Tango Desde Sus Orígenes Hasta 1920
Tango Desde Sus Orígenes Hasta 1920
Tango Desde Sus Orígenes Hasta 1920
TANGO: “Desde
sus orígenes hasta
1920”
1.1. ETIMOLOGÍA.
La palabra "tango" no posee un único significado. Su etimología ha sido y sigue
siendo objeto de múltiples teorías y fuertes controversias. Distintos autores que han
realizado investigaciones profundas sobre el tema se han encontrado con múltiples
respuestas para esta misma pregunta.
Por empezar, podemos decir que la palabra tango fue seleccionada para
representar la letra "T" en el alfabeto radiofónico de uso global. Uno de los trabajos
fundamentales en este aspecto, es el artículo de José Gobello, “Tango, vocablo
controvertido” (1976), que destaca precisamente el clima controversial que el origen
de la palabra suscita. El núcleo del apasionado debate es esencialmente
civilizatorio, ya que se centra en determinar el papel jugado por las culturas
africanas, indígenas, latinoamericanas y europeas en la conformación de la
expresión. Reflexionando sobre esta puja civilizatoria, Gobello decía en 1999:
“Todavía hoy los especialistas discuten si en la elaboración del tango prevalecieron
los ingredientes hispánicos o los africanos. La discusión resulta más bien ociosa,
porque los ingredientes hispánicos en cuestión tenían también su cuota de sangre
negra…”.
El investigador Héctor Benedetti, en su ensayo "Sobre la etimología de la palabra
tango" (2001), realiza un prolijo repaso de las diversas teorías que se han formulado
y la suerte corrida por cada una. Las teorías sobre el origen de la palabra "tango" se
remontan a la edición del Diccionario de la Real Academia Española de 1914, en la
que decía que provenía del latín tangere, afirmación eliminada en las ediciones
posteriores.
1.2 ORIGEN NEGRO DE LA PALABRA.
«Candombe federal» de Martín Boneo(Argentina, 1836). Los «tangos» -reuniones- de la comunidad
negra, el candombe y el carnaval fueron el escenario en el que evolucionó el tango fusionándose
durante cuatro décadas con las más diversas formas musicales y culturales, hasta tomar identidad
propia a fines del siglo XIX, con la Guardia Vieja.
El tango. Óleo de Pedro Figari (Uruguay, 1861-1938). El tango empieza como danza en las
academias o milongas de las comunidades negras del Río de la Plata.
En 1957, el historiador Ricardo Rodríguez Molas investigó los lenguajes de los
esclavos llevados a la Argentina, principalmente pertenecientes a etnias del Congo,
el golfo de Guinea y el sur de Sudán y descubrió la existencia de la palabra "tango"
para referirse a los "lugares de reunión", utilizada tanto en África, como en la
América colonial. El autor sostuvo entonces que la palabra "tango" tiene origen
africano. Otras palabras íntimamente relacionadas con el tango, como "milonga" y
"canyengue", también son de origen africano y es llamativo el hecho de que la
palabra “Candombe” tenga un significado similar, siendo también de su mismo
origen.
Rodríguez Molas cita una denuncia de 1789, realizada por Manuel Warnes
(entonces funcionario del cabildo de Buenos Aires), en la que se usa la palabra
"tango" para referirse a las reuniones bailables de los esclavos:
“No permitan semejantes bailes y juntas las del tango, porque en ellas no se trata
sino del robo y de la intranquilidad para vivir los negros con libertad y sacudir el
yugo de la esclavitud”.
En Montevideo, para la misma época, la palabra "tango" se utilizaba con un
significado similar. El musicólogo uruguayo Lauro Ayestarán citaba en su
fundacional obra “La música del Uruguay”, la resolución del Cabildo de Montevideo
del 26 de septiembre de 1807 dictada con acuerdo del gobernador Francisco Javier
de Elio:
“Sobre tambos, bailes de negros. Que respecto a los bailes de negros, son por
todos motivos perjudiciales se prohiban absolutamente, dentro y fuera de la Ciudad,
y que se imponga al que contravenga el castigo de un mes á las obras públicas.
Resolución del Cabildo de Montevideo de común acuerdo con el gobernador
Francisco Javier Elío del 26 de septiembre de 1807.”
Notablemente, la citada disposición del virrey De Elío fue registrada en el índice de
Actas Capitulares usando el término "tango". Es que en el virreinato del Río de la
Plata, los términos «tango» y «tambo», se utilizaban como sinónimos, para referirse
a los lugares en que bailaban los negros.
