I Parte Pasto Mejorados 1 25 Pag
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Agricultural
Research
Service
Serie técnica
Boletín técnico no.91
Danilo A. Pezo
Consultor, Grupo Ganadería y
Manejo del Medio Ambiente,
CATIE, Turrialba, Costa Rica
ISBN 978-9977-57-686-2
Créditos
Revisores:
Edwin García – Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza
Edwin Orozco – Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria
de Costa Rica
Fotografías:
Danilo Pezo, Cristobal Villanueva, Agencia de Extensión Agrícola – Hojancha, Edwin García.
Contenido
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1. Cambio climático y producción ganadera
basada en pasturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2. ¿Qué son pastos mejorados? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
2.1 Contribución de las especies mejoradas para
el incremento de la productividad animal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.2 ¿Qué cuidados deben tenerse para lograr un mejor
aprovechamiento de las pasturas mejoradas? . . . . . . . . . . . . . . . 18
2.3 Otros beneficios provistos por los pastos mejorados . . . . . . . . . . . 21
3. ¿Cómo decidir qué pastos mejorados son
más adecuados para una finca en particular? . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
3.1 Temperatura ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
3.2 Precipitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
3.3 Fertilidad del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.4 Acidez y alcalinidad del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.5 Características físicas del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
3.6 Topografía del terreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
3.7 Habilidad competitiva de las especies . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
3.8 Tolerancia a sombra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.9 Plagas y enfermedades en forrajeras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.10 Orientación e intensidad del sistema producción animal . . . . . . . . 34
3.11 Forma de uso de los forrajes mejorados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
4. Sistemas de uso de la tierra que incorporan
pastos mejorados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
4.1 Bancos forrajeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
4.2 Sistemas de pastoreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
4.3 Cercas vivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
4.4 Barreras vivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
4.5 Barbechos mejorados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
4.6 Coberturas en sistemas de cultivos anuales . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
4.7 Coberturas en plantaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
4.8 Coberturas para control de erosión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
5. ¿Qué prácticas de manejo debemos considerar para
asegurar un buen establecimiento de pastos mejorados? . . . . . . . . 46
5.1 Siembra usando materiales vegetativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
5.2 Siembra a partir de semillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
5.3 Preparación del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
6. Consideraciones finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
7. Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Prefacio
En Costa Rica la actividad ganadera genera una serie de beneficios socioeconómicos para el país; según
Acosta y Valdez (2012) la actividad aporta alrededor del 10% del PIB nacional. Además, contribuye con
más de 200,000 empleos directos e indirectos a lo largo de la cadena de producción. Sin embargo, este
sector es el responsable del 28,6% de las emisiones totales del país, cuyas principales fuentes son el
metano entérico (62%) y el óxido nitroso (36%) (Chacón et ál. 2014).
Con base al avance mostrado por el país, la cooperación internacional ha mostrado interés en tomar
al país como laboratorio para seguir consolidando la estrategia país en el desarrollo de una ganadería
competitiva y con bajas emisiones y su posterior escalamiento en países con condiciones agroecológicas
similares, principalmente aquellos de la región centroamericana y el Caribe. En ese sentido, la Agencia
Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (siglas en Ingles USAID) por medio del departamento
de Agricultura (USDA) aprobaron los fondos para el Proyecto Ganadería con bajas en emisiones en Costa
Rica. Esto se logró bajo el programa EC LEDS2 que ya había implementado la fase I en el periodo 2012-
2015, en el cual se generó información sobre metodologías, métricas y recopilación de medidas para el
desarrollo del sector ganadero de leche con bajas emisiones.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
El Proyecto Ganadería con bajas en emisiones en Costa Rica (EC LEDSII), tuvo como propósito capitalizar
los logros de la primera fase del programa EC-LEDS y apoyar los esfuerzos costarricenses para la
promoción de políticas de desarrollo y de disminución emisiones de gases de efecto invernadero en el
sector ganadero. Los objetivos de esta segunda fase fueron: fortalecer el sistema de gobernanza para
favorecer la implementación de las acciones del NAMA; mejorar la capacidad de las instituciones nacionales
para cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero del sector ganadero, de acuerdo con las
políticas nacionales y obligaciones internacionales; fomentar y facilitar la inversión e implementación de
acciones para el desarrollo de un sector ganadero eficiente (extensión y mecanismo financiero).
