Figura 8.14. Joachim Patinir, Paisaje con la destrucción de Sodoma Figura 8.15. Albert Altdorfer, Paisaje con un puente.
y Gomorra. ca. 152l. Rotterdam, Museum Boijmans Van Beuningen. 1518-1520, Londres, N ational Gallery.
Sandro Botticelli
La Escuela de Atenas, por su parte, sustituye el catá logo de referencias progra mas iconográficos y a los modelos formales. El tema general de estos
religiosas por un repertorio de filósofos y matemáticos de la antig,üedad, cen- nuevos frescos era el respaldo divino a la Iglesia. La delicada situación polí-
trados en Platón y Aristóteles (fig. 8.22). Entre otros, aparecen Socra.t~s, Pro- ti ca que vivía el papado en ese momento, con su poder terrenal amenaza-
tágoras, Parménides, Zenón , Epi c uro, Pitágoras, Arquímed.e~, Dl oge ~es, do por la intervención de las potencias europeas, justificaba la exposición
Euclides, Zoroastro, Ptolomeo y Heráclito. Esta obra ha recibido multitud de la leg itimidad y el sustento ce lestial de su posición. Los temas seleccio-
de interpretaciones, que van desde intentos de identificación de .re~ratos de nados para articular el asunto buscaban un soporte en hechos procedentes
personajes coetáneos en las figuras de I~s filósofos, al .establecl ~lento de de la Biblia y la historia de la Igles ia. La Misa de Bolsena relacionaba una
conexiones entre su significado y la cienCia y el pensamiento de tiempos d.e victoria reciente de las tropas del papa con un milagro ocurrido en el siglo
Rafael. Aunque algunas de estas teorías son de difícil comprobación, es eVI- XII I, la Expulsión de Heliodoro contaba la intervención divina para detener
dente que el programa iconográfico y la construcción formal están ex~ra.or a este ministro del rey Seleuco, cuando pretendía robar en el templo de Jeru-
dinariamente pensados y llenos de referencias. En el contexto neoplaton lco sal én; la Liberación de San Pedro narraba el envío de un ángel para sacar al
del conjunto no es casual que las líneas de fuga coincidan en el ej~mplar del apóstol de su encarcelamiento, trazando un paralelo con la expulsión de los
Timeo que Platón lleva en su mano. De for~a w;neral puede declr.se que el fra nceses de Italia; y finalmente el Encuentro de León I con Atila rememora-
conjunto de la stanza promueve u~a co~c~llaclon e~tre el hu~an lsmo y la
ba la sa lvación de Roma por parte de este pontífice cuando el rey bárbaro
religión, en línea con el programa Ideologlco de JuliO 11. La bov~da celes~e
se dispon ía a tomar la ciudad. Desde el punto de vista formal, los cambios
de la Disputa del sacramento encuentra su complemento en las bovedas cla-
están fundamentalmente relacionados con la potenciación de la tensión dra-
sicas de la Escuela de Atenas que están frente a ella.
mática. La obra reciente de Miguel Ángel y el Laocoonte demostraban las
En 1511 , después de hab~r terminad? la Segnatura, el equip~ ~e Rafael posibilidades expresivas del movimiento y las posturas forzadas. Rafael supo
pasó a decorar otra sala contigua, conocida como la Stanza ~e/l .E/¡odo:o ro adaptar estos medios a su lenguaje para enriquecer su capacidad comuni-
por el tema de una de sus pinturas. Pese a tratarse de trabajos inmediata- cativa . La Capilla Sixtina, que se estaba ejecutando al mismo tiempo, ofre-
mente sucesivos, se produjeron cambios importantes, que afecta ron a los cía un interesante modelo de tensiones compositivas, por ejemplo en las
408 RENACIMIENTO
TEMA 8. IMAGEN 409
linaje familiar a través de pinturas y bustos. Estos se extendieron desde los norte de Europa y la Península Ibérica mantuvieron un tipo de retrato predo-
enterramientos en las iglesias a las galerías de antepasados que comen za ron minantemente flamenco. Se hizo corriente además recurrir a retratistas de
a disponerse en los palacios. En toda Europa, el retrato del soberano adqui- este origen . En Francia, el bruselense Jean Clouet (1480-1541 ) Y su hijo Fran -
rió pronto un lugar fundamental en la manifestación pública de su poder, y ~o is Clouet (1515-1572) mantuvieron la línea iniciada en el siglo xv por Jean
se codificaron signos iconográficos para el mismo. Al tiempo, el retrato Fouquet, matizándola con un mayor hincapié en los juegos de luces, con ita-
amplió su ámbito promoviendo el recuerdo de los hombres ilustres, que li anismos procedentes de la pintura de Fontainebleau, y con la experiencia
incorporaban literatos e incluso artistas. Al igual que en las cortes, don de los que suponía la costumbre francesa de coleccionar y circular retratos en dibu-
retratos se encargaban y viajaban como objeto político y diplomático, en jo por la corte. El resultado fueron obras que conjugaban elementos flamen-
los ámbitos humanistas se hizo frecuente el intercambio de retratos entre cos y florentinos, como la efigie de Francisco I por Jean Clouet (fig. 8.29) . El
amigos y colegas. En cualquiera de estos ámbitos el retrato se configuró rey aparecía vestido a la italiana sin atributos de su cargo, y con un rostro que
como un tipo de imagen particularmente complejo por las capas de signifi- combinaba el realismo flamenco con una iluminación sutil.
cado que podía portar. La influencia de Fontainebleau se hizo patente en Fran~ois Clouet y en
Po r otro lado, el retrato cortesano internacional de la segunda mitad del otros pintores a través de la complejidad conceptual que demostraron algu-
siglo XVI revela el grado de comunicación que se había alcanzado en ese nos retratos del momento. Italia estaba produciendo un tipo de retrato ale-
momento entre los modelos visuales nórdico e italiano. En el siglo xv, Italia górico basado en la sugerencia más o menos evidente de las virtudes del
soberano, como en el Cosme de Medici como Orfeo de Bronzino o los jue-
y Flandes habían desarrollado dos potentísimas tradiciones retratísticas que
gos florales de Arcimboldo. El presunto retrato de la amante del rey Gabrie-
no dejaron de interactuar entre sí en los siglos posteriores. Las casas rea les del
lIe d'Estrées y la hermana de esta, la duquesa de Villars, es una de las pin-
tu ras francesas más conocidas (fig. 8.30) . El cuadro tiene un formato poco
Figura 8.29. Jean Clouet, Retrato Figura 8.30. Escuela de Fontainebleau, Presunto retrato de Gabrielle
de Francisco f. ca. 1530, París, Louvre. d' Estrées y la duquesa de Villars. ca. 1594, París, Louvre.
