Leccion 4 Clase de Adultos

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“Porque ejemplo os he dado, para que como yo

os he hecho, vosotros también hagáis”.


Jesucristo.
Juan 13:15 (RV)

Pablo dijo en cierta ocasión: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. (1 Corintios 11:1).

Si en realidad queremos ser efectivos en el evangelismo debemos literalmente seguir las


pisadas del Maestro a la hora de testificar. Jesús uso la Ley cuando compartía el mensaje
y así lo hicieron también los apóstoles, y otros grandes hombres de Dios como,
Spurgeon, Juan Wesley y otros.

En esta lección daremos un vistazo a los principios básicos del evangelismo bíblico, “a la
manera del Maestro”. (Q.H.J.D) “¿Qué Hizo Jesús y Dijo?”. También recordarás este
importante principio con la “tarjeta de referencia” que encontrarás en la próxima página.

Pensamiento Clave: “Ha habido algunos cristianos avanzados (no me refiero a todos), pero ha
habido algunos cristianos avanzados, que han sido capaces, literalmente, de seguir el ejemplo del
Salvador. Cómo deberíamos honrar la memoria de tales hombres, como Juan Wesley por ejemplo.
Carlos Spurgeon

INTRODUCCION :
1. Le era necesario pasar por Samaria mas que una situación gegrafica era una revelación
divina
2. La hora sexta :Al medio dia deribada de la palabra siesta
En Juan 4:7-26 nos da el ejemplo del Maestro de como compartir nuestra fe. Jesús habló a
la mujer en el pozo cuando ella estaba sola. Frecuentemente hallamos que las personas
son más abiertas y honestas cuando están a solas. Entonces, si es posible, elige una
persona que esté sentada sola. A partir de aquí veremos cuatro principios a seguir:

Primero: Jesús inició en el ámbito natural


(vs. 7). Jua 4:7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
Esta mujer no había sido regenerada, y la Biblia nos dice que “el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:14).
El, entonces, le habló acerca de algo con lo que ella podría relacionarse--el agua. La
mayoría de nosotros puede iniciar una conversación con un extraño en el ámbito natural.
Puede ser un amistoso “¿Hola, cómo estás?” o un caluroso “¡Buenos días!”. Si la persona
responde de una manera amable, entonces podemos preguntarle “¿Vives cerca de aquí?”
y a partir de ahí desarrollar una conversación.

Segundo: Jesús cambió la conversación hacia el ámbito espiritual


(vs. 10).
Jua 4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de
beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

4.10 ¿Qué quiso decir Jesús con "agua viva"? En el Antiguo Testamento muchos versículos
se refieren a la sed de Dios como sed de agua (Psa_42:1; Isa_55:1; Jer_2:13; Zec_13:1). A
Dios se le llama manantial de la vida (Psa_36:9) y manantial de aguas vivas (Jer_17:13).
Al decir que podía dar agua viva que saciaría para siempre la sed, Jesús declaraba ser el
Mesías. Solo el Mesías podría dar este regalo que satisface la necesidad del alm
El simplemente mencionó las cosas de Dios. Esto requerirá valentía. Nosotros podemos
decir algo así como “¿Fuiste a la iglesia el domingo?”. Si la persona responde
positivamente, la pregunta “¿Vienes de una familia cristiana?” probará su trasfondo. Él o
ella pueden responder “Oh si, iba a la iglesia cuando

era joven, pero me alejé de ella.” Otra manera sencilla de cambiar a lo espiritual es
ofrecer a la persona un tratado evangelístico y preguntar “¿Tienes uno de estos?”.
Cuando lo tome, simplemente dile “Es un tratado evangélico. ¿Vienes de un trasfondo
cristiano?”

Tercero: Jesús trajo convicción usando la Ley de Dios (vs. 16-18).


