Demanda Proceso de Habeas Corpus

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EXPEDIENTE Nº :

SECRETARIO :
ESCRITO Nº : 01
SUMILLA : PROCESO DE HABEAS CORPUS

SEÑOR JUEZ DE INVESTIGACIÓN PREPARATORIA DE TURNO DE


CHICLAYO.
CARMEN MIRA MAZA DE AYALA, identificada con
DNI Nº: 16425492, con domicilio real Calle Manuel
Mesones Muro Nº 527 del Pueblo Joven Puente Blanco,
distrito y provincia de Chiclayo y departamento de
Lambayeque, con teléfono Celular 978917318, a Ud.,
respetuosamente digo:

I.- NOMBRE Y DIRECCIÓN DOMICILIARIA DE LOS DEMANDADOS:


La presente Demanda Constitucional, la dirijo contra el señor Fiscal de la Fiscalía
Especializada en Tráfico Ilícito de Drogas de Chiclayo CARLOS A. BEDOYA
CASABLANCA, quien deberá de ser notificado en su respectivo Despecho Fiscal.

II.- PETITORIO:
Recurro a vuestro despacho, con la finalidad de interponer el presente PROCESO DE
HABEAS CORPUS; a favor de mi hijo JOSÉ CARLOS AYALA MAZA; por cuanto a la fecha
viene siendo privado de su libertad física de manera arbitraria; solicitando que se
constituya a la sede policial de la DIVANDRO.- Chiclayo, verifique la detención indebida
y ordene en este mismo acto la libertad de mi hijo José Carlos Ayala Maza. Fundamento
mi Petitorio en atención a los siguientes fundamentos de hecho y de derecho que a
continuación paso a exponer:

II.- FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Con fecha 09 de Marzo del año 2010, a horas 11:15 pm, mi hijo JOSÉ CARLOS AYALA
MAZA, fue intervenido y detenido por personal policial a inmediaciones de la calle
Mesones Muro y San Cristóbal del Pueblo Joven Puente Blanco.- Chiclayo, el mismo
que fue conducido hacía la delegación policial de radio patrulla, lugar en donde fue
maltratado físicamente, para luego ponerlo a disposición de la DIVANDRO, porque
supuestamente le habían encontrado tres (03) pacos de marihuana; hechos de los
cuales ya asumió conocimiento el demandado CARLOS A. BEDOYA CASABLANCA como
titular de la acción penal, aperturándose así la Carpeta Fiscal Nº 14-2010.

2.- Resulta Señor Juez, que del RESULTADO PRELIMINAR DE ANÁLISIS Y PESAJE DE
DROGA Nº 91-2010, de fecha 10 de marzo del presente año, arroja como peso bruto
3.6379 g y un peso neto de 2.117 g; por lo que estaríamos ante una POSESIÓN NO
PUNIBLE, conforme al Art. 299º del Código Penal; por lo que la detención de mi hijo, a
partir de la fecha de dicho resultado: 10.03.2010; deviene en arbitraria; debiendo el
demandado disponer su inmediata libertad; sin embargo hasta la fecha no lo ha hecho,
indicando que faltan diligencias preliminares que actuar, como es la declaración de
otro intervenido en esa misma fecha de nombre Antoni Edgar Castro Jaramillo, a quien
mi hijo ni siquiera lo conoce; así como otras diligencias programadas con fechas 18 y
19 de marzo del presente año. Es más, mi hijo se encuentra detenido desde el 09 de
marzo y recién lo han tomado su manifestación el día de ayer 15 de marzo, el mismo
que narra la forma y circunstancias de su intervención y detención y que desde luego
no se considera de los cargos imputados. Como es de verse señor Juez el demandado
ha infringido lo que dispone el Art. 330 inc. 2 del NCPP, toda vez que las DILIGENCIAS
PRELIMINARES TIENEN POR FINALIDAD INMEDIATA REALIZAR LOS ACTOS URGENTES O
INAPLAZABLES DESTINADOS A DETERMINAR SI HAN TENIDO LUGAR LOS HECHOS
OBJETO DE CONOCIMIENTO Y SU DELICTUOSIDAD…

3.- Sobre esto, Señor Juez, el Tribunal Constitucional en el Exp. Nº 6423-2007-PHC/TC


CASO: ALI GUILLERMO RUÍZ DIANDERAS; ya ha establecido como Precedente
Vinculante sobre la duración de la detención policial, específicamente el Fundamento
Nº 12, sobre “Reglas vinculantes para la tutela del derecho a ser puesto a disposición
judicial dentro del plazo estrictamente necesario o dentro del plazo máximo de la
detención”; solicitando que sea revisado por su despacho al momento de resolver.
III.- FUNDAMENTOS DE DERECHO:

1.- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO:


Artículo 2°, inciso 24, Literal “f”: “Derecho a la Libertad y a la Seguridad Personales”.

2.- CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL:


- Artículo 26°, INCISO 7: DERECHOS PROTEGIDOS
- Artículo 26°: LEGITIMACIÓN
- Artículo 27°: DEMANDA
- Artículo 28°: COMPETENCIA
- Artículo 30º: TRÁMITE EN CASO DE DETENCIÓN ARBITRARIA

V.- VIA PROCEDIMENTAL:


La presente Demanda se tramitará conforme a las normas del Proceso Constitucional
de Hábeas Corpus.

VII.- MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco como medios probatorios el RESULTADO PRELIMINAR DE ANALISIS Y PESAJE DE
DROGA Nº 91-2010, de fecha 10.03.2010; y los demás actuados policiales; así como la
Carpeta Fiscal Nº 14-2010; los mismos que serán exhibidos por la autoridad policial de
la DIVANDRO y por el demandado respectivamente.

POR LO EXPUESTO:
Solicito, a Ud., Señor Juez, se sirva admitir a trámite el
presente Proceso de Hábeas Corpus, tramitarla conforme a su naturaleza y en su
oportunidad declararla Fundada.
Chiclayo, 16 de Marzo del 2010.
CARPETA FISCAL Nº:
ESCRITO Nº : 01.
SUMILLA : DESIGNA NUEVO ABO-
GADO DEFENSOR Y SOLICITA SE
DISPONGA MI INMEDIATA LIBERTAD.

SEÑOR FISCAL DE LA FISCALÍA ESPECIALIZADA EN TRÁFICO ILÍCITO


DE DROGAS DE CHICLAYO.

JOSÉ CARLOS AYALA MAZA, en la Investigación


Preliminar que se me sigue, por el presunto delito de
Tráfico Ilícito de Drogas Leves, en agravio del Estado, a
Usted, respetuosamente digo:

Que, por convenir a mi derecho, recurro a vuestro


despacho, con la finalidad de designar como nuevo Abogado al Letrado que autoriza
el presente Escrito; solicitando que se le de participación en todos los actos de
investigación practicados por su despacho. Para tal efecto, señalo como Domicilio
Procesal el ubicado en la Oficina de Defensoría Pública de Chiclayo, sito en el 2do
Piso de la Cuadra 4 de la Calle Daniel A. Carrión de esta ciudad; lugar en donde se
me notificarán de todas las Disposiciones, Providencias y Requerimientos que dicta y/o
formula su despacho.

OTRO SI DIGO: Señor Fiscal, solicito que se disponga mi inmediata libertad, por
cuanto de la revisión de actuados en la PNP Antidrogas, realizado por mi Abogado
Defensor, se aprecia la presunta posesión de droga incautada al recurrente, ésta no es
punible; razón por la cual solicito que ordene mi libertad por ser de justicia.

POR LO EXPUESTO:
Solicito a Ud., Señora Fiscal, proveer conforme a Ley.
Chiclayo, 16 de Marzo del 2010.
EXPEDIENTE Nº :
SECRETARIO :
ESCRITO Nº : 01
SUMILLA : PROCESO DE HABEAS CORPUS

CONTRA RESOLUCIÓN JUDICIAL FIRME.

