BIOCONCTRUCCION

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MAQUINARIA Y EQUIPAMIENTO.

BIOCONCTRUCCION:

Pese a su influencia en el desarrollo de las ciudades, la bioconstrucción de los edificios no ha


sido una prioridad hasta hace poco. La atención ha estado concentrada en propiedades como
el ahorro energético, el aislamiento de temperaturas y, en menor medida, la durabilidad de las
construcciones. Hoy, entendido el mensaje de que todo suma para frenar el cambio climático,
empezamos a valorar los materiales de construcción, buscando que sean lo más ecológicos
posible, y el entorno en el que construimos.

BIOCONSTRUCCIÓN Y ARQUITECTURA SOSTENIBLE

La bioconstrucción se entiende como una forma de construcción respetuosa con los seres
vivos y el medio ambiente. Además, es un tipo de estilo arquitectónico sostenible cuyo fin es
lograr la integración del edificio con su entorno, minimizando el impacto sobre éste.

Para llevar a cabo este tipo de construcción es necesario conocer por completo el entorno
natural y cultural en el que se construirá el edificio. Sólo de esta forma será posible conseguir
una adaptación al paisaje, a la sociedad y a las costumbres locales.

La bioconstrucción no es nueva como concepto. La construcción tradicional, anterior a la


proliferación del hormigón, el hierro y el acero, se hacía de forma artesanal con tierra, piedra o
madera. Eran cobijo suficiente para sus inquilinos y, de hecho, muchas de estas construcciones
las podemos ver en la actualidad en aldeas y pueblos, algunas de ellas en buenas condiciones.

Los términos de construcción sostenible y bioconstrucción, así como el de arquitectura


bioclimática, se pueden confundir con facilidad. De hecho, se pueden utilizar de manera
indistinta para referirse a obras de ingeniería amigables con el medio ambiente. Las
diferencias, sin embargo, son sutiles, pero concretas:
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La construcción sostenible se definió en 1994 por el Conseil International du Batiment (CIB). En


dicha definición se establece que se trata de “crear y operar una construcción con un ambiente
saludable, basado en el diseño ecológico y eficiente en el uso de los recursos naturales”.

La bioconstrucción aplica muchos, o gran parte, de los conceptos de la construcción sostenible,


pero permite la evaluación de los esfuerzos y los impactos de una edificación en el medio
ambiente y el entorno inmediato.

Por tanto, cuando hablamos de construcción sostenible hacemos énfasis en el destino final de
la construcción considerando los elementos desde la concepción del proyecto. Si hablamos de
bioconstrucción, nos referimos a una construcción que:

Da una respuesta práctica y ética a las cuestiones medioambientales, así como al impacto
humano en el consumo de los recursos naturales.

Busca el menor impacto ambiental maximizando la viabilidad del proyecto financiero de la


construcción.

Se centra en minimizar los posibles impactos del edificio en la salud y calidad de vida de sus
ocupantes durante su uso y operación.
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BASES Y FUNDAMENTOS DE LA BIOCONSTRUCCIÓN

Como hemos dicho, la bioconstrucción comparte muchos de sus fundamentos con la


construcción ecológica o sostenible, pero va más allá. Al tener en cuenta no sólo los materiales
y técnicas de construcción más amigables con el medio ambiente, sino también el impacto con
el entorno natural y la propia salud y bienestar de los ocupantes, han de tenerse en
consideración los siguientes puntos:

La gestión del suelo, es decir, acciones que impliquen el control sobre la utilización del suelo.

La gestión del agua, poniendo el foco en la preservación de los recursos hídricos.

La gestión del aire, poniendo especial énfasis en la selección de materiales que eviten o
minimicen la emisión de compuestos orgánicos volátiles, así como en la instalación de sistemas
de ventilación adecuados.

La gestión de la energía, es decir, construir edificaciones con la máxima eficiencia energética.

El consumo y desarrollo locales, buscando optimizar los recursos al alcance sin agotar o
afectar al medio ambiente, reciclando y reutilizando.

La bioconstrucción se cimenta en una serie de bases y principios fundamentales que dirigen su


actividad y consiguen el resultado buscado. Estos principios fundamentales son:

La búsqueda de la ubicación adecuada

Una de las principales claves de la bioconstrucción es encontrar una ubicación alejada de


cualquier ecosistema que pueda verse afectado por la edificación, pero que, además, no
afecten a los ocupantes de la futura vivienda.

Además, han de evitarse construcciones sobre fallas geológicas conocidas, corrientes de agua
u otros elementos del telurismo.