FARAGO, c., ed. (1995) : Reframing the Renaissance. Visual Culture in Europe
and Latin America 1450-1650. New Haven, Yale University Press.
Colección de ensayos sobre arte del Renacimiento en Europa y arte colo-
nial en América asumiendo la perspectiva metodológica de los Estudios
Visuales. Hay un énfasis en el análisis del significado cultural de las obras
superando las etiquetas estilísticas de la historiografía del arte, así como Clasicismo y Manierismo
un acento en las cuestiones relativas al contacto entre distintas culturas.
GOMBRICH, E. H. (2000) : Norma y forma . Estudios sobre el arte del Rena- El Renacimiento se vincula habitualmente con la noción de clasicismo.
C~n~iene .introducir ~na aclaración del significado de este término, que tiene
cimiento 1. Madrid, Debate.
Conjunto de ensayos publicados en los años centrales del siglo xx sobre multIples InterpretacIOnes relativas a la historia del arte. En principio, el voca-
arte del Renacimiento italiano. Es un ejemplo de la actualidad que man- blo comenzó por ser aplicado al arte de la antigüedad griega y romana, en un
tiene la mejor historiografía del periodo. El ensayo titulado "Norma y sentido cualitativo que implicaba el reconocimiento de una norma de perfec-
forma" es fundamental para entender el debate sobre las categorías esti- ción, en u~ sentid.o ,hi.stórico, que ~sumía su identificación con ese periodo, y
lísticas del Renacimiento y de la historia del arte en general. en un sentIdo estIlIstIco, que partIa de su caracterización formal como una
expresión or?~nada y no emotiva. De esta manera se entiende que el Renaci-
mIento es clasIco tanto por su recuperación de unos presuntos ideales forma-
LEE, R. W. (1982) : Ut pictura poesis. La teoría humanista de la pintura. les.de la antigü~dad cu~nto p?; su propio valor como norma para el arte pos-
Madrid, Cátedra. ten or. Esto explIca la afIrmacIOn de Ernst H . Gombrich sobre que la Madonna
Libro pionero (primera edición inglesa de 1967) sobre la relación entre Gran du~a de ~afael, es una obra "verdaderamente clásica en el sentido de que
pintura y literatura en el Renacimiento italiano y sus precedentes clási- ha servIdo a Incontables generaciones como canon de perfección, lo mismo
cos . Parte de un análisis de la teoría artística y literaria del siglo xv para que las de Fidias y Praxíteles" (fig. 9.1).
proponer un modelo de interpretación del arte del periodo basado en la
confluencia entre imagen y palabra. Por otro lado, los propios cambios internos experimentados en el arte Íta-
li a~ o
entre l~s siglos xv y XVI Y la diversidad que produjo su expansión terri-
ton al condujeron a una notable variedad de modelos dentro de este marco
PEREDA, F. (2007): Las imágenes de la discordia . Políticas y poéticas de la general del clasicismo. Para ellos, la historiografía ha creado múltiples carac-
imagen en la España del 400 . Madrid, Marcial Pons. t~rizaciones y ténninos. El mismo Vasari ya habló en su tiempo de la existen-
Texto relativamente reciente en el que se analiza la posición de las imá- CIa de una prima maniera, una seconda maniera y una terza maniera, de tal
genes (pintura y escultura) en el cruce cultural y religioso de la España forma que estas tres maneras (estilos) se identificaban respectivamente con la
del siglo xv. Ofrece un uso modélico de las fuentes religiosas del perio-
forma de trabajar de los pintores y escultores medievales, de los pioneros del
do (que hasta entonces habían sido escasamente exploradas) para enten-
Qua:trocento y finalmente de aquellos que, a partir de Leonardo y Rafael,
der la experiencia de las imágenes. domInaban los nuevos códigos del arte y lo ejecutaban con gracia. Más tarde,
a~emás de la división cronológica entre Quattrocento (siglo xv) y Cinquecento
(sIglo XVI) , se han acuñado otros conceptos como Primer Renacimiento y
Figura 9.2. Giulio Romano, Sala de Psique . ca . 1532. Mantua, Palacio Te. Miguel Ángel y Rafael antes del Sacco de Roma
Entre las obras realizadas por Rafael en Florencia, en los mismos años en
que Leonardo pintaba su Retrato de Mona Lisa y Miguel Ángel esculpía el
David, están algunas de las pinturas que han cimentado su imagen más tradi- Figura 9.8. Rafael, Sagrada Familia del
cional. Una de ellas es la Virgen con niño conocida como Madonna Grandu- cordero. 1507. Madrid, Museo del Prado.
~ ': mayor dinamismo que la habitual distribución en pirámide que normalmente la primera villa suburbana que se levantó allí a imitación de las que rodeaban
\ .;: utilizaba Rafael en otros ejemplos del mismo tema. Con ellos tendría en común la ciudad en la época clásica. Al tratarse de una residencia de descanso, los
la utilización del paisaje y la naturalidad que reviste la relación entre las figu- temas representados estaban relacionados con el ocio y el placer. De forma
ras, que es un elemento que tradicionalmente se ha destacado como un rasgo particular, hay una focalización en el tratamiento mitológico del amor. Rafael,
propio del trabajo de Rafael. Esa desenvoltura es evidente en los lazos que con la ayuda de otros pintores como Sebastiano del Piombo, se encargó de uno
unen a las tres figuras humanas, y también es apreciable en el desenfado con de los ciclos más importantes: la historia de Galatea (1511). La escena central,
el que se entronca al niño y al cordero. Ambos están unidos en un juego que que ya comentamos al tratar las opiniones de Rafael sobre la belleza, es el
introduce un interesante elemento significativo ya que el animal es un símbo- Triunfo de Ca/atea (fig. 9.9). En ella hay una aplicación a otros temas yespa-
lo de la posterior pasión de ese Cristo niño. cios de los mismos modelos estéticos y culturales que Rafael estaba emplean-
do en las stanze: el dinamismo, las tensiones compositivas, el interés dramáti-
Como hemos comentado en un apartado anterior dedicado a las stanze del
co y la complejidad de las referencias iconográficas. Esta obra en concreto ha
Vaticano, hacia 1508, Rafael llegó a Roma, probablemente con la ayuda de
sido relacionada con un amplio abanico de referencias humanistas, que inclu-
Bramante, para trabajar en la remodelación del Vaticano y encargarse de la
ían las fuentes clásicas y la poesía coetánea a Rafael.
