Expediente 00017 2003 AI LP
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
ASUNTO
ANTECEDENTES
A. De la demanda
a) Que, conforme a una interpretación literal y complementaria "de" y "entre" los artículos
y 11 ° de la Ley N. ° 24150, se desprende que, durante los regímenes de excepción,
las Fuerzas Armadas pueden desplazar a las autoridades civiles "en todos los campos de
la actividad en que se desarrolla la Defensa Nacional". A juicio del demandante, estas
normas infringen los artículos 137° y 166° de la Constitución, ya que si bien durante los
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estados de emergencia las Fuerzas Armadas asumen el control del orden interno, esto
sólo supone el desplazamiento de autoridades policiales y de los funcionarios
respectivos del Ministerio del Interior, y no abarca los diferentes campos de la Defensa
Nacional, ya que el ámbito de la defensa nacional excede la preservación del orden
interno, como por 10 demás se desprende de la Ley N.O 27860, Ley del Ministerio de
Defensa.
Que el inciso e) del artículo 5° de la Ley vulnera el segundo párrafo del inciso 20 del
art'culo 2° de la Constitución, pues otorga al Comando Político Militar la facultad de
licitar el cese, nombramiento o traslado de las autoridades políticas y administrativas
(le su jurisdicción en caso de negligencia, abandono, vacancia o impedimento para
cumplir sus funciones . A su juicio, tal ejercicio del derecho de petición no puede ser
ejercido por órganos de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional, sino únicamente
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por sus miembros, de manera individual. Considera, además, que sus alcances son
sumamente peligrosos para el orden constitucional, pues permite que las Fuerzas
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e) Que el control del orden interno es una función netamente policial, que no tiene que
incluir la difusión de normas legales; y que, pese a ello, tal competencia se ha previsto
en el artículo 2°, inciso h) de la Ley impugnada, lo que atenta contra el principio de
legalidad y el artículo 137° de la Constitución, pues, por un lado, se ha previsto una
"administrativización" de la actividad social y, por otro, el ejercicio de esta labor
publicitaria contribuye a un proceso de militarización de la vida social en las zonas en
las que las Fuerzas Armadas asumen el control del orden interno.
Con fecha 15 de marzo de 2004, el Instituto de Defensa Legal pone a consideración del
Tribunal Constitucional su Informe Amicus Curiae, en relación a las acciones de
in onstitucionalidad promovidas por la Defensoría del Pueblo contra la Ley N. ° 24150 y el
, digo de Justicia Militar.
C. De la contestación de la demanda
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Y, sobre los eventuales excesos que a partir del nombre se hayan podido advertir en el
pasado, sostiene que ese no es un problema de la Ley, sino de quien la cumple, de
manera que dichos excesos pueden ser juzgados por el Ministro de Defensa o el Poder
Judicial, según corresponda.
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dt c) Que el verbo "coordinar" utilizado por el inciso b) del artículo 5° de la Ley impugnada,
no puede ser interpretado como sinónimo de "imponer", sino más bien como
"concertar" acciones con los diferentes sectores públicos y privados para el
cumplimiento de los planes de pacificación aprobados por el Poder Ejecutivo.
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Refiere que cuando el dispositivo impugnado autoriza al Comando Político Militar que
concerte acciones con los sectores privados, la recurrente relaciona tal competencia sólo
con la hipótesis de que se haya declarado un estado de emergencia, y no en un estado de
sitio, en el que la propia demandante acepta implícitamente la posibilidad de realizar tal
tarea.
Afirma también que no es lógico que tenga que contarse con la anuencia de ciertos
ministerios, como lo sugiere la demandante, toda vez que en situaciones de emergencia
tienen que tomarse medidas urgentes, las que son adoptadas por el Poder Ejecutivo, que
incluye no sólo al Presidente de la República, sino también al Consejo de Ministros.
Que, en tomo a los alcances del inciso h) del artículo 5° de la Ley N. O 24150, la
publicación de las disposiciones aprobadas por el Poder Ejecutivo es consustancial a la
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naturaleza misma del estado de excepción. Asimismo, aduce que la exigencia de que se
pub liciten las directivas en el diario oficial El Peruano es "ignorar en parte nuestra
realidad socio económica", pues dicho diario oficial no llega a diversas localidades del
país.
h) Que a tenor de los artículos 137° Y 165° de la Constitución Política, durante un régimen
de excepción, las Fuerzas Armadas asumen el control del orden interno, y su actuación
es siempre subordinada y ejecutora de los planes y directivas emitidas por el Poder
Ejecutivo, de manera que el artículo 8° de la Ley impugnada no consagra una
"dictadura militar". A su juicio, el propósito del artículo 8° de la Ley N. o 24150, es
precisar el elenco de atribuciones y competencias de las Fuerzas Armadas durante un
estado de sitio, de manera que teniendo en consideración lo expuesto en los ítems
anteriores, no debe declararse su inconstitucionalidad.
Afirma que de dicho precepto no se sigue que el lugar de la comisión del delito sea
determinante para establecer el fuero competente, puesto que lo relevante es la
naturaleza del delito.
FUNDAMENTOS
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5. Tal concepto hace referencia a la situación de tranquilidad, sosiego y paz dentro del
territorio nacional, la cual debe ser asegurada y preservada por el órgano administrador
del Estado para que se cumpla o materialice el orden público y se afirme la Defensa
Nacional.
6. Como bien expone el Instituto de Altos Estudios Policiales [El INAEP Y el orden
interno. En revista Orden Interno N.o 1, 1994] el orden interno "( .. .) permite que las
autoridades ej erzan sus competencias y atribuciones, y las personas sus derechos y
libertades, garantizando la existencia, estabilidad y soberanía del Estado; con la
/J4 finalidad de asegurar la coexistencia pacífica en general y, consecuentemente, permitir
/ el logro del fin supremo del Estado y la sociedad".
7. l orden interno es sinónimo de orden policial, ya que a través de la actividad que este
implica se evita todo desorden, desbarajuste, trastorno, alteración, revuelo, agitación, lid
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11. Carlos Blancas Bustamante, Marcial Rubio Correa y César Landa [Derecho
constitucional general. Lima: Fondo Editorial PUCP, 1992] subrayan que la
¡JI normatividad jurídica que regula la constitución, vida y acción del Estado supone, como
remisa para su aplicación, una situación de normalidad y equilibrio político, social y
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económico, tanto en el ámbito nacional como internacional. Ahora bien, cuando dicha
. situación de regularidad plenaria desaparece o se ve alterada como consecuencia de
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/16. S,egún Bernardino Gonzáles [Cit. por Adolfo Rodríguez en: Consideraciones sobre el
stado y el Gobierno. Punto, 1991], dicho régimen se traduce en competencias
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especiales que asume el jefe del Ejecutivo, para poner fin, por medios jurídicos, a la
situación de excepción que se ha producido, o para precaverse de ella en caso de que
sea inminente. Esto implica una regulación constitucional ad hoc destinada a
"enmarcar" la anormalidad. El efecto inmediato de lo expuesto es el surgimiento de una
concentración de competencias o funciones.
