Abrir el menú de navegación
Cerrar sugerencias
Buscar
Buscar
es
Change Language
Cambiar idioma
Cargar
Cargando...
Configuración de usuario
close menu
¡Te damos la bienvenida a Scribd!
Cargar
Lee gratis
Preguntas frecuentes y ayuda
Idioma (ES)
Iniciar sesión
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
32 vistas
La Ciencia
Cargado por
luis hernandez sierra
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Descargar
Guardar
Guardar La Ciencia para más tarde
0%
0% encontró este documento útil, undefined
0%
, undefined
Insertar
Compartir
Imprimir
Reportar
La Ciencia
Cargado por
luis hernandez sierra
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
32 vistas
29 páginas
Información del documento
hacer clic para expandir la información del documento
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
PDF o lea en línea desde Scribd
Compartir este documento
Compartir o incrustar documentos
Opciones para compartir
Compartir en Facebook, abre una nueva ventana
Facebook
Compartir en Twitter, abre una nueva ventana
Twitter
Compartir en Linkedin, abre una nueva ventana
LinkedIn
Compartir por correo electrónico, abre un cliente de correo electrónico
Correo electrónico
Copiar enlace
Copiar enlace
¿Le pareció útil este documento?
0%
0% encontró este documento útil, Marcar este documento como útil
0%
A un 0% le pareció que este documento no es útil, Marcar este documento como no útil
¿Este contenido es inapropiado?
Reportar
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Descargar ahora
Descargar como pdf
Guardar
Guardar La Ciencia para más tarde
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
32 vistas
29 páginas
La Ciencia
Cargado por
luis hernandez sierra
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Guardar
Guardar La Ciencia para más tarde
0%
0% encontró este documento útil, undefined
0%
, undefined
Insertar
Compartir
Imprimir
Reportar
Descargar ahora
Descargar como pdf
Saltar a página
Está en la página 1
de 29
Buscar dentro del documento
ACENC! 08 cuatro ensayos que retine este volumen constituyen un primer acercamiento a los problemas que desde hace varias centurias han inquietado la mentesde los hombres: equé. udles \stodos?, pul a fo} Q fo} pug Bd = Bs E °o i) c 2 a na a fa a is) = So iS =) 4 = 52 2 a wu ea8 INDICE 7. Aplicacién de la distincién entre leyes; y leyesy: ies la causalidad una propiedad intrinseca de las leyes? 8. Los ideales de la ciencia en términos de los diversos niveles de significacién de “ley” Filosofar cientificamente y encarar la ciencia filosdficamente I. Lugar de la epistemologia en la universidad argentina 2. Algunos de los motivos del atraso de la epistemologia en Latinoamérica 3. Filosofia y ciencia 4, Disciplinas contiguas a la epistemologia 5. Ciencias y humanidades 6. Los estudios epistemoldgicos en la formacién del cientifico 7. El aprendizaje y la ensefianza de la 1, epistemologia Fuentes 14 76 79 9 80 86 93 96 99 {QUE ES LA CIENCIA? 1. Introduccién Mientras los animales inferiores sdlo estan en el mundo,.cl hombre trata de entenderlo; y, sobre la base de su inteli- gencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre in- tenta enseorearse de él para hacerlo mas confortable. En este proceso, construye un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado ‘‘ciencia’’, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemético, exacto, verifica- ble y por consiguiente falible. Por medio de la invest cientifica, el hombre ha alcanzado una reconstruccién con- ceptual del mundo que es cada vez mas amplia, profunda y exacta. * Un mundo le es dado al hombre; su gloria no es soportar © despreciar este mundo, sino enriquecerlo construyendo otros universos. Amasa y remoldea la naturaleza sometién- dola a sus propias necesidades; construye la sociedad y es a su vez construido por ella; trata luego. de remoldear este ambiente artificial para adaptarlo a sus propias necesida- des animales y espirituales, asi como a sus suefios: crea asi el mundo de los artefactos y el mundo de la cultura. La cien- cia como actividad —como investigacion—'pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de nues- tro medio natural y artificial, a la invencién y manufactura de bienes materiales y culturales la ciencia se convierte en tecnologia. Sin embargo, la ciencia se nos aparece como la mas deslumbrante y asombrosa de las estrellas de la cultura cuando la consideramos como un bien por si mismo, esto €s, como un sistema de ideas establecidas provisionalmente (conocimiento cientifico), y como una actividad producto ra de nuevas ideas (investigacién cientifica). Tratemos de caracterizar el conocimiento y la investigacién cientificos tal como se los conoce en la actualidad.10 MARIO BUNGE 2. Ciencia formal y ciencia féictes No toda la investigacion cientifica procura el conocimiento objetivo. Asi, la logica y la matematica —esto es, los diver- sos sistemas de légica formal y los diferentes capitulos de la matematica pura— son racionales, sistematicos y veriti- cables, pero no son objetivos, no nos dan informaciones acerca de la realidad: simplemente, no se ocupan de los he- chos. La légicay la matematica tratan de entes ideales; es- tos entes, tanto los abstractos como los interpretados, slo existen en la mente humana. A los légicos y mateméticos no se les da objetos de estudio: ellos construyen sus pro- pios objetos. Es verdad que a menudo lo hacen por abstrac- cién de objetos reales (naturales y sociales); més atin, el trabajo del Iégico 0 del matematico satisface a menudo las necesidades del naturalista, del socidlogo o del tecnélozo, y es por esto que la sociedad los tolera y, ahora, hasta los estimula. Pero la materia prima que emplean los ldgicos y los matematicos no es factica sino ideal, Por ejemplo, el concepto de nimero abstracto nacié, sin duda, de la coordinacién (correspondencia biunivoca) de conjuntos de objetos materiales, tales como dedos, por una parte, y guijarros, por la otra; pero no por esto aquel con- cepto se reduce a esta operacién manual, ni a los signos que se emplean para representarlg. Los mimeros no existen fuera de nuestros cerebros, y aun alli dentro existen al nivel con- ceptual y no al nivel fisiolégico. Los objetos materiales son numerables siempre que sean discontinuos; pero.no son mi- meros; tampoco son mimeros puros (abstractos) sus cuali- dades o relaciones. En el mundo real encontramos 3 libros, en el mundo de la ficcién construimos 3 platos voladores. 4Pero quién vio.jamas un 3, un simple 3? La légica y la matematica, por ocuparse de inventar en- tes formales y de establecer relaciones entre ellos, se llaman a menudo ciencias formales, precisamente porque sus obje- tos no son cosas ni procesos.sino, :sara emplear el lenguaje pictérico, formas en las que se puede verter un surtido ili- mitado de contenidos, tanto ficticos como empiricos. Esto es, podemos establecer correspondencias entre esas formas (u objetos formales), por una parte, y cosas y procesos perte- 2QUE ES LA CIENCIA? 11 -necientes a cualquier nivel dela realidad, por la otra. Asi es como la fisica, la quimica, la fisiologia, la psicologia, la economia y las demas ciencias recurren a la matemtica, em- pledndola como herramienta para realizar la mas precisa re- construccién de las complejas relaciones que se encuentran entre los hechos y entre los diversos aspectos de los hechos; dichas ciencias no identifican las formas ideales con los ob- jetos concretos, sino que interpretan las primeras en térmi- nos de hechos y de experiencias (0, lo que es eqitivalente, formalizan enunciados facticos). Lo mismo vale para la légica formal: algunas de sus par- tes —en particular, pero no exclusivamente, la Idgica propo- ‘sicional bivalente—.pueden hacerse corresponder a aquellas, entidades psiquicas que llamamos pensamientos. Semejan- te aplicacién de las ciencias de la forma pura a la inteligen- cia del mundo de los hechos se efectiia asignando diferentes interpretaciones a los objetos formales. Estas interpretacio- nes son, dentro de ciertos limites, arbitrarias; vale decir, se justifican por el éxito, la conveniencia o la ignorancia. En otras palabras, el significado factico o empirico que se les asigna a los objetos formales no es una propiedad intrinse- ca de los mismgs, De esta mantra, las ciencias formales ja- mas entran en-conflicto con la realidad. Esto explica la paradoja de que, siendo:formales, se ‘‘aplican’” a la reali- dad:.en rigor no se.aplican, sino que se emplean en la vida cotidiana y en las ciencias facticas a condicién de que se les superpongan reglas de correspondencia adecuada.. En su- ma, la Jégica y la matematica establecen contacto con la rea- lidad a través del puente del lenguaje, tanto el ordinario, como el cientifico. Tenemos asi una primera gran divisién de las ciencias, en formales (o ideales) y facticas (o materiales). Esta rami- ficacién preliminar tiene en cuenta el objeto o tema de las respectivas disciplinas; también da cuenta de la diferencia de especie entre los enunciados que se proponen establecer las ciencias formales y las facticas: mientras los enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enuncia- dos de las ciencias facticas se refieren, en su mayoria, a en- tes extracientificos: a sucesos y procesos..Nuestra division también tieng en cuenta el método por el cual se ponen a prue-12 MARIO BUNGE ' ba los enunciados verificables: mientras las ciencias forma- les se contentan con la légica para demostrar rigurosamente sus teoremas (los que, sin embargo, pudieron haber sida adi- vinados por induccién comiin o de otras maneras), las ‘cien- cias facticas necesitan mas que la l6gica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan-de la obsetvacién y/o experimen: to..En otras palabras, las ciencias facticas tienen que mirar las cosas y, siempre que les sea posible deben procurar cam- biarlas deliberadamente para intentar descubrir en qué mie- dida sus hipétesis se adecuan a los hechos Cuando se demuestra un teorema Idgico 0 matemitico no se recurre a la experiencia: el conjunto de postulados, definiciones reglas de formacién de las expresiones dotadas de significado, y reglas de inferencia deductiva —en suma la base de la teoria dada—, es necesaria y suficiente para ese propésito. La demostracién de los teoremas no es si- no una deduccién: es una operacién confinada a la esfera tedrica, aun cuando a veces los teoremas mismos (no sus demostraciones) sean sugeridos en alguna esfera extrama- tematica, y aun cuando su prueba (pero no su primer des- cubrimiento) pueda realizarse con ayuda de calculadoras electrénicas. Por ejemplo, cualquier demostracién riguro- sa del teorema de Pitagoras prescinde de las mediciones, y emplea figuras slo como ayuda psicolégica al proceso de- ductivo; que el teorema de Pitagoras haya sido el resultado de un largo proceso de induccién conectado a operaciones practicas de mediciones de tierras, es objeto de la historia, la sociologia y la psicologia del conocimiento. La matematica y la légica'son, en suma, ciencias deduc- tivas. El proceso constructivo, en que la experiencia desem- peiia un gran papel de sugerencias, se limita a la formacion de los puntos de partida (axiomas). En matematica la ver- dad consiste, por esto, en la coherencia del enunciado dado con