decoración de las pinturas de estas salas. De su amplia implicación en este pro-
yecto, tradicionalmente se ha interpretado que la claridad y el orden de las pin- Con frecuencia, la historiografía ha explicado a Rafael como una especie
turas de la Stanza della Segnatura ejemplifican el modelo arquetípico del Alto de síntesis o tercera vía entre Leonardo y Miguel Ángel, por medio de la cual
Renacimiento antes de las primeras rupturas que abrieron paso al Manieris- se cerraba el ciclo de la pintura del primer Renacimiento italiano. Como se ha
mo, y que pueden ya localizarse en las stanze más tardías. indicado, su pintura se convirtió rápidamente en el referente fundamental de
clasicismo para todos los pintores de Europa. Algunas de sus obras fueron gra-
De forma paralela a la realización de las decoraciones de las stanze del
Vaticano, Rafael y su taller colaboraron en la ornamentación de la Villa Far-
nesina, que como ya sabemos era un palacio del banquero Agostino Chigi. El
La pintura veneciana
Durante el siglo XVI en Venecia se desarrolló un modelo pictórico particu-
lar y reconocible en sí mismo como escuela distintiva. Los pintores venecia-
nos coincidieron en un interés común por el trabajo con la luz y el color para
la captación de verosimilitud, para la expresión anímica y para la narración de
historias . Por su parte, los escritores que les acompañaron enfatizaron estas
particularidades con el fin de subrayar la independencia de esta escuela como
un modelo clásico alternativo a Florencia y Roma.
Al igual que en el centro de la península, la revolución pictórica de Brune-
lleschi y Masaccio se extendió con rapidez en el norte de Italia modificando
Figura 9.11. Rafael, Transfiguración de Cristo (detalle). igualmente las prácticas de los pintores . En la zona del Véneto, donde el lega-
1518-1520. Roma, Pinacoteca Vaticana. do de Giotto era bastante visible, el interés por la determinación de los volú-
Otro miembro del entorno de Rafael que contribuyó a la formu lación La marcha de Leonardo, Miguel Ángel y Rafael dejó a Andrea del Sarta
del nuevo lenguaje pictórico fue Sebastiano del Piombo (1485-1547). Sien- (1486-1531) como la figura pictórica más relevante de Florencia. Su estilo
do un artista veneciano, pudo aportar a Roma las novedades en el uso del era una derivación de Rafael y Leonardo, con bastante interés por el color y
color que se estaban promoviendo en aquella ciudad. Rafael, con el que por la matización de las luces y sombras, pero sin ninguna ruptura frontal
colaboró en la Farnesina, y Miguel Ángel, con quien se sabe que intercam- con el clasicismo. Sin embargo, la generación siguiente sí aportó novedades
bió algunos dibujos, absorbieron algo de estos usos venecianos enrique- des'a rrollando las propuestas de los grandes maestros en una evolución que
ciendo sus colores. Por su parte, él adoptó los nuevos tipos físicos y una cier- corría prácticamente en paralelo a la que ellos mismos seguían. Jacopo Pon-
ta desmaterialización del espacio. Hoyes muy conocido por sus retratos, tormo (1494-1557), que había trabajado junto a Del Sarta, en torno a 1518
algunos de ellos tan sobresalientes como el del papa Clemente VII. estaba ya produciendo obras en las que el canon, el color y el tratamiento
Su pintura religiosa tuvo una influencia particularmente importante en del espacio no respondían a criterios objetivos sino expresivos. Hacia 1525,
España, donde sus composiciones piadosas de pequeño formato encontr~ su Descendimiento de Cristo de la iglesia de Santa Felicita mostraba unos
ron buena acogida. La concentración en las figuras y la capacidad expresI - co lores absolutamente irreales (además de potenciados para paliar la oscu-
va de estas figuras encajaron muy bien con los nuevos usos devocional~s ridad de la capilla), deformaciones evidentes del canon, una composición
de los años centrales del siglo. Gracias a Fr~ncisco de los Cobas, sec retaria absolutamente tensionada, y sobre todo la desmaterialización del espacio
de Carlos V, una Piedad de Pi ambo llegó a Ubeda en pleno siglo XVI. En esta (fig. 9.33). Pontormo no estaba interesado por la reproducción del aspecto
obra, como en su Flagelación ge San Pietro in Montorio, el pintor siguió que debió tener la escena. Más bien buscaba la creación de una imagen que
diseños facilitados por Miguel Angel (fig. 9.32). enunciara el concepto rel igioso. Curiosamente, para ello se ayudó en la
462 RENACIMIENTO
TEMA 9. LA NOCIÓN DE CLASICISMO Y SU RUPTURA 463
l. '
tiempo y se duda sobre el resto de las figuras, sugiriéndose la presencia por a la formación de la escuela de Fontainebleau intensificando la artificiosidad
~ '. , ejemplo del olvido o la chanza. Además del tema, la belleza de los perso- y la delicadeza de sus proporciones, como en la Ninfa del Louvre. También
" ,,.. najes, las sugerencias eróticas del tratamiento, y la propia modernidad de la creó para Francisco I su conocido salero que hoy está en Viena. La expe-
composición, que elimina el espac io a través de la acumulación de fig uras riencia de Cellini como orfebre fue decisiva para la creación de una de las
que se relacionan en tensión, convertían a esta obra en un objeto suscepti - obras que mejor definen el refinamiento del universo suntuario de las cor-
ble de aprecio. En este momento el estilo comenzaba a ser un valor en los tes del siglo XVI. De regreso a Italia fue, junto a Bronzino, el otro gran artis-
ambientes eruditos, y el divertimento cobraba mérito en el contexto de la ta de la corte de Cosimo 1. Sus memorias, en las que narra su vida en tono
cultura de la curiosidad cortesana. Como puede apreciarse, el fin expresivo aventurero (Gallucci, 2003), son una fuente extraordinaria sobre el arte y la
de la distorsión de las reglas no tenía por qué ser únicamente religioso .
