Alimentación y Salud en Adolescentes

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Alimentación y Salud en Adolescentes

•Yuridia Paulina Calderón Calderón • Valery Paulina Becerril Pantoja

Salud
La adolescencia es un período de transiciones biológicas, sociales y económicas; una
etapa transitoria desde las experiencias emocionales y las menos desarrolladas de la
niñez y las más equilibradas de la adultez, que representan un ideal. Existe poco acuerdo
sobre el comienzo y final de la adolescencia; si bien la adolescencia puede abarcar desde
los 10 años o más, la mayoría de profesionales en ciencias sociales reconocen que,debido
al importante crecimiento psicológico y social que de produce en esa década, tiene más
sentido considerar los años de la adolescencia como una serie de fases y no como una
etapa uniforme.

Quienes están ubicados en el rango de edad del grupo etario, se exponen situaciones de
vulnerabilidad y riesgo, por lo que es factible que adquieran hábitos que requieren
intervenciones especificas de los sectores públicos, privados y social, para atender los
déficits que se presenten a su salud; las condiciones que afectan su estado de nutrición,
como el sobrepeso, obesidad, bajo peso y conductas alimentarias de riesgo y con las
consecuencias a largo plazo en el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas,
como la diabetes, la hipertensión arterial y los accidentes cerebro vasculares; así como el
consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias psicoactivas; el embarazo y las infecciones
de transmisión sexual, incluyendo el VIH y el sida; la violencia física, sexual o emocional,
las acciones de daño físico y autoinfligido y los accidentes, son los principales retos que
se deben atender desde una perspectiva de prevención y promoción de estilos de vida
activa y saludable.

El ahogamiento es una de las principales causas de muerte en adolescentes. Una


intervención esencial para prevenir estos fallecimientos es enseñar a nadar a los niños y
adolescentes.

La violencia sexual también afecta a una importante proporción de los jóvenes da cuenta
de abusos sexuales.

La prestación de una atención eficaz y empática a los adolescentes sobrevivientes de la


violencia, proporcionándoles un respaldo continuo, puede ayudar a manejar las
consecuencias físicas y psicológicas. La depresión es una de las principales causas de
enfermedad y discapacidad en los adolescentes y el suicido es la segunda causa de
defunción entre los 15 y los 19 años. Los trastornos de salud mental explican un 16% de la
carga mundial de mortalidad y lesiones en las personas de entre 10 y 19 años. La mitad de
todos los trastornos de salud mental en la edad comienzan antes de los 14 años, pero en
la mayoría de los casos no son detectados ni tratados.

También es importante los programas que ayudan a reforzar el vinculo de adolescentes y


su familia y a mejorar la calidad de su entorno doméstico. En caso que que surjan
problemas, estos deben ser detectados y manejados a tiempo por profesionales sanitarios
competentes y solícitos.

El consumo de alcohol en la adolescencia suscita gran preocupación. Puede reducir el


autocontrol y alimentar comportamientos arriesgados, como las prácticas sexuales de
riesgo o la conducción peligrosa y es una causa subyacente de lesiones(en particular a
consecuencia de accidentes de tránsito), violencia y muerte prematura al igual que puede
engendrar problemas de salud que aparezcan en una etapa posterior de la vida y afecta la
esperanza de vida.

El consumo de alcohol y drogas por parte de adolescentes viene asociados a alteraciones


neurocognitivas que más adelante pueden generar problemas de comportamiento,
emocionales sociales o académicos. La prevención del consumo de alcohol y drogas es
un importante ámbito de trabajo en materia de salud pública, labor que puede pasar por
estrategias e intervenciones dirigidas a la población y actividades en la escuela, la
comunidad, la familia o a nivel individual. Entre las principales acciones para reducir el
consumo de alcohol en la adolescencia están el establecimiento de una edad mínima para
comprar y consumir alcohol y la eliminación de la mercadotecnia y la publicidad dirigidas a
los menores.

La inmensa mayoría de las personas que hoy en día consumen tabaco empezaron a
hacerlo en la adolescencia. Es crucial prohibir la venta de productos de tabaco a los
menores (menos de 18 años) y aumentar el precio de los productos del tabaco
gravándose con impuestos más elevados, prohibir la publicidad del tabaco y garantizar
espacios libres de humo.