Jua 4:16 Jesús le dijo: Vé, llama a tu marido, y ven acá.
Jua 4:17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo
marido; Jua 4:18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has
dicho con verdad.
Jesús amablemente habló a su conciencia al hacer referencia al hecho de que ella había roto el
séptimo de los Diez Mandamientos. El usó la Ley para traer “el conocimiento del pecado” (mira
Romanos 3:19-20). Rom 3:19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
Rom 3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;(H) porque
por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Tarjeta de Referencia Q - ¿Qué dices… te consideras una buena persona?

H – ¿Has guardado los Diez Mandamientos? J – Juicio – ¿Si Dios fuera a juzgarte por los
Diez Mandamientos,
crees que serías inocente o culpable?”
D – Destino - ¿Crees que irías al cielo o al Infierno?”

Nosotros podemos hacer lo mismo al decir, “¿Qué te consideras una


buena persona? ¿Consideras que Has guardado los Diez
Mandamientos?” La mayoría de las personas responden
afirmativamente, entonces, de inmediato continúa con “¿Alguna vez
has dicho una mentira?” Esto es una confrontación, pero si lo haces
de una manera amable y con amor, no será para nada ofensivo.
Recuerda que la “obra de la Ley [está] escrita en sus corazones” y
que la conciencia dará “testimonio” (Romanos 2:15). Jesús confrontó
al joven rico en Lucas 18:18-21 con cinco de los Diez Mandamientos
y no hubo ofensa alguna. Ten la confianza de que la conciencia hará
su trabajo y afirmará la verdad de cada Mandamiento. No tengas
miedo de preguntar amablemente “¿Alguna vez has robado algo?
¿Aunque sea pequeño?” Aprende cómo abrir la espiritualidad de la
Ley y mostrar cómo Dios considera la lujuria como adulterio (Mateo
5:27-28) y el odio como lo mismo que el asesinato (1 Juan 3:15).
Asegúrate de que admitan su culpabilidad.
Pregunta a la persona (la pregunta del Juicio) “¿Si Dios te juzgara por los
Diez Mandamientos en el Día del Juicio, crees que sería hallado inocente o culpable?” Si él o ella
dicen que serían inocentes, pregúntales “¿Por qué es eso?” Si admite su culpa, pregúntale (la
pregunta de Destino) “¿Crees entonces que irás al cielo o al infierno?”

A partir de aquí la conversación puede ir en tres direcciones:


1. Orgullosamente dirá “Yo no creo en el infierno.” Amablemente responde “Eso no
importa. Aún tienes que enfrentar a Dios en el Día del Juicio sea que lo creas o no”.
Si me pongo de pie en medio de una autopista y un camión viene directo a mí y digo
“No creo en camiones” mi falta de creencia no va a cambiar la realidad.
2. Puede ser que diga que es culpable, pero que irá al cielo. Esto es generalmente
porque él o ella cree que Dios es “bueno” y que, entonces, va a dejar pasar por alto el
pecado en su caso. Apunta al hecho de que si un juez en un caso criminal tiene a un
asesino culpable delante de él, el juez si es un buen hombre, no puede simplemente
dejarlo ir, él debe asegurarse de que el hombre culpable sea castigado. Si Dios es
bueno, El debe (por su naturaleza) castigar a los asesinos, violadores, ladrones,
mentirosos, adúlteros, fornicarios y aquellos que han vivido en rebelión a la luz
interior que Dios ha dado a cada hombre. Entonces, con ternura dile que ha admitido
ante ti que ha mentido, robado y cometido adulterio en su corazón, y que Dios le dio
una conciencia de manera que él o ella pudiera saber la diferencia entre el bien y el
mal. Su conciencia y la convicción del Espíritu harán el resto. Eso es el porqué es
esencial obtener que admitan su culpa antes de que menciones el Día del Juicio o la
existencia del infierno.
3. Puede que admita que es culpable y que irá al infierno. Pregúntale si le preocupa.
Háblale acerca de cuánto él valora sus ojos y por ende, cuánto más debería valorar
la salvación de su alma. Para la descripción bíblica del infierno, mira versos como
Apocalipsis 1:18. Si es posible lleva a la persona a través de versos que hablen al
respecto, empezando con Mateo 5:21-22

Cuarto: Jesús se reveló a Sí mismo a ella (vs. 26).


