Analisia Accion de Inconstitucionalidad 61/2016

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 21

Entregable 2

Estudio de Caso

Acción de Inconstitucionalidad 61/2016

Flores Ferretiz Izhar Daniel

No. De cuenta 19478297

Maestría en Juicios Orales

Ejecución Penal

Profesor: Jaime Arturo Gómez Mandujano

18/06/2022
Indice

Abstract

Introducción 1

Marco Histórico 2

Marco Conceptual 5

Marco Legal 8

Marco Analítico 11

Conclusiones 16
Abstract

En el mundo moderno, el respeto a los derechos fundamentales es de suma


importancia para los países desarrollados en este sentido el sistema jurídico
nacional debe estar de manera transversal consagrado a la protección y fomento de
dichos derechos.

Empero la labor legislativa de cada nación esta supeditada a factores que pueden
llevar a las legislaciones a ser violatorias de derechos humanos. Por ello se
necesitan mecanismos de protección constitucionales que permitan que dichas
violaciones sean combatidas y subsanadas.

En nuestro país los mecanismos de protección constitucional están reservados a


actores muy puntuales siendo uno de los mas destacados la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, aunque los gobernados cuentan con el juicio de amparo para
evitar abusos, las resoluciones de estos juicios tienen alcances inter partes la
mayoría de veces.

Los alcances de estas acciones de inconstitucionalidad por otra parte cuentan con
efectos erga omnes y por tanto son el medio idóneo para lograr el respeto a los
derechos fundamentales cuando estos sean lesionados
Introducción

El giro que dio nuestro país con la llegada del siglo XXI en su régimen jurídico
significó un cambio que no se había presentado desde la promulgación de la
Constitución vigente. Nuestro país a fin de cumplir con los compromisos adquiridos
en numerosos instrumentos internacionales firmados y ratificados en décadas
anteriores comenzó el viraje de una postura de derecho clásica a una postra positiva
de la misma.

Para lograrlo tuvo que poner en el centro del sistema el irrestricto respeto a los
derechos humanos, estos cambios significaron la consolidación de décadas de
lucha de colectivos y organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y por
supuesto eran un espaldarazo al incipiente régimen democrático que alcanzo la luz
en el año 2000 con la alternancia electoral.

Un primer paso en esta transformación fue la Reforma Constitucional en materia


penal de 2008, un esfuerzo que tardo 8 años en consolidarse y que actualmente
empieza a brindar sus primeros frutos, siendo tal vez el más importante la reducción
de sentenciados por delitos no graves en prisión, empero, aún existen muchas
cosas por corregir y numerosas leyes que perfeccionar, no obstante, los
fundamentos de un sistema penal apegado a derecho donde la presunción de
inocencia sea un eje rector son sólidos.

En el presente, analizaremos un caso concreto en la acción de inconstitucionalidad


61/2016 promovida por la CNDH en contra de diversas disposiciones de la Ley
Nacional de Ejecución penal, así podremos analizar y ponderar los alcances de
dicha resolución, así como la estructura que debe tener una demanda de este tipo.

1
I. Marco Histórico

El Sistema penal nacional por décadas adoleció de problemas graves que abarcan
desde la sobrepoblación hasta el fracaso de la readaptación social. Por ello, México
tenía en este apartado una de las deudas más apremiantes con la sociedad, así
como la semilla que generó la crisis de seguridad pública que hoy impera en el
territorio nacional. Como respuesta a esto, y a causa de la resolución de la Corte
interamericana de Derechos Humanos en el caso Radilla Pacheco, que en su
párrafo 343 recomienda al Estado Mexicano “[r]ealizar las medidas legislativas
correspondientes para que adecue puntualmente su marco legal interno con sus
compromisos internacionales en el ámbito interamericano de los derechos
humanos” (Corte Interamericana de los Derechos Humanos, 2009).

