Tema 8 Mantenimiento Basico
Tema 8 Mantenimiento Basico
Tema 8 Mantenimiento Basico
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Un mantenimiento básico se refiere a lo más elemental que se debe
hacer para mantener los sistemas en buen estado.
2. Luces.
Los faros del coche nos permiten ver y ser vistos, por tanto es
obligatorio mantener el sistema de iluminación y señalización en
condiciones óptimas. Para ello, es conveniente comprobar
mensualmente el buen funcionamiento de todas las luces (posición,
cruce, carretera, freno, marcha atrás, intermitentes y antinieblas) y
mantener su superficie exterior libre de barro y suciedad.
Faros.
Asimismo, siempre que se detecte alguna irregularidad (una bajada
en la intensidad, por ejemplo) debe consultarse a un especialista.
También debemos tener en cuenta el alineado de los faros, ya que
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una mala alineación puede provocar deslumbramientos a los
conductores que circulan en sentido contrario.
3. Filtros.
Los filtros son cuatro:
✓ el filtro de aceite
✓ el filtro de aire
✓ el filtro de combustible
✓ el filtro del habitáculo
Es importante que cada uno de ellos esté libre de suciedad y
partículas para que el coche no sufra desgastes prematuros.
Los filtros son los encargados de evitar que lleguen todo tipo de
impurezas al motor por lo que su buen estado es importantísimo para
que cada uno de ellos realice su función en como es debido. Los
filtros en mal estado pueden provocar desde averías en el motor
hasta desagradables incomodidades en el interior del vehículo.
Los fallos en los filtros son una fuente de problemas a evitar, por lo
que una rápida y económica intervención nos evitará todos estos
problemas.
4. Frenos
El sistema de frenos es uno de los principales elementos de
seguridad activa del vehículo. Junto a los neumáticos y los
amortiguadores, los frenos completan el “Triángulo de seguridad”.
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Para que el sistema de frenos funcione siempre de forma adecuada,
es necesario mantener los discos y las pastillas en perfectas
condiciones, ya que estos son materiales de fricción que se van
desgastando con el uso y por ello requieren un mantenimiento y
sustitución periódica. Si al conducir observamos síntomas como
ruidos o vibraciones al frenar, que el pedal de freno se hunde, está
muy duro o pierde capacidad de frenado recorriendo más distancia
de lo normal deberíamos someter el vehículo a revisión lo antes
posible.
5. Neumáticos
El estado de los neumáticos influye en la conducción más que ningún
otro elemento del coche puesto que es el único punto de contacto
con el asfalto. Debemos llevar en cuenta que si los neumáticos no
tienen el aire suficiente o la goma está desgastado, nuestra unión a
la carretera es frágil.
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depende la suspensión, encargada de absorber las irregularidades
del suelo y de asegurar que los neumáticos estén siempre en
contacto con el firme.
7. Correa de distribución
La correa de distribución es el elemento encargado de la
sincronización de los 4 tiempos del motor (admisión, compresión,
expansión y escape), la apertura y el cierre de las válvulas, así como
con el encendido de las bujías en los motores de gasolina o la
inyección en los motores diésel.
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La mejor previsión es reponerla en base a los plazos aconsejados por
el fabricante e incluso cambiarla preventivamente. La duración
estimada de la correa de distribución está establecida en el libro de
mantenimiento del coche, donde se recomienda un kilometraje
máximo.
8. Lubricante
Los lubricantes minimizan el desgaste de las piezas del motor,
canalizan las partículas metálicas surgidas de ese desgaste hacia el
filtro, ayudan a la refrigeración y evitan diminutas fugas en el circuito
por sus propiedades sellantes. Por tanto, además de sustituirlo
cuando indique el fabricante (entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según
modelo), hay que revisar su nivel con frecuencia.
Cómo evitar una avería del motor por culpa del aceite
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una temperatura de congelación baja, aparte de propiedades
anticorrosivas y antiincrustantes. Conviene comprobar su nivel con
regularidad y reponerlo cuando sea necesario.
10. Limpiaparabrisas
El 90% de la información que necesitamos para conducir la recibimos
a través de la vista, por tanto, es crucial tener una buena visibilidad
mientras se conduce. No en vano muchos de los accidentes suceden
con malas condiciones de visión y bajo condiciones atmosféricas
adversas, por lo que es importante tenerlos limpios y mantener las
gomas de las escobillas en perfecto estado.
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Caracterización de los motores.
Concretamente, los podemos dividir en cuatro grandes grupos:
gasolina, motores diésel, electrificados y sus variantes, y los que
funcionan con GLP o GNC. Desde la Red Operativa de Desguaces
Españoles (RO-DES) nos hacen un breve resumen de las
características que tienen cada uno de estos tipos de propulsores, y
así podrás determinar cuál va más contigo.
Motores gasolina.
Motores diésel.
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Por lo general, los motores diésel son principalmente empleados en
medios de transporte que requieren una dosis extra de potencia y que
están pensados para una mayor carga diaria de trabajo, como
vehículos industriales, de carga, maquinaria, medios aeronáuticos,
etc. No obstante, desde que este tipo de motores naciera de la mano
de Rudolf Diésel en 1893, la tecnología se ha extendido también hacia
medios de transporte particulares, llegando actualmente en España
a superar en número a los vehículos que funcionan con gasolina.
Motores eléctricos.
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Aunque no lo parezca, los motores eléctricos son anteriores a los
diésel o gasolina de cuatro tiempos. Entre 1832 y 1832 Robert
Anderson desarrolló el primer automóvil con motor eléctrico puro,
capaz de transformar la energía eléctrica en energía mecánica por
medio de los campos magnéticos que genera, sin necesidad de
explosiones ni combustiones propias de los motores gasolina y
diésel.
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Su misión es absorber las reacciones producidas en las ruedas
debidas a las irregularidades del terreno. Con esta absorción, se
consiguen tres objetivos: la comodidad de los pasajeros, asegurar la
estabilidad del vehículo en todas las circunstancias y hacer la unión
de la parte no suspendida, ruedas y ejes, con la parte suspendida,
resto del vehículo, perfectamente elástica, para evitar roturas y
desgastes.
Se denomina sistema de suspensión al conjunto de elementos
elásticos que se interponen entre los órganos suspendidos y los no
suspendidos.
