Formulas Lacteas y Diluciones
Formulas Lacteas y Diluciones
Formulas Lacteas y Diluciones
La leche materna es el alimento óptimo para los recién nacidos porque cubre todas sus necesidades
biológicas y nutricionales, además de aportar factores inmunológicos y fortalecer el vínculo materno
- hijo. Sin embargo, cuando la lactancia materna no es posible se requiere de fórmulas lácteas
artificiales o sucedáneos comerciales de leche materna que cubran las necesidades nutricionales del
lactante.
Durante siglos, la única forma en que se podía alimentar a un bebé cuando sus madres no podían
darles lactancia materna (LM) era con las leche de vaca (LV), cabra o burra muy difíciles de digerir
por lactantes, o bien una nodriza en sustitución de la madre. La fabricación de fórmulas para niños
se inicia alrededor del siglo dieciocho. En 1867 Liebig lanzó al mercado una fórmula que contenía
leche de vaca, harina de trigo, harina de malta y bicarbonato de potasio. En el año 1867 uno de los
empresarios de mayor éxito Henri Nestlé; farmacéutico alemán radicado en Suiza y que un día había
revolucionado el mercado del chocolate usó harina de trigo, leche y azúcar para su “Farine Lactée
Henri Nestlé”. En 1874 apareció la primera “fórmula artificial completa para alimentación infantil”
que contenía leche en polvo, harina de trigo, malta y azúcar. La gran diferencia era que evitaba el
uso de leche de vaca líquida que podía causar problemas gastrointestinales, bastaba con un poco de
agua para mezclar el alimento En 1915, Gestenberg presentó una experiencia de 3 años con“leche
sintética adaptada” que contenía leche de vaca descremada, lactosa, margarina y aceites vegetales.
Este producto reconoció que la leche de vaca necesitaba cambios para hacerlas más aceptable para
el consumo humano y se le consideró el precursor para las fórmulas de lactantes modernas. Las
leches artificiales preparadas con leche evaporada fueron muy utilizadas, comenzaron a utilizarse en
los años veinte; consistían en una mezcla de leche de vaca, agua e hidratos de carbono. Mientras
que la mayoría de las leches de fórmula eran muy difíciles de digerir por los bebés, Nestlé consiguió
eliminar el almidón y el ácido de la harina, haciéndola más digerible. Tras la Segunda Guerra
Mundial, (año 1945) los cambios asociados a la revolución industrial, entre ellos la incorporación de
la mujer al mundo laboral, fuera del hogar, asociados a una industria alimenticia creciente
produjeron, una disminución importante de la lactancia materna surgió una gran cantidad de leches
artificiales, de las que se decía poseían un mayor valor nutricional. Fueron denominadas leches
humanizadas o maternizadas, cuya composición no difería en grandes líneas de las fórmulas
infantiles actuales. Su difusión originó durante la década de los años sesenta una verdadera crisis de
la lactancia materna.
No fue hasta finales del siglo XIX cuando se logró determinar la composición de la leche materna y
de la leche de vaca mostrando las grandes diferencias en el contenido proteico y despertando la
inquietud de generar fórmulas que pudieran cubrir las necesidades de energía y nutrientes. a
industria láctea ya había avanzado en los aspectos de inocuidad e higiene y desarrollaron la
esterilización y pasteurización adecuada, así como técnicas que mejoraron las condiciones de
manipulación y almacenamiento de la leche, aspecto que no existía a principios del siglo XIX, siendo
así los biberones la principal causa de muerte en los lactantes durante el primer año de vida
Poco a poco las fórmulas se fueron estableciendo como una alternativa válida y fueron llamadas
como “adaptadas” puesto que su composición es similar a la leche humana desde el punto de vista
nutritivo, es decir, similar aporte en energía, proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y
minerales, aunque no en factores de protección intestinal frente a infecciones y riesgo de alergia,
dado que la leche humana contiene gran cantidad de componentes bioactivos que ayudan a nutrir al
recién nacido en desarrollo y es considerada el “estándar de oro” para una nutrición temprana [2,3].
En adelante, lo que ocurrió fue la incorporación gradual de otros nutrientes a las fórmulas en
respuesta a la presencia de deficiencias dentro de poblaciones infantiles. Fue así como al principio
de la década de 1970, ya muy pocos lactantes eran amamantados. Desde 1977 los organismos que
se encargarán de regularlo son:
A muchas madres les preocupa la posibilidad de que, si recurren a la leche de fórmula, perderán la
oportunidad de crear un vínculo especial con sus bebés. Sin embargo, esto no es un motivo para
rechazar la lactancia artificial, especialmente si es necesaria. El vínculo con tu bebé se crea en
muchos momentos y de muchas formas diferentes. El simple hecho de alimentarle ya es suficiente
para que ambos disfrutéis de ese momento.