Ya desde el año 2008 con la Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal


el estado mexicano buscó mejorar la persecución del delito y enfrentar de manera
más eficaz a la criminalidad, dicha reforma fue de importancia capital ya que en
materia de justicia penal se pasa de un modelo inquisitivo a uno acusatorio, con lo
cual se busca transparentar el proceso penal privilegiando el principio de presunción
de inocencia, así mismo, esta reforma también se enfoca en cimentar un nuevo
sistema penitenciario en nuestro país.

En materia del sistema penitenciario debemos tener presente que también ha


sufrido una evolución sobre todo en los fines que persigue, y esta evolución es
anterior a las reformas de principios del siglo XXI, independientemente de la
aplicación de las penas, se buscaba con la privación de la libertad lograr que los
sentenciados pudieran, al cumplir la sanción de prisión retomar su vida en sociedad
bajo estos tres principios (Hernandez, 2022):

Regeneración → Readaptación → Reinserción

El primer concepto, regeneración, se consideró el objetivo del sistema penitenciario


desde la promulgación de la Constitución y hasta la década de los 60, como la raíz
etimológica de la palabra lo indica, el objetivo es producir de nuevo una cosa que
ha sido destruida, empero el legislador “lo entendía más como un sinónimo de

2
adaptación de la que ya anteriormente había hablado, y rescata el hecho de que
uno de los objetivos de la pena de prisión es el de ser ejemplar” (Gaytán Martinez,
2017)

En aras de lograr esta “regeneración”, la pena se entendía como la sanción por la


comisión del delito, mientras que el trabajo se entendía como el medio idóneo para
lograr este objetivo.

El segundo concepto, el de readaptación, fue el imperante desde la promulgación


en 1971 de la Ley que Establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social
de Sentenciados (LNMRSS), vigente hasta las reformas de 2008, en este periodo
la finalidad del sistema penitenciario estaba fundada en lograr la reinserción social
del sentenciado. Esta postura fue considerada por el Constituyente Permanente un
cambio de visión, de la escuela clásica del derecho penal a la escuela positiva del
mismo (Ibidem). Para lograr la readaptación social y la consecuente reinserción en
sociedad del reo el trabajo continuó considerándose una parte fundamental del
sistema penitenciario, pero se agregó la capacitación para el trabajo y la educación
como medios complementarios para esto.

Si bien es cierto, la LNMRSS se consideró un avance normativo que buscaba una


mejora en el sistema penitenciario, en la practica fue el régimen que consolidó la
problemática de sobrepoblación en los penales, saturación de juzgados y personas
que cargaban décadas de prisión sin una sentencia firme.

Finalmente, tras la reforma de 2008, el constituyente permanente modifica el texto


del artículo 18 constitucional; el objetivo de esta reforma es brindar los fundamentos
legales adecuados para construir un nuevo sistema nacional penitenciario, esto
representó una oportunidad histórica para llevar a todos los aspectos sistema
jurídico la democratización nacional expresada en las urnas. Esto se lograría
mediante “la actualización de su marco legal en materia de justicia penal. Ello
debería priorizar una perspectiva más humanista y apegada a los estándares del
sistema internacional de derechos humanos” (Editorial, 2010).

3
Hasta la reforma en materia de derechos Humanos, esta reforma al sistema penal
era considerada la más importante desde la promulgación de la Constitución en
1917. Al estar vinculada desde su nacimiento al reconocimiento e irrestricto respeto
a los Derechos Fundamentales de las personas esta nueva postura que adopto el
estado mexicano respecto al derecho penal es garantista, por ello, la pena privativa
de prisión se entiende como una ultima ratio, la alternativa final y mas severa para
obtener la reparación del daño.

Ahora los principios rectores del derecho penal son: legalidad, tipicidad,
culpabilidad, presunción de inocencia e intervención mínima del derecho penal,
siendo este ultimo el que más se manifiesta actualmente dentro de los procesos
penales.

