Filosofía U4
Filosofía U4
Filosofía U4
UNIDAD 4
4.1 El proyecto moderno ilustrado de emancipación en el campo político, social y
ético.
En esta unidad vemos dos pensadores, Kant y Marx. Ambos van a ser representantes de un ideal
de emancipación, es decir, de búsqueda de libertad con respecto a una forma de autoridad, poder
o tutela impuesta. El primero de estos pensadores –Kant- va a plantear la emancipación desde un
sujeto racional, capaz de pensar por sí mismo y manejar su vida desde la razón propia,
autónomamente; y el segundo de estos pensadores –Marx- va a plantear la emancipación desde
una filosofía de la praxis, en una dimensión fuertemente política en donde la emancipación se
refiere a la emancipación de una clase explotada, el sujeto de la emancipación es una clase social:
el proletariado, cuya emancipación va a lograr la emancipación de la humanidad entera, al haber
abolido la división y el dominio de una clase sobre la obra.
Kant es un pensador que desarrolla su filosofía en el siglo XVIII, llamado el siglo de la
ilustración. La Ilustración es un movimiento cultural que corresponde a la modernidad. La
modernidad es una etapa en la historia humana en la que, entre otras cosas, a nivel del
pensamiento, decimos que se va a consolidando una forma de racionalidad que desde el
Renacimiento (siglo XV), pasando por el Barroco (siglo XVI y XVII), hasta llegar a la
Ilustración; que sería la madurez de la edad moderna, esa forma de racionalidad medieval,
teocentrista , en donde Dios es el punto de partida para la explicación de la realidad, comienza a
resquebrajarse y ha surgido una nueva cosmovisión, que es la cosmovisión antropocentrista, en
donde el protagonista para comprender y dominar el mundo es el sujeto y su razón. La razón va
ser considerada la facultad soberana en el hombre que permite el conocimiento y el dominio
externo, así como la fuente que permite el orden en la praxis humana.
La Ilustración, también conocida como “el siglo de las luces”, ya que los pensadores ilustrados se
consideran aquellos que iluminan a la sociedad a través del conocimiento, el pensamiento y
demás, iluminan a una sociedad sumergida en las tinieblas de la ignorancia, de la superstición.
Esta luz es la razón, la razón es un faro cuyo fruto es la ciencia.
La modernidad, en esa búsqueda de emancipación se vertebra en torno al ideal de autonomía, es
decir, la posibilidad autos-nomos de regularse por normas auto-impuestas. Vamos a ver esta
búsqueda por ejemplo en la dimensión política, la nueva clase social que sería una clase pujante,
protagonista de los cambios, es la burguesía. Esta es quien va a luchar contra las monarquías
absolutas por libertad e igualdad. Las teorías contractualistas la tienen como sujeto y son estas
teorías las que van a enfrentar las teorías que defienden el origen divino de los reyes y sus
privilegios. La libertad va ser defendida como un derecho pero también como un deber, hay que
ejercer la libertad de pensar y expresarse por uno mismo. A esto Kant lo va a llamar –la mayoría
de edad-.
La lucha que entabla la burguesía contra el llamado “antiguo régimen”, que serían los regímenes
que había antes de la Revolución Francesa, el de las monarquías absolutas, son las ideas que
nutren al Contrato Social. Son teorías contractualistas que intentan explicar y legitimar la
formación del Estado como un acuerdo de voluntades.
El sujeto burgués es un sujeto de derechos y no es un súbdito.
La monarquía también atraviesa un cambio y surge en algunos Estados, lo que se llama
“Despotismo Ilustrado”. Es una forma de gobierno practicado por algunos reyes del siglo XVIII,
son monarquías inspiradas en ideas de la Ilustración, puede condensarse de alguna forma en la
frase “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, es decir, hay una idea de mejorar las condiciones
de vida de los súbditos. No se amplían los derechos de los súbditos, pero sí se amplían los
márgenes de participación en la cultura y educación.
Lo que podemos decir en lo social es que la burguesía es la protagonista de los grandes cambios,
es una clase en una sociedad fuertemente estratificada. El burgués se va a afirmar como un sujeto
racional, portador de derechos naturales que va a defender frente a la corona y con la posibilidad
de poseer medios de producción propios.
En el plano científico, al existir una enorme valoración de la razón, se valora de igual manera el
fruto más dilecto de la razón que es la ciencia. Sobre todo las ciencias naturales, ya que reciben
un gran impulso y desarrollo. Ejemplo: la física, el gran protagonista acá es Newton, el padre de
la física moderna que continuó la línea de Copérnico, de Galileo, etc.
La visión teocéntrica comienza a ser dejada de lado, en el sentido que el cosmos pasa a ser visto
como una máquina de relojería, no es que se prescinda de Dios porque él es el gran relojero, pero
puso en marcha el universo y se retira. El universo está regido por leyes que pueden conocerse a
través del lenguaje matemático.
En el horizonte intelectual o filosófico podemos decir que las dos corrientes que se destacan son
el racionalismo, cuyo máximo exponente a comienzos del siglo XVII ha sido Descartes y el
empirismo, con representantes como Locke.
Ambas corrientes son las que van a nutrir el pensamiento de Kant y frente a las cuales él va a
elaborar su teoría que va a llamar “criticismo”.
Dado el protagonismo que adquiere la razón en esta época, una de las preguntas claves en
filosofía es por el conocimiento, cómo conoce la razón, hasta dónde conoce la razón, cuál es el
origen del conocimiento. Estas preguntas son las que van a contestar los autores mencionados.
Por último podemos decir que en la dimensión económica surge también una nueva perspectiva
de estudio de la economía. Hay dos corrientes: el mercantilismo y la fisiocracia que intentan
encontrar un orden racional a la producción y obtención de las riquezas por parte de los modernos
Estados, es decir, cómo consolidar la riqueza y la estabilidad económica de los Estados
modernos. Ambas teorías van a dar origen al liberalismo económico.
En definitiva estamos en una época de confianza y optimismo con respecto al futuro, hay una
dimensión utópica en tanto el sueño proclamado por los ilustrados es la liberación de la
humanidad.
Las sociedades consideradas un orden fruto de un acuerdo humano y que pueden modificarse a
partir de la voluntad humana.
La difusión de las luces se va a dar por medio de la educación, acá representa el triunfo de la
razón sobre la tradición y la superstición y esto confiere a diseñar un futuro más libre e
igualitario.
Un siglo después va a comenzar a hablarse que frente a esta luz de la razón también existen
sombras, es decir, la razón arroja luz y también provoca sombras.
Un pintor famoso Goya, realizó un famoso cuadro “el sueño de la razón produce mounstros”,
entonces cabe preguntarnos cuáles son los mounstros que produce la razón o su sueño, qué
sombras proyecta la razón, simplemente podríamos mencionar que al considerar a la razón, no
solo en abstracto sino como la facultad del hombre, varón, blanco, europeo, está marcando una
superioridad con respecto a todo lo que se oponga a estas categorías, a la razón se le opone el
cuerpo, al hombre se le opone la mujer, a este sujeto humano se le opone la naturaleza, a este
hombre blanco se le oponen los pueblos primitivos, a la razón se le oponen los instintos, los
deseos, es decir, como lo mencionamos en la U1, los filósofos de la sospecha inician desde
distintas perspectivas, una denuncia con respecto a lo que la razón reprime, oculta o domina.
Kant nace en 1724 en una ciudad llamada Konigsberg que pertenece a la Prusia Oriental. Es una
ciudad que está bajo el control del imperio alemán.
Él nace dentro de una familia burguesa, que profesa la religión protestante. En sus estudios
predominaba la corriente racionalista, frente a la cual él dice que leyendo a Gium despierta de su
sueño dogmático.
Es característico por tener una vida rutinaria, metódica y sin embargo, va a producir una filosofía
que va a provocar un impacto revolucionario en el mundo del pensamiento.
Comparte las ideas de la Revolución Francesa, admira a Rousseau.
Muere en 1804.
“Dos cosas llenan de admiración mi alma….: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mi”.
Nos está indicando acá dos líneas de su pensamiento, dos bases de su edificio intelectual. Todo el
esfuerzo teórico de Kant tiene como objetivo estudiar, por un lado el cielo estrellado, sería el
ámbito de las leyes naturales, las leyes físicas, donde reina la causa y el efecto, donde todo ocurre
necesariamente, es el ámbito de la ciencia, y por otro lado, le admira la ley moral en mí, acá
señala el ámbito de la ley moral, la íntima idea del deber, el ámbito de la práctica, de lo que
puede ocurrir por obra de la libertad, es lo contingente lo opuesto a lo innecesario, ejemplo: si yo
tiro la lapicera, necesariamente cae. Pero frente a una encrucijada, por ejemplo: delatar o no a un
amigo que cometió un acto ilícito, qué pesa más: la amistad o el acto ilícito. Frente a esas
situaciones en donde no rige la causalidad sino la libertad, estamos en el ámbito de la ética, el
otro gran ámbito sobre el que Kant escribió. Él considera que en ambos ámbitos –ciencia y ética-
es posible que la razón salga de la ignorancia y se constituya como legisladora.
