Actualidad Psicológica 2019 - Cryan

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

IMPACTO EN LA CONSTITUCION DE LA SUBJETIVIDAD Y EFECTOS

PSIQUICOS DE LAS REDES SOCIALES EN ADOLESCENTES

Autora: Dra. Glenda Cryan

1.INTRODUCCION

Las redes sociales son descriptas por Bernete (2010) como un nuevo fenómeno
tecnológico y social, como formas de interacción social, como un intercambio
dinámico entre personas, grupos e instituciones en contexto de complejidad: “un
sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se
identifican en las mismas necesidades y problemáticas”. Las principales
características de las redes sociales: son el “concepto de comunidad, a través de la
creación de redes de usuarios que interactúan, dialogan y aportan comunicación y
conocimiento; tecnología flexible y ancho de banda necesario para el intercambio
de información y estándares web de aplicación libre” (Campos, 2008).

En la Argentina, 78 de cada 100 personas utilizan internet y 84 de cada 100 emplean


teléfono celular, de acuerdo con los datos proporcionados en la Encuesta Acceso y
Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación en el cuarto trimestre de
2018. En dicha encuesta realizada a nivel nacional, se registró que el mayor uso
de internet se encuentra en los grupos comprendidos entre los 13 y los 29 años, ya
que 90 de cada 100 personas de esas edades lo utilizan. Estos datos nos indican
que los adolescentes y jóvenes son los grandes usuarios y consumidores de
tecnología. A su vez, y en relación con el tiempo, los usuarios argentinos encabezan
el ranking de quienes más utilizan minutos móviles en smartphones para revisar
redes sociales y en mensajería instantánea, por lo que el 94% del uso de Internet
en el celular se lo llevan las apps, según un estudio de la compañía de marketing
digital ComScore titulado Futuro Digital Global 2018.
Con estos datos, es posible pensar al adolescente actual como un adolescente que
está atravesado por la tecnología, ya sea para buscar información, para estudiar,
para realizar actividades recreativas (escuchar música, mirar videos, jugar
videojuegos) y también para vincularse con los otros. Esto nos lleva a pensar que
las redes sociales constituyen la herramienta específica que le permite al
adolescente mostrarse a través de sus fotos o posteos, interactuar con sus
conocidos y también establecer vínculos con nuevas personas que no forman parte
de su círculo cotidiano.

Al analizar el formato de las principales redes sociales (Facebook, Twitter,


Instagram, Snaptchat, Whatsapp) es posible observar que, en este modo de
vincularse, predomina la imagen sobre la palabra, el acto sobre el pensar. A través
de distintas imágenes de sí mismo ya sea solo, con amigos, con pareja y en diversos
escenarios (escuela, boliche, su propia habitación), el adolescente va construyendo
su “perfil” a la espera de la aceptación de los otros a través de los “likes” que reciben.
Al mismo tiempo, como sujeto activo, empieza a participar en la construcción de
identidad de otros con los que interactúa, brindando su opinión sobre otros perfiles.
En este contexto, los “emojis” adquieren el principal protagonismo, dado que, a
través de dibujos o imágenes se expresan los estados de ánimo y las opiniones,
casi en forma automática, con un solo “click”, evadiendo el proceso de pensamiento
que implica expresarse a través de palabras para transmitir un mensaje o un
sentimiento.

En este punto, es necesario pensar cómo impacta en la subjetividad de los


adolescentes estos nuevos modos de vincularse, y cuáles son los efectos psíquicos
que pueden aparecer a partir de un uso inadecuado de las redes sociales. A partir
de la conceptualización de distintos autores acerca de las redes sociales y
considerando los procesos psíquicos que se llevan a cabo en la adolescencia, se
analizará esta temática.
2. IMPACTO DE LAS REDES SOCIALES EN LA CONSTITUCION DE LA
SUBJETIVIDAD

