La Contaminación Ambiental

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La contaminación ambiental, un tema con compromiso

social
En la actualidad una de las más grandes preocupaciones de la sociedad es el cuidado y
preservación del medio ambiente, con el fin remediar los daños que el hombre ha
causado y evitar que este se siga deteriorando, ya que esto directa e indirectamente
afecta la salud y el bienestar de los hombres y de los otros organismos. La
contaminación ambiental es un proceso cíclico que involucra todos los ambientes: aire,
agua y suelo, y desde cualquier perspectiva, a los seres vivos tanto emisores como
receptores de los contaminantes.

La cantidad de contaminantes que aportamos van comprometiendo cada día la calidad


ambiental de nuestro planeta, y la gran mayoría de ellos son de origen antropogénico.
Estos contaminantes han sido la consecuencia del desarrollo de procesos de tipo
industrial, agrícola, agropecuario, clínico, entre otros, sin una adecuada planeación y sin
tener en cuenta los impactos ambientales. Un ejemplo de esto es el uso de los
plaguicidas en los cultivos: se ha considerado que emplear estos compuestos es
indispensable para mejorar, proteger y optimizar dichos procesos, pero no se ha tenido
en cuenta que las consecuencias ambientales y la remediación de la contaminación
originada pueden ser más costosas.

El aumento, de manera considerable, en la utilización de estos contaminantes


ambientales se ve agravado si consideramos que muchos de ellos se han convertido en
contaminantes recalcitrantes, bien sea por el largo tiempo de exposición, por la
cantidad, o por el tipo de molécula depositada en el ambiente; estos contaminantes se
hacen más persistentes y, como ya se mencionó, esto es un proceso cíclico; por lo
tanto, al afectarse el ambiente, nosotros también resultamos afectados, ya que somos
los receptores finales de los mismos.

Ante la problemática que se presenta cuando un contaminante se acumula en un


ambiente determinado, se ha descubierto que los microrganismos juegan un papel
determinante en la degradación de los contaminantes.

Los microrganismos son organismos tan pequeños que, en general, son imperceptibles
para el ojo humano, pero son ellos los responsables de la degradación o transformación
de una gran cantidad de contaminantes. Estos minúsculos organismos tienen la
capacidad de llevar a cabo procesos de transformación de moléculas contaminantes de
manera natural, ya que, en condiciones favorables, toman el contaminante como
principal fuente de energía para su metabolismo, y producen la transformación o
degradación del contaminante. En el mejor de los casos, logran transformarlo en una
fuente elemental para el ambiente. En otros casos, en el proceso de transformación
logran llevarlo a una molécula más simple que puede ser degradada por otro grupo de
microrganismos. Ahora, debemos pensar que existe una infinidad de microrganismos
con capacidad de transformar el ambiente, y que trabajan de manera conjunta para
degradar los contaminantes. Diversos tipos de microrganismos aparecen en diferentes
fases del proceso de acuerdo con cada una de sus capacidades para intervenir la o las
moléculas involucradas.

Sin embargo, los procesos industriales evolucionan y se ejecutan a un ritmo tan


acelerado que no es posible aplicar procesos de transformación de los contaminantes a
la misma velocidad que estos se generan. Por esto es necesaria una conciencia
ambiental colectiva dirigida a minimizar o modificar los procesos generadores de
contaminantes. El adecuado manejo de la contaminación ambiental se ha convertido en
un asunto tan fundamental en la sociedad, que fue necesaria la formación de
profesionales con conocimientos especializados que puedan plantear alternativas de
manejo, y soluciones oportunas y efectivas a dichos problemas.
Por tanto, estos profesionales tienen la responsabilidad social de liderar programas de
educación ambiental, orientados a controlar, minimizar o eliminar la contaminación.
Dicha educación debería tener un enfoque vertical, es decir, con énfasis especial en los
miembros menores de la sociedad, ya que son ellos quienes podrán generar un cambio
verdadero y duradero. De la misma manera, es necesario divulgar el conocimiento en
temas ambientales, hacer que este sea de carácter popular, que permee todos los
sectores de la sociedad especialmente a los pobladores del área rural, y que sean ellos,
los productores agrícolas y agropecuarios, quienes se apropien de los conocimientos
ambientales y los utilicen en sus cultivos y proyectos productivos.

Se debe tener en cuenta que la contaminación es un resultado inevitable de nuestros


hábitos de vida y de consumo y que es muy difícil erradicarla por completo. Es por esto
que todos debemos ser conscientes de la responsabilidad que cada uno tiene con el
planeta, bien sea como industrial, o como productor, empresario, profesional o
consumidor, tratando al máximo de minimizar los contaminantes que producimos y
enfocar nuestros esfuerzos a generar procesos ambientales que generen un impacto
positivo en el ambiente.