“el derecho penal sólo debe ser utilizado como recurso de ultima ratio cuando
otros medios resultan ineficaces; impone la necesidad de agotar previamente
recursos no penales, cuyas consecuencias sean menos drásticas, pero que
pueden resultar más eficaces que las penales” (Moreno Hernández, 1999)

Sin embargo, cuando la pena privativa de la libertad se manifiesta como esta ultima
ratio, es menester que la ley garantice el respeto de los derechos fundamentales de
las personas privadas de la libertad. Por ello, el principio rector del sistema
penitenciario en la actualidad es la reinserción, entendida como la reintegración del
sentenciado a la vida en sociedad, para logar estos objetivos, se agregan los
derechos a la salud y la no discriminación a los que ya estaban presentes (trabajo,
capacitación para el trabajo y educación).

Sin embargo, las carencias sistemáticas del sistema penitenciario dificultaban lograr
este objetivo, así fue reconocido por los propios legisladores en la discusión de la
iniciativa donde se reconocen dos problemas fundamentales; el primero, la falta de
recursos económicos de los centros penitenciarios y por ende tampoco estaban
garantizados la educación, capacitación para el trabajo y el derecho a la salud.

“Se considera que la reforma al artículo 18 constitucional es urgente dado que


las prisiones en México no han sido consideradas un rubro sustantivo o relevante
tanto dentro de la agenda legislativa como de las políticas de asignación de
recursos. Las prisiones son vistas como un gasto que siempre sería deseable

4
poder economizar. Esta posición ha provocado que las prisiones se conviertan
en lugares donde sistemáticamente se violan los derechos humanos de los
reclusos. A pesar de que por mandato constitucional se precisa que los reclusos
tienen derecho a la educación, al trabajo y a la capacitación para el mismo, en
las prisiones no existen las condiciones necesarias para que los reclusos ejerzan
ninguno de esos derechos” (Gaytán Martinez, 2017).

Bajo este panorama, resultaba imperativo contar con una legislación que facultara
a una autoridad independiente del poder ejecutivo que velara por lograr los objetivos
que se buscaban con la reforma incluidos, por supuesto, el respeto a los derechos
fundamentales de los sentenciados. La LNEP el medio por el que se buscó
contrarrestar el grave problema de los centros penitenciarios.

II. Marco Conceptual

Cuando hablamos de derechos en el sentido general del término se debe distinguir


entre los distintos tipos de derechos que van de los básicos, a los fundamentales y
por supuesto a los Derechos Humanos. Dichos conceptos, si bien son tratados
indistintamente en la doctrina, y en algunos acasos incluso son utilizados como
sinónimos, no necesariamente los son.

“García Maynez consideraba al derecho como el elemento que regula el proceder


de los hombres en sociedad y esta conducta está asentada sobre preceptos
jurídicos que pueden surgir de normas establecidas de observancia obligatoria o
bien de exigencias consuetudinarias en tanto gozan de validez absoluta pero su
inobservancia no acarrea consecuencias jurídicas” (González, 2018).

Entonces, podemos afirmar que cada derecho funciona como una norma que regula
la conducta de un individuo; entonces, cuando los individuos comienzan a respetar
y observar dichas normas, la convivencia social se vuelve armónica. Estos derechos
pueden ser de índole jurídica, moral, religiosa, sexual etc. Ahora bien, existe una
paradoja con respecto a las normas ya que toda Ley es una norma, pero no toda
norma es Ley.

…toda norma jurídica reguladora de los actos y las relaciones humanas aplicable
en determinado tiempo y lugar. Dentro de esa idea, sería ley todo precepto

5
dictado por autoridad competente mandando o prohibiendo una cosa en
consonancia con la justicia y para el bien de los gobernados (Ossorio, 2015).

Es el proceso legislativo lo que reviste a una norma, cualquiera que esta sea con el
poder de una ley. Así mismo, ante el incumplimiento de una ley regularmente se
enfrenta una sanción, ya que, por su carácter de obligatoria, esta también apoyada
en el Imperium del Estado.

La UNICEF define los derechos humanos como: “normas que reconocen y protegen
la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los
individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones
con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos” (UNICEF, 2022).

Como podemos observar, los derechos humanos también son normas, aunque su
particularidad radica en que protegen la dignidad humana, y por esta razón no
podemos desligar un derecho de otro, debemos verlos como un todo inseparable,
por ello, cuando se vulnera uno de estos derechos, irremediablemente se estarán
lesionando, en mayor o menor medida los demás.

