1) El documento habla sobre la responsabilidad de los creyentes de compartir el evangelio con otros. 2) Dios cambia a las personas que tienen un encuentro con Él y no pueden guardar silencio sobre su experiencia. 3) La Biblia proporciona varios ejemplos de personas que compartieron públicamente cómo Dios las había transformado.
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1) El documento habla sobre la responsabilidad de los creyentes de compartir el evangelio con otros. 2) Dios cambia a las personas que tienen un encuentro con Él y no pueden guardar silencio sobre su experiencia. 3) La Biblia proporciona varios ejemplos de personas que compartieron públicamente cómo Dios las había transformado.
1) El documento habla sobre la responsabilidad de los creyentes de compartir el evangelio con otros. 2) Dios cambia a las personas que tienen un encuentro con Él y no pueden guardar silencio sobre su experiencia. 3) La Biblia proporciona varios ejemplos de personas que compartieron públicamente cómo Dios las había transformado.
1) El documento habla sobre la responsabilidad de los creyentes de compartir el evangelio con otros. 2) Dios cambia a las personas que tienen un encuentro con Él y no pueden guardar silencio sobre su experiencia. 3) La Biblia proporciona varios ejemplos de personas que compartieron públicamente cómo Dios las había transformado.
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LA RESPONSABILIDAD DE COMPARTIR EL EVANGELIO 1Cor.9:16
Introducción. Una de las grandes verdades de la biblia
es el hecho de que toda persona que tiene una experiencia con Dios se esfuerza en compartirla, en hacerla conocer a otros.
Un encuentro con Dios modifica bá sicamente las
estructuras del ser humano.
Nadie puede experimentar a Dios y seguir siendo el
mismo.
Quien oye a Dios, no puede guardar silencio;
Quien es objeto de la revelació n divina, no puede
seguir aferrado a los intereses y convicciones a los cuales estaba acostumbrado.
Los que Dios uso para escribir los distintos libros de la
biblia, por dejarse usar ellos: Cambiaron destinos, Hicieron historia, se convirtieron en profetas, poetas, teó logos y filó sofos, como resultado de una visitació n divina.
La experiencia mas extraordinaria que una persona
puede tener en la vida, es encontrarse con Dios, cuando uno se encuentra con Dios no puede guardar silencio. 2
Son muchos los ejemplos que se pueden citar de la
biblia que confirman que esto es cierto, entre ellos: Nabucodonosor. Después de haber sanado de locura proclamo por todo el imperio babiló nico las siéguenles palabras Dan.4:2,3 Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. 3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.
Otros casos es el endemoniado gadareno a quien
después de su liberació n quiso vivir una vida tranquila andando al lado del señ or, pero el señ or le dijo en Mar.5:19-20 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban. Nadie se hubiera maravillado, si el sanado hubiera guardado silencio.
Algo similar sucedió en Samaría después de haber
evangelizado el señ or a la mujer samaritana. Del testimonio de esta mujer Juan dice: Jua.4:28-30,39 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él….39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Nuevamente, si 3 la mujer hubiera guardado silencio, los samaritanos no hubieran conocido a Cristo.
La responsabilidad que todo creyente tiene de
compartir el Evangelio se deriva de varias razones que son bien específicas en la Palabra de Dios. Considerémoslas:
I. ES UNA ORDEN ABSOLUTO DEL SEÑOR
A. En el nuevo testamento hay cuatro versiones de lo
que se conoce como la gran comisió n; veá moslas: 1. La de mateo: Mat.28:18-20 2. La de marcos: Marc.15:15-16 3. La de Lucas: Luc.24:46,47 4. La de el libro de los hechos Hech.1:8
B. Se resume de la siguiente manera:
1. Los creyentes tienen el exigente salir: no deben esperar que los pecadores vengan a ellos; 2. Todo converso debe pasar por las aguas de bautismo, simbolizando su muerte al mundo, al pecado y al yo, dando a entender al mundo también, su resurrecció n a nueva vida en Cristo Jesú s; 3. La iglesia debe hacer de cada converso un discípulo, como lo fueron aquellos que anduvieron con el señ or durante su ministerio terrenal; 4 4. Los convertidos deben ser ensenados a guardar todas las cosas que Cristo ordeno y todo esto es posible ú nicamente cuando cada uno de los creyentes es investido con el poder del Espíritu Santo.