El lema con el cual termina un escrito Kant y que refleja esta intención emancipatoria de la
ilustración es: “sapere aude”, significa “atrévete a pensar”, es esta expresión la que sintetiza el
ideal emancipatorio de Kant. Lo está diciendo en un siglo, donde la sociedad se encuentra bajo el
dominio de monarcas despóticos, de hogueras prendidas por la inquisición, de sangrientas guerras
de religion, no es poca cosa decirle al ciudadano que se atreva a pensar por sí mismo y guiar
desde ese razonamiento, una conducta independiente o autónoma.
Acercándonos al pensamiento de Kant, podemos decir que una de las formas en la que nos vamos
a acercar es a través de cuatro preguntas que él considera fundamentales para hacer su filosofía.
El motor de su filosofía, fueron de algún modo estas cuatro preguntas que atraviesan su obra.
Las preguntas fundamentales de Kant son:
1) ¿Qué puedo conocer?
2) ¿Qué debo hacer?
3) ¿Qué me cabe esperar?
4) ¿Qué es el hombre?
Respecto a la primera pregunta, Kant busca ahí conocer el conocimiento, está haciendo un
análisis de la razón. No sé preguta qué es la realidad, sino cómo puedo conocerla. Va a
responderla con una obra llamada “Crítica de la razón pura” de 1781, y acá la palabra “crítica”, es
distinta a cómo la usamos cotidianamente hoy. En Kant, la palabra “crítica”, significa: cuáles son
las condiciones que hacen posible el conocimiento. La crítica es hacer un análisis para fijar hasta
dónde podemos conocer.
Con respecto a la segunda pregunta, la contesta con otra obra que se llama “Crítica de la razón
práctica”. Como se puede ver en la pregunta, el verbo es otro, “hacer”. Lo que va a tratar en esa
obra es sobre el problema moral, el problema del deber, qué debemos hacer en tanto sujetos
racionales, cómo debemos actuar. Va a hacer un análisis racional de las condiciones de
posibilidad para obrar racionalmente. Su idea es formular una ética universalista.
Con respecto a la tercera pregunta, se refiere de algún modo a aquello que está fuera del ámbito
de la ciencia como de la ética. Sus textos sobre historia, derecho, religión, estética, etc., se pueden
englobar como la respuesta a esta pregunta.
Y con respecto a la cuarta pregunta, la fundamental, qué es el hombre, este sujeto, que se
pregunta por su sentir, obrar y el pensar, no alcanza a desarrollar una obra profunda y sistemática
como las anteriores.
Nos vamos a referir ahora a las dos primeras preguntas; qué puedo conocer y qué debo hacer.
Kant no está hablando de dos razones, no tenemos dos razones, pero sí tenemos dos usos de la
razón. Tenemos un uso teórico de la razón y un uso práctico. En el uso teórico es en donde Kant
se ocupa del tema del conocimiento, se pregunta por la elaboración de juicios que son la base del
conocimiento científico, que es a donde él está apuntando. Y cuando habla del uso práctico de la
razón, es cuando dirige la razón hacia el ámbito del deber, del obrar, donde allí no se expresan
juicios científicos, sino normas o imperativos como dice Kant.
Empezando por el uso teórico de la razón -aquel referido al conocimiento-, se dice que en el
ámbito del conocimiento Kant realiza una Revolución Copernicana. Ampliando lo dicho,
Copérnico lo que hizo fue decir que la tierra no está fija y el sol gira alrededor de ella, sino que la
tierra se mueve al rededor del sol. Kant va a señalar que en el acto de conocer no vamos a partir
del objeto, sino que vamos a mirar al sujeto que conoce, y dice que “nunca conocemos las cosas
tal cual son, sino tal cual se nos presentan”. Nunca vamos a saber tal cual es la realidad, nosotros
podemos percibir de la realidad lo que podemos percibir, somos limitados, nuestra capacidad,
conocimiento y percepción es finita, condicionada, tenemos un modo de acceder a la realidad, no
sabemos cómo percibe la realidad otro ser, pero sabemos que para un sujeto racional la realidad
se da de determinada manera, solo podemos conocer lo que podemos percibir, y acá Kant hace
una primera observación. Para que se dé el conocimiento tiene que haber una síntesis, es decir, un
encuentro entre un elemento dado y un elemento que pone el sujeto para que sea posible el
conocimiento. Para conocer, el sujeto necesita que algo se le presente, pero a la vez, él conoce de
un determinado modo.
Para Kant, la primera facultad del conocimiento es la sensibilidad, entonces, el primer momento
del conocimiento se da en la experiencia sensible, cuando nuestra sensibilidad es afectada por un
caos de sensaciones que vienen del mundo exterior, pero no las percibimos en forma
desordenadas sino que esas afecciones las percibimos ordenadas, porque inmediatamente la
percepción sensible le aplica dos formas puras, a priori, que le permiten esa percepción de la
realidad. Estas formas puras, a priori, que le permiten ordenar la experiencia son: el espacio y el
tiempo. Nunca podremos captar nada que esté fuera del espacio y el tiempo, ya que estos son
nuestras coordenadas, nuestras formas de percibir algo. No se va a poder captar sensiblemente o
tener una experiencia de Dios, porque no se da en el espacio ni en el tiempo.
Cabe acá una aclaración dado que un importante punto que distancia Kant de la filosofía
tradicional, es que niega que la metafísica sea una ciencia. La metafísica nunca puede ser ciencia
porque meta-física significa ir más allá de lo físico.
Sí para Aristóteles la metafísica fue la ciencia primera, para Kant la metafísica no es una ciencia,
porque ésta trata sobre aquello de lo cual no es posible captarlo como un fenómeno, es decir,
tener una experiencia sensorial en el espacio y tiempo. Es lo mismo que uno diga: los metales se
dilatan con el calor, a que digamos: Dios existe eternamente, la respuesta es no. Cuando
hablamos del calor, de los metales y dilatación, lo podemos percibir y experimentar, pero en
cambio, si Dios existe eterna o no eternamente, no lo podemos percibir, que es el primer grado
para poder conocer.
Las realidades de las cuales trata la metafísica son esencias, en palabras de Kant, noúmenos, que
es la cosa en sí, la esencia.
De lo que trata la metafísica es invisible, no perceptible, en cambio, el primer momento para
conocer es poder percibir un fenómeno. Acá tenemos dos términos muy de Kant que se oponen.
El fenómeno se opone al noúmeno. El primero es lo que se me aparece y yo puedo captar en el
espacio y tiempo, el segundo es el en sí, la esencia que no se puede percibir, no se puede captar y
por lo tanto, no se puede conocer.
Lo que estamos diciendo es que el espacio y el tiempo son las formas a través de las cuales
percibimos la realidad. Son formas porque es el modo de percibir la realidad, nada que esté fuera
del espacio y el tiempo puede ser captado, y estas formad pertenecen al sujeto que conoce. Son a
priori porque son anteriores a la experiencia, son independientes de la realidad, son la condición
previa, son leyes del propio sujeto en cuanto a su facultad sensible para recibir las impresiones
externas. Y son formas a priori puras porque están vacías de contenido. Son como los cajones de
una cómoda en el cual vamos a poner medias, los cajones están dentro de la cómoda, el espacio y
el tiempo son las coordenadas nuestras que nos permiten percibir la realidad y captar un
fenómeno.
Pasando al segundo momento, una vez percibido un fenómeno, ejemplo: un bebé que esté
saboreando una galleta, no sabe si es una galleta, bizcochuelo, budín o alfombra, él percibe,
absorbe eso que tiene en la boca, no sabe qué es, y acá explicamos el segundo momento del
proceso del conocimiento que es cuando interviene la facultad del entendimiento. El
entendimiento es la facultad que recibe los fenómenos y le aplica sus formas, y estas son las
categorías. Teniendo un fenómeno, le aplico las categorías, causalidad, necesidad, universalidad,
yo puedo llegar a conocer ese fenómeno y eso que he percibido puede contestar a la pregunta
“¿qué es?”.
Entonces, a través del entendimiento, y de sus formas puras a priori que son las categorías yo
ubico al fenómeno, lo puedo enlazar con otra representaciones y puedo expresar las leyes que lo
rigen, por lo tanto, construyo conceptos. Todos los juicios que yo formulo al conceptualizar algo,
los hago a través del entendimiento, ya que esté me permite conocer y por eso Kant va a decir en
una frase “la sensibilidad sin el entendimiento es ciega”, yo percibo algo pero no sé qué es, y a su
vez el entendimiento sin la sensibilidad es vacío, yo le puedo explicar a una persona no vidente
qué es el mar, pero esa persona al no percibirlo es un concepto vacío, no tiene el contenido
fenoménico, no ha percibido el fenómeno.
