5.1 Tecnicas e Instrumentos Utilizados

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5.

1 Técnicas e instrumentos utilizados

Técnicas para PREVENIR LA VIOLENCIA EN LOS CENTROS EDUCATIVOS.

 Respetar la forma de ser y pensar de los demás practicando valores.

 Conocer y ejerza sus derechos.

 Cumplir con sus deberes con responsabilidad.

 Participar en actividades recreativas, culturales, deportivas y sociales promoviendo


la cultura de paz.

 Usar el diálogo y la cooperación para la resolución de conflictos.

 Comunicar a un adulto de confianza cuando se sienta o ve en riesgo a sus


compañeros. Conozca y practique normas de convivencia interna del centro
educativo.

 Evitar desarrollar alguna conducta de hostigamiento, acoso, intimidación, bloqueo


social, manipulación o coacción contra algún compañero u otro miembro de la
comunidad educativa de manera
repetitiva.

Prevenir la violencia a través de actividades integradas en el plan de estudios:


El trabajo directo con los niños con el objeto de examinar algunas de las causas
profundas del comportamiento violento representa una parte fundamental de la
prevención de la violencia en las escuelas. Resulta práctico, y beneficioso a largo
plazo, incluir en el plan de estudios las habilidades que permiten a los niños
reconocer la violencia, mantenerse seguros, resolver conflictos de forma no
violenta, controlar las emociones, acceder a asistencia y apoyo, y ofrecer apoyo
a una posible víctima de la violencia. Esto es más eficaz que las medidas
puntuales. En las escuelas se pueden aplicar las tres estrategias que se
presentan a continuación. Estas forman parte del paquete INSPIRE, que se ha
puesto en marcha a nivel mundial y describe siete estrategias para poner fin a la
violencia contra los niños

 Enseñar a los niños comportamientos seguros


Esto incluye la capacidad de reconocer las situaciones en las que pueden darse
el abuso o la violencia, y entender cómo evitar las situaciones potencialmente
arriesgadas y dónde encontrar ayuda.
Este conocimiento puede reducir la vulnerabilidad de los niños frente el abuso y
el riesgo de que la violencia se repita  al contarle la situación a un adulto de
confianza. Además, se puede hacer frente a los factores de riesgo de la
violencia, como el consumo de alcohol y drogas, informando a los niños sobre
estas sustancias, las consecuencias de su uso y cómo reconocer las situaciones
de alto riesgo.
Cuestionar las normas sociales y culturales y promover las relaciones de
igualdad El comportamiento y los estereotipos sociales y culturales relativos, por
ejemplo, al género, la orientación sexual, la religión, la etnia, y la discapacidad,
aumentan el riesgo de acoso y violencia.
Cuestionar las normas nocivas y fortalecer las que promueven las relaciones
positivas y equitativas no violentas puede restar fuerza a las justificaciones del
comportamiento violento, es probable que también sea relevante promover la
tolerancia política, religiosa y étnica con el objeto de prevenir los delitos
motivados por el odio, así como el extremismo violento y la radicalización. Poner
en tela de juicio las normas sociales aparentes en torno al uso de sustancias por
los jóvenes también es una parte importante de la prevención del uso indebido
de sustancias que ayuda a encarar los factores de riesgo de la violencia.
Estas técnicas se pueden utilizar de manera independiente o combinada a lo
largo de todo el recorrido escolar de los niños
Cuanto antes se empieza, más probabilidades hay de lograr un efecto positivo en
las actitudes y el comportamiento de los niños.
Por tanto, la educación preescolar es un momento ideal para iniciar el trabajo con
los niños, antes de que su comportamiento y sus modos de pensar arraiguen
profundamente. A medida que los niños avanzan en la educación, pueden verse
expuestos a más tipos de violencia (por ejemplo, el acoso, el ciberacoso, la
violencia de bandas Aunque estos requieren medidas de prevención más
específicas, las estrategias subyacentes siguen siendo las mismas.