17. Maruja Delfino de Palacios [El derecho de excepción en América Latina. Caracas: UC
de Venezuela. F. de Derecho, Cuadernos de LE.P, 1967] señala que para otorgar
legitimidad a las competencias de excepción, existen dos condiciones:
b) Que la aplicación de las medidas extraordinarias tenga carácter temporal, es decir, que
no se extienda más allá del tiempo estrictamente necesario para el restablecimiento de
la normalidad constitucional y, por tanto, de la vigencia rediviva de la normalidad
ordinaria del Estado.
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la propia autoridad política, ya que, como señala Carlos Sánchez Vi amonte [La libertad
y sus problemas. Buenos Aires: Bibliográfica Argentina] , "lo único que hace tolerable
la autoridad, más allá de su carácter representativo, es su carácter de servicio público y
las limitaciones que impiden desnaturalizarla".
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En dicho contexto, si bien las normas que consagran los derechos fundamentales de la
persona son previstos para su goce pleno en situaciones de normalidad, en cambio
durante los "tiempos de desconcierto" pueden convertirse en instrumentos para la
destrucción del propio orden constitucional que los reconoce y asegura. Por ende, en
vía de excepción, legislativamente es admisible la suspensión o limitación de algunos
de ellos, sin que ello signifique llegar al extremo de consagrar un estado de indefensión
ciudadana y proscripción de la actuación del Estado con sujeción a reglas, principios y
valores que justifican su existencia y finalidad.
§3. Las Fuerzas Armadas y control del orden interno en un régimen de excepción
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22. Por ello considera que el artículo 2° de la Ley N. o 24150 es inconstitucional, por establecer
que:
"El control del orden interno que asumen las Fuerzas Annadas comprende los
diferentes campos de la actividad en que se desarrolla la Defensa Nacional
para hacer frente a las situaciones que motivan la declaratoria del estado de
emergencia. Cada situación se sujetará a las directivas y planes aprobados por
el Presidente de la República".
"Al cesar el control del orden interno por las Fuerzas Annadas o vencido el
plazo del estado de excepción, las autoridades civiles del territorio
correspondiente reasumirán de pleno derecho sus respectivas funciones y
atribuciones" .
23 . Sostiene la Defensoría del Pueblo que el artículo 2° de la Ley N.o 24150 es inconstitucional
porque genera un "desplazamiento de las autoridades civiles en todos los campos de la
actividad en que se desarrolla la defensa nacional a favor de los militares", pese a que de
diversos dispositivos de la Ley del Ministerio de Defensa, Ley N. o 27860, se desprende que
"las Fuerzas Annadas se encuentran circunscritas a los campos militares de la Defensa
Nacional, sin perjuicio de participar eventualmente en el desarrollo económico y social y en
la defensa nacional, según el artículo 169° de la Constitución".
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26. Por cierto, la aplicación de esta técnica de interpretación tiene sus límites. Uno de ellos, que
se extiende a cualquier otro criterio de interpretación, es el texto expreso de la disposición a
interpretar. Sólo cabe realizar una interpretación compatible con la Constitución cuando del
enunciado lingüístico, esto es, de la disposición de una fuente formal del derecho, resulte
razonable inferir aquel sentido interpretativo constitucionalmente admisible, y no al revés .
27. A fin de persuadir a este Tribunal sobre la existencia de una interpretación del artículo 2° de
la Ley N.o 24150 conforme con la Constitución, el Congreso de la República ha incidido
particularmente sobre los alcances de la fracción de la disposición en la que se prevé que:
"En cada situación se sujetará a las directivas y planes aprobados por el Presidente de la
República" (subrayado original). De manera que es el Presidente "(oo .) quien adopta las
medidas necesarias para la defensa de la República, la integridad del territorio y soberanía
del Estado (oo.)" en su condición de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.
28. El Tribunal Constitucional considera que si bien la fracción de dicha disposición no puede
entenderse desligada de su primera parte, la impugnación de inconstitucionalidad se centra
básicamente en tomo a los alcances de la competencia que se le brinda a las Fuerzas
Armadas, bajo el pretexto de asumir el control del orden interno bajo un régimen de
excepción; es decir, si el control del orden interno puede comprender "los diferentes
campos de la actividad en que se desarrolla la defensa nacional".
29. El Estado es la estructura que concentra el poder político delegado por el pueblo soberano
para que cumpla con determinados fines en procura del bienestar general. Es por ello que le
corresponde elaborar políticas públicas con el objetivo de lograr el desarrollo social,
económico y cultural del país, así como garantizar la plena vigencia de los derechos
fundamentales . Entre ellas, una de las más importantes es la concerniente a la seguridad,
pues ésta constituye no sólo un presupuesto para el desarrollo, sino también el escenario
dentro del cual los derechos fundamentales pueden ejercerse. Sin seguridad no hay
desarrollo, ni ejercicio pleno de los derechos y libertades fundamentales . Ambos (seguridad
y desarrollo), son necesarios para alcanzar el bienestar. De ahí que el artículo 163° de la
Constitución establezca, como una de las tareas fundamentales del Estado peruano, la de
4, garantizar la seguridad de la Nación, a través de un Sistema de Defensa Nacional.
7 30. De acuerdo con el mencionado artículo 163° de la Constitución, la Defensa Nacional es
integral y permanente; por tanto, involucra al conjunto de acciones y previsiones que
permiten la subsistencia y permanencia del Estado, incluyendo su integridad, unidad y
faculta e actuar con autonomía en lo interno, y libre de subordinación en 10 externo,
pos itando que el proceso de desarrollo se realice en las mejores condiciones [Centro de
lOS Estudios Militares, "Defensa interna", en Defensa Nacional, N. o 3, Lima" 1983, Pág.
10]. Es "integral" porque abarca diversos campos, como el económico, político, social,
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cultural, militar, etc.; y "permanente", debido a que se trata de una actividad constante que
se relaciona con sus sentidos preventivo y represivo.
