Ruben Tapia - Ese Juego No Se Juega
Ruben Tapia - Ese Juego No Se Juega
Ruben Tapia - Ese Juego No Se Juega
Presenta
Rubén Tapia
Ingeniero por la vida
www.generacionporlavida.org
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«Ese “juego” no se juega»
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«Ese “juego” no se juega»
INTRODUCCIÓN
Por fin llegó el final de clases y ahora todos los niños de 4to año de la primaria
del Instituto Libertad de México, así como de la escuela «Freedom Elementary
School» de Estados Unidos, estaban muy contentos de ir al campamento de
verano que se organizaba cada año en las cabañas ubicadas a orillas de un
maravilloso lago que estaba en el Estado de México.
Lugar místico donde había abundantes pinos, así como animales silvestres los
cuales vivían en paz con los habitantes de la zona.
El objetivo era que tanto los niños de Estados Unidos aprendieran mejor
español, así como los de México aprendieran inglés, buscando fortalecer lazos
de amistad entre ambos países, así compartir la cultura que cada uno traía.
Sin embargo, todo estaba organizado para que llegaran el mismo día, así que
tal cual estaba el plan los niños mexicanos llegaron a medio día, alrededor de
las 12pm, mientras que los niños estadounidenses llegaron por la tarde cerca
de las 4pm.
Una vez que entró el autobús donde venían los extranjeros, el encargado del
evento: el director Omar, les pidió a todos que entraran al salón principal,
debido a que era donde les iban a dar la bienvenida.
Al llegar al lugar vieron que había unas mesas llenas de comida de ambos
países. Todo se veía delicioso, incluso había dulces y otros postres, pero la
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«Ese “juego” no se juega»
indicación fue que antes de empezar a comer todos se sentaran en las bancas
de la sala para explicar las dinámicas.
Como el plan era que todos convivieran, se eligió al azar como iban a estar los
equipos los cuales quedaron de la siguiente manera:
Por otra parte, se hicieron equipos de limpieza, así como grupos para apoyar a
la realización de los juegos deportivos.
Y vaya que así fue, por eso te invito a que nos acompañes en esta historia,
donde algunos de estos niños pasaron por situaciones muy difíciles y que a lo
mejor otros amigos que tú conoces podrían estar viviendo, incluso te podría
pasar a ti mismo.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 1
Ingresando al
campamento
Una vez que todos comieron hasta
saciarse, entre ellos mismos limpiaron
la sala donde fue la bienvenida para
después ir a los dormitorios. Cada
equipo contaba con una cabaña en la
que había literas para que todos
pudieran descansar muy
cómodamente.
Salvo una pequeña sala de tv que tenía la cabaña, no había otro lugar donde
reunirse debido a que las cabañas eran muy pequeñas y después de cierta
hora, sobre todo cuando empezara a oscurecerse, no estaba permitido andar
afuera para evitar algún riesgo.
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«Ese “juego” no se juega»
Salvo algunos que estaban cansados por el viaje, los demás mostraban tener
mucha energía. Estar en contacto con la naturaleza era una experiencia
incomparable, principalmente porque la mayoría vivía en grandes ciudades
donde era muy difícil poder ver tantos árboles y respirar ese aire fresco en el
que se refleja la obra del Creador.
Siendo ya las 10 am, una vez que se terminó el desayuno y la limpieza, sonó
nuevamente la campana porque iban a iniciar los juegos deportivos. Para
entonces, el profesor Sebastián- quien era el maestro de educación física- ya
tenía los roles del campeonato donde iba a haber juegos de futbol, básquetbol,
voleibol y carreras con sacos.
El plan era que durante las dos semanas hubiera diferentes juegos donde los
equipos que iban ganando obtendrían puntos. Obviamente, por respeto a los
niños y a las niñas, nunca los mezclaron ya que las capacidades físicas de
ambos son diferentes, y querían evitar que algún niño lastimara a alguna
mujer o viceversa.
La amistad que estaba surgiendo entre todos era muy buena. Tanto que ya se
empezaba a notar los pequeños grupos donde había compañeros con intereses
afines. Algunos estaban más identificados por el deporte, otro por las artes,
otros por la música o incluso a otros simplemente les gustaba platicar de
caricaturas o películas.
Estando en la fogata, Manuel se dio cuenta que Mario siempre estaba como
apartado. Como que no le gustaba mucho platicar y buscando ayudarlo a
formar parte del equipo, le dijo: «Hola Mario, ¿Cómo estás?», a lo que Mario
simplemente movió la cabeza diciendo que bien.
Como Manuel era muy platicador le dijo: «Oye, me gusta tu camiseta ¿Dónde
la compraste?». Realmente a Manuel ni le importaba la camiseta, solamente
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«Ese “juego” no se juega»
quería que Mario no estuviera tan solo. En eso Mario volteó y con una sonrisa
le dijo que se la había regalo su abuelo en Estados Unidos. También le
comentó que a él le gustaba mucho dibujar y que en su casa tenía varios
dibujos que había hecho de extraterrestres.
Mario le contó a Manuel que él y sus padres vivían en casa de los abuelos
cuando perdieron su hogar por problemas económicos. Como la casa era muy
grande y también les quedaba más cerca el lugar donde ambos trabajaban, se
mudaron con él. Además, su abuelo vivía solo, porque él se había separado de
su abuela hace mucho tiempo.
En eso sonó nuevamente la campana, porque era hora de irse a dormir. Una
vez que entraron a la misma cabaña, debido a que eran del mismo equipo
azul, se despidieron deseándose buenas noches.
Al día siguiente -siendo nuevamente las 7am- sonó la campana. Esta vez ya
todos se sentían más cansados, tanto que en la cabaña del equipo azul nadie
hacia ruido, mostrando que no se habían levantado.
Para asegurarse que ninguno se quedara dormido, el director Omar fue a cada
cabaña donde estaban los niños a tocar la puerta y decirles que ya era hora de
levantarse. Lo mismo hizo la maestra Raquel con las niñas. Por cierto, Raquel
era una mujer muy simpática que en su instituto era la maestra de música.
Esta maestra se estaba ganando el cariño de casi todos de los niños, porque a
la mayoría de ellos les gustaba la música. Ella los estaba enseñando a
vocalizar, así todos los interesados podrían soñar que algún día serían las
próximas estrellas del pop y del rock.
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«Ese “juego” no se juega»
En ese día fueron las niñas del equipo rosa quienes lavaron los platos, porque
Inés (una niña muy sensible que no se veía muy simpática con todo mundo)
se había quedado dormida ocasionando que las demás pagaran el precio de su
retraso.
Horas más tarde, por fin se había terminado la primera ronda de deportes.
Marcos -quien era el psicólogo del campamento- les dijo a todos que iba a
haber un curso para dibujar, debido a que él era un excelente dibujante.
Manuel sabía que a Mario le gustaba dibujar, por ello fue a invitarlo a
inscribirse, ya que además de convivir también le podía ayudar a mejorar sus
técnicas de dibujo. Mario inmediatamente dijo que sí. Ambos se apuntaron en
la lista, para momentos más tardes empezar con las clases de dibujo.
