La Doctrina de La Seguridad Nacional

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LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

La seguridad nacional se consolidó como categoría política durante la Guerra Fría, especialmente en las
zonas de influencia de Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra Mundial, este país rescató el uso
político que la palabra seguridad ha tenido desde la antigüedad, para elaborar el concepto de “Estado
de seguridad nacional”. Este concepto se utilizó para designar la defensa militar y la seguridad interna,
frente a las amenazas de revolución, la inestabilidad del capitalismo y la capacidad destructora de los
armamentos nucleares. El desarrollo de la visión contemporánea de seguridad nacional ha estado
determinado por este origen y fue influenciado por la estrategia estadounidense de contención. La
ideología del anticomunismo, propia de la Guerra Fría, le dio sentido, y la desconfianza entre las
naciones le proporcionó su dinámica. Con la generalización del uso de esta categoría política el plano
militar se convirtió en la base de las relaciones internacionales. Esta tendencia se manifestó a través de
confrontaciones armadas y del intervencionismo de las grandes potencias en los países del denominado
Tercer Mundo.
La seguridad nacional tuvo una variante en América del Sur: la Doctrina de Seguridad Nacional. Esta
variante mantuvo la idea de que a partir de la seguridad del Estado se garantizaba la de la sociedad.
Pero una de sus principales innovaciones fue considerar que para lograr este objetivo era menester el
control militar del Estado.
El otro cambio importante fue la sustitución del enemigo externo por el enemigo interno. Si bien la
Doctrina de Seguridad Nacional ubicó como principal enemigo al comunismo internacional, con
epicentro en la Unión Soviética y representación regional en Cuba, entendía que era a Estados Unidos a
quien correspondía combatir a esos países. Los Estados latinoamericanos debían enfrentar al enemigo
interno, materializado en supuestos agentes locales del comunismo. Además de las guerrillas, el
enemigo interno podía ser cualquier persona, grupo o institución nacional que tuviera ideas opuestas a
las de los gobiernos militares.
La Doctrina de Seguridad Nacional es una concepción militar del Estado y del funcionamiento de la
sociedad, que explica la importancia de la “ocupación” de las instituciones estatales por parte de los
militares. Por ello sirvió para legitimar el nuevo militarismo surgido en los años sesenta en América
Latina. La Doctrina tomó cuerpo alrededor de una serie de principios que llevaron a considerar como
manifestaciones subversivas a la mayor parte de los problemas sociales. Tales principios tuvieron
diversas influencias y se propagaron y utilizaron de manera diferente en distintos lugares. Por ello la
Doctrina no se sistematizó, aunque sí tuvo algunas manifestaciones claras, que sirven de base para
definirla y entenderla.

La Doctrina de Seguridad Nacional ha sido el mayor esfuerzo latinoamericano por militarizar el concepto
de seguridad. Además, al ubicar el componente militar en el centro de la sociedad, trascendiendo las
funciones castrenses, la Doctrina se convirtió en la ideología militar contemporánea de mayor impacto
político en la región.
Su importancia también radica en que se desarrolló por circunstancias ideológicas y políticas externas a
la región y a las instituciones castrenses mismas. No cabe duda entonces de la necesidad de conocer
más esas circunstancias, ya que han sido útiles para guiar el comportamiento militar más allá de las
funciones que le son propias.
La Doctrina de Seguridad Nacional es un fenómeno regional derivado de la influencia externa, pero con
gran variación en sus manifestaciones particulares. A diferencia del viejo militarismo, la Doctrina de
Seguridad Nacional–justificadora del nuevo militarismo– no se circunscribió a las sociedades donde se
gestó. Afectó a las instituciones castrenses y a las sociedades de la región, aun a aquellas donde no hubo
gobiernos militares. Naturalmente, las instituciones y sociedades más afectadas fueron las que crearon y
aplicaron a plenitud la Doctrina de Seguridad Nacional, como es el caso de Brasil. Pero también fueron
influenciadas instituciones militares que se mantuvieron subordinadas al poder civil y sólo acogieron de
manera fragmentada las enseñanzas de esta doctrina, como sucedió en Venezuela y Colombia. Así
mismo, hubo diferencias entre las instituciones militares de la mayor parte de los países de América del
Sur y las del resto de América Latina. En general, los países sudamericanos son más complejos y su
ubicación geográfica tiene menor importancia estratégica. De hecho, en esta zona no ha habido
intervención militar directa de los Estados Unidos. Estas y otras circunstancias condicionaron el efecto
de la Doctrina de Seguridad Nacional en el proceso político de los distintos países del área. Con el
tiempo, la Doctrina se convirtió en una especie de “razón social” o rótulo usado por variados sectores
sociales para identificar, generalmente con connotaciones ideológicas y fines políticos, a una amplia
gama de acciones llevadas a cabo por los militares de la región. Este rótulo ha servido para hacer
denuncias públicas y privadas de acciones claramente criminales y de excesos dudosamente compatibles
con las leyes o con las normas castrenses, pero también para descalificar prácticamente cualquier tarea
militar. Con frecuencia, la Doctrina se equipará con arbitrariedades o violaciones de los derechos
humanos cometidas por organismos militares, sin que medie explicación alguna de por qué tales
acciones se ubican dentro de una definición doctrinaria. La mayoría de las referencias a la Doctrina
parten de un supuesto conocimiento de su significado y rara vez se proporciona una aclaración adicional
de lo que se entiende por este término.

En los años ochenta, comenzó en América Latina el llamado proceso de redemocratización. Los
gobiernos estadounidenses ya no creen que los regímenes militares sean necesarios, o siquiera
tolerables en la región. Inclusive, buscan reducir la importancia de las instituciones armadas. Además,
los retos subversivos han desaparecido casi por completo y el panorama militar ha variado de manera
drástica. Por primera vez en más de un siglo, las dictaduras en el continente son casi inexistentes. No
hay apoyo internacional al modelo militar, no hay soporte externo a los movimientos subversivos y las
instituciones castrenses se encuentran en una especie de “crisis existencial.” Esta crisis se debe al
cambio de las funciones políticas de las fuerzas armadas, particularmente a la tendencia a la
desaparición de aquellas tareas ajenas a su papel profesional, al debilitamiento de las que les son
propias y a la incertidumbre que todo ello ocasiona. Quienes ahora cuestionan el comportamiento
político castrense en la región lo hacen generalmente desde una perspectiva distinta de la mera
denuncia. Esta crítica constructiva concuerda con la necesidad de redefinición de las funciones militares
tradicionales en el Estado contemporáneo creada por la crisis existencial mencionada. Pese a que no hay
claridad sobre la relación que guardan estas inquietudes con la Doctrina de Seguridad Nacional, gran
parte de las modificaciones que han sido planteadas tiene que ver con su legado. Este artículo consta de
dos partes y define de manera histórica la Doctrina de Seguridad Nacional. La primera parte identifica
los antecedentes, gestación, desarrollo y declinación de la Doctrina, mientras que la segunda se refiere a
sus características básicas y a sus diferentes manifestaciones nacionales. El artículo culmina con un
epílogo relacionado con los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos y su vinculación con el fin
de la Guerra Fría. Etapas de la Doctrina de Seguridad Nacional Para comprender la llamada “Doctrina de
Seguridad Nacional” conviene dividir su desarrollo en cuatro etapas: antecedentes, gestación, desarrollo
y declinación.
● La primera corresponde al militarismo suramericano del siglo XX, y en ella se aprecian factores
que más adelante facilitaron el desarrollo de la Doctrina.
● La segunda etapa se caracteriza por la creciente influencia político-militar de Estados Unidos en
América Latina, y se ubica entre los inicios de la Guerra Fría y la víspera de la Revolución
Cubana.
● La tercera etapa, marcada por el nacimiento de movimientos insurgentes en la región y el
desarrollo de un militarismo de nuevo cuño, comienza con dicha revolución y continúa hasta la
segunda mitad de los años setenta.
● La etapa final de declinación de la Doctrina se inicia con el gobierno del presidente Carter y el
cambio en la concepción estratégica estadounidense, y se prolonga con el ascenso de los
gobiernos civiles en la región hasta la finalización de la Guerra Fría.

VIEJO MILITARISMO

Las raíces del militarismo suramericano de la primera mitad del siglo XX se remontan al siglo XIX. Entre
ellas sobresalen el desarrollo simultáneo de las instituciones militares y los Estados nacionales, y la
influencia ibérica y europea. El proceso de formación de los Estados nacionales en Suramérica durante
el siglo XIX tuvo como común denominador la inestabilidad económica y la dificultad de integración
social. Por lo general, las instituciones militares fueron más fuertes que las demás instancias estatales,
lo que facilitó que se autoproclamaran como dinamizadoras de la economía e integradoras de la
sociedad. Los militares creían que tenían el derecho a ocupar un lugar preeminente en la sociedad por
sentirse forjadores de la nación al llevar a feliz término las guerras de independencia. Este sentimiento
aún está vigente, al igual que la certeza de ser responsables de mantener la identidad nacional a través
de la afirmación de sus valores básicos. La idea de que ellos son la salvaguardia de la patria y de que la
manera ideal de servirla es por medio de la carrera de las armas también se remonta al siglo XIX. Su
concepto de patria, como identidad territorial propia, lo equiparan al concepto de nación. De estas
ideas se desprende que el último recurso que tiene la sociedad para salir de sus crisis es recurrir a la
orientación de sus instituciones militares. Con el apoyo de esta ideología, el militarismo tradicional
corrió parejo con la profesionalización militar, por lo menos hasta los años cincuenta del siglo XX. La
fuerte tradición ibérica en América del Sur durante el siglo XIX planteaba como función militar la
intervención en la política interna de los países. Esta tradición fue reforzada por la tendencia militar a
influir en los asuntos civiles que resultó de la manera como se formaron los Estados nacionales en la
región. Estas características se complementaron, ya bienavanzado el siglo XX, con la absorción de
principios militares de la España franquista, como presupuesto doctrinario de la seguridad nacional.
Ejemplo de ello son las enseñanzas de J.A. Primo de Rivera sobre la obligación militar de intervenir en
política cuando aspectos “permanentes” y no “accidentales” de la sociedad están en peligro. La
diferenciación entre estas categorías corría por cuenta de las instituciones castrenses. Esta influencia
ibérica sobre las fuerzas armadas suramericanas fue reafirmada por las nociones de defensa nacional
ligadas a las doctrinas geopolíticas europeas de corte darwiniano del siglo XIX. Tales nociones, que no
sufrieron cambios significativos con el nuevo orden internacional creado por la Segunda Guerra
Mundial, hacían énfasis en la concepción orgánica del Estado, el carácter estratégico de los recursos
naturales y las fronteras, y el conflicto potencial entre países vecinos, motivado por la competencia por
el control del espacio y los recursos limitados. Estos factores fueron básicos en la configuración del viejo
militarismo y se proyectaron hacia el que emergió en los años sesenta y su justificación doctrinaria. En
la formación de la geopolítica latinoamericana también estuvieron presentes concepciones como la de
la “guerra total” del general alemán Erich von Ludendorff. En ella se enfatizaban los aspectos
psicológicos y la visión monolítica de la sociedad, basada en la fuerza “anímica” del pueblo y la
eliminación de la oposición. Así mismo, la noción bismarckiana sobre el papel central del ejército en la
unidad nacional tuvo influencia destacada en el papel central asumido por los militares en la
orientación del desarrollo económico. Todas estas semillas de las dictaduras militares suramericanas
germinaron gracias a que cayeron en la tierra fértil de unas organizaciones sociales tradicionales, donde
el juego político era ante todo privilegio de las élites. Y a diferencia de Suramérica, donde el viejo
militarismo tuvo raíces en los ejércitos de la independencia, en Centroamérica y el Caribe el militarismo
surgió de la ocupación militar de Estados Unidos.

INFLUENCIA POLÍTICO-MILITAR DE ESTADOS UNIDOS

La Guerra Fría surgió de la bipolaridad política e ideológica en que quedó dividido el mundo al finalizar
la Segunda Guerra Mundial y de la competencia de los dos bloques mundiales por el control estratégico
de las áreas geográficas. La rápida invasión militar y sometimiento político de los países de Europa
Oriental por parte de la Unión Soviética en la fase final de esa guerra, aceleró la reacción de los Estados
Unidos contra el comunismo. El Acta de Seguridad Nacional, promulgada en Estados Unidos en 1947,
fue el principal instrumento para el desarrollo de la concepción del Estado de seguridad nacional. Esta
ley dio al gobierno federal el poder para movilizar y racionalizar la economía nacional al involucrar a los
militares en ella, preparándolos para la eventualidad de una guerra. Por medio de esa ley se crearon el
Consejo de Seguridad Nacional (NSC) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), instituciones que
establecieron un nuevo patrón para el Estado y la sociedad, en virtud del papel hegemónico que asumía
Estados Unidos en el concierto político mundial. Fue la ratificación formal de la Guerra Fría, que
identificó a la Unión Soviética como el enemigo principal, a quien se consideraba responsable de las
guerras anticoloniales y los procesos de cambio social del momento. Se determinó, además, que el
medio para su control sería la aplicación del concepto de contención, mediante el cual se utilizaban los
medios disponibles para evitar su expansión. Poco después apareció la concepción de guerra limitada –
que excluye la confrontación atómica– como el instrumento principal del conflicto. La guerra de Corea,
en la primera mitad de los años cincuenta, fue la concreción inicial de este tipo de enfrentamiento.
El desarrollo institucional de la política estadounidense hacia América Latina facilitó el que se difundiera
la concepción norteamericana de seguridad nacional.

Comenzó así a gestarse lo que más adelante se conocería como Doctrina de Seguridad Nacional. En
1945, los países del continente firmaron un conjunto de acuerdos conocido como Acta de Chapultepec.
La Resolución Octava del Acta contemplaba la defensa colectiva del continente frente a la aún
inconclusa guerra mundial. El “Plan Truman” de 1946, que propuso la unificación militar continental,
concordaba con esa resolución. Ambas medidas fueron la antesala del Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca (Tiar), firmado en Río de Janeiro en 1947. Este acuerdo fue clave para la unificación
americana de la política militar, ya que implicó la integración de las instituciones militares de América
Latina a un bloque bélico cuya dirección estratégica estaba a cargo de Estados Unidos. La creación de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948 proporcionó el piso jurídico-político para que
otros organismos, como la Junta Interamericana de Defensa –creada en 1942– y el Colegio
Interamericano de Defensa (órganos de apoyo del Tiar), pudieran articularse en forma plena a la
orientación estadounidense.

