"Código Civil de Puerto Rico", Edición de 1930: (Contiene Enmiendas Incorporadas Por Las Siguientes Leyes
"Código Civil de Puerto Rico", Edición de 1930: (Contiene Enmiendas Incorporadas Por Las Siguientes Leyes
"Código Civil de Puerto Rico", Edición de 1930: (Contiene Enmiendas Incorporadas Por Las Siguientes Leyes
TITULO PRELIMINAR
Son nulos los actos ejecutados contra lo dispuesto en la ley, salvo los casos en que la misma
ley ordene su validez.
Renuncia de Derechos. — Los derechos concedidos por las leyes son renunciables, a no ser
esta renuncia contra la ley, el interés o el orden público, o en perjuicio de tercero.
Las leyes sólo se derogan por otras leyes posteriores; y no prevalecerá contra su observancia
el desuso, la costumbre, o la práctica en contrario.
Las leyes pueden ser derogadas, o entera o parcialmente, por otras leyes.
La derogación es, o expresa o tácita. Es expresa cuando se declara literalmente por una ley
posterior; es tácita cuando la nueva ley contiene preceptos que son o contrarios o irreconciliables
con los de la anterior ley. La derogación de una ley derogatoria no restablece la primitiva ley
derogada.
El tribunal que rehúse fallar a pretexto de silencio, obscuridad, o insuficiencia de la ley, o por
cualquier otro motivo, incurrirá en responsabilidad.
Cuando no haya ley aplicable al caso, el tribunal resolverá conforme a equidad, que quiere
decir que se tendrá en cuenta la razón natural de acuerdo con los principios generales del derecho,
y los usos y costumbres aceptados y establecidos.
Si en las leyes se habla de meses, días o noches, se entenderá que los meses son de treinta días,
los días de veinticuatro horas, y las noches desde que se pone hasta que sale el sol.
Si los meses se determinan por sus nombres, se computarán por los días que respectivamente
tengan.
Las leyes relativas a los derechos y deberes de familia, o al estado, condición y capacidad legal
a las personas, obligan a los ciudadanos de Puerto Rico, aunque residan en países extranjeros.
Artículo 10. — Leyes sobre bienes muebles e inmuebles. (31 L.P.R.A. § 10)
Los bienes muebles están sujetos a la ley de la nación del propietario; los bienes inmuebles, a
las leyes del país en que están sitos.
Artículo 11. — Formas de contratos, testamentos, etc., leyes que rigen. (31 L.P.R.A. § 11)
Cuando los actos referidos sean autorizados por funcionarios diplomáticos o consulares de los
Estados Unidos en el extranjero, se observarán en su otorgamiento las solemnidades establecidas
por las leyes de los Estados Unidos.
No obstante lo dispuesto en este artículo y en el anterior, las leyes prohibitivas concernientes
a las personas, sus actos o sus bienes, y las que tienen por objeto el orden público y las buenas
costumbres, no quedarán sin efecto por leyes o sentencias dictadas, ni por disposiciones o
convenciones acordadas en países extranjeros.
En las materias que se rijan por leyes especiales, la deficiencia de éstas se suplirá por las
disposiciones de este Código.
Artículo 13. — Discrepancia entre los textos inglés y castellano de un estatuto, como se
resolverá. (31 L.P.R.A. § 13)
En caso de existir discrepancia entre los textos inglés y castellano de un estatuto de la Asamblea
Legislativa de Puerto Rico, prevalecerá en la interpretación del mismo el texto en que se hubiere
originado en cualquiera de las Cámaras, salvo en los casos siguientes:
(a) Si el estatuto fuere una traducción o adaptación de un estatuto de los Estados Unidos o de
algún Estado o Territorio de los Estados Unidos, se dará preferencia al texto inglés sobre el
texto castellano;
(b) si el estatuto fuere de origen español se atenderá al texto castellano con preferencia al texto
inglés;
(c) si la cuestión de preferencia no pudiera resolverse por las reglas precedentes, se atenderá al
texto castellano.
Artículo 14. — Cuando la ley es clara se observará la letra. (31 L.P.R.A. § 14)
Cuando la ley es clara libre de toda ambigüedad, la letra de ella no debe ser menospreciada
bajo el pretexto de cumplir su espíritu.
Las palabras de una ley deben ser generalmente entendidas en su más corriente y usual
significación, sin atender demasiado al rigor de las reglas gramaticales, sino al uso general y
popular de las voces.
Los términos técnicos y las frases usadas en las artes y en las ciencias se interpretarán según
el significado y acepción que tengan admitidos por los peritos o maestros en la ciencia, arte o
profesión a la cual se refieran.
Cuando las palabras de una ley son dudosas, su sentido debe ser buscado por el examen y
comparación de las frases dudosas con otras palabras y sentencias que les estén relacionadas, en
el orden de una buena investigación, para llegar a su verdadero significado.
Artículo 18. — Interpretación de leyes referentes al mismo asunto. (31 L.P.R.A. § 18)
Las leyes que se refieren a la misma materia o cuyo objeto sea el mismo, deben ser
interpretadas refiriendo las unas a las otras, por cuanto lo que es claro en uno de sus preceptos
pueda ser tomado para explicar lo que resulte dudoso en otro.
Artículo 19. — Medios para descubrir el verdadero sentido de la ley. (31 L.P.R.A. § 19)
El medio más eficaz y universal para descubrir el verdadero sentido de una ley cuando sus
expresiones son dudosas, es considerar la razón y espíritu de ella, o la causa o motivos que
indujeron al poder legislativo a dictarla.
Artículo 20. — Observancia de leyes declarando actos nulos. (31 L.P.R.A. § 20)
Cuando las leyes, para prevenir fraudes o por motivos de utilidad pública, declaren ciertos
actos nulos, sus disposiciones no deben ser dispensadas o incumplidas por la razón de que haya
sido probado que en la cuestión particular de que se trate no haya fraude o no resulte ser contraria
a la utilidad pública.
Artículo 21. — Distinción de las leyes en odiosas o favorables. (31 L.P.R.A. § 21)
La distinción de las leyes en odiosas o favorables, con el propósito de restringir o extender sus
disposiciones, no puede ser hecha por aquéllos cuyo deber es interpretarlas.
Artículo 22. — Ley civil igual para todos. (31 L.P.R.A. § 22)
La ley civil es igual para todos, sin distinción de personas ni de sexo, exceptuando los casos
en que especialmente se declare lo contrario.
La expresión “Puerto Rico” comprende para todos los efectos civiles, la isla de dicho nombre
e islas adyacentes situadas al Este del meridiano setenta y cuatro de longitud Oeste de Greenwich,
que fueron cedidas a los Estados Unidos por el Gobierno de España en virtud del tratado celebrado
el día diez de diciembre de mil ochocientos noventa y ocho, y ratificado el día once de abril de mil
ochocientos noventa y nueve.
Artículo 24. — Personas naturales—Nacimiento del ser humano. (31 L.P.R.A. § 81)
Si se duda, entre dos o más personas llamadas a sucederse, quién de ellas ha muerto primero,
el que sostenga la muerte anterior de o de otra, debe probarla; a falta de prueba, y de circunstancias
especiales de donde inferirla, se presumirá la supervivencia de acuerdo con las reglas que establece
la ley de evidencia.
Las corporaciones, compañías o asociaciones, a que se refiere el número (2) del artículo
anterior, se regirán por las disposiciones legales que les sean aplicables, por sus cláusulas de
incorporación y por su reglamento, según la naturaleza de cada una de ellas.
La capacidad civil de las corporaciones, compañías y asociaciones, se regulará por las leyes
que las hayan creado o reconocido.
Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas clases, así como contraer
obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las leyes y reglas de su
constitución.
Si por haber expirado el plazo durante el cual funcionaban legalmente, o por haber realizado
el fin para el cual se constituyeron, o por ser ya imposible aplicar a éste la actividad y los medios
de que disponían, dejasen de funcionar las corporaciones y asociaciones, se dará a sus bienes la
aplicación que las leyes, las cláusulas de incorporación o el reglamento, les hubiesen en esta
previsión asignado.
Artículo 35. — Inventario de los bienes del ausente; fianza. (31 L.P.R.A. § 134)
Artículo 36. — Enajenar o gravar los bienes, prohibido. (31 L.P.R.A. § 135)
El administrador del ausente sólo tendrá facultades para administrar los bienes y en ningún
caso podrá enajenarlos o gravarlos. Dicho administrador, respecto de su administración, tendrá
también las mismas obligaciones y responsabilidades que son inherentes al cargo de tutor y la
misma compensación pecuniaria por sus servicios.
Artículo 39. — Venta de las propiedades del ausente, cuando podrá realizarse. (31 L.P.R.A.
§ 138)
El administrador del ausente debe presentar cuenta anual de su administración, la cual será
examinada en un procedimiento contradictorio, nombrándose para este efecto un administrador ad
hoc que represente al ausente.
La sentencia que recaiga respecto de dichas cuentas constituirá prueba prima facie de la
corrección y justificación de las mismas.
Artículo 43. — Posesión provisional de los bienes del ausente después de cinco (5) años. (31
L.P.R.A. § 151)
Si transcurridos cinco (5) años después de haberse ausentado una persona no comparece por sí
o por medio de apoderado en el lugar de su domicilio o habitual residencia, o si de tal persona no
se tiene noticia en el mismo período de tiempo desde que desapareció, sus presuntos herederos
pueden solicitar y obtener, mediante una prueba del hecho, de la sala competente del Tribunal de
Primera Instancia, que les ponga en la posesión provisional de los bienes pertenecientes al ausente
al tiempo de su partida o al tiempo de la última noticia del mismo, bajo la condición de dar una
suficiente fianza de su administración.
Si el ausente dejó poder a alguna persona al tiempo de partir, sus herederos presuntos no podrán
obtener la posesión provisional hasta que transcurran siete (7) años desde la última noticia que se
hubiere recibido del ausente.
Si el poder que el ausente hubiere conferido a su apoderado expirare, en este caso los bienes
del ausente serán administrados en la forma expuesta en el Capítulo I del presente Título.
Artículo 46. — Posesión provisional por presunción de la muerte del ausente. (31 L.P.R.A. §
154)
La posesión provisional de los bienes del ausente puede ser también ordenada antes de expirar
los términos anteriormente mencionados, cuando se ofrecieren suficientes presunciones de que
haya muerto la persona ausente.
Artículo 47. — Trámites sobre la petición de posesión provisional. (31 L.P.R.A. § 155)
Para resolver acerca de la petición a que se refiere el anterior artículo, el Tribunal de Primera
Instancia tomará en consideración los motivos de la ausencia y las razones a que pueda atribuirse
el no tenerse noticias del paradero del ausente.
Artículo 48. — Acción cuando el ausente ha dejado testamento. (31 L.P.R.A. § 156)
Cuando los herederos presuntos hayan sido puestos en la posesión provisional de los bienes
del ausente, si hubiere algún testamento hecho por éste, puede ser presentado o abierto a instancia
de parte interesada, y los herederos testamentarios, los legatarios y donatarios, así como todas las
personas que tuvieren derechos contra dichos bienes por razón de la muerte del ausente, podrán
ejercitarlos o hacerlos efectivos a condición de dar una suficiente fianza de su posesión y
administración.
Artículo 50. — Derechos del marido o de la mujer del ausente. (31 L.P.R.A. § 158)
El marido o la mujer del ausente que desee continuar gozando el beneficio de la comunidad de
bienes y ganancias matrimoniales que existieren entre ellos, puede prevenir la posesión provisional
o el ejercicio de todos los derechos que dependan de la muerte del ausente y pedir y obtener
también para él o para ella, con preferencia a cualquier otra persona, la administración de los bienes
de su marido o mujer ausente.
Si por el contrario, el marido o la mujer del ausente prefiere más bien disolver la comunidad
que existía entre ambos, podrá ejercitar todos los derechos que le correspondan, pero dando
previamente fianza bastante con respecto a las cosas sujetas a reposición.
La mujer del ausente que hubiere elegido continuar la comunidad bienes o sociedad de
gananciales que tuviere con su marido ausente, podrá, no obstante, renunciar a ella posteriormente.
La posesión provisional es sólo un depósito que inviste a aquellos que la obtienen con la
administración de los bienes del ausente, al cual le son responsables en el caso de que comparezca
o de que se tenga noticia de él.
Fianza cuantía de ella. — La seguridad o fianza que deben dar los que sean puestos en la
posesión provisional de los bienes del ausente, no excederá del importe probable del perjuicio o
daño que pueda causar su mala administración.
Artículo 52. — Inventario de los bienes muebles del ausente. (31 L.P.R.A. § 160)
Será deber de las personas que hayan obtenido la posesión provisional de los bienes del
ausente, o del marido o mujer que continúen en la administración de la comunidad, el formar un
inventario de los muebles y créditos del ausente, bien ante el Tribunal de Primera Instancia o por
un notario público debidamente autorizado por aquél.
El Tribunal de Primera Instancia podrá ordenar, si fuere necesario, que todos o parte de los
bienes muebles sean vendidos, y en este caso, tanto el importe de los bienes vendidos como sus
productos o ganancias, será invertido en la adquisición de propiedad inmueble o puesto a interés
de una manera segura.
Artículo 53. — Informe acerca de las condiciones de los bienes. (31 L.P.R.A. § 161)
Aquellos que hubieren obtenido la posesión provisional o administración legal de los bienes
del ausente, pueden pedir, para su propia seguridad, el nombramiento por el Tribunal de Primera
Instancia de dos (2) personas peritas para que, bajo juramento, examinen los bienes inmuebles del
ausente e informen acerca de su condición y estado. El informe de tales personas deberá ser
después aprobado por el Tribunal de Primera Instancia y los gastos que se ocasionen serán pagados
de los bienes del ausente.
Los herederos del ausente que hubieren sido puestos, en la posesión provisional de los bienes
de éste, devolverán a éste cuando aparezca, junto con los bienes, el sobrante de las rentas que
hubiere, después de deducir la suma que se haya destinado al sostenimiento de la familia y a la
conservación de dichos bienes.
Las personas que gozan solamente de la posesión provisional no pueden enajenar ni gravar los
bienes inmuebles del ausente, pero cuando dichos bienes consistan de participaciones o
condominios en bienes inmuebles materialmente indivisibles y los cuales puedan ser destruidos
por la acción del tiempo o fuerza mayor, la sala del Tribunal de Primera Instancia de donde
radiquen dichos bienes podrá, previa solicitud jurada al efecto, autorizar su venta en la misma
forma que cuando de bienes de menores se trata, con intervención del ministerio fiscal y subasta
pública; y el producto de la venta será depositado en el Tribunal de Primera Instancia para ser
invertido según lo disponga dicho tribunal.
Artículo 56. — Muerte del ausente, cuándo podrá presumirse. (31 L.P.R.A. § 164)
Pasados quince (15) años desde el día en que fuere concedida la posesión provisional de los
bienes del ausente, o desde el día en que el marido o la mujer se hubiese hecho cargo de la
administración de los bienes del cónyuge ausente con arreglo a lo anteriormente dispuesto, o
pasados noventa (90) años desde el nacimiento del ausente, el Tribunal de Primera Instancia, a
instancia de parte interesada, declarará la presunción de muerte.
Declarada firme la resolución de presunción de muerte, quedarán extinguidas las fianzas que
se hubiesen prestado para garantizar la posesión provisional y se abrirá la sucesión en los bienes
del ausente, procediéndose a su partición y adjudicación entre los herederos de éste con arreglo a
la ley.
Las personas que hubieren tenido a su cargo los bienes del ausente los entregarán a los
herederos.
Artículo 61. — Solicitud de los descendientes para la restitución de bienes. (31 L.P.R.A. § 169)
Los hijos o descendientes directos del ausente podrán del mismo modo, dentro del período de
treinta (30) años, a contar desde el día de haberse otorgado la absoluta posesión, pedir la restitución
de sus bienes, conforme a lo dispuesto en el precedente Artículo.
tales derechos, a no ser contra las personas puestas en la posesión provisional de los bienes o que
hayan sido legalmente nombradas administradoras de los mismos.
Artículo 63. — Prueba de derechos de personas cuya existencia no es conocida. (31 L.P.R.A.
§ 181)
El que reclame un derecho que acrezca a una persona cuya existencia no sea conocida, deberá
probar que dicha persona existía en el tiempo en que se originó el derecho de que se trate; y hasta
que esto se pruebe, su demanda no será admitida.
Artículo 64. — Caso en que se declare abierta una sucesión a la que el ausente es llamado.
(31 L.P.R.A. 182)
Sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo anterior, abierta una sucesión a la que estuviere
llamado un ausente, acrecerá la parte de éste a sus coherederos a no haber persona con derecho
propio para reclamarla. En todo caso el Tribunal de Primera Instancia ordenará un inventario de
los bienes, con intervención del ministerio fiscal.
Artículo 65. — Derechos del ausente o sus representantes, no perjudicados. (31 L.P.R.A. §
183)
Los que hayan entrado en la herencia en el caso del Artículo 64, harán suyos los frutos
percibidos de buena fe mientras no comparezca el ausente, o sus acciones no sean ejercitadas por
sus representantes o causahabientes.
Diez (10) años de ausencia sin que se tenga noticia o conocimiento del ausente, constituirán
suficiente motivo para que el marido o la mujer del ausente pueda contraer nuevo matrimonio,
después de haber sido autorizado para ello por el Tribunal de Primera Instancia mediante una
prueba satisfactoria de la ausencia y de no haberse recibido noticias del ausente en el expresado
tiempo de diez (10) años.
Si después de celebrado el nuevo matrimonio con arreglo a lo previsto en el párrafo anterior,
comparece el marido o la mujer ausente quedará el uno o la otra, en su caso, libre de su primer
matrimonio y en aptitud legal para contraer nuevo matrimonio.
Validez del segundo matrimonio. — El matrimonio celebrado por el marido o la mujer del
ausente durante y por causa de la ausencia, permanecerá firme y válido.
El matrimonio es una institución civil que procede de un contrato civil en virtud del cual un
hombre y una mujer se obligan mutuamente a ser esposo y esposa, y a cumplir el uno para con el
otro los deberes que la ley les impone. Será válido solamente cuando se celebre y solemnice con
arreglo a las prescripciones de aquélla, y sólo podrá disolverse antes de la muerte de cualquiera de
los dos cónyuges, en los casos expresamente previstos en este Código.
[Enmiendas: Ley 12 de 29 de marzo de 1937; Ley 108 de 2 de Junio de 1976; Ley 141-1997]
Artículo 70A. — Tiempo para formalizar nuevo matrimonio. (31 L.P.R.A. § 232a)
Disuelto el matrimonio por cualquier causa, hombre y mujer quedan en aptitud de formalizar
nuevo matrimonio en cualquier tiempo posterior a dicha disolución.
No obstante, a fin de facilitar la determinación de la paternidad, la mujer cuyo matrimonio se
haya disuelto y se disponga a formalizar uno nuevo antes de transcurrir 301 días de dicha
disolución, deberá acreditar ante la persona autorizada que celebrará el matrimonio un certificado
médico de si se halla o no en estado de gestación.
Este certificado, si es positivo, constituirá presunción de la paternidad del cónyuge del
matrimonio disuelto.
Si la mujer ha dado a luz antes de los 301 días mencionados, no será necesario, para formalizar
nuevo matrimonio, presentar dicho certificado.
El Tribunal de Primera Instancia con justa causa podrá dispensar, a instancia de parte, el cuarto
grado de consanguinidad. La parte que lo solicite someterá al Tribunal una petición jurada
acompañada por la prueba documental necesaria.
El Tribunal entenderá y resolverá la petición en sus méritos, sin necesidad de celebración de
vista, o discrecionalmente podrá señalarla; Disponiéndose, que cuando los primos hermanos hayan
vivido en concubinato y como resultado de esta unión existieren hijos o alguno de ellos estuviere
en inminente peligro de muerte, cualquier ministro, sacerdote o juez, que fuere requerido, podrá
celebrar el matrimonio, sin dispensa, poniendo en conocimiento de la sala correspondiente del
Tribunal de Primera Instancia, mediante declaración jurada de los hechos del caso, a fin de que se
anote en el libro de minutas del tribunal, como si éste hubiere concedido tal dispensa.
[Enmiendas: Ley 42 de 22 de abril de 1942; Ley 15 de 7 de abril de 1945; Ley 205 de 23 de julio de 1974]
No es eficaz el consentimiento:
(1) Cuando sea dado al raptor por la raptada, mientras ésta no haya recobrado por completo su
libertad.
(2) Cuando sea obtenido por violencia o intimidación.
(3) Cuando hay error respecto a la persona con quien se va a contraer matrimonio.
Artículo 74. — Consentimiento que necesitan los menores. (31 L.P.R.A. § 242)
Los menores de veintiún (21) años necesitan para contraer matrimonio el permiso de las
personas que los tengan bajo su patria potestad o tutela; Disponiéndose, sin embargo que en
cualquier caso en que un menor no tuviere padre ni madre, ni se le hubiere nombrado tutor,
legalmente, podrá un Juez de Distrito, al solicitársele, nombrar un tutor especial quien tendrá
autoridad para dar su consentimiento al matrimonio de dicho menor; Disponiéndose, además, que
antes de hacer tal nombramiento, el Juez de Distrito deberá cerciorarse de que dicho menor carece
de los recursos necesarios para obtener el nombramiento de un tutor, conforme a lo que para los
demás casos dispone la ley; Disponiéndose, que dicho tutor será uno de los parientes más cercanos
del menor, siempre que lo hubiere, y su nombramiento se hará constar en el libro de sentencias de
cada corte, omitiéndose toda inscripción de dicha tutela en el libro registro de tutelas que se lleva
actualmente en el Tribunal de Primera Instancia.
Los menores de ambos sexos que hayan cumplido dieciocho (18) años de edad no necesitan
autorización paterna, del tutor o judicial para contraer matrimonio en aquellos casos en que se
pruebe que la mujer contrayente haya sido violada, seducida o esté en estado de embarazo.
Artículo 75. — Personas que pueden celebrar matrimonio. (31 L.P.R.A. § 243)
Todos los sacerdotes u otros ministros del evangelio, debidamente autorizados u ordenados,
rabinos hebreos y jueces del Tribunal Supremo, jueces del Tribunal de Circuito de Apelaciones,
jueces del Tribunal de Primera Instancia, los jueces y los jueces magistrados de la Corte de Distrito
de los Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico, y los notarios autorizados en Puerto Rico,
pueden celebrar los ritos de matrimonio entre todas las personas legalmente autorizadas para
contraerlo.
Artículo 77. — Cuándo no podrá celebrarse el matrimonio; menores. (31 L.P.R.A. § 245)
Ningún matrimonio se celebrará si de la antedicha declaración jurada no resultare que las partes
tienen capacidad legal para contraerlo con arreglo a las disposiciones de este Código, y si las partes
contrayentes fueren menores de edad, o cualquiera de ellas, no podrá llevarse a cabo la ceremonia
mientras no se obtuviere y presentare a la persona que haya de celebrar el matrimonio, el
consentimiento escrito de la persona autorizada por este Código, para otorgarlo.
Será obligación del juez celebrar los ritos de matrimonios, libre de gastos; Disponiéndose, que
cuando se celebrare la ceremonia matrimonial fuera de la zona urbana del municipio en que
residiere el juez, o cuando se celebrare antes de las nueve de la mañana, o después de las cinco de
la tarde, el juez podrá cobrar el honorario en que convinieren las partes interesadas.
[Nota: L.P.R.A. omite la frase “así como del funcionario encargado del registro civil inscribir la declaración y endoso
relativos a dicho matrimonio en el registro civil sin exigir derecho alguno” a tenor con la Ley 24 de 22 de abril de
1931, Ley del Registro Demográfico]
Toda persona que hiciere una declaración falsa, bajo las disposiciones de este Artículo, con el
fin de obtener la celebración de su matrimonio, incurrirá en perjurio y será castigada de acuerdo
con lo dispuesto por el Código Penal, para este delito.
Los matrimonios celebrados antes del primero de enero de 1885, en que empezó a regir en
Puerto Rico la ley de registro civil, se probarán por los medios establecidos en las leyes anteriores.
Los contraídos después se probarán sólo por el acta del libro de matrimonios. Si éste hubiese
desaparecido, será admisible cualquier prueba adecuada.
En el caso a que se refiere el Artículo anterior, la posesión constante de estado de los padres,
unida a las actas de nacimiento de sus hijos en concepto de legítimos, será uno de los medios de
prueba del matrimonio de aquéllos, a no constar que alguno de los dos estaba ligado por otro
matrimonio anterior.
Artículo 87. — Contraído en los Estados Unidos o en país extranjero. (31 L.P.R.A. § 265)
El matrimonio contraído en los Estados Unidos, o en país extranjero, donde estos actos no
estuviesen sujetos a un registro regular o auténtico, puede acreditarse por cualquiera de los medios
de prueba admitidos en derecho.
Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.
Los cónyuges deben protegerse y satisfacer sus necesidades mutuamente en proporción a sus
respectivas condiciones y medios de fortuna.
Los cónyuges decidirán por común acuerdo dónde establecer su domicilio y su residencia en
la consecución de los mejores intereses de la familia.
Ambos cónyuges serán los administradores de los bienes de la sociedad conyugal, salvo
estipulación en contrario, en cuyo caso uno de los cónyuges otorgará mandato para que el otro
actúe como administrador de la sociedad.
Las compras que con dichos bienes haga cualquiera de los cónyuges serán válidas cuando se
refieran a cosas destinadas al uso de la familia o personales de acuerdo con la posición social y
económica de ésta. Disponiéndose que cualquiera de los cónyuges podrá efectuar dichas compras
en efectivo o a crédito.
Los bienes inmuebles de la sociedad conyugal no podrán ser enajenados o gravados, bajo pena
de nulidad, sino mediante el consentimiento escrito de ambos cónyuges. Nada de lo antes dispuesto
se interpretará a los efectos de limitar la libertad de los futuros cónyuges de otorgar capitulaciones
matrimoniales.
[Enmiendas: Ley 46 de 9 de mayo de 1933, Ley 11 de 29 de marzo de 1937, Ley 78 de 6 de mayo de 1938; Ley 62 de
29 de abril de 1942; Ley 11 de 2 de abril de 1971; Ley 93 de 30 de mayo de 1976; Ley 101 de 2 de junio de 1976; Ley
183 de 26 de julio de 1979; Ley 49 de 22 de Agosto de 1990; Ley 25 de 8 de Diciembre de 1990; Ley 192-2011; Ley
155-2016; Ley 52-2017]
El divorcio sólo puede ser concedido mediante juicio en la forma ordinaria y por sentencia
dictada por el Tribunal de Primera Instancia, salvo que la disolución del matrimonio sea
consignada mediante mutuo consentimiento entre los cónyuges, en cuyo caso, podrá ser
formalizada a través de una escritura pública a ser otorgada ante Notario. En ningún caso puede
concederse el divorcio por una de las causas dispuestas en los incisos 1 al 10 y 12 del Artículo 96
de este Código, cuando la causa en que se funde sea el resultado de un convenio o confabulación
entre cónyuges.
Ninguna persona podrá obtener el divorcio de acuerdo con este Código, que no haya
residido en Puerto Rico un año inmediatamente antes de hacer la demanda, a menos que la causa
en que se funde se cometiera en Puerto Rico o cuando uno de los cónyuges residiese aquí.
Cuando la acción de divorcio se funde en el abandono de uno de los cónyuges por su
cónyuge, por un término mayor de un año y hubiere hijos menores de edad en el matrimonio que
se intenta disolver por dicha acción de divorcio, será deber del tribunal, antes de señalar fecha para
la celebración del juicio, si las partes residieren en Puerto Rico, citar a éstas, bajo apercibimiento
de desacato, para una vista preliminar o acto de conciliación que presidirá el juez del tribunal en
su despacho, y el mismo deberá celebrarse dentro de los diez (10) días siguientes a la citación
arriba mencionada; disponiéndose, que si en el acto de conciliación cualquiera de los cónyuges
manifestare su firme e irrevocable propósito de no reanudar las relaciones matrimoniales, el juez
que lo presida dictará orden al secretario para que incluya el caso en el calendario especial.
Cuando la acción de divorcio se funde en "mutuo consentimiento”, y este vaya a concederse
a través de la formalización de una escritura pública a ser otorgada ante un Notario, este profesional
deberá consignar en dicho documento, que la decisión de solicitar conjuntamente la disolución del
vínculo matrimonial es voluntaria y que los peticionarios han llegado a esta, mediando la reflexión,
y que a su vez, es libre de toda coacción, estando impedido el Notario de otorgar el divorcio, si a
su entender los acuerdos incumplen con las formalidades que debe contener la escritura, de
conformidad con la Ley Núm. 75 de 2 de julio de 1987, según enmendada, conocida como “Ley
Notarial de Puerto Rico”, o con cualesquiera otras disposiciones reglamentarias que sean
promulgadas por el Tribunal Supremo, al amparo de la antes mencionada ley o cualquier otra
aplicable.
En el caso que los cónyuges que acuerden solicitar la disolución de su vínculo matrimonial
ante Notario tengan bienes para liquidar, deberán previo a otorgar la escritura de divorcio, alcanzar
un acuerdo para la liquidación de dichos bienes gananciales y/ o comunidad de bienes. Dicho
acuerdo deberá ser juramentado y deberá consignar que ambas partes fueron debidamente
asesoradas por sus respectivos abogados y que es libre de coacción. El Notario consignará en la
escritura de divorcio que dicho acuerdo fue alcanzado previamente, que fue libre de coacción y
que ambas partes fueron asesoradas por sus respectivos abogados.
` En el caso que los cónyuges que acuerden solicitar la disolución de su vínculo matrimonial
ante Notario, tuvieran hijos menores de edad, podrán establecer los términos y condiciones sobre
los siguientes aspectos, custodia, patria potestad, alimentos, relaciones filiales y hogar seguro,
como parte de la estipulación a ser preparada por los representantes legales de las partes, quienes
a su vez tendrán la obligación de hacer constar en el escrito, que su cliente fue debidamente
informado de los derechos que le asisten, y que en caso de no estar conforme con atender mediante
este acto los asuntos relacionados con el o los menores, siempre estará disponible la vía ordinaria
en el tribunal. Cualquier documento y/o escrito que incluya y exprese la voluntad de las partes
comparecientes sobre la disposición de los bienes gananciales y/o los acuerdos relacionados a los
menores será denominado como: “Estipulación y Acuerdos sobre Divorcio por Consentimiento
Mutuo”. Dicho documento formará parte de la escritura de divorcio. Todo caso que incluya
incapacitados será de exclusiva competencia del Tribunal de Primera Instancia. En caso de que el
divorcio por consentimiento mutuo se efectúe mediante escritura pública, la misma advendrá final
y firme con la firma de los comparecientes.
[Enmiendas: Ley 118 de 7 de mayo de 1942; Ley 192-2011; Ley 12-2014; Ley 155-2016; Ley 52-2017]
CAPITULO III. — DE LAS MEDIDAS PROVISIONALES A QUE PUEDE DAR LUGAR EL JUICIO POR
DIVORCIO
Si hubiese hijos del matrimonio cuyo cuidado provisional pidieran ambos cónyuges, en juicio
de divorcio, el Tribunal citará a las partes, bajo apercibimiento de desacato, para una vista urgente
y recibirá la prueba testifical y documental que tengan a bien presentar. Al evaluar el caso,
considerará la custodia compartida provisional, siempre que ello se ajuste al mejor bienestar del
menor. De no ser ése el caso, tomará la decisión que entienda procedente a base de la prueba
presentada y sujeto siempre al estándar mencionado, mientras el juicio del divorcio se sustancie y
decida. En adición a lo anterior, el Tribunal podrá tomar cualquier medida que sea necesaria para
adjudicar la custodia en bienestar de los menores.
Si uno de los cónyuges no contase con suficientes recursos para vivir durante el juicio, el
Tribunal de Primera Instancia ordenará al otro cónyuge que le pase una pensión alimentaria en
proporción a los bienes propios de este de acuerdo a la posición social de la familia y en aquel caso
en que la sociedad legal de gananciales no cuente con bienes de fortuna suficientes o los cónyuges
hubieren otorgado capitulaciones matrimoniales.
En aquel caso en que la sociedad legal cuente con bienes de fortuna, el Tribunal de Primera
Instancia podrá ordenar a petición de cualquiera de los cónyuges que se reconozca el derecho del
cónyuge reclamante a ejercitar la coadministración de todos o parte de los bienes gananciales, o el
acceso a un bien ganancial particular o suma líquida que le permita alimentarse, o ambos, o una
pensión alimentaria sin que ello constituya un crédito o una deuda a cargo de las respectivas
participaciones en el caudal ganancial al momento de la liquidación.
Para el caso anterior, el cónyuge reclamante no tendrá que probar necesidad inclusive durante
el trámite del divorcio, excepto cuando reclame que se le conceda acceso a una suma líquida
mensual que equivalga a más de la mitad del total de ingresos mensuales o bienes líquidos de la
sociedad.
[Enmiendas: Ley 84 de 30 de mayo de 1976; Ley 112 de 2 de junio de 1976; Ley 46-1999]
Cualquier persona que esté llevando a cabo un proceso de divorcio queda prohibida de
suspender o modificar sin justa causa para ello los planes de cuidados de salud o seguros a
beneficio de los hijos habidos en el matrimonio y de su cónyuge, de estos planes existir y estar
vigentes durante el matrimonio. Dicha prohibición se activará al momento de radicar la demanda
de divorcio en el Tribunal y culminará al advenir el divorcio en final y firme a menos que el
Tribunal disponga lo contrario. Si la suspensión ocurrió seis (6) meses antes de surgir la causal de
divorcio y radicar la demanda, la persona responsable de dicho plan o seguro deberá mostrar justa
causa por haber realizado la suspensión.
Artículo 101. — Deudas contraídas después de entablada la demanda. (31 L.P.R.A. § 345)
Artículo 102. — Resoluciones del Tribunal serán inapelables. (31 L.P.R.A. § 345)
Las resoluciones del Tribunal de Primera Instancia con motivo de este Capítulo, serán
inapelables y se enmendarán por el tribunal cuando lo exijan las circunstancias de cada caso.
La acción de divorcio se extinguirá por la reconciliación de las partes, ocurrida, bien después
de los hechos que le sirvan de fundamento, o bien después de haber sido ejercitada judicialmente
dicha acción.
Artículo 104. — Derechos del demandante en nuevo pleito. (31 L.P.R.A. § 362)
Artículo 105. — Disolución del matrimonio y división de bienes. (31 L.P.R.A. § 381)
Artículo 106. — Derogado. [Ley 129 del 20 de Julio de 1979] (31 L.P.R.A. § 382)
Artículo 107. — Cuidado de hijos menores después del divorcio. (31 L.P.R.A. § 383)
En todos los casos de divorcio los hijos menores serán puestos bajo el cuidado y la patria
potestad del cónyuge que el Tribunal, en el ejercicio de su sana discreción, considere que los
mejores intereses y bienestar del menor quedarán mejor servidos; pero el otro cónyuge tendrá
derecho a continuar las relaciones de familia con sus hijos, en la manera y extensión que acuerde
el Tribunal al dictar sentencia de divorcio, según los casos.
En todos los casos de custodia y patria potestad se deberá considerar el historial de conducta
previa de violencia doméstica de los progenitores, para la determinación de los mejores intereses
del menor. En este sentido se evaluará si ya ha sido beneficiario del programa de desvío establecido
en el Artículo 3.6 y fuere convicto de cualesquiera de los siguientes delitos de maltrato (Artículo
3.1); maltrato agravado (Artículo 3.2); maltrato mediante amenaza (Artículo 3.3); maltrato
mediante restricción de la libertad (Artículo 3.4) y la agresión sexual conyugal (Artículo 3.5) de
la Ley Núm. 54 de 15 de agosto de 1989, según enmendada, conocida como “Ley para la
Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica”. Será discrecional del Tribunal escuchar
el testimonio del menor para la determinación de custodia y patria potestad.
El cónyuge que haya sido privado de la custodia y la patria potestad tendrá derecho a
recobrarlas si acreditare ante cualquier sala competente del Tribunal de Primera Instancia el
fallecimiento del otro ex cónyuge o demostrase a satisfacción del tribunal que a los mejores
intereses y bienestar de los menores conviene la referida recuperación de la custodia y la patria
potestad.
[Enmiendas: Ley 44 de 18 de Abril de 1935, Ley 3 de 21 de Marzo de 1947, Ley 112 de 25 de Abril de 1950; Ley 100
de 2 de junio de 1976; Ley 233-1999]
El divorcio no privará en ningún caso a los hijos nacidos en el matrimonio de ninguno de los
derechos o ventajas que por la ley les están señalados o que les correspondan por razón del
matrimonio de sus padres, pero tales derechos no podrán ser reclamados excepto de la manera y
bajo las circunstancias en que su reclamación hubiese procedido si el divorcio no hubiese tenido
lugar.
Si decretado el divorcio por cualesquiera de las causales que establece el Artículo 96 de este
Código, cualesquiera de los ex cónyuges no cuenta con suficientes medios para vivir, el Tribunal
de Primera Instancia podrá asignarle alimentos discrecionales de los ingresos, rentas, sueldos o
bienes que sean de la propiedad del otro cónyuge.
El tribunal concederá los alimentos a que se refiere el párrafo anterior, teniendo en cuenta,
entre otras, las siguientes circunstancias:
(a) Los acuerdos a que hubiesen llegado los ex cónyuges.
(b) La edad y el estado de salud.
(c) La cualificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo.
(d) La dedicación pasada y futura a la familia.
(e) La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del
otro cónyuge.
(f) La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal.
(g) El caudal y medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge.
(h) Cualquier otro factor que considere apropiado dentro de las circunstancias del caso.
Fijada la pensión alimenticia, el juez podrá modificarla por alteraciones sustanciales en la
situación, los ingresos y la fortuna de uno u otro ex cónyuge. La pensión será revocada mediante
resolución judicial si llegase a hacerse innecesaria, o por contraer el cónyuge divorciado acreedor
a la pensión nuevo matrimonio o viviese en público concubinato.
a) El cónyuge a quien por razón del divorcio se le concede la custodia de los hijos del matrimonio,
que sean menores de edad, que estén incapacitados mental o físicamente sean estos mayores o
menores de edad o que sean dependientes por razón de estudios, hasta veinticinco (25) años de
edad, tendrá derecho a reclamar como hogar seguro la vivienda que constituyó el hogar del
matrimonio y que pertenece a la sociedad de gananciales, mientras dure la minoría de edad, la
preparación académica o la incapacidad de los hijos que quedaron bajo su custodia por razón de
divorcio.
La propiedad ganancial que constituye el hogar seguro no estará sujeta a división mientras dure
cualesquiera de las condiciones en virtud de las cuales se concedió. Disponiéndose que el derecho
de hogar seguro podrá reclamarse desde que se necesitare, pudiendo ser reclamado en la demanda
de divorcio, durante el proceso, o luego de decretarse el mismo. Una vez reclamado, el juzgador
determinará lo que en justicia procede de acuerdo con las circunstancias particulares de cada
situación.
El cónyuge que reclama el derecho a hogar seguro podrá retener todos aquellos bienes de uso
ordinario en la vivienda.
Cuando se reclame el derecho de hogar seguro luego de decretado el divorcio, el mismo podrá
ser concedido por el Tribunal que conoció del divorcio.
Es nulo el matrimonio en el que no se hayan observado todos los requisitos exigidos por este
Código.
La acción para pedir la nulidad del matrimonio corresponde a los cónyuges, al fiscal y a
cualesquiera otras personas que tengan interés en dicha nulidad.
En los casos de violencia o intimidación sólo podrá ejercitar la acción de nulidad el cónyuge
inocente.
El matrimonio contraído de buena fe produce efectos civiles, aunque sea declarado nulo.
Si ha intervenido buena fe de parte de uno solo de los cónyuges, surte únicamente efectos
civiles respecto de él y de los hijos. La buena fe se presume, si no consta lo contrario.
Si hubiere intervenido mala fe por parte de ambos cónyuges, el matrimonio sólo surtirá efectos
civiles respecto de los hijos.
Los hijos son legítimos, o ilegítimos, o legitimados. Hijos legítimos son los nacidos después
de la celebración del matrimonio. Hijos ilegítimos pueden ser legitimados por el subsiguiente
matrimonio de los padres.
Se presumen hijos del marido de la mujer casada los nacidos durante el matrimonio y los
nacidos antes de los trescientos días siguientes a su disolución.
La presunción de maternidad se podrá impugnar cuando sea por simulación de parto o por
sustitución inadvertida del hijo durante el alumbramiento o después de éste. Están legitimados para
impugnar la presunción de maternidad:
(1) la presunta madre;
(2) la madre biológica;
(3) el hijo, por sí o por su representante legal;
(4) el presunto padre.
Artículo 117. — Cuándo debe ejercitarse la acción para impugnar. (31 L.P.R.A. § 465)
La acción para impugnar la presunción de paternidad o de maternidad, por parte del padre o
madre legal, deberá ejercitarse dentro del plazo de caducidad de seis meses, contados a partir de
la fecha de que advenga en conocimiento de la inexactitud de la filiación o a partir de la aprobación
de esta Ley, lo que sea mayor. No obstante, no tendrá causa de acción para impugnar la presunción
de paternidad o de maternidad el padre o la madre legal que aun conociendo la inexactitud de la
Artículo 119. — Hijos que pueden ser legitimados. (31 L.P.R.A. § 481)
Podrán ser legitimados todos los hijos habidos fuera del matrimonio.
Artículo 120. — Legitimación por matrimonio de los padres. (31 L.P.R.A. § 482)
Los legitimados disfrutarán de los mismos derechos que los hijos legítimos.
Artículo 122. — Cuándo la legitimación surtirá sus efectos. (31 L.P.R.A. § 484)
Artículo 123. — Hijos fallecidos antes del matrimonio. (31 L.P.R.A. § 485)
La legitimación podrá ser impugnada por los que se crean perjudicados en sus derechos,
cuando se otorgue a favor de los que no tengan la condición legal de hijos naturales, o cuando no
concurran los requisitos señalados en este Capítulo.
Son hijos naturales los nacidos, fuera de matrimonio, de padres que al tiempo de la concepción
de aquéllos hubieran podido casarse, sin dispensa o con ella.
El hijo natural puede ser reconocido por el padre o la madre conjuntamente, o por uno solo de
ellos, en el acta de nacimiento, o en otro documento público.
El padre está obligado o reconocer al hijo natural:
(1) Cuando exista escrito suyo indubitado en que expresamente reconozca su paternidad.
(2) Cuando el hijo se halle en la posesión continua del estado de hijo natural del padre demandado,
justificada por actos del mismo padre o de su familia.
(3) Cuando la madre fue conocida viviendo en concubinato con el padre durante el embarazo y al
tiempo del nacimiento del hijo.
(4) Cuando el hijo pueda presentar cualquier prueba auténtica de su paternidad.
La madre estará obligada al reconocimiento del hijo natural, en los mismos casos que el padre,
y además cuando se pruebe cumplidamente el hecho del parto y la identidad del hijo.
El hijo mayor de edad no podrá ser reconocido sin su consentimiento. Cuando el
reconocimiento del menor de edad no se realiza en el acta de nacimiento o en testamento, será
necesaria la aprobación del juez de la sala del Tribunal de Primera Instancia en que resida el menor,
con intervención del fiscal.
Las acciones para el reconocimiento de hijos naturales, sólo podrán ejercitarse en vida de los
presuntos padres, o un año después de su muerte, salvo en los casos siguientes:
(1) Si el padre o la madre hubiesen fallecido durante la menor edad del hijo, en cuyo caso éste
podrá deducir la acción antes de que transcurran los primeros cuatro años de su mayor edad.
(2) Si después de la muerte del padre o de la madre apareciere algún documento de que antes no
se hubiese tenido noticia, en el que reconozcan expresamente al hijo.
En este caso la acción deberá deducirse dentro de los seis meses siguientes al hallazgo del
documento.
El reconocimiento hecho a favor de un hijo que no reúna las condiciones del párrafo primero
del Artículo 125 podrá ser impugnado por aquéllos a quienes perjudique.
Artículo 127. — Derechos del hijo natural reconocido. (31 L.P.R.A. § 506)
Artículo 128. — Derecho de hijos ilegítimos a recibir alimentos. (31 L.P.R.A. § 507)
Los hijos ilegítimos en quienes no concurra la condición legal de naturales, sólo tendrán
derecho a exigir de sus padres alimentos, conforme al Artículo 143.
El derecho a los alimentos de que habla el artículo anterior, sólo podrá ejercitarse:
(1) Si la paternidad o maternidad se infiere de una sentencia firme dictada en proceso criminal o
civil.
(2) Si la paternidad o maternidad resulta de un documento indubitado del padre o de la madre, en
que expresamente reconozca la filiación.
CAPITULO V. — DE LA ADOPCIÓN
Artículo 130. — Requisitos del adoptante. (31 L.P.R.A. § 531) [Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018
derogó el anterior Art. 130 y lo sustituyó por uno nuevo]
padre o madre del adoptado o que el cónyuge o parte conyugalmente análoga o compatible a un
matrimonio interesada en adoptar tenga por lo menos catorce (14) años más que el adoptado menor
de edad.
Artículo 131. — Quiénes no pueden ser adoptantes. (31 L.P.R.A. § 532) [Nota: El Art. 46 de la Ley
61-2018 derogó el anterior Art. 131 y lo sustituyó por uno nuevo]
No podrán ser adoptantes las personas declaradas incapaces por decreto judicial mientras dure
la incapacidad. En el caso de una persona sentenciada a cumplir pena de reclusión, no podrá ser
adoptante mientras dure la misma.
Artículo 132. — Quiénes podrán ser adoptados; quiénes no podrán serlo. (31 L.P.R.A. § 533)
[Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 132 y lo sustituyó por uno nuevo]
(1) Podrán ser adoptados los menores de edad no emancipados y los menores de edad emancipados
por decreto judicial o por concesión de padre, madre o padres con patria potestad.
(2) No podrán ser adoptados. — Las personas que hayan cumplido la mayoría de edad a la fecha
de un decreto de adopción aun cuando fueren menores de edad al presentarse la petición de
adopción no podrán ser adoptados. No obstante, podrá ser adoptado un menor de edad emancipado
que no hubiese contraído matrimonio o una persona mayor de edad siempre y cuando medie alguna
de las siguientes circunstancias:
a. Cuando el adoptado hubiere residido en el hogar de los adoptantes desde antes de haber
cumplido la edad de dieciocho (18) años, y dicha situación hubiere continuado existiendo a la
fecha de la presentación de la petición de adopción. En tales casos no tendrá que notificarse al
padre, madre o ambos que figuren en su Registro Demográfico por haber cesado la patria
potestad al cumplir la mayoría legal del adoptando.
b. Cuando el adoptado sea un menor emancipado que nunca hubiere contraído matrimonio.
(3) Las personas casadas o que hubieren estado casadas, aunque sean menores de edad.
(4) Un ascendiente de un adoptante que es un pariente por consanguinidad o por afinidad.
(5) Un tutor por su pupilo.
(6) Un pupilo por su tutor, o un tutor por su pupilo, hasta la fecha de la aprobación final y firme
por decreto judicial de las cuentas generales y finales de la tutela. La adopción decretada en
contravención a lo dispuesto en esta Sección será nula.
Artículo 133. — Número de adoptantes; adopción conjunta o individual. (31 L.P.R.A. § 534)
[Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 133 y lo sustituyó por uno nuevo]
Un adoptante podrá adoptar de forma individual siendo soltero. Los adoptantes que estuvieren
casados entre sí o que sean una pareja unida por relación de afectividad análoga a la conyugal,
deberán adoptar conjuntamente.
En los casos de matrimonios o una pareja unidad por relación de afectividad análoga a la
conyugal, podrá adoptar individualmente en cualquiera de los siguientes casos:
1. Cuando desee adoptar al hijo menor de edad del otro cónyuge o pareja.
2. Cuando por decreto judicial el cónyuge del adoptante tenga restringida su capacidad jurídica,
mientras dure dicha restricción, en cuyo caso habrá de notificarse dicha solicitud de otro cónyuge.
El Tribunal tendrá discreción para resolver situaciones como las dispuestas en este Artículo,
teniendo siempre como guía para su decisión el bienestar y conveniencia del menor.
Artículo 134. — Personas llamadas a consentir a la adopción. (31 L.P.R.A. § 535) [Nota: El Art.
46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 134 y lo sustituyó por uno nuevo]
Artículo 135. — Facultad del Pueblo de Puerto Rico para recomendar la adopción de
menores no emancipados bajo su custodia y cuidado. (31 L.P.R.A. § 536) [Nota: El Art. 46 de la
Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 135 y lo sustituyó por uno nuevo]
Artículo 136. — Número de adoptados. (31 L.P.R.A. § 537) [Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018 derogó
el anterior Art. 136 y lo sustituyó por uno nuevo]
Artículo 137. — Efecto y consecuencias de un decreto final y firme de adopción. (31 L.P.R.A.
§ 538) [Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 137 y lo sustituyó por uno nuevo]
Una vez decretada la adopción, el adoptado será considerado para todos los efectos legales
como hijo del adoptante con todos los derechos, deberes y obligaciones que le corresponden por
ley. La adopción por decreto final y firme extinguirá todo vínculo jurídico entre el adoptado y su
familia biológica o adoptiva anterior.
El adoptado retendrá todos los derechos que por razón de su previo parentesco como miembro
de su familia anterior hubiere adquirido con anterioridad a la fecha de la expedición del decreto de
adopción. La determinación de filiación del adoptado que ocurra en fecha posterior al decreto de
adopción, no afectará la adopción ya vigente, ni al adoptado y su familia adoptante.
Artículo 138. — Subsistencia de vínculo con familia anterior. (31 L.P.R.A. § 539) [Nota: El Art.
46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 138 y lo sustituyó por uno nuevo]
No obstante lo dispuesto en Artículo 137, los vínculos jurídicos del adoptado con su familia
paterna o materna anterior subsistirán cuando el adoptado sea hijo del cónyuge del adoptante,
aunque el padre o madre hubiere fallecido a la fecha de presentación de la petición de adopción, o
cuando el adoptado proviene de una única filiación y es adoptado por persona distinta al del padre
o madre que lo ha reconocido como su hijo.
La ruptura y extinción de los vínculos jurídicos con la familia anterior del adoptado, y el
nacimiento de tales vínculos con la familia del adoptante, se entenderán sin perjuicio de la
reglamentación sobre impedimentos y prohibiciones de ley para contraer matrimonio en Puerto
Rico. Un adoptado no podrá contraer matrimonio con un pariente de su anterior familia, en los
mismos casos en que no hubiere podido contraerlo de no haber ocurrido la adopción.
La responsabilidad penal del adoptado en los delitos contra la familia y el estado civil seguirá
siendo la misma que dispone el ordenamiento jurídico vigente, con relación a su familia biológica
anterior, tal y como si no se hubiere decretado la adopción, si se probare que el adoptado conocía
de su vínculo familiar con la víctima del incesto.
El adoptado adquirirá los apellidos del adoptante o los cónyuges adoptantes, salvo que el
Tribunal, por causa justificada, determine otra cosa.
Artículos 139 - 141. — Derogados. [Ley 86 de 15 de junio de 1953] (31 L.P.R.A. § 539 nota)
Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica, según la posición social de la familia.
Los alimentos comprenden también la educación e instrucción del alimentista, cuando es
menor de edad.
Artículo 143. — Quiénes están obligados a suministrarse alimentos. (31 L.P.R.A. § 562)
Están obligados recíprocamente a darse alimentos, en toda la extensión que señala el Artículo
precedente:
(1) Los cónyuges.
(2) Los ascendientes y descendientes.
(3) El adoptante y el adoptado y sus descendientes.
Los hermanos se deben recíprocamente aunque sólo sean uterinos, consanguíneos o adoptivos
los auxilios necesarios para la vida, cuando por un defecto físico o moral, o por cualquier otra
causa que no sea imputable al alimentista, no puede éste procurarse su subsistencia. En estos
auxilios están, en su caso, comprendidos los gastos indispensables para costear la instrucción
elemental y la enseñanza de una profesión, arte u oficio.
La reclamación de alimentos, cuando proceda y sean dos o más los obligados a prestarlos, se
hará por el orden siguiente:
(1) Al cónyuge.
(2) A los descendientes del grado más próximo.
Artículo 145. — Alimentos a suministrarse por, o a recibirse por, dos o más personas. (31
L.P.R.A. § 564)
Cuando recaiga sobre dos (2) o más personas la obligación de dar alimentos, se repartirá entre
ellos el pago de la pensión en cantidad proporcionada a su caudal respectivo.
Sin embargo, en caso de urgente necesidad y por circunstancias especiales, podrá el juez
obligar a uno solo de ellos a que los preste provisionalmente, sin perjuicio de su derecho a reclamar
de los demás obligados la parte que les corresponda.
Cuando dos (2) o más alimentistas reclamaren a la vez alimentos de una misma persona
obligada legalmente a darlos, y ésta no tuviere fortuna bastante para atender a todos, se guardará
el orden establecido en el Artículo anterior, a no ser que los alimentistas concurrentes fuesen el
cónyuge y un hijo sujeto a la patria potestad, en cuyo caso aquél será preferido a éste si fuese padre
o madre del hijo solicitante, y si no lo fuese, se distribuirá por igual entre ambos.
La cuantía de los alimentos será proporcionada a los recursos del que los da y a las necesidades
del que los recibe, y se reducirán o aumentarán en proporción a los recursos del primero y a las
necesidades del segundo.
Artículo 147. — Cuándo será exigible la obligación de suministrar alimentos; cuándo debe
verificarse el pago. (31 L.P.R.A. § 566)
La obligación de dar alimentos será exigible desde que los necesitare para subsistir la persona
que tuviere derecho a percibirlos; pero no se abonarán sino desde la fecha en que se interponga la
demanda.
Se verifica el pago por meses anticipados, y, cuando fallezca el alimentista, sus herederos no
serán obligados a devolver lo que éste hubiese recibido anticipadamente.
Los alimentos concedidos comenzarán a devengar intereses legales por mora, desde el
momento en que se dicte la sentencia o si es de mes a mes, desde que venció o debió ser satisfecha
la obligación.
La obligación de suministrar alimentos cesa con la muerte del obligado, aunque los prestase
en cumplimiento de una sentencia firme.
No es renunciable ni transmisible a un tercero el derecho a los alimentos. Tampoco pueden
compensarse con lo que el alimentista deba al que ha de prestarlos.
Artículo 150. — Causas adicionales que terminan la obligación. (31 L.P.R.A. § 569)
Artículo 151. — Aplicación de las disposiciones a otros casos. (31 L.P.R.A. § 570)
Las disposiciones que preceden son aplicables a los demás casos en que por este Código, por
testamento o por pacto, se tenga derecho a alimentos, salvo lo pactado, lo ordenado por el testador
o lo dispuesto por la ley para el caso especial de que se trate.
Artículo 152. — Patria potestad sobre los hijos. (31 L.P.R.A. § 591)
La patria potestad sobre los hijos no emancipados corresponde a ambos padres conjuntamente,
pudiendo ejercerla por sí solo en casos de emergencia el que en ese instante tenga bajo su custodia
al menor.
Todo hospital público o privado aceptará el consentimiento de cualesquiera de los padres con
patria potestad sobre los hijos no emancipados del tutor del menor no emancipado o de la persona
que ostenta la custodia temporera con autoridad legal para ello en casos de tratamiento médico y
operación de emergencia que sea recomendada por un facultativo autorizado. El Secretario de
Salud establecerá los procedimientos administrativos necesarios para cumplir estas disposiciones.
En el evento de una emergencia médica de vida o muerte, donde debido a la inminencia o
gravedad de la situación médica no se pueda obtener el consentimiento de cualesquiera de los
padres con patria potestad, el tutor del menor no emancipado o la persona que ostente la custodia
temporera del menor con autoridad legal para ello, no se le impondrá responsabilidad civil o
criminal al personal médico de emergencias cualificado en la escena de un accidente, fuego u otra
emergencia; a un profesional de salud con licencia o a una facilidad médico hospitalaria o de
primeros auxilios que brinde tratamiento médico o quirúrgico al menor, siempre y cuando ejerza
un grado de cuidado razonable, cumpla con los más altos estándares médicos y administre el
cuidado adecuado al paciente. Una vez el menor esté estabilizado clínicamente, se deberán hacer
todas las gestiones para conseguir y notificar a las personas responsables, a saber, cualesquiera de
los padres con patria potestad, el tutor del menor no emancipado o la persona que ostente la
custodia temporera del menor con autoridad legal para ello.
En el evento de una emergencia médica de vida o muerte, cuando la demora en proveer
transportación a un menor en la escena de un accidente, fuego u otra emergencia, previo admisión
a un hospital, afecte adversamente el estado de salud de un menor y debido a la inminencia o
gravedad de la situación médica no se pueda obtener el consentimiento de cualesquiera de los
padres con patria potestad, el tutor del menor no emancipado o la persona que ostente la custodia
temporera del menor con autoridad legal para ello, no se le impondrá responsabilidad civil o
criminal al personal médico de servicios de emergencia que provea dicha transportación, siempre
y cuando ejerza un grado de cuidado razonable, cumpla con los más altos estándares médicos y
administre el cuidado adecuado al paciente. No obstante, en el caso de un menor de dieciocho años
de edad o más que esté físicamente capaz de prestar consentimiento, tal consentimiento será
aceptado primero. Una vez transportado el menor se deberá notificar inmediatamente a
cualesquiera de los padres con patria potestad, el tutor del menor no emancipado o la persona que
ostente la custodia temporera del menor con autoridad legal para ello.
Corresponderá a uno solo de los padres la patria potestad cuando:
(1) El otro haya muerto, se encuentre ausente o esté impedido legalmente;
(2) sólo uno lo haya reconocido o adoptado.
Artículo 152A. — Derecho de los abuelos y de los tíos (31 L.P.R.A. § 591a)
Luego de la disolución del núcleo familiar, ya sea por la muerte de uno de los padres o divorcio,
separación o nulidad del matrimonio, no podrán los padres o tutor que ejerza la patria potestad y
custodia sobre un menor no emancipado, impedir sin justa causa que éste se relacione con sus
abuelos o con sus tíos.
Cuando se trate de un menor no emancipado fruto de una relación extramatrimonial tampoco
podrá el padre o la madre o tutor que ejerza la patria potestad y custodia sobre dicho menor, impedir
sin justa causa que éste se relacione con sus abuelos o con sus tíos.
En caso de oposición por parte del padre o madre o tutor que ejerza la patria potestad y custodia
sobre dicho menor no emancipado se reconoce legitimación jurídica a los abuelos y a los tíos para
ser oído ante el juez quien decidirá lo procedente tomando en consideración las circunstancias
particulares de cada caso y los intereses y bienestar del menor.
