Teorias de La Administracion

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La Teoría de la Administración Clásica

Es un enfoque de la administración que se desarrolló en la primera mitad del siglo XX y se centra en


la eficiencia y la racionalidad en la organización y gestión de empresas y organizaciones. La teoría
clásica se divide en dos corrientes principales: la administración científica y la teoría general de la
administración.

La Administración Científica, desarrollada por Frederick Winslow Taylor, se centra en la optimización


del trabajo y la eficiencia en la producción. Taylor creía que la organización debe estar estructurada
de manera jerárquica, con cada trabajador realizando una tarea específica y estandarizada. También
promovió la idea de que los trabajadores debían ser entrenados en las mejores prácticas para su
trabajo y que la administración debía proporcionar incentivos para motivar a los empleados a
trabajar más duro.

Por otro lado, la Teoría General de la Administración, desarrollada por Henri Fayol, se centra en la
administración de empresas en su conjunto y en la estructuración jerárquica de las organizaciones.
Fayol propuso que una organización debe estar dividida en áreas funcionales y que cada área debe
tener un objetivo específico para lograr los objetivos generales de la organización. También propuso
que los gerentes deben ser capacitados y tener habilidades en las áreas de planificación,
organización, dirección y control.

La Teoría Neoclásica de la Administración se desarrolló a partir de la teoría clásica y se centra en la


importancia de la motivación y la satisfacción del empleado. La teoría neoclásica propone que los
gerentes deben comprender y motivar a los empleados para que trabajen de manera más efectiva.
También se enfoca en la importancia de la estructura organizacional y cómo las decisiones deben
ser tomadas en cada nivel de la organización.

En resumen, la teoría clásica y la teoría neoclásica de la administración se enfocan en la optimización


de la eficiencia y la estructura organizacional para lograr los objetivos de la empresa. Mientras que
la teoría clásica se centra en la eficiencia y la racionalidad, la teoría neoclásica pone énfasis en la
motivación y la satisfacción del empleado para lograr el éxito en la organización.

En conclusión, la Teoría de la Administración Clásica y la Teoría Neoclásica son enfoques de la


administración que se centran en la eficiencia, la racionalidad y la estructura organizacional para
lograr los objetivos de la empresa. La Administración Científica se enfoca en la optimización del
trabajo y la eficiencia en la producción, mientras que la Teoría General de la Administración se
centra en la administración de empresas en su conjunto y la estructuración jerárquica de las
organizaciones. Por su parte, la Teoría Neoclásica pone énfasis en la motivación y la satisfacción del
empleado para lograr el éxito en la organización.
En resumen, estas teorías de la administración han influido significativamente en el desarrollo de
las prácticas gerenciales modernas y han proporcionado una base teórica sólida para la toma de
decisiones en el ámbito empresarial. Sin embargo, también se han criticado por centrarse en la
eficiencia a expensas de otras consideraciones importantes, como el bienestar de los empleados y
la responsabilidad social corporativa. En general, la Teoría de la Administración Clásica y la Teoría
Neoclásica siguen siendo relevantes en el campo de la administración y se han adaptado a medida
que las empresas enfrentan nuevos desafíos y oportunidades.

La Teoría Estructuralista

Es un enfoque teórico que se desarrolló en la década de 1950 y que se centra en el estudio de las
estructuras organizacionales y sociales.

La teoría sostiene que las organizaciones y las sociedades son sistemas complejos compuestos por
múltiples componentes interrelacionados, y que el comportamiento humano está influenciado por
estas estructuras y por las relaciones que existen entre ellas.

El enfoque estructuralista reconoce que las organizaciones y las sociedades están en constante
cambio y que los factores externos, como la tecnología y la economía, tienen un impacto
significativo en su evolución. Además, la teoría destaca la importancia de la cultura organizacional
y cómo esta influye en la forma en que se llevan a cabo las actividades dentro de la organización.

En términos prácticos, la Teoría Estructuralista sugiere que la forma en que una organización está
estructurada, así como las relaciones entre sus miembros, pueden tener un impacto significativo en
su eficacia y en la satisfacción de sus empleados. Por lo tanto, los gerentes y líderes deben prestar
atención a la forma en que se organizan las actividades y las relaciones entre los miembros de la
organización para mejorar su rendimiento y su capacidad para adaptarse a los cambios en el
entorno.

En conclusión, la Teoría Estructuralista es un enfoque teórico que destaca la importancia de las


estructuras organizacionales y sociales en el comportamiento humano. La teoría sugiere que las
organizaciones y las sociedades son sistemas complejos y dinámicos que están en constante cambio
y que son influenciados por factores internos y externos.