un sistema de ideas admitido previamente: por esto, la Verdad matemética no es absoluta, sino relativa a ese siste- ma, en el sentido de que una proposicién que es valida en una teoria puede dejar de ser logicamente verdadera en otra teoria. (Por ejemplo, en el sistema de aritmética que em- pleamos para contar las horas del dia, vale la proposicién de 24 + 1 = 1.) Mas atin, las teorias matematicas abstrac- iQUE ES LA CIENCIA? tas, esto es, que contienen términos no interpretados (sig nos a los que no se atribuye un significado fijo, y que por lo tanto pueden adquirir distintos significados) pueden de sarrollarse sin poner demasiada atencién al problema de la verdad. Considérese el siguiente axioma de cierta teoria abstrac- ta (no interpretada): ‘“Existe por lo menos un x tal que es F’”, Se puede dar un mimero ilimitado de interpretaciones (modelos) de este axioma, dandose a.x y F otros tantos sig- nificados. Si decimos que S designa punto, obtenemos un modelo geométrico dado; si adoptamos la convencién de que L designa niimero, obtenemos un cierto modelo aritméti- 0, y asi sucesivamente. En cuanto ‘‘Ilenamos”’ la forma va- cia con un contenido especifico (pero todavia matematico), obtenemos un sistema de entes ldgicos que tienen el privile- gio de ser verdaderos 0 falsos dentro del sistema dado de proposiciones: a partir de ahi tenemos que habérnoslas con el problema de la verdad matematica. Aun asi tan solo las conclusiones (teoremas) tendran que ser verdaderas: los axio- mas mismos pueden elegirse a voluntad, La batalla se ha- bré ganado si se respeta la coherencia I®gica, esto es, si no se violan las leyes del sistema de Idgica que se ha convenido en usar. En las ciencias facticas la situacién es enteramente dife- rente, En primer lugar, ellas no emplean simbolos vacios (variables légicas), sino tan s6lo simbolos interpretados; por ejemplo, no involucran expresiones tales como ‘x es F"", que no son verdaderas ni falsas. En segundo lugar, la ra: cionalidad —esto es, la coherencia con un sistema de ideas aceptado previamente— es necesaria pero no suficiente pa- ra los enunciados facticos; en particular, la sumisi6n a al- giin sistema de légica es necesaria pero no es una garantia de que se obtenga la verdad. Ademés de la racionalidad, exigimos de,los enunciados de las ciencias facticas que sean verificables en la experiencia, sea indirectamente (en el caso de las hipotesis generales), sea directamente (en el caso de las consecuencias singulares de las hipdtesis). Unicamente después de que haya pasado las pruebas de la verificacién em- pirica podra considerarse que un enunciado es adecuado a su objeto, 0 sea, que es verdadero, y aun asi hasta nueva4» MARIO BUNGE orden. Por esto es que el conocimiento factico verificable se llama a menudo ciencia empirica. En resumidas cuentas, la coherencia es necesaria pero no suficiente en el campo de las ciencias de hechos: para afir- mar que un enunciado es (probablemente) verdadero se re- quieren datos empiricos (proposiciones acerca de observaciones 0 experimentos). En tiltima instancia, s6lo la experiencia puede decirnos si una hipdtesis relativa a cierto grupo de hechos materiales es adecuada o no. El mejor fun- damento de esta regla metodoldgica que acabamos de enun- ciar es que la experiencia le ha enseftado a la humanidad que el conocimiento de hecho no es convencional, que si se busca la comprensién y el control de los hechos debe par- tirse de la experiencia. Pero la experiencia no garantizara que la hipétesis en cuestién sea la Unica verdadera: sdlo nos dird que es probablemente adecuada, sin excluir por ello la posibilidad de que un estudio ulterior pueda dar mejores aproximaciones en la reconstruccién conceptual del trozo de realidad escogido. El conocimiento factico, aunque ra- cional, es esencialmente probable; dicho de otro modo: la inferencia cientifica es una red de inferencias deductivas (de- mostrativas) y probables (inconcluyentes). Las ciencias formales demuestran o prueban; las ciencias facticas verifican (confirman o refutan) hipdjesis que en su mayoria son provisionales. La demostracién es com- pleta y final; la verificacién es incompleta y por ello tem- poraria. La naturaleza misma del método cientifico impide la confirmacién final de las hipdtesis facticas. En efecto, los cientificos no sélo procuran acumular elementos de prue- ba de sus suposiciones multiplicando el mimero de casos en que ellas se cumplen; también tratan de obtener casos des- favorables a sus hipétesis, fundandose en el principio légi- co de que una sola conclusién que no concuerde con los hechos tiene mas peso que mil confirmaciones. Por ello, mientras las teorias formales pueden ser llevadas a un esta- do de perfeccidn (0 estancamiento), los sistemas tedricos re- lativos a los hechos son esencialmente defectuosos; cumplen, pues, la condicién necesaria para ser perfectibles. En con- secuencia, si el estudio de las ciencias formales puede vigo- rizar el habito del rigor, el estudio de las ciencias facticas {QUE ES LA CIENCIA? 15 puede inducirnos a considerar el mundo como inagotable, yal hombre como una empresa inconclusa e interminable. Las diferencias de método, tipo de enunciados, y refe- rentes, que separan las ciencias facticas de las formales, im- piden que se las examine conjuntamente mas alld de cierto punto, Por Ser una ficcién seria, rigurosa y a menudo util, pero ficcién al cabo, la ciencia formal requiere un tratamien- to especial. En lo que sigue nos concentraremos en la cien- cia factica, Daremos un vistazo a las caracteristicas peculiares de las ciencias de la naturaleza y de la cultura en su estado actual, con la esperanza de que ia ciencia futura enriquezca, sus cualidades 0, al menos, de que las civilizaciones por ve- nir hagan mejor uso del conocimiento cientifico. Los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcan- zan las ciencias de la naturaleza y de la sociedad son la ra- cionalidad y la objetividad. Por conocimiento racional se entiende: a) Que esta constituido por conceptos, juicios y racioci: nios, y no por sensaciones, imagenes, pautas de conducta, etc, Sin duda, el cientifico percibe, forma imagenes P. ei. modelos visualizables) y hace operaciones; pero tanto el pun- to de partida como el punto final de su trabajo son ideas; 5) Que esas ideas pueden combinarse de acuerdo con al- gtin conjunto de reglas ldgicas, con el fin de producir nue- vas ideas (inferencia deductiva). Estas no son enteramente nuevas desde un punto de vista estrictamente ldgico, pues- to que estan implicadas por las premisas de la deduccién; pero son gnoseoldgicamente nuevas en la medida en que ex- presan conocimientos de los que no se tenia conciencia an- tes de efectuarse la deduccién; c) Que esas ideas no se amontonan cadticamente o, sim- plemente, en forma cronolégica, sino que se organizan en sistemas de ideas, esto es, en conjuntos ordenados de pro- posiciones (teorias). Que el conocimiento cientifico de la realidad es objeti vo, significa: ‘@) Que conciterda aproximadamente con su objeto; vale decir, que busca alcanzar la verdad factica; 5) Que verifica la adaptacién de las ideas a los hechos recurriendo a un comercio peculiar con los hechos (obser-16 MARIO BUNGE vacién y experimento), intercambio que es controlable y has- sta cierto punto reproducible. ‘Ambos rasgos de la ciencia factica, la racionalidad y la objetividad, estan intimamente soldados. Asi, por ejemplo, Jo que usualmente se verifica por medio del experimento es alguna consecuencia —extraida por via deductiva— de al- guna hipétesis; otro ejemplo: el calculo no sélo sigue a la observacién sino que siempre es indispensable para planearla y registrarla, La racionalidad y objetividad del conocimiento cientifico pueden analizarse en un cimulo de caracteristi cas a las que pasaremos revista en lo que sigue. 7 3. Inventario de las principales caracteristicas de la ciencia factica 1) El conocimiento cientifico es fictico: parte de los hechos los respeta hasta cierto punto, y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta describir los hechos tales como son, indepen- dientemente de su valor emocional o comercial: la ciencia no poetiza los hechos ni los vende, si bien sus hazafias son una fuente de poesia y de negocios. En todos los campos, la ciencia comienza estableciendo los hechos; esto requiere curiosidad impersonal, desconfianza por la opinién preva- leciente, y sensibilidad a la novedad. Los enunciados facticos confirmados se llaman usualmen- te ‘datos empiricos’’; se obtienen con ayuda de teorias (por esquematicas que sean) y son a su vez la materia prima de la elaboracién tedrica. Una subclase de datos empiricos es de tipo cuantitativo; los datos numéricos y métricos se dis- ponen a menudo en tablas, as mas importantes de las cua- les son las tablas de constantes (tales como las de los puntos de fusién de las diferentes sustancias). Pero la recolevcién de datos y su ulterior disposicién en tablas no es la finali- dad principal de la investigacién: la informacién de esta clase debe incorporarse a teorias si ha de convertirse en una he- rramienta para la inteligencia y la aplicacion. De qué sirve conocer el peso especifico del hierro si carecemos de formu- las mediante las cuales podemos relacionarlo con otras can- tidades? {QUE ES.LA CIENCIA? 17 No siempre es posible, ni siquiera deseable, respetar en- teramente-los hechos cuando se los analiza, y no hay cien cia sin analisis, aun cuando el analisis no sea sino un medio para la reconstruccién final de los todos. El fisico atémico perturba el dtomo al que desea espiar; el bidlogo modifica y puede incluso matar al ser vivo que analiza; el antropdlogo empehado en el estudio de campo de una comunidad provo- ca en ella ciertas modificaciones. Ninguno de ellos aprehende su objeto tal como es, sino tal como queda modificado por sus propias operaciones; sin embargo, en todos los casos tales cambios son objetivos, y se presume que pueden en- tenderse en términos de eyes: no son conjurados arbitra- riamente por el experimentador. Mas atin, en todos los casos el investigador intenta describir las caracteristicas y el monto de la perturbacién que produce en el agto del experimento; Procura, en suma, estimar la desviacién o “error” produ- cido por su intervencién activa. Porque los cientificos ac- tian haciendo técitamente la suposicién de que el mundo existiria aun en su ausencia, aunque, desde luego, no exac- tamente de la misma manera. 