Además de los elementos que forman el sistema de suspensión,
existen otros elementos que tienen también una misión
amortiguadora de las irregularidades del terreno, como son los
neumáticos y los asientos, que están dotados de una serie de muelles
que absorben pequeñas irregularidades.
Los elementos del sistema de suspensión han de ser lo
suficientemente fuertes como para aguantar las cargas a las que se
les sometan, sin que se produzcan deformaciones permanentes.
Además, han de impedir que los neumáticos pierdan el contacto con
el suelo, es decir, cuando pasan por un resalte o un bache y después
de pasar por ellos que el neumático siga pegado al pavimento. Esta
elasticidad se ha de frenar en cierta proporción para que no se
transmita a los ocupantes del vehículo; ha de ser amortiguada.
2. ELEMENTOS DEL SISTEMA DE DIRECCIÓN. DIRECCIÓN ASISTIDA.
GEOMETRÍA.
2.1. ELEMENTOS DEL SISTEMA DE DIRECCIÓN.
La orientación deseada de las ruedas se consigue mediante un
conjunto de elementos que transmiten el movimiento de giro del
volante a las ruedas. Los elementos se clasifican en:
• Volante y árbol de dirección.
• Caja y engranajes de dirección.
• Palancas y barras de dirección.
a) Volante y árbol de dirección
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El volante constituye el órgano de mando del sistema de dirección.
Cuando el vehículo circule en línea recta, debe verse sin dificultad el
tablero del vehículo.
La columna de dirección debe ser ajustable en altura y en
profundidad para adaptarse a las condiciones físicas de cada
conductor.
b) Caja y engranajes de dirección
El engranaje del sistema de dirección es el mecanismo cuya función
principal es transformar el movimiento de giro del volante en el
movimiento lineal, de izquierda-derecha o viceversa, del brazo de
dirección y con ello orientar las ruedas.
Además de esta misión, el engranaje de la dirección debe
transformar el pequeño esfuerzo realizado por el conductor en otro
de mayor dimensión, a través del efecto desmultiplicador adecuado.
También ha de mantener fija la orientación de las ruedas a pesar de
las irregularidades del terreno.
c) Palancas y barras de dirección
Es la timonería de dirección. Su disposición depende, en gran medida,
del fabricante. Estos elementos transmiten a las ruedas el
movimiento obtenido en el engranaje de dirección. Las palancas, o
brazos de acoplamiento, llevan un cierto ángulo de inclinación para
que su prolongación coincida sobre el centro del eje trasero y así
asegurar una mayor estabilidad y un buen giro. La unión de las dos
ruedas se realiza mediante una barra de acoplamiento que, al
producirse el desplazamiento lateral de una de ellas, hace que el
movimiento en las dos ruedas sea simultáneo y conjugado.
El engranaje de dirección acciona las palancas que transmiten el
movimiento a las manguetas, con lo que hacen girar a las ruedas.
2.2. DIRECCIÓN ASISTIDA
Todos los sistemas consisten en acoplar a un sistema de dirección
normal un circuito de asistencia. Así pues, el sistema es
servoasistido, no servoaccionado, ya que el conductor ha de
conservar una cierta sensibilidad en la dirección. De esta forma, el
líquido ejerce presión sobre un lado del pistón, que "ayuda" al
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engranaje de dirección a orientar las ruedas en el sentido indicado
con el volante. La presión aplicada depende del esfuerzo del
conductor sobre el volante. La bomba que proporciona presión al
circuito se mueve mediante una correa y recibe el movimiento del
motor o del generador. Las válvulas sensibles funcionan con el
movimiento del volante o por la deflexión de las ruedas directrices.
2.3. GEOMETRÍA
En la geometría conocida como cotas de dirección se consideran dos
factores:
a) Geometría de giro
b) Geometría de las ruedas
a) Geometría de giro
Al tomar el vehículo una curva, la trayectoria a seguir por cada una de
las ruedas directrices no es la misma, ya que el radio de curvatura no
es el mismo para cada una de ellas. Para cumplir esta condición,
todas las ruedas, en cualquier posición, han de tener un mismo centro
de rotación.
Esto se consigue dando a las bieletas una inclinación tal, que cuando
el vehículo circule en línea recta, la prolongación de los ejes de las
bieletas coincida en el centro del eje trasero y al tomar una curva, los
ejes de las ruedas coincidan en un mismo centro.
Al girar, tanto con un autobús como con un camión, y debido a su
anchura y longitud, la trayectoria que describe cada rueda es muy
distinta; en virajes muy cerrados, curvas de poco radio, hay que tener
muy en cuenta esta situación y conocer por donde va cada rueda.
Además, y debido a la existencia de los voladizos, delantero y trasero,
el espacio que necesitan estos vehículos para girar y sus zonas de
influencia son muy grandes.
b) geometría de las ruedas
Las ruedas directrices, para un correcto funcionamiento del sistema
de dirección, han de cumplir una serie de cotas geométricas. Estas
cotas son tan pequeñas que a simple vista no se advierten, pero
afectan a la estabilidad del vehículo en recta, en curva y durante la
frenada. Estas cotas son:
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. Angulo de salida
. Angulo de caída
. Angulo de avance
. Convergencia o divergencia
Se aplican sobre todo al eje direccional, aunque los no direccionales
también las necesitan.
b.1.) Angulo de salida
Es el Angulo (ƒ¿) que forma la prolongación del eje del pivote, (sobre
este eje gira la rueda para orientarse), con el eje vertical.
Esta disposición del pivote disminuye el esfuerzo a realizar para
orientar la rueda y mejora la estabilidad del sistema de dirección, ya
que interviene en el movimiento direccional de forma que, después
de un giro, hace que las ruedas vuelvan a la posición de línea recta.
b.2) Angulo de caída
Es el ángulo (ƒÀ) que forma la prolongación del eje de simetría de la
rueda con el eje vertical que pasa por el centro de apoyo de la rueda.
Su valor varía entre medio grado y un grado. Es como si el eje de la
mangueta estuviera caído respecto a la horizontal.