En 1950, el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense aprobó el Memorando 68, que formuló la
estrategia militar internacional de los Estados Unidos. Dada su vinculación institucional con el país del
Norte, América Latina quedaba cobijada por lo aprobado en ese documento. Restaba buscar una mayor
homogeneidad en la organización y la tecnología militares. Los programas de ayuda militar bilaterales
(MAP), ejecutados entre 1952 y 1958, fueron el punto de partida para que los ejércitos latinoamericanos
se afincaran en la órbita tecnológica y operativa de Estados Unidos. En la misma dirección influyó la
guerra de Corea, pues sus aplicaciones fueron usadas para desarrollar programas de información y
entrenamiento para los latinoamericanos que adelantaron cursos militares en Estados Unidos. Esos
programas se impartieron desde 1953, al amparo de la “Ley de defensa mutua” formulada dos años
antes. El entrenamiento militar de latinoamericanos en Estados Unidos y más tarde en la Zona del Canal
en Panamá, contribuyó a la transferencia de la concepción norteamericana de seguridad nacional a los
ejércitos de la región. El modelo geopolítico estadounidense de la Guerra Fría se desarrolló sobre la base
de la geopolítica clásica de origen alemán e inglés y se conjugó con la llamada teoría realista de las
relaciones internacionales. Ese modelo parte de considerar un mundo anárquico, en el cual cada Estado-
nación es responsable de su propia supervivencia, al confiar sólo en sí mismo para protegerse de los
demás. Plantea además la necesidad de mantener el statu quo como la situación más segura, tanto en el
plano nacional como en el internacional. En este último plano, propende por el sostenimiento del orden
jerárquico y las posturas hegemónicas. La tutela hegemónica se justifica al considerar que la democracia
sólo es posible en los Estados modernos. Por eso, sobre la base del modelo, se creyó necesario proveer
seguridad a los regímenes de los países atrasados frente a la influencia de la Unión Soviética. El apoyo a
las dictaduras militares fue la manera más expedita para la aplicación de estos principios. Los pocos
gobiernos legítimos pero inestables de América Latina se dejaron llevar por la tutela estadounidense y
abandonaron su función de orientar la política militar. No se percataron de los alcances de la concepción
de seguridad que se había desarrollado en el hemisferio occidental después de la Segunda Guerra
Mundial. Al no darle importancia a la problemática militar, se desentendieron de conocerla: nunca
analizaron la misión y las funciones específicas de las fuerzas militares, ni impartieron guías al respecto.
Las clases políticas toleraron a los militares y les reconocieron su utilidad sólo en los momentos de
conflicto. Se preocuparon de las “externalidades” del ejercicio del poder militar solamente cuando éste
era explícito. Pero una vez que los militares dejaban los gobiernos se acababa la atención. De esta
manera, el campo de la política militar de Estado quedó disponible y fue ocupado por las instituciones
castrenses que estaban bajo la influencia del estado de seguridad de Estados Unidos.

REVOLUCIÓN CUBANA Y POLÍTICA HEMISFÉRICA

Terminada la guerra de Corea y derrotado el Ejército colonial francés en Indochina, en 1954, se presentó
una oportunidad para el desarme por medio de las conversaciones de distensión de la Guerra Fría que
se prolongaron hasta 1960. Sin embargo, al inicio de la siguiente década, durante el gobierno del
presidente Kennedy, se revivió con fuerza el Estado de Seguridad Nacional. La manifestación principal de
esta resurrección fue la política hacia Indochina: Estados Unidos ejerció control sobre Vietnam del Sur y
buscó la conquista de la parte Norte. Al mismo tiempo, el triunfo de la revolución cubana en América
Latina justificó la abortada invasión a Cuba, planeada por el gobierno de Kennedy en 1961.
El episodio de los misiles soviéticos, en 1962, le proporcionó la dinámica final a un proceso mediante el
cual la región latinoamericana ingresó en forma activa –aunque como actor secundario– al concierto de
la Guerra Fría.

El triunfo de la revolución cubana impulsó la formulación suramericana de la Doctrina de Seguridad


Nacional. Ella sirvió de acicate para que se elaboraran teorías orientadas a explicar y dirigir procesos
políticos de cambio que la contrarrestaran. Ejemplo destacado fue la llamada “teoría de la
dependencia”, que fue una mezcla de neomarxismo con teorías de la Comisión Económica para América
Latina de la Naciones Unidas, Cepal. Su tesis más conocida plantea que la dependencia externa de la
región es un factor negativo que apoya el subdesarrollo. Así mismo, fueron retomadas las doctrinas
marxista-leninista y maoísta para legitimar la efervescencia de la rebeldía. A ellas se agregaron la propia
doctrina revolucionaria cubana, enunciada principalmente por Ernesto Che Guevara y complementada
por el francés Regis Debray. Estas formulaciones proporcionaron argumentos para legitimar diversos
movimientos armados en varios países de la región. Así floreció lo que puede denominarse la era
revolucionaria de América Latina. Su fermento fue la sobreideologización de las juventudes de clase
media y de numerosos grupos sociales a todo lo largo y ancho de una región que se consideraba
destinada a orientar un proceso político de trascendencia universal. Pocos países se salvaron de albergar
en su seno movimientos guerrilleros que se dieron a la tarea de “liberar a sus naciones del yugo del
imperialismo”. Cuba se constituyó en el punto de referencia obligado de las “vanguardias
revolucionarias”, no solamente como modelo para seguir, sino también como centro de entrenamiento
de cuadros guerrilleros. América Latina se convirtió entonces en el campo para enfrentar una subversión
considerada en los medios castrenses como parte de la Guerra Fría. Además del viejo militarismo y la
ideología político-militar estadounidense, los militares latinoamericanos acudieron a los principios
desarrollados en Francia para confrontar los movimientos de independencia en Indochina y Argelia. Los
franceses habían creado la “doctrina de la guerra revolucionaria” y tácticas de “contrainsurgencia”,
elementos que fueron fundamentales para la elaboración doctrinaria y su aplicación práctica20. Sobre
estas bases, los militares construyeron la Doctrina de Seguridad Nacional, que sirvió para legitimar un
militarismo de nuevo cuño.

El desarrollo de la Doctrina de Seguridad Nacional fue funcional a la política norteamericana hacia


América Latina, ya que su planteamiento esquemático concordaba con el simplismo con el que Estados
Unidos abordaba los problemas sociales de la región. Desde los años cincuenta, las políticas
norteamericanas hacia América Latina estuvieron determinadas por una concepción mecánica de
“inestabilidad” regional. El comunismo era percibido como la causa principal de la inestabilidad política,
y ésta a su vez era considerada como la principal amenaza para la seguridad del hemisferio. A partir de
los años sesenta, se añadió la pobreza como factor adicional a esa inestabilidad. Por eso la
administración Kennedy diseñó dos remedios complementarios: la Alianza para el Progreso, contra la
pobreza, y los programas ampliados de contrainsurgencia (Fuerzas Especiales del Ejército y Oficina de
Ayuda para la Seguridad Pública), contra la subversión.21 A pesar de esta ampliación del horizonte,
siguió primando la concepción maniquea que consideraba los problemas sociales como parte de la

conspiración comunista. De esta forma, se ignoraron las necesidades básicas del desarrollo y las
aspiraciones de autonomía de las naciones. Además, se frenaron muchas políticas reformistas y se
atentó contra los regímenes considerados de izquierda.

A partir de la revolución cubana, Estados Unidos comenzó a utilizar la estrategia militar de “contención”
en América Latina, cuyo componente central era la disuasión. Para “disuadir” se requería tener una alta
capacidad militar y aliados regionales en la cruzada mundial contra el comunismo. Esta estrategia
adquirió pleno cuerpo en 1962, con el problema de los misiles soviéticos en Cuba, ya que la capacidad
militar estadounidense –y de paso sus aliados anticomunistas en el continente– lograron disuadir a la
Unión Soviética de mantener sus misiles en la Isla. Desde 1947, el Tiar había establecido una división del
trabajo de seguridad entre Estados Unidos y América Latina: aquella nación se preocuparía por el
problema global y esta área por los conflictos internos de cada nación. Pero sólo en los años sesenta
esta división adquirió sentido, cuando emergieron guerrillas en varios países de la región. Para los
militares, la “guerra revolucionaria” se concretó como la estrategia del comunismo y el “enemigo
interno” se constituyó en la amenaza principal.

A fines de los años sesenta, se redujo la presión de la política norteamericana hacia América Latina. Ello
respondió, en buena medida, a la quiebra del sistema militar interamericano que confirmó la
exclusividad de las fuerzas armadas en los asuntos internos de los países. Estados Unidos no logró el
apoyo necesario a su reiterada propuesta de formación de una fuerza militar para las Américas,
contraria a lo planteado antes en el Tiar. Durante la siguiente década y a raíz de la derrota
norteamericana en Vietnam, la concepción del Estado de seguridad nacional y su táctica de
“contrainsurgencia” fueron relegados discretamente a segundo plano.

DECLINACIÓN DE LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL

La distensión mundial de la segunda mitad de los años setenta se expresó en términos militares en una
capacidad bélica altamente móvil y crecientemente tecnificada. Ello obligó a un cambio de orientación
estratégica en Estados Unidos. En su nuevo esquema de defensa, las instituciones armadas
latinoamericanas tuvieron poca participación, por no contar con personal capacitado para operar el
armamento de última generación y porque los desarrollos tecnológicos bélicos dejaron a la región fuera
de competencia. El Tiar perdió importancia militar y las ideas de conformar una fuerza militar
interamericana pasaron al olvido. Con su preocupación por la violación de los derechos humanos en
Latinoamérica, el gobierno del presidente Carter también contribuyó a quitarles peso a los militares.
Pero al final de los años setenta, el tema de la seguridad nacional reapareció en la agenda internacional,
debido al triunfo de la guerrilla sandinista en Nicaragua, la iniciación de la guerra civil en El Salvador y la
reanudación de la Guerra Fría durante el gobierno de Reagan. Sin embargo, América Latina ya había
perdido su importancia estratégica en el mundo. En los años ochenta, se hizo obsoleta la guerra como
medio de resolución de conflictos entre las potencias, en contraposición con su proliferación tanto
interna como internacional en el mundo subdesarrollado. Ante el conflicto en Centroamérica y la
ruptura militar interamericana, los Estados Unidos crearon una modalidad complementaria al Estado de
seguridad nacional para las áreas de conflicto del continente. La denominada “guerra de baja
intensidad” fue la nueva forma de intervención militar, creada cuando la Doctrina de Seguridad Nacional
iniciaba su decadencia en el Cono Sur. Esta nueva forma de intervención marcó el fin del viejo
militarismo en Centroamérica, abolido en Suramérica desde los años sesenta. El nuevo estilo de
resolución de conflictos redujo los márgenes de negociación en la región en momentos de deterioro
económico.27 Por otra parte, Estados Unidos intentó recuperar las relaciones militares bilaterales
basadas en la definición de intereses de seguridad compartidos. Pero después de la guerra de las
Malvinas en 1982, las instituciones castrenses de América Latina buscaron su propia definición
estratégica. La crisis del modelo de desarrollo económico latinoamericano y el fin de la tutela militar de
Estados Unidos durante los años ochenta facilitaron el proceso de desmilitarización de los gobiernos.
Surgió así el llamado proceso de redemocratización en la región. Con él salieron a la luz pública los
desmanes de los militares, en particular las violaciones de los derechos humanos. Este proceso acabó en
gran medida con las prácticas de gobierno derivadas de la Doctrina de Seguridad Nacional y debilitó su
ideología. Al finalizar la década, el inicio de solución de la crisis centroamericana completó el panorama
regional; al tiempo que la crisis de la Unión Soviética, el derrumbe del comunismo y el fin de la Guerra
Fría dejaban sin vigencia política la Doctrina. Sin embargo, persiste cierta inercia doctrinaria en las
instituciones castrenses latinoamericanas, con distintos énfasis nacionales.

FORMULACIÓN DE LA DOCTRINA EN AMÉRICA DEL SUR

La creación de la Doctrina fue obra de unos pocos países sudamericanos, especialmente Argentina y
Brasil, y en menor grado y con posterioridad, Chile, Perú y Ecuador elaboraron versiones diferentes de
las del Cono Sur, con tendencias desarrollistas. Los países del Cono Sur habían sido líderes de la
profesionalización y la modernización de las instituciones militares en la región. En Brasil, la Doctrina
sirvió para preparar y justificar el golpe militar de 1964 contra el gobierno populista de João Goulart,
primer golpe exitoso promovido por esta ideología. En Argentina ocurrió lo mismo: la Doctrina sirvió
para justificar el derrocamiento de dos gobiernos de distinto corte, uno radical en 1966 y otro peronista
en 1976, y también para enfrentar a la guerrilla urbana de los Montoneros. En Chile, la doctrina ayudó a
legitimar el golpe de 1973 que, según sus gestores, sirvió para evitar la revolución que intentaba
adelantar el presidente socialista Salvador Allende. Ya en el poder, los militares chilenos ajustaron a su
modo la Doctrina heredada de sus vecinos.29 En Uruguay, el golpe de 1973 encontró sus razones en la
Doctrina de Seguridad Nacional y en la necesidad de enfrentar a la guerrilla urbana de los Tupamaros.
Perú es un caso particular. El Centro de Altos Estudios Militares (Caem) formuló una variante
desarrollista de la Doctrina, que legitimó el primer intento de golpe de la seguridad nacional en 1962 y,
tras su fracaso, el de 1968.30 Este gobierno militar acabó con el férreo poder de la oligarquía en ese
país, en contraposición con lo sucedido bajo las demás dictaduras. A su vez, Ecuador desarrolló una
variante más parecida a la peruana que a las formulaciones argentina y brasileña.31 En el resto de
países suramericanos, la influencia de la Doctrina fue más ideológica que operativa. El caso del Paraguay
de Stroessner es particular y ajeno a la Doctrina. Se asemeja más al tipo de dictaduras de viejo cuño: al
militarismo que caracterizó a Suramérica en la primera mitad del siglo y a los países centroamericanos y
caribeños hasta comienzos de los años ochenta. Pero en la práctica asimiló principios doctrinarios, como
cuando participó, en los años sesenta, en el Plan Cóndor, junto con las dictaduras de Argentina, Chile,
Uruguay, Brasil y Bolivia, con el fin de exterminar a los comunistas.
El primer análisis que mostró las novedades del fenómeno fue el elaborado por José Nun en 1966. Este
trabajo proporcionó un punto de partida explicativo a través de su tipología de las grandes
transformaciones de las instituciones militares. La última de ellas, la “revolución estratégica”, mostraba
la inmersión militar latinoamericana en la Guerra Fría. Pero fue Luis A. Costa Pinto quien identificó por
primera vez, en 1969, las características fundamentales de la emergente racionalidad militar que más
tarde se llamó Doctrina de Seguridad Nacional.34 Para ello se basó en la observación de las dictaduras
brasileña y argentina de los años sesenta. Su clasificación comprende tres grupos: el primero se refiere a
las relaciones políticomilitares; el segundo, al orden institucional que racionaliza la intervención; y el
tercero, a la nueva ideología institucional y sus consecuencias. La característica central del primer grupo
(relaciones político-militares) es que los militares intervienen directamente, como corporación, en
sectores de la vida nacional ubicados fuera del área reconocida como su actividad profesional específica.
Costa Pinto señala que este tipo de incursiones militares en la vida pública responde a la inestabilidad
política que crea vacíos institucionales, ideológicos y éticos. La corporación militar cree que es la única
fuerza política organizada, por lo que actúa como la agencia integradora de la nación y no como una
institución que debe ser integrada por ésta. Explica además que la relación entre las fuerzas armadas y
las instituciones políticas depende principalmente de la debilidad y desintegración de estas últimas y
mucho menos del arbitrio y poderío de aquéllas. Agrega que cuando las fuerzas políticas civiles pierden
el control del poder, crean la imagen de la patria amenazada por el caos, lo cual facilita la intervención
de los militares. Finalmente, dice que hay un núcleo de civiles militaristas que ofrecen al sector
castrense la ideología que requiere para justificar su ingerencia en la vida política.

Dentro del segundo grupo (orden institucional), Costa Pinto señala que los gobiernos militares justifican
la ocupación permanente del poder civil con razones ideológicas y demagógicas de salvación nacional.
Añade que los militares no son llevados al golpe, como antes, sino que dan su propio golpe, por lo que
se sienten victoriosos. Menciona que la tónica de la formación castrense contemporánea es
eminentemente técnica, lo que hace actuar a los militares a semejanza de los tecnócratas civiles,
presentándose como progresistas e incorruptibles en su papel de gobernantes. El último grupo (nueva
ideología) es más variado. Costa Pinto identifica una “fantasiosa ideología de reaccionarismo totalitario”,
caracterizada por la autoatribución por parte de los militares de la representación popular y del carácter
de salvadores de la nación, el moralismo, el simplismo en los diagnósticos, el mecanicismo de las
soluciones para los problemas de la sociedad, la negación del diálogo político, la visión catastrófica del
cambio social y la revalorización del pasado. El militar de nuevo tipo se siente miembro activo de la
lucha mundial en defensa de los valores y tradiciones de la “civilización occidental”. A la vez, percibe que
debe salvaguardar la patria y la persona humana de amenazas como el comunismo, el materialismo y la
corrupción. Los militares consideran además que la Guerra Fría no es un episodio transitorio, sino un
hecho fundamental y permanente de la historia, y que la “guerra revolucionaria” o “guerra limitada” es
una forma de agresión inventada por la Unión Soviética como medio para establecer el imperio
comunista en el mundo. En consecuencia, enfrentar la guerra revolucionaria es la prioridad en función
de la cual debe enfocarse todo lo demás. Todos los individuos y grupos que no acepten esa
interpretación de las tensiones internacionales son considerados enemigos. Y contra los “enemigos
internos” debe desencadenarse la llamada contrainsurgencia, que transforma la Guerra Fría en “guerra
caliente” nacional. Administración y represión se vuelven entonces una sola cosa en los nuevos
regímenes militares.