Precisamente a partir del uso generalizado como sinónimos de las palabras "tambo"
y "tango", el investigador Oscar Escalada de la Universidad de La Plata, sostiene
que el origen del término es quechua, a partir del vocablo tanpu, hispanizado por los
conquistadores españoles como "tambo" y luego utilizado como sinónimo de
"tango".
Fueron esos "tambos" o "tangos", ya constituidos en asociaciones por origen étnico
de la comunidad “afrorioplatense”, congregadas en las llamadas salas de Nación, de
donde surgieron las academias, milongas, piringundines y canguelas, en las que se
iría formando el tango en la segunda mitad del siglo XIX desde que la esclavitud
comenzó a ser abolida en 1813.
Con un derrotero diferente, se ha destacado también que la palabra "tango" existe
en Andalucía desde mediados del siglo XIX, para designar un género musical
llamado tango flamenco o tango andaluz, cuyo origen ha sido detectado hacia 1823
en Cuba, en el barrio negro de La Habana. El tango flamenco, a su vez, registra
influencias afrocubanas -en particular la habanera, y africanas. Tanto la habanera
como el tango flamenco se encuentran entre los géneros que más influyeron en la
aparición del tango argentino, como género musical.
Finalmente, teniendo en cuenta el uso generalizado en el Río de la Plata desde la
colonia de las expresiones "tambo-tango" y a la vez la expresión "tango andaluz", se
ha sostenido una teoría de la doble entrada, que propone que la palabra "tango" se
utilizó en el Río de la Plata durante los siglos XVIII y XIX para designar los sitios del
baile negro, y luego volvió a entrar en la segunda mitad del siglo XIX, procedente de
Cuba-Andalucía, para designar esta vez la danza y el género musical.
Dicen que la palabra tango es anterior al baile y que por el año 1803 figuraba en el
diccionario de la Real Academia Española como una variante del tángano, un hueso
o piedra que se utilizaba para el juego de ese nombre. Pero ya en 1889 la institución
normativa de la lengua incluía una segunda acepción del tango como "fiesta y baile
de negros y de gente de pueblo en América". Sin embargo, debieron pasar casi 100
años para que el diccionario definiera al tango como "baile argentino de pareja
enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido
internacionalmente".
Otros estudiosos de la música ciudadana argumentan que el vocablo es propio de
las lenguas africanas que llegaron con los esclavos al Río de la Plata y cuyo
significado sería "lugar cerrado".
Es muy probable que tango sea una voz de origen portugués introducida en el
nuevo continente a través del dialecto criollo afro-portugués. Al comparar tango y
tambo, Blas Matamoro afirma que ambas son onomatopeyas del tam-tam o
candombe utilizado en los bailes negros. Más aún, en dialecto bozal la expresión
era "tocá tango" o "tocá tambó" (toca el tambor) para iniciar el baile. El lugar de
reunión de los esclavos, tanto en África como en América, era llamado tango.
Y así nombró Buenos Aires a las casas de los suburbios donde, a comienzos del
siglo XIX, los negros se encontraban para bailar y olvidar temporalmente su
condición.
Lo de Hansen, foto cercana a 1895. Uno de los lugares históricos relacionados con los orígenes del tango.
Se encontraba en Palermo, frente al lugar en el que hoy se encuentra el Planetario.
En el barrio del retiro, después de las guerras del siglo XIX, los piringundines y
quilombos animados por mujeres acunaban una música alegre, rapida, contextos
picarescos y aveces pornograficos. Estas milongas candombeadas, eran el producto
de la interacción entre los diferentes componentes del pueblo argentino y pueden
ser consideradas el ancestro directo del tango.
A su vez, la milonga proviene del sur de brasil (que deriva de bantu molunga). Se
trataba de un ciclo que se repetía para acompañar las payadas durante las guerras
civiles brasileñas en la mitad del siglo XIX.
Los gauchos del Plata compartían los fogones llevando y trayendo la milonga, más
tarde se llamará milonga sureña hasta que en Montevideo y Buenos Aires, al entrar
en contacto con el candombe, se transformara en bailable.