Este ángulo se consigue dando al eje de la mangueta una cierta
inclinación respecto a la horizontal. Tiene por objeto desplazar la
masa del vehículo que gravita sobre el eje horizontal hacia el interior
de la mangueta, disminuyendo así el empuje lateral de los cojinetes
sobre los que se apoya la rueda.
El ángulo de caída de las ruedas puede ser positivo o negativo, siendo
la disposición más efectiva el ángulo de caída positivo es decir;
cuando la rueda esta mas separada del chasis en su parte superior.
Así pues, el ángulo de caída reduce el desgaste del mecanismo de
dirección y facilita el manejo de la misma.
b.3) Angulo de avance
Es el ángulo (ƒÁ) que forma la prolongación del eje del pivote con el
eje vertical que pasa por el centro de la rueda, observando la rueda
en el sentido de avance del vehículo. Cuando el vehículo esta en
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marcha, este ángulo hace que la dirección sea estable y que, después
de tomar una curva, las ruedas tiendan a volver a la posición de línea
recta.
Cotas conjugadas.
Los ángulos de salida y caída se complementan para que la rueda
tenga la posición más optima y, según sea su valor, modifica la
posición relativa de una rueda con respecto a la otra de un mismo
eje.
b.4) Convergencia
En los vehículos de propulsión, las ruedas delanteras tienden a
abrirse durante la marcha, debido al empuje que ejerce la motricidad
del eje trasero. Dicha tendencia se compensa, haciendo que la
posición de las ruedas, mirando el vehículo desde arriba, es tal que
sus prolongaciones se corten en un punto imaginario que hubiera
delante de ellas. La convergencia de dos ruedas se mide por la
diferencia de distancias entre la parte anterior y posterior de dichas
ruedas.
En los vehículos de tracción, dependiendo de los valores de los
ángulos de salida, caída y avance, la convergencia puede ser positiva
o negativa, también llamada divergencia.
Cuando las ruedas están convergentes, la estabilidad aumenta pero,
a la vez, hay más resistencia a la rodadura y por ello disminuye la
velocidad punta. La convergencia es como "hacer la cuna" con los
patines: frena, pero a la vez da más estabilidad.
La alineación de las ruedas está referida a las dos ruedas de un
mismo eje.
El mantenimiento de los elementos del sistema de dirección consiste
principalmente en asegurar una perfecta lubricación de la caja de
dirección, de los pivotes y de todas las articulaciones, así como en
proceder regularmente a la comprobación de las holguras o juegos.
Para comprobar la dirección asistida, se girará el volante unos 15º,
verificando que las ruedas giran.
También se comprobará el nivel de líquido y la tensión de la correa
que mueve la bomba de accionamiento. Hay que relacionar los
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diferentes defectos, atribuidos al sistema de dirección, con las
causas que los pueden producir. Al detectar alguna dificultad en el
accionamiento del sistema, el esfuerzo a realizar, o los juegos
excesivos, hay que pensar cuál o cuáles elementos pueden ser los
causantes.
Los juegos u holguras en los elementos del sistema de dirección
influyen en la precisión del sistema de dirección ya que modifican,
por sí solos, la orientación de las ruedas.
Se traducen siempre en un aumento del recorrido muerto del volante.
Un punto a destacar en este apartado son las rótulas de dirección.
Hay averías de las ruedas que son debidas a algún desajuste en el
sistema de dirección, unas cotas de dirección defectuosas provocan
un desgaste anormal de la banda de rodamiento; pero puede suceder
al revés, o sea, que averías en las ruedas o en el sistema de frenado
influyan en el sistema de dirección.
Antes de atribuir defectos al sistema de dirección conviene
asegurarse que las ruedas están equilibradas estática y
dinámicamente y que los neumáticos están inflados a la presión
correcta. Hay otro fenómeno en el que las ruedas pueden
desplazarse sin deslizamiento aparente en una dirección, formando
un cierto ángulo, llamado “ángulo de deriva” debido a la deformación
que sufre la banda de rodamiento y los flancos del neumático cuando
están sometidos a esfuerzos transversales que modifican la
dirección de marcha.
El resultado es que todas las ruedas, en algún momento, se desvían
de su trayectoria apareciendo los términos subvirador (deriva de las
ruedas delanteras) o sobrevirador (deriva de las ruedas traseras).
El resultado depende del valor relativo de las derivas. Sobre el
sistema de dirección también tiene influencia si el vehículo está vacío
o con carga, sobre todo en aquellos vehículos en los que se modifica
la masa soportada por el eje donde están las ruedas directrices.
Para un correcto cuidado de la dirección asistida (servodirección), se
debe evitar forzarla contra cualquier obstáculo (bordillos, piedras,
baches, etc.).
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En caso de avería en la servodirección, se puede seguir circulando
pero sólo como emergencia. Se acciona la parte mecánica pero
desaparece la ayuda. La dirección estará muy dura y se necesitará
mucho esfuerzo para moverla. Generalmente, ante cualquier
anomalía en el desgaste de los neumáticos, se recomienda una
revisión inmediata de la alineación del eje delantero.
Tanto el reglaje como cualquier reparación en el sistema de dirección
deberán hacerse siempre por personal técnico especializado.
Equilibrado de las ruedas.
Cuando las vibraciones de las ruedas se transmiten al volante de la
dirección, puede ser por falta de equilibrado, que hace que su centro
de gravedad no coincida con el eje de giro.
Para equilibrar las ruedas se coloca, entre la llanta y el neumático,
uno o varios contrapesos distribuidos por la periferia. Su misión es
que se reparta proporcionalmente la masa de la rueda sobre el eje de
giro de la misma. Un eje directriz excesivamente cargado supondrá
mayor dureza en el sistema de dirección.
4.1. ELEMENTOS DEL SISTEMA DE SUSPENSIÓN.
Existen una serie de elementos básicos en toda suspensión:
• Muelles
• Amortiguadores
4.1.1. Muelles Son los elementos que recogen directamente la
irregularidad, absorbiéndola en forma de deformación.
Tienen excelentes propiedades elásticas pero no absorben bien la
energía mecánica por lo que tienden a deformarse indefinidamente.
