Yawar Pampa Resumen 230415 204823

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Edgar W. Sandoval Yugar(Autor) Capitulo | El camino y la pampa Milenios después del Jatun Tinku, un ingeniero de caminos llamado Juan José Velasquez Arrieta de 45 afos de edad, se encontraba discutiendo con los operarios de maquinaria pesada, debido a un camino mal hecho, pero Juan José no sabia que en poco tiempo le esperaria un destino sellado lleno de desesperacion. El tramo de carretera construido por el ingeniero, era el Huanuni-Bombo-Llallagua, que unia los departamentos de Oruro, Potosi y Chuquisaca, que contaba con un presupuesto de mas de 25 millones de dolares, sin embargo, eso le causé problemas, debido a que el tenia una buena reputacién por sus excelentes trabajos, pero no tenia una buena mano de obra. Cabe decir que Juan era una persona con un mal caracter, pese a eso, tiene una esposa llamada Herminia y dos hijos y este era el ultimo trabajo que haria, pues, Juan habia ahorrado lo suficiente para crear Su propia empresa constructora y por eso no toler6 la imperfeccién de la carretera. El ingeniero Juan salié de el lugar irritado y se fué hacia la pampa altiplanica que no pareciera tener limite, observ6 el paisaje y contemplo a la flora como la yareta(planta andina comunmente encontrada en plano boliviano), la thola y una que otra flor de los andes, también contempld la fauna, en la cual se veia la vizcacha, la llama, el wanako y demas. Por otro lado vid las obras hechas por el hombre, que transgredian a las leyes naturales y su belleza. El ingeniero siguid caminando hasta que su vista not6 un destello carmesi en el cielo, cuyo destello eran hojas, siendo el viento quien sell6 el destino del ingeniero. Juan, no supo como reaccionar ante eso, pues, no se encontraba poblacién alguna por los alrededores, entonces pens6 que eran hojas importantes del proyecto de la carretera y fué tras las hojas, pero habia veces en la que pareciera que el wayra(viento que provoca uno de los seres de alaj pacha[mundo de arriba])no queria que cogiese las hojas, pero el ingeniero did un esfuerzo para hagarar las hojas. El ingeniero las organizé y al darse cuenta de que no era nada importante y solo eran unas hojas que relatavan una historia lo empezo a leer. Capitulo II El manuscrito de Yawar Pampa Después de meditar profundamente acerca de todo Io ocurrido en los recientes meses, y ante mi inminente muerte, he decidido ralatar estos inusuales acontecimientos en este papel. Esto para dejar un testimonio real de mi existencia y desaparicion a los hombres y en especial a mi familia, pero también para relatar el portentoso encuentro con las tierras malditas de Yawar Pampa, tierras de las gue ya no espero salir nunca mds con vida. La hoja relata la vida de Alberto Garcia Carrero quien escribié la misma hoja. Alberto Garcia es un antropdlogo de profesién quién nacié un 22 de noviembre de 1966 en la ciudad de Oruro. La hoja relata de la vida amorosa de Alberto, quien en secundaria se enamordo de una muchacha llamada Katherine, y pese a Su naturaleza, logré estar con la mujer que ama y concibieron una hija a una edad un poco temprana, su relacién que tenia fue desaprobada por sus padres y la sociedad, pero lograron salir adelante. Alberto logr6 ingresar y terminar la universidad en la carrera de antropologia y empezaron a prosperar debido a su trabajo. Alberto menciono que desde 1922 hasta su desaparicion trabajaba con comunidades rurales aisladas de los grandes centros urbanos entre Oruro y Potosi, y después de 5 afos se gané la confianza de los originarios del lugar; fue entonces cuando le hablaron acerca de la leyenda de una tierra perdida y maldita, cuyo nombre era Yawar Pampa 0 tierras de sangre. Supuestamente esta tierra era habitada por una raza de puma runas 0 atuj runas(hombres puma u hombres lobo andinos). Al principio me puse algo incrédulo, pero le encontré algo de sentido, como antropologo veia las leyendas y mitos andinos como elemento de estudio cientifico, no como algo plausible, aunque estas exaltaban mi curiosidad. Solo Dios sabe cuan equivocado estaba Alberto cuando empez6 a oir acerca de los atuj runas por parte de los originarios, lo tomo con credulidad ya que pretendia hacer un ensayo, pero mientras mas escuchaba, mas se interesaba y empezo a investigar mas, busco informacion en la universidad, pregunto a originarios pero no encontr6é respuesta alguna, hasta que encontr6 un libro que hablaba sobre los atuj runas, pero esto mencionaba que provenian de ecuador, entonces Alberto tuvo demasiada curiosidad que incluso fue donde un yatiri quien le menciond que encontraria el lugar maldito, Yawar Pampa, debido a su curiosidad, solo tenia que caminar por los alrededores y llegaria al lugar. Alberto salié del lugar y pens6 que lo estafaron y decidié confiar en los mapas, lo cual no le ayudaron de mucho, asi que fue a explorar un lugar que no parecia poblado, pero antes se prepar6, llevé una mochila, una