Amar La Verdad

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Amar la verdad

Introducción.

A. 2 Tesalonicenses 2:10 habla de “los que se pierden, por cuanto no recibieron  el amor de la verdad  para ser salvos”. Para
ser salvos es indispensable que amemos la verdad.

B. Juan 18:37, “Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido,
y para esto he venido al mundo, para  dar testimonio a la verdad”. Jesús no estableció su reino sobre las cosas que los
hombres consideran importantes (la fuerza política, armamentos, dinero, instituciones humanas, etc.). El estableció su reino
sobre la verdad. El dice, Juan 18:37, “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.” ¿Somos de la verdad? ¿Amamos la
verdad?

C. Origen de la verdad. Juan 1:17, “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio
de Jesucristo”. La verdad procede de Cristo.

D. Algunos suponen que aman la verdad, como el rey Acab (1 Reyes 22:16, “Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de
exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?” Pero léase la historia; en realidad no la quería. De la
misma manera en la actualidad muchos dicen que quieren la verdad y solamente la verdad,   pero entonces cuando la
verdad les exhorta y reprende o contradice sus creencias y prácticas, ya no la quieren (por ejemplo, el uso de instrumentos
musicales, la enseñanza errónea sobre el diezmo, el uso de nombres religiosos que no se encuentran en las Escrituras, etc.).

E. 2 Timoteo 4:3, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,  4  y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las
fábulas”. Así son los que no aman la verdad. Profesan amar la verdad pero no la quieren cuando la verdad condena el error
o el pecado en su vida (por ejemplo, error doctrinal, prácticas mundanas, vicios de varias clases, la unión adúltera aunque
se llame “matrimonio”, el institucionalismo, el violar Romanos 13 trabajando ilegalmente en país ajeno, y diversas obras de
la carne, Gálatas 5:19-21.

I. ¿Qué es la verdad?

A. Pilato preguntó, “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:37) ¿Preguntó con disgusto, con exasperación o con sinceridad? No
sabemos, pero es muy buena pregunta, una de las preguntas de las edades. Otra que está bien relacionada con ésta hecha
por el mismo gobernador fue la siguiente:  “¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?” (Mateo 27:22).

B. La verdad es la realidad. Hebreos 11:6, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca
a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan”. ¡Dios existe! (También existe la recompensa eterna: el
cielo y el infierno). Juan 3:33, “El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz”. Dios dice la verdad. Romanos
3:4, “sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito:  Para que seas justificado en tus palabras,  Y venzas
cuando fueres juzgado”  {Salmos. 51. 4.}.

C. Es lo opuesto a la mentira? Romanos 1:25, “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a
las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”. Asimismo son de la mentira y no de la verdad los
falsos cristos (2 Corintios 11:4), sea el falso “cristo” de los testigos del Atalaya, sea el falso “cristo” de los pentecostales que
dicen que Jesús es Padre, Hijo y Espíritu Santo, o sea el “cristo” de los hermanos “conservadores” que dicen que cuando
Cristo estaba en la tierra no tenía o no usaba sus atributos divinos. Todos los falsos “cristos,” falsos apóstoles (Apocalipsis
2:2), y falsos evangelios (Gálatas 1:8, 9) no son de la verdad, sino de la mentira. Hay un solo cuerpo (iglesia, Efesios 1:22,
23); hay una sola esperanza (la vida eterna); hay un solo bautismo (inmersión en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo para perdón de pecados).  Efesios 4:4-6, “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;  4 
un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;  5  un Señor, una fe,
un bautismo,  6  un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.  Por lo tanto, la verdad está en
contra de tradiciones humanas, supersticiones, muchos “ismos” (comunismo, sectarismo, catolicismo, protestantismo,
milenarismo, adventismo, pentecostalismo, institucionalismo, etc.) porque los “ismos” no tienen realidad ante los ojos de
Dios, sino que son invenciones humanas.
D. Cristo es la verdad. Juan 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.   7 
Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.  8  Felipe le dijo: Señor,
muéstranos el Padre, y nos basta.  9  Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido,
Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” Cristo es la verdad y la
verdad está en El. Efesios 4:20, “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,  21  si en verdad le habéis oído, y habéis
sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús”.

E La palabra de Dios es la verdad. Juan 17:17, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”.  Salmo 119:160, “La suma de
tu palabra es verdad”.

F. El evangelio es la verdad. Efesios 1:13, “En él (Cristo) también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio
de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Santiago 1:18, “El, de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. 2 Pedro 2:2, “Y muchos
seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado”.  Gálatas 2:5,  “a los cuales ni por
un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros” . 2:14, “vi que no
andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio”.

