Este documento presenta una revisión de los métodos para la evaluación psicológica de adultos mayores, incluyendo pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental y pruebas neuropsicológicas. Destaca la importancia de considerar factores médicos y psicosociales que pueden afectar la salud mental de los adultos mayores, como enfermedades crónicas, dolor, soledad y pérdida. Concluye que la evaluación psicológica de adultos mayores requiere un enfoque biopsicosocial que
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
10 vistas8 páginas
Este documento presenta una revisión de los métodos para la evaluación psicológica de adultos mayores, incluyendo pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental y pruebas neuropsicológicas. Destaca la importancia de considerar factores médicos y psicosociales que pueden afectar la salud mental de los adultos mayores, como enfermedades crónicas, dolor, soledad y pérdida. Concluye que la evaluación psicológica de adultos mayores requiere un enfoque biopsicosocial que
Este documento presenta una revisión de los métodos para la evaluación psicológica de adultos mayores, incluyendo pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental y pruebas neuropsicológicas. Destaca la importancia de considerar factores médicos y psicosociales que pueden afectar la salud mental de los adultos mayores, como enfermedades crónicas, dolor, soledad y pérdida. Concluye que la evaluación psicológica de adultos mayores requiere un enfoque biopsicosocial que
Este documento presenta una revisión de los métodos para la evaluación psicológica de adultos mayores, incluyendo pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental y pruebas neuropsicológicas. Destaca la importancia de considerar factores médicos y psicosociales que pueden afectar la salud mental de los adultos mayores, como enfermedades crónicas, dolor, soledad y pérdida. Concluye que la evaluación psicológica de adultos mayores requiere un enfoque biopsicosocial que
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
SAN JOAQUÍN DE TURMERO - ESTADO ARAGUA
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA DEL ADULTO MAYOR.
Diagnóstico de patologías y potencialidades de comorbilidad.
Tutor: Henry Guillen Autor(a): Oriana Manzanilla
16/06/2023 Introducción
Existen múltiples factores de riesgo para los trastornos de salud mental
en cualquier momento de la vida. Las personas mayores pueden experimentar factores estresantes comunes, pero también que otros son más comunes en la vejez, como la perdida de seres queridos o disminución de la capacidad funcional. Por ejemplo, los adultos mayores pueden experimentar movilidad reducida, dolor crónico, fragilidad u otros problemas de salud, por lo que requieren algún tipo de atención a largo plazo. Además, es más probable que las personas mayores experimenten eventos como el duelo o una caída en el nivel socioeconómico con la jubilación. Todos estos factores estresantes pueden provocar aislamiento, soledad o angustia psicológica en las personas mayores, por lo que pueden requerir atención a largo plazo.
Para brindar una atención óptima, el enfoque de la evaluación y el
diagnóstico psicológico en adultos mayores requiere una atención especial a varios aspectos. Existen importantes cambios biológicos, psicológicos y sociales asociados con el propio envejecimiento y la asociación de estos factores para el desarrollo de patologías en esta etapa de la vida. A continuación, se plantearán los distintos métodos para la evaluación del adulto mayor, así como los factores que debemos tomar en cuenta a la hora de tratar con un paciente en esta etapa.
A medida que nuestra sociedad envejece existen cambios en
el desempeño cognitivo, de ahí que los adultos mayores sin enfermedad específica presentan con frecuencia alteraciones neurológicas que se presentan mayormente en las áreas de atención, memoria, lenguaje, habilidad visuo-espacial y en la inteligencia. (Robalino, 2012)
Los trastornos cognitivos suelen ser más frecuentes a medida que
aumenta la edad, y la competencia para evaluar la cognición es una habilidad esencial para los psicólogos especializados en la psicogerontología. Esto abarca el uso de evaluaciones de detección cognitiva, detección temprana y educación sobre demencias, tratamiento de trastornos comórbidos que se hacen pasar por demencia, atención al sistema familiar y problemas del cuidador, remisión y colaboración con otros profesionales, como neurólogos y neuropsicólogos, y brindar tranquilidad cuando los cambios son el resultado del envejecimiento normal.