 Trabajar sobre los valores y creencias con los docentes, y capacitarlos en técnicas
de disciplina y gestión del aula positivas
La creación de entornos de aprendizaje seguros que promuevan el aprendizaje y
se basen en la igualdad y el respeto constituye una parte esencial de la
prevención de la violencia en las escuelas.
Esto significa que el mal comportamiento se afronta de manera constructiva, y
se premia el buen comportamiento.
Es fundamental ayudar a los docentes a que entiendan la importancia de la
seguridad en las aulas, es decir, que sean espacios seguros en los que el
aprendizaje puede ayudar también a los estudiantes a adquirir y fomentar la
habilidad para asumir la responsabilidad de su propio comportamiento.
La capacitación de docentes suele tener lugar en grupos, e implica actividades
prácticas, ejercicios en grupos reducidos y representaciones de papeles.
Abordar las creencias y normas sociales, culturales y de género nocivas de los
docentes.

Las normas sociales, culturales y de género, así como las experiencias y


creencias de los docentes, pueden tener una gran influencia en las prácticas
pedagógicas. Por ejemplo, es posible que las creencias culturales y personales,
junto con las creencias presentes en la sociedad, impulsen el uso del castigo
corporal y emocional porque se considera un método de disciplina eficaz con los
niños
Las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres.

Trabajar sobre los valores y creencias con los docentes de la sociedad, así
como los estereotipos y papeles asignados al género, pueden hacer más
aceptable socialmente que los docentes presten menos atención, o una atención
de menor calidad, a las niñas que a los niños, castiguen a las niñas y los niños
de formas distintas.
De manera similar, los estereotipos sociales y culturales basados en la etnia, la
discapacidad o la orientación sexual, pueden influir en las prácticas pedagógicas
y hacer que ciertos grupos de estudiantes sean más vulnerables a la violencia, el
acoso y el tratamiento desigual por parte de otros niños y del personal de la
escuela

Es importante ofrecer a los docentes oportunidades para mejorar su conciencia


de las normas sociales, culturales y de género, la influencia que estas tienen en
sus métodos de enseñanza y cómo pueden avanzar hacia la igualdad en su
ejercicio de la docencia. Las sesiones deben centrarse en los siguientes
aspectos:

 la conciencia de las normas sociales, culturales y de género, y su influencia en las


prácticas pedagógicas, el comportamiento violento y la asistencia a la escuela;
 el papel que las prácticas y materiales pedagógicos pueden desempeñar como
refuerzo de las normas sociales, culturales y de género;

 cómo reconocer la violencia basada en las normas sociales, culturales y de


género, y cuestionar y afrontar este tipo de comportamiento entre los
estudiantes. Los docentes deben entender bien las políticas escolares sobre el
comportamiento violento, asimismo, deben contar con el apoyo de la
administración de la escuela al aplicar estas políticas. Deben recibir capacitación
sobre el modo de responder a la violencia cuando se produce.

Trabajar con los docentes en técnicas de disciplina y gestión del aula positivas

Todos los docentes deben recibir capacitación en técnicas de disciplina y


gestión del aula positivas como parte de su desarrollo profesional continuo.
La disciplina positiva entraña definir claramente las expectativas de
comportamiento en el aula y elogiar y animar a los estudiantes que cumplen tales
expectativas. El mal comportamiento se afronta mediante estrategias no
violentas que permiten a los niños entender sus errores y aprender de ellos

Estas estrategias podrían incluir la pérdida de tiempo de recreo, la obligación de


poner en orden un destrozo, cambiar de asiento, o comentar el comportamiento y
cómo se puede corregir
.
Estas técnicas se ofrecen como alternativas al castigo corporal o el castigo
emocional que son perjudiciales para los estudiantes y brindan pocas
oportunidades de aprendizaje, además de ser prácticas ilegales en La
capacitación en técnicas de disciplina y gestión del aula positivas suele centrarse
en:

 las estrategias para gestionar los comportamientos problemáticos;


 la definición de las reglas del aula y las expectativas de comportamiento;
 el desarrollo de relaciones positivas entre los docentes y los niños;
 la apreciación del comportamiento apropiado;
 Y el desarrollo de las habilidades sociales, emocionales y académicas de los
niños.