Como parte del tercer objetivo, fue contemplada la preparación de materiales de extensión para técnicos
del sector público y privado como herramientas de apoyo en el proceso de capacitación y asistencia
técnica para el desarrollo de una ganadería competitiva con bajas emisiones que fortalezca los medios
de vida y la seguridad alimentaria de las familias involucradas a lo largo de la cadena de producción.
Además, que contribuya con productos y servicios de alta calidad para los consumidores de los mercados
nacionales e internacionales.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Introducción
El término “revolución ganadera” se acuñó hace casi un par de décadas (Delgado et al. 1999), para describir
una tendencia de crecimiento acelerado en la demanda de productos pecuarios a nivel mundial, que se
esperaba iba a ocurrir como consecuencia del incremento demográfico, acompañado del crecimiento
económico, el cual debería resultar en un aumento en el ingreso familiar, lo que a su vez traería consigo
un incremento en el consumo per cápita de proteínas de origen animal, considerando que los productos
de origen animal en general gozan de una alta elasticidad de la demanda en función del ingreso. Además,
la movilización de parte de la población rural al medio urbano también traería consigo cambios en la dieta,
entre ellos el aumento en el consumo per cápita de productos de origen animal.
Si bien este escenario global de largo plazo sobre aumentos en la demanda por carne, leche y otros
productos pecuarios ofrece oportunidades positivas para aquellas economías y grupos de productores
que puedan mantenerse e insertarse en el mercado, que de hecho se han manifestado muy claramente
en China, India y otros países emergentes, para los países de América Central y el Caribe esta tendencia
no es muy clara y depende en gran medida de las políticas y la capacidad de respuesta que posean los
países de la región para aprovechar estas oportunidades (Pezo 2016).
Es importante comprobar si lo planteado por Delgado et al. (1999), se ha manifestado en alguna medida en
Costa Rica. En la Figura 1 se observa que efectivamente en los últimos 50 años ha habido una tendencia
creciente en el tamaño de la población y el ingreso per cápita; la población se ha triplicado pasando de
1,6 a 4,8 millones de habitantes y el ingreso per cápita prácticamente se ha duplicado, moviéndose de
US$4600 a 8700 año-1 entre 1965 y el 2015 (FAO 2017). Por otro lado, en el mismo período ha habido
un desplazamiento importante de la población de las áreas rurales a las urbanas, pues la población
rural se ha reducido del 63,9 al 24,1%. Sin embargo, hay que ser muy cuidadoso cuando se analiza la
información sobre cambios en el consumo per cápita de leche y carne bovina en los últimos 50 años
(Figura 2), por su relación con el consumo de otras fuentes de proteína de origen animal. A lo largo de ese
período el consumo de leche mostró un incremento sostenido, pasando de 65,9 a 156,9 kg per cápita
año-1; en cambio la carne bovina ha mostrado una tendencia errática, y más bien los niveles actuales de
consumo son algo menores que en el pasado (18,3 a 15,2 kg per cápita año-1 para los años 1963 y 2013,
respectivamente). Hay que tener presente que esto puede ser el resultado de la sustitución de la carne
bovina por la de pescado, cerdos y aves, particularmente de esta última que se ha incrementado de 1,3
a 22,4 kg per cápita año-1 (Figura 2).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Para responder a los incrementos en la demanda de carne y leche, hay opciones tales como expandir el
área en pastos para sostener un hato nacional creciente o incrementar la productividad (kg de producto
animal ha-1), mejorando la capacidad de soporte de las pasturas; en ambos casos, con o sin aumentos
en la producción por animal. Mientras que en el resto de América Central en buena medida el aumento
en producción ha sido producto del aumento en el número de animales y de la expansión de las áreas
bajo pastoreo, Costa Rica ha mostrado una tendencia opuesta, pues si bien antes de 1984 el hato
nacional creció (de 1,7 a 2,4 millones de cabezas entre 1974 y 1984), luego tendió a disminuir hasta
llegar a 1,3 millones en el 2014 (FAO 2017); y el comportamiento de los cambios en área dedicada a
pastos ha seguido un patrón similar al del tamaño de la población bovina (aumentó del 18,3 al 42,4% del
área total entre 1963 y 1983, pero luego tendió a declinar, llegando al 24,8% en el 2013). Es más, Costa
Rica ha sido el único país de América Central que ha presentado en los últimos años un incremento en
el área dedicada a bosques (0,77% año-1 entre el 2000 y 2008), gracias al uso de incentivos forestales
bien aprovechados por el sector ganadero (Ibrahim et al. 2010), mientras que en el resto han seguido
los procesos de expansión de las áreas agrícolas y ganaderas a expensas del bosque, con tasas de
deforestación de 0,28 hasta 1,50% año-1 en los casos de Panamá y Honduras, respectivamente.