En el origen del tango hubo tres aportes negros decisivos: el originario del Río de la
Plata, que es el candombe; el procedente de Cuba, que es la contradanza europea
convertida en habanera , y la antes mencionada milonga, oriunda del Brasil, traída
por los soldados del ejército de Urquiza, y que con el tiempo llegaría a las orillas de
Buenos Aires. Los tres elementos se refundirán en el tango. Luego éste recibirá
otros aportes de la inmigración, hasta transformarse en el primer fruto musical de
sincretismo. Buenos Aires era el último puerto del mundo: los artistas y los marinos
llegaban a ella con toda la música recogida en los puertos del trayecto. Y la larga
estadía de los barcos en cada puerto daba tiempo para el contacto y el intercambio
con los habitantes.
La habanera es una danza o contradanza francesa exportada vía España hacia
Cuba, donde fue interpretada por los músicos negros locales, que a principios del
siglo XIX dominaban la notación musical. Luego fue importada de Cuba hacia
España e incorporada al repertorio de las zarzuelas. Será con esta forma que
ingresara en Argentina y también por la acción de los marineros cubanos que lo
bailaban en los boliches del puerto. En Buenos Aires se llamó habanera con corte.
Mezcla de códigos cerrados y con lenguaje particular, el tango germinaba en las
casas de baile, orillaba el Riachuelo, los boliches de carreros y cuarteadores, los
conventillos del barrio sur. Por esos años, muchos de los inmigrantes venían solos y
las pocas mujeres que venían se encontraban en las academias o en las casas de
citas.
La Buenos Aires de los '80 poco a poco se descubría en las academias y en los
teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron a cantar y
bailar las formas más primitivas del tango.
Las academias, también llamadas peringundines, funcionaban sólo bajo
autorización en los suburbios o barrios alejados del centro y, si bien en principio
eran sólo para hombres, después incorporaron mujeres contratadas para bailar.
3. DESARROLLO HASTA 1920
3.1 PRIMEROS TANGOS.
En el campo comercial, la emergencia de la industria discográfica sirvió para difundir
exponencialmente la música tango.
“El Sargento Cabral”, fue el primer tango que se grabó en parís en 1907,
interpretado por la Banda de la guardia republicana parisina.
Luego vendrían otras grabaciones pero a partir de la primera década del siglo XX
que el tango se convierte en un producto comercial de consumo masivo.
Letras de algunos tangos extraídas del vinilo “La Catrera” - Tango para piano de Arturo DE
BASSI
3.2 GUARDIA VIEJA.
El pianista porteño Rosendo Mendizábal, autor de "El entrerriano" (1896), uno de los tangos
clásicos que inauguraron la Guardia Vieja.
La guardia vieja es el tango primitivo hegemonizado por los italianos. Son los
primeros que graban, ya que el negro no tuvo acceso a los estudios de grabación,
salvo algunas excepciones (Gabino Ezeiza, Carlos Posadas y Rosendo
Mendizábal).
La naciente música “blanqueada” se transformó en rudimentaria, de poco vuelo, con
una técnica extremadamente primitiva.
Como características musicales: el unísono era corriente, con armonías reducidas y
una rítmica simplificada que ya no contenía más que un recuerdo de la milonga
candombera original.
Desde comienzos del siglo XX, el tango seduce a cada vez más gente y,como todo
fenómeno popular, se mercantiliza.
Así mismo, Guardia Vieja es el nombre que recibió el movimiento cultural, la etapa
y el grupo de músicos, poetas y bailarines que crearon el tango. No existe
coincidencia entre los historiadores para precisar el momento de comienzo y final
del movimiento, pero hay coincidencia en ubicar el inicio en las últimas dos décadas
del siglo XIX y el final entre la segunda y la tercera década del siglo XX, cuando dio
paso al movimiento llamado Guardia Nueva.
Si bien los orígenes del tango son anteriores a la Guardia Vieja, es en esta etapa
que el tango adopta el nombre que lo identifica y adquiere originalidad musical y
coreográfica propia.
Entre las obras y músicos más característicos de este período se destacan el tango
"El entrerriano" (1897) de Rosendo Mendizábal, "Don Juan" (1898) de Enrique
Ponzio, "El choclo" (1903) y "El porteñito" (1906) de Ángel Villoldo, "La morocha"
(1905) de Villoldo y Enrique Saborido y la versión de "Don Juan" (1910), por la
orquesta típica de Vicente Greco, que fue la primera grabación con bandoneón.
También se destacaron cantantes como Los Gobbi (Alfredo y Flora) que grabaron
gran cantidad de discos, contribuyendo a la difusión internacional del género.
Durante el período fue adoptado el bandoneón como instrumento típico del tango,
con los primeros instrumentistas destacados como Juan Maglio (Pacho) y Eduardo
Arolas.