brujula, una carpa, un saco de dormir, un libro, algo de comida y material de escritura para sus apuntes. Abordo un camion y llegé a un pueblo cercano donde se rumoreaban aquellas leyendas. Alberto camino en direccién a otro pueblo y al salir del pueblo se top6 con una chica quien le pidid que no fuera a Yawar Pampa y Alberto al ofr eso se preguntdé el como sabia ella, que el queria ir alli, y antes de que pudiera preguntarle el como sabia, la mujer desapareci6é; Alberto pens6 que la mujer entrdé en una casa y Alberto prosiguid con su camino y penso que en 2 horas llegaria a otro pueblo. Alberto atraveso varias dificultades, desde no encontrar un pueblo, las condiciones del clima y no poder comer ya que no prepard demasiada comida y justo cuando se empezaba a rendir, vid a la vista excrementos secos de una llama y lo siguid, pues las llamas no se alejaban de los hombres, y con ese pensamiento, fue siguiendo los rastros y cuando empezaba a tener esperanza, su felicidad se esfum6 al ver que los rastros que seguia, se debia a causa de una llama muerta en estado de putrefaccion tendida en el suelo. Capitulo III El pueblo maldito de Yawar Pampa No sé en que momento me puse de pie, ni en qué direccién caminé, pero lo hice en un estado catatonico, sin tener nocion de nada. Tampoco sé por cuanto tiempo caminé, pues el impacto de la vision de la llama muerta fue demasiado para mis nervios. Solo comencé a recobrar algo de mi cordura cuando divisé unos cultivos perdidos a lo lejos. Al principio no quise creer en lo que veian mis ojos, pues no deseaba otra decepcion brutal como la que habia tenido instantes atras, pero continué caminando y las plantaciones se hicieron mas nitidas. Cuando me di cuenta estaba caminando por un camino de tierra. Los cultivos que habia visto eran atravesados por un pequefnio riachuelo que descendia de imponentes montafas a la derecha de un camino y terminaba en un inmenso lago del cual no tenia conocimiento. A medida que caminaba pude divisar un pueblo ubicado entre las faldas de los cerros y el lago desconocido. Mas alla, a la izquierda del camino podia verse un interminable salar que era la continuacion del lago. Al fin me encontraba a salvo...no podia creerlo... Quedé estupefacto con la salvadora vision del pueblo hasta que unos gritos me substrajeron del ensimismamiento. Era una mujer que cosechaba los cultivos y que gritaba con todas sus fuerzas que me marchara. El comportamiento de la mujer me resultaba incomprensible, pues no parecia ser agresiva, pero se notaba que algo le preocupaba en sobremanera. De cualquier manera no podia obedecerle y volver por donde vine, era simplemente imposible, primero debia calmar el hambre y la sed. Cuando la mujer vio que yo continuaba avanzando dejo de gritar y corrid en direccion del pueblo. Mientras me dirigi al rio a beber. Tomé el agua entre las manos sorbiendo con deleite, pero instantes después, percibi que el agua tenia un intenso sabor a sangre. De cualquier manera continué bebiendo, pues la sed era terrible y no iba a andarme con remilgos en semejante situacion. Pensé que el sabor a sangre se debia al salitre encontrado en la region. Una vez reconfortado vi a un grupo de hombres venir junto con la mujer de los cultivos venir en mi direccién. Me invadié el miedo pues pensé que ellos eran los denominados atuj runas, pero no intenté huir pues no tenia nada a mi favor. Ellos al estar un poco mas cerca logré ver sus rostros con una profunda mirada de tristeza y se me acerco un jilakata, quien me dijo: -Buenas tardes tata, yo soy Anselmo, el jilakata de este pueblo. ~Quién eres tu? *Me llamo Alberto Garcia, estoy perdido, ~Pueden decirme dénde estoy? Los compungidos campesinos no supieron que decir a lo que el jilakata hablo -Has llegado al pueblo Yawar Pampa, para desgracia tuya nunca podras salir de aqui. Yo pensé el por qué me dijeron eso, pues ellos no se veian agresivos *iY por qué no me dejaran ir?*pregunté airadamente -No es que vayamos a impedir que te vayas. Lo que pasa es que estas tierras son malditas, todo aquel que llega no puede marcharse nunca mas. Siempre que lo intentan regresan sin remedio. Esa explicacién me llené de dudas, en lugar de esclarecerme algo. Decidi esperar por los acontecimientos -Vamos-dijo el jilakata tomando mi brazo- te mostraremos una de las casas vacias donde podras vivir. Fui sin oponer resistencia, pues no noté enemistad en sus palabras, pero me extrahé la suposicién de que me quedaria a vivir con ellos. Atravesamos los cultivos y por algun motivo esas tierras me parecieron infinitamente tristes. Llegamos al pequefio pueblo, donde no habria mas de diez casas con una iglesia sdmiderruida y un gigantesco cementerio. Este camposanto colindaba por atras con el salar infinito, junto al lago, que se extendia a nuestra izquierda. Hacia la derecha pude ver mas de cerca las imponentes montafas y senti escalofrios, era como si alguien fAredijera mi muerte.

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