Los efectos de la contaminación ambiental sobre nuestra salud

La contaminación ambiental es un fenómeno que afecta directa e


indirectamente la salud de las poblaciones, no sólo de seres humanos,
pues también altera el equilibrio de los ecosistemas. En general, las
personas y los animales de vida silvestre están expuestos a mezclas de
más de dos sustancias tóxicas. Este contacto con contaminantes tóxicos
puede darse durante procesos de producción, distribución o utilización
de productos como medicamentos, alimentos, productos de limpieza,
insecticidas, pesticidas, formulaciones industriales y artículos para el
hogar, o bien cuando éstos son desechados al ambiente. Los casos de
exposición a un solo producto tóxico son raros, y pueden presentarse
debido a la actividad laboral o descubrirse en estudios con animales de
laboratorio, aunque prácticamente no se observan en animales de vida
silvestre.

Actualmente se sabe que la mayoría de los seres vivos residen en áreas


donde la contaminación ambiental es superior a los límites establecidos
como saludables. Diferentes organizaciones dedicadas a la protección e
investigación en materia de salud y del ambiente, como la Organización
Mundial de la Salud, la Agencia Estadounidense de Protección del
Ambiente y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer han
estimado que millones de personas y animales están expuestos a
niveles elevados de compuestos tóxicos y que éstos pueden estar
presentes en el ambiente de cielo abierto, en el agua, en el suelo, en el
interior de las casas o en el lugar de trabajo de muchas personas. Como
es de suponer, el tipo de compuestos tóxicos presentes y su
concentración en el ambiente dependerá estrechamente del nivel de
desarrollo industrial de cada país, de la actividad industrial
predominante y de las medidas de protección al ambiente que tenga.

Las alteraciones que producen algunas sustancias sobre la salud son


relativamente fáciles de reconocer y evaluar, sobre todo cuando estos
efectos son inmediatos, como en los envenenamientos o las
intoxicaciones agudas, los problemas respiratorios o en la piel. Es
mucho mas difícil establecer una asociación causa-efecto cuando el
agente tóxico produce daños a la salud después de un tiempo largo o
cuando las manifestaciones metabólicas, fisiológicas o patológicas
aparecen mucho tiempo después de la ex posición. Es el caso de
algunas sustancias tóxicas que inducen afecciones cardiovasculares o
cáncer.

Las alteraciones que se presentan en los organismos por contacto con


un ambiente contaminado dependen del tipo de compuestos que se
encuentren en las mezclas, de la vía de contacto, de la concentración, de
la duración de la exposición a estos compuestos y del tipo de
metabolismo del organismo expuesto. El contacto con estos
compuestos tóxicos puede ocurrir por inhalación o por vía oral, ya sea
en el agua o por el consumo de alimentos contaminados.

Actualmente se conocen numerosos estudios que están relacionados


con los efectos que producen algunos compuestos tóxicos en humanos
y en otros organismos. Esta recolección de datos comenzó en diferentes
partes del mundo aproximadamente en 1950, y los estudios que han
demostrado que la exposición a niveles elevados de hidrocarburos
aromáticos, dióxido de carbono, de nitrógeno o de azufre, metales
pesados y ambientes con una densidad muy alta de partículas
suspendidas de diversa naturaleza, pueden alterar funciones
metabólicas y causar enfermedades o incluso la muerte en humanos,
animales de experimentación e incluso en animales de vida silvestre.

Al cabo de tantos años de investigación se ha estimado que tan sólo la


actividad humana involucra el uso frecuente de más de 80 mil
sustancias diferentes y que anualmente se introducen o se modifican en
su formulación aproximadamente 2 mil compuestos, que en su mayoría
son tóxicos. Debido a esto se han dado a conocer los listados de
sustancias peligrosas y los límites que no deben rebasarse para no
poner en riesgo la salud. Esta lista de sustancias tóxicas liberadas al
ambiente parece casi infinita, y las repercusiones que se han originado
en el medio ambiente y la salud muestran gran variación día tras día.

Hidrocarburos aromáticos policíclicos

Los hidrocarburos (compuestos formados por cadenas de carbono e


hidrógeno, como los que se encuentran en el petróleo y sus derivados)
son contaminantes frecuentes en el ambiente, debido a que se liberan
durante procesos naturales como la actividad volcánica y porque se
emplean en la fabricación de un sinnúmero de productos. Esto causa
que estén presentes con regularidad en el agua, suelo, vegetales y hasta
en tejidos animales y humanos.

Dióxido de carbono (CO2)

Este gas incoloro e inodoro se forma en todos los procesos de


combustión de sustancias que contienen carbono. En ambientes
interiores no industriales, sus principales fuentes son la respiración
humana y el tabaquismo. Los niveles de dióxido de carbono también
pueden incrementarse por la existencia de otras combustiones
(preparación de alimentos y equipos de calefacción) o por la proximidad
de vías de tráfico o zonas industriales.