G. La doctrina de Cristo es la verdad. 2 Juan 9, “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene
a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.  10  Si alguno viene a vosotros, y no trae esta
doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis ¡Bienvenido!  11  Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas
obras”. La doctrina de Cristo es “la verdad”.

H. El Nuevo Testamento es la verdad. Juan 16:13, “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a  toda la
verdad”. El Espíritu Santo revela la verdad y, por eso, 1 Jn. 5:7 dice, “Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu
es la verdad”. El Espíritu Santo ha revelado “toda la verdad”; por lo tanto, el Nuevo Testamento es “toda la verdad”. El
origen de la verdad no es la iglesia sino Cristo

II. La verdad no es subjetiva sino objetiva.

 A. La palabra “subjetiva” quiere decir “del sujeto” (la persona, uno mismo). Desafortunadamente muchos creen que la
verdad es cualquier cosa que la gente quiera hacer de ella, cualquier cosa que uno quiera creer.

Se dice que “esa es la verdad para él o ella”. Lo que se llama “la verdad subjetiva” es producida solamente por el
pensamiento (o sentimiento) de la persona. Tal cosa no es en ningún sentido la verdad. La palabra “objetiva” significa que la
verdad es un objeto externo. Existe como una entidad separada y aparte de la mente de uno. Lo que nosotros pensemos
NO determinar la verdad. Nos toca estudiar y aprender exactamente lo que ES EN REALIDAD LA VERDAD, no obstante lo que
alguna persona piense o diga acerca de ella.

B. Muchos creen que la verdad no es absoluta. Para ellos la verdad es lo que cada quien considere ser la verdad (“verdad”
subjetiva). Los tales se contradicen, porque están afirmando algo como si fuera una verdad absoluta al decir que la verdad
no es absoluta. Si la verdad no es absoluta ¿cómo pueden afirmar como verdad absoluta que la verdad no es absoluta?

C.  La verdad no es “lo que cualquiera crea”. No es cierto que cada quien tenga derecho a su propia creencia. Si no importa
LO QUE uno crea, entonces no importa que CREA.

D. La verdad no es relativa, sino absoluta y la verdad absoluta es la regla divina para gobernar la vida del hombre. 2 Timoteo
3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,  17 
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. La Biblia claramente enseña
verdades absolutas: por ejemplo, que todos pueden aprender y obedecer al evangelio de Cristo; que Cristo edificó su iglesia
y que los salvos son añadidos a ella; que el culto de la iglesia es sencillo y espiritual (la cena del Señor el primer día de la
semana, cantar sin instrumentos de música, ofrendar en lugar de diezmar, etc.); que los cristianos son santos (santificados,
apartados del mundo) y que deben vivir como peregrinos; que el que repudia a su esposa a no ser por causa de la
inmoralidad sexual y se casa con otra adultera y el que se casa con la repudiada adultera; que Cristo volverá y que cuando
vuelva, en esa misma hora todos los muertos resucitarán, los vivos serán transformados para ser incorruptibles, la tierra
será quemada, habrá juicio final, los salvos recibirán la vida eterna con Dios y los perdidos serán castigados en el infierno
eterno. Estas son verdades absolutas. No son verdades relativas en ningún sentido.
E. La verdad es angosta porque la verdad es el camino al cielo. Es angosta como la verdad matemática es angosta y toda
verdad científica es angosta. La verdad histórica es angosta. La verdad geográfica es angosta. La verdad no cambia, no es
fluctuante. No se puede modernizar. Lo que la verdad dice sobre la Deidad de Cristo, sobre el plan de salvación, sobre la
iglesia, sobre la santidad, etc. no se puede modificar. La verdad que los apóstoles predicaron es la verdad que tenemos que
predicar. La verdad que la gente obedeció en el primer siglo es la verdad que la gente debe obedecer ahora. La verdad es
eterna.

III. La verdad no es solamente “positiva” sino también “negativa”.

A. Un concepto erróneo, aunque muy popular, es que si predicamos la verdad, sólo predicamos el amor y temas positivos,
pero la verdad condena el error y el pecado, como la luz expone las tinieblas.

B. Marcos 16:16, “El que crea y sea bautizado será salvo”.  Esto es positivo. Pero léase el resto del versículo:  “pero el que no
crea será condenado”.

C. A través del Nuevo Testamento Cristo y los apóstoles no sólo enseñan los aspectos positivos del evangelio, sino que
también condenan religiones falsas, la tradición humana, la hipocresía y todo pecado. Aun los errores de las iglesias de
Cristo se condenan (por ejemplo, 1 Corintios 5; Gálatas 1:2, 6-9; Apocalipsis 2 y 3). Compárese 1 Pedro 4:17.

D. La verdad es transformadora. Exige el cambio de vida (Efesios 4:22-32). Exige que se renuncie al error y al pecado.

E. La verdad prohíbe la comunión con el error y el pecado. Efesios 5:11, “Y no participéis en las obras infructuosas de las
tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Véase también 2 Corintios 6:14-17).

