Bolilla 2 - Cat B
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Caballero J 3512302129
BOLILLA 2: DERECHO MATRIMONIAL
1. MATRIMONIO
Concepto
Se trata de una institución jurídica que, basada en el consentimiento mutuo, se constituye por la unión formal,
aconfesional o civil, exclusiva, exogámica, igualitaria, estable y plena de dos personas que a partir de la ley 26.618 se
denominan “contrayentes”, que los emplaza en el estado de familia de cónyuges o esposos, del que derivan importantes
derechos y deberes, regidos por un estatuto legal de orden público que impone el Estado.
Naturaleza Jurídica 1
Existen distintas teorías jurídicas que tratan de explicar el matrimonio. Belluscio describe las más significativas, según
lo consideren: un sacramento entre bautizados y un contrato: concepción contractual canónica. Un contrato de derecho
civil: concepción contractual civil.
La concepción institucional lo considera una institución social inderogable y fundada en el consentimiento de las partes;
se refiere al matrimonio-estado. La concepción mixta (institucional y contractual), acto jurídico (bilateral o complejo).
Lo cierto es que el vocablo matrimonio tiene dos acepciones: el matrimonio-acto y el matrimonio-estado. Ambos serán
desarrollados en el punto que sigue.
Caracteres
Formal: el oficial público es constitutivo del acto.
Aconfesional o civil: la iglesia sostiene que el matrimonio es un sacramento y reivindica la potestad de fijar los
requisitos, los impedimentos, la forma de celebración y la competencia exclusiva para dirimir las causas
matrimoniales. La legislación argentina regula el matrimonio civil.
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Exclusiva: una misma persona no puede tener simultáneamente relaciones matrimoniales formalizadas con
distintas personas del mismo o de distinto sexo.
Exogámica: la exogenia se opone a la endogenia que son sistemas cerrados en donde el matrimonio sólo está
regulado entre personas del mismo grupo, raza, casta, tribu, religión o clase social.
Igualitaria: Derechos Universales. Artículo 16.1 de la Convención de las Naciones Unidas sobre eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, arts. 15,16 de la Constitución Nacional; artículo 75 inc. 22.
Ambos cónyuges tienen los mismos derechos y responsabilidades en cuanto al matrimonio, durante el
matrimonio y después de disuelto.
Estable: o permanente. No implica indisolubilidad. No hay matrimonio a plazo o término
Plena; es un consorcio omnis vitae, que significa compartir la misma suerte, de ahí “consortes”, en todos los 2
aspectos personales y patrimoniales.
Heterosexual u homosexual: el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que
los contrayentes sean del mismo o diferente sexo.
Fines
Si bien el código civil no hace ninguna referencia expresa a los fines del matrimonio, se derivan de los derechos-deberes
que rigen entre los cónyuges o con respecto a sus hijos. En el Derecho Canónico, el texto del Canon 1055 § 1 del código
de derecho canónico, “la alianza matrimonial esta, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de
toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole”.
Sin embargo, es innegable que subyace en el derecho de familia, relaciones -familiares- de profundo sentido ético y
moral, que conforman la base de la familia y trascienden lo jurídico. En este sentido, la doctrina (Belluscio, Borda,
Cafferata) es uniforme es sostener que los fines normales del matrimonio son la satisfacción del amor, la mutua
compañía y asistencia, la procreación y la educación de los hijos.
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A su vez el 407 expresa: “la existencia del matrimonio no resulta
afectada por la incompetencia o falta del nombramiento legítimo
de la autoridad para celebrarlo, siempre que al menos uno de los
cónyuges hubiera procedido de buena fe, y aquellos ejercieran
sus funciones públicamente.