También dentro de este mismo entorno de la corte, Bronzino es espe-
cialmente conocido hoy por los retratos que realizó, muchos de ellos a per-
sonajes del mismo círculo de los Medici . Aquí, las exigencias del género con-
ducían a una mayor fidelidad a la realidad visible, que había de man ifestarse
sobre todo en el rostro del retratado. Por más que este pudiera ser corregido
en sus imperfecciones, debía ser reconocible. Con todo, también se enc uen-
tran elementos de distorsión expresiva, como la desmaterialización del espa-
cio circundante, la potenciación de los valores escultóricos de las figuras, o
el uso subjetivo de los colores. A esto hay que añadir una insistenc ia natu-
ralmente cortesana en la enfatización de la distinción social a través de la
riqueza de los tejidos y las joyas. Esto puede verse en los diversos retratos
que realizó de la esposa de Cosme, Eleonora de Toledo, y sus hijos.
Otro pintor que trabajó en la corte ducal florentina fue Giorgio Vasari
(1511 -1574). Además de realizar retratos, Vasari dirigió va rios proyectos de
decoración mural en los palacios de los Medici, en los que se mantuvo den -
tro de unas formas absolutamente dependientes de las de su adm irado
Miguel Ángel. No obstante, su servicio a esta familia que probablemente ha
tenido mayores consecuencias fue la redacción de su colección de vi das de
artistas que hemos mencionado en abundantes ocasiones. Su extraord inaria
difusión dotaba legiti midad a una dinastía que no hacía mucho que hab ía
sido expulsada de la ciudad y debía su reposición a Carlos V. Vasari logr9 que
la recuperación del modelo clásico y el progreso artístico hasta Miguel Ange l
quedaran en la 'historia como un logro florentino alcanzado bajo el patro-
nazgo de los Medici .
El ambiente cortesano fue también un medio natural para los escu ltores
florentinos del Manierismo. El mismo refinamiento que hemos visto en la
pintura florentina tenía su paralelo en el trabajo de Benvenuto Cellini (1500-
1571). Su Perseo realizado para Cosme I de Medici trasladaba al bronce la
estilización expresiva del último Rafael y de Miguel Ángel (fig. 9.36) . Fue
situado además a pocos metros del David del segundo y se entendía que
funcionaba como complemento político de este y de la judith de Donatell o,
según los seguidores de los Medici, todos en alabanza de esta familia. Celli - Figura 9.36. Benvenuto Cellini, Figura 9.37 . Giambologna,
ni se trasladó a Francia en 1540 para colaborar en las empresas de Franci s- Perseo. 1545-1554. Florencia, Rapto de las Sabinas. 1582.
co 1, de la misma forma que Primaticcio y Rosso Fiorentino . Allí contri buyó Loggia dei Lanzi. Florencia, Loggia dei Lanzi.
482 RENACIMIENTO
TEMA JO. PRODUCCIÓN, ENCARGO Y CONSUMO 483
sus obras, para lo cual, decía, "me he esforzado en buscar su memoria, identi-
,; mitía muchos puntos de vista, lo que no era posible en la pintura, que debía ser
ficar sus patrias con gran diligencia, sus orígenes y sus obras, y con mucho
~ ': contemplada por el espectador desde uno solo.
", .'t. empeño he procurado sacar provecho de relatos de hombres ancianos". Divi-
Por su parte la arquitectura, por su utilidad para el hombre, fue consi~era dió la historia en tres edades, la infancia acabaría en el siglo XIV con Giotto,
da aparte por el mismo Varchi, como hará Vasari en su. prólogo a la.s Vld~s, y la segunda edad se correspondería con la época de Brunelleschi, Masaccio
publicado en 1550, poco después de la encuesta de Varchl. ~a relevancia socIal y Donatelllo, que representaban las tres artes y habían incorporado la "regla,
de la arquitectura también había sido señalada por AlbertI, y bastaba ~eer la orden, medida, diseño y maniera", para lo cual fueron imprescindibles la imi-
definición de arquitecto que dio Vitruvio, para comprender que la arqUItectu- tación de la naturaleza y el estudio de la antigüedad. Finalmente la tercera
ra quedara al margen de esos debates. También podría. explicar ~l proceso edad, la de la madurez, iniciada con Leonardo y Giorgione, para culminar con
seguido por muchos pintores y escultores, que acabaron siendo arqUI~ectos, en Miguel Ángel, es lo que se llama la terza maniera. Miguel Ángel superó a la
un ascenso intelectual, pero también de estatus social, que les permItía acce- naturaleza y a la antigüedad clásica "con las dotes de su divinísimo ingenio".
der a funciones en la sociedad vetadas a las artes mecánicas. Muchos de los Para Vasari el genio del artista se manifestaría en superar la antigüedad con
argumentos de este debate fueron recogidos por Vasari en el prefacio a sus obras en las que se imitaba la naturaleza, haciéndolo con "grazia", término que
Vidas. Al final , como leemos en Vasari, las tres eran hijas del Disegno, pero la se ha asociado al de "maniera" (en la vida de Leonardo habla de "grazia divi-
arquitectura era la primera por ser la más universal, necesaria y útil para los na"), y siempre valora la individualidad y el triunfo social (fig. 10.3).
hombres, y las otras dos la adornaban. ~ara Vasari los grandes artist,as domi-
naban todas, con el culmen en Miguel Angel. Así, el debate se cerro aparen-
temente en el gran foco artístico florentino, aunque no fuera igual en ot~os ~en
tros menores en Italia, o en países que estaban importando el modelo itahano
sobre una estructura gremial muy poderosa. Pero incluso en Florencia no .todos
estuvieron de acuerdo, y Cellini mostró su enfado cuando en las exeqUIas de
Miguel Ángel la escultura no fue considerada al mismo nivel que las o~ra~
artes, pese a que, como escribió en su respuesta a la encuesta de VarchI, ~i
Miguel Ángel era el mejor pintor de su tiempo, era "porque todo lo que reah-
za en pintura lo extrae de los estudiadísimos modelos realizados e!1 esc~ltura",
y para Cellíni la escultura era "madre de todas las artes donde mterVie?e el
diseño", porque el buen escultor podía ser fácilmente "buen perspectivo y
arquitecto, y mejor pintor", y la diferencia entre pintura y escultura "es l~ que
media entre la sombra y lo que produce la sombra". Y sin embargo, el mismo
hecho de mancharse con su trabajo, frente a la limpieza de la pintura, que podía IN $INO'" T !.:M PI t\OSTRI: OJ¡SCl\IT-
tt i nl ino u:lTo(C l na , dJCIORGIO VA. SARI
practicarse casi vestido de caballero, hizo que a los escultores les resultara más Pi~tore ArC'tino. C on vna fu a vrile
& nc:cdr.ui.l j!urodu"l.:z.ione
difícil conseguir que su arte fuera considerada liberal y no mecánica. "lcarrilora.