SEÑOR JUEZ ESPECILIZADO EN LO PENAL DE TURNO DE CHICLAYO.

JUAN FRANCISCO CHIRINOS PITA, identificado con


DNI Nº: 16436358, con domicilio real en la Mz. M, Lte. 6,
de la Urbanización Fermín Ávila Morón del distrito de
Pimentel, provincia de Chiclayo y departamento de
Lambayeque, a Ud., respetuosamente digo:

I.- NOMBRE Y DIRECCIÓN DOMICILIARIA DE LOS DEMANDADOS:


La presente Demanda Constitucional, la dirijo contra los siguientes Magistrados,
quienes deberán de ser notificados en sus respectivas Dependencias Judiciales de la
Sede Judicial en donde despachan:

1.- Dr. JOSÉ EDILBERTO RODRÍGUEZ TANTA, Vocal Provisional de la Sala Mixta
Descentralizada, Permanente e Itinerante de santa Cruz, con sede en la Provincia de
Chota y departamento de Cajamarca.

2.- Dr. VICENTE FLORES ARRASCUE , Vocal Provisional de la Sala Mixta


Descentralizada, Permanente e Itinerante de santa Cruz, con sede en la Provincia de
Chota y departamento de Cajamarca.
II.- PETITORIO:
Recurro a vuestro despacho, con la finalidad de interponer el presente PROCESO DE
HABEAS CORPUS, CONTRA LA RESOLUCIÓN JUDICIAL FIRME, DE FECHA 11-12-2008,
RECAÍDA EN EL INCIDENTE DE APELACIÓN DEL AUTOAPERTORIO DE INSTRUCCIÓN EN
EL EXTREMO DEL MANDATO DE DETENCIÓN, CONTENIDO EN EL EXPEDIENTE N°:
2008-0056-04-0406, EXPEDIDA POR LOS MAGISTRADOS DEMANDADOS; POR
CUANTO DICHA RESOLUCIÓN VULNERA EN FORMA MANIFIESTA MI LIBERTAD
INDIVIDUAL Y LA TUTELA PROCESAL EFECTIVA; SOLICITANDO QUE MI DEMANDA SEA
DECLARADA FUNDADA EN SU DEBIDA OPORTUNIDAD Y ORDENE LA NULIDAD DE LA
RESOLUCIÓN FIRME Y DISPONGA QUE LA AUTORIDAD JUDICIAL DEMANDADA DICTE
UNA NUEVA DECISIÓN, EN DONDE SE RESPETEN MIS DERECHOS VULNERADOS.
Fundamento mi petitorio en atención a los siguientes fundamentos de hecho y de
derecho que a continuación paso a exponer:

II.- FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Con fecha 14 de Abril del año 2008, se me apertura Proceso Penal por el presunto
delito de LIBRAMIENTO INDEBIDO, en agravio de Elsa Gonzáles Medina, en el cual se
me dicta MANDATO DE DETENCIÓN SIN LA CONCURRENCIA COPULATIVA QUE EXIGE
EL ARTÍCULO 135° DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL DE 1991; dictándose también este
mismo mandato a mis co procesados LUIS ALBERTO RAMOS OTERO NIERI y RICARDO
EXEQUIEL LINARES VÍLCHEZ, dentro de la Causa Penal N° 2008-0056, tramitado por
ante el SEGUNDO JUZGADO ESPECILIZADO PENAL DE LA PROVINCIA DE CHOTA.

2.- Mediante Auto de fecha 27-08-2008, de fojas 168 a 169, se me declara en la


condición jurídica de REO AUSENTE, expidiéndose así las órdenes de captura en mi
contra y la de mis co procesados antes aludidos.

3.- Con fecha 14 de Noviembre del año 2008, ME APERSONO AL PROCESO PENAL
INSTAURADO EN MI CONTRAN E INTERPONGO RECURSO DE APELACIÓN DEL
MANDATO DE DETENCIÓN; concediéndose el Recurso interpuesto, formándose el
Cuaderno respectivo, para luego elevarlo a la Superior Sala Mixta de Chota.

4.- El Colegiado, por mayoría, y mediante Resolución de fecha 11 de Diciembre del


presente año, CONFIRMARON POR MAYORÍA LA MEDIDA DE DETENCIÓN
ESTABLECIDA EN EL AUTOAPERTORIO DE INSTRUCCIÓN DE FECHA 18-04-2008.
Existiendo el Voto Discordante del Vocal Provisional ORCAR PÉREZ SÁNCHEZ; razón
por la cual no se le ha emplazado en el presente Proceso Constitucional, el mismo que
emite su voto, en el sentido que se REVOQUE EL AUTO DE APERTURA DE
INSTRUCCIÓN, y REFORMÁNDOLO, refiere que se declare PROCEDENTE la variación
del Mandato de Detención por el de COMPARECENCIA, en consecuencia DICTA contra
el recurrente orden de COMPARECENCIA RESTRINGIDA, con la imposición de Reglas de
Conducta y FIJA la suma de QUINIENTOS NUEVOS SOLES, que al parecer es por
concepto de CAUCIÓN ECONÓMICA, conforme es de verse la Resolución materia del
presente proceso y que adjunto en fotocopia simple.

5.- Señor Juez, considero que en presente caso, SE HA VULNERADO EN FORMA

MANIFIESTA MI LIBERTAD INDIVIDUAL, por cuanto, la Resolución judicial


Firme, sigue manteniendo la Medida Coercitiva de DETENCIÓN, a pesar que el
recurrente ha desvirtuado el requisito de “PELIGRO PROCESAL” para dictar y/o
mantener el Mandato de Detención, conforme a los Certificados de Domicilio y de
Trabajo que he adjuntado en mi apelación del Mandato de Detención, los mismos
que NO HAN SIDO VALORADOS POR LOS MAGISTRADOS DEMANDADOS; menos han

tomado en cuenta el concepto del PELIGRO PROCESAL emitido por el Tribunal

Constitucional en la Sentencia recaída en el Exp. 1091-2002-HC/TC, del


20.06.2002 y publicado en el diario Oficial El Peruano, con fecha 16.08.2002, que a
continuación transcribiré un extracto y que textualmente reza: “…el principal
elemento a considerarse con el dictado de esta medida cautelar debe ser
el peligro procesal que comporte que el procesado ejerza plenamente su
libertad locomotora, en relación con el interés general de la sociedad
para reprimir conductas consideradas como reprochables jurídicamente.
En particular, de que el procesado no interferirá u obstaculizará la
investigación judicial o evadirá la acción de la justicia. Tales fines deben
ser evaluados en conexión con distintos elementos que antes y durante
el desarrollo del proceso puedan presentarse y, en forma significativa,
con los valores morales del procesado, su ocupación, bienes que posee,
vínculos familiares y otros que, razonablemente, le impidan ocultarse o
salir del país o sustraerse a una posible sentencia prolongada. La
inexistencia de un indicio razonable en torno a la perturbación de la
investigación judicial o a la evasión de la justicia por parte del
procesado, terminan convirtiendo el dictado o el mantenimiento de la
detención judicial preventiva en arbitraria, por no encontrarse
razonablemente justificada”.