APTITUD NUPCIAL:
1. DIVERSIDAD DE SEXOS
La ley 26.618 legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, reemplazando el texto vigente del art. 406 del
código civil y comercial que hasta ese momento expresaba que el consentimiento para contraer matrimonio debía ser
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expresado por “hombre y mujer” por el de “ambos contrayentes”. De esta manera quedó derogado el requisito de la
diversidad de sexo para contraer matrimonio y así las personas del mismo sexo pueden expresar válidamente su
consentimiento para contraer matrimonio y gozar de derechos matrimoniales, aunque diferentes entre matrimonios
homosexuales y heterosexuales, aun cuando el art. 42 de la ley 26.618 equipara al matrimonio homosexual con el
heterosexual en las referencias, derechos y obligaciones, y sus interpretaciones. Para completar lo anterior,
mencionamos algunos casos puntuales que evidencian un tratamiento dispar:
1. Tenencia de los hijos menores de cinco años en caso de separación personal: si es un matrimonio heterosexual,
tales hijos quedan a cargo de la madre, salvo causas graves que afecten el interés del menor. Si es un matrimonio
homosexual, a falta de acuerdo entre los cónyuges, el juez resolverá por ellos teniendo en cuenta el interés del
menor. 5
2. Presunción de la paternidad del marido del art. 243: Rige para el marido en los matrimonios heterosexuales. En
cambio, en los matrimonios homosexuales, ¿cómo saber quién es el marido si la propia ley los denomina
contrayentes?
En fin, a lo largo del desarrollo de la lección mencionaremos otros ejemplos que evidencian el tratamiento desigual y
que se genera a partir de la aplicación de la ley 26.618.
Clasificación y efectos:
Existen distintos criterios de clasificación de los impedimentos según se trate de:
A. La sanción que apliquen: se distinguen entre impedimentos dirimentes e impedientes.
Dirimentes: provocan la nulidad del matrimonio, absoluta o relativa y constituyen un obstáculo para su celebración.
Impedientes: acarrean generalmente sanciones de carácter patrimonial o simplemente obstaculizan la celebración del
matrimonio.
B. La subsistencia en el tiempo: pueden ser perennes o perpetuos: es decir no se modifican ni pierden vigencia,
y temporarios o transitorios: pueden desaparecer con el tiempo.
C. Posibilidad de su remoción: pudiendo ser dispensables aquellas susceptibles de remoción a través de la
dispensa, y no dispensables: aquellos respecto de los cuales la ley no ha previsto expresamente su levantamiento.
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D. Personas que comprende el impedimento: puede ser absoluto: impiden la celebración del matrimonio con
cualquier persona. Relativo: se refiere a la imposibilidad de contraer matrimonio con una persona determinada.
El impedimento dirimente por parentesco (en clase y grado prohibido) puede ser por consanguinidad o adopción (incs.
a y b), y por afinidad (inc. c). Tiene un fundamento ético, emanado de la ley natural dada la especial relación entre
parientes próximos que es incompatible con el matrimonio.
En el caso del impedimento dirimente de ligamen receptado en el inc. d, consiste en el matrimonio anterior subsistente.
Tiene un fundamento ético, apoyado sobre la monogamia como sistema conyugal básico, de derecho natural y de orden
público. La aptitud nupcial se recupera por: muerte de uno de los cónyuges, matrimonio del viuda/o del ausente o
presuntamente fallecido, sentencia de divorcio vincular o de anulación de matrimonio.
El impedimento dirimente de crimen (inc. e) rige para el autor, cómplice o instigador del homicidio doloso (no
comprende la culpa y la preterintencionalidad) de una persona y el cónyuge de esta. Su fundamento es ético, desalentar
la comisión de un delito a fin de casarse con el viudo y que signifique una sanción más para el culpable.
El derivado por tener menos de dieciocho años (inc. f) y la falta permanente o transitoria de salud mental que le impide
tener discernimiento para el acto matrimonial del inc. g.
DISPENSA JUDICIAL
En el supuesto de la falta de edad legal (art. 404), el menor de edad que no haya cumplido la edad de 16 años puede
contraer matrimonio previa dispensa judicial. El menor que haya cumplido los 16 años puede contraer matrimonio con
autorización de sus representantes legales. A falta de esta, puede hacerlo previa dispensa judicial. El juez debe mantener
una entrevista personal con los futuros contrayentes y sus representantes legales.
La decisión judicial debe tener en cuenta la edad y grado de madurez alcanzado por la persona, referido especialmente
a la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto matrimonial; también debe evaluar la opinión de los
representantes, si la hubiesen expresado.
La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela sólo puede ser otorgada
si, además de los recaudos previstos en el párrafo anterior, se han aprobado las cuentas de la administración. Si de igual
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modo se celebra el matrimonio, el tutor pierde la asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 129 inciso d).
Respecto de la falta de salud mental puede contraerse matrimonio previa dispensa judicial. La decisión judicial requiere
dictamen previo del equipo interdisciplinario sobre la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto matrimonial
y de la aptitud para la vida de relación por parte de la persona afectada.