F. Por lo tanto, hay que concluir que la verdad es tanto negativa como positiva y que no es cierto que se deba predicar
solamente el amor y temas positivos.

IV. Los que aman la verdad estudian para aprender la verdad.

A. Hechos 17:11,  “Y éstos (los de Berea) eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con
toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

   B. Juan 8:32, “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

      C. Proverbios 23:23, “Compra la verdad, y no la vendas”. ¿Cómo? Es necesario oír la palabra, leer la Biblia, estudiar
diligentemente para aprenderla.

      D. Dios quiere y requiere que todos aprendan la verdad. Por eso, la verdad se puede aprender. Dios no oculta sino
“revela” la verdad. La Biblia es la verdad, la voluntad de Dios. Dios quiere salvarnos. El promete salvación a los que la
aceptan y condenación a los que la rechazan. ¿Cómo nos daría una revelación que no se pudiera entender cuando está en
juego la salvación del alma? 1 Timoteo 2:4, “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de
la verdad”. Mateo 11:28, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.   29  Llevad mi
yugo sobre vosotros, y  aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
Hebreos 10:26, “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda
más sacrificio por los pecados”. Por eso, es posible que el hombre aprenda la verdad. Todos serán enseñados de Dios. Juan
6:44, “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.   45  Escrito está
en los profetas: Y serán todos  enseñados  por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y  aprendió  de él, viene a mí”.

      E. Hacer discípulos implica que los oyentes pueden aprender la verdad. Mateo 28:19,   “Por tanto, id, y  haced
discípulos  a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  
20    enseñándoles  que guarden todas las cosas que os he mandado”.

      F. El prejuicio evita que muchos aprendan la verdad. Esta palabra significa “prejuzgar”, juzgar antes de investigar. Dice el
diccionario Larousse: “Juicio u opinión sobre algo antes de tener verdadero conocimiento de ello”. El prejuicio no permite
que la Biblia enseñe lo que enseña. No es difícil interpretar la Biblia de una manera que evite la aceptación de lo que
enseña. Si uno ya está resuelto que la Biblia enseña cierta doctrina, encontrará esa doctrina en muchos textos. Si alguien
está resuelto que la Biblia no enseña cierta doctrina o práctica, entonces para esa persona no lo hará. Tal persona
no permitirá que la Biblia enseñe lo que Dios quiere enseñar.
          1. ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestra creencia si el estudio cuidadoso y objetivo de las Escrituras nos obliga a
cambiarla?

          2.  ¿Cómo llegamos a creer cierta doctrina? ¿Dejamos que las Escrituras nos enseñen o llegamos al estudio de las
Escrituras con cierta creencia bien establecida en la mente? 2 Corintios 3:15, “Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a
Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos”. ¡Imagínese! Cada sábado se leía a Moisés, pero no entendían porque
tenían un velo puesto sobre el corazón. ¿Qué era el velo? Era su concepto del Mesías y su reino. Tenían sus propias ideas,
ideas preconcebidas, y aunque oían la misma palabra de Dios no la entendían. Así también millones de personas leen la
misma palabra de Dios, la Biblia, pero no la entienden porque tienen velo puesto sobre el corazón. Pueden leer algún texto
docenas de veces y no lo entienden.

          3. Isaías 66:2, “miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y  que tiembla a mi palabra”    ¿Temblamos a su
palabra si no dejamos que su palabra cambie nuestras creencias? ¿No quiere decir este texto que debemos estar dispuestos
a cambiar nuestras creencias si la Biblia no las enseña?

          4. El prejuicio significa que habiendo conectado cierta interpretación con cierto término o palabra,
entonces siempre que se vea ese término o palabra, tendrá esa preconcebida interpretación pegada. De esa manera lo que
Dios dice en la Biblia no llega a la mente de la persona. Uno puede saber el versículo de memoria y citarlo cada semana o
cada día, pero no le ayuda porque hay bloqueo en cuanto a su verdadero significado.

V. Los que aman la verdad creen en la verdad.

      A. Los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron escritos para producir fe en Cristo y la verdad.

Juan 20:30, “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este
libro.  31  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida
en su nombre”.

      B. Los que aman la verdad la reciben como la palabra de Dios. 1 Tesalonicenses 2:13,  “Por lo cual también nosotros sin
cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como
palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes”.

      C. Todo el capítulo 11 de Hebreos habla de la necesidad de la fe. Hebreos 11:1, “Es, pues, la fe la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve  ¼  6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan”.

