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PEC2 Solucionario

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SOLUCIONARIO PEC2.

“OIGO COLORES”

1. a)
La audición es uno de los sistemas sensoriales más importantes que permiten a los seres
humanos interaccionar con el medio. Si tenemos en cuenta que el umbral es el punto a
partir del cual una persona empieza a ser consciente de una sensación, podemos definir el
umbral auditivo o de audición como la intensidad mínima de sonido que necesita una
persona para empezar a oír (Gómez, 2020).
Lo que parece estar ocurriendo en La Marina es que o bien las personas residentes
muestran distintos umbrales auditivos o bien tienen distintos niveles de sensibilidad, por lo
que las mismas intensidades de sonido son percibidas de forma diferente por cada persona.
Para mejorar la situación, una alternativa sería adecuar el nivel de intensidad acústica de
cada una de las salas y derivar a cada residente a la sala donde se ubique su umbral de
confort, dentro del cual cada persona tendría la sensación más cómoda y agradable de
estimulación sonora. Así, teniendo en cuenta la curva de sonoridad humana, y una
presentación de sonidos con una frecuencia media, una posible distribución sería la
siguiente:
- En la sala Aire, se realizarían estimulaciones auditivas con un nivel de intensidad bajo,
para los residentes que tengan un bajo umbral auditivo o hipersensibilidad, donde los
niveles normales del estímulo auditivo son percibidos de forma intensa (Campos et al.,
2020). En esta sala se utilizarían estímulos auditivos con una intensidad entre 5 y 40
dB aproximadamente y se derivarían a los residentes que manifiestan encontrar
molestos los niveles de ruido medios. La televisión estaría bloqueada a un nivel de
volumen mínimo, se le pediría al personal que no gritase ni levantase la voz, que no
utilizara instrumentos ni artefactos ruidosos, etc.
- En la sala Brisa, se realizarían estimulaciones auditivas con un nivel de intensidad
medio, donde el umbral de confort auditivo de los residentes se situaría entre los 40 y
70 dB aproximadamente. Esta sala no necesitaría un acondicionamiento ni una
adaptación de las actividades. Se mantendrían las actividades habituales.
- En la sala Costa, se realizarían estimulaciones auditivas con un nivel de intensidad
alto, para los residentes con un umbral auditivo alto o hiposensibilidad, pues muestran
una falta de reacción ante un estímulo sonoro y necesitan niveles de intensidad más
altos que la media. En esta sala la intensidad de los sonidos se situaría en torno a 70 y
100 dB y se derivarían a los residentes que manifiestan disfrutar de la música y ruido
intensos. Las personas residentes disfrutarían de la música y de la televisión con un
volumen alto, de poder manipular instrumentos y artefactos ruidosos, se le pediría al
personal que se dirigiera a los residentes en un tono alto y animado, etc.
En la sala Costa habría que tener en cuenta que, aunque exista una hiposensibilidad
auditiva y se necesite más intensidad de la habitual para que los residentes perciban
determinados sonidos, en esta sala no se deberá exceder la intensidad máxima que es
capaz de soportar el oído, a partir de la cual el sonido produce sensación de dolor. Para el
oído humano, este umbral está en torno a 110-130 dB (Gómez, 2020).
Mediante esta forma de control estimular se evitarían muchos de los problemas de conducta
que se describen, ya que estos probablemente aparecen como respuesta a una mala
adaptación de las demandas del ambiente (por ejemplo, respuestas defensivas o muy
intensas, si algunas personas residentes tienen hipersensibilidad auditiva o respuestas de
inhibición y aislamiento si tienen hiposensibilidad).

