Tarea Psicología Clínica

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UNIVERSIDAD CENTRAL DE NICARAGUA

Psicología Clínica y de la Salud

Dana Sabrina Matute Sánchez

Docente: María Gabriela Moreno González

Fecha de entrega: 14/06/2023


1- Plantea consideraciones generales sobre las enfermedades
neurodegenerativas.

• Las enfermedades neurodegenerativas abarcan un grupo de trastornos


neurológicos caracterizados por el deterioro lento y progresivo de
regiones del cerebro, zonas críticas para el funcionamiento cognitivo,
emocional, conductual y motor.
• Estas pueden afectar al movimiento, el lenguaje, la memoria, el
razonamiento, y muchas otras capacidades, derivando en una progresiva
pérdida de autonomía.
• Todas las enfermedades neurodegenerativas se manfiestan y
evolucionan de maneras diferentes pero así aun tienen algunas
características comunes, son progresivas, incapacitantes y constituyen
una gran amenaza para la supervivencia.
• las causas que desencadenan el proceso neurodegenerativo son
desconocidas. En algunas enfermedades se conocen mutaciones
genéticas a las que, directamente, se les atribuye la causa de la
enfermedad (lo que se suele identificar como hereditario), como la
enfermedad de Huntington.
• hasta el 30% de todas las personas mayores de 85 años padecen la
enfermedad de Alzheimer, y el 5% mayores de 65 años enfermedad de
Parkinson. En ambos cuadros los síntomas afectivos, incluyendo
ansiedad y depresión, no son poco frecuentes (Shusharina et al., 2023).

2-Profundiza sobre la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una afección progresiva, con una pérdida


inevitable de la función mental, caracterizada por la degeneración del tejido
cerebral, la acumulación de una proteína anómala denominada beta-amiloide y
el desarrollo de ovillos marañas neurofibrilares.

Esta enfermedad es un tipo de demencia, la cual es un declive lento y


progresivo de la funcionalidad mental, incluida la memoria, el pensamiento, el
juicio y la capacidad para aprender.
La enfermedad de Alzheimer, un trastorno neurocognitivo, es la causa más
frecuente de demencia; representa el 60 del 80% de las demencias en los
adultos mayores. En los Estados Unidos, se estima que 10% de las personas
65% tienen la enfermedad de Alzheimer. El porcentaje aumenta con la edad:

Esta enfermedad es 2 veces más frecuente entre las mujeres que en los
hombres, en parte porque éstas tienen una expectativa de vida mayor.

Se desconoce la causa de la enfermedad de Alzheimer, pero los factores


genéticos desempeñan un papel importante: entre el 5 y el 15% de los casos
son hereditarios. Intervienen varias anomalías en unos genes específicos.
Algunas de estas anomalías son heredadas aunque solo uno de los
progenitores tenga el gen anómalo. Esto pasa si el gen anómalo es
dominante. Un progenitor afectado tiene un 50% de probabilidad de
transmitir el gen anómalo a cada descendiente. Aproximadamente la mitad la
descendencia desarrolla la enfermedad de Alzheimer antes de los 65 años de
edad.

En la mayoría de los demás casos, un solo gen no es dominante. En cambio,


otros genes afectan el riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer. Una
anomalía genética afecta a la apolipoproteína E (apo E), la fracción proteica
de ciertas lipoproteínas que transportan el colesterol en la sangre. Existen
tres tipos de apo E:

• Epsilon-4: las personas que poseen el tipo epsilon-4 desarrollan la


enfermedad de Alzheimer con más frecuencia y a una edad más
temprana que las demás personas.
• Epsilon-2: por el contrario, las personas con el tipo epsilon-2 parecen
estar protegidas contra la enfermedad.
• Epsilon 3: las personas con el tipo epsilon 3 no están protegidas, pero
tampoco tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Sin embargo, las pruebas genéticas para la apolipoproteína E no determinan


si se desarrollará la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, no se recomienda
realizarlas sistemáticamente.
Los factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, los niveles
altos de colesterol y fumar, pueden aumentar el riesgo de la enfermedad de
Alzheimer. El tratamiento de estos factores de riesgo desde la mediana edad
puede reducir el riesgo de deterioro mental durante la edad avanzada.

Fases de la enfermedad:

• Fase preclínica: Dentro de esta fase existe un subgrupo de sujetos que


observan un empeoramiento en su propio rendimiento cognitivo con
respecto a etapas previas de la vida, pero en los que los instrumentos de
valoración cognitiva no muestran deterioro. Estas personas reciben el
diagnóstico de deterioro cognitivo subjetivo.

No obstante, las quejas cognitivas (sobre todo de memoria) son muy


frecuentes en la población general y, por supuesto, no siempre indican
un inicio de enfermedad de Alzheimer; también se pueden asociar al
envejecimiento normal, a trastornos psiquiátricos como la ansiedad o la
depresión, a enfermedades neurológicas no degenerativas como la
patología cerebrovascular o el traumatismo cerebral, o a enfermedades
sistémicas.