Cuando, debido a una carga o a alguna irregularidad del terreno, el
muelle se deforma, comprimiéndose o extendiéndose, y cesa la
acción que produce la deformación, el muelle tenderá a deformarse
en un sentido y otro indefinidamente, mientras que no haya algún
sistema que lo impida. Esto se traducirá en un continuo balanceo del
vehículo. A los movimientos descritos anteriormente se les
denomina oscilaciones, vibraciones o movimientos vibratorios y
vienen definidos por su amplitud y su frecuencia.
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Para disminuirlos y que no se transmitan a los pasajeros, se necesita
amortiguarlos. Los muelles que utilizan los camiones y autobuses
son: ballestas, barras estabilizadoras y barras de torsión. Ballesta. Es
un muelle formado por una serie de láminas planas, de acero de alto
coeficiente de elasticidad, y que tiene propiedades que le confieren
una elevada resistencia. Barra estabilizadora.
La barra estabilizadora tiene la misión de garantizar la estabilidad del
vehículo cuando éste, debido a irregularidades del terreno o a curvas,
tiende a perder dicha estabilidad.
Cuando un vehículo toma una curva, se produce una inclinación
lateral debida a la fuerza centrífuga, inclinación que sobrecarga las
ruedas exteriores, llegando a producir un cierto levantamiento de las
ruedas interiores. Esto puede producir un vuelco al ser excesiva la
carga sobre las ruedas exteriores.
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4.1.2. Amortiguadores La elasticidad de los muelles hace que tiendan
a deformarse indefinidamente en uno y otro sentido
alternativamente.
Los amortiguadores son los elementos encargados de absorber
estas vibraciones, disminuyendo su amplitud y frecuencia. Para ello
transforman la energía mecánica en calorífica, que es transmitida a
un fluido contenido en su interior. De esta forma, impide que las
irregularidades del terreno o las inestabilidades del vehículo se
transmitan en su totalidad al chasis. Al lograr esto, garantizan la
comodidad de los ocupantes del vehículo y la estabilidad de la carga
y contribuyen a que los neumáticos no pierdan el contacto con el
suelo.
4.2. SUSPENSIÓN NEUMÁTICA. Se sustituye la labor de las ballestas
por la acción de unos cojines de aire, colocados sobre los ejes,
colaborando las barras de reacción y los amortiguadores, en la
estabilidad del conjunto.
El cojín de aire está formado por un émbolo, montado sobre el eje de
las ruedas o en los brazos de suspensión, una estructura de goma
sintética, que está vacía en su interior hasta que se llene de aire, y una
placa de cierre, unida al bastidor.
Al oscilar las ruedas, el émbolo se desplaza variando la altura de la
estructura de goma y produciendo un aumento de la presión interna,
con lo que el aire es comprimido y por su capacidad elástica tiende a
recuperarse.
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goma sintética, en función de la carga, firme, etc. Existe el caso de la
utilización de un solo cojín neumático por cada lado del eje y también
de dos, dependiendo del fabricante del vehículo.
La acción llevada a cabo por los cojines neumáticos comporta un
control constante del aire comprimido que se halla dentro de ellos, lo
que hace posible que se pueda adaptar la suspensión a diferentes
estados de carga, reparto de masas entre ambos lados del mismo eje
y a la posibilidad de elevar hasta un determinado nivel el bastidor del
vehículo mediante una serie de válvulas.
La suspensión neumática emplea sólo aire.
El motor mueve un compresor que almacena aire a presión en un
depósito o calderín. Desde ahí se alimentan los cojines neumáticos
manteniendo una reserva en los calderines auxiliares.
Si la presión disminuye, el compresor se encarga de reponer la
cantidad de aire necesaria.
La presión está limitada por un valor prefijado en la válvula de rebose.
Compensadores de nivel.
Una de las características fundamentales por la que el sistema de
suspensión neumática es muy interesante es su capacidad de
conservar siempre el mismo nivel de la plataforma,
independientemente de la carga y su situación en el vehículo que la
transporte.
Cuando aumenta la carga se produce una reacción en la válvula de
nivel mediante la cual queda establecido un ligero aumento en la
presión interna de los muelles neumáticos, de modo que éstos
compensan automáticamente el hundimiento que la mayor carga
produce, recuperando el nivel del vehículo como si estuviera
descargado, razón por la cual el vehículo no se ladea.
El sistema cuenta con dos mandos, uno automático y otro manual.
La incorporación de la electrónica y las distintas disposiciones de los
elementos citados a lo largo del capítulo dan lugar a suspensiones
que reciben distintos nombres de los fabricantes que las incorporan
a sus productos.
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5. MANTENIMIENTO DEL SISTEMA DE SUSPENSIÓN.
Cualquier defecto del sistema de suspensión pone en peligro la
seguridad de circulación y puede afectar al funcionamiento de otros
sistemas, como el de frenos, dirección o ruedas.
Se deben comprobar:
• Las fijaciones de los elementos del sistema y el estado de sus
articulaciones.
• El estado de las hojas de las ballestas y de los cojines neumáticos.
• La no existencia de fugas en el circuito de aire.
El sistema de frenado tiene como misión la de aminorar la velocidad
del vehículo, llegando incluso a detenerlo.
Esta disminución de velocidad se hará a voluntad del conductor y se
conseguirá de una forma segura y con el mínimo esfuerzo.
Además, ha de llevar un sistema que permita poder detener el
vehículo, si se avería parte del circuito.
Otra dotación de la que dispondrá el sistema, es la que le inmovilice
cuando se deje estacionado (freno de estacionamiento o de mano).
Para la disminución de la velocidad se ha de producir una
transformación de energía mecánica en energía calorífica, al hacer
rozar una parte que no gira, llamada pastilla o zapata, con la parte
que, unida a la rueda, está girando, llamada disco o tambor,
respectivamente.
La fricción entre estos elementos produce la fuerza necesaria para
reducir la velocidad y convierte la energía mecánica del vehículo en
energía calorífica que se transmite al aire. El sistema de frenos
utilizado de manera adecuada y bien mantenido es un medio seguro
de detener el vehículo.
El sistema que se utiliza en los vehículos industriales es un sistema
tipo neumático que está formado por tres circuitos: el de los frenos
de servicio, accionado a través del pedal de freno; el de los frenos de
estacionamiento, aplicándose por el conductor a través de una
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palanca; y el de los frenos de emergencia, que utiliza parte del circuito
del freno de servicio y del de estacionamiento, en caso de que no
exista presión de aire.