2) El conocimiento cientifico trasciende los hechos:.descar- ta hechos, produce nuevos hechos y los explica. El sentido comiin parte de los hechos y se atiene a ellos: a menudo se limita al hecho aislado, sin ir muy lejos en el trabajo de co- rrelacionarlo con otros o de explicarlo. En cambio, la in- vestigacién cientifica no se limita a los hechos observados los cientificos exprimen la realidad a fin de ir mas alla de las apariencias; rechazan el grueso de los hechos percibidos, Por ser un montén de accidentes, seleccionan los que consi- deran que son relevantes, controlan hechos y, en lo posi- ble, los reproducen. Incluso producen cosas nuevas, desde instrumentos hasta particulas elementales; obtienen nuevos compuestos quimicos, nuevas variedades Vegetales y anima- les, y, al menos en principio, crean nuevas pautas de con- ducta individual y social. Mas atin, los cientificos usualmente no aceptan nuevos hechos a menos que puedan certificar de alguna manera su autenticidad; y esto se hace no tanto contrastandolos con otros hechos, cuanto mostrando que son compatibles con lo que se sabe. Los cientificos descartan las imposturas yMARIO BUNGE los trucos méigicos porque no encuadran en hipétesis muy generales y fidedignas, que han. "> puestas a prueba en in- contables ocasiones. Vale decir, los cientificos no conside- ran su propia experiencia individual como un tribunal inapelable; se fundan, en cambio, en la experiencia colecti- va y en la teoria Hay més: el conocimiento cientifico racionaliza la expe- riencia en lugar de limitarse a describirla; la ciencia da cuenta de los hechos, no inventariandolos sino explicandolos por medio de hipdtesis (en particular, enunciados de leyes) y sis- temas de hipétesis (teorias). Los cientificos conjeturan lo que hay tras los hechos observados, y de continuo inventan conceptos (tales como los de atomo, campo, masa, ener- gia, adaptaci6n, integracién, seleccién, clase social, o ten- dencia historica) que carecen de correlato empirico, esto es, que no corresponden a preceptos, aun cuando presumible- mente se refieren a cosas, cualidades o relaciones existentes objetivamente. No percibimos los campos eléctricos 0 las clases sociales: inferimos su existencia a partir de hechos ex- perimentables, y tales conceptos son significativos tan s6lo en ciertos contextos tedricos. Este trascender la experiencia inmediata, este salto del nivel observacional al te6rico, le permite a la ciencia mirar con desconfianza los enunciados sugeridos por meras coin- idencias; le permite predecir la existencia real de cosas y procesos ocultos a primera vista, pero que instrumentos (ma- teriales 0 conceptuales) mas potentes pueden descubrir. Las discrepancias entre las previsiones tericas y los hallazgos empiricos figuran entre los estimulos més fuertes para edi ficar teorias nuevas y disefiar nuevos experimentos. No son los.hghos por si mismos sino su elaboracién teérica y la com- paracién de las consecuencias de las teorias con ios datos observacionales, la principal fuente del descubrimiento de nuevos hechos. 3) La ciencia es analitica: la investigacién cientifica abor- da problemas circunscriptos, uno a uno, y trata de descom- ponerlo todo en elementos (no necesariamente ultimos 0 siquiera reales). La investigacién cientifica no se plantea cuestiones tales como ‘*;cémo es el universo en su conjun- t0?””, 0 “*zcémo es posible el conocimiento?”’ Trata, en cam- 2QUE ES LA CIENCIA? 19 bio, de entender toda ‘situacién total en términos de sus componentes; intenta descubrir los elementos que compo- nen cada totalidad, y las interconexiones que explican su; integracién. Los problemas de la ciencia son parciales y as{ son tam bién, por consiguiente, sus soluciones; pero, mas atin: al cot mienzo los problemas son estrechos o es preciso estrecharlés: Pero, a medida que la investigacién avanza, su alcance se amplia. Los resultados de la ciencia son generales, tanto en el sentido de que se refieren a clases de objetos (p. e).: llu- via), como en que estan, o tienden a ser incorporados en sintesis conceptuales llamadas teorias. El anélisis, tanto de los problemas como de las cosas, no es tanto un objetivo como una herramienta para construir sintesis tedricay, La ciencia auténtica no es atomista ni totalista La investigacién comienza descomponiendo sus objetos a fin de descubrir el “mecanismo'” interno responsable de los fenémenos observados. Pero el desmontaje del ‘me- canismo”” no se detiene cuando se ha investigado la natu- raleza de sus partes; el prximo paso es el examen de la interdependencia de las partes, y la etapa final es la tentati- va de reconstruir el todo en términos de sus partes interco- nectadas. El andlisis no acarrea el descuido de la totalidad; lejos de disolver la integracién, el andlisis es la unica mane- ta conocida de descubrir cémo emergen, subsisten y se de- sintegran los todos. La ciencia no ignora la sintesis; lo que sirechaza es la pretensién irracional de que las sintesis pue- den ser aprehendidas por una intuicién especial, sin previo andlisis. 4) La investigacién cientifica es especializada: una conse- cuencia del enfoque analitico de los problemas es la espe- cializacion. No obstante la unidad del método cientifico, su aplicacién depende, en gran medida, del asunto; esto expl ca la multiplicidad de técnicas y la relativa independencia de los'diversos sectores de la ciencia Sin embargo, es menester no exagerar la diversidad de las ciencias al punto de borrar su unidad metodoldgica. El viejo’ dualismo materia/espiritu habia sugerido la division ide las ciencias en Naturwissenschaften, o ciencias de la natu- raleza, y Geisteswissenschafien, o ciencias del espiritu. Pero20 MARIO BUNG estos géneros difieren en cuanto al asunto, a las técnicas y al grado de desarrollo, no asi en lo que respecta al objeti- vo, método y alcance. El dualismo razén/experiencia ha- bia sugerido, a su vez, la division de las ciencias Facticas en racionales y empiricas, que tampoco es adecuada porque to- das son a la vez racionales y empiricas. Menos sostenible atin es la dicotomia ciencias deductivas/ciencias inductivas, ya que toda empresa cientifica —sin excluir el dominio de las ciencias formales— es tan inductiva como deductiva, si hablar de otros tipos de inferencia. La especializacién no ha impedido ta formacién de cam- pos interdisciplinarios, tales como la biofisica, la bioquimi- ca, la psicofisiologia, la psicologia social, la teoria de la informacion, la cibernética, o la investigacién operacional. Con todo, la especializacién tiende a estrechar la Vision del ientifico individual; un Unico remedio ha resultado eficaz contra la unilateralidad profesional, y es una dosis de fi losofia, 5) El conocimiento cientifico es claro y preciso: sus proble~ ‘mas son distintos, sus resultados son claros. El conocimiento ordinario, en cambio, usualmente es vago e inexacto; en la vida diaria nos preocupamos poco por dar definiciones pre- cisas, descripciones exactas, 0 mediciones afinadas: si éstas nos preocuparan demasiado, no lograriamos marchar al paso de la vida. La ciencia torna preciso lo que el sentido comin conoce de manera nebulosa; pero, desde luego, la ciencia es mucho mas que sentido comtin organizado: aunque pro- viene del sentido comiin, la ciencia constituye una febelién contra su vaguedad y superficialidad. El conocimiento cien- tifico procura la precisién; nunca esta enteramente libre de vaguedades, pero se las ingenia para mejorar la exactitud; nunca esta del todo libre de error, pero posee una técnica nica para encontrar errores y para sacar provecho de ellos. La claridad y la precision se obtienen en ciencia de las siguientes maneras: a) Los problemas se formulan de manera clara; lo pri- mero, y a menudo lo més dificil, es distinguir cuales son los problemas; ni hay artilleria analitica o de indole experi- mental que pueda ser eficaz si no se ubica adecuadamente al enemigo; {QUE ES LA CIENCIA? 21 +) La ciencia parte de nociones que parecen claras al no do; y las complica, purifica, y eventualmente las re- chaza; la transformacién progresiva de las nociones corrien tes se efectiia incluyéndolas en esquemas teéricos. Asi, por ejemplo, ‘distancia’ adquiere un sentido preciso al ser in- cluida en la geometria métrica y en la fisica, c) La ciencia define la mayoria de sus:conceptos: algu- nos de ellos se definen en términos de conceptos no defini- dos primitivos, otros de manera implicita, esto es, por la funcién que desempenan en un sistema tedrico (definicion contextual). Las definiciones son convencionales, pero no se las elige caprichosamente: deben ser convenientes y fér- tiles. (De qué vale, por ejemplo, poner un nombre espe- cial a las muchachas pecosas que estudian ingenieria y pesan ms de 50 k? Una vez que se ha elegido una definicién, el discurso restante debe guardarle fidelidad si se quiere evi- tar inconsecuencias; d)La ciencia crea lenguiajes artificiales inventando sim bolos (palabras, signos matematicos, simbolos quimicos, etc.); a estos signos se les atribuye significados determinados por medio de reglas de designacién (tal como “‘en el presente contexto H designa el elemento de peso atémico unitario"’) Los simbolos basicos serdn tan simples como sea posible, pero podran combinarse conforme a reglas determinadas pa- ra formar configuraciones tan complejas como sea necesa. rio (las leyes de combinacién de los signos que intervienen en la produccign de expresiones complejas se Haman reglas de formacién); ¢) La ciencia procura siempre medir y registrar los fend- menos. Los ntimeros y las formas geométricas son de gran importancia en el registro, la descripcién y la inteligencia de los sucesos y procesos. En lo posible, tales datos debie- ran disponerse en tablas o resumirse en formulas matema- ticas. Sin embargo, la formulacién matematica, deseable como es, no es una condicién indispensable para que el co- nocimiento sea cientifico; lo que caracteriza el conocimien- to cientifico es la exactitud en un sentido general antes que la exactitud numérica o métrica, la que es inutil si media la vaguedad conceptual. Mas atin, la investigacién cientifi- ca emplea, en medida cicviente, capitulos no numéricos y22. MARIO BUNGE no métricos de la matematica, tales como la topologia, la teoria de los grupos, o el algebra de las clases, que no son ciencias del numero y de la figura, sino de la relacién. 6) El conocimiento cientifico es comunicable: no es inefa- ble sino expresable, no es privado sino piblico. El lenguaje cientifico comunica informacion a quienquiera haya sido adiestrado para entenderlo. Hay, ciertamente, sentimientos oscuros y nociones difusas, incluso en‘el desarrollo de la ciencia (aunque no en la presentacién final del trabajo cien- tifico); pero es preciso aclararlos antes de poder estimar su adecuacién. Lo que es inefable puede ser propio de la poe- sia o dela musica, no de la ciencia, cuyo lenguaje es infor- mativo y no expresivo o imperativo. La inefabilidad misma es, en cambio, tema de investigacién cientifica, sea psicol6- gica 0 lingiistica. La comunicabilidad es posible-gracias a la precision; y es a su vez una condicién necesaria para la verificacién de los datos empiricos y de las hipétesis cientificas. Aun cuando, por “‘razones”” comeciales 0 politicas, se mantengan en secreto durante un tiempo algunos trozos del saber, deben ser co- municables en principio para que puedan ser considerados cientificos. La comunicacién de los resultados y de las téc- nicas de la ciencia no s6lo perfecciona la educacién general sino que multiplica las posibilidades de su confirmacién 0 refutacién. La verificacién independiente ofrece las maximas garantias técnicas y morales, y ahora es posible, en muchos ‘campos, en escala internacional. Por esto, los cientificos consideran el secreto en materia cientifica como enemigo del progreso de la ciencia; la politica del secreto cientifico es, en efecto, el mas eficaz originador del estancamiento en la cultura, en la tecnologia y en la economia, asi como una fuente de corrupcién moral. 