Acá nos está marcando Kant, cuál es el límite de la razón teórica, la concurrencia de dos
facultades en el conocimiento, la sensibilidad y el entendimiento. Con ellas es posible hacer
ciencia, es decir, necesito los fenómenos que me da la sensibilidad y los juicios elaborados por el
entendimiento. El conocimiento científico entonces queda ligado al conocimiento empírico, pero
el sujeto ha sido activo en el acto de conocer, porque éste pone las categorías necesarias para que
se dé el conocimiento.
Ahora bien dice Kant, junto a estas facultades, podemos decir o señalar otra dimensión, llamada
la razón pura, la razón en cuanto produce ideas.
Hay un ámbito de la razón que Kant señala como uso propio el de pensar, no el de conocer,
porque ya dijimos que para conocer es necesario la percepción de la sensibilidad, lo fenoménico.
Ahora, pensar no es lo mismo que conocer. Conocer me posibilita hacer ciencia, pero pensar me
permite ir más allá de lo condicionado, yo puedo pensar lo incondicionado, ejemplo: yo puedo
pensar en el alma, pero no la voy a conocer, puedo pensar en el mundo, pero no conocer su
totalidad. Entonces, mundo es una idea, alma también y Dios es otra idea de la razón. Estás tres
son las ideas fundamentales en Kant, como la idea de deber.
La razón tiene ideas, alma, mundo y Dios, que sirven para pensar lo incondicionado, pero nunca
lo van a conocer. La función de estas ideas es funcionar como síntesis de la experiencia humana y
tienen un uso regulativo de la conducta, impactan en ella. Estas ideas no sirven para hacer
ciencia, sino que sirven, en su uso trascendente, como síntesis y como principios reguladores.
Son postulados que me permiten unificar, por ejemplo: la idea de alma hace posible pensar un
“yo”, una unidad a donde remito mis experiencias internas, la angustia, felicidad, temor, etc., esas
experiencias internas las experimenta un “yo”, lo que Kant llama “alma” de cada uno.
La idea de mundo, es la idea que me posibilita pensar los fenómenos externos, la realidad
externa, unifico los fenómenos externos como dados en el mundo.
Y la idea de Dios, es aquel postulado que no voy a conocer, es una idea vacía de contenido
empírico, pero que me permite unificar con esta idea trascendente la posibilidad de la experiencia
interna y externa.
Entonces son postulados de la razón que no los conozco y que actúan como síntesis, como
principios unificadores y que tienen un uso regulativo de la conducta. Las puedo concebir como
metas, ejemplo: puedo pensar la humanidad, pero esta es una idea que regula mi conducta. Al
impactar en la conducta, tienen un uso práctico y es acá dónde giramos y comenzamos a
desarrollar la ética de Kant.
A partir de esto vamos a desarrollar el ámbito de la ética, de la conducta, de las elecciones, de la
práctica donde actuamos nosotros que somos seres naturales que actuamos movidos por deseos,
instintos, impulsos, gustos, inclinaciones, pero somos seres racionales.
Kant va a señalar que la razón en su uso práctico puede orientar la conducta según una ley moral
y universal.
Todo sujeto racional tiene en su conciencia una ideal del deber, hasta un pueblo de demonios dice
Kant, marca lo que está bien y lo que está mal, le dará un contenido distinto a nosotros, un niño
establecerá lo que está bien y lo que está mal a su manera, distinto a como lo verá de más grande
edad. La idea de deber está en la razón.
El punto de partida de su ética es esta idea, no es la búsqueda de ser felices como dijo Aristóteles,
sino la idea de ser dignos, “hazte digno de ser feliz” es una frase de Kant, y la dignidad viene
actuando por respeto al deber. Otra frase de Kant dice “no es el bien que deseamos como
criaturas naturales, sino el deber que reconocemos interiormente como criaturas racionales los
que nos hace morales”.
En esta posibilidad que tenemos de actuar por encima de los condicionamientos naturales de mis
gustos, inclinaciones, deseos, etc., en éste elevarse por encima de lo natural es dónde radica la
libertad del hombre, atributo que permanente va a subrayar Kant.
La posibilidad que tiene el sujeto de orientar su conducta desde la razón autónomamente, es
decir, dándose asimismo las normas, es lo que hace que el sujeto racional sea digno, la dignidad
reside en esta autonomía moral, en la capacidad de darnos a nosotros mismos una norma y que
esa norma tenga un sentido universal, es decir, que sea válida para todos, porque todos son
sujetos racionales.
Sin la libertad que reconoce en el uso de la razón práctica al elevarse por encima de lo natural, sin
la libertad no hay moral, y sin moral no hay dignidad para Kant. Entonces somos sujetos
portadores de una idea del deber, podemos actuar en contra de esta idea, podemos actuar porque
tenemos miedo a no respetar esta idea o podemos actuar por respeto al deber. Kant aclara esta
línea de pensamiento diciendo que el deber se expresa en mandatos, o dicho en su vocabulario, en
imperativos. Hay dos grandes clases de imperativos: los hipotéticos y los categóricos.
Los imperativos hipotéticos son propios de morales, que según Kant no son fuertemente morales,
porque supeditan la acción a una condición, ejemplo: no robo porque no quiero ir preso, entonces
hay un interés por detrás de la acción y eso no es un mandato estrictamente moral para Kant, por
eso habla del imperativo categórico. Este es un núcleo fundamental en el sistema ético kantiano.
Los imperativos categóricos son mandatos que se obedecen sin estar supeditados a una condición.
Tiene una formula breve de expresarse: “tú debes porque debes”, es decir, tú debes hacer tal o
cual cosa no por un sentimiento, inclinación o por mandato, sino porque es racional hacerlo.
Kant no va a diseñar una ética con contenidos claros para que todos conozcamos, como la ética
cristiana -los 10 mandamientos-. En Kant no hay un contenido, porque si basamos la ética en la
religión, cada religión va a poner su precepto ético y vamos a seguir con las guerras entre
religiones. Entonces Kant busca fundamentar una ética racional.
Este imperativo categórico tiene sus tres formulaciones y cada una de ella se relaciona con uno de
los ideales de la Revolución Francesa del cual dijimos que Kant era fanático.
1) “Obra de modo tal que la máxima que rige tu voluntad pueda convertirse en ley universal”
Esta formulación alude a lo que llamamos la universalidad. Lo que significa que cada vez que yo
realizo una acción hay una máxima o principio que está guiando mi conducta, por ejemplo: se
vence la hipoteca de mi casa y no tengo dinero para pagar dicha hipoteca, entonces le pido dinero
a un amigo sabiendo que no le voy a poder devolver la plata, pero quiero salvar mi casa, entonces
pedir el dinero es la acción, el principio que me guía es salvar mi casa, es un fin particular, no me
importa que no pueda devolverle la plata a mi amigo, después veré cómo hago. Lo que rige mi
acción es pedir dinero aunque no esté seguro de devolverlo.
Puedo convertirlo en una ley universal y decir: todo aquel que esté necesitado pida dinero aunque
no pueda devolverlo. Al universalizar el principio que guía mi acción estoy colocando ese fin que
guía mi conducta en un orden universal y viendo si todas las voluntades podrían acordar con ese
fin. Obrar de acuerdo a la razón práctica permite que el fin que percibo en mi obrar particular se
convierta en un fin universal válido para todos, y en esa obediencia a una ley universal por ser
racional, radica la igualdad del hombre.
Esta primera formulación se relaciona con el principio de la Revolución que se refiere a la
igualdad.
La racionalidad funda la igualdad, ya que para Kant, la racionalidad posibilita esa igualdad.
2) “Obra de modo tal que la máxima de tu voluntad pueda ser considerada como fundamento de
una legislación universal de la naturaleza”
Es necesario recordar, para aclarar esta segunda formulación, lo que decíamos con respecto al
orden natural cuando hablábamos de la teoría del conocimiento, decíamos que el mundo de la
naturaleza está regido por la causalidad, por la necesidad. Ejemplo: si yo tiro un lápiz, este se cae
necesariamente. Hay una causa-efecto. Pero lo que pasa en el ámbito de lo moral, de la praxis o
de la conducta, allí rige la libertad, el hombre puede decidir, actuar de una manera u otra. Lo que
Kant propone es la posibilidad de que el hombre imponga una ley sobre sus necesidades
naturales. El sujeto racional puede elevarse sobre las condiciones naturales e imponer un orden
racional, es su propio legislador, pero es un legislador no en sentido individual, sino universal. La
libertad está fundada en la capacidad de auto-legislación, la libertad como autonomía es
entendida en Kant como la posibilidad de someter a la naturaleza a su propio fin.
Es por esto que esta segunda formulación se relaciona con el segundo ideal de la Revolución
Francesa, la libertad.