6.- Considero, que también SE HA VULNERADO LA TUTELA PROCESAL

EFECTIVA, por cuanto NO HE LOGRADO OBTENER UNA RESOLUCIÓN FUNDADA EN


DERECHO; ya que en el QUINTO CONSIDERANDO DE LA RESOLUCION FIRME, se aprecia
que los Magistrados Demandados reiteran equivocadamente que el recurrente firmó el
Cheque de folios 49 (del Principal) ascendente a S/. 45,000 Nuevos Soles, afirmación
que es totalmente falsa, por cuanto el recurrente NO HA FIRMADO ESTE ÚLTIMO
CHEQUE, HACIÉNDOLO MIS CO PROCESADOS LUIS ALBERTO RAMOS OTERO NIERI y
RICARDO EXEQUIEL LINARES VÍLCHEZ; conforme se apreciará de dicho Título Valor.
Además en este mismo Considerando los Magistrados demandados hacen alusión al
“PELIGRO PROCESAL” en el sentido siguiente: “… y en cuanto al peligro procesal, el
mismo que se determina de los antecedentes, las circunstancias, familia, bienes,
profesión u oficio, en este caso aparece una actitud reiterativa del recurrente; por
cuanto no sólo giró los dos primeros cheques, sino que en una actitud continuada de
engaño volvió a girar un nuevo cheque, en la misma condición anterior, por cuanto
no existía el banco la provisión de fondos…” además agregan que “… aparece que el
recurrente y los demás co procesados han sido notificados con fecha doce y dieciocho
de diciembre del año dos mil siete, como aparece de folios cuarenta y uno a cuarenta y
tres, sin que hayan explicado el por qué de su conducta; y por el contrario vuelven a
emitir un cheque sin fondos, en razón de ello a pesar que el recurrente adjunta
certificado de trabajo, ello no garantiza su arraigo, por los hechos mencionados…”
Como vemos, LOS DEMANDADOS NO HAN EMITIDO UNA RESOLUCIÓN FUNDADA EN
DERECHO, tergiversando hechos, ya que como repito el recurrente NO FIRMÓ EL
ÚLTIMO CHEQUE DE S/ 45,000 NUEVOS SOLES, MENOS HA QUEDADO DEMOSTRADO
QUE ESTE ÚLTIMO TÍTULO VALOR, NO TENGA LA PROVISIÓN DE FONDOS EN EL
BANCO DE LA NACIÓN, YA QUE NO APARECE EL ORIGINAL DEL CHEQUE, NI MENOS
EL SELLO RESPECTIVO DEL BANCO.

III.- FUNDAMENTOS DE DERECHO:

1.- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO:


Artículo 2°, inciso 24: “Derecho a la Libertad y a la Seguridad Personales”.
Artículo 139°, inciso 3: “La observancia del Debido proceso y la Tutela Jurisdiccional”.

2.- CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL:


- Artículo 4°: PROCEDENCIA DE PROCESO DE HABEAS CORPUS RESPECTO DE
RESOLUCIONES JUDICIALES.
“El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en
forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.
Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una
persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al
órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en
el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a
procedimientos distintos de los previstos por ley, a la obtención de una resolución
fundada en derecho, a acceder a los medios impugnativos regulados, a la
imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del
principio de legalidad procesal penal”

- Artículo 26°: LEGITIMACIÓN


- Artículo 27°: DEMANDA
- Artículo 28°: COMPETENCIA

V.- MONTO DEL PETITORIO:


Inapreciable en dinero, por la naturaleza de la pretensión.
VI.- VIA PROCEDIMENTAL:
La presente Demanda se tramitará conforme a las normas del Proceso Constitucional
de Hábeas Corpus.
VII.- MEDIOS PROBATORIOS:
A.- DOCUMENTALES:
1.- Copia del Escrito de fecha 14.11.2008, de apersonamiento y Apelación del Mandato
de Detención. Se adjunta Certificado de Domicilio y de Trabajo.
2.- Copia de la Resolución de fecha 11.12.2008, materia de Hábeas Corpus.
VIII.- ANEXOS:
1-A. Copia del Escrito de fecha 14.11.2008 y anexos
1-B. Copia de Resolución de fecha 11.12.2008.

OTRO SÍ DIGO.- OFRECE COMO MEDIO PROBATORIO EL EXPEDIENTE N°: 2008-0056,


TRAMITADO ANTE EL 2° JUZGADO PENAL DE CHOTA Y EL INCIDENTE RESPECTIVO DE
APELACIÓN DE MANDATO DE DETENCIÓN:
Señor Presidente, Ofrezco como Medio Probatorio el EXPEDIENTE N°: 2008-0056,
TRAMITADO ANTE EL 2° JUZGADO PENAL DE CHOTA Y EL INCIDENTE RESPECTIVO DE
APELACIÓN DE MANDATO DE DETENCIÓN; solicitando, para tal efecto, que se oficie al
Señor Juez del Segundo Juzgado Especializado Penal de Chota, a fin de que remita el
expediente para mejor resolver.
POR LO EXPUESTO:
Solicito, a Ud., Señor Juez, se sirva admitir a trámite el
presente Proceso de Hábeas Corpus, tramitarla conforme a su naturaleza y en su
oportunidad declararla Fundada.
Chiclayo, 23 de Diciembre de 2008.
EXPEDIENTE Nº :
SECRETARIO :
ESCRITO Nº : 01
SUMILLA : PROCESO DE HABEAS CORPUS

CONTRA RESOLUCIÓN JUDICIAL FIRME.

SEÑOR JUEZ DE GARANTÍA Y/O INVESTIGACIÓN PREPARATORIA DE


TURNO DE CHOTA.

EDUARDO TARRILLO TAPIA, identificado con DNI Nº


27422689, con domicilio real en la Comunidad de
Sitacucho.-Chota.- Cajamarca, a Ud., respetuosamente
digo:

I.- NOMBRE Y DIRECCIÓN DOMICILIARIA DE LOS DEMANDADOS:


La presente Demanda Constitucional, la dirijo contra los siguientes Magistrados,
quienes deberán de ser notificados en sus respectivas Dependencias Judiciales de la
Sede Judicial en donde despachan:

1.- Dr. JOSÉ ENRIQUE VALENCIA PINTO, Juez Superior Titular de la Sala Mixta
Descentralizada, Permanente e Itinerante de santa Cruz, con sede en la Provincia de
Chota y departamento de Cajamarca.
2.- Dr. OSCAR RAMITO PÉREZ SÁNCHEZ , Juez Superior Provisional de la Sala
Mixta Descentralizada, Permanente e Itinerante de santa Cruz, con sede en la Provincia
de Chota y departamento de Cajamarca.

2.- Dr. JOSÉ CAMILO GUERRERO CÉSPEDES, Juez Superior Provisional de la Sala
Mixta Descentralizada, Permanente e Itinerante de santa Cruz, con sede en la Provincia
de Chota y departamento de Cajamarca.