En primer lugar, en relación con la vida social del adolescente, es necesario


detenerse en la importancia que adquieren las redes sociales en la vida cotidiana.
En este sentido, Farrés, Ferreira dos Santos y Veloso, 2011) plantean que “en los
tiempos que corren los adolescentes son intérpretes y al mismo tiempo hacedores
de la Cibercultura. Pasan gran parte de su día conectados a las redes sociales,
siendo éste un espacio privilegiado para la interacción y el encuentro”. Para
Morduchowicz (2012) “la vida social de los jóvenes hoy se mueve en dos esferas:
la virtual (on line) en los vínculos que los chicos establecen en el ciber espacio y la
real: (off line), en el mundo de sus relaciones cara a cara”. Estas
conceptualizaciones llevan a pensar que el universo real y el universo virtual están
interrelacionados para el adolescente, ya que los dispositivos tecnológicos habilitan
la posibilidad de interactuar y de vincularse con los otros de manera instantánea, en
tiempo real y sin la necesidad de estar físicamente presentes.
En la última década, se ha comenzado a indagar en el impacto que las redes
sociales tienen en la constitución de la subjetividad. Una autora destacada en el
área es la antropóloga Paula Sibilia (2017) quien señala que las redes sociales son
el emblema de la transformación de la intimidad en extimidad. Esto se debe a que
estamos todo el tiempo en el mundo online y las redes son los canales que se han
inventado para exhibir públicamente lo que se llama extimidad. Para la autora, las
redes sociales son un ejemplo de las relaciones sociales mediadas por las
imágenes: nuestra sociabilidad pasa “por ahí”. El concepto “extimidad” se traduce
como la intimidad hecha pública a través de las nuevas redes de comunicación o
intimidad expuesta; fue pensado por Jacques Lacan en su seminario sobre La ética
del psicoanálisis y luego fue reelaborado por Jacques-Alain Miller en su libro
Extimidad (2010).

En relación con el planteo anterior, se destacan los aportes de Byung- Chul Han
(2014) quien señala que "nos embriagamos hoy con el medio digital sin que
podamos valorar por completo las consecuencias de esa embriaguez". En sus
conceptualizaciones, el autor afirma que actualmente predomina una falta total de
distancia, en la que la intimidad es expuesta públicamente y lo privado se hace
público. La comunicación digital logra deshacer las distancias convirtiéndose en una
técnica de aislamiento y separación. Justamente, esa falta de distancia lleva a que
lo público y lo privado se mezclen y que no exista en la actualidad ninguna esfera
privada.

En este contexto, resulta interesante rescatar el planteo de Chaparro, Echeverry


Díaz y Arévalo Cárdenas (2014) quienes plantean que “nadie es obligado a publicar
determinado contenido en la red, así que, lo expuesto hace parte de un régimen de
producción de sentidos que deja ver algo de los significados, miradas y deseos de
quién está detrás de la pantalla”. Para los autores, las redes sociales han colonizado
cada una de las esferas de la cotidianeidad y con ello, afirman que han
reconfigurado los modos de vivir en sociedad.
En la misma línea, Díaz Gandasegui (2011) destaca que “los perfiles que se crean
en las redes sociales son la ventana que abrimos al ciberespacio para que se nos
vea, se nos conozca e identifique”. El autor sostiene que la identidad en redes se
encuentra posicionada en medio de la dialéctica del ser real y el ser ideal, lo cual
apunta a que las personas habitualmente no se muestran como son o como quieren
ser, sino como suponen que las otras personas las aceptarán mejor. En este
sentido, sostiene que se elige la imagen, los comentarios y los gustos de aquello
que causará mejor repercusión social.