      D. Es necesario creer que Cristo es el Hijo de Dios antes de bautizarse.  Hechos 8:36, dijo el etíope al evangelista Felipe,
“Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?   37 
Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios”. Romanos
10:10, “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. Marcos 16:16, “El que crea
y sea bautizado será salvo”.

VI. Los que aman la verdad obedecen a la verdad.

      A. Obedecer para purificar el alma. 1 Pedro 1:22, “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;  23  siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.

      B. Los cristianos deben seguir obedeciendo a la verdad. Gálatas 5:7, “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no
obedecer a la verdad?”

      C. Habrá ira y enojo para los que no obedecen a la verdad. Romanos 2:8, “pero ira y enojo a los que son contenciosos y
no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia”.

      E. No basta con decir “Señor, Señor”. Mateo 7:21, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
      F. No ser solamente oidores, sino hacedores de la palabra.  Santiago 1:22, “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.  23  Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella,
éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.  24  Porque él se considera a sí mismo, y se va, y
luego olvida cómo era.  25  Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”.

      F. Andar conforme a la verdad. 3 Juan 4, “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la
verdad”.          Efesios 4:15, “siguiendo la verdad en amor”. Los que no andan conforme a la verdad del evangelio deben ser
reclamados. Gálatas 2:14; 4:16, “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?”

VII. Los que aman la verdad enseñan y defienden la verdad.

      A. Jesús y los apóstoles predicaron y enseñaron la verdad.  2 Tesalonicenses 3:1, “Por lo demás, hermanos, orad por
nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada”.

      B. Defender la verdad. Judas 3, “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación,
me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los
santos”.

      C. Es necesario combatir unánimes por la fe del evangelio. Filipenses 1:17, “sabiendo que estoy puesto para la defensa
del evangelio ¼ 27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o
que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,  
28  y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de
salvación; y esto de Dios”.

      D. Estar preparados para dar defensa.  1 Pedro 3:15, “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, {3.14-15:-Is.
8. 12-13.} y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros”.

      E. No detener la verdad con injusticia. Romanos 1:18, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.

      F. La iglesia apoya la verdad. 1 Timoteo 3:15, “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. La iglesia no es la fuente de la verdad, sino el apoyo de ella.

Resumen y conclusión.

      A. La verdad es la realidad, lo que existe (Hebreos 11:6). Cristo es la verdad, la palabra de Dios es la verdad, el evangelio
es la verdad, la doctrina de Cristo es la verdad, el Nuevo Testamento es la verdad. No hay substituto  para la verdad. No hay
otra cosa “tan buena” como la verdad. Las leyes y tradiciones de las iglesias humanas no sirven porque no nos hacen libres
del pecado. No pueden hacer lo que la verdad hace.

      B. La verdad no es subjetiva sino objetiva; es decir, la verdad no es “lo que cada quien crea”, sino lo que la Biblia enseña.
La verdad no es relativa, sino absoluta. La Biblia enseña verdades absolutas, innegables, irrefutables: p. ej., Cristo no es “un
dios” como dicen los testigos del Atalaya, sino verdadero Dios, Todopoderoso, omnisciente, etc.; hay solamente una iglesia;
para ser salvo es necesario ser bautizado, etc.

      C. La verdad no es solamente positiva, sino también negativa, pues condena todo pecado y corrige todo error. Muchos
hablan de solamente “predicar a Cristo”, pero no predican a Cristo como lo hicieron los apóstoles. Es imposible ser “bíblico
sin ser polémico”.

      D. Los que aman la verdad tienen la mente abierta (Hechos 17:11), para aprender todo el consejo de Dios (Hechos
20:20, 27). Los tales son vencedores de todo aspecto del prejuicio, el enemigo número uno de la verdad. Los que aman la
verdad tiemblan a la palabra de Dios (Isaías 66:2).

      E. Los que aman la verdad rechazan toda mentira, todo error, toda tradición humana y creen en la verdad, porque “con
el corazón se cree para justicia” (Romanos 10:10).
      F. Los que aman la verdad obedecen a la verdad. Aprenden el evangelio, creen el evangelio y obedecen al evangelio.
Aman a Dios de todo el corazón, se arrepienten de sus pecados, confiesan su fe en Cristo como el Hijo de Dios (que El es
Dios el Hijo) y se bautizan para perdón de los pecados. Hechos 2:38, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Y siguen
obedeciendo a la verdad (Gálatas 5:7), aunque la verdad les exhorte, reprenda y corrija. Gálatas 4:16, “¿Me he hecho, pues,
vuestro enemigo, por deciros la verdad?”

      G. Los que aman la verdad enseñan y defienden la verdad, porque la verdad es preciosa. Proverbios 23:23, “Compra la
verdad, y no la vendas”; es decir, aprenda y acepte la verdad cueste lo que cueste y nunca perderla,  no extraviarse de la
verdad, Santiago 5:19.

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