La evaluación cognitiva estandarizada más ampliamente reconocida
utilizada en entornos clínicos es el Mini-Examen del estado mental de Folstein (MMSE). El Mini-Mental es un instrumento práctico de screening o rastreo de alteraciones cognitivas. Según Vázquez (2016), el Mini- Mental tiene un uso generalizado que permite la comparación entre diferentes grupos. Se trata de un método muy utilizado ya que se puede administrar en 5–10 minutos. El MMSE es útil principalmente como herramienta de detección, aunque también se puede utilizar como indicador indirecto de la progresión de la enfermedad en personas con demencia.
Se han desarrollado otras pruebas cognitivas de detección para
abordar las posibles limitaciones del MMSE. La prueba Mini-Cog, que utiliza solo el registro y la recuperación de tres elementos separados por la prueba del dibujo del reloj, es un poco más rápida de administrar que la MMSE y es útil en ciertos entornos, como atención primaria y sala de emergencias, y parece tener sensibilidad y especificidad para la demencia similar a la del MMSE. Otros ejemplos incluyen el examen de Estado Mental de la Universidad de Saint Louis y la Evaluación Cognitiva de Montreal, que tienen una evaluación más extensa de la memoria y la función ejecutiva que el MMSE.
El estándar la evaluación cognitiva son las pruebas neuropsicológicas
formales, normalmente realizadas por un especialista en neuropsicología. La derivación para pruebas neuropsicológicas puede ser particularmente útil si el diagnóstico es incierto (p. ej., enfermedad de Alzheimer temprana versus demencia por depresión), ya que varias formas de demencia exhiben perfiles algo distintos de fortalezas y deficiencias relativas al principio del curso de la enfermedad. En etapas de moderadas a graves, la mayoría de las formas de demencia finalmente causan un deterioro difuso e inespecífico en múltiples dominios cognitivos. También se debe tener en cuenta que los síntomas más preocupantes de la demencia son a menudo los cambios psicológicos y de comportamiento que los acompañan, que afectan hasta al 80% de las personas con demencia a lo largo del curso de la enfermedad y que con frecuencia aumentan la carga del cuidador y la probabilidad de institucionalización del paciente. La evaluación de los síntomas depresivos, la psicosis, los trastornos del sueño y la agitación es una parte crucial de la evaluación de los trastornos cognitivos en los adultos mayores.
Cuando se producen déficits cognitivos como en la demencia
cualquiera de las funciones cerebrales puede verse afectada. Destaca el impacto que tiene la demencia en la memoria, el lenguaje, la atención, control o inhibición de conducta, las praxias y las funciones ejecutivas o capacidad de resolución de problemas. (Rigola, 2018) Dada la prevalencia del delirio y las patologías psicológicas debido a una condición médica en la vejez, es importante que el psicólogo tenga en cuenta los diagnósticos y el historial del paciente, ya que estos pueden apoyar o relacionarse a la situación a tratar. Según Medline (2019) el deterioro cognitivo es más común en personas mayores, y puede ser causado por muchas afecciones médicas y mentales. Algunas de estas afecciones pueden ser tratables, como infecciones urinarias, depresión y efectos secundarios de los medicamentos. Obtener una comprensión completa del curso temporal de los síntomas psicológicos puede ser una de las mejores pistas sobre si el delirio o una afección médica están implicados en la etiología. Algunos casos pueden ser evidentes (p. ej., confusión y alucinaciones que acompañan a 2 días de fiebre y tos asociada con neumonía), pero muchos requieren un mayor nivel de vigilancia (p. ej., depresión asociada con hipercalcemia debido a un adenoma paratiroideo oculto). También puede haber relaciones recíprocas complejas entre las condiciones médicas y los síntomas psicológicos (p. ej., la interacción entre la ansiedad y la disnea en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
La naturaleza y el patrón de los síntomas psicológicos también pueden
dar pistas sobre si pueden deberse a una enfermedad médica. Por ejemplo, las alucinaciones visuales, olfativas o táctiles aumentan la sospecha de causas médicas. El despertar temprano en la mañana es un síntoma clásico de depresión melancólica, mientras que los despertares nocturnos repetidos a menudo ocurren con nicturia debido a hipertrofia prostática benigna, dolor persistente o reflujo gastroesofágico severo.