Para Marcos el dibujo era como un desconectarse del mundo. Era su pasión
desde niño; así que ver a esos niños aprendiendo sus técnicas y ayudándoles a
despertar su creatividad, era algo que lo llenaba mucho y lo hacía sentir muy
útil. Incluso, siempre decía que para él trabajar en una escuela para niños era
como una aventura porque reconocía el valor incalculable de cada niño.
Siendo cerca de las 12:00pm Marcos les dijo a todos que ya había terminado la
sesión. Era tiempo de ir a descansar un poco y estar a tiempo a la 1pm en el
comedor, evitando así llegar tarde y los pusieran a lavar platos.
Mario para entonces ya sentía más confianza con Manuel y le contaba más
cosas de su familia. A Manuel se le hacía muy extraño escuchar a Mario hablar
tanto de su abuelo.
Al principio pensaba que era sólo una persona importante, pero cuando le
comentó que muchas veces él se quedaba dormido en brazos de él ya era
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«Ese “juego” no se juega»
como muy extraño. Y no porque sea algo malo, pero Manuel no estaba
acostumbrado a dormir cerca de algún adulto que no fueran sus padres.
En eso, Mario le platicó que su abuelo y él tenían muchos juegos, pero que
estos eran secretos y nadie debería de conocerlos o saber de ellos. Por
curiosidad, Manuel le preguntó a Mario por qué eran secretos. Al principio
Mario no quería decir nada, pero la insistencia de Manuel era tanta. Mario
bajó la mirada y le contó a su amigo que una vez jugaron al dominó, el castigo
para quien perdía era desnudarse enfrente del otro
Escuchar eso para Manuel fue como si le cayera un balde de agua helada.
Pensaba que no había entendido bien lo que acababa de escuchar. Así que le
pregunto nuevamente: «¿Cómo dijiste?».
Entonces Mario reflexionó y sintió algo extraño en su corazón que bien a bien,
no supo que era, pero aun así quiso compartir más detalles con Manuel
diciéndole: «A mí no me gusta perder, porque me tengo que desnudar delante
de mi abuelo. Pero una vez que mi abuelo perdió, fue él quien se tuvo que
quitar su ropa enfrente de mí». Mario era muy inocente para entender la
gravedad del abuso que estaba sufriendo, y el mismo no entendía por qué eso
lo hacía sentir emociones encontradas.
La primera vez que vio a su abuelo sin ropa, quedó bien impresionado porque
su cuerpo era muy diferente. Este le dijo que no se asustara, pues un día su
cuerpo iba a cambiar y sus genitales iban a estar más grandes
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«Ese “juego” no se juega»
«Él también toca todo mi cuerpo…y al final del juego los dos nos damos un
fuerte abrazo y nos decimos que nos queremos mucho».
Como Mario notó que Manuel se estaba quedando callado, así como su cara
tenía facciones muy extrañas, se sintió incómodo y le dijo que se iba a ir a
descansar un poco, pero una vez más lo hizo refrendar su pacto de silencio.
Manuel no tuvo otra opción más que decirle que no se preocupara.
Esa misma noche, Mario notó que Manuel estaba muy serio con él así que
decidió mantenerse un poco distante y así sucedió los siguientes dos días.
Ese cambio en el comportamiento era muy evidente porque Mario era de esos
niños que le costaba mucho relacionarse con los demás, y viendo que él tenía
un amigo como Manuel, pues a Sebastián se le hizo muy extraño.
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«Ese “juego” no se juega»
Así que sin decir nada sólo Manuel le dijo gracias y se levantó de la banca.
Sebastián no vio nada sospechoso, simplemente pensó que a lo mejor estaba
extrañando a su familia y amigos, así que se levantó de la banca y se fue a
buscar unas cosas a su habitación, porque pronto iniciaría la siguiente ronda
de juegos.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 2
Me lo contó
Mario
«La víctima no tiene nada
de qué avergonzarse. Pero
ser víctima de por vida no
es ganancia, sino que hay
que esforzarse para pasar
del sufrimiento a la
felicidad.»
Entonces, a como pudo (porque esto era muy difícil de explicar para Manuel)
le comentó al profesor que Mario le había dicho que su abuelo tenía un juego
donde ambos se veían desnudos y se tocaban el pene, nalgas y otras partes
privadas.
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«Ese “juego” no se juega»
Sebastián hizo hasta lo imposible para fingir que sólo estaba escuchando a
Manuel. Digamos que se puso su máscara de aquí nada pasa, simplemente son
cosas insignificantes de la vida, pero por dentro había una sensación que
generaba un despertar a sentimientos que no parecían ser reales pero que se
manifestaban en su cuerpo.
Cuando terminó Manuel de decir eso y otras cosas muy fuertes que Mario le
había contado, Sebastián tomó un respiro muy profundo y le preguntó si
alguien más sabía de esto, Manuel con su cabecita le respondió que no.
Sebastián estaba teniendo por dentro una fuga de emociones, no sabía que
decir. Lo primero que se le vino a la cabeza fue preguntar: «Manuel, ¿Tú qué
piensas de ese juego?».
Manuel le dijo que él estaba seguro de que eso estaba mal, porque incluso su
papá una vez había platicado con él y le había dicho que todos los niños
tienen partes privadas que nadie debe tocar, porque eso sería un abuso de
confianza.
Sebastián estaba bloqueado y no sabía que decir. Miró al cielo pidiendo ayuda,
sentía que tenía que decir algo para ayudar a ambos niños, pues no solo era
Mario y su desconocimiento de todo lo que le iba a afectar como niño y como
adulto con las secuelas que deja en la mente, el cuerpo y el espíritu el abuso
sexual. También le preocupaba la angustia de Manuel por su amigo.
En eso, Sebastián por fin supo lo que tenía que decir. Así que después de
respirar profundamente miro a los ojos a Manuel y le dijo: «Mira Manuelito,
hiciste bien en decirme lo que está pasando, pero no quiero que te sientas mal
porque tú no has hecho nada malo.
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«Ese “juego” no se juega»
Sé que estas confundido por lo que está pasando, pero ahora que tú me has
contado esto, yo me voy a encargar de ayudar a Mario sin que nadie, ni
siquiera él se entere lo que tú me has confiado.»
Manuel sintió que se había quitado un peso de encima por lo que había
expresado, y le prometió a su profesor que así iba a ser. En eso se despidió y
fue directo a buscar a Mario para mostrarle unos dibujos que él había hecho.
A Mario le dio mucho gusto saber que Manuel quería seguir siendo su amigo.
Entre ellos ya no volvieron a tocar el tema, pero ahora Sebastián estaba entre
la espada y la pared.
