3 - Síndrome de Dolor Pélvico
3 - Síndrome de Dolor Pélvico
3 - Síndrome de Dolor Pélvico
El Síndrome Dolor pélvico, que incluye el dolor agudo y el crónico, es uno de los principales
motivos de consulta a los cuales se enfrenta el médico en su práctica diaria. Podríamos decir
que este problema clínico pasa a ser "un dolor de cabeza", tanto para la paciente, como para el
médico, e incluso alcanza a repercutir en la vida familiar y social de la mujer. Y finalmente en la
vida psicológica, emocional y sexual.
Las causas son múltiples, y por lo tanto se requiere mucha paciencia, conocimientos orientados
por el perfil epidemiológico de la mujer afectada, una actitud reflexiva y muy intuitiva para
sospechar e identificar signos y síntomas sutiles que pueden orientar hacia la verdadera causa
de la molestia.
En el desarrollo de este tema, Usted deberá revisar los documentos básicos que están
orientados a través de las revisiones de UpToDate, que la Universidad nos ofrece. Revisar cada
uno de los temas causales, los métodos diagnósticos y la aproximación terapéutica le permitirá
acercarse con mucha precisión a la mujer que le consulta. Le recomendamos, por principio de
respeto y reconocimiento de la dignidad humana, que nunca menosprecie el dolor de la
paciente por difícil que sea. La persona necesita ayuda, está sufriendo, se siente vulnerada y en
general, espera de Usted una aproximación humana, respetuosa y de calidad.
se refiere a una fisiopatología muy diferente, condicionada por nuestra evolución, que
permite que éste se perpetúe en el tiempo.
● En el dolor pélvico (ya con el apellido agudo o crónico), la etiología, la fisiopatología y
el manejo cambian completamente.
CASO CLÍNICO
Paciente de 15 años, que presentó menarca a los 12 años, ciclos menstruales cada 30 días, 3 a 5 días
de duración. Consulta por un cuadro de 2 días de evolución de dolor tipo cólico con la menstruación,
asociado a sangrado moderado con coágulos, refiere deposiciones diarréicas 2 a 3, no flujo vaginal
anormal previo, no síntomas urinarios.
En el interrogatorio refiere dismenorrea leve desde la menarca, que se ha ido empeorando con el
tiempo, ya no cede a analgésicos ordenados por lo que acude por urgencias. Tiene antecedente
familiar de mamá con endometriosis por lo cual está muy asustada. Aún sin inicio de vida sexual activa.
Al examen físico presenta una presión arterial 110/70 mmHg, pulso 103 lpm, FR 21 rpm,
temperatura 36°, cardiopulmonar normal, abdomen blando, levemente distendido con dolor a la
palpación en hipogastrio, no signos de irritación peritoneal, genitales externos normales, sangrado
menstrual moderado, no valoración ginecológica.
● En primer lugar sería importante descartar un embarazo → Si bien ella dice que no ha
empezado vida sexual → Es una adolescente, probablemente está acompañada por
alguno o ambos padres, por lo que cabe la posibilidad de que esté mintiendo. No sería
una mala conducta desconfiar y enviarle una prueba.
● Dismenorrea severa.
● Endometriosis → Dado que el dolor se asocia más al ciclo menstrual y tiene el
antecedente materno. Aunque sea lo más probable, tenemos que descartar otras
posibilidades. También podría tratarse de una dismenorrea severa, que no en todas las
pacientes es igual a endometriosis.
● Causas no ginecológicas → Apendicitis, colelitiasis, etc.
Toda paciente en edad reproductiva que llegue al servicio de urgencias con dolor pélvico y/o
sangrado vaginal se le debe hacer una prueba de embarazo → Siempre es uno de los
diagnósticos diferenciales, para definir alguna patología como un aborto en curso, un embarazo
ectópico → Dado que es lo que más fácilmente me puede descompensar y complicar a la
paciente (sobre todo teniendo en cuenta las situaciones en las que no contamos con los
recursos para poder prestar una buena atención).