La lactancia artificial tiene un gran número de ventajas que es necesario tener en cuenta cuando
empieces a valorar los distintos métodos de alimentación de tu bebé.
Permite conocer la cantidad exacta de leche que toma el niño. Cuando das el pecho, la
cantidad de leche que toma tu bebé es variable y depende mucho del instinto de ambos
saber cuándo es suficiente.
La madre no debe adaptar su propia alimentación en función de la lactancia.
Los bebés alimentados con leche de fórmula no tienen la necesidad de comer tan a menudo,
puesto que tardan más tiempo en digerir. Esto permite aumentar los ratos de sueño de los
padres.
Con la lactancia artificial, otros miembros de la familia pueden participar en la alimentación
del bebé y emplear este momento para crear vínculos con el peque.
Los bebés que tienen problemas para coger peso pueden beneficiarse de tomar leche de
fórmula si lo recomienda el pediatra.
MEDIDAS DE HIGIENE
Es importante seguir las normas de preparación del biberón recomendadas por Organización
Mundial de la Salud:
• Esterilización
• Lavar concienzudamente en agua jabonosa caliente todos los utensilios que se vayan a utilizar para
preparar y administrar el alimento. Es conveniente utilizar un cepillo limpio especial para biberones y
tetinas para frotar el interior y el exterior, asegurándose de eliminar todos los restos de los lugares
de difícil acceso.
• Aclarar bien en agua potable limpia.
Esterilización
• Sumerja en el agua los utensilios una vez limpios. Asegúrese que el material esté completamente
cubierto por el agua y que no queden en su interior burbujas de aire.
• Cubra la cazuela con una tapadera y lleve a ebullición a fuego vivo, asegurándose que el agua no
llegue a evaporarse por completo.
• Proceda a lavar y secarse las manos antes de manipular el material esterilizado. Se recomienda
utilizar pinzas esterilizadas para manipular dichos utensilios. Si los extrae del esterilizador antes de
que los necesite, manténgalos cubiertos en un lugar limpio. Si extrae los biberones del esterilizador
antes de utilizarlos, siempre debe ensamblarlos por completo, para impedir que el interior de la
botella y el interior y el exterior de la tetina vuelvan a contaminarse.
• Lávese las manos con agua y jabón y séquelas con un paño limpio o un paño desechable.
• Hierva agua potable limpia. Si utiliza un hervidor automático, espere hasta que se desconecte. Si
utiliza una cazuela, asegúrese de que el agua hierva. Cierre el biberón y mezcle bien los
ingredientes agitándolo suavemente.
FÓRMULAS INFANTILES.
La denominación fórmula infantil sirve para designar todos los productos destinados a la
alimentación del lactante, que pueden sustituir de forma total o parcial a la leche materna, en
consecuencia, se podría utilizar en forma análoga el término de Fórmulas infantiles o Sucedáneos de
la Leche Materna. El ESPGHAN consideró conveniente proponer dos tipos de fórmulas, la
denominada fórmula de inicio, para los primeros 6 meses y otra, llamada fórmula de continuación
para utilizarla a partir de esa edad.
FÓRMULAS INFANTILES DE INICIO. Se utilizan durante los 6 primeros meses de vida, son derivadas
de la leche de vaca. Se modifican en cantidad, calidad y tipo de nutrientes con el fin de asemejarse a
la leche humana y adaptarla a las condiciones de inmadurez digestiva y renal del recién nacido,
mejorar su digestibilidad y tolerancia, disminuyendo la carga renal de solutos. Son hipoproteicas, las
proteínas se encuentran reducidas a la mitad (12 - 13%). Generalmente traen una medida de 4,4 grs,
por lo que para preparar una dilución del 13,5% debe agregarse 1 medida por cada onza de agua.
Calorías: aportan 20 kcal/onza
Proteínas: el aporte proteico oscila entre 1,2 a 1,8 g/100ml para acercarse a las proteínas de
la leche materna (0,9 a 1,1g/100ml) con una relación caseína/ suero de 40/60, (similar a la
LM pero no igual en el tipo de proteínas) la proteína predominante
Grasas: El contenido de grasas representa entre el 40-50 % del total energético La cantidad
de grasas en las fórmulas infantiles de inicio oscila entre 3,3 y 4 g/l para aportar: una
proporción de 4,4 a 6,0 g/100 Kcal. La sustitución total o parcial de las grasas lácteas en las
fórmulas infantiles por grasas poliinsaturadas de origen vegetal (1 ó varios aceites
combinados) tiene como objetivo mejorar la digestibilidad y la absorción; así, se añade
mayor cantidad de ácidos grasos esenciales
Hidratos de carbono: La mayoría de las fórmulas de inicio contienen lactosa como único
carbohidrato o lactosa en cantidad predominante y menor proporción de maltodextrina
(poco fermentable). Deben contener entre 5,4 –8,2 g/100ml, lo que se consigue añadiendo
más lactosa a las fórmulas ya que la que contiene entre 4,7 grs /100 ml y la materna
7,1gr/100 ml
Vitaminas y minerales: la recomendación del contenido se basan en las cantidades
encontradas en la LM. Se modifica el contenido de calcio y fósforo por dilución, se reduce el
de sodio, cloro y potasio. Se suplementan las vitaminas A, D, E y K.