II.- PETITORIO:
Recurro a vuestro despacho, con la finalidad de interponer el presente PROCESO DE
HABEAS CORPUS, CONTRA LA RESOLUCIÓN JUDICIAL FIRME, CONTENIDA EN LA
RESOLUCIÓN Nº 10 DE FECHA 17.06.2011 Y QUE AL MISMO TIEMPO CONTIENE LA
SENTENCIA Nº 06-P, RECAÍDA EN EL PROCESO ESPECIAL DE TERMINACIÓN
ANTICIPADA CUYO Nº DE EXPEDIENTE ES EL 01-2011-18-0604-2JIPCH; EN EL
EXTREMO QUE RESUELVE REVOCAR LA SENTENCIA CONDENATORIA ANTICIPADA Nº
09 (RESOLUCIÓN Nº 04), DE FECHA 19.04.2011, QUE APRUEBA LA TERMINACIÓN
ANTICIPADA PROPUESTA POR LA 2DA FISCALÍA PENAL CORPORATIVA DE LA
PROVINCIA DE CHOTA CON EL RECURRENTE, POR EL DELITO DE HOMICIDIO SIMPLE,
EN AGRAVIO DE CARLOS RICHARD VÁSQUEZ TAMAY A 07 AÑOS Y 06 MESES DE PPL
EFECTIVA Y AL PAGO DE S/. 15,000.00 NUEVOS SOLES POR CONCEPTO DE
REPARACIÓN CIVIL; DESAPROBANDO DICHO ACUERDO DE TERMINACIÓN
ANTICIPADA; EXPEDIDA POR LOS MAGISTRADOS DEMANDADOS; POR CUANTO
DICHA RESOLUCIÓN VULNERA EN FORMA MANIFIESTA LA TUTELA PROCESAL
EFECTIVA Y EL DEBIDO PROCESO; SOLICITANDO QUE MI DEMANDA SEA DECLARADA
FUNDADA EN SU DEBIDA OPORTUNIDAD Y ORDENE LA NULIDAD DE LA RESOLUCIÓN
EXPEDIDA POR LOS DEMANDADOS DE SEGUNDA INSTANCIA ( SENTENCIA Nº 06) Y
DISPONGA LA EFICACIA PLENA DE LA SENTENCIA ANTICIPADA CONDENATORIA Nº 09
(RESOLUCIÓN Nº 04) DE FECHA 19.04.2011, QUE APRUEBA EL ACUERDO ENTRE EL
REPRESENTANTE DEL MINISTERIO PÚBLICO Y EL RECURRENTE EN TODOS SUS
EXTREMOS. Fundamento mi petitorio en atención a los siguientes fundamentos de
hecho y de derecho que a continuación paso a exponer:
II.- FUNDAMENTOS DE HECHO:
1.- Con fecha 19 de Abril del año 2011, se llevó a cabo la Audiencia de TERMINACIÓN
ANTICIPADA, entre el recurrente, el Ministerio Público, acto oral al cual también asistió
el Actor Civil, don Moisés Vásquez Cieza, audiencia que culminó APROBANDO EL
ACUERDO DE TERMINACIÓN ANTICIPADA, expidiéndose en ese acto la Sentencia
Anticipada, mediante la cual se me condena a 07 años y 06 meses de PPL efectiva y al
pago de S/. 15,000.00 Nuevos Soles por concepto de Reparación Civil, aclarando que la
pena acordado fue de 09 años PLL efectiva, a la cual se redujo el SEXTO, por acogerme
a esta Salida Alternativa de Solución de Conflicto conforme así lo autoriza el Art. 471º
NCPP.
2.- Resulta que el ACTOR CIVIL, no conforme con su pretensión sobre el objeto civil,
interpone Recurso de Apelación de la Sentencia Anticipada, la misma que fue
REVOCADA por los Magistrados de Segunda Instancia-ahora demandados-, quienes
lejos de resolver sobre la PRETENSIÓN IMPUGNATORIA, DESAPROBARON el Acuerdo de
terminación Anticipada propuesta por la señora representante de la 2da. Fiscalía Penal
Corporativa de la Provincia de Chota y el recurrente, causando un gravamen
irreparable porque cancela la vía consensuada y evita la aplicación del beneficio
premial, vulnerando así el derecho a la tutela jurisdiccional en la medida que uno de
los elementos que integra su contenido constitucionalmente protegido es el acceso a
los recursos legalmente previstos, así como infringiría el debido proceso en el ámbito
del derecho al recurso –pluralidad de la instancia- respecto de las decisiones que
causan estado (1)
3.- Consideramos, que los demandados se han excedido en sus atribuciones, toda vez
que solamente estaban legitimados para pronunciarse sobre la pretensión
impugnatoria, es este caso, sobre el Recurso de apelación interpuesto por el ACTOR
CIVIL, sin embargo, han cuestionado la pena acordada, a pesar que esta penalidad está
dentro los parámetros que sobre control de legalidad exige el 10º fundamento del
Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116, como son: A. El ámbito de la tipicidad o
calificación jurídico penal, en relación a los hechos objeto de la causa y otras
circunstancias que rodean al hecho punible. B. Al ámbito de legalidad de la pena… y
C. La exigencia de una suficiente actividad indiciaria; además está dentro de los
cánones de control de razonabilidad de la pena, ya que se ha centrado en el quantum
de la pena, que es de 09 años, a la cual se ha reducido una sexta parte, haciendo un

(1) Fundamento Nº 16 del Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116

Total de 07 años y 06 meses de PPL efectiva; sin embargo la reparación civil no resultó
proporcional, razón por la cual el ACTOR CIVIL impugnó en este extremo, debiéndose
los demandados solamente pronunciarse por dicho extremo.

4.- Señor Juez, los magistrados demandados HAN VULNERADO EN FORMA

MANIFIESTA LA TUTELA PROCESAL EFECTIVA, por cuanto NO HE LOGRADO


OBTENER UNA RESOLUCIÓN FUNDADA EN DERECHO; ya que en el DÉCIMO
CONSIDERANDO DE LA RESOLUCION FIRME, DEJA EVIDENCIADO QUE EN LA SENTENCIA
ANTICIPADA DE PRIMERA INSTANCIA- PARA CRITRIO DE LOS DEMANDADOS- QUE NO
EXISTE UN DESARROLLO LÓGICO Y JURÍDICO SOBRE LAS RAZONES POR LAS CUALES SE
ESTABLECE EN NUEVE AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, INDICANDO QUE SE
HAN LIMITADO ÚNICAMENTE A TENER EN CUENTA LAS CONDICIONES PERSONALES
DEL AUTOR Y SU COLABORACIÓN CON LA INVESTIGACIÓN (Ver Décimo Cuarto de la
Sentencia Nº 06-P; sin embargo los demandados tampoco motivan cuál sería el
quantum de la pena a aplicarse en el presente caso y el por qué DESAPRUEBAN el
acuerdo en este extremo de la pena, haciendo una confusión del Principio de
Proporcionalidad que debe existir entre la pena y la reparación civil, desconociendo EL
PRINCIPIO CONSUEDADOS que rige en el Proceso especial de Terminación Anticipada,
que se encuentra claramente establecido en el Acuerdo Plenario de su propósito.

5.- Como consecuencia, de la vulneración del principio anterior también SE HA

VULNERADO EL DEBIDO PROCESO, al no pronunciarse específicamente por la


pretensión impugnatoria de ACTOR CIVIL, sino que ha excedido en sus facultades al
momento de resolver el recurso de Apelación DESAPROBANDO el acuerdo en su
totalidad, situación que vulnera evidentemente este Principio.
6.- Sin perjuicio de la vulneración de los derechos antes descritos, consideramos que

subsecuentemente también se ha vulnerado el PRINCIPIO TANTUM DEVOLUTUM

QUANTUM APPELLATUM: EL TRIBUNAL DE ALZADA SÓLO PUEDE


PRONUNCIARSE SOBRE LO QUE HA SIDO MATERIA DE IMPUGNACIÓN; así
como el PRINCIPIO DE LA PROHIBICIÓN DE LA REFORMATIO IN PEIUS:

QUEDA PROHIBIDO DE REFORMAR PARA EMPEORAR; Principios que se


encuentran claramente descritos en el Exp. 3481-2005-PHC/TC, Caso: TOVE

JOHASEN, el mismo que resuelve declarando FUNDADA la Demanda de Hábeas


Corpus; argumentos que deben de ser tomados en cuenta al momento de resolver el
fondo del asunto solicitado en mi Petitorio.

III.- FUNDAMENTOS DE DERECHO:

1.- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO:


Artículo 139°, inciso 3: “La observancia del Debido proceso y la Tutela Jurisdiccional”.