7) El conocimiento cientifico es verificable: debe aprobar el examen de la experiencia. A fin de explicar un conjunto de fenémenos, el cientifico inventa corijeturas fundadas de alguna manera en el saber adquirido. Sus suposiciones pue- den ser cautas 0 audaces, simples 0 complejas; en todo ca- so, deben ser puestas a prueba. El test de las hipétesis facticas es empirico, esto es, observacional o experimental. El ha- berse dado cuenta de esta verdad, hoy tan trilladas, es la con- 2QUE ES LA CIENCIA? 23 tribucién inmortal de la ciencia helenistica. En este sentido, las ideas cientificas (incluidos los enunciados de leyes) no son superiores a las herramientas 0 a los vestidos: si fraca san en la practica, fracasan por entero. La experimentacién puede calar mas profundamente que la observacién, porque efectia cambios en lugar de limi- tarse a registrar variaciones: aisla y controla las variables sensibles o pertinentes. Sin embargo, los resultados experi- mehtales son pocas veces interpretables de una sola mane- ta, Més atin, no todas las ciencias pueden experimentar; y én ciertos capitulos de la astronomia y de la economia se alcanza una gran exactitud sin ayuda del experimento. La ciencia factica es por esto empirica, en el sentido de que la comprobacién de sus hipétesis involucra la experiencia; pero No es necesariamente experimental y, en particular, no es ago- tada por las ciencias de laboratorio, tales como la fisica. La prescripcion de que las hipétesis cientificas deben ser capaces de aprobar el examen de la experiencia es una de las regias del método cientifico; la aplicacién de esta regla depende del tipo de objeto, del tipo de la hipétesis en cues- tién y de los medios disponibles. Por esto, se necesita una multitud de técnicas de verificacién empirica. La verifica- cidn de la f6rmula de un compuesto quimico se hace de una manera muy diferente que la verificacién de un cdlculo as- tronémico, 0 de una hipétesis concerniente al pasado de las rocas o de los hombres. Las técnicas de verificacién evolu- cionan en el curso del tiempo; sin embargo, siempre consis- ten en poner a prueba consecuencias particulares de hipétesis generales (entre ellas, enunciados de leyes), Siempre se re- ducen a mostrar que hay, o que no hay, algtin fundamento para créer que las suposiciones en cuestién corresponden a los hechos obseryados 0 a los valores medidos La verificabilidad hace a la esencia del conocimiento cien- tifico; si asi no fuiera, no podria decirse que los cientificos Procuran alcanzar conocimiento objetivo. 8) La investigacion cientifica es metddica: no es erratica si- no planeada. Los investigadores no tantean en la oscuridad: saben lo que buscan y cémo encontrarlo. El planeamiento de la investigacién no excluye el azar; slo que, al hacer un lugar a los acontecimientos imprevistos, es posible aprove-24 MARIO BUNGE char la interferencia del azar y la novedad inesperada. Mas atin, a veces el investigador produce el azar deliberadamen- te. Por ejemplo, para asegurar la uniformidad de una mues- tra, y para impedir una preferencia inconsciente en la eleccién de sus miembros, a menudo se emplea la técnica de la ca- sualizacién, en que la decision acerca de los individuos.que han de formar parte de ciertos grupos se deja librada a una moneda o a algun otro dispositivo. De esta manera, el in- vestigador pone el azar al servicio del orden; en lo cual no hay paradoja, porque el acaso opera al nivel de los indivi- duos, al par que el orden opera en el grupo como totalidad. Todo trabajo de investigacién se funda sobre el conoci- miento anterior, y en particular sobre las conjeturas mejor confirmadas. (Uno de los muchos problemas de la metodo- logia es, precisamente, averiguar cudles son los criterios para decidir si una hipétesis dada puede considerarse razonable- mente confirmada, esto es, si el peso que le acuerdan los fundamentos inductivos y de otro orden basta para conser- varla.) Mas atin, la investigacién procede conforme a re- glas y técnicas que han resultado eficaces en el pasado, pero que son perfeccionadas continuamente, no sélo a la luz de nuevas experiencias, sino también de resultas del examen matemitico y filoséfico. Una de las reglas de procedimien- to de la ciencia factica es la siguiente: las variables relevan- tes (0 que se sospecha que son sensibles) debieran variarse una cada vez. La ciencia factica emplea el método experimental conce- ‘bido en un sentido amplio. Este método consiste en el test empirico de conclusiones particulares extraidas de hipéte- sis generales (tales como ‘‘Los gases se dilatan cuando se Jos calienta’’ 0 ‘‘Los hombres se rebelan cuando se los opri- me”). Este tipo de verificacién requiere la manipulacién, Ja observacién y el registro de fenémenos; requiere también el control de las variables o factores relevantes; siempre que sea posible debiera incluir la produccién artificial delibera- da de los fenémenos en cuestién, y en todos los casos exige ‘clanalisis de los datos obtenidos en el curso de los proceidi- mientos empiricos. Los datos aislados y crudos son inutiles y no son dignos de confianza; es preciso elaborarlos, “orga- nizarlos y confrontarlos con las conclusiones teéricas. {QUE ES.LA CIENCIA? 2s El método cientifico no provee recetas infalibles para encon- trar la verdad: slo contiene un conjunto de prescripciones falibles (perfectibles) para el planeamiento de observaciones y experimentos, para la interpretacién de sus resultados; y para el planteo mismo de los problemas. Es, en suma, la manera en que la ciencia inquiere en lo desconocido. Subordinadas a las reglas generales del método cientifico, y al mismo tiem- po en apoyo de ellas, encontramos las diversas técnicas que se emplean en las ciencias especiales: las técnicas para pe- sar, para observar por el microscopio, para analizar com- Puestos quimicos, para dibujar graficos que resumen datos empiricos, para reunir informaciones acerca de costumbres, etc. La ciencia es, pues, esclava de sus propios métodos y técnicas mientras éstos tienen éxito; pero es libre de multi- plicar y de modificar en todo momento sus reglas, en aras, de mayor racionalidad y objetividad. 9) El conocimiento cientifico es sistemdtico: ana ciencia no es un agregado de informaciones inconexas, sino un siste- ma de ideas conectadas Idgicamente entre si. Todo sistema de ideas, caracterizado por cierto conjunto basico (pero re- futable) de hipotesis peculiares, y que procura adecuarse a una clase de hechos, es una teoria. Todo capitulo de una ciencia especial contiene teorias o sistemas de ideas que es- tn relacionadas ldgicamente entre si, esto es, que estan or- denadas mediante la relacién ““implica’’. Esta conexién entre las ideas puede calificarse de organica, en el sentido de que la sustitucién de cualquiera de las hipétesis basicas produ- ce un cambio radical en la teoria o grupo de teorias. El fundamento de una teoria dada no es un conjunto de hechos, sino, mas bien, un conjunto de principios, 0 hipé- tesis de cierto grado de generalidad (y, por consiguiente, de cierta fertilidad I6gica). Las conclusiones (o teoremas) pue- den extraerse de los principios, sea en la forma natural 0 con ayuda de técnicas especiales que involucran operacio- nes matematicas. El cardcter matematico del conocimiento cientifico —esto es, el hecho de que es fundado, ordenado y coherente— es lo que lo hace racional. La racionalidad permite que el pro- Breso cientifico se efectie no s6lo por la acumulacién gra- dual de resultados, sino también por revoluciones. Las26 MARI BUNGE revoluciones cientificas no son descubrimientos de nuevos hechos’aislados, ni son perfeccionamientos en la exactitud de las observaciones, sino que consisten en la sustitucién de hipstesis de gran alcance (principios) por nuevos axio- mas, y en el reemplazo de teorias enteras por otros sistemas tedricos. Sin embargo, semejantes revoluciones son a me- nudo provocadas por el descubrimiento de nuevos hechos de los que no dan cuenta !as teorias anteriores, aunque @ veces se encuentran en el proceso de comprobacién de di- chas teorias; y las nuevas teorias se tornan verificables en muchos casos, merced a la invencién de nuevas técnicas de medicion, de mayor precision. 10) El conocimiento cientifico es general: ubica los hechos singulares en pautas generales, los enunciados particulares en esquemas amplios. El cientifico se ocupa del hecho si gular en la medida en que éste es miembro de una clase 0 caso de una ley; més ain, presupone que todo hecho es cla- sificable y legal. No es que la ciencia ignore la cosa indivi. dual o el hecho irrepetible; lo que ignora es el hecho aislado. Por esto la ciencia no se sirve de los datos empiricos —que siempre son singulares— como tales; éstos son mudos mien- tras no se los manipula y convierte en piezas de estructura tedricas. En efecto, uno de los principios ontologicos que subya- cen a la investigacién cientifica es que la variedad y aun la unicidad en algunos respectos son compatibles con la uni: formidad y la generalidad en otros respectos. Al quimico no le interesa ésta 0 aquella hoguera, sino el proceso de la combustidn en general; trata de descubrir lo que compar- ten todos los singulares. El cientifico intenta exponer los uni: versales que se esconden en el seno de los propios singulares; es decir, no considera los universales ante rem ni post rem. sino in re: en la cosa, y no antes o después de ella. Los esco- lasticos medievales clasificarian al cientifico moderno co- mo realista inmanentista porque, al descartar los detalles, al procurar descubrir los rasgos comunes a individuos que son tinicos en otros respectos, al buscar las variables perti- nentes (0 cualidades esenciales) y las relaciones constantes entre ellas (las leyes), el cientifico intenta exponer la natu- raleza esencial de las cosas naturales y humanas. {QUE ES LA CIENCIA? 27 El lenguaje cientifico no contiene solamente términos que designan hechos singulares y experiencias individuales, si no también téminos generales que se refieren a clases de hechos. La generalidad del lenguaje de la ciencia no tiene, sin embargo, el propésito de alejar a la ciencia de la reali- dad concreta: por el contrario, la generalizacién es el inico medio que se conoce para adentrarse en lo concreto, para apresar la esencia de las cosas (sus cualidades y leyes esencia- les). Con esto, el cientifico evita en cierta medida las confu- siones y los engaftos provocados por el flujo deslumbrador de los fendmenos. Tampoco se asfixia la utilidad en la ge- neralidad: por el contrario, los esquemas generales de la cien- cia encuadran una cantidad ilimitada de casos especificos, proven leyes de amplio alcance que incluyen y corrigen to- das las recetas validas del sentido comin y de la técnica pre- cientifica. 