1
1. b)
El método de elección es el método de ajuste. Se podría utilizar el método de los límites,
pero al presentar series ascendentes y descendentes de forma alterna, corremos el riesgo
de que las series descendentes en sus intensidades más altas nos generen reacciones de
defensa y evitación en un gran número de sujetos. En el método de los estímulos
constantes, la presentación de diferentes intensidades se realiza de forma aleatoria y sería
muy difícil discriminar este tipo de respuestas cuando los estímulos no tienen una intensidad
creciente o decreciente, además generaría conductas no deseadas en un alto número de
sujetos.
Para medir, por tanto, el umbral absoluto de audición, se utilizaría el método de medición de
ajuste (Muñoz, 2020). Los sujetos irían modificando la intensidad de un estímulo sonoro,
hasta que indicaran que lo perciben o manifestaran conductas de evitación y/o defensa.
Esta intensidad, fijada por el sujeto, se registraría y la prueba se repetiría a lo largo de
varias series. Al final, el umbral absoluto del sujeto sería la media de intensidad de todos
los ensayos.
Aunque este método es menos preciso que el método de los límites, es preferible su
utilización porque de esta forma nunca se presentaría una intensidad auditiva que pudiera
resultar molesta al residente. Por el mismo motivo, aplicaría este método en series de
intensidad siempre ascendentes. Como posible problema tiene que muchos de los sujetos
probablemente no entenderían las instrucciones o no podrían colaborar con la ejecución de
la prueba. En este caso debería ser el experimentador/a la persona que fuera ajustando las
intensidades y observar la respuesta del sujeto. El ajuste pararía cuando se puedan
observar conductas defensivas o de evitación ante una intensidad concreta del estímulo.
Ejemplo:
A un residente se le ofrece un mp3 y, a través de unos auriculares, se reproduce un tono
siempre de la misma frecuencia, que va aumentando en intensidad. El experimentador
podría desde una intensidad inicial de 5 dB ir aumentando la intensidad, hasta que el propio
residente considere que la intensidad ya es percibida o manifieste conductas de defensa y/o
evitación y se anotan los dB de su respuesta. Esto se repite por 5 series y, al final de las
series, su umbral absoluto será la media de intensidad de las 5 series.
Si su umbral absoluto es de intensidades bajas, por ejemplo, 20 dB, me estaría indicando
que probablemente esta persona tiene una sensibilidad mayor ante los sonidos y, quizá,
niveles de intensidad considerados medios puedan resultarle molestos, así que sería
derivado a la sala Aire. Si, por el contrario, el umbral absoluto del sujeto hubiera sido de 90
dB, me estaría indicando que necesita intensidades de sonido mayores para reaccionar y
que, probablemente, al tener un umbral absoluto más alto puede aguantar estimulación
sonora de mayor intensidad, por lo que lo derivaría a la sala Costa.
Respecto a las características de los estímulos, tendremos que tener en cuenta la
frecuencia del sonido. Aunque la intensidad del estímulo es la dimensión física más
determinante para la sonoridad (atributo que permite ordenar la percepción de los sonidos
de más fuertes a más débiles), la frecuencia también puede modificarla, pese a que la
intensidad del estímulo sea la misma (Gómez, 2020). Por tanto, mantendremos frecuencias
medias (por ejemplo, 500 Hz) y solo modificaremos la intensidad del sonido.
A la hora de presentar los estímulos, realizaría la presentación de estímulos en series de
intensidad siempre ascendentes. De este modo nos aseguramos de que ninguna intensidad
pueda resultar extremadamente molesta o desagradable a ningún residente.