2. TIPOS DE FRENO Según los elementos fijos y móviles de que
disponga el conjunto de frenos, existen los siguientes tipos: a) Frenos
de tambor b) Frenos de disco
2.1. FRENOS DE TAMBOR Constituido por los siguientes elementos:
1) Tambor. Es la parte giratoria que va unida a la rueda. Su interior va
mecanizado para facilitar el acoplamiento adecuado de las zapatas.
2) Plato de freno. Es la parte fija que va unida a la estructura del
vehículo.
Está formado por un plato-soporte de chapa, las zapatas de freno, los
mecanismos de accionamiento y los elementos de fijación y
regulación.
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• Retraso en la aparición del fenómeno de fading o pérdida de eficacia
por imposibilidad de evacuar el calor.
En este tipo de freno, el elemento que no gira se denomina pastilla y
el elemento giratorio disco.
Funcionamiento.
El disco, que se mueve con la rueda, lleva abrazada,
aproximadamente en 1/5 de su superficie, una mordaza en forma de
U, que está unida a la estructura metálica, en cuyo interior se
desplazan unos pistones. A estos pistones se unen unas pastillas
que, al desplazarse los primeros, se ven presionadas contra el disco,
disminuyendo la velocidad de giro de éste.
Al pisar el pedal de freno, se empuja el líquido del circuito. La presión
hidráulica oprime los pistones contra las pastillas, que presionan
sobre las caras del disco y reducen su velocidad, y con ello la de la
rueda.
3. SISTEMA DE ACCIONAMIENTO NEUMÁTICO.
El sistema de mando neumático es el empleado para producir la
fuerza que actuará sobre los elementos frenantes, mediante el aire
comprimido.
Suministra aire para toda la instalación de freno y la de suspensión,
cuando ésta es neumática.
Elementos para generar el aire comprimido
1-Compresor
2-Regulador de presión
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El aire se va acumulando hasta que se alcanza la máxima presión, la
cual está limitada por medio de una válvula de descarga. Antes de
entrar en el depósito se encuentra con una válvula de retención de un
solo sentido, deja pasar el aire hacia el calderín pero no lo deja salir.
El compresor dispone de un regulador de presión que, cuando recibe
la señal de que en el calderín ha alcanzado la presión correcta de
funcionamiento, manda una señal neumática al compresor para que
se detenga la carga de aire.
• Filtro de aire.
Depura el aire procedente de la atmósfera para que pase limpio de
impurezas al circuito.
• Calderín secador.
Algunos circuitos de alimentación disponen de un dispositivo de
anticongelamiento con evaporador de alcohol o secador de aire, para
separar la humedad que contiene el aire, para evitar la formación de
hielo en los conductos.
• Válvula de cuatro vías.
La salida del aire comprimido del calderín se efectúa a través de una
válvula de protección de cuatro vías, que es la encargada de distribuir
el aire comprimido a cuatro calderines de almacenaje del conjunto.
A través de esta válvula, si hay una fuga de aire en un circuito,
conserva la presión en el resto de circuitos.
También la conserva si falla la fuente de energía, aunque en este caso
dependerá de la disponibilidad de aire comprimido en los calderines.
• Uno o dos depósitos: con capacidad suficiente para suministrar aire
a presión al circuito de frenado y a otros sistemas, asistidos
neumáticamente, que puedan instalarse en el vehículo. La presión se
controla con un manómetro situado en el tablero de instrumentos.
Además lleva un testigo indicador de presión mínima.
• Una válvula de paso, accionada por el pedal de freno, que deja pasar
el aire a presión hasta los cilindros de las ruedas.
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• Una válvula de paso que deja salir el aire de los cilindros de freno
combinado, de tal forma que el muelle de recuperación aplica el
freno, inmovilizando el vehículo.
Se acciona a través de la palanca del freno de estacionamiento.
• Indicador de baja presión del calderín del freno de estacionamiento
y freno de remolque para controlar su presión.
• Cilindros para el accionamiento de las zapatas o las pastillas de
freno en las ruedas.
• Válvula de descarga rápida. Situada en la bifurcación de
canalizaciones, tanto de ruedas delanteras como traseras, para
eliminar automáticamente el aire contenido en los cilindros cuando
cesa la acción de frenado.
Las válvulas de drenaje existentes en todos los calderines, sirven
para permitir efectuar la retirada del agua que se acumula en el
interior de los mismos.
4. SISTEMAS DE MEJORA DE LA EFICACIA DEL FRENADO.
Existen una serie de elementos y dispositivos que, aplicados al
sistema principal de frenos, mejora su rendimiento y aumenta la
seguridad.
Destacan los siguientes:
1. Freno de socorro o de seguridad.
2. Freno en el escape.
3. Retardadores.
4. Freno eléctrico.
5. Antibloqueo de ruedas
4.1. FRENO DE SOCORRO O DE SEGURIDAD.
Como el sistema se basa en la fuerza que tiene el aire comprimido,
cuando existe una fuga por alguna parte del circuito se inutiliza el
sistema por completo, con el consiguiente peligro. Este problema se
soluciona dotando al vehículo de tres circuitos independientes
controlados por la válvula de cuatro vías.
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4.2. FRENO MOTOR EN EL ESCAPE.
Limita el caudal de gases hacia el silencioso de escape frenando el
desplazamiento de los pistones y, en consecuencia, del vehículo.
Se debe emplear en pendientes descendentes como ayuda al
sistema de frenado de servicio. Funcionamiento. Una válvula de
mariposa tapa en parte el tubo de salida del colector de escape,
produciéndose una contrapresión en este colector, de 2 a 5 bares,
que frena el desplazamiento de los pistones. La contrapresión está
regulada por la mayor o menor apertura de la mariposa.
Si la contrapresión fuera muy elevada podría perjudicar el cierre
correcto de las válvulas de escape, y por este motivo la mariposa
lleva un taladro de seguridad.
El mando de cierre de la mariposa está ligado al corte de inyección.
(2, 3 y 4) Estos tipos de frenos funcionan sólo cuando el motor está
en funcionamiento. Sirven, sobre todo, para frenar en largas
pendientes con objeto de descargar al freno de servicio para evitar su
deterioro.