Él sabía que ese campamento no estaba diseñado para tocar estas temáticas,
pero viendo las circunstancias era imposible fingir que no pasaba nada. Ese
momento lo sacudió tanto, las lágrimas estaban a punto de brotar. Antes de
que alguien se diera cuenta como se sentía, se levantó rápidamente y se dirigió
a su habitación.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 3
El pasado del profe
Sebastián
«Muchas personas podrían pensar que a
partir de cierta edad los niños, o incluso
los adolescentes, ya deberían tener la
capacidad de decir NO, pero eso no es
verdad, porque una cosa es la edad
biológica y otra la edad o capacidad
psicológica para enfrentar una situación
de abuso sexual donde el depredador es
mayor y sabe perfectamente como
manipular a su vulnerable víctima.»
«¿Qué hago?», era la pregunta que no podía dejar de hacerse. Ver en Mario
una víctima que va a sufrir bastante fue sentir esa empatía con ese niño, ya
que él sabía que si Mario vivía en la misma casa de su depredador entonces
era obvio que los abusos iban a continuar.
Hecho que se repitió durante todo el año, debido a que esta persona lo
convencía de jugar a cambio de regalos y de darle mejores notas, siendo esta
la causa principal por la culpa que se generó a sí mismo.
Incluso puede sonar fuerte que lo diga, pero Sebastián se sentía bien al ser
tocado. Por su inocencia, inmadurez y falta de conocimiento no lograba
distinguir entre algo sexual a una sensación recibida o lo que se conoce como
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«Ese “juego” no se juega»
Además, porque siendo este maestro alguien respetado por su familia, quien
daba clases de valores, él pensaba que eso que pasaba no estaba tan mal. Era
como si este maestro lo hubiera hecho creer que al estar en un lugar
privilegiado entonces era imposible que se estuviera equivocando.
Sebastián por más que ya no quería recordar lo que le había pasado, era
imposible. Esto porque otras cosas peores ocurrieron. Como los padres de
Sebastián trabajaban durante las tardes y en las mañanas él iba a la escuela,
casi no los veía, se sentía muy solito y carente de afecto y atención. Los padres
de Sebastián confiaron en el maestro y el niño se iba después de clases a su
casa para recogerlo en la noche.
Los directivos sabían de esta situación, pero como el maestro se mostraba con
una actitud intachable, así como porque él tenía el permiso de los padres de
Sebastían pues era casi imposible que alguien sospechara.
Como él quería detener todo esto se puso los audífonos y las lágrimas
empezaron a salir sin control alguno. Se acostó en su cama para intentar
dormir algo mientras escuchaba música, pero era imposible. No había vuelta
atrás. Era como si una olla a presión estuviera a punto de explotar.
Una vez que abrió los ojos no podía dejar de mirar el techo. Se sentía agotado.
Ni él mismo comprendía porque estaba sintiendo esto que él pensaba que ya
había quedado en el pasado.
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«Ese “juego” no se juega»
Cada día era muy pesado para él, como si su vida pasara por un filtro color gris
y así veía todo. Al ser muy pequeño y no saber lo que le pasaba él no entendía
porque se sentía de determinada manera.
Delante de sus amigos él se mostraba muy feliz, pero ya cuando estaba solo en
su cuarto encerrado, él simplemente ya no quería vivir pidiéndole a Dios que
le enviara una enfermedad para morirse… Sin embargo, así como quería morir,
también quería vivir pues amaba tanto a su familia.
Él sabía que si se quitaba la vida iba a dejar un dolor muy grande en todos
ellos, tal y como sucedió con un compañero de clases que simplemente se
suicidó y nadie supo por qué lo hizo, pero era muy evidente el gran dolor que
dejó en todos ellos. Más tarde supo que eso era vivir en dualidad -una de las
muchas secuelas que deja el abuso sexual en la vida- y así no se puede vivir en
paz y en calma.
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«Ese “juego” no se juega»
Sebastián no tenía ganas de hacer nada, pero a la vez quería salir corriendo a
hablar con Mario, pero no podía porque había prometido no decir nada.
Dentro de él se escuchaba un grito silencioso donde le pedía ayuda al cielo
para saber qué decir y hacer.
Para entonces ya todos los niños debían estar en sus cabañas, así que sin
pensarlo mucho Sebastián se puso de pie. Rápidamente se dio cuenta que
todo estaba seguro y se dirigió a la cabaña del equipo azul donde se
encontraban Mario y Manuel.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 4
El profesor
Sebastián abrió su
corazón restaurado
«Necesitamos hacer un
llamado a la empatía, a la
sensibilización, a hacernos
más humanos porque eso es lo
que me preocupa, que cada día
somos más insensibles»
(Sonia Magali Cabrero Ruiz,
periodista y activista en contra del
abuso sexual infantil, en México)
En eso Manuel miró por la ventana y vio que era el profesor Sebastián y
simplemente abrió la puerta. Al oído le dijo a Manuel: «No te preocupes, sin
que nadie sepa lo que me dijiste, vengo a ayudar».
Manuel se puso nervioso porque no sabía que iba a pasar y tenía miedo que el
profesor le contara a Mario lo que le había dicho. Sebastián con voz alta les
pidió a todos que pasaran a la pequeña sala porque les quería contar una
historia.
Una vez que llegó el último de los niños, Sebastián les pidió a todos que lo que
iban a escuchar ahí no lo contaran con nadie del campamento. Si después lo
querían contar con sus padres o algún otro amigo estaba bien, pero por la
naturaleza de lo que les iba a decir preferiría que no se supiera para que no
generara alguna situación de rumores durante las actividades.
Después de decir el nombre de este señor, tuvo un bloqueo que pudo evadir,
ya que él sabía que no tenía mucho tiempo. Entonces continuando les dijo:
«Como les había dicho yo siendo un niño de alrededor de 7 años esta persona
me hizo creer que estábamos jugando un juego y abusaba de mí, de una
manera en que yo pensaba que era normal, pero no lo era.»
Los niños como que querían entender, pero no estaban seguros, entonces
Luis, otro niño que estaba presente, le pregunto: «Profesor no le entiendo, ¿A
qué se refiere con que él abusaba de usted?»
Sebastián pensaba que con decir sólo que abusaban de él, todos iban a
entender; pero el único que había captado la idea era Manuel, quien estaba
súper nervioso porque pensaba que iba a contarles a todos lo que él le había
dicho al profesor.
A Sebastián parecía como si le faltaba el oxígeno, pero una vez más se armó de
valor y les dijo: «Esta persona me quitaba mi ropa y me tocaba en todo mi
cuerpo. Yo era un niño y no tenía conocimiento de lo que es el abuso sexual
infantil (ASI).
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«Ese “juego” no se juega»
En esos días yo sentía los efectos del abuso, pero no sabía que me pasaba. Hoy
sé que cuando una persona pasa por un abuso sexual, incluso en el cerebro
hay algunos cambios que afectan la estabilidad emocional de las personas.
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«Ese “juego” no se juega»
Al final se dio cuenta que las otras personas sólo lo estuvieran usando como
un simple objeto, pues esa forma de relacionarse no era la adecuada.