Los defensores de esta teoría creen que los gerentes y líderes deben prestar atención a la forma en
que se organizan las actividades y las relaciones dentro de una organización para mejorar su
rendimiento y capacidad de adaptación al entorno cambiante. Además, la teoría enfatiza la
importancia de la cultura organizacional y cómo ésta puede influir en el comportamiento de los
empleados y en la eficacia de la organización.
A pesar de que la Teoría Estructuralista ha sido criticada por algunos por ser demasiado mecanicista
y por no tener en cuenta suficientemente el papel de los individuos en el comportamiento
organizacional, sigue siendo una teoría importante en la comprensión de cómo las estructuras
organizacionales y sociales pueden afectar el rendimiento y la eficacia de las organizaciones y
sociedades.

La teoría científica

es una explicación basada en la evidencia y en experimentos reproducibles que explican cómo


funciona una parte del universo. Las teorías científicas son ampliamente aceptadas como verdades
dentro de la comunidad científica, pero están sujetas a cambios y revisiones si aparece nueva
evidencia que sugiere que la teoría no es completamente precisa.

Las teorías científicas están respaldadas por datos y evidencia recopilados mediante experimentos
y observaciones. Una vez que se han recopilado suficientes datos, se pueden desarrollar hipótesis
para explicar estos datos. Estas hipótesis se prueban mediante experimentos y observaciones para
determinar su validez.

Si una hipótesis se prueba repetidamente y se considera consistente con los datos, puede
convertirse en una teoría. Las teorías científicas se utilizan para hacer predicciones y explicar
fenómenos en una amplia gama de disciplinas científicas, desde la física hasta la biología.

Es importante tener en cuenta que las teorías científicas no son meras opiniones o conjeturas. Son
explicaciones rigurosas y bien fundadas que se han desarrollado a través de la aplicación del método
científico y la revisión y validación por parte de la comunidad científica. A medida que se recopila
más evidencia, las teorías pueden cambiar o incluso ser rechazadas si la evidencia no las respalda.

En conclusión, la teoría científica es una explicación bien fundamentada, respaldada por datos y
evidencia recopilados mediante experimentos y observaciones rigurosos. Las teorías científicas se
desarrollan a través del método científico y son revisadas y validadas por la comunidad científica
antes de ser ampliamente aceptadas.

Las teorías científicas son útiles porque nos permiten hacer predicciones y explicar fenómenos en
una amplia gama de disciplinas científicas. Sin embargo, es importante recordar que las teorías
científicas están sujetas a cambios y revisiones a medida que se recopila nueva evidencia.
En resumen, la teoría científica es un pilar fundamental del conocimiento científico, y su rigurosidad
y precisión la hacen valiosa para el desarrollo de la ciencia y la comprensión del universo que nos
rodea.

La teoría de las organizaciones

es un área de estudio que se centra en el análisis y la comprensión de las estructuras, procesos y


comportamientos en las organizaciones. Esta teoría busca explicar cómo las organizaciones
funcionan, cómo se toman las decisiones, cómo se asignan los recursos y cómo se establecen las
relaciones entre los miembros.

En la teoría de las organizaciones, se considera que las organizaciones son sistemas complejos que
se componen de diversos elementos, como los individuos, los grupos, las tareas, las estructuras y
los procesos. Estos elementos interactúan entre sí para lograr los objetivos de la organización y
cumplir con su misión.

Existen diversas corrientes y enfoques dentro de la teoría de las organizaciones, cada una con un
énfasis diferente en los aspectos que se consideran más importantes. Algunas de las corrientes más
destacadas incluyen:

Teoría clásica: se centra en la eficiencia y la racionalización de las operaciones en la organización.

Teoría de la contingencia: sostiene que no hay un modelo universalmente válido de organización,


sino que depende del contexto en el que se desarrolla la organización.

Teoría de la contingencia: sostiene que no hay un modelo universalmente válido de organización,


sino que depende del contexto en el que se desarrolla la organización.

Teoría de la complejidad: enfatiza la complejidad y la dinámica de las organizaciones como sistemas


complejos y adaptativos.

En general, la teoría de las organizaciones busca proporcionar un marco teórico para comprender
el comportamiento y el funcionamiento de las organizaciones, así como para identificar áreas de
mejora y oportunidades de cambio para mejorar la eficacia y la eficiencia de las mismas.

En conclusión, la teoría de las organizaciones es un área de estudio que se enfoca en analizar y


entender cómo funcionan las organizaciones y cómo se relacionan los distintos elementos que las
componen. La teoría de las organizaciones proporciona un marco teórico para comprender el
comportamiento y el funcionamiento de las organizaciones, identificar áreas de mejora y
oportunidades de cambio para mejorar la eficacia y la eficiencia de las mismas.
Existen diversas corrientes y enfoques dentro de la teoría de las organizaciones, cada una con un
énfasis diferente en los aspectos que se consideran más importantes. Sin embargo, todas ellas
coinciden en que las organizaciones son sistemas complejos que requieren un análisis cuidadoso
para comprender su funcionamiento y mejorar su desempeño.

En resumen, la teoría de las organizaciones es una herramienta importante para entender el


comportamiento de las organizaciones y mejorar su eficacia y eficiencia, lo que contribuye a su
capacidad para lograr sus objetivos y cumplir con su misión.