En cuanto a la producción por animal, los rendimientos de leche y carne obtenidos en Costa Rica superan
a los logrados por cada uno de los países centroamericanos. En el caso de la leche (Figura 3), las medias
nacionales se han incrementado entre 1963 y 1993, luego ha habido una pequeña declinación en la
producción por vaca posiblemente debido a que varias explotaciones de cría se han movido hacia el
doble propósito. En cambio, el peso de carcasa del ganado producido en Costa Rica tendió a declinar
entre 1966 y 1986, pero después de ese período ha mostrado cierta recuperación (Figura 4).
En consecuencia, está claro que Costa Rica ha optado por INTENSIFICAR la producción ganadera, con
base en el uso eficiente de las pasturas para incrementar la producción por animal (kg animal-1) y la carga
animal (animales ha-1), con miras a lograr una mayor productividad (kg de producto animal ha-1), mejorar
la eficiencia en el uso de los recursos disponibles y reducir los costos de producción, de manera que se
logre mejorar la competitividad de los sistemas pecuarios en una economía globalizada y hacerlos más
sostenibles aún bajo las presiones del cambio climático. Sin embargo, se tiene el reto de identificar cómo
se puede lograr esa intensificación sostenible en cada finca en particular.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
América Central es una de las regiones con mayor vulnerabilidad a los impactos del cambio climático en
el mundo, el cual se ha manifestado con cambios en la temperatura media, la precipitación y una mayor
variabilidad inter-anual, lo que dificulta la planificación y la toma de decisiones de manejo en las fincas
(McCarthy 2014).
En América Central la temperatura se incrementó en 1,0 a 1,5ºC en los últimos 50 años; se espera
que dicho incremento será de 2,6 a 4,7ºC a finales de este siglo (CCAD-SICA 2010). Por otro lado, las
precipitaciones anuales totales no han variado significativamente, pese a que ha aumentado el número de
días sin lluvia, lo cual ha sido compensado por precipitaciones más intensas en los días lluviosos. Esto ha
hecho que los eventos extremos de precipitaciones sean más frecuentes, incrementando así los riesgos
de erosión, inundaciones y derrumbes. Se prevé también que la precipitación total anual disminuirá en
las próximas décadas hasta en un 30 a 36%, particularmente en el Corredor Seco Centroamericano
(CCAD-SICA 2010). Como consecuencia de estos cambios la disponibilidad del recurso hídrico se verá
afectada para todos los usos (doméstico, agricultura, generación hidroeléctrica, mantenimiento de la
base ecológica, etc.), particularmente en la vertiente Pacífica de América Central. En el caso de Costa
Rica, el problema se acentuará más en las regiones Chorotega, Central, Pacífico Central y en alguna
medida en la Brunca.