2.- CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL:


- Artículo 4°: PROCEDENCIA DE PROCESO DE HABEAS CORPUS RESPECTO DE
RESOLUCIONES JUDICIALES.
“El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en
forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.
Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una
persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al
órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en
el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a
procedimientos distintos de los previstos por ley, a la obtención de una resolución
fundada en derecho, a acceder a los medios impugnativos regulados, a la
imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del
principio de legalidad procesal penal”

- Artículo 26°: LEGITIMACIÓN


- Artículo 27°: DEMANDA
- Artículo 28°: COMPETENCIA

V.- MONTO DEL PETITORIO:


Inapreciable en dinero, por la naturaleza de la pretensión.
VI.- VIA PROCEDIMENTAL:
La presente Demanda se tramitará conforme a las normas del Proceso Constitucional
de Hábeas Corpus.

VII.- DOCTRINA:

I.1.- CONCEPTUALIZACIÓN DE LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA


Se considera a la tutela jurisdiccional como el poder que tiene toda persona, sea esta
natural o jurídica, para exigir al Estado que haga efectiva su función jurisdiccional; es decir,
permite a todo sujeto de derechos ser parte en un proceso y así causar la actividad
jurisdiccional sobre las pretensiones planteadas.
Por su parte el Tribunal Constitucional sostiene que, "la tutela judicial efectiva es un
derecho constitucional de naturaleza procesal en virtud del cual toda persona o sujeto
justiciable puede acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del tipo de
pretensión formulada y de la eventual legitimidad que pueda o no, acompañarle a su
petitorio. En un sentido extensivo la tutela judicial efectiva permite también que lo que ha
sido decidido judicialmente mediante una sentencia, resulte eficazmente cumplido. En
otras palabras, con la tutela judicial efectiva no sólo se persigue asegurar la participación
o acceso del justiciable a los diversos mecanismos (procesos) que habilita el ordenamiento
dentro de los supuestos establecidos para cada tipo de pretensión, sino que se busca
garantizar que, tras el resultado obtenido, pueda verse este ultimo materializado con una
mínima y sensata dosis de eficacia".[1]
Este derecho constitucional tiene dos planos de acción, siendo factible ubicar a la tutela
jurisdiccional efectiva antes y durante el proceso. La tutela jurisdiccional antes del proceso
opera como aquél derecho que tiene toda persona de exigir al Estado provea a la sociedad
de determinados requisitos materiales y jurídicos, los cuales son indispensables para
resolver un proceso judicial en condiciones satisfactorias, tales como: un órgano estatal
encargado de la resolución de conflictos y eliminación de incertidumbres con relevancia
jurídica, esto de conformidad con la finalidad concreta del proceso; otro elemento es
proveer la existencia de normas procesales que garanticen un tratamiento expeditivo del
conflicto llevado a juicio. Por su parte, la tutela jurisdiccional durante el proceso engloba un
catálogo de derechos esenciales que deben ser provistos por el Estado a toda persona que se
constituya como parte en un proceso judicial.
Siguiendo la línea establecida por el Tribunal Constitucional, la tutela jurisdiccional efectiva
no se limita a garantizar el acceso a la justicia, su ámbito de aplicación es mucho más
amplio, pues garantiza obtener un pronunciamiento sobre el fondo de las pretensiones que
se deducen en un proceso.
Para la reconocida procesalista Marianella Ledesma, "la tutela jurisdiccional efectiva
garantiza que bajo ningún supuesto se produzca denegación de justicia; agregando que
esta, no resulta vulnerada por rechazar una demanda ante la no subsanación de ciertas
omisiones; asimismo, no implica un derecho absoluto, ya que requiere del cumplimiento
de determinados requisitos a través de las vías procesales establecidas por ley; sin
embargo, éste derecho solo podría ser limitado en virtud de la concurrencia de otro
derecho o libertad constitucionalmente protegido, que suponga incompatibilidad con el
mismo". [2]
Similar posición adopta el Tribunal Constitucional, al considerar que el derecho de todo
justiciable de poder acceder a la jurisdicción, como manifestación de la tutela judicial
efectiva no implica la obligación de estimar favorablemente toda pretensión formulada,
sino que simplemente sienta la obligación de acogerla y brindarle una sensata como
razonada ponderación en torno a su procedencia o legitimidad. No es que el resultado
favorable esté asegurado con solo tentarse un petitorio a través de la demanda, sino que tan
sólo otorga la expectativa de que el órgano encargado de la administración de justicia pueda
hacer del mismo un elemento de análisis con miras a la expedición de un pronunciamiento
cualquiera que sea su resultado.
En conclusión, la tutela jurisdiccional efectiva no significa la obligación del órgano
jurisdiccional de admitir a trámite toda demanda, ni que deba declararse fundada.
I.3.- ¿CUÁL ES EL CONTENIDO DE LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA?
Para la doctrina española la tutela judicial efectiva, plasmada en su Norma Fundamental,
"tiene un contenido complejo, que incluye los siguientes aspectos: el derecho de acceso a
los Tribunales, el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho congruente, el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales y el derecho al recurso legalmente
previsto".[4]
Por su parte, este derecho constitucional ha sido también recogido en nuestro Código
Procesal Constitucional, al respecto su artículo 4° establece que:
"Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la
que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso,
a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos
distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho,
a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos
fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones
judiciales y a la observancia del principio de legalidad procesal penal".
Del tenor de éste artículo se colige que el contenido de la tutela jurisdiccional efectiva
comprende: el derecho al acceso a los órganos jurisdiccionales, el derecho a una resolución
fundada en derecho, y el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales.
Corresponde avocarnos al tratamiento de los elementos que constituyen el contenido de la
tutela jurisdiccional efectiva. El derecho de acceso a la justicia se configura como aquel
poder que consiste en promover la actividad jurisdiccional del Estado, sin que se le
obstruya, impida o disuada irrazonablemente; éste componente se concreta en el derecho a
ser parte en un proceso y a promover la actividad jurisdiccional que converja en una
decisión judicial sobre las pretensiones deducidas al interior de un proceso.
Otro elemento de la tutela jurisdiccional efectiva es el derecho a obtener una resolución
fundada en derecho, que a su vez contempla el principio de motivación de las resoluciones
judiciales; tal principio esta contemplado en el inciso 5) del artículo 139 de nuestra
Constitución. Al respecto Juan Monroy Gálvez señala que, "no hace más de dos siglos, los
jueces no estaban obligados a fundamentar sus decisiones, es decir, ejercían su función y
resolvían a partir de su intuición de lo justo. Sin embargo, una de las conquistas más
relevantes, no solo procesales sino del constitucionalismo moderno, ha consistido en la
exigencia al juez en el sentido de que debe fundamentar todas y cada una de sus
decisiones, a excepción de aquellas, que por su propia naturaleza, son simplemente
impulsivas del tránsito procesal". [5]
Cuando un juez emite un pronunciamiento es necesario que las partes conozcan el proceso
mental que lo ha llevado a establecer las conclusiones que contiene dicha resolución; es por
eso que, toda resolución debe tener una estructura racional y detallada. El Tribunal
Constitucional, destaca que: "el derecho a una sentencia debidamente justificada no se
agota en la mera enunciación de la norma aplicable a un caso, sino que importa de
manera gravitante la acreditación de los hechos y la forma de crear convicción en
determinado sentido del Juzgador".[6]
La falta de motivación deja abierta la posibilidad de potenciales arbitrariedades por parte
de los jueces. El derecho de motivación permite un ejercicio adecuado del derecho de
defensa e impugnación, ya que una motivación adecuada al mostrar de manera detallada
las razones que han llevado al juzgador a fallar en un determinado sentido, permite que la
parte desfavorecida pueda conocer en que momento del razonamiento del juez se encuentra
la discrepancia con lo señalado por ella y así facilitar la impugnación de dicha resolución
haciendo énfasis en el elemento discordante.
Es importante la opinión de Joan Pico i Junoy, quien refiere que "a pesar de que la
sentencia debe motivarse en derecho, ello no excluye que pueda ser jurídicamente
errónea; sin embargo el derecho a la tutela judicial efectiva no ampara el acierto de las
resoluciones judiciales, de modo que la selección o interpretación de la norma aplicable
corresponde en exclusiva a los órganos judiciales, salvo que la resolución sea
manifiestamente infundada o arbitraria, en cuyo caso no podría considerarse como
expresión del ejercicio de la justicia, sino simple apariencia de la misma".[7]
El derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales que han pasado en autoridad de cosa
