Cactus
Cactus
Cactus
Descripción[editar]
Echinocactus platyacanthus
Areola[editar]
La areola4 es una estructura vegetativa distintiva de las cactáceas que se encuentra sobres los
podarios y costillas. Las areolas, por lo común, mantienen dos zonas de crecimiento: en la
parte superior se producen las flores (meristemos floríferos) y en la inferior los meristemos
espinulíferos. Las areolas desarrollan múltiples pelos o tricomas (semejantes a las fibras de
algodón) y espinas (y, en los géneros más antiguos, hojas).
Hay cactus sin espinas, como Opuntia ficus-indica (aunque solo en su forma hortícola, no
silvestre) y Opuntia leucotricha. Estas especies sin espinas pueden ser consumidas por el
ganado en los períodos secos, como forma de supervivencia y adaptación al cambio climático.
Echinopsis chiloensis del matorral de Chile Central.
Parodia leninghausii.
Sulcorebutia rauschii.
Mammillaria gracilis var.fragilis.
Flores y frutos[editar]
Las flores son solitarias y hermafroditas o, más rara vez, unisexuales. Si bien existen especies
con flores zigomorfas, la mayoría tienen flores actinomorfas. El perianto está compuesto,
generalmente, por numerosos tépalos dispuestos en espiral, con aspecto petaloide.
Frecuentemente los tépalos externos tienen aspecto sepaloide. Se unen basalmente para
formar un hipanto o tubo periántico. El androceo está formado por numerosos estambres, con
secuencia centrífuga. El polen es trinucleado, desde tricolpado a 6-15 colpado o porado.
El nectario está constituido por un anillo en la superficie interna del tubo periántico.
El gineceo se compone de 3 o más carpelos, y el ovario es ínfero. El fruto suele
ser indehiscente, bacciforme y rara vez seco.
Otro[editar]
(No confundir las cactáceas con algunas especies del género Euphorbia)
Historia evolutiva[editar]
Con mínimas evidencias en el registro fósil, las cactáceas son consideradas por los
especialistas como un grupo natural monofilético que ha evolucionado en los últimos 80 a 60
millones de años. Se desarrollaron a partir de formas no suculentas, las cuales contaban con
hojas simples arregladas en forma helicoidal, fotosíntesis C3, madera (xilema secundario),
polen y semillas. Morfológicamente semejantes a otras familias relacionadas e incluidas en el
mismo orden de las Caryophyllales. En cuanto a su origen se cree que posiblemente se
originaron en la zona tropical seca de América del Sur. El género Pereskia presenta varias de
esas características, por lo que es considerado el más primitivo entre las cactáceas.
Distribución y hábitat[editar]
Los cactus habitan en diversas regiones, desde las llanuras costeras hasta las zonas de alta
montaña. Con una excepción, son nativos de América, donde su área de distribución se
extiende desde la Patagonia hasta la Columbia Británica y Alberta, en el oeste de Canadá.
Existen varios centros de diversidad. En el caso de los cactus adaptados a la sequía, los tres
centros principales son México y el suroeste de Estados Unidos; los Andes del suroeste,
donde se encuentran en Perú, Bolivia, Chile y Argentina; y el este de Brasil, lejos de la cuenca
del Amazonas. Los cactus epífitos y trepadores que viven en los árboles tienen
necesariamente centros de diversidad diferentes, ya que requieren ambientes más húmedos.
Se encuentran principalmente en las montañas costeras y los bosques atlánticos del sureste
de Brasil; en Bolivia, que es el centro de diversidad de la subfamilia Rhipsalideae; y en las
regiones boscosas de América Central, donde las Hylocereeae trepadoras son más diversas.5
Rhipsalis baccifera es la excepción; es nativa tanto de América como del Viejo Mundo, donde
se encuentra en África tropical, Madagascar y Sri Lanka. Una de las teorías es que se
propagó mediante el transporte de semillas en el tracto digestivo de las aves migratorias; las
semillas de Rhipsalis están adaptadas para su distribución por las aves. Las poblaciones del
Viejo Mundo son poliploides y se consideran subespecies distintas, lo que apoya la idea de
que la propagación no fue reciente.5 La teoría alternativa es que la especie cruzó inicialmente
el Atlántico en barcos europeos que comerciaban entre Sudamérica y África, tras lo cual las
aves pudieron haberla propagado más ampliamente 6
Especies naturalizadas[editar]
Muchas otras especies se han naturalizado fuera de América tras haber sido introducidas por
el hombre, especialmente en Australia, Hawái y la región mediterránea. En Australia, las
especies de Opuntia, en particular la Opuntia stricta, se introdujeron en el siglo XIX para
utilizarlas como cercas agrícolas naturales y en un intento de establecer una industria de
cochinilla. Rápidamente se convirtieron en un importante problema de malas hierbas, pero en
la actualidad se controlan mediante agentes biológicos, en particular la polilla Cactoblastis
cactorum. Sin embargo, el potencial de malas hierbas de las especies de Opuntia en Australia
continúa, lo que ha llevado a que todos los cactus opuntioides, excepto O. ficus-indica, sean
declarados malas hierbas de importancia nacional por el Comité de Malas Hierbas de
Australia en abril de 2012.
La Península arábiga cuenta con una gran variedad de poblaciones de cactus introducidos,
cada vez más numerosos. Algunas de ellas son cultivadas, 7 otras son escapes del cultivo y
otras son invasoras que se presume que son escapes ornamentales.
Cultivo[editar]
Etimología[editar]
La palabra cactus deriva del griego Κάκτος káktos, utilizado por primera vez por el
filósofo Teofrasto para nombrar una especie de cardo espinoso que crecía en la isla de Sicilia,
posiblemente el cardo Cynara cardunculus.
Curiosamente, existen también dos referencias poéticas de la Antigüedad sobre esta planta.
Así, el poeta Teócrito de Siracusa escribió en sus Idilios: «A ti te dejen como una oveja del
rebaño, cuya pata se haya picado por un cactus». Asimismo, Filetas, poeta proveniente de la
isla de Cos, escribió sobre ella: «Debe lamentarse quien haya perdido el afecto de una mula,
por el temor a las heridas del cactus espinoso».
La palabra pasó al latín como cactus a través de Plinio el Viejo, quien en su Naturalis
Historia retomó aquello que Teofrasto escribió sobre esta planta que crecía en Sicilia.
De cactus derivó la palabra latina carduus, que finalmente dio lugar a la española cardo.
Durante la Edad Media la palabra cactus era el nombre usual para la alcachofa comestible.
Más tarde, Cactus fue usado como nombre genérico por Carlos Linneo en 1753, dentro del
cual agrupaba 22 plantas que hoy se consideran dentro de géneros diversos de la
familia Cactaceae.8