Como ya sabemos, los Derechos Humanos son Universales, inalienables,


indivisibles, interdependientes e interrelacionados, Es por eso que el goce y ejercicio
de estos radica en el respeto de todos ellos sin distinción. Empero, es preciso
aclarar que la violación de estos derechos solo puede provenir de una autoridad
estatal, ya que es precisamente el Estado quien tiene el deber de proteger y
fomentar dichos derechos, en este sentido solo los estados pueden vulnerarlos, los
particulares no cuentan con esta facultad ya que son titulares de los mismos.

Para González (2018) los derechos humanos funcionan como un limitador para el
poder estatal, por ello es importante que la garantía y protección de estos derechos
este contenida en un ordenamiento de carácter nacional como lo es el texto
constitucional. Los Derechos fundamentales pues dimanan de los derechos
humanos, ya que los primeros son precisamente estos derechos universales
plasmados en el ordenamiento jurídico de observancia obligatoria en un Estado. Por
ello se considera que “los Derechos Fundamentales son Derechos Humanos
constitucionalizados” (Carbonell, 2004).

6
La reforma constitucional de 2008 busca trasladar esta postura garantista a todos
los aspectos del sistema de justicia penal y por ende estos incluyen a la ejecución
penal. Por ello se necesitaba una legislación que se encargarse exclusivamente de
regular la gobernabilidad de los centros de reclusión penal. Uno de los primeros
desafíos que esta legislación tendría que enfrentar fue la necesidad imperiosa de
reestructurar la forma en que el Estado tutela la defensa de los derechos humanos.
Esto debido a las imperantes condiciones de vulnerabilidad en que se encontraban
los penales en nuestro país.

La reforma de 2008 se fundaba en esta necesidad de reestructura y la Ley Nacional


de Ejecución Penal (LNEP) fue uno de los pasos necesarios que tuvieron que
implementarse para cumplir con este objetivo. Aunado a esto, la evolución que
también presentó la finalidad de la prisión, la cual se abordó en el apartado anterior,
llevó al legislador a poner en el centro de la nueva ley el conseguir la reinserción
social del sentenciado.

En un análisis más técnico debemos comprender que la coyuntura que representó


la reforma de 2008 llevó a cambiar la naturaleza del derecho penal para pasar de
un derecho penal de autor, donde la sanción penal recaía en lo que l apersona era
por si misma; a un derecho penal de acto, donde la sanción penal recae en los
actos de la persona obviando valoraciones éticas y morales.

Cuando prescindimos de estas cargas morales y otras de naturaleza extrajurídica


podemos ponderar debidamente el principio de presunción de inocencia que rige al
proceso penal, empero, en el caso de los sentenciados, este principio es sustituido
por el de respeto a la dignidad humana.

Dentro de este paradigma de supremacía de los derechos fundamentales la


privación de la libertad pasa de ser un mecanismo de reacondicionamiento de la
conducta a la reinserción de un individuo que ha cumplido con la sanción impuesta
por autoridades penales.

Para garantizar esta protección es necesaria la figura del juez de ejecución penal.
El artículo 21 de la Constitución fundamenta la creación de esta nueva figura “la

7
imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la
autoridad judicial” (Constitución política de Los estados Unidos Mexicanos, 1917).

III. Marco Legal

Para el análisis del caso concreto debemos tener presente el texto del artículo 18
constitucional párrafo segundo que a la letra dice:

El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos


humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el
deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y
procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé
la ley. Las mujeres compurgarán sus penas en lugares separados de los
destinados a los hombres para tal efecto (Constitución política de Los estados
Unidos Mexicanos, 1917)

Como se observa, en el texto constitucional, el sistema ha de estar cimentado en el


respeto a los derechos humanos, lo que en concordancia con el articulo 1
constitucional estos serán “los derechos humanos reconocidos en esta Constitución
y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte”
(Constitución política de Los estados Unidos Mexicanos, 1917).