El juez debe mantener una entrevista personal con los futuros contrayentes; también puede hacerlo con su o sus apoyos,
representantes legales y cuidadores, si lo considera pertinente. (art. 405)
3.3 El Consentimiento: 7
Concepto: El consentimiento es el acto de voluntad de cada uno de los contrayentes de unirse con el otro en matrimonio,
para que en común compartan y gocen todas las reglas a las que se somete el vínculo matrimonial. Para otra definición,
es la convergencia de dos voluntades internas y manifestadas, en la entrega y aceptación mutua de los contrayentes para
generar el consorcio vital que es el matrimonio. Son requisitos esenciales: su contenido interno y su manifestación
personal por parte de los contrayentes ante la autoridad competente.
Voluntad interna y declarada en el acto matrimonial: es el consentimiento de los contrayentes expresado ante la autoridad
competente. Se ha discutido profusamente en la doctrina respecto de cuál es la voluntad que debe prevalecer, y si el
elemento externo debe subordinarse al interno. Para Llambías, “la voluntad interna y la exteriorización de ella a través
del acto conforman una unidad inescindible”. En síntesis los autores mayoritariamente, se inclinan por la doctrina de la
voluntad interna sobre la declarada.
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El derecho argentino no admite que el matrimonio sea sometido a modalidad alguna. Es decir, existe prohibición de
imponer modalidades al matrimonio. Así lo recepta el art. 408: el consentimiento matrimonial no puede someterse a
modalidad alguna. Cualquier plazo, condición o cargo se tiene por no expresado, sin que ello afecte la validez del
matrimonio.
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c) impedimento en que se funda la oposición;
d) documentación que prueba la existencia del impedimento y sus referencias, si la tiene; si no la tiene, el lugar donde
está, y cualquier otra información útil.
Cuando la oposición se deduce en forma verbal, el oficial público debe levantar acta circunstanciada, que firma con el
oponente o con quien firme a su ruego, si aquel no sabe o no puede firmar. Cuando se deduce por escrito, se debe
transcribir en el libro de actas con las mismas formalidades.
Procedimiento de la oposición
Deducida la oposición el oficial público la hace conocer a los contrayentes. Si alguno de ellos o ambos admite la
existencia del impedimento legal, el oficial público lo hace constar en acta y no celebra el matrimonio. Si los 9
contrayentes no lo reconocen, deben expresarlo ante el oficial público dentro de los tres días siguientes al de la
notificación; este levanta un acta, remite al juez competente copia autorizada de todo lo actuado con los documentos
presentados y suspende la celebración del matrimonio.
El juez competente debe sustanciar y decidir la oposición por el procedimiento más breve que prevea la ley local.
Recibida la oposición, da vista por tres días al Ministerio Público. Resuelta la cuestión, el juez remite copia de la
sentencia al oficial público.
Cumplimiento de la sentencia
Recibido el testimonio de la sentencia firme que desestima la oposición, el oficial público procede a celebrar el
matrimonio.
Si la sentencia declara la existencia del impedimento, el matrimonio no puede celebrarse.
En ambos casos, el oficial público debe anotar la parte dispositiva de la sentencia al margen del acta respectiva.
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Si los contrayentes o alguno de ellos no sabe escribir, el oficial público debe levantar acta que contenga las mismas
enunciaciones.
Suspensión de la celebración
Si de las diligencias previas no resulta probada la habilidad de los contrayentes, o se deduce oposición, el oficial público
debe suspender la celebración del matrimonio hasta que se pruebe la habilidad o se rechace la oposición, haciéndolo
constar en acta, de la que debe dar copia certificada a los interesados, si la piden.
Idioma
Si uno o ambos contrayentes ignoran el idioma nacional, deben ser asistidos por un traductor publico matriculado y, si
no lo hay, por un intérprete de reconocida idoneidad, dejándose debida constancia en la inscripción.
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i) declaración de los contrayentes de si se ha celebrado o no convención matrimonial y, en caso afirmativo, su fecha y
el registro notarial en el que se otorgó;
j) declaración de los contrayentes, si se ha optado por el régimen de separación de bienes;
k) documentación en la cual consta el consentimiento del contrayente ausente, si el matrimonio es celebrado a distancia.
El acta debe ser redactada y firmada inmediatamente por todos los que intervienen en el acto, o por otros a su ruego, si
no pueden o no saben hacerlo.
