Volver A Jane Austen
Volver A Jane Austen
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Fielding, Swift pero para renovarla, ya que esta escritora no se propone brindar placer y
que emplearon esos escritores como el interés de presentar a sus personajes como
individuos tal como puede verse en los títulos de las novelas: Tom Jones, Joseph
técnicamente la novela para ciento cincuenta años de modo que todas las que se
Quizá el mayor cambio en la novelística a partir del siglo XVIII, además del
en todas sus relatos. Todo ello implica una superación de la novela picaresca,
novela se inscribe dentro del desarrollo del pensamiento occidental a fines del siglo
XVIII, básicamente la idea de que la realidad puede ser descubierta por los individuos a
través de los sentidos (John Locke, 1632-1704). En este desarrollo del pensamiento
romántico.
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Otro aspecto importante que influyó en la novelística inglesa lo constituyen los
diferencia del resto de Europa, con una revolución que se produjo entre 1640 y 1660.y
sorprendente del número de lectores propiciado por los clérigos protestantes desde el
del sur de Inglaterra. Era hija de un clérigo cuya muerte llevó a Jane y sus hermanas a
vivir en casa de parientes. Entre 1811 y antes de morir, en 1817 escribió seis novelas:
Mansfield Park, Emma y una breve novela epistolar, Lady Susan, sin tener, como dice
Virginia Woolf, “un cuarto propio” para escribir ya que lo hacía en el comedor de la
casa.
El primer aspecto que debemos considerar para encarar la lectura de las obras de
Jane es el espacio social en que se mueven sus personajes: “la cognoscible comunidad”
carcana al siglo XIX. Contrariamente a lo que se cree sobre la comunidad rural como
crítico. Además, se trata de una sociedad inestable puesto que existe un activo proceso
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de cambios sociales favorecidos por el comercio, las posesiones coloniales, la milicia,
los casamientos, que transformaron las casas y las posiciones sociales. Es el mundo más
difícil de describir.y es el mundo de las novelas de Jane Austen. En ellas, todas las casas
rurales y sus familias son vistas como pertenecientes a una tradición común: la de la
cultivcada clase media rural. El trasfondo social, el “hacer y rehacer de las casas”
(Williams 1997), es una idealizada abstracción, por eso podemos poner el énfasis en una
reales.
estas situaciones:
aquél;
-los Woodhaouse tienen poca tierra pero Emma heredará treinta mil libras “de
otras fuentes”;
-el señor Elton tiene alguna propiedad independiente pero debe “hacer su camino
-el señor Weston pertenece a una familia que se fue elevando dentro de la
gentilidad y la propiedad;
-los Cole viven del comercio y llegan a ser segundos en fortuna y estilo de vida
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Cabe señalar, entonces, que, en el proceso de cambios en este pequeño mundo,
no moral pues en ella la intransigente moralidad está separada de las bases sociales, algo
malla de propietarios de casas y familias. Estar cara a cara a ella es pertenecer a esa
clase. Es así como vemos el paso del siglo XVIII al XIX cuando el campo está
género y, en este sentido, puede decirse que es una novela de educaciónn como Rojo y
Negro de Stendhal, Papá Goriot de Balzac, Oliver Twist de Charles Dickens. La novela
de aprendizaje, en una de sus modalidades, ofrece una imagen del hombre en proceso de
hombre y forma parte de su imagen pues este tipo es el de una novela del desarrollo del
ambos agravados por su falta de autoconocimiento. El desafío para Jane Austen supone
que, con una heroína así, debía evitar que, al ver las faltas de Emma, perdiéramos la
simpatía por ella. La solución eficaz consiste en valerse de la protagonista como punto
través de los ojos de la heroína, el narrador hace del lector un partícipe de los hechos
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cercanos a ella. ¿Cuáles son estos errores de Emma? En primer lugar, manipula a
Harriet, luego flirtea con Frank Churchill por vanidad; maltrata a Jane Fairfax a causa
de sus buenas cualidades; tiene malas maneras con la señorita Bates a causa de su
señora Elton. En este sentido dice Wayne Booth (1974) que Jane Austen, al desarrollar
Jane Fairfax, superior en todo a Emma, la mostraría como un personaje más simpático
congenia. Respecto de los otros personajes, Jane Austen entra y sale de sus mentes con
gran libertad, eligiendo qué revelar y qué ocultar. Por ejemplo, si no nos da a conocer
qué piensan Jane Fairfax y Frank Churchill es, justamente, para crear el misterio con la
por la ironía en forma de contraste entre lo que Emma sabe y lo que el lector sabe.
destruye. Cuanto antes veamos el plan secreto de Frank Churchill, mayor será el placer
Emma y tanto menos interés tendrá aquel en el relato. En una segunda lectura, al
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el lector reconocerá los profundos errores cometidos por la imaginación de Emma. El
valores que la protagonista no respeta y reconocerá hacia el final del libro, ayudada por
las observaciones des señor Knightley. Esos valores son estimados por la autora y serán
aprendidos por Emma, que sufre una auténtica reforma, también debido a las malas
decepción por el matrimonio. Así pues, se jacta ante Harriet de su indiferencia por el
matrimonio de los otros como el bien mayor. El feliz desenlace, al modo de los cuentos
de hadas, es la consecuencia también cómica del error de Emma sobre sí misma y sobre
la condición humana.