También se observa en este párrafo del 18 constitucional que la palabra


sentenciado es la que se utiliza al referirse a la persona privada de su libertad en
sustitución de la utilizada hasta entonces de reo e incluso la de delincuente de la
versión original del texto constitucional.

La utilización de este termino va en concordancia con el respeto a la dignidad


humana pues como ya hicimos mención, el derecho penal es un sistema que castiga
el acto, mas no la personalidad, por lo que la utilización de palabras como reo o
delincuente implica que la persona privada de la libertad es un desadaptado.

También estudiaremos el artículo 4 párrafo 9 constitucional que a la letra dice:

En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el


principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus
derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus
necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su

8
desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento
y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez (Constitución política de
Los estados Unidos Mexicanos, 1917).

Si bien este artículo en una primera instancia pareciera no tocar al derecho penal,
si lo hace en lo referente a la LNEP, puesto que es un derecho de las madres
privadas de su libertad el conservar la guarda y custodia de sus hijos menores de
edad aún cuando se encuentren recluidas. En lo que se refiere a la niñez, cualquier
asunto jurídico que los involucre velara porque se satisfaga el interés superior de la
niñez.

Este es un principio rector del derecho mexicano que tiene su origen en los artículos
3 y 4 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 ratificada en 1990 por
nuestro país.

En lo que respecta a Tratados y Convenciones internacionales que por mandato


constitucional forman parte del sistema jurídico nacional tenemos que observar los
artículos 1 y 19 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En virtud
de que México forma parte del Sistema Americano de Derechos Humanos por su
posición geográfica se debe tener en consideración que también los derechos
fundamentales contenidos en dichas convenciones y tratados forman parte de la
legislación nacional solamente la Constitución está por encima de ellos.

ARTÍCULO 1. Obligación de Respetar los Derechos

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los


derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio
a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición social.

2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.


(Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1989)

ARTÍCULO 19

Derechos del Niño

9
Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado. (Convención
Americana sobre Derechos Humanos, 1989).

Estas convenciones regulan como se observa la protección y fomento de los


Derechos Fundamentales de los individuos, así como imponen a los Estados la
obligatoriedad de respetar y fomentar dicho respeto

El artículo 5 del Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos establece por


su parte que

Artículo 5

1. Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de


conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender
actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los
derechos y libertades reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida
que la prevista en él.

2. No podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno de los derechos


humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en virtud de
leyes, convenciones, reglamentos o costumbres, so pretexto de que el presente
Pacto no los reconoce o los reconoce en menor grado. (Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, 1966)

Este artículo es importante pues deja fuera de toda interpretación el alcance del
instrumento que lo contiene, así mismo, el reconocimiento de derechos que se
realiza es en grado amplio pues no admite reconocimiento parcial o excepciones,
de ahí la importancia del mismo en el caso concreto a analizar.

Finalmente, la Ley Nacional de Ejecución Penal promulgada en 2016 que en el


mismo espíritu del Código Nacional de Procedimientos Penales busca consolidar
una legislación con vigencia y validez nacional y que a ala vez deroga las
regulaciones locales constituye el paso final en la consolidación del Nuevo Sistema
de Justicia Penal.

Esta Ley establece las competencias exclusivas de los tribunales y jueces de


ejecución en los siguientes términos:

10
1. Las controversias que con motivo de la aplicación de la pena de prisión y la prisión
preventiva surjan entre las personas privadas de la libertad y las autoridades
auxiliares que la aplican.

2. Las controversias que surjan entre las personas vinculadas a un proceso penal o
sentenciadas, por medidas o penas que implique la intervención continuada o
permanente de la autoridad administrativa auxiliar.

3. La conmutación y reducción de sanciones con motivo de la aplicación retroactiva


benigna de la ley penal.

4. La reducción de la pena de prisión por motivos de conducta durante su ejecución.

5. La instrumentación de dispositivos de localización y vigilancia decretada por los


jueces y tribunales del proceso.