11) El conocimiento cientifico es legal: busca leyes (de la naturaleza y de la cultura) y las aplica. El conocimiento cien- tifico inserta los hechos singulares en pautas generales lla- madas ““leyes natitrales”” o “‘leyes sociales”’. Tras el desorden: y la fluidez de las apariencias, la ciencia féctica descubre las pautas regulares de la estructura y del proceso del ser y del devenir. En la medida en que la ciencia es legal, es esen- Gialista: intenta legar a la raiz de las cosas. Encuentra la esencia en las variables relevantes y en las relaciones inva- riantes entre ellas. Hay leyes de hechos y leyes mediante las cuales se pue- den explicar otras leyes. El principio de Arquimedes perte- nece a la primera clase; pero a su vez puede deducirse de los principios generales de la mecdnica; por consiguiente, ha dejado de ser un principio independiente, y ahora es un teorema deducible de hipétesis de nivel mds elevado, Las leyes de la fisica proveen la base de las leyes de las combt- naciones quimicas; las leyes de la fisiologia explican ciertos fenémenos psiquicos, y las leyes de la economia pertenecen a los fundamentos de la sociologia. Es decir, los enuncia- dos de las leyes se organizan en una estructura de niveles. Ciertamente, los enunciados de las leyes son transitorio: pero {son inmutables las leyes mismas? Si se considera a las leyes como las pautas mismas del ser y del devenir, en-28 MARIO BUNGE tonces debieran cambiar junto con las cosas mismas; por lo menos, debe admitirse que, al emerger nuevos niveles, sus cualidades peculiares se relacionan entre si mediante nue- vas leyes. Por ejemplo, las leyes de la economia han emer- gido en el curso de la historia sobre la base de otras leyes (bioldgicas y psicologicas) y, mas ain, algunas de ellas cam- bian con el tipo de organizacién social Por supuesto, no todos los hechos singulares conocidos han sido ya convertidos en casos particulares de leyes gene- rales; en particular, los sucesos y procesos de los niveles su- periores han sido legalizados sdio en pequefta medida. Pero esto se debe en parte al antiguo prejuicio de que lo huma- nos no es legal, asi como a la antigua creencia pitagérica de que solamente las relaciones numéricas merecen llamar- se “leyes cientificas”. Debiera emplearse el stock integro de las herramientas conceptuales en la busqueda de las leyes de la mente y de la cultura; mas aiin, acaso el stock de que se dispone es insuficiente y sea preciso inventar herramien- tas radicalmente nuevas para tratar los fenémenos menta- les y culturales, tal como el nacimiento de la mecdnica mo- derna hubiera sido imposible sin la invencién expresa del calculo infinitesimal. Pero el ulterior avance en el progreso de la legalizacion ide los fenémenos no fisicos requiere, por sobre todo, una hhueva actitud frente al concepto mismo de ley cientifica. En primer lugar, es preciso comprender que hay muchos tipos de leyes (aun dentro de una misma ciencia), ninguno de los cuales es necesariamente mejor que los tipos restantes. En segundo lugar, debiera tornarse un lugar comin entre los cientificos de la cultura el que las leyes no se encuentran por mera observacién y el simple registro, sino poniendo a prue- ba hipétesis: los enunciados de leyes no son, en efecto, sino hipétesis confirmadas. Y ;cémo habriamos de emprender la confeccién de hipétesis cientificas si no presumiéramos que todo hecho singular es legal? 12) La ciencia es explicativa: intenta explicar los héchos en términos de leyes, y las leyes en términos de principios. Los cientificos no se conforman con descripciones detalla- das; ademas de inquirir cémo son las cosas, procuran res- ponder a por qué: por qué ocurren los hechos como ocurren {QUE ES LA CIENCIA? 29 y no de otra manera. La ciencia deduce proposiciones rela- tivas a hechos singulares a partir de leyes generales, y dedu- ce las leyes a partir de enunciados nomoldgicos atin mas generales (principios). Por ejemplo, las leyes de Kepler ex- plicaban una coleccién de hechos observados del movimien- to planetario; y Newton explicd esas leyes deduciéndolas de principios generales, explicacién que permitié a otros astrd- nomos dar cuenta de las irregularidades de las drbitas de los planetas, que eran desconocidas para Kepler. Solia creerse que explicar es sealar la causa, pero en la actualidad se reconoce que la explicacién causal no es sino un tipo de explicaciér: cientifica, La explicacién cientifica se efecttia siempre en térmur.os de leyes, y las leyes causales no son sino una subclase de ias leyes cientificas. Hay diver- sos tipos de leyes cientificas y, por consiguiente, hay una variedad de tipos de explicacidn cientifica: morfoldgicas, ci nematicas, dindmicas, de composicién, de conservacién, de asociacién, de tendencias globales, dialécticas, teleolégicas, etcétera, La historia de la ciencia ensefta que las explicaciones cien- tificas se corrigen o descartan sin cesar. {Sigrlifica esto que son todas falsas? En la ciencia factica, la verdad y el error no son del todo ajenos entre si: hay verdades parciales y erro- res parciales; hay aproximaciones buenas y otras malas. La ciencia no obra como Penélope, sino que emplea la tela te- jida ayer. Las explicaciones cientificas no son finales pero son perfectibles. 13) El conocimiento cientifico es predictivo: trasciende la masa de los hechos de experiencia, imaginando cémo pue- de haber sido el pasado y cémo podrd ser el futuro. La pre- diccién es, en primer lugar, una manera eficaz de poner a prueba las hipétesis; pero también es la clave del control © aun de la modificacién del curso de los acontecimientos. La prediccién cientifica, en contraste con la profecia, se fun- da sobre leyes y sobre informaciones especificas fidedignas, relativas al estado de cosas actual o pasado. No es del tipo “Ocurriré E”’, sino mas bien de este otro: “Ocurriré E siempre que suceda C', pues siempre que sucede C es se- guido por o esta asociado con £”", C y E designan clases de sucesos, en tanto que C' y E' denotan los hechos espe-30 MARIO BUNGE cificos que se predicen sobre la base del o los enunciados que conectan a C con E en general La prediccidn cientifica se caracteriza por su perfectibi- lidad antes que por su certeza. Mas atin, las predicciones que se hacen con la ayuda de reglas empiricas son a veces més exactas que las predicciones penosamente elaboradas con herramientas cientificas (leyes, informaciones especi as y deducciones); tal es el caso, con frecuencia, de los pro- ndsticos meteoroldgicos, de la prognosis médica y de la profecia politica: Pero, en tanto que la profecia no es per- fectible y no puede usarse para poner a prueba hipétesis, la prediccion es perfectible y, si falla, nos obliga a corregir nuestras suposiciones, alcanzando asi una inteligencia mas profunda. Por esto la profecia exitosa no es un aporte al conocimiento tedrico, en tanto que la prediccién cientifica fallida puede contribuir a él. Puesto que la prediccién cientifica depende de leyes y de items de informacién especifica, puede fracasar por inexae- titud de los enunciados de las leyes o por imprecisién de la informacién disponible. (También puede fallar, por supues- to, debido a errores cometidos en el proceso de inferencia logica 0 matematica que conduce de las premisas [leyes € inforniaciones} a la conclusién (enunciado predictivo).) Una fuente importante de fallas en la prediccién es el conjunto de suposiciones acerca de la naturaleza del objeto (sistema isico,, orgahismo vivo, grupo social, etc.) cuyo comporta- miento ha de predecirse. Por ejemplo, puede ocurrir que creamos que el sistema en cuestién esta suficientemente ais- lado de las perturbaciones exteriores, cuando en rigor éstas cuentan a la larga; dado que la aislacién es una condicién necesaria de la descripcién del sistema con ayuda de un pu- fiado de enunciados de leyes, no debiera sorprender que sea tan dificil predecir el comportamiento de sistemas abiertos tales como el océano, la atmésfera, el ser vivo, 0 el hombre. Puesto que la prediccién cientifica se funda en las leyes cientificas, hay tantas clases de predicciones como clases de enunciados nomoldgicos. Algunas leyes nos permiten pre- decir resultados individuales, aunque no sin error si la pre- diccién se refiere al valor de una cantidad. Otras leyes, in- capaces de decirnos nada acerca del comportamiento de los iQUE ES LA CIENCIA? 31 individuos (atomos, personas, etc.) son en cambio la base para la prédiccidn de algunas tendencias globales y propie- dades colectivas de colecciones numerosas de elementos si- milares: son las leyes estadisticas. Las leyes de la historia son de este tipo; y'por esto es casi imposible la prediccin de los sucesos individuales en el campo de la historia, pu- diendo preverse solamente el curso general de los aconteci- mientos. 14),La ciencia es abierta: no reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento. Si un conocimiento factico no es refutable en principio, entonces no pertenece a la ciencia sino a algiin otro campo. Las nociones acerca de nuestro medio natural 0 social, 0 acerca del yo, no son finales: es- tan todas en movimiento, todas son falibles. Siempre es con- cebible que pueda surgir una nueva situacién (nuevas in- formaciones 0 nuevos trabajos tedricos) en que nuestras ideas, por firmemente establecidas que parezcan, resulten inadecuadas en alguin sentido. La ciencia carece de axiomas evidentes; incluso los principios mds generales y seguros son postulados que pueden ser corregidos o reemplazados. A consecuencia del cardcter hipotético de los enunciados de leyes, y de la naturaleza perfectible de los datos empiricos, la ciencia no es un sistema dogmatico y cerrado sino con. trovertido y abierto. O, mas bien, la ciencia es abierta co- mo sistema porque es falible y por consiguiente capaz de progresar. En cambio, puede argilirse que la ciencia es me- todolégicamente cerrada, no en el sentido de que las reglas del método cientifico sean finales, sino en el sentido de que es autocorrectiva: el requisito de la verificabilidad de las hi- potesis cientificas basta para asegurar el progreso cientifico. Tan pronto como ha sido establecida una teoria cientifi ca, corre el peligro de ser refutada o, al menos, de que se circunscriba su dominio. Un sistema cerrado de conocimien- to factico,, que excluya toda ulterior investigacién, puede Hamarse sabiduria pero és en rigor un detritus de la ciencia. El sabio moderno, a diferencia del antiguo, no es tanto un acumulador de conocimientos como un generador de pro- blemas. Por consiguiente, prefiere los tiltimos numeros de las revistas especializadas a los manuales, aun cuando estos Ultimos sean depésitos de verdad mas vastos y fidedignos32. MARIO BUNGE que aquéllas. El investigador moderno ama la verdad pero no se interesa por las teorias irrefutables. Una teoria puede haber permanecido intocada no tanto por su alto conteni- do de verdad cuanto porque nadie la ha usado. No se nece- sita emprender una investigacién empirica para probar la tautologia de que ni siquiera los cientificos se casan con sol- teronas. Los modernos sistemas de conocimiento cientifico son como organismos en crecimiento: mientras estan vivos cam- bian sin pausa. Esta es una de las razones por las cuales la ciencia es éticamente valiosa: porque nos recuerda que la forreccién de errores es tan valiosa como él no cometerlos, Y que probar cosas nuevas e inciertas es preferible a rendir culto a las viejas y fidedignas. La ciencia, como los orga- nismos, cambia a la vez internamente y debido a siis con- tactos con sus vecinos; esto és, resolviendo sus problemas especiticos y siendo itil en otros campos. ; 15) La ciencia es dil: porque busca la verdad, fa ciencia es eficaz en la provisién de herramientas para el bien y para el mal. El conocimiento ordinario se ocupa usualmente de lograr resultados capaces de ser aplicados en forma inme- diata; con ello no es suficientemente verdadero, con lo cual no puede ser suficientemente eficaz. Cuando se dispone de un conocimiento adecuado de las cosas es posible niani- pularlas con éxito. La utilidad de la ciencia es ana conse- cuencia de su objetividad: sin proponerse necesariamente alcanzar resultados aplicables, la investigacién los provee alacortao ala larga. La sociedad moderna paga la investi- gacién porque ha aprendido que la investigacién rinde. Por este motivo, es redundante exhortar a los cientificos a que produzcan conocimientos aplicables: no pueden dejar de ha- cerlo. Es cosa de los técnicos emplear el conocimiento cien- tifico con fines practicos, y los politicos son los responsables de que la ciencia y la tecnologia se empleen en beneficio de la humanidad. Los cientificos pueden, a lo sumo, aconse- jar acerca de cémo puede hacerse uso racional, eficaz y bue- no de la ciencia. La técnica precientifica era primordialmente una colec- cidn de recetas pragmaticas no entendidas, muchas de las cuales desempeftaban la funcién de ritos magicos. La técni- iQUE ES LA CIENCIA? 