Leyenda La Estrella de Fuego
Leyenda La Estrella de Fuego
Leyenda La Estrella de Fuego
Escuela El Amanecer
Leng. Y Comunicación
Sexto Básico
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Sexto Básico
LA ESTRELLA DE FUEGO
Cuenta la leyenda que hace mucho, muuucho tiempo, existía un pueblo en Chile
formado por indígenas mapuches. Vivían de día, y se escondía en cuevas de
noche, ya que la oscuridad reinaba por completo en todos los rincones a partir de
la puesta del sol.
En invierno pasaban mucho frío y tenían que comer los alimentos crudos, lo que a
menudo les ocasionaba muchas enfermedades. Comían frutas, semillas y algún
animal que conseguían cazar.
Pero había un indígena de la tribu, Caleu, que soñaba con poder salir de la cueva
por la noche. Le encantaba el cielo estrellado y a menudo salía a contemplarlo.
Una de esas noches, al mirar al cielo, descubrió una enorme estrella de fuego con
una larga cola. La luz era tan intensa que por un momento, iluminó todo el
valle. Muerto de miedo, Caleu se metió en la cueva y se acurrucó en una esquina.
Esa noche no pudo dormir, y decidió no contar nada por miedo a que le llamaran
loco.
Al día siguiente, Caleu salió a recoger comida con su mujer y su hija. También
subieron con ellos muchos otros compañeros de tribu. Y como el invierno estaba
cerca, debían recoger muchos frutos y semillas. Trabajaron tanto que no se dieron
cuenta
Escuelade que la noche se les echaba encima. Cuando quisieron volver, ya era
El Amanecer
demasiado tarde. No se veía nada, y no sabían qué camino seguir, así que al final
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decidieron refugiarse en una gruta que encontraron a mitad de camino
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El resto del poblado, al oír los cánticos, salieron de la cueva, y guiados por el
resplandor del fuego, llegaron hasta el lugar en donde estaban sus amigos.
Hechizados por el fuego, y, de forma instintiva, acercaron unas ramas al fuego, y
fue entonces cuando comprobaron que el fuego pasaba de un lado al otro.
Volvieron a su cueva. Cada uno llevaba en la mano una antorcha con fuego. Al
llegar, Caleu explicó al resto cómo las piedras provocaron las chispas que
originaron el fuego. ¡Acababan de descubrir el fuego! A partir de entonces, los
mapuches no volvieron a pasar frío, ni a esconderse por la noche. Y lo mejor de
todo: ¡por fin probaron el delicioso sabor de la carne asada!