De lo expuesto, se deduce la inexorable obligación del Estado de dotar de todos los recursos
que las Fuerzas Armadas requieran para asegurar y preservar la Defensa Nacional. Por
ende, no es injustificado exhortar a los poderes públicos para que adopten las medidas
legales de naturaleza económica, a efectos de que los institutos armados pueden cumplir
con la misión constitucionalmente encomendada.
31. Por los ámbitos en los cuales se desarrolla la Defensa Nacional, en ella participan todos los
miembros de la Nación, entre ellos las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Sin
embargo, esta participación de los profesionales de las armas no significa que dicho sistema
se circunscriba a las decisiones estatales relacionadas con prácticas militares, de tipo
castrense o policial. En efecto, si la defensa nacional involucra un conjunto de medidas y
previsiones que adopta el Estado con el fin de garantizar la seguridad de la Nación en todos
los ámbitos, es evidente entonces que el aspecto militar o policial no puede entenderse sino
como sólo una de esas áreas.
32. Como también precisa el artículo 163 0 de la Constitución, la defensa nacional se desarrolla
"en los ámbitos interno y externo". Mediante la "defensa interna" se promueve y asegura el
ambiente de normalidad y tranquilidad pública que se requiere para el desarrollo de las
actividades y esfuerzos concurrentes a la obtención del bienestar general en un escenario de
seguridad. Asimismo, supone la realización de acciones preventivas y de respuesta que
adopta el gobierno permanentemente en todos los campos de la actividad nacional, para
garantizar la seguridad interna del Estado. Esa seguridad puede verse afectada por cualquier
forma de amenaza' o agresión que tenga lugar dentro del territorio nacional, sea que
provengan del interior, exterior, de la acción del hombre o, incluso, de la propia naturaleza.
El fin de las actividades de defensa interna es garantizar el desarrollo económico y social
del país, impedir agresiones en el interior del territorio, viabilizar el normal desarrollo de la
vida y acción del Estado, y garantizar el ejercicio pleno de los derechos y libertades
fundamentales.
3.2 Del mantenimiento del orden interno durante los estados de excepción
33. El artículo 2 0 de la Ley impugnada establece que: "El control del orden interno que asumen
las Fuerzas Armadas comprende los diferentes campos de la actividad en que se desarrolla
la Defensa Nacional para hacer frente a las situaciones que motivan la declaratoria del
estado de excepción. Cada situación se sujetará a las directivas y planes aprobados por el
¡Sidente de la República" (cursivas nuestras).
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35. En esta posible construcción interpretativa habría que objetar, como se ha anticipado en la
parte de las consideraciones generales, que el concepto de "orden interno" es de alcance
más restringido que el de defensa nacional. Aquel forma parte o es uno de los ámbitos de la
defensa nacional, de manera que es su comprensión errada, que ha culminado con extender
competencias que en principio le son ajenas a las Fuerzas Armadas, lo que, prima jacie, la
haría inconstitucional.
36. No obstante, una interpretación adecuada de dicho precepto tendría que considerar que sus
alcances no sólo deben referirse al estado de emergencia, sino, incluso, al estado de sitio.
37. Desde esta perspectiva, si el Presidente de la República tiene, entre otras atribuciones, las
de velar por el orden interno y la seguridad exterior; presidir el sistema de defensa nacional;
organizar, distribuir y disponer el empleo de las Fuerzas Armadas; y, particularmente,
"adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del
territorio y de la soberanía del Estado" (incisos 4, 14 y 15 del artículo 118° de la
Constitución, respectivamente), entonces cabría preguntar si declarado el "estado de sitio"
bajo la existencia de circunstancias especialmente graves para el Estado ¿tal extensión de la
competencia de las Fuerzas Armadas resultaría irrazonable?, ¿o es que, en tales
ircunstancias, las Fuerzas Armadas sólo podrían realizar labores propias del control del
orden interno, como establece el inciso 1) del artículo 137° de la Constitución?
Dicho de otro modo, siempre y en todos los casos en que termine siendo inconstitucional el
otorgamiento de una competencia no prevista directamente en la Constitución. Es el caso,
desde luego, de atribuciones que, no encontrándose expresamente previstas en la
Constitución, sin embargo, son inmanentes a la función (poderes implícitos). Como
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discrecional, con respecto a los medios por los cuales los poderes que se le confieren han de
ponerse en ejecución, que pennita a ese cuerpo cumplir los altos deberes que se le han
asignado, de la manera más beneficiosa para el pueblo. Si el fin es legítimo, si está dentro
del alcance de la Constitución, todos los medios que sean apropiados, que se adapten
claramente a ese fin, que no estén prohibidos, pero que sean compatibles con la letra y el
espíritu de la Constitución, son constitucionales" (citado por Bernard Scwartz, Los poderes
del gobierN ° 1 Poderes federales y estatales, UNAM, México, 1966, Pág. 125)".
39. Pues bien, si ese fuere el caso, el problema constitucional que se derivaría del artículo 2° de
la Ley N.O 24150 ahora parece encontrarse conectado con la generalidad de 10 que allí se
prevé. Es decir, de no haberse especificado bajo qué modalidad del estado de excepción es
posible que las Fuerzas Armadas asuman competencia en los diferentes campos de la
actividad en que se desarrolla la Defensa Nacional, pues resulta claro que tal extensión de
sus competencias no es constitucionalmente admisible bajo un estado de emergencia. Y es
que si bien frente a un supuesto de guerra exterior o de invasión por parte de una potencia
extranjera (estado de sitio), facultades como las previstas en el artículo 2° de la Ley
pudieran resultar razonables y proporcionadas, es evidente que no se arriba a igual
conclusión si es que se analizan tales competencias a la luz de los supuestos que ameritan la
declaración de un estado de emergencia.
40. Con ello se quiere decir que 10 inconstitucional que pueda existir en dicho precepto no es
tanto 10 que la disposición contiene, sino 10 que ha omitido precisar [nonna implícita); es
decir, no haber previsto que durante un estado de sitio la participación de las Fuerzas
Armadas también puede desplegarse a otras actividades en las que se desarrolla la "defensa
nacional". Y es que la ausencia o carencia de mayor precisión legislativa sobre el particular,
pareciera proyectar la idea de que dispuesto que fuera por el Presidente de la República que
las Fuerzas Armadas asuman el control del orden interno, ésta automáticamente
comprendería aquellos campos de la Defensa Nacional, con independencia de si se trata de
n estado de emergencia o de sitio .