33 ca moderna es, en medida creciente—aunque no exclusiva- mente— ciencia aplicada. La ingenieria es fisica y quimica aplicadas, la medicina es biologia aplicada, la psiquiatria es psicologia y neurologia aplicadas; y debiera llegar el dia en que la politica se convierta en sociologia aplicada. Pero la tecnologia es mas que ciencia aplicada: en pri- ‘mer lugar, porque tiene sus propios procedimientos de in- vestigacién, adaptados a circunstancias concretas que distan de los casos puros que estudia la ciencia. En segundo lugar, Porque toda rama de la tecnologia contiene un ciimulo de Teglas empiricas descubiertas antes que los principios cien- tificos en los que —si dichas reglas se confirman— termi- han por ser absorbidas. La tecnologia no es meramente el resultado de aplicar el conocimiento cientifico existente a os problemas practicos: la tecnologia viva es, esencialmen te, el enfoque cientifico de los problemas practicos, es de- cir, el tratamiento de estos problemas sobre un fondo de conocimiento cientifico y con ayuda del método cientifico. Por esto la tecnologia, sea de las cosas 0 de los hombres, €s fuente de conocimientos nuevos. La conexién de la ciencia con la tecnologia no es, por consiguiente, asimétrica. Todo avance tecnolégico plantea problemas cientificos, cuya solucién puede consistir en ta invencién de nuevas teorias o de nuevas técnicas de investi- gacién que conduzcan a un conocimiento mas adecuado y a un mejor dominio del asunto. La ciencia y la tecnologia constituyen un ciclo de sistemas interactuantes que se ali- mentan el uno al otro. El cientifico torna inteligible lo que hace el técnico y éste prove a la ciencia de instrumentos y de comprobaciones; y lo que es igualmente importante; el técnico no cesa de formular preguntas al cientifico, afta. diendo asi un motor externo al motor interno del progreso cientifico. La continuacién de la vida sobre la Tierra depende del ciclo del carbono: los animales se alimentah de plantas, las que a su vez obtienen su carbono de lo que exhalan los animales. Analogamente, la continuacién de la civilizacién moderna depende, en gran medida, del ciclo del conocimien- to: la tecnologia moderna come ciencia, y la ciencia moder- na depende a su vez del equipo y del estimulo que le provee una industria altamente tecnificada34 MARIO BUNGE Pero la ciencia es util en mas de una manera. Ademas de constituir,el fundamento de la tecnologia, la ciencia es titil en la medida en que se la emplea en la edificacién de con- cepciones del mundo que concuerdan con los hechos, y en la medida en que crea el habito de adoptar una actitud de libre y valiente examen, en que acostumbra a la gente @ Po- ner a prueba sus afirmaciones y a argumentar correctamente. No menor es la utilidad que presta la ciencia como fuente de apasionantes rompecabezas filoséficos, y como modelo investigacién filosofica, 5 de nveriga la clencia¢svaliosa como herramienta pa- ra domar la naturaleza y remodelar la sociedad; es valiosa en si misma, como clave para la inteligencia del mundo y del yo; y es eficaz en el enriquecimiento, la disciplina y la liberacién de nuestra mente. jCUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? The lame in the path outstrips the swift who wander from it F. Bacon 1.'La ciencia, conocimiento verificable En su deliciosa biografia del Dante (ca. 1360), Boccaccio! expuso su opinién —que no viene al caso— acerca del ori- gen de la palabra ‘poesia’, concluyendo con este comen- tario: “otros lo atribuyen a razones diferentes, acaso acéptables; pero ésta me gusta mds"’. El novelista aplicaba, al conocimiento acerca de la poesia y de su nombre, el mis- mo criterio que podria usarse para apreciar la poesia mis- ma: el gusto. Confundia asi valores situados en niveles diferentes: el estético, perteneciente a la esfera de la sensi- bilidad, y el gndseolégico, que no obstante estar enraizado en la sensibilidad esta enriquecido con una cualidad emer- gente: la razén. Semejante confusién no es exclusiva de poetas: incluso Hume, en una obra célebre por su critica mortifera de va- rios dogmas tradicionales, escogié el gusto como criterio de verdad. En su Treatise of Human Nature (1739) puede leerse: “No es slo en poesia y en miisica que debemos seguir nues- tro gusto, sino también en la filosofia [que en aquella época incluia habitualmente a la ciencia]. Cuando estoy conven- cido de algtin principio, no es sino una idea que me golpea [strikes] con mayor fuerza. Cuando prefiero un conjunto de argumentos por sobre otros, no hago sino decidir, sobre la base de mi sentimiento, acerca de la superioridad de su in- 'G, Boccaccio, Vita di Dante, en Il comento alla Dixina Commedia ¢ gli ‘altri scr! imtorno a Dante, Bari, Laterza, 1918, 1, p. 37. Subrayado mio.i 36° MARIO BUNGE : fluencia’’.* El subjetivismo era asi la playa en que desem- barcaba la teoria psicologista de las “‘ideas’” inaugurada por el empirismo de Locke. El recurso al gusto no era, por supuesto, peor que el ar- gumento de autoridad, criterio de verdad que ha manteni- do enjaulado al pensamiento durante tanto tiempo y con tanta eficacia. Desgraciadamente, la mayoria de la gente, y hasta la mayoria de los filésofos, atin creen —u obran co- ‘mo si creyeran— que la manera correcta de decidir el valor de verdad de un enunciado es someterlo a la prueba de al- giin texto: es decir, verificar si es compatible con (o deduci- ble de) frases mas o menos célebres tenidas por verdades eternas, o sea, principios infalibles de alguna escuela de pen- samiento. En efecto, son demasiados los argumentos filo- sOficos que se ajustan al siguiente molde: “*X esta equivocado, porque lo que dice contradice lo que escribié el Maestro Y"", o bien “El X-ismo es falso, porque sus tesis son incompati- bles con las proposiciones fundamentales del Y-ismo"’. Los dogmaticos —antiguos y modernos, fuera y dentro de la pro- fesidn cientifica, maliciosos o no— obran de esta manera aun cuando no desean convalidar creencias que simplemente no ‘>. pueden ser comprobadas, sea empiricamente, sea racional- \mente. Porque ‘‘dogma’’ es, por definicién, toda opinién ‘no confirmada de la que no se exige verificacién porque se la supone verdadera y, mas atin, se la supone fuente de ver- dades ordinarias. Otro criterio de verdad igualmente difundido ha ido la evidencia. Seguin esta opiniéri, verdadero es aquello que pa- rece aceptable a primera vista, sin examen ulterior: aque- lio, en suma, que se intuye. Asi, Aristételes! afirmaba que la intuicién “‘aprehende las premisas primarias”” de todo dis- curso, y es por ello ‘‘la fuente que origina el conocimiento cientifico”’. No sdlo Bergson, Husserl y muchos otros in- tuicionistas ¢ irracionalistas han compartido la opinién de que las esencias pueden cogerse sin més: también el-racio- nalismo ingenuo, tal como el que sostenia Descartes, afir- 2D. Hume, Treatise of Human Nature, Londres, Everyman, 1911, 1, p. 108, Subrayado mio Y Aristoteles, Anuliticos pesteriares, libro I, eap. XIX, 110 b. GCUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? 37 ma que hay principios evidentes que, lejos de tener que so- meterse a prueba alguna, son la piedra de toque de toda otra proposicién, sea formal o-factica. Finalmente, otros han favorecido las ‘*verdades vitales’’ (0 las “‘mentiras vitales"), esto es, las afirmaciones que se creen 0 no por conveniencia, independientemente de su fun- damento racional y/o empiric. Es el caso de Nietzsche y los pragmatistas posteriores, todos los cuales han exagerado el indudable valor instrumental del conocimiento factico, al punto de afirmar que “la posesién de la verdad, lejos de ser {...] un fin en si, es s6lo un medio preliminar para al- canzar otras satisfacciones vitales’”,* de donde ‘‘verdade- 10" es sinénimo de “itil”. Pregtintese a un cientifico si cree que tiene derecho a sus- cribir una afirmacién en el campo de la ciencia tan sélo por- que le guste, o porque la considere un dogma inexpugnable, © porque a él le parezca evidente, o porque la encuentre con. veniente. Probablemente conteste mas 0 menos asi: ninguno de esos presuntos criterios de verdad garantiza la objetividac, ¥ el conocimiento objetivo es la finalidad de la investigacion cientifica. Lo que se acepta sélo por gusto, o por autoridad, © Por parecer evidente (habitual), o por conveniencia,-no es sino creencia u opinién, pero no es conocimiento cienti: fico. El conocimiento cientifico es a veces desagradable, a menudo contradice a los clasicos (sobre todo si es nuevo), en ocasiones tortura al sentido comiin y humilla a la intui- cién; por ultimo, puede ser conveniente para algunos y no para otros. En cambio, aquello que caracteriza al conoci. nto cientifico en su verificabilidad: siempre es suscepti- ble de ser verificado (confirmado o refutado). 2. Veracidad y verificabilidad ADbes Obsérvese que no pretendemos que el conocimiento cienti- fio, por contraste con el ordinario, el tecnolégico o el fild- s6fico, sea verdadero. Ciertamente lo es con frecuencia, y siempre intenta serlo mas y mds. Pero la veracidad, que es W. James, Pragmatism. Nueva York, Meridian Books, 1935, p. 13438 MARIO BUNGE un objetivo, no caracteriza el conocimiento cientifico de ma- nera tan inequivoca como el modo, medio o método por el cual la investigacién cientifica plantea problemas y pone a prueba las soluciones propuestas En ocasiones, puede alcanzarse una verdad con sdlo con- sultar un texto. Los propios cientificos recurren a menudo a un argumento de autoridad atenuada: lo hacen siempre que emplean datos (empiricos 0 formales) obtenidos por otros investigadores —cosa que no pueden dejar de hacer, pues la ciencia moderna es, cada vez més, una empresa so- cial. Pero, por grande que sea la autoridad que se atribuye a una fuente, jamds se la considera infalible: si se aceptan sus datos, es sdlo provisionalmente y porque se presume que han sido obtenidos con procedimientos que concuerdan con el método cientifico, de manera que son reprodugibles por quien quiera due se disponga a aplicar tales procedimien- tos. En otras palabras: un dato sera considerado verdadero hasta cierto punto, siempre que pueda ser confirmado de manera compatible con los cénones del método cientifico. En consecuencia, para que un trozo del saber merezca ser llamado “‘cientifico”, no basta —ni siquiera es necesario— que sea verdadero. Debemos saber, en cambio, cémo hemos llegado a saber, 0 a presumir, que el enunciado en cuestién es verdadero: debemos ser capaces de enumerar las opera- ciones (empiricas o racionales) por las cuales es verificable (confirmable 0 no confirmable) .