3) “Obra de modo tal que trates a la humanidad, tanto en ti como en los otros, siempre y al mismo
tiempo como un fin y nunca como un medio”
En la redacción de esta formulación del imperativo, nos es fácil ver su conexión con el tercer
ideal de la Revolución Francesa, la fraternidad.
Para Kant no hay que utilizar a los demás, ni siquiera a mí mismo como un instrumento, tampoco
rebajarme a ser un medio para algo, dado que cada persona tiene un valor absoluto. El sujeto
tiene dignidad porque es un fin en sí mismo y cada uno es portador de la humanidad.
Ningún hombre es intercambiable por otro, porque ningún hombre es mercancía, no somos un
“que”, somos un “quién”, somos un “alguien”, un protagonista que piensa y decide.
Volviendo al ejemplo de la persona que tenía temor a perder la casa y decide pedirle dinero sin
importarle si lo podía devolver, acá también podemos ejemplificar que yo estoy tomando a mi
amigo como un instrumento para solucionar mi problema, no lo estoy dejando que piense en
libertad y decida autónomamente si me va a prestar o no la plata. Yo voy a utilizar un engaño, lo
voy a manipular para lograr un fin.
Esta caracterización en donde Kant apunta a obrar teniendo en cuenta la humanidad, está
afirmando el carácter único de cada sujeto como autolegislador de sí mismo pero con posibilidad
de pensar en universal, porque es racional.
Esta tercera formulación, en donde la humanidad es el centro del sujeto, ha tenido eco en el siglo
XX, en el fundamento de los DDHH, en cuanto a respetar la dignidad de todos los seres
humanos, independientemente de sus características particulares. La noción de dignidad humana,
hoy es considerada un concepto clave en el discurso de los DDHH y Kant fue quien puso en el
mapa del discurso moderno este concepto de dignidad.
Podemos caracterizar la ética kantiana con tres adjetivos:
• Rigorista
• Formal
• Autónoma
Es rigorista (vamos a decir su opuesto) porque se opone a las éticas eudemonistas, como por
ejemplo la ética de Aristóteles, son las éticas que tienen como objetivo la felicidad. Es rigorista
porque para Kant, el centro de la ética es la moral, propone una moral basada en el rigor del
deber. Me guste o no me guste, lo correcto es actuar por deber. ¿Cómo sé cuál es el deber?
Formulo el imperativo categórico, qué pasa si todos harían lo mismo.
Es formal, porque es una ética que se opone a las éticas materiales. ¡No confundir con éticas
materialistas! Material quiere decir aquellas éticas que le dan un contenido a sus preceptos, por
ejemplo la ética cristiana, amar a Dios sobre todas las cosas, ama a tu prójimo, etc., allí nos dan
un contenido.
La ética kantiana nos da un procedimiento intelectual, cómo debemos razonar antes de actuar,
nos indica la forma, el procedimiento hacia cómo pensar.
Es autónoma, a diferencia de las éticas heterónomas, es decir, cuando otro me da la norma, que
puede ser la tradición, el poder político, la religión, o sea, otro me dice cómo actuar. La ética de
Kant, es autónoma, es decir, la norma moral surge de la racionalidad del sujeto, es autoimpuesta
por la razón, no sigue un mandato que ha puesto otro. Al obedecer este mandato que surge de la
razón, nos obedecemos a nosotros mismos y es acá dónde radica la autonomía, nos damos a
nosotros mismos las normas y por eso somos libres.
Son estas cualidades las que nos hacen un “alguien” y no un “algo”. Nos hacen un “protagonista”
y no un “instrumento intercambiable”.
La vida y pensamiento de Karl Marx ocurren en el siglo XIX, de allí que el contexto se va a ver
teñido de las consecuencias de la Revolución Industrial, el modelo del capitalismo industrial que
supera al modelo mercantil y las diferencias sociales que va a traer aparejado.
El siglo XIX es el siglo de Marx, en donde se produce la formación y consolidación de la
sociedad industrial y de un modelo económico llamado “capitalismo industrial”, sistema en el
cual la economía de libre mercado es la dominante y la fuente de riquezas es la propiedad privada
de los medios de producción que van a ser las fábricas. El capitalismo industrial vendría a ser una
nueva versión del capitalismo mercantil, que en los siglos XVII y XVIII tuvo su auge y era la
práctica comercial de tipo marítima que se basaba en la explotacion de las colonias. El
capitalismo industrial está relacionado con el hecho clave de la Revolución Industrial, que si bien
comenzó en el siglo XVIII con el invento de la máquina a vapor, hace su plena aparición y
consolidación en el siglo XIX. Esta Revolución implica la aplicación de la máquina al comercio,
producción y a la comunicación, lo cual va a configurar un nuevo mundo.
La vida en Europa en este siglo, podríamos mencionar algunos rasgos principales, por ejemplo,
Inglaterra es el pais que económicamente está más avanzado y que desde 1820 ya hay trenes a
vapor que recorren el mundo, puentes metálicos que unen ciudades, barcos de hierro que
navegan, negocios que se agilizan gracias al telégrafo, ciudades con hacinamientos de población,
ya que ha habido una migración del campo a la ciudad donde están las fábricas, se han trasladado
en búsqueda de trabajo ya que el campo estaba empobrecido y junto con trabajo, lo que se
encuentran son condiciones miserables de existencia, lo que trae aparejado, no sólo una vida
miserable sino también epidemias.
Desde el aspecto político, lo que podíamos decir como que es lo predominante, son las ideas
liberales que vienen protagonizando las luchas contra el antiguo régimen desde el siglo XVII. Es
en el siglo XIX donde se da el gran paso del antiguo régimen al gobierno de las naciones. Se
produce este cambio y las monarquías que quedan son rodeadas por un parlamento o constitución
y en cuanto a súbditos nos encontramos ahora con un ciudadano con derechos.
El liberalismo y el nacionalismo van a ser las dos corrientes políticas que van a estar encarnadas
en lo que va a ser la burguesía.
A finales del siglo XIX, lo que vamos a ver es como el capitalino va a necesitar más materia
prima, recursos, nuevos mercados para poner sus mercancías, mano de obra barata y las grandes
naciones van a salir a la conquista del mundo y podría decir que es la era del imperialismo y es
por esto que a finales de este siglo vamos a ver una nueva y feroz conquista de continentes como
África, La India, Oceanía, América. Son poblaciones que van a quedar sometidas a la ferocidad
colonial de estas grandes naciones.
En el aspecto social ponemos el acento en que esa alta demanda de la mano de obra industrial,
produjo una migración masiva del campo a la ciudad que va a ser el símbolo del progreso y a su
vez de la miseria. Se pone fin a una sociedad fuertemente dividida en estratos, como el rey y la
nobleza, el clero, sería estratos cerrados y se da el paso a lo que se llama una sociedad de clases,
donde la movilidad social va a estar dada por la posesión o no del dinero. Las dos clases
protagonistas del siglo XIX van a ser: la burguesía y el proletariado. La burguesía se va a oponer,
por un lado a la nobleza, porque lucha contra los privilegios de los nobles, pero también se va a
oponer al proletariado, a las demandas del proletariado, porque el burgués es el capitalista, el
dueño de los medios de producción. La clase obrera no tiene posesiones, solo es dueña de su
fuerza de trabajo, fuerza de trabajo que va a vender en las fábricas a cambio de un salario, ese
salario no está pactado de igual manera por las dos partes y por lo tanto va a ser la clase
explotada.
El dinero es el criterio que va a situar a un individuo en una clase o en otra.
La burguesía es la dueña de los medios de producción, tiene el capital, las fábricas y el
proletariado va a vender su fuerza de trabajo (que es lo que tiene) a cambio del salario.
Para resaltar el ambiente científico, decimos que es un siglo que pega un enorme avance en
cuanto a hallazgos y teorías científicas en distintas disciplinas, por ejemplo en psicología, Freud y
su teoría del psicoanálisis para llegar al inconsciente y liberar al sujeto de traumas, heridas o
deseos reprimidos.
Nace la sociología, el padre de la sociología Comte, considera que la sociedad puede estudiarse
científicamente, siguiendo el modelo de la física y va a proponer un método científico para
estudiar la sociedad.
En biología tenemos a Darwin y su teoría de la evolución de las especies, donde le produce un
quiebre al paradigma único de la teoría creacionista y pone el origen del hombre como uno más
de los animales que evolucionan en una línea ascendente.
También tenemos los descubrimientos de Paster, el avance en cuanto a la conservación de los
alimentos y vacunas, que hasta el día de hoy gozamos de sus beneficios.
Todos estos hallazgos y nuevas teorías no fueron fáciles de ser aceptadas, pero se producen a lo
largo de este siglo tan pujante.
En el arte, por ejemplo en la literatura, aparecen grandes obras del romanticismo y del realismo.
Y en la música tenemos la obra de Shappen, que marca de una manera clásica este siglo.