El efecto directo más importante del cambio climático sobre el ganado está asociado al estrés de calor,
por el incremento en la temperatura, más aún si viene acompañado de alta humedad relativa, resulta
en reducción en el peso, la eficiencia reproductiva, problemas de salud animal y mortalidad en casos
extremos (Sejian et al. 2016); pero además, dichos cambios incidirán negativamente sobre el bienestar
de los animales. El cambio climático puede afectar también al ganado en forma indirecta, a través de
otros componentes del sistema de producción, como los suelos, forrajes, insectos y parásitos (Thornton
y Gerber 2010).
Las lluvias intensas pueden resultar en mayor erosión y lixiviación de suelos, especialmente en aquellos
con cobertura pobre, como sucede en potreros degradados. La mayor temperatura contribuirá a una
mayor producción de forrajes, pero estos madurarán más rápido, perdiendo su calidad nutritiva; además,
las lluvias intensas y erráticas pueden llevar a la pérdida de plantas y eventualmente a la degradación de
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
pasturas.
El aumento en temperatura asociado al cambio climático va a favorecer la presencia de mosquitos y
garrapatas en áreas anteriormente libres o con menor presencia, como las zonas altas de Costa Rica,
incrementando el riesgo de incidencia de babesiosis, anaplasmosis y otras enfermedades transmitidas
por esos vectores. Por otro lado, los encharcamientos resultantes de las lluvias intensas en terrenos
con problemas de drenaje favorecerán la incidencia de parasitosis gastrointestinales y pulmonares.
Adicionalmente, como consecuencia del cambio climático, los animales van a enfrentar más de un factor
estresante al mismo tiempo -por ejemplo, alta temperatura más baja disponibilidad de alimentos-, y
bajo esas circunstancias serán aditivos los impactos negativos sobre la productividad animal y sobre la
tolerancia a las enfermedades (Sejian et al. 2016).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Pese a que Costa Rica es un país tropical relativamente pequeño, presenta una gran diversidad de
condiciones agroclimáticas para la ganadería: desde las zonas de altura de clima templado-frío, donde
predomina la actividad lechera; las zonas bajas del trópico sub-húmedo con un período de sequía que
regularmente se presenta entre noviembre y mayo y el trópico húmedo, donde las restricciones de
humedad son muy limitadas o prácticamente inexistentes, predominan las explotaciones de carne y
doble propósito, pero en las últimas décadas también ha crecido la actividad lechera. En todas ellas, el
pasto es el principal componente de la dieta de los animales.
En el país hay una fuerte dominancia de fincas ganaderas pequeñas y medianas, pues el 56% tienen
menos de 10 ha en pastos y el 88% menos de 50 ha (Figura 5). La encuesta ganadera del 2012 (Pérez
2015), contabilizó 45.780 fincas ganaderas (Cuadro 1), de las cuales la mayoría se dedican a la producción
de carne (41,1%), seguido de las de doble propósito (38%), mientras que las de lechería especializada
son las menos (20,9%). El número de animales y el área en pastos sigue el mismo orden; en cambio la
carga animal es más alta en los sistemas de lechería especializada, seguido de los de doble propósito y
de carne (2,08, 1,15 y 1,06 animales ha-1, respectivamente).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
En el caso de los sistemas de lechería de altura hay una gran diversidad de gramíneas y leguminosas
forrajeras de zona templada que desde hace muchos años se han introducido en el país -y aún en estos
días se sigue trayendo nuevas variedades e híbridos-, pero también hay otras originarias de las zonas
altas del trópico (p.e. pasto kikuyo, imperial y pasto Guatemala), que se adaptan a esas condiciones y se
encuentran en las fincas ganaderas. Sin embargo, hay muchas más opciones para las zonas intermedias
y bajas, muchas de las cuales se evaluaron en Costa Rica como parte de los esfuerzos de la Red
Internacional de Evaluación de Pastos Tropicales (RIEPT), bajo el liderazgo del Centro Internacional de
Agricultura Tropical (CIAT), y con la participación del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Centro
Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), las universidades y el sector productor. En
ese esfuerzo se evaluaron más de 450 accesiones de gramíneas y 650 accesiones de leguminosas
herbáceas y arbustivas (Argel 1999). Aún se sigue introduciendo nuevo germoplasma, mayormente por el
sector privado, especialmente de híbridos de Brachiaria spp. para las zonas bajas y de Lolium spp. para
las zonas de altura, lo cual indica que la oferta de opciones es muy amplia y se requiere de información
relevante -idealmente generada localmente- para tomar una decisión de cuál(es) recomendar para una
situación determinada.