El oficial público debe entregar a los cónyuges, de modo gratuito, copia del acta de matrimonio y de la libreta de familia
expedida por el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.
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El matrimonio, como acto jurídico que es, se encuentra sujeto a condiciones de validez. Esto presupone que el acto
jurídico no presenta vicios o defectos de legalidad ordinarios, existentes al tiempo de la celebración, si así fuese, el
derecho impide la configuración de una relación matrimonial idónea a través de su anulabilidad.
Para que un acto se vea afectado por la nulidad absoluta o relativa dependerá del interés que se ponga en juego. En el
Código Civil y Comercial el doble régimen de nulidad del matrimonio no cambia, pero sí, el de nulidad relativa sufre
algunas modificaciones.
Doctrina de la especialidad:
Esta doctrina sostiene la autosuficiencia del régimen de nulidades matrimoniales y la consiguiente inaplicabilidad de la
teoría general de la nulidad de los actos jurídicos.
No solo estima que las reglas de nulidad de los actos jurídicos son inaplicables al matrimonio, sino que entiende que 12
debe construirse toda la teoría del acto jurídico familiar independientemente de la del acto jurídico en general.
Causas de orden práctico inclinan a aceptar esta doctrina, ya que la distinta naturaleza de los intereses en juego debe
especificar a su vez, una aplicación normativa diferente. El matrimonio es un acto jurídico, pero de naturaleza tan
trascendental para el orden social que requiere normas especiales que regulen su invalidez, ya que ésta puede acarrear
la disolución de la familia y la colocación de los esposos en la categoría de concubinos. Es muy distinto pues, anular un
acto que solo produce consecuencias patrimoniales, a uno que da origen a un sinnúmero de relaciones de orden familiar.
La formación histórica del régimen de las nulidades matrimoniales, la voluntad del legislador, el principio favor
matrimonii, la naturaleza del acto y cuestiones eminentemente prácticas, asisten al sostenimiento de la tesis de que el
régimen de nulidades matrimoniales es especial y no le son aplicables las reglas sobre nulidad de los actos jurídicos en
general.
Consecuencias:
1) En cuanto a las causales de nulidad del matrimonio:
Art. 424: Nulidad absoluta. Legitimados. Es de nulidad absoluta el matrimonio celebrado con alguno de los
impedimentos establecidos en los incisos a), b), c), d) y e) del artículo 403.
La nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges y por los que podían oponerse a la celebración del
matrimonio.
Art. 425: Nulidad relativa. Legitimados. Es de nulidad relativa:
a).- El matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso f) del artículo 403; la nulidad puede ser
demandada por el cónyuge que padece el impedimento y por los que en su representación podrían haberse opuesto a la
celebración del matrimonio. En este último caso, el juez debe oír al adolescente, y teniendo en cuenta su edad y grado
de madurez hace lugar o no al pedido de nulidad.
Si se rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera celebrado con la correspondiente dispensa. La
petición de nulidad es inadmisible después de que el cónyuge o los cónyuges hubiesen alcanzado la edad legal.
b).-El matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso g) del artículo 403. La nulidad puede ser
demandada por cualquiera de los cónyuges si desconocían el impedimento;
La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha continuado la cohabitación después de
haber recuperado la salud; y en el caso del cónyuge sano, luego de haber conocido el impedimento.
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La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que padece el impedimento y que podrán
haberse opuesto a la celebración del matrimonio. El plazo para interponer la demanda es de tres meses desde la
celebración del matrimonio. En este caso, el juez debe oír a los cónyuges, y evaluar la situación del afectado a los fines
de verificar si comprende el acto que ha celebrado y cuál es su deseo al respecto.
c).-El matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento a que se refiere el artículo 409. La nulidad sólo
puede ser demandada por el cónyuge que ha sufrido el vicio del error, dolo o violencia. La nulidad no puede ser solicitada
si se ha continuado la cohabitación por más de treinta días después de haber conocido el error o de haber cesado la
violencia. El plazo para interponer la demanda es de un año desde que cesa la cohabitación.