Marx transcurre su vida intelectual y biográfica existencial en este siglo y frente al hecho clave
que hemos dicho, la sociedad industrial, él va a tomar una posición. La va a tomar como injusta y
alienante, y frente a esta sociedad explotadora, injusta y alienante, va a proponer una sociedad
emancipada.
Marx es un filósofo de la sospecha, de la denuncia, ya que él va a explicitar o denunciar lo que
esconde la razón, el pensamiento, lo que él va a llamar la “superestructura”. ¿Qué está en la base
de la razón? Las condiciones materiales de existencia, los intereses económicos, las necesidades
que están encubiertas por la ideología.
Para Marx el destino de final de la humanidad es la libertad e igualdad, la emancipación de toda
forma de opresión. El socialismo es para Marx una posibilidad económica, pero además una
necesidad ética.
Su filosofía es un intento por cumplir con una consigna que marca su pensamiento. La frase de
Marx es: “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo y sin embargo de lo que se
trata es de cambiarlo”.
Su foco es la denuncia con respecto al capitalismo, porque es deshumanizante, alimentante,
explotador porque el capitalista se queda con la plusvalía y por lo tanto es injusto porque somete
a una clase social, esclaviza y embrutece.
¿Cómo es la vida de Marx? Nace en una ciudad llamada Tréveris - Alemania, en 1818 y
pertenece a una familia judía. Su padre ya estaba padeciendo.
Las influencias que nutren el pensamiento de Marx, tanto en cuanto a lo que él toma como aporte,
como a lo que a él le sirve para oponerse y edificar una teoría propia, entonces, las tres líneas
teóricas que influencian en su filosofía son: el socialismo utópico, la economía política inglesa y
la filosofía alemana.
En cuanto al socialismo utópico podemos decir que esta forma de llamarlo es propia de Marx y su
compañero intelectual Engels para diferenciar su propio socialismo al que llaman socialismo
científico, frente a los socialistas utópicos cuando él había emigrado a Paris. Él considera que
estos socialistas utópicos, aunque sí bien coincide con ellos en la crítica del capitalismo, no
considera que la utopía de volver a un pasado idílico rural sea posible. No se puede volver atrás.
Sus propuestas son irrealizables.
Si bien los socialistas utópicos no constituyen un cuerpo homogéneo, se diferencian de Marx
porque muchos de ellos rechazan el concepto de lucha de clase y apuntan a un reformismo
gradual para alcanzar la igualdad.
La otra línea, la cual Marx se dedica a estudiar para llegar al meollo del capitalismo y hundir su
fuerte crítica, es la economía política inglesa. La economía es una ciencia que nace a fines del
siglo XVIII y XIX, sus teóricos fundadores son Adam Smith, David Ricardo, que sostienen una
fuerte defensa a la economía de mercado, a la propiedad privada, la no intervención del Estado en
la economía. Representan en el plano económico lo que Locke representó en el plano político, es
decir, son los teóricos que le dan sustancia teórica al liberalismo económico, así como Locke lo
hizo en el planteo político.
Marx va a analizar las categorías que trabajan estos teóricos, por ejemplo, la de propiedad
privada, capital, trabajo, tierra, salario y Marx va a denunciar que estas categorías tienen un
carácter ideológico, la ciencia económica tiene un carácter ideológico, ya que explica como
natural lo que en realidad es histórico, es decir, lo que puede ser transformado porque tuvo un
origen, por ejemplo, la propiedad privada. Estos teóricos liberales justifican, defienden y
legitiman una sociedad donde creció enormemente la riqueza, pero con una distribución injusta,
como dice Marx: “grandes fortunas para pocos, salarios de miserias para muchos”.
Con respecto a la tercera línea que influenció en Marx, es el pensamiento alemán, la patria donde
Marx se forma. Hay un joven de una generación anterior llamado Follerbaje, al cual él va a
escribir un libro “11 tesis sobre Follerbaje”, en donde va a analizar su pensamiento y
posicionarse, le impacta sobre este joven su crítica de la religión, la noción de alienación del
hombre con respecto a la religión (mientras más pone el hombre en la religión, más desposeído
está de sí mismo y la critica a todo el planteo metafísico en general, el poner al hombre como el
centro de reflexión. Pero para Marx el planteo de Follerbaje es abstracto y no llega a estudiar las
condiciones sociales concretas del hombre, es un ateísmo humanista abstracto.
La gran influencia finalmente que va a marcar el pensamiento de Marx es Hegel. Este es el gran
filósofo que culmina el idealismo moderno alemán y Marx se opone a este idealismo pero toma
de Hegel el método dialecto y su visión dialéctica de la realidad. Esto implica aceptar primero la
idea de cambio, “todo ser está en movimiento”, “la realidad toda está en un constante fluir”, pero
este cambio no es caótico, se produce a través de contradicciones, es decir que la realidad fluye a
través de oposiciones, antagonismos, enfrentamientos. Estos enfrentamientos tienen una
racionalidad, una lógica dialéctica, es decir que estos cambios atraviesan tres momentos. Los tres
momentos de la dialéctica son:
• Tesis
• Antítesis
• Síntesis
Se entiende por tesis, la afirmación de una realidad. La tesis es una afirmación, la aparición de un
ser, una idea o un pensamiento.
La antítesis es la negación de la realidad anterior. Negar la afirmación hecha.
La síntesis es la negación de la negación anterior y es el momento de integrar las realidades
anteriores en una nueva que sea superadora, es el momento de la superación que da lugar a una
nueva tesis que va a dar lugar a una nueva antítesis para llegar a una síntesis, y así continúa el
movimiento en el pensamiento, en la realidad natural, en la historia. Ejemplo: una semilla sería el
momento de la tesis, (es la afirmación de un ser), pero esa semilla se mueve a un opuesto que
sería el árbol, surge un árbol a partir de una semilla (antítesis), el árbol rompe con la semilla,
niega la semilla es la oposición a la semilla y sin embargo ese árbol va a ser superado por un
tercer momento que es la síntesis, el fruto. En ese fruto hay nuevas semillas que van a dar origen
a nuevos árboles y a su vez esos árboles a nuevos frutos y así sucesivamente.
La dialéctica es la estructura de la realidad. La realidad está integrada por una tensión entre
opuestos. Marx va a aplicar esta visión dialéctica al mundo del hombre, es decir, a su historia,
sociedad, sus relaciones con los otros hombres. De acá entonces es el por qué su filosofía se
llame “Materialismo Dialéctico” y “Materialismo Histórico”.
El materialismo dialéctico es su postura filosófica. Se llama materialismo porque se opone a toda
forma de idealismo, a la preeminencia de la idea sobre la materia, por el contrario lo real, lo
observable, no deriva de ninguna fuente sobrenatural. La metería es primera y anterior al espíritu.
De la materia surge el espíritu.
Esta realidad material es dinámica, la única realidad es la material observable. El movimiento de
la realidad es dialéctico, este movimiento gobierna en la naturaleza, en el pensamiento y en la
sociedad.
Lo que le interesa estudiar a Marx es la sociedad, entonces, llamamos materialismo histórico a la
aplicación de su filosofía en el marco de la historia. El materialismo histórico es la ciencia
marxista de la historia, es la interpretación de Marx de la historia a través de la materia y ¿cuál es
la materia en el mundo del hombre? la economía. La materia dice Marx es el sistema de
producción de los bienes materiales que el hombre necesita para vivir. La forma en que los
hombres producen, distribuyen e intercambian los bienes materiales, es la base económica que
sostiene la vida de los hombres. Es materialismo histórico, porque este modo de producir los
bienes cambia, por eso la historia es cambio y este cambio es dialéctico, el cambio se da por
oposiciones y en la historia ¿cuáles son las oposiciones que la mueven, qué es lo que mueve a la
historia, cuál es el motor de la historia? la lucha de clases. Las oposiciones de los intereses de
clases son los que impulsan el desarrollo. Por ejemplo cuando la burguesía aparece como la
nueva fuerza dentro del feudalismo y el proletariado dentro del capitalismo. Este antagonismo de
clases es lo que mueve a la historia.
El sujeto de la historia para Marx es el hombre concreto, que es un hombre social, histórico, en
dinámica relación con la naturaleza y con los otros. Para Marx la historia comienza cuando el
hombre debe satisfacer sus necesidades para vivir y al hacerlo trabaja. El trabajo es el primer
hecho histórico, es la actividad que arranca al hombre del mundo animal y lo hace hombre.
Como había dicho antes, a Marx lo que le interesa estudiar es el mundo del hombre concreto, es
decir, el marco histórico social en el que se desenvuelve el hombre. Este hombre concreto y real
que le interesa a Marx, dicho en palabras de él: lo primero que tiene que hacer el hombre es
mantenerse vivo y para hacer esto tiene que satisfacer las necesidades básicas. Al satisfacer estas
necesidades fundamentales entra en relación con la naturaleza y con los otros hombres, y además
va a transformar el mundo a través del trabajo. Entonces llegamos acá a una noción clave en
Marx, la noción de trabajo.