Hierro: Contienen 7mg/l a 12 mg/l.
Calorías: 20 a 22,5 a cal/onza. Contiene nutrientes como prebióticos, probióticos, nucleótidos etc.
Son generalmente costosas Con toda esta información sobre nutrientes y precios, el médico debe
hacer una recomendación individualizada para elegir esta o la leche entera de vaca, mal llamada
leche completa, para cada paciente, teniendo en cuenta las características del niño: ingestión de
nutrientes; riesgo de deficiencias de algunos nutrientes. Y las características socioeconómicas de la
familia
Leche entera de vaca. La leche de vaca no es un alimento idóneo durante el primer año de vida. Su
uso debe postergarse hasta después del año de vida. La ingestión proteica de los niños alimentados
con leche de vaca es más alta que la de los alimentados con fórmula y esto conlleva una sobrecarga
renal de solutos además, una ingestión proteica alta puede provocar hipercalciuria. Por otra parte, el
consumo alto de leche de vaca por debajo del año de vida es uno de los factores de riesgo más
importante para el desarrollo de anemia ferropénica. La leche de vaca tiene un bajo contenido en
hierro y gran parte de ese hierro está unido a la caseína, lo que puede interferir en su absorción. Su
bajo contenido en vitamina C no favorece tampoco la absorción del poco hierro que contiene.
Fórmulas para pretérminos. Unas proporcionan 24 Kcal por onza. Y las de transición hacia las
fórmulas de inicio proporcionan 22 kcal/onza
Para pretérminos con peso posnatal menor de 1.800 están indicada las que aporte 24 kcal/oz La
transición a fórmulas de 22 kcal/oz se debe realizar cuando alcance 1.800 g, los parámetros de
crecimiento estén en el percentil 25 o más y la ganancia de peso sea de 15-40 g/d. la cual se podrá
mantener hasta los 4 a 6 meses de edad corregida 8. Hay que resaltar que la alimentación con leche
materna es mucho mejor tolerada y el único alimento que disminuye el riesgo de Enterocolitis
necrotizante en el pretérmino o de bajo peso al nacer. 9,10
Existen en el mercado algunos productos creados con el fin de mejorar el aporte calórico de la leche
materna 9, algunos contienen polímeros de glucosa, otros solo aportan grasa y otros proteínas como
caseinato de calcio. Otros combinan diferentes nutrientes como lacto albúmina y caseína 60:40,
carbohidratos, polímeros de glucosa 75% , lactosa 25% y una cantidad de grasa inferior. Un sobre de
fortificante añadido a 50 ml de leche materna aporta 2 calorías/onza adicional. Como ocurre con las
fórmulas para prematuros el consumo constante de fortificadores puede generar el aporte excesivo
de ciertos nutrientes. No hay datos suficientes acerca de sus efectos a largo plazo y sus posibles
efectos tóxicos. Por lo tanto no se debería prolongar su uso.
Fórmulas de Soya (FS). Las fórmulas de soja (FS) son fórmulas de inicio y de continuación a base de
proteína de soya en lugar de proteínas lácteas. Al ser fórmulas vegetales carecen de lactosa y
contienen como carbohidrato polímeros de glucosa. Los lípidos son de origen vegetal ya que la grasa
láctea podría contener restos de proteínas vacunas. Están suplementadas con metionina, carnitina y
taurina hasta alcanzar los niveles de la leche materna y con calcio y fósforo en cantidades similares a
las fórmulas alimentarias. Indicaciones: Las recomendaciones actuales de la ESPGHAN y de la AAP
sobre la utilización de una FS se circunscriben a: manejo dietético de la alergia a proteína de leche de
vaca IgE-mediada, intolerancia primaria o secundaria a la lactosa, galactosemia y alimentación de
lactantes hijos de padres vegetarianos que rechazan una fórmula láctea. Las FS no se deben
recomendar para la prevención de la alergia a las proteínas, en niños de alto riesgo de alergia, pues
se ha demostrado que no son tan eficaces como una fórmula parcialmente hidrolizada o hipo
alergénica. Tampoco se recomienda en casos de enteropatía inducida a alergia a proteínas de leche
de vaca pues en estos casos puede haber también alergia a la proteína de soya. El uso de FS en los
lactantes menores de un año es controversial, debido a que contienen fitoestrógenos (isoflavonas,
lignanos, cumestanos, entre otras), las isoflavonas se les ha asociado un efecto productor de bocio.