. Por cierto, no es el único sentido interpretativo que cabe inferir del artículo 2° de la Ley N.O
24150. Antes se ha dicho que los alcances de la nonna impugnada en modo alguno pueden
entenderse en relación al estado de emergencia, básicamente porque el legislador, al
desarrollar el inciso 1) del artículo 137° de la Constitución, habría analogado los conceptos
de "orden interno" y "defensa nacional".
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42. Según esta interpretación, el artículo 2° de la Ley N. o 24150 no tendría por finalidad
realizar una asimilación de lo que es propio del (control del) orden interno con lo que
corresponde a cualquier ámbito en el que se desarrolla la defensa nacional, sino,
concretamente, expresar que el control del orden interno por las Fuerzas Armadas sólo
puede comprender los campos o situaciones que originaron la declaratoria del estado de
excepción, en este caso, la perturbación del orden interno
44. Por otro lado, se ha impugnado el artículo 11 ° de la misma Ley, que establece que:
"Al cesar el control del orden interno por las Fuerzas Armadas o vencido el
plazo del estado de excepción, las autoridades civiles del territorio
correspondiente, reasumirán de pleno derecho sus respectivas funciones y
atribuciones".
45. El Tribunal Constitucional considera que los alcances del artículo 11 ° de la Ley N. O24150
deben entenderse en el sentido expresado por la actora en su demanda. Y es que cuando se
indica que las autoridades civiles reasumirán sus funciones y atribuciones una vez que
concluya el régimen de excepción o que cese el control del orden interno por las Fuerzas
Armadas, con ello implícitamente se quiere expresar que, entre tanto se mantenga dicha
situación, y el Presidente así lo hubiese dispuesto, las Fuerzas Armadas "desplazan" a las
autoridades civiles en el ejercicio de sus competencias.
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que las pudieran reasumir, y no supeditar a que éstas puedan nuevamente ejercerse sólo una
vez que hayan cesado los elementos ajenos al impedimento material del ejercicio de sus
funciones.
"El control del orden interno en las zonas de emergencia es asumido por un
Comando Politico Militar que está a cargo de un Oficial de Alto Rango
designado por el Presidente de la República, a propuesta del Comando
Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien desempeña las funciones inherentes
al cargo que establece la presente ley en el ámbito de su jurisdicción, de
acuerdo con las directivas y planes de emergencia aprobados por el Presidente
de la República" .
47. Al respecto, el artículo 169° de la Constitución de 1993 preceptúa que: "Las Fuerzas
Armadas y la Policía Nacional no son deliberantes" .
48. Esta norma garantista implica que estando las Fuerzas Armadas sometidas al poder
constitucional, cualquier decisión que este último pueda adoptar no requiere la opinión,
I el pronunciamiento o aprobación de aquellas. Por cierto, ello no quiere decir que dichos
institutos no puedan hacer llegar al Presidente de la República sus puntos de vista o sus
opiniones sobre determinados problemas nacionales, cuando así se les requiera, pero
dicho criterio institucional no obliga ni vincula al Presidente de la República o al
Gobierno
49. Por otro lado, la subordinación de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional al
poder constitucional pretende asegurar la sujeción de éstas a la Constitución y, por
mandato de ella, a la jefatura suprema del Presidente de la República, con el fin de
sustraer a los "profesionales de las armas" de las veleidades de la vida política nacional
y evitar su politización institucional, es decir, permitir que ellas puedan servir
?vam~nte al cumplimiento de los fines que la Constitución les asigna, al margen de
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los intereses particulares de los gobiernos de turno o los suyos propIOs, sean estos
corporativos o privados.
51. Precisamente porque las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú se encuentran
sometidas a la Constitución, es que este Colegiado, en la STC N. O2050-2002-ANTC,
ha precisado que de la remisión a las leyes y reglamentos para determinar la
organización, funciones, especialidades, preparación, empleo y disciplina de los
miembros de los institutos armados y policial, a los que se alude en el artículo 168 0 de
la Constitución, no se puede inferir la consagración constitucional de una suerte de
estatuto jurídico desvinculado de la Norma Suprema del Estado.
52. Por cierto, con esta subordinación al poder constitucional, y el establecimiento de una
serie de garantías constitucionales, como la prohibición del ejercicio del derecho de
petición en forma colectiva, la Norma Suprema asegura no sólo la objetividad y
neutralidad con (yen) el cumplimiento de los fines constitucionalmente asignados, sino
también la "apoliticidad" de los institutos castrenses y policiales.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
"El control del orden interno en las zonas de emergencia es asumido por un Comando
Militar que está a cargo de un Oficial de Algo Rango, designado por el Presidente de la
República, a propuesta del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien desempeña
las funciones inherente al cargo que establece la presente ley en el ámbito de su
jurisdicción, de acuerdo con las directivas y planes de emergencia aprobados por el
Presidente de la República".
55. La Ley N. o 24150, aunque quizá no con la mejor técnica legislativa, constituye una de
las fuentes que desarrolla el régimen de excepción contemplado en la Constitución.
En efecto, ella contiene las disposiciones que han de cumplirse durante la vigencia del
estado de emergencia o del estado de sitio.
56. De una interpretación sistemática de la Ley N. o 24150 se infiere que las competencias
consignadas en el artículo 5° a favor del denominado Comando Político Militar, en
principio hacen referencia a las correspondientes durante el "estado de emergencia",
además de titularizarlas una vez que se hubiera declarado el "estado de sitio".
57. Por tanto, cuando se analice seguidamente la validez constitucional de los diversos
incisos del cuestionado artículo 5°, sin perjuicio de que se haga referencia a
competencias susceptibles de ser asumidas por el Comando Político Militar durante la
vigencia de un estado de sitio, debe entenderse que se trata de acciones que el legislador
objetjvamente ha previsto que se asuman durante el estado de emergencia.
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60. En ese contexto, uno de los cuestionamientos sobre la validez constitucional del inciso
b) del artículo 5° se centra en los alcances que durante un estado de emergencia tendría
la facultad de "Asumir la iniciativa de las acciones de coordinación para asegurar la
participación de los sectores público y privado, ubicados en las zonas de Emergencia,
en la ejecución de los planes y directivas aprobados por el Ejecutivo, a fin de lograr la
pacificación nacional y la erradicación de la delincuencia terrorista y el narcotráfico"
(subrayado nuestro).