QQ
Figura 10.9. Luca della Robbia, Virgen Figura 10.10. Antonio Pollaiolo, Hércules
con niño, ca. 1450-55 . Florencia, Museo y la Hidra. 1460. Florencia, Galeria degli
Nazionale del Bargello. Uffizi.
496 RENAC~NTO
TEMA 10. PRODUCCIÓN, ENCARGO Y CONSIIMO 4Q7
Philibert de fOrme
pira en los apartamentos a la itali ana como los de .Poggio, a Cai~n? y, en
'f general Du Cerceau va toman?~ elemen~os de, l~ realidad mas prestl~losa de
Philibert de l'Orme (o Delorme) (ca . 1510/ 1514-1 570) es considerado el
. " s],J tiempo, que era la de la vIvienda anstocratlca .. I?e ese repert~n.o: cada
gran arquitecto que importó el clasicismo renacentista a la arquitectura fran -
quien que se quisiera construir una casa, en f~nclon de sus posibilidades
cesa. Escribió un tratado de arquitectura destinado a tener un gran éxito entre
tomaría uno u otro elemento (Boudon, 1988) (flg. 10.14).
los arquitectos franceses, pero también fuera de las fronteras. Aprendió los
principios de la nueva arquitectura en estampas y tratados, pero sobre todo
por su estancia en Roma y su visita a otras ciudades ital ianas entre 153 3 y
1536, Y supo compaginarlo con su formación en la construcción tardogóti-
ca. Hizo dibujos de las antigüedades que medía, que muchos años después
utilizará en su tratado, y fue uno de los muchos que comprobó que las rui -
nas no reflejaban el modelo vitruviano, que, por otro lado, recordemos que
era un texto de difícil interpretación . En Roma estuvo en contacto con otros
protagonistas del Renacimiento francés, como el cardenal Du Bellay y su
secretario Fran<;ois Rabelais. Fue un apasionado estudioso de la antigüedad,
y apren~ ió de los grandes arquitectos como Bramante, Rafael, y sobre todo
Miguel Angel, a quien admiró por la libertad y la capacidad de invención.
En la obra de Philibert de l'Orme se da la confluencia entre una prepa-
rac ión teórica que le hizo estudiar la antigüedad y conocer a Aristóteles,
Platón o Plinio, a quienes cita en sus escritos, y el saber constructivo de un
cantero que es en lo que se había formado en Lyon, donde también trabajó
como ingeniero de fortificación. Esto último le llevaría a ser nombrado en
1545 por Francisco I inspector de fortificaciones de las costas de Bretaña.
Con todos estos precedentes en su formación, se entiende bien que fuera
Figura 10.14. Jacques Androuet Du Cerceau. Pr?yecto de casa.
1559. Biblioteca Nacional de FranCIa. uno de los muchos que opinaba que tanto la teoría como la práctica debían
ser dominadas por el arquitecto.
Fue quien llevó a cabo los proyectos del rey Enrique 11 (reinó entre 1547
Destinado por tanto a servir para cualquiera que pensara en edificar ~ na y 1559) como arquitecto de la corte, así que su influencia en otros centros
casa, propone distintos tamaños, desde casas de una sola planta, pequenas, artísticos que miraban hacia París, fue grande. A la muerte del rey tuvo un
pensadas para un burgués, hasta grandes c~sas para la nobleza, que se sue- tiempo de alejamiento del poder, lo que aprovechó para escribir sus dos tra-
len organizar siguiendo el modelo de Serllo para el Grand Ferrare, con un a
tados . En 1561, las Nouvelles inventions pour bien batir et petits frais , que
edificio central, el corps-de-Iogis, con dos pabellones a los lados, que se estarían en la bibl ioteca de Juan de Herrera, en las que presenta sus inven-
cierran con un muro con galerías. Se crean así unas viviend.as urba~ as cerra- ciones de bóvedas y cubiertas, y el Premier tome de l'Architecture en 1567,
das a la vida de la calle, pero a la vez abiertas al gran patio extenor._ No se que tuvo mayor difusión, porque l/traducía" al francés los tratados que ya
conservan muchas viviendas urbanas del siglo XVI, pero, como ha sen alado circulaban por Europa difundiendo los principios del clasicismo, Vitruvio,
Blunt (1953), la casa del duque de Nevers debió ser una de las que tuvo esas Alberti, Serlio, pero también integraba en ese discurso de la nueva arqui-
características. tectura el respeto por la propia tradición arquitectónica francesa, lo que le
llevaría incluso a proponer un nuevo orden, que se añadiría a los clásicos,
Du Cerceau publicó otra obra que no podemos dejar de s~ñala~,yorqu e
supone de nuevo (como el orden francés de De ,I'Orme) una aflrmaclon nota- el l/orden francés". Escribía que en eso se sentía continuador de aquellos
ble de orgullo nacional. Se trata de los dos volumenes de Les p lus ~xcellen ts arquitectos antiguos que inventaron los órdenes, los de Doria el dórico, los
de Jonia el jónico ... lo mismo que había hecho él con las columnas france-
bastiments de France, que publi có entre 1576 y 1579. Pese a q~e Incluyera
invenciones, nos permiten conocer el Renacimiento arquitectón ico en Fran- sas. Las describe así: como no disponía de columnas monolíticas l/las mandé
cia, muchas de cuyas obras desaparecieron o fueron transformadas. (ACM ) hacer de cuatro o cinco piezas, con bellos ornamentos y molduras que ocul-
Figura 10.24. Fachada del Hospital de San Marcos de León. 1533-1541. Figura 10.25. Hospital de San Juan Bautista de Afuera o Tavera. 1541-1625. Toledo.
'. ·'GD.EVARA, E : Comentario de la pintura y pintores antiguos. Madrid, Akal, ALCALÁ, L. E. , ed. (2002): Fundaciones jesuíticas en Iberoamérica . Madrid,
2016 (manuscrito original de hacia 1560). Ediciones El Viso.
HOLANDA, E de: De la pintura antigua y Diálogo de la pintura. Madrid, ALONSO, B., DE CARLOS, Mª. e., PEREDA, E (2005): Patronos y colec-
Visor, 2003 (sobre la versión castellana de Manuel Denis de 1563). cionistas. Los condestables de Castilla y el arte. Valladolid, Universidad
de Valladolid.