NO ES NULO el matrimonio: 13
• Celebrado con vicio de forma: como se ha visto, es indispensable la presencia de autoridad competente al
momento del consentimiento matrimonial pues ello hace a la existencia misma del matrimonio. Pero el incumplimiento
de cualquier otra formalidad (errores en el acta y/o actuación de los testigos, etc.), no afecta la validez del matrimonio,
sin perjuicio de las sanciones administrativas que pudiera dar lugar su inobservancia.
• Celebrado a distancia: cuando no se den las circunstancias excepcionales previstas por los artículos 422 y 2623
in fine del CCC.
• Celebrado por oficial público incompetente: supuesto discutido en doctrina. Habitualmente el funcionario
competente es el encargado del Registro Civil del domicilio de cualquiera de los contrayentes, pero si el consentimiento
se presta ante quien no es la autoridad competente la mayor parte de la doctrina se inclina en sostener que la violación
al art. 418 del CCC acarrea la inexistencia del acto jurídico matrimonial. En disidencia, Belluscio se pronuncia por la
validez de la unión, ya que los contrayentes no tendrían medio alguno de conocer la verdadera situación y no podrían
recaer sobre ellos las consecuencias de una irregularidad a la que son ajenos.
• Celebrado en violación del impedimento de enfermedad venérea en período de contagio.
2) En cuanto a los legitimados para ejercer la acción: solo pueden ejercerla aquellos a quienes le acuerdan la
facultad los arts. 424 y 425 del CCC: no pueden hacerlo otras personas por más interés que tengan en la eventual
declaración. Tampoco la acción es transmisible; como igualmente es improcedente la declaración de oficio de nulidad
del matrimonio. Esto es así no solo porque tal nulidad nunca puede aparecer manifiesta en el acto, sino también porque
la declaración requiere la petición de parte legitimada para el ejercicio de la acción.
3) En cuanto a los efectos: ellos son los establecidos en los arts. 428, 429, 430 y 441, según los diferentes supuestos.
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Los razonamientos en que se basa esta tesis son:
a) Un razonamiento lógico o deductivo, según el cual el Código estableció normas generales sobre nulidades de
los actos jurídicos, el matrimonio es un acto jurídico, y no existe norma expresa que exceptúe su aplicación, aquéllas
disposiciones generales son aplicables al acto jurídico matrimonial.
b) No hay diferencias esenciales entre la nulidad de los actos jurídicos en general, y la del matrimonio, a pesar de
que tiene características peculiares impuestas por la naturaleza del acto y la trascendencia de la sanción.
c) La opinión de Vélez Sárfield, quien en la nota del libro segundo, sección segunda, del Código derogado
manifestó su intención de reunir todas las disposiciones de aplicación común a los actos jurídicos.
d) Un argumento de orden legal, según el cual hasta la sanción de la ley de matrimonio, las disposiciones del
Código eran aplicables no sólo en virtud del art. 228, sino también por falta de otras normas aplicables, y después de su 14
sanción subsisten las normas no modificadas, contradichas, evidentemente, después de que la ley 23.515 incorporó las
normas sobre nulidad del matrimonio al Código de Vélez.
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Cabe señalar una diferencia entre la nulidad absoluta de los actos jurídicos en general y la propia del matrimonio.
Mientras en el primer caso el juez puede y debe declarar de oficio la nulidad si apareciera manifiesta en el acto, en el
segundo el juez no puede declararla de oficio pues conforme al artículo 715 del código “ningún matrimonio puede ser
tenido por nulo sin sentencia que lo anule, dictada en proceso promovido por parte legitimada para hacerlo”.
Según los artículos 411 y 424 la nulidad puede ser demandada por cualquier de los cónyuges y por los que hubieran
podido oponerse a la celebración del matrimonio. Estos son:
1. El cónyuge de la persona que quiere contraer otro matrimonio;
2. Los ascendientes, descendientes y hermanos de alguno de los futuros esposos, cualquiera sea el origen del
vínculo;
3. El Ministerio Público, que debe deducir oposición cuando tenga conocimiento de esos impedimentos, 15
especialmente, por la denuncia de cualquier persona realizada de conformidad a la forma y requisitos impuestos por el
artículo 413.
La acción está limitada a estas personas y no se extiende, como en el caso de los otros actos jurídicos, a todos los que
tengan interés de hacerlo.
Causales
Están determinadas en el art. 424 del CCC. el cual remite a los incisos a), b), c), d) y e) del artículo 403 (ver supra). Así,
es de nulidad absoluta el matrimonio celebrado con alguno de los siguientes impedimentos:
a. Parentesco en clase y grado prohibido: incisos a), b) y c).
b. Ligamen: inc. d).
c. Crimen: inc. e).