Medidas básicas:
• Capacitar a los docentes en técnicas de disciplina y gestión del aula positivas.
• Crear sistemas de apoyo mutuo para los docentes.
• Fortalecer el apoyo que la administración ofrece a los docentes.
• Abordar y transformar las creencias y las normas sociales, culturales y de género
nocivas de los docentes.

Medidas ampliadas:

• Integrar la capacitación en técnicas de disciplina y gestión del aula positivas y


normas sociales, culturales y de género en los programas de formación previa al
empleo y en el empleo dirigidos a los docentes .

 Facilitar a los docentes las competencias necesarias para responder a la violencia


de manera apropiada

Los docentes tienen una función importante a la hora de responder


adecuadamente a la violencia en las instalaciones escolares. Asimismo,
desempeñan un papel fundamental en la conformación del comportamiento
positivo y la enseñanza de aptitudes para la vida a los niños. Por tanto,
representan modelos de referencia significativos y deben reaccionar de manera
apropiada cuando se les comunica un caso de violencia o son testigos de esta.

Suelen ser también el principal punto de contacto para los niños que sufren o
ejercen la violencia. Los docentes siguen el desarrollo del niño en el día a día y
pueden tener un papel significativo en la identificación de los casos de violencia
ocultos.

Los docentes deben:


 reaccionar inmediatamente ante los casos de violencia;

 remitirse a las normas de la escuela;

 ofrecer apoyo a la víctima;

 ofrecer orientación a los observadores;

 dar ejemplo de comportamiento no violento y demostrar las


prácticas de un observador;
 imponer sanciones inmediatas de acuerdo con las normas y reglamentos de
la escuela;
 entender cómo las experiencias traumáticas y el abandono o los malos tratos
en el hogar pueden afectar negativamente al comportamiento de los niños, y
ofrecer apoyo a los niños problemáticos con relación a las dificultades más
generales que afrontan, en lugar de penalizarlos por su mal comportamiento;

 y entender el papel que desempeñan como docentes a la hora de construir


relaciones seguras y de confianza con los niños fuera del hogar

La escuela puede ofrecer apoyo a los docentes del modo siguiente:

 Ofrecerles la oportunidad de comentar cómo gestionan los casos de violencia


en un entorno confidencial. La supervisión entre pares y los grupos de apoyo
mutuo pueden ayudar a asistir a los docentes en la gestión apropiada de la
violencia.

 Ofrecer un lugar seguro y confidencial en el que puedan comentar su propia


experiencia con la violencia y recibir apoyo. Este apoyo debe provenir de
fuera de la escuela (por ejemplo, trabajadores sociales o servicios
psicosociales), con el fin de evitar que los docentes tengan dudas sobre si
solicitar o no apoyo por temor a las consecuencias negativas para su carrera.

 Ofrecer capacitación sobre estrategias de afrontamiento positivas y


autoayuda. Medidas básicas Medidas ampliadas

 Capacitar a los docentes y al personal escolar para que reconozcan la


violencia y pregunten a los niños sobre la violencia de manera responsable.

 Capacitar a los docentes en el modo de gestionar las situaciones en las que


un niño les comunica que ha sufrido violencia.

 Hacer frente a los incidentes de violencia inmediatamente, aplicando los


métodos aprendidos durante la capacitación de los docentes, por ejemplo, las
técnicas de disciplina y gestión del aula positivas

 Si no existen mecanismos de remisión en la escuela, asegurarse de que se


conocen los proveedores de servicio disponibles.
 Desarrollar y fortalecer métodos de remisión adecuados para las víctimas de la
violencia que necesiten apoyo adicional.

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