Para este autor, el primer hecho histórico, es decir, el hecho que saca al hombre del reino animal
y lo convierte en hombre, es la capacidad de producir los medios para satisfacer sus necesidades
fundamentales. El hombre tiene que producir su vida material.
Toda sociedad se fundamenta en el modo en que los hombres se procuran los medios de
existencia. Ese modo de procurarse los medios de existencia es el trabajo y vamos a ver cómo ese
modo de procurarse lo necesario es lo que va a condicionar el conjunto de ideas, creencias,
normas, las formas de estados que van a configurar una sociedad.
Para Marx, el trabajo es una categoría antropológica, es decir, que el trabajo define al hombre y
acá introduce otra expresión propia de Marx “el hombre entero”. ¿A quién llama el hombre
entero? Al hombre que se autoproduce y autoexpresa a través del trabajo. Para Marx, el hombre
es el único ser, el único animal que se produce asimismo y este acto autogenerador de hombre es
el trabajo.
Como habíamos dicho, la historia nace y se despliega a partir de esta primera mediación que es el
trabajo, a través de la cual el hombre se relaciona con la naturaleza y con los otros, es decir, el
trabajo es la mediación que lo pone en contacto con lo otro y al realizar este contacto lo
transforma y se transforma.
El trabajo saca al hombre del reino animal ya que a través del trabajo el hombre se objetiva, saca
fuera de sí algo que estaba en su mente, transforma la realidad y se transforma así mismo.
Hay una cita de Marx en la que se pregunta ¿Qué es lo que distingue al peor arquitecto de la
mejor abeja? Y es que el arquitecto primero dibuja en su cabeza lo que va a construir en la
realidad, es decir, que al final del proceso surge un resultado que ya estaba primero en su mente.
Es por esto que al exteriorizarse y dejar plasmada y transformada la naturaleza a partir de una
idea, se contempla en un mundo que ha creado él mismo. La naturaleza va a ser su cuerpo
inorgánico dice Marx, es decir, el hombre vive de la naturaleza y sin ella muere. Es su medio de
subsistencia y es su cuerpo, en el sentido que con ella tiene que contar para no morir.
Otra característica que señala, en un lenguaje marxista, es que el trabajo es una praxis histórica-
social. Praxis porque es una actividad, una acción transformadora sobre la realidad. Es una praxis
histórica porque no siempre se trabajó del mismo modo, ya que los modos de trabajar, es decir,
los modos para producir los bienes para mantenerse vivo han variado a lo largo del tiempo y
también es una praxis histórica-social porque el hombre no existe aislado ya que pensarlo en
aislado es una abstracción. El hombre siempre está en un entramado social.
Otra diferencia con el animal es que en tanto actividad productiva y libre, el hombre muestra su
ser genérico, es decir, en el trabajo despliega su naturaleza social. Su ser genérico implica que en
el mundo del trabajo se da su efectiva unidad con otros, dice Marx. El animal vive encerrado en
su particularidad, en cambio el hombre puede pensar en universal. Y además, es una actividad
libre no solo en el sentido de que no está impuesta, sino que el hombre puede producir de manera
libre de necesidad física, a diferencia del animal que solo se procura lo necesario para mantenerse
vivo, el hombre puede producir libre de una necesidad orgánica y solo liberado de esa necesidad
produce realmente. Por eso es que el trabajo es el acto de autorrealización del hombre, en donde
él despliega su naturaleza, conciencia, imaginación, capacidad transformadora, es más que un
medio de subsistencia para mantenerse vivo.
Para Marx, la historia es la historia del desarrollo de esta capacidad por la cual el hombre se
autoproduce y lo que va a distinguir una época de otra es este modo de autoproducción o de
trabajar. Entonces no hay que preguntarse ¿qué hace? sino ¿cómo lo hace?, es decir, cómo
obtiene, cómo produce lo necesario. Esta es la verdadera base sobre la que gira la vida humana, la
producción de los medios de subsistencia y de consumo, por lo tanto, acá está la base del
materialismo histórico.
Para abordar este mundo del trabajo y de la producción de la vida material, Marx trabaja un
concepto, el de “modo de producción”. Con este concepto va a estudiar a una sociedad, una
estructura social, una época.
Primero es conveniente definir qué son los modos de producción: son las formas históricamente
condicionadas de obtener los medios de subsistencia y producir la vida humana, son los modos en
que se producen los bienes materiales de una sociedad, son las formas de obtener medios para
subsistir y producir la vida humana.
Entonces, para estudiar una sociedad, Marx va a partir, no de lo que los hombres piensan, creen o
imaginan, sino de las formas en que producen los bienes materiales para mantenerse vivos, es
decir que el primer acto de los hombres es establecer relaciones para producir y utilizar
herramientas o máquinas. Por eso cabe decir que lo primero que tenemos que estudiar es cómo se
relacionan los hombres y qué herramientas utilizan en un determinado momento histórico. Marx
llama a cómo se relacionan los hombres “relaciones sociales” y qué herramientas utilizan las va a
denominar con la categoría de “fuerzas productivas”. Cuando vemos las relaciones sociales y las
fuerzas productivas, lo que estamos observando es la infraestructura o base económica de un
modo de producción. Esta base económica es lo que va a sostener una superestructura, que es el
sistema político, jurídico, la forma de Estado, el conjunto de creencias, normas, formas de
religiosidad, la estética de una sociedad, lo que él va a llamar, las formas de conciencia social. La
infraestructura condiciona la superestructura o dicho de una manera metafórica, comparando la
estructura de un edificio con la estructura de una sociedad: la base es la infraestructura y por
encima de la base se levanta la superestructura. La infraestructura es la base material, cómo
organiza una sociedad la producción, distribución y consumo de los bienes. En la infraestructura
nos interesan dos elementos: las relaciones de producción, es decir, qué tipo de relaciones se
establecen entre los hombres y el segundo elemento, las fuerzas productivas, es decir, la materia,
los medios de trabajo que se utilizan para organizar el trabajo. En las relaciones de producción
que Marx las divide en técnicas y sociales, le vamos a prestar atención a las sociales, porque es lo
que Marx observa con respecto a cómo se reparten las tareas en una sociedad y lo que él va a
señalar es que la repartición de tareas no va a estar señalada por la capacidad, sino por el lugar
que ocupa el sujeto en la estructura social. ¿Cómo son las relaciones sociales? Son de
servidumbre, de colaboración, de explotación, etc.
Cuando él analice el capitalismo va a ver que las relaciones sociales establecidas entre la
burguesía y el proletariado son de explotación.
Como dijimos, los elementos que constituyen las fuerzas productivas son la materia, una sociedad
puede desarrollar su proceso productivo en el campo, entonces la materia acá va a ser el campo o
en la sociedad industrial sería las fábricas. Los medios de trabajo o las herramientas con las que
cuentan, podríamos decir que si estamos viendo una sociedad agrícola, los medios de trabajo
serían un buey, tractor, maquinaria compleja, etc. Y el tercer elemento es la fuerza de trabajo, es
decir, qué cantidad de energía humana se necesita para desarrollar ese trabajo.
Este conjunto “fuerzas productivas” reflejan el desarrollo técnico de una sociedad, dan cuenta del
potencial productivo de una sociedad, ejemplo, si una sociedad trabaja la tierra con un arado o la
trabaja con un tractor, vamos a ver una diferencia, ya sea si se dedica a la caza, a la agricultura, a
la industria fabril, por eso, en cada caso de acuerdo al desarrollo de las fuerzas productivas, es
decir, cómo una sociedad utiliza los recursos naturales o produce los bienes, al desarrollo de las
fuerzas productivas le corresponde una determinada forma de relaciones sociales.
Lo que Marx va a señalar es que el conjunto de las fuerzas productivas más las relaciones de
producción es lo que configuran la infraestructura económica de una sociedad y por encima de la
cual está la superestructura, la cual nombramos anteriormente que eran el conjunto de creencias,
instituciones sociales, políticas, jurídicas, etc., son las que conforman las formas de conciencia
social, que expresan el pensamiento de la clase dominante de una época.
Para Marx, la relación entre infraestructura y superestructura es la siguiente: los sistemas de ideas
(políticas, morales, jurídicas, religiosas) mediante las cuales los hombres representan el mundo y
se representan así mismo, estas ideas son un reflejo de la estructura económica de la cual surgen,
es decir, primero es la materia, luego la consciencia, de la estructura económica surge un sistema
de ideas que reflejan esas relaciones que se dan en la base económica, por lo tanto, la
infraestructura condiciona la superestructura, y esta es un reflejo de lo que sucede a nivel de la
base económica. De acá la frase de Marx: “No es la conciencia lo que determina la existencia,
sino que la existencia determina la consciencia”. Es la vida material de los hombres la que
condiciona sus ideas, no son sus ideas las que condicionan su vida material. Pero esto no significa
que seamos un producto de la sociedad, porque justamente como el hombre es un ser activo, las
circunstancias hacen al hombre pero el hombre también puede cambiar las circunstancias. Y acá
interviene el tercer elemento en un modo de producción: la ideología. Si tuviésemos que ubicar a
la ideología, la ubicamos en la superestructura, pero la característica de la ideología es como el
cemento que corre por todo el edificio social, asegurando la cohesión del mismo. La ideología
está formada por todo ese sistema de ideas que dijimos, que decimos que son ideológicas en el
sentido en que esas ideas no representan científicamente la realidad, sino que su función es la de
adaptar a los sujetos a una determinada realidad.