Después de cerrar y abrir los ojos, procedió sin rodeos: «Por eso niños les pido
que se alejen de cualquier persona que intente tocarlos en sus partes privadas
o los obligue a tocarlos a ellos, bajo engaños de que solo es un juego, que los
quieren mucho, que es lo normal y no sé qué otras mentiras. Y cuando me
refiero a partes privadas estoy hablando del pene, las nalgas, incluso la boca.
Que no nos de vergüenza decirle a nuestro cuerpo por su nombre. Nuestro
cuerpo es nuestro y debemos protegerlo
Si no les es posible alejarse ¡Griten! griten tan fuerte que alguien los alcance a
escuchar. Huyan, porque les aseguro que el daño es muy grave. Ahorita
ustedes creen que porque ya tienen 9 años ya están protegidos, pero no.
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«Ese “juego” no se juega»
Conozco amigos que han pasado por esta desgracia a una edad mayor que la
de ustedes. Conozco a uno le tocó padecer este abuso teniendo 17 años.
Incluso, le puede pasar hasta un adulto.
Habrá gente que piensa que no es posible caer por tener esa edad, pero eso es
falso porque en el caso de mi amigo estaba bajo una especie de manipulación
y no se pudo escapar. Él por ser una persona inocente, sin malas intenciones y
sin información respecto al abuso sexual, no conocía las estrategias del
enemigo para engañarlo.
Por eso no tuvo la fortaleza y la visión para decir que ese juego no se juega.
Sobre todo, porque él estaba necesitado de amor, cariño, comprensión y al no
tenerlo en casa, fue presa fácil en las manos de su agresor.
Pero hoy ustedes sí lo saben, así que al primer signo de intento de abuso hacia
alguno de ustedes simplemente retírense.
No lo piensen dos veces, más vale prevenir que lamentar. Muchos han pasado
por esto y ha sido tan fuerte que, incluso, hay personas que se han quitado la
vida por no poder soportar el dolor. Hay personas como yo, que hemos
logrado salir adelante, pero después del abuso sexual ya no hay vuelta atrás.
Sí puedes sanar, pero el tiempo para sanar es muy largo y doloroso. No todos
tienen los medios para pedir, recibir y aceptar ayuda, así que eviten cualquier
situación de peligro. Si alguien los quiere llevar a algún lugar secreto sin el
permiso de sus padres digan ¡NO! ¡Corran! Y busquen ayuda de personas que
los protejan.
Créanme que, aunque uno no tiene la culpa, esta queda escrita en la mente, en
el cuerpo y en corazón, requiriendo mucho trabajo y tiempo de sanación para
borrarla. En algún momento nos damos cuenta que realmente no fue nuestra
culpa y nosotros como niños fuimos víctimas al ser engañados e inducidos
para caer en las trampas de ese delincuente y haber jugado ese “juego” que no
se juega.
Si el día de mañana alguno de ustedes pasa por este crimen llamado “Abuso
sexual infantil” nunca se guarden lo que sientan, pero no lo compartan con
cualquier persona. Busquen personas de confianza. Si es un adulto mejor
porque nosotros ya hemos vivido más experiencias y podemos comprenderlos
mejor.
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«Ese “juego” no se juega»
Nunca permitas que te hagan sentir mal. Tú vales porque existes. Mírate al
espejo y aprecia la creación maravillosa que eres. Ningún robot podrá
superarte. Tú tienes un gran corazón para sentir y expresarse. Tienes tanto
para dar y recibir. Estás vivo para vivir la vida viviendo.
Si alguien te insulta por tu forma de ser, pues ignóralos puesto que nadie tiene
derecho a hacerte sentir menos.
Siempre busca la felicidad, pero para alcanzarla tienes primero que conocerte.
Saber cuáles son tus fortalezas y debilidades. Porque tus fortalezas te
impulsaran a alcanzar más logros y al conocer tus debilidades podrás ser más
precavido para no cometer errores de los cuales después te podrías arrepentir.
Por eso es muy importante que te conozcas y sepas lo maravilloso que eres.
Ámate por como eres, no por lo que tienes. Así como estás ¡Quiérete! No
esperes a tener cierta edad para empezar a valorarte. Hazlo hoy, mañana y
pasado también. Porque si basas tu vida en el tener y no en el ser, vas a perder
el tiempo y hasta la vida. Cuando sabes lo que vales, todo lo demás llegará por
añadidura.
Puedes vivir con lo básico y ser muy feliz o tener mucho dinero y sentirte
insatisfecho, así que no esperes al mañana y hoy ámate.
Siempre recuerda que no tienes que ser la copia de nadie. Tú eres especial.
Tus parámetros de belleza tú los decides. Eres guapo a tu manera y eso es lo
más importante.
Y un punto muy importante, edúcate. Sí, estudia. Lee contenidos que te hagan
ser más inteligente porque la sabiduría que vas a recibir te protegerá de que
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«Ese “juego” no se juega»
otros te quieran engañar con falsos estilos de vida que llevan a una persona a
sufrir, principalmente aquellos que te hagan adicto a algo.
Por eso mis queridos estudiantes, siempre busquen tener un balance entre su
cuerpo, espíritu y mente. Si ustedes se mantienen firmes van a lograr ser la
mejor versión de ustedes mismos y a medida que vayan creciendo se darán
cuenta de lo importante que son y de cómo podrán ayudar a otros.
Habrá otros que los rechacen, pero no es porque tú tengas algo malo sino
porque esas personas no se lo merecen, así que guárdalos para quienes
realmente estén a tu altura.
Tu vida no tiene que ser un libro abierto donde todo mundo pueda tener
acceso para leerlo, pero tampoco te guardes todo para ti mismo porque las
personas estamos diseñados por Dios para compartir. Te aseguro que hay
cosas más importantes que sólo pensar en una sensación o sentimiento
pasajero.
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«Ese “juego” no se juega»
Ese vacío que siente una persona que ha pasado por algún abuso sexual solo se
puede llenar con Dios, pero también con ayuda psicológica. Por eso, si alguno
de ustedes ha sufrido lo que yo he vivido o por algo similar, no duden en
acercarse conmigo.
Después de darles las gracias por haberlo escuchado, les pidió a todos que se
dieran un fuerte abrazo. Y así fue, la realidad es que fue un momento tan
intenso que nadie lo interrumpió. Lo que el profesor Sebastián les contó jamás
se hubieran imaginado que le había pasado y el dolor que esto ocasionó en su
vida. Sobre todo, porque siempre lo veían tan contento y fuerte.
Una vez que terminó ese momento, el profesor Sebastián les pidió a todos que
se fueran a dormir. Él salió de la cabaña y se dirigió a su habitación para darle
gracias a Dios por haber puesto los medios para intentar orientar a los niños,
pidiéndole que quienes lo necesitaran, pudieran tener la valentía de acercarse
a pedir ayuda.
Sebastián les había hecho prometer a los niños que no contaran nada de lo
que habían escuchado, pero como sabía que eso podría no ser posible porque
nunca falta el chismosito que ande hablando. A la mañana temprano -antes
del desayuno- le pidió al director Omar un tiempo para contarle lo que había
pasado.