OJO → Hasta que definamos que no tiene uno de estos, no podemos estancarnos en el
interrogatorio puesto que podríamos estar perdiendo tiempo de suma importancia en la
estabilización de la paciente; como canalizar en caso de pérdida de volumen considerable o
monitorizar los signos vitales. Tenemos que ser muy eficientes en la obtención de la
información y en la toma de decisiones a partir de esta.
Diagnósticos diferenciales:
Edad Reproductiva:
● Ginecológico → Adenomiosis (sangrado abundante asociada a dismenorrea),
degeneración miomatosa del útero, embarazo ectópico, mittelschmerz (dolor de mitad
de ciclo), torsión ovárica, EPI, rotura de quiste ovárico, absceso tubo ovárico.
● Abdominal → Apendicitis, obstrucción intestinal, gastritis, hernia inguinal, síndrome de
colon irritable, trombosis venosa mesentérica, absceso perirectal.
● Otros → Disección aneurisma aórtico, intoxicación por plomo, búsqueda de narcóticos,
porfiria, crisis en enfermedad de células falciformes, desórdenes de somatización.
● Genitourinario → Cistitis, pielonefritis, ureterolitiasis.
¿Qué es lo importante?
Establecer la estabilidad hemodinámica y presencia de abdomen quirúrgico en la
paciente y proceder según hallazgos. Toma de la información eficiente, empezar
monitorización de signos vitales, canalización oportuna (con los catéteres adecuados)
para hacer reposición e incluso un manejo en un contexto de origen infeccioso.
KEY POINTS
GINECOLOGÍA - CASOS CLÍNICOS
Ginecológicas Gastrointestinales
Urológicas Diversas
Es esencial obtener durante la evaluación inicial una descripción verbal del dolor y los
factores relacionados con éste; por ejemplo, la duración puede ser informativa, y el dolor
con inicio súbito se relaciona más a menudo con torsión, rotura o isquemia orgánicas. La
naturaleza del dolor puede agregar valor.
Las pacientes con una alteración aguda que afecta vísceras pélvicas pueden describir dolor
visceral medial, difuso, sordo, dolorido o de tipo calambre . Un ejemplo es el dolor
periumbilical medial de la apendicitis temprana. Es probable que las pacientes se cambien o
giren a un lado de manera repetida para buscar una posición cómoda.
Es factible que el trastorno pélvico subyacente se extienda desde las vísceras e inflame el
peritoneo parietal adyacente. En estos casos se describe dolor somático agudo, que es
localizado, a menudo unilateral y enfocado en un dermatoma correspondiente específico. Al
usar de nuevo la apendicitis como ejemplo, la migración típica del dolor al sitio de irritación
peritoneal en el cuadrante inferior derecho ilustra el dolor somático agudo. En otros casos, el
dolor agudo y localizado no se origina en el peritoneo parietal, sino de la afectación de
músculos específicos o de zonas aisladas en la piel o el tejido subcutáneo. En tales casos, con el
dolor somático las pacientes casi siempre se encuentran inmóviles para evitar el desplazamiento
del peritoneo, músculo o piel afectados.
El dolor tipo cólico puede ser reflejo del intestino obstruido por adherencias, tumores, heces
o una hernia. También puede ser resultado del aumento de la peristalsis intestinal en personas
con síndrome de intestino irritable, enfermedad intestinal inflamatoria o gastroenteritis
infecciosa. Asimismo es posible que el cólico se deba a contracciones uterinas fuertes con salida
de los productos de la concepción, leiomiomas pedunculados o pólipos endometriales. Por
último, los cálculos en las vías urinarias inferiores llegan a causar espasmos dolorosos a su
paso.
EXPLORACIÓN FÍSICA
La decisión de realizar un procedimiento quirúrgico para el dolor pélvico agudo puede ser un
desafío. En una paciente con signos de irritación peritoneal, posible hemoperitoneo, choque,
GINECOLOGÍA - CASOS CLÍNICOS
sepsis inminente o una combinación de éstos, la decisión de operar se toma de manera decisiva
a menos que existan contraindicaciones para la cirugía inmediata. Aunque las pacientes con
torsión a menudo son estables, este trastorno es una indicación quirúrgica debido a la urgencia
para aliviar la isquemia con el fin de preservar la fecundidad y la función ovárica. La
intervención quirúrgica también puede acelerarse para afecciones que causan dolor intenso no
controlado o que son refractarios al tratamiento médico de sostén.
