Deidad 7

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LA DEIDAD DEL HIJO

(ÉL es DIOS)
Un Breve Resumen De Esta Doctrina

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, y el Verbo era con Dios” (Juan 1:1)

No cometa un error al respecto. La infalible Palabra de Dios identifica claramente a


Jesús como Dios. ÉL es el “gran Dios” (Tito 2:13), el “Dios fuerte” (Isaías 9:6), y “el
verdadero Dios” (1 Juan 5:20). A Él se le atribuye plena y absoluta deidad: “el Verbo
era Dios” (Juan 1:1). Aunque era judío “según la carne”, ÉL es Aquel “que es Dios
sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Romanos 9:5).

Conocer a Jesucristo es conocer a Dios (Juan 14:8-9). Ver a Jesucristo es ver a Dios:
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Cristo es la “imagen del Dios
invisible” (Colosenses 1:15), “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de Su
sustancia” (Hebreos 1:3). “En ÉL habita corporalmente toda la plenitud de la deidad”
(Colosenses 2:9). Todos los hombres deben honrar al Hijo como honran al Padre (Juan
5:23). Honramos al Padre como Dios y debemos honrar al Hijo de la misma manera. El
Hijo de Dios no es honrado cuando se niega Su deidad.

Hay muchos testigos de Su deidad. Pedro se refirió a Jesucristo como a Dios (2 Pedro
1:1). (La construcción griega de 2 Pedro 1:1 exige que debemos entender que el
término “Dios” no se refiere a Dios el Padre, sino a “nuestro Salvador Jesucristo”. La
misma estructura se encuentra en Tito 2:13, donde el “gran Dios” no es otro sino
Jesucristo). El apóstol Pablo afirmó su deidad en varios lugares (Tito 2:13; Filipenses
2:6; Romanos 9:5). Isaías identificó al Mesías como Dios (Isaías 7:14; 9:6). Tomás
adoró al Señor resucitado dirigiéndose a ÉL con estas palabras, “Mi Señor y mi Dios”
(Juan 20:28), y Jesús no lo reprendió por ello. Lo que Tomás dijo era cierto.

Por cuanto Jesús es Dios, ÉL es todo lo que Dios es. ÉL posee completamente todos los
atributos de la deidad. ÉL es santo (Lucas 1:35), ÉL es justo (1 Juan 2:1), ÉL es eterno
(Miqueas 5:2), Él no cambia (Hebreos 13:8), ÉL es omnipotente (Apocalipsis 1:8 con
22:12-13), ÉL es omnipresente (Mateo 28:20) y ÉL es omnisciente (Juan 2:24-25;
6:64; 16:30). Todo atributo que pertenece al Padre pertenece al Hijo: “todo lo que
tiene el Padre es mío” (Juan 16:15).

Por cuanto Jesucristo es Dios, ÉL puede hacer obras que sólo Dios puede hacer. Solo
Dios es el Creador, y la Biblia declara que todas las cosas fueron creadas por el Hijo
(Juan 1:43; Colosenses 1:16). Sólo Dios puede perdonar pecados, y Jesucristo hizo
exactamente eso (Marcos 2:5-7). Sólo Dios contesta las oraciones, y el Señor Jesús
dijo, “si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Sólo Dios estará
sentado en el trono del juicio final, y las Escrituras identifican a Jesucristo como el Juez
supremo de todos los hombres (Juan 5:22, 27).
Por lo general, los cultos niegan la total deidad de Jesucristo. Los teólogos liberales
hacen otro tanto. Los corazones incrédulos se niegan a enfrentarse a quién es ÉL
realmente.

El término “Dios” (en hebreo-“Elohim”) puede ser aplicado al verdadero Dios (Génesis
1:1) y también a dioses falsos (Éxodo 20:3). El sagrado nombre “Jehová” (escrito con
todas las letras mayúsculas como SEÑOR o DIOS en el Antiguo Testamento) es un
nombre que no es aplicable a nadie sino a la Deidad. Se deriva del verbo “ser”, y
comunica el hecho que Jehová es Aquel que era, que es y que ha de venir (compare
Apocalipsis 1:8). El Señor Mismo es muy celoso en cuanto a Su Nombre y a todo lo
que representa, como se puede ver en los dos siguientes pasajes: 1) “Y conozcan que
tu nombre es JEHOVÁ; tú solo Altísimo sobre toda la tierra” (Salmo 83:18); 2) “Yo
Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria” (Isaías 42:8). La mayor
evidencia que se puede presentar en cuanto a la deidad de Cristo, es que ÉL debería
justamente ser llamado JEHOVÁ.

¿APLICA LA BIBLIA A VECES A JESUCRISTO EL TÉRMINO JEHOVÁ?