Este planteo se encuentra en relación con los desarrollos de Zampieri (2016) quien
sostiene que “las aplicaciones virtuales delimitan la interacción humana, dicen cómo
hacerlo y por lo tanto la facilitan, pero en sujetos donde la identidad no posee la
suficiente cohesión como para identificarse a determinados ideales, y proyectar a
futuro en función de determinados objetivos, donde la autovaloración es fluctuante
y polarizada y donde las dificultades para establecer vínculos íntimos y estables los
llevan al aislamiento, las redes sociales pueden funcionar como muleta imaginaria
en la cual apoyarse para crear una identidad que, aunque ficticia, puede estabilizar
al sujeto y darle cierto sentido de pertenencia”. En este sentido, la autora plantea
que ésta es una identidad siempre sujeta a las valoraciones ajenas, y en el caso en
que esas valoraciones sean negativas pueden tener efectos devastadores sobre la
personalidad o llevar al individuo a un mayor aislamiento social”.
En los últimos años, han aparecido nuevos conceptos que apuntan a comprender
el proceso de construcción de identidad que se lleva a cabo en la adolescencia a
partir del uso de las redes sociales. Uno de estos conceptos es el de identidad digital
propuesto por Ruiz Corbella y De Juanas Oliva (2013). Para los autores, los
entornos digitales le posibilitan al adolescente la opción de “jugar” con diferentes
identidades o con el anonimato, lo cual conlleva todo tipo de riesgos en esta etapa.
Sostienen que “la red, y en especial la participación en redes, promueven un nuevo
tipo de identidad, la digital, que se configura a partir de la habilidad de gestionar con
éxito la propia visibilidad, reputación y privacidad en la red, y que se va
construyendo a partir de la propia actividad y de la de los demás en este entorno”.
En la misma línea, Gardner y Davis (2014) desarrollan el concepto de identidad
prefabricada. Los autores afirman que los nativos digitales (aquellos que “han
crecido inmersos en el hardware y software del momento”) se caracterizan por la
creación de una imagen en las redes sociales, a lo que se le denomina identidad
prefabricada definida como aquella en la que “se desarrolla y se presenta de modo
que transmita una imagen deseable (y definitivamente positiva) de la persona en
cuestión.” Los adolescentes suelen construir una apariencia seductora en las redes
sociales, mostrándose atractivos desde la apariencia física, pasando por sus
habilidades para socializar y para tratar a los demás, destacando los talentos que
puedan tener y el intelecto que dejan aflorar a través de este medio (Cantor Silva,
Perez Suarez y Carrillo Sierra, 2018).
Desde el punto de vista psicoanalítico, y en relación con el vínculo que los
adolescentes establecen con el uso de internet, resulta interesante el planteo de
Alzate Marín y Ángel Franco (2016) quienes afirman que “el uso de las redes
sociales virtuales potencia el registro imaginario, lo cual conlleva implicaciones
subjetivas para el sujeto y su relación con los otros; por un lado permiten mentir más
sobre la falta, en tanto el sujeto intenta esconderla detrás de la imagen, y por el otro,
acentúan satisfacciones narcisistas y agresivas en la relación con el otro”. Para los
autores, las implicaciones subjetivas del uso de las redes sociales virtuales
dependerán del uso que cada sujeto le dé a las mismas, ya que advierten que éstas
hacen parte del discurso de la época, el discurso capitalista, en el que el imperativo
de goce que lo caracteriza promueve más la segregación del lazo social que la
conciliación de los goces particulares.

Para finalizar, entre los aportes de Byung- Chul Han (2018) se destaca que el sujeto
actualmente no posee la gravitación que une las partes, el ser se dispersa en un
hiperespacio de posibilidades que provocan un vacío doloroso. El autor sostiene
que con el predominio de la hipercultura no se crea una masa cultural uniforme,
única, sino que, por el contrario, se provoca una creciente individualización. En este
sentido, afirma que se ha creado una nueva masa a la que denomina “el enjambre”,
que se conforma por individuos aislados, que no forman ninguna unidad sino que
es solo ruido. Los habitantes digitales de la red no se congregan, les falta intimidad
de congregación, por eso no logran formar un “nosotros”.

Los aportes de estos autores apuntan a considerar el impacto que la tecnología, y


en especial las redes sociales, tienen en la constitución de la subjetividad. A modo
de síntesis, se destaca que en la actualidad se privilegia el uso de redes sociales
como modo de interacción en los adolescentes, se expone la intimidad en busca de
aceptación, se busca construir una identidad a través de la mirada de los otros
virtuales y se establecen vínculos individualizados que impiden la construcción de
un “nosotros”. En este sentido, es posible considerar que los principales procesos
psíquicos que se llevan a cabo en la adolescencia se vean influidos por el uso de
redes sociales: la construcción de identidad, la asunción de una nueva imagen
corporal que implica el duelo por el cuerpo de la infancia y la pertenencia a grupos
de pares que facilitan la salida exogámica.