Aunque el dióxido de carbono no está considerado como un agente


potencialmente tóxico o cancerígeno, al desplazar al oxígeno y en
concentraciones superiores a 30 mil partes por millón puede causar
alguno o varios de los siguientes síntomas: vasodilatación cerebral,
dolor de cabeza, náuseas, mareo, sudoración, temblor, somnolencia,
confusión mental, aumento de la presión arterial e incluso narcosis,
bronco-espasmo, asfixia y muerte, en función de la concentración y del
tiempo de exposición.

Monóxido de carbono (CO)


El monóxido de carbono es un gas muy tóxico que se produce por la
combustión de hidrocarburos como la gasolina. Es uno de los
componentes de las mezclas de hidrocarburos que son producto de la
combustión interna de los vehículos o de máquinas pequeñas que
funcionan con gasolina o diesel. Este hidrocarburo tiene la facilidad de
acumularse rápidamente en áreas que aparentemente tienen buena
ventilación y es difícil percibir su presencia, ya que no es irritante y
carece de color y olor, razón por la cual una persona expuesta puede
caer inconsciente y quedar incapacitada para pedir ayuda.

En general los síntomas que se presentan inicialmente por intoxicación


con monóxido de carbono, a una concentración de entre 80 a 100
partes por millón, son debilidad muscular, arritmias (latidos cardiacos
irregulares) y, cuando la concentración alcanza entre 100 y 200 partes
por millón, se presentan dolor de cabeza, mareos, confusión y náusea,
que son intermitentes y pudieran pasar desapercibidos o ser
confundidos con malestares asociados a otras enfermedades como gripe
o problemas gastrointestinales. estados comatosos y muerte.

Conclusiones

Los trabajadores pueden llevar sustancias peligrosas del trabajo a la


casa en la ropa, el cuerpo, las herramientas y otros artículos. Sin darse
cuenta, los trabajadores pueden exponer a sus familias a estas
sustancias y afectar su salud. Eso también puede ocurrir cuando la casa
y el lugar de trabajo no están separados, como ocurre en las granjas.

Muchas personas fabrican, procesan


o desechan compuestos peligrosos al medio ambiente sin tener
información, capacitación o responsabilidad para hacerlo, de manera
que el ambiente se ha convertido en un reservorio de compuestos
tóxicos que han alterado gravemente los ecosistemas y las comunidades
humanas. Los alimentos producidos para el consumo humano y animal
se producen y se consumen con sustancias que son adversas para la
salud y potencialmente carcinogénicas, como los pesticidas, sin que se
tenga una certidumbre del tipo y de la concentración que alcanzan estos
compuestos en los alimentos o el agua.
Hace falta que se informe y se convenza a la comunidad de que la
contaminación ambiental es un problema grave que nos afecta a todos,
y que las consecuencias de las actividades de generaciones pasadas las
estamos padeciendo actualmente, con el incremento de la frecuencia de
enfermedades crónico-degenerativas, alergias, infecciones y cáncer.
Hace falta que las poblaciones humanas recapaciten que si no hay un
mejoramiento del ambiente, basado en cambios de actitud en los
procesos de industrialización y hábitos de transporte, alimentación y de
desecho y reciclaje de materiales, cada vez que respiramos, comemos o
tomamos agua estamos incrementado nuestro riesgo de enfermar y
morir por causa de la contaminación del ambiente que hemos
consolidado al paso de los años y que en lo futuro será mucho más
grave.

Mucho se ha documentado acerca de miles de especies de plantas y


animales que debido a la actividad humana se han extinguido del
planeta, y hasta se han desarrollado campañas exitosas para preservar
algunas especies que están en riesgo. Los ambientalistas nos
preguntamos con frecuencia cuántos niños malformados tienen que
nacer, cuántos con enfermedades intratables que mueren en los
primeros meses de vida, cuántos niños y personas tienen que morir por
cáncer, cuántas personas tienen que vivir con una salud deteriorada,
cuántas generaciones más habrá que esperar para que hagamos
conciencia: ¿hasta cuándo el ser humano iniciará una campaña para la
preservación de la especie humana?