62. Asimismo, no puede perderse de vista que, de conformidad con el artículo 163° de la
Constitución, in fine, "Toda persona, natural o jurídica, está obligada a participar en la
Defen a Nacional", concepto este último que involucra el orden interno, como antes se
ha puesto. Empero, debe advertirse, por un lado, que dicha obligación no sólo se
ci cunscribe al caso de que se hubiese declarado un estado de excepción, pues la
efensa Nacional es permanente e integral; y, de otro, que el sentido de dicha cláusula
no puede interpretarse como la de una disposición derogatoria de las demás garantías
que la Constitución reconoce tanto a los órganos constitucionales autónomos, como a
las personas, durante un estado de emergencia.
~. Deun estado
modo que, al encontrarse todos obligados a participar en la Defensa Nacional, bajo
de normalidad o anormalidad constitucionales, la intervención estatal sobre
cualesquiera de los derechos fundamentales y, en su caso, sobre los órganos
constitucionales autónomos, no sólo ha de tener que encontrarse necesariamente acorde
con esas garantías, derechos y principios constitucionales que los rigen, sino también
sujetas a su inexorable conformidad con el test de razonabilidad y proporcionalidad.
obstante, el mismo texto del inciso b) del artículo 5 de la Ley N. O24150 puede ser
'nterpretado de una forma distinta a la antes enunciada. Es decir, que allí no sólo se
plantea que las Fuerzas Armadas asumirán la iniciativa de las acciones de coordinación,
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65 . El verbo "asegurar" no sólo sugiere y evoca una simple coordinación, sino también
"dejar firme y seguro; establecer y fijar sólidamente", y "poner en condiciones que
imposibiliten la huida o la defensa" [Real Academia Española].
66. De ahí que, con independencia del contenido que pudieran tener esos "planes y
directivas" aprobados por el Ejecutivo, el Tribunal Constitucional estima que es
inconstitucional la frase "asegurar" que se emplea en el referido inciso b) del artículo 5°
de la Ley N. O24150. Por tanto, al día siguiente de la publicación de esta sentencia, el
texto de la disposición subsistirá de la siguiente manera:
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68. La actor a alega que dicho precepto es inconstitucional porque afecta la autonomía de los
gobiernos locales y regionales, consagrada en los artículos 192° y 195° de la Constitución,
reformados por la Ley de Reforma Constitucional N. O27860.
70. En primer lugar, porque tal disposición excede lo propio de la asunción de facultades para
controlar el orden interno, que dispone el inciso 1) del artículo 137° de la Constitución. En
efecto, cuando la Constitución autoriza, excepcionalmente, que las Fuerzas Armadas
puedan asumir el control del orden interno, durante la vigencia de un estado de emergencia,
no lo hace con el propósito de que en las zonas declaradas como tales se establezca, por
decirlo así, una suerte de gobierno militar, en el que las autoridades civiles se encuentren
subordinadas a aquél. El control del orden interno se circunscribe a la realización de las
,labores que normalmente corresponden a la Policía Nacional del Perú, esto es, restablecer la
seguridad ciudadana. Es decir, se trata de una competencia materialmente limitada.
71. De modo que cuando la Constitución autoriza a las Fuerzas Armadas para que asuman el
control del orden interno durante un estado de emergencia, no es la competencia, en sí
misma considerada, la que se modifica, sino el sujeto encargado de ejecutarla. Si en un
supuesto de normalidad constitucional es la Policía Nacional la que "tiene por finalidad
fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno [art. 166]; en uno de
anormalidad constitucional, esto es, bajo un estado de emergencia, tales tareas (y no otras)
son las que pueden confiarse a las Fuerzas Armadas, cuando así 10 hubiese dispuesto el
Presidente de la República y, por 10 mismo, excepcionalmente [art. 137°, inciso 2), in fin e].
72. or ello, el Tribunal considera inconstitucional que se haya establecido, de manera general,
que las autoridades políticas, las de los organismos públicos, las de los gobiernos regionales
y locales, pongan a disposición de los Comandos Políticos Militares los recursos
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
económicos, financieros, bienes y servicios, personal y otros que les sean necesarios para
restablecer la paz.
73. En segundo lugar, el Tribunal Constitucional considera que el inciso c) del artículo 5° de
la Ley N.O24150 violenta la autonomía de los gobiernos locales y regionales, al obligarlos
a poner a disposición del Comando Político Militar sus recursos económicos, financieros,
bienes y servicios, personal, etc. Ello porque se les termina colocando en una situación de
subordinación y se les despoja de su potestad de auto gobierno establecida en los artículos
192° y 195° de la Constitución. En suma, porque se impide que dichos gobiernos
descentralizados puedan ejercer competencias y atribuciones constitucionalmente
conferidas [STC N.O0013-2003-AVTC].
74. Sin embargo, se trata de una constatación de inconstitucionalidad de la norma bajo análisis
condicionada a su aplicación a un estado de emergencia, y no se extiende al supuesto que se
haya declarado un estado de sitio, en donde se amerita que todas las fuerzas vivas de la
Nación unan esfuerzos y recursos para que sus Fuerzas Armadas repelan cualquier tipo de
invasión al territorio nacional o afronten de manera eficaz una guerra externa, o cuando
exista el peligro inminente de que se produzcan.
75. En los Fundamentos 29 y 35 de la STC N.O 0010-2002-AVTC, este Tribunal sostuvo que
los criterios de justificación para expedir las denominadas "sentencias interpretativas", eran
los de "evitar crear vaCÍos y lagunas de resultados funestos para el ordenamiento jurídico",
"evitar en lo posible la eliminación de disposiciones legales, para no propender a la
creación de vaCÍos normativos que puedan afectar negativamente a la sociedad, con la
consiguiente violación de la seguridad jurídica", y porque de por medio se encuentra el
"principio de conservación de la ley".
76. Al respecto, el Tribunal Constitucional considera que la expulsión de dicha disposición del
o enamiento jurídico, por su manifiesta inconstitucionalidad si su aplicación se efectúa
urante un estado de emergencia, no generará una situación de vaCÍo normativo; asimismo,
tampoco producirá una norma implícita por virtud de la cual se entienda que tal
competencia no puede ejercerla el Comando Político Militar durante la vigencia de un
estado de sitio, dado que dicha competencia se encuentra claramente comprendida dentro
f de los alcances del artículo 8° de la misma Ley N.° 24150, que detalla las competencias del
oficial de las Fuerzas Armadas que asuma el Comando Político Militar durante un estado de
sitio [Cf. Fundamento N.O 64 y sgtes., supra].
77. Este Tribunal considera, por las razones expuestas, que también debe declararse la
inconstitucionalidad del inciso c) del artículo 5° de la Ley N.O 24150.