Aplican su potencia de frenado únicamente a las ruedas motrices las
cuales, cuando existe poca adherencia, pueden derrapar. Es
aconsejable no actuar sobre ellos en calzadas deslizantes.
4.3. RETARDADORES O RALENTIZADORES HIDRÁULICOS
(HIDRODINÁMICOS).
Se coloca a la salida de la caja de velocidades.
La energía del aceite circulando es la que confiere al ralentizador su
potencia de frenado; es decir, no existe ningún rozamiento mecánico.
Periódicamente se debe cambiar el aceite.
Se compone de un rotor, solidario al árbol de transmisión; y de un
estator fijo.
El aceite entra en contacto con los dos rodetes en el momento de
retener el vehículo, creándose una resistencia al giro del rotor que se
transmite uniformemente a través del eje de transmisión,
produciéndose la retención del vehículo, sin ser necesaria la
utilización sistemática de los frenos de servicio. Los ralentizadores
se accionan con una palanca de varias posiciones, o bien mediante
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el pedal de freno, actuando solamente en la primera posición del
pedal (freno previo).
También puede actuar combinado con el freno de servicio. Son
compatibles con el montaje y actuación del sistema ABS de frenos.
Al accionar el mando, se pone, se pone en circulación una
determinada cantidad del aceite contenido en la carcasa. El
movimiento del aceite es frenado por las cámaras del estator
transformándose la energía mecánica en calor. Unos conmutadores
térmicos llevan a cabo una limitación de los efectos de frenado en
caso de sobretemperaturas para evitar que el aceite se queme.
Como el problema principal del ralentizador hidráulico es la gran
cantidad de calor generado, lleva un sistema especial de
refrigeración: resulta necesario un dimensionamiento suficiente del
circuito de refrigeración para disipar el calor generado por el efecto
de frenado al circuito de refrigeración del motor, a través de un
intercambiador térmico agua-aceite.
4.4. FRENO ELÉCTRICO.
Es un freno continuo o retardador y para frenar no utilizan el
rozamiento entre un elemento móvil y uno fijo. El freno eléctrico se
intercala en la transmisión del vehículo y va sujeto al chasis del
mismo.
No es, por tanto, un freno de parada aunque puede llegar a detener el
vehículo. Actúa manteniendo las revoluciones de la transmisión en
un régimen determinado, el cual permitirá que el vehículo circule a la
velocidad deseada.
NUEVAS TECNOLOGÍAS.
Funciona por la corriente eléctrica que le suministra directamente la
batería a través de un mando situado en el volante, accionado por el
conductor, siendo su acción más eficaz cuanto mayor es el número
de revoluciones de la transmisión. Se basa en la creación de un
campo magnético por la corriente eléctrica que circula por unas
bobinas activando unos electroimanes.
Este campo magnético atraviesa los rotores y crea otras corrientes,
llamadas de Foulcault, que generan un par de frenado.
27
No existe roce entre sus elementos, ya que el efecto de frenado se
produce por efecto de un campo magnético inductor, creado por el
elemento fijo, cuyas corrientes inducidas provocan el frenado del
elemento móvil.
Bajando una larga pendiente los frenos acaban por calentarse en
exceso y pueden no frenar -efecto fading-. En este caso se debe
actuar en primer lugar sobre los ralentizadores de que disponga el
vehículo y, posteriormente, sobre el freno de servicio, si fuera
necesario.
4.5. ANTIBLOQUEO DE RUEDAS -ABS
Este sistema se denomina ABS porque son las siglas en inglés de
Anti-look Braking System. Evita el bloqueo de las ruedas regulando la
presión hidráulica durante un frenado brusco.
Cuando se frena intensamente, este dispositivo complementario del
sistema de freno evita el bloqueo y el derrapaje de las ruedas.
Al entrar en funcionamiento se pueden producir ruidos y vibraciones.
Los frenos ABS reducen ligeramente la distancia de frenado en
superficies mojadas o deslizantes, no la reducen de forma destacada
en superficies secas y esta distancia puede ser mayor en superficies
con grava o nieve.
No se debe bombear el pedal de freno. En caso de avería del ABS éste
queda anulado y el vehículo frenará con el sistema clásico de frenos.
El ABS es un sistema electrónico que corrige automáticamente la
potencia de frenado de cada rueda (o de un eje) en función del nivel
de adherencia disponible. Al adaptar la potencia del frenado a la
adherencia que se encuentra bajo cada rueda, el ABS permite al
conductor controlar exactamente la trayectoria del vehículo,
conservando al mismo tiempo la estabilidad y aprovechando la
mayor eficacia del frenado compatible con el estado de la carretera.
5. CUIDADOS Y MANTENIMIENTO
• Cada mes, o cada día en invierno, se deben purgar los calderines de
freno con la válvula manual de purga, si es que no lleva una válvula
automática. Hay que tener la precaución de poner la palanca de
cambio en punto muerto para que no se quede enclavada una
velocidad por falta de aire.
28
• Verificar el correcto enganche de las conexiones y verificar que no
existen fugas.
• Para desbloquear el freno de estacionamiento, en caso de falta de
presión de aire, desenroscar el tomillo que el cilindro trasero de freno
lleva al efecto.
Con esta operación se consigue vencer la acción de muelle del
cilindro. Para volver a la situación normal hay que enviar una presión
mínima de 5 bares y luego apretar el tornillo hasta su posición inicial.
• Verificar y limpiar periódicamente los filtros intercalados en las
tuberías de freno.
• Si con el motor parado la presión de aire en los circuitos cae
rápidamente, la causa suele ser una fuga por un racor.
• Reemplazar, siguiendo las instrucciones del fabricante, el cartucho
secador de aire. Este cartucho es contaminante, por lo que debe
tratarse como un residuo especial.
• Verificar una vez al año el nivel de líquido en el dispositivo
anticongelante, limpiando las piezas y engrasando la varilla de nivel.
• Verificar periódicamente la tensión de la correa del compresor.
• Antes de arrancar el vehículo, y con el motor en marcha, esperar a
que los manómetros indiquen que hay presión de aire suficiente en
los circuitos neumáticos.
