Resumen Fallo Corte IDH Hernández Vs Argentina
Resumen Fallo Corte IDH Hernández Vs Argentina
Resumen Fallo Corte IDH Hernández Vs Argentina
Hechos
En agosto de 1990 fue trasladado a una unidad carcelaria y, luego, a un hospital, donde fue
diagnosticado de meningitis. Al ser alojado nuevamente en el establecimiento penitenciario,
el juzgado ordenó su internación en un centro médico. La medida no se realizó por falta de
camas libres en el hospital de destino. Como consecuencia de su cuadro Hernández sufrió
afectaciones neurológicas consistentes en la pérdida de la visión de un ojo y de la memoria
y adquirió una incapacidad parcial y permanente. Ese mismo año fue condenado a la pena
de cinco años de prisión. En 1991 la Cámara de Apelaciones redujo la pena a dos años y
ocho meses de prisión. En mayo de ese año se le concedió la libertad condicional.
Decisión
Argumentos
“En relación a las condiciones de las instalaciones en las cuales se encuentran las personas
privadas de libertad, mantener a una persona detenida en condiciones de hacinamiento, con
falta de ventilación y luz natural, sin cama para su reposo ni condiciones adecuadas de
higiene, en aislamiento e incomunicación o con restricciones indebidas al régimen de visitas
constituye una violación a la integridad personal” (párr. 60).
“La Corte considera que [las] omisiones estatales, si bien no se encontraban dirigidas a
humillar o castigar al señor Hernández, sí constituyeron un trato degradante que la presunta
víctima experimentó mientras se encontraba bajo la custodia del Estado” (párr. 61).
2. Personas privadas de la libertad. Cárceles. Derecho a la salud. Emergencia.
Vulnerabilidad.
“En particular, en relación con las Reglas sobre Tratamiento de Reclusos, los Estados
deben proveer atención médica calificada, inclusive psiquiátrica, a las personas privadas de
libertad, tanto en situaciones de emergencia como para efectos de atención regular, ya sea
en el propio lugar de detención o centro penitenciario o, en caso de no contar con ello, en
los hospitales o centros de atención en salud donde corresponda otorgar ese servicio. El
servicio de atención de la salud debe mantener historiales médicos adecuados, actualizados
y confidenciales de todas las personas privadas de libertad, lo cual debe ser accesible para
esas personas cuando lo soliciten. Esos servicios médicos deben estar organizados y
coordinados con la administración general del servicio de atención en salud general, lo cual
implica establecer procedimientos adecuados y expeditos para el diagnóstico y tratamiento
de los enfermos, así como para su traslado cuando su estado de salud requiera cuidados
especiales en establecimientos penitenciarios especializados o en hospitales civiles. Para
hacer efectivos estos deberes, son necesarios protocolos de atención en salud y
mecanismos ágiles y efectivos de traslado de prisioneros, particularmente en situaciones de
emergencia o enfermedades graves [hay nota]” (párr. 88).
“[E]l Estado estaba obligado a garantizar que la presunta víctima fuera examinada por un
médico para verificar cuáles eran las causas de su estado gripal y el dolor en el oído que
manifestaba, para así detectar las causas de dichos padecimientos y brindar un tratamiento
médico en caso de ser necesario. Esto era especialmente relevante debido a que el señor
Hernández se encontraba privado de libertad y por la falta de espacio suficiente para los
reclusos que se encontraban detenidos en la Comisaría de Monte Grande. [E]l Tribunal
advierte que existió una omisión por parte del Estado en la adopción de medidas para
realizar un diagnóstico de la condición de salud del señor Hernández al momento que el
juez tuvo conocimiento de los primeros síntomas, lo cual representa un problema inicial de
calidad en la atención a la salud” (párr. 89)
“[E]l Tribunal recuerda que el derecho a la salud se refiere al derecho de toda persona a
gozar del más alto nivel de bienestar físico, mental y social. Este derecho abarca la atención
de salud oportuna y apropiada conforme a los principios de disponibilidad, accesibilidad,
aceptabilidad y calidad. El cumplimiento de la obligación del Estado de respetar y garantizar
este derecho deberá dar especial cuidado a los grupos vulnerables y marginados, y deberá
realizarse de conformidad con los recursos disponibles de manera progresiva y de la
legislación nacional aplicable. [E]l Tribunal constata que como consecuencia de la
imposibilidad de internación del señor Hernández por el motivo antes expuesto, existieron
lapsos de tiempo prolongado, atendiendo a la naturaleza de la enfermedad que padeció, en
que dejó de recibir atención médica. La Corte advierte que la falta de disponibilidad de
camas y la consecuente imposibilidad de proveerle atención médica inmediata
representaron un problema de disponibilidad y accesibilidad en los servicios de salud” (párr.