CAPITULO II. — EFECTOS DE LA PATRIA POTESTAD RESPECTO A LAS PERSONAS DE LOS HIJOS
CAPITULO III. — DE LOS EFECTOS DE LA PATRIA POTESTAD RESPECTO A LOS BIENES DE LOS HIJOS
La administración de los bienes de los hijos que estén bajo la patria potestad pertenece, en
ausencia de decreto judicial al efecto, a ambos padres conjuntamente o a aquel que tenga bajo su
custodia y potestad al menor.
Artículo 155. — Usufructuo, propiedad, etc. de los bienes de los hijos. (31 L.P.R.A. § 612)
Los bienes que el hijo no emancipado haya adquirido o adquiera con su trabajo o industria, o
por cualquier título lucrativo, pertenecen al hijo en propiedad, y en usufructo a los padres que le
tengan en su potestad y compañía; pero si el hijo, con consentimiento de sus padres, viviere
independientemente de éstos, se le reputará para todos los efectos relativos a dichos bienes, como
emancipado, y tendrá en ellos el dominio, el usufructo y la administración.
Artículo 156. — Bienes adquiridos con caudal de los padres. (31 L.P.R.A. § 613)
Pertenece en propiedad y usufructo a ambos padres conjuntamente o a aquel de ellos que tenga
bajo su potestad y custodia al menor, lo que el hijo adquiera con caudal de cada uno de ellos. Pero
si los padres o cualquiera de ellos le cediesen todo o parte de las ganancias, no se le imputarán en
su herencia.
Artículo 157. — Bienes donados o legados para la educación del hijo. (31 L.P.R.A. § 614)
Artículo 158. — Obligaciones de los padres respecto de los bienes de los hijos. (31 L.P.R.A. §
615)
Los padres tienen, relativamente a los bienes del hijo en que les corresponda el usufructo o
administración, las obligaciones de todo usufructuario o administrador, y las especiales sobre
hipoteca legal establecidas en la Ley Hipotecaria.
Se formará inventario, con intervención del fiscal, de los bienes de los hijos en que los padres
tengan sólo la administración; y, a propuesta del mismo, podrá decretarse por el Tribunal de
Primera Instancia el depósito de los valores mobiliarios propios del hijo.
Artículo 159. — Enajenación o gravamen de los bienes, prohibidos. (31 L.P.R.A. § 616)
El ejercicio de la patria potestad no autoriza a ninguno de los padres para enajenar o gravar
bienes inmuebles de clase alguna, o muebles cuyo valor exceda de dos mil (2,000) dólares,
pertenecientes al hijo, y que estén bajo la administración de ambos o de cualquiera de ellos, sin
previa autorización de la Sala del Tribunal de Primera Instancia en que los bienes radiquen, previa
comprobación de la necesidad o utilidad de la enajenación o del gravamen, y de acuerdo con lo
dispuesto en la ley referente a procedimientos legales especiales.
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, no será necesaria la autorización judicial para
la venta de frutos de una finca rústica, en su última cosecha.
Para otorgar contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, inclusos los de refacción agrícola
y molienda de cañas autorizados por la Ley 37 de 10 de Marzo de 1910 [Nota: Derogada por el Artículo
17 de la Ley 241-1996, la cual enmendó la Ley 208-1995,"Ley de Transacciones Comerciales"], por un término
mayor de seis (6) años, será también indispensable la autorización requerida en el párrafo anterior;
pero en ningún caso el arrendamiento o contrato podrá efectuarse, ni la autorización concederse,
para el arrendamiento por un período de tiempo que exceda del que falte al menor, no incapacitado
por otra causa, para cumplir su mayoridad.
Siempre que en algún asunto ambos padres o alguno de ellos tenga un interés opuesto al de sus
hijos no emancipados, el Tribunal de Primera Instancia nombrará a éstos un defensor que los
represente en juicio y fuera de él.
El Tribunal de Primera Instancia a petición de cualquiera de los padres, del mismo menor, del
fiscal o de cualquiera persona capaz para comparecer en juicio, conferirá el nombramiento de
defensor al pariente del menor a quien en su caso correspondería la tutela legítima, y a falta de
éste, a otro pariente o a un extraño.
Los padres que reconocieren o adoptaren, no adquieren el usufructo de los bienes de los hijos
reconocidos o adoptivos, y tampoco tendrán la administración si no aseguran con fianza sus
resultas a satisfacción de la sala del Tribunal de Primera Instancia del domicilio del menor, o de
las personas que deban concurrir a la adopción.
Disuelto por cualquier causa el vínculo matrimonial, perderá la patria potestad el padre o madre
que voluntariamente abandonase sus hijos por un período mayor de seis meses. El tribunal podrá
intervenir antes de vencer dicho plazo cuando concurran circunstancias especiales que así lo
ameriten. Para decretar la pérdida de dicha patria potestad se promoverá en juicio declarativo ante
la sala del Tribunal de Primera Instancia en que resida el menor o menores, previa demanda hecha
por el ex cónyuge, el fiscal o por alguna de las personas llamadas a ejercer la tutela legítima, y
siempre que el Tribunal, después de oír la prueba que corresponda, lo estime conveniente para
beneficio del menor o menores; Disponiéndose, que el padre o madre, si lo hubiere, privado ya de
la patria potestad, podrá también pedir que se nombre el tutor correspondiente.
[Enmiendas: Ley 95 de 15 de mayo de 1931; Ley 14 de 30 de marzo de 1939; Ley 99 de 2 de junio de 1976]
Artículo 166. — Terminación o suspensión de la patria potestad por los tribunales por
conducta impropia. (31 L.P.R.A. § 634)
Artículo 166A. — Causas por las cuales se puede privar, restringir o suspender de la patria
potestad. (31 L.P.R.A. § 634a) [Nota: El Art. 46 de la Ley 61-2018 derogó el anterior Art. 166A y lo sustituyó
por uno nuevo]
Las causas, por acción u omisión, por las cuales se puede privar, restringir o suspender a una
persona de la patria potestad sobre un hijo o hija son las siguientes:
(1) Ocasionar o poner en riesgo sustancial de sufrir daño o perjuicio predecible, a la salud física,
mental o emocional y moral del menor.
(2) Permitir o tolerar que otra persona incurra en la causal del inciso (1) de esta Sección.
(3) Faltar a los deberes o dejar de ejercer las facultades según se disponen en el inciso (1) del
Artículo 153 del Código Civil de Puerto Rico. Estos deberes incluyen, sin que esto se entienda
como una limitación, el deber de tener en su compañía al menor con arreglo a derecho, el de
(c) Delitos contra la integridad corporal, Artículos 108 al 110 de la Ley 146-2012, según
enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(d) Incumplimiento de la obligación alimentaria, Artículo 117 de la Ley 146-2012, según
enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(e) Abandono de menores, Artículo 118 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida como
“Código Penal de Puerto Rico”.
(f) Secuestro de menores y secuestro agravado, Artículos 120 y 158 de la Ley 146-2012, según
enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(g) Privación ilegal de custodia, Artículo 121 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida
como “Código Penal de Puerto Rico”.
(h) Adopción a cambio de dinero, Artículo 122 de la Ley 146-2012, según enmendada,
conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(i) Corrupción de menores, Artículo 123 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida
como “Código Penal de Puerto Rico”.
(j) Seducción de menores a través de la Internet o medios electrónicos, Artículo 124 de la Ley
146-2012, según enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(k) Agresión sexual, Artículo 131 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida como
“Código Penal de Puerto Rico”.
(l) Incesto, Artículo 131 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida como “Código Penal
de Puerto Rico”.
(m) Actos lascivos, Artículo 133 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida como
“Código Penal de Puerto Rico”.
(n) Exposiciones obscenas, Artículo 136 de la Ley 146-2012, según enmendada, conocida
como “Código Penal de Puerto Rico”.
(o) Proxenetismo, rufianismo y comercio de personas agravado, Artículo 142 de la Ley 146-
2012, según enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(p) Obscenidad y la pornografía infantil, Artículos 143 al 152 de la Ley 146-2012, según
enmendada, conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(q) Restricción a la libertad agravada, Artículo 155 de la Ley 146-2012, según enmendada,
conocida como “Código Penal de Puerto Rico”.
(r) Maltrato, maltrato agravado, maltrato mediante amenaza, maltrato mediante restricción de
la libertad, y la agresión sexual conyugal, Artículos 3.1, 3.2, 3.3, 3.4 y 3.5 de la Ley Núm. 54
de 15 de agosto de 1989, según enmendada, conocida como “Ley para la Prevención e
Intervención con la Violencia Doméstica”.
Ninguna determinación de un Tribunal al amparo de este inciso afectará un proceso criminal
subsiguiente por los mismos hechos.
(9) Haber sido convicto por alguno de los delitos enumerados en el inciso (8) de este Artículo.
[Enmiendas: Añadido por la Ley 8-1995; Ley 41-1998; Ley 233-1999, Ley 61-2018]
Artículo 166B. — Privación de patria potestad por causa de defecto o condición mental o
emocional. (31 L.P.R.A. § 634b)
El tribunal deberá privar a un padre o madre de la patria potestad, a solicitud de parte o motu
proprio, si o el padre o la madre, en su caso, padecen de enfermedad, o defecto o condición mental
Artículo 166C. — Privación de patria potestad por el tribunal. (31 L.P.R.A. § 634c)
El tribunal podrá privar a cualquier persona de la custodia de jure o de facto por cualquiera de
las causales o circunstancias contenidas en los Artículos 166A y 166B de este Código.
El objeto de la tutela es la guarda de la persona y bienes, o solamente de los bienes, de los que,
no estando bajo la patria potestad, son incapaces de gobernarse por sí mismos.
Artículo 171. — Cuidado de la persona y de los bienes por procuradores y fiscales. (31
L.P.R.A. § 665)
La tutela se defiere:
(1) Por testamento.
(2) Por la ley.
(3) Por tribunal competente.
Asimismo, cualquier persona mayor de edad, con capacidad suficiente de obrar, en previsión
de ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá mediante escritura pública, designar un tutor
y designar sustituto para el mismo, y conferirle las facultades que estime necesarias relativas tanto
a su propia persona como a sus bienes. Sin embargo, el tribunal no estará vinculado por dicho
nombramiento si, a su juicio, han ocurrido nuevas circunstancias o condiciones que provoquen
dudas sobre la designación originalmente hecha.
El tutor no entrará en el desempeño de sus funciones sin que su nombramiento haya sido
inscrito en el registro de tutelas.
Artículo 174. — Nombramiento de tutor por testamento de los padres. (31 L.P.R.A. § 681)
El padre o la madre pueden nombrar tutor en su testamento para sus hijos menores y para los
mayores incapacitados, siempre que éstos no se hallaren sometidos a la potestad de otra persona.
Artículo 175. — Por personas que dejen herencia o legado. (31 L.P.R.A. § 682)
También el que les deje herencia o legado de importancia a los menores o incapacitados, puede
nombrarles tutor para la administración de dichos bienes. El nombramiento, sin embargo, no
surtirá efecto hasta que la herencia o el legado haya sido aceptado por el padre, la madre o el tutor
del menor, con la aprobación de la sala competente del Tribunal de Primera Instancia.
El padre o la madre sobreviviente puede nombrar un tutor para cada uno de sus hijos, y hacer
diversos nombramientos a fin de que se sustituyan unos a otros los nombrados. En caso de duda,
se entenderá nombrado un solo tutor para todos los hijos, y se discernirá el cargo al primero de los
que figuren en el nombramiento.
Artículo 177. — Diferentes tutores para una persona. (31 L.P.R.A § 684)
Si por diferentes personas se hubiere nombrado tutor para un mismo menor o incapacitado se
discernirá el cargo en el siguiente orden:
(1) Al designado por aquel de los padres que hubiere ejercido últimamente la patria potestad.
(2) Al nombrado por el extraño que hubiese instituido heredero al menor o incapaz si fuere de
importancia la cuantía de la herencia.
(3) Al que designare el que deje manda de importancia.
Si hubiere más de un tutor en cualquiera de los incisos (2) y (3) de este artículo, el tribunal
declarará quién debe ser preferido.
Artículo 178. — Tutela legítima de menores, a quién corresponde. (31 L.P.R.A. § 701)
En defecto de tutor testamentario nombrado por cualquiera de los padres, la tutela legítima de
los menores no emancipados corresponderá a la persona que el tribunal designe de entre las
personas mencionadas a continuación, teniendo en cuenta los mejores intereses y bienestar del
menor.
(1) A cualquiera de los abuelos.
(2) A cualquiera de los hermanos.
Artículo 179. — Tutela de los menores huérfanos abandonados e incapacitados. (31 L.P.R.A.
§ 702)
El Director de la institución o división que por ley tenga la función o el deber de velar por los
menores huérfanos o abandonados y por los incapacitados, será el tutor de dichos menores o
incapacitados. La representación en juicio de dicho funcionario, en su calidad de tutor, estará a
cargo del fiscal.
Artículo 180. — Tutela de locos y sordomudos — Declaración judicial. (31 L.P.R.A. § 703)
No se puede nombrar tutor a los locos, dementes y los sordomudos que no puedan entender o
comunicarse efectivamente por cualquier medio, sin que preceda la declaración hecha por la sala
del Tribunal de Primera Instancia de su domicilio, de que son incapaces para administrar sus
bienes.
Artículo 181. — Personas que podrán pedir la declaración de incapacidad. (31 L.P.R.A. §
704)
Pueden solicitar esta declaración el cónyuge y los parientes del presunto incapaz que tengan
derecho a sucederle ab intestato.
Contra los autos que pongan término al expediente de incapacidad podrán los interesados
deducir demanda ordinaria por el procedimiento del juicio oral y público.
La tutela de los locos y sordomudos que no puedan entender o comunicarse efectivamente por
cualquier medio, corresponde:
(1) Al cónyuge.
(2) A cualquiera de los padres.
(3) A cualquiera de los hijos.
(4) A cualquiera de los abuelos.
(5) A cualquiera de los hermanos.
Concurriendo dos (2) o más personas el Tribunal hará la designación entre ellas a base de los
mejores intereses y bienestar del tutelado.
[Enmiendas: Ley 83 de 30 de mayo de 1976; Ley 6 de 21 de julio de 1977; Ley 140-1994; Ley 17-1998]
actos que quedan prohibidos al incapacitado y las facultades que haya de ejercer el tutor en su
nombre.
El tribunal adoptará provisionalmente las medidas necesarias para la seguridad de los bienes,
mientras se dicte sentencia.
Sólo pueden pedir la declaración de que habla el Artículo anterior el cónyuge y los herederos
forzosos del pródigo o ebrio, y por excepción el fiscal por sí o a instancia de algún pariente de
aquéllos, cuando sean menores o incapacitados.
Los actos del pródigo o ebrio, anteriores a la demanda, no podrán ser atacados por causa de
prodigalidad. Los que sean posteriores a la fecha de citación y emplazamiento del pródigo o ebrio
serán rescindibles, si de ellos resultare lesión grave para los intereses que deban ser puestos bajo
la tutela del pródigo.
Artículo 190. — Tutela de los pródigos, etc. a quién corresponde. (31 L.P.R.A. § 713)
La tutela de los pródigos y ebrios habituales corresponde a las personas que dice el Artículo
186.
Artículos 191 - 193. — Derogados. [Ley 17-1998] (31 L.P.R.A. § 714 a 716)
Artículo 193B. — Declaración de incapacidad; Obligaciones del tutor. (31 L.P.R.A. § 718)
El Tribunal ordenará las medidas dispositivas que estime necesarias, las cuales regirán sobre
la persona o los bienes del drogodependiente, mientras se dicta la sentencia.
El tutor deberá rendir cuentas de la tutela anualmente. El Tribunal podrá disponer que el
incapaz sea internado o que reciba tratamiento de forma ambulatoria en una institución pública o
privada a la cual el Tribunal entienda capacitada para rehabilitación. El Tribunal realizará vistas
de revisión periódicas a fin de que la evolución del incapaz sea rigurosamente observada. El
rehusar obedecer las órdenes del Tribunal constituirá desacato civil.
Será obligación del tutor el probarle al Tribunal, bajo juramento y so pena de perder la tutela,
que sometió al incapaz a un programa de rehabilitación. Atestiguará junto con el tutor, un perito
del Tribunal respecto a si se logró o no la rehabilitación, quien deberá presentar prueba pericial
adecuada para determinar si se rehabilitó, de forma tal que se ordene el cese incapacidad.
El tutor podrá utilizar los ingresos del tutelado de cualquier fuente pública o privada del
tutelado para el pago de los gastos de su tratamiento, ya sea este ambulatorio o internado.
La declaración de incapacidad por drogodependencia sólo podrá ser presentada por el cónyuge
y los herederos forzosos, los ascendientes o hermanos del presunto incapaz, y por excepción, el
fiscal asignado a la sub-sección Superior del Tribunal de Primera Instancia o el Procurador de
Familia, por sí o a instancia de algún pariente, cuando el cónyuge o los herederos sean menores o
incapacitados.
Si el Estado es el promovente, la persona sujeta al procedimiento de incapacidad tendrá
derecho a asistencia de abogado y a que un perito testifique a su favor. Este perito no puede tener
relación económica ni contrato alguno, ni debe existir una relación empleado-patrono con ninguna
entidad dedicada a la rehabilitación de drogodependientes, sea ésta pública o privada.
Bajo ninguna circunstancia independientemente de quien haya iniciado el procedimiento, la
prueba que se obtenga durante este procedimiento podrá ser utilizada en contra de la persona que
se someta al procedimiento de incapacidad en ningún otro procedimiento. Esta incapacidad no
constituye inimputabilidad para propósitos penales.
La tutela del drogodependiente corresponderá, en primera instancia a las personas que enumera
el Artículo 186 del Código Civil de Puerto Rico, según enmendado.
Cuando concurran dos (2) o más personas como tutores, el Tribunal designará a una de ellas
tomando como base el bienestar del incapaz.
De no existir o aceptar la tutela ninguna de las personas a las que corresponda, se tomarán del
Registro de Tutores Voluntarios, el cual será custodiado y administrado por el Departamento de la
Familia. Este registro contará con los nombres de personas privadas y de servidores públicos que
deseen y estén facultados para llevar a cabo la encomienda de tutor.
Como requisito adicional a las personas mencionadas en el párrafo anterior se les requerirá que
sean mayores de veintiún (21) años y que no estén vinculados directamente con la institución, que
prestará el tratamiento, médico o profesional terapeuta, o con alguna persona que esté relacionada
con el tutor hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad que a su vez haya hecho
negocios con alguna de las instituciones, públicas o privadas, que provean el tratamiento de
rehabilitación para el tutelado, ya sea por medio de contrato de trabajo o de prestación de servicios.
Artículo 194. — Nombramiento de tutor por los tribunales. (31 L.P.R.A. § 731)
No habiendo tutor testamentario, ni personas llamadas por ley a ejercer la tutela vacante, o no
reuniendo el que hubiere las cualidades que exige la ley, corresponde al Tribunal de Primera
Instancia nombrar como tutor a una persona de reconocida probidad en todos los casos del Artículo
168.
Artículo 195. — Personas que no pueden ser tutores. (31 L.P.R.A. § 741)
(2) Los que hubiesen sido convictos de cualquier delito grave o menos grave que implique
depravación moral.
(3) Los sentenciados con una pena de privación de libertad, mientras no extingan la sentencia.
(4) Los que hubiesen sido removidos legalmente de otra tutela anterior por falta de cumplimiento
de sus obligaciones o privados de la patria potestad.
(5) Las personas de mala conducta o que no tuvieren manera de vivir conocida.
(6) Los quebrados o concursados no habilitados.
(7) Los que al deferirse la tutela, tengan pleito pendiente con el menor o anteriormente lo hubiesen
tenido sobre el estado civil de éste.
(8) Los que litiguen o hayan litigado con el menor sobre la propiedad de sus bienes, a menos que
el padre o en su caso la madre, sabiéndolo, los hubiesen nombrado, sin embargo, tutor en su
testamento.
(9) Los que adeuden al menor sumas de consideración, a menos que con conocimiento de la deuda,
hayan sido nombrados en testamento por el padre o en su caso por la madre.
(10) El tutor testamentario que no cumpla con los requisitos indispensables para empezar el
ejercicio de su cargo.
(11) Los que no residan en Puerto Rico.
(12) Los que hubieren sostenido maliciosa e injustificadamente alguna querella contra el menor o
acusación criminal contra sus ascendientes o colaterales hasta el cuarto grado.
Artículo 197. — Tribunal oirá a los tutores antes de su remoción. (31 L.P.R.A. § 743)
El Tribunal de Primera Instancia no podrá declarar la incapacidad de los tutores, sin citarlos y
oírlos, si se presentaren.
La petición para la remoción de un tutor podrá presentarse dentro del expediente mismo del
caso de la tutela por cualquier pariente del menor o incapacitado o por el Ministerio Fiscal.
Artículo 198. — Acuerdo de remoción será firme; vacante. (31 L.P.R.A. § 744)
Artículo 199. — Procedimiento mientras se decide sobre el impedimento. (31 L.P.R.A. § 745)
El tutor, antes de que jure y entre en el ejercicio de su cargo, prestará fianza para asegurar el
buen resultado de su gestión.
Artículo 201. — Carácter de la fianza; otras determinaciones judiciales. (31 L.P.R.A. § 762)
La fianza deberá ser hipotecaria, pignoraticia, personal con dos (2) fiadores, o de compañía
fiadora de buena reputación que esté autorizada para hacer negocios en Puerto Rico.
La fianza no impedirá de ningún modo la adopción por la sala competente del Tribunal de
Primera Instancia de las determinaciones que consideren necesarias, para la protección de los
bienes del menor o incapacitado.
Artículo 203. — Fianza será necesaria antes de que se tome posesión del cargo. (31 L.P.R.A.
§ 764)
El tutor no entrará en posesión de su cargo sin haber prestado fianza que se le exija por el
Tribunal de Primera Instancia.
La fianza podrá aumentarse o disminuirse durante el ejercicio de la tutela según las vicisitudes
que experimenten el caudal del menor o incapacitado y los valores en que aquélla esté constituida.
No se podrá cancelar totalmente la fianza hasta que, aprobadas las cuentas de la tutela, el autor
haya extinguido todas las responsabilidades de su gestión.
El tutor representa al menor o incapacitado en todos los actos civiles, salvo aquellos que por
disposición expresa de la ley pueden ejecutar por sí solos.
Artículo 208. — Deberes del incapacitado para con el tutor. (31 L.P.R.A. § 782)
Los menores o incapacitados sujetos a tutela deben respeto y obediencia al tutor. Este podrá
corregirlos moderadamente.
El tutor debe administrar los intereses del menor o incapacitado como un buen padre de familia,
y es responsable de todo perjuicio resultante de la falta de cumplimiento de sus deberes.
Artículo 210. — Créditos del tutor contra el menor, renuncia de. (31 L.P.R.A. § 784)
El tutor deberá hacer constar en el inventario el crédito que tuviere contra el pupilo. El tribunal
lo requerirá con ese objeto y consignará esta circunstancia.
El tutor que requerido al efecto por el tribunal, no incluyere en el inventario los créditos que
tenga contra el menor o incapacitado, se entenderá que los renuncia, salvo que al tiempo del
inventario no tuviera conocimiento de su existencia.
Verificada que fuere la tasación de los bienes y una vez aprobada por el tribunal, ordenará que
se anoten los bienes inventariados y valorados en el lugar correspondiente del registro de tutelas.
El tasador desempeñará su cargo previo juramento que prestará en forma legal, y percibirá la
remuneración que el Tribunal de Primera Instancia fijare.
Cuando acerca de la pensión alimenticia del menor o incapacitado nada hubiese resuelto el
testamento de la persona por quien se hizo el nombramiento de tutor, la sala competente del
Tribunal de Primera Instancia, en vista del inventario, decidirá la parte de bienes que debe
invertirse en aquella atención.
Esta resolución puede modificarse a medida que aumente o disminuya el patrimonio de los
menores o incapaces o cambie la situación de éstos.
Artículo 212. — Funciones que requieren la autorización judicial. (31 L.P.R.A. § 786)
La prohibición de enajenar bienes muebles, por valor excedente de mil (1,000) dólares, sin
autorización judicial, no comprende la enajenación de los frutos de una finca rústica, en su última
cosecha.
(6) Para colocar el dinero sobrante en cada año después de cubiertas las obligaciones de la tutela.
(7) Para proceder a la división de la herencia o de otra cosa que el menor o incapacitado poseyere
en común.
(8) Para retirar de su colocación cualquier capital que produzca intereses.
(9) Para dar y tomar dinero a préstamo.
(10) Para aceptar sin beneficio de inventario cualquiera herencia o para repudiar ésta o las
donaciones.
(11) Para hacer gastos extraordinarios en las fincas cuya administración comprende la tutela.
(12) Para transigir y comprometer en árbitros las cuestiones en que el menor o incapacitado
estuviere interesado.
(13) Para entablar demandas en nombre de los sujetos a tutela y para sostener los recursos de
apelación o cualquiera otro que fuere legal contra las sentencias en que hubiesen sido condenados.
Se exceptúan las demandas y recursos en los juicios verbales.
Artículo 213. — Responsabilidad del tutor por los intereses del capital. (31 L.P.R.A. § 787)
El tutor responde de los intereses legales del capital de las personas sujetas a tutela, cuando
por su omisión o negligencia, quedare improductivo o sin empleo.
(3) Comprar por sí o por medio de otra persona, los bienes del menor o incapacitado, a menos que
expresamente hubiesen sido autorizados para ello por el Tribunal de Primera Instancia.
El tutor tiene derecho a una retribución sobre los bienes del menor o incapacitado.
Cuando ésta no hubiere sido fijada por los que nombraron el tutor testamentario, o cuando se
trate de tutores legítimos o dativos, el Tribunal de Primera Instancia la fijará, teniendo en cuenta
la importancia del caudal y el trabajo que ha de proporcionar su administración.
En ningún caso bajará la retribución del cuatro ni excederá del diez por ciento de las rentas o
productos líquidos de los bienes.
Concluye la tutela:
(1) Por llegar el menor a la edad de veintiún años, por la adopción, y por la emancipación, con las
limitaciones de la ley.
(2) Por haber cesado la causa que la motivó, cuando se trata de incapaces o pródigos.
[Enmiendas: Ley 17-1998]
Tanto el pariente del menor o incapacitado como el extraño, que no hubiesen obtenido el cargo
de tutor con la asignación de frutos por alimentos, dispuesta por testamento del padre o de la madre,
rendirán cuentas anuales de su gestión a la sala competente del Tribunal de Primera Instancia.
Estas cuentas, después de aprobadas por la sala competente del Tribunal de Primera Instancia
serán depositadas en la secretaría de la misma corte donde se hubiese registrado la tutela.
El tutor que sea reemplazado por otro, está obligado, lo mismo que sus herederos, a rendir
cuenta general de la tutela al que le reemplace, cuya cuenta será examinada y censurada en la
forma que previene el Artículo precedente. El nuevo tutor será responsable al menor por los daños
y perjuicios, si no pidiere y tomare las cuentas de su antecesor.
Acabada la tutela, el tutor o sus herederos están obligados a dar cuenta de su administración al
que haya estado sometido a aquélla o a sus representantes o derechohabientes.
Artículo 221. — Término para la aprobación de las cuentas. (31 L.P.R.A. § 804)
Las cuentas generales de la tutela serán censuradas y aprobadas por el Tribunal de Primera
Instancia dentro de un plazo que no excederá de seis meses después de presentadas.
Las cuentas deben ir acompañadas de sus documentos justificativos. Sólo podrá excusarse la
justificación de los gastos menudos de que un diligente padre de familia no acostumbra recoger
recibos.
Hasta pasados quince días, después de la rendición de cuentas justificadas, no podrán los
causahabientes del menor, o éste si ya fuere mayor, celebrar con el tutor convenio alguno que se
relacione con la gestión de la tutela.
Artículo 225. — Intereses del saldo de las cuentas. (31 L.P.R.A. § 808)
El saldo que de las cuentas generales resultare a favor o en contra del tutor producirá interés
legal.
En el primer caso, desde que el menor sea requerido para el pago, previa entrega de sus bienes.
En el segundo, desde la rendición de cuentas, si hubieren sido dadas dentro del término legal,
y si no, desde que éste expire.
Las acciones que recíprocamente asistan al tutor y al menor por razón del ejercicio de la tutela,
se extinguen a los cinco (5) años de concluir ésta.
Artículo 227. — Libros registros en el Tribunal de Primera Instancia. (31 L.P.R.A. § 821)
En las salas del Tribunal de Primera Instancia habrá uno o varios libros donde se tome razón
de las tutelas constituidas durante el año en el respectivo territorio.
Artículo 228. — Quién cuidará de los libros; asientos gratuitos. (31 L.P.R.A. § 822)
Estos libros estarán bajo el cuidado del secretario del Tribunal de Primera Instancia el cual
hará los asientos gratuitamente.
Artículo 229. — Circunstancias que se harán constar en los libros. (31 L.P.R.A. § 823)
Al pie de cada inscripción se hará constar al comenzar el año judicial, si el tutor ha rendido
cuentas de su gestión en el caso de que esté obligado a darlas.
CAPITULO II. — DE LA EMANCIPACION POR CONCESION DEL PADRE O DE LA MADRE QUE EJERZA
LA PATRIA POTESTAD
Artículo 233. — Emancipación por el padre o por la madre; declaración; anotación. (31
L.P.R.A. § (31 L.P.R.A. § 911)
El menor puede ser emancipado para regir su persona y administrar sus bienes, o para el solo
efecto de la administración de los últimos, por su padre, por su madre o por el padre y la madre
conjuntamente o por el de ellos que ejerza sobre el menor la patria potestad, cuando dicho menor
hubiese cumplido la edad de dieciocho años. Esta emancipación tendrá lugar por la declaración
del padre o de la madre, o de ambos cuando ejerzan conjuntamente la patria potestad, hecha ante
notario público en presencia de dos testigos y con el consentimiento del menor. Deberá anotarse
en el registro civil, no produciendo efecto entre tanto contra terceros.
El menor que hubiere cumplido dicha edad de dieciocho años puede también ser emancipado
por decisión del Tribunal de Primera Instancia para el efecto de la administración de sus bienes,
en la forma prescrita en el Capítulo IV de este Título.
La emancipación puede ser pedida, bien por un pariente del menor, o por el menor mismo.
Artículo 235. — Emancipación contra la voluntad de los padres. (31 L.P.R.A. § 913)
El menor puede ser emancipado contra la voluntad de su padre o de su madre, cuando le diesen
mal trato o rehusasen sostenerlo y educarlo o le diesen ejemplos corruptores.
Las cuentas de la tutela deben ser rendidas al menor emancipado, asistido por un curador ad
hoc que le será nombrado para este efecto por el Tribunal de Primera Instancia.
La emancipación habilita al menor para regir su persona y bienes como si fuera mayor. Toda
persona de dieciocho (18) años o más emancipada por sus padres o por aquél con patria potestad
podrá regir sus bienes y contraer promesa y obligación sin necesidad de la autorización de éstos.
Todo menor que haya alcanzado los dieciocho (18) años o más queda también emancipado
para propósitos de recibir servicios médicos y tratamientos en las salas de emergencias y urgencias;
y en caso de que un menor de dieciocho (18) años o más sea madre o padre, podrá autorizar los
servicios médicos para sus hijos y tratamientos en las salas de emergencia y urgencias.
Toda persona queda de derecho emancipada por el matrimonio. No obstante, para enajenar o
hipotecar bienes inmuebles o tomar dinero a préstamo, necesitará el menor emancipado, por razón
de matrimonio, el consentimiento de su padre; en su defecto el de su madre y, en su caso, el de su
tutor en aquellos casos en que éste no haya cumplido los dieciocho (18) años.
Artículo 242. — Emancipación de huérfano por concesión judicial. (31 L.P.R.A. § 951)
El menor de edad y huérfano de padre y madre puede obtener el beneficio de la mayor edad
por concesión de la sala del Tribunal de Primera Instancia de su domicilio, oído el fiscal.
El tutor podrá oponerse a la emancipación, en cuyo caso el Tribunal de Primera Instancia oirá
a las partes en comparecencia verbal, en la que podrán alegarse y probarse los motivos en favor y
en contra de la emancipación.
(1) Que el menor tenga dieciocho años cumplidos y revele aptitud bastante para el manejo y
administración de sus bienes.
(2) Que el menor consienta en la emancipación.
(3) Que se considere conveniente al menor la emancipación.
Al decretar el Tribunal de Primera Instancia la emancipación del menor, deberá disponer que
se considere a éste como mayor de edad para todos los efectos legales, sin excepción alguna.
Artículo 248. — Estado civil, actos concernientes al mismo. (31 L.P.R.A. § 981)
Los actos concernientes al estado civil de las personas se harán constar en el registro destinado
a este efecto.
Artículo 249. — Actos que serán objeto de inscripción o anotación en el registro civil. (31
L.P.R.A § 982)
Las actas del registro serán la prueba del estado civil, la cual sólo podrá ser suplida por otras
en el caso de que no hayan existido aquéllas o hubiesen desaparecido los libros del registro, o
cuando ante los tribunales se suscite una contienda.
No será necesaria la presentación del recién nacido al funcionario encargado del registro para
la inscripción del nacimiento, bastando la declaración de la persona obligada a hacerla. Esta
declaración comprenderá todas las circunstancias exigidas por la ley, y será firmada por su autor
o por dos testigos a su ruego, si no pudiere firmar.
La palabra bienes es aplicable en general a cualquiera cosa que puede constituir riqueza o
fortuna. Esta palabra hace relación al mismo tiempo a la palabra cosas que constituye el segundo
objeto de la jurisprudencia, según la cual sus principios y reglas se refiere a las personas, a las
cosas y a las acciones.
Las cosas comunes son aquéllas cuya propiedad no pertenece a nadie en particular y en las
cuales todos los hombres tienen libre uso, en conformidad con su propia naturaleza: tales son el
aire, las aguas pluviales, el mar y sus riberas.
Son bienes de dominio público, los destinados al uso público, como los caminos, canales, ríos,
torrentes, y otros análogos.
Artículo 256. — Bienes de uso público, bienes patrimoniales. (31 L.P.R.A. § 1025)
Son bienes de uso público en Puerto Rico y en sus pueblos, los caminos estaduales y los
vecinales, las plazas, calles, fuentes y aguas públicas, los paseos y las obras públicas de servicio
general, costeadas por los mismos pueblos o con fondos del tesoro de Puerto Rico.
Todos los demás bienes que el Estado Libre Asociado de Puerto Rico o los municipios posean,
son patrimoniales y se regirán por las disposiciones de este Título.
Son bienes de propiedad privada, además de los patrimoniales del pueblo de los Estados
Unidos, del pueblo de Puerto Rico y de los municipios, los pertenecientes a particulares individual
o colectivamente.
Las cosas se dividen también en corporales e incorporales. Son cosas corporales aquellas que
se manifiestan a los sentidos, que pueden tocarse o gustarse, que tienen un cuerpo, ya sea animado
o inanimado. De esta clase de cosas son los frutos, los cereales, el oro, la plata, los vestidos, los
muebles, las tierras, los pastos, las maderas, las casas y otras. Las cosas incorporales son aquellas
que no se manifiestan a los sentidos y cuya existencia sólo se concibe por el entendimiento, tales
como los derechos hereditarios, las servidumbres y las obligaciones.
Artículo 259. — Cosas incorporales consideradas muebles o inmuebles. (31 L.P.R.A. § 1028)
Las cosas incorporales que consisten solamente en un derecho, no son por sí mismas
estrictamente susceptibles de la cualidad de muebles o inmuebles. Sin embargo, se considerará que
ellas pertenecen a una de estas clases de conformidad con el objeto al que sean aplicables y las
disposiciones que más adelante se establecen.
Los bienes inmuebles en general son aquellos que no pueden moverse por sí mismos ni ser
trasladados de un lugar a otro.
Esta definición, estrictamente hablando, es aplicable solamente a las cosas inmuebles por su
propia naturaleza y no a las que lo son solamente por disposición de la ley.
Artículo 262. — Inmuebles por su naturaleza, destino y objeto. (31 L.P.R.A. § 1042)
Las cosas inmuebles pueden serlo, unas por su propia naturaleza y otras por el destino u objeto
al cual son aplicables.
Artículo 264. — Cosas incorporales consideradas como inmuebles. (31 L.P.R.A. § 1044)
Las siguientes cosas incorporales son consideradas como inmuebles por razón del objeto al
cual se aplican:
(1) El usufructo y el uso de las cosas inmuebles.
(2) Cualquier derecho u obligación constituido sobre una propiedad inmueble.
(3) Toda acción para recobrar o reivindicar la propiedad inmueble para reclamar el todo de una
herencia.
Artículo 266. — Muebles por naturaleza o por disposición de ley. (31 L.P.R.A. § 1062)
Los bienes muebles lo son, o por su propia naturaleza o por disposición de la ley.
Las cosas muebles por su propia naturaleza son aquellas que pueden trasladarse, bien por sí
mismas si fueren animadas o por un poder extraño si fueren inanimadas.
Las cosas muebles por disposición de la ley son las obligaciones y las acciones cuyo objeto
sea cobrar dinero debido o muebles que lo sean por su naturaleza, aunque dichas obligaciones
vayan acompañadas de una hipoteca; las obligaciones que tienen por objeto un hecho determinado
y aquéllas otras que por su naturaleza lleven consigo una indemnización de perjuicios; las acciones
o intereses en bancos o compañías de comercio, industrias, o cualquiera otra especulación, aun
cuando fueren poseedores de bienes inmuebles que dependan de dichas empresas. Tales acciones
o intereses son considerados como muebles respecto de cada miembro de una sociedad durante el
tiempo de su existencia; pero si la sociedad fuese disuelta, el derecho que cualquiera de sus
miembros tuviese para reclamar la división de los bienes inmuebles o una participación en ellos,
producirá una acción real.
Tienen también la consideración de cosas muebles las rentas o pensiones, sean vitalicias o
hereditarias, afectas a una persona o familia, siempre que no graven con carga real una cosa
inmueble, los contratos sobre servicios públicos y las cédulas y títulos representativos de
préstamos hipotecarios.
Artículo 271. — Cosas corporales o incorporales consideradas muebles. (31 L.P.R.A. § 1067)
Todas las cosas corporales o incorporales que no tengan el carácter de inmuebles por su
naturaleza o por disposición de la ley, deben ser consideradas como muebles.
Artículo 272. — Materiales para demoler, levantar o reparar construcción. (31 L.P.R.A. §
1068)
Los materiales procedentes de la demolición de un edificio, así como los acopiados para el
propósito de levantar una nueva construcción, son muebles en tanto no se empleen para una nueva
construcción.
Pero si los materiales fuesen separados de una casa u otro edificio para el solo propósito de
hacer en dicha casa o edificio reparaciones o adiciones y con la intención de volver a colocarlos,
conservan su naturaleza de cosas inmuebles, y son considerados como tales.
Artículo 273. — Cosas en relación con los que las poseen. (31 L.P.R.A. § 1081)
Las cosas en relación a las personas que las posean o de ellas disfruten, se dividen en dos
clases; cosas susceptibles de apropiación y cosas no susceptibles de apropiación.
Entre las cosas que no son susceptibles de apropiación están comprendidas aquellas que no
pueden ser propiedad particular por razón de su objeto, tales como las cosas en común o sean
aquéllas cuyo uso y disfrute pertenece a todos los hombres.
Hay otras cosas, por el contrario, que aunque por su naturaleza son susceptibles de propiedad
particular, pierden esta cualidad como consecuencia de la aplicación que de ellas se hace para fines
públicos incompatibles con la propiedad privada, si bien pueden adquirir su primitiva condición
tan pronto cese el fin público que se las hubiera dado; tales son los terrenos de las carreteras, calles
y plazas públicas.
Las cosas susceptibles de propiedad son aquellas que pueden ser objeto de apropiación
individual, pudiendo ser enajenadas por venta, permuta, donación, prescripción o de otra manera.
Artículo 277. — Disposiciones comunes a los tres capítulos anteriores — Alcance de las
expresiones. (31 L.P.R.A. § 1085)
Cuando por disposición de la ley, o por declaración individual, se use la expresión de cosas o
bienes inmuebles, o de cosas o bienes muebles, se entenderán comprendidos en ella
respectivamente los enumerados en el este Código.
Cuando se use tan sólo la palabra "muebles" no se entenderán comprendidos el dinero, los
créditos, efectos de comercio, valores, alhajas, colecciones científicas o artísticas, libros, medallas,
armas, ropas de vestir, caballerías o carruajes y sus arreos, granos, caldos y mercancías, ni otras
cosas que no tengan por principal destino amueblar o alhajar las habitaciones, salvo el caso en que
del contexto de la ley o de la disposición individual resulte claramente lo contrario.
Artículo 279. — Metálico, valores, créditos, y otros excluidos de la transmisión. (31 L.P.R.A.
§ 1087)
Cuando en venta, legado, donación u otra disposición en que se haga referencia a cosas
muebles o inmuebles, se transmita su posesión o propiedad con todo lo que en ella se halle, no se
entenderán comprendidos en la transmisión el metálico, valores, créditos o acciones cuyos
documentos se hallen en la cosa transmitida, a no ser que conste claramente la voluntad de extender
la transmisión a tales valores y derechos.
Artículo 280. — Propiedad, definición de; derechos que concede. (31 L.P.R.A. § 1111)
La propiedad es el derecho por virtud del cual una cosa pertenece en particular a una persona
con exclusión de cualquiera otra.
La propiedad concede el derecho de gozar y disponer de las cosas sin más limitaciones que las
establecidas en las leyes.
El propietario tiene acción contra el tenedor y el poseedor de la cosa para reivindicarla.
Nadie podrá ser privado de su propiedad sino por autoridad competente, por causa justificada
de utilidad pública o beneficio social, y mediante el pago de una justa compensación que se fijará
en la forma provista por ley.
Artículo 283. — Propiedad reside en el que tiene el inmediato dominio. (31 L.P.R.A. 1114)
La propiedad de una cosa reside siempre en el que tiene sobre ella el inmediato dominio y no
en cualquiera otra persona, no obstante que use y disfrute de alguna manera de la cosa ajena.
El tesoro oculto pertenece al dueño del terreno en que se hallare. Sin embargo, cuando fuere
hecho el descubrimiento en propiedad ajena o del Estado Libre Asociado de Puerto Rico o del
Pueblo de los Estados Unidos, y por casualidad, la mitad se aplicará al descubridor.
Se entiende por tesoro para los efectos de la ley, el depósito oculto o ignorado de dinero,
alhajas, u otros objetos preciosos cuya legítima pertenencia no conste.
La propiedad de los bienes, ya sean muebles o inmuebles, lleva consigo el derecho por
accesión, a todo lo que ellos producen, o se les une o incorpora, natural o artificialmente.
Pertenecen al propietario:
(1) Los frutos naturales.
(2) Los frutos industriales.
(3) Los frutos civiles.
Artículo 289. — Frutos naturales, industriales y civiles, definición de. (31 L.P.R.A. § 1142)
Son frutos naturales las producciones espontáneas de la tierra, y las crías y demás productos
de los animales.
Son frutos industriales los que producen los predios de cualquiera especie a beneficio del
cultivo o del trabajo.
Son frutos civiles el alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe
de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.
El que percibe los frutos tiene la obligación de abonar los gastos hechos por un tercero para su
producción, recolección y conservación.
Artículo 291. — Qué frutos se reputan como naturales o industriales. (31 L.P.R.A. § 1144)
No se reputan frutos naturales o industriales sino los que estén manifiestos o nacidos.
Respecto a los animales, basta que estén en el vientre de su madre, aunque no hayan nacido.
Los frutos de la cosa no pertenecen al simple poseedor y deben ser devueltos juntamente con
la cosa al propietario de la misma que la reclama, a menos que la posesión hubiese sido tenida de
buena fe.
Artículo 293. — Poseedor de buena fe, definición de. (31 L.P.R.A. § 1146)
Es poseedor de buena fe el que posee como propietario por virtud de un título suficiente en sus
términos y condiciones para transferir la propiedad y cuyos defectos son ignorados por el poseedor.
La posesión de buena fe cesa desde el momento en que el poseedor conoce por sí mismo los
defectos del título, o mediante el juicio que estableciere el propietario de la cosa para reivindicarla.
Artículo 295. — Obras y siembras se presumen hechas por dueño. (31 L.P.R.A. § 1162)
Todas las obras, siembras y plantaciones se presumen hechas por el propietario y a su costa,
mientras no se pruebe lo contrario.
Artículo 296. — Obras hechas con materiales ajenos. (31 L.P.R.A. § 1163)
El propietario del suelo que hiciere en él, por sí o por otro, plantaciones, construcciones u obras
con materiales ajenos, debe abonar su valor; y si hubiese obrado de mala fe, estará además obligado
al resarcimiento de daños y perjuicios. El dueño de los materiales tendrá derecho a retirarlos sólo
en el caso de que pueda hacerlo sin menoscabo de la obra construida, o sin que por ello perezcan
las plantaciones, construcciones u obras ejecutadas.
Artículo 297. — Derechos del dueño del terreno en que se edificare de buena fe. (31 L.P.R.A.
§ 1164)
El dueño del terreno en que se sembrare o plantare de buena fe, tendrá derecho a hacer suya la
siembra o plantación, previa la indemnización establecida en los Artículos 382 y 383 de este
Código, o a obligar al que plantó, a pagar el precio del terreno, y al que sembró la renta
correspondiente.
El dueño del terreno en que se edificare de buena fe, tendrá derecho a hacer suya la obra, previo
el pago al dueño de la obra del costo de los materiales y la mano de obra, o del costo de
reproducción de la misma al momento en que el dueño del terreno ejercitarse su derecho,
deduciendo la depreciación, lo que resultare mayor, o a obligar al que fabricó a pagar el precio del
terreno.
El que edifica, planta o siembra de mala fe en terreno ajeno, pierde lo edificado, plantado o
sembrado sin derecho a indemnización.
Artículo 299. — Demolición de la obra y reposición de las cosas a su estado primitivo. (31
L.P.R.A. § 1166)
El dueño del terreno en que se haya edificado, plantado o sembrado con mala fe, puede exigir
la demolición de la obra o que se arranque la plantación y siembra, reponiendo las cosas a su estado
primitivo a costa del que edificó, plantó o sembró.
Cuando haya habido mala fe, no sólo por parte del que edifica, siembra o planta en terreno
ajeno, sino también por parte del dueño de éste, los derechos de uno y otro serán los mismos que
tendrían si hubieren procedido ambos de buena fe.
Se entiende haber mala fe por parte del dueño siempre que el hecho se hubiere ejecutado a su
vista, ciencia o paciencia, sin oponerse.
Si los materiales, plantas o semillas pertenecen a un tercero que no ha procedido de mala fe, el
dueño del terreno deberá responder de su valor subsidiariamente y en el solo caso de que el que
los empleó no tenga bienes con que pagar.
No tendrá lugar esta disposición si el propietario usa el derecho que le concede el Artículo 299.
Artículo 302. — Acrecentamiento de las riberas de los ríos. (31 L.P.R.A. § 1169)
Pertenece a los dueños de las heredades confinantes con las riberas de los ríos, el
acrecentamiento que aquéllas reciben paulatinamente por el efecto de la corriente de las aguas.
Los dueños de las heredades confinantes con estanques o lagunas no adquieren el terreno
descubierto por la disminución natural de las aguas, ni pierden el que éstas inundan en las crecidas
extraordinarias.
Cuando la corriente de un río, arroyo o torrente, segrega de una heredad de su ribera una
porción conocida de terreno y lo transporta a otra heredad, el dueño de la finca a que pertenecía la
parte segregada conserva la propiedad de éste.
Los árboles arrancados y transportados por la corriente de las aguas pertenecen al propietario
del terreno a donde vayan a parar, si no los reclaman dentro de un mes los antiguos dueños. Si
éstos los reclaman, deberán abonar los gastos ocasionados en recogerlos o ponerlos en lugar
seguro.
Artículo 308. — Islas formadas por el arrastre de las aguas. (31 L.P.R.A. 1175)
Las islas que por sucesiva acumulación de arrastres superiores se van formando en los ríos,
pertenecen a los dueños de las márgenes u orillas más cercanas a cada una, o a las de ambas
márgenes si la isla se hallase en medio del río, dividiéndose entonces longitudinalmente por la
mitad. Si una sola isla así formada distase de una margen más que de otra, será por completo dueño
de ella el de la más cercana.
Artículo 309. — Cuando la corriente de un río se divide en brazos. (31 L.P.R.A. § 1176)
Cuando se divide en brazos la corriente de un río, dejando aislada una heredad o parte de ella,
el dueño de la misma conserva su propiedad. Igualmente la conserva si queda separada de la
heredad por la corriente una porción de terreno.
Artículo 310. — Unión de cosas muebles pertenecientes a dueños distintos. (31 L.P.R.A. §
1191)
Cuando dos cosas muebles pertenecientes a distintos dueños se unen de tal manera que vienen
a formar una sola sin que intervenga mala fe, el propietario de la principal adquiere la accesoria,
indemnizando su valor al anterior dueño.
Se reputa principal, entre dos cosas incorporadas, aquella a que se ha unido otra por adorno, o
para su uso o perfección.
Artículo 312. — Cuando no pueda determinarse la cosa principal. (31 L.P.R.A. § 1193)
Si no puede determinarse por la regla del artículo anterior cuál de las dos cosas incorporadas
es la principal, se reputará tal el objeto de más valor, y entre dos de igual valor, el de mayor
volumen. En la pintura y escultura, en los escritos, impresos, grabados y litografías, se considerará
accesoria la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el pergamino.
Cuando las cosas unidas pueden separarse sin detrimento, los dueños respectivos pueden exigir
la separación.
Sin embargo, cuando la cosa unida para el uso, embellecimiento o perfección de otra, es mucho
más preciosa que la cosa principal, el dueño de aquélla puede exigir su separación, aunque sufra
algún detrimento la otra a que se incorporó.
Cuando el dueño de la cosa accesoria ha hecho su incorporación de mala fe, pierde la cosa
incorporada y tiene la obligación de indemnizar al propietario de la principal los perjuicios que
haya sufrido.
Si el que ha procedido de mala fe es el dueño de la cosa principal, el que lo sea de la accesoria
tendrá derecho a optar entre que aquél le pague su valor o que la cosa de su pertenencia se separe,
aunque para ello haya que destruir la principal, y en ambos casos además, habrá lugar a la
indemnización de daños y perjuicios.
Si cualquiera de los dueños ha hecho la incorporación a la vista, ciencia y paciencia y sin
oposición del otro, se determinarán los derechos respectivos en la forma dispuesta para el caso de
haber obrado de buena fe.
Artículo 316. — Mezcla de cosas por voluntad de los dueños o por casualidad. (31 L.P.R.A. §
1197)
Si por voluntad de sus dueños se mezclan dos cosas de igual o diferente especie, o si la mezcla
se verifica por casualidad, y en este último caso las cosas no son separables sin detrimento, cada
Artículo 317. — Mezcla de buena fe; de mala fe. (31 L.P.R.A. § 1198)
Si por la voluntad de uno solo, pero con buena fe, se mezclan o confunden dos cosas de igual
o diferente especie, los derechos de los propietarios se determinarán por lo dispuesto en el Artículo
anterior.
Si el que hizo la mezcla o confusión obró de mala fe, perderá la cosa de su pertenencia
mezclada o confundida, además de quedar obligado a la indemnización de los perjuicios causados
al dueño de la cosa con que hizo la mezcla.
El que de buena fe empleó materia ajena en todo o en parte para formar una obra de nueva
especie, hará suya la obra, indemnizando el valor de la materia al dueño de ésta.
Si ésta es más preciosa que la obra en que se empleó o superior en valor, el dueño de ella podrá,
a su elección, quedarse con la nueva especie, previa indemnización del valor de la obra o pedir
indemnización de la materia.
Si en la formación de la nueva especie intervino mala fe, el dueño de la materia tiene el derecho
de quedarse con la obra sin pagar nada al autor, o de exigir de éste que le indemnice el valor de la
materia y los perjuicios que se le hayan seguido.
Todo propietario tiene derecho a pedir el deslinde de su propiedad, con citación de los dueños
de los predios colindantes.
La misma facultad corresponderá a los que tengan derechos reales.
El deslinde será en conformidad con los títulos de cada propietario, y a falta de títulos
suficientes, por lo que resultare de la posesión en que estuvieren los colindantes.
Artículo 321. — Casos en que los títulos no determinen límites. (31 L.P.R.A. § 1213)
Todo propietario podrá cerrar o cercar sus heredades por medio de paredes, zanjas, setos vivos
o muertos, o de cualquiera otro modo, sin perjuicio de las servidumbres constituidas sobre las
mismas.
Cuando algún árbol corpulento amenazare caerse de modo que pueda causar perjuicio a una
finca ajena o a los transeúntes por una vía pública o particular, el dueño del árbol está obligado a
arrancarlo y retirarlo; y si no lo verificare, se hará a su costa por mandato de la autoridad.
Artículo 325. — Responsabilidad en caso de caída de edificios o árboles. (31 L.P.R.A. § 1243)
En los casos de las dos secciones anteriores, si el edificio o árbol se cayere, será responsable
el propietario de los daños y perjuicios que se ocasionen, salvo el caso de fuerza mayor.
Hay comunidad cuando la propiedad de una cosa o de un derecho pertenece pro indiviso a
varias personas.
A falta de contratos o disposiciones especiales, se regirá la comunidad por las prescripciones
de este Título.
Artículo 327. — Porción de los partícipes; presunción de igualdad. (31 L.P.R.A. § 1272)
El concurso de los partícipes, tanto en los beneficios como en las cargas, será proporcionado a
sus respectivas cuotas.
Rev. 25 de noviembre de 2020 www.ogp.pr.gov Página 81 de 350
“Código Civil de Puerto Rico”, Edición de 1930 según enmendado. DEROGADO
Cada partícipe podrá servirse de las cosas comunes, siempre que disponga de ellas conforme a
su destino y de manera que no perjudique el interés de la comunidad, ni impida a los copartícipes
utilizarlas según su derecho.
Todo copropietario tendrá derecho para obligar a los partícipes a contribuir a los gastos de
conservación de la cosa o derecho común. Sólo podrá eximirse de esta obligación el que renuncie
a la parte que le pertenece en el dominio.
Artículo 330A. — Compraventa en común pro indiviso de terrenos. (31 L.P.R.A. § 1275a)
Para que sea válida la compraventa de terrenos en común pro indiviso, la misma deberá
efectuarse mediante escritura pública en la cual se hará constar la porción o participación en común
pro indiviso que le corresponde al comprador, las advertencias legales correspondientes y la
aceptación del comprador de adquirir en tal capacidad.
Ninguno de los condueños podrá, sin consentimiento de los demás, hacer alteraciones en la
cosa común, aunque de ellas pudieran resultar ventajas para todos.
Para la administración y mejor disfrute de la cosa común serán obligatorios los acuerdos de la
mayoría de los partícipes.
No habrá mayoría sino cuando el acuerdo esté tomado por los partícipes que representen la
mayor cantidad de los intereses que constituyan el objeto de la comunidad.
Si no resultare mayoría, o el acuerdo de éste fuere gravemente perjudicial a los interesados en
la cosa común, el Tribunal Superior proveerá, a instancia de parte, lo que corresponda, incluso
nombrar un administrador.
Cuando parte de la cosa perteneciere privadamente a un partícipe o a algunos de ellos, y otra
fuere común, sólo a ésta será aplicable la disposición anterior.
Todo condueño tendrá la plena propiedad de su parte y la de los frutos y utilidades que le
correspondan, pudiendo en su consecuencia enajenarla, cederla o hipotecarla, y aun sustituir otro
en su aprovechamiento y darla en arrendamiento, salvo si se tratare de derechos personales, pero
el efecto de la enajenación o de la hipoteca con relación a los condueños, estará limitado a la
porción que se les adjudique en la división al cesar la comunidad, y el efecto del arrendamiento
será conferir al arrendatario, durante el término del contrato, las facultades del condueño en orden
a la administración y mejor disfrute de la cosa común.
Ningún copropietario está obligado a permanecer en la comunidad. Cada uno de ellos podrá
pedir en cualquier tiempo que se divida la cosa común.
Esto no obstante, será válido el pacto de conservar la cosa indivisa por tiempo determinado,
que no exceda de diez años. Este plazo podrá prorrogarse por nueva convención.
La división de la cosa común podrá hacerse por los interesados o por árbitros o amigables
componedores nombrados a voluntad de los partícipes.
En el caso de verificarse por árbitros o amigables componedores, deberán formar partes
proporcionales al derecho de cada uno, evitando en cuanto sea posible los suplementos a metálico.
Los acreedores o cesionarios de los partícipes podrán concurrir a la división de la cosa común
y oponerse a la que se verifique sin su concurso. Pero no podrán impugnar la división consumada,
excepto en caso de fraude, o en el de haberse verificado no obstante la oposición formalmente
interpuesta para impedirla, salvo siempre los derechos del deudor o del cedente para sostener su
validez.
Cuando la cosa común fuere esencialmente indivisible, y los condueños no convinieren en que
se adjudique a uno de ellos indemnizando a los demás, se venderá y repartirá su precio.
La división de una cosa común no perjudica a tercero, el cual conservará los derechos de
hipoteca, servidumbre, u otros derechos reales que le pertenecieran antes de hacerse las
particiones. Conservarán igualmente su fuerza, no obstante la división, los derechos personales
que pertenezcan a un tercero contra la comunidad.
Serán aplicables a la división entre los partícipes en la comunidad, las reglas concernientes a
la división de la herencia.
Artículos 343 - 344. — Derogados. [Ley Núm. 136 del 3 de Junio de 1976, Art. 25] (31 L.P.R.A.
§§ 1331,1332)
Artículo 346. — Derogado. [Ley Núm. 136 del 3 de Junio de 1976, Art. 25] (31 L.P.R.A. § 1351)
Artículo 347. — Obras que varían el curso de las aguas pluviales. (31 L.P.R.A. § 1352)
El dominio privado de los álveos de aguas pluviales no autoriza para hacer labores u obras que
varíen su curso en perjuicio de tercero, ni tampoco aquellas cuya destrucción por la fuerza de las
avenidas, pueda causarlo.
Artículo 348 - 349. — Derogados. [Ley Núm. 136 del 3 de Junio de 1976, Art. 25] (31 L.P.R.A.