La Guardia Vieja dio paso a la Guardia Nueva, a partir de 1917/1925, un período en
el que el tango se consolida y masifica, tanto en la Argentina y el Uruguay como en
el resto del mundo, a la vez que su sonido y sus letras adquieren mayor
sofisticación.
Los primeros tangueros generalmente eran trabajadores de distintos oficios que
tocaban de oído dividiendo su tiempo entre el trabajo , el café y el quilombo.
Progresivamente,, los músicos van evolucionando hasta la generación de 1920 (De
Caro, Cobian, Firpo, Fresedo), cuando la música académica se impone sobre la
improvisación: alguno de estos músicos tuvieron una primera educación clásica y no
popular.
Los primeros músicos negros, como Posadas y Mendizábal, que crearon el tango
milonga, resumieron lo que estaba en el aire en esa época y le dieron un carácter
académico: recuperando la milonga de tradición oral, fijaron la base del futuro tango.
Estos negros finos tenía formación clásica, pero estaban impregnados de su
tradición africana.
El bandoneón, con su aterciopelado sonido, se convertirá en el instrumento mas
importante de la orquesta; mientras que el violín, proveniente del este europeo, se
incorpora gracias a los músicos judíos conteniendo toda la nostalgia de la música
Klezmer, y aportando todo el caudal romántico de la música vienesa y gitana.
La permanencia de lo negro a pesar de los cambios sucesivos, persiste en la
memoria colectiva gracias a la tradición oral, en la transposición de los toques de los
tambores candomberos a los instrumentos melódicos. Se encuentra en los
bordoneos del piano, en la polirritmia de la chicharra del violín, en las clapetas del
bandoneón, que remiten a las antiguas quijadas de los candombes primitivos; en el
piano las campanas del 3,3,2 de la milonga no es ni mas ni menos que el llamado
“corte” del candombe comenzado téticamente en vez de anacrusicamente.
Al principio, al llamado tango milonga, se lo escribía en 2 x 4, cual estaba escrito se
acompañaba lo mejor que se podía, siguiendo la melodía dictada por el bandoneón
y el violín. El piano adornaba los espacios libres con bordoneos, campanas y otras
intervenciones improvisadas, y en alguna parte solía tocar un solo libre.
Cuando se tocaba a la manera de la “guardia vieja”, cada músico tenía que saber de
memoria un cierto número de temas.
4. LUNFARDO.
Debemos aclarar que no se trata de un idioma, ya que carece de gramática o
sintaxis propia sino que funciona como una sustitución de palabras por otras. Se
dice que con la oleada de inmigración europea que llegó a la Argentina durante fines
del siglo XIX y principios del siglo XX, sobre todo españoles e italianos, se fueron
incorporando nuevas palabras o algunas fueron cambiando su pronunciación. Los
inmigrantes recién llegados se instalaban en los ya famosos conventillos donde
convivían con las clases bajas de la ciudad. Allí se producían estos intercambios
idiomáticos: el italiano y las confusiones se mezclaban con las palabras
gauchescas, aborígenes y africanas que ya se utilizaban con anterioridad. El
lunfardo además presenta otra característica particular, el vesre. Un juego de
sustitución de sílabas en las palabras por el que, por ejemplo, café se convierte en
feca o camión en mionca.
Otra teoría afirma que en sus comienzos se trataba de un lenguaje carcelero que los
presos utilizaban para poder hablar sin que los guardias pudieran entender. De
alguna manera, el lunfardo siempre estuvo asociado a la delincuencia o a los
compadritos tangueros, luego pasó a las clases bajas y medias y así con el tiempo
se fue colando en el lenguaje diario hasta convertirse en símbolo de identidad
porteña. Ha llegado incluso a trascender las fronteras ya que varios países
latinoamericanos también se han adoptado algunas de sus expresiones y hay
palabras como pibe (para llamar a un niño o joven) que ya han sido aceptadas por la
Real Academia Española.
La Academia Argentina del Lunfardo, fundada en 1962, se ocupa de estudiar y
seguir la evolución del habla porteño. Difunde libros, diccionarios y glosarios sobre
el tema que pueden ser un regalo original como recuerdo de Buenos Aires o
simplemente material para los que deseen introducirse en esta rama de la cultura
popular. Desde el año 2000 se ha declarado el 5 de septiembre como Día del
Lunfardo.
