Monicion V Del Tiempo Ordinario
Monicion V Del Tiempo Ordinario
Monicion V Del Tiempo Ordinario
MONICIÓN DE ENTRADA
El profeta Isaías nos propone un remedio infalible para sanar rápidamente todas
nuestras heridas y para hacer resplandecer nuestra luz en medio de las tinieblas.
Escuchemos.
Pablo cuando fue a Corinto y se quedó allí evangelizando a los que iban a
formar la comunidad cristiana de aquella ciudad pagana, se presentó ante los
griegos sin presumir de sus propias capacidades intelectuales, sino confiando en
el poder y sabiduría de Dios. Escuchemos.
El evangelio enciende nuestra luz interior para descubrir cómo es nuestra sal y
dónde está colocada nuestra luz. Con ejemplos de la vida cotidiana, Jesús
instruye a los discípulos acerca de su misión en el mundo. Pongámonos de pie,
para escuchar esta Buena Noticia y cantemos el aleluya,
PETICIONES:
OFRENDAS:
Con el pan y el vino, presentemos al Señor las intenciones de los más necesitados
de nuestra sociedad, para que en su mesa también haya pan. También ofrecemos
con amor nuestra ofrenda material para el trabajo pastoral de nuestra parroquia.
Entonamos el canto del ofertorio.
MONICION DE COMUNIÓN:
Jesús nos ha dicho que debemos ser “sal de la tierra y luz del mundo”, por eso
Cristo, que hoy nos invita a compartir con los más necesitados, se nos ofrece en el
banquete eucarístico, acerquémonos con amor a recibirle. Recordamos que los
hermanos convivientes que no han recibido el sacramento del matrimonio religioso
no pueden comulgar, acompañamos al canto de comunión.
MONICION FINAL:
Ahora nos corresponde ir a hacer vida la Palabra que hemos escuchado, siendo luz
para iluminar a los demás con nuestras buenas obras y sal que da sabor a sus
vidas. Nos despedimos cantando.
PETICIONES
5. Por los que hemos escuchado este día el mensaje del Señor y
participaremos del banquete eucarístico, para que descubramos el
verdadero sabor de las cosas de Dios y lo manifestemos en
nuestras relaciones interpersonales Roguemos al Señor.