§§ 1353, 1354)
Artículo 350. — Depósitos para conservar aguas pluviales. (31 L.P.R.A. § 1355)
Todo dueño de un predio tiene la facultad de construir dentro de su propiedad depósitos para
conservar las aguas pluviales, con tal de que no cause perjuicio al público ni a tercero.
Artículo 351 - 353. — Derogados. [Ley Núm. 136 del 3 de Junio de 1976, Art. 25] (31 L.P.R.A.
§1371 a 1373)
Artículo 354. — Obras defensivas para contener el agua. (31 L.P.R.A. § 1391)
El dueño de un predio en que existan obras defensivas para contener el agua, o en que por la
variación de su curso sea necesario construirlas de nuevo, está obligado, a su elección, a hacer los
reparos o construcciones necesarias, o a tolerar que, sin perjuicio suyo, las hagan los dueños de los
predios que experimenten o estén manifiestamente expuestos a experimentar daños.
Artículo 355. — Remoción de materias que impidan el curso de las aguas. (31 L.P.R.A. §
1392)
Todos los propietarios que participen del beneficio proveniente de las obras de que tratan las
dos secciones anteriores, están obligados a contribuir a los gastos de su ejecución en proporción a
su interés. Los que por su culpa hubiesen ocasionado el daño serán responsables de los gastos.
Artículo 358. — Derogado. [Ley Núm. 136 del 3 de Junio de 1976, Artículo 25] (31 L.P.R.A. §
1395)
En todo lo que no esté expresamente prevenido por las disposiciones de este Capítulo se estará
a lo mandado en la Ley especial de Aguas.
Título V. — De la Posesión
Artículo 360. — Posesión natural y posesión civil, definición de. (31 L.P.R.A. § 1421)
Posesión natural es la tenencia de una cosa o el disfrute de un derecho por una persona.
Posesión civil es esa misma tenencia o disfrute, unidos a la intención de haber la cosa o derecho
como suyos.
La posesión se ejerce en las cosas o en los derechos por la misma persona que los tiene y los
disfruta, o por otra en su nombre.
Artículo 362. — Aspectos en que puede tenerse la posesión. (31 L.P.R.A. § 1423)
La posesión en los bienes y derechos puede tenerse en uno de dos aspectos: o en el de dueño,
o en el de tenedor de las cosas o derechos para conservarlos o disfrutarlos, perteneciendo el
dominio a otra persona.
Artículo 363. — Poseedor de buena fe; poseedor de mala fe. (31 L.P.R.A. § 1424)
Se reputa poseedor de buena fe al que ignora que en su título o modo de adquirir exista vicio
que lo invalide.
Se reputa poseedor de mala fe al que se halla en el caso contrario.
Sólo pueden ser objeto de posesión las cosas y derechos que sean susceptibles de apropiación.
La posesión se adquiere por la ocupación material de la cosa o derecho poseído, o por el hecho
de quedar éstos sujetos a la acción de nuestra voluntad, o por los actos propios y formalidades
legales establecidas para adquirir tal derecho.
Puede adquirirse la posesión por la misma persona que va a disfrutarla, por su representante
legal, por su mandatario y por un tercero sin mandato alguno; pero en este último caso no se
entenderá adquirida la posesión hasta que la persona en cuyo nombre se haya verificado el acto
posesorio, lo ratifique.
En ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión mientras exista un poseedor que se
oponga a ello. El que se crea con acción o derecho para privar a otro de la tenencia de una cosa,
siempre que el tenedor resista la entrega, deberá solicitar el auxilio de la autoridad competente.
El que suceda por título hereditario no sufrirá las consecuencias de una posesión viciosa de su
causante, si no se demuestra que tenía conocimiento de los vicios que la afectaban; pero los efectos
de la posesión de buena fe no le aprovecharán sino desde la fecha de la muerte del causante.
Los menores y los incapacitados pueden adquirir la posesión de las cosas; pero necesitan la
asistencia de sus representantes legítimos para usar de los derechos que de la posesión nazcan a su
favor.
Los actos meramente tolerados y los ejecutados clandestinamente y sin conocimiento del
poseedor de una cosa, o con violencia, no afectan a la posesión.
La posesión como hecho, no puede reconocerse en dos personalidades distintas, fuera de los
casos de indivisión. Si surgiere contienda sobre el hecho de la posesión, será preferido el poseedor
actual; si resultaren dos poseedores, el más antiguo; si las fechas de las posesiones fueren las
mismas, el que presente título; si todas estas condiciones fuesen iguales, se constituirá en depósito
o guarda judicial la cosa, mientras se decida sobre su posesión o propiedad por los trámites
correspondientes.
Todo poseedor tiene derecho a ser respetado en su posesión; si fuere inquietado en ella, deberá
ser amparado o restituido en dicha posesión por los medios que las leyes de procedimientos
establecen.
Artículo 376. — Posesión necesaria para adquirir el dominio. (31 L.P.R.A. § 1462)
Sólo la posesión que se adquiere y se disfruta en concepto de dueño puede servir de título para
adquirir el dominio.
El poseedor en concepto de dueño tiene a su favor la presunción legal de que posee con justo
título, y no se le puede obligar a exhibirlo.
La posesión de una cosa raíz supone la de los muebles y objetos que se hallen dentro de ella,
mientras no conste o se acredite que deben ser excluidos.
Cada uno de los partícipes de una cosa que se posee en común, se entenderá que ha poseído la
parte que al dividirse le cupiere durante todo el tiempo que duró la indivisión. La interrupción del
todo o parte de una cosa poseída en común, perjudicará por igual a todos.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos mientras no sea interrumpida la
posesión.
Se entienden percibidos los frutos naturales o industriales desde que se alzan o separan.
Los frutos civiles se consideran producidos por días, y pertenecen al poseedor de buena fe en
esa proporción.
Artículo 381. — Frutos pendientes cuando cesa la buena fe. (31 L.P.R.A. § 1467)
Los gastos necesarios se abonan a todo poseedor; pero sólo el de buena fe podrá retener la cosa
hasta que se los satisfagan.
Los gastos útiles se abonan al poseedor de buena fe con el mismo derecho de retención,
pudiendo optar el que le hubiese vencido en su posesión, por satisfacer el importe de los gastos o
por abonar el aumento de valor que por ellos haya adquirido la cosa.
Los gastos de puro lujo o mero recreo no son abonables al poseedor de buena fe; pero podrá
llevarse los adornos con que hubiese embellecido la cosa principal si no sufriere deterioro, y si el
sucesor en la posesión no prefiriese abonar el importe de lo gastado.
Artículo 384. — Frutos y gastos en caso de poseedor de mala fe. (31 L.P.R.A. § 1470)
El poseedor de mala fe abonará los frutos percibidos y los que el poseedor legítimo hubiere
podido percibir, y sólo tendrá derecho a ser reintegrado de los gastos necesarios hechos para la
conservación de la cosa. Los gastos hechos en mejoras de lujo y recreo no se abonarán al poseedor
de mala fe; pero podrá éste llevarse los objetos en que esos gastos se hayan invertido, siempre que
la cosa no sufra deterioro, y el poseedor legítimo no prefiera quedarse con ellos, abonando el valor
que tengan en el momento de entrar en la posesión.
Artículo 385. — Mejoras hechas por la naturaleza o el tiempo. (31 L.P.R.A. § 1471)
Las mejoras provenientes de la naturaleza o del tiempo ceden siempre en beneficio del que
haya vencido en la posesión.
El poseedor de buena fe no responde del deterioro o pérdida de la cosa poseída, fuera de los
casos en que se justifique haber procedido con dolo. El poseedor de mala fe responde del deterioro
o pérdida en todo caso, y aún de los ocasionados por fuerza mayor cuando maliciosamente haya
retrasado la entrega de la cosa a su poseedor legítimo.
Artículo 387. — Mejoras que han dejado de existir. (31 L.P.R.A. § 1473)
El que obtenga la posesión no está obligado a abonar mejoras que hayan dejado de existir al
adquirir la cosa.
El poseedor actual que demuestre su posesión en época anterior, se presume que ha poseído
también durante el intermedio, mientras no se pruebe lo contrario.
La posesión de la cosa mueble no se entiende perdida mientras se halle bajo el poder del
poseedor, aunque éste ignore accidentalmente su paradero.
Los actos relativos a la posesión, ejecutados o consentidos por el que posee una cosa ajena
como mero tenedor para disfrutarla o retenerla en cualquier concepto, no obligan ni perjudican al
dueño, a no ser que éste hubiese otorgado a aquél facultades expresas para ejecutarlos o los
ratificare con posterioridad.
Artículo 393. — Cuándo la posesión de bienes muebles es equivalente al título. (31 L.P.R.A.
§ 1479)
La posesión de los bienes muebles adquiridos de buena fe equivale al título. Sin embargo, el
que hubiese perdido una cosa mueble o hubiese sido privado de ella ilegalmente, podrá
reivindicarla de quien la posea.
Si el poseedor de la cosa mueble perdida o sustraída la hubiese adquirido de buena fe en venta
pública, no podrá el propietario obtener la restitución sin reembolsar el precio dado por ella.
En cuanto a las cosas adquiridas en la bolsa, feria o mercado, o de un comerciante legalmente
establecido y dedicado habitualmente al tráfico de objetos análogos, se estará a lo que dispone el
Código de Comercio (10 L.P.R.A. §§ 1001 et seq.).
Los animales fieros sólo se poseen mientras se hallen en nuestro poder; los domesticados o
amansados se asimilan a los mansos o domésticos, si conservan la costumbre de volver a la casa
del poseedor.
El que recupera conforme a derecho, la posesión indebidamente perdida, se entiende para todos
los efectos que puedan redundar en su beneficio que la ha disfrutado sin interrupción.
Usufructo es el derecho de disfrutar de una cosa cuya propiedad es ajena, percibiendo todos
los productos, utilidades y ventajas que aquélla produzca, con la obligación de conservar su forma
y sustancia, a no ser que el título de su constitución o la ley autoricen otra cosa.
El usufructo se constituye por la ley, por la voluntad de las partes manifestada en actos entre
vivos o en última voluntad y por prescripción.
Podrá constituirse el usufructo, en todo o parte de los frutos de la cosa, a favor de una o varias
personas, simultánea o sucesivamente, y en todo caso desde o hasta cierto día, puramente o bajo
condición. También puede constituirse sobre un derecho, siempre que no sea personalísimo o
intransmisible.
Los derechos y las obligaciones del usufructuario serán los que determinen el título constitutivo
del usufructo; en su defecto o por insuficiencia de éste, se observarán las disposiciones contenidas
en las dos secciones siguientes.
El usufructuario tendrá derecho a percibir todos los frutos naturales, industriales y civiles de
los bienes usufructuados. Respecto de los tesoros que se hallaren en la finca, será considerado
como extraño.
Si el usufructuario hubiere arrendado las tierras o heredades dadas en usufructo, y acabare éste
antes de terminar el arriendo, sólo percibirán él o sus herederos y sucesores la parte proporcional
de la renta que debiere pagar el arrendatario.
Los frutos civiles se entienden percibidos día por día, y pertenecen al usufructuario en
proporción al tiempo que dure el usufructo.
Artículo 404. — Derecho a percibir renta, pensión, intereses o beneficios. (31 L.P.R.A. § 1515)
Si el usufructo se constituye sobre el derecho a percibir una renta o una pensión periódica, bien
consista en metálico, bien en frutos, o los intereses de obligaciones o títulos al portador, se
considerará cada vencimiento como productos o frutos de aquel derecho.
Si consistiere en el goce de los beneficios que diese una participación en una explotación
industrial o mercantil cuyo reparto no tuviese vencimiento fijo, tendrán aquéllos la misma
consideración.
En uno y otro caso se repartirán como frutos civiles, y se aplicarán en la forma que previene el
artículo anterior.
No corresponden al usufructuario de los predios en que existan minas los productos de las
minas, a no ser que expresamente se le concedan en el título constitutivo del usufructo, o que sea
universal.
Podrá, sin embargo, el usufructuario extraer piedras, cal y yeso de las canteras para
reparaciones u obras que estuviere obligado a hacer, o que fueren necesarias, en la finca
usufructuada.
La calidad de usufructuario no priva al dueño del terreno del derecho de propiedad que le
corresponda en los minerales de todo género que existan en el subsuelo.
Artículo 408. — Derecho por accesión, por servidumbres y por beneficios. (31 L.P.R.A. §
1519)
El usufructuario tendrá derecho de disfrutar del aumento que reciba por accesión la cosa
usufructuada, de las servidumbres que tenga a su favor, y en general de todos los beneficios
inherentes a la misma.
Si el usufructo comprendiera cosas que sin consumirse se deteriorasen poco a poco por el uso,
el usufructuario tendrá derecho a servirse de ellas empleándolas según su destino, y no estará
obligado a restituirlas al concluir el usufructo sino en el estado en que se encuentren, pero con la
obligación de indemnizar al propietario del deterioro que hubiesen sufrido por su dolo o
negligencia.
Artículo 413. — Arboles o arbustos destruidos por huracán, y otros. (31 L.P.R.A. § 1524)
El usufructuario de un monte disfrutará de todos los aprovechamientos que pueda éste producir
según su naturaleza.
Siendo el monte tallar o de maderas de construcción, podrá el usufructuario hacer en él las
talas o las cortas ordinarias que solía hacer el dueño, y en su defecto las hará acomodándose en el
modo, porción y época, a la costumbre del lugar.
En todo caso, hará las talas o las cortas de modo que no perjudiquen a la conservación de la
finca.
En los viveros de árboles, podrá el usufructuario hacer la entresaca necesaria para que los que
queden puedan desarrollarse convenientemente.
Fuera de lo establecido en los párrafos anteriores, el usufructuario no podrá cortar árboles por
el pie como no sea para reponer o mejorar alguna de las cosas usufructuadas, y en este caso ha de
saber previamente el propietario la necesidad de la obra.
Artículo 415. — Usufructuario de acción para reclamar bienes. (31 L.P.R.A. § 1526)
El usufructuario de una acción para reclamar un predio o derecho real, o un bien mueble, tiene
derecho a ejercitarla y obligar al propietario de la acción a que le ceda para este fin su
representación y le facilite los elementos de prueba de que disponga. Si por consecuencia del
ejercicio de la acción adquiriese la cosa reclamada, el usufructo se limitará a sólo los frutos,
quedando el dominio para el propietario.
El usufructuario podrá hacer en los bienes objeto del usufructo las mejoras útiles o de recreo
que tuviere por conveniente, con tal que no altere su forma o substancia, pero no tendrá por ello
derecho a indemnización. Podrá no obstante, retirar dichas mejoras, si fuere posible hacerlo sin
detrimento de los bienes.
El usufructuario podrá compensar los desperfectos de los bienes con las mejoras que en ellos
hubiese hecho.
El propietario de bienes en que otro tenga el usufructo podrá enajenarlos, pero no alterar su
forma ni sustancia, ni hacer en ellos nada que perjudique al usufructuario.
Artículo 418. — Usufructuario de parte de una cosa poseída en común. (31 L.P.R.A. § 1529)
El usufructuario de parte de una cosa poseída en común ejercerá todos los derechos que
correspondan al propietario de ella referentes a la administración y a la percepción de frutos e
intereses. Si cesare la comunidad por dividirse la cosa poseída en común, corresponderá al
usufructuario el usufructo de la parte que se adjudicare al propietario o condueño.
El usufructuario, cualquiera que sea el título del usufructo, podrá ser dispensado de la
obligación de hacer inventario o de prestar fianza, cuando de ello no resultare perjuicio a nadie.
No prestando el usufructuario la fianza en los casos en que debe darla, podrá el propietario
exigir que los inmuebles se pongan en administración, que los muebles se vendan, que los efectos
públicos, títulos de crédito nominativos o al portador se conviertan en inscripciones o se depositen
en un banco o establecimiento público, y que los capitales o sumas en metálico y el precio de la
enajenación de los bienes muebles se inviertan en valores seguros.
El interés del precio de las cosas muebles y de los efectos públicos y valores, y los productos
de los bienes puestos en administración pertenecen al usufructuario.
También podrá el propietario, si lo prefiere, mientras el usufructuario no preste fianza o quede
dispensado de ella, retener en su poder los bienes del usufructo en calidad de administrador, y con
la obligación de entregar al usufructuario su producto líquido, deducida la suma que por dicha
administración se convenga o judicialmente se le señale.
Artículo 423. — Entrega de muebles bajo caución juratoria. (31 L.P.R.A. § 1545)
Si el usufructuario que no haya prestado fianza, reclamare bajo caución juratoria, la entrega de
los muebles necesarios para su uso, y que se le asigne habitación para él y su familia en una casa
comprendida en el usufructo, podrá el Tribunal Superior acceder a esta petición, consultadas las
circunstancias del caso.
Lo mismo se entenderá respecto de los instrumentos, herramientas y demás bienes muebles
necesarios para la industria a que se dedique.
Si no quiere el propietario que se vendan algunos muebles por su mérito artístico o porque
tengan un precio de afección, podrá exigir que se le entreguen afianzando el abono del interés legal
del valor en tasación.
Artículo 424. — Derecho a los productos después de prestada la fianza. (31 L.P.R.A. § 1546)
Prestada la fianza por el usufructuario, tendrá derecho a todos los productos desde el día en
que, conforme al título constitutivo del usufructo, debió comenzar a percibirlos.
El usufructuario deberá cuidar las cosas dadas en usufructo como un buen padre de familia.
Artículo 426. — Responsabilidad por daños cuando se enajena o arrienda. (31 L.P.R.A. §
1548)
El usufructuario estará obligado a hacer las reparaciones ordinarias que necesiten las cosas
dadas en usufructo.
Se considerarán ordinarias las que exijan los deterioros o desperfectos que procedan del uso
natural de las cosas, y sean indispensables para su conservación. Si no las hiciere después de
requerido por el propietario, podrá éste hacerlas por sí mismo a costa del usufructuario.
Artículo 430. — Reparaciones extraordinarias hechas por el dueño; por el usufructuario. (31
L.P.R.A. § 1552)
Artículo 431. — Obras y mejoras hechas por el propietario. (31 L.P.R.A. § 1553)
El propietario podrá hacer las obras y mejoras de que sea susceptible la finca usufructuada, o
nuevas plantaciones en ella si fuere rústica, siempre que por tales actos no resulte disminuido el
valor del usufructo, ni se perjudique el derecho del usufructuario.
Artículo 432. — Cargas y contribuciones de cuenta del usufructuario. (31 L.P.R.A. § 1554)
Las contribuciones que durante el usufructo se impongan directamente sobre el capital, serán
de cargo del propietario.
Si éste las hubiese satisfecho, deberá el usufructuario abonarle los intereses correspondientes
a las sumas que en dicho concepto hubiese pagado, y si las anticipare el usufructuario, deberá
recibir su importe al fin del usufructo.
Artículo 435. — Créditos que formen parte del usufructo; inversión de capital. (31 L.P.R.A.
§ 1557)
El usufructuario podrá reclamar por sí los créditos vencidos que formen parte del usufructo, si
tuviese dada o diere la fianza correspondiente. Si estuviere dispensado de prestar fianza o no
hubiere podido constituirla, o la constituida no fuese suficiente, necesitará autorización del
propietario, o del Tribunal Superior en su defecto, para recobrar dichos créditos.
El usufructuario con fianza podrá dar al capital que realice, el destino que estime conveniente.
El usufructuario sin fianza deberá poner a interés dicho capital de acuerdo con el propietario; a
falta de acuerdo entre ambos, con autorización judicial; y en todo caso con las garantías suficientes
para mantener la integridad del capital usufructuado.
El usufructuario universal deberá pagar por entero el legado de renta vitalicia o pensión de
alimentos.
El usufructuario de una parte alícuota de la herencia lo pagará en proporción a su cuota.
En ninguno de los dos casos quedará obligado el propietario al reembolso.
El usufructuario de una o más cosas particulares sólo pagará el legado cuando la renta o pensión
estuviese constituida determinadamente sobre ellas.
El usufructuario de una finca hipotecada no estará obligado a pagar las deudas por cuya
seguridad se estableció la hipoteca.
Si la finca se embargare o vendiere judicialmente para el pago de la deuda, el propietario
responderá al usufructuario de lo que pierda por este motivo.
Artículo 439. — Actos de tercero perjudiciales a los derechos de propiedad. (31 L.P.R.A. §
1561)
Serán de cuenta del usufructuario los gastos, costas y condenas de los pleitos sostenidos sobre
el usufructo.
El usufructo se extingue:
(1) Por muerte del usufructuario.
(2) Por expirar el plazo por que se constituyó, o cumplirse la condición resolutoria consignada en
el título constitutivo.
(3) Por la reunión del usufructo y propiedad en una misma persona.
(4) Por la renuncia del usufructuario.
(5) Por la pérdida total de la cosa objeto del usufructo.
(6) Por la resolución del derecho del constituyente.
(7) Por prescripción.
Si la cosa dada en usufructo se perdiera sólo en parte, continuará este derecho en la parte
restante.
Artículo 444. — Usufructo concedido hasta que un tercero llegue a cierta edad. (31 L.P.R.A.
§ 1574)
El usufructo concedido por el tiempo que tarde un tercero en llegar a cierta edad, subsistirá el
número de años prefijados aunque el tercero muera antes, salvo si dicho usufructo hubiese sido
expresamente concedido sólo en atención a la existencia de dicha persona.
Artículo 445. — Usufructo constituido sobre finca con edificio que se destruyere. (31 L.P.R.A.
§ 1575)
Si el usufructo estuviere constituido sobre una finca de que forme parte un edificio y éste
llegare a perecer, de cualquier modo que sea, el usufructuario tendrá derecho a disfrutar del suelo
y de los materiales.
Lo mismo sucederá cuando el usufructo estuviere constituido solamente sobre un edificio y
éste pereciere. Pero en tal caso, si el propietario quisiere construir otro edificio, tendrá derecho a
ocupar el suelo y a servirse de los materiales, quedando obligado a pagar al usufructuario, mientras
dure el usufructo, los intereses de las sumas correspondientes al valor del suelo y de los materiales.
Si la cosa usufructuada fuere expropiada por causa de utilidad pública, el propietario estará
obligado, o bien a subrogarla con otra de igual valor y en análogas condiciones, o bien a abonar al
usufructuario el interés legal del importe de la indemnización por todo el tiempo que deba durar el
usufructo. Si el propietario optare por lo último, deberá afianzar el pago de los réditos.
Artículo 448. — Usufructo no se extingue por mal uso. (31 L.P.R.A. § 1578)
El usufructo no se extingue por el mal uso de la cosa usufructuada; pero si el abuso infiriese
considerable perjuicio al propietario, podrá éste pedir que se le entregue la cosa, obligándose a
pagar anualmente al usufructuario el producto líquido de la misma, después de deducir los gastos
y el premio que se le asignare por su administración.
Artículo 449. — Usufructo en provecho de varias personas, cuándo se extingue. (31 L.P.R.A.
§ 1579)
Uso es el derecho concedido a una persona para disfrutar graciosamente de una cosa
perteneciente a otra, o para percibir una porción de los frutos que ella produzca, en cuanto fuere
bastante para las necesidades del usuario y de su familia.
Artículo 453. — Establecimiento de los derechos de uso y habitación. (31 L.P.R.A. § 1593)
El usufructo de una propiedad se distingue del uso de la misma en que el disfrute de la cosa
por parte del usufructuario no está limitado a lo necesario para su sustento y el de su familia, sino
que él puede percibir todos los frutos y disponer de ellos libremente.
El usuario sólo tiene derecho a percibir los frutos necesarios para su personal sustento y el de
su familia.
El usuario puede también percibir los frutos necesarios para el sostenimiento de su mujer e
hijos, aun cuando hubiese contraído matrimonio después de habérsele concedido el uso.
Las facultades y obligaciones del usuario y del que tiene derecho de habitación se regularán
por el título constitutivo de estos derechos, y en su defecto por las disposiciones siguientes.
Los derechos de uso y habitación no se pueden arrendar ni traspasar a otro por ninguna clase
de título.
El que tuviere el uso de un ganado, podrá aprovecharse de las crías, leche y lana, en cuanto
basten para su consumo y el de su familia, así como también del estiércol necesario para el abono
de las tierras que cultive.
Si el usuario consumiere todos los frutos de la cosa ajena, o el que tuviere derecho de habitación
ocupare toda la casa, será obligado a los gastos de cultivo, a los reparos ordinarios de conservación
y al pago de las contribuciones, del mismo modo que el usufructuario.
Si sólo percibiere parte de los frutos o habitare parte de la casa, no deberá contribuir con nada,
siempre que quede al propietario una parte de frutos o aprovechamientos bastantes para cubrir los
gastos y las cargas. Si no fueren bastantes, suplirá aquél lo que falte.
Artículo 459. — Derecho de uso durante la vida del usuario. (31 L.P.R.A. § 1599)
El derecho de uso puede tener lugar por la vida del usuario en el caso de que el título que lo
concede no fijase el tiempo de su duración.
Artículo 460. — Cómo afecta el matrimonio al derecho de habitación. (31 L.P.R.A. § 1600)
El que tiene el derecho de habitación en la casa, puede residir en ella con su familia aunque no
hubiese sido casado al tiempo de habérsele concedido el derecho.
Las disposiciones establecidas para el usufructo son aplicables a los derechos de uso y
habitación, en cuanto no se opongan a lo ordenado en el presente Capítulo.
Los derechos de uso y habitación se extinguen por las mismas causas que el usufructo y además
por abusos graves de la cosa y de la habitación.
Artículo 465. — Servidumbre, definición de; predios dominante y sirviente. (31 L.P.R.A. §
1631)
Artículo 467. — Clases de servidumbres- Personales; reales o prediales. (31 L.P.R.A. § 1633)
Todas las servidumbres que afectan a las tierras pueden ser divididas en dos clases: personales
y reales.
Las servidumbres personales son aquéllas inseparablemente unidas a la persona para cuyo
beneficio han sido establecidas y que terminan con su vida. Estas servidumbres son de tres clases:
usufructo, uso y habitación.
Servidumbres reales, que son también llamadas servidumbres prediales, son aquellas que
disfruta el propietario de una finca, constituidas sobre otra propiedad vecina para beneficio de
aquélla.
Se llaman servidumbres prediales, porque estableciéndose para beneficio de una propiedad, las
obligaciones que la constituyen se prestan respecto de dicha propiedad y no respecto de la persona
que sea su dueño.
Las servidumbres son indivisibles. Si el predio sirviente se divide entre dos o más, la
servidumbre no se modifica y cada uno de ellos tiene que tolerarla en la parte que le corresponda.
Si es el predio dominante el que se divide entre dos o más, cada porcionero puede usar por
entero de la servidumbre, no alterando el lugar de su uso, ni gravándola de otra manera.
Las servidumbres se establecen por la ley o por la voluntad de los propietarios. Aquéllas se
llaman legales y éstas voluntarias.
Artículo 473. — Adquisición por título o por prescripción. (31 L.P.R.A. § 1651)
Artículo 474. — Cómputo del tiempo para la prescripción. (31 L.P.R.A. § 1652)
Para adquirir por prescripción las servidumbres a que se refiere el artículo anterior, el tiempo
de la posesión se contará: en las positivas, desde el día en que el dueño del predio dominante, o el
que haya aprovechado la servidumbre, hubiere empezado a ejercerla sobre el predio sirviente; y
en las negativas, desde el día en que el dueño del predio dominante hubiere prohibido por un acto
formal al del predio sirviente la ejecución del hecho que sería lícito sin la servidumbre.
Artículo 475. — Servidumbres que sólo se adquieren por título. (31 L.P.R.A. § 1653)
Las servidumbres continuas no aparentes y las discontinuas, sean o no aparentes, sólo podrán
adquirirse en virtud de título.
La falta de título constitutivo de las servidumbres que no pueden adquirirse por prescripción,
únicamente se pueden suplir por la escritura de reconocimiento del dueño del predio sirviente, o
por una sentencia firme.
Artículo 477. — Signo de servidumbre establecido por propietario de dos fincas. (31 L.P.R.A.
§ 1655)
Al establecerse una servidumbre se entienden concedidos todos los derechos necesarios para
su uso.
Artículo 479. — Obras para el uso y conservación de la servidumbre. (31 L.P.R.A. § 1671)
El dueño del predio dominante podrá hacer a su costo en el predio sirviente las obras necesarias
para el uso y conservación de la servidumbre, pero sin alterarla ni hacerla más gravosa.
Deberá elegir para ello el tiempo y la forma convenientes, a fin de ocasionar la menor
incomodidad posible al dueño del predio sirviente.
Si fuesen varios los predios dominantes, los dueños de todos ellos estarán obligados a
contribuir a los gastos de que trata el artículo anterior, en proporción al beneficio que a cada cual
reporta la obra. El que no quiera contribuir podrá eximirse renunciando a la servidumbre en
provecho de los demás.
Si el dueño del predio sirviente se utilizare en algún modo de la servidumbre, estará obligado
a contribuir a los gastos en la proporción antes expresada, salvo pacto en contrario.
El dueño del predio sirviente no podrá menoscabar de modo alguno el uso de la servidumbre
constituida.
Sin embargo, si por razón del lugar asignado primitivamente, o de la forma establecida para el
uso de la servidumbre, llegare ésta a ser muy incómoda al dueño del predio sirviente o le privase
de hacer en él obras, reparos o mejoras importantes, podrá variarse a su costa, siempre que ofrezca
otro lugar o forma igualmente cómodos, y de suerte que no resulte perjuicio alguno al dueño del
predio dominante o a los que tengan derecho al uso de la servidumbre.
Este término principiará a contarse desde el día en que hubiera dejado de usarse la servidumbre
respecto a las discontinuas; y desde el día en que haya tenido lugar un acto contrario a la
servidumbre respecto a las continuas.
(3) Cuando los predios vengan a tal estado que no pueda usarse de la servidumbre; pero ésta
revivirá si después el estado de los predios permitiera usar de ella, a no ser que cuando sea posible
el uso haya transcurrido el tiempo suficiente para la prescripción, conforme a lo dispuesto en el
número anterior.
(4) Por llegar el día o realizarse la condición, si la servidumbre fuere temporal o condicional.
(5) Por la renuncia del dueño del predio dominante.
(6) Por la redención convenida entre el dueño del predio dominante y del sirviente.
Artículo 484. — Prescripción impedida por el uso de la servidumbre hecho por uno de varios
dueños. (31 L.P.R.A. § 1683)
Las servidumbres impuestas por la ley tienen por objeto la utilidad pública o el interés de los
particulares.
Artículo 486. — Leyes que gobiernan las servidumbres de utilidad pública. (31 L.P.R.A. §
1702)
Todo lo concerniente a las servidumbres establecidas para utilidad pública o comunal se regirá
por las leyes y reglamentos especiales que las determinan, y en su defecto, por las disposiciones
del presente título.
Artículo 487. — Leyes que gobiernan las servidumbres en interés de particulares. (31
L.P.R.A. § 1703)
Las servidumbres que impone la ley en interés de los particulares, o por causa de utilidad
privada, se regirán por las disposiciones del presente título, sin perjuicio de lo que dispongan las
leyes, reglamentos y ordenanzas generales o locales sobre policía urbana o rural.
Estas servidumbres podrán ser modificadas por convenio de los interesados cuando no lo
prohíba la ley ni resulte perjuicio a tercero.
Artículo 488. — Aguas que descienden naturalmente de predios superiores. (31 L.P.R.A. §
1711)
Los predios inferiores están sujetos a recibir las aguas que naturalmente y sin obra del hombre
descienden de los predios superiores, así como la tierra o piedra que arrastran en su curso.
Ni el dueño del predio inferior puede hacer obras que impidan esta servidumbre, ni el del
superior obras que la agraven.
Las riberas de los ríos, aun cuando sean de dominio privado, están sujetas en toda su extensión
y en sus márgenes, en una zona de tres (3) metros, a la servidumbre de uso público en interés
general de la navegación, la flotación, la pesca y el salvamento.
Los predios contiguos a las riberas de los ríos navegables o flotables están además sujetos a la
servidumbre de camino de sirga para el servicio exclusivo de la navegación y flotación fluvial.
Si fuere necesario ocupar para ello terrenos de propiedad particular, precederá la
correspondiente indemnización.
Las servidumbres forzosas de saca de agua y de abrevadero solamente podrán imponerse por
causa de utilidad pública en favor de alguna población o caserío, previa la correspondiente
indemnización.
Las servidumbres de saca de agua y de abrevadero llevan consigo la obligación en los predios
sirvientes de dar paso a personas y ganados hasta el punto donde hayan de utilizarse aquéllas,
debiendo ser extensiva a este servicio la indemnización.
Artículo 493. — Paso de aguas por predios intermedios. (31 L.P.R.A. § 1716)
Todo el que quiera servirse del agua de que puede disponer para una finca suya, tiene derecho
a hacerla pasar por los predios intermedios, con obligación de indemnizar a sus dueños, como
también a los de predios inferiores sobre los que se filtren o caigan las aguas.
El que pretenda usar del derecho concedido en el artículo anterior está obligado:
1. A justificar que puede disponer del agua y que ésta es suficiente para el uso a que la destina.
2. A demostrar que el paso que solicita es el más conveniente y menos oneroso para tercero.
3. A indemnizar al dueño del predio sirviente en la forma que se determine por las leyes y
reglamentos.
Artículo 495. — La Servidumbre de acueducto no puede imponerse sobre edificios, etc. (31
L.P.R.A. § 1718)
Artículo 496. — Cierre y edificación del predio sirviente. (31 L.P.R.A. § 1719)
La servidumbre de acueducto no obsta para que el dueño del predio sirviente pueda cerrarlo y
cercarlo, así como edificar sobre el mismo acueducto de manera que éste no experimente perjuicio,
ni se imposibiliten las reparaciones y limpias necesarias.
Para los efectos legales de la servidumbre de acueducto será considerada como continua y
aparente, aun cuando no sea constante el paso del agua, o su uso dependa de las necesidades del
predio dominante, o de un turno establecido por días o por horas.
El que para dar riego a su heredad o mejorarla, necesite construir parada o partidor en el cauce
por donde haya de recibir el agua, podrá exigir que los dueños de las márgenes permitan su
construcción, previo abono de daños y perjuicios, inclusos los que se originen de la nueva
servidumbre a dichos dueños y a los demás regantes.
Artículo 499. — Leyes porque se regirán las servidumbre de aguas. (31 L.P.R.A. § 1722)
Artículo 500. — Derecho de paso para salir a camino público. (31 L.P.R.A. § 1731)
El propietario de una finca o heredad enclavada entre otras ajenas y sin salida a camino público,
tiene derecho a exigir paso por las heredades vecinas, previa la correspondiente indemnización.
Si esta servidumbre se constituye de manera que pueda ser continuo su uso para todas las
necesidades del predio dominante, estableciendo una vía permanente, la indemnización consistirá
en el valor del terreno que se ocupe y en el importe de los perjuicios que se causen en el predio
sirviente.
Cuando se limite al paso necesario para el cultivo de la finca enclavada entre otras y para la
extracción de sus cosechas a través del predio sirviente, sin vía permanente, la indemnización
consistirá en el abono del perjuicio que ocasione este gravamen.
Artículo 501. — Sitio por donde debe darse. (31 L.P.R.A. § 1732)
La servidumbre de paso debe darse por el punto menos perjudicial al predio sirviente, y en
cuanto fuere conciliable con esta regla por donde sea menor la distancia del predio dominante al
camino público.
La anchura de la servidumbre de paso será la que baste a las necesidades del predio dominante.
Artículo 503. — Cuándo debe concederse sin indemnización. (31 L.P.R.A. § 1734)
Si adquirida una finca por venta, permuta o partición, quedare enclavada entre otras del
vendedor, permutante o copartícipe, éstos están obligados a dar paso sin indemnización, salvo
pacto en contrario.
Si el paso concedido a una finca enclavada deja de ser necesario por haberla reunido su dueño
a otra que esté contigua al camino público, el dueño del predio sirviente podrá pedir que se extinga
la servidumbre, devolviendo lo que hubiera recibido por indemnización.
Lo mismo se entenderá en el caso de abrirse un nuevo camino que dé acceso a la finca
enclavada.
Artículo 505. — Transporte de materiales; andamios para edificio. (31 L.P.R.A. § 1736)
Si fuese indispensable para construir o reparar algún edificio pasar materiales por predio ajeno
o colocar en él andamios u otros objetos para la obra, el dueño de este predio está obligado a
consentirlo, recibiendo la indemnización correspondiente al perjuicio que se le irrogue.
Las servidumbres existentes de paso para ganados, y las de abrevadero, se regirán por las
ordenanzas y reglamentos del ramo, y en su defecto por el uso y costumbre del lugar.
Cuando sea necesario establecer la servidumbre forzosa de paso o la de abrevadero para
ganados, se observará lo dispuesto en esta Sección y en los Artículos 491 y 492. En este caso la
anchura no podrá exceder de diez (10) metros.
La servidumbre de medianería se regirá por las disposiciones de este título y por las ordenanzas
y usos locales en cuanto no se opongan a ella, o no esté prevenido en la misma.
En todos estos casos la propiedad de las paredes, vallados o setos, se entenderá que pertenece
exclusivamente al dueño de la finca o heredad que tenga a su favor la presunción fundada en
cualquiera de los signos indicados.
Las zanjas o acequias abiertas entre las heredades se presumen también medianeras, si no hay
título o signo que demuestre lo contrario.
Hay signo contrario a la medianería cuando la tierra o broza sacada para abrir la zanja o para
su limpieza se halle de un solo lado, en cuyo caso la propiedad de la zanja pertenecerá
exclusivamente al dueño de la heredad que tenga a su favor este signo exterior.
Artículo 512. — Derribo de edificio apoyado en pared medianera. (31 L.P.R.A. § 1756)
Si el propietario de un edificio que se apoya en una pared medianera quisiera derribarlo, podrá
igualmente renunciar a la medianería, pero serán de su cuenta todas las reparaciones y obras
necesarias para evitar por aquella vez solamente, los daños que el derribo pueda ocasionar a la
pared medianera.
Todo propietario puede alzar la pared medianera, haciéndolo a sus expensas e indemnizando
los perjuicios que se ocasionen con la obra, aunque sean temporales.
Serán igualmente de su cuenta los gastos de conservación de la pared, en lo que ésta se haya
levantado o profundizado sus cimientos respecto de lo que estaba antes; y además la indemnización
de los mayores gastos que haya que hacer para la conservación de la pared medianera por la razón
de la mayor altura o profundidad que se le haya dado.
Si la pared medianera no pudiese resistir la mayor elevación, el propietario que quiera
levantarla tendrá obligación de reconstruirla a su costa; y si para ello fuere necesario daría mayor
espesor, deberá darlo de su propio suelo.
Los demás propietarios que no hayan contribuido a dar más elevación, profundidad o espesor
a la pared, podrán, sin embargo, adquirir en ella los derechos de medianería, pagando
proporcionalmente el importe de la obra y la mitad del valor del terreno sobre el que se le hubiese
dado mayor espesor.
Cada propietario de una pared medianera podrá usar de ella en proporción al derecho que tenga
en la mancomunidad; podrá, por lo tanto, edificar apoyando su obra en la pared medianera,
introduciendo vigas hasta la mitad de su espesor, pero sin impedir el uso común y respectivo de
los demás medianeros.
Para usar el medianero de este derecho ha de obtener previamente el consentimiento de los
demás interesados en la medianería; y si no lo obtuviere, se fijarán por peritos las condiciones
necesarias para que la nueva obra no perjudique a los derechos de aquéllos.
Ningún medianero puede, sin consentimiento del otro, abrir en pared medianera ventana ni
hueco alguno.
El dueño de una pared no medianera, contigua a finca ajena, puede abrir en ella ventana o
huecos para recibir luces a la altura de las carreras, o inmediatos a los techos, y de las dimensiones
de 30 centímetros en cuadro, y en todo caso, con reja de hierro remetida en la pared y con red de
alambre.
Sin embargo, el dueño de la finca o propiedad contigua a la pared en que estuvieren abiertos
los huecos podrá cerrarlos si adquiere la medianería, y no se hubiera pactado lo contrario.
También podrá cubrirlos edificando en su terreno o levantando pared contigua a la que tenga
dicho hueco o ventana.
No se puede abrir ventanas con vistas rectas, ni balcones u otros voladizos semejantes, sobre
la finca del vecino si no hay un metro y medio de distancia entre la pared en que se construyan y
dicha propiedad.
Tampoco pueden tenerse vistas de costado u oblicuas sobre la misma propiedad, si no hay
sesenta (60) centímetros de distancia.
Las distancias, de que se habla en el artículo anterior, se contarán en las vistas rectas desde la
línea exterior de la pared en los huecos en que no haya voladizos, desde la línea de éstos donde los
haya, y para las oblicuas desde la línea de separación de las dos propiedades.
Artículo 520. — Edificios separados por la vía pública. (31 L.P.R.A. § 1775)
Lo dispuesto en el Artículo 518 de esta Sección no es aplicable a los edificios separados por
una vía pública.
Artículo 521. — Distancia a que se podrá edificar cuando se ha adquirido derecho. (31
L.P.R.A. § 1776)
Cuando por cualquier título se hubiera adquirido derecho a tener vistas directas, balcones o
miradores sobre la propiedad colindante, el dueño del predio sirviente no podrá edificar a menos
de dos metros de distancia, tomándose la medida de la manera indicada en el Artículo 519.
El propietario de un edificio está obligado a construir sus tejados o cubierta de manera que las
aguas pluviales caigan sobre su propio suelo o sobre la calle o sitio público, y no sobre el suelo del
vecino. Aun cayendo sobre propio suelo, el propietario está obligado a recoger las aguas de modo
que no causen perjuicio al predio contiguo.
El dueño del predio que sufra la servidumbre de vertiente de los tejados, podrá edificar
recibiendo las aguas sobre su propio tejado o dándoles otra salida conforme a las ordenanzas o
costumbres locales, y de modo que no resulte gravamen ni perjuicio alguno para el predio
dominante.
Cuando el corral o patio de una casa se halle enclavado entre otras, y no sea posible dar salida
por la misma casa a las aguas pluviales que en él se recojan, podrá exigirse el establecimiento de
la servidumbre de desagüe, dando paso a las aguas por el punto de los predios contiguos en que
sea más fácil la salida, y estableciéndose el conducto de desagüe en la forma que menos perjuicio
ocasione al predio sirviente, previa la indemnización que corresponda.
Sección séptima. —De las distancias y obras intermedias para ciertas construcciones
y plantaciones
No se podrá edificar ni hacer plantaciones cerca de las plazas fuertes o fortalezas sin sujetarse
a las condiciones exigidas por las leyes, ordenanzas y reglamentos particulares de la materia.
Nadie podrá construir cerca de una pared ajena o medianera pozos, cloacas, acueductos,
hornos, fraguas, chimeneas, establos, depósitos de materias corrosivas, artefactos que se muevan
por el vapor, o fábricas que por sí mismas o por sus productos sean peligrosas o nocivas, sin
guardar las distancias prescritas por los reglamentos y usos del lugar, y sin ejecutar las obras de
resguardo necesarias con sujeción, en el modo, a las condiciones que los mismos reglamentos
prescriban.
A falta de reglamento, se tomarán las medidas que se juzguen necesarias, previo dictamen
pericial, a fin de evitar todo daño o perjuicio a los vecinos.
No se podrá plantar árboles cerca de una heredad ajena sino a la distancia autorizada por las
ordenanzas o la costumbre del lugar, y en su defecto a la de dos metros de la línea divisoria de las
heredades si la plantación se hace de árboles altos, y a la de 50 centímetros si la plantación es de
arbustos o árboles bajos.
Todo propietario tiene derecho a pedir que se arranquen los árboles que en adelante se
plantaren a menor distancia de su heredad.
Si las ramas de algunos árboles se extendieren sobre una heredad, jardines o patios vecinos,
tendrá el dueño de éstos derecho a reclamar que se corten en cuanto se extiendan sobre su
propiedad, y si fueren las raíces de los árboles vecinos las que se extendiesen en el suelo de otro,
el dueño del suelo en que se introduzcan podrá cortarlas por sí mismo dentro de su heredad.
Todo propietario de una finca puede establecer en ella las servidumbres que tenga por
conveniente, y en el modo y forma que bien le parezca, siempre que no contravenga a las leyes ni
al orden público.
El que tenga la propiedad de una finca, cuyo usufructo pertenezca a otro, podrá imponer sobre
ella, sin el consentimiento del usufructuario, las servidumbres que no perjudiquen al derecho del
usufructo.
Artículo 532. — Consentimiento de personas que tengan el dominio directo y el útil. (31
L.P.R.A. § 1823)
Cuando pertenezca a una persona el dominio directo de una finca, y a otra el dominio útil, no
podrá establecerse sobre ella servidumbre voluntaria perpetua, sin el consentimiento de ambos
dueños.
Para imponer una servidumbre sobre un fundo indiviso se necesita el consentimiento de todos
los copropietarios.
La concesión hecha solamente por algunos, quedará en suspenso hasta tanto que la otorgue el
último de todos los partícipes o comuneros.
Pero la concesión hecha por uno de los copropietarios, separadamente de los otros, obliga al
concedente y a sus sucesores, aunque lo sea a título particular, a no impedir el ejercicio del derecho
concedido.
Artículo 534. — Derechos y obligaciones bajo servidumbre adquirida por prescripción. (31
L.P.R.A. § 1825)
Artículo 535. — Costo de obras para uso y conservación de la servidumbre. (31 L.P.R.A. §
1826)
Si el dueño del predio sirviente se viera obligado, al constituirse la servidumbre, a costear las
obras necesarias para el uso y conservación de la misma, podrá librarse de esta carga abandonando
su predio al dueño del dominante.
Artículo 536. — Comunidad de pastos, cómo podrá establecerse. (31 L.P.R.A. § 1827)
La comunidad de pastos sólo podrá establecerse en lo sucesivo por concesión expresa de los
propietarios, que resulte de contrato o de última voluntad, y no a favor de una universalidad de
individuos y sobre una universalidad de bienes, sino a favor de determinados individuos y sobre
predios también ciertos y determinados.
La servidumbre establecida conforme a este artículo se regirá por el título de su institución.
Si entre los vecinos de uno o más pueblos existiere comunidad de pastos, el propietario que
cercare con tapia o seto una finca, la hará libre de la comunidad. Quedarán, sin embargo,
subsistentes las demás servidumbres que sobre la misma estuviesen establecidas. El propietario
que cercare su finca conservará su derecho a la comunidad de pastos en las otras fincas no cercadas.
El dueño de terreno gravado con la servidumbre de pastos podrá redimir esta carga mediante
el pago de su valor a los que tengan derecho a la servidumbre.
A falta de convenio, se fijará el capital para la redención sobre la base del cuatro por ciento
(4%) del valor anual de los pastos, regulado por tasación pericial.
Artículos 541 - 544. — Derogados. [Ley 87 de 13 de Mayo de 1936] (31 L.P.R.A. §§ 1851-1857)
[Nota: Derogada y sustituida por la Ley 195-2011, “Ley del Derecho a la Protección del Hogar Principal y el Hogar
Familiar”]
CAPÍTULO ÚNICO
El registro de la propiedad tiene por objeto la inscripción o anotación de los actos o contratos
relativos al dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles.
Los títulos de dominio o de otros derechos reales sobre bienes inmuebles, que no estén
debidamente inscritos o anotados en el registro de la propiedad, no perjudicaran a tercero.
El registro de la propiedad será público para los efectos de averiguar el estado de los bienes
inmuebles o derechos reales anotados e inscritos.
Para determinar los títulos sujetos a inscripción y anotación, la forma, efectos y extinción de
las mismas, la manera de llevar el registro y el valor de los asientos de sus libros se estará a lo
dispuesto en la Ley Hipotecaria.
Disposición Preliminar
Título I. — De la Ocupación
Se adquieren por la ocupación los bienes apropiables por su naturaleza que carecen de dueño,
como los animales que son objeto de la caza y pesca, el tesoro oculto y las cosas muebles
abandonadas.
Las palomas, conejos y peces, que de sus respectivos criaderos pasaren a otro perteneciente a
distinto dueño, serán propiedad de éste, siempre que no hayan sido atraídos por medio de algún
artificio o fraude.
El que por casualidad descubriere un tesoro oculto en propiedad ajena, tendrá el derecho que
le concede el Artículo 285, Capítulo I, Título II, Libro II de este Código.
El que encontrare una cosa mueble que no sea tesoro debe restituirla a su anterior poseedor. Si
éste no fuere conocido deberá consignarla inmediatamente en poder del alcalde del pueblo en
donde se hubiere verificado el hallazgo.
El alcalde hará publicar éste fijando avisos escritos a tal efecto en el pasillo principal del
edificio municipal, en el correo y en la colecturía de rentas internas por dos semanas consecutivas.
Si la cosa mueble no pudiere conservarse sin deterioro o sin hacer gastos que disminuyan
notablemente su valor, se venderá en pública subasta luego que hubieren pasado ocho días desde
que terminó la publicación del aviso sin haberse presentado el dueño y se depositará su precio.
Pasados seis meses, a contar desde que terminó la publicación del aviso, sin haberse presentado
el dueño, se adjudicará la cosa encontrada, o su valor, al que la hubiere hallado.
Tanto éste como el propietario estarán obligados, cada cual en su caso, a satisfacer los gastos.
El alcalde notificará por escrito a la persona que hizo el hallazgo, a su última dirección
conocida, para que se presente a tomar posesión de la cosa o de su valor. Si no se supiere su
dirección, se publicará un aviso a tal efecto, por dos semanas consecutivas, en el pasillo principal
del edificio municipal.
Transcurridos quince días desde la notificación postal o desde que terminó la publicación del
aviso, según fuere el caso, sin que se hubiere presentado la persona que hizo el hallazgo a
reclamarlo, la cosa o su valor pasará a ser propiedad municipal.
Artículo 557. — Objetos arrojados al mar o a la playa y plantas que crezcan en su ribera.
(31 L.P.R.A. § 1958)
Los derechos sobre los objetos arrojados al mar o sobre los que las olas arrojen a la playa, de
cualquier naturaleza que sean, o sobre las plantas y hierbas que crezcan en su ribera, se determinan
por leyes especiales.
La donación es un acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente de una
cosa en favor de otra que la acepta.
Artículo 559. — Entre vivos o por causa de muerte. (31 L.P.R.A. § 1982)
Artículo 562. — Donaciones efectivas a la muerte del donante. (31 L.P.R.A. § 1985)
Las donaciones que hayan de producir sus efectos por muerte del donante, participan de la
naturaleza de las disposiciones de última voluntad, y se regirán por las reglas establecidas para la
sucesión testamentaria.
Artículo 563. — Reglas por que se regirán- Donaciones entre vivos. (31 L.P.R.A. § 1986)
Las donaciones que hayan de producir sus efectos entre vivos, se regirán por las disposiciones
generales de los contratos y obligaciones en todo lo que no se halle determinado en este título.
Las donaciones con causa onerosa, se regirán por las reglas de los contratos, y las
remuneratorias por las disposiciones de la presente parte en la parte que excedan del valor del
gravamen impuesto.
Podrán hacer donación todos los que puedan contratar y disponer de sus bienes.
Podrán aceptar las donaciones todos los que no estén especialmente incapacitados por la ley
para ello.
Artículo 568. — Aceptación por personas que no pueden contratar. (31 L.P.R.A. § 2003)
Las personas que no pueden contratar no podrán aceptar donaciones condicionales u onerosas
sin la intervención de sus legítimos representantes.
Las donaciones hechas a los concebidos y no nacidos podrán ser aceptadas por las personas
que legítimamente los representarían si se hubiera verificado ya su nacimiento.
Las donaciones hechas a personas inhábiles son nulas, aunque lo hayan sido simuladamente,
bajo apariencia de otro contrato, por persona interpuesta.
Artículo 572. — Aceptación personal o por medio de apoderado. (31 L.P.R.A. §2007)
El donatario debe, so pena de nulidad, aceptar la donación por sí o por medio de persona
autorizada con poder especial para el caso, o con poder general y bastante.
Las personas que acepten una donación en representación de otras que no puedan hacerlo por
sí, estarán obligadas a procurar la notificación y anotación de que habla el Artículo 575.
Para que sea válida la donación de cosa inmueble ha de hacerse en escritura pública,
expresándose en ella individualmente los bienes donados y el valor de las cargas que deba
satisfacer el donatario.
La aceptación podrá hacerse en la misma escritura de donación o en otra separada; pero no
surtirá efecto si no se hiciese en vida del donante.
Hecha en escritura separada, deberá notificarse la aceptación en forma auténtica al donante, y
se anotará esta diligencia en ambas escrituras.
Artículo 576. — Bienes que puede comprender la donación. (31 L.P.R.A. § 2021)
La donación podrá comprender todos los bienes presentes del donante, o parte de ellos, con tal que
éste se reserve, en plena propiedad o en usufructo, lo necesario para vivir en un estado
correspondiente a sus circunstancias.
Artículo 578. — Limitación a bienes que puedan darse o recibirse por testamento. (31
L.P.R.A. § 2023)
No obstante lo dispuesto en el Artículo 576, ninguno podrá dar ni recibir, por vía de donación,
más de lo que pueda dar o recibir por testamento.
La donación será inoficiosa en todo lo que exceda de esta medida.
Artículo 579. — Donación hecha a varias personas conjuntamente. (31 L.P.R.A. § 2024)
Cuando la donación hubiere sido hecha a varias personas conjuntamente, se entenderá por
partes iguales; y no se dará entre ellas el derecho de acrecer, si el donante no hubiese dispuesto
otra cosa.
Se exceptúan de esta disposición las donaciones hechas conjuntamente a marido y mujer, entre
los cuales tendrá lugar aquel derecho, si el donante no hubiese dispuesto lo contrario.
Artículo 580. — Subrogación del donatario en los derechos y acciones del donante. (31
L.P.R.A. § 2025)
Artículo 581. — Derechos que puede reservarse el donante. (31 L.P.R.A. § 2026)
También se podrá donar la propiedad a una persona y el usufructo a otra u otras, con la
limitación establecida en el Artículo 710 de este Código.
Artículo 583. — Reversión en favor del donante; en favor de tercero. (31 L.P.R.A. § 2028)
Podrá establecerse válidamente la reversión en favor de sólo el donador para cualesquiera caso
y circunstancias, pero no en favor de otras personas sino en los mismos casos y con iguales
limitaciones que determina este Título para las sustituciones testamentarias.
La reversión estipulada por el donante en favor de tercero contra lo dispuesto en el párrafo
anterior, es nula; pero no producirá la nulidad de la donación.
Si la donación se hubiere hecho imponiendo al donatario la obligación de pagar las deudas del
donante, como la cláusula no contenga otra declaración, sólo se entenderá aquél obligado a pagar
las que apareciesen contraídas antes.
Toda donación entre vivos, hecha por persona que no tenga hijos ni descendientes queda
revocada por el mero hecho de ocurrir cualquiera de los casos siguientes:
(1) Que el donante tenga o adopte hijos después de la donación, aunque sean póstumos.
(2) Que resulte vivo el hijo del donante, que éste reputaba muerto cuando hizo la donación.
La donación será revocada a instancia del donante, cuando el donatario haya dejado de cumplir
alguna de las condiciones que aquél le impuso.
En este caso, los bienes donados volverán al donante, quedando nulas las enajenaciones que el
donatario hubiese hecho y las hipotecas que sobre ellos hubiese impuesto con la limitación
establecida en cuanto a terceros, por la Ley Hipotecaria.
También podrá ser revocada la donación, a instancia del donante, por causa de ingratitud en
los casos siguientes:
(1) Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, la honra o los bienes del donante.
(2) Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que dan lugar a procedimientos de
oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a menos que el delito se hubiese cometido contra el
mismo donatario, su mujer o los hijos constituidos bajo su autoridad.
(3) Si le niega indebidamente los alimentos.
Revocada la donación por causa de ingratitud, quedarán, sin embargo, subsistentes las
enajenaciones e hipotecas anteriores a la anotación de la demanda de revocación en el registro de
la propiedad.
Las posteriores serán nulas.
En el caso se refiere el primer párrafo del artículo anterior tendrá derecho el donante para exigir
del donatario el valor de los bienes enajenados que no pueda reclamar de los terceros, o la cantidad
en que hubiesen sido hipotecados.
Se atenderá al tiempo de la donación para regular el valor de dichos bienes.
Cuando se revocare la donación por alguna de las causas expresadas en el Artículo 586, o por
ingratitud, y cuando se redujere por inoficiosa, el donatario no devolverá los frutos sino desde la
interposición de la demanda.
Si la revocación se fundare en haber dejado de cumplirse alguna de las condiciones impuestas
en la donación, el donatario devolverá, además de los bienes, los frutos que hubiese percibido
después de dejar de cumplir la condición.
Artículo 594. — Acción por causa de ingratitud - Renuncia y prescripción. (31 L.P.R.A. §
2049)
No se transmitirá esta acción a los herederos del donante, si éste, pudiendo, no la hubiese
ejercitado.
Tampoco se podrá ejercitar contra el heredero del donatario, a no ser que a la muerte de éste
se hallare interpuesta la demanda.
Las donaciones que con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 578 sean inoficiosas, computado
el valor líquido de los bienes del donante al tiempo de su muerte, deberán ser reducidas en cuanto
al exceso; pero esta reducción no obstará para que tengan efecto durante la vida del donante y para
que el donatario haga suyos los frutos.
Para la reducción de las donaciones, se estará a lo dispuesto en este Capítulo y en los Artículos
748 y 749 del presente Código.
Sólo podrán pedir reducción de las donaciones aquellos que tengan derecho a legítima o a una
parte alícuota de la herencia, y sus herederos o causahabientes.
Los comprendidos en el párrafo anterior no podrán renunciar su derecho durante la vida del
donante, ni por declaración expresa, ni prestando su consentimiento a la donación.
Los donatarios, los legatarios que no lo sean de parte alícuota y los acreedores del difunto, no
podrán pedir la reducción ni aprovecharse de ella.
Artículo 598. — Reducción cuando son dos o más las donaciones. (31 L.P.R.A. § 2053)
Si siendo dos o más las donaciones, no cupieren todas en la parte disponible, se suprimirán o
reducirán en cuanto al exceso las de fecha más reciente.
DISPOSICIONES GENERALES
La sucesión significa también las propiedades derechos y cargas que una persona deja después
de su muerte, ora la propiedad exceda a las cargas, ora las cargas excedan a la propiedad, o bien si
dicha persona ha dejado solamente cargas y ninguna propiedad.
La sucesión no solamente incluye los derechos y obligaciones del difunto, tales como existían
al tiempo de su muerte, sino que también comprende los bienes que correspondan a dicha sucesión
después de abierta y las cargas y obligaciones que le fueren inherentes.
La sucesión significa también el derecho por el cual el heredero puede tomar posesión de los
bienes del difunto conforme a ley.