Es decir, se administra la política sobre la base de la represión. Tal vez lo más importante para resaltar
de este modelo de la Doctrina de Seguridad Nacional es el núcleo del que parte: la intervención de los
militares como corporación en campos de la política ajenos a su actividad profesional. El ideal
doctrinario es la “ocupación” de las instituciones estatales a través de un golpe de Estado. Solamente así
era posible desarrollar a plenitud los principios de lo que en ese momento constituía una nueva
racionalidad militar, llamada luego Doctrina de Seguridad Nacional. Para el caso de la influencia
doctrinaria en países donde no hubo golpes de Estado puede señalarse que, si bien la “ocupación”
militar de las instituciones estatales es el presupuesto básico para el ejercicio doctrinario, era posible
realizar “ocupaciones” parciales del Estado, en el contexto de los gobiernos civiles.

El tipo ideal doctrinario, en su formulación y ejecución, se presentó en Brasil y Argentina. Hubo


diferencias en la conformación de los respectivos regímenes políticos, pero no en la esencia doctrinaria.
En cambio, en Chile y Perú sí hubo variaciones en la doctrina. En Chile, la variación principal fue la
alteración progresiva del sentido corporativo, debido al fortalecimiento de una dictadura personal. Su
formulación doctrinaria fue escasa y dependió, por lo menos al comienzo, de la esbozada en Argentina y
Brasil. En Perú, las variaciones fueron grandes. Hubo una formulación doctrinaria previa al golpe,
paralela a la brasileña y argentina, pero menos autoritaria y abiertamente desarrollista. Antes que un
congelamiento del statu quo, el gobierno militar promovió un proyecto de cambio social combinado con
la eliminación práctica de la ideología anticomunista, para lo que contó con el apoyo de intelectuales de
izquierda y fue independiente de la tutela estadounidense.

En el resto de países el desarrollo de la Doctrina de Seguridad Nacional fue fragmentario, además de


que no hubo una formulación original. El desarrollo fue parcial, inclusive donde hubo gobiernos civiles
subordinados a los militares, como en Uruguay, o donde se presentaron golpes castrenses guiados por la
Doctrina, como en el mismo Uruguay y en Ecuador. En Uruguay, aparte de la ausencia de formulación
doctrinaria y no obstante la brutalidad de la represión, la tradición civilista de la sociedad limitó la
duración y la penetración social de la Doctrina. En Ecuador, la utilización de la Doctrina fue fragmentaria
y su orientación desarrollista fue semejante a la de su vecino Perú. En América Central, y en menor
grado en el Caribe, más que un desarrollo de la Doctrina de Seguridad Nacional, se adoptaron varios de
los principios contenidos en la concepción norteamericana del Estado de Seguridad, en el contexto de la
dominación política e incluso militar de los Estados Unidos.36 Ambas concepciones, la Doctrina de
Seguridad Nacional y el Estado de Seguridad, coinciden en varios aspectos. No en balde la Doctrina se
desarrolló bajo la influencia política e ideológica norteamericana.

Las dictaduras de la seguridad nacional fueron la culminación de un proceso histórico en el que fue difícil
consolidar las prácticas democráticas en la mayoría de los países de América Latina, por causa de las
interferencias militares. Ese proceso fue parte del prolongado e inacabado camino de conformación de
los Estados nacionales y de instauración de sistemas políticos eficaces. Las interferencias militares en
América Latina están relacionadas con la subordinación de la racionalidad de acumulación a la
reproducción social de privilegios y al fortalecimiento del poder político. Esta preservación de
estructuras sociales tradicionales permitió que Alain Touraine afirmara que en América Latina el
mantenimiento de los privilegios suele primar sobre la tasa de ganancias.

En momentos de inestabilidad e incertidumbre, el golpe de Estado militar al servicio del statu quo
garantizaba el mantenimiento de las relaciones de dominación y la exclusión social y política.37 El
intervencionismo militar en América Latina no niega el apego ideológico y abstracto a las instituciones
de la democracia occidental que ha caracterizado a esta región. Muchas intervenciones se han
justificado en nombre de la democracia y la defensa de las instituciones y la constitución. Este
comportamiento hace parte del carácter abstracto de respeto por la democracia, pues sólo así quienes
proclaman estos principios pueden ser los mismos que los transgreden. La legitimidad de esta
contradicción del Estado de derecho se apoyó en la tradición de los privilegios, que por momentos fue
complementada con la legitimidad formal de la legalidad, que no es lo mismo que democracia. Como
dice Rouquié, “La ilusión del universalismo jurídico encubre el particularismo de las relaciones
personales y de fuerza.” De esta manera, las fuerzas armadas formularon la Doctrina de Seguridad
Nacional dentro de un marco de referencia ideológico que suponía la vigencia, como necesidad, de
regímenes políticos de democracia representativa. Como explica Rial, “toda fuerza armada respalda el
mismo tipo de orden en el cual se formó. No hay excepción histórica a esta regla. Aunque tenga fuertes
desviaciones respecto al tipo ideal, seguirá defendiendo ese orden social en el que nació como
institución.” Debido a su protagonismo en la gesta libertadora, los militares se consideran los creadores
primero de la nación y luego del Estado. Para ellos, la nación es la patria misma, es decir, una forma
abstracta de madre cultural y geográfica que sin ellos no existiría. Por eso no pueden ser parte de la
nación, y tampoco del Estado, como entes subordinados. Consideran que el Estado tiene la función de
guiar a la sociedad, de proporcionarle las directrices para su desarrollo y de protegerla de los peligros. Y
a los gobiernos no los consideran administradores de las instituciones estatales sino su encarnación; por
ello, quien gobierne es una especie de padre responsable de la sociedad. Para poder cumplir
cabalmente con la función prioritaria de seguridad, el gobierno debe acumular en sus manos todos los
recursos existentes: políticos, económicos, militares, sociales y psicológicos. Los militares, por
considerarse los defensores de la nación por definición, creyeron necesario controlar el gobierno
cuando percibieron que la seguridad nacional se hallaba amenazada. Esto sucedió cuando asociaron los
cambios propuestos por algunas de las élites gobernantes con el comunismo. Esta ideología, y su mayor
promotor, la Unión Soviética, eran percibidos por las fuerzas armadas como el principal enemigo dentro
de su vaga noción de orden social, fundada en la civilización occidental, el cristianismo y la tradición. “La
necesidad de un enemigo que diera sentido a la acción militar y que reforzara la identidad corporativa,
fue llenada al descubrir que pueden llevarse adelante guerras de un nuevo tipo.”40 Se utilizó, entonces,
la rígida lógica militar de la oposición “amigo-enemigo” para crear el concepto de “enemigo interno”,
transformando al adversario político en enemigo. Sin lugar a dudas, el cambio militar contemporáneo
más importante a nivel profesional fue la sustitución del viejo profesionalismo de “defensa externa”, por
el “nuevo profesionalismo de la seguridad interna y el desarrollo nacional”. Se justificaba, así, el golpe
militar y la instauración del “terrorismo de Estado” como sistema de acción política. “[Este terrorismo]
logra no sólo identificar y destruir al enemigo actual, y disuadir a los enemigos potenciales, sino
convencer al ciudadano común de que su seguridad personal es función inevitable y obligada de su
incondicionalidad frente al régimen.”42 Así, en esta guerra antisubversiva se dio prioridad al
componente psicológico mediante la labor de inteligencia. Para ello se copiaron las instituciones
estadounidenses del Estado de Seguridad Nacional diseñadas con este propósito, en particular las de
“inteligencia”. Los servicios de inteligencia se militarizaron y policivizaron, y fueron ubicados, al igual
que en el sistema nazi, por encima de la jerarquía que les corresponde en la organización institucional
tradicional. De este modo, los métodos psicológicos, como la persecución, el hostigamiento, la
detención arbitraria, la tortura y la desaparición, fueron prioritarios en esta guerra “irregular”. Fuera del
incremento de la importancia relativa de los servicios de inteligencia, la Doctrina de Seguridad Nacional
no implicó mayores cambios en la organización operativa militar. En general, en todos los países se
mantuvo la organización tradicional para la guerra regular. En algunos casos se crearon unidades
militares especiales para enfrentar fuerzas guerrilleras, pero fueron marginales, transitorias y, en buena
medida, ceñidas a esquemas convencionales.

La conclusión principal que puede sacarse sobre la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina es
que ésta fue, ante todo, un planteamiento ideológico y político que responde a una racionalidad
mecánica y ante todo militar, que fue ejecutada por medio de golpes de Estado. Sus consecuencias han
sido profundas y duraderas. La Doctrina ha sido un obstáculo para el desarrollo institucional militar
(entendido como progreso). La distorsión que introdujo en las instituciones militares fue muy negativa,
puesto que alteró los cánones profesionales y desvió los principios castrenses hacia funciones ajenas al
quehacer militar. “Las fuerzas armadas del continente, desde el punto de vista profesional, se vieron
envueltas en un proceso degenerativo.” El lastre doctrinario más notorio con que cargaron los procesos
de la llamada redemocratización de América Latina fue la desviación profesional y la politización de las
instituciones castrenses, no sólo en los países que procrearon la Doctrina de Seguridad Nacional, sino
también en los que sufrieron sus efectos. Este lastre dificulta la tendencia de fortalecimiento de la
sociedad civil frente al Estado y la necesidad de solucionar los innumerables problemas de integración
social. Este es el máximo reto de la denominada democracia liberal, modelo vigente de Estado-nación.
Es claro el contraste entre el pasado y las perspectivas del presente, pues hoy se busca concretar las
relaciones internacionales de la región latinoamericana mediante el espíritu de interdependencia,
cooperación e integración. Contraste y crisis plantean entonces la necesidad de redefinir con claridad
las instituciones castrenses y sus funciones. Este ha sido uno de los principales desafíos de la
democracia en América Latina desde el fin de la Guerra Fría.

RECAPITULACIÓN

Con el fin de la Guerra Fría se creyó que llegaría una era de estabilidad, cooperación y menos amenazas
a la seguridad mundial. También se pensó que la tendencia de disminución de la importancia de los
Estados nacionales y su mayor interdependencia fortalecerían las decisiones multilaterales para
beneficio de la humanidad. Esta visión se cumplió, en buena medida, para los países más prósperos y
para la mayoría de sus habitantes. Pero para el denominado Tercer Mundo, la utopía de alcanzar su
soberanía plena dentro de un nuevo orden mundial se derrumbó y la inestabilidad continuó marcando a
sus sociedades. Renacieron antiguos conflictos de diferente tipo, como los regionales, los étnicos, los
religiosos y los nacionalistas. Además, varias de las decisiones multilaterales que se tomaron fueron para
realizar intervenciones en los países más inestables, con respaldos legitimadores como el de las
Naciones Unidas. Surgió así, por ejemplo, el llamado derecho de injerencia, con pretensiones
humanitarias. En este nuevo contexto, las amenazas a la seguridad se perfilaron como problemas
sociales de orden trasnacional y no como conflictos entre los Estados. El narcotráfico, la corrupción, el
terrorismo, la violación de los derechos humanos y la destrucción del medio ambiente son ejemplos de
estas nuevas amenazas. Con ellas apareció la tendencia a la privatización de las guerras, principalmente
en los países inestables, lo que proporcionó argumentos a teorías como la de los Estados inviables. De
otra parte, Estados Unidos se erigió como el centro del poder militar universal, aunque hubo ensayos
multilaterales de cooperación excepcionales, como el de la Guerra del Golfo, que respondieron más a
razones económicas que a necesidades estratégicas. Así mismo, la prosperidad económica alejó aún más
a los países llamados subdesarrollados de aquellos que basan su crecimiento más en la desregulación
financiera internacional que en su gran capacidad tecnológica y productiva. La tensión entre quienes
confiaban en la cimentación de la estabilidad y aquellos que veían en la incertidumbre el sello de la
posguerra fría, duró poco más de una década. Los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001
generaron un punto de inflexión, en un momento en que el ciclo económico de prosperidad declinaba.
“Ahora sí comenzó el siglo XXI”, “surge una nueva bipolaridad”, “terminó la fugaz posguerra fría”, “nace
un nuevo desorden mundial”. Estas y otras expresiones similares mostraron que desde un primer
momento se tuvo certeza de la trascendencia de las implicaciones de los acontecimientos ocurridos en
Estados Unidos. Pero en esta fecha no comenzó una nueva era. Más bien, se definió de una vez por
todas la posguerra fría. La incertidumbre que subyacía bajo la inestabilidad de muchos países, sobre
todo después de que la tutela perversa de una u otra de las dos superpotencias fue abandonada, se
extendió a las naciones que aún comulgaban con la visión de estabilidad y confiaban en una seguridad
eterna resguardada por un gran desarrollo tecnológico que fortalecía a los organismos militares,
policiales y de seguridad. Esta es la verdadera realidad del fin de la Guerra Fría, realidad que cobija, de
diferentes maneras, a todos los países del mundo entero.
PLAN CONDOR

El presente análisis expresa algunas resoluciones importantes acerca del Plan Cóndor y la aplicación
como:

● Ha quedado probado que la Operación Cóndor fue un instrumento de perpetuación de los


militares en el poder. Tras haber conseguido alzarse con el poder, los militares precisaban de
mantenerlo y para ello era necesario eliminar aquellas figuras de relevancia que pudieran
aglutinar una oposición a sus gobiernos. En este sentido, dicho peligro no venía principalmente
por parte de las organizaciones marxistas-leninistas, sino por antiguos políticos o figuras
políticas menos radicales que pudieran conciliar el apoyo, no sólo de parte de la población
autóctona, sino también de la opinión y los gobiernos de las principales potencias mundiales. En
este sentido, se explica el asesinato de Letelier, los planes para asesinar a Carlos Altamirano y a
Wilson Ferreira, sin contar los atentados antecedentes a la Operación Cóndor que también iban
en este sentido como los asesinatos de Carlos Prats y el intento de asesinato sobre Bernardo
Leighton. Se podía decir que las dictaduras militares se dedicaron a meter miedo en el cuerpo a
sus ciudadanos con el objetivo de reducir al máximo exponente la actividad política de oposición
con el objetivo de perpetuarse en el poder. En esta estrategia, la Operación Cóndor jugó un
papel destacado. Operación Cóndor puede ser entendida dentro de una estrategia por parte de
las clases dominantes respecto a las clases dominadas. En este sentido, los militares que
llegaron al poder ilegalmente, especialmente en países donde o bien existía una tradición
democrática de largo recorrido como Chile o Uruguay o donde los movimientos de izquierda
estuvieran bien organizados y gozaran de capacidad de movilización como Brasil o Argentina,
necesitaban imponer su hegemonía en toda la sociedad. Sin embargo, como los golpes militares
se habían producido como respuesta a la llegada o deriva de gobiernos hacia la izquierda del
espectro político, no podían imponer su hegemonía tal y como Gramsci la definió para los
Estados industrializados y desarrollados económicamente. Así la hegemonía sólo pudo ser
impuesta a través de la fuerza. Por lo tanto, la Operación Cóndor debe ser estudiada (también)
como un instrumento por parte de la alianza entre militares y burguesía (clases dominantes)
contra la organización propia de las clases dominadas, lo cual amenazaba la estructura del
capitalismo.