maestra de Emma, desde el exterior de ella, por un narrador omnisciente que hace uso
señorita Taylor, con el señor Weston. También, de una falla social que ella debe
guía en ese aprendizaje social y autoconocimiento. Emma hace daño a Harriet, a Jane
Fairfax, a la señorita Bates. En este último caso, por el trato poco afectivo de la heroína
con personas carentes de fortuna. Estos inicios con una falla o carencia de algo material,
afectivo, social, vincula a la mayoría de los relatos entre sí, habida cuenta de que es el
comienzo propio de los cuentos folklóricos, tal como lo señala Vladimir Propp. (1977).
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Al igual que en estos, en el desenlace con la boda en Emma, la protagonista llega al
desatino inicial con Harriet y con el señor Elton. Así por ejemplo, el capítulo 3
cuya amistad le puede resultar útil. Además, estos capítulos también exhiben el núcleo
viven los Weston y del señor Knightley, respectivamente. Más lejos está Enscombe,
Con respecto al capítulo 3, cabe señalar que el narrador relata la vida del señor
cuidado de sus tíos Churchill. El señor Weston vuelve a hacer fortuna y finalmente se
casa con la señorita Taylor, institutriz de Emma. En esta historia condensada aparecen
la caída y ascenso social de un personaje que constituye el microrrelato que dobla uno
de los temas del texto y que, a su vez, provee de otros motivos al texto como el del hijo
Goddard, permite a un lector perspicaz advertir que allí se establece qué se espera de
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una mujer y de una esposa instalando un cuestionamiento, por parte de Austen, a esas
“honesto” y agrega que era “a la antigua usanza donde se vendía una razonable cantidad
las jóvenes “no volvieran a casa convertidas en prodigios”. (27) Evidentemente, se trata
sociales y de las conversaciones que se producen allí, como ocurre con el pasaje en que
la señora Elton habla sobre las fresas; la charla alcanza allí el punto más alto de
vacaciones en el mar, las cuales causan, en parte, la soledad de Emma pues su padre
“era incapaz de mantener con ella una conversación seria o de simple ingenio”. (9)
de espacios físicos. Austen parece insinuar, pues, que no hay nada que describir ni
contar. Probablemente, esta escritora se adelantó a Flaubert cuando este dijo, en una
carta a Louise Colet, que deseaba escribir una novela “sobre nada”.
Otro aspecto que es el motivo de una sutil crítica por parte de la escritora es el
son los casos de la señorita Taylor, institutriz de Emma, de Harriet y de Jane Fairfax.
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sociales menos que en paridad económica. Estos son los casos del señor Weston, casado
con la señorita Churchill, la cual nunca dejó de extrañar su pasar económico destacado
Este tipo de desorden social es uno de tantos otros que presenta Emma. Algunos,
encontramos al hijo del señor Weston, Frank, fruto de su casamiento con la heredera
Churchill, el cual es criado por sus tíos luego de la muerte de su madre. Harriet es la hija
natural de un rico comerciante quien desconoce su origen. Jane Fairfax es criada por los
señores Campbell. En estos casos, estamos frente a jóvenes cuyas familias están
incompletas. Otra forma de desorden social es la falta de conducta como es el caso del
Frank a aparentar interés por Emma para ocultar sus verdaderos sentimientos. También
constituye una falta social el deseo de Emma de dirigir la vida de los demás,
social..