¡ l~a concertación de acciones con los diferentes sectores público y privado para el
plimiento de los planes de pacificación y desarrollo
\
26
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
79. La demandante aduce que dicha disposición es inconstitucional porque desplaza a las
autoridades locales o regionales de los asuntos que son de su competencia, vulnerando
de ese modo los artículos 192° y 195° de la Constitución. Asimismo, sostiene que dicha
disposición no puede entenderse en el sentido de que hace referencia a los planes
nacionales de competencia del Ejecutivo en las zonas declaradas en emergencia, pues
compromete las acciones de organismos constitucionales autónomos y de los
ciudadanos. Finalmente, alega que la concertación de acciones para el desarrollo
también excede el ámbito competencial derivado de la responsabilidad del control del
orden interno. Y que si bien no se trata de negar la influencia que tiene el desarrollo
local o regional en la seguridad pública, se trata de materias distintas, que determinan
competencias diferenciadas.
a) Positivo, "cuando la Constitución declara que determinada fuente formal es apta para
regular una materia determinada. Así, por ejemplo, el artículo 106 de la Constitución
precisa que la fuente denominada 'ley orgánica' es competente para regular solo la
estructura y el funcionamiento de los órganos constitucionales y de relevancia
constitucional, esto es, 'las entidades del Estado previstas en la Constitución' , así como
todas las materias cuya regulación la Constitución ha reservado a tal fuente. De ahí que
/ /cería inconstitucional que una ley ordinaria pretenda regular materias reservadas a leyes
IJ orgánicas",
~
" 27
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Desde este punto de vista, por ejemplo, es constitucionalmente inválido que el Poder
Ejecutivo expida una "ley", pues la Norma Suprema ha previsto que el único órgano
competente para expedirla es el Congreso de la República. Asimismo, sería
inconstitucional que una ley determinada otorgase una atribución o competencia
determinada a un órgano al que la Constitución no le confia la titularidad o el ejercicio
de esa competencia o atribución.
81. Por cierto, la facultad de este Tribunal de declarar la inconstitucionalidad de una ley o
una fuente de su rango, por violación de1límite especificado en el fundamento anterior,
no es una atribución que se hubiese arrogado contra constitutionem.
%. Pues bien, en el análisis de validez que ahora toca efectuar sobre el inciso d) del artículo
5° de la Ley N.O24150, precisamente uno de los motivos aducidos por la Defensoría del
Pueblo para que se declare la inconstitucionalidad de dicha disposición es la existencia
de un vicio de competencia.
;¡)
84:~lribunal Constitucional comparte parcialmente dicho criterio. Como ya se ha
uesto precedentemente, habiéndose declarado un estado de emergencia, y dispuesto
~
28
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
por el Presidente de la República que las Fuerzas Armadas asuman el control del orden
interno, ello supone que las referidas instituciones castrenses realicen tareas destinadas
a prestar protección y ayuda a las personas y a la comunidad, a saber: garantizar el
cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio publico y del privado;
prevenir, investigar y combatir la delincuencia, y, en suma, restablecer la seguridad
ciudadana.
85. Por tanto, si bien la tarea de "Concertar acciones con los diferentes sectores público y
privado, para el cumplimiento de los planes de Pacificación y desarrollo aprobados
para las zonas bajo su jurisdicción ", no limita la autonomía de los gobiernos regionales
y locales, ya que de dicha disposición no se desprende que las acciones destinadas al
cumplimiento de los planes de pacificación y desarrollo interfieran o impidan el
ejercicio de las competencias autónomas que la Constitución les reserva, sí comporta
que el legislador ha otorgado a los institutos armados una competencia que la
Constitución, en un estado de emergencia, no admite.
86. En efecto, si concertar significa pactar, ajustar, tratar, acordar una cuestión, entonces
para que esta acción se pueda efectivizar es preciso que existan dos o más partes; que
cada una de ellas exponga sus puntos de vista sobre un tema específico que se está
analizando; y que se tome una decisión basada en el consenso al que hayan llegado
luego de la discusión entre las partes .
89. En suma, a quien corresponde asumir y decidir las acciones concretas sobre temas de
pacificación y desarrollo para zonas de emergencia es al Presidente de la República, y
no a las Fuerzas Annadas, a través de su Comando Político Militar.
90. De manera que siendo, mutatis mutandis, aplicables las consideraciones esgrimidas en
tomo al inciso c) del artículo 5° de la Ley N.O 24150, el Tribunal Constitucional
considera que debe declararse la inconstitucionalidad del inciso d) del mismo artículo
JJ/I de la referida Ley N.O 24150.
1
29
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
e ahí que una de las exigencias derivadas del carácter no deliberante de las Fuerzas
Armadas sea el que sus opiniones institucionales se emitan dentro de las instancias
jerárquicas que los comandan, y siempre que las autoridades competentes las hubiesen
requerido .
1l'
organismos competentes, como expresa la demandante, efectivamente constituye una
modalidad institucional de ejercicio del derecho de petición, en los términos prohibidos
e l ) O párrafo del inciso 20) del artículo 2° de la Constitución.
30
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
98. Evidentemente, el Tribunal no desconoce que en muchas zonas del país, tras el azote
criminal de las bandas terroristas, muchas autoridades, políticas y administrativas, se
vieron obligadas a abandonar sus cargos. Y que la inexistencia de autoridades impedía
alcanzar la pacificación en la zona declarada en emergencia. En todo caso lo que se
o ~eta es la inconstitucionalidad del medio empleado por el legislador, esto es, atribuirle
1 Comando Político Militar facultades que no se condicen con su carácter no
deliberante y con la prohibición de ejercer institucionalmente el derecho de petición,
pese a existir otros medios con los cuales se puede alcanzar idéntico fin.
Por ello, el Tribunal considere que deba declararse la inconstitucionalidad del inciso e)
del artículo 5° de la Ley N.O 24150.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
( ... )
100. Sobre el particular, este Colegiado estima que no es inconstitucional que mediante
el inciso h) del artículo 5° de la Ley N.O24150 se haya establecido que los Comandos
Político Militares publiquen "las disposiciones político administrativas aprobadas por el
Poder Ejecutivo para el desenvolvimiento de las actividades de la población, mediante
bandos que son difundidos por los medios de comunicación social estatales y privados,
avisos y carteles fijados en lugares públicos".