Una vez que finalizó Sebastián de hablar, el director le dijo: «¿Estás loco?,
¿Cómo se te ocurre hacer eso? Tú no eres el psicólogo de este campamento.
Aquí no venimos a hablar de esos temas. Cada niño tiene una familia y ellos
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«Ese “juego” no se juega»
tienen que arreglar sus propios problemas. Nosotros los trajimos aquí para
otra cosa.
Entiendo tus buenas intenciones, pero te pasaste de la raya. Voy a hacer como
que nada ocurrió, pero si vuelves a decir algo, te voy a reportar ante la
dirección y eso no creo que sea algo bueno para ti. Solo piensa en lo delicado
que son estos temas. Te pueden correr de la institución. Piensa en tu familia.
Haber, respóndeme, ¿De qué van a vivir si te corren?»
Sebastián intentaba hablar, pero Omar estaba tan enojado que no lo dejaba
hablar. Para tranquilizarse el director agarró una botella de agua y mientras él
la bebía Sebastián aprovechó y le comentó: «Entonces ¿Que se suponía que
debía hacer? Un niño está siendo abusado por su abuelo. Ya te expliqué las
consecuencias de un abuso sexual en los niños, lo traumas que se generan».
A lo que Omar le respondió: «Pues lo hubieras hablado con Marcos, para algo
lo trajimos como psicólogo. Tú tienes que entender que tu labor es cuidar las
instalaciones, organizar los juegos deportivos ¡Nada más! ¿Sabes algo? esta
platica no tiene razón de ser. Así que no quiero volver a escucharte hablar de
esto con ningún niño porque en el momento que lo hagas te vas del
campamento».
Con una voz muy firme le preguntó el director: «¿Queda claro lo que acabo de
decir?», a lo que Sebastián se sintió obligado a responder que sí.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 5
Protegiendo a dos
víctimas (Mario y
Esteban)
Al ver a todos los niños haciendo mucho escándalo cambió su cara, porque
tenía que ver el lado bueno de la vida, así que recargando su energía corporal
empezó a organizar los equipos para empezar el partido.
Una vez que terminó el último juego, ya cuando todos iban a las duchas para
prepararse para la comida, se le acercó otro niño del equipo azul diciéndole:
«Disculpe profesor Sebastián ¿Puedo hablar con usted?»
Poniendo su mejor cara le dijo: «Por supuesto que sí Esteban ¿Qué pasa?»
Sebastián notó que él estaba algo raro, como que no quería que nadie
escuchara la conversación.
Entonces Sebastián le pidió que lo mirara cara a cara y le dijo: «Ayer yo les
conté algo muy delicado de mi pasado. Se los dije porque los quiero proteger.
Realmente cuando llegué a la cabaña no sabía por dónde empezar así que
simplemente empecé a decir lo que se me venía a la mente. Tú puedes decir lo
mismo.
En eso Esteban no soportó más y se soltó llorando. Como en ese salón había
ventanas grandes -y no quería que nadie lo viera- hizo lo posible para
contenerse.
Para confortarlo Sebastián le dio un pañuelo que había en unos de los cajones
del salón. Se acercó a él, poniendo su mano en el hombro y le dijo que sea lo
que haya pasado ya no va a volver a ocurrir y que en ese momento no había
nada de qué preocuparse.
Una vecina que es amiga de mis padres me hace eso que usted nos platicó.
Yo también pensaba que era un juego…y ahora tengo mucho miedo de sufrir
lo que usted sintió por tantos años». Al terminar de confiar su secreto,
Esteban lucía como si hubiera soltado un costal muy pesado, hasta soltó un
suspiro de alivio.
En eso Sebastián le dijo: «Mira, esto que me pasó a mí, era porque yo no sabía
muchas cosas, pero contigo va a ser diferente. Nos vamos a armar de valor y
hablaremos con quién tú quieras para pedir ayuda.
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«Ese “juego” no se juega»
Esteban no accedió. Le dijo qué mejor después, porque tenía miedo de los
regaños o que le echaran la culpa. Además, él había accedido a jugar a ese
“juego” y, además, esta mujer le contó que si algún vecino la denunciaba por
tener la música fuerte cuando “jugaban” ella los iba a golpear tanto que iban a
terminar en el hospital.
Por eso decidió explicarle lo que pasaba al niño: «Mira, normalmente estas
personas amenazan a los niños haciéndoles creer que pueden lastimar a la
familia. Esto lo hacen porque saben que tú eres un niño muy bueno y les vas a
creer, pero te aseguro que una vez que intervenga la policía, ella irá a la cárcel
y no podrá lastimarte ni a ti ni a tu familia».
Esteban confiaba mucho en Sebastián, porque él sabía que su profesor era una
persona buena, porque se notaba que no le daba miedo decir las cosas con tal
de ayudar.
El profesor le dijo que estaba bien. Se iba a hacer lo que él quisiera, pero si se
volvía a sentir mal, que le avisara, pues él estaba ahí para escucharlo o para
explicarle lo que todavía no entendiera.
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Por otra parte, Sebastián no sabía qué hacer. Porque ya le habían llamado la
atención y estaba amenazado de que si tocaba el tema lo iban a correr del
instituto, así que se le ocurrió la idea de hablar con Marcos.
El dilema era como decirle lo que estaba sucediendo sin exponer su trabajo.
Entonces, después de terminar la comida, Sebastián se acercó a Marcos
preguntándole si le podía dar un momento, porque tenía algo que contarle.
Marcos inmediatamente le dijo que sí, así que se dirigieron a la sala de juntas
la cual en ese momento estaba desocupada.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 6
El silencio del
cobarde de Marcos
«Todo el mundo debe saber lo que es
el abuso sexual infantil y el daño que
se le genera a las víctimas, de lo
contrario nuestra sociedad se
seguirá cayendo a pedazos, porque
en la adultez se reflejan las heridas
de la infancia»
Al entrar a la sala, Marcos le dijo: «Bueno, tú dirás, ¿En qué te puedo ayudar?»
a lo que le respondió directamente: «¿Qué sabes de los programas de
prevención de abuso sexual infantil?». Definitivamente Marcos no esperaba
esa pregunta, pero respondió rápidamente que sabía su existencia, pero él no
los tenía.
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«Ese “juego” no se juega»
sobreviviente que había sufrido mucho en silencio lo que le había pasado, así
que no quería mantenerse indiferente.
Marcos después de escucharlo hablar así, se acobardó en decirle que no, por lo
que simplemente le expresó: «Déjame lo checo y te aviso». Aunque la
respuesta no le convenció mucho, por lo menos había una posibilidad de que
lo hiciera, así que después de darle las gracias se salió de esa sala donde
Marcos se quedó pensando en lo que iba a hacer.
Como él no se iba a quedar con esa respuesta le pidió que por favor no se
mantuviera indiferente. Le dijo que pensara en esos niños que están sufriendo
y en todas las consecuencias que van a seguir pasando porque ellos están
indefensos antes sus agresores.