Considero impropio hablar del tango como una unidad. Sospecho, más bien, que el
tango del compadrito, alegre, zafado, veloz en el baile y jacarandoso en el canto- no
es el mismo tango del hijo de inmigrantes, triste, sentimental, reconcentrado en el
baile, frecuentador de torvas historias de amores y traiciones en su letra. Al primero
lo personificó en Villoldo; al otro, en Contursi. Y bien, ya el tango de Villoldo abrevó
en el lunfardo, aunque no muy copiosamente, inclusive porque para aquella época
el lunfardo no era muy copioso.
Si el lunfardo hubiera sido la conmixtión del habla del compadrito con la del
inmigrante, habría derivado al papiamento, a créole, a lengua mixta. Pero, aunque la
escuela pública, al afianzar el idioma nacional, que era el castellano, impidió un
desaguisado lingüístico más propio de un puerto franco que de una nueva y gloriosa
nación, no pudo evitar que algunas voces oriundas de Italia -del italiano mismo, del
genovés, del napolitano, del furbesco, se prendieran a los labios del compadrito, que
comenzó a italianizar y a mezclar voces de Europa y de la campaña, como el
protagonista del tango Ivette, de Pascual Contursi:
¿No te acordás que conmigo / usaste el primer sombrero / y aquel cinturón de
cuero / que a un esmujen le amuré? / ¿No te traje pa tu santo / un par de
zarzos debute, / que una noche a un farabute / del cotorro le pianté? / Y con
ellos unas botas / con la caña de gamuza / y una pollera papusa / hecha de
seda crepé.
El lunfardo y el tango juntos en la primer letra.
La primera letra, si no cronológicamente, al menos por su importancia, es la del
tango Lita, rebautizado Mi noche triste. Aquellos octosílabos memorables comienzan
con un vocablo lunfardo, “percanta que me amuraste”. Sobre el modelo de Contursi,
muchos otros letristas lunfardizaron, sobre todo Celedonio Esteban Flores, quien lo
hizo con gran talento. Homero Manzi, en cuya genealogía poética se encuentran
González Castillo y Borges, prescinde de ese vocabulario chúcaro, y lo mismo hace
Discépolo en sus años postreros. Homero Expósito tampoco lunfardizó, salvo por
excepción. Y el tango moderno, cuyo príncipe es Horacio Ferrer, acude a él con
sabiduría, más que como lenguaje, como toque literario.
Sobre José Gobello: (Martínez, 26 de septiembre de 1919 – Ramos Mejía, 28 de
octubre de 2013). Fue un escritor, poeta y ensayista argentino, especialmente sobre
el lunfardo. Fundador, miembro y presidente de la Academia Porteña del Lunfardo.
Sus obras son:
Lunfardía, 1953. Historias con ladrones, 1956. Breve diccionario lunfardo, 1960, en
colaboración con Luciano Payet. Primera antología lunfarda, 1961, en colaboración
con Luis Soler Cañas. Las letras del tango, de Villoldo a Borges, 1966, en
colaboración con Eduardo Stilman. Nueva antología lunfarda, 1972. El lenguaje de
mi pueblo, 1974. Diccionario lunfardo, 1975. Conversando tangos, 1976.
Etimologías, 1978. Tangos, letras y letristas, 1979, en colaboración con Jorge
Bossio. Nuevo diccionario lunfardo, 1990. Tangos, letras y letristas, II, 1992.
Tangos, letras y letristas, III, 1993. Tangos, letras y letristas, IV, 1994. Tangos, letras
y letristas, V, 1995. Tangos, letras y letristas, VI (diccionario de tangos), 1996.
Aproximación al lunfardo, 1996. Vocabulario ideológico del lunfardo, 1998, en
colaboración con Irene Amuchástegui. Breve historia crítica del tango, 1999.
Mujeres y hombres que hicieron el tango, 2002. Los ángeles afeitados y otros
poemas, 2002. Ascasubi lexicógrafo, 2003. Diccionario gauchesco, 2003.
Paratangos, 2004. Novísimo diccionario lunfardo, 2004, en colaboración con
Marcelo Oliveri. Curso básico de lunfardo, 2004, en colaboración con Marcelo
Héctor Oliveri. Costumbrismo lunfardo, 2004. Blanqueo etimológico del lunfardo,
2005. Letras de tango. Selección (1897-1981), 2007. Diccionario del habla de
Buenos Aires, 2006, en colaboración con Marcelo Héctor Oliveri.
¿Cómo era Gardel?, 2009, en colaboración con Marcelo Héctor Oliveri.