3. EFECTOS PSIQUICOS DEL USO INADECUADO DE REDES


SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA

Más allá de las consideraciones que se explicitaron en al apartado anterior acerca


del impacto de las redes sociales en la constitución de la subjetividad en la
adolescencia, en los últimos tiempos se comenzaron a analizar los efectos psíquicos
del uso inadecuado de la tecnología y de las redes sociales desde la perspectiva de
la salud mental.

Los dos extremos del uso inadecuado de la tecnología pueden ser sintetizados a
través de los conceptos de tecnofobia y tecnofilia. La tecnofobia es un miedo o
aversión hacia las nuevas tecnologías o dispositivos complejos, un miedo irracional
al uso de computadoras, celulares, redes sociales, entre otros. La tecnofilia es lo
opuesto, es una pasión exagerada por la tecnología, apego, dependencia y hasta
adicción que sufren algunas personas en relación con los dispositivos tecnológicos,
sus usos y su importancia tanto en la vida cotidiana como para el desarrollo de la
sociedad. Ambas actitudes opuestas demuestran que el sujeto actual no escapa a
establecer una relación con la tecnología, aunque en estos casos sea excesiva por
enfocarse sólo en lo positivo o en lo negativo

En la última década se comenzó a estudiar más en profundidad las consecuencias


del uso inadecuado de la tecnología en la adolescencia, debido a que se han
comenzado a vislumbrar la aparición de trastornos psíquicos. En un informe
realizado por la Asociación Psiquiátrica de América Latina (2014) se determinó que
en toda Latinoamérica y el Caribe “las redes sociales son fuente de ansiedad y
depresión en los adolescentes, puesto que la adolescencia es un período en donde
existe mayor vulnerabilidad para el inicio de la depresión y la ansiedad, ocasionada
por la falta de sueño”.

En sintonía con este estudio, Arab y Díaz (2015) señalan que el abuso de redes
sociales en la adolescencia ha mostrado una asociación con depresión, síndrome
de déficit atencional con hiperactividad, insomnio, disminución de horas total de
sueño, disminución del rendimiento académico, repitencia y abandono escolar.
Asimismo, destacan el concepto de ciberadicción o conducta adictiva a internet, el
cual es definido como un patrón de comportamiento caracterizado por la pérdida de
control sobre el uso de internet. Para los autores, esta conducta conduce al
aislamiento y al descuido de las relaciones sociales, de las actividades académicas,
de las actividades recreativas, de la salud y de la higiene personal.
En la misma línea, Echeburúa y Corral (2010) consideran que existen algunas
señales de alarma que denotan una Dependencia a las Redes Sociales, similar a lo
que caracteriza a una adicción que es la pérdida de control y la dependencia.
Señalan que la adicción es una afición patológica que genera dependencia y resta
libertad al ser humano al estrechar su campo de conciencia y restringir la amplitud
de sus intereses, interfiriendo gravemente en la vida cotidiana de las personas
afectadas a nivel familiar, escolar, social o de salud.

Por otra parte, es interesante mencionar lo que se conoce con el término nomofobia,
que significa “no-mobile; phone-phobia”, “sin móvil o celular”. Ponce (2011)
conceptualiza a la Nomofobia como el miedo irracional a quedarse sin teléfono móvil
ya sea momentáneamente o para siempre. Esta dependencia al teléfono celular
llevada al extremo es causada por el pánico a sentirse desconectado sintiendo un
miedo irracional de salir a la calle sin el teléfono e incluso estar dentro del hogar sin
tener el teléfono cerca. Entre los síntomas más comunes que genera la nomofobia
se encuentran las palpitaciones, la sensación de ahogo, la angustia, la
desesperación, la alteración del sueño, revisar el teléfono innumerables veces, las
malas relaciones interpersonales y la falta de atención a lo que ocurre alrededor
(Escobar, 2016).