KLEIN, R. Y ZERNER, H., eds. (1996): Italian art, 1500-1600: sources and
documents . Englewood Cliffs, New Jersey. ALONSO RUIZ, B. Ed. (2011): La arquitectura tardogótica castellana entre
Europa y América. Madrid, Sílex.
PACIOLI, L.: La Divina Proporción. Madrid, Akal, 1991 (finalizado en 1497
y primera edición italiana en 1509). ALONSO RUIZ, B., RODRÍGUEZ ESTÉVEZ, J .e., coords. (2016): 1514
Arquitectos tardogóticos en la encrucijada. Sevilla, Editorial Universi-
PALLADIO, A.: Las antigüedades de Roma. Madrd, Akal, 2008 (primera edi-
dad de Sevilla.
ción italiana de 1554).
ÁLVARO ZAMORA, M.I., IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, J. CRIADO MAINAR,
PALLADIO, A. : Los cuatro libros de arquitectura. Madrid, Akal, 2015 (pri- J. coords. (2012): La arquitectura jesuítica. Actas del Simposio inter-
mera edición italiana de 1570). nacional. Zaragoza, Institución Fernando el Católico.
PINO, P.: El diálogo de la pintura. Kraft, 1968 (primera edición italiana de ÁLVARO ZAMORA, M.I., IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, J., coords. (2014): La
1548). Compañía de Jesús y las artes. Nuevas perspectivas de investigación.
SERLIO, S.: Tercero y cuarto libro de arquitectura. Ed. facsímil de la traduc- Zaragoza, Universidad de Zaragoza.
ción de E Villalpando de Toledo en 1552. Valencia, Albatros, 1977. ÁLVAREZ LOPERA, J., ed. (1999): Catálogo de la exposición El Greco. Iden -
SIGÜENZA, J. de: Fundación del Monasterio de El Escorial. Madrid, Agui- tidad y transformación. Creta, Italia, España. Madrid, Fundación Colec-
lar, 1963 (primera edición dentro de su Historia de la Orden de San Jeró - ción Thyssen-Bornemisza.
nimo en 1595-1605). ÁLVAREZ LOPERA, 1. (1987): De Ceán a Cossío: la fortuna crítica de El
VAN MANDER, K. : Vidas de pintores flamencos. Madrid, Casimiro, 2012 Greco en el siglo XIX. Madrid, Fundación Universitaria Española.
(primera edición flamenca de 1604). ÁLVAREZ LOPERA, 1. (2005) : El Greco. Estudio y catálogo. Madrid, Fun-
VASARI, G.: Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y esculto- dación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico.
res italianos desde Cimabue hasta nuestros días. Madrid, Cátedra, 2002 AMES -LEWIS, E y ROGERS, M., eds. (1998): Concepts of Beauty in
(ediciones originales italianas en 1550 y 1568). Renaissance Art. Aldershot, Ashgate.
VIGNOLA, G. B. : Regla de los cinco órdenes de architectura. Murcia, Cole- AMPLIATO BRIONES, A. L. (1996): Muro, orden y espacio en la arquitec-
gio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, 1996 (primera edi- tura del Renacimiento andaluz. Teoría y práctica en la obra de D. Siloe,
ción italiana de 1562). A. Vandelvira y H. Ruiz. Sevilla, Universidad de Sevilla.
VITRUVIO POLION, M. L. : Los Diez Libros de Arquitectura. Madrid, Alian- ANTAL, E (1989): El mundo florentino y su ambiente social: la república
za Editorial, 1995. burguesa anterior a Cosme de Medicis, siglos XIV-XV Madrid, Alianza.
ANTAL, F. (1988) : Rafael entre el clasicismo y el manierismo. Madrid, Visor.
ARGAN, G.e. (1981), Brunelleschi. Madrid, Xarait.
Bibliografía
ARGAN, G. e. (1987) : Renacimiento y Barroco. Madrid, Akal.
AJMAR-WOLLHEIM, M., DENNIS, E, eds. (2006): At home in Renaissance ARIAS DE COSSÍO, A. M. (2009): El Arte del Renacimiento español. Madrid,
Italy . London, Victoria and Albert Museum. Encuentro.
GERAD, V. (1984): De castillo a palacio. El Alcázar de Madrid en el siglo HARBISON, C. (1995): The mirror ofthe artist. Northern Renaissance Art in
XVI. Madrid. its historical contexto Londres, Calmann and King.
GIAMPAOLO, M. de (1993): Los frescos italianos de El Escorial. Madrid, HASKELL, F. y PENNY, N. (1995): El gusto y el arte de la Antigüedad. El
Electa. atractivo de la escultura clásica (1500 -1900) . Madrid, Alianza.
GOFFEN, R. (1991): Devozione e Comittenza. Bellini, Tiziano e i Frari. Vene- HAUSER, A. (1971): El Manierismo, crisis del Renacimiento. Madrid,
cia, Marsilio. Guadanama.
GOLDSTEIN, C. (2013): Pieter Bruegel and the Culture ofthe Early Modern HELMSTUTLER DI DIO, K. (2011): Leone Leoni and the status ofthe artist
Dinner Party, Farnham, Ashgate. at the end ofthe Renaissance, Farnham, Ashgate.
GOLDTHWAITE, R. A. (1993) : Wealth and the demand for Art in Italy HENDRIX, J. S. y Carrnan, C. H., eds. (2010): Renaissance Theories ofVision,
1300-1600. Baltimore, The Johns Hopkins University Press. Farnham, Ashgate.
GOMBRICH, E. H. (2000) : El legado de Apeles. Estudios sobre el arte del HENRY, T. Y JOANNIDES, P. (2013): El Último Rafael. Madrid, Museo del
Renacimiento 3 . Madrid, Debate. Prado.
GOMBRICH, E. H. (2000): Imágenes simbólicas. Estudios sobre el arte del HERNANDO SÁNCHEZ, C. J.(2007): "Corte ciudad en Nápoles en el siglo
Renacimiento 2. Madrid, Debate. XVI. La construcción de una capital vineinal". En F. CANTÚ ed. Las
cortes virreina les de la Monarquía española : América e Italia. Roma,
GOMBRICH, E. H. (2000): Norma y forma. Estudios sobre el arte del Rena- Viella, pp. 337-424.
cimiento l . Madrid, Debate.