Marcos le dijo que esos problemas eran para meter una denuncia penal y que
eso lo tenía que ver directamente con el director. De una manera muy
cortante se dio la media vuelta y dejó a Sebastián casi hablando solo. Como
cerca del lugar había niños no quiso armar ningún escandalo así que viendo
cómo se cerraba esa única opción, Sebastián no le quedo otra más que
quedarse callado.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 7
La reunión
extraordinaria
«Para proteger a las
víctimas, hay que exponer el
abuso, aunque esto genere
caos porque es la única
forma de proteger a las
víctimas y detener a los
depredadores de dañar a
otros niños o adolescentes».
Él quería tener el respaldo de todos para que quedara el antecedente del error
que Sebastián había cometido, ya que pensaba reportarlo antes las
autoridades del Instituto, pero sabía que necesitaba que todos estuvieran de
acuerdo, porque aunque el director se mostraba con mucha autoridad
realmente por dentro era un cobarde.
Una vez que todos recibieron el mensaje, uno a uno fue llegando a la sala. Al
entrar el último, se cerró la puerta y el director mostrando su enojo, se dirigió
a Sebastián diciéndole:
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«Ese “juego” no se juega»
Como Omar no sabía por dónde empezar, le pidió a Marcos que pusiera en
contexto a todos, pero como Marcos no estaba preparado para esa reunión
solo dijo que Sebastián estaba insistiendo en meter temáticas en el
campamento las cuales no eran parte de sus objetivos.
También les contó que él fue víctima de este crimen y que sufrió mucho por
eso. De ahí el motivo de su preocupación por lo que les está pasando a estos
niños.
Por favor Sr. director, usted está en ese puesto para orientarnos. Esos niños
son su responsabilidad y si encuentra algo que los está afectando, es su
obligación denunciar esto. Y no se diga de usted Marcos. Qué vergüenza que
teniendo una especialidad enfocada en la salud mental de los niños salga con
tremenda estupidez»
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«Ese “juego” no se juega»
Recordemos que los niños están siendo lastimados cruelmente y aun cuando
ellos ahorita no tengan conciencia, es necesario que alguien los ayude para
cuando estén listo puedan denunciar. No es fácil denunciar. A mí me tomó
muchos años para hacerlo, lamentablemente cuando lo hice a mis 33 años el
delito ya había prescrito y no pude hacer nada.»
Definitivamente para Sebastián había sido una semana muy cargada de tantas
emociones que en ese momento ya lo tenían muy cansado, pero a como pudo
tomó un fuerte respiro para agarrar un poco de energía diciendo:
Como nadie decía nada, les siguió diciendo: «Ahorita usted dice que hay que
denunciar, pero yo *cuando cumplí 28 años no estaba listo para hacerlo. Más
adelante cuando por fin me sentía preparado a los 33 años me encontré con una
ley que no me funcionaba, que no me apoyaba, que permitía a mi abusador
salirse con la suya y se olvidara el delito que había cometido en contra de mí*.
Entonces Sebastián se tomó un momento para pensar lo que iba a decir: «*Yo
antes era una persona que vivía en mucha oscuridad mental y emocional que me
comía. Que me mantenía en constante negatividad, en una falta de amor
propio. Con una autoestima totalmente baja. Una persona que no confiaba en sí
mismo. Una persona que no aplicaba la fe ya que su fe fue destruida
muchísimos años antes. Una persona con una oscuridad mental que no
superaba. Ese era yo antes.
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«Ese “juego” no se juega»
En mi vida no había esperanza, ya que *la esperanza es algo que dejé de tener
cuando este señor me hizo este daño tan grande y la redescubrí hace poquito
tiempo, cuando empecé a tener esperanza de que todo iba a estar bien.
Fue una etapa muy difícil en mi vida. Una etapa muy oscura que, sólo
enfrentando mis traumas, enfrentando mi abuso por lo que era, por un abuso
sexual y buscando justicia es como he logrado dejar todo eso atrás.
Si alguien le pregunta, usted solamente les dice que yo pedí permiso para
pedir apoyo al departamento de psicología donde puede que haya personal
más capacitado para saber qué hacer ante este tipo de situaciones. Lo que sí es
un hecho es que no podemos quedarnos callado y dejar a esos niños inocentes
ante esos delincuentes.
Qué esta situación nos sirva a todos para estar más abiertos a este tipo de
circunstancia siempre teniendo en mente que lo más importante de todo es el
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«Ese “juego” no se juega»
cuidado de nuestros niños, quienes el día de mañana van a ser nuestros líderes
y si queremos buenos líderes entonces debemos ayudarlos desde ahorita para
no tener representantes dañados, que sigan generando más problemas a
nuestra sociedad tal y como ocurre en nuestros países.»
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 8
La llamada
inesperada del
padre de
Esteban
«Si no cuidamos,
protegemos y damos
voz a los niños, pues
no somos una
sociedad, somos
animales, bestias,
pseudo-humanos»
(Sonia Magali Cabrero
Ruiz, periodista y activista
en contra del abuso sexual
infantil, en México)
El Sr. Jorge, padre de Esteban, con la voz quebrada le pidió que le explicara lo
que estaba pasando con su hijo, porque hace un momento su niño le marcó
para decirle lo que le había pasado, pero como él no sabía que hacer,
simplemente le dijo que no se preocupara que todo iba a estar bien pero
realmente no sabía que hacer, estaba desesperado.
Entonces Sebastián le pidió que hicieran una videollamada para hablar más
fácilmente del asunto. Cuando se conectaron a través de la Internet era
evidente que el Sr. Jorge había llorado mucho porque tenía los ojos rojos. Al
principio Sebastián prefirió esperar a que el Sr. Jorge hablara, pero como no
decía nada tomó la palabra y le dijo:
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«Ese “juego” no se juega»
Por otra parte, le pediría que venga por su hijo. Él lo necesita mucho. Mientras
tanto, trataré de no dejarlo y darle el apoyo que necesite en este tiempo.
Sé que pedirle que se tranquilice puede ser algo complicado para usted, pero,
así como muchos hemos logrado salir adelante después del abuso, seguro que
su hijo también lo va a lograr, sólo hay que tener fe en que así va a ser y hacer
todo lo necesario para su bienestar y sanación.
El Sr. Jorge no podía hablar, porque sentía que si lo hacía se iba a soltar
llorando. Entonces, Sebastián le pasó su teléfono personal comprometiéndose
a orientarlo también a él, si lo necesitaba.
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«Ese “juego” no se juega»
Sin embargo, uno de los niños que eran compañeros de Sebastián y estudiante
del maestro Pablo (quien era el agresor) se dio cuenta como una vez el
maestro lo tocó a él de manera inadecuada. Y en la confianza que le tuvo a su
maestra, a quien todas la conocían como Doña Mirna, le contó lo que había
sucedido.
Entonces ella, como sabía que Sebastián se iba a su casa mientras llegaban sus
padres, durante el recreo se acercó a él y de una manera muy tranquila le
preguntó que si alguien lo había tocado de alguna manera inapropiada.