- na manera objetiva al menos en principio. Esta no es sinu una cuestién de nom- bres: quienes no deseen que se exija la verificabilidad del conocimiento deben abstenerse de llamar ‘‘cientificas’” a sus propias creencias, aun cuando lleven bonitos nombres com- puestos con raices griegas. Se les invita cortésmente a bau- tizarlas con nombres ms impresionantes, tales como “‘re- veladas”’, ‘‘evidentes”, ‘‘absolutas”’, “‘vitales”, “‘necesarias para la salud del Estado", “‘indispensables para la victori del Partido”, etcétera, ‘Ahora bien, para verificar un enunciado —porque las proposiciones, y no los hechos, son verdaderas o falsas y pueden, por consiguiente, ser verificadas— no basta la con- templaci6n y ni siquiera el andlisis. Comprobamos nuestras afirmaciones confrontdndolas con otros enunciados. El enun- {CUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? 39 ciado confirmatorio (0 no confirmatorio) que puede lamarse el verificans, dependera del conocimiento disponible y de la naturaleza de la proposicién dada, la que puede llamarse verificandum. Los enunciados confirmatorios seran enuncia- dos réferentes a la experiencia si lo que se somete a prueba es una afirmacién factica, esto es, un enunciado acerca de hechos, sean experimentados o no. Observemos, de pasa- da, que el cientifico tiene todo el derecho de especular acer- ca de hechos inexperienciales, esto es, hechos que en una etapa del desarrollo del conocimiento estan més alld del al- cance de la experiencia humana; pero entonces est obliga do a sefialar las experiencias que permiten inferir tales hechos inobservados o aun inobservables; vale decir, tiene la obli- gacién de anclar sus enunciados facticos en experiencias co- nectadas de alguna manera con los hechos transempiricos que supone. Baste recordar la historia de unos pocos inob-! servables distinguidos: la otra cara de la Luna, las ondas luminosas, los dtomos, la conciencia, la lucha de clases y la opinién publica. En cambio, si lo que se ha verificado no es una propos cién referente al mundo exterior, sino un enunciado acerca del comportamiento de signos (tal como, p. ¢j.,2 + 3 = 5), entonces los enunciados confirmatorios seran definicio- nes, axiomas, y reglas que se adoptan por una razén cual- quiera (p. ej., porque son fecundas en la organizacién de los conceptos disponibles y en la elaboracién de nuevos con- céptos). En efecto, la verificacién de afirmaciones pertene- cientes al dominio de las formas (Iégica y matemética) no Tequiere otro instrumento material que el cerebro; sélo la verdad féctica —como en el caso de ‘‘La Tierra es redonda”"— iere la observacién o el experimento. T"NWtesuiniendor la verficacion de enanciados formals 06- Jo incluye operaciones racionales, en tanto que las proposi- ciones que comunican informacién acerca de la naturaleza © de la sociedad han de ponerse a prueba por ciertos proce- dimientos empiticos, tales como el recuento o la medicién. Pues, aunque el:conocimiento de los hechos no proviene de la experiencia pura —por ser la teoria un componente in- dispensable de la recoleccién de informaciones facticas— no hay otra manera de verificar nuestras sospechas que re- currir a la experiencia, tanto “‘pasiva”” como activa40 MARIO BUNGE 3. Las proposiciones generales verificables: hipotesis cientificas Ita descripcién que antecede satisfaré, probablemente, a cualquier cientifico contempordneo que reflexione sobre su propia actividad. Pero no resolvera la cuestién para el me- tacientifico 0 epistemélogo, para quien los procedimientos, las normas y a veces hasta los resultados de la ciencia son otros tantos problemas. En efecto, ¢! metacientifico no pue- de dejar de preguntarse cuales son las afirmaciones verifi- cables, cémo se llega a afirmarlas, cémo se las comprueba, ¥en qué condiciones puede decirse que han sido confirma- das. Tratemos de esbozar una respuesta a estas preguntas. En primer lugar, si hemos de tratar el problema de la ve- rificacién, debemos averiguar qué se puede verificar, ya que no toda afirmacién —ni siquiera toda afirmacién significa- tiva— es verificable. Asi, por ejemplo, las definiciones no- minales —tales como ‘América es el continente situado al este de Europa’’— se aceptan o rechazan sobre la base del gusto, de la conveniencia, etc., pero no pueden verificarse, yeello simplemente porque no son verdaderas ni falsas. Por ejemplo, si convenimos en llamar ‘norte-sur’” a la direc- cidn que normalmente toma la aguja de una briijula, seme- jante nombre puede gustarnos o no, pero es inverificable: no es sino un nombre, no se funda sobre elemento de prue- ba alguno, y ninguna operacién podria confirmarlo o re- futarlo. En cambio, lo que puede confirmarse o disconfi marse es una afirmacién factica que contenga a ese térmi no tal como “La Quinta Avenida corre de sur a norte’’ La verificacién de esta afirmacién es posible, y puede ha- cerse con ayuda de una brijula. No sdlo las definiciones nominales, sino también las afir- maciones acerca de fendmerios sobrenaturales son inverifi- cables, puesto que por definicién trascienden todo cuanto esta a nuestro alcance, y no se las puede poner a prueba con ayuda de la légica ni de la matematica. Las afirmaciones acerca de la sobrenaturaleza son inverificables no porque no se refieran a hechos —pues a veces pretenden hacerlo—, sino porque no se dispone de método alguns mediante el cual se podrd decidir cual es su valor de verdad. En cambio, mu- iCUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? chas de ellas son perfectamente significativas para quien se tome el trabajo de ubicarlas en su contexto sin pretender reducirlas, por ejemplo, a conceptos cientificos. La verifi- cacién torna mas exacto el significado, pero no produce sig- *nificado alguno. Més bien al contrario, la posesién, de un “iilicado determinado es una condicién necesaria para que unk proposicién sea verificable. Pues, ;cémo habriamos de disponernos a comprobar lo que no entendemos? Ahora bien, los enunciados verificables son de muchas clases. Hay proposiciones singulares, tales como “Este tro- 20 de hierro esta caliente"’; particulares o existenciales, ta- les como “‘Algunos trozos de hierro estén calientes’”; proposiciones universales, como ‘Todos los trozos de hie. tro estan calientes” (que es verificablemente falsa). Hay, ademas, enunciados de leyes, tales como “Todos los meta” les se dilatan con el calor’? (o mejor, “Para todo x, si x es un trozo de metal que se calienta, entonces x se dilata””). Las proposiciones singulares y particulares pueden verifi- carse a menudo de manera inmediata, con la sola ayuda de los sentidos 0, eventualmente, con el auxilio de instrumen- tos que amplien su alcance; pero otras veces exigen opera- ciones complejas que implican enunciados de leyes y célculos matematicos, como en el caso de ‘La distancia media en- tre la Tierra y el Sol es de unos 1500 millones de kilémetros”” Cuando un enunciado verificable posee un grado de ge- neralidad suficiente, habitualmente se lo llama hipéresis cien- tifica. O, lo que es equivalente, cuando una proposicion general (particular o universal) puede verificarse solo de ma- nera indirecta —esto es, por el examen de algunas de sus consecuencias— es conveniente llamarla ‘‘hipétesis cienti- fica’’. Por ejemplo, “Todos los trozos de hierro se dilatan con el calor’’, y, a fortiori, “Todos los metales se dilatan con el calor””, son hipétesis cientificas: son puntos de par- ida de raciocinios y, por ser generales, slo pueden ser con- firmados poniendo a prueba sus consecuencias particulares, esto es, probando enunciados referentes a muestras especi fieas de metal. Solia creerse que el discurso cientifico no incluye elemen- tos hipotéticos sino tan sélo hechos y, sobre todo, lo que en inglés se denomina hard facts. Ahora se comprende que42 MARIO BUNGE el micleo de toda teoria cientifica es un conjunto de hipéte- sis verificables. Las hipétesis cientificas son, por una parte, remates de cadenas inferenciales no demostrativas (analé- gicas 0 inductivas) mas 0 menos oscuras; por otra parte, son puntos de partida de cadenas deductivas cuyos tiltimos es- labones —los mas préximos a los sentidos, en el caso de la ciencia factica— deben pasar la prueba de la experiencia. Mas atin: habitualmente se concuerda en que debiera lla- marse ‘*hipétesis’” no sélo a las conjeturas de ensayo, sino también a las suposiciones razonablemente confirmadas 0 establecidas, pues probablemente no hay enunciados facti- cos generales perfectos. La experiencia ha sugerido adop- tar este sentido de la palabra “‘hipétesis’’. Considérese, por ejemplo, la ley de Newton de la gravedad, que ha sido con- firmada en casi todos los casos con una precisién asombro- sa, Tenemos dos razones para llamarla ‘‘hipotesis": la pri- mera es que ha pasado la prueba sélo un niimero finito de veces; la segunda, es que hemos terminado por aprender que incluso ese célebre enunciado de ley es tan sélo una prime- ra aproximacién de un enunciado més exacto incluido en la teoria general de la relatividad, que tampoco es probable que sea definitiva. 4. El método cientifico ars inveniendi? Hemos convenido en que un enunciado factico general sus- ceptible de ser verificado puede llamarse ““hipdtesis”, lo que suena mas respetable que corazonada, sospecha, conjetu- ra, suposicidn o presuncién, y es también mds adecuado que estos términos, ya que la etimologia de ‘*hipétesis"” es pun- to de partida, que ciertamente lo es una vez que se ha dado con ella. Abordemos ahora el segundo problema que nos propusimos, a saber: existe una técnica infalible para in- ventar hipétesis cientificas que sean probablemente verda- deras? En otras palabras: ,existe un método, en el sentido cartesiano de conjunto de “‘reglas ciertas y faciles" que nos conduzca a enunciar verdades facticas de gran extension? Muchos hombres, en el curso de muchos siglos, han crei- do en la posibilidad de descubrir la técnica del descubrimien- 2CUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? 