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impotencia pueden ser diversas, de carácter objetivas y subjetivas, es decir, con determinada persona y no con otras,
todo lo cual dificulta la prueba.
Causales: Están establecidas en el art. 425. Son entonces matrimonios nulos de nulidad relativa, los celebrados con
alguno de los siguientes impedimentos:
a. Falta de la edad legal: art. 425 inc. a que remite al art. 403 inc. f) del CCC.
b. Falta permanente o transitoria de salud mental: art. 425 inc. b que remite al 403 inc. g) del CCC.
c. Vicios del consentimiento: art. 425 inc. c que remite al art. 409 del CCC.
Ejercicio de la acción
La acción es imprescriptible. No se encuentra afectada la acción por disposiciones referidas a la confirmación del
matrimonio por el tiempo o sujeta a plazos de caducidad.
Los problemas derivados de la extinción de la acción de nulidad del matrimonio son los que más dividen a la doctrina
en esta materia. El primero de ellos es el referente a la prescripción de la acción de nulidad relativa, dado que existe
conformidad en el sentido de la imprescriptibilidad de la acción de nulidad absoluta.
Belluscio opina que las acciones de estado son imprescriptibles, sin perjuicio de que pueda producirse caducidad en
determinado supuesto, por lo que considera imprescriptible la acción de nulidad del matrimonio.
Otros autores, como Borda, sostienen la aplicabilidad de las disposiciones generales sobre la prescripción, con lo que
en general la acción prescribiría a los 5 años (Artículo 2560: El plazo de la prescripción es de cinco años, excepto que
esté previsto uno diferente en la legislación local.), sin perjuicio de la aplicación de plazos más breves a casos especiales,
como el supuesto de vicios del consentimiento. A lo que hay que agregar que el artículo 2562 del CCC establece
“Prescriben a los dos años: a. el pedido de declaración de nulidad relativa y de revisión de actos jurídicos;...”
Caducidades.
1).- Respecto a la falta de edad legal la caducidad es automática si el o los cónyuges alcanzan los 18 años durante el
matrimonio sin que se accione hasta entonces. La reforma suprime el requisito de la cohabitación o si la mujer hubiera
concebido. Es por ello que la norma no distingue y sólo exige que alcance la mayoría de edad legal para que opere la
caducidad.
2).- Falta permanente o transitoria de salud mental: la caducidad no puede ser demandada por los propios cónyuges si
continúan la cohabitación una vez recobrada la salud del enfermo o haber conocido el impedimento el insano.
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La continuación de la cohabitación presume la voluntad de continuar con el proyecto de vida en común, a su vez la
nueva legislación zanja la cuestión que se debatía en torno al mantenimiento de la vida marital aún simplificando en el
hecho de que para cualquiera de los dos el continuar la vida en común importará la caducidad ipso iure.
A su vez, establece plazos fatales según sean los cónyuges o terceros quienes demanden la nulidad. En cuanto a los
propios esposos, es de un año a contar para el caso del cónyuge con el padecimiento, desde el momento en que recobró
su salud, y para el sano, desde que conoció el impedimento. La consagración de plazos de caducidad de la acción
distintos según los demandantes sean los cónyuges o los terceros es una novedad introducida por el CCyC, que pretende
la consolidación del matrimonio en el caso en el que no se haya accionado.
Para el supuesto de que los que demanden sean los terceros el plazo se reduce a tres meses a contar desde la celebración
del matrimonio. Impuesto el juez de la situación con la demanda promovida por los terceros, debe ineludiblemente oír 17
al matrimonio y evaluar si comprendieron los alcances del acto y sus deseos.
La reforma repercute sobre este aspecto que hace a la validez del matrimonio, al respeto de la voluntad del afectado y
en base a las obligaciones impuestas al Estado, de la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad (conf. ley 25.280) que tiene como eje no sólo el
reconocimiento del ejercicio de la capacidad jurídica sino también la implementación de mecanismos de apoyo,
salvaguardas y ajustes razonables, tendientes a que quienes están afectados por estos padecimientos puedan ejercer esa
capacidad jurídica en iguales condiciones que los demás.