Considere lo siguiente:

1) En Zacarías capítulo 12, JEHOVÁ es Aquel que está hablando (versículos 1,


4). En el versículo 10 Jehová dice, “mirarán a mí, a quien traspasaron”. Esto no
puede referirse a nadie más que a Cristo (ver Juan 19:37 y Apocalipsis 1:7).

2) JEHOVÁ declara en el Antiguo Testamento que ÉL es el Primero y el Último


(Isaías 44:6). En el Nuevo Testamento se dice que Jesucristo es “el primero y el
último” (Apocalipsis 1:8, 11, 17, 18; 22:12-13).

3) En Isaías 6:5 el profeta dijo, “han visto mis ojos al Rey, JEHOVÁ de los
ejércitos”. Isaías vio a JEHOVÁ. El apóstol Juan se refirió a este mismo hecho en
Juan 12:41, y dejó muy en claro que la Persona que Isaías vio era en efecto
Jesucristo: “Isaías dijo esto cuando vio Su gloria, y habló acerca de ÉL
(refiriéndose en el contexto a Cristo).

4) En el Salmo 23:1 David declara que JEHOVÁ es el Gran Pastor de las ovejas.
El Nuevo Testamento identifica a Jesucristo como el gran Pastor de las ovejas
(Hebreos 13:20; Juan 10:11, 14).

5) El Antiguo Testamento se refiere repetidas veces a JEHOVÁ como la Roca de


Israel (Deuteronomio 32:3, 4, 18; Salmo 18:2; 62:1-2; etc.). El Nuevo
Testamento identifica claramente a esta Roca como Cristo (1 Corintios 10:4).

6) En Isaías 43:10-11 y 45:21 JEHOVÁ declara que ÉL es el único Salvador. No


hay otro Salvador fuera de ÉL. En el Nuevo Testamento Pedro dice que Jesús es
el único Salvador (Hechos 4:12). En Isaías 45:21-22 JEHOVÁ dice, “mirad a mí
y sed salvos. . . y no hay más”. En Juan 3:14-16 se nos dice que miremos al
Crucificado para ser salvos.

7) En Isaías 45:21-23 JEHOVÁ dice, “que a mí se doblará toda rodilla, y jurará


toda lengua”. Este pasaje de Isaías se aplica a Cristo en Filipenses 2:9-11,
Aquel ante quien algún día todos se inclinarán. Toda lengua confesará que
Jesucristo es Señor (Filipenses 2:11). (La palabra “Señor” en Filipenses 2:11 es
la palabra griega “kurios” que en la Septuaginta (la antigua versión griega del
Antiguo Testamento) es consistentemente usada para traducir la palabra hebrea
“Jehová”).

8) En Isaías 24:23 y Sofonías 3:15-17 leemos que JEHOVÁ Mismo reinará en


Jerusalén durante la edad del reino y que estará en medio de Su pueblo. El
Nuevo Testamento identifica claramente a este futuro Rey del milenio como
Jesucristo (Apocalipsis 19:11-16; 20:4, 6).

9) En Isaías 40:3 leemos que Juan el Bautista había de preparar el camino para
JEHOVÁ. En Marcos 1:1-3 el mismo pasaje es aplicado a Cristo (Juan el Bautista
preparaba el camino para Cristo).

10) En Isaías 8:13-14 el profeta establece que JEHOVÁ será “por piedra para
tropezar, y por tropezadero para caer”. En 1 Pedro 2:7-8 estos versículos de
Isaías se aplican a Jesucristo.

11) En el Salmo 34:8 somos invitados a “gustar y ver que es bueno JEHOVÁ”.
Este pasaje es claramente aludido en 1 Pedro 2:3 que se refiere a la benignidad
y bondad de Jesucristo (“si es que habéis gustado la benignidad del Señor”).

12) El Antiguo Testamento promete salvación y liberación a todos los que


invocaren el nombre de JEHOVÁ (Joel 2:32 y ver Hechos 2:21). En el Nuevo
Testamento se usa este mismo pasaje para presentar una promesa de salvación
a todo aquel que invocare el nombre del Señor Jesucristo (Romanos 10:13;
Hechos 2:21, 36).

La evidencia mencionada muestra fuera de toda duda que el término JEHOVÁ puede
aplicarse con toda justicia a Jesucristo. (Los Testigos de Jehová niegan la deidad de
Cristo y enseñan que Jesús es un ángel poderoso que fue creado por Jehová Dios.
Sostienen firmemente que el nombre divino JEHOVÁ nunca se usa para Cristo). Por
cuanto éste es un término que es aplicable sólo a la Deidad y por cuanto es un término
que se puede aplicar legítimamente a Jesucristo, debemos concluir que el Señor Jesús
es Jehová Dios. ÉL es el Hijo de Dios (Mateo 16:16), y sí, ÉL es Dios el Hijo (1 Juan
5:20; Hebreos 1:8). A Él sea la gloria y el honor, ahora y para siempre.

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