HERNANDO SÁNCHEZ, C. J. (2013): "La cultura de la villa entre Nápoles
GOMBRICH, E. (2000): Nuevas visiones de viejos maestros. Estudios sobre y España: los jardines de los Toledo en el siglo XVI" . En VVAA, Dimo-
el arte del Renacimiento, 4. Madrid, Debate. re signorili a Napoli. Palazzo Zevallos Stigliano e il mecenatismo aris-
GÓMEZ MORENO, M. (1983): Las águilas del Renacimiento español. tocrático dal XVI al XX secolo. Nápoles, Intesa Sanpaolo.
Madrid, Xarait (primera edición de 1941). HILLS, P. (1996): La luz en la pintura de los primitivos italianos. Madrid,
GUÉ TRAPIER, E. du (1953): Luis de Morales and leonardesque influences Akal.
in Spain. Nueva York. HOAG. J. D. (1985): Rodrigo Gil de Hontañón. Gótico y Renacimiento en la
GUIDONI, E., MARINO, A. (1982): Storia dell'urbanistica. Il Cinquecento. arquitectura española del siglo XVI. Bilbao, Xarait.
Roma-Bari, Laterza. HOLLINGSWORTH, M. (2002): El patronazgo artístico en la Italia del Rena-
GUIDONI, E. , CASAMENTO, A. , eds. (1999), L' urbanistica del Cinquecento cimiento: de 1400 a principios del siglo XVI. Madrid, Akal.
in Sicilia. Roma, Edizioni Kappa. HOLLSTEIN, F. W. H. (1949): Dutch andflemish etchings engravings and
GUILLAUME, J. ed. (1988): Les traités d' architecture de la Renaissance. woodcuts ca. 1450-1700. Amsterdam, Menno Hertzberger.
París, Picardo HOLMES, M. (2013) : The Miraculous Image in Renaissance Florence. New
Haven, Yale University Press.
GUILLAUME, J. , ed. (1994): L' Église dans l' architecture de la Renaissance.
Tours, Centre d 'Érudes superieures de la Renaissance. HOPE, C. (1980): Titian. Londres, Jupiter Books.
HALE, J. R. (1990): Artists and Waljare in the Renaissance. New Haven & HOWARD, P. (2012): Creating Magnificence in Renaissance Florence. Toron-
London, Yale University Press . to, CRRS .
HALL, M. (1999): After Raphael. Painting in Central Ita/y in the Sixteenth IBÁÑEZ, P. M. (1999): Fernando Yáñez de la Almedina (la incógnita Yáñez).
Century. Nueva York, Cambridge University Press. Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha.
KATZEW, 1., ed. (2012): Miradas comparadas en los Virreinatos de América. LEE, R. W. (1982): Ut pictura poesis. La teoría humanista de la pintura.
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, y Los Ángeles, Madrid, Cátedra.
Los Angeles County Museum of Art. LEWINW, C. F. (1993): The Sistine Chapel Walls and the Roman Liturgy, Uni-
KAVALER, E. M. (1999): Pieter Bruegel: parables of order and enterprise. versity Park, The Pennsylvania State University Press.
Cambridge, Cambridge University Press. LIEBENWEIN, W. (1992): Studiolo. Storia e tipología di uno spazio cultura-
le. Módena, Franco Cosimo Panini.
KEMP, M. (1997): Behind the Picture. Art and Evidence in the Italian Ren-
aissance. New Haven, Yale University Press. LINDOW, J. (2007): The Renaissance Palace in Florence Magnificence and
Splendour in Fifteenth-Century Italy. Aldershot, Ashgate.
KEMP. M. (1981/2006): Leonardo da Vinci. The Marvellous Works of Nature
and Man, Oxford, Oxford University Press. LLEÓ, V. (1998): La Casa de Pilatos. Madrid, Electa.
KEMPERS, B. (1987): Painting, Power and Patronage. The rise of the pro- LLEÓ, V. (2012): Nueva Roma. Mitología y humanismo en el Renacimiento
fessional artist in the Italian Renaissance. Londres, Penguin Book. sevillano. Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica.
KENT, D. W. (2000): Cosimo de' Medió and the Florentine Renaissance. New LÓPEZ RÍOS, S. (2006): "El hombre salvaje entre la Edad Media y el Rena-
cimiento: leyenda oral, iconográfica y literaria". Cuadernos del CEMyR,
Haven and London, Yale University Press.
14, diciembre 2006, pp. 233-249.
KENT, F. W. y SIMONS, P. (1987): Patronage, art and society in Renaissance
LÓPE~ TORRIJOS, R. (2009): Entre España y Génova. El palacio de Don
Italy. Nueva York, Oxford University Press. Alvaro de Bazán en el Viso. Madrid, Ministerio de Defensa.
KERRIGAN, W. y BRADEN, G. (1989): The Idea ofthe Renaissance. Balti- LOZANO BARTOLOZZI, M. M. (2011): Historia del urbanismo en España .
more, Johns Hopkins University Press. Siglos XVI, XV1I y XV1I1 . Madrid, Cátedra.
KLEIN, R.: Form and meaning. Essays on the Renaissance and Modern Art. LUBER, F. C. (2001): Albrecht Dürer and the Venetian Renaissance. Cam-
Nueva York, The Viking Press, 1979. bridge, Cambridge University Press.
KLIBANSKY, R. PANOFKSY, E. y SAXL, F. (1991): Saturno y la melanco- MANN, R. (1994): El Greco y sus patronos. Tres grandes proyectos. Madrid,
[fa. Madrid, Alianza. Akal.
MARÍAS, F. (1990): La difusión del Renacimiento. Madrid, Anaya. MORALES, A. J. (1996): Hernán Ruiz "El Joven". Madrid, Akal.
MARÍAS, F. (1992): El siglo XVI. Gótico y Renacimiento . Madrid, Sílex. MORÁN TURINA, M. (2010): La memoria de las piedras . Anticuarios,
arqueólogos y coleccionistas en la España de los Austrias. Madrid, Cen-
MARÍAS, F. (1992): El Greco y el arte de su tiempo. Las notas de El Greco a tro de Estudios de Europa Hispánica.
Vasari. Madrid, Real Fundación de Toledo.
MORÁN TURINA, M., CHECA CREMADES, F. (1986): Las Casas del Rey.
MARÍAS, F. (1995): "Las iglesias de planta central en España". En J. GUI- Casas de Campo, Cazaderos y Jardines. Siglos XVI y XVII. Madrid, El
LLAUME, ed., Léglise dans l' architecture de la Renaissance. París, Viso.