43, to, y de inventar la técnica de la invencién. Fue facil bautizar al nifio no nacido, y se lo hizo con el nombre de ars inve- niendi, Pero semejante arte jams fue inventado. Lo que es més, podria argilirse que jamés se lo inventara, a menos que se modifique radicalmente la definicién de ‘‘ciencia’”; en efecto, el conocimiento cientifico, por oposicién a la sabi- duria revelada, es esencialmente falible, esto es, susceptible de ser parcial o aun totalmente refutado. La falibilidad de! conocimiento cientifico, y por consiguiente la imposibilidad de establecer reglas de oro que nos conduzcan derechamen- te a verdades finales, no es sino el complemento de aquella verificabilidad que habiamos encontrado en el nticleo de la iencia. Vale decir, no hay reglas infalibles que garanticen por an- ticipado el descubrimiento de nuevos hechos y la invencién de nuevas teorias, asegurando asi la fecundidad de la inves- tigacién cientifica: la certidumbre debe buscarse tan sélo en las ciencias formales. ;Significa esto que la investigacién cientifica es erratica c ilegal, y por consiguiente que los cien- tificos lo esperan todo de la intuicién o de la iluminacién? Tal ¢s la moraleja que algunos cientificos y filésofos eminen- tes han extraido de la inexistencia de leyes que nos aseguren contra la esterilidad y el error. Por ejemplo, Bridgman —el expositor del operacionismo— ha negado la existencia del método cientifico, sosteniendo que “la ciencia es lo que ha- cen los cientificos, y hay tantos métodos cientificos como hombres de ciencia’”.’ Es verdad que en ciencia no hay caminos reales; que la investigaci6n se abre camino en la selva de los hechos y que los cientificos sobresalientes elaboran su propio estilo de pes- quisa. Sin embargo, esto no debe hacernos desesperar de la posibilidad de descubrir pautas, normalmente satisfac- torias, de plantear problemas y poner a prueba hipdtesis. Los cientificos que van en pos de la verdad no se comportan ni como soldados que cumplen obedientemente las reglas de la ordenanza (opiniones de Bacon y Descartes), ni como los caballeros de Mark Twain, que cabalgaban en cualquier di- + P.W. Bridgman, Reflections ofa Poysicist. Nueva York, Philosophi- cal Library, 1955, p. 83,44 MARIO BUNGE receién para llegar a Tierra Santa (opinién de Bridgman). No hay avenidas hechas en ciencia, pero hay en cambio una brijula mediante la cual a menudo es posible estimar si se esta sobre una huella promisoria. Esta brijjula es el método cientifico, que no produce automaticamente el saber, pero que nos evita perdernos en el caos aparente dé los fendme- nos, aunque sélo sea porque nos indica cémo no plantear los problemas y cémo no sucumbir al empbrujo de nuestros prejuicios predilectos. La investigacién no es erratica sino metédica; 8610 que no hay una sola manera de sugerit hipdtesis, sino muchas maneras: las hipétesis no se nos imponen por la fuerza de los hechos, sino que son inventadas para dar cuenta de los hechos. Es verdad que la invencién no es ilegal, sino que sigue ciertas pautas; pero éstas son psicolégicas antes que iégicas, son peculiares de los diversos tipos intelectuales, y por afiadidura las conocemos poco porque apenas s¢ las in- vestiga. Hay, ciertamente, reglas que faciliran la invencién cientifica, y en especial la formulacién de hipétesis; entre ellas figuran las siguientes: el sistematico reordenamiento de los datos, la supresién imaginaria de factores con el fin de descubrir las variables relevantes, el obstinado cambio de representacién en busca de analogias fructiferas. Sin em- bargo, las reglas que favorecen 0 entorpecen el trabajo cien- tifico no son de oro sino plasticas; mas atin, el investigador rara vez tiene conciencia del camino que ha tomado para formular sus hipétesis. Por esto la investigacién cientifica puede planearse a grandes lineas y no en detalle, y aiin me- nos puede ser regimentada. Algunas hipétesis se formulan por via inductiva, esto es, como generalizaciones sobre la base de la observacién de un pufiado de casos particulares. Pero la induccién dista de ser la tnica o siquiera la principal de las vias que conducen a formular enunciados generales verificables. Otras veces, el cientifico opera por analogia; por ejemplo, la teoria on- dulatoria de la luz le fue sugerida a Huyghens (1690) por una comparacién con las olas.* En algunos casos el prin- cipio heuristico es una analogia matematica; asi, por ejem- ©. Huyghens, Traité de la lumiére. Paris, Gauthier-Villars, 1920, p. . iCUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? 45 plo, Maxwell (1873) predijo la existencia de ondas electromagnéticas sobre la base de una analogia formal en- tre sus ecuaciones del campo y la conocida ecuacién de las ondas eladsticas.’ Ocasionalmente, el investigador es guia- do por consideraciones filoséficas; asi fue como procedié Oersted (1820); buscé deliberadamente una conexién entre la electricidad y el magnetismo, obrando sobre la base de la conviccién a priori-de que la estructura de todo cuanto existe es polar, y que todas las ‘‘fuerzas’’ de la naturaleza estan conectadas organicamente entre si." La conviccién fi loséfica de que la complejidad de la naturaleza es ilimitada le llevé a Bohm a especular sobre un nivel subcuantico, fun- dandose en una analogia con el movimiento browniano cla- sico.* Ni siquiera la fantasia teolégica ha dejado de contribuir, aunque por cierto en minima medida; recuér- dese el principio de la minima accién, de Maupertuis (1747), formulado eri la creencia de que el Creador lo habia dis- puesto todo de la manera mds econémica posible. “\A las hipétesis cientificas se llega, en suma, de muchas maneras: hay muchos principios heuristicos, y el tnico in- variante es el requisito de verificabilidad. La induccion, la analogia y la deduccién de suposiciones extracientificas (p. ¢j., filos6ficas) proveen puntos de partida que deben ser ela- borados y probados. 5. El método cientifico, técnica de planteo y comprobacién Los especialistas cientificos habitualmente no se interesan por el problema de la génesis de las hipotesis cientificas; es- ta cuestion es de competencia de las diversas ciencias de la iencia. El proceso que conduce a la enunciacién de una hi- 74. C. Maxwell, A Treatise of Electricity and Magnetivm, 34 ed. Oxford; University Press, 1937, Il, pp. 434 y ss, * Vease, p. ¢j., S. F. Mason, 4 History of the Sciences. Londres, Rot tledge & Kegan Paul, 1953, p. 386. ° D. Bohm, “*A Proposed Explanation of Quantum Theory in Terms of Hiden Variables a Sub Quantum Mechunial Level en Cots Pe pers. Londres Butterworths Scientific Publications, 1957, 1X, pp. 3346 MARIO BUNGE pétesis cientifica puede estudiarse en diversos niveles: el 16- gico, el psicoldgico y el sociolégico. El Idgico se interesaré por la inferencia plausible como conexién inversa (no de- ductiva) entre proposiciones singulares y generales. El psi- cOlogo investigara la etapa de la “iluminacién’” o relampago en el proceso de la resolucién de los problemas, etapa en que se produce la sintesis de elementos anteriormente inco- nexos; también se propondra estudiar fenémenos tales co- ‘mo los estimulos ¢ inhibiciones que caracterizan al trabajo en equipo. El sociélogo inquiriré por qué determinada es- tructura social favorece ciertas clases de hipétesis mientras desalienta a otras. EI metoddlogo, en cambio, no se ocuparé de la génesis de las hipétesis, sino del planteo de los problemas que las hipétesis intentan resolver, y de su comprobacion. El origen del nexo entre el planteo y la comprobacién —esto es, el surgimiento de la hipotesis— se lo deja a otros especialis- tas. El motivo es, nuevamente, una cuestién de nombres: lo que hoy se llama ‘‘método cientifico”’ no es ya una lista de recetas para dar con las respuestas correctas a las pre- guntas cientificas, sino el conjunto de procedimientos por los cuales a)’ se plantean los problemas cienttificos y b) se ponen a prueba las hipdtesis cientificas. El estudio, del método cientifico es, en una palabra, la teoria de la investigacién. Esta teoria es descriptiva en la medida en que descubre pautas en la investigacién cientifi- ca (y aqui interviene la historia de la ciencia, como provee- dora de ejemplos). La metodologia es normativa en la medida en que muestra cudles son las reglas de procedimien- to que pueden aumentar la probabilidad de que el trabajo sea fecundo. Pero las reglas discernibles en la practica tifica exitosa son perfectibles: no son cénones intocables por- que no garantizan la obtencién de la verdad; pero, en cambio, facilitan la deteccién de errores. la hipétesis que ha de ser puesta a prueba se refiere a objetos ideales (niimeros, funciones, figuras, formulas 16- gicas, suposiciones filosdficas, etc.), su verificacién consis- tird en la prueba de su coherencia —o incoherencia— con enunciados (postulados, definiciones, etc.) previamente aceptados. En este caso, la confirmacién puede ser una de- ACUAL ES EL METODO DE LA CIENCIA? 47 mostracién definitiva. En cambio, si el enunciado en cues- tidn se refiere (de manera significativa) a la naturaleza oa la sociedad, puede ocurrir o bien que podamos averiguar su valor de verdad con la sola ayuda de la razén, 0 que de- bamos recurrir, ademés, a la experiencia. El anilisis l6gico basta cuando el enunciado que se pone a prueba es de alguno de los siguientes tipos a) una simple tautologia, o sea,-un enunciado verdadero en virtud de su sola forma, independientemente de su contenido (como en el caso de'**El agua moja o no moja"); b) una definicién © equivalencia entre dos grupos de términos (como en el caso de “Los seres vivos se alimentan, crecen y se reproducen); c} una consecuencia de enunciados facticos que poseen une, extensién 0 alcance mayor (como ocurre cuando se deduce el “principio” de la palanca; de la ley de conservacién de la energia). Vale decir, el analisis légico y matematico com- probard la validez de los enunciados (hipdtesis) que son ana- liticos en determinado contexto. Muchos enunciados no son intrinsecamente analiticos: su analiticidad es relativa 0 con- textual, como lo demuestra el hecho de que esta propiedad puede perderse si se estrecha o amplia el contexto, o si sq reagrupan los enunciados de la teoria correspondiente, de manera tal que los antiguos teoremas se conviertan en pos- tulados y viceversa. Vale decir, la mera referencia a los hechos no basta para decidir qué herramienta, si el andlisis 0 la experiencia, ha de emplearse para convalidar una proposicién: hay que em- pezar por determinar su status y estructura légica. En con- secuencia, e! andlisis ldgico (tanto sintdctico como semdntico) a primera operacién que debiera emprenderse al compro- r las hipdtesis cientificas, sean facticas o no. Esta norma debiera considerarse como una regla del método cientifico. kos enunciados facticos no analiticos —esto es, las pro- posiciones referentes a hechos pero indecidibles con la sola ayuda de la légica— tendrén que concordar con los datos empiricos 0 adaptarse a éllos. Esta norma, que distaba de ser obvia antes del siglo xvil, y que contradice tanto el apriorismo escoldstico como el racionalismo cartesiano, es la segunda regla del método cientifico. Podemos enusjciar-\ lade la siguiente manera: El método cientifico, aplicado a la
También podría gustarte
Practica 4 Termodinamica
Documento
11 páginas
Practica 4 Termodinamica
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones
Actividad 6
Documento
12 páginas
Actividad 6
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones
Practica 1
Documento
15 páginas
Practica 1
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones
ÉTICA
Documento
21 páginas
ÉTICA
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones
Mineria de Datos
Documento
6 páginas
Mineria de Datos
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones
Reporte Practica 2
Documento
11 páginas
Reporte Practica 2
luis hernandez sierra
Aún no hay calificaciones