PRUEBAS DE LABORATORIO
IMÁGENES DIAGNÓSTICAS
En algunos casos se opta por una radiografía simple. Aunque su sensibilidad es baja para la
mayor parte de los trastornos ginecológicos, aporta información si se sospecha obstrucción o
perforación intestinal. Las asas dilatadas del intestino delgado, los niveles hidroaéreos, el aire
libre bajo el diafragma o la presencia o ausencia de gas en el colon son hallazgos significativos.
La resonancia magnética (MR, magnetic resonance) quizá sea útil si la ecografía inicial no es
diagnóstica. Las razones frecuentes para las valoraciones ecográficas poco informativas
incluyen obesidad de la paciente y distorsión de la anatomía pélvica por grandes leiomiomas,
anomalías en el conducto mesonéfrico o crecimiento de un tumor exofítico. Como herramienta
de primera línea a menudo se elige la imagen por resonancia magnética en pacientes
embarazadas en quienes, idealmente, debe limitarse la exposición a radiación ionizante. Sin
embargo, para la mayor parte de los trastornos agudos representa poca ventaja sobre la
ecografía tridimensional o la tomografía computarizada.
¿En qué casos necesitamos de una ecografía para hacer un diagnóstico de EPI?
GINECOLOGÍA - CASOS CLÍNICOS
Lo importante como médicos generales (teniendo en cuenta que el manejo definitivo será
del especialista, sea ginecólogo u otro) es que cuando tengamos a una paciente en edad
reproductiva debemos descartar inmediatamente: Embarazo y cualquier complicación
que pueda definirse a partir de este. Además, una torsión ovárica, una ruptura quística y
una EPI con las diferentes consecuencias y manejos que estas puedan tener. Una vez
descartados, la observación de la paciente es lo que va a definir la posibilidad de otros
diagnósticos a nivel urológico, gastrointestinal y demás.
Con este pasamos a una entidad completamente diferente. El manejo es muy diferente,
no solo es analgesia de entrada como en el primero.
También está la posibilidad de que algunas patologías agudas que se vuelven crónicas;
como una presentación muy larvada de una malformación mülleriana (que debería
corresponder a dolores agudos), o pacientes con degeneración miomatosa que
empiezan como un dolor agudo y terminan como uno crónico.
Los límites para definir un dolor crónico también causan controversia → La ACOG
considera que es desde la pared abdominal anterior, inferior al ombligo, la región
lumbosacra, los glúteos y todo el piso pélvico. Hay algunas variaciones en las otras
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sociedades, hay quienes piensan que puede ser cíclico, otras que no, esto en general
complica mucho el manejo.
Con el desarrollo de la laparoscopia se pensó que se podrían esclarecer las razones tras
del DPC, sin embargo, resultó que la mitad de estas resultaron negativas → Pacientes
que ni por imagen, laboratorio o cirugía se les encontraba patología pélvica. A partir de
esto surgieron las teorías del dolor en el que algunas pacientes que tenían una
sensibilización central o tenían la posibilidad de hacerla → En la médula hay
“compuertas” que hacen una contrarregulación de los estímulos dolorosos con el SNC,
en estas pacientes, este control no es adecuado y todas las señales dolorosas suben
hasta el SNC dejando una cicatriz. Esto hace que, aunque la causa orgánica persista (o
no) la paciente perdure con el dolor.
EPIDEMIOLOGÍA:
Se considera que solo el 20% de las consultas de dolor pélvico crónico (15% de las
consultas ginecológicas) realmente son de origen ginecológico.
Se estima que 30-40% son urológicas, 30-40% gastrointestinales y un 10-15% a causas
musculoesqueléticas.
De ahí que toda la explicación del dolor sea tan diferente al agudo → Ya no estamos hablando
del mecanismo de defensa, sino de la persistencia de unos estímulos en el tiempo que hacen
que el dolor se perpetúe y a los médicos se nos dificulte establecer la etiología.