Cuando Doña Mirna les empezó a contar lo que había descubierto, el padre de
Sebastián quiso salir a golpear a Pablo, pero la profesora lo pudo controlar.
En eso el director le pidió que tuvieran fe en que se iba a hacer justicia, pero
que por favor confiaran en ellos, debido a que un escándalo podría afectar a su
hijo.
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«Ese “juego” no se juega»
Como ya se iba a acabar el año, les ofrecieron a sus padres que se llevaran a su
hijo a su casa. Le dijeron que no se preocupara por las calificaciones, que le
iban a dar el año ya aprobado para que supuestamente Sebastián tuviera
tiempo para recuperarse, pero meses después se dieron cuenta que todo era
mentira.
Una semana después los padres volvieron a la escuela para saber en qué había
quedado el caso y se encontraron con la novedad de que el maestro Pablo, ya
no trabajaba ahí y que nadie sabía dónde estaba.
En esa videollamada les aseguró que su hijo estaba en buenas manos. También
les hizo hincapié sobre la necesidad de conservar la calma al llegar al
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«Ese “juego” no se juega»
Esa mañana, antes de que sus padres llegaran, Sebastián se acercó con Esteban
y le dijo que sus padres venían en camino. Le aseguro que todo iba a estar
bien.
Esteban se soltó llorando porque aun cuando iba a estar lejos de ella, le daba
mucho miedo de como lo fueran a ver sus padres. Para confortarlo Sebastián
le dio un abrazo. Le dijo que, así como él salió adelante, también él iba a estar
bien, porque ya no estaba solo, ahora tenía todo el apoyo de sus padres.
Una vez que Esteban se tranquilizó un poco, aprovechando que todos estaban
desayunando, fue a recoger sus cosas.
Esta situación se manejó con mucho tacto, ya que tanto el director, así como
los demás maestros y padres de familia estaban enterados del caso, siendo esta
la razón por la que se aseguraron de que ningún compañero estuviera
presente mientras Esteban se iba con sus padres.
Antes de partir, todos le dieron las gracias a Sebastián por la ayuda que les
había dado. Ahí fue cuando él supo cuál era uno de los objetivos de su vida:
Ayudar a las víctimas de abuso sexual infantil, así como a las familias, ya que
era evidente que este crimen los afectaba a todos.
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«Ese “juego” no se juega»
los otros posibles casos. Sebastián estaba muy agotado en ese momento así
que simplemente le dijo que no había recibido ninguna noticia.
Todo indicaba que esa institución también tenía cola que le pisen, por algunos
casos de abusos sexuales y encubrimientos, así que preferían evitar cualquier
escándalo.
Raquel estaba enfurecida así que nuevamente fue a buscar a Sebastián para
preguntarle si estaba de acuerdo en que tuvieran otra junta, a lo que él
inmediatamente le dijo que sí.
Entonces Raquel les mando mensaje por celular a todos notificándoles que era
urgente tener una reunión después de la comida.
Al llegar a la sala ya todos tenían idea de cuál era el tema, así que sin
preámbulos Raquel les informó la noticia del director. En eso Omar tomó la
palabra y dijo:
En eso la Sra. Silvia le dijo al director: «¡En serio sr. director!, ¿A poco usted
piensa que somos tan tontos para creernos ese cuento? Es obvio que
terminando este campamento se van a olvidar del asunto y ya nadie va a hacer
nada.
Seguramente han de ser una bola de inútiles como el psicólogo que tenemos
aquí que por lo visto no sirve para nada». Marcos para evitar un conflicto hizo
como que no había escuchado.
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«Ese “juego” no se juega»
Yo sugiero que ahorita hagamos como que no sabemos nada, pero una vez que
los niños lleguen a su ciudad alguno de nosotros lo acompañe con sus padres
y les diga lo que está pasando. Hay estrategias para que los niños cuenten
cuando son abusados sin afectar su confianza a los demás».
Siendo una tarde de verano, viendo como sus hijos estaban jugando en el
jardín, Sebastián se cuestionó acerca de lo que tenía que hacer. En eso, se le
ocurrió escribir un libro.
Por más que Sebastián pedía un poco de inspiración para su libro parecía que
estaba bloqueado. De repente al cruzar una calle se topó con un pequeño
parque donde había niños jugando.
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«Ese “juego” no se juega»
mezclar todas las palabras llegó a la conclusión de que su libro se iba a llamar
«Ese “juego” no se juega».
Una vez que regresó a casa le contó a su esposa lo que iba a hacer. Ella lo
apoyó y le dijo que le iba a ayudar a publicar ese libro. Sebastián estaba muy
feliz por la vida que tenía, dándose cuenta de que Dios nunca lo dejó sólo,
porque aún en la desgracia siempre hubo algún aliado solidario que le
extendió la mano cuando sentía que se estaba hundiendo. Y ahora él quería
ser un aliado solidario para otros.
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«Ese “juego” no se juega»
CAPÍTULO 9
Sebastián grita: «No más
silencio y exige la ley del
derecho al tiempo»
Una vez que terminó de escribir el libreto principal, le pidió a su esposa que lo
leyera, porque ella al ser maestra de español en una preparatoria le ayudó en
la redacción.
Aun cuando se sentía satisfecho por el trabajo realizado en el libro, sentía que
no era suficiente, así que se comunicó con un par de amigos (Jimmy y Juan)
quienes también habían pasado por este tipo de abusos, invitándolos a cenar a
un restaurante de su ciudad porque quería contarles algo.
Al entrar al lugar ninguno de ellos se imaginaron que esa noche la vida de los
tres iba a dar un giro inesperado. Ya que después de mostrarles el borrador de
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«Ese “juego” no se juega»
su libro, Sebastián les pidió que lo ayudaran a impulsar una ley donde los
delitos sexuales contra menores no prescribieran.
O por lo menos que no prescriban en tan pocos años, porque ahora que él
quería denunciar a su agresor, ya no podía porque el delito ya había prescrito.
Esto lo quería llevar a cabo porque sabía que hacerlo también era parte de su
sanación, así como quería dejar bien en claro ante la sociedad la magnitud de
este crimen para advertirle a estas personas, sean hombres o mujeres, que
quienes abusan sexualmente a un menor, ya sea con tocamientos o sin ellos,
con violencia o sin violencia, con consentimiento o sin el, pues hay muchas
formas de agredir sexualmente a los niños, están incurriendo en un delito muy
grave que se paga con cárcel.
Un mes después el libro ya estaba listo y era necesario presentarlo. Con ayuda
de otras personas, Sebastián presentó su libro ante todos los medios de
comunicación, lo cual sirvió para presionar a los diputados a agilizar la
modificación de esta ley obsoleta.
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«Ese “juego” no se juega»
Entonces quiero que mi libro sea un material de esperanza tanto para proteger
a nuestros niños y adolescentes, así como para ayudar a las víctimas. Es decir,
que sirva de prevención, pero también de atención y sanación del abuso
sexual infantil»
Pero, muchos años después pude comprender que realmente el poder que el
agresor tiene sobre su víctima va más allá de lo racional. Pero mientras
alcanzaba ese grado de comprensión, el dolor era tan intenso e indescriptible.