6. El cumplimiento de las amnistías concedidas de acuerdo con la ley.

7. La autorización de traslados nacionales con base en los convenios celebrados


entre la Federación y las entidades federativas.

8. La autorización de traslados internacionales con base en los tratados respectivos.

A la par de estas competencias exclusivas se cuentan con varias competencias


concurrentes con los jueces de proceso tales como el otorgamiento de los
sustitutivos de prisión de tratamiento en libertad, semilibertad, trabajo a favor de la
comunidad, o reclusión domiciliaria, según se resuelva sobre ellos en la
individualización de la sentencia o durante su ejecución.

La creación y operación de los juzgados y jueces de ejecución penal busca


satisfacer el reclamo popular de un tratamiento penitenciario digno y respetuoso de
los derechos fundamentales del individuo, así como de evitar sesgos éticos, morales
y psicológicos por parte de las autoridades penitenciarias en detrimento de las
personas en prisión.

IV Marco analítico

11
El caso que se analiza en el presente trabajo es la acción de inconstitucionalidad
61/2016 promovida por la Comisión nacional de Derechos Humanos en contra de
varios preceptos de la Ley Nacional de Ejecución penal, en concreto violaciones a
los derechos fundamentales de no discriminación, prohibición de penas
trascendentales, obligación de garantía del Estado, protección de datos personales,
igualdad, reinserción social, vida privada, legalidad, interés superior de menor y
principio pro persona.

La legitimación de la Comisión Nacional de los Derechos humanos, promovente de


esta acción esta contenida en el 105 constitucional, por lo que, satisfechos los
criterios de competencia, oportunidad y legitimación, la SCJN admite la demanda y
plantea como parcialmente válida la misma. En aras de economizar y al estar
incluida la demanda que nos ocupa como anexo 1 del presente trabajo no
reproduciremos aquí los conceptos de violación ni los argumentos esgrimidos por la
comisión, en cambio buscaremos responder a la interrogante ¿Cuáles son las
causas de presentación de la demanda de acción de inconstitucionalidad 61/2016.

La primera de las causas de presentación de la acción que nos ocupa es la simple


promulgación de la LNEP, es obligación de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos el velar por la protección y fomento de los mismos, por lo que ante
cualquier legislación prmulgada a nivel federal o local, el deber de esta comisión es
revisar el cuerpo de la ley en busca de violaciones a los derechos fundamentales.
En el caso concreto, advirtió diversos preceptos que podrían ser violatorios de
dichos derechos, en concreto los siguientes:

1. Artículo 36 tercer párrafo


2. Artículo 137 párrafo segundo
3. Artículo 139 en la porción normativa que señala “no remuneradas”
4. Artículo 141 fracción VII
5. Artículo 144, fracción I, en la porción normativa que indica “de 12 años de
edad”

Estos artículos se consideran violatorios de los derechos fundamentales


mencionados con anterioridad a juicio de la Comisión. Empero, la Comisión no

12
presenta la Acción de Inconstitucionalidad impugnando la totalidad de esta Ley
porque no advierte vicios inconstitucionales de fondo, por ello y sumado a la facultad
que le otorga el 105 constitucional en su fracción II inciso g es que se incoa la acción
de inconstitucionalidad a fin de honrar el mandato de la comisión y mantener la
vigilancia sobre el Estado respecto de los derechos fundamentales de la ciudadanía.

Una segunda causa de la presentación de la acción de inconstitucionalidad esta


contenida en la propia reforma de 2008, que al tener como eje rector de la misma la
garantía de los derechos fundamentales en términos del artículo 1 constitucional
obliga a los órganos facultados para imponer este tipo de acciones a denunciar
posibles violaciones a dichos derechos, aquí merece especial atención al termino
“posibles” ya que la Comisión interpone esta demanda debido a que el texto de la
Ley es oscuro y poco claro en los preceptos denunciados, por lo que es necesario
que el máximo tribunal de la nación se manifieste al respecto de dichos términos
que pueden ser objeto de interpretación en detrimento de los derechos
fundamentales de los coasociados.