Artículo 603. — Derechos se transmiten desde el momento de la muerte. (31 L.P.R.A. § 2085)
Artículo 606. — Sucesión legítima o legal, definición de. (31 L.P.R.A. § 2088)
Sucesión legítima o legal es aquella que la ley ha establecido en favor de los parientes más
próximos del difunto.
Sucesión irregular es aquélla establecida por la ley en favor de ciertas personas o del Estado
Libre Asociado, en defecto de herederos legales o instituidos por testamento.
La herencia comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona, que no se
extingan por su muerte.
Llámase heredero al que sucede a título universal, y legatario al que sucede a título particular.
Los herederos suceden al difunto por el hecho solo de su muerte, en todos sus derechos y
obligaciones.
Artículo 613. — Testamento hecho antes de la enajenación mental. (31 L.P.R.A. § 2113)
Siempre que el demente pretenda hacer testamento en un intervalo lúcido, designará el notario
dos facultativos que previamente le reconozcan, y no lo otorgará sino cuando éstos respondan de
su capacidad, debiendo dar fe de su dictamen en el testamento, que subscribirán los facultativos
además de los testigos.
Para apreciar la capacidad del testador se atenderá únicamente al estado en que se halle al
tiempo de otorgar el testamento.
El acto por el cual una persona dispone para después de su muerte de todos sus bienes, o de
parte de ellos, se llama testamento.
Artículo 617. — Cómo puede el testador disponer de sus bienes. (31 L.P.R.A. § 2122)
Podrá el testador encomendar a un tercero la distribución de las cantidades que deje en general
a clases determinadas, como a los parientes, a los pobres o a los establecimientos de beneficencia,
así como la elección de las personas o establecimientos a quienes aquéllas deban aplicarse.
Toda disposición que sobre institución de heredero, mandas o legados, haga el testador,
refiriéndose a cédulas o papeles privados que después de su muerte aparezcan en su domicilio o
fuera de él, será nula si en las cédulas o papeles no concurren los requisitos prevenidos para el
testamento ológrafo.
El que con dolo, fraude o violencia, impidiere que una persona, de quien sea heredero
abintestato, otorgue libremente su última voluntad, quedará privado de su derecho a la herencia,
sin perjuicio de la responsabilidad criminal en que haya incurrido.
Toda disposición testamentaria deberá entenderse en el sentido literal de sus palabras, a no ser
que aparezca claramente que fue otra la voluntad del testador. En caso de duda se observará lo que
parezca más conforme a la intención del testador según el tenor del mismo testamento.
El testador no puede prohibir que se impugne el testamento en los casos en que haya nulidad
declarada por la ley.
El testamento puede ser común o especial. El común puede se ológrafo, abierto o cerrado.
Se llama ológrafo el testamento cuando el testador lo escribe por sí mismo en la forma y con
los requisitos que se determinan en el Artículo 637.
El testamento es cerrado cuando el testador, sin revelar su última voluntad, declara que ésta se
halla contenida en el pliego que presenta a las personas que han de autorizar el acto.
Artículo 631. — Herederos, legatarios y familiares como testigos. (31 L.P.R.A. § 2147)
Para que un testigo sea declarado inhábil es necesario que la causa de su incapacidad exista al
tiempo de otorgarse el testamento.
Para testar en un idioma distinto del castellano o del inglés, se requiere la presencia de dos
intérpretes elegidos por el testador que traduzcan su disposición al castellano o al inglés. El
testamento se deberá escribir en las dos lenguas, o sea en la del testador y en inglés o castellano.
Artículo 634. — Notario y testigos deberán conocer al testador. (31 L.P.R.A. § 2150)
El notario y dos de los testigos que autoricen el testamento deberán conocer al testador, y si no
lo conocieren, se identificará su persona con dos testigos que le conozcan y sean conocidos del
mismo notario y de los testigos instrumentales. También procurarán el notario y los testigos
asegurarse de que, a su juicio, tiene el testador la capacidad legal necesaria para testar.
Igual obligación de conocer al testador tendrán los testigos que autoricen un testamento sin
asistencia de notario, en los casos de los Artículos 650 y 651.
Artículo 636. — Testamento será nulo si no se observan formalidades. (31 L.P.R.A. § 2152)
El testamento ológrafo sólo podrá otorgarse por personas mayores de dieciocho (18) años de
edad.
Para que sea válido este testamento, deberá estar escrito todo y firmado por el testador, con
expresión del año, mes y día en que se otorgue.
Si contuviere palabras tachadas, enmendadas o entre renglones, los salvará el testador bajo su
firma.
El testamento ológrafo puede ser hecho en cualquiera parte, aunque sea fuera de Puerto Rico.
Los extranjeros podrán otorgar testamento ológrafo en su propio idioma.
El testamento ológrafo deberá protocolizarse, presentándolo con este objeto a la sala del
Tribunal Superior del último domicilio del testador, o a la del lugar en que éste hubiese fallecido,
si el fallecimiento hubiere tenido lugar en Puerto Rico, dentro de cinco (5) años contados desde el
día del fallecimiento. Sin este requisito, no será válido.
Para la protocolización del testamento ológrafo se observará lo dispuesto en la Ley de
Procedimientos Legales Especiales, según enmendada.
La persona en cuyo poder se halle depositado dicho testamento deberá presentarlo al Tribunal
Superior luego que tenga noticia de la muerte del testador; y no verificándolo dentro de los diez
días siguientes, será responsable de los daños y perjuicios que se ocasionen por la dilación.
También podrá presentarlo cualquiera que tenga interés en el testamento como heredero,
legatario, albacea o en cualquier otro concepto.
Artículos 641 - 643. — Derogados. [Ley 212-1998] (31 L.P.R.A. § 2165 a 2167 nota)
El testamento abierto deberá ser otorgado ante notario y tres testigos idóneos que vean y
entiendan al testador, y de los cuales uno, a lo menos, sepa y pueda leer y escribir.
Sólo se exceptuarán de esta regla los casos expresamente determinados en esta misma Sección.
Artículo 646. — Cuando el testador presenta por escrito su disposición testamentaria. (31
L.P.R.A. § 2183)
Cuando el testador que se proponga hacer testamento abierto presente por escrito su
disposición testamentaria, el notario redactará el testamento con arreglo a ella y lo leerá en voz
alta en presencia de los testigos, para que manifieste el testador si su contenido es la expresión de
su última voluntad. El testador y los testigos podrán leer por sí mismos el testamento y el notario
deberá advertirles de éste su derecho.
El que fuere enteramente sordo deberá leer por sí mismo su testamento; y si no sabe o no puede,
designará dos (2) personas que lo lean en su nombre, siempre en presencia de los testigos y del
notario.
Cuando sea ciego el testador, se dará lectura del testamento dos (2) veces: una por el notario,
conforme a lo prevenido en el Artículo 645, y otra en igual forma por uno de los testigos u otra
persona que el testador designe.
Todas las formalidades expresadas en esta Sección se practicarán en un solo acto, sin que sea
lícita ninguna interrupción, salvo la que pueda ser motivada por algún accidente pasajero. El
notario dará fe, al final del testamento, de haberse cumplido todas las dichas formalidades y de
conocer al testador o a los testigos de conocimiento en su caso.
En caso de epidemia puede igualmente otorgarse el testamento sin intervención de notario ante
tres (3) testigos mayores de (16) dieciséis años, varones o mujeres.
En los casos de las dos secciones anteriores, se escribirá el testamento, siendo posible; no
siéndolo, el testamento valdrá aunque los testigos no sepan escribir.
El testamento otorgado con arreglo a las disposiciones de las tres secciones anteriores, quedará
ineficaz si pasasen dos meses desde que el testador haya salido del peligro de muerte, o cesado la
epidemia.
Cuando el testador falleciere en dicho plazo, también quedará ineficaz el testamento, si dentro
de los tres meses siguientes al fallecimiento no se acude al tribunal competente para que se eleve
a escritura pública, ya se haya otorgado por escrito ya verbalmente.
Artículo 654. — Testamentos otorgados sin la autorización del notario. (31 L.P.R.A. § 2191)
Los testamentos otorgados sin la autorización del notario serán ineficaces si no se elevan a
escritura pública y se protocolizan en la forma prevenida en la ley de enjuiciamiento civil.
Declarado nulo un testamento abierto, por no haberse observado las solemnidades establecidas
para cada caso, el notario que lo haya autorizado será responsable de los daños y perjuicios que
sobrevengan, si la falta procediere de su malicia o de negligencia o ignorancia inexcusables.
Artículo 656.- Quién podrá escribir el testamento cerrado. (31 L.P.R.A. § 2201)
El testamento cerrado podrá ser escrito por el testador, o por otra persona a su ruego, en papel
común, con expresión del lugar, día, mes y año en que se escribe.
Si lo escribiere por sí mismo, el testador rubricará y firmará todas las hojas y pondrá al final
su firma, después de salvar las palabras enmendadas, tachadas o escritas entre renglones.
Si lo escribiere otra persona a su ruego, el testador pondrá su firma entera en todas las hojas y
al pie del testamento.
Cuando el testador no sepa o no pueda firmar, lo hará a su ruego y rubricará las hojas otra
persona, expresando la causa de la imposibilidad.
(6) También se expresará en el acta esta circunstancia, además del lugar, hora, día, mes y año del
otorgamiento.
Artículo 658. — Personas ciegas o que no sepan o no puedan leer. (31 L.P.R.A. § 2203)
No pueden hacer testamento cerrado los ciegos y los que no sepan o no puedan leer.
Los sordomudos y los que no puedan hablar, pero sí escribir podrán otorgar testamento cerrado
observándose lo siguiente:
(1) El testamento ha de estar todo escrito y firmado por el testador, con expresión del lugar, día,
mes y año.
(2) Al hacer su presentación, el testador escribirá en la parte superior de la cubierta, a presencia
del notario y de los cinco testigos, que aquel pliego contiene su testamento, y que está escrito y
firmado por él.
(3) A continuación de lo escrito por el testador se extenderá el acta de otorgamiento, dando fe el
notario de haberse cumplido lo prevenido en el número anterior y lo demás que se dispone en el
Artículo 657 en lo que sea aplicable al caso.
Artículo 662. — Presentación al tribunal después del fallecimiento del testador. (31 L.P.R.A.
§ 2207)
Artículo 663. — Responsabilidad por dejar de presentar testamento. (31 L.P.R.A. § 2208)
El que con dolo deje de presentar el testamento cerrado que obre en su poder dentro del plazo
fijado en el párrafo segundo del artículo anterior, además de la responsabilidad que en él se
determina, perderá todo derecho a la herencia, si lo tuviere, como heredero ab intestato o como
heredero o legatario por testamento.
En esta misma pena incurrirán el que sustrajere dolosamente el testamento cerrado del
domicilio del testador, o de la persona que lo tenga en guarda o depósito, y el que lo oculte, rompa
o inutilice de otro modo, sin perjuicio de la responsabilidad criminal que proceda.
Los ciudadanos de Puerto Rico podrán testar fuera de Puerto Rico, sujetándose a las formas
establecidas por las leyes del país en que se hallen.
También podrán testar en alta mar, durante su navegación en un buque de los Estados Unidos
o extranjero, con sujeción a la ley del estado o de la nación a que el buque pertenezca.
Podrán asimismo hacer testamento ológrafo con arreglo al Artículo 637, aun en los países
cuyas leyes no admiten dicho testamento.
No será válido en Puerto Rico el testamento mancomunado prohibido por el Artículo 618, que
los ciudadanos de Puerto Rico otorguen en los Estados Unidos o en país extranjero, aunque lo
autoricen las leyes del estado o de la nación donde se hubiere otorgado.
El testamento no puede ser revocado en todo ni en parte sino con las solemnidades necesarias
para testar.
Artículo 670. — Revocación de derecho por testamento posterior. (31 L.P.R.A. § 2233)
La revocación producirá su efecto aunque el segundo testamento caduque por incapacidad del
heredero o de los legatarios en él nombrados, o por renuncia de aquél o de éstos.
Se presume revocado el testamento cerrado que aparezca en el domicilio del testador con las
cubiertas rotas o los sellos quebrantados, o borradas, raspadas o enmendadas, las firmas que lo
autoricen.
Este testamento será sin embargo válido, cuando se probare haber ocurrido el desperfecto sin
voluntad ni conocimiento del testador, o hallándose éste en estado de demencia; pero si aparecieren
rota la cubierta o quebrantados los sellos, será necesario probar la autenticidad del testamento para
su validez.
Si el testamento se encontrare en poder de otra persona, se entenderá que el vicio procede de
ella y no será aquél válido como no se pruebe su autenticidad, si estuviere rota la cubierta o
quebrantados los sellos; y si una y otros se hallaren íntegros, pero con las firmas borradas, raspadas
o enmendadas, será válido el testamento, como no se justifique haber sido entregado el pliego en
esta forma por el mismo testador.
Artículo 674. — Testamentos caducarán o serán ineficaces sólo a tenor con el Código. (31
L.P.R.A. § 2237)
Podrán suceder por testamento o ab intestato los que no estén incapacitados por la ley.
Las disposiciones hechas a favor de los pobres en general, sin designación de personas ni de
población, se entenderán limitadas a los del domicilio del testador en la época de su muerte, si no
constare claramente haber sido otra su voluntad.
La calificación de los pobres y la distribución de los bienes se harán por la persona que haya
designado el testador; en su defecto por los albaceas, y si no los hubiere, por el alcalde y Juez de
Distrito del domicilio del testador.
Esto mismo se hará cuando el testador haya dispuesto de sus bienes en favor de los pobres de
un lugar determinado.
Toda disposición en favor de persona incierta será nula, a menos que por algún evento pueda
resultar cierta.
La disposición hecha genéricamente en favor de los parientes del testador se entiende hecha
en favor de los más próximos en grado.
Artículo 681. — Disposiciones hechas durante la última enfermedad. (31 L.P.R.A. § 2257)
No producirán efecto las disposiciones testamentarias que haga el testador durante su última
enfermedad en favor del sacerdote o ministro que en ella le hubiese confesado o asistido
religiosamente, de los parientes del mismo dentro del cuarto grado, o de su iglesia, cabildo,
comunidad o instituto.
Artículo 682. — Disposición testamentaria del pupilo a favor del tutor. (31 L.P.R.A. § 2258)
Tampoco surtirá efecto la disposición testamentaria del pupilo a favor de su tutor, hecha antes
de haberse aprobado la cuenta definitiva de éste, aunque el testador muera después de su
aprobación.
Serán, sin embargo, válidas las disposiciones que el pupilo hiciere en favor del tutor que sea
su ascendiente, descendiente, hermano, hermana o cónyuge.
Artículo 683. — Disposición a favor del notario o testigos. (31 L.P.R.A. § 2259)
El testador no podrá disponer del todo o parte de su herencia en favor del notario que autorice
su testamento, o de la esposa, parientes o afines del mismo dentro del cuarto grado de
consanguinidad o afinidad, con la excepción establecida en el Artículo 631.
Esta prohibición será aplicable a los testigos del testamento abierto otorgado con o sin notario.
Las disposiciones de este artículo son también aplicables a los testigos y personas ante quienes
se otorguen los testamentos especiales.
Será nula la disposición testamentaria a favor de un incapaz, aunque se la disfrace bajo la forma
de contrato oneroso o se haga a nombre de persona interpuesta.
(3) El que hubiese acusado al testador de delito al que la ley señale pena aflictiva, cuando la
acusación sea declarada calumniosa.
(4) El heredero mayor de edad que, sabedor de la muerte violenta del testador, no la hubiese
denunciado dentro de un mes a la justicia, cuando ésta no hubiere procedido ya de oficio.
(5) El condenado en juicio por adulterio con la mujer del testador.
(6) El que con amenaza, fraude o violencia, obligare al testador a hacer testamento o cambiarlo.
(7) El que hubiese, sin excusa legal, dejado de cumplir con la obligación de alimentar, impuesta
administrativamente o judicialmente, a un ascendiente o causante.
(8) El que hubiese maltratado físicamente a un ascendiente o causante.
(9) El que hubiese abandonado, sin justa causa, a un ascendiente.
El que por iguales medios impidiere a otro hacer testamento, o revocar el que tuviese hecho, o
suplantare, ocultare o alterare otro posterior.
Las causas de indignidad dejan de surtir efecto si el testador las conocía al tiempo de hacer
testamento, o si, habiéndolas sabido después, las remitiere en documento público.
Artículo 687. — Tiempo considerado para calificar capacidad. (31 L.P.R.A. § 2263)
El heredero o legatario que muera antes de que la condición se cumpla, aunque sobreviva al
testador, no transmite derecho alguno a sus herederos.
El incapaz de suceder, que contra la prohibición de las anteriores secciones, hubiese entrado
en la posesión de los bienes hereditarios, estará obligado a restituirlos con sus accesiones y con
todos los frutos y rentas que haya percibido.
Si el excluido de la herencia por incapacidad fuere hijo o descendiente del testador, y tuviere
hijos o descendientes, adquirirán éstos su derecho a la legítima.
El excluido no tendrá el usufructo y administración de los bienes que por esta causa hereden
sus hijos.
Artículo 691. — Prescripción de la acción para declarar la incapacidad. (31 L.P.R.A. § 2267)
No puede deducirse acción para declarar la incapacidad, pasados cinco años desde que el
incapaz esté en posesión de la herencia o legado.
Artículo 692. — Disposición de bienes cuando no hay herederos; herederos forzosos. (31
L.P.R.A. § 2281)
El que no tuviere herederos forzosos puede disponer por testamento de todos sus bienes o de
parte de ellos en favor de cualquiera persona que tenga capacidad para adquirirlos.
El que tuviere herederos forzosos sólo podrá disponer de sus bienes en la forma y con las
limitaciones que se establecen en la Sección Quinta de este Capítulo.
Artículo 694. — Participación cuando no hay designación de partes. (31 L.P.R.A. § 2283)
Los herederos instituidos sin designación de partes heredarán por partes iguales.
El heredero voluntario que muera antes que el testador, el incapaz de heredar y el que renuncia
a la herencia, no transmiten ningún derecho a sus herederos, salvo lo dispuesto en el Artículo 690.
Artículo 696. — Expresión de causa falsa o contraria a derecho para la institución. (31
L.P.R.A. § 2285)
El heredero instituido en una cosa cierta y determinada será considerado como legatario.
Si el testador instituye a sus hermanos, y los tiene carnales y de padre o madre solamente, se
dividirá la herencia como en el caso de morir intestado.
Artículo 700. — Institución de herederos a una persona y sus hijos. (31 L.P.R.A. § 2289)
Cuando el testador llame a la sucesión a una persona y a sus hijos, se entenderán todos
instituidos simultánea y no sucesivamente.
El testador designará al heredero por su nombre y apellido; cuando haya dos que los tengan
iguales, deberá señalar alguna circunstancia por la que se conozca al instituido.
Aunque el testador haya omitido el nombre del heredero, si lo designare de modo que no pueda
dudarse quién sea el instituido, valdrá la institución.
El error en el nombre, apellido o cualidades del heredero, no vicia la institución cuando de otra
manera puede saberse ciertamente cuál sea la persona nombrada.
Si entre personas del mismo nombre y apellido hay igualdad de circunstancias, y éstas son tales
que no permiten distinguir al instituido, ninguno será heredero.
Puede el testador substituir una o más personas al heredero o herederos instituidos para el caso
en que mueran antes que él, o no quieran, o no puedan aceptar la herencia.
La substitución simple, y sin expresión de casos, comprende los tres expresados en el párrafo
anterior, a menos que el testador haya dispuesto lo contrario.
Los padres y demás ascendientes podrán nombrar substitutos a sus descendientes menores de
catorce años, de ambos sexos, para el caso de que mueran antes de dicha edad.
El ascendiente podrá nombrar substituto al descendiente mayor de catorce (14) años, que,
conforme a derecho, haya sido declarado incapaz por enajenación mental.
La substitución de que habla el párrafo anterior quedará sin efecto por el testamento del
incapacitado hecho durante un intervalo lúcido o después de haber recobrado la razón.
Las substituciones de que hablan las dos secciones anteriores, cuando el substituido tenga
herederos forzosos, sólo serán válidas en cuanto no perjudiquen los derechos legitimarios de éstos.
Artículo 707. — Substitución de varias personas a una sola y viceversa. (31 L.P.R.A. § 2305)
Pueden ser substituidas dos o más personas a una sola; y al contrario, una sola a dos o más
herederos.
El substituto quedará sujeto a las mismas cargas y condiciones impuestas al instituido, a menos
que el testador haya dispuesto expresamente lo contrario, o que los gravámenes o condiciones sean
meramente personales del instituido.
Las substituciones fideicomisarias nunca podrán gravar la legítima. Si recayeren sobre el tercio
destinado a la mejora, sólo podrán hacerse en favor de los descendientes.
Artículo 712. — Llamamientos deberán ser expresos; deber del fiduciario. (31 L.P.R.A. §
2310)
Para que sean válidos los llamamientos a la substitución fideicomisaria, deberán ser expresos.
El fiduciario estará obligado a entregar la herencia al fideicomisario, sin otras deducciones que
las que correspondan por gastos legítimos, créditos y mejoras, salvo el caso en que el testador haya
dispuesto otra cosa.
El fideicomisario adquirirá derecho a la sucesión desde la muerte del testador aunque muera
antes que el fiduciario. El derecho de aquél pasará a sus herederos.
No surtirán efecto:
(1) Substituciones no expresas. — Las substituciones fideicomisarias que no se hagan de una
manera expresa, ya dándoles este nombre, ya imponiendo al substituido la obligación terminante
de entregar los bienes a un segundo heredero.
(2) Prohibición de enajenar. — Las disposiciones que contengan prohibición perpetua de enajenar,
y aún la temporal fuera del límite señalado en el Artículo 710.
(3) Las que impongan al heredero el encargo de pagar a varias personas sucesivamente, más allá
del segundo grado, cierta renta o pensión.
(4) Las que tengan por objeto dejar a una persona el todo o parte de los bienes hereditarios para
que los aplique o invierta según instrucciones reservadas que le hubiese comunicado el testador.
Artículo 716. — Disposición dejando la herencia a una persona y el usufructo a otra. (31
L.P.R.A. § 2314)
La disposición en que el testador deja a una persona el todo o parte de la herencia, y a otra el
usufructo, será válida. Si llamare al usufructo a varias personas, no simultánea, sino
sucesivamente, se estará a lo dispuesto en el Artículo 710.
Será válida la disposición que imponga al heredero la obligación de invertir ciertas cantidades
periódicamente en obras benéficas, como dotes para doncellas pobres, pensiones para estudiantes
o en favor de los pobres o de cualquiera establecimiento de beneficencia o de instrucción pública,
bajo las condiciones siguientes:
Artículo 718. — Disposiciones sobre herederos aplicables a legatarios. (31 L.P.R.A. § 2316)
Todo lo dispuesto en este Capítulo respecto a los herederos, se entenderá también aplicable a
los legatarios.
Las disposiciones testamentarias, tanto a título universal como particular, podrán hacerse bajo
condición.
Artículo 720. — Reglas que regirán las condiciones. (31 L.P.R.A. § 2332)
Las condiciones impuestas a los herederos y legatarios, en lo que no esté prevenido en esta
Sección, se regirán por las reglas establecidas para las obligaciones condicionales.
Las condiciones imposibles y las contrarias a las leyes o a las buenas costumbres se tendrán
por no puestas, y en nada perjudicarán al heredero o legatario, aun cuando el testador disponga
otra cosa.
Artículo 723. — Condición de hacer testamento a favor del testador o de otra persona. (31
L.P.R.A. § 2335)
Será nula la disposición hecha bajo condición de que el heredero o legatario haga en su
testamento alguna disposición en favor del testador o de otra persona.
Cuando la condición fuere casual o mixta, bastará que se realice o cumpla en cualquier tiempo,
vivo o muerto el testador, si éste no hubiere dispuesto otra cosa.
Si hubiese existido o se hubiese cumplido al hacerse el testamento, y el testador lo ignoraba,
se tendrá por cumplida.
Si lo sabía, sólo se tendrá por cumplida cuando fuere de tal naturaleza, que no pueda ya existir
o cumplirse de nuevo.
Artículo 726. — Expresión del objeto de la institución no se entenderá como condición. (31
L.P.R.A. § 2338)
La expresión del objeto de la institución o legado, o la aplicación que haya de darse a lo dejado
por el testador, o la carga que el mismo impusiere, no se entenderán como condición, a no parecer
que ésta era su voluntad.
Lo dejado de esta manera puede pedirse desde luego y es transmisible a los herederos que
afiancen el cumplimiento de lo mandado por el testador, y la devolución de lo percibido, con sus
frutos e intereses, si faltaren a esta obligación.
Artículo 727. — Procedimiento cuando las condiciones del testador no puedan cumplirse. (31
L.P.R.A. § 2339)
Cuando sin culpa o hecho propio del heredero o legatario, no pueda tener efecto la institución
o el legado de que trata el artículo precedente, en los mismos términos que haya ordenado el
testador, deberá cumplirse en otros, los más análogos y conformes a su voluntad.
Cuando el interesado en que se cumpla o no, impidiere su cumplimiento, sin culpa o hecho
propio del heredero o legatario, se considerará cumplida la condición.
Artículo 729. — Condición negativa, fianza para cumplirla. (31 L.P.R.A. § 2341)
Artículo 730. — Administración de la herencia hasta que se cumpla condición. (31 L.P.R.A.
§ 2342)
Si el heredero fuere instituido bajo condición suspensiva, se pondrán los bienes de la herencia
en administración hasta que la condición se realice o haya certeza de que no podrá cumplirse.
Lo mismo se hará cuando el heredero o legatario no preste la fianza en el caso del artículo
anterior.
Artículo 732. — Por heredero condicional, heredero presunto o por tercero. (31 L.P.R.A. §
2344)
Los administradores tendrán los mismos derechos y obligaciones que los que lo son de los
bienes de un ausente.
Artículo 734. — Designación del tiempo en que la institución comienza o cesa. (31 L.P.R.A. §
2346)
Será válida la designación de día o de tiempo en que haya de comenzar o cesar el efecto de la
institución de heredero o del legado. En ambos casos, hasta que llegue el término señalado, o
cuando éste concluya, se entenderá llamado el sucesor legítimo. Mas en el primer caso no entrará
éste en posesión de los bienes sino después de prestar caución suficiente con intervención del
instituido.
Legítima es la porción de bienes de que el testador no puede disponer por haberla reservado la
ley a determinados herederos, llamados por esto herederos forzosos.
Constituyen la legítima de los hijos y descendientes legítimos las dos terceras partes del haber
hereditario del padre y de la madre.
Sin embargo, podrán éstos disponer de una parte de las dos que forman la legítima, para
aplicarla como mejora a sus hijos y descendientes legítimos o naturales legalmente reconocidos.
La tercera parte restante será de libre disposición.
Constituye la legítima de los padres o ascendientes, la mitad del haber hereditario de los hijos
y descendientes. De la otra mitad podrán éstos disponer libremente, salvo lo que se establece en el
Artículo 763 de este Código.
Artículo 739. — División entre padres o entre ascendientes. (31 L.P.R.A. § 2365)
La legítima reservada a los padres se dividirá entre los dos por partes iguales; si uno de ellos
hubiere muerto, recaerá toda en el sobreviviente.
Cuando el testador no deje padre ni madre, pero sí ascendientes en igual grado de las líneas
paterna y materna, se dividirá la herencia por mitad entre ambas líneas. Si los ascendientes fueren
de grado diferente corresponderá por entero a los más próximos de una u otra línea.
Artículo 740. — Sucesión de ascendientes en cosas dadas a sus descendientes. (31 L.P.R.A. §
2366)
Los ascendientes suceden con exclusión de otras personas en las cosas dadas por ellos a sus
hijos o descendientes muertos sin posteridad, cuando los mismos objetos donados existan en la
sucesión. Si hubieren sido enajenados, sucederán en todas las acciones que el donatario tuviera
con relación a ellos, y en el precio si se hubieren vendido, o en los bienes con que se hayan
substituido, si los permutó o cambió.
Artículo 741. — Herederos no pueden ser privados de su legítima. (31 L.P.R.A. § 2367)
El testador no podrá privar a los herederos de su legítima sino en los casos expresamente
determinados por la ley.
Tampoco podrá imponer sobre ella gravamen, ni condición, ni sustitución de ninguna especie,
salvo lo dispuesto en cuanto al usufructo del viudo.
Artículo 742. — Preterición de heredero forzoso; del cónyuge viudo. (31 L.P.R.A. § 2368)
La preterición de alguno o de todos los herederos forzosos en línea recta, sea que vivan al
otorgarse el testamento o sea que nazcan después de muerto el testador, anulará la institución del
heredero; pero valdrán las mandas y mejoras en cuanto no sean inoficiosas.
La preterición del viudo o viuda no anula la institución; pero el preferido conservará los
derechos que le concede este Código.
Si los herederos forzosos preteridos mueren antes que el testador, la institución surtirá efecto.
Artículo 743. — Derecho del heredero a exigir el complemento de la legítima. (31 L.P.R.A. §
2369)
El heredero forzoso a quien el testador haya dejado por cualquier título menos de la legítima
que le corresponda, podrá pedir el complemento de la misma.
Artículo 744. — Renuncia o transacción sobre la legítima futura. (31 L.P.R.A. § 2370)
Toda renuncia o transacción sobre la legítima futura entre el que la debe y sus herederos
forzosos es nula, y éstos podrán reclamarla cuando muera aquél; pero deberán traer a colación lo
que hubiesen recibido por la renuncia o transacción.
Artículo 745. — Disposiciones testamentarias que mengüen la legítima. (31 L.P.R.A. § 2371)
Para fijar la legítima se atenderá al valor de los bienes que quedaren a la muerte del testador
con deducción de las deudas y cargas, sin comprender entre ellas las impuestas en el testamento.
Al valor líquido que los bienes hereditarios tuvieren, se agregará el que tenían todas las
donaciones colacionables del mismo testador en el tiempo en que las hubiera hecho.
Las donaciones hechas a los hijos que no tengan el concepto de mejoras se imputarán en su
legítima.
Las donaciones hechas a extraños se imputarán a la parte libre de que el testador hubiese podido
disponer por su última voluntad.
En cuanto fueren inoficiosas o excedieren de la cuota disponible, se reducirán según las reglas
de los artículos siguientes.
Fijada la legítima con arreglo a las dos secciones anteriores, se hará la reducción como sigue:
(1) Se respetarán las donaciones mientras pueda cubrirse la legítima, reduciendo o anulando, si
necesario fuere, las mandas hechas en testamento.
(2) La reducción de éstas se hará a prorrata sin distinción alguna.
Si el testador hubiere dispuesto que se pague cierto legado con preferencia a otros, no sufrirá
aquél reducción sino después de haberse aplicado éstos por entero al pago de la legítima.
(3) Si la manda consiste en un usufructo o renta vitalicia, cuyo valor se tenga por superior a la
parte disponible, los herederos forzosos podrán escoger entre cumplir la disposición testamentaria
o entregar al legatario la parte de la herencia de que podía disponer libremente el testador.
Artículo 749. — Finca difícil de dividir; legatario con derecho a legítima. (31 L.P.R.A. § 2375)
Cuando el legado sujeto a reducción consista en una finca que no admita cómoda división,
quedará ésta para el legatario si la reducción no absorbe la mitad de su valor, y en caso contrario
para los herederos forzosos; pero aquél y éstos deberán abonarse su respectivo haber en dinero.
El legatario que tenga derecho a legítima podrá retener toda la finca, con tal que su valor no
supere al importe de la porción disponible y de la cuota que le corresponda por legítima.
Si los herederos o legatarios no quieren usar del derecho que se les concede en el artículo
anterior, podrá usarlo el que de ellos no lo tenía; si éste tampoco quiere usarlo, se venderá la finca
en pública subasta, a instancia de cualquiera de los interesados.
El padre o la madre podrán disponer a favor de alguno o algunos de sus hijos o descendientes
de una de las dos terceras partes destinadas a legítima.
Esta porción se llama mejora.
No podrán imponerse sobre la mejora otros gravámenes que los que se establezcan en favor de
los legitimarios o sus descendientes.
Artículo 752. — Donación por contrato entre vivos no se considerará mejora. (31 L.P.R.A. §
2392)
Ninguna donación por contrato entre vivos, sea simple o por causa onerosa, en favor de hijos
o descendientes que sean herederos forzosos, se reputará mejora, si el donante no ha declarado de
una manera expresa su voluntad de mejorar.
La mejora, aunque se haya verificado con entrega de bienes, será revocable, a menos que se
haya hecho por capitulaciones matrimoniales o por contrato oneroso celebrado con un tercero.
La manda o legado hecho por el testador a uno de los hijos o descendientes, no se reputará
mejora sino cuando el testador haya declarado expresamente ser ésta su voluntad, o cuando no
quepa en la parte libre.
La mejora podrá señalarse en cosa determinada. Si el valor de ésta excediere del tercio
destinado a la mejora y de la parte de legítima correspondiente al mejorado, deberá éste abonar la
diferencia en metálico a los demás interesados.
Artículo 759. — Pago cuando la mejora no se señale en cosa determinada. (31 L.P.R.A. §
2399)
Cuando la mejora no hubiere sido señalada en cosa determinada, será pagada con los mismos
bienes hereditarios, observándose en cuanto puedan tener lugar, las reglas establecidas en los
Artículos 1014 y 1015 para procurar la igualdad de los herederos en la partición de bienes.
Artículo 761. — Derecho de usufructo del cónyuge viudo. (31 L.P.R.A. § 2411)
El cónyuge viudo tendrá derecho a una cuota, en usufructo, igual a la que por legítima
corresponda a cada uno de sus hijos o descendientes no mejorados.
Cuando sobrevive un solo hijo. — Si no quedara más que un solo hijo o descendiente
legítimo, el viudo o viuda tendrá el usufructo del tercio destinado por la ley a constituir la mejora,
conservando aquél la nuda propiedad, hasta que por fallecimiento del cónyuge supérstite se
consolide en él el dominio.
Cuando los cónyuges están separados por demanda de divorcio. — Si estuvieren los
cónyuges separados por demanda de divorcio, se esperará el resultado del pleito.
Las disposiciones de este artículo y de los subsiguientes 762, 763, 764, 765 y 766 de este
Código serán aplicables del propio modo a la sucesión intestada que a la sucesión testamentaria.
Artículo 763. — Cuando el testador deja ascendientes pero no descendientes. (31 L.P.R.A. §
2413)
Los herederos podrán satisfacer al cónyuge su parte de usufructo, asignándole una renta
vitalicia, o los productos de determinados bienes, o un capital en efectivo, procediendo de mutuo
acuerdo, y, en su defecto, por virtud de mandato judicial.
Mientras esto no se realice, estarán afectos todos los bienes de la herencia al pago de la parte
de usufructo que corresponda al cónyuge viudo.
Artículo 766. — Usufructo cuando hay hijos de dos o más matrimonios. (31 L.P.R.A. § 2416)
Artículos 767 - 772. — Derogados. [Ley 119-1994] (31 L.P.R.A. § 2431 a 2436 nota)
La desheredación sólo podrá tener lugar por alguna de las causas que expresamente señala la
ley.
La prueba de ser cierta la causa de la desheredación corresponderá a los herederos del testador,
si el desheredado la negare.
Artículo 776. — Efecto de la desheredación sin expresión de causa. (31 L.P.R.A. § 2454)
La desheredación hecha sin expresión de causa, o por causa cuya certeza, si fuere contradicha,
no se probare, o que no sea una de las señaladas en las cuatro siguientes secciones, anulará la
institución de heredero en cuanto perjudique al desheredado pero valdrán los legados, mejoras y
demás disposiciones testamentarias en lo que no perjudique a dicha legítima.
Son justas causas para la desheredación, en sus respectivos casos, las de incapacidad por
indignidad para suceder, señaladas en el Artículo 685 con los números (1), (2), (3), (4), (5), (6),
(7), (8) y (9).
Serán también justas causas para desheredar a los hijos y descendientes, además de las
señaladas en el Artículo 685 con los números (2), (3), (4), (5) y (6), las siguientes:
(1) Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al padre o ascendiente que le deshereda.
(2) Haberle maltratado de obra o injuriado gravemente de palabra.
(3) Haberse entregado la hija o nieta a la prostitución.
(4) Haber acusado el hijo a su padre o madre de algún crimen, excepto cuando fuere de alta traición.
(5) Haber rehusado el hijo prestar fianza por su padre o madre, constituidos en prisión para que
fuesen excarcelados, pudiendo hacerlo.
(6) Haber contraído el hijo o hija matrimonio sin el permiso de su padre o madre o tutor, según los
Artículos 70 a 74 de este Código.
(7) Haber sido el hijo o descendiente negligente en tomar a su cuidado al testador, encontrándose
éste enfermo.
Serán justas causas para desheredar a los padres y ascendientes, además de las señaladas en el
Artículo 685 con los números (1), (2), (3), (5) y (6), las siguientes:
(1) Haber perdido la patria potestad.
(2) Haber negado los alimentos a sus hijos o descendientes sin motivo legítimo.
(3) Haber acusado el padre, madre o ascendiente, al hijo o descendiente, de un crimen capital,
excepto cuando el crimen fuese de alta traición.
(4) Haber sido el padre, madre o ascendiente, negligente en tomar a su cuidado al hijo o
descendiente que se encontrare enfermo.
(5) Haber rehusado prestar fianza por el hijo o descendiente constituido en prisión para que fuere
excarcelado, pudiendo hacerlo.
(6) Haber atentado uno de los padres contra la vida del otro, en cuyo caso el hijo o descendiente
podrá desheredar al que de los dos cónyuges hubiese cometido el atentado.
Serán justas causas para desheredar al cónyuge, además de las señaladas en el Artículo 685,
con los números (2), (3) y (6), las siguientes:
(1) Las que dan lugar al divorcio.
(2) Las que dan lugar a la pérdida de la patria potestad.
(3) Haber negado alimento a los hijos o al otro cónyuge.
(4) Haber atentado contra la vida del cónyuge testador, si no hubiere mediado reconciliación.
Para que las causas que dan lugar al divorcio lo sean también de desheredación, es preciso que
no vivan los cónyuges bajo un mismo techo.
La reconciliación posterior del ofensor y del ofendido priva a éste del derecho de desheredar,
y deja sin efecto la desheredación ya hecha.
Artículo 782. — Mandas y legados, a quién se puede gravar con ellos. (31 L.P.R.A. § 2471)
El testador podrá gravar con mandas y legados, no sólo a su heredero, sino también a los
legatarios.
Estos no estarán obligados a responder del gravamen sino hasta donde alcance el valor del
legado.
Cuando el testador grave con un legado a uno de los herederos, él solo quedará obligado a su
cumplimiento.
Si no gravare a ninguno en particular, quedarán obligados todos en la misma proporción en
que sean herederos.
El legado de cosa ajena, si el testador al legarla sabía que lo era, es válido. El heredero estará
obligado a adquirirla para entregarla al legatario; y no siéndole posible, a dar a éste su justa
estimación.
La prueba de que el testador sabía que la cosa era ajena corresponde al legatario.
Si el testador ignoraba que la cosa que legaba era ajena, será nulo el legado.
Pero será válido si la adquiere después de otorgado el testamento.
Artículo 787. — Legado de cosas fuera del comercio. (31 L.P.R.A. § 2476)
Artículo 788. — Legado de cosas que pertenecen al legatario. (31 L.P.R.A. § 2477)
No producirá efecto el legado de cosa que al tiempo de hacerse el testamento fuere ya propia
del legatario, aunque en ella tuviese algún derecho otra persona.
Si el testador dispone expresamente que la cosa sea liberada de este derecho o gravamen, valdrá
en cuanto a esto el legado.
Cuando el testador legare una cosa empeñada o hipotecada para la seguridad de alguna deuda
exigible, el pago de ésta quedará a cargo del legatario, a menos que el testador dispusiere que el
heredero la redimiere de la obligación. En este último caso, si por no pagar el heredero lo hiciere
el legatario, quedará éste subrogado en el lugar y derechos del acreedor para reclamar contra el
heredero.
Cualquiera carga perpetua o temporal a que se halle afecta la cosa legada, pasa con ésta al
legatario; pero en ambos casos, las rentas y los intereses o réditos devengados hasta la muerte del
testador, son carga de la herencia.
Artículo 790. — Cosas sujetas a usufructo, uso o habitación. (31 L.P.R.A. § 2479)
Si la cosa legada estuviere sujeta a usufructo, uso o habitación, el legatario deberá respetar
estos derechos hasta que legalmente se extingan.
Artículo 791. — Cuándo quedará sin efecto el legado. (31 L.P.R.A. § 2480)
Artículo 792. — Legado de crédito contra tercero o de perdón de deuda del legatario. (31
L.P.R.A. § 2481)
El legado de un crédito contra tercero, o el de perdón o liberación de una deuda del legatario,
sólo surtirá efecto en la parte del crédito o de la deuda subsistente al tiempo de morir el testador.
En el primer caso, el heredero cumplirá con ceder al legatario todas las acciones que pudieran
competirle contra el deudor.
En el segundo, con dar al legatario carta de pago, si la pidiere.
En ambos casos, el legado comprenderá los intereses que por el crédito o la deuda se debieren
al morir el testador.
Caduca el legado de que se habla en el artículo anterior si el testador, después de haberlo hecho,
demandare judicialmente al deudor para el pago de su deuda, aunque éste no se haya realizado al
tiempo del fallecimiento.
Por el legado hecho al deudor de la cosa empeñada sólo se entiende remitido el derecho de
prenda.
El legado genérico de liberación o perdón de las deudas comprende las existentes al tiempo de
hacerse el testamento, no las posteriores.
En los legados alternativos se observará lo dispuesto para las obligaciones de la misma especie,
salvas las modificaciones que se deriven de la voluntad expresa del testador.
Artículo 797. — Legado de cosa mueble genérica; cosa inmueble no determinada. (31
L.P.R.A. § 2486)
El legado de cosa mueble genérica será válido, aunque no haya cosas de su género en la
herencia.
El legado de cosa inmueble no determinada sólo será válido si la hubiere de su género en la
herencia.
La elección será del heredero, quien cumplirá con dar una cosa que no sea de la calidad inferior
ni de la superior.
Artículo 799. — Transmisión del derecho de elección a los herederos. (31 L.P.R.A. § 2488)
Si la cosa legada era propia del legatario a la fecha del testamento, no vale el legado aunque
después haya sido enajenada.
Si el legatario la hubiese adquirido por título lucrativo después de aquella fecha, nada podrá
pedir por ello; mas, si la adquisición se hubiese hecho por título oneroso, podrá pedir al heredero
que lo indemnice de lo que haya dado por adquirirla.
Legada una pensión periódica o cierta cantidad anual, mensual o semanal, el legatario podrá
exigir la del primer período así que muera el testador, y la de los siguientes en el principio de cada
uno de ellos, sin que haya lugar a la devolución aunque el legatario muera antes que termine el
período comenzado.
Artículo 803. — Derecho del legatario a los legados puros y simples. (31 L.P.R.A. § 2492)
El legatario adquiere derecho a los legados puros y simples desde la muerte del testador, y lo
transmite a sus herederos.
Cuando el legado es de cosa específica y determinada, propia del testador, el legatario adquiere
su propiedad desde que aquél muere, y hace suyos los frutos o rentas pendientes, pero no las rentas
devengadas y no satisfechas antes de la muerte.
La cosa legada correrá desde el mismo instante a riesgo del legatario, que sufrirá por lo tanto,
su pérdida o deterioro, como también se aprovechará de su aumento o mejora.
La cosa legada deberá ser entregada con todos sus accesorios y en el estado en que se halle al
morir el testador.
Si el legado no fuere de cosa específica y determinada, sino genérico o de cantidad, sus frutos
e intereses desde la muerte del testador corresponderán al legatario cuando el testador lo hubiese
dispuesto expresamente.
El legatario no puede ocupar por su propia autoridad la cosa legada, sino que debe pedir su
entrega y posesión al heredero o al albacea cuando éste se halle autorizado para darla.
Artículo 808. — Entrega por el heredero; legados en dinero; gastos. (31 L.P.R.A. § 2497)
El heredero debe dar la misma cosa legada, pudiendo hacerlo y no cumple con dar su
estimación.
Los legados en dinero deberán ser pagados en esta especie aunque no lo haya en la herencia.
Los gastos necesarios para la entrega de la cosa legada serán a cargo de la herencia, pero sin
perjuicio de la legítima.
Si los bienes de la herencia no alcanzaren para cubrir todos los legados, el pago se hará en el
orden siguiente:
(1) Los legados remuneratorios.
(2) Los legados de cosa cierta y determinada que forma parte del caudal hereditario.
(3) Los legados que el testador haya declarado preferentes.
(4) Los de alimentos.
(5) Los de educación.
(6) Los demás a prorrata.
Cuando el legatario no pueda o no quiera admitir el legado, o éste por cualquier causa, no tenga
efecto, se refundirá en la masa de la herencia, fuera de los casos de substitución y derecho de
acrecer.
Artículo 811. — Aceptación de parte del legado, prohibida. (31 L.P.R.A. § 2500)
El legatario no podrá aceptar una parte del legado y repudiar la otra si ésta fuere onerosa.
Muerte del legatario antes de aceptar el legado. — Si muriese antes de aceptar el legado
dejando varios herederos, podrá uno de éstos aceptar y otro repudiar la parte que le corresponda
en el legado.
El legatario de dos legados, de los que uno fuere oneroso, no podrá renunciar éste y aceptar el
otro. Si los dos son onerosos o gratuitos, es libre para aceptarlos todos o repudiar el que quiera.
Renuncia y aceptación de uno y otro. — El heredero que sea al mismo tiempo legatario,
podrá renunciar la herencia y aceptar el legado, o renunciar éste y aceptar aquélla.
Artículo 813. — Deudas y gravámenes cuando toda la herencia se distribuye en legados. (31
L.P.R.A. § 2502)
Artículo 816. — Universal o particular; cómo serán nombrados. (31 L.P.R.A.§ 2513)
Cuando los albaceas fueren mancomunados, sólo valdrá lo que todos hagan de consuno, o lo
que haga uno de ellos legalmente autorizado por los demás, o lo que, en caso de disidencia, acuerde
el mayor número.
Artículo 818. — Cuándo puede actuar uno solo. (31 L.P.R.A. § 2515)
En los casos de suma urgencia podrá uno de los albaceas mancomunados practicar, bajo su
responsabilidad personal, los actos que fueren necesarios, dando cuenta inmediatamente a los
demás.
El albacea que acepta este cargo se constituye en la obligación de desempeñarlo; pero lo podrá
renunciar alegando causa justa al prudente arbitrio del Tribunal Superior.
Artículo 822. — Pérdida del legado por no aceptar el cargo o por renunciarlo sin justa causa.
(31 L.P.R.A. § 2519)
El albacea que no acepte el cargo o lo renuncie sin justa causa, perderá lo que le hubiese dejado
el testador, salvo siempre el derecho que tuviere a la legítima.
Los albaceas tendrán todas las facultades que expresamente les haya conferido el testador, y
no sean contrarias a las leyes.
Artículo 824. — Facultades cuando el testador no las determine especialmente. (31 L.P.R.A.
§ 2521)
No habiendo el testador determinado especialmente las facultades de los albaceas, tendrán las
siguientes:
(1) Disponer y pagar los sufragios y el funeral del testador con arreglo a lo dispuesto por él en el
testamento; y en su defecto, según la costumbre del pueblo.
(2) Satisfacer los legados que consistan en metálico, con el conocimiento y beneplácito del
heredero.
(3) Vigilar sobre la ejecución de todo lo demás ordenado en el testamento, y sostener, siendo justo,
su validez en juicio y fuera de él.
(4) Tomar las precauciones necesarias para la conservación y custodia de los bienes, con
intervención de los herederos presentes.
Artículo 825. — Venta de bienes para pagar funeral y legados. (31 L.P.R.A. § 2522)
Si no hubiere en la herencia dinero bastante para el pago de funerales y legados, y los herederos
no lo aprontaren de lo suyo, promoverán los albaceas la venta de los bienes muebles; y no
alcanzando éstos, la de los inmuebles, con intervención de los herederos.
Si estuviere interesado en la herencia algún menor, ausente, corporación o establecimiento
público, la venta de los bienes se hará con las formalidades prevenidas por las leyes para tales
casos.
El albacea a quien el testador no haya fijado plazo, deberá cumplir su encargo dentro de un
año contado desde su aceptación, o desde que terminen los litigios que se promovieren sobre la
validez o nulidad del testamento o de alguna de sus disposiciones.
Artículo 827. — Prórroga del plazo por el testador o por la corte. (31 L.P.R.A. § 2524)
Los herederos y legatarios pueden de común acuerdo, prorrogar el plazo del albaceazgo por el
tiempo que crean necesario; pero si el acuerdo fuese sólo por mayoría, la prórroga no podrá exceder
de un año.
El albaceazgo es cargo gratuito. Podrá, sin embargo, el testador señalar a los albaceas la
remuneración que tenga por conveniente todo sin perjuicio del derecho que les asista para cobrar
lo que les corresponda por los trabajos de partición u otros facultativos.
Si el testador lega o señala conjuntamente a los albaceas alguna retribución, la parte de los que
no admitan el cargo acrecerá a los que lo desempeñen.
Termina el albaceazgo por la muerte, imposibilidad, renuncia o remoción del albacea, y por el
lapso del término señalado por el testador, por la ley, y en su caso, por los interesados.
Artículo 833. — Ejecución por herederos de la voluntad del testador. (31 L.P.R.A. § 2530)
Artículos 834 - 874. — Derogados. [Ley 219-2012 “Ley de Fideicomisos] (31 L.P.R.A. §§ 2541
a 2181 nota)
Artículo 875. — Sucesión legítima, cuándo tiene lugar. (31 L.P.R.A. § 2591)
A falta de herederos testamentarios, la ley defiere la herencia, según las reglas que se
expresarán, a los parientes legítimos y naturales del difunto, al viudo o viuda, y al Estado Libre
Asociado de Puerto Rico.
En las líneas se cuentan tantos grados como generaciones o como personas, descontando la del
progenitor.
En línea recta. — En la recta se sube únicamente hasta el tronco. Así, el hijo dista del padre
un grado, dos del abuelo y tres del bisabuelo.
En línea colateral. — En la colateral se sube hasta el tronco común y después se baja hasta la
persona con quien se hace la computación. Por esto, el hermano dista dos grados del hermano, tres
del tío, hermano de su padre o madre, cuatro del primo hermano, y así en adelante.
La computación de que trata el Artículo anterior rige en todas las materias sin excepción.
Llámase doble vínculo al parentesco por parte del padre y de la madre conjuntamente.
Artículo 884. — Pariente más próximo excluye al más remoto; parientes en el mismo grado.
(31 L.P.R.A. § 2607)
En las herencias el pariente más próximo en grado excluye al más remoto, salvo el derecho de
representación en los casos en que deba tener lugar.
Los parientes que se hallaren en el mismo grado heredarán por partes iguales, salvo lo que se
dispone en el Artículo 906 sobre el doble vínculo.
Artículo 886. — Disposición de la herencia repudiada por pariente más próximo. (31 L.P.R.A.
§ 2609)
Repudiando la herencia el pariente más próximo, si es solo, o si fueren varios, todos los
parientes más próximos llamados por la ley, heredarán los del grado siguiente por su propio
derecho y sin que puedan representar al repudiante.
Llámase derecho de representación el que tienen los parientes legítimos o naturales legalmente
reconocidos de una persona para sucederle en todos los derechos que tendría si viviera o hubiera
podido heredar.
Artículo 888. — Derecho en línea descendente; línea colateral. (31 L.P.R.A. § 2622)
El derecho de representación tendrá siempre lugar en la línea recta descendente, pero nunca en
la ascendente.
En la línea colateral sólo tendrá lugar en favor de los hijos de hermanos, bien sean de doble
vínculo, bien de un solo lado.
Siempre que se herede por representación, la división de la herencia se hará por estirpes, de
modo que el representante o representantes no hereden más de lo que heredaría su representado si
viviera.
Artículo 890. — Representación cuando quedan hijos de hermanos. (31 L.P.R.A. § 2624)
Quedando hijos de uno o más hermanos del difunto, heredarán a éste por representación si
concurren con sus tíos. Pero si concurren solos, heredarán por partes iguales.
Artículo 891. — Representación no se pierde por renuncia de herencia. (31 L.P.R.A. § 2625)
No podrá representarse a una persona viva sino en los casos de desheredación o incapacidad.
Artículo 893. — Sucesión, a quién corresponde en primer lugar. (31 L.P.R.A. § 2641)
Los hijos legítimos o ilegítimos reconocidos y sus descendientes, suceden a los padres y demás
ascendientes sin distinción de sexo ni edad, y aunque aquéllos procedan de distintos matrimonios.
Los hijos del difunto le heredarán siempre por su derecho propio, dividiendo la herencia en
partes iguales.
Los nietos y demás descendientes heredarán por derecho de representación, y si alguno hubiese
fallecido dejando varios herederos, la porción que le corresponda se dividirá entre éstos por partes
iguales.
Si quedaren hijos y descendientes de otros hijos que hubiesen fallecido, los primeros heredarán
por derecho propio, y los segundos por derecho de representación.
El padre y la madre respecto de sus hijos legítimos, y los padres ilegítimos respecto al hijo
natural reconocido, si existieren, heredarán por partes iguales.
A falta de padre y madre sucederán los ascendientes legítimos, más próximos en grado, o
ilegítimos con respecto al hijo ilegítimo reconocido por el padre o la madre, en cuyo lugar se
coloque el ascendiente por derecho de sucesión.
Si hubiere varios de igual grado pertenecientes a la misma línea, dividirán la herencia por
cabezas. Si fueren de líneas diferentes, pero de igual grado, la mitad corresponderá a los
ascendientes paternos y la otra mitad a los maternos. En cada línea la división se hará por cabezas.
Artículo 901. — Sucesión de ascendientes en cosas dadas a sus descendientes. (31 L.P.R.A. §
2654)
A falta de las personas comprendidas en las tres secciones que preceden, heredarán los
cónyuges y, a falta de éstos, los parientes colaterales por el orden que se establece en los Artículos
siguientes.
Si no existieren más que hermanos de doble vínculo, éstos heredarán por partes iguales.
Si concurrieren hermanos con sobrinos, hijos de hermanos de doble vínculo, los primeros
heredarán por cabezas y los segundos por estirpes.
En el caso de no existir sino mediohermanos, unos por parte de padre y otros por la de madre,
heredarán todos por partes iguales, sin ninguna distinción de bienes.
Los hijos de los mediohermanos sucederán por cabezas o por estirpes, según las reglas
establecidas para los hermanos de doble vínculo.
A falta de descendientes y ascendientes, sucederá en todos los bienes del difunto el cónyuge
sobreviviente. En su defecto, le sucederán sus hermanos y sobrinos, hijos de éstos, sean o no de
doble vínculo de la manera establecida en las tres (3) Secciones que preceden.
Artículo 911. — Extensión del derecho de heredar ab intestato. (31 L.P.R.A. § 2679)
El derecho de heredar ab intestato no se extiende más allá del sexto grado de parentesco en
línea colateral.
A falta de personas que tengan derecho de heredar, conforme a lo dispuesto en las precedentes
Secciones, heredará el Estado Libre Asociado de Puerto Rico destinándose los bienes al “Fondo
de la Universidad”. Sin embargo, de existir alguna propiedad inmueble declarada estorbo público,
conforme la ley especial que aplique, se destinará al Gobierno Municipal en cuya jurisdicción este
sito el inmueble, solo luego que la Universidad de Puerto Rico, dentro del término de cinco meses,
luego de haber sido notificado formalmente, haya expresado su falta de interés en la misma por no
representar uso institucional, inscribiendo la correspondiente titularidad en el Registro de la
Propiedad mediante Sentencia o Resolución Judicial.
Para que el Estado Libre Asociado de Puerto Rico pueda apoderarse de los bienes hereditarios
habrá de preceder declaración judicial de heredero, adjudicándole los bienes por falta de herederos
legítimos, con excepción de las propiedades inmuebles declaradas estorbo público cuyo destino se
regirá conforme establece el artículo que precede.
Sección primera. —De las precauciones que deben adoptarse cuando la viuda quede
encinta
Artículo 914. — Notificación de la viuda de que ha quedado encinta. (31 L.P.R.A. § 2711)
Cuando la viuda crea haber quedado encinta, deberá ponerlo en conocimiento de los que tengan
a la herencia un derecho de tal naturaleza que deba desaparecer o disminuir por el nacimiento del
póstumo.
Artículo 915. — Medidas para evitar parto fingido o que la criatura pase por viable. (31
L.P.R.A. § 2712)
Los interesados a que se refiere la precedente sección podrán pedir al Juez de Distrito, o a la
sala del Tribunal Superior, donde la hubiere, que dicte las providencias convenientes para evitar
la suposición de parto, o que la criatura que nazca pase por viable, no siéndolo en realidad.
Cuidarán el Juez de Distrito o el Tribunal Superior en su caso, de que las medidas que se dicten
no ataquen al pudor ni a la libertad de la viuda.
Artículo 916. — Aviso de la época del parto; realidad del alumbramiento. (31 L.P.R.A. §
2713)
Háyase o no dado el aviso de que habla el Artículo 914, al aproximarse la época del parto, la
viuda deberá ponerlo en conocimiento de los mismos interesados. Estos tendrán derecho a nombrar
persona de su confianza, que se cerciore de la realidad del alumbramiento.
Si la persona designada fuere rechazada por la paciente, hará el Juez de Distrito, o el Tribunal
Superior en su caso, el nombramiento, debiendo éste recaer en facultativo o en mujer.
Artículo 917. — Efecto de omisión de diligencias sobre la legitimidad del parto; prescripción
de la acción. (31 L.P.R.A. § 2714)
La acción para impugnarla por parte de los que tengan este derecho prescribirá en los plazos
señalados en el Capítulo II, Título VI, Libro Primero de este Código.
Artículo 918. — Aviso cuando el marido ha reconocido el embarazo. (31 L.P.R.A. § 2715)
La viuda que quede encinta, aun cuando sea rica, deberá ser alimentada de los bienes
hereditarios, habida consideración a la parte que en ellos pueda tener el póstumo, si naciere y fuere
viable.
Artículo 920. — Administración de bienes hasta el parto o certidumbre de que éste no tendrá
lugar. (31 L.P.R.A. § 2717)
En el tiempo que medie hasta que se verifique el parto, o se adquiera la certidumbre de que
éste no tendrá lugar, ya por haber ocurrido aborto, ya por haber pasado con exceso el término
máximo para la gestación, se proveerá a la seguridad y administración de los bienes, nombrándose
por la sala correspondiente del Tribunal Superior un administrador judicial con fianza bastante a
satisfacción de dicha corte.