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«Ese “juego” no se juega»
Por eso es importante que todos los padres de familia tengan presente que sus
hijos pudieron haber sido abusados y seguramente hubieran deseado que
alguien los ayudara. Hay que tener empatía con las víctimas.
«* Recuerdo que una terapeuta que tuve me recomendó que me levantara todos
los días pensando que todo iba a estar bien. Entonces, a pesar de cómo me
sintiera, que, si hubiera dormido poco o mucho, a pesar de que tuviera un día
muy ocupado, enfermo o lo que fuera ya que me levantara pensara en que todo
iba a estar bien. Era lo primero que pensaba cuando abría los ojos.
Hasta que todo empezó a estar bien. Y ese cambio me dio esperanza. *
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«Ese “juego” no se juega»
Una vez que terminó de decir lo anterior, otra persona levantó la mano
pidiendo la palabra haciéndole la siguiente pregunta: «¿Cómo es tu relación
con Dios?»
Parecía que la prensa se había puesto de acuerdo para hacer preguntas que
llegaban directamente a su corazón y que retumbaban en su cabeza. Como ya
no se sentía en el banco de los acusados simplemente respondía lo primero
que se le venía a la mente:
«*Por mucho tiempo estuve enojado con Dios. De hecho, el utilizar la frase
“gracias a Dios” es parte terapéutico. Es parte de esa recuperación de mi fe, y de
mi espiritualidad que fue totalmente dañada y destruida por este señor y mucho
más pisoteada por la * institución* que lo encubrió.
Yo crecí con mis padres quienes me educaron con una espiritualidad religiosa la
cual fue destruida. Entonces el camino ha sido muy duro para poder recuperar
una espiritualidad muy personal con Dios.
Antes yo quería todos los días morir, hoy quiero vivir y aprovechar las
oportunidades que me de la vida para seguirle dando un propósito. Seguir
descubriéndome como persona. Seguir alimentándome como persona. La vida es
maravillosa. Me pone vivencias que me llenan y me alimentan y me ponen
personas que me enseñan, me inspiran a seguir adelante*.»
1
Tomado del testimonio de James Hamilton, sobreviviente de ASI en Chile. Minuto 14:18 del video en
https://www.youtube.com/watch?v=v5y9tuJk6Kg
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«Ese “juego” no se juega»
Aclarando que *esto que hago no es sólo por mi sanación y por las personas que
mi mensaje pueda alcanzar. También es una sanación para ellos. Para mis
padres que son personas hermosas que tampoco merecían por eso. Porque ellos
confiaban en este abusador
Todos merecemos Amor, Respeto y Dignidad, hayamos vivido lo que hayamos
vivido. Te hayan hecho lo que te hayan hecho*.»
CONTINUARÁ…
Nota: El texto que está rodeado de * * corresponde a la entrevista realizada por Sonia
Magali en su canal de Youtube, el cual ha sido tomado con autorización de ella para
expresar lo que en su momento expresaba su entrevistado.
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«Ese “juego” no se juega»
MI REFLEXIÓN PERSONAL
Hoy que has terminado de leer esta historia, quiero contarte mi versión de la
realidad para que tú puedas estar más alerta y no caigas en ninguna situación
de riesgo.
Por otra parte, como vimos en la historia, es necesario que en cuanto tengas el
presentimiento de que alguien quiere tocarte de manera indebida o
manipularte y obligarte a hacer cosas que dañarán tu mente, tu cuerpo y tu
espíritu, te alejes. Recuerda que aunque seas pequeño tienes derechos y uno
de ellos es a decir ¡No! A lo que no quieres. Deja bien en claro que ese juego
no te gusta y retírate inmediatamente de ese lugar.
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«Ese “juego” no se juega»
A lo mejor hay niños que lamentablemente han sido abusados en sus familias,
escuelas o cualquier otra institución a la que han pertenecido. Si tú te enteras
de algún caso, es importante por respeto no andar contándolo y menos
burlarte, pues ese niño no tuvo culpa de nada y no es motivo de vergüenza.
Esa responsabilidad es solo del perpetrador. Al contrario, debes ser sensible y
empático.
Y esto no es porque este loco, sino que cuando alguien pasar por alguna de
estas circunstancias sus emociones se desestabilizan. Así como cuando vamos
al médico porque nos enfermamos de gripa o de tos, pues ellos también
necesitan apoyo para evitar que esa situación les genere algún problema a
futuro.
Por eso es importante que todas las personas que han pasado por algún tipo
de abuso sepan que no fue culpa de ellos. Qué también tienen derecho a ser
feliz. Pero para dar el paso es necesario no caer en el victimismo, buscar ayuda
y convertirse en un héroe donde la principal vida que se salve es la de uno
mismo.
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«Ese “juego” no se juega»
Muchas gracias por haberme prestado tu tiempo para leer este libro, estando
seguro de que los conocimientos que has adquirido hasta este momento te
permitirán proteger tu cuerpo, tu alma y tu mente; así como ayudar a aquellas
personas que podrían estar sufriendo por haber jugado ese “juego” que no se
juega.
Rubén Tapia
Ingeniero por la vida
DEDICADO A:
• A Sonia Magali por ser una persona muy entregada a la causa, quien sin
necesidad de estar involucrada ha tomado la decisión de luchar contra este
crimen de la humanidad donde se han dañado vidas enteras, ocasionando que
estos niños cuando crecen se convierten en personas vulnerables para un
sistema que los empuja a una vida de adicciones, promiscuidad y mucho
sufrimiento.
Sabemos que la lucha es enorme y que aun cuando no contamos con todos los
recursos, el saber que hay personas tan maravillosas como usted, me motiva a
no quedarme callado y poner mi granito de arena en la prevención y apoyo a
las víctimas.
También gracias por todas sus aportaciones en este libro, definitivamente sin
usted, esta obra no hubiera quedado con la misma calidad con la que se
presenta
Por otra parte, quiero dedicarles este libro a todos los sobrevivientes de ASI
que buscan el cambio en nuestra sociedad. A nombre de todos los que
buscamos la verdad y la justicia «MUCHAS GRACIAS»
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«Ese “juego” no se juega»
AGRADECIMIENTO A:
A Vanessa de Jesús Ortiz Sandoval por haber digitalizado esta obra de una
manera tan impresionante que me llena de felicidad ver cada uno de los
dibujos que se muestra.
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«Ese “juego” no se juega»
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………………………………………… 3
Capítulo 9 – Sebastián dice: «No más silencio y la ley del derecho al tiempo» …………… 48
Mi reflexión personal……………………………………………………………………………………………………. 54
Dedicatoria……………………………..……………………………………………………………………………………. 56
58
«Ese “juego” no se juega»
Los enlaces para adquirir los otros libros disponibles los encuentra en
www.generacionporlavida.org
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