El pleno de la SCJN consideró que la acción de inconstitucionalidad fue procedente


y parcialmente fundada. ES procedente toda vez que reunió los requisitos exigidos
para admitirla y entrar al estudio de fondo de los preceptos que presuntamente
adolecían de inconstitucionalidad, empero, es parcialmente fundada puesto que una
vez que se realizo dicho estudio, se encontró que algunas de las violaciones
denunciadas no lo eran en realidad mientras que otras en efecto si contenían
expresiones violatorias de derechos fundamentales.

La corte considero que se debía desestimar la acción de inconstitucionalidad del


artículo 137 párrafo segundo:

La Autoridad Penitenciaria tendrá bajo su responsabilidad la adquisición,


mantenimiento y seguimiento de los sistemas de monitoreo electrónico.
Excepcionalmente, cuando las condiciones económicas y familiares del
beneficiario lo permitan, éste cubrirá a la Autoridad Penitenciaria el costo del
dispositivo (Ley Nacional de Ejecución Penal, 2016)

13
Esto porque consideró que el termino “excepcionalmente” contenido en dicho
párrafo implica una condicionante de ultima ratio y no representa un requisito sine
qua non para gozar de este beneficio de preliberación que los sentenciados
adquieran por sus propios medios el dispositivo de vigilancia electrónica toda vez
que dicha adquisición será la excepción mas no la regla cuando las condiciones
económicas del sentenciado así lo permitan.

También se desestima la inconstitucionalidad del artículo 144 fracción I:

Artículo 144. Sustitución de la pena

El Juez de Ejecución podrá sustituir la pena privativa de la libertad por alguna


pena o medida de seguridad no privativa de la libertad, previstas en esta Ley
cuando durante el periodo de ejecución se actualicen los siguientes supuestos:

I. Cuando se busque la protección de las hijas e hijos de personas privadas de la


libertad, siempre que éstos sean menores de 12 años de edad o tengan una
condición de discapacidad que no les permita valerse por sí mismos. Esto cuando
la persona privada de la libertad sea su cuidadora principal o única cuidadora, de
acuerdo con lo dispuesto en esta Ley (Ley Nacional de Ejecución Penal, 2016)

Esto porque la SCJN no consideró que las porciones normativas “menores de doce
años” o “condición de discapacidad” fuesen violatorias de los derechos
fundamentales de los menores ni de los Derechos de las sentenciadas toda vez que
si bien se hace una distinción entre menores de doce años y menores entre trece y
diecisiete así como de aquellos en condición de discapacidad que no les permita
valerse por si mismos, dicha distinción esta fundada y no representa una violación
de derechos fundamentales de los menores ya que la distinción en cuestión
obedece en un primer caso a factores biológicos inherentes a la edad de los niños
mientras que la segunda obedece a factores de salud que escapan del control del
legislador, cuanto mas que los beneficios de pre liberación son recursos
excepcionales que buscan beneficiar a sentenciados que reúnan ciertos requisitos
y no representan un comportamiento o recurso común del sistema penitenciario.

En la sentencia de la SCJN se reconoce la validez de los artículos 36 párrafo tercero


y 141 fracción VII de la LNEP toda vez que no adolecen de vicios de

14
inconstitucionalidad toda vez que el artículo 36 no esta redactado en los términos
que la Comisión argumentaba y no existe una distinción en el texto legal entre los
hijos menores de tres años de las mujeres sentenciadas a penas de prisión nacidos
dentro o fuera del centro penitenciario, por lo que no hay violación a ningún derecho
fundamental.

Por otra parte, el artículo 141 en su fracción VII no es violatorio de derechos ya que
como ocurre en el texto del artículo 144 la distinción que el legislador hace entre
delitos dolosos y culposos no implica una segunda valoración del delito, simple y
llanamente obedece a un criterio de distinción fundamentado en la gravedad del
delito, y este debe ser concordante con lo expuesto ante el juez de proceso.