Picard, pp. 133-160MARÍAS, F. (1990): "A propósito del Manierismo
MORÁN, M. y CHECA, F. (1985): El colecclonismo en España . De la cáma-
y el arte español del XVI", en J. Shearman, Manierismo, Bilbao, Xarait.
ra de maravillas a la galería de pinturas. Madrid, Cátedra.
MARÍAS, F. (1996): Teoría del Arte Il. Madrid, Historia 16.
MOROLLI, G., ACIDINI LUCHINAT, c., MARCHETTI, L. (eds .) (1992):
MARÍAS, F. (1997): El Greco, biografía de un pintor "extravagante" . Madrid, Catálogo de la exposición L' architettura di Lorenzo il Magnifico. Firen-
Nerea. ze, Silvana Editoriale.
MARÍAS, F. (2014): El Griego de Toledo. Madrid, El Viso. MULCAHY, R. (1999): Juan Fernández de NaVaJTete el Mudo, pintor de Feli-
MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, P. (1990): Ídolos e imágenes. La contro- pe Il. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Cente-
versia del arte religioso en e! siglo XVI español. Valladolid, Universidad narios de Felipe II y Carlos V.
de Valladolid. MÜLLER PROFUMO, L. (1985): El ornamento icónico y la arquitectura
MARTÍNEZ MONTERO, J. (2014): "Génesis y evolución tipológica de la 1400-1600. Madrid, Cátedra.
escalera en la arquitectura del Renacimiento en España". Ars Bilduma, MURRAY, P. (1972): Arquitectura del Renacimiento. Madrid, Aguilar.
REDONDO CANTERA, M. J. (1987): El sepulcro en España en el siglo XVI. RUSSO, A., WOLF, G. y FANE, D. (2015): Images Take Flight. Feather Art
Madrid, Ministerio de Cultura. in Mexico and Europe 1400-1700. The University of Chicago Press-
Hirmer Publishers.
REISS, S. E. y WILKINS, D. G. (2001): Beyond Isabella. Secular women
patrons of art in Renaissance Italy. Kirksville, Missouri, Truman State SCHLOSSER, J. Von (1986): La literatura artística. Manual de fuentes de la
University Press. historia moderna del arte. Madrid, Cátedra.
RENSSELAER, W. L. (1982): Ut pictura poesis: la teoría humanística de la SCHLOSSER, J. Von (1988): Las cámaras artísticas y maravillosas del Rena-
pintura. Madrid, Cátedra. cimiento tardío . Una contribución a la historia del coleccionismo.
RICHARDSON, C. M., WOODS, K. W. y FRANKLIN, M. W. , eds. (2007): Madrid, Cátedra.
Renaissance Art reconsidered. Oxford, Blackwell Publications. SEBASTIÁN, S., GARCÍA GAINZA, C. y BUENDÍA, R. (1980): Historia del
RICHARDSON, T. (2011): Pieter Bruegel the Elder: Art Discourse in the Six- Arte Hispánico IJI. El Renacimiento. Madrid, Alhambra.
teenth-Century Netherlands. Aldershot, Ashgate. SEBASTIAN, S. (1978): Arte y Humanismo. Madrid, Cátedra.
RIVERA BLANCO, J. (1984): Juan Bautista de Toledo y Felipe JI. La implan- SERRA DESFILIS, A. (2006): "El Colegio de España en Bolonia y la arqui-
tación del clasicismo en España. Valladolid, Universidad de Valladolid. tectura universitaria del primer Renacimiento en Italia y España" . En J.
RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS , A. (1991): "Liturgia y configuración del L. COLOMER y A. SERRA DESFILIS, eds. España y Bolonia. Siete
espacio en la arquitectura española y portuguesa a raíz del Concilio de siglos de relaciones artísticas y culturales. Madrid, Centro de Estudios
Trento". Anuario del Departamento de Teoría e Historia del Arte, UAM, de Europa Hispánica, pp. 17-30.
vol. VIII, pp. 43-52. SERRAO, V. (2002): O Renascimento e o Maneirismo. História da Arte em
RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A. (2002): La arquitectura de los jesuitas. Portugal. Lisboa, Presen<;a.
Madrid, Edilupa. SERRERA, J. M. (1990): Catálogo de la exposición Alonso Sánchez C oello y
RODRÍGUEZ ORTEGA, N. Y TAÍN GUZMÁN, M. eds. (2015): Teoría y lite- el retrato en la corte de Felipe JI. Madrid, Museo del Prado.
ratura artística en España. Madrid, Real Academia de Bellas Artes de
SEZNEC, J. (1983): Los dioses de la antigüedad en la Edad Media y el Rena-
San Fernando.
cimiento. Madrid, Taurus.
ROGERS, M., ed. (2000) : Fashioning identities in Renaissance Art. Aldershot,
SHEARMAN, J. (1984): Manierismo. Bilbao, Xarait.
Ashgate.
ROSENTHAL, E.E. (1958): "The Image of Roman Architecture in Renais- SHEARMAN, J. (1992): Only Connect . . . Art and the Spectator in the Italian
sance Spain". Gazette des Beau.,y -Arts, 52, pp. 329-346. Renaissance. Princeton, Princeton University Press.
ROSENTHAL, E. E. (1988): El palacio de Carlos Ven Granada. Madrid, SHRIMPLIN, V. (2000): Sun Symbolism and Cosmology in Michelangelo' s
Alianza (primera ed. de 1985). "Last Judgment". Kirksville, Missouri, Truman State University Press.
ROSENTHAL, E.E. (1990): La catedral de Granada. Un estudio sobre el SILVA, P. (1998): Pedro Berruguete. Valladolid, Junta de Castilla y León.
Renacimiento español. Granada, Alianza (primera ed. de 1961). SILVA, P., ed. (2016): Catálogo de la exposición El Bosco. Madrid, Museo del
ROWSE, A. L. (1972): The Elizabethan Renaissance. The cultural achieve- Prado.
mento Chicago, Ivan R. Dee. sUÁREz QUEVEDO, D. (1989): Renacimiento y Manierismo en Europa.
RUBIN, P. (1995): Vasari : Art and History. New Haven, Yale University Press. Madrid, Historia 16.
RUIZ SOUZA, J. C. (2014): "Las telas ricas en la arquitectura. La permanen- SULLIVAN, M. (1994): Bruegel' s Peasants: Art andAudience in the Northern
cia de lo efímero". Anales de Historia del Arte, 24, pp. 497-516. Renaissance. Nueva York, Cambridge University Press.
536 RENACIMIENTO