Significado de Burguesía
Significado de Burguesía
Significado de Burguesía
Qué es Burguesía:
La burguesía (del francés "bourgeoisie") es una clase social del régimen capitalista, según Karl
Marx, en la que sus miembros son responsables de la producción, son dueños de su propio
negocio, y son el opuesto de la clase obrera. La burguesía son las personas que no hacen
ningún tipo de trabajo manual, y son relativamente ricos. Es un término que designa a la clase
media acomodada.
La burguesía se divide en tres categorías: la alta burguesía, que es responsable de los medios
de producción; la burguesía media, que son las personas que ejercen una profesión liberal; y la
baja burguesía, que son las personas de la industria y del comercio.
En el concepto actual, la burguesía son los que pertenecen a la clase media, que tienen su
propio negocio. Pero también hay un término despectivo, son gente común y vulgar, son las
personas que no tienen muy buen gusto.
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Definición de Burguesía
Para la Sociología, la burguesía es una clase social que se caracteriza por poseer medios de
producción propios y gracias a esto es que establecerá una relación de explotación con el
proletariado o grupo social obrero al cual le comprará su fuerza de trabajo, dado que este no
posee medios propios de producción. Esta relación que ambas clases sociales mantienen a
fuerza del poder que una ejerce sobre la otra, es lo que le permite a la burguesía acumular
capital.
En las postrimerías de la Edad Media, este término de origen francés comenzó a utilizarse para
designar a aquellos habitantes urbanos que realizaron las primeras actividades comerciales de
cambio, como ser mercaderes y artesanos. Luego, ya en pleno Renacimiento, el término
comenzó a usarse para referirse a los comerciantes que durante esta época alcanzaron un
importantísimo apogeo que los llevó a cosechar incalculables riquezas producto de los
negocios que llevaban a cabo. Este grupo marcó el nacimiento de una nueva clase social, ya
que ostentaba nuevas características que las clases que predominaban en aquel momento no
tenían.
Porque por un lado, la burguesía, no contaba con el aval de títulos nobiliarios como sí ocurría
con la aristocracia que era la clase más poderosa hasta ese momento y tampoco presentaba el
avasallamiento de derechos y sometimiento que le tocaba padecer a la servidumbre. Los
burgueses, básicamente, se habían convertido en tales por haber desarrollado un oficio el cual
explotaban para mantenerse y enriquecerse o bien echando mano del intercambio mercantil y
el prestamismo.
Este avance económico de la burguesía, sin dudas, provocó un cambio sin precedentes y que
terminó por modificar el orden establecido e imperante hasta ese momento, es decir, la
aristocracia empezó a perder su poder como consecuencia del crecimiento económico de la
burguesía, ya no importaba si se tenían veinte títulos nobiliarios, el poder había cambiado de
manos…y claro, el terreno político fue el segundo ámbito que la burguesía logró dominar y las
monarquías empezaron a quedar cada vez más aisladas, solas e inevitablemente salieron de
escena.
En tanto, será gracias a la Revolución Francesa que la burguesía terminará por asentarse como
la clase social dominante, promoviendo importantes cambios políticos como ser la
instauración de la democracia parlamentaria como nueva forma de gobierno y también será
clave para que las revoluciones industrial, agraria y comercial logren el éxito que supieron
alcanzar.
Con el término burguesía se designaba a aquellas personas que residían en los burgos o
ciudades, desarrollando tareas típicamente urbanas, y diferenciadas de las agrícolas-
ganaderas.
Si bien la economía de la Edad Antigua y Media se basaba sobre todo en el trabajo rural, no
dejaba de reconocerse la existencia de otras actividades como las artesanales o comerciales.
En la Edad Media el desarrollo del comercio fue incipiente, y no bien visto por la iglesia, ya que
el fin de lucro le restaba a esa actividad carácter ético. A partir del siglo XI la gente comienza a
desplazarse del campo a las ciudades, originando gran cantidad de población burguesa, alguna
muy enriquecida, sobre todo la constituida por los poderosos comerciantes y banqueros.
El poder económico creciente de esta clase social, la burguesía, no les permitía, sin embargo,
acceder a formar parte de los estados privilegiados, que eran la nobleza y el clero, salvo por
matrimonio entre personas pertenecientes a familias burguesas ricas y nobles pobres, aunque
estos nuevos nobles no eran bien vistos por la antigua nobleza tradicional. La burguesía
continuaba integrando el tercer estado o estado llano, sector poblacional que comprendía
desde el mendigo al rico comerciante, pasando por los obreros proletarios y la clase media
profesional, que sostenían al estado, pues eran los únicos que pagaban impuestos.
Estos ricos mercaderes comenzaron a diferenciarse del resto del estado llano, realizando
importantes obras, como escuelas, hospitales o asilos.
La división del cristianismo con el nacimiento del protestantismo, cambió la imagen que se
tenía hasta entonces del hombre de negocios, considerando su acción especulativa como
positiva, y no contraria a la religión, sino todo lo contrario.