• Si en una bajada se abusa del freno de servicio, puede aparecer el
efecto "fading", que es la pérdida de eficacia de los frenos debido al
aumento de temperatura en los forros. Este aumento de temperatura
hace que los forros se cristalicen, disminuyendo considerablemente
el coeficiente de rozamiento entre éstos y el tambor.
• No utilizar el freno de estacionamiento con los frenos calientes,
pues al estar calientes los tambores, el esfuerzo producido por el
freno puede producir deformaciones en los mismos.
• Comprobar los tambores y discos. Sus superficies no han de estar
ni desgastadas anormalmente ni rayadas, en caso contrario se han
de sustituir.
6. NUEVAS TECNOLOGÍAS.
29
Con la ayuda de la electrónica y la gran potencia de cálculo de los
procesadores, que son el alma de los sistemas electrónicos, los
vehículos han alcanzado un nivel de seguridad mucho mayor que
hace unos años. Existen distintos sistemas, con funciones diferentes,
pero con la misma finalidad, hacer más eficiente la frenada y más
segura. Algunos de los sistemas que contribuyen a alcanzar estos
objetivos de seguridad son los siguientes:
• El Programa Electrónico de Estabilidad- en inglés, Electronic
Stability Program, ESP- mejora activamente el control del motor,
aprovechando la existencia de otros sistemas –ABS, ASR- para evitar
situaciones críticas que podrían provocar los derrapes de las ruedas
y para reducir el riesgo de choque lateral.
• El Asistente a la Frenada de Urgencia -en inglés, Brake Assistance
System, BAS- aumenta la presión de frenado durante una frenada de
urgencia para compensar la escasa fuerza que, en estos casos, el
conductor realiza sobre el pedal de freno.
Actúa como un freno neumático convencional, que lleva acoplado un
sistema de mando electrónico. La alta eficiencia de este sistema
permite una excelente dosificación de la frenada y acorta la distancia
de frenado porque los frenos se activan más rápidamente.
• Distribución electrónica de la fuerza de frenado –en inglés
Electronic Brake Variation, EBV- que regula la frenada entre el eje
delantero y trasero según la masa que recae sobre cada uno,
enviando más o menos presión a las ruedas.
• El Control Electrónico del Sistema de Frenado –en inglés,
Electronically controlled Brake System, EBS- tiene la función de
activar, en todos los ejes, los cilindros del sistema de freno de
servicio al ser accionado el pedal de freno, de una forma tal que los
frenos reaccionen inmediata, simultanea y uniformemente, evitando
que haya periodos largos de flujo para el aumento y la disminución
de la presión.
El EBS proporciona el control del sistema de frenos y una activación
y liberación instantánea de los mismos.
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El sistema de alumbrado tiene la misión de proporcionar una fuente
de iluminación para poder ver y poder ser vistos en condiciones de
seguridad, independientemente de la iluminación natural de la vía.
Los elementos que forman los diferentes circuitos de alumbrado son:
• Lámparas
• Conductores
• Elementos de mando y protección
5.1. LÁMPARAS.
Las lámparas son los elementos que transforman la energía eléctrica
en energía luminosa.
Existe una gran diversidad de ellas, especialmente por su forma, pero
todas se basan en un principio para su funcionamiento; hacer circular
una corriente eléctrica por un filamento, logrando la incandescencia
del mismo, emitiendo un flujo luminoso en todas las direcciones que,
mediante la ampolla de cristal, consigue el correspondiente enfoque.
Las lámparas llevan grabadas en su casquillo, tanto su potencia
como su tensión nominal de funcionamiento.
Haz luminoso Según la posición del foco luminoso con respecto a la
parábola, el haz luminoso se clasifica en:
• Convergente
• Divergente
• Paralelo
Según las necesidades, se necesitará una u otra disposición.
Por ejemplo, el haz de la luz de cruce es convergente y el de la de
carretera es paralelo.
Lámparas convencionales:
Su potencia varía entre los 40 y 55 W.
Lámparas halógenas:
La potencia se sitúa en torno a los 70 W.
Debido a las altas temperaturas se sustituye el cristal por el cuarzo.
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No se ha de tocar el cuarzo con la mano, ya que las sales del sudor
alteran el proceso químico de la producción de luz.
Convergente Paralelo
Tipos de lámparas.
Otro tipo de lámpara, que necesita un faro adaptado a ella, es la
lámpara de descarga o de xenón, que ofrece más del doble de luz
pero consume un tercio de energía.
Además, su vida útil es mayor y la luz que emite hace que la calzada
tenga más brillo y una iluminación más amplia, ofreciendo más
seguridad.
En cambio, tienen dos inconvenientes: por un lado, el cristal de los
faros debe estar limpio, por lo que dichos faros deberán disponer de
un sistema de limpieza, que el conductor debe accionar y mantener
en buen estado; y, por otro, que la lámpara la debe cambiar, en caso
de que se funda, personal especializado, ya que la tensión con la que
funciona es muy alta.
5.2. CONDUCTORES.
Lo más destacable en su empleo es el código de colores empleado,
generalmente negro o azul para masa, rojo o amarillo para energía,
etc.
5.3. ELEMENTOS DE MANDO Y PROTECCIÓN
• Interruptores
• Conmutadores
• Relé de intermitencias - Interruptores.
Son los elementos que cierran el circuito, que pueden ser accionados
por el conductor o automáticamente.
Pueden tener varias posiciones que combinan distintos servicios.
Existen varias luces que pueden mandarse con un solo interruptor de
posiciones múltiples (luces de largo y corto alcance), y otras, que
cada una tiene su propio interruptor, así como otros diferentes
elementos.
32
- Conectores Se emplean para unir la instalación a receptores,
interruptores, un componente, etc., al que llegan muchos cables
como:
- Tablero de instrumentos
- Unidades electrónicas
- Caja de relés y fusibles
El acoplamiento de dos conectores (macho-hembra) se realiza con
posición única. En algunos casos los conectores tienen un trinquete
de retención.
Las conexiones de los conectores deben mantenerse limpias, ya que
de lo contrario se producen fallos o calentamiento del conector.
- Relé de intermitencias
El relé es un dispositivo electromecánico.
Funciona como un interruptor controlado por un circuito eléctrico en
el que, por medio de una bobina y un electroimán se acciona uno o
varios contactos que permiten abrir o cerrar otro circuito eléctrico
independiente.