Para el desempeño del cargo de administrador de los bienes de la herencia deberá ser preferida
la misma viuda, si no mediare motivo o razón suficiente en contrario, a juicio de la misma corte.
Artículo 923. — Cónyuge viudo que contrae segundo matrimonio. (31 L.P.R.A. § 2731)
El viudo o viuda que pase a segundo matrimonio estará obligado a reservar a los hijos y
descendientes del primero la propiedad de todos los bienes que haya adquirido de su difunto
consorte por testamento, por sucesión intestada, donación u otro cualquier título lucrativo; pero no
su mitad de gananciales.
La disposición del artículo anterior es aplicable a los bienes que por los títulos en ella
expresados haya adquirido el viudo o viuda de cualquiera de los hijos de su primer matrimonio, y
los que haya habido de los parientes del difunto por consideración a éste.
Cesará la obligación de reservar cuando los hijos de un matrimonio, mayores de edad, que
tengan derecho a los bienes, renuncien expresamente a él, o cuando se trate de cosas dadas o
dejadas por los hijos a su padre o a su madre, sabiendo que estaban segunda vez casados.
Artículo 926. — Cuando no existen descendientes del primer matrimonio. (31 L.P.R.A. §
2734)
Cesará además la reserva si al morir el padre o la madre que contrajo segundo matrimonio no
existen hijos ni descendientes legítimos del primero.
A pesar de la obligación de reservar, podrá el padre o madre, segunda vez casado, mejorar en
los bienes reservables a cualquiera de los hijos o descendientes del primer matrimonio.
Artículo 928. — Sucesión en los bienes sujetos a reserva. (31 L.P.R.A. § 2736)
Artículo 929. — Enajenación de bienes inmuebles — Antes del segundo matrimonio. (31
L.P.R.A. § 2737)
Serán válidas las enajenaciones de los bienes inmuebles reservables hechas por el cónyuge
sobreviviente antes de celebrar segundas bodas, con la obligación desde que las celebrare, de
asegurar el valor de aquéllos a los hijos y descendientes del primer matrimonio.
La enajenación que de los bienes inmuebles sujetos a reserva hubiere hecho el viudo o la viuda
después de contraer segundo matrimonio, subsistirá únicamente si a su muerte no quedan hijos ni
descendientes legítimos del primero; sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley Hipotecaria.
Las enajenaciones de los bienes muebles hechas antes o después de contraer segundo
matrimonio, serán válidas, salvo siempre la obligación de indemnizar.
Artículo 932. — Inventario, anotación y tasación de los bienes. (31 L.P.R.A. § 2740)
El viudo o la viuda, al repetir matrimonio, hará inventariar todos los bienes sujetos a reserva,
anotar en el registro de la propiedad la calidad de reservables de los inmuebles con arreglo a lo
dispuesto en la Ley Hipotecaria, y tasar los muebles.
Estará además obligado el viudo o viuda, al repetir matrimonio, a asegurar con hipoteca:
(1) El abono de los deterioros ocasionados o que se ocasionaren por su culpa o negligencia.
(2) La devolución del precio que hubiese recibido por los bienes muebles enajenados o la entrega
del valor que tenían al tiempo de la enajenación si ésta se hubiese hecho a título gratuito.
(3) El valor de los bienes inmuebles válidamente enajenados.
Lo dispuesto en los artículos anteriores para el caso de segundo matrimonio rige igualmente
en el tercero y ulteriores.
Artículo 935. — Obligación de reservar en caso de hijo natural posterior. (31 L.P.R.A. § 2743)
La obligación de reservar, impuesta en las anteriores secciones, será aplicable al viudo o viuda
que, aunque no contraiga nuevo matrimonio, tenga en estado de viudez, un hijo ilegítimo
reconocido, o declarado judicialmente como tal hijo.
Dicha obligación surtirá efecto desde el día del nacimiento de éste.
Artículo 936. — Parte del que repudia la herencia. (31 L.P.R.A. § 2751)
En las sucesiones legítimas la parte del que repudia la herencia acrecerá siempre a los
coherederos.
Artículo 937. — Requisitos para acrecer en la sucesión testamentaria. (31 L.P.R.A. § 2752)
Se entenderá hecha la designación por partes sólo en el caso de que el testador haya
determinado expresamente una cuota para cada heredero.
La frase "por mitad o por partes iguales" u otras que aunque designen parte alícuota, no fijen
ésta numéricamente o por señales que hagan a cada uno dueño de un cuerpo de bienes separado,
no excluyen el derecho de acrecer.
Los herederos a quienes acrezca la herencia sucederán en todos los derechos y obligaciones
que tendría el que no quiso o no pudo recibirla.
Artículo 940. — Derecho de acrecer entre herederos forzosos. (31 L.P.R.A. § 2755)
Entre los herederos forzosos el derecho de acrecer sólo tendrá lugar cuando la parte de libre
disposición se deje a dos o más de ellos, o a alguno de ellos y a un extraño.
Si la parte repudiada fuere la legítima, sucederán en ella los coherederos por su derecho propio,
y no por el derecho de acrecer.
Artículo 941. — Disposición de parte cuando no tenga lugar el derecho de acrecer. (31
L.P.R.A. § 2756)
Artículo 942. — Derecho de acrecer entre legatarios y usufructuarios. (31 L.P.R.A. § 2757)
El derecho de acrecer tendrá también lugar entre los legatarios y los usufructuarios en los
términos establecidos para los herederos.
Artículo 943. — La aceptación y repudiación son actos voluntarios. (31 L.P.R.A. § 2771)
Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de
heredar y de su derecho a la herencia.
Artículo 947. — Personas que pueden aceptar o repudiar. (31 L.P.R.A. § 2775)
Pueden aceptar o repudiar una herencia todos los que tienen la libre disposición de sus bienes.
Herencia dejada a menores o incapacitados. — La herencia dejada a los menores o
incapacitados podrá ser aceptada al tenor de lo dispuesto en el número 10 del Artículo 212,
Capítulo VII, Título X, Libro Primero, de este Código. Si la aceptare por sí el tutor, la aceptación
se entenderá hecha a beneficio de inventario.
Dejada a los pobres. — La aceptación de la que se deje a los pobres corresponderá a las
personas designadas por el testador para calificarlos y distribuir los bienes, y en su defecto a las
que señala el Artículo 678 y se entenderá también aceptada a beneficio de inventario.
Los sordomudos que supieren leer y escribir aceptarán o repudiarán la herencia por sí o por
medio de representante conforme a ley. Si no pudieren entender o comunicarse efectivamente por
cualquier medio, la aceptará a beneficio de inventario su tutor, con sujeción a lo que sobre esta
incapacidad se preceptúa en el Artículo 184 de este Código.
Artículo 953. — Aceptación pura y simple; expresa o tácita. (31 L.P.R.A. § 2781)
Si el heredero repudia la herencia en perjuicio de sus propios acreedores, podrán éstos pedir a
la sala competente del Tribunal Superior que los autorice para aceptarla en nombre de aquél.
La aceptación sólo aprovechará a los acreedores en cuanto baste a cubrir el importe de sus
créditos. El exceso, si lo hubiere, no pertenecerá en ningún caso al renunciante, sino que se
adjudicará a las personas a quienes corresponda, según las reglas establecidas en este Código.
Artículo 956. — Herederos que sustraen u ocultan efectos de la herencia. (31 L.P.R.A. § 2784)
Los herederos que hayan sustraído u ocultado algunos efectos de la herencia, pierden la
facultad de renunciarla, y quedan con el carácter de herederos puros y simples, sin perjuicio de las
penas en que hayan podido incurrir.
Artículo 957. — Responsabilidad del heredero por cargas de la herencia. (31 L.P.R.A. § 2785)
Por la aceptación pura y simple, o sin beneficio de inventario, quedará el heredero responsable
de todas las cargas de la herencia, no sólo con los bienes de ésta, sino también con los suyos
propios.
Artículo 958. — Acción contra el heredero para que acepte o repudie. (31 L.P.R.A. § 2786)
Hasta pasados nueve días después de la muerte de aquél de cuya herencia se trate, no podrá
intentarse acción contra el heredero para que acepte o repudie.
Instando, en juicio, un tercer interesado para que el heredero acepte o repudie, deberá el
Tribunal Superior señalar a éste un término, que no pase de treinta (30) días, para que haga su
declaración; apercibido de que, si no la hace, se tendrá la herencia por aceptada.
Artículo 960. — Muerte del heredero sin aceptar ni repudiar. (31 L.P.R.A. § 2788)
Por muerte del heredero sin aceptar ni repudiar la herencia, pasará a los suyos el mismo derecho
que él tenía.
Artículo 961. — Aceptación y repudiación cuando hay varios herederos. (31 L.P.R.A. § 2789)
Cuando fueren varios los herederos llamados a la herencia, podrán los unos aceptarla y los
otros repudiarla. De igual libertad gozará cada uno de los herederos para aceptarla pura y
simplemente, o a beneficio de inventario.
El que es llamado a una misma herencia por testamento y ab intestato, y la repudia por el
primer título, se entiende haberla repudiado por los dos.
Repudiándola como heredero ab intestato y sin noticia de su título testamentario, podrá todavía
aceptarla por éste.
La aceptación de la herencia a beneficio de inventario podrá hacerse ante notario o por escrito
ante la sala del Tribunal Superior que sea competente para prevenir el juicio de testamentaría o ab
intestato.
Artículo 966. — Cuando el heredero se halla en país extranjero. (31 L.P.R.A. § 2803)
Si el heredero a que se refiere el artículo anterior se hallare en país extranjero, podrá hacer
dicha declaración ante el agente diplomático o consular de los Estados Unidos que esté habilitado
para ejercer las funciones de notario en el lugar del otorgamiento.
El heredero que tenga en su poder los bienes de la herencia o parte de ellos y quiera utilizar el
beneficio de inventario o el derecho de deliberar, deberá manifestarlo a la sala del Tribunal
Superior competente para conocer de la testamentaría o del ab intestato, dentro de los diez días
siguientes al en que supiere ser tal heredero, si reside en el lugar donde hubiese fallecido el
causante de la herencia. Si residiere fuera, el plazo será de treinta días.
En uno y otro caso el heredero deberá pedir a la vez la formación del inventario, y la citación
a los acreedores y legatarios para que acudan a presenciarlo si les conviniere.
Artículo 969. — Cuando los bienes no están en posesión del heredero. (31 L.P.R.A. § 2806)
Cuando el heredero no tenga en su poder la herencia o parte de ella, ni haya practicado gestión
alguna como tal heredero, los plazos expresados en el artículo anterior se contarán desde el día
siguiente al en que expire el plazo que el Tribunal Superior le hubiese fijado para aceptar o repudiar
la herencia, conforme al Artículo 959 o desde el día en que la hubiese aceptado o hubiera
gestionado como heredero.
Artículo 970. — Mientras no prescriba la acción para reclamar la herencia. (31 L.P.R.A. §
2807)
Fuera de los casos a que se refieren los dos anteriores artículos, si no se hubiere presentado
ninguna demanda contra el heredero, podrá éste aceptar a beneficio de inventario o con el derecho
de deliberar, mientras no prescriba la acción para reclamar la herencia.
Artículo 971. — Término para principiar y concluir inventario. (31 L.P.R.A. § 2808)
El inventario se principiará dentro de los treinta días siguientes a la citación de los acreedores
y legatarios, y concluirá dentro de otros sesenta.
Si por hallarse los bienes a larga distancia, o ser muy cuantiosos, o por otra causa justa,
parecieren insuficientes dichos sesenta días, podrá el Tribunal Superior prorrogar este término por
el tiempo que estime necesario, sin que pueda exceder de un año.
Artículo 972. — Cuando por culpa del heredero no se principia o concluye el inventario. (31
L.P.R.A. § 2809)
Artículo 973. — Término para deliberar una vez concluido el inventario. (31 L.P.R.A. § 2810)
Artículo 974. — Administración durante la formación del inventario. (31 L.P.R.A. § 2811)
En todo caso el Tribunal Superior podrá proveer, a instancia de parte interesada, durante la
formación del inventario y hasta la aceptación de la herencia, a la administración y custodia de los
bienes hereditarios, nombrando al efecto un administrador con la capacidad legal necesaria, el cual
prestará fianza a satisfacción del mismo tribunal.
El que reclame judicialmente una herencia de que otro se halle en posesión por más de un año,
si venciere en el juicio, no tendrá obligación de hacer inventario para gozar de este beneficio, y
sólo responderá de las cargas de la herencia con los bienes que le sean entregados.
El inventario hecho por el heredero, que después repudie la herencia, aprovechará a los
substitutos y a los herederos ab intestato, respecto de los cuales los treinta días para deliberar y
para hacer la manifestación que previene el Artículo 973, se contarán desde el siguiente al en que
tuvieren conocimiento de la repudiación.
Durante la formación del inventario y el término para deliberar no podrán los legatarios
demandar el pago de sus legados.
Hasta que resulten pagados todos los acreedores conocidos y los legatarios, se entenderá que
se halla la herencia en administración.
El administrador no podrá pagar los legados sino después de haber pagado a todos los
acreedores.
Cuando haya juicio pendiente entre los acreedores sobre la preferencia de sus créditos, serán
pagados por el orden y según el grado que señale la sentencia firme de graduación.
No habiendo juicio pendiente entre los acreedores, serán pagados los que primero se presenten;
pero, constando que alguno de los créditos conocidos es preferente, no se hará el pago sin previa
caución a favor del acreedor de mejor derecho.
Artículo 983. — Acreedores que aparezcan después de pagados los legados. (31 L.P.R.A. §
2820)
Si después de pagados los legados aparecieren otros acreedores, éstos sólo podrán reclamar
contra los legatarios en el caso de no quedar en la herencia bienes suficientes para pagarles.
Cuando para el pago de los créditos y legados sea necesaria la venta de bienes hereditarios, se
realizará ésta en la forma establecida en la ley de enjuiciamiento civil respecto a los ab intestatos
y testamentarías, salvo si todos los herederos, acreedores y legatarios acordaren otra cosa.
No alcanzando los bienes hereditarios para el pago de las deudas y legados, el administrador
dará cuenta de su administración a los acreedores y legatarios que no hubiesen cobrado por
completo, y será responsable de los perjuicios causados a la herencia por culpa o negligencia suya.
Pagados los acreedores y legatarios, quedará el heredero en el pleno goce del remanente de la
herencia.
Si la herencia hubiese sido administrada por otra persona, ésta rendirá al heredero la cuenta de
su administración bajo la responsabilidad que impone el artículo anterior.
Las costas del inventario y los demás gastos a que dé lugar la administración de la herencia
aceptada a beneficio de inventario y la defensa de sus derechos, serán de cargo de la misma
herencia. Exceptúanse aquellas costas en que el heredero hubiese sido condenado personalmente
por su dolo o mala fe.
Lo mismo se entenderá respecto de las causadas para hacer uso del derecho de deliberar, si el
heredero repudia la herencia.
Los acreedores particulares del heredero no podrán mezclarse en las operaciones de la herencia
aceptada por éste a beneficio de inventario hasta que sean pagados los acreedores de la misma y
los legatarios; pero podrán pedir la retención o embargo del remanente que pueda resultar a favor
del heredero.
Artículo 989. — Bienes recibidos en vida del causante sujetos a colación. (31 L.P.R.A. § 2841)
El heredero forzoso que concurra con otros que también lo sean a una sucesión, deberá traer a
la masa hereditaria los bienes o valores que hubiese recibido del causante de la herencia, en vida
de éste, por dote, donación u otro título lucrativo, para computarlo en la regulación de las legítimas
y en la cuenta de partición.
La colación no tendrá lugar entre los herederos forzosos si el donante así lo hubiese dispuesto
expresamente o si el donatario repudiare la herencia, salvo el caso en que la donación deba
reducirse por inoficiosa.
Artículo 992. — Cuando los nietos sucedan al abuelo en representación de los padres. (31
L.P.R.A. § 2842)
Cuando los nietos sucedan al abuelo en representación del padre, concurriendo con sus tíos o
primos, colacionarán todo lo que debiera colacionar el padre si viviera, aunque no lo hayan
heredado.
También colacionarán lo que hubiesen recibido del causante de la herencia durante la vida de
éste, a menos que el testador hubiese dispuesto lo contrario, en cuyo caso deberá respetarse su
voluntad si no perjudicare a la legítima de los coherederos.
Los padres no estarán obligados a colacionar en la herencia de sus ascendientes lo donado por
éstos a sus hijos.
Tampoco se traerán a colación las donaciones hechas al consorte del hijo; pero si hubieren sido
hechas por el padre conjuntamente a los dos, el hijo estará obligado a colacionar la mitad de la
cosa donada.
Artículo 996. — Gastos para carrera profesional o artística de los hijos. (31 L.P.R.A. § 2848)
Artículo 997. — Cantidades satisfechas por el padre por deudas del hijo etc. (31 L.P.R.A. §
2849)
Se traerán a colación como anticipos, las cantidades satisfechas por el padre para pagar fianzas
por el hijo, para pagar sus deudas, conseguirle un título lucrativo o de honor y otros gastos
análogos.
Los regalos de boda consistentes en joyas, vestidos y equipos, no se reducirán como inoficiosos
sino en la parte que exceda en un décimo o más de la cantidad disponible por testamento.
No han de traerse a colación y partición las mismas cosas donadas o dadas en dote, sino el
valor que tenían al tiempo de la donación o dote, aunque no se hubiese hecho entonces su
justiprecio.
El aumento o deterioro posterior y aun su pérdida total, casual o culpable, será a cargo y riesgo
o beneficio del donatario.
Artículo 1000. — Por ambos cónyuges o por uno solo. (31 L.P.R.A. § 2850)
La dote o donación hecha por ambos cónyuges se colacionará por mitad en la herencia de cada
uno de ellos. La hecha por uno solo se colacionará en su herencia.
Artículo 1001. — Rebaja de lo anteriormente recibido por el donatario. (31 L.P.R.A. § 2853)
Artículo 1002. — Donaciones de bienes inmuebles; bienes muebles. (31 L.P.R.A. § 2854)
Artículo 1003. — Frutos e intereses de los bienes sujetos a colación. (31 L.P.R.A. § 2855)
Los frutos e intereses de los bienes sujetos a colación no se deben a la masa hereditaria sino
desde el día en que se abra la sucesión.
Para regularlos, se atenderá a las rentas e intereses de los bienes hereditarios de la misma
especie que los colacionados.
Si entre los coherederos surgiere contienda sobre la obligación de colacionar o sobre los
objetos que han de traerse a colación, no por eso dejará de proseguirse la partición, prestando la
correspondiente fianza.
Todo coheredero que tenga la libre administración y disposición de sus bienes, podrá pedir en
cualquier tiempo la partición de la herencia.
Por los incapacitados y por los ausentes deberán pedirla sus representantes legítimos.
Los herederos bajo condición no podrán pedir la partición hasta que aquélla se cumpla. Pero
podrán pedirla los otros coherederos, asegurando competentemente el derecho de los primeros para
el caso de cumplirse la condición, y hasta saberse que ésta ha faltado o no puede ya verificarse, se
entenderá provisional la partición.
Si antes de hacerse la partición muere uno de los coherederos, dejando dos o más herederos,
bastará que uno de éstos la pida, pero todos los que intervengan en este último concepto, deberán
comparecer bajo una sola representación.
Artículo 1009. — Partición hecha por testador; pago en metálico en vez de división. (31
L.P.R.A. § 2875)
Cuando el testador hiciere, por acto entre vivos o por última voluntad, la partición de sus
bienes, se pasará por ella en cuanto no perjudique a la legítima de los herederos forzosos.
El padre que en interés de su familia quiera conservar indivisa una explotación agrícola,
industrial o fabril, podrá usar de la facultad concedida en este artículo, disponiendo que se satisfaga
en metálico su legítima a los demás hijos.
Artículo 1010. — Encomienda por el testador de facultad de hacer la partición; deberes del
comisario. (31 L.P.R.A. § 2876)
El testador podrá encomendar por acto inter vivos o mortis causa para después de su muerte la
simple facultad de hacer la partición a cualquiera persona que no sea uno de los coherederos.
Lo dispuesto en esta sección y en la anterior se observará aunque entre los coherederos haya
alguno de menor edad o sujeto a tutela; pero el comisario deberá en este caso inventariar los bienes
de la herencia con citación de los coherederos, acreedores y legatarios.
Artículo 1011. — División hecha por los herederos. (31 L.P.R.A. § 2877)
Cuando el testador no hubiese hecho la partición, ni encomendado a otro esta facultad, si los
herederos fueren mayores y tuvieren la libre administración de sus bienes, podrán distribuir la
herencia de la manera que tengan por conveniente.
Cuando los herederos mayores de edad no se entendieren sobre el modo de hacer la partición,
quedará a salvo su derecho para que lo ejerciten en la forma prevenida en los preceptos sobre
procedimientos legales especiales.
Cuando los menores de edad estén sometidos a la patria potestad y representados en la partición
por el padre y en su caso por la madre, no será necesaria la intervención ni la aprobación judicial.
Cuando una cosa sea indivisible o desmerezca mucho por su división, podrá adjudicarse a
uno, a calidad de abonar a los otros el exceso en dinero.
Pero bastará que uno solo de los herederos pida su venta en pública subasta, y con admisión
de licitadores extraños, para que así se haga.
Los coherederos deben abonarse recíprocamente en la partición las rentas y frutos que cada
uno haya percibido de los bienes hereditarios, las impensas útiles y necesarias hechas en los
mismos, y los daños ocasionados por malicia o negligencia.
Los gastos de partición hechos en interés común de todos los coherederos se deducirán de la
herencia; los hechos en interés particular de uno de ellos, serán a cargo del mismo.
Artículo 1019. — Título que comprenda varias fincas adjudicadas a diversos coherederos.
(31 L.P.R.A. § 2885)
Cuando el mismo título comprenda varias fincas adjudicadas a diversos coherederos, o una
sola que se haya dividido entre dos o más, el título quedará en poder del mayor interesado en la
finca o fincas y se facilitarán a los otros copias fehacientes, a costa del caudal hereditario. Si el
interés fuere igual, el título se entregará al varón, y habiendo más de uno, al de mayor edad.
Siendo original, aquél en cuyo poder quede deberá también exhibirlo a los demás interesados
cuando lo pidieren.
La partición legalmente hecha confiere a cada heredero la propiedad exclusiva de los bienes
que le hayan sido adjudicados.
La obligación a que se refiere el artículo anterior, sólo cesará en los siguientes casos:
(1) Cuando el mismo testador hubiese hecho la partición, a no ser que aparezca, o racionalmente
se presuma, haber querido lo contrario, y salva siempre la legítima.
(2) Cuando se hubiese pactado expresamente al hacer la partición.
(3) Cuando la evicción proceda de causa posterior a la partición o fuere ocasionada por culpa del
adjudicatario.
Artículo 1025. — Responsabilidad por insolvencia del deudor; créditos incobrables. (31
L.P.R.A. § 2905)
Las particiones pueden rescindirse por las mismas causas que las obligaciones.
Podrán también ser rescindidas las particiones por causa de lesión en más de la cuarta parte,
atendido el valor de las cosas cuando fueron adjudicadas.
La partición hecha por el difunto no puede ser impugnada por causa de lesión, sino en el caso
de que perjudique la legítima de los herederos forzosos o de que aparezca, o racionalmente se
presuma, que fue otra la voluntad del testador.
La acción rescisoria por causa de lesión durará cuatro (4) años, contados desde que se hizo la
partición.
Artículo 1030. — Opción entre indemnización o nueva partición. (31 L.P.R.A. § 2915)
El heredero demandado podrá optar entre indemnizar el daño o consentir que se proceda a
nueva partición.
Artículo 1031. — Quién no podrá ejercitar acción rescisoria. (31 L.P.R.A. § 2916)
No podrá ejercitar la acción rescisoria por lesión el heredero que hubiese enajenado el todo o
una parte considerable de los bienes inmuebles que le hubieren sido adjudicados.
Artículo 1033. — Partición hecha con petición de heredero. (31 L.P.R.A. § 2918)
La partición hecha con petición de alguno de los herederos no se rescindirá, a no ser que se
pruebe que hubo mala fe o dolo por parte de los otros interesados, pero éstos tendrán la obligación
de pagar al preterido la parte que proporcionalmente le corresponda.
La partición hecha con uno a quien se creyó heredero sin serlo, será nula.
Artículo 1035. — Oposición a la partición hasta que se paguen o afiancen los créditos. (31
L.P.R.A. § 2931)
Los acreedores reconocidos como tales podrán oponerse a que se lleve a efecto la partición de
la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos.
Los acreedores de uno o más de los coherederos podrán intervenir a su costa en la partición
para evitar que ésta se haga en fraude o perjuicio de sus derechos.
Hecha la partición, los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas por entero de cualquiera
de los herederos que no hubiere aceptado la herencia a beneficio de inventario, o hasta donde
alcance su porción hereditaria, en el caso de haberla admitido con dicho beneficio.
En uno y otro caso, el demandado tendrá derecho a hacer citar y emplazar a sus coherederos,
a menos que por disposición del testador, o a consecuencia de la partición, hubiere quedado él solo
obligado al pago de la deuda.
Artículo 1038. — Derecho del heredero que paga más de lo que le corresponde. (31 L.P.R.A.
§ 2934)
Estando alguna de las fincas de la herencia gravada con renta o carga real perpetua, no se
procederá a su extinción, aunque sea redimible, sino cuando la mayor parte de los coherederos lo
acordare.
No acordándolo así, o siendo la carga irredimible, se rebajará su valor o capital del de la finca,
y ésta pasará con la carga al que le toque en lote o por adjudicación.
El coheredero acreedor del difunto puede reclamar de los otros el pago de su crédito, deducida
su parte proporcional como tal heredero y sin perjuicio de lo establecido en este Código.
Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasicontratos, y de los actos y omisiones
ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia.
Las obligaciones derivadas de la ley no se presumen. Sólo son exigibles las expresamente
determinadas en este Código o en leyes especiales, y se regirán por los preceptos de la ley que las
hubiere establecido, y en lo que ésta no hubiere previsto, por las disposiciones del presente Código.
Artículo 1044. — Obligaciones que nacen de los contratos. (31 L.P.R.A. § 2994)
Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes,
y deben cumplirse al tenor de los mismos.
Artículo 1045. — Obligaciones civiles nacidas de delitos o faltas. (31 L.P.R.A. § 2995)
Las obligaciones civiles nacidas de los delitos o faltas se regirán por las disposiciones de este
Código.
Artículo 1046. — Obligaciones que nacen de culpa o negligencia. (31 L.P.R.A. § 2996)
Las que se deriven de actos u omisiones en que intervenga culpa o negligencia no penadas por
la ley, quedarán sometidas a las disposiciones del Capítulo II, del Título XVI de este Libro.
Artículo 1047. — Conservación de cosa por persona obligada a darla. (31 L.P.R.A. § 3011)
El obligado a dar alguna cosa lo está también a conservarla con la diligencia propia de un buen
padre de familia.
Artículo 1048. — Derecho del acreedor a los frutos. (31 L.P.R.A. § 3012)
El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que nace la obligación de entregarla.
Sin embargo, no adquirirá derecho real sobre ella hasta que le haya sido entregada.
Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el acreedor, independientemente del
derecho que le otorga el Artículo 955, puede compeler al deudor a que realice la entrega.
Si la cosa fuere indeterminada o genérica, podrá pedir que se cumpla la obligación a expensas
del deudor.
Si el obligado se constituye en mora, o se halla comprometido a entregar una misma cosa a dos
o más personas diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se realice la entrega.
La obligación de dar cosa determinada comprende la de entregar todos sus accesorios, aunque
no hayan sido mencionados.
Artículo 1051. — Cumplimiento a costa del obligado; cosa mal hecha se deshará. (31 L.P.R.A.
§ 3015)
Artículo 1053. — Personas obligadas a entregar o hacer alguna cosa, cuando incurren en
mora. (31 L.P.R.A. § 3017)
Incurren en mora los obligados a entregar o hacer alguna cosa desde que el acreedor les exija
judicial o extrajudicialmente el cumplimiento de su obligación.
No será, sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para que la mora exista:
(1) Cuando la obligación o la ley lo declaren así expresamente.
(2) Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación de la época en que había
de entregarse la cosa o hacerse el servicio, fue motivo determinante para establecer la obligación.
Mora en obligaciones recíprocas. — En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados
incurre en mora si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe.
Desde que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro.
La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que exija la
naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del
lugar.
Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento, se
exigirá la que correspondería a un buen padre de familia.
Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en que así lo declare la
obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que,
previstos, fueran inevitables.
Artículo 1060. — Daños y perjuicios de que responde el deudor. (31 L.P.R.A. § 3024)
Los daños y perjuicios de que responde el deudor de buena fe son los previstos o que se hayan
podido prever al tiempo de constituirse la obligación y que sean consecuencia necesaria de su falta
de cumplimiento.
En caso de dolo responderá el deudor de todos los que conocidamente se deriven de la falta de
cumplimiento de la obligación.
Artículo 1061. — Intereses como indemnización en caso de mora. (31 L.P.R.A. § 3025)
Artículo 1062. — Interés legal sobre intereses vencidos; negocios comerciales. (31 L.P.R.A. §
3026)
Los intereses vencidos devengan el interés legal desde que son judicialmente reclamados,
aunque la obligación haya guardado silencio sobre este punto.
En los negocios comerciales se estará a lo que dispone el Código de Comercio (10 L.P.R.A.
§§ 1001 et seq.).
El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna respecto a los intereses, extingue la
obligación del deudor en cuanto a éstos.
El recibo del último plazo de un débito, cuando el acreedor tampoco hiciere reservas, extinguirá
la obligación en cuanto a los plazos anteriores.
Artículo 1064. — Derechos del acreedor que ha perseguido los bienes del deudor. (31
L.P.R.A. § 3028)
Los acreedores, después de haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para
realizar cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste con el mismo
fin, exceptuando los que sean inherentes a su persona; pueden también impugnar los actos que el
deudor haya realizado en fraude de su derecho.
Todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son transmisibles con sujeción a las
leyes, si no se hubiese pactado lo contrario.
Artículo 1066. — Cuándo son exigibles las obligaciones. (31 L.P.R.A. § 3041)
Será exigible desde luego toda obligación cuyo cumplimiento no dependa de un suceso futuro
o incierto, o de un suceso pasado, que los interesados ignoren.
También será exigible toda obligación que contenga condición resolutoria, sin perjuicio de los
efectos de la resolución.
Las condiciones imposibles, las contrarias a las buenas costumbres y las prohibidas por la ley
anularán la obligación que de ellas dependa.
La condición de no hacer una cosa imposible se tiene por no puesta.
Artículo 1070. — Condición de que ocurra algún suceso en tiempo determinado. (31 L.P.R.A.
§ 3045)
Artículo 1071. — Condición de que no acontezca algún suceso. (31 L.P.R.A. § 3046)
Artículo 1072. — Cuándo se tendrá por cumplida la condición. (31 L.P.R.A. § 3047)
Artículo 1073. — Efecto retroactivo del cumplimiento de la condición. (31 L.P.R.A. § 3048)
Los efectos de la obligación condicional de dar, una vez cumplida la condición, se retrotraen
al día de la constitución de aquélla. Esto no obstante, cuando la obligación imponga recíprocas
prestaciones a los interesados, se entenderán compensados unos con otros los frutos e intereses del
tiempo en que hubiese estado pendiente la condición. Si la obligación fuere unilateral, el deudor
hará suyos los frutos e intereses percibidos, a menos que por la naturaleza y circunstancias de
aquélla deba inferirse que fue otra la voluntad del que la constituyó.
En las obligaciones de hacer y de no hacer, los tribunales determinarán, en cada caso, el efecto
retroactivo de la condición cumplida.
Artículo 1074. — Acciones antes del cumplimiento de las condiciones. (31 L.P.R.A. § 3049)
El acreedor puede, antes del cumplimiento de las condiciones, ejercitar las acciones
procedentes para la conservación de su derecho.
El deudor puede repetir lo que en el mismo tiempo hubiese pagado.
Artículo 1075. — Reglas cuando las condiciones son puestas para suspender la eficacia de la
obligación de dar. (31 L.P.R.A. § 3050)
Cuando las condiciones fueren puestas con el intento de suspender la eficacia de la obligación
de dar, se observarán las reglas siguientes, en el caso de que la cosa mejore o se pierda o deteriore
pendiente la condición:
(1) Si la cosa se perdió sin culpa del deudor quedará extinguida la obligación.
(2) Si la cosa se perdió por culpa del deudor, éste queda obligado al resarcimiento de daños y
perjuicios.
Entiéndese que la cosa se pierde cuando perece, queda fuera del comercio o desaparece de
modo que se ignora su existencia, o no se puede recobrar.
(3) Cuando la cosa se deteriora sin culpa del deudor, el menoscabo es de cuenta del acreedor.
(4) Deteriorándose por culpa del deudor, el acreedor podrá optar entre la resolución de la
obligación y su cumplimiento, con la indemnización de perjuicios en ambos casos.
(5) Si la cosa se mejora por su naturaleza, o por el tiempo, las mejoras ceden en favor del acreedor.
(6) Si se mejora a expensas del deudor, no tendrá éste otro derecho que el concedido al
usufructuario.
Artículo 1076. — Cuando las condiciones tienen por objeto resolver la obligación de dar. (31
L.P.R.A. § 3051)
Cuando las condiciones tengan por objeto resolver la obligación de dar, los interesados,
cumplidas aquéllas, deberán restituirse lo que hubiesen percibido.
En el caso de pérdida, deterioro o mejora de la cosa, se aplicarán al que deba hacer la restitución
las disposiciones que respecto al deudor contiene el Artículo precedente.
Cuando las obligaciones son de hacer o no hacer. — En cuanto a las obligaciones de hacer
y no hacer, se observará respecto a los efectos de la resolución, lo dispuesto en el párrafo segundo
del Artículo 1073.
La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para el caso de
que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación, con
el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. También podrá pedir la resolución,
aun después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
El tribunal decretará la resolución que se reclame, a no haber causas justificadas que le
autoricen para señalar plazo.
Esto se entiende sin perjuicio de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a los
Artículos 1247 y 1250, y las disposiciones de la Ley Hipotecaria.
Artículo 1078. — Cumplimiento fijado para día cierto. (31 L.P.R.A. § 3061)
Las obligaciones para cuyo cumplimiento se haya señalado un día cierto, sólo serán exigibles
cuando el día llegue.
Entiéndese por día cierto aquel que necesariamente ha de venir, aunque se ignore cuándo.
Si la incertidumbre consiste en si ha de llegar o no el día, la obligación es condicional, y se
regirá por las reglas de la Sección precedente.
Artículo 1080. — Beneficio del término designado en las obligaciones. (31 L.P.R.A. § 3063)
Artículo 1081. — Duración del plazo a fijarse por los tribunales. (31 L.P.R.A. § 3064)
También fijarán los tribunales la duración del plazo cuando éste haya quedado a voluntad del
deudor.
Artículo 1082. — Pérdida del derecho del deudor a utilizar el plazo. (31 L.P.R.A. § 3065)
Si el plazo de la obligación está señalado por días a contar desde uno determinado, quedará
éste excluido del cómputo, que deberá empezar en el día siguiente.
Artículo 1084. — Obligado alternativamente debe cumplir una de las prestaciones. (31
L.P.R.A. § 3081)
El obligado alternativamente a diversas prestaciones debe cumplir por completo una de éstas.
El acreedor no puede ser compelido a recibir parte de una y parte de otra.
Artículo 1088. — Indemnización cuando todas las alternativas son imposibles. (31 L.P.R.A.
§ 3085)
El acreedor tendrá derecho a la indemnización de daños y perjuicios cuando por culpa del
deudor hubiesen desaparecido todas las cosas que alternativamente fueron objeto de la obligación,
o se hubiera hecho imposible el cumplimiento de ésta.
La indemnización se fijará tomando por base el valor de la última cosa que hubiere
desaparecido, o el del servicio que últimamente se hubiera hecho imposible.
Artículo 1089. — Reglas por que se regirá la responsabilidad del deudor. (31 L.P.R.A. § 3086)
La concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores en una sola obligación no
implica que cada uno de aquéllos tenga derecho a pedir ni cada uno de éstos deba prestar
íntegramente las cosas objeto de la misma. Sólo habrá lugar a esto cuando la obligación
expresamente lo determine, constituyéndose con el carácter de solidaria.
Si del texto de las obligaciones a que se refiere el artículo anterior no resulta otra cosa, el
crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes como acreedores o deudores haya,
reputándose créditos o deudas distintos unos de otros.
Si la división fuere imposible, sólo perjudicarán al derecho de los acreedores los actos
colectivos de éstos, y sólo podrá hacerse efectiva la deuda procediendo contra todos los deudores.
Si alguno de éstos resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir su falta.
La solidaridad podrá existir aunque los acreedores y deudores no estén ligados del propio modo
y por unos mismos plazos y condiciones.
Artículo 1094. — Actos de los acreedores solidarios; acciones contra deudor solidario. (31
L.P.R.A. § 3105)
Cada uno de los acreedores solidarios puede hacer lo que sea útil a los demás, pero no lo que
les sea perjudicial.
Las acciones ejercitadas contra cualquiera de los deudores solidarios perjudicarán a todos
éstos.
Artículo 1095. — Pago a cualquiera de los acreedores solidarios. (31 L.P.R.A. § 3106)
El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los acreedores solidarios; pero si hubiere sido
judicialmente demandado por alguno, a éste deberá hacer el pago.
El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios o contra todos ellos
simultáneamente. Las reclamaciones entabladas contra uno no serán obstáculo para las que
posteriormente se dirijan contra los demás, mientras no resulte cobrada la deuda por completo.
Artículo 1098. — Pago por uno de los deudores solidarios. (31 L.P.R.A. § 3109)
Artículo 1099. — Quita o remisión de parte de la deuda que afecte a uno de los deudores
solidarios. (31 L.P.R.A. § 3110)
La quinta o remisión hecha por el acreedor de la parte que afecte a uno de los deudores
solidarios no libra a éste de su responsabilidad para con los codeudores en el caso de que la deuda
haya sido pagada por cualquiera de ellos.
Artículo 1100. — Efecto si la cosa perece o la prestación se hace imposible. (31 L.P.R.A. §
3111)
Si la cosa hubiese perecido, o la prestación se hubiese hecho imposible, sin culpa de los
deudores solidarios, la obligación quedará extinguida.
Si hubiese mediado culpa de parte de cualquiera de ellos, todos serán responsables, para con
el acreedor, del precio y de la indemnización de daños y abono de intereses, sin perjuicio de su
acción contra el culpable o negligente.
Artículo 1101. — Excepciones del deudor solidario contra la reclamación del acreedor. (31
L.P.R.A. § 3112)
El deudor solidario podrá utilizar contra las reclamaciones del acreedor todas las excepciones
que se deriven de la naturaleza de la obligación y las que le sean personales. De las que
personalmente correspondan a los demás, sólo podrá servirse en la parte de deuda de que éstos
fueren responsables.
La divisibilidad o indivisibilidad de las cosas objeto de las obligaciones en que haya un solo
deudor y un solo acreedor, no altera ni modifica los preceptos del Capítulo II de este Título.
Para los efectos de los Artículos que preceden, se reputarán indivisibles las obligaciones de dar
cuerpos ciertos y todas aquellas que no sean susceptibles de cumplimiento parcial.
Las obligaciones de hacer serán divisibles cuando tengan por objeto la prestación de un número
de días de trabajo, la ejecución de obras por unidades métricas, u otras cosas análogas que por su
naturaleza sean susceptibles de cumplimiento parcial.
En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad se decidirá por el carácter de
la prestación en cada caso particular.
Artículo 1106. — Efecto de la cláusula penal; cuándo podrá hacerse efectiva. (31 L.P.R.A. §
3131)
El deudor no podrá eximirse de cumplir la obligación pagando la pena, sino en el caso de que
expresamente le hubiese sido reservado este derecho. Tampoco el acreedor podrá exigir
conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de la pena, sin que esta facultad
le haya sido claramente otorgada.
Disposiciones Generales
Artículo 1111. — Cuándo se considera pagada una deuda. (31 L.P.R.A. § 3161)
No se entenderá pagada una deuda sino cuando completamente se hubiese entregado la cosa o
hecho la prestación en que la obligación consistía.
Artículo 1112. — Quién puede hacer el pago; reclamación al deudor. (31 L.P.R.A. § 3162)
Artículo 1113. — Pago en nombre del deudor sin conocimiento de éste. (31 L.P.R.A. § 3163)
El que pague en nombre del deudor, ignorándolo éste, no podrá compeler al acreedor a
subrogarle en sus derechos.
Artículo 1114. — Pago por quien no tiene la libre disposición de la cosa debida;
responsabilidad del acreedor. (31 L.P.R.A. § 3164)
En las obligaciones de dar no será válido el pago hecho por quien no tenga la libre disposición
de la cosa debida y capacidad para enajenarla. Sin embargo, si el pago hubiere consistido en una
cantidad de dinero o cosa fungible, no habrá repetición contra el acreedor que la hubiese gastado
o consumido de buena fe.
El pago deberá hacerse a la persona en cuyo favor estuviese constituida la obligación, o a otra
autorizada para recibirlo en su nombre.
El pago hecho a una persona incapacitada para administrar sus bienes será válido en cuanto se
hubiere convertido en su utilidad.
También será válido el pago hecho a un tercero en cuanto se hubiere convertido en utilidad del
acreedor.
Artículo 1118. — Pago de buena fe al poseedor del crédito. (31 L.P.R.A. § 3168)
El pago hecho de buena fe al que estuviere en posesión del crédito liberará al deudor.
Artículo 1119. — Pago después de ordenarse la retención de la deuda. (31 L.P.R.A. § 3169)
No será válido el pago hecho al acreedor por el deudor después de habérsele ordenado
judicialmente la retención de la deuda.
El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que reciba otra diferente, aun cuando
fuere de igual o mayor valor que la debida.
Tampoco en las obligaciones de hacer podrá ser sustituido un hecho por otro contra la voluntad
del acreedor.
Cuando la obligación consista en entregar una cosa indeterminada o genérica, cuya calidad y
circunstancias no se hubiesen expresado, el acreedor no podrá exigirla de la calidad superior, ni el
deudor entregarla de la inferior.
Los gastos extrajudiciales que ocasione el pago serán de cuenta del deudor. Respecto de los
judiciales, decidirá el tribunal con arreglo a la Ley de Enjuiciamiento Civil.
El pago de las deudas de dinero deberá hacerse en la especie pactada, y no siendo posible
entregar la especie, en la moneda de plata u oro que tenga curso legal en Puerto Rico.
La entrega de pagarés a la orden, o letras de cambio u otros documentos mercantiles, sólo
producirá los efectos del pago cuando hubiesen sido realizados, o cuando por culpa del acreedor
se hubiesen perjudicado.
Entretanto la acción derivada de la obligación primitiva quedará en suspenso.
Imputación de pagos
Artículo 1126. — Aplicación de pagos — Declaración del deudor. (31 L.P.R.A. § 3176)
El que tuviere varias deudas de una misma especie en favor de un solo acreedor podrá declarar,
al tiempo de hacer el pago, a cuál de ellas debe aplicarse.
Si aceptare del acreedor un recibo en que se hiciese la aplicación del pago, no podrá reclamar
contra ésta, a menos que hubiera mediado causa que invalide el contrato.
Si la deuda produce interés, no podrá estimarse hecho el pago por cuenta del capital mientras
no estén cubiertos los intereses.
Cuando no pueda imputarse el pago según las reglas anteriores, se estimará satisfecha la deuda
más onerosa al deudor entre las que estén vencidas.
Si éstas fueren de igual naturaleza y gravamen, el pago se imputará a todas a prorrata.
El deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en pago de sus deudas. Esta cesión, salvo
pacto en contrario, sólo libera a aquél de responsabilidad por el importe líquido de los bienes
cedidos. Los convenios que sobre el efecto de la cesión se celebren entre el deudor y sus acreedores
se ajustarán a las disposiciones del Título XVII de este Libro, y a lo que establece la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Para que la consignación de la cosa debida libere al obligado, deberá ser previamente
anunciada a las personas interesadas en el cumplimiento de la obligación.
` La consignación será ineficaz si no se ajusta estrictamente a las disposiciones que regulan el
pago.
Los gastos de la consignación, cuando fuere procedente, serán de cuenta del acreedor.
Hecha debidamente la consignación, podrá el deudor pedir al tribunal o juez que mande
cancelar la obligación.
Mientras el acreedor no hubiere aceptado la consignación, o no hubiere recaído la declaración
judicial de que está bien hecha, podrá el deudor retirar la cosa o cantidad consignada, dejando
subsistente la obligación.
Artículo 1135. — Autorización del acreedor para retirar consignación. (31 L.P.R.A. § 3185)
Quedará extinguida la obligación que consista en entregar una cosa determinada, cuando ésta se
perdiere o destruyere sin culpa del deudor y antes de haberse éste constituido en mora.
Artículo 1137. — Presunción de pérdida por culpa del deudor. (31 L.P.R.A. § 3192)
Siempre que la cosa se hubiese perdido en poder del deudor, se presumirá que la pérdida
ocurrió por su culpa y no por caso fortuito, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto
en el Artículo 1049.
Artículo 1139. — Deuda que procede de delito o falta. (31 L.P.R.A. § 3194)
Artículo 1140. — Acciones del acreedor después de extinguida la obligación por pérdida. (31
L.P.R.A. § 3195)
Artículo 1141. — Condonación expresa o tácita; reglas que las rigen. (31 L.P.R.A. § 3201)
Artículo 1142. — Entrega de documento privado justificativo de crédito. (31 L.P.R.A. § 3202)
Artículo 1143. — Presunción con respecto a la posesión del deudor. (31 L.P.R.A. § 3203)
Siempre que el documento privado de donde resulte la deuda se hallare en poder del deudor,
se presumirá que el acreedor lo entregó voluntariamente, a no ser que se pruebe lo contrario.
Artículo 1146. — Reunión de acreedor y deudor en una misma persona. (31 L.P.R.A. § 3211)
Quedará extinguida la obligación desde que se reúnan en una misma persona los conceptos de
acreedor y de deudor.
Se exceptúa el caso en que esta confusión tenga lugar en virtud de título de herencia, si ésta
hubiese sido aceptada a beneficio de inventario.
Artículo 1147. — Cuándo la confusión aprovecha a los fiadores. (31 L.P.R.A. § 3212)
La confusión que recae en la persona del deudor o del acreedor principal aprovecha a los
fiadores. La que se realiza en cualquiera de éstos no extingue la obligación.
Artículo 1148. — Deuda mancomunada, cómo la afecta la confusión. (31 L.P.R.A. § 3213)
Tendrá lugar la compensación cuando dos personas, por derecho propio, sean recíprocamente
acreedoras y deudoras la una de la otra.
(1) Que cada uno de los obligados lo esté principalmente, y sea a la vez acreedor principal del otro.
(2) Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero, o siendo fungibles las cosas debidas,
sean de la misma especie y también de la misma calidad, si ésta se hubiese designado.
(3) Que las dos deudas estén vencidas.
(4) Que sean líquidas y exigibles.
(5) Que sobre ninguna de ellas haya retención o contienda promovida por terceras personas y
notificada oportunamente al deudor.
El deudor que hubiere consentido en la cesión de derechos hecha por un acreedor a favor de
un tercero no podrá oponer al cesionario la compensación que le correspondería contra el cedente.
Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la compensación
de las deudas anteriores a ella, pero no la de las posteriores.
Si la cesión se realiza sin conocimiento del deudor, podrá éste oponer la compensación de los
créditos anteriores a ella y de los posteriores hasta que hubiese tenido conocimiento de la cesión.
Artículo 1154. — Deudas que provienen de depósitos; alimentos. (31 L.P.R.A. § 3226)
Artículo 1155. — Orden de compensación si existen varias deudas. (31 L.P.R.A. § 3227)
Artículo 1158. — Extinción de una obligación por otra. (31 L.P.R.A. § 3242)
Para que una obligación quede extinguida por otra que la sustituya, es preciso que así se declare
terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles.
Artículo 1159. — Novación sin conocimiento del deudor primitivo; consentimiento del
acreedor. (31 L.P.R.A. § 3243)
La novación, que consiste en sustituirse un nuevo deudor en lugar del primitivo, puede hacerse
sin conocimiento de éste, pero no sin el consentimiento del acreedor.
La insolvencia del nuevo deudor, que hubiese sido aceptado por el acreedor, no hará revivir la
acción de éste contra el deudor primitivo, salvo que dicha insolvencia hubiese sido anterior y
pública o conocida del deudor al delegar su deuda.
Artículo 1161. — Efecto de la novación sobre obligación accesoria. (31 L.P.R.A. § 3245)
Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, sólo podrán subsistir las
obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen prestado su
consentimiento.
La novación es nula si lo fuere también la obligación primitiva, salvo que la causa de nulidad
sólo pueda ser invocada por el deudor, o que la ratificación convalide los actos nulos en su origen.
Artículo 1163. — Subrogación de tercero en los derechos del acreedor. (31 L.P.R.A. § 3247)
La subrogación de un tercero en los derechos del acreedor no puede presumirse fuera de los
casos expresamente mencionados en este Código.
En los demás será preciso establecerla con claridad para que produzca efecto.
Artículo 1165. — Subrogación por el deudor sin consentimiento del acreedor. (31 L.P.R.A. §
3249)
El deudor podrá hacer la subrogación sin consentimiento del acreedor cuando para pagar la
deuda haya tomado prestado el dinero por escritura pública, haciendo constar su propósito en ella,
y expresando en la carta de pago la procedencia de la cantidad pagada.
Artículo 1166. — Subrogación transfiere los derechos con el crédito. (31 L.P.R.A. § 3250
Artículo 1167. — Preferencia sobre la persona subrogada por pago parcial. (31 L.P.R.A. §
3251)
El acreedor, a quien se hubiere hecho un pago parcial, puede ejercitar su derecho por el resto
con preferencia al que se hubiere subrogado en su lugar a virtud del pago parcial del mismo crédito.
Disposiciones generales
Artículo 1168. — Prueba de las obligaciones y de su extinción, a quién incumbe. (31 L.P.R.A.
§ 3261)
Artículo 1169. — Cómo pueden hacerse las pruebas. (31 L.P.R.A. § 3262)
Las pruebas pueden hacerse: por instrumentos, por confesión, por inspección personal del
tribunal o juez, por peritos, por testigos y por presunciones.
Son documentos públicos los autorizados por un notario o empleado público competente, con
las solemnidades requeridas por la ley.
Artículo 1171. — Documentos en que intervenga notario público. (31 L.P.R.A. § 3272)
Los documentos en que intervenga notario público se regirán por la legislación notarial.
Artículo 1172. — Prueba que hacen los documentos públicos. (31 L.P.R.A. § 3273)
Los documentos públicos hacen prueba, aun contra tercero, del hecho que motiva su
otorgamiento y de la fecha de éste.
También harán prueba contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto a las
declaraciones que en ellos hubiesen hecho los primeros.
Artículo 1173. — Cuándo producen efecto contra tercero. (31 L.P.R.A. § 3274)
Las escrituras hechas para desvirtuar otra escritura anterior entre los mismos interesados sólo
producirán efecto contra terceros, cuando el contenido de aquéllas hubiese sido anotado en el
registro público competente o al margen de la escritura matriz y del traslado o copia en cuya virtud
hubiera procedido el tercero.
Las copias de los documentos públicos de que exista matriz o protocolo, impugnadas por
aquéllos a quienes perjudiquen, sólo tendrán fuerza probatoria cuando hayan sido debidamente
cotejadas.
Si resultare alguna variante entre la matriz y la copia, se estará al contenido de la primera.
Artículo 1175. — Prueba cuando la escritura matriz, el protocolo o los expedientes originales
han desaparecido. (31 L.P.R.A. § 3276)
Cuando hayan desaparecido la escritura matriz, el protocolo o los expedientes originales, harán
prueba:
(1) Las primeras copias, sacadas por el funcionario público que las autorizara.
(2) Las copias ulteriores, libradas por mandato judicial, con citación de los interesados.
(3) Las que, sin mandato judicial, se hubiesen sacado en presencia de los interesados y con su
conformidad.
A falta de las copias mencionadas, harán prueba cualesquiera otras que tengan la antigüedad
de treinta (30) o más años, siempre que hubiesen sido tomadas del original por el funcionario que
lo autorizó u otro encargado de su custodia.
Las copias de menor antigüedad, o que estuviesen autorizadas por funcionario público en quien
no concurran las circunstancias mencionadas en el párrafo anterior, sólo servirán como un
principio de prueba por escrito.
La fuerza probatoria de las copias de copia será apreciada por los tribunales según las
circunstancias.
Artículo 1177. — Cuándo se considera documento privado una escritura defectuosa. (31
L.P.R.A. § 3278)
La escritura defectuosa, por incompetencia del notario o por otra falta en la forma, tendrá el
concepto de documento privado, si estuviese firmada por los otorgantes.
El documento privado, reconocido legalmente, tendrá el mismo valor que la escritura pública
entre los que lo hubiesen suscrito y sus causahabientes.
Aquél a quien se oponga en juicio una obligación por escrito que aparezca firmada por él, está
obligado a declarar si la firma es o no suya.
Los herederos o causahabientes del obligado podrán limitarse a declarar si saben que es o no
de su causante la firma de la obligación.
La resistencia, sin justa causa, a prestar la declaración mencionada en los párrafos anteriores,
podrá ser estimada por los tribunales como una confesión de la autenticidad del documento.
La fecha de un documento privado no se contará respecto de terceros, sino desde el día en que
hubiese sido incorporado o inscrito en un registro público, desde la muerte de cualquiera de los
que lo firmaron, o desde el día en que se entregase a un funcionario público por razón de su oficio.
La misma disposición se aplicará respecto al mandante, con relación a los contratos efectuados
por mandatarios, en los casos a que se refieren y salvo las excepciones que consignan los Artículos
1232 y1629 de este Código, en sus últimos respectivos párrafos.
Artículo 1182. — Valor probatorio de asientos, registros y papeles privados. (31 L.P.R.A. §
3283)
Los asientos, registros y papeles privados únicamente hacen prueba contra el que los ha escrito,
en todo aquello que conste con claridad; pero el que quiera aprovecharse de ellos habrá de
aceptarlos en la parte que le perjudiquen.
Artículo 1183. — Notas en escrituras escritas o firmadas por el acreedor. (31 L.P.R.A. § 3284)
La nota escrita o firmada por el acreedor a continuación, al margen o al dorso de una escritura
que obre en su poder hace prueba en todo lo que sea favorable al deudor.
Lo mismo se entenderá de la nota escrita o firmada por el acreedor al dorso, al margen o a
continuación del duplicado de un documento o recibo que se halle en poder del deudor.
En ambos casos, el deudor que quiera aprovecharse de lo que le favorezca tendrá que pasar por
lo que le perjudique.
Artículo 1184. — Efecto de documentos privados hechos para alterar lo pactado en escritura
pública. (31 L.P.R.A. § 3285)
Los documentos privados hechos para alterar lo pactado en escritura pública no producen
efecto contra tercero.
Artículo 1186. — Confesión hace prueba contra su autor. (31 L.P.R.A. § 3292)
La confesión no puede dividirse contra el que la hace, salvo cuando se refiera a hechos
diferentes, o cuando una parte de la confesión esté probada por otros medios, o cuando en algún
extremo sea contraria a la naturaleza o a las leyes.
La confesión sólo pierde su eficacia probando que al hacerla se incurrió en error de hecho.
La confesión judicial debe hacerse ante juez competente, bajo juramento y hallándose
personado en autos aquél a quien ha de aprovechar.
Artículo 1190. — Confesión judicial bajo juramento decisorio. (31 L.P.R.A. § 3296)
Cuando se solicite la confesión judicial bajo juramento decisorio, la parte a quien se pida podrá
referir el juramento a la contraria, y si ésta se negare a prestarlo, se la tendrá por confesa.
Artículo 1191. — Cuándo no puede pedirse juramento decisorio. (31 L.P.R.A. § 3297)
No puede pedirse juramento decisorio sobre hechos punibles ni sobre cuestiones acerca de las
cuales las partes no pueden transigir.
Artículo 1192. — Peso de la confesión hecha bajo juramento decisorio. (31 L.P.R.A. § 3298)
La confesión prestada bajo juramento decisorio, ya sea deferido o referido, sólo constituye
prueba a favor o en contra de las partes que a él se sometieron y de sus herederos o causahabientes.
No se admitirá prueba sobre la falsedad de dicho juramento.
La prueba de inspección personal del tribunal o juez sólo será eficaz en cuanto claramente
permita al tribunal apreciar, por las exterioridades de la cosa inspeccionada, el hecho que trate de
averiguar.
La inspección practicada por un tribunal o juez podrá ser apreciada en la sentencia que otro
dicte, siempre que el primero hubiera consignado con perfecta claridad en la diligencia los detalles
y circunstancias de la cosa inspeccionada.
Sólo se podrá utilizar este medio de prueba cuando para apreciar los hechos sean necesarios o
convenientes conocimiento científicos, artísticos o prácticos.
El valor de esta prueba y la forma en que haya de practicarse son objeto de las disposiciones
de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
La prueba de testigos será admisible en todos los casos en que no se halle expresamente
prohibida.
Podrán ser testigos todas las personas de uno y de otro sexo que no fueren inhábiles por
incapacidad natural o disposición de la ley.
Artículo 1201. — Fuerza probatoria de las declaraciones de testigos. (31 L.P.R.A. § 3334)
La fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos será apreciada por los tribunales
conforme a lo establecido en la Ley de Enjuiciamiento Civil, cuidando de evitar que por la simple
coincidencia de algunos testimonios, a menos que su veracidad sea evidente, queden
definitivamente resueltos los negocios en que de ordinario suelen intervenir escrituras, documentos
privados o algún principio de prueba por escrito.
Las presunciones no son admisibles sino cuando el hecho de que han de deducirse esté
completamente acreditado.
Artículo 1203. — Efecto de las presunciones establecidas por ley. (31 L.P.R.A. § 3342)
Las presunciones que la ley establece dispensan de toda prueba a los favorecidos por ellas.
Artículo 1204. — Destrucción de las presunciones; cosa juzgada. (31 L.P.R.A. § 3343)
Las presunciones establecidas por la ley pueden destruirse por la prueba en contrario, excepto
en los casos en que aquélla expresamente lo prohíba.
Contra la presunción de que la cosa juzgada es verdad, sólo será eficaz la sentencia ganada en
juicio de revisión.