2
2. a)
La corteza somatosensorial procesa las señales que llegan de las fibras nerviosas de los
receptores cutáneos. Una característica de la corteza somatosensorial es que existen
“mapas del cuerpo”. Así, cada parte del cuerpo está representada en la corteza. En esta
representación, llamada “homúnculo”, se aprecia que existen áreas de la piel con
representaciones significativamente más grandes que otras. Esto ocurre con el área de las
manos y la cara. Al tener mayor representación en el córtex, son zonas que permiten una
percepción mayor de los detalles y, por tanto, son más sensibles al contacto físico (Díaz,
2020).
Ramón parece mostrar un umbral más bajo de percepción táctil, ya que la presión de
estímulos que, por lo general no producirían una respuesta, como el roce de la ropa con el
cuerpo, le resultan molestos, debido a que perciben un exceso de estimulación. Esto
también explica que responda de forma más agresiva al contacto de la cara y las manos,
pues ya de por sí son las zonas de la piel más sensibles al tacto.
Por otro lado, la explicación de las distintas respuestas de Ramón ante diferente
estimulación táctil se debe a la acción de los mecanorreceptores. Los mecanorreceptores
son receptores que responden a la estimulación mecánica de la piel, como la presión o la
vibración (Díaz, 2020). Estos se pueden localizar en la epidermis (capa más exterior de la
piel) y en la dermis (capa más profunda) y se ha demostrado que cada tipo de
mecanorreceptor responde mejor a un rango específico de frecuencias de estimulación. De
este modo, los llamados receptores de Merkel responden ante frecuencias bajas (como un
empuje lento) y activarían la percepción de la presión (como los masajes que aplica el
fisioterapeuta). Los corpúsculos de Pacini se localizan en áreas más profundas de la piel,
responden a las frecuencias altas y responden como ráfagas de “disparos” al iniciarse el
estímulo (como pequeñas vibraciones que se producen en la piel al acariciarla).
Dado que cada mecanorreceptor se especializa en responder a diferentes tipos de
estimulación, la respuesta de Ramón, aunque pueda resultar extraña, es normal, ya que lo
que está ocurriendo es que se activan distintos receptores somáticos en la piel
especializados en distintas percepciones táctiles (Díaz, 2020).
2. b)
La piel está compuesta por numerosas terminaciones nerviosas libres que captan la
estimulación que se produce sobre la misma. Los receptores que se encargan de responder
a cambios de temperatura se denominan termorreceptores. En concreto, las fibras calientes
son receptores que se activan cuando la temperatura aumenta. La sensación térmica viene
dada por el contacto con objetos que tienen temperaturas diferentes a las de la piel y los
nervios sensoriales contienen fibras que alteran su tasa de descarga sólo si se produce un
cambio de temperatura intenso. Lo que ha pasado en este caso ha sido una adaptación
sensorial. Al apoyarse Ramón en el radiador se produce un cambio no muy intenso de
temperatura. Este cambio inicial, al no ser muy brusco y permanecer la temperatura
constante, produce una adaptación por parte de los receptores. De este modo, la
temperatura del radiador, prolongada en el tiempo, ha llegado a producir una quemadura sin
que se haya tenido una respuesta de dolor.
Además, si atendemos a la zona afectada, la espalda no tiene tantos receptores, debido a
que el área de la corteza somatosensorial tiene una representación menor que otras partes
(Díaz, 2020). Esto se traducirá en que Ramón no ha percibido un cambio tan brusco en la
temperatura que habría percibido si se hubiera, por ejemplo, apoyado la mejilla.
El alumno/a podría incluir información sobre el papel de los nociceptores y variables
cognitivas mediadoras en la percepción del dolor, así como información sobre las
alteraciones en la percepción del dolor en personas con autismo y otros trastornos del
neurodesarrollo.