El desarrollo científico y tecnológico, impulsado desde la nueva concepción del mundo, que
colocó al ser humano en el centro del mundo (Humanismo) y propugnó el desarrollo artístico y
literario a través del Renacimiento y el resurgir de las ideas a través del Iluminismo, transformó
a la burguesía en una clase social poderosa, sobre todo a partir de la Revolución Industrial,
donde, a través de las fábricas acumularon enormes ganancias, en detrimento de los obreros
asalariados.
Estos burgueses ricos, comenzaron una lucha por la reivindicación de sus derechos políticos,
que no poseían, intentando derribar los cimientos del antiguo régimen, tratando de lograr tres
ideales: Libertad, igualdad y fraternidad, estableciendo un nuevo sistema de gobierno: la
democracia, donde el poder residiera en el pueblo y no en un rey que justificaba su inmenso y
omnímodo poder, como proveniente de Dios.
Si bien la burguesía luchaba para erradicar los privilegios, también los había en su propio seno,
ya que los pequeños burgueses, comerciantes de poco capital o artesanos, pasaron a integrar
la lista de pobres asalariados, empleados en las fábricas de los burgueses ricos.
En Francia, esa lucha se concretó en la Revolución Francesa, nacida para lograr una igualdad de
clases que en la práctica dividió a sus mismos líderes, ya que algunos pretendían excluir del
derecho a voto a quienes no pagaran impuestos. La Revolución Francesa, significó un gran
logro de la alta burguesía, sobre todo por el reconocimiento por primera vez en la historia de
la humanidad, de los derechos naturales del hombre, de su libertad, igualdad, propiedad y
resistencia a la opresión. Sin embargo, los obreros debieron soportar otro siglo de injusticias y
sometimiento, sin poseer derechos laborales, ya que los burgueses si bien proclamaron el
derecho al trabajo, no establecieron sus dignas condiciones, ya que a ellos, como patrones de
fábrica no les convenía.
Fueron las ideas socialistas y comunistas las que crearon en los obreros la conciencia de clase,
y su oposición a la sociedad capitalista, basada en un nuevo privilegio, ahora determinado por
la riqueza, para reclamar por condiciones equitativas de labor.
Esto último debe lograrse fundamentalmente por la educación, donde el rol del estado debe
estar muy presente para otorgar igualdad de oportunidades, lo que no se cumple en la
mayoría de los países del mundo.
Relacionados
o León X
o Juan Sebastián Elcano
o El Concilio de Trento
o Leyes de Burgos
o Papa Pablo IV
o Los Amish
o Inocencio III
o Los Franciscanos
o El capitalismo
o El Oscurantismo
o El Despotismo Ilustrado
John Locke fue el primero en desarrollar una filosofía liberal, incluido el derecho a la propiedad
privada y el consentimiento de los gobernados.
1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables, entre
ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena libertad, y
los derechos a la propiedad y la felicidad.
2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política, deben resultar del consentimiento de las
personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera privada de
los ciudadanos.
En Estados Unidos una parte del liberalismo ha estado históricamente ligada a movimientos
sociales y comúnmente asociadas a la izquierda política. Debe tenerse en cuenta que el
liberalismo es diverso y existen diferentes corrientes dentro de los movimientos políticos que
se autocalifican como "liberales"
Índice
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1Características
4Véase también
o 4.1Principales obras
5Referencias
6Bibliografía
7Enlaces externos
Características[editar]
Sus características principales son:[cita requerida]
El principio de igualdad ante la ley, entendida referida a los campos jurídico y político.
Es decir, para el liberalismo todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el
Estado.
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga en1831, quienes intentaron
sin éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert
Pérez (1834-1901).
Esta negativa permitiría (siempre y cuando sea sometida a aprobación por elección popular
usando figuras como referendos o consultas públicas, ya que dentro del liberalismo siempre
prevalece el Estado de derecho y éste en un Estado democrático se lleva a su máxima
expresión con la figura del sufragio) la libertad de paso, la no regulación del matrimonio por
parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un contrato privado como otro cualquiera), la
liberalización de la enseñanza, etc. Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes
que defienden con mayor o menor intensidad diferentes propuestas.
El liberalismo económico es la aplicación de los principios liberales en el desarrollo material de
los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles
entre los ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y
reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc. Según la ideología liberal, la no
intervención del Estado asegura la igualdad de condiciones de todos los individuos, lo que
permite que se establezca un marco de competencia justa, sin restricciones ni manipulaciones
de diversos tipos. Esto significa neutralizar cualquier tipo de beneficencia pública, como
aranceles y subsidios.
Monumento a los liberales del siglo XIX situado en el barrio Agra del Orzán, La Coruña, España.
Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo
predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación surge
de las distintas concepciones que estos autores tenían respecto al cálculo de un óptimo de
satisfacción social.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de trasladar
a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción social, el
modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Véase también[editar]
al/burguesia.phpLiberalismo clásico
El liberalismo clásico o primer liberalismo es un concepto usado para englobar las ideas
políticas que suceden durante los siglos XVII y XVIII, contrarias alpoder absoluto del Estado y su
intervención en asuntos civiles, la autoridad excluyente de las iglesias, y
cualquier privilegio político y social, con el objetivo de que el individuo pueda desarrollar sus
capacidades individuales y su libertad en el ámbito político, religioso y económico. Los liberales
clásicos se centran en las posturas más tradicionales del liberalismo.