¿QUE ES EL PLAN CONDOR?

El Plan Cóndor fue una operación clandestina llevada a cabo por las dictaduras militares de varios países
de América del Sur en las décadas de 1970 y 1980, con el objetivo de coordinar la represión y el
intercambio de información para perseguir y eliminar a opositores políticos.

El nombre "Plan Cóndor" no se utilizó oficialmente, sino que se ha utilizado retrospectivamente para
referirse a estas actividades coordinadas. Los países involucrados en el Plan Cóndor incluyeron
principalmente a Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil, con el apoyo y la participación
indirecta de Estados Unidos. El Plan Cóndor se originó a partir de acuerdos informales y encuentros
entre los servicios de inteligencia y seguridad de los países participantes. Estas dictaduras establecieron
una red de cooperación que permitía la persecución transnacional de los opositores políticos y la
compartición de información de inteligencia. El plan incluía el secuestro, la desaparición forzada, la
tortura y el asesinato de miles de personas consideradas "subversivas" por los regímenes militares.

Una de las características más destacadas del Plan Cóndor fue la colaboración en la represión y el
intercambio de prisioneros políticos. Por ejemplo, se documentaron casos de detenidos que eran
trasladados de un país a otro para ser interrogados y torturados, antes de ser devueltos a su país de
origen o asesinados.

El Plan Cóndor tuvo un impacto devastador en la región y causó la muerte y desaparición de miles de
personas, así como el exilio forzado de muchas más. Además, el plan dejó cicatrices profundas en la
sociedad sudamericana y contribuyó al debilitamiento del tejido democrático en la región. Con el
tiempo, el Plan Cóndor fue objeto de investigaciones y procesos judiciales en varios países, y se reveló la
magnitud de los crímenes cometidos en el marco de esta operación clandestina. Aunque han habido
algunos juicios y condenas, muchas víctimas y sus familias aún buscan justicia y verdad sobre los
crímenes del Plan Cóndor.

CUAL ERA EL CONTEXTO TEORICO POLITICO DURANTE LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

Durante la doctrina de la seguridad nacional, el contexto teórico-político estuvo influenciado por la


Guerra Fría y las ideas anticomunistas predominantes en ese momento. A continuación, se presentan
algunos de los elementos teóricos y políticos que caracterizaron este periodo:

• Anticomunismo: La Guerra Fría fue una confrontación ideológica y política entre los bloques
liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética. En este contexto, el anticomunismo se convirtió en
una ideología dominante en muchos países, incluido Estados Unidos. La doctrina de la seguridad
nacional se basó en la creencia de que el comunismo era una amenaza existencial que requería medidas
enérgicas para proteger la seguridad nacional.

• Teoría de la dependencia: La teoría de la dependencia fue desarrollada por intelectuales


latinoamericanos y tenía como objetivo analizar las relaciones de poder entre los países desarrollados y
subdesarrollados. Esta teoría sostenía que los países latinoamericanos estaban atrapados en una
relación de dependencia económica y política con las potencias occidentales, lo que perpetuaba la
desigualdad y la explotación. Sin embargo, durante la doctrina de la seguridad nacional, esta teoría fue
criticada y suprimida, ya que se consideraba una influencia "subversiva" o "marxista".

• Doctrina de la guerra contrainsurgente: La doctrina de la seguridad nacional se basó en gran


medida en la doctrina de la guerra contrainsurgente, que se desarrolló en Estados Unidos durante la
Guerra de Vietnam. Esta doctrina enfatizaba la necesidad de combatir las insurgencias y los
movimientos guerrilleros a través de estrategias militares y represivas. Se consideraba que estos
movimientos representaban una amenaza para la seguridad nacional y requerían una respuesta
contundente.

• Realismo político: En el ámbito internacional, el realismo político fue una corriente teórica
importante durante la Guerra Fría y la doctrina de la seguridad nacional. El realismo político se centra en
el poder y el interés propio de los Estados como principales impulsores de la política internacional. Se
enfatiza la importancia de la seguridad nacional y el uso de la fuerza para proteger los intereses y la
supervivencia del Estado.

Estos elementos teórico-políticos contribuyeron a la justificación y aplicación de la doctrina de la


seguridad nacional. Sin embargo, también se han planteado críticas hacia esta doctrina, argumentando
que permitió violaciones generalizadas de los derechos humanos, represión política y la falta de respeto
a los principios democráticos.

LA ULTRATERRITORIALIDAD DURANTE LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

La ultraterritorialidad durante la doctrina de la seguridad nacional se refiere al fenómeno en el cual las


operaciones represivas y de persecución de opositores políticos trascendían las fronteras nacionales y se
llevaban a cabo en otros países. Esto implicaba la colaboración y cooperación entre los regímenes
dictatoriales de la región, quienes intercambiaban información y detenidos para reprimir a los disidentes
más allá de sus propias jurisdicciones.
Durante la aplicación de la doctrina de la seguridad nacional en América Latina, los regímenes militares
participantes en el Plan Cóndor, como Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil,
establecieron una red de colaboración para perseguir y eliminar a los opositores políticos. Esto se
tradujo en acciones conjuntas de secuestro, interrogatorio, tortura y asesinato de personas
consideradas "subversivas" por parte de los gobiernos.
La ultraterritorialidad se manifestaba mediante la práctica de trasladar a los detenidos de un país a otro
para someterlos a interrogatorios, torturas y juicios ilegales. Por ejemplo, una persona podía ser
secuestrada en Argentina y llevada a Uruguay para ser interrogada y torturada, y luego ser devuelta a
Argentina o trasladada a otro país para evitar la responsabilidad jurídica. Estas prácticas transnacionales
permitían a los regímenes represivos evadir la jurisdicción y la rendición de cuentas.
La ultraterritorialidad implicaba una violación flagrante de la soberanía de los países afectados, ya que
las fuerzas represivas de un país operaban dentro de otro país sin el consentimiento ni conocimiento de
las autoridades locales. Además, generaba un clima de miedo y terror entre los opositores políticos,
quienes no se sentían seguros ni siquiera fuera de sus propios países.
La práctica de la ultraterritorialidad en el marco de la doctrina de la seguridad nacional fue uno de los
aspectos más nefastos y condenables de esta política represiva. Contribuyó a la impunidad de los
crímenes cometidos y dificultó la búsqueda de justicia y verdad para las víctimas y sus familias.
Afortunadamente, con el tiempo, la evidencia de estos crímenes ha salido a la luz y se han llevado a
cabo juicios y procesos legales para responsabilizar a los perpetradores de estas violaciones de derechos
humanos.

CUALES FUERON LAS INSTITUCIONES QUE APARECIERON DURANTE Y DESPUES DE LA DOCTRINA DE LA


SEGURIDAD NACIONAL
Durante y después de la doctrina de la seguridad nacional, surgieron diversas instituciones y
mecanismos que tuvieron un papel importante en la promoción de los derechos humanos, la justicia y la
democratización. A continuación, se mencionan algunas de estas instituciones:

• Comisiones de la Verdad: Después de la transición hacia la democracia en varios países


latinoamericanos, se establecieron Comisiones de la Verdad. Estas comisiones tenían como objetivo
investigar y documentar las violaciones de derechos humanos cometidas durante la doctrina de la
seguridad nacional. Ejemplos notables incluyen la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP) en Argentina y la Comisión Nacional sobre la Tortura (CNV) en Brasil.
• Organizaciones de Derechos Humanos: Durante y después de la doctrina de la seguridad
nacional, surgieron numerosas organizaciones de derechos humanos en América Latina y en otros
lugares. Estas organizaciones se dedicaron a documentar las violaciones de derechos humanos, brindar
apoyo a las víctimas y sus familias, y abogar por la justicia y la rendición de cuentas. Ejemplos
destacados incluyen las Madres de Plaza de Mayo en Argentina, el Movimiento de Derechos Humanos
en Brasil y la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Uruguay.

• Cortes y Tribunales Internacionales: En los últimos años, se han establecido tribunales


internacionales para enjuiciar los crímenes cometidos durante la doctrina de la seguridad nacional. Un
ejemplo importante es el Tribunal Penal Internacional (TPI), que tiene jurisdicción sobre crímenes de
lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra. También se han llevado a cabo juicios y procesos
legales a nivel nacional e internacional para perseguir a los responsables de las violaciones de derechos
humanos.

• Reformas institucionales: En muchos países, se llevaron a cabo reformas institucionales para


fortalecer el Estado de derecho, promover la transparencia y garantizar el respeto de los derechos
humanos. Esto incluyó la reforma del sistema judicial, la creación de organismos de supervisión y
control, y la adopción de leyes y políticas de promoción y protección de los derechos humanos.

Estas son solo algunas de las instituciones que surgieron durante y después de la doctrina de la
seguridad nacional. Su objetivo principal fue promover la justicia, la verdad y la reparación para las
víctimas de las violaciones de derechos humanos y garantizar que los crímenes cometidos durante ese
periodo no quedaran impunes. Sin embargo, es importante destacar que el proceso de justicia y
memoria aún está en curso en muchos países de la región y que queda mucho por hacer para lograr la
plena justicia y reconciliación.

CONEXION ENTRE LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL CON EL PLAN CONDOR

La conexión entre la doctrina de la seguridad nacional y el Plan Cóndor es estrecha, ya que ambos están
relacionados con las prácticas represivas llevadas a cabo por las dictaduras militares en América Latina
durante las décadas de 1970 y 1980.
La doctrina de la seguridad nacional fue una estrategia adoptada por varios regímenes militares de la
región, como Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil, con el objetivo de combatir a los
movimientos y grupos considerados subversivos o amenazas a la seguridad nacional. Esta doctrina
implicaba el uso de la fuerza militar y represiva para perseguir, detener, torturar y eliminar a opositores
políticos.
El Plan Cóndor, por su parte, fue una operación clandestina y coordinada entre las dictaduras militares
de América Latina, con la participación indirecta de Estados Unidos, para colaborar en la represión y
persecución de opositores políticos. El plan implicaba el intercambio de información, la coordinación de
acciones represivas y, en muchos casos, la transferencia de detenidos entre los países involucrados. El
Plan Cóndor fue una expresión concreta de la aplicación de la doctrina de la seguridad nacional a nivel
regional. A través de este plan, los regímenes dictatoriales compartían información de inteligencia,
coordinaban operaciones represivas conjuntas y se brindaban apoyo mutuo para perseguir y eliminar a
los opositores políticos más allá de las fronteras nacionales. El Plan Cóndor se caracterizó por prácticas
como el secuestro, la tortura, la desaparición forzada y el asesinato de miles de personas consideradas
como amenazas por los regímenes militares. Estas acciones se llevaron a cabo con el objetivo de
eliminar cualquier forma de disidencia política y mantener el control autoritario en la región.
En resumen, la conexión entre la doctrina de la seguridad nacional y el Plan Cóndor radica en que ambos
están relacionados con las prácticas represivas y violaciones sistemáticas de los derechos humanos
perpetradas por las dictaduras militares en América Latina durante ese periodo. La doctrina de la
seguridad nacional proporcionó la base ideológica y estratégica para la implementación del Plan Cóndor,
que permitió la colaboración y coordinación represiva entre los regímenes dictatoriales de la región

Carla Alejandra Huanca

El Plan Cóndor fue una operación de coordinación y represión llevada a cabo por varias dictaduras
militares en América del Sur durante las décadas de 1970 y 1980. Fue diseñado para perseguir,
secuestrar, torturar y asesinar a opositores políticos en la región. Fue una violación masiva de los
derechos humanos y dejó un legado de dolor y sufrimiento en los países afectados.

El Plan Cóndor tuvo sus antecedentes en la década de 1960, cuando comenzaron a surgir dictaduras
militares en varios países de América del Sur. Estas dictaduras compartían información y cooperaban en
la represión de opositores políticos. El Plan Cóndor formalizó esta cooperación y coordinación en la
década de 1970, con el objetivo de eliminar cualquier amenaza percibida a las dictaduras y establecer un
control totalitario en la región.

La historiografía del Plan Cóndor ha sido un tema de estudio y debate entre los historiadores. Ha habido
diferentes enfoques y perspectivas en la interpretación y análisis de este evento. Algunos se han
centrado en documentar los hechos y las violaciones a los derechos humanos, mientras que otros han
examinado las motivaciones políticas y económicas detrás del plan. La historiografía continúa
evolucionando a medida que se descubren nuevos documentos y testimonios, y se realizan
investigaciones más profundas sobre este oscuro capítulo de la historia de América Latina. También ha
explorado el papel de las diferentes dictaduras militares y sus líderes en la implementación y ejecución
del plan. Se han estudiado las relaciones internacionales y la participación de agencias de inteligencia
extranjeras, como la CIA, en el apoyo y respaldo a las dictaduras. Además, se ha analizado el impacto
social y cultural del Plan Cóndor en las sociedades de los países afectados, así como las luchas por la
memoria, justicia y reparación de las víctimas. La historiografía continúa investigando y debatiendo
estos aspectos para obtener una comprensión más completa del Plan Cóndor.

En el caso de Bolivia, los antecedentes del Plan Cóndor se remontan a la dictadura militar que comenzó
en 1964 con el golpe de Estado liderado por el general René Barrientos. Durante esta dictadura y las
posteriores, como la de Hugo Banzer (1971-1978), se implementaron políticas represivas contra la
oposición política y se establecieron vínculos con otras dictaduras de la región para intercambiar
información y coordinar acciones represivas. Estos antecedentes sentaron las bases para la participación
de Bolivia en el Plan Cóndor a partir de la década de 1970

Durante la dictadura de Hugo Banzer en Bolivia (1971-1978), se intensificó la represión contra los
opositores políticos y se establecieron vínculos estrechos con otras dictaduras de la región. La
participación de Bolivia en el Plan Cóndor se caracterizó por el intercambio de información, la
coordinación de operaciones de represión y la colaboración en la captura y desaparición de personas
consideradas como amenazas para el régimen. Se estima que cientos de personas fueron víctimas de
esta represión durante ese período.
Después de la dictadura de Banzer, en la década de 1980, se llevaron a cabo investigaciones y juicios en
Bolivia para buscar justicia por los crímenes cometidos durante el periodo del Plan Cóndor. En 2013, el
expresidente boliviano Evo Morales creó una comisión para investigar los crímenes del Plan Cóndor en
el país. A través de estos esfuerzos, se han identificado y documentado casos de desapariciones
forzadas, torturas y asesinatos perpetrados durante ese período. La búsqueda de verdad, justicia y
reparación sigue siendo un tema importante en Bolivia.

En años más recientes, se han realizado avances significativos en el proceso de justicia y memoria en
Bolivia en relación al Plan Cóndor. En 2018, el expresidente Evo Morales promulgó una ley que declara
el 21 de junio como el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Plan Cóndor.
Además, se han llevado a cabo juicios y condenas a altos funcionarios militares y políticos por su
participación en violaciones a los derechos humanos durante ese período. Estos esfuerzos buscan
reconocer y honrar a las víctimas, así como prevenir la repetición de tales atrocidades en el futuro.

El Plan Cóndor en Bolivia concluyó con el fin de la dictadura militar en 1982 y la restauración de la
democracia en el país. A medida que se produjo la transición hacia un gobierno democrático, se llevaron
a cabo investigaciones y juicios para buscar justicia por los crímenes cometidos durante el período del
Plan Cóndor. Aunque algunos responsables fueron condenados, muchos casos aún están pendientes de
investigación y existen esfuerzos continuos para obtener verdad, justicia y reparación para las víctimas.

LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL (PLAN CONDOR)


¿Qué fue la Doctrina de la Seguridad Nacional?
Se conoció como la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) a una doctrina militar no
oficial (nunca redactada o declarada como tal) de la política exterior de los Estados
Unidos durante la Guerra Fría.