A menudo ha habido confusión cuando se usa el término pastos mejorados, por lo que para propósitos
del presente manual se definen como “especies forrajeras -mayormente gramíneas y leguminosas-, que
no son nativas pero que están bien adaptadas a las condiciones agroecológicas prevalentes en una finca
y que cuando se manejan adecuadamente, muestran una alta producción de biomasa forrajera y una
buena calidad nutritiva, y que persisten, de manera que como resultado de todo ello contribuyen a lograr
una productividad animal alta, pero además contribuyen a conservar el ambiente”.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Las especies de pastos mejorados pueden presentar diferentes hábitos de crecimiento (Stür y Horne 2001):
Cabe anotar que los ejemplos citados son solo ilustrativos, pues dentro de una misma especie se puede
encontrar diversidad de morfologías o hábitos de crecimiento entre accesiones o cultivares, e incluso
algunas especies pueden modificar su hábito de crecimiento como resultado del manejo al que estén
sometidas.
1 Los dos últimos conocidos comúnmente como pastos kikuyo y estrella africana, respectivamente.
2 Conocido con el nombre común de ryegrass italiano
3 Conocidos comúnmente como pasto gamba, guinea y elefante, respectivamente
4 Conocida comúnmente como kudzú tropical
5 Conocida comúnmente como conchita azul
6 Conocida comúnmente como guandul o frijol de palo
7 Las dos últimas conocidas comúnmente en Costa Rica como poró y madero negro
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
2.1.1 Producción de biomasa forrajera. Hay diferencias en el potencial de producción entre las
leguminosas y gramíneas; entre estas últimas, las tropicales de clima caliente rinden más forraje que las
provenientes de zonas templadas, como son aquellas que crecen en las zonas altas de Costa Rica (p.e.
ryegrass anual, perenne e híbrido, avena). Desde el punto de vista fisiológico, las gramíneas tropicales
se conocen como plantas C4 por el tipo de proceso fotosintético que presentan, mientras que todas las
leguminosas y las gramíneas de zona templada se conocen como plantas C3 (Humphreys 1991). Las
gramíneas C4 muestran ventajas importantes en producción de biomasa forrajera cuando se presentan
condiciones de alta temperatura, buena disponibilidad y niveles adecuados de fertilidad en el suelo, no
sólo porque son más eficientes fotosintéticamente, sino porque además no fotorespiran; mientras que
las plantas C3 tienen una menor eficiencia fotosintética y además fotorespiran (Ehleringer y Cerling 2002).
Esto resulta en diferencias importantes en el potencial de producción de forraje (Cuadro 2), y por ende en
el número de animales que esas pasturas pueden sostener.
Conociendo lo anterior cabe la pregunta ¿entonces para qué necesitamos a las leguminosas en las
pasturas? Básicamente hay dos razones: (a) por el alto contenido de proteína cruda de estas forrajeras
(Cuadro 3), lo cual ayuda a mejorar el contenido de nitrógeno en la dieta; y (b) por la capacidad que tienen
para fijar nitrógeno atmosférico a través de una relación simbiótica con bacterias del género Rhizobium
que se encuentran en las raíces dentro de los nódulos y luego hacerlo disponible para las gramíneas
acompañantes. A pesar de las razones expuestas, no es común el asocio de gramíneas y leguminosas
tropicales; en cambio, en el caso de las zonas de altura en Costa Rica es frecuente encontrar el trébol
blanco (Trifolium repens), casi como una especie nativa, asociada frecuentemente con gramíneas
que crecen en esa zona como los ryegrasses (Lolium spp.), e incluso con pasto kikuyu (Pennisetum
clandestinum).