Los hombres viven sus relaciones con el mundo dentro de la ideología y en una sociedad dividida
en clases, las ideas dominantes son las ideas de una clase dominante.
La ideología para Marx es, una forma de falsa conciencia, es una conciencia deformada, es una
conciencia distorsionada que sirve para ocultar intereses de dominio. La función de la ideología
es adaptativa, es decir, fijar a cada uno a la estructura social que le corresponde, asegurar a la
clase dominante que reconozca como natural el dominio y a la clase dominada que reconozca
como natural el ser dominada.
La ideología opera con dos procedimientos fundamentales:
1. Universalización, es presentar intereses particulares (propios de la clase dominante) como
intereses generales, es decir, que le convienen a toda la sociedad. La frase típica cargada de
ideología es la de un capitalista que dice “Sí me va bien a mi le va bien a los demás”.
2. Presentar ideas o valores como por ejemplo la propiedad privada, como si fueran naturales y
eternos, cuando en realidad tienen un carácter histórico, dado que no siempre existió la propiedad
privada y si no existió puede dejar de existir.
Con esto entonces explicamos lo que es la ideología como falsa conciencia. Marx va a poner el
foco en el capitalismo, que es el modo de producción de su época. Va a analizar las relaciones de
producción, las fuerzas productivas propias del capitalismo y cuál es el sistema de ideas que
permite cohesionar este edificio.
A lo largo de la historia se han dado otros modos de producción como por ejemplo:
1. El de la comunidad primitiva
2. El esclavista
3. El feudal
4. El capitalista
5. El socialista, que no ha existido pero es el que Marx anuncia que necesariamente se va a dar,
donde no va a existir la propiedad privada de medios de producción y la relación social entre los
hombres va a ser de cooperación y no de dominio.
Hemos dicho desde el comienzo que Marx, metido en su tiempo y espacio piensa su época y el
hecho clave de esta época (siglo XIX) es la Revolución Industrial. Este filósofo pone el acento en
el trabajo.
El trabajo en el siglo XIX, para poder explicar la época en la que vivía Marx, podemos citar
como ejemplo típico la fábrica de algodón, donde había muchos hombres, pero muchísimas más
mujeres y niños, ya que estas cobraban la mitad que los hombres y los niños solo iban por el plato
de comida.
Así también, sufrían condiciones de precariedad los barrios, totalmente hacinados y sin servicios,
y enfermedades que azotaban esta clase social (proletariado).
Podemos hablar también de las minas de carbón, en donde se extrae este recurso tan necesario
para las fábricas y el funcionamiento de trenes, barcos, etc., pero quién se metía a ese pozo
profundo y oscuro, lo hacían familias enteras. Este recurso va a producir una riqueza de la cual el
minero no solo no participa, sino que la ve como algo extraño que lo enfrenta y hasta es hostil.
Entonces sí partimos del análisis que ha hecho Marx con respecto al trabajo y de las condiciones
de trabajo que definen al hombre, cómo lo hacen hombre, etc., Marx nos caracterizó a este
hombre concreto, natural, corporal, como un ser necesitado que trabaja y al hacerlo transforma al
mundo y así mismo y disfruta de las obras por él creadas, ¿Pero qué pasa cuando se le despoja de
estos bienes? y en lugar de crearse así mismo a través del trabajo se destruye.
Marx va a denunciar que en la sociedad capitalista el hombre está alienado, es decir, se encuentra
separado con respecto así mismo, es ajeno a él, desconoce su esencia. El capitalismo es alienante
dice Marx, porque no permite la autorrealización de los hombres a través del trabajo.
La alienación en sentido general es la desposesión, perdía de algo que nos pertenece,
extrañamiento. A veces a los enfermos mentales se los llama así: está alienado, está desposeído
de sí, se ha perdido, es otro.
Ahora bien, la alienación en el trabajo significa que el hombre está desposeído de sus facultades
constitutivas (conciencia, sociabilidad, libertad, objetivación).
En el capitalismo el trabajo en vez de ser una realización plena y gozosa, paraliza las capacidades
propiamente humanas. El trabajo acá es causa de miseria y embrutece a los hombres hasta
provocar la muerte del trabajador. El trabajador no se expresa como un factor activo en su
relación con el mundo y con los otros, no se afirma como un ser, niega su ser, no es feliz, se
siente desgraciado.
En la sociedad burguesa, el trabajo se ha convertido en una mercancía, se ofrece en el mercado
esa fuerza de trabajo, tiene un precio como otra mercancía y es una suerte encontrar a quien
vendérsela, por lo tanto, en vez de constituir una finalidad, la satisfacción de una necesidad del
ser humano mismo, el trabajo queda rebajado a un simple medio para mantenerse vivo.
En este análisis de la alienación es importante recordar 4 modos de alienación señalados por
Marx:
1. Con respecto al producto. Acá el hombre se encuentra alienado con respecto al producto de su
trabajo, porque el producto no le pertenece, le pertenece al capitalista, dado que es el dueño de
los medios de producción, es decir, de las fábricas. El objeto que resulta del proceso del trabajo
se le va a enfrentar como algo extraño, hostil. En un manuscrito, Marx escribe que el hombre ha
puesto de sí en el producto pero no puede apropiárselo. El trabajador se encuentra vaciado de sí,
no objetivado. La realización de un trabajo es desrealización del trabajador y cuánto más riqueza
produce, más pobre es. Mientras las cosas se valorizan por medio del trabajo humano, el hombre
se desvaloriza por medio de la explotación de su fuerza de trabajo.
2. Con respecto a la propia actividad. La actividad tampoco le pertenece, el no elige libremente su
actividad, se vende dónde haya trabajo, es una actividad forzada. Su fuerza de trabajo vale como
una mercancía más. La actividad que debería experimentar como el despliegue de sus
capacidades, las experimenta como sufrimiento. En el trabajo no se afirma como humano sino
que pierde su humanidad. Marx dice: “El trabajador solo se siente libre fuera del trabajo, mientras
hace sus funciones animales. Dentro del trabajo se siente un animal”. Acá el trabajo queda
reducido a un simple medio de subsistencia, trabaja para otro no para la realización de sí.
3. Con respecto a su esencia. El trabajador niega el trabajo, y por lo tanto, niega la actividad que
lo podría desarrollar como ser humano, entonces se está negando así mismo. Queda despejado de
su humanidad, pierde su vida como ser genérico dice Marx, como especie, ya que al perder la
actividad que lo caracteriza como ser humano, queda separado del género y solo queda como
individuo. No puede ver su actividad como manifestación de la esencia de su especie, sino como
medio individual para satisfacer necesidades individuales, queda aislado.
4. Con respecto a los otros. Acá Marx señala, así como el trabajador se enfrenta o está alienado
con respecto a él mismo, esto vale para la relación con el otro. El trabajo del otro, el producto del
otro, la esencia del otro me es extraña. Cada uno trabaja para sí mismo, los demás son rivales que
compiten por trabajo o porque lo tienen o porque pueden venderlo-comprarlo. El obrero no elige
libremente su trabajo y la forma de realizarlo va a depender del lugar que ocupe en el proceso
social de producción.
La sociedad que analiza Marx, es la sociedad dividida en clases y la existencia de esta división de
clases contradice la libertad de cada individuo, porque la libertad está acotada por la clase a la
que se pertenece. La clase le asigna al individuo su posición en la vida, sin tener en cuenta las
capacidades o necesidades de cada uno. Por eso hay una crítica a la noción de libertad o igualdad
formal que existe dentro de la sociedad burguesa.