Era una justificación del autoritarismo o la toma violenta del poder por parte de las
Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos, siempre que fuera en pro de
mantener el orden interno y de combatir cualquier tipo de insurgencia o de simpatías
con la ideología comunista.

La Doctrina de Seguridad Nacional permitía a los EEUU brindar apoyo económico,


militar y político a los regímenes de facto que a lo largo y ancho de Latinoamérica
surgieron durante la época.

Esos regímenes se caracterizaban por ser dictaduras militares conservadoras,


cruentas, violadoras de los derechos humanos. La tortura, la persecución de la
disidencia y la desaparición forzosa de ciudadanos eran prácticas no solo comunes,
sino acordadas entre los regímenes de distintos países.

Esta doctrina forma parte de las políticas de injerencismo e intromisión política


mediante las que los Estados Unidos se vincularon con América Latina en el siglo XX.

Objetivos de la doctrina de la Seguridad Nacional:


El objetivo primordial de esta doctrina era mantener a los países latinoamericanos
alineados con los mandatos políticos de Estados Unidos.

La pérdida de Cuba en manos de la Revolución liderada por Fidel Castro en 1959, fue
un duro golpe para EEUU. Para evitar que esto se repitiera, durante casi cuarenta años
esta doctrina sirvió para justificar el envío de personal, insumos y capitales a los países
latinoamericanos.

Sus objetivos eran anticiparse a una insurrección o un gobierno de izquierdas. Para


ello, se aseguraron de que las Fuerzas Armadas, bajo la excusa de preservar la patria
o la integridad del Estado, tomaran el control del país y lo sometieran a sangre y fuego.

Estados Unidos brindaba también entrenamiento contrainsurgente (incluidas técnicas


de tortura), la venta de armamento especializado y apoyo financiero. Todo ello bajo la
fachada de estar impulsando la democracia y el respeto a los derechos humanos
en Occidente.

Consecuencias de la doctrina de la Seguridad Nacional:

Las principales consecuencias de esta doctrina en América Latina tienen que ver con la
brutal violación de los derechos humanos en todos los países gobernados por
dictaduras militares afines a los intereses estadounidenses.

Ocurrieron desapariciones masivas de ciudadanos, torturas, secuestros, robos


de propiedad privada y otra lista de atrocidades que ha dejado una herida profunda en
la consciencia latinoamericana y una deuda histórica por pagar.

Además, con el recuerdo de estas intervenciones se propagó un profundo sentimiento


antiestadounidense en un sector sus poblaciones.

Desde luego, también fue una consecuencia de esta doctrina el fracaso de la izquierda
revolucionaria en América Latina.

Cuando se iniciaba algún tipo de gobierno o simpatía izquierdista, fuera por medio de la
fuerza o fuera por medio de las elecciones generales, los intereses estadounidenses
hacían todo por aplastarla bajo la bota militar mediante un golpe de Estado y una
dictadura subsiguiente.

La Doctrina de la seguridad nacional en Bolivia:

La doctrina de la seguridad nacional en Bolivia se estableció en la década de 1960 en


el contexto de la Guerra Fría y confluyó con la dictadura militar que gobernó el país
desde 1964 hasta 1982. Esta doctrina se basaba en la idea de que la seguridad del
Estado era la prioridad absoluta y que cualquier amenaza interna o externa debía ser
neutralizada con medidas extremas. Para lograr esto, la seguridad nacional en Bolivia
priorizó la represión y la persecución de cualquier expresión de disidencia política,
social o cultural, ya sea real o percibida. Se establecieron mecanismos de vigilancia y
control para estrechar el cerco a la oposición y se utilizó la violencia para disuadir y
desarticular cualquier tipo de resistencia.

En este contexto, las fuerzas armadas asumieron un papel preponderante en la política


nacional, con el argumento de que eran la única institución capaz de garantizar la
seguridad del Estado, una idea que fue reforzada con la creación de un organismo de
inteligencia militar y la militarización de la sociedad en general.

La doctrina de la seguridad nacional en Bolivia, como en otros países de América


Latina, tuvo graves efectos sobre los derechos humanos y el desarrollo político del
país. A pesar de las medidas represivas, la oposición logró mantenerse activa y
finalmente la dictadura fue derrocada en 1982. A partir de entonces, se inició un
proceso de democratización que incluyó la abolición de la doctrina de la seguridad
nacional y la reforma de las instituciones que habían perpetuado esta práctica.

La Doctrina de la seguridad nacional (Plan Condor):

La Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor son dos conceptos relacionados


que se refieren a una serie de estrategias y operaciones llevadas a cabo en América
Latina durante las décadas de 1960 a 1980. Estas acciones fueron implementadas por
las dictaduras militares de varios países latinoamericanos con el objetivo de eliminar y
reprimir a grupos y individuos considerados subversivos o peligrosos para los
regímenes autoritarios.

La Doctrina de la Seguridad Nacional fue una ideología militar y política desarrollada


por los Estados Unidos durante la Guerra Fría. Sostenía que el comunismo
representaba una amenaza para la seguridad y estabilidad de los países
latinoamericanos, y promovía la idea de que era necesario adoptar medidas represivas
y militares para combatirlo. Esta doctrina fue ampliamente difundida y respaldada por
Estados Unidos, que brindó asesoramiento, entrenamiento y apoyo financiero a las
dictaduras militares en la región.

El Plan Cóndor, por su parte, fue una coordinación clandestina entre los regímenes
militares de varios países sudamericanos, incluyendo Argentina, Brasil, Chile,
Paraguay, Uruguay y Bolivia, con la participación encubierta de la CIA de Estados
Unidos. El objetivo principal del Plan Cóndor era el intercambio de información, la
represión y la eliminación de opositores políticos de izquierda en toda la región. Esto
implicaba la detención ilegal, tortura, desaparición forzada y asesinato de miles de
personas.

Durante el período en que se implementó la Doctrina de la Seguridad Nacional y el


Plan Cóndor, se produjeron violaciones sistemáticas y generalizadas de los derechos
humanos en muchos países de América Latina. Miles de personas fueron víctimas de
abusos y crímenes atroces cometidos por las fuerzas de seguridad y los servicios de
inteligencia de los regímenes dictatoriales.

Con el tiempo, los crímenes del Plan Cóndor y las violaciones a los derechos humanos
cometidas en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional han sido objeto de
investigaciones, juicios y condenas en varios países de la región. Se han establecido
comisiones de la verdad y se ha buscado la justicia para las víctimas y sus familias.
Estos eventos han dejado una profunda huella en la historia y la memoria colectiva
de América Latina.+

1. Autores de la Doctrina de la Seguridad Nacional:

- Estados Unidos: La Doctrina de la Seguridad Nacional fue una política desarrollada


por los estrategas y académicos militares estadounidenses durante la Guerra Fría. Su
objetivo era combatir la propagación del comunismo en América Latina y otras partes
del mundo, promoviendo la cooperación y el apoyo a regímenes militares en la región.

2. Países involucrados en el Plan Cóndor:

- Argentina: La Junta Militar argentina, encabezada por Jorge Rafael Videla, fue uno de
los principales promotores y participantes del Plan Cóndor. El régimen

militar argentino llevó a cabo numerosas acciones de represión contra opositores


políticos y participó activamente en la coordinación de operaciones con otros países.

- Chile: Durante la dictadura del general Augusto Pinochet, Chile también estuvo
fuertemente involucrado en el Plan Cóndor. El régimen chileno cooperó estrechamente
con otros países de la región en el intercambio de información y la captura y
eliminación de disidentes.

- Brasil: La dictadura militar en Brasil, liderada por varios generales, también participó
en el Plan Cóndor. El gobierno brasileño colaboró en la detención, tortura y
desaparición de opositores políticos en el marco de las operaciones conjuntas llevadas
a cabo por los países involucrados.
- Uruguay: La dictadura militar uruguaya, encabezada por Juan María Bordaberry, fue
otro participante activo en el Plan Cóndor. Uruguay proporcionó información de
inteligencia y cooperó en la represión de grupos opositores.

- Paraguay: El gobierno dictatorial de Alfredo Stroessner en Paraguay también se


unió al Plan Cóndor y colaboró en la coordinación de acciones represivas y de
inteligencia con los demás países involucrados.

- Bolivia: Durante la dictadura del general Hugo Banzer, Bolivia participó en el Plan
Cóndor y colaboró en la represión de opositores políticos y en la coordinación de
operaciones conjuntas.

Estos son solo algunos de los países más destacados involucrados en el Plan Cóndor.
Otros países como Perú y Ecuador también tuvieron cierta participación. Cabe destacar
que el Plan Cóndor implicó violaciones graves a los derechos humanos, como
asesinatos, torturas y desapariciones forzadas.

Contexto:

 Mitad de los 70, después de un conjunto de golpes de estado, se logro


establecer la red de dictaduras en lo q se conocía como el cono sur y en gran
parte de América Latina. La conexión ideológica entre los países suramericanos
propicio las circunstancias para que trabajaran en conjunto.
 En el ámbito internacional, el mundo se encontraba dividido por la Gurra Fría,
había interés por parte de Estados Unidos en llevar a cabo una estrategia
defensiva para impedir que se propagara el comunismo en el mundo.
 Por este motivo, la CIA estadounidense organiza los primeros encuentros entre
miembros de seguridad de argentina y Uruguay, se reunieron para discutir la
vigilancia que debía hacerse a los exiliados políticos.

Objetivo:

 El principal objetivo de eta coordinación internacional fue tanto luchar contra el


comunismo de la región como instalar nuevas políticas neoliberales para llevarlo
a cabo, el plan pretendia acabar con todo aquel supusiera una amenaza para las
políticas liberales que planteaba EE.UU.
 A la vez el proyecto facilitaría el intercambio de informaciones entre los 6 países
de la dictadura sudamericana.

Objetivos precisos del plan cóndor:


 El intercambio de información que seria recibida por la CIA.

 Eliminar la actividad armada de las guerrillas comunistas.


 Reforzar las fuerzas de seguridad para lograr un mayor alcance en toda
Latinoamérica.

 La persecución vigilancia, detención y tortura de aquellas personas que


fuesen considerados amenazas para las políticas del orden instaurado.

Ejecución del plan:

 El plan cóndor se estableció el 25 de noviembre de 1975 en Santiago de Chile. A


la reunión acudieron el jefe de la policía secreta chilena (DNA) Manuel
Contreras, además de los lideres del servicio de inteligencia militar de Argentina,
Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay.

 Otros paises del continente sudamericanos se unieron mas tarde entre ellos
Brasil, Perú y Ecuador. Cada integrante recibía un numero identificativo, es decir
cóndor uno, cóndor dos, cóndor tres, así sucesivamente.
Consecuencias:
 Como el objeto suponía erradicar a todo opositor, el plan cóndor dejo
muchas víctimas, entre ellas miles de politos y militantes de argentina, Brasil,
Uruguay y Paraguay que murieron torturados.
 Las cifras indican que hubo alrededor de 50.000 muertos y mas de 30.000
desaparecidos, los cuales se estima que fueron trasladados y detenidos en otros
paises. Además 400.000 fueron detenidas.
 El ambiente de tensión en los paises afectados durante esta época, supo ser
asfixiante, se tenían en obsesiva vigilancia a los enemigos públicos y toda la
población en general se encontraba reprimida.

El plan tuvo varias fases, cada una de las cuales se centró en diferentes
objetivos militares y políticos:
 La primera fase se centró en derrotar el comunismo y todos los grupos
opositores.
 La segunda fase tuvo como objetivo establecer el control total sobre la población
y la eliminación de toda forma de disidencia.
 La tercera fase se centró en la eliminación de líderes de izquierda y la supresión
de cualquier intento de reforma política.

¿Qué presidente boliviano fue parte del Plan Cóndor?


En 1971, comenzó la dictadura del coronel Hugo Banzer Suarez, que duró siete años y
dejó el saldo de muertos, exiliados y miles de torturados, además de silenciar a la
prensa, ejercer persecuciones y cerrar universidades.

El 21 de agosto de 1971, el entonces coronel Hugo Banzer derrocó al gobierno popular


de Juan José Torres y asumió el cargo de presidente con el apoyo de Estados Unidos,
por su declarado anticomunismo.
En 1971 inicia la dictadura del coronel Hugo Banzer Suarez que duró siete años.
Según historiadores, Banzer implementó en el país una cruel dictadura por siete años, en
un Gobierno que se caracterizó por la permanente violación de los derechos humanos,
que formó parte del Plan Cóndor.

Presidentes de los paises que fueron parte del plan cóndor:

 En Chile estaba en el poder Augusto Pinochet


 Paraguay: Alfredo Stroessner
 Bolivia: Hugo Banzer
 Argentina: Jorge Videla
 Uruguay: Juan María Bordaberry.
 Aunque no hubo firma por parte de ningún enviado de Brasil, se comprobó que
el régimen de Joao Figueredo también colaboró con el Plan.

Conclusión:

El plan Cóndor consistió en una organización estratégica de alcance internacional en la


que participaron las dictaduras sudamericanas que gobernaban en Bolivia, Chile,
Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, y que tuvo lugar entre los años 1970 y 1980.

 1950s: El gobierno de Estados Unidos comienza a desarrollar la doctrina de la


seguridad nacional después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Esta doctrina
se centraba en la defensa contra la amenaza comunista y buscaba frenar la
expansión del comunismo en América Latina.

 1964: El golpe de Estado en Brasil lleva al poder a un régimen militar que se


compromete a luchar contra la subversión comunista en el país.

 1973: El golpe de Estado en Chile derroca al presidente socialista Salvador


Allende y lo reemplaza por el general Augusto Pinochet, quien implementa una
política de represión a la oposición política y social.

 1975: Se crea el Plan Cóndor, una operación coordinada entre los regímenes
militares de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, y Bolivia para combatir
a los grupos guerrilleros y opositores políticos en los países del cono sur.

 1976: El gobierno de Argentina lleva a cabo un amplio operativo conocido como


"La Noche de los Lápices", en el que se detiene a estudiantes que reclamaban
por la educación pública. Muchos de ellos fueron torturados y desaparecidos.

 1982: La guerra de las Malvinas enfrentó a los regímenes militares de Argentina


y el Reino Unido. Tras la derrota argentina, muchos militares son juzgados y
condenados por crímenes contra la humanidad.
 1990: El fin de los regímenes militares en los países del cono sur y el regreso a
la democracia en la mayoría de los países, llevó a la apertura de investigaciones
y juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la época de las
dictaduras.

DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL -


PLAN CÓNDOR
ANTECEDENTES
 Segunda guerra mundial 1939-1945
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los añ os
1939 y 1945. Fue el conflicto má s grande y destructivo de toda la historia,
involucrando a la mayoría de los países del mundo, incluyendo a las principales
potencias de la época.
El conflicto comenzó cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939,
lo que llevó a Francia y el Reino Unido a declarar la guerra a Alemania. A lo largo de
los añ os siguientes, se formaron dos grandes alianzas militares: los Aliados,
liderados por Estados Unidos, el Reino Unido y la Unió n Soviética, y las Potencias del
Eje, lideradas por Alemania, Italia y Japó n.
Durante la guerra, se libraron importantes batallas en Europa, Á frica, Asia y el
océano Pacífico. Se utilizaron nuevas y devastadoras armas, como los aviones de
combate, los tanques y las bombas ató micas. Ademá s, se llevaron a cabo atrocidades
y genocidios, como el Holocausto, en el que millones de personas, en su mayoría
judíos, fueron perseguidas y asesinadas por el régimen nazi.
La guerra finalizó el 2 de septiembre de 1945, después de la rendició n de Japó n. Las
consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron enormes. Se estima que
murieron entre 70 y 85 millones de personas, incluyendo a civiles y militares.
Ademá s, el conflicto dejó un legado de destrucció n y devastació n en muchos países,
y sentó las bases para la Guerra Fría entre las superpotencias que emergieron de la
guerra.
En resumen, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto global que tuvo un impacto
significativo en la historia del siglo XX. Fue un período de gran sufrimiento y
tragedia, pero también de valentía y resistencia por parte de las personas
involucradas.
 Guerra fría 1947-1991
La Guerra Fría fue un período de tensió n política, econó mica y militar que tuvo lugar
después de la Segunda Guerra Mundial entre los Estados Unidos y la Unió n
Soviética. Duró aproximadamente desde 1947 hasta 1991, cuando la Unió n Soviética
se disolvió . Durante este tiempo, ambos países compitieron por la influencia global y
se involucraron en una carrera armamentista. La Guerra Fría se caracterizó por la
divisió n del mundo en dos bloques: el bloque occidental liderado por los Estados
Unidos y el bloque oriental liderado por la Unió n Soviética. Hubo conflictos
indirectos entre los dos bloques, como la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam.
Ademá s, se construyeron muros y se establecieron fronteras para separar a los
países del bloque occidental y oriental. La Guerra Fría finalizó con la caída del Muro
de Berlín en 1989 y la disolució n de la Unió n Soviética en 1991.
 Revolució n cubana 1953-1959 FIDEL CASTRO
La revolució n cubana tuvo también profundos efectos políticos e ideoló gicos en los
partidos latinoamericanos de izquierda, muchos de los cuales adoptaron estrategias
encaminadas a lograr cambios revolucionarios mediante la vía armada.El Partido
Comunista, en cambio, aunque brindó su apoyo a la revolució n cubana, continuó
privilegiando la lucha político-electoral como estrategia para llegar al poder y, desde
allí, llevar a cabo profundas reformas estructurales, como paso previo a la
construcció n del socialismo.
 Revolució n nicaragü ense 1979-1990
La revolucion Nicaraguense desde julio de 1979 hasta febrero de 1990 fue liderada
por el Frente Sandinista de Liberació n Nacional y tuvo como objetivo principal
derrocar la dictadura de Anastasio Somoza. La revolució n comenzó con una serie de
protestas y movilizaciones populares contra el gobierno de Somoza, quien había
gobernado el país de manera autoritaria durante décadas. El FSLN, formado en la
década de 1960, se convirtió en la principal fuerza opositora al régimen de Somoza y
lideró la lucha armada contra su gobierno. El conflicto armado duró varios añ os y se
caracterizó por enfrentamientos entre las fuerzas del FSLN y las fuerzas leales a
Somoza. Finalmente, en julio de 1979, las fuerzas sandinistas lograron
derrocar al gobierno de Somoza y establecer un nuevo gobierno revolucionario. En
resumen, la Revolució n Nicaragü ense fue un proceso histó rico en el que el Frente
Sandinista de Liberació n Nacional lideró la lucha armada contra la dictadura de
Anastasio Somoza, logrando derrocarlo en 1979 y estableciendo un gobierno
revolucionario que implementó reformas sociales y econó micas.
 Doctrina Truman 1946,7
La Doctrina Truman fue una política implementada por el presidente de Estados
Unidos, Harry S. Truman, en 1947. Fue una respuesta a la expansió n del comunismo
soviético durante la Guerra Fría. Aquí tienes un pequeñ o resumen de la Doctrina
Truman:
- Objetivos: La principal meta de la Doctrina Truman era contener la propagació n
del comunismo y la influencia soviética en Europa Occidental y en todo el mundo.
Estados Unidos buscaba evitar que má s países cayeran bajo el control comunista.
- Justificació n: La Doctrina Truman se basaba en la creencia de que el comunismo
era una amenaza para la democracia y la libertad. Estados Unidos consideraba que
era su responsabilidad proteger a los países democrá ticos y ayudarlos a resistir la
influencia comunista.
- Apoyo econó mico y militar: Como parte de la Doctrina Truman, Estados Unidos
proporcionó apoyo econó mico y militar a los países que se enfrentaban a amenazas
comunistas. Esto incluyó el Plan Marshall, un programa de ayuda econó mica para la
reconstrucció n de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
- Importancia: La Doctrina Truman marcó un cambio significativo en la política
exterior de Estados Unidos, estableciendo la idea de que el país debía intervenir
activamente en asuntos internacionales para proteger sus intereses y promover la
democracia.

En si la Doctrina Truman fue una política de contenció n del comunismo


implementada por Estados Unidos durante la Guerra Fría. Su objetivo principal era
evitar la propagació n del comunismo y proteger los valores democrá ticos.
 Guerra de corea 1950-1953
La Guerra de Corea fue un conflicto militar que tuvo lugar en la península de Corea
entre 1950 y 1953. Fue una guerra importante de la Guerra Fría y una lucha por la
influencia entre las superpotencias de la época, Estados Unidos y la Unió n Soviética,
así como una lucha entre los ideales capitalistas y comunistas.

CONCEPTO DE LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL


La Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN) fue una ideología desde la cual Estados Unidos,
después de la Segunda Guerra Mundial, consolidó su dominación sobre los países de
América Latina, enfrentó la Guerra Fría, fijó tareas específicas a las fuerzas armadas y
estimuló un pensamiento político de derecha en los países de la región. Como ideología,
reconoció sus orígenes en una visión bipolar del mundo desde la que, supuestamente,
Occidente, liderado por los Estados Unidos, representaba el bien, la civilización, la
democracia y el progreso; mientras que la entonces Unión Soviética estaba al frente del
mal, el atraso y la dictadura.

 Doctrina de la guerra revolucionaria 1775-1783 ayudo


como pensamiento ideoló gico.
La Guerra Revolucionaria fue diferente a todos los demá s: fue una guerra de ideas e
ideales que forjó “el rumbo de los acontecimientos de la humanidad”. Con 165
contiendas principales entre 1775 y 1783, la Guerra Revolucionaria fue el
catalizador de la independencia estadounidense.
¿Cuá ndo comenzó la Revolució n Estadounidense? Si bien le precedieron añ os de
agitació n y violencia perió dica, la Guerra Revolucionaria comenzó concretamente el
19 de abril de 1775, con las batallas de Lexington y Concord. El conflicto duró un
total de siete añ os, y la importante victoria de los independentistas en Yorktown,
Virginia, en 1781, marcaron el final de la contienda, aunque algunos
enfrentamientos continuaron hasta el otoñ o de 1783.
¿Cuá ndo terminó la Revolució n Estadounidense?
El Tratado de París fue firmado dos añ os má s tarde, el 3 de septiembre de 1783, por
representantes del Rey Jorge III, incluidos David Hartley y Richard Oswald, y de los
Estados Unidos, incluidos Benjamin Franklin, John Adams y John Jay, y concluyeron.
oficialmente el conflicto. El tratado fue ratificado por el Congreso de los Estados
Unidos de la Confederació n el 14 de enero de 1784.
 Episodio de los misiles soviéticos 1962
La crisis de los misiles en Cuba, conocida también como la Crisis de los Misiles, fue
un enfrentamiento político y militar que tuvo lugar en octubre de 1962 durante la
Guerra Fría. La crisis se desencadenó cuando Estados Unidos descubrió la presencia
de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Desde 1959, Cuba estuvo bajo el liderazgo
de Fidel Castro, quien estableció un régimen comunista y se acercó a la Unió n
Soviética en busca de apoyo econó mico y militar. Como parte de esta colaboració n,
la Unió n Soviética comenzó a desplegar misiles nucleares en Cuba en secreto. Se
descubrieron estos misiles el 14 de octubre de 1962, durante vuelos de
reconocimiento aéreo de Estados Unidos, se descubrió la presencia de misiles
nucleares soviéticos en Cuba. El presidente estadounidense John F. Kennedy fue
informado sobre esta situació n. El 22 de octubre de 1962, Kennedy
anunció en un discurso televisado que Estados Unidos había descubierto los misiles
y que establecería un bloqueo naval alrededor de Cuba para evitar que se
introdujeran má s armas nucleares en la isla. También advirtió que cualquier ataque
nuclear desde Cuba sería considerado como un ataque de la Unió n Soviética.
La crisis llevó al mundo al borde de una guerra nuclear. Durante varios días, las
tensiones aumentaron, y el mundo esperaba con ansias cualquier desarrollo en la
situació n. Las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unió n Soviética, estaban en
una confrontació n directa.
Finalmente, el 28 de octubre de 1962, el líder soviético Nikita Jrushchov anunció
que la Unió n Soviética retiraría sus misiles de Cuba a cambio de que Estados Unidos
garantizara que no invadiría la isla y que retiraría sus misiles nucleares de Turquía
en un plazo posterior y de manera discreta. Kennedy aceptó estas condiciones. La
Crisis de los Misiles en Cuba fue un momento crucial en la Guerra Fría y sirvió para
destacar los peligros de la carrera armamentista nuclear. Después de la crisis, se
estableció una línea de comunicació n directa entre Washington y Moscú , conocida
como el "teléfono rojo", para facilitar la comunicació n en tiempos de crisis.
 Doctrina nitsun 1969
La Doctrina Nixon (1969) fue presentado por primera vez por el presidente Richard
M. Nixon en una conferencia de prensa informal de fondo en Guam el 25 de julio.
Después de má s de cuatro añ os de intervenció n militar estadounidense,
comenzando con la extensió n del bombardeo del presidente Lyndon B. Johnson a
Vietnam del Norte, Nixon proclamó una reducció n ostensible del papel futuro de
Washington en la antigua Indochina. Segú n el nuevo enfoque propuesto por el
secretario de Estado Henry Kissinger y el presidente, las futuras operaciones
militares serían llevadas a cabo principalmente por fuerzas indígenas. Nixon
claramente intentaba reconciliar las necesidades políticas y militares en conflicto
que dictaban la resistencia contra una toma comunista de todo Vietnam, mientras
que al mismo tiempo señ alaba una "estrategia de salida", una eventual retirada de
las tropas estadounidenses de la prolongada guerra de Vietnam.

Después de casi tres décadas de “contenció n” de la Guerra Fría, el presidente estaba


ansioso por promover el énfasis revisado como una forma de preservar los
gobiernos anticomunistas mientras se minimiza el costo de vidas estadounidenses.
Explicó la Doctrina Nixon en detalle en varias ocasiones, la mayoría formalmente en
un mensaje especial al Congreso el 15 de septiembre de 1970. Los escépticos se
burlaron de que esencialmente prescribía una guerra de "asiá ticos contra asiá ticos"
y se convirtió en la justificació n de la "vietnamizació n" políticamente má s aceptable
”Política. Otros críticos alegaron —como confirmarían los acontecimientos
posteriores— que era inadecuado para lograr lo que algunos todavía pensaban que
podría ser una victoria estadounidense. Las limitaciones adicionales de la Doctrina
Nixon fueron confirmadas por el cará cter de las responsabilidades internacionales
después del final de la Guerra Fría.
 Triple A 1978-1980
A la Triple "A" se le atribuye la desaparició n de casi 700 personas.
Se llamó así a la Alianza Anticomunista Argentina, un grupo parapolicial y terrorista
que, amparado en los lineamientos de la extrema derecha (conectados con la logia
anticomunista Propaganda Due).
Persiguió y asesinó artistas, intelectuales, políticos, estudiantes y sindicalistas
asociados con la izquierda en dicho país.
Se les atribuye la desaparició n de casi 700 personas, y fueron precursores de la
Alianza Americana Anticomunista surgida entre 1978 y 1980 en Colombia, y de la
Alianza Apostó lica Anticomunista surgida entre 1977 y 1982 en Españ a.
Su accionar se consideró el preludio al llamado Proceso de Reorganizació n Nacional
que se inició en 1976.

 PROGRAMAS DE AYUDA MILITAR BILATERALES MAP


1952-1958
 Dictadura en Argentina – juan Carlos ongania 1966
 PLAN CONDOR
El plan Cóndor consistió en una organización estratégica de alcance internacional en
la que participaron las dictaduras sudamericanas que gobernaban en Bolivia, Chile,
Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, y que tuvo lugar entre los años 1970 y 1980.

Estos países se organizaron con el fin de erradicar y perseguir al comunismo, a la


vez de instaurar políticas neoliberales en Sudamérica bajo la coordinació n,
influencia y financiació n de los Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia
(CIA).

El plan fue propuesto por Henry Kissinger, secretario entonces de la presidencia de


los Estados Unidos, durante el contexto de lucha entre el capitalismo y el
comunismo.
[0:19 a. m., 13/9/2023] Helen ♡: El plan Cóndor consistió en una organización
estratégica de alcance internacional en la que participaron las dictaduras
sudamericanas que gobernaban en Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y
Paraguay, y que tuvo lugar entre los años 1970 y 1980.

Estos países se organizaron con el fin de erradicar y perseguir al comunismo, a la


vez de instaurar políticas neoliberales en Sudamérica bajo la coordinació n,
influencia y financiació n de los Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia
(CIA).
El plan fue propuesto por Henry Kissinger, secretario entonces de la presidencia de
los Estados Unidos, durante el contexto de lucha entre el capitalismo y el
comunismo.
 La ONU – Cascos azules 1994
Importancia de los Cascos Azules durante la Guerra Fría
Durante la Guerra Fría, los Cascos Azules desempeñ aron un papel crucial en la
prevenció n de conflictos y la promoció n de la paz en todo el mundo. Su presencia en
á reas de conflicto ayudó a reducir la violencia y a facilitar la resolució n pacífica de
disputas.
Los Cascos Azules también desempeñ aron un papel importante en la promoció n de
los valores y principios de la ONU, como el respeto a los derechos humanos y el
fomento del diá logo y la cooperació n entre las naciones.
En resumen, los Cascos Azules de la ONU jugaron un papel significativo durante la
Guerra Fría al desplegarse en á reas de conflicto para mantener la paz y promover la
estabilidad. Su presencia ayudó a prevenir la escalada de la violencia y a facilitar la
resolució n pacífica de los conflictos en todo el mundo.
Es importante aclarar que los Cascos Azules son fuerzas de paz enviadas por las
Naciones Unidas (ONU) para mantener la paz y la seguridad en diversas regiones del
mundo. Su principal objetivo es prevenir conflictos y proteger a la població n civil.
Sin embargo, como en cualquier organizació n militar o de mantenimiento de la paz,
ha habido casos aislados en los que algunos individuos que formaban parte de las
fuerzas de paz de la ONU han cometido acciones criminales o violaciones de
derechos humanos. Estos casos no representan la conducta general de los Cascos
Azules, y la ONU trabaja para prevenir y abordar tales incidentes.
 El pentagono 1963-1966
En el pentagono se ha entrenado en sus centros
especiales a 18.000 militares latinoamericanos.
LEY
La acta de seguridad nacional promulgada en estados unidos en 1947
Ley de defensa mutua

INSTITUCIONES
 CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL (NSC)
 AGENCIA CENTRAL DE INTELIGENCIA (CIA)
 TRATADO INTERAMERICANO DE ASISTENCIA RECIPROCA
(TIAR) FIRMADO EN RIO DE JANEIRO EN 1947
 ORGANIZACIÓ N DE LOS ESTADOS AMERICANOS (OEA) 1948
 LOS PROGRAMAS DE AYUDA MILITAR BILATERALES (MAP)
ENTRE 1952/1958