Para que la presunción de cosa juzgada surta efecto en otro juicio, es necesario que entre el
caso resuelto por la sentencia y aquél en que ésta sea invocada, concurra la más perfecta identidad
entre las cosas, las causas, las personas de los litigantes y la calidad con que lo fueron.
En las cuestiones relativas al estado civil de las personas y en las de validez o nulidad de las
disposiciones testamentarias, la presunción de cosa juzgada es eficaz contra terceros, aunque no
hubiesen litigado.
Se entiende que hay identidad de personas siempre que los litigantes del segundo pleito sean
causahabientes de los que contendieron en el pleito anterior, o estén unidos a ellos por vínculos de
solidaridad o por los que establece la indivisibilidad de las prestaciones entre los que tienen
derecho a exigirlas u obligación de satisfacerlas.
Para que las presunciones no establecidas por la ley sean apreciables como medio de prueba,
es indispensable que entre el hecho demostrado y aquel que se trate de deducir haya un enlace
preciso y directo según las reglas del criterio humano.
El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse respecto de otra u
otras, a dar alguna cosa, o prestar algún servicio.
Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por
conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden público.
Los contratos sólo producen efecto entre las partes que los otorgan y sus herederos; salvo en
cuanto a éstos, el caso en que los derechos y obligaciones que proceden del contrato no sean
transmisibles, o por su naturaleza, o por pacto, o por disposición de la ley.
Si el contrato contuviere alguna estipulación en favor de un tercero, éste podrá exigir su
cumplimiento, siempre que hubiese hecho saber su aceptación al obligado antes de que haya sido
aquélla revocada.
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo
al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que según su
naturaleza sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar por éste autorizado o sin que tenga por la
ley su representación legal.
El contrato celebrado a nombre de otro por quien no tenga su autorización o representación
legal será nulo, a no ser que lo ratifique la persona a cuyo nombre se otorgue antes de ser revocado
por la otra parte contratante.
Disposición general
Artículo 1214. — Consentimiento, cómo se manifiesta; aceptación por carta. (31 L.P.R.A. §
3401)
[Enmiendas: Ley Núm. 119 de 2 de Junio de 1976; Ley 175-2000; Ley 64-2014]
La incapacidad declarada en el Artículo anterior está sujeta a las modificaciones que la ley
determina, y se entiende sin perjuicio de las incapacidades especiales que la misma establece.
Para que el error invalide el consentimiento, deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que
fuere objeto del contrato, o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen
dado motivo a celebrarlo.
El error sobre la persona sólo invalidará el contrato cuando la consideración a ella hubiere sido
la causa principal del mismo.
El simple error de cuenta sólo dará lugar a su corrección.
Hay violencia cuando para arrancar el consentimiento se emplea una fuerza irresistible.
Hay intimidación cuando se inspira a uno de los contratantes el temor racional y fundado de
sufrir un mal inminente en su persona o bienes, o en la persona o bienes de su cónyuge,
descendientes o ascendientes.
Para calificar la intimidación debe atenderse a la edad, al sexo, y a la condición de la persona.
El temor de desagradar a las personas a quienes se debe sumisión y respeto no anulará el
contrato.
Hay dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes,
es inducido el otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera hecho.
Artículo 1222. — Efecto del dolo grave o del incidental. (31 L.P.R.A. § 3409)
Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y no haber sido
empleado por las dos partes contratantes.
El dolo incidental sólo obliga al que lo empleó, a indemnizar daños y perjuicios.
Artículo 1223. — Qué puede ser objeto de contratos. (31 L.P.R.A. § 3421)
Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres,
aun las futuras.
Sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos que aquéllos cuyo
objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal conforme al Artículo 1009.
Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes
o a las buenas costumbres.
Artículo 1225. — Objeto debe ser cosa determinada. (31 L.P.R.A. § 3423)
El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie. La
indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea
posible determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes.
En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte contratante, la prestación o
promesa de una cosa o servicio por la otra parte; en los remuneratorios, el servicio o beneficio que
se remunera, y en los de pura beneficencia, la mera liberalidad del bienhechor.
Artículo 1227. — Contratos sin causa; causa ilícita. (31 L.P.R.A. § 3432)
Los contratos sin causa, o con causa ilícita, no producen efecto alguno. Es ilícita la causa
cuando se opone a las leyes o a la moral.
La expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se probase que
estaban fundados en otra verdadera y lícita.
Aunque la causa no se exprese en el contrato, se presume que existe y que es lícita mientras el
deudor no pruebe lo contrario.
Artículo 1230. — Cuándo son obligatorios los contratos. (31 L.P.R.A. § 3451)
Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se hayan celebrado,
siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su validez.
Si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer efectivas las
obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse recíprocamente a llenar
aquella forma desde que hubiese intervenido el consentimiento y demás requisitos necesarios para
su validez.
Artículo 1232. — Contratos que deben constar en documento público; contratos que deberán
constar por escrito. (31 L.P.R.A. § 3453)
Para promover un trato equitativo y justo en toda transacción comercial, se dispone que
todo contrato de adhesión, con validez en la jurisdicción del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico, puede terminarse o disolverse de la misma forma, modo o manera en que se inició la relación
contractual.
Si la empresa proveedora del bien o servicio ofrece más de una forma de iniciar la relación
contractual debe ofrecerle, como mínimo, las mismas formas para terminarla o disolverla.
Será obligación de la empresa proveedora del bien o servicio informar al consumidor, antes
de la persona firmar o aceptar el contrato, las formas disponibles en que podrá terminarlo. En el
caso de los contratos de adhesión pactados a través de páginas cibernéticas o a través del uso de
aplicaciones para dispositivos móviles, teléfonos inteligentes o aparatos electrónicos con conexión
a Internet, el proveedor del servicio podrá incluir un procedimiento telefónico para la
corroboración de la culminación del servicio y la verificación de la identidad del consumidor.
Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrá por no convenida cualquier cláusula que
sea contraria a lo establecido anteriormente en este Artículo.
Lo dispuesto en este Artículo no afecta, modifica o enmienda los términos de extensión o
duración de los contratos ni libera al consumidor de cumplir con el período de duración pactado
ni de las penalidades estipuladas en el contrato por incumplimiento.
[Enmiendas: Añadido por el Art. 2 de la Ley 132-2015. La Ley 128-2016, enmendó el Art. 2 de la Ley 132-2015,
según enmendada, por lo que siguiendo a L.P.R.A. se ha sustituido en su totalidad.]
Artículo 1233. — Sentido literal deberá ser observado; cuándo prevalecerá la intención. (31
L.P.R.A. § 3471)
Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes,
se estará al sentido literal de sus cláusulas.
Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá
ésta sobre aquéllas.
Para juzgar de la intención de los contratantes, deberá atenderse principalmente a los actos de
éstos, coetáneos y posteriores al contrato.
Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá entenderse en el más
adecuado para que produzca efecto.
Artículo 1237. — Cláusulas se interpretarán las unas por las otras. (31 L.P.R.A. § 3475)
Las cláusulas de los contratos deberán interpretarse las unas por las otras, atribuyendo a las
dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas.
Las palabras que puedan tener distintas acepciones serán entendidas en aquella que sea más
conforme a la naturaleza y objeto del contrato.
El uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para interpretar las ambigüedades de los
contratos, supliendo en éstos la omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse.
Artículo 1240. — Interpretación en contra de parte que causa obscuridad. (31 L.P.R.A. §
3478)
Artículo 1241. — Decisión en cuanto a dudas; cuándo las dudas anularán el contrato. (31
L.P.R.A. § 3479)
Cuando absolutamente fuere imposible resolver las dudas por las reglas establecidas en los
artículos precedentes, si aquéllas recaen sobre circunstancias accidentales del contrato, y éste fuere
gratuito, se resolverán en favor de la menor transmisión de derechos e intereses. Si el contrato
fuere oneroso, la duda se resolverá en favor de la mayor reciprocidad de intereses.
Si las dudas de cuya resolución se trata en esta sección recayesen sobre el objeto principal del
contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento de cuál fue la intención o voluntad de
los contratantes, el contrato será nulo.
Artículo 1242. — Cuándo podrán rescindirse los contratos. (31 L.P.R.A. § 3491)
Los contratos válidamente celebrados pueden rescindirse en los casos establecidos por la ley.
Son rescindibles:
(1) Los contratos que pudieren celebrar los tutores sin autorización de la sala competente del
Tribunal Superior, siempre que las personas a quienes representan hayan sufrido lesión en más de
la cuarta parte del valor de las cosas que hubiesen sido objeto de aquéllos.
(2) Los celebrados en representación de los ausentes, siempre que éstos hayan sufrido la lesión a
que se refiere el inciso anterior.
(3) Los celebrados en fraude de acreedores, cuando éstos no puedan de otro modo cobrar lo que se
les deba.
(4) Los contratos que se refieran a cosas litigiosas cuando hubiesen sido celebrados por el
demandado sin conocimiento y aprobación de las partes litigantes o de la autoridad judicial
competente.
(5) Cualesquiera otros en que especialmente lo determine la ley.
Artículo 1244. — Pagos hechos por deudor insolvente. (31 L.P.R.A. § 3493)
Son también rescindibles los pagos hechos en estado de insolvencia por cuanta de obligaciones
a cuyo cumplimiento no podía ser compelido el deudor al tiempo de hacerlos.
Ningún contrato se rescindirá por lesión, fuera de los casos mencionados en los números (1) y
(2) del Artículo 1243.
Artículo 1247. — Devolución de cosas objeto del contrato; posesión por terceras personas;
indemnización. (31 L.P.R.A. § 3496)
La rescisión obliga a la devolución de las cosas que fueron objeto del contrato con sus frutos
y del precio con sus intereses; en consecuencia sólo podrá llevarse a efecto cuando el que la haya
pretendido pueda devolver aquello a que por su parte estuviese obligado. Tampoco tendrá lugar
la rescisión cuando las cosas objeto del contrato se hallaren legalmente en poder de terceras
personas que no hubiesen procedido de mala fe.
En este caso podrá reclamarse la indemnización de perjuicios al causante de la lesión.
Artículo 1248. — Contratos en representación de los ausentes con autorización judicial. (31
L.P.R.A. § 3497)
La rescisión de que trata el número (2) del Artículo 1243, no tendrá lugar respecto de los
contratos celebrados con autorización judicial.
Se presumen celebrados en fraude de acreedores todos aquellos contratos por virtud de los
cuales el deudor enajenare bienes a título gratuito.
También se presumen fraudulentas las enajenaciones a título oneroso hechas por aquellas
personas contra las cuales se hubiese pronunciado antes sentencia condenatoria en cualquier
instancia, o expedido mandamiento de embargo de bienes.
Artículo 1250. — Indemnización a acreedores por el que adquiere de mala fe. (31 L.P.R.A. §
3499)
El que hubiese adquirido de mala fe las cosas enajenadas en fraude de acreedores deberá
indemnizar a éstos de los daños y perjuicios que la enajenación les hubiese ocasionado, siempre
que por cualquier causa le fuere imposible devolverlas.
Artículo 1251. — Término prescriptivo de la acción para pedir la rescisión. (31 L.P.R.A. §
3500)
Artículo 1252. — Cuándo pueden anularse los contratos. (31 L.P.R.A. § 3511)
Los contratos en que concurran los requisitos que expresa el Artículo 1213 pueden ser anulados
aunque no haya lesión para los contratantes, siempre que adolezcan de alguno de los vicios que
los invalidan con arreglo a la ley.
Artículo 1254. — Quién puede ejercitar la acción de nulidad. (31 L.P.R.A. § 3513)
Artículo 1255. — Contratantes se restituirán cosas que fueron materia del contrato. (31
L.P.R.A. § 3514)
Declarada la nulidad de una obligación, los contratantes deben restituirse recíprocamente las
cosas que hubiesen sido materia del contrato, con sus frutos, y el precio con los intereses, salvo lo
que se dispone en los artículos siguientes.
Artículo 1257. — Ilegalidad que constituye delito o falta. (31 L.P.R.A. § 3516)
Cuando la nulidad provenga de ser ilícita la causa u objeto del contrato, si el hecho constituye
un delito o falta común a ambos contratantes, carecerán de toda acción entre sí, y se procederá
contra ellos, dándose además a las cosas o precio que hubiesen sido materia del contrato, la
aplicación prevenida en el Código Penal, respecto a los efectos o instrumentos del delito o falta.
Esta disposición es aplicable al caso en que sólo hubiere delito o falta de parte de uno de los
contratantes; pero el no culpado podrá reclamar lo que hubiese dado, y no estará obligado a cumplir
lo que hubiera prometido.
Artículo 1258. — Cuando la causa torpe no constituyere delito o falta. (31 L.P.R.A. § 3517)
Si el hecho en que consiste la causa torpe no constituyere delito ni falta, se observarán las
reglas siguientes:
(1) Cuando ambos contratantes son culpables. — Cuando la culpa esté de parte de ambos
contratantes, ninguno de ellos podrá repetir lo que hubiera dado a virtud del contrato, ni reclamar
el cumplimiento de lo que el otro hubiese ofrecido.
(2) Cuando lo es uno solo. — Cuando esté de parte de un solo contratante, no podrá éste repetir
lo que hubiese dado a virtud del contrato, ni pedir el cumplimiento de lo que se le hubiera ofrecido.
El otro, que fuera extraño a la causa torpe, podrá reclamar lo que hubiera dado, sin obligación de
cumplir lo que hubiera ofrecido.
Artículo 1260. — Cuando uno de los contratantes no devuelve la cosa. (31 L.P.R.A. 3519)
La acción de nulidad queda extinguida desde el momento en que el contrato haya sido
confirmado válidamente.
Sólo son confirmables los contratos que reúnan los requisitos expresados en el Artículo 1213.
Artículo 1264. — Cuándo no se necesita el concurso de las partes. (31 L.P.R.A. § 3523)
Artículo 1266. — Cuando la acción de nulidad se extingue por pérdida de la cosa. (31
L.P.R.A. § 3525)
También se extinguirá la acción de nulidad de los contratos, cuando la cosa, objeto de éstos,
se hubiese perdido por dolo o culpa del que pudiera ejercitar aquélla.
Título III. — Del Contrato sobre Bienes con Ocasión del Matrimonio
Disposiciones generales
Los que se unan en matrimonio podrán otorgar sus capitulaciones estipulando las condiciones
de la sociedad conyugal relativamente a los bienes presentes y futuros, sin otras limitaciones que
las señaladas en este Código. Estas, como requisito constitutivo, deberán ser inscritas en el
Registro de Capitulaciones Matrimoniales adscrito a la Oficina de Inspección de Notarías.
A falta de contrato sobre los bienes o selección de un régimen determinado, se entenderá el
matrimonio contraído bajo el régimen de la sociedad legal de gananciales.
En los contratos a que se refiere el artículo anterior no podrán los otorgantes estipular nada que
fuere contrario a las leyes o a las buenas costumbres, ni depresivo de la autoridad que
respectivamente corresponda en la familia a los futuros cónyuges.
Toda estipulación que no se ajuste a lo preceptuado en este artículo se tendrá por nula.
Se tendrán también por nulas y no puestas en los contratos mencionados en las dos secciones
anteriores, las cláusulas por las que los contratantes, de una manera general, determinen que los
bienes de los cónyuges se someterán a los fueros y costumbres especiales y no a las disposiciones
generales de este Código.
El menor, que con arreglo a la ley pueda casarse, podrá también otorgar sus capitulaciones
matrimoniales; pero únicamente serán válidas si a su otorgamiento concurren las personas
designadas en la misma ley para dar el consentimiento al menor a fin de contraer matrimonio.
En el caso de que las capitulaciones fuesen nulas por carecer del concurso y firma de las
personas referidas y de ser válido el matrimonio con arreglo a la ley, se entenderá que el menor lo
ha contraído bajo el régimen de la sociedad de gananciales.
Los cónyuges podrán transmitirse por cualquier título bienes y derechos, y celebrar entre sí
toda clase de acuerdos que no les estén expresamente prohibidos. Para ser válidos, estos acuerdos
tienen que cumplir los requisitos formales y sustantivos esenciales de las capitulaciones
matrimoniales y del tipo contractual de que se trate. Los mismos no podrán ser contrarios a la ley,
la moral o el orden público ni afectar derechos de terceros.”
Las capitulaciones matrimoniales y las modificaciones que se hagan en ellas habrán de constar
por escritura pública debidamente inscrita en el Registro de Capitulaciones Matrimoniales. Se
exceptúan de esta regla los bienes que se hallen en las condiciones a que se refiere el Artículo
1276.
Cualquier alteración que se haga en las capitulaciones matrimoniales no tendrá efecto legal en
cuanto a terceras personas si no reúne las condiciones siguientes:
(1) Que en el respectivo protocolo, por nota marginal, se haga indicación del acta notarial o
escritura que contenga las alteraciones de la primera estipulación, y
(2) que en caso de ser inscribible el primitivo contrato en el registro de la propiedad, se inscriba
también el documento en que se ha modificado aquél.
El notario hará constar estas alteraciones en las copias que expida por testimonio de las
capitulaciones o contrato primitivo, bajo la pena de indemnización de daños y perjuicios a las
partes, si no lo hiciere.
Para la validez de las capitulaciones otorgadas por aquél contra quien se haya pronunciado
sentencia declarando su incapacidad, será indispensable la asistencia y concurso del tutor, que a
este efecto se le designará por quien corresponda, según las disposiciones de este Título y de la
Ley de Enjuiciamiento Civil.
Artículo 1276. — Contrato cuando los bienes aportados no son inmuebles. (31 L.P.R.A. §
3560)
Siempre que los bienes aportados por los cónyuges no sean inmuebles y asciendan a un total,
los de marido y mujer, que no exceda de quinientos (500) dólares, y en el pueblo de su residencia
no hubiese notario, las capitulaciones se podrán otorgar ante el secretario del ayuntamiento y dos
(2) testigos, con la declaración, bajo su responsabilidad, de constarles la entrega o aportación, en
su caso, de los expresados bienes.
El contrato o contratos originales se custodiarán, bajo registro, en el archivo del municipio
correspondiente.
Cuando son inmuebles. — Cuando entre las aportaciones, cualquiera que sea su valor, haya
alguna o algunas fincas, o los contratos se refieran a inmuebles, se otorgarán siempre por escritura
pública ante notario, conforme con lo prevenido en el Artículo 1273.
Artículo 1277. — Ley que rige el matrimonio celebrado en país extranjero con consorte
extranjero. (31 L.P.R.A. § 3561)
Si el casamiento se contrajere en país extranjero, habiendo nacido en Puerto Rico uno de los
contratantes y el otro en el extranjero, y nada declarasen o estipulasen los contratantes
relativamente a sus bienes, se entenderá que se casan bajo el régimen de la ley del país en el cual
los contratantes establezcan su domicilio conyugal, tomando en cuenta otros factores que en
justicia deban considerarse, tales como conflicto móvil o centro de intereses conyugales, todo sin
perjuicio de lo establecido en este Código respecto a los bienes inmuebles.
Todo lo que se estipule en las capitulaciones o contratos a que se refieren los artículos
precedentes bajo el supuesto de futuro matrimonio, quedará nulo y sin efecto alguno en el caso de
no contraerse.
Artículo 1279. — Donaciones por razón de matrimonio, definición de. (31 L.P.R.A. § 3581)
Son donaciones por razón de matrimonio las que se hacen antes de celebrarse, en consideración
al mismo y en favor de uno o de los dos esposos.
Estas donaciones se rigen por las reglas establecidas en el Título II del Libro Tercero, en cuanto
no se modifiquen por los artículos siguientes.
Artículo 1281. — Cuándo pueden hacer y recibir donaciones los menores. (31 L.P.R.A. §
3583)
Los menores de edad pueden hacer y recibir donaciones en su contrato antenupcial, siempre
que las autoricen las personas que han de dar su consentimiento para contraer matrimonio.
Los desposados pueden darse en las capitulaciones matrimoniales hasta la décima parte de sus
bienes presentes, y respecto de los futuros, sólo para el caso de muerte, en la medida marcada por
las disposiciones de este Código referentes a la sucesión testada.
Artículo 1284. — Donaciones deben estar libres de hipotecas y gravámenes. (31 L.P.R.A. §
3586)
El donante por razón de matrimonio deberá liberar los bienes donados de las hipotecas y
cualesquiera otros gravámenes que pesen sobre ellos, con excepción de los censos y servidumbres,
Artículo 1285. — Revocación de donaciones por razón de matrimonio. (31 L.P.R.A. § 3587)
La donación hecha por razón de matrimonio no es revocable sino en los casos siguientes:
(1) Si fuere condicional y la condición no se cumpliese.
(2) Si el matrimonio no llegara a celebrarse.
(3) Si se casaren sin haber obtenido el consentimiento conforme a lo dispuesto en este Código.
Será nula toda donación entre cónyuges durante el matrimonio, salvo por las excepciones que
a continuación se establecen:
(1) Los regalos módicos que los cónyuges se hagan en ocasiones de regocijo para la familia.
(2) La donación consistente en la conversión de la propiedad privativa de uno de los cónyuges
sobre un inmueble que constituye la residencia principal del matrimonio en una propiedad de la
sociedad legal de gananciales constituida por ellos. Esta conversión se hará mediante escritura
pública, en la que se hará constar el hecho de que la propiedad convertida constituye la residencia
principal de los cónyuges y que no existe al momento de hacerse la donación otra propiedad
adquirida por la sociedad legal de gananciales bajo esta disposición. La donación no será
colacionable en caso de fallecimiento del cónyuge donante.
Artículo 1287. — Donaciones a los hijos del otro cónyuge. (31 L.P.R.A. § 3589)
Será nula toda donación hecha durante el matrimonio por uno de los cónyuges a los hijos que
el otro cónyuge tenga de diverso matrimonio, o a las personas de quienes sea heredero presunto al
tiempo de la donación.
Artículos 1288 - 1294. — Derogados. [Ley 106 de 2 de Junio de 1976] (31 L.P.R.A. §§ 3601 a
3607)
Mediante la sociedad de gananciales, los cónyuges harán suyos por mitad, al disolverse la
misma, las ganancias o beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera de los cónyuges
durante la sociedad.
Cuando la renuncia tuviere lugar por causa de separación, o después de disuelto o anulado el
matrimonio, se hará constar por escritura pública, y los acreedores tendrán el derecho que se les
reconoce en el Artículo 955.
La sociedad de gananciales se regirá por las reglas del contrato de sociedad en todo aquello en
que no se opongan a lo expresamente determinado por este Capítulo.
Sección segunda. —De los bienes propiedad de cada uno de los cónyuges
En caso de pertenecer a uno de los cónyuges algún crédito pagadero en cierto número de años,
o una pensión vitalicia, se observará lo dispuesto en los Artículos 1302 y 1303 para determinar lo
que forma el capital del marido y de la mujer.
Artículo 1302. — Plazos de créditos pertenecientes a uno de los cónyuges. (31 L.P.R.A. §
3642)
Siempre que pertenezca a uno de los cónyuges una cantidad o crédito pagadero en cierto
número de años, no serán gananciales las sumas que se cobren en los plazos vencidos durante el
matrimonio, sino que se estimarán capital del marido o de la mujer, según a quien pertenezca el
crédito.
Las expensas útiles, hechas en los bienes peculiares de cualquiera de los cónyuges mediante
anticipaciones de la sociedad o por la industria del marido o de la mujer, son gananciales.
Lo serán también los edificios construidos durante el matrimonio en suelo propio de uno de
los cónyuges, abonándose el valor del suelo al cónyuge a quien pertenezca.
Siempre que los bienes del marido o de la mujer estén constituidos, en todo o en parte, por
ganados que existan al disolverse la sociedad, se reputarán gananciales las cabezas de ganado que
excedan de las que fueron aportadas al matrimonio.
Artículo 1306. — Ganancias de juego o las procedentes de otras causas que eximan de la
restitución. (31 L.P.R.A. § 3646).
Las ganancias obtenidas por el marido o la mujer en el juego, o las procedentes de otras causas
que eximan de la restitución, pertenecerán a la sociedad de gananciales, sin perjuicio, en su caso,
de lo dispuesto en el Código Penal.
Artículo 1307. — Bienes del matrimonio se reputan gananciales. (31 L.P.R.A. § 3647)
Se reputan gananciales todos los bienes del matrimonio, mientras no se pruebe que pertenecen
privativamente al marido o a la mujer.
Artículo 1309. — Donaciones a hijos para colocación o carrera. (31 L.P.R.A. § 3662)
Artículo 1310. — Deudas contraídas antes del matrimonio; multas. (31 L.P.R.A. § 3663)
El pago de las deudas contraídas por el marido o la mujer antes del matrimonio no estará a
cargo de la sociedad de gananciales.
Multas. — Tampoco lo estará el de las multas y condenas pecuniarias que se les impusieren.
Cuando pueden ser pagadas de los bienes gananciales. — Sin embargo, el pago de las
deudas contraídas por el marido o la mujer con anterioridad al matrimonio, y el de las multas y
condenas que se le impongan, podrá repetirse contra los gananciales después de cubiertas las
atenciones que enumera el Artículo 1308, si el cónyuge deudor no tuviese capital propio o fuera
insuficiente; pero al tiempo de liquidarse la sociedad se le cargará lo satisfecho por los conceptos
expresados.
Lo perdido y pagado durante el matrimonio por alguno de los cónyuges en cualquier clase de
juego, no disminuirá su parte respectiva de los gananciales.
Lo perdido y no pagado por alguno de los cónyuges en juego lícito será a cargo de la sociedad
de gananciales.
No obstante lo dispuesto en el Artículo 91, ninguno de los dos podrá donar, enajenar, ni obligar
a título oneroso, los bienes muebles e inmuebles de la sociedad de gananciales, sin el
consentimiento escrito del otro cónyuge, excepto las cosas destinadas al uso de la familia o
personales de acuerdo con la posición social o económica de ambos cónyuges.
Todo acto de disposición o administración que sobre dichos bienes haga cualquiera de los
cónyuges en contravención a esta sección, y los demás dispuestos en este Título, no perjudicará al
otro cónyuge ni a sus herederos.
El cónyuge que se dedicare al comercio, industria, o profesión podrá adquirir o disponer de los
bienes muebles dedicados a esos fines, por justa causa, sin el consentimiento del otro cónyuge. No
obstante, será responsable por los daños y perjuicios que pudiere ocasionar por dichos actos a la
sociedad legal de gananciales. Esta acción se ejercitará exclusivamente en el momento de la
disolución de la sociedad legal de gananciales.
Disuelta la sociedad, se procederá desde luego a la formación del inventario; pero no tendrá
éste lugar para la liquidación:
(1) Cuando disuelta la sociedad, haya renunciado a sus efectos y consecuencias en tiempo hábil,
uno de los cónyuges o sus causahabientes.
(2) Cuando a la disolución de la sociedad haya precedido la separación de bienes.
(3) En el caso a que se refiere el párrafo segundo del Artículo anterior.
En el caso de renuncia, quedará siempre a salvo el derecho concedido a los acreedores por el
Artículo 955.
Pagadas las deudas y las cargas y obligaciones de la sociedad, se liquidará y pagará el capital
del marido y de la mujer hasta donde alcance el caudal inventariado.
Hechas las deducciones en el caudal inventariado que prefijan los artículos anteriores, el
remanente del mismo constituirá el haber de la sociedad de gananciales.
Las pérdidas o deterioro que hayan sufrido los bienes muebles de la propiedad de cualquiera
de los cónyuges, aunque sea por caso fortuito, se pagarán de los gananciales cuando los hubiere.
Los sufridos en los bienes inmuebles no serán abonables en ningún caso.
El remanente líquido de los bienes gananciales se dividirá por mitad entre marido y mujer o
sus respectivos herederos.
Del caudal de la herencia del marido se costeará el vestido de luto para la viuda. Los herederos
de aquél lo abonarán con arreglo a su clase y fortuna.
Artículo 1324. — Reglas que regirán el inventario, tasación y venta de bienes. (31 L.P.R.A. §
3699)
En cuanto a la formación del inventario, reglas sobre tasación y venta de bienes y demás que
no se halle expresamente determinado por el presente Capítulo, se observará lo prescrito en la
Sección Quinta, Capítulo VI, Título III del Libro Tercero.
Artículo 1325. — Alimentos al cónyuge superviviente y a los hijos. (31 L.P.R.A. § 3700)
De la masa común de bienes se darán alimentos al cónyuge superviviente y a sus hijos mientras
se haga la liquidación del caudal inventariado y hasta que se les entregue su haber; pero se les
rebajarán de éste en la parte en que excedan de lo que les hubiese correspondido por razón de
frutos o rentas.
Artículo 1327. — Cuándo tendrá lugar la separación de bienes. (31 L.P.R.A. § 3711)
Los cónyuges podrán solicitar la separación de bienes, y deberá decretarse, cuando el cónyuge
del demandante hubiera sido declarado ausente, o hubiese dado causa al divorcio. Igualmente, los
cónyuges podrán estipular la separación de bienes mediante el otorgamiento de capitulaciones,
según lo dispuesto en este Código.
Requisitos para ser decretada. — Para que se decrete la separación, bastará presentar la
sentencia firme que haya recaído contra el cónyuge culpable o ausente en cualquiera de los casos
expresados.
La separación de bienes no perjudicará a los derechos adquiridos con anterioridad por los
acreedores.
Artículo 1332. — Cuando la separación cesa. (31 L.P.R.A § 3716)
Cuando cesare la separación por haber desaparecido la causa, volverán a regirse los bienes del
matrimonio por las mismas reglas que antes de la separación, sin perjuicio de lo que durante ésta
se hubiese ejecutado legalmente.
Al tiempo de reunirse harán constar los cónyuges, por escritura pública, los bienes que
nuevamente aporten, y éstos serán los que constituyan respectivamente el capital propio de cada
uno.
En el caso de este artículo, se reputará siempre nueva aportación la de todos los bienes, aunque
en parte o en todo sean los mismos existentes antes de la liquidación practicada por causa de la
separación.
Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga entregar una cosa
determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente.
Artículo 1335. — Naturaleza del contrato cuando el precio sea parte en dinero; permuta. (31
L.P.R.A. § 3742)
Si el precio de la venta consistiera parte en dinero y parte en otra cosa, se calificará el contrato
por la intención manifiesta de los contratantes. No constando ésta, se tendrá por permuta, si el
valor de la cosa dada en parte del precio excede al del dinero o su equivalente, y por venta en el
caso contrario.
Artículo 1336. — Cuándo el precio se tiene por cierto. (31 L.P.R.A. § 3743)
Para que el precio se tenga por cierto bastará que lo sea con referencia a otra cosa cierta, o que
se deje su señalamiento al arbitrio de persona determinada.
Si ésta no pudiere o no quisiere señalarlo, quedará ineficaz el contrato.
Artículo 1337. — Precio en la venta de valores, granos, líquidos, etc. (31 L.P.R.A. § 3744)
También se tendrá por cierto el precio en la venta de valores, granos, líquidos y demás cosas
fungibles, cuando se señale el que la cosa vendida tuviera en determinado día, bolsa o mercado, o
se fije un tanto mayor o menor que el precio del día, bolsa o mercado, con tal que sea cierto.
Artículo 1338. — Uno de los contratantes no puede determinar el precio. (31 L.P.R.A. § 3745)
El señalamiento del precio no podrá nunca dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.
Artículo 1342. — Venta hecha a calidad de ensayo o prueba. (31 L.P.R.A. § 3749)
La venta hecha a calidad de ensayo o prueba de la cosa vendida, y la venta de las cosas que es
costumbre gustar o probar antes de recibirlas, se presumirán hechas siempre bajo condición
suspensiva.
Artículo 1343. — Rescisión del contrato cuando han mediado arras o señal. (31 L.P.R.A. §
3750)
Artículo 1344. — Gastos de otorgamiento de la escritura y de las copias. (31 L.P.R.A. § 3751)
Los gastos de otorgamiento de escritura serán de cuenta del vendedor, y los de la primera copia
y los demás posteriores a la venta serán de cuenta del comprador, salvo pacto en contrario.
Artículo 1345. — Enajenación forzosa para utilidad pública. (31 L.P.R.A. § 3752)
La enajenación forzosa por causa de utilidad pública se regirá por lo que establezcan las leyes
especiales.
Podrán celebrar el contrato de compra y venta todas las personas a quienes este Código autoriza
para obligarse, salvo las modificaciones contenidas en los artículos siguientes.
Artículo 1347. — Ventas recíprocas entre marido y mujer. (31 L.P.R.A. § 3772)
Artículo 1348. — Personas que no pueden adquirir por compra. (31 L.P.R.A. § 3773)
No podrán adquirir por compra, aunque sea en subasta pública o judicial, por sí ni por persona
alguna intermedia:
(1) El tutor, respecto a los bienes de la persona o personas que estén bajo su tutela.
(2) Los mandatarios, respecto a los bienes de cuya administración o enajenación estuviesen
encargados.
(3) Los albaceas y los contadores-partidores, respecto a los bienes confiados a su cargo.
(4) Los empleados públicos, respecto a los bienes pertenecientes al Gobierno del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico, de los municipios, de las agencias e instrumentalidades y de los
establecimientos también públicos, de cuya administración estuviesen encargados.
Esta disposición regirá para los jueces y peritos que de cualquier modo intervinieren en la
venta.
(5) Los jueces, individuos del ministerio fiscal, secretarios de tribunales y juzgados y oficiales
de justicia, los bienes y derechos que estuviesen en litigio ante el tribunal, en cuya jurisdicción o
territorio ejercieran sus respectivas funciones, extendiéndose esta prohibición al acto de adquirir
por cesión.
Se exceptuará de esta regla el caso en que se trate de acciones hereditarias entre coherederos,
o de cesión en pago de créditos, o de garantía de los bienes que posean.
La prohibición contenida en este inciso (5) comprenderá a los abogados respecto a los bienes
y derechos que fueren objeto de un litigio en que intervengan por su profesión y oficio.
Artículo 1349. — Cuando la cosa vendida se pierde; cuando se pierde sólo en parte. (31
L.P.R.A. § 3791)
Se entenderá entregada la cosa vendida cuando se ponga en poder y posesión del comprador.
Cuando se haga la venta mediante escritura pública, el otorgamiento de ésta equivaldrá a la
cosa objeto del contrato, si de la misma escritura no resultare o se dedujere claramente lo contrario.
Fuera de los casos que expresa el Artículo precedente, la entrega de los bienes muebles se
efectuará: por la entrega de las llaves del lugar o sitio donde se hallan almacenados o guardados,
y por el solo acuerdo o conformidad de los contratantes, si la cosa vendida no puede trasladarse a
poder del comprador en el instante de la venta, o si éste la tenía ya en su poder por algún otro
motivo.
Respecto de los bienes incorporales, regirá lo dispuesto en el párrafo segundo del Artículo
1351. En cualquier otro caso en que éste no tenga aplicación, se entenderá por entrega el hecho de
poner en poder del comprador los títulos de pertenencia, o el uso que haga de su derecho el mismo
comprador, consintiéndolo el vendedor.
Los gastos para la entrega de la cosa vendida serán de cuenta del vendedor, y los de su
transporte o traslación, de cargo del comprador, salvo el caso de estipulación especial.
Artículo 1355. — Entrega cuando el precio no ha sido pagado. (31 L.P.R.A. § 3815)
Tampoco tendrá obligación el vendedor de entregar la cosa vendida cuando se haya convenido
en un aplazamiento o término para el pago, si después de la venta se descubre que el comprador
es insolvente, de tal suerte que el vendedor corre inminente riesgo de perder el precio.
Se exceptúa de esta regla el caso en que el comprador afiance pagar en el plazo convenido.
Artículo 1357. — Estado en que se entregará la cosa vendida; frutos. (31 L.P.R.A. § 3817)
Artículo 1358. — Obligación de entregar todo lo que exprese el contrato; bienes inmuebles
de menos cabida o de distinta calidad. (31 L.P.R.A. § 3818)
La obligación de entregar la cosa vendida comprende la de poner en poder del comprador todo
lo que exprese el contrato, mediante las reglas siguientes:
Si la venta de bienes inmuebles se hubiese hecho con expresión de su cabida, a razón de un
precio por unidad de medida o número, tendrá obligación el vendedor de entregar al comprador,
si éste lo exige, todo cuanto se haya expresado en el contrato; pero si esto no fuere posible, podrá
el comprador optar entre una rebaja proporcional del precio, o la rescisión del contrato, siempre
que en este último caso, no baje de la décima parte de la cabida la disminución de la que se le
atribuyera al inmueble.
Lo mismo se hará aunque resulte igual cabida, si alguna parte de ella no es de la calidad
expresada en el contrato.
La rescisión, en este caso, sólo tendrá lugar a voluntad del comprador, cuando el menos valor
de la cosa vendida exceda de la décima parte del precio convenido.
Si en el caso del Artículo precedente, resultare mayor cabida o número en el inmueble que los
expresados en el contrato, el comprador tendrá la obligación de pagar el exceso de precio si la
mayor cabida o número no pasa de la vigésima parte de los señalados en el mismo contrato; pero
si excediere de dicha vigésima parte, el comprador podrá optar entre satisfacer el mayor valor del
inmueble, o desistir del contrato.
Artículo 1360. — Venta de bienes inmuebles por precio alzado; dos o más fincas. (31 L.P.R.A.
§ 3820)
En la venta de un inmueble, hecha por precio alzado y no a razón de un tanto por unidad de
medida o número, no tendrá lugar el aumento o disminución del mismo, aunque resulte mayor o
menor cabida o número de los expresados en el contrato.
Venta de dos o más fincas por un solo precio. — Esto mismo tendrá lugar cuando sean dos
o más fincas las vendidas por un solo precio; pero si además de expresarse los linderos,
indispensables en toda enajenación de inmuebles, se designaren en el contrato su cabida o número,
el vendedor estará obligado a entregar todo lo que se comprenda dentro de los mismos linderos,
aun cuando exceda de la cabida o número expresados en el contrato; y si no pudiere, sufrirá una
disminución en el precio proporcional a lo que falte de cabida o número, a no ser que el contrato
quede anulado por no conformarse el comprador con que se deje de entregar lo que se estipuló.
Las acciones que nacen de los tres Artículos anteriores prescribirán a los seis (6) meses,
contados desde el día de la entrega.
Tendrá lugar la evicción cuando se prive al comprador, por sentencia firme y a virtud de un
derecho anterior a la compra, de todo o parte de la cosa comprada.
Responsabilidad del vendedor. — El vendedor responderá de la evicción aunque nada se
haya expresado en el contrato.
Los contratantes, sin embargo, podrán aumentar, disminuir o suprimir esta obligación legal del
vendedor.
Artículo 1365. — Pacto que exima al vendedor de responsabilidad será nulo. (31 L.P.R.A. §
3833)
Será nulo todo pacto que exima al vendedor de responder de la evicción, siempre que hubiere
mala fe de su parte.
Artículo 1366. — Renuncia por el comprador del derecho al saneamiento. (31 L.P.R.A. §
3834)
Artículo 1367. — Derechos del comprador si se realiza la evicción. (31 L.P.R.A. § 3835)
Cuando se haya estipulado el saneamiento o cuando nada se haya pactado sobre este punto, si
la evicción se ha realizado, tendrá el comprador derecho a exigir del vendedor:
(1) La restitución del precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, ya sea mayor o
menor que el de la venta.
(2) Los frutos o rendimientos, si se le hubiere condenado a entregarlos al que le haya vencido en
juicio.
(3) Las costas del pleito que haya motivado la evicción y en su caso las del seguido con el vendedor
para el saneamiento.
(4) Los gastos del contrato, si los hubiese pagado el comprador.
(5) Los daños e intereses y los gastos voluntarios o de puro recreo u ornato, si se vendió de mala
fe.
Artículo 1368. — Derechos del comprador por pérdida de parte de la cosa en caso de
evicción. (31 L.P.R.A. § 3836)
Si el comprador perdiere por efecto de la evicción, una parte de la cosa vendida de tal
importancia con relación al todo que sin dicha parte no la hubiera comprado, podrá exigir la
rescisión del contrato; pero con la obligación de devolver la cosa sin más gravámenes que los que
tuviese al adquirirla.
Esto mismo se observará cuando se vendiesen dos o más cosas conjuntamente por un precio
alzado, o particular para cada una de ellas, si constase claramente que el comprador no habría
comprado la una sin la otra.
Artículo 1369. — Saneamiento será exigible solamente después de sentencia firme. (31
L.P.R.A. § 3837)
El saneamiento no podrá exigirse hasta que haya recaído sentencia firme, por la que se condene
al comprador a la pérdida de la cosa adquirida o de parte de la misma.
El vendedor estará obligado al saneamiento que corresponda, siempre que resulte probado que
se le notificó la demanda de evicción a instancia del comprador. Faltando la notificación, el
vendedor no estará obligado al saneamiento.
El comprador demandado solicitará, dentro del término que la Ley de Enjuiciamiento Civil
señala para contestar a la demanda, que ésta se notifique al vendedor o vendedores en el plazo más
breve posible.
La notificación se hará como la misma ley establece para emplazar a los demandados.
Cuando queda en suspenso el término concedido al comprador para contestar. — El
término de contestación para el comprador quedará en suspenso ínterin no expiren los que para
comparecer y contestar a la demanda se señalen al vendedor o vendedores, que serán los mismos
plazos que determina para todos los demandados la expresada Ley de Enjuiciamiento Civil,
contados desde la notificación establecida por el párrafo primero de este Artículo.
Si los citados de evicción no comparecieren en tiempo y forma, continuará, respecto del
comprador, el término para contestar a la demanda.
Si la finca vendida estuviese gravada, sin mencionarlo la escritura, con alguna carga o
servidumbre no aparente, de tal naturaleza que deba presumirse no la habría adquirido el
comprador si la hubiera conocido, podrá pedir la rescisión del contrato, a no ser que prefiera la
indemnización correspondiente.
Término para ejercitar la acción rescisoria. — Durante un (1) año, a contar desde el
otorgamiento de la escritura, podrá el comprador ejercitar la acción rescisoria o solicitar la
indemnización. Transcurrido el año, sólo podrá reclamar la indemnización dentro de un período
igual, a contar desde el día en que haya descubierto la carga o servidumbre.
Artículo 1373. — Saneamiento por defectos o gravámenes ocultos. (31 L.P.R.A. § 3841)
El vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviere la cosa
vendida, si la hacen impropia para el uso a que se la destina o si disminuyen de tal modo este uso
que, de haberlos conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado menos precio por
ella; pero no será responsable de los defectos manifiestos o que estuvieren a la vista, ni tampoco
de los que no lo estén, si el comprador es un perito que, por razón de su oficio o profesión, debía
fácilmente conocerlos.
El vendedor responde al comprador del saneamiento por los vicios o defectos ocultos en la
cosa vendida aunque los ignorase.
Esta disposición no regirá cuando se haya estipulado lo contrario, y el vendedor ignorara los
vicios o defectos ocultos de lo vendido.
Artículo 1375. — Opción entre desistir del contrato o reducir el precio; daños. (31 L.P.R.A.
§ 3843)
En los casos de los dos Artículos anteriores, el comprador podrá optar entre desistir del
contrato, abonándosele los gastos que pagó, o rebajar una cantidad proporcional del precio, a juicio
de peritos.
Si el vendedor conocía los vicios o defectos ocultos de la cosa vendida y no los manifestó al
comprador, tendrá éste la misma opción y además se le indemnizará de los daños y perjuicios, si
optare por la rescisión.
Si la cosa vendida se perdiere por efecto de los vicios ocultos, conociéndolos el vendedor,
sufrirá éste la pérdida, y deberá restituir el precio y abonar los gastos del contrato, con los daños y
perjuicios. Si no los conocía, debe sólo restituir el precio y abonar los gastos del contrato que
hubiese pagado el comprador.
Artículo 1377. — Pérdida por caso fortuito o culpa del comprador. (31 L.P.R.A. § 3845)
En la cosa vendida tenía algún vicio oculto al tiempo de la venta, y se pierde después por caso
fortuito o por culpa del comprador, podrá éste reclamar del vendedor el precio que pagó, con la
rebaja del valor que la cosa tenía al tiempo de perderse.
Si el vendedor obró de mala fe, deberá abonar al comprador los daños e intereses.
Artículo 1378. — Responsabilidad por daños y perjuicios en ventas judiciales. (31 L.P.R.A. §
3846)
En las ventas judiciales nunca habrá lugar a la responsabilidad por daños y perjuicios; pero sí
a todo lo demás dispuesto en los artículos anteriores.
Las acciones que emanan de lo dispuesto en los cinco artículos precedentes se extinguirán a
los seis (6) meses, contados desde la entrega de la cosa vendida.
Artículo 1380. — Vicio redhibitorio cuando se venden animales juntos. (31 L.P.R.A. § 3848)
Vendiéndose dos o más animales juntamente, sea en un precio alzado, sea señalándolo a cada
uno de ellos, el vicio redhibitorio de cada uno dará solamente lugar a su redhibición, y no a la de
los otros, a no ser que aparezca que el comprador no habría comprado el sano o sanos sin el vicioso.
Se presume esto último cuando se compra un tiro, yunta, pareja o juego, aunque se haya
señalado un precio separado a cada uno de los animales que los componen.
Artículo 1381. — Vicio redhibitorio en cosas vendidas juntas. (31 L.P.R.A. § 3849)
Artículo 1382. — Animales vendidos en pública subasta, etc. (31 L.P.R.A. § 3850)
El saneamiento por los vicios ocultos de los animales y ganados no tendrá lugar en las ventas
hechas en feria o en pública subasta, ni en la de caballerías enajenadas como de desecho, salvo el
caso previsto en el Artículo siguiente.
No serán objeto del contrato de venta los ganados y animales que padezcan enfermedades
contagiosas. Cualquier contrato que se hiciere respecto de ellos será nulo.
También será nulo el contrato de venta de los ganados y animales, si expresándose en el mismo
contrato el servicio o uso para que se adquieren, resultaren inútiles para prestarlo.
Cuando el vicio oculto de los animales, aunque se haya practicado reconocimiento facultativo,
sea de tal naturaleza que no basten los conocimientos periciales para su descubrimiento, se reputará
redhibitorio.
Pero si el profesor, por ignorancia o mala fe, dejara de descubrirlo o manifestarlo, será
responsable de los daños y perjuicios.
Artículo 1385. — Término para ejercitar la acción redhibitoria. (31 L.P.R.A. § 3853)
La acción redhibitoria que se funda en los vicios o defectos de los animales deberá interponerse
dentro de cuarenta (40) días, contados desde el de su entrega al comprador, salvo que por el uso
en cada localidad se hallen establecidos mayores o menores plazos.
Esta acción en la venta de animales sólo se podrá ejercitar respecto de los vicios y defectos de
los mismos que estén determinados por la ley o por los usos locales.
Artículo 1386. — Muerte del animal dentro de tres días de comprado. (31 L.P.R.A. § 3854)
Si el animal muriese a los tres (3) días de comprado, será responsable el vendedor siempre que
la enfermedad que ocasionó la muerte existiera antes del contrato, a juicio de los facultativos.
Artículo 1387. — Devolución del animal al rescindirse la venta. (31 L.P.R.A. 3855)
Resuelta la venta, el animal deberá ser devuelto en el estado en que fue vendido y entregado,
siendo responsable el comprador de cualquier deterioro debido a su negligencia, y que no proceda
del vicio o defecto redhibitorio.
Artículo 1388. — Opción del comprador en la venta de animales con vicios redhibitorios. (31
L.P.R.A. § 3856)
En las ventas de animales y ganados con vicios redhibitorios, gozará también el comprador de
la facultad expresada en el Artículo 1375; pero deberá usar de ella dentro del mismo término que
para el ejercicio de la acción redhibitoria queda respectivamente señalado.
Artículo 1389. — Tiempo y lugar para el pago del precio. (31 L.P.R.A. § 3871)
El comprador está obligado a pagar el precio de la cosa vendida en el tiempo y lugar fijados
por el contrato.
Si no se hubieren fijado, deberá hacerse el pago en el tiempo y lugar en que se haga la entrega
de la cosa vendida.
El comprador deberá intereses por el tiempo que medie entre la entrega de la cosa y el pago
del precio en los tres casos siguientes:
(1) Si así se hubiere convenido.
(2) Si la cosa vendida y entregada produce fruto o renta.
(3) Si se hubiere constituido en mora, con arreglo al Artículo 1053.
Artículo 1391. — Suspensión del pago por el comprador cuando se le perturba en la posesión,
etc. (31 L.P.R.A. § 3873)
Artículo 1392. — Derecho del vendedor cuando teme perder cosa inmueble. (31 L.P.R.A. §
3874)
Si el vendedor tuviere fundado motivo para temer la pérdida de la cosa inmueble vendida y el
precio, podrá promover inmediatamente la resolución de la venta.
Si no existiere este motivo, se observará lo dispuesto en el Artículo 1077.
Artículo 1393. — Pago por el comprador después de expirado el término convenido. (31
L.P.R.A. § 3875)
En la venta de bienes inmuebles, aun cuando se hubiera estipulado que por falta de pago del
precio en el tiempo convenido tendrá lugar de pleno derecho la resolución del contrato, el
comprador podrá pagar, aun después de expirado el término, ínterin no haya sido requerido
judicialmente o por acta notarial. Hecho el requerimiento, el juez no podrá concederle nuevo
término.
Artículo 1394. — Resolución de la venta de bienes muebles en interés del vendedor. (31
L.P.R.A. § 3876)
Respecto de los bienes muebles, la resolución de la venta tendrá lugar de pleno derecho, en
interés del vendedor, cuando el comprador antes de vencer el término fijado para la entrega de la
cosa, no se haya presentado a recibirla, o presentándose, no haya ofrecido al mismo tiempo el
precio, salvo que para el pago de éste se hubiese pactado mayor dilación.
La venta se resuelve por las mismas causas que todas las obligaciones, y además por las
expresadas en los capítulos anteriores, y por el retracto convencional o por el legal.
Artículo 1396. — Retracto convencional, cuándo tendrá lugar. (31 L.P.R.A. § 3901)
El derecho de que trata el Artículo anterior durará, a falta de pacto expreso, cuatro (4) años,
contados desde la fecha del contrato.
En caso de estipulación, el plazo no podrá exceder de diez (10) años.
El vendedor podrá ejercitar su acción contra todo poseedor que traiga su derecho del
comprador, aunque en el segundo contrato no se haya hecho mención del retracto convencional,
salvo lo dispuesto en la Ley Hipotecaria, respecto de terceros.
Artículo 1401. — Retracto convencional por los acreedores del vendedor. (31 L.P.R.A. §
3906)
Los acreedores del vendedor no podrán hacer uso del retracto convencional contra el
comprador, sino después de haber hecho excusión en los bienes del vendedor.
Artículo 1402. — Cuándo el comprador podrá obligar al vendedor a redimir toda una finca
si sólo una parte es objeto de retroventa. (31 L.P.R.A. § 3907)
El comprador con pacto de retroventa de una parte de finca indivisa que adquiera la totalidad
de la misma en el caso del Artículo 338, Título II, Libro segundo, de este Código, podrá obligar al
vendedor a redimir el todo, si éste quiere hacer uso del retracto.
Artículo 1403. — Venta de finca indivisa con pacto de retro. (31 L.P.R.A. § 3908)
Cuando varios, conjuntamente y en un solo contrato, vendan una finca indivisa con pacto de
retro, ninguno de ellos podrá ejercitar este derecho más que por su parte respectiva.
Lo mismo se observará si el que ha vendido por sí solo una finca ha dejado varios herederos,
en cuyo caso cada uno de éstos sólo podrá redimir la parte que hubiese adquirido.
Artículo 1404. — Comprador no podrá ser obligado al retracto parcial. (31 L.P.R.A. § 3909)
En los casos del Artículo anterior, el comprador podrá exigir de todos los vendedores o
coherederos que se pongan de acuerdo sobre la redención de la totalidad de la cosa vendida; y si
así no lo hicieren, no se podrá obligar al comprador al retracto parcial.
Artículo 1405. — Redención de finca indivisa por copropietario. (31 L.P.R.A. § 3910)
Cada uno de los copropietarios de una finca indivisa, que hubiese vendido separadamente su
parte, podrá ejercitar, con la misma separación, el derecho de retracto por su porción respectiva, y
el comprador no podrá obligarle a redimir la totalidad de la finca.
Artículo 1406. — Acción de retracto contra herederos del comprador. (31 L.P.R.A. § 3911)
Si el comprador deja varios herederos, la acción de retracto no podrá ejercitarse contra cada
uno sino por su parte respectiva, ora se halle indivisa, ora se haya distribuido entre ellos.
Pero si se ha dividido la herencia, y la cosa vendida se ha adjudicado a uno de los herederos,
la acción de retracto podrá intentarse contra él por el todo.
El vendedor no podrá hacer uso del derecho de retracto sin reembolsar al comprador el precio
de la venta, y además:
(1) Los gastos del contrato, y cualquier otro pago legítimo para la venta.
(2) Los gastos necesarios y útiles hechos en la cosa vendida.
Para que pueda darse curso a las demandas de retracto se requiere que se consigne el precio si
es conocido, o si no lo fuere, que se dé fianza de consignarlo luego que lo sea.
Cuando al celebrarse la venta hubiese en la finca frutos manifiestos o nacidos, no se hará abono
ni prorrateo de los que haya al tiempo del retracto.
Si no los hubo al tiempo de la venta, y los hay al del retracto, se prorratearán entre el retrayente
y el comprador, dando a éste la parte correspondiente al tiempo que poseyó la finca en el último
año, a contar desde la venta.
El vendedor que recobre la cosa vendida, la recibirá libre de toda carga o hipoteca impuesta
por el comprador, pero estará obligado a pasar por los arriendos que éste haya hecho de buena fe,
y según costumbre del lugar en que radique.
Artículo 1410. — Venta con pacto de retro, cuándo constituye préstamo con garantía
hipotecaria. (31 L.P.R.A. § 3915)
Toda venta de propiedad inmueble con pacto de retroventa se presumirá que constituye un
contrato de préstamo por el montante del precio, con garantía hipotecaria de la finca vendida, en
cualquiera de los casos siguientes:
Primero: Cuando el comprador no hubiere entrado en posesión material de la cosa vendida.
Segundo: Cuando el vendedor pague interés al comprador por el precio de la venta, aunque se
denomine canon de arrendamiento o se le dé otro nombre cualquiera.
Tercero: Tercero: Cuando se hiciere figurar en el contrato, como precio de enajenación, una
cantidad enteramente inadecuada.
Artículo 1412. — Retracto por copropietario en cosa poseída en común. (31 L.P.R.A. § 3922)
El copropietario de una cosa común podrá usar del retracto en el caso de enajenarse a un
extraño la parte de todos los demás condueños o alguno de ellos.
Cuando dos o más copropietarios quieran usar del retracto, sólo podrán hacerlo a prorrata de
la porción que tengan en la cosa común.
También tendrán el derecho de retracto los propietarios de las tierras colindantes cuando se
trate de la venta de una finca rústica cuya cabida no exceda de una hectárea.
El derecho a que se refiere el párrafo anterior no es aplicable a las tierras colindantes que
estuvieren separadas por arroyos, acequias, barrancos, caminos y otras servidumbres aparentes en
provecho de otras fincas.
Si dos o más colindantes usan del retracto al mismo tiempo, será preferido el que de ellos sea
dueño de la tierra colindante de menor cabida; y si las dos la tuvieren igual, el que primero lo
solicite.
No podrá ejercitarse el derecho de retracto legal sino dentro de nueve (9) días contados desde
la inscripción en el registro, y en su defecto, desde que el retrayente hubiera tenido conocimiento
de la venta.
El retracto de comuneros excluye el de colindantes.
Artículo 1416. — Efectos de la cesión de créditos contra tercero. (31 L.P.R.A. § 3941)
La cesión de un crédito, derecho o acción no surtirá efecto contra tercero sino desde que su
fecha deba tenerse por cierta en conformidad a los Artículos 1172 y 1181.
Si se refiere a un inmueble, desde la fecha de su inscripción en el registro.
Artículo 1417. — Pago por el deudor antes de tener conocimiento de la cesión. (31 L.P.R.A.
§ 3942)
El deudor que antes de tener conocimiento de la cesión, satisfaga al acreedor, quedará libre de
la obligación.
En el caso de la cesión de una cosa litigiosa, la acción ejercitada por el cesionario es sin
perjuicio de cualquiera reclamación en contrario, o de otro derecho existente al tiempo de
notificarse la cesión, o antes; pero esto no es aplicable a la cesión de un documento negociable,
traspasado de buena fe, y por valor recibido, antes de su vencimiento.
Artículo 1418. — Cesión de crédito comprende la de derechos accesorios. (31 L.P.R.A. § 3943)
La venta o cesión de un crédito comprende la de todos los derechos accesorios, como la fianza,
hipoteca, prenda o privilegio.
Artículo 1420. — Responsabilidad por la solvencia del deudor, cuánto dura. (31 L.P.R.A. §
3945)
Cuando el cedente de buena fe se hubiese hecho responsable de la solvencia del deudor, y los
contratantes no hubieran estipulado nada sobre la duración de la responsabilidad, durará sólo un
(1) año, contado desde la cesión del crédito, si estaba ya vencido el plazo.
Si el crédito fuere pagadero en término o plazo todavía no vencido, la responsabilidad cesará
un (1) año después del vencimiento.
Si el crédito consistiere en una renta perpetua, la responsabilidad se extinguirá a los diez (10)
años, contados desde la fecha de la cesión.
El que venda una herencia sin enumerar las cosas de que se compone sólo estará obligado a
responder de su cualidad de heredero.
Artículo 1424. — Comprador reembolsará al vendedor por deudas y créditos. (31 L.P.R.A. §
3949)
El comprador deberá, por su parte, satisfacer al vendedor todo lo que éste haya pagado por las
deudas y cargas de la herencia y por los créditos que tenga contra la misma, salvo pacto en
contrario.
Artículo 1425. — Derechos del deudor a extinguir crédito litigioso. (31 L.P.R.A. § 3950)
Todo lo dispuesto en este título se entiende con sujeción a lo que respecto de bienes inmuebles
se determine en la Ley Hipotecaria.
Título V. — De la Permuta
La permuta es un contrato por el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar una cosa para
recibir otra.
Artículo 1429. — Derecho del contratante que prueba que la cosa dada no pertenece al
dador. (31 L.P.R.A. § 3982)
Si uno de los contratantes hubiese recibido la cosa que se le prometió en permuta, y acreditarse
que no era propia del que la dio, no podrá ser obligado a entregar la que él ofreció en cambio, y
cumplirá con devolver la que recibió.