Jua 4:25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos
declarará todas las cosas.
Jua 4:26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.

Una vez que la Ley ha hecho humilde a la persona, ella está lista para la gracia. Recuerda,
la Biblia dice que Dios resiste al orgulloso y da gracia al humilde (Santiago 4:6). El
evangelio es para el humilde. Sólo los enfermos tienen necesidad de un médico y sólo
aquellos que admitan que tienen la enfermedad del pecado verdaderamente abrazarán la
cura del evangelio.
Aprende cómo presentar la obra de la cruz – que Dios envió a Su Hijo a sufrir y morir en tu
lugar. Dile al pecador acerca del amor de Dios en Cristo; que Jesús se levantó de la tumba y
derrotó a la muerte.
Llévalo de vuelta a la ley civil y dile “Es tan sencillo como esto: Nosotros rompimos la
Ley de Dios y Jesús pagó nuestra multa. Si tú te arrepientes y confías en el Salvador, Dios
te perdonará de tus pecados y desechará el caso en tu contra.” Pregúntale si comprende lo
que le has dicho. Si él está deseoso de confesar y abandonar sus pecados, y confiar en el
Salvador con su salvación eterna, dile que ore y pida a Dios que lo perdone. Luego,
puedes orar por él. Asegúrate de que tenga o consiga una Biblia. Instrúyelo a leerla cada
día y a obedecer lo que lee, y anímalo a involucrarse en una iglesia que crea en la Biblia y
predique a Cristo.

Jua 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jua 4:35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:
Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Comida espiritual y la carga objetivo, propósito, plan de terminar la obra en la tierra

ORACION POR SUS DISCIPULOS


Jua 17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Jua 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Jua 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
ch 20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que
acabe mi carrera(A) con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios.

Ilustración
El Valor de los ojos.

Al testificar también podrás encontrar a alguien que aun no entienda la gravedad de ir al


infierno o de procurar ponerse a cuentas con Dios y tal vez te diga: Se que soy culpable y
que voy a ir al infierno. Pregúntale si esto le preocupa o si le importa o no. Háblale
acerca de cuánto valora sus ojos, y cuanto más debe valorar la salvación de su alma. Dile
algo así:

¿Me venderías uno de tus ojos por $1 millón? ¿Qué tal ambos por $20 millones? ¿Nadie
en su sano juicio lo haría–verdad? Tus ojos no tienen precio para ti, sin embargo ellos son
solamente las ventanas de tu alma. Jesús dijo que tus ojos no valen nada comparado al
valor de tu alma; el dijo: "Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al
reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos y ser echado al infierno" (Marcos
9:47). El preguntó, "¿Qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero
pierde su alma?” (Mateo 16:26). No hay nada tan importante como tu salvación.

Aplicación: Cuando Jesús dijo esto estaba diciendo una hipérbole, ósea, una
exageración para mostrarnos una gran verdad. Jesús subestima el valor de la vista en
comparación al valor de tu alma y destino eterno. Para Dios vale más el destino eterno
que aun la propia vista de uno. Si no vacilamos en ponerle precio a nuestros ojos, cuanto
más debiéramos considerar nuestra salvación eterna. No existe nada más importante que
tu salvación. El comparar el valor de tus ojos al valor de tu destino eterno es algo digno
de considerar.

Frases célebres
El primer uso de la Ley es manifestarle al hombre su culpa. Cuando Dios determina
salvar a un hombre, lo primero que hace con él es enviarle la Ley, para mostrarle cuán
culpable, cuán vil, cuán ruin es él, y en qué peligrosa posición se encuentra.
Carlos Spurgeon

Objeciones y respuesta bíblica


“¿Qué te da el derecho de juzgarme?”

No trato de juzgarte, yo también soy culpable de haber violado los mandamientos. Dios solo quiere
mostrarte que has violado la Ley y que no eres tan buena persona como crees. (Rom. 3:20) Rom
3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; (H)
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

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