• Fase prodrómica: La fase prodrómica de la enfermedad de Alzheimer


se caracteriza por la aparición de síntomas cognitivos,
predominantemente problemas de memoria para recordar hechos
recientes, que son objetivos y medibles en los test neuropsicológicos
pero que no ocasionan repercusión sobre las actividades de la vida
diaria. Esta situación se denomina deterioro cognitivo leve.
• Fase de demencia: La fase de demencia de la enfermedad de
Alzheimer implica que se ha producido un deterioro cognitivo
progresivo que llega a repercutir en las actividades de la vida diaria y la
autonomía de la persona. La mayoría de los pacientes con demencia por
enfermedad de Alzheimer (70%) presentan una forma típica de
presentación, que consiste en un afectación inicial y predominante de la
memoria para hechos recientes. Los pacientes se muestran repetitivos,
olvidan detalles de conversaciones, pierden objetos de uso común y
olvidan citas.Esta afectación de la memoria suele asociar también
problemas de orientación en tiempo
Alteraciones cerebrales

En la enfermedad de Alzheimer se degeneran partes del cerebro, se destruyen


células nerviosas y se reduce la respuesta de las restantes a los transmisores
químicos que transmiten señales entre las neuronas en el cerebro
(neurotransmisores). El nivel de acetilcolina (un neurotransmisor implicado
en la memoria, el aprendizaje y la concentración) es bajo.

La enfermedad de Alzheimer provoca la aparición de las siguientes


anomalías en el tejido cerebral:

• Depósitos de beta-amiloide: acumulación de beta-amiloide (proteína


anormal insoluble), que se forma porque las células no pueden
procesarla y retirarla
• Placas neuríticas (seniles): grupos de células nerviosas muertas
alrededor de un núcleo de beta-amiloide
• Ovillos neurofibrilares: filamentos torcidos de proteínas insolubles en
las células nerviosas
• Niveles elevados de tau: proteína anómala, un componente de los
ovillos neurofibrilares y de los beta-amiloides.

Estas anomalías aparecen en cierto grado al envejecer, pero son mucho más
numerosas entre los afectados por la enfermedad de Alzheimer.

Diagnóstico del alzheimer

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa en la información


clínica aportada por el paciente y sus acompañantes, y los datos obtenidos en
la exploración física y cognitiva del paciente.

Siempre es necesario descartar causas tratables de deterioro cognitivo, por lo


que se suele realizar una analítica y un estudio de imagen cerebral (como una
tomografía computarizada o una resonancia magnética).

En personas que presentan un deterioro cognitivo leve se utilizan marcadores


biológicos para establecer la presencia de las proteínas relacionadas con la
enfermedad de Alzheimer, ya sea con el análisis del líquido cefalorraquídeo
o con técnicas de imagen (PET de amiloide y PET de metabolismo cerebral).
Estos marcadores también se suelen utilizar para el diagnóstico de
enfermedad de Alzheimer en aquellos casos de inicio temprano o de
presentación atípica.

Tratamiento del alzheimer

• Medidas de seguridad y sintomáticas


• Inhibidores de la colinesterasa y memantina

Las medidas sintomáticas y de seguridad para la enfermedad de Alzheimer


son las mismas que las de todas las demencias. Por ejemplo, el medio
ambiente debe ser brillante, alegre, y familiar, y debe ser diseñado para
reforzar la orientación (p. ej., colocación de grandes relojes y calendarios en
la habitación). Deben implementarse medidas para garantizar la seguridad
del paciente.

También es importante la ayuda para los cuidadores, que pueden


experimentar estrés significativo. Las enfermeras y los asistentes sociales
pueden enseñarles a los cuidadores el mejor modo de cubrir las necesidades
del paciente. El personal de asistencia de la salud debe vigilar los síntomas
incipientes de estrés y agotamiento del cuidador y, cuando sea necesario,
sugerir servicios de apoyo.

Fármacos para tratar la enfermedad de Alzheimer

Los inhibidores de la colinesterasa mejoran modestamente la función


cognitiva y la memoria en algunos pacientes. Hay cuatro disponibles. En
general, el donepecilo, la rivastigmina y la galantamina son igualmente
eficaces, pero la tacrina pocas veces se usa por su hepatotoxicidad.
4-Tratamientos para enfermedades neurodegenerativas o estilos de vida
saludables ? Como prevenirlas, relentizarlas, atenuar su impacto.

Esta información la saque del programa de rehabilitación neurológica ACD


REHABILITACIÓN el cual plantea para el tratamiento de la Enfermedades
neurodegenerativas, cubrir aquellas necesidades terapéuticas que la persona
requiera en función de su afectación por dichas patologías. Con ello lo que
tratan de conseguir es potenciar las capacidades del paciente al máximo,
tratando en todo momento de ralentizar el proceso neurodegenerativo lo
máximo posible, así como dotar de estrategias tanto al propio paciente como a
su entorno de cuidadores para ir adaptándose a los cambios que el propio
proceso patológico provoca en la persona y tratando de facilitarle en todo
momento la mayor calidad de vida posible, con una intervención
completamente personalizada, previo análisis y valoración por parte de los
profesionales especializados en el tratamiento de este tipo de patologías, con
el objetivo de que la intervención terapéutica se adapte al paciente y a sus
necesidades, y no al revés. Además a lo largo de todo el proceso rehabilitador,
la persona será tratada de manera individual, garantizando de esta manera que
la intervención será la más indicada para la persona y adaptándose a ella.

Con esta metodología de rehabilitación se lograrán cubrir las necesidades


terapéuticas del paciente que comúnmente sobrevienen a estas patologías, no
solo desde un punto de vista meramente físico y/o cognitivo, sino tratando de
lograr que esta intervención se adapte a la vida de la persona y buscando
siempre la recuperación y normalización de su vida diaria.

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