102. Asimismo, este Tribunal considera que tal medida es conforme y compatible con el
contenido constitucionalmente protegido del derecho a ser informado en su dimensión
colectiva. En efecto, un deber primordial del Estado es garantizar que las personas que
se encuentran en las zonas declaradas en emergencia conozcan las medidas adoptadas
ór los órganos competentes destinadas a pacificar esa parte del territorio nacional. Y es
que justamente durante estas situaciones especiales es cuando se expiden medidas
extraordinarias, legislativas, administrativas, etc., que por su propio carácter no son
predecibles para la población, precisamente porque quebrantan la situación de
lJ!., nonnalidad constitucional.
103. Es, pues, necesario que el Estado garantice que la población de las zonas en
emergencia se mantenga informada de dichas medidas gubernamentales, ya sea a través
de los medios de prensa escritos, televisivos, radiales, o de cualquier otro medio de
comunicación.
;0/ La actora considera que es inconstitucional el articulo 8" de la Ley N. " 24150.
{ / D~ChO precepto establece que:
~
32
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
105. Al respecto, este Tribunal estima que, dado que los supuestos fácticos que ameritan
que se declare la vigencia de un estado de sitio, son distintos y más graves que los que
corresponden a un estado de emergencia, es constitucionalmente lícito que el legislador
establezca una diferenciación en el diseño de las competencias que se puedan otorgar a
las Fuerzas Armadas, para repelerlos y contrarrestarlos.
106. Ahora bien, el que se trate de supuestos de guerra externa, guerra civil, invasión, o
peligro inminente de que se produzcan, no significa que la Constitución quede sujeta a
una suerte de vacatio constitutionis. El Tribunal Constitucional estima que esa no es
una interpretación constitucionalmente adecuada del estado de sitio y, por extensión, de
las atribuciones que, en ese contexto, se confieran a las Fuerzas Armadas.
107. Así planteado el asunto, queda por absolver si, aun en un estado de sitio, es posible
que, en el ámbito de su jurisdicción, el oficial de las Fuerzas Annadas que asuma el
Comando Político Militar pueda adoptar medidas relativas a la "acción de gobierno y
control político administrativo".
-4< condición de Jefe Supremo de las Fuerzas Annadas, o de quien haga sus veces, si es
que éste estuviera en la imposibilidad material de asumirla.
109. Ello porque ni siquiera las graves circunstancias que justifican la declaración de un
estado de sitio son motivos legítimos para que se instaure lo que, en rigor, constituiría
un gobierno militar. Si el mantenimiento del Estado, el gobierno y sus instituciones
democráticas son los objetivos principales de las Fuerzas Armadas cuando actúan
defendiendo el territorio nacional, tales fines no pueden propenderse justamente
an Jándolos. Por ello, no es constitucionalmente lícito que el oficial de las Fuerzas
A adas que asuma el Comando Político Militar adopte "acciones de gobierno y de
ontrol político administrativo", por lo que deberá declararse inconstitucional la frase
entrecomillada, quedando subsistente dicho artículo 8° de la siguiente forma:
33
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
"En el estado de sitio, el oficial de las Fuerzas Armadas que asuma el Comando Político
Militar adoptará, en el ámbito de su jurisdicción, las medidas siguientes: la ejecución de
las actividades de movilización; la ejecución de las actividades de Defensa Civil; la
seguridad territorial. Todas ellas para asegurar el normal desarrollo de las actividades
de la población y de apoyo de las operaciones militares".
110. Se aduce también que es inconstitucional el artículo 10° de la Ley N. O24150. Dicho
precepto establece que:
111. A efectos de pronunciamos sobre esta materia cabe efectuar algunas preClSlones
teóricas, las mismas que a continuación se desarrollan.
112. Según el artículo 138° de la Constitución, la potestad de administrar justicia emana del
pueblo, y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos. Entre los
prinopios que rigen la administración de justicia se encuentran, entre los que aquí
¡Jf .
[esa resaltar, los denominados de unidad y exclusividad.
f
todas las situaciones jurídicamente relevantes han de estar confiadas a un único cuerpo
de jueces y magistrados, organizados por instancias, e independientes entre sí,
denominado "Poder Judicial".
114. Evidentemente, ello no quiere decir que en el seno del Poder Judicial no se puedan
establecer "secciones especializadas", que se sustenten en razones objetivas y
raz nables destinadas a optimizar la prestación de tutela jurisdiccional, como pueden
(í
'-'
los criterios de materia, territorio, cuantía, etc.
·
\ 34
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
117. De acuerdo con el primero, los jueces que forman parte del Poder Judicial están
dedicados única y exclusivamente a ejercer lajuris dictio, esto es, a ejercer funciones de
naturaleza judicial, de modo que el ejercicio de la función que se les confía a los jueces
y magistrados es incompatible con cualquier otra actividad pública y privada, con la
única excepción de la docencia universitaria, y siempre que ella se ejerza fuera del
horario de trabajo judicial, como precisa el artículo 146° de la Norma Suprema.
118. De acuerdo con el segundo, sólo el Poder Judicial ejerce la función jurisdiccional
del Estado, sin que algún otro poder público pueda avocarse el ejercicio de dicha
función . Así, es el Poder Judicial, en principio, el único de los órganos estatales a quien
se ha confiado la protección jurisdiccional de las situaciones subjetivas y de los
intereses y bienes jurídicamente relevantes, no pudiéndose establecer ninguna
jurisdicción independiente (artículo 139° inc. 1), o que otros órganos realicen el
juzgamiento de materias confiadas a él ya sea por comisión o por delegación, o por
"órganos jurisdiccionales de excepción o comisiones especiales creadas al efecto,
cualquiera sea su denominación" [inc. 1) y 3), arto 139° de la Constitución].
120. Desde este punto de vista, conviene precisar que de conformidad con lo establecido
en el segundo párrafo del inciso 1) del artículo 139° de la Constitución, una de esas
I te
excepciones al principio de exclusividad y unidad, está representada por la existencia
la denominada 'jurisdicción militar". Asimismo, debe advertirse que los principios
{ / d: unidad y exclusividad judicial tampoco niegan la existencia de ')urisdicciones
~
35
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
5.3 Los alcances funcionales de la jurisdicción ordinaria. Sus relaciones con las
jurisdicciones especializadas
124. Al respecto, debe precisarse que el ámbito de funcionamiento de los órganos que
imparten justicia especializada se encuentra determinado por estrictos criterios
materiales, en tanto que en el caso del Poder Judicial, este es competente para conocer
1..
I
126. Como se ha sostenido, el inciso 1) del artículo 139° de la Constitución establece que la
istencia de la jurisdicción militar constituye una excepción a los principios de unidad
exclusividad judicial. Con independencia de que en la STC N.o 0023-2003-AIITC,
aun pendiente de expedirse, tengamos que centramos en los alcances constitucionales
36
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
129. Así, la Constitución excluye e impide que dicho ámbito de competencia se determine
por la mera condición de militar o policía.