II. PORQUE EL MUNDO ESTÁ PERDIDO
A. Por toda la Biblia resuena como un conmovedor y
fatal veredicto de que todo mundo está bajo pecado. La historia nos da el relato trá gico de la maldad de la raza humana que requirió la intervenció n de Dios para remediar dicha situació n. No hay libro de la biblia que no diga algo de la condició n pecadora del ser humano. 1. Adá n y Eva desobedecieron a Dios; 2. Caín y mato a su hermano Abel; 3. Los hijos de Dios se mezclaron con las hijas del mundo; la humanidad se corrompió tanto, que Dios la tuvo que destruir por medio del diluvio, excepto a Noé y su familia; 4. Sodoma y Gomorra fueron calcinadas por cusa de su perversió n; 5. Las naciones que poblaban Canaá n fueron destruidas por causa de sus aberraciones morales; 6. El pueblo escogido, Israel, fue llevado en cautiverio por su rebelió n contra Dios; 5 7. Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, Roma, a pesar; estas naciones, de haber sido superpotencias se desplomaron estrepitosamente por sus vicios y provocaciones contra Dios.
B. Por todas las pá ginas de la biblia se escucha el
mismo verdecito: 1. Ecle.7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.; 2. Prov.20:9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado?; 3. Jer.17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?; 4. Rom.3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,; 5. Rom.3:10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura.
C. No hay uno solo individuo sobre la faz de la tierra
que pueda decir: 1. nunca he tenido malos pensamientos 2. nunca he sido egoísta; 3. nunca me he enojado; 4. nunca he deseado el mal para mi pró jimo; 6 5. nunca ha pasado por mi corazó n una idea lujuriosa; 6. siempre he dicho la verdad; 7. la arrogancia, la soberbia y el orgullos son ajenos a mi alma; 8. mi conciencia es limpia como la de un Á ngel. La incuestionable verdad es que todos por naturaleza somos malos, rebeldes, obstinados y egoístas; constantemente imponemos nuestra voluntad sobre la de Dios, por causa de la dureza de nuestro corazó n.
III. PORQUE AL MUNDO LE ESPERA EL
INEVITABLE JUICIO DE DIOS
A. Nadie que lea lo que la Biblia dice acerca del juicio
final, puede seguir siendo el mismo. Si hay algo que lo deja a uno preocupado, es lo que la biblia ensena acerca del juicio ante el gran juicio del trono blanco. Quien no se estremezca al oír lo que le espera a los inconversos es porque tiene el alma empedernida, o sencillamente nunca se ha convertido.
B. Varias de las pará bolas del señ or hablan del juicio
final con lenguaje conmovedor:
1. En una de ellas, la persona no preparada es
atada de manos y pies, y hachada fuera a la 7 oscuridad, done esta el crujir de dientes para siempre; 2. en otras, la puerta se cierra y les personas quedan fuera en las tinieblas de la noche. 3. En otra el discurso profético del señ or , habla que llegara el momento que se dirá a los que estén a su izquierda: Mat.25:41,46 Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. 4. En el dramá tico pasaje del juicio final ente el gran trono blanco, se leen las funestas palabras: Apoc.20:15 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. a. El sitio donde estará n los perdidos será el infierno; b. sus pobladores: Sataná s, los demonios, y todos los condenados; c. el ambiente será : fuego y azufre que arderá n sin consumirse d. El juicio de Dios será irremediable; e. su sentencia inevitable; f. su decisió n, irrevocable.
5. La palabra de Dios dice Apoc.20:10 Y el diablo
que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 8
Mat.13:41 Enviará el Hijo del Hombre a sus
ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mar.9:43 Si tu mano te fuere ocasión de caer,
córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
IV. PORQUE DIOS DEMANDARA RAZÓN DE
NOSOTROS SI NO LO HACEMOS
A. Cuando se posee algo buen o que otros no tienen, y
se niega uno en compartirlo con ellos, acarrea sobre si el juicio de Dios. Hay varios pasajes de la Biblia que afirman esta verdad. Notemos algunos de ellos:
1. El caso de los cuatro leprosos de Samaria:
Segú n 2 Reyes 7 Samaria fue sitiada por los ejércitos de Siria. El hambre era tan grande que las madres comían a sus propios niñ os, y el estiércol de paloma se vendía como alimento. Sin embargo, Dios intervino una noche de tal manera que los ejércitos sitios huyeron pensando que el rey de Israel había solicitado ayuda a Egipto y los heteos. Los sirios 9 abandonaron el campamento dejá ndolo intacto. En las afuera de samaria estaban cuatro leproso que decidieron ir al campamento de los sirios a pedirles comida. Si lo sirios les quitaban la vida sería lo mismo que quedarse en Samaria, porque allí perecerían de hambre. Por lo tanto se dirigieron al campamento sirio, y para su sorpresa lo encontraron abandonado. Entraron las tiendas de los invasores y hallaron abundancia de alimentos, bebidas y riquezas. La abundancia era tal que escondieron el oro, la plata y los vestidos finos que hallaron. Mientras disfrutaban de aquella abundancia que Dios les había deparado, pensaron en la situació n de sus paisanos en Samaria: en la ciudad la gente perecía de hambre. El contraste entre lo que ellos estaban disfrutando y la situació n que predominaba en Samaria los obligó a reflexionar en el error que estaban cometiendo. Le escritura dice que ellos dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. 2R.7:9 consideremos los puntos de su reflexió n:
a. Hubo consejo entre los cuatro que no estaban
haciendo bien: luego se dijeron uno al otro: no 10 estamos haciendo bien. No había nada de malo en comer alimentos abandonados y beber lo que los sirios habían dejado. Tampoco era malo recoger los vestidos, el oro y la plata que habían hallado en el campo. Lo malo era que se mantuvieran insensibles a las necesidades que los miles de samaritanos tenían. Los leprosos poseían la solució n para los problemas de Samaria. Con tal de ir y compartir la buena noticia, las madres dejarían de comerse hijos, la gente pararía de comer estierco, y la sombra de una invasió n se esfumaría. b. Hubo consejo entre los cuatro de que aquel día era día de buenas nuevas: hoy es día de buenas nuevas. Nadie debe especular con el día de mañ ana. Las buenas nuevas corresponden al día que se vive, no la mañ ana incierto, del cual solamente Dios tiene control. Cada hora que los leprosos se mantuvieran en el campo, perecerían de habré las gentes en samaria. Así como nadie debe postergar para el día de mañ ana su conversió n, nadie debe hacerlo para compartir el evangelio. Son iguales de pecadores el inconverso que dilata su conversió n para el ida de mañ ana, como el cristiano que dilata su servicio a Dios para otra ocasió n. Las iglesias está n llenas de creyentes que saben que tienen que 11 compartir el Evangelio hoy, pero solos persisten en la desidia. c. Hubo consejo en los cuatro de que no estaban haciendo nada y nosotros callamos. El peor pecado que se puede cometer es con hacer nada: y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado Sant.4:17 el que tiene abundancia de comida, y no la comparte, peca igualmente si le diera veneno al hambriento; el médico que tiene el remedio de una enfermedad y no se lo provee al paciente, peca igualmente que si le diera una dosis de veneno. En ambos casos, los resultados son los mismos.
La biblia es especifica en decir que hay
pecados de comisió n, y los hay de omisió n. En le primero, se peca por lo que se hace, en el otro , por lo que no se hace. d. Hubo consejo entre los cuatro que si se esperaban hasta el amanecer del día siguiente, recibirían juicio de Dios: y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzara nuestra maldad. Nó tese que ellos mismos llamaron a su demora maldad. Esperar unas cuantas horas, sería fatal para muchos, y maldad para ellos delante de Dios. La maldad no consiste en esperar varios días, sino en guardar silencio durante unas horas. Es que el mensaje salvador, segú n las escrituras, siempre tiene 12 urgencia. Cuando los á ngeles visitaron a Lot Gen 19:17Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. Que darse en la ciudad unas cuentas horas, equivalía a perecer calcinados en ella juntos con sus habitantes.
2. Es caso de Ezequiel como atalaya de Dios
Dios le dijo a este profeta: Exe.3:18 Cuando yo dijere
al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Negarse a compartir el mensaje de salvació n acarrea serias consecuencias para el hijo de Dios. Cuando Dios le indica a uno que debe compartir el mensaje de salvació n en cierto lugar, aciertas personas y en determinado momento, no acepta evasivas, ni pretextos, ni alternativas; muchos menos desobediencia. Este fue el caso de profeta Joná s que decidió ir a tarsis en lugar de Nínive, a donde Dios lo había enviado. Y cuando amargas fueron las consecuencias de su desobediencia necesitan ser arrojado al mar, tragados por un gran pez, y estar en el vientre de dicho pez tres días para comprender que la desobediencia no paga buenos dividendos. Nadie debe esperar que Dios lo golpee para sentirse motivado a presentar el mensaje de salvació n a los que Dios quiere alcanzar. 13 Conclusión: La responsabilidad que el apó stol Pablo tenia, es la misma de todo creyente también; La responsabilidad que Joná s tuvo para con los ninivitas, es la misma que todos los creyentes tienen para con las ciudades perdidas; La responsabilidad que Ezequiel tenía como atalaya de Dios para amonestar al impío de que no se perdiese, sino que viva, es la misma que cada creyente tiene hacia los perdidos; La responsabilidad que Noé tuvo con su generació n para que no perecieran el diluvio, es la misma que cada creyente tiene hacia un mundo bajo sentencia de condenació n. Mientras hay un perdido en la tierra todos los creyentes son instados a procurar su salvació n.
¿Qué respuesta daremos a señ or en el juicio final
cuando nos pregunte por qué permitimos que se perdieran las almas que pudimos haber salvado?