3).- Vicios del consentimiento: En este supuesto también existe un plazo de caducidad, con lo cual una vez conocido el
vicio si continuó con la cohabitación durante treinta días la nulidad no podrá ser demandada. Para el supuesto en que
hubiera cesado la cohabitación el plazo es de un año para interponer la demanda.
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2. Lo establecido en el art. 27 del CCyC respecto a la emancipación de menores: “La emancipación es irrevocable.
La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa
a partir del día en que la sentencia pasa por autoridad de cosa juzgada.
Si algo fuese debido al menor con cláusula de no poder percibirlo hasta la mayoría de edad, la emancipación no altera
la obligación ni el tiempo de su exigibilidad”.
Consecuencias según los diversos supuestos: buena fe en la celebración del matrimonio, buena fe de ambos cónyuges,
buena fe de uno solo de ellos y mala fe de ambos respecto a las relaciones personales y patrimoniales entre los ex
esposos.
La buena fe consiste en la ignorancia o error de hecho excusables y contemporáneos a la celebración del matrimonio
sobre el impedimento o la circunstancia que causa la nulidad, o en haberlo contraído bajo la violencia del otro
contrayente o de un tercero.
El código elimina la mención del dolo en tanto se sostuvo la inexactitud de la norma dado que de existir acción u omisión
dolosa del otro contrayente o de un tercero (violencia), la buena fe del que sufre el dolo no es otra que el error provocado
por esos comportamientos y, por ende, excusable. También se elimina la mención a la inexistencia de nulidad en los
casos de ignorancia o error de derecho ya que resultaba innecesaria en tanto los impedimentos que prevé el ordenamiento
no dejan lugar a que se configure una duda jurídica.
Si el matrimonio hubiese sido contraído de buena fe por ambos cónyuges, hasta el día que se declare su nulidad producirá
todos los efectos del matrimonio válido. Es oportuno aclarar que la buena fe matrimonial es un estado de conciencia
positivo con respecto a la personal aptitud nupcial de ambos contrayentes, estado reflexivo o simplemente resultado de
la falta de duda.
Las consecuencias son:
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a) Derechos y deberes de los cónyuges: el compromiso de los cónyuges de llevar adelante un proyecto de vida,
elemento tradicional del matrimonio, basado en la cooperación y el deber moral de fidelidad. Este punto de partida
reconoce el alto valor axiológico de los deberes de fidelidad y cohabitación, pero al receptarse un régimen incausado de
divorcio, su incumplimiento no genera consecuencias jurídicas.
b) Bienes y Convenciones matrimoniales: La norma se adecúa al art. 446 inc d del CCyC, así cuando hubieren
optado por un régimen de separación de bienes, cada uno se lleva lo suyo. En caso de que la elección sea un régimen de
comunidad de bienes, este se disuelve de pleno derecho y cada uno se queda con el 50% de los bienes gananciales de
acuerdo a las pautas establecidas en el código.
Cuando al menos uno de los cónyuges es de buena fe, la convención matrimonial surte todos sus efectos hasta la
sentencia que declara la nulidad del matrimonio, lo cual se infiere de los artículos 428 y 429 del CCyC. 19
c) Derechos hereditarios: si uno de los cónyuges fallece antes de la sentencia de nulidad, el otro lo hereda con
posterioridad a la sentencia. Si fallece después de la sentencia cesa la transmisión sucesoria entre ellos, pues carecen de
vocación hereditaria.
En caso de bigamia, en cuyo supuesto se discute si el cónyuge de buena fe concurre con el legítimo o si este lo excluye.
La doctrina se encuentra dividida al respecto, salvo que el bígamo haya convivido simultáneamente con los dos
cónyuges, de uno se encontrará separado de hecho, y la separación de hecho hace cesar la vocación sucesoria de
conformidad con lo establecido por el art. 2437 CCyC.
A su vez, se modifica el régimen anterior que disponía que la ausencia con presunción de fallecimiento produjera la
disolución matrimonial sólo cuando el cónyuge presente contraía nuevas nupcias por un sistema más simple, según el
cual la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento produce la disolución del matrimonio, contraiga o
no el presente nuevo matrimonio.
Compensación Económica: Se suprime la posibilidad de pedir los alimentos de estricta necesidad del anterior 209 del
CC por la nueva posibilidad de solicitar por parte del cónyuge de buena fe a quien la nulidad generó un desequilibrio
económico, en relación al otro, siempre que se cumplieran los requisitos que el 441 y 442 del CCyC.