También es un tipo de patología que particularmente va a asociada a otros estados del dolor,
es muy habitual que también tengan migraña, lumbalgias, fibromialgia y otros contextos de
dolor crónico → Las pacientes tienen una especie de sensibilidad a este tipo de procesos.
Dolor Crónico
El dolor persistente puede ser de origen visceral, somático o mixto. Como resultado, en las
mujeres puede tomar varias formas que incluyen dolor pélvico crónico (CPP, chronic pelvic
pain), dismenorrea, dispareunia, dolor musculoesquelético, cólicos intestinales o vulvodinia.
La lista de posibles patologías subyacentes es extensa (cuadro 12-2). Además, es común que
la patología en un órgano pueda conducir a la disfunción de otros sistemas y crear síntomas
superpuestos. Es esencial la evaluación exhaustiva de los órganos de múltiples sistemas y
conocer el estado psicológico para complementar el tratamiento.
Ginecológicas
Urológicas Gastrointestinales
Musculoesqueléticas Neurológicas
● Trastornos psiquiátricos.
Diversas ● Maltrato físico o abuso sexual.
● Herpes zóster.
Es común que, en nuestra frustración de no poder identificar la causa del cuadro, hagamos que
las pacientes no se sientan bien recibidas en consulta, y con las que básicamente les vamos
relegando el manejo.
CASO CLÍNICO
GINECOLOGÍA - CASOS CLÍNICOS
Paciente de 24 años, consulta por dolor pélvico de 3 años de evolución, antecedente de dismenorrea
gravativa desde la menarca a los 15 años. Actualmente dolor tipo opresivo, punzante, incapacitante 5
días a la semana, solo cede con analgésicos, los cuales ya se automedica, Al interrogatorio refiere
dispareunia de penetración y profunda, dismenorrea severa, refiere constipación de varios años de
evolución, que empeoran con la menstruación, niega síntomas urinarios o alteraciones del flujo vaginal.
¿Qué piensan del cuadro clínico de esta paciente? ¿Más preguntas? ¿Diagnósticos?
● Dado lo que relata, podría tratarse de una endometriosis +/o síndrome de intestino
irritable.
● Hay escuelas que reconocen el dolor pélvico crónico como un diagnóstico en sí.
● El abordaje de estas pacientes debería ser integral, con varios especialistas, idealmente
del mismo centro de atención.
● Otras preguntas → Antecedentes familiares como endometriosis, SOP. Ayudas
diagnósticas anteriores → Dado el tiempo de evolución, si ya había consultado
previamente. Otros síntomas → ¿Están afectados otros sistemas? Dolor en puntos gatillo
para descartar por ejemplo una fibromialgia. ¿Está expuesta a situaciones de estrés?
¿Presenta alteraciones del sueño?
Importante → Es muy común que las pacientes se automedican porque todos los
tratamientos que les han mandado dejaron de funcionar, por lo que hay que tener presente la
posibilidad de complicaciones secundarias a esto. ASESORIA INICIAL DE MANEJO
Con este cuadro de la paciente, nos podríamos inclinar por el diagnóstico de endometriosis, por
lo que en las opciones de manejo se puede incluir progestágeno/ACOS con la idea de que no
menstruara. También habría que aplicarle los criterios de Roma para Sx de colón irritable, y
mandarla con el especialista. Sin embargo, teniendo en cuenta la duración del cuadro (ya van
mucho más de 6 meses) es muy probable que ya haya una centralización + otros focos del
dolor, por lo que independientemente de que encontremos la causa, el manejo primordial será
el control indiferenciado del dolor.
● El DPC es casi el 20% de las causas por histerectomía → Sin embargo, ni siquiera con
esta se les puede garantizar a las pacientes que se irá.
● Luego de presentar una EPI aguda, hasta un 30% desarrolla dolor pélvico crónico,
asociado a la severidad de las adherencias y daño tubárico (hidrosalpinx) y persistencia
de sensibilidad pélvica 30 días después del diagnóstico.
● Adhesiones, al parecer por disminución de la movilidad, o causado por dolor visceral.