juzgada es una manifestación de la tutela jurisdiccional, reconocido en el inciso 3) del
artículo 139º de la Constitución. Si bien la citada norma no hace referencia expresa a la
efectividad de las resoluciones judiciales, dicha cualidad se desprende de su interpretación,
pues busca garantizar que lo decidido por la autoridad jurisdiccional tenga un alcance
práctico y se cumpla de manera que no se convierta en una simple declaración de
intenciones.
También, la tutela jurisdiccional efectiva en tanto derecho constitucional de naturaleza
procesal, se manifiesta y materializa en un proceso a través del derecho de acción y de
contradicción.
Mucho antes de que la humanidad contara con una noción de derecho, ésta debió contar
imprescindiblemente con un mecanismo de solución de conflictos que permitiese no
recurrir a la acción directa que, tenía como instrumento exclusivo el uso de la fuerza y que a
su vez prescindía de todo método razonable para solucionar un conflicto de intereses; es así
que se germinó la necesidad de recurrir a un tercero. Pues bien, "el acto de recurrir a este
tercero en busca de una solución a un conflicto, es la génesis de lo que siglos después va a
denominarse derecho de acción".[8]
"La acción tiene raíces en el derecho romano, de donde nos viene aquello que la define
como la res in indicio deducta, es decir, la cosa que en el juicio se pide. Ésta coincidencia
entre el objeto pretendido y el acto de solicitar ante la justicia, llevó a que se identificaran
los conceptos"[9], de modo tal que quien tenía acción tenía derecho.
Ésta posición adoptada por el derecho romano fue ratificada en 1856 por Bernard
Windscheid; como contrapartida a dicha perspectiva surge la teoría de Teodor Muther,
quien fue el primero en concebir al derecho de acción como uno independiente del derecho
subjetivo material, dirigido al Estado con la finalidad de que éste le conceda tutela jurídica;
es decir, para Muther el derecho de acción es concreto, público e independiente del derecho
subjetivo, pero condicionado a la existencia del mismo.
Para Oscar von Bülow el derecho de acción no relaciona a las partes sino sólo a una de ellas
(demandante) con el Estado, afirmando así el carácter público y abstracto del mismo; en su
opinión, antes de iniciarse un proceso no hay acción, éste sólo existe cuando se interpone la
demanda.
En la concepción de Köhler, sobre el derecho de acción se confirma su carácter subjetivo y
abstracto, conceptualizándolo como uno inmanente a la personalidad humana, que permite
solicitar tutela jurídica; por otro lado, rechaza la identificación que se venía haciendo entre
el derecho subjetivo material que se discute y el derecho de acción.
Siguiendo la línea trazada por Muther, Adolfo Wach considera que la acción tiene una
orientación bidireccional, en tanto es dirigida por su titular hacia el Estado y al sujeto
pasivo de la relación procesal (demandado), a efectos de que se le conceda tutela jurídica y
con el fin de que le dé cumplimiento o satisfaga su derecho, respectivamente. Para éste
jurista alemán, el derecho de acción es de carácter concreto, es decir, concedido a quien
tiene un derecho que debe ser protegido.
Con Chiovenda, surge un concepto diferente. Para el maestro italiano la acción es el poder
jurídico de dar vida a la condición para la actuación de la ley que permite actuar la voluntad
legal establecida contra el adversario, atribuyéndole un carácter público o privado, según la
norma que deba actuarse, siendo además potestativo, dado que tiende a la producción de
un efecto jurídico a favor de un sujeto (demandante) y con cargo a otro (demandado) sin
que este pueda hacer algo para evitarlo, y además con la intervención de un tercero (juez).
Entiéndase a los derechos potestativos como poderes a través de los cuales su titular puede
influir sobre situaciones jurídicas mediante una actividad unilateral propia. Una crítica a la
definición esbozada por Chiovenda se centra en que si el derecho de acción al estar dirigido
al adversario y al ser potestativo, el demandado no puede ni debe hacer nada contra él, por
lo que no podría ejercer su derecho de defensa; "así, cuando Chiovenda se refiere a la
condición para la actuación de la ley, le esta dando al derecho de acción un carácter
concreto, es decir, solo podrá ejercerla aquella persona que tiene razón; por lo que es
relativamente fácil discrepar del profesor boloñes ahora cuando la calidad de abstracto
del derecho de acción se encuentra más o menos asentada en la doctrina".[10]
Por su parte Calamandrei, prosélito de la doctrina de Chiovenda define a la acción como el
derecho común a todos de pedir justicia, concibiéndolo como un derecho constitucional de
carácter abstracto.
Con Carnelutti surge la concepción contemporánea del derecho de acción,
conceptualizándolo como uno de carácter abstracto, autónomo y subjetivo; no obstante, se
mantuvo la polémica en torno a su carácter público o privado, es decir, si su sujeto pasivo
era el Estado o el adversario del accionante.
Para el maestro uruguayo Eduardo Couture el derecho de acción es una expresión o
subespecie del derecho de petición, al que considera como un derecho genérico, universal,
presente en todas las constituciones, es el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho
de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles la satisfacción de una pretensión,
inherente a todo sujeto de derecho, además de ser público, por cuanto en la efectividad del
ejercicio de éste derecho está interesada la comunidad.
A manera de síntesis podemos afirmar que el derecho de acción es de naturaleza
constitucional, inherente a todo sujeto de derechos por el sólo hecho de serlo, y que lo
faculta a exigir al Estado tutela jurisdiccional efectiva para un caso concreto. "Se habla
entonces de un poder jurídico que tiene todo individuo como tal, y en nombre del cual le es
posible acudir ante los jueces en demanda de amparo a su pretensión; el hecho de que ésta
pretensión sea fundada o infundada no afecta la naturaleza del poder jurídico de
accionar, pueden promover sus acciones en justicia aquellos que erróneamente se
consideran asistidos de razón".[11]
Son caracteres propios de éste derecho el ser público, subjetivo, abstracto y autónomo. Se
dice que es de carácter público, ya que el receptor o el obligado es el Estado, quien soporta
el deber de satisfacerlo dado que su ejercicio se traduce en la exigencia de tutela
jurisdiccional efectiva para un caso concreto. Es subjetivo, porque al ser un derecho
fundamental se encuentra en todo sujeto de derechos por la sola razón de serlo. Su carácter
abstracto radica en que no requiere de un derecho material para que lo impulse, es decir se
prescinde de la existencia del derecho sustancial, pues basta con que el Estado garantice el
acceso a los órganos de justicia. Por otro lado, la autonomía del derecho de acción radica en
las teorías explicativas (autonomía dogmática) y normas reguladoras sobre su ejercicio
(autonomía normativa).
La tutela jurisdiccional efectiva se materializa también en un proceso a través del derecho
de contradicción, este al igual que el derecho de acción, participa de las mismas
características, es decir, es un derecho público, autónomo, subjetivo y abstracto, y por ende
de naturaleza constitucional que permite a todo sujeto de derechos emplazado exigir al
Estado le preste tutela jurisdiccional.
Aún cuando ambos derechos presentan las mismas características, existe una diferencia que
los distingue, la cual radica en la libertad de su ejercicio, mientras que la acción es posible
ejercerla casi cuando uno quiera, ésta libertad está ausente cuando se ejerce el derecho de
contradicción, pues sólo podrá hacerse efectivo el ejercicio de éste derecho una vez
instaurado un proceso.
Otra diferencia entre los derechos de acción y contradicción reside en el interés para obrar,
que "es una condición de la acción que consiste en el estado de necesidad de tutela jurídica
en la que se encuentra un sujeto de derechos, cuando no tiene otra alternativa para
satisfacer su pretensión material que no sea el ejercicio de su derecho de acción. En tal
virtud el interés para obrar (…) debe ser invocado por el demandante, de lo contrario no
será posible que posteriormente se expida un pronunciamiento válido sobre el fondo, sin
embargo, bien puede carecer éste de aquél. No obstante, es imposible concebir la idea de
un demandado sin interés para contradecir, porque éste es consustancial a su calidad de
emplazado".[12]
La importancia del derecho de contradicción se halla en dos aspectos: primero, en la
necesidad de que el demandado sea notificado válidamente de todo lo que ocurre en el
proceso; segundo, en la necesidad de que el emplazado tenga el derecho de presentar
alegatos y medios probatorios que sustenten su posición. Por ende, una vez iniciado el
proceso y ejercitado el derecho de contradicción por el demandado genera otro derecho aún
más amplio, se trata del derecho de defensa.
Éste derecho que surge como consecuencia del ejercicio del derecho de contradicción no
sólo garantiza al demandado poder ser oído, poder probar, poder impugnar, sino a todos los
partícipes del proceso, incluyéndose al demandante. "La vigencia del derecho a la defensa
asegura a las partes la posibilidad de sostener argumentalmente sus respectivas
pretensiones y rebatir los fundamentos que la parte contraria haya podido formular en
apoyo de las suyas".[13] Es así que se justifica la naturaleza constitucional de éste derecho.