Los rangos de productividad animal (kg ha-1), registrados en diferentes ensayos con pasturas mejoradas
de gramíneas solas, fertilizadas y no fertilizadas, y para los asocios de gramíneas con leguminosas se
presentan en los Cuadros 4 y 5 para leche y carne, respectivamente.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Gramíneas Leguminosas
Fertilidad del suelo
Min Max Min Max
Baja 5 10 2,5 5
Media 10 25 5 7,5
Alta 25 50 7,5 15
Gramíneas Leguminosas
Proteína cruda8, % 5 – 15 15 – 25
Tipo de pastura Carga (vacas ha-1) Producción de leche (kg ha-1 año-1)
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Pastizales naturales
Pasturas mejoradas
2.1.2 Calidad nutritiva. Para que un pasto se considere como mejorado desde el punto de vista
nutricional, debe ser bien aceptado por el ganado (“palatable”), y por lo tanto debe presentar niveles
adecuados de consumo, poseer una buena digestibilidad y tener un nivel aceptable de los nutrientes
que requieren los animales. En términos generales se acepta que las gramíneas mejoradas que crecen
en las zonas altas son de mejor calidad que las tropicales; que independientemente del tipo de especies
forrajeras (i.e., gramíneas, leguminosas, otras), la calidad nutritiva tiende a declinar a medida que se
incrementa el intervalo de pastoreo o corte; que dicha declinación es más rápida en las gramíneas
tropicales (C4) que en las de zonas templadas (C3), y que el proceso de maduración se acelera cuando la
temperatura es más alta, o cuando se presentan problemas de disponibilidad de humedad en el suelo.
En general, las leguminosas tienden a presentar un mayor contenido de proteína cruda, de calcio, fósforo
y varios elementos minerales que las gramíneas. Pero no siempre las leguminosas son más digestibles
que las gramíneas, pese a presentar menores concentraciones de fracciones fibrosas, y es que varias de
las leguminosas presentan metabolitos secundarios como los taninos, los cuales afectan la actividad de
los microrganismos responsables de la degradación de la fibra en el rumen. En el Cuadro 6 se ilustran las
relaciones generales entre la calidad de pasturas mejoradas y la producción animal.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Digestibilidad Baja (< 50%) Moderada a alta (60-65%) Moderada a alta (60-65%)
pastura y la calidad del forraje disponible son altas, el animal puede dedicar de 6 a 9 horas a pastorear,
pero cuando la calidad es pobre, el animal puede dedicar de 10 a 12 horas, y en ese tiempo no es capaz
de consumir el forraje que requiere.
2.2.2 Proveer alimentos de buena calidad. Para asegurar que los animales “cosechen” forrajes de
buena calidad, se les debe ofrecer forrajes tiernos, los cuales presentan una mayor proporción de hojas y
los tallos son todavía suaves; en cambio, cuando se prolongan los períodos de descanso o se pospone
el corte, si bien se puede conseguir una mayor cantidad de biomasa, disminuye la calidad nutritiva porque
la proporción de hojas se hace menor y éstas, al igual que los tallos, presentan una mayor lignificación,
menor contenido de proteína cruda y de nutrientes minerales, menor digestibilidad, mayor tiempo de
retención en el tracto y un menor consumo.
2.2.3 Asegurar que los animales tengan oportunidad de ejercer selectividad en el forraje
ofrecido. Los herbívoros en general siempre buscan consumir los forrajes más suaves y apetecibles,
y muestran preferencia por las hojas sobre los tallos, por el material verde sobre el material senescente.