Finalmente declara inválido el artículo 139 en lo referente a la porción normativa “de


forma exclusiva ya que esta distinción a diferencia de las anteriores no esta
fundamentada en un criterio válido, pues al realizar esta distinción si se vulneran los
derechos fundamentales a la igualdad y la no discriminación pues pone a los
sentenciados en libertad condicionada en una situación de elección entre un trabajo
remunerado para tener un modo digno de vida y optar por un beneficio de reducción
en el régimen de supervisión que si bien es excepcional no debe estar disponible
solo para una categoría de personas excluyendo deliberadamente a otras.

Las implicaciones de esta sentencia para las personas sentenciadas son


trascendentes pues como la sentencia enuncia los efectos de la declaración de
invalidez surtirán efectos retroactivos de esta forma cientos de sentenciados que
fueron excluidos de estos beneficios de reducción en el régimen de supervisión lo
que será benéfico para su realización personal y coadyuvará a los efectos de la
reinserción social.

En cuanto a los artículos que fueron desestimados, no impactara en forma alguna


esta sentencia.

15
Conclusiones

Las Acciones de Inconstitucionalidad son un recurso adecuado y efectivo para


ejercer labores de vigilancia hacia el Estado y de esta forma velar por los derechos
fundamentales de los gobernados. Si bien en el caso concreto solo uno de los
preceptos que se combatieron fueron invalidados, estas acciones sirven para que
el supremo tribunal se pronuncie en el sentido que deben adoptar los términos y
artículos que sean poco claros y que puedan ser sujetos de interpretación.

La CNDH era hasta el 2018 un garante adecuado para la protección y promoción


de los Derechos Fundamentales de los mexicanos, desgraciadamente con el actual
gobierno su actuación ha dejado mucho que desear volviéndose comparsa del
régimen en lugar de un vigilante de este.

La LNEP cumple con su objetivo que es regular las condiciones de internamiento


de los sentenciados, con esta ley se enuncian reglas claras y necesarias para lograr
que las penas privativas de prisión cumplan con el objetivo de logar la reinserción
social de los sentenciados.

Los beneficios a los que pueden acceder los sentenciados son de carácter
excepcional y no deben ser la norma, esto se encuentra justificado gracias a la
existencia de los métodos alternativos de solución de controversias, los beneficios
de la sustitución condicional del proceso, los acuerdos preparatorios y la consigna
de utilizar la prisión como un último recurso para lograr a reparación del daño y el
respeto a los derechos de las víctimas

16
Referencias
Carbonell, M. (2004). Derechos Fundamentales en México. México: Porrúa.

Constitución política de Los estados Unidos Mexicanos. (1917).


https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/CPEUM.pdf.

Convención Americana sobre Derechos Humanos. (1989). Obtenido de


https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/doc/Programas/TrataPersonas/MarcoNorma
tivoTrata/InsInternacionales/Regionales/Convencion_ADH.pdf

Corte Interamericana de los Derechos Humanos. (23 de noviembre de 2009). Caso Radilla Pacheco
vs Estados Unidos Mexicanos sentencia 23 de noviembre de 2009.

Editorial. (2010). Reforma al Sistema de justicia penal y Derechos humanos. Dfensor, Revista de
Derechos Humanos, 3.

Gaytán Martinez, A. (2017). Refeneración, Readaptación, reinserción. ¿La Transformación del fin
de la pena en México? Revista Electrónica de Divulgación de la Información, 1-14.

González, O. (2018). Derechos Humanos y Derechos Fundamentales. Hechos y Derechos, 36-43.

Hernandez, G. (30 de noviembre de 2022). Los Desafíos de la Ley nacional de Ejecución Penal en
México. Obtenido de scielo.or.mx:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-91932019000100425

Ley Nacional de Ejecución Penal. (2016). Obtenido de


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lnep.htm

Moreno Hernández, M. (1999). Política Criminal y Reforma Penal. Algunas bases para su
Democratización en México. México: Porrúa.

Ossorio, M. (2015). Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Guatemala: Datascan.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. (1966). Obtenido de


https://www.ohchr.org/sites/default/files/Documents/ProfessionalInterest/ccpr_SP.pdf

17
18

También podría gustarte