ACTIVIDADES

I. FICHA I
1. Realiza la definición de la contaminación ambiental.
2. La contaminación ambiental ¿quiénes la producen?¿ A quiénes
afecta? ¿cómo podemos combatir?
3. Elabora un cuadro sinóptico de los agentes contaminantes e
indica ejemplos por cada uno.
4. ¿Por qué se afirma que la contaminación ambiental es un proceso
cíclico?
5. ¿cómo se producen los microorganismos contaminantes y que
papel lamentable cumple en el medio ambiente?
6. Indica las posibles soluciones que plantea el texto al problema
ambiental
FICHA II
ACTIVIDADES
1. ¿De qué forma se da el proceso de contaminación ambiental?
2. ¿Quiénes son las organizaciones que se preocupan por la
protección e investigación del medio ambienta?
3. ¿En qué casos es mas preocupante detectar el problema de la
salud?
4. ¿Explica de qué forma se da el contagio en el medio ambiente?
5. ¿Cuáles son los compuestos tóxicos que mas pueden afectar a
la salud de los seres vivos?
6. Elabora un cuadro sinóptico de la sustancias tóxicas e indica
sus efectos contra la salud.
7. Haz un resumen de la conclusiones de cada aspecto
8. Desarrolla el organizador gráfico de la ficha.

La
contaminacion
ambiental

Problema

Causas Consecuencias Solución

LOS ADOLESCENTES Y EL MÓVIL


Mucho se ha escrito ya sobre el efecto que está produciendo el uso del
móvil y las nuevas tecnologías entre los adolescentes. Y es que vivimos en
una sociedad en la que las cifras hablan por sí solas: el 66% de los niños
entre diez y quince años dispone de teléfono móvil, según los últimos
datos del Instituto Nacional de Estadística . Y si hablamos de mayores de
quince años, el porcentaje se eleva, ya que el 95% lo usa para acceder a
internet fuera de la vivienda o el lugar de trabajo. Para conocer este tema
más a fondo, hemos hablado con la pediatra Mª Luisa Mompó Marabotto,
responsable de la Unidad del Adolescente del servicio de Pediatría del
Hospital Quirónsalud Valencia , quien nos ha ofrecido información muy
interesante.
Aspectos positivos del uso del móvil
Como en otras muchas cosas, no todo lo que rodea al uso del móvil es
negativo. Hay que admitir que en ciertas ocasiones puede resultar de
utilidad y proporcionar tranquilidad si tenemos que dejar a los menores
solos, o nos tienen que acompañar a reuniones u otras actividades en las
que nos tienen que esperar en salas de espera, etc.

El abuso del móvil provoca aislamiento social


Aunque pueda parecer contradictorio, ya que a menudo lo usan con fines
sociales y para mantenerse en contacto con amigos, en realidad el
móvil hace que se relacionen menos con su entorno. Y esto incluye
amigos, padres, hermanos y demás familiares.
El móvil resta tiempo a otras actividades sanas
Teniendo en cuenta el poco tiempo libre del que disponen hoy en día los
niños, entre el horario escolar y las actividades extraescolares, si lo
dedican al móvil no están haciendo otro tipo de actividades más
saludables como jugar al aire libre, relacionarse con otros niños o
simplemente leer.
Los dispositivos afectan a la calidad del sueño
Los móviles se han convertido en el "dispositivo para todo": mirar la hora,
los mensajes, canales de información, despertador… Así que se han
instalado en nuestros dormitorios como un objeto habitual, cuando está
demostrado que esta costumbre es perjudicial. Por un lado, prestar
atención al móvil antes de dormir implica mantener el cerebro activo en
un momento en el que debería estar relajándose para descansar. Por
otro, la pantalla emite un tipo de luz que interfiere en la producción de
melanina, que es la hormona que facilita el sueño. Y no olvidemos que, al
tenerlo cerca, quedamos expuestos a la llegada de mensajes que puedan
provocar ruidos o vibraciones. En resumen, el mero hecho de dormir
junto al móvil se traduce en menos horas de sueño.

Además, hay que tener en cuenta que la falta de sueño en niños y


adolescentes, si se prolonga en el tiempo, puede llegar a ocasionar
problemas como una disminución de atención o descenso del rendimiento
escolar, cambios en el carácter, etc.
La norma básica: establecer reglas sobre su el uso
Como en todo, no es cuestión de prohibir el uso de móviles, sino de llegar
a acuerdos razonables sobre cómo y cuándo usarlo. Por supuesto,
dependerá de la edad y de la madurez personal del menor, pero en
general conviene establecer horarios para los móviles. Además, es bueno
incluir a los adolescentes en el proceso de elección de las normas a seguir,
de forma que ellos mismos se sientan comprometidos y vean que si el
comportamiento es el adecuado podrán asumir más responsabilidades,
obtener nuevos privilegios y ganar autonomía.
Una regla de oro: predicar con el ejemplo. Si nosotros mismos acatamos
buenas costumbres de uso del móvil, los menores las verán como algo
natural y les costará menos respetarlas. No debemos usarlo a las horas de
las comidas ni en los momentos de tiempo compartido en familia.

El celular y los
adolescentes

Problema

Causas Consecuencias Solución

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