Sin embargo, es sabido que hay diferencias entre ellos en su habilidad para seleccionar, tanto por su
capacidad de acceso a diferentes tipos de forrajes o partes de las plantas, como por las estructuras
anatómicas asociadas con la aprehensión de forrajes que ellos poseen. Entre los herbívoros domésticos,
los caprinos son capaces de cosechar preferentemente hojas, aún en especies que poseen espinas,
gracias a la plasticidad de sus labios; los bovinos tienen mayor capacidad de cosechar especies de porte
alto y pueden colectar una buena proporción de hojas tiernas en cada bocado si tienen acceso a ellas;
en cambio los ovinos y equinos tienen mayor ventaja consumiendo especies de hábito cespitoso. En el
Cuadro 7 se presentan algunas diferencias en características del alimento en oferta y el consumido por
los animales, que ilustran la selectividad que pueden ejercer los animales.
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
2.2.5 Proveer los mejores alimentos a los animales que tienen mayores requerimientos
nutricionales. Las vacas lactantes, los animales en engorde y los animales más jóvenes tienen
requerimientos más altos de nutrientes que otras categorías de animales, por lo que ellos deben tener
acceso preferencial a los forrajes de mayor calidad, como pueden ser los pastos mejorados versus los
pastos naturales o residuos de cultivo; por otro lado, si se establece un sistema de pastoreo en línea
o “de líderes y seguidoras” esos animales deben ser los primeros en ingresar a los potreros para tener
oportunidad de seleccionar las partes de la planta de mayor calidad (Cuadro 8).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Digestibilidad (%)
Hojas 60 50
Material inerte 13 15
Hojas 84 68
Material inerte 5 12
2.3.1 Prevención de la erosión del suelo. Los pastos mejorados de crecimiento rastrero, cuando
son bien manejados, proveen una buena cobertura del suelo, y de esa manera ayudan a prevenir la
escorrentía superficial y la erosión de los suelos (García et al. 2016). En un estudio realizado por Ríos et
al. (2006), en tres sitios de Costa Rica y Nicaragua, dos ubicados en el trópico sub-húmedo y uno en el
trópico húmedo (Figura 6), encontraron que las pasturas degradadas presentaron en promedio la mayor
escorrentía superficial (38,4%), la cual fue cinco veces más alta que la del bosque secundario intervenido
(7,0%), cuatro veces más que el banco forrajero (9,1%), tres veces más que las pasturas mejoradas con
árboles (14,5%) y un tercio mayor que las pasturas naturales sin árboles (30,1%). En cuanto a la erosión
hídrica, la pastura degradada perdió veinte veces más suelo (34,7 t ha-1), que el bosque secundario (1,71
t ha-1), doce veces más que el banco forrajero (2,90 t ha-1), cuatro veces más que una pastura mejorada
con árboles (8,0 t ha-1) y seis veces más que pasturas naturales sin árboles, pero con buena cobertura
del suelo (6,2 t ha-1).
10 En un estudio similar con pasturas de ryegrass/trébol se obtuvo 19,9 y 16,3 kg vaca-1 día-1 (Archibald et al, 1975).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Cuando los pastos mejorados son de crecimiento erecto, en terrenos con pendiente superior al 30%,
es importante sembrar intercaladas algunas especies de crecimiento rastrero, para ayudar a reducir la
escorrentía y erosión del suelo. Otra opción, en terrenos con altas pendientes, es incorporar como barreras
vivas especies de pastos mejorados a ser usados bajo corte, mejor aun cuando se construyen zanjas de
infiltración para prevenir la erosión. Esto se ha recomendado no sólo para áreas de uso ganadero, sino
que los pastos mejorados pueden reemplazar la recomendación de siembra de vetiver (Chrysopogon
zizanioides) o zacate limón (Cymbopogon citratus).
En cuanto a la cantidad de nitrógeno que puede adicionar al suelo en sistemas de pasturas que incluyen
leguminosas, puede variar entre 0 y 160 kg N ha-1 año-1 (Cuadro 8). Otra opción que se ha probado
para la recuperación de la fertilidad del suelo en áreas de pasturas degradadas, es el establecimiento
de leguminosas de ciclo corto como el caupí (Vigna unguiculata), las cuales han registrado adiciones de
nitrógeno al suelo de hasta 130 kg ha-1 (Loker et al. 1991).