Diagnósticos Diferenciales:
OBJETIVOS
● El objetivo debería ser identificar factores que contribuyen al dolor como estrés,
nutrición e inflamación.
● Síntomas asociados gastrointestinales, urinarios, reproductivos y neurosensitivos.
Condiciones psiquiátricas como ansiedad, depresión y estrés postraumático (violencia
sexual, pero el recuerdo fue borrado)
MANEJO INTEGRADO
MANEJO MÉDICO
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Las causas del dolor pélvico crónico son variables. Entre las ginecológicas, la endometriosis es
la más prevalente y se encuentra en 70%–90% de las pacientes con dolor. La dismenorrea es
el síntoma de endometriosis más frecuente, pero también puede estar presente el dolor no
menstrual intermitente o continuo.
La historia clínica detallada es fundamental para integrar el diagnóstico de dolor pélvico crónico,
y se puede usar inicialmente un cuestionario de dolor pélvico. Además, es factible proporcionar
un diagrama de la silueta corporal a las pacientes para que marquen sitios específicos con
dolor. Las escalas de dolor también cuantifican la molestia e incluyen escalas análogas visuales
(VAS, visual analogue scales) y escalas verbales descriptivas (VDS, verbal descriptor scales).
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PRUEBAS
Para las mujeres con dolor pélvico crónico, los resultados del análisis de orina y el urocultivo
pueden indicar cálculos, enfermedades malignas o infecciones recurrentes de las vías urinarias
(UTI, urinary tract infection). La enfermedad tiroidea puede afectar el funcionamiento fisiológico
y encontrarse en personas con síntomas intestinales o vesicales. Por tanto, es necesario
conocer los niveles séricos de hormona estimulante de la tiroides ( TSH, thyroid stimulating
hormone). La diabetes puede conducir a neuropatía, y los niveles de glucosa se pueden evaluar
con el examen general de orina o con el análisis de suero.
En pacientes con síntomas intestinales, el enema con bario puede mostrar lesiones
obstructivas intraluminales o externas, neoplasias malignas y enfermedad intestinal diverticular
o inflamatoria; sin embargo, la sigmoidoscopia flexible y la colonoscopia ofrecen más
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información porque permiten inspeccionar de manera directa la mucosa colónica para obtener
biopsias.
Una opción es emplear cistoscopia y laparoscopia, en cuyo caso los síntomas de la paciente
dictan su empleo. En mujeres con dolor crónico y síntomas urinarios, a menudo se
recomienda la cistoscopia. En muchas mujeres sin una causa evidente del dolor pélvico
crónico una laparoscopia puede ayudar al diagnóstico. Es importante señalar que a menudo se
encuentran explicaciones transoperatorias al dolor pélvico crónico a pesar de los exámenes
preoperatorios normales.
TRATAMIENTO
NO FARMACOLÓGICO
En muchas mujeres con dolor pélvico crónico se encuentra una causa y el tratamiento depende
del diagnóstico. Sin embargo, en otros casos no es posible identificar una alteración y el
tratamiento se enfoca en los síntomas principales.
Son escasos los datos que abordan el uso de opciones no farmacológicas para dolor pélvico
crónico, pero se pueden extrapolar los beneficios de los estudios en síndromes dolorosos
crónicos. Estos tratamientos son de bajo riesgo y suelen ser ventajosos en pacientes con
múltiples comorbilidades, en aquellos con intolerancia a medicamentos o posibles interacciones
con ciertos fármacos, y para el dolor resistente al tratamiento tradicional.
FARMACOLÓGICO
Las opciones farmacológicas para el tratamiento de dolor pélvico crónico incluyen analgésicos,
opioides, hormonas, antidepresivos y antiepilépticos. A menudo el dolor pélvico crónico tiene un
componente de dolor visceral y neuropático. En consecuencia, las combinaciones efectivas de
medicamentos funcionan a menudo de manera periférica y en el sistema nervioso central.
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Bibliografía Extra:
Capítulo 12: Dolor Pélvico (Williams 4ed)
https://accessmedicina-mhmedical-com.udea.lookproxy.com/content.aspx?
bookid=2974§ionid=249615530#1178947639
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