La noción de explotación es la otra noción clave en el análisis que Marx hace en la sociedad
industrial dentro del modo de producción capitalista. Marx denuncia al capitalismo como
explotador y una de las claves para explicar la explotación es el concepto de plusvalía. Para
explicar brevemente este concepto podemos decir lo siguiente: en el capitalismo el trabajo o la
fuerza de trabajo es como cualquier otra mercancía, se compra y se vende en el mercado y como
todo producto tiene un precio. ¿Qué precio tiene el trabajo de un obrero? ¿Cuánto vale la fuerza
de trabajo que el obrero vende en el mercado? Vale lo que cuesta su reproducción, es decir, vale
lo que cuesta mantenerse vivo y volver al otro día a trabajar. Esto que vale es el salario, él recibe
un salario para mantenerse a flote cubriendo sus necesidades mínima, pero la trampa que
denuncia Marx, es que la fuerza de trabajo tiene una particularidad: produce más de lo que cuesta
su reproducción, genera más valor de lo que vale para el capitalista, es decir, de lo que recibe
como salario. Entonces, la diferencia entre lo que la fuerza de trabajo produce y lo que la fuerza
de trabajo vale en el mercado es la plusvalía. Hay un plusvalor que el trabajador crea más allá de
su trabajo, más allá de lo que cuesta su fuerza de trabajo, es un margen de beneficio y este
margen de beneficios es el que acumula el capitalista. Para el liberalismo económico es un hecho
natural, en cambio, para Marx es la clave de la explotación, porque genera acumulación de
capital en pocas manos, las necesidades del trabajador quedan reducidas a mantenerse vivo y este
mecanismo de acumulación en pocas manos, viola un principio contributivo de justicia.
Para Marx, el sistema capitalista contiene en sí mismo su propia destrucción, porque cada vez
serán más los que no tienen y serán menos los que tienen mucho. Se producirá a lo largo del
tiempo una concentración del capitalismo en pocas manos. La burguesía que ha establecido una
igualdad formal, mantiene una desigualdad económica de hecho, de la mayor parte de la
población, por lo tanto, es esta población (proletariado) la que será protagonista de una acción
revolucionaria, ya que la burguesía no va a ceder livianamente sus privilegios y este sujeto
revolucionario va a sustituir la sociedad dividida en clases, alienante e injusta por una sociedad
emancipada, sin clases sociales porque no va a existir la propiedad privada de los medios de
producción.
La misión del proletariado no se reduce a destruir la burguesía como clase opresora, sino que está
llamada generar las condiciones para una sociedad en la cual pueda darse la autorrealización y el
desarrollo pleno de todos los hombres.
Esta obra no solo tiene una gran fuerza teórica, sino también es un libro para la acción. Es un
enorme documento político, tiene una potencia movilizadora. Además se puede conectar
Antes de entrar en el desarrollo del capítulo, hay unas breves palabras de Marx, cuya primera
oración es una célebre frase: “Un fantasma recorre Europa: El fantasma del Comunismo. Todas
las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada contra este fantasma”. Acá tenemos
tres palabras claves: fantasma, Comunismo y antiguas fuerzas. Con la palabra fantasma podemos
aludir a algo invisible pero que en cierta forma es visible, provoca temor y hace referencia al
Comunismo, que es un sistema de ideas pero en realidad lo que presenta el peligro es la clase
proletaria constituida en partido. El mismo Marx nos dice: ¿Qué conclusión sacamos de este
terror al fantasma que le provoca a la vieja Europa, al papa, al zar? Las conclusiones de este
fantasma que asusta son, primero que el Comunismo ya se reconoce como una fuerza por todas
las potencias de Europa y le tienen miedo y segundo, que ha llegado la hora de que los
comunistas expongan sus conceptos, fines, aspiraciones y así opongan a la leyenda del fantasma
un manifiesto del propio partido.
El tema central en este capítulo es que Marx va a analizar el desarrollo histórico del capitalismo,
cómo ha ido ascendiendo la burguesía y los efectos de este ascenso, junto con la descripción de
las características del proletariado y su lucha, entendiendo la historia como lucha de clases. Por
eso, la primera frase con la que va a iniciar el capítulo es: “toda historia es una lucha d clases”.
A lo largo de la historia siempre se han dado siempre clases antagonistas: siervos y vasallos,
patricios y plebeyos, etc. En esta época, las diferencias sociales están tan marcadas que
encontramos dos campos enemigos: burgueses y proletarios.
¿Cuáles son las etapas que señala de la burguesía? Él reconoce que tiene un desarrollo gradual,
que en en ese desarrollo va generando cada vez más riquezas, que comienza a fines de la Edad
Media cuando la economía mercante se larga por los mares a la conquista de nuevos mundos, y
este desarrollo se acelera con la Revolución Industrial. Acá aparece la gran burguesía, la anterior
fabricación artesanal se ve supuesta a la gran industria. La pequeña clase industrial va
desapareciendo en manos de los grandes burgueses.
Acá Marx anticipa un proceso que hoy llamamos “globalización” porque lo que él dice es que no
hay quien resista a mercancías baratas, no hay muralla China ni armas sofisticadas que puedan
hacerle frente a una mercancía de bajo precio.
El capitalismo se hace internacional por la necesidad de encontrar nuevos mercados.
Entonces, la gran industria ha creado el mercado mundial, dice Marx, y esto viene preparado
desde el descubrimiento de América. El mercado mundial acelera el desarrollo del comercio,
navegación, transportes, etc., los cuales a su vez generan transformaciones en la industria, ya que
es una renovación permanente. El capitalismo genera riquezas a un ritmo incalculable.
La burguesía ha desempeñado un papel revolucionario como ninguna otra clase, pero junto con
esto nos dice, ha destruido antiguas relaciones y ha dejado solo el frío interés, el cruel pague al
contado, ha transformado la dignidad personal en un valor de cambio, por ejemplo, el médico,
juez, sacerdote, poeta, los ha convertido en servidores, son asalariados.
Decíamos que la burguesía no puede existir sin revolucionar permanentemente los instrumentos
de producción porque necesita, por la competencia una carrera permanente en busca de lo nuevo.
Esta carrera que involucra a la ciencia, tecnología, en la perfección de la industria, hace volar por
el aire todo lo tenido por sagrado, todo lo sólido se desvanece en el aire, nadie puede aferrarse a
nada estable, es una dinámica permanente, dice Marx. La burguesía necesita darle salida a sus
productos y así recorrer el mundo entero, necesita anidar en todas partes.
Aquí ve Marx el mercado internacional y anticipa la globalización. No hay quien resista a este
avance.
¿Cuáles son los efectos de este mercado internacional que genera la burguesía industrial?
Primero, destruye la industria internacional. En lugar del aislamiento, dice Marx, donde cada
región se autoabastecía, se establece un intercambio internacional, obliga a las naciones a adoptar
el modo burgués de producción y las introduce a la civilización. Gracias al perfeccionamiento de
los medios de industrialización, arrastra a la corriente civilizatoria a todas las naciones. Ha
sometido al campo a la ciudad, ha creado urbes inmensas, ha subordinado países bárbaros a
países civilizados, pueblos rurales a pueblos burgueses, el oriente a occidente, ha aglutinado a la
población, ha centralizado los medios de producción, ha concentrado la propiedad en pocas
manos.
Esto trae como consecuencia la centralización política, porque habíamos dicho que cada logro
económico conlleva un logro político. Entonces, ha dado la conformación a un tipo de estado, un
tipo de gobierno, un tipo de ley, que es el que refleja el interés de la clase dominante: la
burguesía. Esta no siempre fue una clase con poder o hegemónica. Primero fue un estamento
sometido al poder feudal, pero luego con la gran industria conquistó la hegemonía del poder
político. Apenas en el último siglo ha creado fuerzas productivas más enormes que cualquier
generación pasada, el sometimiento a la naturaleza con el empleo de máquinas, la ciencia y
tecnología que perfeccionó la navegación, el ferrocarril, el telégrafo, la adaptación para el cultivo
de tierras enteras. Nunca antes hubo un despliegue tan enorme de fuerzas productivas, pero lo que
sucede es que esta potente sociedad burguesa se asemeja a un mago, un mago que no puede
dominar las potencias infernales que él mismo ha creado, las potencias que ha desencadenado con
su conjuro.
La sociedad está enferma de superproducción, demasiada civilización, demasiado comercio,
demasiada industria.
Las relaciones burguesas resultan estrechas para contener tan potentes fuerzas productivas.
Se avecina una crisis. ¿Cómo se vence esta crisis? Las armas con que la burguesía venció al
feudalismo se van a volver contra ella, dice Marx. La burguesía ha forjado las armas que la
destruirán y también los hombres que empuñan estas armas: los obreros.
Las leyes, la moral y la religión, son prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan
intereses de la burguesía para mantener el sometimiento. Acá está haciendo alusión a lo que
nosotros nombramos con el concepto de ideología.
Si bien Marx comentó que toda la historia es la lucha antagónica de clases, en esta época se da el
mayor antagonismo de clase, porque el obrero, lejos de elevarse aunque sea un poco con el
progreso de la industria, desciende cada vez más por abajo de las condiciones mínimas de vida.
La burguesía no es capaz de dominar, porque ya no le puede asegurar al obrero su existencia,
siendo que ella necesita al obrero para existir.
El progreso de la industria favorece la unión de los obreros, que de la competencia pasan a la
asociación y es así que el desarrollo de la industria va socavando el sustento mismo de la
burguesía.
Termina Marx afirmando, que la burguesía produce su propio hundimiento y la victoria del
proletariado son inevitables. Es una ley histórica diría Marx.