En ese orden de ideas, no todo ilícito penal cometido por un militar o policía debe o
puede ser juzgado en el seno de la justicia militar, ya que si el ilícito es de naturaleza
común, su juzgamiento corresponderá al Poder Judicial, con independencia de la
condición de militar que pueda tener el sujeto activo.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Policía Nacional, puedan ser sometidos a los tribunales militares. En ese sentido, en la
STC N.O 00I0-2001-AVTC, se estableció que los civiles no pueden ser sometidos al
fuero militar, así estos hayan cometido los delitos de traición a la patria o terrorismo,
pues de la interpretación de la segunda parte del artículo 173° de la Norma Suprema
sólo se desprende la posibilidad de que en su juzgamiento se apliquen las disposiciones
del Código de Justicia Militar, siempre que la ley respectiva así 10 determine, y, desde
luego, que tales reglas procesales sean compatibles con las derechos constitucionales
de orden procesal.
132. El delito de función se define como "aquella acción tipificada expresamente en la Ley
de la materia, y que es realizada por un militar o policía en acto de servicio o con
, ocasión de él, y respecto de sus funciones profesionales".
133. Tal acto, sea por acción u omisión, debe afectar necesariamente un bien jurídico
"privativo" de la institución a la que pertenece el imputado; es decir, que la naturaleza
del delito de función no depende de las circunstancias de hecho, sino del carácter de
A). En primer lugar, se trata de afectaciones sobre bienes jurídicos de las Fuerzas Armadas
o de la Policía Nacional tutelados por el ordenamiento legal, y que se relacionan con el
cumplimiento de los fines constitucionales y legales que se les encargan. Se trata de una
infracción a un bien jurídico propio, particular y relevante para la existencia organización,
f a t i ; cumplimiento de los fines de las instituciones castrenses.
.#
"
•
'
38
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Para ello es preciso que la conducta considerada como antijurídica se encuentre prevista en
el Código de Justicia Militar. Ahora bien, no es la mera formalidad de su recepción en
dicho texto 10 que hace que la conducta antijurídica constituya verdaderamente un delito de
función. Para que efectivamente pueda considerarse un ilícito como de "función" o
"militar", es preciso que:
1. Un militar o policía haya infringido un deber que le corresponda en cuanto tal; es decir,
que se trate de la infracción de una obligación funcional, por la cual el efectivo estaba
constreñido a mantener, o a realizar, o no realizar, un comportamiento a favor de la
satisfacción de un interés considerado institucionalmente como valioso por la ley;
además, la forma y modo de su comisión debe ser incompatible con los principios y
valores consagrados en el texto fundamental de la República (deber militar).
Con la infracción del deber militar, el autor haya lesionado un bien jurídico militar que
comprometa las funciones constitucionales y legalmente asignadas a las Fuerzas
Armadas y a la Policía Nacional.
iii. La infracción revista cierta gravedad y justifique el empleo de una conminación y una
sanción penal.
B). En segundo lugar, el sujeto activo del ilícito penal-militar debe ser un militar o efectivo
policial en situación de actividad, o el ilícito debe ser cometido por ese efectivo cuando se
encontraba en situación de actividad. Evidentemente, están excluidos del ámbito de la
jurisdicción militar aquellos que se encuentran en situación de retiro, si es que el propósito
es someterlos a un proceso penal-militar por hechos acaecidos con posterioridad a tal
hecho.
C). En tercer lugar que, cometido el ilícito penal que afecta un bien jurídico protegido por
las instituciones castrenses o policiales, este 10 haya sido en acto del servicio; es decir, con
ocasión de él.
135. Como se ha expuesto, la actora afirma que el artículo 10° de la Ley N.o 24150 es
incompatible con el artículo 173° de la Constitución, dado que mediante dicha disposición
se habría establecido la competencia de la jurisdicción militar en función del lugar de la
r ; e l delito y por la calidad del agente que lo comete. A su juicio, la asignación de
39
•
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
136. El Tribunal Constitucional considera que sobre dicha fracción dispositiva es posible
inferir, cuando menos, dos sentidos interpretativos. A saber:
138. De manera que, como se ha expuesto, al ser ambos criterios incompatibles con el
artículo 173° de la Constitución, debe declararse la inconstitucionalidad de esta fracción de
la disposición impugnada.
)
40
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
que, con independencia de que este Tribunal tenga pendiente de resolver la acción de
inconstitucionalidad interpuesta contra el Código de Justicia Militar, prima Jacie no
considera que sea inconstitucional que se establezca, de modo general, que será de
competencia del fuero privativo militar el juzgamiento y la sanción por las infracciones
que se encuentren previstas en dicho Código, salvo aquellas que no tengan vinculación
con el servicio. Y es que, tratándose de un cuerpo normativo en el que, en principio,
deben tipificarse las conductas antijurídicas que afectan bienes jurídicos castrenses o
policiales, evidentemente su juzgamiento, y eventual sanción, es competencia de la
jurisdicción militar.
Por estos fundamentos, y con la autoridad que la Constitución Política del Perú le
confiere, este Tribunal Constitucional
HA RESUELTO
a) Inconstitucionales los incisos c), d) y e) del artículo 5°, modificados por el Decreto
Legislativo N. o 749, y el artículo 11 ° de la Ley N. o 24150.
"El control del orden interno en las zonas de emergencia es asumido por un
Comando Militar que está a cargo de un Oficial de Alto Rango designado por el
Presidente de la República, a propuesta del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, quien desempeña las funciones inherentes al cargo que establece la
presente ley en el ámbito de su jurisdicción, de acuerdo con las directivas y planes
de emergencia aprobados por el Presidente de la República".
~
41
.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
" Art. 10. Las infracciones tipificadas en el Código de Justicia Militar que cometan
en el ejercicio de sus funciones son de competencia del fuero privativo militar, salvo
aquellas que no tengan vinculación con el servicio".
3. EXHORTAR a los poderes públicos para que dicten las disposiciones legales de
naturaleza económica a favor de las Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta lo expuesto
en el Fundamento 30 de este sentencia, en aras de asegurar el cabal cumplimiento de lo
establecido en los artículos 137 0 y 163 ° de la Constitución.
::proceso ~ ~
ALVAORLANDINI / ~/ ~
BARDELLI LARTIRI ~
REVOREDO MARS N
GONZALES OJED
GARCÍATOMA