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Este equipo es necesario para la limpieza de la luna parabrisas,
permitiendo una buena visibilidad al conductor en caso de lluvia,
nieve e incluso para lavar el propio parabrisas por acumulación de
suciedad.
El conjunto está formado por un motor eléctrico, con un sistema de
reducción, que transforma la velocidad de giro del motor en un
desplazamiento de vaivén de los brazos portaescobillas.
Los brazos portaescobillas se unen al soporte móvil de forma
basculante, lo que permite levantar el brazo del cristal para efectuar
su montaje o limpieza, manteniendo la presión sobre la luna por
medio del muelle.
La escobilla es la encargada de efectuar la limpieza del cristal por
frotamiento de su goma elástica que va montada en una montura
metálica articulada o flexible que permite adaptarse a la forma del
cristal.
El desgaste de las escobillas genera varios inconvenientes: ruidos y
ralladuras en el vidrio, pérdida de la escobilla, ángulos del parabrisas
que no son limpiados y goma resquebrajada o endurecida por el
envejecimiento o el calor.
El limpiaparabrisas es un elemento fundamental en los momentos de
baja visibilidad y, como cuando se está debajo de la lluvia, ya es tarde
para acordarse del mantenimiento, es conveniente que las escobillas
estén siempre en buen estado.
Además del interruptor correspondiente en el tablero de mando,
existe un dispositivo en el circuito interno de parada automática, que
hace que, al desconectar el motor limpiaparabrisas, la escobilla se
pare siempre en la posición de reposo, dejándolas fuera del campo
de visión del conductor.
Limpieza del parabrisas.
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Tienen varias velocidades que se emplean con lluvia intensa o
cuando se circula deprisa. Se debe tener la precaución de humedecer
la luna con el fin de que el deslizamiento sea suave y evitar que se
agarre.
Ocurre con frecuencia que a los cristales, cuando hay tormentas, se
adhieren con gran fuerza suciedades que difícilmente pueden
limpiarse.
Para facilitar la limpieza existe un depósito con una mezcla de agua
y un agente jabonoso que a la vez es anticongelante, que, proyectada
sobre la luna a través de unas finas conducciones, facilita que se
ablande la suciedad y pueda conseguirse la limpieza deseada. Si aún
no fuera suficiente para tener una adecuada visibilidad, hay que
recurrir al lavado manual por parte del conductor.
6.2. FUSIBLES
Si por un cable de resistencia fija, calculada para que circule una
intensidad determinada cuando tenga aplicada una tensión también
determinada, se hace pasar una corriente de mayor intensidad y
tensión, el cable se calienta y llega a fundirse. Esta propiedad se
emplea para proteger las instalaciones eléctricas de eventuales
subidas de tensión e intensidad.
Para ello se intercalan en las instalaciones unos fusibles, que son
pequeños trozos de cable, generalmente más fino y de punto de
fusión calculado de tal forma que, al sobrepasar la intensidad
deseada –marcada en el propio fusible–, se funde al alcanzar su
punto de fusión e interrumpe el paso de la corriente. Los fusibles no
protegen al cable en el tramo anterior a donde están situados,
solamente protegen al cable o hilo conductor positivo desde el propio
fusible hasta el receptor.
Si el circuito es importante se coloca un fusible por cada receptor. No
obstante, se puede instalar un fusible para proteger varios circuitos.
Un fusible se puede fundir por varias causas: como un cortocircuito
o un mal contacto en el soporte.
Cuando un fusible se funde se debe sustituir por otro de igual
intensidad. Si se vuelve a fundir hay que localizar y eliminar el
cortocircuito que, generalmente, se produce al soltarse el cable de
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algún receptor o conector, o cuando el aislante se pela por roce con
alguna parte metálica. Si el fusible se funde en el momento de
instalarlo cuando los interruptores están desconectados, el
cortocircuito se localiza antes de los interruptores.
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como es el caso de los eléctricos. - refrigeración del habitáculo. El
acondicionador de aire permite crear un ambiente agradable de
temperatura y humedad, independientemente de la existente en el
exterior. El sistema de climatización se pone a trabajar enfriando o
calentando el aire hasta alcanzar la temperatura deseada, cuando el
termostato marca el corte del funcionamiento del sistema.
6.4. INDICADORES.
Amperímetro.
Este aparato indica la intensidad de la corriente que fluye hacia o
desde la batería. Indicador del nivel de carburante. En el depósito de
carburante existe un flotador que mide el nivel del carburante y
mueve un cursor a lo largo de una resistencia variable. Indicador de
temperatura del líquido refrigerante.
Al modificarse la temperatura del motor, la corriente que circula por
una termorresistencia mueve la aguja del indicador. Indicador de
presión de aceite. Al aumentar la presión de aceite, se desplaza la
aguja a lo largo de la escala del indicador. Indicadores luminosos.
Son luces que se encienden al poner el contacto y algunas de ellas
se apagan al arrancar el motor si su funcionamiento es correcto; en
caso contrario existe alguna anomalía o avería en el lugar que se
indica, según sea el testigo.
Las averías de tipo eléctrico que pueden producirse en un automóvil
requieren, para ser localizadas, la utilización del correspondiente
esquema eléctrico de conexiones y el conocimiento de la ubicación
de componentes y regletas de conexión utilizados. Sin estas
herramientas, las tareas de localización de averías se hacen
extremadamente difíciles.
Revisiones previas a la puesta en marcha del vehículo.
Una somera revisión a los niveles puede evitar sorpresas indeseadas
en cualquier situación.
Rellenar los consumibles, comprobar la presión de las ruedas o la
posición de las luces está en nuestra mano para conservar tu coche
en perfecto estado.
Nivel de aceite.
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Es muy importante comprobar la cantidad y calidad del lubricante
después de los rigores del invierno, porque con las heladas el circuito
se ha contraído varias veces y al circular en tráfico lento el coche
consume más aceite de lo normal.
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utilizar una moneda de euro, si se ve la parte plateada, hay que poner
unos nuevos).
También debes revisar que los neumáticos no tengan cortes,
abolladuras, perforaciones, ni un desgaste irregular. Si las cuatro
'gomas' no están bien equilibradas, notarás ruidos, botes y que el
volante vibra a velocidad media-alta.
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