II.2.- HACIA UNA DEFINICIÓN DE DEBIDO PROCESO


Es también importante recalcar que el debido proceso tienes varias denominaciones, "las
cuales no necesariamente ostentan un contenido unívoco. Se le ha llamado: Forma de
proceso, Forma de Proceso y sentencia legal, Derecho de Audiencia en Juicio, Due Process
of law, Derecho a la tutela efectiva".[16]
En cuanto a la conceptualización del debido proceso, para Eduardo Oteiza, el derecho que
se comenta "invita a repensar los desafíos del Derecho Procesal en términos de desarrollo
de las ideas que han dado cuerpo a la actual legislación procesal y el resultado concreto
del ejercicio de los derechos que dicho sistema normativo posibilita ante la administración
de justicia. El debido proceso no es un concepto estático con un significado fijo, por el
contrario su alcance ha evolucionado a través del tiempo y continúa evolucionando".[17]
Jesús María Sanguino Sánchez refiere que "la garantía de un debido proceso constituye,
por ende una seguridad, una tutela, una protección para quien se vincula o tiene la
posibilidad de vincularse a un proceso"[18]; es por eso que el Estado a fin de preservar la
tutela jurídica de un debido proceso debe consagrar en sus normas fundamentales los
principios generales que regulan los diferentes procesos, las funciones jurisdiccionales y la
permanencia de la administración de justicia.
Por su parte, Luis Reneé expresa que el debido proceso significa que:
 a) "Ningún justiciable puede ser privado de un derecho sin que se cumpla un
procedimiento regular fijado por ley;
 b) Ese procedimiento no puede ser cualquiera, sino que tiene que ser el debido;
 c) Para que sea el debido tiene que dar suficiente oportunidad al justiciable de
participar con utilidad en el proceso;
 d) Esa oportunidad requiere tener noticia fehaciente (o conocimiento) del proceso
y de cada uno de sus actos y etapas, poder ofrecer y producir prueba, gozar de
audiencia (ser oído)".[19]
Es importante la opinión de Roland Arazi, quien considera que, "el debido proceso se
integra con tres principios procesales de jerarquía constitucional: igualdad ante la ley,
congruencia y bilateralidad".[20] Un debido proceso "supone, que el justiciable haya
tenido y podido acceder a un proceso justo y razonable, en donde haya también tenido
posibilidad cierta de ejercer un derecho de defensa razonable dentro del Principio de
Bilateralidad y en un esquema contradictorio, y al mismo tiempo con un trámite
predeterminado en la legislación. Y que todo ello de lugar a una motivada y razonable
resolución que sea coherente con lo que se pretende sancionar, y que guarde la
proporcionalidad de los hechos que describe".[21]
Al margen de las diversas definiciones que se puedan dar, la mayoría de tratadistas que se
han avocado al desarrollo de éste tema coinciden en considerar al debido proceso como un
derecho fundamental que se funda en la dignidad de la persona, constituido por
determinadas condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de
aquéllos cuyos derechos u obligaciones vienen siendo ventilados en un proceso.
Para el Tribunal Constitucional, el debido proceso es un derecho que: "comprende una
serie de derechos fundamentales de orden procesal, cada uno de los cuales cuenta con un
contenido constitucionalmente protegido que le es propio"[22]; "su contenido
constitucionalmente protegido comprende una serie de garantías, formales y materiales,
de muy distinta naturaleza, que en conjunto garantizan que el procedimiento o proceso en
el cual se encuentre inmerso una persona, se realice y concluya con el necesario respeto y
protección de todos los derechos que en él puedan encontrarse comprendidos".[23] Es por
eso que con justa razón se afirma que nos encontramos ante un conjunto de derechos
esenciales a la persona humana, los que a su vez han configurado una suerte de mega
derecho o derecho continente que contemporáneamente ha recibido el nomen iuris de
debido proceso legal.

II.4.- EL CONTENIDO DEL DEBIDO PROCESO


En cuanto al contenido del debido proceso, y teniendo en cuenta lo expresado en líneas
anteriores en el sentido de que es considerado como un mega derecho o derecho continente,
este está constituido por lo siguientes derechos: derecho al juez ordinario, derecho a la
asistencia de letrado, derecho a ser informado de la acusación formulada, derecho a un
proceso público sin dilaciones indebidas, derecho a utilizar los medios de prueba
pertinentes para su defensa, derecho a no declarar contra sí mismos y a no confesarse
culpables, derecho a la presunción de inocencia.