La teoría de contingencia

es un enfoque de la gestión y la organización que sostiene que no existe un método único y


universalmente válido para dirigir o administrar una organización. En su lugar, la teoría de
contingencia sostiene que las decisiones y estrategias de gestión dependen de una variedad de
factores contingentes, como el entorno de la organización, la estructura interna, los recursos
disponibles y la cultura organizacional.

La teoría de contingencia enfatiza la necesidad de adaptar la gestión y la estructura organizacional


a las circunstancias específicas en las que opera la organización. Por ejemplo, una empresa que
opera en un mercado altamente competitivo y cambiante necesitará adoptar un enfoque más
flexible y ágil para responder rápidamente a los cambios en el mercado, mientras que una empresa
que opera en un mercado más estable puede permitirse un enfoque más estructurado y jerárquico.

La teoría de contingencia se basa en la idea de que las mejores prácticas y estrategias de gestión
dependen de las circunstancias específicas y únicas de cada organización. En consecuencia, la teoría
de contingencia enfatiza la necesidad de una evaluación cuidadosa y continua del entorno y la
estructura organizacional para identificar las mejores estrategias de gestión en cada situación.

En resumen, la teoría de contingencia es un enfoque de la gestión y la organización que sostiene


que no existe una única forma correcta de gestionar una organización. En su lugar, la teoría de
contingencia sostiene que las decisiones y estrategias de gestión deben adaptarse a las
circunstancias contingentes, como el entorno, la estructura y la cultura organizacional, para lograr
la eficacia y la eficiencia en la organización.

La teoría de contingencia enfatiza la necesidad de adaptar la gestión y la estructura organizacional


a las circunstancias específicas en las que opera la organización. Al considerar las circunstancias
contingentes, los gerentes pueden tomar decisiones más informadas y efectivas para lograr los
objetivos de la organización.
En general, la teoría de contingencia es una herramienta útil para la gestión y la organización, ya
que proporciona un marco para adaptar la gestión y la estructura organizacional a las circunstancias
contingentes para lograr la eficacia y la eficiencia en la organización. Al adoptar un enfoque de
contingencia, los gerentes pueden mejorar la capacidad de la organización para adaptarse a los
cambios y enfrentar los desafíos.

Las teorías modernas de la administración

se refieren a los enfoques de la gestión y la organización que han surgido en las últimas décadas en
respuesta a los cambios en el entorno empresarial y social. Algunas de las teorías modernas de la
administración más importantes incluyen:

Teoría de la contingencia: esta teoría sostiene que no existe un método único y universalmente
válido para dirigir o administrar una organización, y que las decisiones y estrategias de gestión
dependen de una variedad de factores contingentes.

Teoría de la complejidad: esta teoría reconoce que las organizaciones son sistemas complejos que
no pueden ser completamente comprendidos o controlados, y que la gestión efectiva requiere la
capacidad de adaptarse y responder a la complejidad.

Teoría de la cultura organizacional: esta teoría se enfoca en la importancia de la cultura


organizacional en la gestión efectiva y sostiene que la cultura organizacional debe ser valorada y
promovida para lograr una gestión exitosa.

Teoría del liderazgo transformacional: esta teoría sostiene que los líderes pueden inspirar y motivar
a los empleados para alcanzar objetivos y lograr un alto rendimiento mediante la creación de una
visión compartida y el fomento de la innovación y la creatividad.

En conclusión, las teorías modernas de la administración son importantes para la gestión efectiva y
exitosa de las organizaciones. Estas teorías reconocen que el entorno empresarial y social está en
constante cambio y que la gestión efectiva requiere la capacidad de adaptarse y responder a estos
cambios. Al adoptar un enfoque basado en las teorías modernas de la administración, los gerentes
pueden mejorar la eficacia y la eficiencia de las organizaciones, fomentar la innovación y la
creatividad, y lograr una gestión exitosa en un entorno empresarial dinámico y cambiante.
En conclusión, las teorías de la administración, son una herramienta importante para la gestión y
organización de las empresas. A lo largo de la historia, diferentes teorías han surgido en respuesta
a los cambios en el entorno empresarial y social, y cada una ha proporcionado un enfoque único
para la gestión de las organizaciones.

Las teorías de la administración han evolucionado a medida que las empresas han enfrentado
desafíos cada vez más complejos y cambiantes, lo que ha llevado a la aparición de teorías modernas
de la administración que reconocen la complejidad de las organizaciones y la necesidad de
adaptación.

En general, las teorías de la administración han sido útiles para mejorar la eficacia y la eficiencia de
las empresas, promover la innovación y la creatividad, y lograr una gestión exitosa en un entorno
empresarial dinámico y cambiante. Al adoptar un enfoque basado en las teorías de la
administración, los gerentes pueden tomar decisiones más informadas y efectivas, mejorar la
capacidad de la organización para adaptarse a los cambios y enfrentar los desafíos, y lograr los
objetivos de la organización.

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