La mayoría de los trastornos psicológicos se manifiestan mucho antes
de la vejez, de modo que el primer episodio de una enfermedad después de los 40 años aumenta significativamente la sospecha de un problema médico subyacente. Al igual que en la historia de la enfermedad actual, se debe evaluar si los síntomas o episodios previos podrían haber estado relacionados con una enfermedad médica.
Aunque a menudo se pasa por alto en los adultos mayores, el abuso de
sustancias, en particular el alcohol y el abuso de medicamentos recetados, es un contribuyente potencial importante a los problemas médicos y psicológicos. Por lo tanto, se debe evaluar si la intoxicación por sustancias, la abstinencia (especialmente después de la operación), el abuso o la dependencia podrían estar contribuyendo a los síntomas psicológicos que presenta un adulto mayor.
Algunos de los trastornos más relevantes a investigar, por su
contribución a los síntomas neuropsiquiátricos y/o su alta comorbilidad con enfermedades psicológicas, incluyen trastornos endocrinos (p. ej., hipo/hipertiroidismo, hipo/hiperparatiroidismo y diabetes mellitus), cardiovasculares (p. ej., enfermedad arterial coronaria y enfermedad cerebrovascular), y trastornos reumatológicos (p. ej., artritis reumatoide, osteoartritis y polimialgia reumática). Los trastornos de dolor persistente son bastante comunes en los adultos mayores, a menudo son comórbidos con la ansiedad y la depresión y pueden aumentar el riesgo de suicidio. Conclusión
La evaluación psicológica de los adultos mayores es a la vez
desafiante y gratificante. El nihilismo terapéutico que presenta una gran parte de la sociedad y la discriminación por edad puede afectar el entusiasmo que tienen algunos pacientes a la hora de buscar atención psicológica, pero la atención cuidadosa a los problemas resumidos brevemente en esta revisión puede ayudar a garantizar que tales experiencias clínicas sean gratificantes tanto para los pacientes mayores como para los psicólogos que los atienden. La evaluación psicológica de los adultos mayores debe recordar a los psicólogos por qué a menudo se hace atención a biopsicosocial en la psicología clínica. La comorbilidad médica requiere atención a los problemas clínicos que se superponen con otros campos de la medicina, los factores estresantes psicosociales únicos y el estigma de la enfermedad mental asociada con el envejecimiento requieren una atención cuidadosa a la relación humana entre el psicólogo y el paciente, y la importancia del apoyo social y la participación de la familia, piden un enfoque amplio y basado en sistemas para la atención psicológica de los adultos mayores. La integración de estos diversos componentes de evaluación y diagnóstico es crucial para la amplia variedad de psicólogos que se verán cada vez más llamados a atender a la población de adultos mayores en rápida expansión, donde cada vez la población será más receptiva a acudir a la ayuda que ofrece la psicología. Referencias
MedlinePlus. (2019). Pruebas cognitivas. Recuperado 16 de junio de
OMS. (2017). La salud mental y los adultos mayores. Recuperado 16
de junio de 2023 en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/la-salud-mental-y- los-adultos-mayores
Rigola, M. (2017). Trastornos cognitivos: qué son y cuáles son sus
tipos. Recuperado 16 de junio de 2023 en: https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-cognitivos
Robalino, J. (2012). Los trastornos cognitivos en adultos mayores.
Recuperado 16 de junio de 2023 en: https://www.institutoneurociencias.med.ec/blog/item/848-los-trastornos- cognitivos-en-adultos-mayores#:~:text=A%20medida%20que %20nuestra%20sociedad%20envejece%20existen %20cambios,memoria%2C%20lenguaje%2C%20habilidad%20visuo- espacial%20y%20en%20la%20inteligencia.
Vázquez, M. (2016). Mini-Mental. ¿Cómo realizar una valoración
cognitiva? Recuperado 16 de junio de 2023 en: https://blog.cognifit.com/es/mini-mental/
Psiquiatría De Adultos: Comprender Y Superar Los Trastornos Mentales Más Prevalentes En La Edad Adulta: La Mente Humana: Un Enfoque Integral de la Psiquiatría a lo Largo de la Vida
Psiquiatría Y Envejecimiento: Trastornos Mentales Y Desafíos Psiquiátricos En Los Ancianos: La Mente Humana: Un Enfoque Integral de la Psiquiatría a lo Largo de la Vida