Doctrina de Seguridad Nacional Se conoció como la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) a una doctrina
militar no oficial (nunca redactada o declarada como tal) de la política exterior de los Estados Unidos
durante la Guerra Fría. Era una justificación del autoritarismo o la toma violenta del poder por parte de
las Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos, siempre que fuera en pro de mantener el orden
interno y de combatir cualquier tipo de insurgencia o de simpatías con la ideología comunista. La
Doctrina de Seguridad Nacional permitía a los EEUU brindar apoyo económico, militar y político a los
regímenes de facto que a lo largo y ancho de Latinoamérica surgieron durante la época. Esos regímenes
se caracterizaban por ser dictaduras militares conservadoras, cruentas, violadoras de los derechos
humanos. La tortura, la persecución de la disidencia y la desaparición forzosa de ciudadanos eran
prácticas no solo comunes, sino acordadas entre los regímenes de distintos países. Esta doctrina forma
parte de las políticas de injerencismo e intromisión política mediante las que los Estados Unidos se
vincularon con América Latina en el siglo XX. Contexto histórico de la Doctrina de Seguridad Nacional
EE.UU y la URSS luchaban por ejercer una hemonia política en el Tercer Mundo. El fin de la Segunda
Guerra Mundial en 1945 dejó enfrentadas a las dos grandes potencias del mundo: Estados Unidos, líder
del bloque capitalista, y la Unión Soviética, líder del bloque comunista. A dicho enfrentamiento silente,
en el cual nunca hubo una guerra declarada, se le conoció como la Guerra Fría (1945-1991). Sus
consecuencias fueron asumidas por los países del Tercer Mundo, porque ambas potencias luchaban por
ejercer una hegemonía política sobre ellos: capitalismo versus comunismo. En ambos casos se tradujo
en más o menos lo mismo: crueles dictaduras e intromisiones descaradas de las potencias en el destino
de países más débiles. Objetivos de la Doctrina de Seguridad Nacional El objetivo primordial de esta
doctrina era mantener a los países latinoamericanos alineados con los mandatos políticos de Estados
Unidos. La pérdida de Cuba en manos de la Revolución liderada por Fidel Castro en 1959, fue un duro
golpe para EEUU. Para evitar que esto se repitiera, durante casi cuarenta años esta doctrina sirvió para
justificar el envío de personal, insumos y capitales a los países latinoamericanos. Sus objetivos eran
anticiparse a una insurrección o un gobierno de izquierdas. Para ello, se aseguraron de que las Fuerzas
Armadas, bajo la excusa de preservar la patria o la integridad del Estado, tomaran el control del país y lo
sometieran a sangre y fuego. Estados Unidos brindaba también entrenamiento contrainsurgente
(incluidas técnicas de tortura), la venta de armamento especializado y apoyo financiero. Todo ello bajo
la fachada de estar impulsando la democracia y el respeto a los derechos humanos en Occidente.
Factores que explican su aparición La Revolución de Octubre fue un ejemplo para muchas naciones. • La
“amenaza roja”. La influencia de la URSS en los países del tercer mundo era notable, ya que su
Revolución de Octubre había sido un ejemplo para muchas naciones que deseaban liberarse de su
pasado colonial o imperial. • El “patio trasero estadounidense”. Desde el siglo XIX existía la Doctrina
Monroe, en la que EEUU se otorgaba el derecho a intervenir en América Latina en nombre de la libertad.
Esto significaba que consideraba a América Latina como su patio trasero y se le hizo imperioso conservar
allí el orden político y económico a toda costa. • La aparición de las guerrillas comunistas. América
Latina fue siempre un territorio susceptible al llamado de la izquierda revolucionaria, como ocurrió en
Cuba y luego en múltiples países latinoamericanos, sobre todo en Nicaragua, El Salvador o Colombia,
donde las fuerzas estadounidenses intervinieron militarmente para impedir que los insurgentes tuvieran
éxito, con sus famosos “Contras”. • La necesidad de defender sus intereses empresariales. En los países
latinoamericanos había amplia presencia de empresas trasnacionales estadounidenses y existía la
amenaza de que, como en Cuba, estas fueran expropiadas y afectaran la economía norteamericana.
Consecuencias de la Doctrina de Seguridad Nacional Millones de personas fueron asesinadas y
desaparecidas. Las principales consecuencias de esta doctrina en América Latina tienen que ver con la
brutal violación de los derechos humanos en todos los países gobernados por dictaduras militares afines
a los intereses estadounidenses. Ocurrieron desapariciones masivas de ciudadanos, torturas, secuestros,
robos de propiedad privada y otra lista de atrocidades que ha dejado una herida profunda en la
consciencia latinoamericana y una deuda histórica por pagar. Además, con el recuerdo de estas
intervenciones se propagó un profundo sentimiento anti-estadounidense en un sector sus poblaciones.
Desde luego, también fue una consecuencia de esta doctrina el fracaso de la izquierda revolucionaria en
América Latina. Cuando se iniciaba algún tipo de gobierno o simpatía izquierdista, fuera por medio de la
fuerza o fuera por medio de las elecciones generales, los intereses estadounidenses hacían todo por
aplastarla bajo la bota militar mediante un golpe de Estado y una dictadura subsiguiente. La Escuela de
las Américas Llamado el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, o
también la Escuela de las Américas, se estableció en territorio panameño entre 1946 y 1984 (aún opera
allí en el Hotel Meliá desde el 2000). Se trató de una organización financiada por los EEUU para brindar
instrucción militar especializada en contrainsurgencia a los militares latinoamericanos. Allí se graduaron
más de 60.000 oficiales militares y policías de hasta 23 países latinoamericanos, entre los que destacan
los criminales de lesa humanidad Leopoldo Fortunato Galtieri, Omar Torrijos, Manuel Antonio Noriega,
Manuel Contreras y Vladimiro Montesinos. Todos ellos fueron responsables de golpes de Estado
conducentes a dictaduras monstruosas y de acciones violentas en sus naciones. El Plan Cóndor El Plan
Cóndor fue ideado por Henry Kissinger. Operación Cóndor o Plan Cóndor era el nombre del plan de
cooperación entre las distintas dictaduras del Cono Sur de América Latina: Chile, Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay, Bolivia y, esporádicamente, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Este plan fue
ideado por Henry Kissinger, político estadounidense responsable de numerosas atrocidades cometidas
en América Latina, con tal de impedir cualquier tipo de gobierno o simpatía de izquierda. El Plan Cóndor
implicaba la vigilancia internacional, la detención, traslados, desaparición o asesinato de cualquier
individuo considerado por estos regímenes como “subversivo”. Esto incluía a cualquier persona
vinculada de algún modo con militancias de izquierda. Gracias a este plan clandestino las dictaduras
militares podían compartir información y recursos, siempre bajo el auspicio de los Estados Unidos. El
Terrorismo de Estado En la época de la Doctrina de Seguridad Nacional el terrorismo de Estado fue la ley
en muchos países. Esto significa que los recursos y personal del Estado, tales como oficiales de policía o
ejército, eran empleados para el hostigamiento, persecución, detención ilegal y ajusticiamiento de
cualquier ciudadano sospechoso de colaborar siquiera con la militancia de izquierda. Estos estados
terroristas dejaron a su paso diversos saldos de desaparecidos, torturados y asesinados, en una de las
épocas más tristes de la historia del continente. La “Triple A” A la Triple "A" se le atribuye la
desaparición de casi 700 personas. Se llamó así a la Alianza Anticomunista Argentina, un grupo
parapolicial y terrorista que, amparado en los lineamientos de la extrema derecha (conectados con la
logia anticomunista Propaganda Due). Persiguió y asesinó artistas, intelectuales, políticos, estudiantes y
sindicalistas asociados con la izquierda en dicho país. Se les atribuye la desaparición de casi 700
personas, y fueron precursores de la Alianza Americana Anticomunista surgida entre 1978 y 1980 en
Colombia, y de la Alianza Apostólica Anticomunista surgida entre 1977 y 1982 en España. Su accionar se
consideró el preludio al llamado Proceso de Reorganización Nacional que se inició en 1976. La Doctrina
Nixon La doctrina Nixon, comprometía a los EEUU a apoyar militarmente a sus aliados. También llamada
Doctrina Guam, fue propuesta por el Presidente Norteamericano Richard Nixon en 1969. Constituyó una
suerte de globalización de la Doctrina de Seguridad Nacional, en la cual los EEUU se comprometían a
asistir militarmente a cualquier país aliado o cuya supervivencia fuera de interés para la Seguridad de los
Estados Unidos. Gracias a esta doctrina luego se promovió la Doctrina Carter y Estados Unidos pudo
implicarse directamente en la Guerra del Golfo Pérsico y la Guerra de Iraq. Cuándo finalizó la Doctrina
de Seguridad Nacional El final de la Guerra Fría supuso la superación de las necesidades que impulsaban
la doctrina. Sin embargo, continuó formando parte de la ideología imperante en muchas de las Fuerzas
Armadas latinoamericanas hacia finales del siglo XX, incluso luego de recuperada la democracia. Esto
supuso una dificultad adicional para los pueblos latinoamericanos a la hora de decidir sus destinos de
cara al nuevo siglo

LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL PLAN CÓNDOR La Doctrina de la Seguridad Nacional y el