Por lo que el comité de ESPGHAN, no recomienda el uso de la FS en niños menores de 06 meses
10,11. No obstante La AAP expone que aunque numerosos investigadores han estudiado el uso de
fórmulas de soya y su asociación con el Bocio en diversas especies, no hay pruebas concluyentes en
niños sanos, de que las isoflavonas de soya puedan afectar producir Bocio o puedan interferir
negativamente en el desarrollo y la reproducción. Por lo que la AAP no desaprueba su uso en
menores de seis meses. Si el niño presenta hipotiroidismo y es absolutamente necesario alimentarlo
con fórmulas de soya se debe tener en cuenta la posibilidad de afectación de las hormonas en
cuanto a que tal vez sea necesario aumentar las dosis de hormona tiroidea.
Fórmulas sin lactosa. Aunque una amplia gama de fórmulas especiales no contienen lactosa, se
consideran propiamente fórmulas sin lactosa aquellas en que la lactosa se ha sustituido totalmente
por otro carbohidrato que no presente problemas en su absorción, como polímeros de glucosa.
Indicaciones: Lactantes y niños pequeños que presentan malabsorción de lactosa. Esta situación
aparece con cierta frecuencia tras episodios de gastroenteritis aguda o de otros procesos que
conlleven una lesión de la mucosa intestinal con alteración de la actividad lactasa. Dado que el
déficit suele ser transitorio y que la Lactosa es favorecedora de la absorción del calcio intestinal, se
recomienda el mantenimiento de estas fórmulas sólo de forma temporal (2-3 semanas) Se ha
recomendado un aporte adicional de calcio en la dieta de los niños que tengan necesidad de
consumir, durante un tiempo prolongado, una fórmula sin lactosa. No estaría indicado su empleo en
los casos de déficit de lactasa racial o tipo adulto, pues a esta edad la leche puede sustituirse por
otros alimentos lácteos. Debido a que en muchas de estas fórmulas existen trazas de lactosa, no se
recomienda su uso en la Galactosemia. Para esta entidad se requiere una fórmula exenta de
disacáridos como las fórmulas de soya.
El desarrollo técnico-científico de las fórmulas para uso pediátrico, trajo como consecuencia la
posibilidad de nutrir a niños gravemente enfermos, con intolerancias alimentarias por malabsorción
o alergia a los componentes comunes de las fórmulas infantiles, especialmente proteínas intactas o
portadores de errores innatos del metabolismo, donde la exclusión selectiva de determinado
nutriente es la base de la terapéutica
Fórmulas Poliméricas. Dietas nutricionalmente completas, compuestas por proteína entera, hidratos
de carbono complejos, grasas, vitaminas y minerales. Conforman el grupo más numeroso de
fórmulas para nutrición enteral y tienen un gran número de indicaciones. Estas fórmulas suelen
presentarse en forma líquida y, en general, están saborizadas para su uso por vía oral. Pueden
contener o no fibras, no contienen lactosa o muy poca.
Fórmulas incompletas o Modulares: Están constituidos por uno o varios nutrientes. Permiten
particularizar al paciente al indicar dietas individualizadas, manipular los componentes o enriquecer
una dieta completa, con el correspondiente nutriente. Se utilizan en pacientes con trastornos
hidroelectrolíticos, quemaduras, fallo cardíaco, trastorno hepático, renal, aporte energético a
deportistas.
FÓRMULAS ESPECIALES. Las fórmulas especiales, son aquéllas que se diseñan con un doble objetivo:
actuar sobre el proceso de la enfermedad además de mantener el estado nutricional. El número de
fórmulas especialmente diseñadas para determinadas patologías se ha multiplicado en la última
década. Este fenómeno, que teóricamente pretende "facilitar" la selección de la fórmula, puede
hacer caer en la elección de preparados que no se han demostrado superiores a los estándares y que
resultan mucho más caros. Existen diversas fórmulas que requieren el apoyo del especialista en
nutrición para su indicación ejemplo: Fórmulas para Insuficiencia renal. Insuficiencia hepática.
Insuficiencia respiratoria crónica, diabetes e intolerancia hidrocarbonada. Estrés, hipermetabolismo
e inmunodepresión. Fórmulas restringidas en fenilamina para los pacientes con Fenilcetonuria,
fórmulas sin galactosa o lactosa para la galactosemia,