Paralelo entre la tutela jurisdiccional efectiva y el debido


proceso
Culminado el análisis tanto de la tutela jurisdiccional efectiva como del debido proceso, nos
corresponde exponer las posiciones de la doctrina y de nuestra jurisprudencia nacional en
cuanto a las diferencias que existen entre ambas instituciones jurídicas.
Un sector de la doctrina estima que ambos derechos son equivalentes o idénticos; empero,
otros consideran que entre la tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso existe una
relación de género a especie, siendo el primero (tutela jurisdiccional efectiva) la
abstracción, mientras que el debido proceso vendría a ser la manifestación concreta del
primero, es decir ubican el derecho al debido proceso dentro de la tutela jurisdiccional
efectiva. No obstante ello, hay quienes consideran que será la hermenéutica judicial la que
determine el alcance de los mencionados derechos.
En la Sentencia Constitucional emitida en el Expediente N° 8123-2005-PHC/TC, nuestro
Supremo Tribunal ha establecido lo siguiente: "(…) la tutela judicial efectiva como marco
objetivo y el debido proceso como expresión subjetiva y específica, ambos previstos en el
artículo 139, inciso 3, de la Constitución Política del Perú. Mientras que la tutela judicial
efectiva supone tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia como la eficacia de lo
decidido en la sentencia, es decir, una concepción garantista y tutelar que encierra todo lo
concerniente al derecho de acción frente al poder-deber de la jurisdicción, el derecho al
debido proceso, en cambio, significa la observancia de los derechos fundamentales
esenciales del procesado, principios y reglas esenciales exigibles dentro del proceso como
instrumento de tutela de los derechos subjetivos." Para la doctrina española la tutela
jurisdiccional efectiva está contenida en el debido proceso, en cuanto a la jurisprudencia
existen dos tendencias: "la primera que considera al debido proceso como aquella
garantía integrada por los elementos del Art. 24.2 C.E., que es uno de los elementos de la
tutela judicial efectiva, y la segunda que el concepto de debido proceso como sinónimo de
tutela judicial sin indefensión, una forma más de referirse al derecho a la jurisdicción".
[28] Sin embargo, hay quienes consideran que ambas posiciones adoptadas por la
jurisprudencia ibérica no es adecuada, ya que se trata de derechos distintos, con orígenes y
ámbitos de aplicación diferenciados; como mencionamos anteriormente, la tutela
jurisdiccional efectiva tiene su génesis en la Europa Continental luego de culminada la
Segunda Guerra Mundial, mientras que el debido proceso surge del derecho anglosajón con
la Carta Magna de 1215; en cuanto a su ámbito de aplicación, la tutela jurisdiccional efectiva
opera en los procesos de jurisdicción, por el contrario, el debido proceso es aplicable no sólo
al proceso judicial sino a los procedimientos administrativos, arbitrales, militares y
particulares.
Finalmente es válido concluir que tanto la tutela jurisdiccional efectiva como el debido
proceso son derechos fundamentales, inherentes a la dignidad humana y que representan el
valor supremo que justifica la existencia del Estado y sus objetivos, constituyendo el
fundamento esencial de todos los derechos que con calidad de fundamentales habilita el
ordenamiento, sin el cual el Estado adolecería de legitimidad y los derechos carecerían de
un adecuado soporte direccional.

VIII.- JURISPRUDENCIA:
EXP. Nº. 0806-2006-PA/TC

LIMA

PALMER PASTOR

VELÁSQUEZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 13 días del mes de marzo de 2006, el Tribunal Constitucional, en


sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados García Toma,
presidente; Gonzales Ojeda, vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Palmer Pastor Velásquez
contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
de Justicia de la República, de fojas 34 del segundo cuaderno, su fecha 26 de mayo de
2005, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.

§3. Reformatio in peius y reparación civil

4.    El artículo 4º del Código Procesal Constitucional establece que: “El amparo procede
respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela
procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso.” Este
artículo, a su vez, enuncia una serie de derechos que forman parte del contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la tutela procesal. Se trata de un
conjunto de derechos enunciados; es decir, que en ellos no se agotan todas las
exigencias que se derivan del derecho a la tutela procesal efectiva y, en ese sentido,
bien puede decirse que no se trata de una disposición númerus clausus de derechos
fundamentales de orden procesal.

5.    Uno de esos derechos implícitos a la tutela procesal efectiva es la prohibición de la


reformatio in peius. En efecto, en reiterada jurisprudencia este Tribunal ha señalado
que

“[l] a interdicción de la reformatio in peius o ‘reforma


peyorativa de la pena’, es una garantía del debido proceso
implícita en nuestro texto constitucional, la cual se relaciona
con los derechos de defensa y de interponer recursos
impugnatorios. De acuerdo con dicha garantía, el órgano
jurisdiccional que conoce de un proceso en segunda instancia
no puede empeorar la situación del recurrente en caso de que
sólo éste hubiese recurrido la resolución emitida en primera
instancia.” (Cf. últimamente, Fund. Jur. Núm. 3, STC N.° 0553-
2005-HC/TC).

La prohibición de la reformatio en peius se encontraba prevista en el artículo 300º


del Código de Procedimientos Penales –modificado por la Ley N.º 27454–, al
establecer que
"Si el recurso de nulidad es interpuesto por uno o varios
sentenciados, la Corte Suprema sólo puede confirmar o reducir
la pena impuesta y pronunciarse sobre el asunto materia de
impugnación”.
Sin embargo, dicho artículo no hacía alusión explícita a si el ámbito de protección de
la reformatio in peius se extendía (o no) a la reparación civil o, por el contrario, sólo
se circunscribía a lo concerniente a las penas. Pues bien, independientemente de que
el contenido constitucionalmente declarado de un derecho fundamental no dependa
de lo que el legislador pueda establecer, sino de lo que se infiera del programa
normativo constitucionalmente garantizado, es claro que, con posterioridad,
legislativamente se ha explicitado algo que era implícito en el ámbito normativo del
derecho en referencia. En efecto, el Decreto Legislativo Nº. 959, que modifica, en su
artículo 1º, al artículo 300º del Código de Procedimientos Penales, establece en su
inciso 4), respecto a la garantía de reformatio in peius, que

“Si el recurso de nulidad se refiere a la reparación civil, la Corte


Suprema en todos los casos sólo podrá decidir en los estrictos
ámbitos de la pretensión impugnatoria”.

Estableciendo su inciso 6) que:

“Los criterios establecidos en los numerales precedentes serán


de aplicación a los recursos de apelación interpuestos en el
proceso sumario previsto en el Decreto Legislativo N.º 124 y en
todos los demás procedimientos establecidos por la ley”.

6.    En suma, la cuestión de si la prohibición de la reformatio in peius comprende o no a


la reparación civil, debe ser resuelta positivamente. La prohibición de reforma en
peor, cuando la impugnación sólo ha sido efectuada por algunas de las partes –como
en este caso, en el que el recurso lo planteó sólo el recurrente–, impide que el órgano
jurisdiccional de alzada pueda aumentar el monto de la reparación civil. Por tanto, en
la medida que se ha acreditado que el órgano jurisdiccional emplazado aumentó el
monto de la reparación civil de 5,000 Nuevos Soles a 5,500 Nuevos Soles, el
Tribunal Constitucional considera que se ha lesionado el derecho fundamental
alegado, debiendo estimarse la pretensión en aplicación del artículo 4º del Código
Procesal Constitucional.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1.    Declarar FUNDADA, en parte, la demanda de amparo y, en consecuencia, nula la


resolución de fecha 27 de febrero de 2003, expedida por la Sala Mixta de la Corte
Superior de Justicia de Madre de Dios, en el extremo de la reparación civil.

2.    Declarar IMPROCEDENTE la demanda en lo demás que contiene.

Publíquese y notifíquese.

SS.

GARCÍA TOMA
GONZALES OJEDA
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO

IX.- MEDIOS PROBATORIOS:


A.- DOCUMENTALES:
1.- Copia Simple del Acta de Registro de Audiencia de Terminación Anticipada y
Sentencia Nº 04 de fecha 19.04.2011.
2.- Copia Simple de la Sentencia Nº 06-P, expedida por los demandados.

XI.- ANEXOS:
1-A. Copia Simple del Acta de Registro de Audiencia de Terminación Anticipada y
Sentencia Nº 04 de fecha 19.04.2011.
1-B. Copia Simple de la Sentencia Nº 06-P, expedida por los demandados.

OTRO SÍ DIGO.- OFRECE COMO MEDIO PROBATORIO EL EXPEDIENTE N°: 01-2011,


TRAMITADO ANTE EL 2° JUZGADO DE INVESTIGACIÓN PREPARATORIA DE CHOTA,
REFERENTE AL PROCESO DE TERMINACION ANTICIPADA; solicitando, para tal efecto,
que se oficie al Señor Juez de dicho Juzgado de Garantías, a fin de que remita el
expediente para mejor resolver.

POR LO EXPUESTO:
Solicito, a Ud., Señor Juez, se sirva admitir a trámite el
presente Proceso de Hábeas Corpus, tramitarla conforme a su naturaleza y en su
oportunidad declararla Fundada.
Chota, Julio de 2011.

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