3
3. a)
Según Goldstein (2006), un sabor surge de la estimulación de los receptores de la lengua y
el olfato. La rinofaringe conecta las cavidades nasal y oral. Las moléculas odoríferas de los
alimentos en la cavidad oral y la faringe viajan por la rinofaringe hasta la mucosa olfativa. Es
bien conocido que preferimos ingerir una comida que nos resulte “sabrosa”. Es decir, que
nos produzca una combinación de gusto y olfato agradable, donde se junten varios
estímulos olfativos o experiencias gustativas que activen distintos receptores de la lengua.
El sabor placentero de un alimento disminuye conforme se ingiere más cantidad de este
alimento, pues se produce una adaptación de los receptores del gusto y del olfato. Por
tanto, se ha producido en las personas residentes un efecto de “aliestesia”, ya que no les
resulta estimulante la comida o “apetecible”. También se ha producido una saciedad
sensorial específica, al comer siempre un alimento con un mismo olor, sabor, textura y color.
Por tanto, podemos implicar distintos sentidos como recomendación para evitar la saciedad
sensorial específica, cambiando la forma en que se presenta la comida y haciéndola
novedosa para los residentes. Por ejemplo, estimulando la vista, añadiendo colorante a los
alimentos o cambiando la textura, haciendo el triturado más esponjoso o dotándolo de
formas diferentes a través del uso de moldes que simulan diferentes formas de alimentos.
Además, las emociones también se vinculan a los sentidos, nuestras vivencias, experiencias
y conocimientos completan el proceso perceptivo y hacen que podamos recordar,
sensaciones, sabores y olores pasados. Por tanto, se podría añadir estimulación auditiva
durante las comidas para favorecer este proceso emocional y aumentar la agradabilidad
durante las comidas.
3. b)
Aunque el sentido del olfato no está tan estrechamente ligado a la supervivencia como en la
mayoría de los mamíferos, las personas somos capaces de detectar fácilmente los olores y
percibir pequeños cambios en su intensidad. El olfato sigue jugando un importante papel de
guardián: una persona a través de su olfato puede detectar rápidamente si una sustancia es
beneficiosa o perjudicial. A nivel fisiológico, los receptores del olfato son muy sensibles y se
pueden activar ante la presencia de muy pocas moléculas, por esto las personas residentes
han sido capaces de saber tan rápidamente que en el menú había pescado aunque no lo
hayan podido ver. Además, el olfato es el único sentido en el que la información pasa de los
receptores al área responsable de su procesamiento (bulbo olfatorio) sin hacer relevo en el
tálamo, haciendo menos sinapsis intermedias, lo cual indica su importancia filogenética para
la supervivencia y su rapidez de respuesta (Goldstein, 2006).
Por todo esto, las personas residentes se muestran muy sensibles al olor de pescado,
detectándolo rápidamente y sintiendo un rechazo al mismo, como forma de prevención para
evitar otra posible intoxicación (el alumno/a podría añadir información sobre aprendizaje
emocional que también sería correcta y complementaria a esta respuesta).
Para intentar cambiar la situación, se ha cambiado la presentación del pescado para que se
produzca un enmascaramiento del olor utilizando hierbas aromáticas. Las áreas corticales
que sirven para el gusto y el olfato intervienen en la percepción de los sabores de la comida,
así mismo la percepción final del sabor es una combinación de la estimulación gustativa y
olfativa. En concreto, es en el córtex orbitofrontal donde se combinan las respuestas del
gusto y el olfato (Goldstein, 2006). Así, se intenta evitar esta respuesta de rechazo
asociando un mismo alimento con un olor diferente. En la percepción del sabor también
intervienen el resto de los sentidos, así pues presentar el pescado en otro formato, como
puede ser el filete de pescado a la plancha, con otra forma, otra textura, etc. también puede
ayudar a superar la reacción de rechazo. Aún así, la información olfativa es muy poderosa
en su papel de sentido guardián antes comentado, y sólo unas pocas personas residentes
han vuelto a aceptar el pescado en el menú.