Desde el punto de vista de las relaciones interpersonales, se puede observar que


las relaciones de pareja pueden verse afectadas si el compañero o compañera no
responde el mensaje oportunamente (Gil-Vera, V, 2017). Esta afección conocida
como el Síndrome del “doble check” puede ser entendido como un acto de rechazo
por parte del otro que hace que la persona piense cosas que no son, sienta celos
desmedidos, pueda tener alucinaciones de que recibieron llamadas o mensajes sin
haber ocurrido en realidad o desarrolle altos niveles de angustia y ansiedad. Por el
contrario, al finalizar un vínculo de pareja puede aparecer lo que se conoce como
“revenge porn”, ésto es la publicación de imágenes íntimas sin el consentimiento
del otro. Esta situación fue definida por Bailey y Steeves (2015) como “la práctica
en la que alguien (generalmente un hombre) comparte fotografías íntimas con el
propósito de humillar a una expareja (generalmente una mujer)”. Para analizar los
efectos sobre la salud mental que surgían en las mujeres a partir de la difusión de
imágenes íntimas sin su consentimiento, Bates (2016) realizó un estudio en el que
comprobó la presencia de disminución de la confianza en otros, estrés
postraumático, ansiedad, depresión y pensamientos suicidas.

En líneas generales, es posible afirmar que el uso inadecuado de redes sociales


trae aparejada la aparición de efectos psíquicos en el sujeto. Ansiedad, depresión,
adicción, fobia, pánico, angustia, desconfianza, pensamientos suicidas son parte de
la sintomatología que comienza a ser estudiada en la actualidad, especialmente
haciendo foco en la adolescencia.

4. CONCLUSIONES

En la actualidad, la tecnología y las redes sociales han transformado nuestras


relaciones interpersonales y nuestro modo de vincularnos con los otros y con el
mundo exterior.

Los beneficios que otorgan las nuevas tecnologías de la información y la


comunicación son indiscutibles: la posibilidad de conectarnos en forma inmediata
con los otros, de buscar información, de establecer contactos, de expresar nuestras
ideas a un mundo mucho más amplio que el cotidiano, de saber noticias al instante,
de ser vistos por millones de personas conocidas y desconocidas abren un sinfín de
posibilidades para cualquier sujeto en la actualidad. En este punto, las redes
sociales son la principal herramienta con la que cuentan los adolescentes para
sociabilizarse.

A partir del predominio de estos modos de interactuar, se ha comenzado a indagar


en el impacto que las nuevas tecnologías tienen en la subjetividad, en la
construcción de la identidad, en la calidad de los vínculos virtuales y en los procesos
psíquicos que se llevan a cabo en la adolescencia. Los adolescentes atravesados
por la tecnología suelen pensar, sentir y actuar de un modo nuevo a partir de la
relación que establecen con el universo virtual.
En este punto, resulta necesario comenzar a pensar en las consecuencias psíquicas
que pueden aparecer a partir del uso inadecuado de la tecnología y las redes
sociales, debido a que la adolescencia es un período de alta vulnerabilidad. Como
se expresó en el apartado anterior, se han comenzado a detectar síntomas a nivel
psíquico que merecen ser pensados desde la perspectiva de la salud mental.

Desde nuestra disciplina, resulta imprescindible poder acompañar al adolescente


en esta etapa, respetando sus espacios reales y virtuales, favoreciendo el
establecimiento de vínculos saludables y genuinos, atendiendo a la aparición de
cambios conductuales y anímicos que puedan aparecer por situaciones generadas
en las redes sociales que escapan a la comprensión del adulto.

El adolescente de hoy es un adolescente tecnologizado. El desafío es encontrar el


equilibrio que le permita servirse de los beneficios de la tecnología y las redes
sociales sin que las mismas impacten de manera negativa en la constitución de su
subjetividad y produzcan efectos psíquicos patológicos. La escucha y la palabra son
los instrumentos esenciales para llevar a cabo este desafío.

Referencias Bibliográficas

Acceso y uso de tecnologías de la información y la comunicación. EPH Cuarto


trimestre de 2018 (2019) Ciencia y tecnología. Vol. 3, nº 1 Instituto Nacional de
Estadística y Censos República Argentina

Alzate Marín, Y. E. & Ángel Franco, M. B. (2015) ¿Qué tan sociales son las redes
sociales virtuales? Revista Poiésis, 30, 63-71.