Plan Cóndor son conceptos relacionados con las operaciones llevadas a cabo por varios gobiernos en
América Latina durante la década de 1970 y parte de la década de 1980. Estas operaciones tuvieron
como objetivo combatir y eliminar a los grupos considerados subversivos o guerrilleros en la región. La
Doctrina de la Seguridad Nacional fue una estrategia militar y política adoptada por algunos países
latinoamericanos, especialmente en la década de 1960, bajo la influencia de Estados Unidos. Esta
doctrina sostenía que los países debían priorizar la seguridad interna y considerar a los grupos de
oposición, especialmente los de izquierda, como una amenaza para la estabilidad del Estado. Bajo esta
perspectiva, los gobiernos justificaban la represión y violaciones a los derechos humanos en nombre de
la seguridad nacional. El Plan Cóndor fue una colaboración clandestina entre los regímenes militares y
dictatoriales de varios países de América Latina, incluyendo Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y
Bolivia, con el apoyo encubierto de Estados Unidos. Este plan implicó el intercambio de información,
coordinación y cooperación en operaciones represivas, secuestros, torturas y asesinatos de opositores
políticos, así como la desaparición forzada de personas. El objetivo principal del Plan Cóndor era eliminar
cualquier amenaza percibida por estos regímenes militares y garantizar la continuidad de sus gobiernos.
En cuanto a los documentos relacionados con la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor,
existen varios archivos, testimonios y pruebas que han sido revelados a lo largo de los años. Muchos de
estos documentos han surgido como resultado de investigaciones judiciales y esfuerzos de
organizaciones de derechos humanos para arrojar luz sobre los crímenes cometidos durante esa época.
Estos documentos revelan la participación activa de los gobiernos latinoamericanos y de Estados Unidos
en la planificación y ejecución de operaciones represivas y violaciones a los derechos humanos. Es
importante destacar que el acceso a estos documentos puede variar según el país y las leyes de acceso a
la información vigentes en cada lugar. Además, algunas partes de la documentación aún pueden estar
clasificadas o no haber sido completamente reveladas al público. No obstante, el trabajo de
investigadores, periodistas y defensores de derechos humanos ha permitido revelar una cantidad
significativa de información sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Contexto
teórico político La Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor son dos conceptos relacionados
que se originaron en América Latina durante la segunda mitad del siglo XX. A continuación, te
proporcionaré un contexto teórico y político de estos términos: Contexto político: La Doctrina de la
Seguridad Nacional y el Plan Cóndor surgieron en un contexto de Guerra Fría, cuando América Latina
estaba experimentando una fuerte agitación política y social. Durante este período, muchos países de la
región se enfrentaban a movimientos de guerrilla, protestas sociales y demandas de cambios
estructurales. Doctrina de la Seguridad Nacional: La Doctrina de la Seguridad Nacional fue una estrategia
política y militar adoptada por varios regímenes militares y autoritarios en América Latina. Esta doctrina
sostenía que la principal amenaza para la estabilidad y seguridad de los países latinoamericanos
provenía de los movimientos de izquierda, considerados como subversivos y vinculados al comunismo.
Según esta doctrina, los gobiernos autoritarios justificaban su accionar represivo en nombre de la
seguridad nacional y afirmaban que era necesario proteger al país de la infiltración comunista. Esto llevó
a la persecución, represión y violación sistemática de los derechos humanos de miles de personas,
incluyendo desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales. Plan Cóndor: El Plan Cóndor
fue una coordinación clandestina y represiva entre las dictaduras militares de varios países
latinoamericanos en las décadas de 1970 y 1980. Fue implementado por las dictaduras de Argentina,
Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia, con el apoyo y la influencia de Estados Unidos. El objetivo
principal del Plan Cóndor era la represión y eliminación de opositores políticos, especialmente aquellos
considerados como izquierdistas o subversivos. Las dictaduras intercambiaban información de
inteligencia, detenían y torturaban a personas, y coordinaban operaciones para secuestrar, desaparecer
y asesinar a opositores políticos en otros países. El Plan Cóndor dejó un legado de violaciones masivas a
los derechos humanos en América Latina y causó un sufrimiento indecible a miles de personas y sus
familias. Muchos de los crímenes cometidos durante esta época siguen impunes hasta el día de hoy. En
resumen, la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor representaron una época oscura en la
historia de América Latina, caracterizada por la represión, la violación de los derechos humanos y la
persecución política. Estos conceptos reflejan la manera en que las dictaduras militares de la región se
organizaron y coordinaron para eliminar a sus opositores y preservar su poder. LA DOCTRINA DE LA
SEGURIDAD NACIONAL PLAN CÓNDOR APORTES AL MUNDO La Doctrina de la Seguridad Nacional y el
Plan Cóndor tuvieron un impacto significativo en América Latina y en el mundo en general. Aunque sus
aportes son principalmente negativos, es importante comprender su influencia histórica. A
continuación, se mencionan algunos de los aspectos relevantes: Represión y violaciones a los derechos
humanos: La Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor fueron responsables de una brutal
represión en varios países de América Latina. Se llevaron a cabo detenciones arbitrarias, torturas,
desapariciones forzadas y asesinatos de miles de personas consideradas opositoras a los regímenes
militares y dictatoriales. Estas violaciones a los derechos humanos dejaron un legado de sufrimiento y
dolor en la región. Coordinación represiva transnacional: El Plan Cóndor representó una coordinación sin
precedentes entre diferentes países de América Latina en la represión de la disidencia política. Los
regímenes militares compartieron información, realizaron operaciones conjuntas y facilitaron la
extradición de opositores a través de las fronteras. Esta cooperación transnacional amplió el alcance de
la represión y dificultó la búsqueda de justicia para las víctimas. Influencia de la Guerra Fría: La Doctrina
de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor surgieron en el contexto de la Guerra Fría, en el que Estados
Unidos buscaba contener el avance del comunismo en la región. La preocupación de Washington por la
expansión de la influencia soviética llevó al apoyo indirecto y encubierto de Estados Unidos a los
regímenes represivos de América Latina, lo que contribuyó a la perpetuación de los abusos y la
impunidad. Impacto en el activismo y la sociedad civil: La represión desatada por la Doctrina de la
Seguridad Nacional y el Plan Cóndor generó un fuerte impacto en la sociedad civil y el activismo político
en América Latina. La lucha por los derechos humanos y la búsqueda de justicia se convirtieron en
pilares fundamentales de los movimientos sociales en la región, y muchos grupos y organizaciones
surgieron en respuesta a la represión y violencia. Documentación y verdad histórica: A pesar de los
intentos de los regímenes militares por ocultar y negar los crímenes cometidos, el legado del Plan
Cóndor ha sido documentado y probado ampliamente. La revelación de documentos, testimonios y
pruebas ha contribuido a la construcción de la verdad histórica y a la búsqueda de justicia para las
víctimas y sus familias. En resumen, la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor dejaron un
legado sombrío de represión, violaciones a los derechos humanos y sufrimiento en América Latina. Su
impacto ha llevado a una mayor conciencia sobre la importancia de la defensa de los derechos humanos
y ha fortalecido los movimientos sociales y la lucha por la justicia en la región. Que instituciónes
aparecen en LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL PLAN CÓNDOR La Doctrina de la Seguridad
Nacional y el Plan Cóndor implicaron la participación de varias instituciones de diferentes países de
América Latina. A continuación, se mencionan algunas de las instituciones involucradas: Fuerzas
Armadas: En cada país, las Fuerzas Armadas jugaron un papel central en la implementación de la
Doctrina de la Seguridad Nacional y la ejecución del Plan Cóndor. Los altos mandos militares lideraron
las operaciones represivas, coordinaron la cooperación entre los países participantes y supervisaron la
represión interna. Agencias de Inteligencia: Las agencias de inteligencia y seguridad de los países
participantes desempeñaron un papel fundamental en el intercambio de información y la coordinación
de las operaciones del Plan Cóndor. Entre estas agencias se encontraban la Dirección de Inteligencia
Nacional (DINA) en Chile, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en Argentina y el Servicio de
Informaciones de Defensa (SID) en Uruguay, entre otros. Policía: Las fuerzas policiales también
participaron activamente en la represión interna y la persecución de los opositores políticos. La policía
llevó a cabo detenciones, interrogatorios y operativos de represión en coordinación con las Fuerzas
Armadas y las agencias de inteligencia. Servicios de Seguridad: Además de las agencias de inteligencia y
la policía, algunos países contaban con servicios de seguridad específicos encargados de la represión
política, como la Central Nacional de Informaciones (CNI) en Brasil y la Dirección de los Servicios de
Inteligencia y Prevención (DISIP) en Venezuela. Organizaciones de inteligencia extranjeras: Además de
las instituciones nacionales, el Plan Cóndor contó con la colaboración y el apoyo de agencias de
inteligencia extranjeras, principalmente de Estados Unidos. La CIA (Agencia Central de Inteligencia) de
Estados Unidos brindó asesoramiento, entrenamiento, financiamiento y apoyo logístico a los regímenes
militares participantes. Estas son solo algunas de las instituciones que estuvieron involucradas en la
implementación de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Cabe destacar que la
colaboración y la coordinación entre estas instituciones variaron de un país a otro, pero todas
compartieron el objetivo de eliminar a los grupos considerados subversivos o guerrilleros en la región.
LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL PLAN CÓNDOR analisis y reflexion La Doctrina de la
Seguridad Nacional y el Plan Cóndor son dos conceptos relacionados que surgieron durante la segunda
mitad del siglo XX en América Latina. Ambos están estrechamente vinculados y se caracterizan por ser
estrategias de represión y control por parte de las dictaduras militares en la región. La Doctrina de la
Seguridad Nacional es un enfoque ideológico y militar que se desarrolló principalmente durante la
Guerra Fría. Esta doctrina sostenía que la principal amenaza para los Estados latinoamericanos no
provenía de conflictos externos, sino de enemigos internos considerados subversivos, como los grupos
guerrilleros, los movimientos sociales y los opositores políticos. En lugar de proteger la seguridad de la
nación contra fuerzas extranjeras, la doctrina se centraba en mantener la estabilidad y el control
interno, incluso a través de métodos represivos. El Plan Cóndor fue una operación encubierta llevada a
cabo por las dictaduras militares de varios países latinoamericanos, incluidos Argentina, Chile, Uruguay,
Paraguay, Bolivia y Brasil, con el apoyo activo de la CIA de Estados Unidos. Este plan buscaba coordinar
la represión y el intercambio de información entre las diferentes dictaduras con el objetivo de eliminar a
los opositores políticos y suprimir cualquier amenaza percibida a la estabilidad de los regímenes
militares. A través del Plan Cóndor, se estableció una red de cooperación y colaboración entre las
agencias de inteligencia y seguridad de estos países, permitiendo el secuestro, la tortura, la desaparición
y el asesinato de miles de personas. El análisis de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor
revela una realidad sombría en América Latina durante ese período. Estas políticas de represión y
violación sistemática de los derechos humanos causaron un sufrimiento incalculable y dejaron cicatrices
profundas en la sociedad latinoamericana. Las dictaduras militares justificaban sus acciones en nombre
de la seguridad y la lucha contra la subversión, pero en realidad, estaban perpetuando un estado de
terror y silenciando a cualquier voz disidente. Es importante reflexionar sobre este período de la historia
latinoamericana para comprender cómo los abusos de poder y la violación de los derechos humanos
pueden ocurrir en sociedades que se consideran democráticas. El análisis crítico de la Doctrina de la
Seguridad Nacional y el Plan Cóndor nos recuerda la importancia de proteger y fortalecer los sistemas
democráticos, promoviendo la justicia, la transparencia y el respeto por los derechos humanos como
pilares fundamentales de una sociedad libre y justa. Además, este análisis nos llama a no olvidar las
atrocidades cometidas durante ese período y a trabajar en la búsqueda de la verdad, la justicia y la
reparación para las víctimas y sus familias. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo
prevenir la repetición de tales eventos en el futuro, promoviendo la educación, el diálogo y la
construcción de sociedades inclusivas y respetuosas de los derechos humanos. Bibliografías Aquí tienes
algunas referencias bibliográficas relacionadas con la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor:
"The Condor Years: How Pinochet and his Allies Brought Terrorism to Three Continents" (Los años del
Cóndor: Cómo Pinochet y sus aliados llevaron el terrorismo a tres continentes) de John Dinges. Esta obra
examina en detalle el Plan Cóndor, su implementación y sus consecuencias en América Latina y más allá.
El autor, John Dinges, ofrece una investigación exhaustiva y reveladora sobre las operaciones
encubiertas llevadas a cabo por las dictaduras militares en la región. "A Lexicon of Terror: Argentina and
the Legacies of Torture" (Un léxico del terror: Argentina y los legados de la tortura) de Marguerite
Feitlowitz. Este libro se enfoca específicamente en el papel de Argentina en el Plan Cóndor y en la
represión durante la dictadura militar. Ofrece un análisis detallado de las prácticas de tortura y los
impactos duraderos en la sociedad argentina. "The Condor Years: How Chileans Created a New Form of
Terror in America" (Los años del Cóndor: Cómo los chilenos crearon una nueva forma de terror en
América) de John Dinges. Este libro se centra en la participación de Chile en el Plan Cóndor y examina
cómo la dictadura de Augusto Pinochet influyó en las operaciones de represión y violación de derechos
humanos en la región. "The Last Colonial Massacre: Latin America in the Cold War" (La última masacre
colonial: América Latina en la Guerra Fría) de Greg Grandin. Este libro analiza el contexto histórico y
político de América Latina durante la Guerra Fría y proporciona una perspectiva más amplia sobre la
Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. "El otoño del patriarca" de Gabriel García Márquez.
Aunque es una obra de ficción, esta novela de Gabriel García Márquez aborda temas relacionados con
dictaduras militares y represión en América Latina, brindando una visión literaria de las realidades
sociales y políticas de la época. Estas son solo algunas sugerencias de lecturas que puedes explorar para
obtener más información sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Cabe destacar que
siempre es recomendable consultar múltiples fuentes y perspectivas para obtener una comprensión más
completa de estos eventos históricos. Historiografía La historiografía sobre la Doctrina de la Seguridad
Nacional y el Plan Cóndor ha evolucionado a lo largo de los años a medida que se ha profundizado en la
investigación y se han revelado nuevos documentos y testimonios. A continuación, se presentan algunas
tendencias y enfoques comunes dentro de la historiografía de estos temas: Investigación basada en
archivos desclasificados: A medida que se han ido desclasificando documentos oficiales de gobiernos y
agencias de inteligencia, los historiadores han podido acceder a información detallada sobre las
operaciones del Plan Cóndor y la colaboración entre las dictaduras militares en América Latina. Esta
investigación ha arrojado luz sobre la coordinación y planificación de acciones represivas, así como la
participación de Estados Unidos en estas operaciones. Enfoque en la violación de derechos humanos:
Gran parte de la historiografía se ha centrado en documentar y analizar las violaciones sistemáticas de
los derechos humanos cometidas durante esta época. Se han estudiado los métodos de tortura
utilizados, las desapariciones forzadas, los asesinatos y otros abusos perpetrados por los regímenes
militares. Además, se ha prestado atención a la lucha de las organizaciones de derechos humanos y las
víctimas por la justicia y la memoria. Análisis de las conexiones internacionales: La historiografía ha
examinado las conexiones internacionales del Plan Cóndor, especialmente la colaboración entre las
agencias de inteligencia y seguridad de los países participantes, así como el apoyo y la influencia de
Estados Unidos. Se ha investigado cómo el contexto de la Guerra Fría influyó en la implementación de
estas estrategias de represión y cómo se relacionaron con las políticas globales de la época. Estudio de
las resistencias y movimientos sociales: Además de analizar las acciones represivas de las dictaduras, la
historiografía ha puesto énfasis en el estudio de las resistencias y los movimientos sociales que
surgieron en respuesta a estas violaciones de derechos humanos. Se ha investigado el papel de los
movimientos de derechos humanos, las organizaciones de izquierda, los sindicatos y otros actores
sociales en la denuncia de los abusos y la búsqueda de justicia. Perspectivas de género y memoria: En los
últimos años, ha habido un enfoque creciente en la incorporación de perspectivas de género en el
estudio de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Se ha examinado cómo las violaciones
de derechos humanos afectaron de manera diferenciada a hombres y mujeres, así como el papel de las
mujeres en la resistencia y la lucha por la memoria y la justicia. Es importante tener en cuenta que la
historiografía continúa evolucionando a medida que se descubren nuevos testimonios, se desarrollan
nuevas metodologías de investigación y se analizan diferentes perspectivas. Por lo tanto, es
recomendable consultar fuentes actualizadas y diversos enfoques para obtener una visión completa y
contextualizada de estos eventos históricos. Analisis ideologíco La Doctrina de la Seguridad Nacional y el
Plan Cóndor son conceptos relacionados que surgieron en América Latina durante la segunda mitad del
siglo XX, particularmente en la década de 1970. Estos términos están asociados con la represión política
y la violación de los derechos humanos en varios países de la región. La Doctrina de la Seguridad
Nacional fue una ideología militar y política que se desarrolló en los Estados Unidos durante la Guerra
Fría. La doctrina postulaba que la principal amenaza para la seguridad de un país no era una invasión
militar externa, sino las amenazas internas, como movimientos insurgentes y subversivos. Según esta
perspectiva, se argumentaba que la estabilidad de un país se podía lograr mediante la eliminación de
estas amenazas internas, incluso mediante la represión violenta. El Plan Cóndor fue una operación
encubierta coordinada entre las dictaduras militares de varios países de América Latina, respaldada por
la CIA de los Estados Unidos. El objetivo principal del plan era la represión de movimientos políticos y
sociales considerados subversivos, así como la eliminación de supuestos enemigos del régimen. Bajo el
Plan Cóndor, los regímenes militares intercambiaban información, detenían, torturaban y desaparecían
a personas consideradas amenazas para la estabilidad de los gobiernos autoritarios. Ambos conceptos,
la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor, reflejan una ideología de seguridad autoritaria
que se basa en la supresión de la disidencia política y el uso sistemático de la violencia contra aquellos
que se perciben como una amenaza para el régimen. Estas políticas resultaron en violaciones
generalizadas de los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias, tortura, asesinatos y
desapariciones forzadas. Es importante tener en cuenta que la implementación de la Doctrina de la
Seguridad Nacional y el Plan Cóndor tuvo consecuencias devastadoras para la sociedad civil en América
Latina. Miles de personas fueron víctimas de la represión, y sus efectos aún se sienten en muchos países
de la región. La lucha por la justicia, la verdad y la memoria histórica continúa en la actualidad, ya que
muchos gobiernos y sociedades buscan enfrentar el legado de estos periodos oscuros de la historia.
Autores contemporáneos La Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor fueron conceptos y
operaciones que surgieron en América Latina durante la segunda mitad del siglo XX, específicamente
durante las décadas de 1960 y 1970. A continuación, te proporcionaré algunos autores contemporáneos
y estudiosos de estos temas: Noam Chomsky: Es un reconocido intelectual y activista político
estadounidense que ha investigado y escrito extensamente sobre la política exterior de Estados Unidos y
su implicación en América Latina. Chomsky ha analizado el papel de la Doctrina de la Seguridad Nacional
y el Plan Cóndor en la región. Jürgen Buchenau: Historiador y académico alemán que ha investigado y
escrito sobre la historia contemporánea de América Latina. Sus estudios incluyen el análisis de la
Doctrina de la Seguridad Nacional y sus implicaciones en la región. John Dinges: Periodista y autor
estadounidense que ha investigado y escrito sobre la historia del Plan Cóndor y las operaciones
represivas llevadas a cabo por los regímenes militares en América Latina. Su libro "Los años del Cóndor"
es una referencia importante sobre el tema. Martín Almada: Activista y educador paraguayo que fue
víctima de la represión de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay. Almada ha investigado y
denunciado los crímenes cometidos durante la implementación del Plan Cóndor y ha contribuido a la
recuperación de archivos sobre las violaciones de derechos humanos en la región. Carlos Aguirre:
Historiador peruano que ha investigado y escrito sobre la historia política de América Latina, incluyendo
el estudio de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Sus investigaciones se centran en los
contextos locales y las conexiones transnacionales de estos fenómenos. Estos son solo algunos ejemplos
de autores contemporáneos que han abordado la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor
desde diferentes perspectivas. Sus trabajos han contribuido a la comprensión y memoria de estos
eventos en América Latina. Cambio que se logró La Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor
fueron dos elementos clave en la historia de América Latina durante las décadas de 1960 a 1980. La
Doctrina de la Seguridad Nacional fue una estrategia militar y política adoptada por varios países
latinoamericanos, con el apoyo de los Estados Unidos, para combatir el comunismo y mantener la
estabilidad interna. El Plan Cóndor, por su parte, fue una operación encubierta llevada a cabo por las
dictaduras militares de varios países sudamericanos, con el apoyo y coordinación de los Estados Unidos,
para reprimir y eliminar a la oposición política. Esta operación incluyó la persecución, tortura,
desaparición y asesinato de miles de personas. A lo largo de los años, hubo cambios significativos en la
percepción y la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Algunos de estos
cambios incluyen: Revelación de documentos: A medida que los regímenes militares fueron perdiendo
poder en la región y las democracias se establecieron, se produjo una mayor apertura y revelación de
documentos relacionados con las violaciones de derechos humanos cometidas durante el Plan Cóndor.
Estos documentos proporcionaron pruebas concretas de la coordinación entre las dictaduras y el papel
de los Estados Unidos en el plan. Juicios y condenas: A medida que se revelaban más pruebas y
testimonios sobre los crímenes cometidos durante el Plan Cóndor, se llevaron a cabo juicios y se
lograron condenas contra algunos de los responsables. En países como Argentina, Chile y Uruguay, se
han realizado importantes procesos judiciales que han llevado a la condena de exmilitares y agentes
involucrados en violaciones a los derechos humanos. Comisiones de la verdad: Varios países
latinoamericanos crearon comisiones de la verdad para investigar y documentar los crímenes cometidos
durante las dictaduras militares y el Plan Cóndor. Estas comisiones, como la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas (CONADEP) en Argentina y la Comisión Valech en Chile, han ayudado a
esclarecer los hechos y a reconocer la responsabilidad del Estado en los abusos. Reparaciones a las
víctimas: En algunos países, se han implementado programas de reparación a las víctimas y sus
familiares, que incluyen compensaciones económicas, rehabilitación y apoyo psicosocial. Estas medidas
buscan brindar justicia y reconocimiento a las personas afectadas por los crímenes del Plan Cóndor.
Cambio en la opinión pública: A medida que se conocían más detalles sobre los crímenes cometidos
durante el Plan Cóndor, la opinión pública latinoamericana comenzó a cambiar y a condenar estos actos.
Se generó una mayor conciencia sobre los derechos humanos y se fortaleció el reclamo de justicia para
las víctimas. En resumen, a lo largo de los años ha habido cambios significativos en la percepción y
aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor en América Latina. Se revelaron
documentos, se llevaron a cabo juicios y condenas, se crearon

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