Este documento habla sobre la necesidad humana de encontrar sentido en la vida. Explica que aunque las personas tengan lo necesario para vivir, muchos no tienen claro el propósito de su vida. Señala que la felicidad se logra cuando uno realiza su vocación y se dedica a causas mayores. También menciona las herramientas necesarias para alcanzar la felicidad como el autoliderazgo, administrarse a sí mismo, buscar el beneficio mutuo y mejorarse continuamente.
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Este documento habla sobre la necesidad humana de encontrar sentido en la vida. Explica que aunque las personas tengan lo necesario para vivir, muchos no tienen claro el propósito de su vida. Señala que la felicidad se logra cuando uno realiza su vocación y se dedica a causas mayores. También menciona las herramientas necesarias para alcanzar la felicidad como el autoliderazgo, administrarse a sí mismo, buscar el beneficio mutuo y mejorarse continuamente.
Este documento habla sobre la necesidad humana de encontrar sentido en la vida. Explica que aunque las personas tengan lo necesario para vivir, muchos no tienen claro el propósito de su vida. Señala que la felicidad se logra cuando uno realiza su vocación y se dedica a causas mayores. También menciona las herramientas necesarias para alcanzar la felicidad como el autoliderazgo, administrarse a sí mismo, buscar el beneficio mutuo y mejorarse continuamente.
Este documento habla sobre la necesidad humana de encontrar sentido en la vida. Explica que aunque las personas tengan lo necesario para vivir, muchos no tienen claro el propósito de su vida. Señala que la felicidad se logra cuando uno realiza su vocación y se dedica a causas mayores. También menciona las herramientas necesarias para alcanzar la felicidad como el autoliderazgo, administrarse a sí mismo, buscar el beneficio mutuo y mejorarse continuamente.
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redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de
América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoEL SENTIDO ... EL SENTIDO DE LA VIDA. * The Sense of Life. Patricia Cabello P. 1 Discurso en Ceremonia de Graduación. Diciembre 2000. Cuando reflexionaba sobre qué asunto profundizar en esta ceremonia, hito tan relevante en vuestras vidas, pensé referirme al significado de la Nueva Economía en vuestros trabajos y en vuestros futuros. Sin embargo, sabiendo que con los conocimientos adquiridos y herramientas entregadas a ustedes, durante los años en que permanecieron en esta universidad, quedaron preparados para enfrentar la desafiante globalización, avances tecnológicos y de comunicaciones; y sabiendo que están adiestrados para actuar como agentes de cambio e innovación en las empresas donde ustedes se desenvuelvan, cualquiera sea el ámbito profesional que hayan eligido, preferí referirme a un tema no abordado en lo cotidiano, a saber, la necesidad humana de encontrar sentido a la vida, como único camino para alcanzar la felicidad; y, más aún, como lo señalara el Sacerdote Jesuíta Alfonso Vergara, como único remedio contra la infelicidad. ¿Porqué elegí este tema? Fundamentalmente, porque nuestra sociedad industrial, empeñándose en satisfacer todo lo necesario, se afana incluso, en crear necesidades para poder satisfacerlas, mientras la más humana de todas las necesidades del hombre – aquella de encontrar sentido a la vida – queda a menudo sin ser satisfecha. Puede ser que la gente tenga sustento suficiente para vivir, pero muchos tienen no necesariamente claro para qué vivir. Estamos insertos en una sociedad con progresiva opulencia, no sólo de bienes materiales, sino también de una gran cantidad de estímulos. Nos vemos bombardeados por los medios de comunicación. La explosión de la información conlleva una nueva y futura abundancia. Enorme cantidad de 95PHAROS, v.7.n.2, Mayo-Junio 2000. en navegación, día a día se incrementa el número de mensajes electrónicos que recibimos, aumenta el número de canales de la televisión y estamos interconectados , sin tregua, vía celulares y computadores personales. Si no estamos dispuestos a caer en total promiscuidad, debemos elegir entre lo importante y aquello que no lo es, lo sensato y lo que no tiene sentido. Debemos hacernos selectivos y discriminativos. El anhelo más profundo del ser humano es la felicidad, aunque no tenga claro dónde la encontrará. Busca una plenitud que lo llene. Todo individuo es feliz cuando realiza su vocación personal, cuando va siendo lo que verdaderamente es, cuando va desplegando las capacidades que lleva dentro de sí; cuando se siente viviendo y vibrando con todo su ser en todo encuentro con la vida, con la verdad, con la belleza y, sobre todo, con el amor. De allí que el hombre se caracterice, ante todo, por su búsqueda de significado, más que por la búsqueda de sí mismo. Cuando más se olvida de sí mismo – entregándose a una causa o a otra persona – más humano se hace. Uno de los aspectos de la autotrascendencia, concretamente el buscar fuera un significado a llenar, resulta idéntico a lo que el psiquiatra y psicólogo Viktor Frankl ha dado en llamar “el deseo de significado”. Este concepto, que ocupa uno de los lugares centrales en la