Poesía lunfarda, del burdel al Parnaso. Antología, 2010. Historia de la Academia
Porteña del Lunfardo, 2011, en colaboración con Otilia Da Veiga.
5. BAILE.
En la década de 1880 ya se hablaba de tango. Previo a esto, los criollos y los
negros comienzan a crear una nueva forma de expresión a través del baile.
La musica todavia no tenia un nombre definitivo: la llamaban habanera con corte,
candombe criollo, tango negro, milongon, milonga candombe.
Es el negro criollo quien hace el traspaso del baile candombero ritual de pareja
suelta a el de pareja enlazada; luego el compadrito orillero, burlándose del negro, lo
copiara hasta caricaturizarlo porque, al bailarlo no de manera espontanea y sensual,
codificará las figuras del tango hasta transformarlo en académico.
El tango como danza comienza a surgir en lo que se llamó las orillas o arrabal de
ciudades como Buenos Aires y Montevideo, es decir las zonas marginales habitadas
por los sectores populares. En esos arrabales fue el seno de las comunidades afro -
rioplatenses, en proceso final de liberación de la esclavitud, donde se instalaron los
lugares de baile y entretenimiento popular, llamadas "academias", "milongas",
"piringundines" o "canguelas" en los que se inventaría el tango. Los protagonistas
fueron las propias comunidades afro - rioplatenses con sus tipos sociales llamados
"negros", "negras", "pardos" y "pardas", y las poblaciones rurales mestizadas en
proceso de migración hacia las ciudades llamados "chinas" y "compadritos", éste
último protagonista destacado del origen del tango como baile. Adicionalmente, las
academias y milongas recibieron también la presencia creciente de la ola de
inmigrantes provenientes de los más diversos países de Europa y el Medio Oriente,
mayoritariamente italianos.
Luego de la caída de J.M. de Rosas en 1852, en Buenos Aires, las comunidades
afro - porteñas no pudieron continuar marchando con sus candombes por la calle y
se vieron obligadas a realizarlo en sitios cerrados. Es en esas condiciones que el
baile se transforma, fusionando los cortes y quebradas característicos del
candombe, con la pareja enlazada del vals y la mazurca, danzas que estaban de
moda en europa.
En esa época se llamaba "tango" a todo lo que bailaban "los negros". En ese
proceso se fue formando un género musical nuevo, perfectamente adaptado a ese
peculiar y sensual estilo de baile. Finalmente ese género nuevo apareció en los
últimos años del siglo XIX y fue bautizado con el mismo nombre que la danza:
"tango".
Pero a medida que el tango fue saliendo de las academias, milongas y piringundines
de la noche arrabalera, para comenzar a ser bailado en salones y ámbitos públicos
o familiares, apareció un nuevo estilo de bailarlo, que buscó moderar sus aspectos
más provocativos, separando los cuerpos pero sin perder el abrazo y atenuando, o
incluso eliminando, los cortes y quebradas, al menos sus figuras más sensuales.
Este estilo, desarrollado sobre todo a partir de la segunda década del siglo XX,
recibió el nombre de tango de salón o tango liso. El tango de salón o tango liso se
apoyó sobre todo en la caminata tanguera. Fue básicamente el estilo que se bailó
popularmente entre las décadas de 1920 y 1950.
El baile tanguero está construido sobre cuatro componentes básicos: el abrazo
estrecho, la caminata, el corte y la quebrada, entendidos estos dos últimos términos
clásicos como el eje de la improvisación y las figuras coreográficas que adornan la
danza y que son conocidas bajo el nombre genérico de "firulete". Pero por sobre
todas las cosas el tango debe ser bailado como un lenguaje corporal a través del
cual se transmiten emociones personales a la pareja.
Casi simultáneamente al tango de salón practicado como esparcimiento popular,
apareció un tango bailado por profesionales orientado al espectáculo, que recibió el
nombre de tango escenario. El tango escenario utiliza coreografías más audaces y
libres, muchas veces tomadas de otras danzas o disciplinas físicas, como los saltos
y figuras con los bailarines sueltos, que ni el tango de salón ni el tango canyengue
aceptan.
Los roles de género: En la pareja varón-mujer tradicional los roles de género están
sexualmente definidos. Esto quiere decir que en la pareja de tango es el hombre
quien crea y dirige el baile y la mujer es quien lo sigue, aunque con una coreografía
autónoma. Esta asignación tradicional de roles por género en el tango, se ve sin
embargo condicionada por la también tradicional costumbre de bailar tango entre
hombres.
BIBLIOGRAFÍA.
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