Artículo 1430. — Opción de la persona que pierde por evicción la cosa dada. (31 L.P.R.A. §
3983)
El que pierda por evicción la cosa recibida en permuta podrá optar entre recuperar la que dio
en cambio o reclamar la indemnización de daños y perjuicios, pero sólo podrá usar del derecho a
recuperar la cosa que él entregó mientras ésta subsista en poder del otro permutante, y sin perjuicio
de los derechos adquiridos entretanto sobre ella con buena fe por un tercero.
Artículo 1431. — Disposiciones por las que se regirá la permuta. (31 L.P.R.A. § 3984)
En todo lo que no se halle especialmente determinado en este Título, la permuta se regirá por
las disposiciones concernientes a la venta.
En el arrendamiento de cosas, una de las partes se obliga a dar a la otra el goce o uso de una
cosa por tiempo determinado y precio cierto.
En el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar una obra, o a
prestar a la otra un servicio por precio cierto.
Artículo 1435. — Bienes fungibles no son objeto de arrendamiento. (31 L.P.R.A. § 4014)
Los bienes fungibles que se consumen con el uso no pueden ser materia de este contrato.
Se llama arrendador al que se obliga a ceder el uso de la cosa, ejecutar la obra o prestar el
servicio; y arrendatario al que adquiere el uso de la cosa o el derecho a la obra o servicio que se
obliga a pagar.
Artículo 1437. — Falta de prueba del precio convenido. (31 L.P.R.A. § 4032)
Artículo 1438. — Término del arrendamiento efectuado por padre, tutor o administrador.
(31 L.P.R.A. § 4033)
El padre y tutor respecto a los bienes del hijo menor, y el administrador de bienes que no tenga
poder especial, no podrán dar en arrendamiento las cosas por término que exceda de seis (6) años.
Artículo 1439. — Arrendamiento de bienes raíces no inscrito no surtirá efecto con relación
a terceros. (31 L.P.R.A. § 4034)
Con relación a terceros, no surtirán efecto los arrendamientos de bienes raíces que no se hallen
debidamente inscritos en el registro de la propiedad.
Artículo 1442. — Pago del precio del subarriendo. (31 L.P.R.A. § 4037)
El subarrendatario queda también obligado para con el arrendador por el importe del precio
convenido en el subarriendo que se halle debiendo al tiempo del requerimiento, considerando no
hechos los pagos adelantados, a no haberlos verificado con arreglo a la costumbre.
Artículo 1447. — Forma de la cosa arrendada no podrá variarse. (31 L.P.R.A. § 4054)
Artículo 1449. — Aviso del arrendatario en caso de usurpación, novedad dañosa y necesidad
de reparaciones. (31 L.P.R.A. § 4056)
El arrendatario está obligado a poner en conocimiento del propietario, en el más breve plazo
posible, toda usurpación o novedad dañosa que otro haya realizado o abiertamente prepare en la
cosa arrendada.
También está obligado a poner en conocimiento del dueño, con la misma urgencia, la necesidad
de todas las reparaciones comprendidas en el número (2) del Artículo 1444.
En ambos casos será responsable el arrendatario de los daños y perjuicios que por su
negligencia se ocasionaren al propietario.
El arrendatario debe devolver la finca al concluir el arriendo, tal como la recibió, salvo lo que
hubiese perecido o se hubiera menoscabado por el tiempo o por causa inevitable.
A falta de expresión del estado de la finca al tiempo de arrendarla la ley presume que el
arrendatario la recibió en buen estado, salvo prueba en contrario.
Artículo 1453. — Responsabilidad del arrendatario por deterioro o pérdida. (31 L.P.R.A.
§4060)
El arrendatario es responsable del deterioro o pérdida que tuviere la cosa arrendada, a no ser
que pruebe haberse ocasionado sin culpa suya.
Artículo 1454. — Deterioro causado por personas de la casa del arrendatario. (31 L.P.R.A. §
4061)
Artículo 1455. — Vencimiento del arrendamiento cuando se hace por tiempo determinado.
(31 L.P.R.A. §4062)
Artículo 1456. — Cuándo se entiende que existe reconducción. (31 L.P.R.A. §4063)
Artículo 1457. — Obligaciones otorgadas por tercero en caso de tácita reconducción. (31
L.P.R.A. § 4064)
En el caso de la tácita reconducción, cesan respecto de ella las obligaciones otorgadas por un
tercero para la seguridad del contrato principal.
Artículo 1459. — Causas para el desahucio del arrendatario por el arrendador. (31 L.P.R.A.
§ 4066)
Artículo 1460. — Términos a que tiene derecho el arrendatario. (31 L.P.R.A. § 4067)
El comprador de una finca arrendada tiene derecho a que termine el arriendo vigente al
verificarse la venta, salvo pacto en contrario y lo dispuesto en la Ley Hipotecaria.
Si el comprador usare de este derecho, el arrendatario podrá exigir que se le deje recoger los
frutos de la cosecha que corresponda al año agrícola corriente y que el vendedor le indemnice los
daños y perjuicios que se le causen.
Artículo 1463. — Derechos del arrendatario respecto de mejoras útiles y voluntarias. (31
L.P.R.A. § 4070)
El arrendatario tendrá, respecto de las mejoras útiles y voluntarias, el mismo derecho que se
concede al usufructuario.
Artículo 1464. — Lugar y tiempo del pago del arrendamiento. (31 L.P.R.A. § 4071)
Si nada se hubiere pactado sobre el lugar y tiempo del pago del arrendamiento, se estará en
cuanto al lugar, a lo dispuesto en el Artículo 1125; y en cuanto al tiempo, a la costumbre de la
tierra.
Artículo 1466. — Pérdida de frutos después de estar separados de su raíz o tronco. (31
L.P.R.A. § 4082)
Tampoco tiene el arrendatario derecho a rebaja de la renta cuando los frutos se han perdido
después de estar separados de su raíz o tronco.
Artículo 1468. — Derechos del arrendatario saliente y del entrante. (31 L.P.R.A. § 4068
El arrendatario saliente debe permitir al entrante el uso del local y demás medios necesarios
para las labores preparatorias del año siguiente y, recíprocamente, el entrante tiene obligación de
permitir al colono saliente lo necesario para la recolección y aprovechamiento de los frutos, todo
con arreglo a la costumbre del pueblo.
Artículo 1469. — Arrendamiento por aparcería de tierras de labor, ganado de cría u otros
establecimientos. (31 L.P.R.A. § 4085)
En defecto de pacto especial, se estará a la costumbre del pueblo para las reparaciones de los
predios urbanos que deban ser de cuenta del propietario. En caso de duda se entenderán de cargo
de éste.
Artículo 1471. —Término del arrendamiento cuando no se le fija plazo. (31 L.P.R.A. § 4092)
Si no se hubiese fijado plazo al arrendamiento, se entiende hecho por años cuando se ha fijado
un alquiler anual, por meses cuando es mensual, por días cuando es diario.
En todo caso cesa el arrendamiento, sin necesidad de requerimiento especial cumplido el
término.
Cuando el arrendador de una casa, o de parte de ella, destinada a la habitación de una familia,
o de una tienda, o almacén, o establecimiento industrial, arrienda también los muebles, el
arrendamiento de éstos se entenderá por el tiempo que dure el de la finca arrendada.
Artículo 1473. — Término del contrato de servicios; remuneración. (31 L.P.R.A. § 4111)
Pueden arrendarse los servicios de criados y trabajadores sin tiempo fijo o por cierto tiempo.
El arrendamiento hecho por toda la vida es nulo. En cuanto a los servicios profesionales, se estará,
para la remuneración de los mismos, a lo convenido entre las partes; cuando no hubiere convenio
y surgieren diferencias, la parte con derecho a la remuneración podrá reclamar y obtener en juicio
de la otra parte, ante cualquier corte de jurisdicción competente, el importe razonable de dichos
servicios.
Artículo 1474. — Criado doméstico puede dejar el empleo o ser despedido antes de expirar
el término. (31 L.P.R.A. § 4112)
El empleado para el servicio doméstico, ya sea para las atenciones personales del cabeza de
familia o en general para el servicio de ésta, cuyo contrato de servicios se haya verificado por
tiempo determinado, puede despedirse y ser despedido antes de expirar el término; pero si el
principal despide al empleado sujeto a estas condiciones, sin justa causa, debe indemnizarle
pagándole el salario devengado y el de quince (15) días más.
Además de lo prescrito en los artículos anteriores, se observará acerca de los contratos entre
principales y domésticos, lo que determinen las leyes y reglamentos especiales.
Los empleados de labranza, menestrales, artesanos y demás trabajadores asalariados por cierto
término o para cierta obra no pueden despedirse ni ser despedidos antes del cumplimiento del
contrato, sin justa causa.
Puede contratarse la ejecución de una obra conviniendo en que el que la ejecute ponga
solamente su trabajo o su industria, o que también suministre el material.
Si el que contrató la obra se obligó a poner el material, debe sufrir la pérdida en el caso de
destruirse la obra antes de haber sido entregada, salvo si hubiese habido morosidad en recibirla.
El que se ha obligado a poner sólo su trabajo o industria no puede reclamar ningún estipendio
si se destruye la obra antes de haber sido entregada, a no ser que haya habido morosidad para
recibirla, o que la destrucción haya provenido de la mala calidad de los materiales, con tal que
haya advertido oportunamente esta circunstancia al dueño.
Artículo 1484. — Obra por piezas o por medida. (31 L.P.R.A. § 4125)
El que se obliga a hacer una obra por piezas o por medida puede exigir del dueño que la reciba
por partes y que la pague en proporción. Se presume aprobada y recibida la parte satisfecha.
Artículo 1486. — Desistimiento de la construcción de obra por el dueño. (31 L.P.R.A. § 4127)
El dueño puede desistir, por su sola voluntad, de la construcción de la obra aunque se haya
empezado, indemnizando al contratista de todos sus gastos, trabajos y utilidad que pudiera obtener
de ella.
Artículo 1487. — Cuando se rescinde el contrato por muerte del contratista (31 L.P.R.A. §
4128)
Cuando se ha encargado cierta obra a una persona por razón de sus cualidades personales, el
contrato se rescinde por la muerte de esta persona.
Cantidad que se abonará a los herederos. — En este caso el propietario debe abonar a los
herederos del constructor, a proporción del precio convenido, el valor de la parte de obra ejecutada
y de los materiales preparados, siempre que de estos materiales reporte algún beneficio.
Lo mismo se entenderá si el que contrató la obra no puede acabarla por alguna causa
independiente de su voluntad.
Artículo 1488. — Responsabilidad del contratista por trabajo hecho por sus empleados. (31
L.P.R.A. § 4129)
El contratista es responsable del trabajo ejecutado por las personas que ocupare en la obra.
Artículo 1489. — Acción contra el dueño por personas que ponen trabajo y materiales en
obra ajustada por contratista. (31 L.P.R.A. § 4130)
Los que ponen su trabajo y materiales en una obra ajustada alzadamente por el contratista no
tienen acción contra el dueño de ella sino hasta la cantidad que éste adeude a aquél cuando se hace
la reclamación.
Artículo 1492. — Retención de la obra como garantía del pago. (31 L.P.R.A. § 4133)
El que ha ejecutado una obra en cosa mueble tiene el derecho de retenerla en prenda hasta que
se le pague.
Sección tercera. —De los transportes por agua y tierra, tanto de personas como de
cosas
Los conductores de efectos por tierra o por agua están sujetos, en cuanto a la guarda y
conservación de las cosas que se les confían, a las mismas obligaciones que respecto a los
posaderos se determinan en los Artículos 1683 y 1684.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de lo que respecto a transportes por mar
y tierra establece el Código de Comercio (10 L.P.R.A. §§ 1001 et seq.).
Responden igualmente los conductores de las pérdidas y averías de las cosas que reciben, a no
ser que prueben que la pérdida o la avería ha provenido de caso fortuito o de fuerza mayor.
Lo dispuesto en estos artículos se entiende sin perjuicio de lo que prevengan las leyes y los
reglamentos especiales.
Se constituye el censo cuando se sujetan algunos bienes inmuebles al pago de un canon o rédito
anual en retribución de un capital que se recibe en dinero, o del dominio pleno o menos pleno que
se transmite de los mismos bienes.
Es enfitéutico el censo cuando una persona cede a otra el dominio útil de una finca,
reservándose el directo y el derecho a percibir del enfiteuta una pensión anual en reconocimiento
de este mismo dominio.
Es reservativo el censo cuando una persona cede a otra el pleno dominio de un inmueble,
reservándose el derecho a percibir sobre el mismo inmueble una pensión anual que deba pagar el
censatario.
Es de la naturaleza del censo que la cesión del capital o de la cosa inmueble sea perpetua o por
tiempo indefinido; sin embargo, el censatario podrá redimir el censo a su voluntad aunque se pacte
lo contrario, siendo esta disposición aplicable a los censos que hoy existen.
Puede, no obstante, pactarse que la redención del censo no tenga lugar durante la vida del
censualista o de una persona determinada o que no pueda redimirse en cierto número de años, que
no excederá de veinte (20) en el consignativo, ni de sesenta (60) en el reservativo y enfitéutico.
Para llevar a efecto la redención, el censatario deberá avisarlo al censualista con un (1) año de
antelación, o anticiparle el pago de una pensión anual.
Artículo 1502. — Redención parcial; contra la voluntad del censualista. (31 L.P.R.A. § 4177)
Artículo 1503. — Redención de censos constituidos antes de la promulgación del Código Civil
de 1889. (31 L.P.R.A. § 4178)
Para la redención de los censos constituidos antes de la promulgación del Código Civil de
1889, si no fuere conocido el capital, se regulará éste por la cantidad que resulte, computada la
pensión al tres (3) por ciento.
Los gastos que se ocasionen para la redención y liberación del censo serán de cuenta del
censatario, salvo los que se causen por oposición temeraria, a juicio de los tribunales.
Artículo 1505. — Determinación de la pensión o canon de los censos. (31 L.P.R.A. § 4180)
La pensión o canon de los censos se determinará por las partes al otorgar el contrato.
Podrá consistir en dinero o frutos.
Artículo 1508. — Censualista puede exigir comprobante del pago. (31 L.P.R.A. § 4183)
Artículo 1509. — Fincas gravadas con censos y derecho a percibir pensión pueden
trasmitirse. (31 L.P.R.A. § 4184)
Pueden trasmitirse a título oneroso o lucrativo las fincas gravadas con censos, y lo mismo el
derecho a percibir la pensión.
No pueden dividirse entre dos o más personas las fincas gravadas con censos sin el
consentimiento expreso del censualista, aunque se adquieran a título de herencia.
Cuando el censualista permita la división, se designará con su consentimiento la parte del censo
con que quedará gravada cada porción, constituyéndose tantos censos distintos cuantas sean las
porciones en que se divida la finca.
Artículo 1511. — Adjudicación de finca gravada a varios herederos. (31 L.P.R.A. § 4186)
Cuando se intente adjudicar la finca gravada con censo a varios herederos, y el censualista no
preste su consentimiento para la división, se pondrá a licitación entre ellos.
A falta de conformidad, o no ofreciéndose por alguno de los interesados el precio de tasación,
se venderá, la finca con la carga, repartiéndose el precio entre los herederos.
Son prescriptibles tanto el capital como las pensiones de los censos, conforme a lo que se
dispone en el Título XVIII de este Libro.
A pesar de lo dispuesto en el Artículo 1063, será necesario el pago de dos (2) pensiones
consecutivas para suponer satisfechas todas las anteriores.
El censatario está obligado a pagar las contribuciones y demás impuestos que afecten a la finca
acensuada.
Al verificar el pago de la pensión podrá descontar de ella la parte de los impuestos que
corresponda al censualista.
Artículo 1515. — Acción real y la personal a ejercitarse por el censualista. (31 L.P.R.A. §
4190)
Los censos producen acción real sobre la finca gravada. Además de la acción real, podrá el
censualista ejercitar la personal para el pago de las pensiones atrasadas, y de los daños e intereses
cuando hubiere lugar a ello.
Artículo 1516. — Esterilidad de la finca o pérdida de sus frutos. (31 L.P.R.A. § 4191)
Artículo 1517. — Extinción del censo por destrucción de la finca. (31 L.P.R.A. § 4192)
Si por fuerza mayor o caso fortuito se pierde o se inutiliza totalmente la finca gravada con
censo, quedará éste extinguido, cesando el pago de la pensión.
Si se pierde sólo en parte, no se eximirá el censatario de pagar la pensión, a no ser que prefiera
abandonar la finca al censualista.
Interviniendo culpa del censatario, quedará sujeto en ambos casos al resarcimiento de daños y
perjuicios.
Artículo 1518. — Aplicación del seguro al pago del capital y de las pensiones. (31 L.P.R.A. §
4193)
En el caso del párrafo primero del artículo anterior, si estuviere asegurada la finca, el valor del
seguro quedará afecto al pago del capital del censo y de las pensiones vencidas, a no ser que el
censatario prefiera invertirlo en reedificar la finca, en cuyo caso revivirá el censo con todos sus
efectos, incluso el pago de las pensiones no satisfechas. El censualista podrá exigir del censatario
que asegure la inversión del valor del seguro en la reedificación de la finca.
Si la finca gravada con censo fuere expropiada por causa de utilidad pública, su precio estará
afecto al pago del capital del censo y de las pensiones vencidas, quedando éste extinguido.
La precedente disposición es también aplicable al caso en que la expropiación forzosa sea
solamente de parte de la finca, cuando su precio baste para cubrir el capital del censo.
Si no bastare, continuará gravando el censo sobre el resto de la finca, siempre que su precio
sea suficiente para cubrir el capital censual y un veinticinco (25) por ciento más del mismo. En
otro caso estará obligado el censatario a substituir con otra garantía la parte expropiada, o a redimir
el censo, a su elección, salvo lo dispuesto para el enfitéutico en el Artículo 1523.
El censo enfitéutico sólo puede establecerse sobre bienes inmuebles y en escritura pública.
Artículo 1521. — Valor de la finca y de la pensión anual deberán fijarse. (31 L.P.R.A. § 4212)
Artículo 1522. — Cantidad determinada o parte alícuota de frutos. (31 L.P.R.A. § 4213)
Si consiste en una parte alícuota de lo que produzca la finca, a falta de pacto expreso sobre la
intervención que haya de tener el dueño directo, deberá el enfiteuta darle aviso previo, o a su
representante, del día en que se proponga comenzar la recolección de cada clase de frutos, a fin de
que pueda por sí mismo o por medio de su representante, presenciar todas las operaciones hasta
percibir la parte que le corresponda.
Dado el aviso, el enfiteuta podrá levantar la cosecha, aunque no concurra el dueño directo ni
su representante o interventor.
Artículo 1524. — Derecho a productos, accesorios, tesoros y minas. (31 L.P.R.A. § 4215)
Puede el enfiteuta disponer del predio enfitéutico y de sus accesiones, tanto por actos entre
vivos como de última voluntad, dejando a salvo los derechos del dueño directo, y con sujeción a
lo que establecen los artículos que siguen.
Artículo 1526. — Servidumbres o cargas que disminuyan productos. (31 L.P.R.A. § 4217)
Cuando la pensión consista en una parte alícuota de los frutos de la finca enfitéutica, no podrá
imponerse servidumbre ni otra carga que disminuya los productos sin consentimiento expreso del
dueño directo.
El enfiteuta podrá donar o permutar libremente la finca, poniéndolo en conocimiento del dueño
directo.
Para los efectos del artículo anterior, el que trate de enajenar el dominio de una finca enfitéutica
deberá avisarlo al otro condueño, declarándole el precio definitivo que se le ofrezca, o en que
pretenda enajenar su dominio.
Término para hacer uso del derecho de tanteo. — Dentro de los veinte (20) días siguientes
al del aviso podrá el condueño hacer uso del derecho de tanteo, pagando el precio indicado. Si no
lo verifica, perderá este derecho y podrá llevarse a efecto la enajenación.
Artículo 1530. — Derecho de retracto cuando no se hace uso del de tanteo. (31 L.P.R.A. §
4221)
Cuando el dueño directo, o el enfiteuta en su caso, no haya hecho uso del derecho de tanteo a
que se refiere el artículo anterior, podrá utilizar el de retracto para adquirir la finca por el precio
de la enajenación.
Cuándo deberá utilizarse el retracto—Si la venta se oculta. — En este caso deberá utilizarse
el retracto dentro de los nueve (9) días útiles siguientes al del otorgamiento de la escritura de venta.
Si ésta se ocultare, se contará dicho término desde la inscripción de la misma en el registro de la
propiedad.
Cuándo se presume la ocultación. — Se presume la ocultación cuando no se presenta la
escritura en el registro dentro de los nueve (9) días siguientes al de su otorgamiento.
Prueba de la ocultación. — Independientemente de la presunción, la ocultación puede
probarse por los demás medios legales.
Artículo 1531. — Término para el retracto si se realiza enajenación sin previo aviso. (31
L.P.R.A. § 4222)
Si se hubiere realizado la enajenación sin el previo aviso que ordena el Artículo 1529, el dueño
directo, y en su caso el útil, podrán ejercitar la acción de retracto en todo tiempo hasta que
transcurra un (1) año, contando desde que la enajenación se inscriba en el registro de la propiedad.
Artículo 1532. — Derechos de tanteo y de retracto en ventas judiciales. (31 L.P.R.A. § 4223)
En las ventas judiciales de fincas enfitéuticas, el dueño directo y el útil, en sus casos
respectivos, podrán hacer uso del derecho de tanteo dentro del término fijado en los edictos para
el remate, pagando el precio que sirva de tipo para la subasta, y del de retracto dentro de los nueve
(9) días útiles siguientes al del otorgamiento de la escritura.
En este caso, no será necesario el aviso previo que exige el Artículo 1529.
Artículo 1533. Enajenación de fincas sujetas al mismo censo. (31 L.P.R.A. § 4224)
Cuando sean varias las fincas enajenadas sujetas a un mismo censo, no podrá utilizarse el
derecho de tanteo ni el de retracto respecto de unas con exclusión de las otras.
Artículo 1534. — Derecho de retracto de dueños pro indiviso. (31 L.P.R.A. § 4225)
Cuando el dominio directo o el útil pertenezca pro indiviso a varias personas, cada una de ellas
podrá hacer uso del derecho de retracto con sujeción a las reglas establecidas para el de comuneros,
y con preferencia el dueño directo, si se hubiese enajenado parte del dominio útil; o el enfiteuta, si
la enajenación hubiese sido del dominio directo.
Si el enfiteuta fuere perturbado en su derecho por un tercero que dispute el dominio directo o
la validez de la enfiteusis, no podrá reclamar la correspondiente indemnización del dueño directo,
si no le cita de evicción conforme a lo prevenido en el Artículo 1370.
Artículo 1536. — Cuándo se pagará laudemio al dueño directo. (31 L.P.R.A. § 4227)
En las enajenaciones a título oneroso de fincas enfitéuticas sólo se pagará laudemio al dueño
directo cuando se haya estipulado expresamente en el contrato de enfiteusis.
Importe del laudemio. — Si al pactarlo no se hubiere señalado la cantidad fija, ésta consistirá
en el dos (2) por ciento del precio de enajenación.
En las enfiteusis anteriores a la promulgación de este Código que estén sujetas al pago de
laudemio, aunque no se haya pactado, seguirá esta prestación en la forma acostumbrada, pero no
excederá del dos (2) por ciento del precio de la enajenación cuando no se haya contratado
expresamente otra mayor.
Artículo 1538. — Prescripción de la acción para reclamar laudemio. (31 L.P.R.A. § 4229)
Cuando el enfiteuta hubiese obtenido del dueño directo licencia para la enajenación o le
hubiese dado el aviso previo que previene el Artículo 1529, no podrá el dueño directo reclamar,
en su caso, el pago del laudemio sino dentro del año siguiente al día en que se inscriba la escritura
en el registro de la propiedad. Fuera de dichos casos, esta acción estará sujeta a la prescripción
ordinaria.
Artículo 1539. — Reconocimiento del derecho de dueño directo. (31 L.P.R.A. § 4230)
Cada veintinueve (29) años podrá el dueño directo exigir el reconocimiento de su derecho por
el que se encuentre en posesión de la finca enfitéutica.
Los gastos del reconocimiento serán de cuenta del enfiteuta, sin que pueda exigírsele ninguna
otra prestación por este concepto.
Artículo 1541. — Requerimiento de pago con anterioridad al comiso. (31 L.PR.A. § 4232)
En el caso primero del artículo anterior, para que el dueño directo pueda pedir el comiso, deberá
requerir de pago al enfiteuta judicialmente o por medio de notario; y si no paga dentro de los treinta
(30) días siguientes al requerimiento, quedará expedito el derecho de aquél.
Podrá el enfiteuta librarse del comiso en todo caso, redimiendo el censo y pagando las
pensiones vencidas dentro de los treinta (30) días siguientes al requerimiento de pago o al
emplazamiento de la demanda.
Del mismo derecho podrán hacer uso los acreedores del enfiteuta hasta los treinta (30) días
siguientes al en que el dueño directo haya recobrado el pleno dominio.
La redención del censo enfitéutico consistirá en la entrega en metálico y de una vez, al dueño
directo, del capital que se hubiese fijado como valor de la finca al censo, sin que pueda exigirse
ninguna otra prestación, a menos que haya sido estipulada.
Artículo 1544. — Abono de mejoras o deterioros en caso de comiso o rescisión. (31 L.P.R.A.
§ 4235)
Artículo 1547. — Disposiciones que rigen los gravámenes análogos al censo. (31 L.P.R.A. §
4251)
Artículo 1548. — Pensión pagadera en frutos, cómo se determina. (31 L.P.R.A. § 4261)
Cuando se pacte el pago en frutos de la pensión del censo consignativo, deberá fijarse la
especie, cantidad y calidad de los mismos, sin que pueda consistir en una parte alícuota de los que
produzca la finca acensuada.
Artículo 1550. — Derecho del censualista cuando se procede por acción real contra la finca.
(31 L.P.R.A. § 4263)
Cuando se proceda por acción real contra la finca acensuada para el pago de pensiones, si lo
que reste del valor de la misma no fuere suficiente para cubrir el capital del censo y un veinticinco
(25) por ciento más del mismo, podrá el censualista obligar al censatario a que, a su elección,
redima el censo o complete la garantía, o abandone el resto de la finca a favor de aquél.
Artículo 1551. — Otros casos en que el valor de la finca es insuficiente. (31 L.P.R.A. § 4264)
También podrá el censualista hacer uso del derecho establecido en el artículo anterior en los
demás casos en que el valor de la finca sea insuficiente para cubrir el capital del censo y un
veinticinco (25) por ciento más, si concurre alguna de las circunstancias siguientes:
(1) Que haya disminuido el valor de la finca por culpa o negligencia del censatario.
Daños y perjuicios. — En tal caso éste será además responsable de los daños y perjuicios.
(2) Que haya dejado de pagar la pensión por dos (2) años consecutivos.
(3) Que el censatario haya sido declarado en quiebra, concurso o insolvencia.
Artículo 1552. — Valoración de la finca, necesaria para el censo reservativo. (31 L.P.R.A §
4281)
Artículo 1554. — Pensión pagadera en frutos, cómo se determina. (31 L.P.R.A. § 4283)
En los casos previstos en los Artículos 1550 y 1551 el deudor del censo reservativo sólo podrá
ser obligado a redimir el censo, o a que abandone la finca a favor del censualista.
La sociedad es un contrato por el cual dos o más personas se obligan a poner en común dinero,
bienes o industria con ánimo de partir entre sí las ganancias.
Artículo 1557. — Objeto e interés; ganancias al disolverse una sociedad ilícita. (31 L.P.R.A.
§ 4312)
La sociedad debe tener un objeto lícito, y establecerse en interés común de los socios.
Cuando se declare la disolución de una sociedad ilícita, las ganancias se destinarán a los
establecimientos de beneficencia del domicilio de la sociedad, y en su defecto, a los del Estado
Libre Asociado de Puerto Rico.
La sociedad civil se podrá constituir en cualquier forma, salvo que se aportaren a ella bienes
inmuebles o derechos reales, en cuyo caso será necesaria la escritura pública.
No tendrán personalidad jurídica las sociedades cuyos pactos se mantengan secretos entre los
socios, y en que cada uno de éstos contrate en su propio nombre con los terceros.
Esta clase de sociedades se regirá por las disposiciones relativas a la comunidad de bienes.
Las sociedades civiles, por el objeto a que se consagren, pueden revestir todas las formas
reconocidas por el Código de Comercio (10 L.P.R.A. §§ 1001 et seq.). En tal caso, les serán
aplicables sus disposiciones en cuanto no se opongan a las del presente Código.
La sociedad universal puede ser de todos los bienes presentes, o de todas las ganancias.
Artículo 1564. — Sociedad de todos los bienes presentes, definición. (31 L.P.R.A. § 4319)
La sociedad de todos los bienes presentes es aquélla por la cual las partes ponen en común
todos los que actualmente les pertenecen con ánimo de partirlos entre sí, como igualmente todas
las ganancias que adquieran con ellos.
En la sociedad universal de todos los bienes presentes, pasan a ser propiedad común de los
socios los bienes que pertenecían a cada uno, así como todas las ganancias que adquieran con ellos.
Puede también pactarse en ella la comunicación recíproca de cualesquiera otras ganancias;
pero no pueden comprenderse los bienes que los socios adquieran posteriormente por herencia,
legado o donación, aunque sí sus frutos.
La sociedad universal de ganancias comprende todo lo que adquieran los socios por su
industria o trabajo mientras dure la sociedad.
Los bienes muebles o inmuebles que cada socio posee al tiempo de la celebración del contrato
continúan siendo de dominio particular, pasando sólo a la sociedad el usufructo.
Artículo 1567. — Contrato de sociedad universal sin determinar su especie. (31 L.P.R.A. §
4322)
Artículo 1568. — Quiénes no pueden contraer sociedad universal. (31 L.P.R.A. § 4323)
No pueden contraer sociedad universal entre sí las personas a quienes está prohibido otorgarse
recíprocamente alguna donación o ventaja.
La sociedad particular tiene únicamente por objeto cosas determinadas, su uso o sus frutos, o
una empresa señalada, o el ejercicio de una profesión o arte.
La sociedad dura por el tiempo convenido; a falta de convenio, por el tiempo que dure el
negocio que haya servido exclusivamente de objeto a la sociedad, si aquél por su naturaleza tiene
una duración limitada; y en cualquier otro caso, por toda la vida de los asociados, salvo la facultad
que se les reserva en el Artículo 1591 y lo dispuesto en el Artículo 1595.
Artículo 1572. — Socios son deudores a la sociedad de lo que han prometido aportar a ella.
(31 L.P.R.A. § 4343)
Artículo 1573. — Intereses sobre la deuda del socio. (31 L.P.R.A. § 4344)
El socio industrial debe a la sociedad las ganancias que durante ella haya obtenido en el ramo
de industria que sirve de objeto a la misma.
Cuando un socio autorizado para administrar cobra una cantidad exigible, que le era debida en
su propio nombre, de una persona que debía a la sociedad otra cantidad también exigible, debe
imputarse lo cobrado en los dos (2) créditos a proporción de su importe, aunque hubiese dado el
recibo por cuenta de sólo su haber; pero si lo hubiere dado por cuenta del haber social, se imputará
todo en éste.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de que el deudor pueda usar de la facultad
que se le concede en el Artículo 1126, en el solo caso de que el crédito personal del socio le sea
más oneroso.
Artículo 1576. — Obligación del socio que recibe su parte de crédito de un deudor que
después cae en insolvencia. (31 L.P.R.A. § 4347)
El socio que ha recibido por entero su parte en un crédito social, sin que hayan cobrado la suya
los demás socios, queda obligado, si el deudor cae después en insolvencia, a traer a la masa social
lo que recibió, aunque hubiera dado el recibo por sola su parte.
Artículo 1577. — Responsabilidad del socio por daños y perjuicios. (31 L.P.R.A. § 4348)
Todo socio debe responder a la sociedad de los daños y perjuicios que ésta haya sufrido por
culpa del mismo y no puede compensarlos con los beneficios que por su industria le haya
proporcionado.
Artículo 1578. — Riesgo de cosas ciertas aportadas a la sociedad. (31 L.P.R.A. § 4349)
El riesgo de las cosas ciertas y determinadas, no fungibles, que se aporten a la sociedad para
que sólo sean comunes su uso y sus frutos, es del socio propietario.
Si las cosas aportadas son fungibles, o no pueden guardarse sin que se deterioren, o si se
aportaron para ser vendidas, el riesgo es de la sociedad. También lo será, a falta de pacto especial,
el de las cosas aportadas con estimación hecha en el inventario, y en este caso la reclamación se
limitará al precio en que fueron tasadas.
Artículo 1579. — Responsabilidad de la sociedad para con los socios por desembolsos y
obligaciones. (31 L.P.R.A. § 4350)
La sociedad responde a todo socio de las cantidades que haya desembolsado por ella y del
interés correspondiente; también le responde de las obligaciones que con buena fe haya contraído
para los negocios sociales y de los riesgos inseparables de su dirección.
Artículo 1580. — Ganancias y pérdidas Distribución; participación de los socios. (31 L.P.R.A.
§ 4351)
Si los socios han convenido en confiar a un tercero la designación de la parte de cada uno en
las ganancias y pérdidas, solamente podrá ser impugnada la designación hecha por él cuando
evidentemente haya faltado a la equidad. En ningún caso podrá reclamar el socio que haya
principiado a ejecutar la decisión del tercero, o que no la haya impugnado en el término de tres (3)
meses, contados desde que le fue conocida.
La designación de pérdidas y ganancias no puede ser encomendada a uno de los socios.
Es nulo el pacto que excluye a uno o más socios de toda parte en las ganancias o en las pérdidas.
Sólo el socio de industria puede ser eximido de toda responsabilidad en las pérdidas.
El socio nombrado administrador en el contrato social puede ejercer todos los actos
administrativos sin embargo de la oposición de sus compañeros, a no ser que proceda de mala fe,
y su poder es irrevocable sin causa legítima.
El poder otorgado después del contrato, sin que en éste se hubiera acordado conferirlo, puede
revocarse en cualquier tiempo.
Artículo 1584. — Atribuciones cuando son dos o más los socios encargados de la
administración. (31 L.P.R.A. § 4355)
Cuando dos o más socios han sido encargados de la administración social sin determinarse sus
funciones, o sin haberse expresado que no podrán obrar los unos sin el consentimiento de los otros,
cada uno puede ejercer todos los actos de administración separadamente; pero cualquiera de ellos
puede oponerse a las operaciones del otro antes de que éstas hayan producido efecto legal.
Artículo 1585. — Convenio que exige el consentimiento de todos los socios administradores.
(31 L.P.R.A. § 4356)
En el caso de haberse estipulado que los socios administradores no hayan de funcionar los unos
sin el consentimiento de los otros, se necesita el concurso de todos para la validez de los actos, sin
que pueda alegarse la ausencia o imposibilidad de algunos de ellos, salvo si hubiere peligro
inminente de un daño grave o irreparable para la sociedad.
(2) Cada socio puede servirse de las cosas que componen el fondo social según costumbre de la
tierra, con tal que no lo haga contra el interés de la sociedad, o de tal modo que impida el uso a
que tienen derecho sus compañeros.
(3) Todo socio puede obligar a los demás a costear con él los gastos necesarios para la conservación
de las cosas comunes.
(4) Ninguno de los socios puede, sin el consentimiento de los otros, hacer novedad en los bienes
inmuebles sociales, aunque alegue que es útil a la sociedad.
Artículo 1587. — Derecho de cada socio de asociar otra persona en su parte. (31 L.P.R.A. §
4358)
Cada socio puede por sí solo asociarse un tercero en su parte; pero el asociado no ingresará en
la sociedad sin el consentimiento unánime de los socios, aunque aquél sea administrador.
Sección segunda. —De las obligaciones de los socios para con un tercero
Artículo 1588. — Responsabilidad de la sociedad por los actos de un socio. (31 L.P.R.A. §
4371)
Para que la sociedad quede obligada con un tercero por los actos de uno de los socios, se
requiere:
(1) Que el socio haya obrado en su carácter de tal, por cuenta de la sociedad.
(2) Que tenga poder para obligar a la sociedad en virtud de un mandato expreso o tácito.
(3) Que haya obrado dentro de los límites que le señala su poder o mandato.
responsables con su patrimonio personal más allá de su aportación a la sociedad especial por las
deudas y obligaciones de la sociedad, en caso de que el patrimonio social no alcance para cubrirlo.
Nada de lo aquí dispuesto se deberá interpretar de forma tal que limite las obligaciones de un socio
por sus actos personales.
Los acreedores de la sociedad son preferentes a los acreedores de cada socio sobre los bienes
sociales. Sin perjuicio de este derecho, los acreedores particulares de cada socio pueden pedir el
embargo y remate de la parte de éste en el fondo social.
La sociedad se extingue:
(1) Cuando expira el término por que fue constituida.
(2) Cuando se pierde la cosa, o se termina el negocio que le sirve de objeto.
(3) Por la muerte natural o insolvencia de cualquiera de los socios, y en el caso previsto en el
Artículo 1590 de este Código.
(4) Por la voluntad de cualquiera de los socios, con sujeción a lo dispuesto en los Artículos 1596
y 1598.
Se exceptúan de lo dispuesto en los números (3) y (4) de este artículo las sociedades a que se
refiere el Artículo 1561 en los casos en que deban subsistir con arreglo al Código de Comercio [10
LPRA §§ 1001 et seq.].
Cuando la cosa específica, que un socio había prometido aportar a la sociedad, perece antes de
efectuada la entrega, su pérdida produce la disolución de la sociedad.
También se disuelve la sociedad en todo caso por la pérdida de la cosa, cuando reservándose
su propiedad el socio que la aporta, sólo ha transferido a la sociedad el uso o goce de la misma.
Pero no se disuelve la sociedad por la pérdida de la cosa cuando ésta ocurre después que la
sociedad ha adquirido la propiedad de ella.
El consentimiento puede ser expreso o tácito, y se justificará por los medios ordinarios.
Artículo 1594. — Prórroga antes y después de expirado el término. (31 L.P.R.A. § 4394)
Es válido el pacto de que, en el caso de morir uno de los socios, continúe la sociedad entre los
que sobrevivan. En este caso, el heredero del que haya fallecido sólo tendrá derecho a que se haga
la partición, fijándola en el día de la muerte de su causante, y no participará de los derechos y
obligaciones ulteriores, sino en cuanto sean una consecuencia necesaria de lo hecho antes de aquel
día.
Si el pacto fuere que la sociedad ha de continuar con el heredero, será guardado, sin perjuicio
de lo que se determina en el número (4) del Artículo 1591.
Artículo 1596. — Disolución por voluntad o renuncia de un socio. (31 L.P.R.A. § 4396)
La disolución de la sociedad por la voluntad o renuncia de uno de los socios únicamente tiene
lugar cuando no se ha señalado término para su duración, o no resulta éste de la naturaleza del
negocio.
Para que la renuncia surta efecto, debe ser hecha de buena fe en tiempo oportuno; además debe
ponerse en conocimiento de los otros socios.
Artículo 1597. — Renuncia de mala fe; tiempo inoportuno. (31 L.P.R.A. § 4397)
Es de mala fe la renuncia cuando el que la hace se propone apropiarse para sí solo el provecho
que debía ser común. En este caso el renunciante no se libra para con sus socios, y éstos tienen
facultad para excluirle de la sociedad.
Cuando la renuncia se considera en tiempo inoportuno. — Se reputa hecha en tiempo
inoportuno la renuncia, cuando no hallándose las cosas íntegras, la sociedad está interesada en que
se dilate su disolución. En este caso continuará la sociedad hasta la terminación de los negocios
pendientes.
No puede un socio reclamar la disolución de la sociedad que, ya sea por disposición del
contrato, ya por la naturaleza del negocio, ha sido constituida por tiempo determinado, a no
intervenir justo motivo, como el de faltar uno de los compañeros a sus obligaciones, el de
inhabilitarse para los negocios sociales, u otro semejante, a juicio de los tribunales.
Artículo 1599. — Reglas que rigen la partición entre los socios. (31 L.P.R.A. § 4399)
La partición entre socios se rige por las reglas de la de las herencias, así en su forma como en
las obligaciones que de ella resultan. Al socio de industria no puede aplicarse ninguna parte de los
bienes aportados, sino sólo sus frutos y los beneficios, conforme a lo dispuesto en el Artículo 1580,
a no haberse pactado expresamente lo contrario.
Por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio o hacer alguna cosa,
por cuenta o encargo de otra.
Se conocerá como Poder Duradero aquel mandato hecho mediante escritura pública para la
administración de sus bienes y para cualquier otro asunto, que contenga en forma expresa una
disposición donde se establezca que el mismo será efectivo y válido, aun después de que el
otorgante sobrevenga una incapacidad o sea declarado incapaz judicialmente. Será deber del
Notario incluir en la escritura de Poder Duradero una cláusula en la que haga constar que advirtió
al mandante sobre la naturaleza y consecuencias del Poder Duradero que se propone otorgar.
En el caso de que el Poder Duradero disponga para la enajenación de una o más propiedades
inmuebles de las que el Mandante sea dueño, en todo o en parte, se deberá incluir la descripción
de las mismas. Deberá igualmente identificarse la propiedad inmueble del cual el Mandante es
dueño, en todo o en parte, y que constituya su residencia. De desear el Mandante que dicho Poder
incluya cualquier propiedad que se adquiera posteriormente a su firma, así deberá expresarlo en el
documento. El mandante podrá excluir de la autorización concedida cualquier bien o acto que así
desee.
Todas las demás disposiciones de este Código relacionadas con el contrato de mandato serán
aplicables al Poder Duradero, siempre que no sean contrarias a lo dispuesto en los Artículos 1600A
al 1600C.
Para transigir, enajenar, hipotecar o ejecutar cualquier otro acto de riguroso dominio se necesita
mandato expreso.
La facultad de transigir no autoriza para comprometer en árbitros o amigables componedores.
Artículo 1605. — Límites del mandato no pueden traspasarse. (31 L.P.R.A. § 4426)
No se consideran traspasados los límites del mandato si fuese cumplido de una manera más
ventajosa para el mandante que la señalada por éste.
Artículo 1607. — Menor emancipado puede ser mandatario. (31 L.P.R.A. § 4428)
El menor emancipado puede ser mandatario; pero el mandante sólo tendrá acción contra él en
conformidad a lo dispuesto respecto a las obligaciones de los menores.
Artículo 1608. — Cuando el mandatario obra en su propio nombre. (31 L.P.R.A. § 4429)
Cuando el mandatario obra en su propio nombre, el mandante no tiene acción contra las
personas con quienes el mandatario ha contratado, ni éstas tampoco contra el mandante.
En este caso el mandatario es el obligado directamente en favor de la persona con quien ha
contratado, como si el asunto fuera personal suyo. Exceptúase el caso en que se trate de cosas
propias del mandante.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de las acciones entre mandante y
mandatario.
El mandatario queda obligado por la aceptación a cumplir el mandato, y responde de los daños
y perjuicios que, de no ejecutarlo, se ocasionen al mandante.
Debe también acabar el negocio que ya estuviese comenzado al morir el mandante, si hubiere
peligro en la tardanza.
Artículo 1610. — Instrucciones del mandante serán observadas. (31 L.P.R.A. § 4442)
Todo mandatario está obligado a dar cuenta de sus operaciones y a abonar al mandante cuanto
haya recibido en virtud del mandato, aun cuando lo recibido no se debiera al segundo.
Artículo 1612. — Nombramiento de substituto; responsabilidad por sus actos. (31 L.P.R.A.
§ 4444)
Artículo 1613. — Acción del mandante contra el substituto. (31 L.P.R.A. § 4445)
En los casos comprendidos en los dos números del artículo anterior puede además el mandante
dirigir su acción contra el substituto.
El mandatario debe intereses de las cantidades que aplicó a usos propios desde el día en que lo
hizo, y de las que quede debiendo después de fenecido el mandato, desde que se haya constituido
en mora.
El mandatario que obre en concepto de tal no es responsable personalmente a la parte con quien
contrata sino cuando se obliga a ello expresamente o traspasa los límites del mandato sin darle
conocimiento suficiente de sus poderes.
El mandatario es responsable, no solamente del dolo, sino también de la culpa, que deberá
estimarse con más o menos rigor por los tribunales según que el mandato haya sido o no retribuido.
El mandante debe cumplir todas las obligaciones que el mandatario haya contraído dentro de
los límites del mandato.
En lo que el mandatario se haya excedido, no queda obligado el mandante sino cuando lo
ratifica expresa o tácitamente.
El mandante debe anticipar al mandatario, si éste lo pide, las cantidades necesarias para la
ejecución del mandato.
Si el mandatario las hubiere anticipado, debe reembolsarlas el mandante, aunque el negocio no
haya salido bien, con tal que esté exento de culpa el mandatario.
El reembolso comprenderá los intereses de la cantidad anticipada, a contar desde el día en que
se hizo la anticipación.
Debe también el mandante indemnizar al mandatario de todos los daños y perjuicios que le
haya causado el cumplimiento del mandato, sin culpa ni imprudencia del mismo mandatario.
El mandatario podrá retener en prenda las cosas que son objeto del mandato hasta que el
mandante realice la indemnización y reembolso de que tratan los dos artículos anteriores.
Artículo 1622. — Responsabilidad solidaria de dos o más mandantes. (31 L.P.R.A. § 4465)
Si dos o más personas han nombrado un mandatario para un negocio común, le quedan
obligadas solidariamente para todos los efectos del mandato.
El mandato se acaba:
(1) Por su revocación.
(2) Por la renuncia del mandatario.
(3) Por muerte, quiebra o insolvencia del mandante o del mandatario.
(4) Por la incapacidad del mandante de administrar sus bienes, a menos que se haya otorgado un
Poder Duradero, según se dispone en el Artículo 1600A.
Rev. 25 de noviembre de 2020 www.ogp.pr.gov Página 296 de 350
“Código Civil de Puerto Rico”, Edición de 1930 según enmendado. DEROGADO
Artículo 1625. — Efecto de la revocación con respecto a tercero. (31 L.P.R.A. § 4483)
Cuando el mandato se haya dado para contratar con determinadas personas, su revocación no
puede perjudicar a éstas si no se les ha hecho saber.
Artículo 1628. — Tiempo que el mandatario continuará como tal. (31 L.P.R.A. § 4486)
El mandatario, aunque renuncie al mandato con justa causa, debe continuar su gestión hasta
que el mandante haya podido tomar las disposiciones necesarias para ocurrir a esta falta.
Artículo 1629. — Actos del mandatario después de la muerte del mandante u otra
terminación del mandato. (31 L.P.R.A. § 4487)
Lo hecho por el mandatario, ignorando la muerte del mandante u otra cualquiera de las causas
que hacen cesar el mandato, es válido y surtirá todos sus efectos respecto a los terceros que hayan
contratado con él de buena fe.
De cualquier contrato efectuado por el mandatario, en las circunstancias a que se refiere el
párrafo anterior, o cuyo cumplimiento sea reclamado al mandante o a sus herederos, con
posterioridad a cualquiera de las causas que extinguen el mandato, deberá presentarse prueba
documental auténtica, y, si ésta no existiere, el contrato deberá justificarse satisfactoriamente.
Artículo 1630. — Diligencia de los herederos a la muerte del mandatario. (31 L.P.R.A. § 4488)
Disposición general
Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna cosa no fungible para
que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se llama comodato, o dinero u otra
cosa fungible, con condición de volver otro tanto de la misma especie y calidad, en cuyo caso
conserva simplemente el nombre de préstamo.
El comodato es esencialmente gratuito.
El simple préstamo puede ser gratuito o con pacto de pagar interés.
Artículo 1632. — Derechos del comodante y del comodatario. (31 L.P.R.A. § 4521)
Las obligaciones y derechos que nacen del comodato pasan a los herederos de ambos
contrayentes, a no ser que el préstamo se haya hecho en contemplación a la persona del
comodatario, en cuyo caso los herederos de éste no tienen derecho a continuar en el uso de la cosa
prestada.
Artículo 1634. — Gastos ordinarios para uso y conservación. (31 L.P.R.A. § 4531)
El comodatario está obligado a satisfacer los gastos ordinarios que sean de necesidad para el
uso y conservación de la cosa prestada.
Si el comodatario destina la cosa a uso distinto de aquél para que se prestó, o la conserva en su
poder más tiempo del convenido, será responsable de su pérdida, aunque ésta sobrevenga por caso
fortuito.
Si la cosa prestada se entregó con tasación y se pierde, aunque sea por caso fortuito, responderá
el comodatario del precio, a no haber pacto en que expresamente se le exima de responsabilidad.
Artículo 1637. — Comodatario no es responsable del deterioro por el uso. (31 L.P.RA. § 4534)
El comodatario no responde de los deterioros que sobrevengan a la cosa prestada por el solo
efecto del uso y sin culpa suya.
Todos los comodatarios a quienes se presta conjuntamente una cosa responden solidariamente
de ella, al tenor de lo dispuesto en esta Sección.
El comodante no puede reclamar la cosa prestada sino después de concluido el uso para que la
prestó. Sin embargo, si antes de estos plazos tuviere el comodante urgente necesidad de ella, podrá
reclamar la restitución.
Artículo 1641. — Cuando no se pacta la duración del comodato. (31 L.P.R.A. § 4552)
Si no se pactó la duración del comodato ni el uso a que había de destinarse la cosa prestada, y
éste no resulta determinado por la costumbre de la tierra, puede el comodante reclamarla a su
voluntad.
En caso de duda, incumbe la prueba al comodatario.
El comodante debe abonar los gastos extraordinarios causados durante el contrato para la
conservación de la cosa prestada, siempre que el comodatario lo ponga en su conocimiento antes
de hacerlos, salvo cuando fueren tan urgentes que no pueda esperarse el resultado del aviso sin
peligro.
El comodante que, conociendo los vicios de la cosa prestada, no los hubiese hecho saber al
comodatario responderá a éste de los daños que por aquella causa hubiese sufrido.
Artículo 1644. — Préstamo simple, naturaleza del mismo. (31 L.P.R.A. § 4571)
El que recibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su propiedad, y está obligado
a devolver al acreedor otro tanto de la misma especie y calidad.
Artículo 1645. — Obligación del que toma a préstamo dinero, cosa fungible o metal. (31
L.P.R.A. § 4572)
La obligación del que toma dinero a préstamo se regirá por lo dispuesto en el Artículo 1124 de
este Código.
Si lo prestado es otra cosa fungible, o una cantidad de metal no amonedado, el deudor debe
una cantidad igual a la recibida y de la misma especie y calidad, aunque sufra alteración en su
precio.
El prestatario que ha pagado intereses sin estar estipulados no puede reclamarlos ni imputarlos
al capital.
Los establecimientos de préstamos sobre prendas quedan además sujetos a los reglamentos que
les conciernen.
Artículo 1649. — Tipo de interés a falta de contrato; máximo del tipo fijado por convenio
especial. (31 L.P.R.A. § 4591)
A falta de un contrato previo escrito, el tipo de interés sobre préstamos o prórrogas de dinero
o mercancías o sobre cualquier clase de obligación o contrato será de seis (6) dólares anuales sobre
cada cien (100) dólares o sobre su equivalente en valor, y al mismo tipo por una suma mayor o
menor, o por un período más largo o más corto; Disponiéndose, sin embargo, que no podrá fijarse
un tipo de interés, por convenio especial, que sea mayor de nueve (9) dólares anuales sobre cada
cien (100) dólares o sobre su equivalente en valor, cuando el capital objeto del préstamo o del
convenio no exceda de $3,000 y de ocho (8) dólares anuales por cada cien (100) dólares, cuando
pase de dicha cantidad. Dentro de los límites que por este Código se fijan, será legal descontar
letras y pagarés y otras obligaciones análogas.
El Artículo 1649 no será aplicable a los préstamos hechos por los prestamistas matriculados, o
a los bonos y contratos sobre préstamos a la gruesa y a riesgo marítimo.
Excepto como queda autorizado por el artículo anterior, ninguna persona podrá exigir o recibir,
directa o indirectamente, dinero o mercancías, a un tipo de interés mayor por el préstamo o la
prórroga del préstamo de algún dinero, que el tipo fijado por este Capítulo. Nada de lo contenido
en este Capítulo se interpretará en el sentido de prohibir la venta de efectos al contado a un precio
más bajo que al crédito.
Contrato no podrá hacerse efectivo.- Ningún contrato en el cual se reserve, acepte o asegure,
o se convenga en reservar, aceptar o asegurar, un tipo de interés mayor que el que se permite por
este Capítulo, podrá hacerse efectivo en un tribunal de Puerto Rico, sino por el importe del capital
adeudado; y el tribunal deberá, además, disponer en la sentencia condenando al deudor al pago del
capital que el acreedor recobre solamente de su deudor el setenta y cinco (75) por ciento de dicho
capital y que el veinticinco (25) por ciento restante sea adjudicado y recobrado por el Estado Libre
Asociado de Puerto Rico, quien podrá obtener mandamiento de ejecución, del mismo modo que el
demandante, y sin preferencia sobre el montante adjudicado a éste, para hacer efectivo el
veinticinco (25) por ciento así adjudicado.
Los derechos definidos en esta sección no son renunciables.
Artículo 1653. — Recobro de cantidades pagadas de más sobre el interés legal. (31 L.P.R.A.
§ 4595)
Cualquier persona que por un préstamo o su prórroga pagase o entregase una suma o valor
mayor que el fijado por la ley, como tipo legal, podrá por sí o por medio de sus representantes,
dentro de un (1) año después de hecho el pago o la entrega, recobrar, por medio de un juicio, el
exceso de dinero o valor pagado de más sobre el interés legal, de la persona, o su representante,
que lo haya aceptado o recibido.
Artículo 1654. — Reembolso de dinero o renuncia del derecho a interés ilegal. (31 L.P.R.A. §
4596)
A cualquier persona que reembolsase o devolviese algún dinero, mercancías u otras cosas
tomadas, aceptadas o recibidas en violación de este Capítulo, o que, por medio de un documento
entregado a la otra parte del contrato, ya antes de iniciarse el juicio para la suspensión de la validez
del mismo, o ya antes de que, en un juicio iniciado para hacer cumplir el contrato interponga el
demandado como defensa la acusación de usura, o que renunciase de una manera efectiva el
derecho a interés, descuento o valor reservado o retenido en violación de este Capítulo, se le
relevará de futura multa, penalidad o castigo, y el contrato desde la fecha del reembolso,
devolución o renuncia por escrito, será válido y efectivo.
Al calcular intereses, un mes se considerará como una dozava parte del año y consistente en
treinta (30) días, y los intereses por cualquier número de días menos de un mes serán calculados
por la proporción de dicho número de días con relación al de treinta (30).
Artículo 1656. — Alegación de usura como defensa separada. (31 L.P.R.A. § 4598)
Cuando una persona, basándose en las prescripciones de este Capítulo, con el propósito de
anular un contrato que estipulase el pago de un tipo mayor de interés o de compensación, por un
préstamo o prórroga de dinero o mercancías, pretenda aprovecharse de dichas prescripciones en
un juicio iniciado para obligar al cumplimiento de dicho contrato, interpondrá en su defensa, aparte
de la que haga por usura, los hechos concretos que constituyan una violación de dichas secciones.
Nada de lo contenido en este Capítulo, podrá interpretarse en el sentido de ser aplicado a los
pagos efectuados de intereses por contratos, verificados antes de decretarse las disposiciones de
dichas secciones, en los cuales se haya estipulado un tipo distinto de interés del que aquí se
consigna; ni al pago de intereses fundándose en sentencias a fallos pronunciados respecto de
contratos, efectuados antes de decretarse las disposiciones de este Capítulo, en los cuales se
especificó otro o distinto tipo de interés.
Se constituye el depósito desde que uno recibe la cosa ajena con la obligación de guardarla y
de restituirla.
Artículo 1661. — Objeto debe ser cosa mueble. (31 L.P.R.A. § 4642)
Artículo 1663. — Depósito voluntario, definición; quién puede hacerlo. (31 L.P.R.A. § 4651)
Depósito voluntario es aquél en que se hace la entrega por la voluntad del depositante. También
puede realizarse el depósito por dos o más personas que se crean con derecho a la cosa depositada,
en un tercero que hará la entrega en su caso a la que corresponda.
Artículo 1664. — Aceptación de depósito hecho por persona incapacitada. (31 L.P.R.A. §
4652)
Si una persona capaz de contratar acepta el depósito hecho por otra incapaz, queda sujeta a
todas las obligaciones del depositario, y puede ser obligada a la devolución por el tutor, curador o
administrador de la persona que hizo el depósito, o por esta misma, si llega a tener capacidad.
Artículo 1665. — Depósito hecho por persona capaz en otra que no lo es. (31 L.P.R.A. § 4653)
Si el depósito ha sido hecho por una persona capaz en otra que no lo es, sólo tendrá el
depositante acción para reivindicar la cosa depositada mientras exista en poder del depositario, o
a que éste le abone la cantidad en que se hubiese enriquecido con la cosa o con el precio.
El depositario está obligado a guardar la cosa y restituirla, cuando le sea pedida, al depositante,
o a sus causahabientes, o a la persona que haya sido designada en el contrato. Su responsabilidad,
en cuanto a la guarda y la pérdida de la cosa, se regirá por lo dispuesto en el Título I de este Libro.
Artículo 1667. — Permiso necesario para usar la cosa depositada. (31 L.P.R.A. § 4662)
El depositario no puede servirse de la cosa depositada sin permiso expreso del depositante.
En caso contrario, responderá de los daños y perjuicios.
Artículo 1668. — Efecto del permiso para usar la cosa depositada; presunción y prueba. (31
L.P.R.A. § 4663)
Cuando el depositario tiene permiso para servirse o usar de la cosa depositada, el contrato
pierde el concepto de depósito y se convierte en préstamo o comodato.
El permiso debe probarse. — El permiso no se presume, debiendo probarse su existencia.
Artículo 1669. — Entrega de la cosa depositada cerrada y sellada; determinación del valor.
(31 L.P.R.A. § 4664)
El depositario no puede exigir que el depositante pruebe ser propietario de la cosa depositada.
Sin embargo, si llega a descubrir que la cosa ha sido hurtada y quién es su verdadero dueño,
debe hacer saber a éste el depósito.
Si el dueño, a pesar de esto, no reclama en el término de un (1) mes, quedará libre de toda
responsabilidad el depositario, devolviendo la cosa depositada a aquél de quien la recibió.
Artículo 1672. — Derechos de los depositantes cuando no son solidarios y la cosa es divisible;
depositantes solidarios o cosa indivisible. (31 L.P.R.A § 4667)
Cuando sean dos o más los depositantes, si no fueren solidarios y la cosa admitiere división,
no podrá pedir cada uno de ellos más que su parte.
