Libre Albedrío
Libre Albedrío
Libre Albedrío
La pregunta sobre el libre albedrío es ambigua; libre albedrío, ¿para quién? Hemos de ser
precisos. Habitualmente, la pregunta significa: “Libre albedrío para un ser humano, para una
entidad separada, para una entidad individual”. De hecho, una tal entidad individual (un
cuerpo/mente), carece de libre albedrío.
Puedes ver esto en tu interior, viendo como los pensamientos surgen en ti.
Surgen sin que lo pre-escojas. Surgen sin ser escogidos. No tienes nada que decir, no tienes el
control sobre estos pensamientos que surgen. De lo contrario, podrías escoger ser perfectamente
feliz, ¿no es cierto? O perfectamente inteligente, o perfectamente... O conducirte perfectamente
en todas las circunstancias, no enfadarte nunca, etc. Evidentemente, no es el caso.
Para ello, la experiencia nos demuestra que, en tanto que entidades separadas, no tenemos el
control de nuestros pensamientos.
Entonces, en tanto que entidad separada, experimentalmente, no hay libre albedrío.
Somos como máquinas expendedoras de Coca-Cola.
El universo aprieta los diferentes botones. Hace calor seco: "tengo sed". Alguien me dice: “eres
estúpido”; y le doy un puñetazo. Sabes, es así. Pongo un dólar y elijo: light, cero, normal, o con
soda, etc. ¡Es lo mismo! Como seres humanos, básicamente somos como máquinas
expendedoras de Coca-Cola.
Sin embargo, tenemos un sentido de libertad. En cierto modo, las decisiones son nuestras y la
comprensión es nuestra. Si comprendemos algo, la decisión que sigue a esta comprensión nos
pertenece plenamente.
Si en una situación dada, vemos claramente aquello que deberíamos hacer, y si nuestro corazón y
nuestra inteligencia están de acuerdo, entonces, al mismo tiempo, tenemos el sentimiento que esa
decisión es realmente la nuestra, y que viene de nuestra libertad.
Por lo tanto, esto apunta realmente hacia una identidad entre inteligencia o comprensión, corazón
o amor y libertad. Un lugar en nosotros, donde, esta especie de decisión se origina. Y es un lugar
de libertad y de espontaneidad en nosotros.
Pero ese lugar de la libertad, en nosotros, no es personal. Está más allá de la persona. Es el
gran descubrimiento de toda esta actividad, de hecho en relación a lo que sea, de la iluminación,
del camino espiritual…, el gran descubrimiento es ese lugar de libertad en nosotros, ese lugar de
inteligencia, de amor, de comprensión, de consciencia. Y la liberación es el
descubrimiento de que ese lugar o que esa realidad que percibe, comprende, ama, decide, es
universal en vez de personal. De hecho, es el universo que se contempla a sí mismo, a través de
estos ojos, o se oye a sí mismo a través de todas estas orejas.