Highbury que tanto asustan al señor Wooldhouse y la aparición de gitanos, típico grupo
Debemos ocuparnos ahora del principio constructivo del texto, “el principio
focalización, es decir, desde dónde se narra, desde la mirada de qué personaje. En este
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preponderantemente a Emma, punto central cuya conciencia ocupa un lugar privilegiado
novela es el señor Knightley. El texto se desdobla: pues el punto de vista es, según la
Emma hacia el señor Knirghtley, con la intervención, también, del narrador. Se realiza
el desplazamiento del punto de vista pero no se elimina la voz narrativa, voz que es
elimina la intervención abusiva del narrador, propia de la novela realista del siglo XIX,
propiciando así una instancia narrativa más impersonal. Además, otorga mayor
Por lo tanto, este narrador de Austen es un analista desapasionado que deja lugar
presentaciones directas en las que ese narrador se hace cargo de la información, tramos
de introspección y tramos de diálogos. De modo que estamos ante un texto muy activo,
contara todo, entonces, el lector quedaría privado de conocer los errores de Emma y él
es el enigma respecto del origen del regalo del piano a Jane Fairfax. Esto produce un
efecto de misterio que es relevante. El ver y no ver son la línea maestra del código
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simbólico de la novela y la ceguera de Emma, el tópico principal. Otro tópico, al que ya
ameritaría una doble lectura de la novela. La primera lectura nos presenta los enigmas y,
con ellos, el aumento del misterio. Inversamente, en una segunda lectura, el lector
al entender el lector cuáles son los misterios, captaría la ironía.con la cual percibe las
modernidad con sus cambios y perturbaciones provocando en los individuos una crisis
del mundo social, orden que en el siglo XVIII significaba igualar la organización de la
en 1857, Emma en 1815). Este otro aspecto lo constituyen los equívocos y errores como
motores de la narración que son típicos de la comedia de enredos. Emma hace ilusionar
a Harriet con el señor Elton, luego con Frank Churchill y, finalmente, teme que el señor
Knightley pueda tener algún interés en su amiga. También se equivoca cuando cree que
Frank se ha fijado en ella y coquetea con él. En estos equívocos y errores intervienen
también los juegos de acertijos y charadas en tanto modelan las intrigas del texto y
revelan lo oculto de los sentimientos. Los errores también llevan a conflictos como el
que se produce entre Jane Fairfax y el señor Dixon. Cada personaje proporciona una
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historia del señor Weston y su matrimonio inadecuado. Asimismo, hay una articulación
residencia de la familia Churchill, Maple Grove, residencia del señor Suckling, cuñado
de la pedante señora Elton. Estos lugares lejanos son auqellos desde donde llegan
llegan nunca a Highbury como los parientes de la señora Elton y los Dixon.
Hay varias cosas que Emma no puede ver: en primer lugar, no reconoce las cualidades
de Robert Martin, joven granjero de las posesiones del señor Knightley a quien este
aprecia. La situación social de este joven es un inconveniente para que Emma tenga
algún trato con él. Emma sí tiene trato con los pobres como la señora Bates y su hija y
otros más a quienes ayuda. Es curioso que esta heroína sí tiene trato social y hasta
amistad con Harriet, joven que carece de virtudes y méritos propios de una dama; no
Emma, como Jane Fairfax, acceden a una mejora social importante porque ambas son
introspección, nos muestra cómo se había equivocado: “¿Cómo aceptar que se había
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que alentaba una ilusión respecto del señor Knightley porque se había sentido guiada en
En Emma sólo interesa una sola clase: el sector que se ocupa de su ascenso
social y es lo que Jane Austen quiere mostrarnos: las mezquindades de un grupo ávido
extraño grupo social semi-intelectual que se introduce en las clases altas. Jane Fairfax,
en una conversación con la señora Elton, se refiere a esta ocupación como de una
(347). Las bodas deben gozar del aprecio del círculo social. Así Emma, luego que
perdido como amiga: “No podría haber ido a visitar a la señora Robert Martin de la
marcan claramente las diferencias sociales. En efecto, la llegada de Emma produce una
sucesión de sonrisas y deferente recibimiento por parte del resto de los invitados. En
señor Cox. Las señoras de menor categoría social llegaban más tarde, después de la
cena, entre ellas las señoritas Bates, Fairfax y Smith quienes llegaban a pie.
las personas modestas pero bien educadas y, por lo tanto, merecedoras de un trato
quienes todos tratan con consideración. En este sentido resulta ilustrativo el reproche
del señor Knightley a Emma por haber maltratado a la señorita Bates, “una mujer
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Para presentar esta materia narrativa, Austen tuvo no sólo una gran perspicacia
en la observación de conductas sociales sino también una excelente habilidad para poder
trasladar al relato los pequeños y anodinos acontecimientos que ella observaba a diario
en la vida de su pueblo. Vale destacar lo que dice de ella Virginia Woolf en Common
reader:
Nuestro conocimiento de Jane Austen procede de unos cuantos chismes, unas pocas cartas, las
que se salvaron de ser quemadas por su hermana Cassandra, y sus libros.
Encantadora pero recta, querida en casa pero temida por extraños, de lengua mordaz pero tierna
de corazón. Estos contrastes, según testimonios de familiares y conocidos, son el perfil de Jane que nos ha
llegado. Recta, meticulosa y taciturna cuentan las habladurías de Jane.
No desea reformar ni aniquilar. Uno tras otro crea sus necios, sus mojigatos, sus seres
mundanales, sus señores Collins, sus sir Walter Elliot, sus señoras Bennet.
Murió a los cuarenta y dos años. Si hubiera vivido unos años más, habría escrito precediendo a
Henry James y a Proust. Murió justo cuando estaba empezando a sentir confianza en su propio éxito.
técnicas, parece refractar los códigos sociales de una época que iba desapareciendo: los
obstante, no debe leerse su narrativa simplemente así. En efecto, esta escritora brillante
determinado, la avidez por lo material y el ansia por el prestigio social, ambas cosas
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BIBLIOGRAFÍA
Barcelona, Bosch
Hauser, Arnold (2006) “La novela social en Inglaterra”, “El público lector” en Historia
Nota: Los números de páginas que figuran en el cuerpo del trabajo corresponden a la
siguiente edición:
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