Derechos previsionales: al cónyuge de buena fe le corresponden los beneficios que las leyes de jubilaciones y pensiones
reconocen al viudo o viuda del trabajador o jubilado fallecido. En caso de bigamia, debe reconocérsele ese beneficio si
resulta que la primera esposa está privada de él por haber vivido separada de su marido sin voluntad de unirse. Pero
naturalmente esta solución solo puede admitirse si el empleado o jubilado falleció antes de declarada la nulidad. Anulado
el matrimonio revive para la mujer el derecho a pensión que las leyes reconocen a los hijos solteros.
Emancipación: en caso de matrimonio putativo, la emancipación subsiste respecto del cónyuge de buena fe con todos
sus efectos.
Responsabilidad parental y guarda de los hijos menores: el nuevo código es claro respecto al principio del ejercicio de
la responsabilidad parental compartida, tanto durante la convivencia de los progenitores como luego de su cese.
Apellido: si el matrimonio fue declarado nulo no puede el cónyuge seguir usando el apellido del otro, excepto que, por
motivos razonables el juez lo autorice a hacerlo.
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Ab. Caballero J 3512302129
Si hubo buena fe solo de parte de uno de los contrayentes, el matrimonio hasta el día de la sentencia que declare la
nulidad producirá los efectos del matrimonio válido, pero solo respecto del cónyuge de buena fe.
La sentencia tendrá efectos retroactivos respecto del cónyuge de mala fe, pero no del que obro de buena fe.
Las consecuencias para el cónyuge de buena fe son:
1) Puede solicitar compensaciones económicas, como ya se ha mencionado ut supra, el plazo se computa a partir
de la sentencia de nulidad.
2) Puede revocar las donaciones realizadas al cónyuge de mala fe.
3) Demandar por indemnización de daños y perjuicios al cónyuge de mala fe y a los terceros que hayan provocado
el error, incurrido en dolo, o ejercido violencia.
Como en estos casos la determinación del perjuicio material es con frecuencia difícil de probar y, por lo demás, mucho 20
mayor es la lesión moral que le económica, es obvio que también ella deba indemnizarse.
Y si los autores son varios, su responsabilidad es solidaria, puesto que tiene ese carácter la responsabilidad derivada de
hechos ilícitos, ya sea de delitos o cuasi delitos.
Como la norma no establece un plazo de prescripción especial, la acción prescribirá a los tres años (conf. arts. 2561 y
2562) y comenzará a contar desde la sentencia que declara la nulidad ya que entre cónyuges, hasta tanto no se anule el
matrimonio, el mismo se reputa válido a la par que todo plazo de prescripción queda suspendido conforme lo estipula
el artículo 2543, inciso a.
Si hubieran optado por el régimen de comunidad de bienes, el cónyuge de buena fe puede optar por:
a).- considerar que el matrimonio se ha regido por sistema de separación de bienes.
b).- liquidar los bienes de acuerdo al régimen de comunidad.
c).-exigir la demostración de aportes de cada cónyuge a efectos de dividir los bienes en proporción a ellos como si se
tratase de una sociedad no constituida regularmente.
La mala fe consiste en el conocimiento que hubieren tenido o debido tener los contrayentes, al día de la celebración del
matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la nulidad (art. 427 del CCyC).
El artículo 430 del CCyC establece que el matrimonio anulado contraído de mala fe por ambos cónyuges no produce
efecto alguno. Se suprime la referencia que se hacía en el ordenamiento anterior en cuanto a que en tales supuestos se
reputaría como "concubinato". El código se encarga de regular las uniones convivenciales otorgándoles y
reconociéndoles derechos que no tiene el cónyuge de mala fe.
El cónyuge de mala fe ha cometido una conducta inapropiada; en cambio, el unido en convivencia no ha infringido
ningún deber jurídico. Es por ello que atento haberse contraído un matrimonio a sabiendas, por ambos contrayentes, de
que el mismo no podría reputarse válido, la sanción es severa, impidiendo a ambos gozar de las facultades que brindan
los artículos anteriores.
Respecto a las convenciones matrimoniales quedan sin efecto, sin perjuicio de los derechos de terceros.
Los bienes adquiridos hasta la nulidad se distribuyen, si se acreditan los aportes, como si fuese una sociedad no
constituida regularmente.
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