Estudio de la integración con el entorno

Cuando se afronta un proyecto de bioconstrucción, hay que pensar en la inclusión, y no en la


ocupación. Por este motivo, se tienen en cuenta aspectos como la morfología del terreno, las
construcciones próximas al lugar, los estilos arquitectónicos tradicionales de la zona (lo que
enlaza con la protección del entorno cultural), y también la vegetación propia de la zona.

Diseño personalizado

La vivienda debe adaptarse por completo al estilo de vida y necesidades de sus ocupantes, de
manera que estos puedan desarrollar su forma de vida de la manera más natural posible.
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Distribución de espacios y orientación

En un proyecto de bioconstrucción se atiende a la distribución de los diferentes servicios


teniendo presentes consideraciones bioclimáticas, de ahorro energético y funcionales. Por ello,
la búsqueda de la mejor orientación es fundamental, así como todas las actuaciones de
aislamiento térmico y de aprovechamiento lumínico.

Otro ejemplo significativo lo tenemos en la ubicación de los lugares de descanso, para los
cuales se pondrá especial atención para que, en su vertical, no discurran conducciones de agua
que perturben el descanso de las personas.

Atender a la distribución y la orientación es, sin duda, uno de los puntos clave más importantes
de la bioconstrucción.

Empleo de los materiales adecuados

Los materiales son otra de las claves de la bioconstrucción. Por principios, estos deben
provenir de la zona (producción local) y ser materias primas poco elaboradas que estén
exentas de elementos como asbesto, poliuretano, cloro o PVC.

Existen gran cantidad de materiales de construcción saludables e higroscópicos que permiten a


la vivienda “respirar”, es decir, que sean factibles los intercambios de humedad entre la
construcción y la atmósfera. Eligiendo y utilizando este tipo de materiales y que, a su vez, sean
biocompatibles, estaremos contribuyendo a una construcción mejor integrada con el entorno.

Optimización de recursos naturales

El aprovechamiento de los recursos naturales en la vivienda permite la eficiencia energética y,


además, un considerable ahorro. Hablamos del uso de la luz solar como fuente de luz y de
calor, incluyendo la generación de energía eléctrica mediante paneles fotovoltaicos; al
tratamiento del agua desde su captación, acumulación, uso, depuración, reutilización y al
retorno de esta al medio natural; o al aprovechamiento del viento, con lo que se pueden
adoptar sistemas de climatización que aprovechen la presión diferencial para la ventilación o el
refrescamiento en las épocas calurosas.

Sistemas y equipos para el ahorro

A partir de una ubicación que permita el aprovechamiento de los recursos naturales y de la


climatología local se pueden diseñar e instalar diferentes sistemas que permitan ahorrar
energía, como los sistemas de captación solar pasiva, las galerías de ventilación controlada o
sistemas vegetales reguladores de la temperatura y la humedad.
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Las soluciones en este aspecto son muy numerosas y permiten conseguir viviendas muy
integradas con el entorno en cualquier localización y con cualquier climatología.

Incorporación de sistemas y equipos de producción limpia

A partir de lo expuesto, queda claro que la bioconstrucción permite la utilización,


aprovechamiento y generación de las energías limpias, como la geotérmica, biomasa, solar
fotovoltaica, hidráulica o eólica, dependiendo de la disponibilidad local de dichas energías en
cualquiera de sus formas, y siempre que su impacto en el entorno sea mínimo.

Programa de recuperación de residuos y depuración de vertidos

Como no podría ser de otra manera, la gestión de los residuos debe estar presente desde el
inicio de cualquier proyecto de bioconstrucción. Por ese motivo, se debe tener en cuenta la
separación de los residuos en origen y, si fuese posible, disponer de un programa de reciclado
y reutilización de los sólidos (por ejemplo, mediante el compostaje de los orgánicos). La
depuración de las aguas residuales también es fundamental, de manera que se puedan
reutilizar para, por ejemplo, el riego.

LOS EDIFICIOS VERDES

Los edificios verdes son construcciones sostenibles que benefician a la sociedad al minimizar el
consumo de energía y agua, y resultan una de las principales herramientas del desarrollo
urbano sostenible para luchar contra el cambio climático. Además, por su construcción y
equipamiento, este tipo de edificios puede llegar a mejorar la calidad de vida en su entorno
inmediato.

Un ejemplo de este tipo de construcción sostenible lo tenemos en nuestra Torre Iberdrola,


sede social del grupo. Se trata de una estructura de cristal de 165 metros de altura que se ha
convertido en todo un icono financiero y empresarial de Bilbao, además de ser el rascacielos
más alto de Euskadi.

Obra del arquitecto César Pelli, es un referente en diseño sostenible y eficiencia energética.
Además, su distribución interna potencia el trabajo en equipo, la transferencia del
conocimiento y el aprendizaje organizativo en un espacio respetuoso con el medio ambiente.
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