93).
“[N]o está controvertido que el daño sufrido en la salud por parte del señor Hernández tiene
un nexo causal con la enfermedad que padeció mientras estuvo bajo la custodia estatal, y
correspondía al Estado aportar elementos probatorios que demostrasen la provisión de un
tratamiento adecuado y oportuno mientras la presunta víctima estuvo privada de su libertad,
lo cual no ocurrió en el presente caso. En ese sentido, debido a que el Estado incumplió con
su carga probatoria de demostrar que otorgó un tratamiento médico adecuado al señor
Hernández mientras se encontraba detenido, de forma tal que desvirtuara los alegatos
relacionados con la falta de atención médica y las secuelas para su integridad personal, así
como por los problemas de calidad accesibilidad y disponibilidad en los servicios de salud,
el Tribunal concluye que las afectaciones físicas y psicológicas que sufrió el señor
Hernández como resultado de su enfermedad mientras se encontraba detenido son
atribuibles al Estado y generan responsabilidad internacional por la violación al derecho a la
salud” (párr. 95).
“[E]l Tribunal considera que únicamente deben ser considerados como finalidades legítimas,
aquellas que están atadas directamente con el desarrollo eficaz del proceso, es decir, que
estén vinculadas con el peligro de fuga del procesado, directamente establecido en el
artículo 7.5 de la Convención Americana, y aquella que busca evitar que el procesado
impida el desarrollo del procedimiento” (párr. 110).
“La Corte considera que la verificación de la existencia de indicios que permitan suponer la
responsabilidad de la conducta cumple la función de prevenir que una persona sea detenida
sobre la base de la mera sospecha o percepción personal respecto de su responsabilidad, y
de esta forma se constituye como una garantía más de la persona a la hora de proceder a la
aplicación de la prisión preventiva. Sin embargo, la comprobación de dichos indicios no
constituye per se una finalidad legítima para la adopción de la medida de prisión preventiva,
pues esto constituiría un juicio anticipado sobre la culpabilidad de la persona imputada y
una violación al principio de presunción de inocencia.
“[N]o existió cumplimiento adecuado de las determinaciones del Juez de la Causa, las
cuales implicaban que las autoridades carcelarias realizaran acciones concretas
relacionadas con la atención a la salud del señor Hernández. De los hechos se desprende
que existieron lapsos prolongados de incumplimiento de dichas órdenes, o que algunas de
ellas no se cumplieron. La Corte considera que los recursos intentados por personas que
tienen alguna enfermedad que requiere de una atención médica para evitar afecciones
graves a su salud, integridad personal, o su vida, implica una obligación reforzada de
respeto y garantía de sus derechos. Este Tribunal ha señalado que las resoluciones de
recursos intentados requieren que se tome en cuenta la vulnerabilidad y el riesgo de
afectación a los derechos en juego para las presuntas víctimas [hay nota]. Por tanto, la
Corte concluye que el Estado no cumplió debidamente su posición de garante frente a las
condiciones de detención del señor Hernández al no dar cumplimiento a las órdenes del
Juez de la Causa, más aún cuando tuvo conocimiento de que el estado de salud de la
presunta víctima presentaba un deterioro constante y que este se encontraba privado de
libertad” (párr. 133).