teoría de la motivación, pone de manifiesto, como hecho fundamental, que generalmente las personas se esfuerzan por encontrar y satisfacer un significado y un propósito en su vida. Ese significado debe buscarse, no puede darse. Decir que es algo que ha de buscarse equivale a decir que es preciso descubrirlo y no inventarlo. Y es uno mismo quien debe buscarlo, la propia conciencia. La conciencia es un medio para “desenterrar” tal significado. Hoy en día el deseo de significado se ve frustrado. Cunden más y más las personas obsesionadas por un sentimiento de falta de sentido, que a menudo va acompañado por un fuerte sentimiento de vacío. Se suele manifestar en forma de aburrimiento y apatía. Mientras que el aburrimiento es indicativo de una pérdida de interés, la apatía revela total falta de iniciativa a la hora de hacer algo en el mundo, de cambiar algún aspecto del mundo. Decimos que las cosas andan mal. Pero a menos que cada uno de nosotros haga lo posible por mejorarlas, acabarán siendo peores.EL SENTIDO ... Generando un sueño es cómo se resuelve esa pregunta: cierro mis ojos y me veo el 27 de Diciembre del año 2005. ¿Dónde estoy, en qué tipo de empresa, con qué personas trabajo? Esto apunta hacia mi visión de futuro. Es mi hilo conductor. Seguramente el tiempo, a medida que maduramos, crecemos en experiencia y habilidades y abrigamos nuevos intereses, nos llevará a modificar y adaptar nuestro sueño. Pero jamás debe ocurrir que dejemos de soñar. Adicionalmente, debemos hacernos otras preguntas, ¿Qué misión tengo? ¿A qué vine al mundo? ¿Cuál es el regalo que yo soy para los otros? ¿Para qué hago lo que hago? ¿Cómo hacer coincidir la misión de la empresa en que trabajo con mi propia misión? Permanentemente debemos formularnos éstas y otras preguntas, pues nos ayudan a reflexionar y a meditar. Nos enseñan cómo aprender a escuchar y a escucharnos y así ir consiguiendo el desarrollo de nuestra interioridad. No encontraremos nuestros sueños ni nuestro sentido de vida si no entendemos que la primera acción es hacernos cargo de nosotros mismos. Esto significa que somos responsables de las consecuencias de nuestros actos y esto es lo que nos da libertad. ¿Qué herramientas tenemos para lograr nuestra felicidad? En primer lugar, debemos liderar nuestras propias acciones, pues el autoliderato nos da el sentido de vida; debemos administrarnos en lo personal, porque eso permite priorizar lo importante versus lo urgente; debemos buscar el beneficio mutuo de nuestras acciones, para que nuestros actos redunden en bien común y equidad; debemos mantener con el prójimo comunicación efectiva, pues ella nos permite el respeto y la sana convivencia; debemos generar permanente interdependencia, ya que ella nos permite innovación; y, finalmente, debemos procurar continuo mejoramiento, única vía conduzente a reiterantes renovaciones. Sinceridad con nosotros mismos y con los demás, hacer lo que pensamos, practicar nuestros valores, es lo que franquea acceso a nuestra esencia verdadera, ya que de lo contrario estos valores facilmente se trasgreden, 97PHAROS, v.7.n.2, Mayo-Junio 2000. es perdurable. El poder basado en el yo tiene ciertas características: atrae a la gente hacia nosotros y también a las cosas que deseamos. Este poder basado en el yo magnetiza a las personas, situaciones y circunstancias, en apoyo a nuestros deseos. Nos hace felices y esta felicidad se irradia a quienes nos rodean, nuestra familia, compañeros y ambiente de trabajo. El acceso a nuestra esencia verdadera también permitirá mirarnos en el espejo de las relaciones interpersonales, porque éstas son reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. Por ejemplo, si nos sentimos culpables, temerosos o inseguros con respecto al dinero, al éxito o a cualquier otra cosa, estos sentimientos serán el reflejo de la culpabilidad, inseguridad y temor básicos en nuestra personalidad. No existe en el mundo dinero alguno o éxito alguno que puedan resolver estos problemas básicos de la existencia; solamente la intimidad con uno mismo puede hacer surgir el verdadero remedio. Y cuando estemos bien afianzados en el conocimiento de nosotros mismos, cuando comprendamos nuestra verdadera naturaleza, no nos sentiremos culpables, temerosos o inseguros acerca del dinero, o de la abundancia o de la realización de nuestros deseos; por el contrario, se irán gestando espontáneamente pensamientos más creativos. Queridos ex-alumnos: desde lo más profundo de mí alma deseo que cada uno de ustedes sea exitoso en todo cuanto se propongan, entendiendo el éxito en la vida como lo conceptúa el Dr. Deepack Chopra: como el crecimiento continuo de la felicidad y la consecución progresiva de metas dignas, como la capacidad de convertir los sueños en realidad. Procuren siempre recordar que éxito y riqueza genuinos son recompensas espirituales, y que, por consiguiente, el éxito es una travesía y no un destino en sí mismo. El éxito tiene muchos aspectos y la riqueza material es sólo uno de los componentes. También lo componen la salud, la energía, nuestro entusiasmo por la vida, las cordiales relaciones con las demás personas, la libertad creativa, la estabilidad emocional y psicológica y la sensación de bienestar y paz.