Índice
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2Inicios
o 3.1Precedentes
o 3.6Siglo XIX
o 3.7Economistas
4Bibliografía
Montesquieu
Adam Smith
John Locke
Thomas Jefferson
Inicios[editar]
Nace en Inglaterra a mediados del siglo XVII, entre la guerra civil y la revolución de 1688, con la
elaboración de argumentos contrarios a la monarquía absoluta y el poder eclesial y su
pretensión de monopolio sobre la verdad religiosa.
Los primeros en manifestar estas posturas son los niveladores, pequeños propietarios
disidentes del ejército de Oliver Cromwell, constituido en partido político en 1646. Sus ideas
centrales hacían referencia a la comunidad política como un conjunto de personas libres que
comparten los mismos derechos fundamentales, por lo que el gobierno tenía que basarse en el
consentimiento de los gobernados. Como los gobernados son personas racionales, dicho
ejercicio de gobierno no podía ser ni paternalista ni intervencionista, sus poderes, por lo tanto
tenían que ser limitados, con una clara vocación de protección de los derechos individuales
como la libertad de expresión, de religión, de asociación y de propiedad.
El factor religioso también jugó un importante papel en la formulación del liberalismo. En línea
con lo anterior, se reclamaba tolerancia y libertad religiosa por parte de los sectores
inconformistas fuera de la Iglesia de Inglaterra. Hasta ese momento, reinaba un compromiso
doctrinal entre el calvinismo y elanglicanismo que permitió la nacionalización política,
compromiso que proporcionó en la práctica una dinámica de tolerancia religiosa. Pero en el
siglo XVII surgieron importantes discrepancias en el seno de la Iglesia de Inglaterra referentes a
su tradicionalismo y autoritarismo, desembocando en el puritanismo, cuyas reclamaciones
radicaban en la independencia eclesiástica y en una organización presbiteriana o asamblearia.
Precedentes[editar]
Hugo Grocio
John Locke
Barón de Montesquieu
Edmund Burke
Jeremy Bentham
Thomas Paine
David Hume
Thomas Jefferson
Benjamin Franklin.
Siglo XIX[editar]
Alexis de Tocqueville
Benjamín Constant
Economistas[editar]
François Quesnay
Jacques Turgot
Adam Smith
David Ricardo
Claude Frédéric Bastiat
Friedrich Hayek
A
A
A
A
En busca de ingresos, la Corona decidió entonces crear nuevos monopolios, y esta intromisión
en el vital comercio de la lana tuvo resultados desastrosos. A partir de la propuesta de
Alderman Cockayne, de la Eastland Company,el gobierno suspendió la concesión a los
Merchant Adventurers (un intento de monopolio en la exportación de telas sin acabar) y
prohibió completamente la exportación de telas sin acabar sobre la que se basaba la
prosperidad de Inglaterra. En su lugar, se otorgó una nueva concesión a una asociación de los
mercaderes de la Eastland Company y la Levant Company en una nueva compañía, los King’s
Merchant Adventurers, que tuvieron un monopolio legal de la exportación de telas acabadas y
teñidas, del que la mitad de los beneficios iban a pagarse a la Corona.
El gobierno inglés no se dio cuenta de que los ingleses no estaban equipados técnicamente
para acabar y teñir las telas: los altos costes de acabar los productos laneros en Inglaterra
dejaban un campo abierto a la aparición de una nueva industria competitiva de telas en el
continente. Por consiguiente, las exportaciones laneras inglesas cayeron a un catastrófico un
tercio en dos años y la abolición de la prohibición en 1616 no podía conseguir reavivar el
comercio de telas. La industria inglesa abrumada a impuestos no solo tenía que competir con
la industria de bajo coste del continente, sino que el estallido de la Guerra de los Treinta Años
en 1618 produjo un envilecimiento de las monedas en todo el continente, un envilecimiento
que ayudaba a las exportaciones de los países que la envilecían a costa de otros países como
Inglaterra. La renovación de la guerra en Holanda en 1622 afectó aún más a este vital mercado
y la consecuencia fue una continua gran depresión en Inglaterra en la década de 1620,
depresión y desempleo concentrados particularmente en los centros pañeros de East Anglia y
el West Country.
Una luz creciente en el horizonte económico fue la exportación de “nueva mercería” ligera
fabricada libre del control del gobierno y sobre la que no había recaído ninguna empresa
monopolística. La exportación de esta nueva mercería se estaba desarrollando en el sur de
Europa en la década de 1620. El contraste de fortunas de las dos ramas del comercio de telas
era demasiado grande como para ser ignorada: la conexión entre libre comercio y crecimiento
económico y entre privilegios y declive se estaba haciendo evidente para los contemporáneos.
Por muy claros que hubieran quedado los principios del liberalismo, la lucha por su aplicación
en el siglo XVII apenas acababa de empezar.