4
4. a)
La corteza orbitrofrontal recibe señales de múltiples sentidos. En el proceso perceptivo los
sentidos se interrelacionan, ya que al percibir los estímulos que nos rodean, sean estos
visuales, auditivos, gustativos o táctiles, no lo hacemos de forma separada, sino que el
cerebro los procesa en su conjunto (Goldstein, 2006). Los procesos perceptivos pueden ser
moldeados por la interacción entre sistemas sensoriales. Por tanto, se puede utilizar la
estimulación multisensorial para producir efectos favorables en el sistema nervioso, como
puede ser la disminución de la frecuencia cardíaca (relajación). La integración sensorial no
es la mera suma de la información que proporcionan los diferentes sentidos, sino que estos
se combinan y complementan en combinaciones únicas que nos ayudan a generar
percepciones completamente diferentes.
En la gráfica observamos que la estimulación auditiva conlleva una reducción de la tasa
cardíaca y que esta disminución es mayor cuando añadimos estimulación visual y
estimulación táctil. Sin embargo, no se ha comprobado que añadir una estimulación olfativa
produzca una mayor disminución cardíaca que la estimulación que ya se produce a nivel
auditivo, visual y táctil, por lo que les recomendaría no utilizar la estimulación olfativa,
puesto que no genera ningún efecto beneficioso y puede ser que no sea coste-efectiva.
Existe una clara reducción de la frecuencia cardíaca cuando se combinan estos tres tipos de
estimulación, por lo que parece que el uso de la sala de estimulación sensorial puede tener
una gran utilidad en la mejora del bienestar emocional de los usuarios y en la reducción de
la agitación. Este efecto es claro cuando los usuarios acaban de recibir la estimulación,
puesto que en la medición post hay una reducción de la frecuencia cardíaca clara, aunque
también parece haber un pequeño efecto a largo plazo, puesto que las mediciones pre nos
muestran una pequeña reducción de la tasa cardíaca.

4. b)
Nuestro cerebro procesa la información que recibe de cada modalidad sensorial, existiendo
una correspondencia transmodal (zona de la corteza que procesa la vista, otra el tacto…).
No obstante, la mayoría de las tareas que lleva a cabo nuestro cerebro se basan en la
integración de señales, captadas por diferentes sistemas sensoriales (Fernandez-Prieto,
2022). Debido al efecto de la integración multisensorial, la activación de una modalidad
sensorial puede estimular otra modalidad sensorial diferente, como puede ser la vista. Así,
al percibir sonidos, estos estimulan también el área relacionada con la percepción visual
(Fernandez-Prieto, 2022). Se produce entonces una asociación transmodal y, al estimular
auditivamente a la persona, se han activado también áreas del cerebro relacionadas con la
vista, produciendo el efecto comentado.
La asociación transmodal en estos casos ha dado lugar a una “unión de sensaciones”,
conocida como sinestesia. y se caracteriza por la representación de una imagen vívida en
una modalidad sensorial (visual) como respuesta a la estimulación en otra modalidad
(auditiva) (Fernandez-Prieto, 2022). Este hecho puede influir sobre todo a la hora de trabajar
con ellos la estimulación multisensorial, pues mediante la estimulación de un sentido, estas
personas activan zonas cerebrales relacionadas con dos modalidades sensoriales,
produciéndose efectos beneficiosos.
Podría ser que en este caso, estas tres personas estuvieran experimentando un efecto de
sinestesia. De hecho, la sinestesia se ha vinculado con diferentes condiciones, como en
este caso el autismo. Estas personas en la vida diaria de la residencia podrían tener
problemas, sobre todo si se encuentran en la sala de altos niveles de estimulación auditiva.
Altos niveles de estimulación auditiva podría generar a estas personas altos niveles de
estimulación visual. También cualquier tarea visual que se les pidiese podría verse alterada
por un ambiente con altos niveles de sonido. Sería importante observar a estas personas en
su día a día y estudiar si la sinestesia aparece en su vida diaria y si existe alguna dificultad
de funcionamiento por este motivo.

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REFERENCIAS
● Cánovas, P. [Paula] y Sancho, A. [Alberto] (2014). Documental "Sinestesia. Arte,
dolor y sexo". https://www.youtube.com/watch?v=FNHhh2Ml5rM
● Díaz, C. [Cristina] (2020). Percepción táctil. FUOC. [Módulo 4]
● Fernández-Prieto, I. [Irune] (2022). Percepción y emoción: avances y aplicaciones
de la percepción y emoción [recurso de aprendizaje audiovisual]. FUOC.
● Goldstein, E. B. [E.Bruce] (2006). Percepciones químicas: gusto y olfato. FUOC.
[Módulo 5]
● Gómez, P. [Paloma] (2020). Percepción auditiva. FUOC. [Módulo 3]
● Muñoz, E. [Elena] (2020). Introducción a la psicología de la percepción. FUOC.
[Módulo 1]

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