Arab, L. & Díaz, G. (2015). Impacto de las redes sociales e internet en la


adolescencia: aspectos positivos y negativos. Revista Médica Clínica Las Condes,
26(1), 7-13

Asociación Psiquiátrica de América Latina APAL (2014). Disponible en:


http://www.apalweb.org/
Bates, S. (2016) Revenge Porn and Mental Health: A Qualitative Analysis of the
Mental Health Effects of Revenge Porn on Female Survivors. Feminist
Criminology, 12(1)

Bayley, J. & Steeves, V. (2015) eGirls, eCitizens. University of Ottawa Press

Bernete, F. (2010). Usos de las TIC, Relaciones sociales y cambios en la


socialización de los jóvenes. Revista de estudios de juventud, 88, 97-114.

Campos, F. (2008). Las redes sociales trastocan los modelos de los medios de
comunicación tradicionales Revista Latina de Comunicación Social , 11 (63), 277-
286

Cantor Silva, M., Pérez Suárez, E. & Carrillo Sierra, S. (2018). Redes sociales e
identidad social. Revista AiBi, 6(1), 10.

Chaparro Hurtado, H. R., Echeverry Díaz, S. E., & Arévalo Cárdenas, J. E. (2014).
Desde el muro: una mirada a los discursos proyectados por el cuerpo en Facebook.
Educación Física y Ciencia, 16(1). Disponible en:
http://www.efyc.fahce.unlp.edu.ar/article/view/EFyCv16n01a03.

Díaz Gandasegui, V. (2011). Mitos y realidades de las redes sociales. Información


y comunicación en la Sociedad de la Información. Prisma Social. Disponible en:
http://sociales.redalyc.org/articulo.oa?id=353744578007>

Echeburúa, E. & de Corral, P. (2010) Adicción a las nuevas tecnologías ya las redes
sociales en jóvenes: un nuevo reto. Adicciones. 22 (2), 91-96
Escobar, P. (2016) Nomofobia: 10 síntomas del miedo incontrolable a estar sin
celular. Instituto de Neurociencias Junta de Beneficencia de Guayaquil. Disponible
en:https://www.institutoneurociencias.med.ec/component/k2/item/15046-
nomofobia-sintomas-miedo-celular

Farrés. M.E, Ferreira dos Santos, S. & Veloso, V (2011). La adolescencia en la era
digital. Adolescentes en la Red, algunos aportes Psicoanalíticos. Revista de
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, 33.
Futuro Digital Global 2018 (2018). Comscore.Inc. Disponible en:
https://www.comscore.com/lat/Prensa-y-Eventos/Presentaciones-y-libros-
blancos/2018/Futuro-Digital-Global-2018?cs_edgescape_cc=AR

Gil-Vera, Víctor Daniel. (2017). Adicción al whatsapp. Una revisión de la literatura.


Revista Adicción y Ciencia, 5 (2)

Han, Byung-Chul (2014). En el enjambre. Barcelona: Herder Editorial.

Han, Byung-Chul (2018). Hiperculturalidad. Barcelona: Herder Editorial.

Miller, J.A. (2010) Extimidad. Los cursos psicoanalíticos de Jacques Alain Miller.
Buenos Aires: Paidós.

Morduchowicz. R. (2012). Los adolescentes y las redes sociales. Buenos Aires: Cfe.

Ponce, A. (2011). Nomofobia: la pandemia del siglo XXI. Disponible en:


http://suite101.net/article/nomofobia-la-pandemia-del-siglo-xxi-a66645

Ruiz Corbella, M., & De-Juanas Oliva, Á. (2013). Redes sociales, identidad y
adolescencia: nuevos retos educativos para la familia. Estudios sobre educación,
25, 95-113.

Sibilia, P. (2017) Las Redes Sociales son el Emblema de la Transformación de la


Intimidad en Extimidad. Coloquio Internacional “Extimidad y subjetividad en tiempos
de tecnosociabilidad”. Disponible en:
http://noticias.unsam.edu.ar/2017/08/07/paula-sibilia-las-redes-sociales-son-el-
emblema-de-la-transformacion-de-la-intimidad-en-extimidad/

Zampieri, J. (2016). Las redes sociales en el marco del capitalismo y sus efectos en
las subjetividades contemporáneas. Congreso Online Black Mirror. Disponible en:
http://www.eticaycine.org/Black-Mirror-3398

También podría gustarte