Cuando haya solidaridad, o la cosa no admita división, regirá lo dispuesto en los Artículos
1094 y 1095 de este Código.
Artículo 1673. — Pérdida de la capacidad del depositante para contratar. (31 L.P.R.A. §
4668)
Cuando al hacerse el depósito se designó lugar para la devolución, el depositario debe llevar a
él la cosa depositada; pero los gastos que ocasione la traslación serán de cargo del depositante.
No habiéndose designado lugar para la devolución deberá ésta hacerse en el en que se halle la
cosa depositada, aunque no sea el mismo en que se hizo el depósito, con tal que no haya intervenido
malicia de parte del depositario.
El depósito debe ser restituido al depositante cuando lo reclame, aunque en el contrato se haya
fijado un plazo o tiempo determinado para la devolución.
Esta disposición no tendrá lugar cuando judicialmente haya sido embargado el depósito en
poder del depositario, o se haya notificado a éste la oposición de un tercero a la restitución o
traslación de la cosa depositada.
El depositario que tenga justos motivos para no conservar el depósito, podrá aun antes del
término designado, restituirlo al depositante; y si éste lo resiste, podrá obtener del tribunal o juez
su consignación.
Artículo 1677. — Pérdida de la cosa por fuerza mayor y recibo de otra. (31 L.P.R.A. § 4672)
El depositario que por fuerza mayor hubiese perdido la cosa depositada y recibido otra en su
lugar, estará obligado a entregar ésta al depositante.
Artículo 1678. — Obligación del heredero del depositario que venda la cosa depositada. (31
L.P.R.A. § 4673)
El heredero del depositario que de buena fe haya vendido la cosa que ignoraba ser depositada
sólo está obligado a restituir el precio que hubiese recibido o a ceder sus acciones contra el
comprador en el caso de que el precio no se le haya pagado.
Artículo 1679. — Reembolso de gastos e indemnización por perjuicios. (31 L.P.R.A. § 4681)
El depositante está obligado a reembolsar al depositario los gastos que haya hecho para la
conservación de la cosa depositada y a indemnizarle de todos los perjuicios que se le hayan seguido
del depósito.
Artículo 1680. — Retención de la cosa por el depositario hasta el completo pago. (31 L.P.R.A.
§ 4682)
El depositario puede retener en prenda la cosa depositada hasta el completo pago de lo que se
le deba por razón del depósito.
Es necesario el depósito:
(1) Cuando se hace en cumplimiento de una obligación legal.
(2) Cuando tiene lugar con ocasión de alguna calamidad, como incendio, ruina, saqueo, naufragio
u otras semejantes.
El depósito comprendido en el número (1) del artículo anterior se regirá por las disposiciones
de la ley que lo establezca y, en su defecto, por las del depósito voluntario.
El comprendido en el número (2) se regirá por las reglas del depósito voluntario.
Artículo 1683. — Depósito en mesones de los efectos de los viajeros; responsabilidad de los
mesoneros. (31 L.P.R.A. § 4693)
Se reputa también depósito necesario el de los efectos introducidos por los viajeros en las
fondas y mesones. Los fondistas o mesoneros responden de ellos como tales depositarios, con tal
que se hubiese dado conocimiento a los mismos, o a sus dependientes, de los efectos introducidos
en su casa, y que los viajeros por su parte observen las prevenciones que dichos posaderos o sus
substitutos les hubiesen hecho sobre cuidado y vigilancia de los efectos.
La responsabilidad a que se refiere el artículo anterior comprende los daños hechos en los
efectos de los viajeros, tanto por los criados o dependientes de los fondistas o mesoneros, como
por los extraños; pero no los que provengan de robo a mano armada, o sean ocasionados por otro
suceso de fuerza mayor.
El secuestro puede tener por objeto así los bienes muebles como los inmuebles.
Artículo 1687. — Cuándo puede el depositario quedar libre de su cargo. (31 L.P.R.A. § 4713)
El depositario de los bienes u objetos secuestrados no puede quedar libre de su cargo hasta que
se termine la controversia que lo motivó, a no ser que el tribunal o juez lo ordenare por consentir
en ello todos los interesados o por otra causa legítima.
El depositario de bienes secuestrados está obligado a cumplir respecto de ellos todas las
obligaciones de un buen padre de familia.
Artículo 1689. — Disposiciones que regirán el secuestro judicial. (31 L.P.R.A. § 4715)
En lo que no se hallare dispuesto en este Código, el secuestro judicial se regirá por las
disposiciones de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Por el contrato aleatorio, una de las partes, o ambas recíprocamente, se obligan a dar o hacer
alguna cosa en equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer para el caso de un
acontecimiento incierto, o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado.
Artículos 1691 — 1697. — Derogados. [Ley Núm. 77 de 19 de julio de 1957, Art. 41.010] (31
L.P.R.A. §§ 4751 a 4757 nota)
Artículo 1698. — Derechos del que gana y del que pierde. (31 L.P.R.A. § 4771)
La ley no concede acción para reclamar lo que se gana en un juego de suerte, envite o azar;
pero el que pierde no puede repetir lo que haya pagado voluntariamente, a no ser que hubiese
mediado dolo, o que fuera menor, o estuviera inhabilitado para administrar sus bienes.
Artículo 1699. — Disposiciones aplicables a las apuestas; apuestas prohibidas. (31 L.P.R.A.
§ 4772)
Artículo 1700. — Juegos que contribuyen al ejercicio del cuerpo. (31 L.P.R.A. § 4773)
No se consideran prohibidos los juegos que contribuyen al ejercicio del cuerpo, como lo son
los que tienen por objeto adiestrarse en el manejo de las armas, las carreras a pie o a caballo, las
de carros, el juego de pelota y otros de análoga naturaleza.
El contrato aleatorio de renta vitalicia obliga al deudor a pagar una pensión o rédito anual
durante la vida de una o más personas determinadas por un capital en bienes muebles o inmuebles,
cuyo dominio se le transfiere desde luego con la carga de la pensión.
Artículo 1703. — Personas sobre cuyas vidas o a cuyo favor puede constituirse. (31 L.P.R.A.
§ 4792)
Puede constituirse la renta sobre la vida del que da el capital, sobre la de un tercero o sobre la
de varias personas.
También puede constituirse a favor de aquella o aquellas personas sobre cuya vida se otorga,
o a favor de otra u otras personas distintas.
Artículo 1704. — Renta sobre la vida de persona fallecida o que fallece dentro de veinte días.
(31 L.P.R.A. § 4793)
Es nula la renta constituida sobre la vida de una persona muerta a la fecha del otorgamiento, o
que en el mismo tiempo se halle padeciendo una enfermedad que llegue a causar su muerte dentro
de los veinte (20) días siguientes a aquella fecha.
La falta de pago de las pensiones vencidas no autoriza al perceptor de la renta vitalicia a exigir
el reembolso del capital ni a volver a entrar en la posesión del predio enajenado; sólo tendrá
derecho a reclamar judicialmente el pago de las rentas atrasadas y el aseguramiento de las futuras.
Artículo 1706. — Pago de la renta correspondiente al año en que muere el que la disfruta.
(31 L.P.R.A. § 4795)
La renta correspondiente al año en que muere el que la disfruta, se pagará en proporción a los
días que hubiese vivido; si debía satisfacerse por plazos adelantados, se pagará el importe total del
plazo que durante su vida hubiese empezado a correr.
Artículo 1707. — Renta puede eximirse de embargo por deudas. (31 L.P.R.A. § 4796)
El que constituye a título gratuito una renta sobre sus bienes, puede disponer al tiempo del
otorgamiento que no estará sujeta dicha renta a embargo por obligaciones del pensionista.
Artículo 1708. — Prueba de la existencia de la persona sobre cuya vida se constituye la renta.
(31 L.P.R.A. § 4797)
No puede reclamarse la renta sin justificar la existencia de la persona sobre cuya vida esté
constituida.
La transacción es un contrato por el cual las partes, dando, prometiendo o reteniendo cada una
alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o ponen término al que había comenzado.
Artículo 1710. — Transacción por el tutor o padre sobre los derechos del pupilo o hijo. (31
L.P.R.A. § 4822)
El tutor no puede transigir sobre los derechos de la persona que tiene en guarda sino en la
forma prescrita en el número (12) del Artículo 212 y en el Artículo 214, Capítulo VII, Título X,
Libro Primero de este Código.
El padre, y en su caso la madre, pueden transigir sobre los bienes y derechos del hijo que
tuvieren bajo su potestad; pero si el valor del objeto sobre que recaiga la transacción excediera de
quinientos (500) dólares, no surtirá ésta efecto sin la aprobación judicial.
Las corporaciones que tengan personalidad jurídica sólo podrán transigir en la forma y con los
requisitos que necesiten para enajenar sus bienes.
Artículo 1712. — Transacción sobre la acción civil proveniente de delito. (31 L.P.R.A. § 4824)
Se puede transigir sobre la acción civil proveniente de un delito; pero no por eso se extinguirá
la acción pública para la imposición de la pena legal.
Artículo 1713. — Estado civil, cuestiones matrimoniales o alimentos futuros. (31 L.P.R.A. §
4825)
No se puede transigir sobre el estado civil de las personas, ni sobre las cuestiones
matrimoniales, ni sobre alimentos futuros.
La transacción no comprende sino los objetos expresados determinadamente en ella, o que, por
una inducción necesaria de sus palabras, deban reputarse comprendidos en la misma.
La renuncia general de derechos se entiende sólo de los que tienen relación con la disputa sobre
que ha recaído la transacción.
Artículo 1715. — Transacción tiene autoridad de cosa juzgada. (31 L.P.R.A. § 4827)
La transacción tiene para las partes la autoridad de la cosa juzgada; pero no procederá la vía
de apremio sino tratándose del cumplimiento de la transacción judicial.
Artículo 1716. — Error, dolo, violencia o falsedad de documentos. (31 L.P.R.A. § 4828)
La transacción en que intervenga error, dolo, violencia o falsedad de documentos está sujeta a
lo dispuesto en el Artículo 1217 de este Código.
Sin embargo, no podrá una de las partes oponer el error de hecho a la otra siempre que ésta se
haya apartado por la transacción de un pleito comenzado.
Si estando decidido un pleito por sentencia firme, se celebrare transacción sobre él por ignorar
la existencia de la sentencia firme alguna de las partes interesadas, podrá ésta pedir que se rescinda
la transacción.
La ignorancia de una sentencia que pueda revocarse no es causa para atacar la transacción.
Las mismas personas que pueden transigir pueden comprometer en un tercero la decisión de
sus contiendas.
Por la fianza se obliga uno a pagar o cumplir por un tercero, en el caso de no hacerlo éste.
Si el fiador se obligare solidariamente con el deudor principal, se observará lo dispuesto en la
Sección IV, Capítulo III, Título I de este Libro.
Artículo 1722. — Clases de fianza; a favor de quién puede constituirse. (31 L.P.R.A. § 4872)
Artículo 1724. — Fianza como garantía de deudas futuras. (31 L.P.R.A. § 4874)
Puede también prestarse fianza en garantía de deudas futuras, cuyo importe no sea aún
conocido; pero no se podrá reclamar contra el fiador hasta que la deuda sea líquida.
Artículo 1725. — Obligaciones del fiador limitadas a las del deudor principal. (31 L.P.R.A. §
4875)
El fiador puede obligarse a menos, pero no a más que el deudor principal, tanto en la cantidad
como en lo oneroso de las condiciones.
Si se hubiera obligado a más, se reducirá su obligación a los límites de la del deudor.
La fianza no se presume; debe ser expresa y no puede extenderse a más de lo contenido en ella.
Si fuere simple o indefinida, comprenderá no sólo la obligación principal, sino todos sus
accesorios, inclusos los gastos del juicio, entendiéndose respecto de éstos, que no responderá sino
de los que se hayan devengado después que haya sido requerido el fiador para el pago.
Artículo 1727. — Requisitos del fiador; jurisdicción del tribunal. (31 L.P.R.A. § 4877)
El obligado a dar fiador debe presentar persona que tenga capacidad para obligarse y bienes
suficientes para responder de la obligación que garantiza. El fiador se entenderá sometido a la
jurisdicción del tribunal o juez del lugar donde esta obligación deba cumplirse.
Si el fiador viniere al estado de insolvencia, puede el acreedor pedir otro que reúna las
cualidades exigidas en el artículo anterior. Exceptúase el caso de haber exigido y pactado el
acreedor que se le diera por fiador una persona determinada.
Artículo 1729. — Cuándo puede obligarse al fiador a que pague al acreedor. (31 L.P.R.A. §
4891)
El fiador no puede ser compelido a pagar al acreedor sin hacerse antes excusión de todos los
bienes del deudor.
(4) Cuando éste no pueda ser demandado judicialmente dentro de Puerto Rico.
Para que el fiador pueda aprovecharse del beneficio de la excusión, debe oponerlo al acreedor
luego que éste le requiera para el pago, y señalarle bienes del deudor realizables dentro del Estado
Libre Asociado de Puerto Rico, que sean suficientes para cubrir el importe de la deuda.
Cumplidas por el fiador todas la condiciones del artículo anterior, el acreedor negligente en la
excusión de los bienes señalados es responsable, hasta donde ellos alcancen, de la insolvencia del
deudor que por aquel descuido resulte.
Artículo 1733. — Citación del fiador por el acreedor. (31 L.P.R.A. § 4895)
El acreedor podrá citar al fiador cuando demande al deudor principal, pero quedará siempre a
salvo el beneficio de excusión, aunque se dé sentencia contra los dos.
La transacción hecha por el fiador con el acreedor no surte efecto para con el deudor principal.
La hecha por éste tampoco surte efecto para con el fiador, contra su voluntad.
El fiador de un fiador goza del beneficio de excusión, tanto respecto del fiador como del deudor
principal.
Siendo varios los fiadores de un mismo deudor y por una misma deuda, la obligación a
responder de ella se divide entre todos. El acreedor no puede reclamar a cada fiador sino la parte
que le corresponda satisfacer, a menos que se haya estipulado expresamente la solidaridad.
El beneficio de división contra los cofiadores cesa en los mismos casos y por las mismas causas
que el de excusión contra el deudor principal.
El fiador que paga por el deudor, debe ser indemnizado por éste.
La indemnización comprende:
(1) La cantidad total de la deuda.
(2) Los intereses legales de ella desde que se haya hecho saber el pago al deudor, aunque no lo
produjese para el acreedor.
(3) Los gastos ocasionados al fiador después de poner éste en conocimiento del deudor que ha sido
requerido para el pago.
(4) Los daños y perjuicios, cuando procedan.
La disposición de este artículo tiene lugar aunque la fianza se haya dado ignorándolo el deudor.
El fiador se subroga por el pago en los derechos que el acreedor tenía contra el deudor.
Si ha transigido con el acreedor, no puede pedir al deudor más de los que realmente haya
pagado.
Artículo 1739. — Pago por el fiador sin comunicárselo al deudor. (31 L.P.R.A. § 4913)
Si el fiador paga sin ponerlo en noticia del deudor, podrá éste hacer valer contra él todas las
excepciones que hubiera podido oponer al acreedor al tiempo de hacerse el pago.
Artículo 1740. — Pago antes del vencimiento de la deuda. (31 L.P.R.A. § 4914)
Si la deuda era a plazo y el fiador la pagó antes de su vencimiento, no podrá exigir reembolso
del deudor hasta que el plazo venza.
Artículo 1741. — Pago por el deudor ignorando que el fiador también ha pagado. (31
L.P.R.A. § 4915)
Si el fiador ha pagado sin ponerlo en noticia del deudor, y éste, ignorando el pago, lo repite
por su parte, no queda al primero recurso alguno contra el segundo, pero sí contra el acreedor.
Artículo 1742. — Acción del fiador contra el deudor antes del pago. (31 L.P.R.A §. 4916)
El fiador, aun antes de haber pagado, puede proceder contra el deudor principal:
(1) Cuando se ve demandado judicialmente para el pago.
(2) En caso de quiebra, concurso o insolvencia.
(3) Cuando el deudor se ha obligado a relevarle de la fianza en un plazo determinado, y este plazo
ha vencido.
(4) Cuando la deuda ha llegado a hacerse exigible, por haber cumplido el plazo en que debe
satisfacerse.
(5) Al cabo de diez (10) años, cuando la obligación principal no tiene término fijo para su
vencimiento, a menos que sea de tal naturaleza que no pueda extinguirse sino en un plazo mayor
de los diez (10) años.
En todos estos casos la acción del fiador tiende a obtener relevación de la fianza o una garantía
que lo ponga a cubierto de los procedimientos del acreedor y del peligro de insolvencia en el
deudor.
Artículo 1743. — Derechos del fiador que paga la deuda contra los demás fiadores. (31
L.P.R.A. § 4931)
Cuando son dos o más los fiadores de un mismo deudor y por una misma deuda, el que de ellos
la haya pagado podrá reclamar de cada uno de los otros la parte que proporcionalmente le
corresponda satisfacer.
Si alguno de ellos resultare insolvente, la parte de éste recaerá sobre todos en la misma
proporción.
Para que pueda tener lugar la disposición de este artículo, es preciso que se haya hecho el pago
en virtud de demanda judicial, o hallándose el deudor principal en estado de concurso o quiebra.
Artículo 1744. — Excepciones que pueden oponerse por los cofiadores. (31 L.P.R.A. § 4932)
En el caso del artículo anterior podrán los cofiadores oponer al que pagó las mismas
excepciones que habrían correspondido al deudor principal contra el acreedor y que no fueren
puramente personales del mismo deudor.
Artículo 1745. — Responsabilidad del subfiador en caso de insolvencia del fiador. (31
L.P.RA. §. 4933)
El subfiador, en caso de insolvencia del fiador por quien se obligó, queda responsable a los
cofiadores en los mismos términos que lo estaba el fiador.
La obligación del fiador se extingue al mismo tiempo que la del deudor, y por las mismas
causas que las demás obligaciones.
Artículo 1747. — Confusión del deudor y fiador por herencia. (31 L.P.R.A. § 4952)
La confusión que se verifica en la persona del deudor y en la del fiador cuando uno de ellos
hereda al otro, no extingue la obligación del subfiador.
Artículo 1749. — Liberación de un fiador por el acreedor sin el consentimiento de los otros.
(31 L.P.R.A. § 4954)
La liberación hecha por el acreedor a uno de los fiadores, sin el consentimiento de los otros
aprovecha a todos hasta donde alcance la parte del fiador a quien se ha otorgado.
Artículo 1750. — Prórroga concedida al deudor por el acreedor. (31 L.P.R.A. § 4955)
La prórroga concedida al deudor por el acreedor sin el consentimiento del fiador extingue la
fianza.
Artículo 1751. — Actuación del acreedor que impide la subrogación. (31 L.P.R.A. § 4956)
Los fiadores, aunque sean solidarios, quedan libres de su obligación siempre que por algún
hecho del acreedor no puedan quedar subrogados en los derechos, hipotecas y privilegios del
mismo.
Artículo 1752. — Excepciones que el fiador puede oponer al acreedor. (31 L.P.R.A. § 4957)
El fiador puede oponer al acreedor todas las excepciones que competan al deudor principal y
sean inherentes a la deuda, mas no las que sean puramente personales del deudor.
Artículo 1753. — Cualidades del fiador legal o judicial. (31 L.P.R.A. § 4971)
El fiador que haya de darse por disposición de la ley o de providencia judicial, debe tener las
cualidades prescritas en el Artículo 1727.
Si el obligado a dar fianza en los casos del artículo anterior no la hallase, se le admitirá en su
lugar una prenda o hipoteca que se estime bastante para cubrir su obligación.
Artículo 1756. — Requisitos de los contratos de prenda e hipoteca. (31 L.P.R.A. § 5001)
Es también de esencia de estos contratos que, vencida la obligación principal, puedan ser
enajenadas las cosas en que consiste la prenda o hipoteca para pagar al acreedor.
Artículo 1758. — Acreedor no puede apropiarse ni disponer de cosas. (31 L.P.R.A. § 5003)
El acreedor no puede apropiarse las cosas dadas en prenda o hipoteca, ni disponer de ellas.
Artículo 1759. — Prenda e hipoteca son indivisibles; pago parcial. (31 L.P.R.A. § 5004)
La prenda y la hipoteca son indivisibles, aunque la deuda se divida entre los causahabientes
del deudor o del acreedor.
No podrá, por tanto, el heredero del deudor que haya pagado parte de la deuda pedir que se
extinga proporcionalmente la prenda o la hipoteca mientras la deuda no haya sido satisfecha por
completo.
Tampoco podrá el heredero del acreedor que recibió su parte de la deuda devolver la prenda ni
cancelar la hipoteca en perjuicio de los demás herederos que no hayan sido satisfechos.
Se exceptúa de estas disposiciones el caso en que siendo varias las cosas dadas en hipoteca o
en prenda, cada una de ellas garantice solamente una porción determinada del crédito.
El deudor, en este caso, tendrá derecho a que se extingan la prenda o la hipoteca a medida que
satisfaga la parte de deuda de que cada cosa responda especialmente.
Los contratos de prenda e hipoteca pueden asegurar toda clase de obligaciones, ya sean puras,
ya estén sujetas a condición suspensiva o resolutoria.
Artículo 1761. — Acción sobre la promesa de constituir prenda o hipoteca. (31 L.P.R.A. §
5006)
La promesa de constituir prenda o hipoteca sólo produce acción personal entre los contratantes,
sin perjuicio de la responsabilidad criminal en que incurriere el que defraudase a otro ofreciendo
en prenda o hipoteca como libres las cosas que sabía estaban gravadas, o fingiéndose dueño de las
que no le pertenecen.
Además de los requisitos exigidos en el Artículo 1756, se necesita, para constituir el contrato
de prenda, que se ponga en posesión de ésta al acreedor, o a un tercero de común acuerdo.
Artículo 1763. — Cosas que pueden darse en prenda. (31 L.P.R.A. § 5022)
Pueden darse en prenda todas las cosas muebles que están en el comercio, con tal que sean
susceptibles de posesión.
No surtirá efecto la prenda contra tercero si no consta la certeza de la fecha por documento
auténtico.
Artículo 1765. — Retención por el acreedor hasta que se pague el crédito. (31 L.P.R.A. §
5024)
Artículo 1766. — Cuido de la cosa dada en prenda; gastos; pérdida o deterioro. (31 L.P.R.A.
§ 5025)
El acreedor debe cuidar de la cosa dada en prenda con la diligencia de un buen padre de familia;
tiene derecho al abono de los gastos hechos para su conservación, y responde de su pérdida o
deterioro conforme a las disposiciones de este Código.
Si la prenda produce intereses, compensará el acreedor los que perciba con los que se le deben;
y si no se le deben, o en cuanto excedan de los legítimamente debidos, los imputará al capital.
Mientras no llegue el caso de ser expropiado de la cosa dada en prenda, el deudor sigue siendo
dueño de ella.
Esto no obstante, el acreedor podrá ejercitar las acciones que competan al dueño de la cosa
pignorada para reclamarla o defenderla contra tercero.
Artículo 1769. — Uso por el acreedor de la cosa dada en prenda. (31 L.P.R.A. § 5028)
El acreedor no podrá usar la cosa dada en prenda sin autorización del dueño, y si lo hiciere o
abusare de ella en otro concepto, puede el segundo pedir que se la constituya en depósito.
Artículo 1770. — Restitución sólo puede exigirse al efectuarse el pago. (31 L.P.R.A. § 5029)
No puede el deudor pedir la restitución de la prenda contra la voluntad del acreedor mientras
no pague la deuda y sus intereses, con las expensas en su caso.
Artículo 1771. — Enajenación de la prenda por el acreedor; subasta. (31 L.P.R.A. § 5030)
El acreedor a quien oportunamente no hubiese sido satisfecho su crédito, podrá proceder por
ante notario a la enajenación de la prenda. Esta enajenación habrá de hacerse precisamente en
subasta pública y con citación del deudor y del dueño de la prenda, en su caso. Si en la primera
subasta no hubiese sido enajenada la prenda, podrá celebrarse una segunda con iguales
formalidades; y si tampoco diere resultado, podrá el acreedor hacerse dueño de la prenda. En este
caso estará obligado a dar carta de pago de la totalidad de su crédito.
Respecto a los establecimientos públicos, que por instituto o profesión prestan sobre prendas,
se observarán las leyes y reglamentos especiales que les conciernan y subsidiariamente las
disposiciones de este título.
Artículo 1773. — Hipoteca, bienes que pueden ser objeto de ella. (31 L.P.R.A. § 5041)
Además de los requisitos exigidos en el Artículo 1756, es indispensable, para que la hipoteca
quede válidamente constituida, que el documento en que se constituya sea inscrito en el registro
de la propiedad.
Las personas a cuyo favor establece hipoteca la ley, no tienen otro derecho que el de exigir el
otorgamiento e inscripción del documento en que haya de formalizarse la hipoteca, salvo lo que
dispone la Ley Hipotecaria en favor del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y de los municipios
por el importe de la última anualidad de los tributos, así como de los aseguradores por el premio
del seguro.
Artículo 1775. — Efecto de la hipoteca sobre bienes hipotecados. (31 L.P.R.A §. 5043)
La hipoteca sujeta directa e inmediatamente los bienes sobre que se impone, cualquiera que
sea su poseedor, al cumplimiento de la obligación para cuya seguridad fue constituida.
La hipoteca se extiende a las accesiones naturales, a las mejoras, a los frutos pendientes y
rentas no percibidas al vencer la obligación, y al importe de las indemnizaciones concedidas o
debidas al propietario por los aseguradores de los bienes hipotecados o en virtud de expropiación
por causa de utilidad pública, con las declaraciones, ampliaciones y limitaciones establecidas por
la ley, así en el caso de permanecer la finca en poder del que la hipotecó, como en el de pasar a
manos de un tercero.
El crédito hipotecario puede ser enajenado o cedido a un tercero en todo o en parte, con las
formalidades exigidas por la ley.
Artículo 1778. — Responsabilidad del tercer poseedor de bienes hipotecados. (31 L.P.R.A. §
5046)
El acreedor podrá reclamar del tercer poseedor de los bienes hipotecados el pago de la parte
de crédito asegurado con los que el último posee, en los términos y con las formalidades que la ley
establece.
Artículo 1780. — Pacto a favor del hipotecario que será nulo. (31 L.P.R.A. § 5048)
Se declara nulo el pacto autorizando al hipotecario para adjudicarse la finca del hipotecante
por virtud de incumplimiento del contrato garantizado con la hipoteca.
Artículo 1782. — Responsabilidad del acreedor por contribuciones, cargas y gastos. (31
L.P.R.A. § 5062)
El acreedor, salvo pacto en contrario, está obligado a pagar las contribuciones y cargas que
pesen sobre la finca.
Lo está asimismo a hacer los gastos necesarios para su conservación y reparación.
Se deducirán de los frutos las cantidades que emplee en uno y otro objeto.
Artículo 1783. — Goce del inmueble por el deudor. (31 L.P.R.A. § 5063)
El deudor no puede readquirir el goce del inmueble sin haber pagado antes enteramente a su
acreedor.
Pero éste, para librarse de las obligaciones que le impone el artículo anterior, puede siempre
obligar al deudor a que entre de nuevo en el goce de la finca, salvo pacto en contrario.
Artículo 1784. — Acreedor no adquiere la propiedad del inmueble. (31 L.P.R.A. § 5064)
El acreedor no adquiere la propiedad del inmueble por falta de pago de la deuda dentro del
plazo convenido.
Todo pacto en contrario será nulo. Pero el acreedor en este caso podrá pedir, en la forma que
previene la Ley de Enjuiciamiento Civil, el pago de la deuda o la venta del inmueble.
Artículo 1785. — Intereses pueden ser compensados con frutos. (31 L.P.R.A. § 5065)
Los contratantes pueden estipular que se compensen los intereses de la deuda con los frutos de
la finca dada en anticresis.
Son aplicables a este contrato el último párrafo del Artículo 1756, el párrafo segundo del
Artículo 1765, y los Artículos 1759 y 1760.
Son cuasicontratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que resulta obligado su
autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los interesados.
Artículo 1789. — Diligencia del gestor oficioso; indemnización. (31 L.P.R.A. § 5102)
El gestor oficioso debe desempeñar su encargo con toda la diligencia de un buen padre de
familia e indemnizar los perjuicios que por su culpa o negligencia se irroguen al dueño de los
bienes o negocios que gestione.
Los tribunales, sin embargo, podrán moderar la importancia de la indemnización según las
circunstancias del caso.
Artículo 1790. — Delegación de deberes; dos o más gestores. (31 L.P.R.A. § 5103)
Si el gestor delegare en otra persona todos o algunos de los deberes de su cargo, responderá de
los actos del delegado, sin perjuicio de la obligación directa de éste para con el propietario del
negocio.
La responsabilidad de los gestores, cuando fueren dos o más, será solidaria.
El gestor de negocios responderá del caso fortuito cuando acometa operaciones arriesgadas
que el dueño no tuviese costumbre de hacer, o cuando hubiese pospuesto el interés de éste al suyo
propio.
La ratificación de la gestión por parte del dueño del negocio produce los efectos del mandato
expreso.
Artículo 1793. — Responsabilidad del dueño que aprovecha las ventajas de la gestión. (31
L.P.R.A. § 5106)
Artículo 1794. — Derecho de extraño que suministra alimentos; gastos funerarios. (31
L.P.R.A. § 5107)
Cuando, sin conocimiento del obligado a prestar alimentos, los diese un extraño, éste tendrá
derecho a reclamarlos de aquél, a no constar que los dio por oficio de piedad y sin ánimo de
reclamarlos.
Los gastos funerarios proporcionados a la calidad de la persona y a los usos de la localidad
deberán ser satisfechos, aunque el difunto no hubiese dejado bienes, por aquellos que en vida
habrían tenido la obligación de alimentarle.
Cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, y que por error ha sido
indebidamente entregada, surge la obligación de restituirla.
Artículo 1796. — Responsabilidad del que acepta de mala fe un pago indebido. (31 L.P.R.A.
§ 5122)
El que acepta un pago indebido, si hubiera procedido de mala fe, deberá abonar el interés legal
cuando se trate de capitales, o los frutos percibidos o debidos percibir cuando la cosa recibida los
produjera.
Además responderá de los menoscabos que la cosa haya sufrido por cualquiera causa y de los
perjuicios que se irrogaren al que la entregó hasta que la recobre. No se prestará el caso fortuito
cuando hubiese podido afectar del mismo modo a las cosas hallándose en poder del que las entregó.
Artículo 1797. — Responsabilidad del que actúa de buena fe. (31 L.P.R.A. § 5123)
El que de buena fe hubiera aceptado un pago indebido de cosa cierta y determinada sólo
responderá de las desmejoras o pérdidas de ésta y de sus accesiones, en cuanto por ellas se hubiese
enriquecido. Si la hubiese enajenado, restituirá el precio o cederá la acción para hacerlo efectivo.
En cuanto al abono de mejoras y gastos hechos por el que indebidamente recibió la cosa, se
estará a lo dispuesto en el Título V del Libro Segundo.
Queda exento de la obligación de restituir el que, creyendo de buena fe que se hacía el pago
por cuenta de un crédito legítimo y subsistente, hubiese inutilizado el título, o dejado prescribir la
acción, o abandonado las prendas, o cancelado las garantías de su derecho. El que pagó
indebidamente sólo podrá dirigirse contra el verdadero deudor o los fiadores respecto de los cuales
la acción estuviese viva.
Artículo 1800. — Prueba del pago y de error, a quién incumbe. (31 L.P.R.A. § 5126)
La prueba del pago incumbe al que pretende haberlo hecho. También corre a su cargo la del
error con que lo realizó, a menos que el demandado negare haber recibido la cosa que se le reclame.
En este caso, justificada por el demandante la entrega, queda relevado de toda otra prueba. Esto
no limita el derecho del demandado para acreditar que le era debido lo que se supone que recibió.
Se presume que hubo error en el pago cuando se entregó cosa que nunca se debió o que ya
estaba pagada; pero aquél a quien se pida la devolución puede probar que la entrega se hizo a título
de liberalidad o por otra causa justa.
Artículo 1802. — Obligación cuando se causa daño por culpa o negligencia. (31 L.P.R.A. §
5141)
El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado
a reparar el daño causado. La imprudencia concurrente del perjudicado no exime de
responsabilidad, pero conlleva la reducción de la indemnización.
Artículo 1803. — Responsabilidad por daños causados por un menor, por persona
incapacitada, por dependientes, por agente, por alumnos o por aprendices; responsabilidad
del Estado. (31 L.P.R.A. § 5142)
La obligación que impone el artículo anterior es exigible, no sólo por los actos u omisiones
propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder.
El padre y por muerte o incapacidad de éste, la madre, son responsables de los perjuicios
causados por los hijos menores de edad que viven en su compañía.
Los tutores lo son de los perjuicios causados por los menores o incapacitados que están bajo
su autoridad y habitan en su compañía.
Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento o empresa respecto de los
perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos en que los tuvieran empleados,
o con ocasión de sus funciones.
El Estado es responsable en este concepto en las mismas circunstancias y condiciones en que
sería responsable un ciudadano particular.
Son, por último, responsables los maestros o directores de artes y oficios respecto a los
perjuicios causados por sus alumnos o aprendices, mientras permanezcan bajo su custodia.
La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en ella mencionadas
prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño.
Artículo 1804. — Recuperación de cantidad pagada por daño causado por dependientes. (31
L.P.R.A. § 5143)
El que paga el daño causado por sus dependientes puede repetir de éstos lo que hubiese
satisfecho.
El poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare,
aunque se le escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño
proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido.
El propietario de una heredad de caza responderá del daño causado por ésta en las fincas
vecinas, cuando no haya hecho lo necesario para impedir su multiplicación o cuando haya
dificultado la acción de los dueños de dichas fincas para perseguirla.
Si el daño de que tratan los dos artículos anteriores resultare por defecto de construcción, el
tercero que lo sufra sólo podrá repetir contra el arquitecto, o en su caso, contra el constructor,
dentro del tiempo legal.
Artículo 1810. — Cosas arrojadas o caídas de las casas. (31 L.P.R.A. § 5149)
El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella es responsable de los daños causados
por las cosas que se arrojaren o cayeren de la misma.
Ningún hijo podrá demandar a sus padres en acciones civiles en daños y perjuicios cuando se
afecte la unidad familiar, la institución de la patria potestad y las relaciones paterno-filiales.
Disponiéndose, que dicha prohibición no será absoluta y podrá ejercitarse la acción en daños y
perjuicios cuando no haya unidad familiar que proteger, ni relaciones paterno-filiales que
conservar.
Artículo 1811. — Responsabilidad del deudor por sus obligaciones. (31 L.P.R.A. § 5171)
Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor, con todos sus bienes presentes y
futuros.
El deudor puede solicitar judicialmente de sus acreedores quita y espera de sus deudas, o
cualquiera de las dos cosas; pero no producirá efectos jurídicos el ejercicio de este derecho sino
en los casos y en la forma previstos en la Ley de Enjuiciamiento Civil.
El deudor cuyo pasivo fuese mayor que el activo y hubiese dejado de pagar sus obligaciones
corrientes deberá presentarse en concurso ante el tribunal competente, luego que aquella situación
le fuere conocida.
Por la declaración de concurso vencen todas las deudas a plazo del concursado.
Si llegaren a pagarse antes del tiempo prefijado en la obligación, sufrirán el descuento
correspondiente al interés legal del dinero.
Desde la fecha de la declaración de concurso dejarán de devengar interés todas las deudas del
concursado, salvo los créditos hipotecarios y pignoraticios hasta donde alcance su respectiva
garantía.
Artículo 1817. — Carácter obligatorio de los convenios con acreedores. (31 L.P.R.A. §5177)
Los convenios que el deudor y sus acreedores celebraren judicialmente, con las formalidades
de la ley, sobre la quita y espera, o en el concurso, serán obligatorios para todos los concurrentes
y para los que, citados y notificados en forma, no hubieren protestado en tiempo. Se exceptúan los
acreedores que, teniendo derecho de abstenerse, hubiesen usado de él debidamente. Tienen
derecho de abstenerse los acreedores comprendidos en los Artículos 1822, 1823 y 1824.
Artículo 1818. — Acuerdo de la mayoría obliga a todos los acreedores. (31 L.P.R.A. § 5178)
Cuando el convenio de quita y espera se celebre con acreedores de una misma clase, será
obligatorio para todos el acuerdo legal de la mayoría, sin perjuicio de la prelación respectiva de
los créditos.
Artículo 1819. — Efecto del cumplimiento o incumplimiento del convenio. (31 L.P.R.A. §
5179)
Artículo 1820. — Derecho de los acreedores al terminar la quiebra. (31 L.P.R.A. § 5180)
Los créditos se clasificarán, para su graduación y pago, por el orden y en los términos que en
este Capítulo se establecen.
Artículo 1822. — Créditos preferidos con relación a determinados bienes muebles del
deudor. (31 L.P.R.A § 5192)
(1) Los créditos por construcción, reparación, conservación o precio de venta de bienes muebles
que estén en poder del deudor, hasta donde alcance el valor de los mismos.
(2) Los garantizados con prenda que se halle en poder del acreedor, sobre la cosa empeñada y hasta
donde alcance su valor.
(3) Los garantizados con fianza de efectos o valores, constituida en establecimiento público o
mercantil, sobre la fianza y por el valor de los efectos de la misma.
(4) Los créditos por transporte, sobre los efectos transportados por el precio del mismo, gastos y
derechos de conducción y conservación, hasta la entrega y durante treinta (30) días después de
ésta.
(5) Los de hospedaje, sobre los muebles del deudor existentes en la posada.
(6) Los créditos por semillas y gastos de cultivo y recolección anticipados al deudor, sobre los
frutos de la cosecha para la que sirvieron.
(7) Los créditos por alquileres y rentas de un (1) año, sobre los bienes muebles del arrendatario
existentes en la finca arrendada y sobre los frutos de la misma.
Si los bienes muebles sobre los que recae la preferencia hubiesen sido sustraídos, el acreedor
podrá reclamarlos de quien los tuviese, dentro del término de treinta (30) días contados desde que
ocurrió la sustracción.
Artículo 1823. — Con relación a determinados bienes inmuebles y derechos reales. (31
L.P.R.A. §5193)
Con relación a determinados bienes inmuebles y derechos reales del deudor, gozan de
preferencia:
(1) Los créditos a favor del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, del Centro de Recaudación de
Ingresos Municipales, o de la correspondiente municipalidad, sobre los bienes de los
contribuyentes por el importe de las cinco (5) últimas anualidades y la corriente no pagada, de las
contribuciones que graviten sobre ellos.
(2) Los créditos por refacción agrícola, en cuanto a los frutos de las fincas objeto de la refacción.
(3) Los créditos de los aseguradores, sobre los bienes asegurados, por los premios del seguro de
los años, y si fuere el seguro mutuo, por los dos (2) últimos dividendos que se hubiesen repartido.
(4) Los créditos hipotecarios y los refaccionarios, anotados e inscritos en el registro de la
propiedad, sobre los bienes hipotecados o que hubiesen sido objeto de la refacción.
(5) Los créditos preventivamente anotados en el registro de la propiedad en virtud de mandamiento
judicial, por embargo, secuestros o ejecución de sentencias, sobre los bienes anotados, y sólo en
cuanto a créditos posteriores.
(6) Los refaccionarios no anotados ni inscritos, sobre los inmuebles a que la refacción se refiera,
y sólo respecto a otros créditos distintos de los expresados en los números (2) a (5) de este artículo.
Artículo 1824. — Con relación a los demás bienes muebles e inmuebles. (31 L.P.R.A §. 5194)
Con relación a los demás bienes muebles e inmuebles del deudor, gozan de preferencia:
(1) Los créditos a favor del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, del Centro de Recaudación de
Ingresos Municipales, o de la correspondiente municipalidad, por las contribuciones de cinco (5)
No gozarán de preferencia los créditos de cualquiera otra clase, o por cualquier otro título, no
comprendidos en los artículos anteriores.
Artículo 1826. — Efecto de los créditos preferidos con relación a determinados bienes
muebles; preferencia. (31 L.P.R.A. § 5211)
Los créditos que gozan de preferencia con relación a determinados bienes muebles, excluyen
a todos los demás hasta donde alcance el valor del mueble a que la preferencia se refiere.
Si concurren dos o más respecto a determinados muebles, se observarán, en cuanto a la
prelación para su pago, las reglas siguientes:
(1) El crédito pignoraticio excluye a los demás hasta donde alcance el valor de la cosa dada en
prenda.
(2) En el caso de fianza, si estuviera ésta legítimamente constituida a favor de más de un acreedor,
la prelación entre ellos se determinará por el orden de fechas de la prestación de la garantía.
(3) Los créditos por anticipo de semillas, gastos de cultivo y recolección serán preferidos a los
alquileres y rentas sobre los frutos de la cosecha para que aquéllos sirvieron.
(4) En los demás casos el precio de los muebles se distribuirá a prorrata entre los créditos que
gocen de especial preferencia con relación a los mismos.
Artículo 1827. — Efecto de los créditos preferidos con relación a determinados bienes
inmuebles o derechos reales; preferencia. (31 L.P.R.A. § 5212)
Los créditos que gozan de preferencia con relación a determinados bienes inmuebles o
derechos reales, excluyen a todos los demás por su importe hasta donde alcance el valor del
inmueble o derecho real a que la preferencia se refiera.
Si concurrieren dos o más créditos respecto a determinados inmuebles o derechos reales, se
observarán en cuanto a su respectiva prelación, las reglas siguientes:
(1) Serán preferidos, por su orden, los expresados en los números (1) y (2) del Artículo 1823 a los
comprendidos en los demás números del mismo.
(2) Los hipotecarios y refaccionarios, anotados o inscritos, que se expresan en el número (4) del
citado Artículo 1823 y los comprendidos en el número (5) del mismo, gozarán de prelación entre
sí por el orden de antigüedad de las respectivas inscripciones o anotaciones en el registro de la
propiedad.
(3) Los refaccionarios no anotados ni inscritos en el registro a que se refiere el número (6) del
Artículo 1823, gozarán de prelación entre sí por el orden inverso de su antigüedad.
Artículo 1828. — Disposición del remanente del caudal del deudor. (31 L.P.R.A. § 5213)
El remanente del caudal del deudor, después de pagados los créditos que gozan de preferencia
con relación a determinados bienes, muebles o inmuebles, se acumulará a los bienes libres que
aquél tuviere para el pago de los demás créditos.
Los que, gozando de preferencia con relación a determinados bienes, muebles o inmuebles, no
hubiesen sido totalmente satisfechos con el importe de éstos, lo serán, en cuanto al déficit, por el
orden y en el lugar que les corresponda según su respectiva naturaleza.
Artículo 1829. — Reglas para el pago de créditos que no gocen de preferencia con relación a
determinados bienes, etc. (31 L.P.R.A. § 5214)
Los créditos que no gocen de preferencia con relación a determinados bienes, y los que la
gozaren, por la cantidad no realizada, o cuando hubiese prescrito el derecho a la preferencia, se
satisfarán conforme a las reglas siguientes:
(1) Por el orden establecido en el Artículo 1824.
(2) Los preferentes por fechas, por el orden de éstas, y los que la tuviesen común, a prorrata.
(3) Los créditos comunes a que se refiere el Artículo 1825, sin consideración a sus fechas.
Artículo 1830. — Adquisición del dominio y demás derechos reales; extinción de derechos y
acciones. (31 L.P.R.A. § 5241)
Artículo 1831. — Quiénes pueden adquirir bienes o derechos por medio de la prescripción.
(31 L.P.R.A. § 5242)
Pueden adquirir bienes o derechos por medio de la prescripción las personas capaces para
adquirirlos por los demás modos legítimos.
Artículo 1832. — Extinción de derechos y acciones por la prescripción. (31 L.P.R.A. § 5243)
Los derechos y acciones se extinguen por la prescripción en perjuicio de toda clase de personas,
inclusas las jurídicas, en los términos prevenidos por la ley.
Los derechos, intereses, acciones y reclamaciones del Estado Libre Asociado de Puerto Rico
sobre los bienes públicos no patrimoniales que el Estado tiene y mantiene a nombre y en beneficio
de la población puertorriqueña no están sujetos a prescripción.
La prescripción produce sus efectos jurídicos a favor y en contra de la herencia antes de haber
sido aceptada y durante el tiempo concedido para hacer inventario y para deliberar.
Las personas con capacidad para enajenar pueden renunciar la prescripción ganada; pero no el
derecho de prescribir para lo sucesivo.
Entiéndese tácitamente renunciada la prescripción cuando la renuncia resulta de actos que
hacen suponer el abandono del derecho adquirido.
Son susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio de los hombres.
Artículo 1837. — Acreedores y otras personas interesadas pueden utilizarla. (31 L.P.R.A. §
5248)
Los acreedores, y cualquiera otra persona interesada en hacer valer la prescripción, podrán
utilizarla a pesar de la renuncia expresa o tácita del deudor o propietario.
Las disposiciones de la presente parte se entienden sin perjuicio de lo que en este Código o en
leyes especiales se establezca respecto a determinados casos de prescripción.
Artículo 1839. — Prescripción comenzada antes de la publicación del Código. (31 L.P.R.A. §
5250)
La prescripción comenzada antes de la publicación de este Código se regirá por las leyes
anteriores al mismo; pero si, desde que fuere puesto en observancia, transcurriese todo el tiempo
en él exigido para la prescripción, surtirá ésta su efecto, aunque por dichas leyes anteriores se
requiriese mayor lapso de tiempo.
Artículo 1840. — Posesión de buena fe y con justo título, necesaria. (31 L.P.R.A. § 5261)
Para la prescripción ordinaria del dominio y demás derechos reales se necesita poseer las cosas
con buena fe y justo título por el tiempo determinado en la ley.
Artículo 1842. — Actos de carácter posesorio por licencia o mera tolerancia. (31 L.P.R.A. §
5263)
No aprovechan para la posesión los actos de carácter posesorio, ejecutados en virtud de licencia
o por mera tolerancia del dueño.
Se interrumpe naturalmente la posesión cuando por cualquier causa se cesa en ella por más de
un (1) año.
La interrupción civil se produce por la citación judicial hecha al poseedor, aunque sea por
mandato de tribunal o juez incompetente.
Artículo 1846. — Cuándo se considera no hecha la citación judicial. (31 L.P.R.A.§. 5267)
También se produce interrupción civil por el requerimiento judicial o notarial, siempre que
dentro de dos (2) meses de practicado se presente ante el tribunal o juez la demanda sobre posesión
o dominio de la cosa cuestionada.
Cualquier reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere del derecho del dueño
interrumpe asimismo la posesión.
La buena fe del poseedor consiste en la creencia de que la persona de quien recibió la cosa era
dueña de ella, y podía transmitir su dominio.
Las condiciones de la buena fe exigidas para la posesión en los Artículos 363 y 364, Capítulo
I, Título V y en el Artículo 473, Sección Segunda, Capítulo I, Título VII, Libro Segundo de este
Código son igualmente necesarias para la determinación de aquel requisito en la prescripción del
dominio y demás derechos reales.
Entiéndese por justo título el que legalmente baste para transferir el dominio o derecho real de
cuya prescripción se trate.
Artículo 1855. — Término prescriptivo para el dominio de bienes muebles; derechos del
dueño. (31 L.P.R.A. §5276)
El dominio de los bienes muebles prescribe por la posesión no interrumpida de tres (3) años
con buena fe.
También prescribe el dominio de las cosas muebles por la posesión no interrumpida de seis (6)
años, sin necesidad de ninguna otra condición.
En cuanto al derecho del dueño para reivindicar la cosa mueble perdida o de que hubiese sido
privado ilegalmente, así como respecto a las adquiridas en venta pública, en bolsa, feria o mercado,
o de comerciante legalmente establecido y dedicado habitualmente al tráfico de objetos análogos,
se estará a lo dispuesto en el Artículo 393, Capítulo III, Título V, Libro Segundo de este Código.
Las cosas muebles hurtadas no podrán ser prescritas por los que las hurtaron o robaron, ni por
los cómplices o encubridores a no haber prescrito el delito o falta, o su pena y la acción para exigir
la responsabilidad civil, nacida del delito o falta.
El dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles prescriben por la posesión durante
diez (10) años entre presentes y veinte (20) entre ausentes, con buena fe y justo título.
Para los efectos de la prescripción se considera ausente el que reside fuera de Puerto Rico, bien
en los Estados Unidos, en el extranjero o en cualquier otro punto.
Si parte del tiempo estuvo presente y parte ausente, cada dos (2) años de ausencia se reputarán
como uno (1) para completar los diez (10) de presente.
La ausencia que no fuere de un (1) año entero y continuo, no se tomará en cuenta para el
cómputo.
Artículo 1859. — Prescripción por posesión sin título ni buena fe. (31 L.P.R.A. § 5280)
Prescriben también el dominio y demás derechos reales sobre los bienes inmuebles por su
posesión no interrumpida durante treinta (30) años, sin necesidad de título ni de buena fe, y sin
distinción entre presentes y ausentes, salvo la excepción determinada en el Artículo 475, Segunda
Sección, Capítulo I, Título VII, Libro Segundo, de este Código.
Artículo 1861. — Acciones prescriben por el lapso del tiempo. (31 L.P.R.A. § 5291)
Las acciones prescriben por el mero lapso del tiempo fijado por la ley.
Artículo 1862. — Acciones reales sobre bienes muebles. (31 L.P.R.A. § 5292)
Las acciones reales sobre bienes muebles prescriben a los seis (6) años de perdida la posesión,
salvo que el poseedor haya ganado por menos término el dominio, conforme al Artículo 1855, y
excepto los casos de extravío y venta pública, y los de hurto o robo, en que se estará a lo dispuesto
en el párrafo tercero del mismo artículo citado.
Artículo 1863. — Acciones reales sobre bienes inmuebles. (31 L.P.R.A. §5293)
Las acciones reales sobre bienes inmuebles prescriben a los treinta (30) años.
Entiéndese esta disposición sin perjuicio de lo establecido para la adquisición del dominio o
derechos reales por prescripción.
Artículo 1864. — Acción hipotecaria; acciones personales que no tengan término señalado.
(31 L.P.R.A. § 5294)
La acción hipotecaria prescribe a los veinte (20) años, y las personales que no tengan señalado
término especial de prescripción, a los quince (15).
Artículo 1865. — Acción para pedir la partición de la herencia, la división de la cosa común
o el deslinde de propiedades. (31 L.P.R.A. § 5295)
Artículo 1866. — Acciones que prescriben a los cinco años. (31 L.P.R.A. § 5296)
Por el transcurso de cinco (5) años prescriben las acciones para exigir el cumplimiento de las
obligaciones siguientes:
(1) La de pagar pensiones alimenticias.
(2) La de satisfacer el precio de los arriendos, sean éstos de fincas rústicas o de fincas urbanas.
(3) La de cualesquiera otros pagos que deban hacerse por años o en plazos más breves.
Artículo 1867. — Acciones que prescriben a los tres años. (31 L.P.R.A. § 5297)
Por el transcurso de tres (3) años prescriben las acciones para el cumplimiento de las
obligaciones siguientes:
(1) La de pagar a los jueces, abogados, registradores, notarios, peritos, agentes y curiales, sus
honorarios y derechos, y los gastos y desembolsos que hubiesen realizado en el desempeño de sus
cargos u oficios en los asuntos a que las obligaciones se refieran.
(2) La de satisfacer a los farmacéuticos las medicinas que suministraron; a los profesores y
maestros sus honorarios y estipendios por la enseñanza que dieron, o por el ejercicio de su
profesión, arte u oficio.
(3) La de pagar a los menestrales, criados y jornaleros el importe de sus servicios, y de los
suministros o desembolsos que hubiesen hecho, concernientes a los mismos.
(4) La de abonar a los posaderos la comida y habitación, y a los mercaderes el precio de los géneros
vendidos a otros que no lo sean, o que siéndolo se dediquen a distinto tráfico.
(5) Las acciones disciplinarias contra los abogados y notarios por infracción a los Cánones de Ética
Profesional. El término para iniciar un procedimiento sobre conducta profesional, será de tres (3)
años. El cómputo de este plazo comenzará a partir del momento en que quien solicite iniciar el
procedimiento tenga conocimiento o debió conocer con la debida diligencia de las circunstancias
que constituyen causa para disciplinar, y tenga la capacidad para denunciarla. El término
prescriptivo se interrumpe con la presentación de una queja.
El término de prescripción no será de aplicación: (a) Durante el periodo en que la conducta
imputada no pude ser descubierta debido a actos u omisiones intencionales del abogado o de la
abogada concernida; (b) Durante el periodo de tiempo en que el abogado o la abogada concernida
se encuentre fuera de la jurisdicción de Puerto Rico con la intención de evitar un procedimiento
disciplinario bajo estas Reglas; (c) Cuando la conducta imputada al abogado o a la abogada pueda
ser constitutiva de delito, aunque no hubiese una denuncia o acusación formal, un procedimiento
penal o una convicción de la misma; o (d) Cuando se trate de un procedimiento disciplinario
recíproco, por haberse impuesto al abogado o la abogada una sanción disciplinaria en otra
jurisdicción.
El tiempo para la prescripción de las acciones a que se refieren los tres párrafos anteriores se
contará desde que dejaron de prestarse los respectivos servicios.
Artículo 1869. — Tiempo para la prescripción cuando no hay disposición especial. (31
L.P.R.A. § 5299)
El tiempo para la prescripción de toda clase de acciones, cuando no haya disposición especial
que otra cosa determine, se contará desde el día en que pudieron ejercitarse.
Artículo 1870. — Acciones sobre capital con interés o renta y sobre censos. (31 L.P.R.A. §
5300)
El tiempo para la prescripción de acciones que tienen por objeto reclamar el cumplimiento de
obligaciones de capital con interés o renta, corre desde el último pago de la renta o del interés.
Lo mismo se entiende respecto al capital del censo consignativo.
En los censos enfitéutico y reservativo se cuenta asimismo el tiempo de la prescripción desde
el último pago de la pensión o renta.
El tiempo de la prescripción de acciones para exigir rendición de cuentas corre desde el día en
que cesaron en sus cargos los que debían rendirlas.
El correspondiente a la acción por el resultado de las cuentas, desde la fecha en que fue éste
reconocido por conformidad de las partes interesadas.
La prescripción de las acciones se interrumpe por su ejercicio ante los tribunales, por
reclamación extrajudicial del acreedor y por cualquier acto de reconocimiento de la deuda por el
deudor.
Cláusula derogatoria. — Quedan derogados y sin fuerza ni vigor el código civil y todas las
demás leyes o cuerpos legales que directa o indirectamente se opongan a las disposiciones del
presente código civil revisado, así en su concepto de leyes directamente obligatorias, como en el
de derecho supletorio. Esta disposición no es aplicable a las leyes que en este Código revisado se
declaran subsistentes.
Leyes incluidas en este Código. — (Párrafo agregado por la Ley Núm. 45 de 1930, página
396.) [Omitidas] (31 L.P.R.A. § 1 nota)
Efecto retroactivo de reformas en el Código Civil. — Las variaciones introducidas por las
reformas hechas en el código civil que perjudican derechos adquiridos según la legislación civil
anterior no tendrán efecto retroactivo.
Para aplicar la legislación que corresponda en los casos que no están expresamente
determinados en el código revisado, se observarán las reglas siguientes:
3. — Disposiciones del código civil revisado que sancionan con penalidad civil o privación
de derechos actos u omisiones que carecían de sanción en las leyes anteriores. — Las
disposiciones del código civil revisado que sancionan con penalidad civil o privación de derechos
actos u omisiones que carecían de sanción en las leyes anteriores, no son aplicables al que, cuando
éstas se hallaban vigentes, hubiese incurrido en la omisión o ejecutado el acto prohibido por dicho
código civil revisado.
Cuando la falta esté también penada por la legislación anterior, se aplicará la disposición más
benéfica.
6. — Derechos de herencia. — Los derechos a la herencia del que hubiese fallecido, con
testamento o sin él, antes de hallarse en vigor el presente código civil revisado, se regirán por la
legislación anterior; la herencia de los fallecidos después, sea o no con testamento, se adjudicará
y repartirá con arreglo al presente código civil revisado, pero cumpliendo en cuanto éste lo permita,
las disposiciones testamentarias. Se respetarán, por lo tanto, las legítimas, las mejoras y los
legados, pero reduciendo su cuantía, si de otro modo no se pudiera dar a cada partícipe lo que
corresponda según el presente código civil revisado.
TABLA DE CONTENIDO
TITULO PRELIMINAR
DE LA LEY, DE SUS EFECTOS Y DE LAS REGLAS GENERALES PARA SU APLICACIÓN. [Arts. 2 – 23]................
DISPOSICIÓN FINAL..........................................................................................................................................................
DISPOSICIONES TRANSITORIAS........................................................................................................................................
Nota: Esta Tabla de Contenido no forma parte del “Código Civil de Puerto Rico”, Edición de 1930;
se incluye aquí para la facilidad de los usuarios de este documento.
Nota. Este documento fue compilado por personal de la Oficina de Gerencia y Presupuesto del Gobierno de
Puerto Rico, como un medio de alertar a los usuarios de nuestra Biblioteca de las últimas enmiendas aprobadas
para esta Ley. Aunque hemos puesto todo nuestro esfuerzo en la preparación del mismo, este no es una
compilación oficial y podría no estar completamente libre de errores inadvertidos; los cuales al ser tomados en
conocimiento son corregidos de inmediato (email: biblioteca OGP). En el mismo se han incorporado todas las
enmiendas hechas a la Ley a fin de facilitar su consulta. Para exactitud y precisión, refiérase a los textos originales
de dicha ley y a la colección de Leyes de Puerto Rico Anotadas L.P.R.A.. Las anotaciones en letra cursiva y entre
corchetes añadidas al texto, no forman parte de la Ley; las mismas solo se incluyen para el caso en que alguna ley
fue derogada y ha sido sustituida por otra que está vigente. Los enlaces al Internet solo se dirigen a fuentes
gubernamentales. Los enlaces a las leyes enmendatorias pertenecen a la página web de la Oficina de Servicios
Legislativos de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico. Los enlaces a las leyes federales pertenecen a la página web
de la US Government Publishing Office GPO de los Estados Unidos de Norteamérica. Los enlaces a los
Reglamentos y Ordenes Ejecutivas del Gobernador, pertenecen a la página web del Departamento de Estado del
Gobierno de Puerto Rico. Compilado por la Biblioteca de la Oficina de Gerencia y Presupuesto.
⇒⇒⇒ Verifique en la Biblioteca Virtual de OGP la Última Copia Revisada (Rev.) para esta compilación.