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LOS PASTOS MEJORADOS: SU ROL, USOS Y CONTRIBUCIONES A LOS SISTEMAS GANADEROS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Stylosanthes guiannensis 45
2.3.3 Competencia con malezas. Los pastos mejorados cuando están en condición óptima como
producto de un buen manejo, son capaces de competir con ventaja con las malezas, pero esa capacidad
se pierde cuando las pasturas se degradan porque los pastos pierden vigor y dejan espacios vacíos para
la aparición de las mismas. Por otro lado, en muchos sistemas de plantaciones, los pastos mejorados
han sido usados como “coberturas útiles” las cuales cubren el suelo y ayudan a prevenir la erosión, no
permiten el desarrollo de malezas y por tanto reducen los costos de mano obra por chapias. Además
generan un ingreso adicional por la venta de los productos provenientes de los animales que pastorean
la vegetación herbácea en las plantaciones (Pezo e Ibrahim 1999). Si el estrato herbáceo bajo los árboles
contiene leguminosas, éstas contribuyen con la fijación de nitrógeno en el sistema.
2.3.4 Contribución a la adaptación al cambio climático. Por muchos años la selección de la especie
de pastos a sembrar fue en buena medida determinada por modas y por la limitada disponibilidad de
semillas en el mercado, antes que con base en el conocimiento de los atributos que poseen diferentes
especies o cultivares de forrajeras para adaptarse a las limitantes bióticas o abióticas que se presentaban
en las fincas. En ese sentido, el trabajo desarrollado en Costa Rica por varias instituciones que formaron
parte de la Red Internacional de Evaluación de Pasturas Tropicales (RIEPT), que lideró el CIAT, y los
esfuerzos de muchos investigadores y productores innovadores, así como los nuevos desarrollos en la
industria de semillas de forrajeras tropicales, han permitido que el país esté ahora mejor preparado para
enfrentar los retos del cambio climático.
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En muchas áreas del mundo con menor disponibilidad de humedad se está observado que el maíz está
siendo reemplazado por sorgo, tanto para la producción de grano como para forraje, dado su menor
requerimiento de agua (Tambo y Abdoulaye 2012). Así mismo, existen esfuerzos de investigadores para
producir variedades de maíz más tolerantes a la sequía. Es muy probable que esa tendencia se haga
cada vez más evidente en Costa Rica, en aquellas zonas con periodos secos prolongados.
2.3.5 Contribución a la mitigación del cambio climático. Las forrajeras mejoradas pueden ayudar a
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de tres mecanismos (Peters et al. 2013):
i. Secuestro del CO2 atmosférico. Las raíces de forrajeras altamente productivas y bien manejadas son
excelentes almacenes de C, sólo superadas por las raíces de leñosas propias del bosque húmedo tropical
(Figura 7).
ii. Reducción de las emisiones de CH4. Forrajes de buena calidad nutritiva (alta digestibilidad, altos
contenidos de energía y proteína), emiten una menor cantidad de CH4 por kilo de producto animal
comparado con pastos de menor calidad; además contribuyen a reducir la emisión neta, pues se requerirán
menos animales para producir la misma cantidad de leche o de carne. Así mismo, cuando se incluyen
leguminosas en las pasturas, ayudan a mejorar la digestibilidad de la dieta y disminuir las emisiones de
CH4, en especial si las gramíneas acompañantes son de baja calidad nutritiva. Adicionalmente, los taninos
condensados presentes en varias leguminosas también pueden contribuir a reducir las emisiones de CH4
al disminuir la degradación de los forrajes en el rumen (Pezo 2017).
iii. Disminución de las emisiones de N2O. Algunas especies del género brachiaria (B. humidicola, B.
decumbens), producen inhibidores biológicos de la nitrificación (IBN) y de esta manera ayudan a reducir
las emisiones de N2O y a mejorar la eficiencia de uso del N cuando se aplican fertilizantes (Peters et al.
2013). Sin embargo, un estudio reciente indica que el efecto de mitigación de los IBN no sería tan alto
considerando que se liberaría NH3, el cual eventualmente se transformará en N2O.
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