Los adolescentes y los jóvenes adultos deben saber cómo protegerse de la infección por
el VIH y también deben tener los medios para hacerlo, lo que significa en particular que
puedan tener acceso a intervenciones de prevención (como la circuncisión médica
masculina voluntaria, preservativos y profilaxis anterior a la exposición) y mejor acceso a
servicios de prueba y asesoramiento en relación con el VIH, y que además haya nexos
más sólidos con los servicios de tratamiento contra el VIH para aquellos que den resultado
positivo.

Las adolescentes necesitan una educación sexual completa, es decir, un proceso


didáctico basado en un currículo sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y
sociales de la sexualidad. Es algo a lo que tienen derecho. Mejorar el acceso a la
información y los servicios de anticoncepción puede hacer que disminuya el número de
jóvenes que quedan embarazadas y dan a luz a una edad demasiado temprana. También
puede ser útiles leyes por las que se prohíba contraer matrimonio antes de los 18 años.
Las jóvenes que quedan embarazadas deben poder recibir una atención prenatal de
calidad. Cuando la ley lo permita, las embarazadas que decidan poner término a su
embarazo han de tener acceso a un aborto seguro. En el caso de la infección por VIH, no
solo representa un riesgo para la vida del adolescente y del niño, sino también, para su
desarrollo; muchos niños y adolescentes han perdido a sus padres a causa de ésta
pandemia, generando además padecimiento emocionales.

Desarrollar en la adolescencia unos buenos hábitos de alimentación sana es fundamental


para gozar de una buena salud en la edad adulta. 

Muchos niños y niñas padecen desnutrición cuando llegan a la adolescencia, lo que los
hace más propensos a contraer enfermedades y morir a una edad temprana. En el lado
opuesto, el número de adolescentes con exceso de peso u obesidad está aumentando en
los países de ingresos bajos, medios y altos.

En la actualidad, se observa un incremento preocupante de estos cuadros, a partir del


sedentarismo y el consumo excesivo de comida rica en grasas y en hidratos de carbono,
aumentando el riesgo de desarrollar patologías que entes eran patrimonio de los adultos,
como la diabetes, la hipertensión arterial o las dislipemias.

Asimismo, se debe prevenir la anemia ferropénica sobre todo en aquellas adolescentes


que deseen planificar un embarazo. Una nutrición adecuada y una educación nutricional
saludable desde los primeros años de vida, junto a la garantía del acceso a los alimentos
son las herramientas necesarias para paliar los problemas derivados de la malnutrición.

El estrés que supone atravesar la adolescencia, conlleva en sí el riesgo del consumo de


sustancias ilícitas como así también la adopción de conductas de riesgo para la vida.

La principal causa de muerte y discapacidad en éste grupo etario lo constituyen los


traumatismos involuntarios; 700 defunciones por día son ocasionadas por los accidentes
de tránsito. Se deben instrumentar diferentes medidas para reducir éste indicador, a
saber:

La Educación vial de los jóvenes en relación a la prudencia en el tránsito y al respeto de


las normas viales.
Normas viales estrictas que prohíban conducir bajo los efectos del alcohol ysustancias
psicoactivas.
Implementar un transporte público seguro, accesible y eficiente que facilite lamovilidad y
desaliente el uso de medios potencialmente peligrosos, como las motos.
Un sistema de salud que provea atención inmediata en caso de accidente y que fortalezca
la promoción y prevención de accidentes (el uso del cinturón de seguridad, por ejemplo)
como estrategia fundamental para evitarlos.

Infecciones respiratorias. Como los resfriados e infecciones respiratorias tanto de vías


altas como de vías bajas (bronquitis y neumonías), algunas muy características del periodo
invernal como infección por virus influenza. En esta época también es común la transmisión
de enfermedades infecciosas como la mononucleosis infecciosa o "enfermedad del beso".

Infecciones gastrointestinales. El hábito de comer fuera de casa aumenta el riesgo de


consumir alimentos contaminados lo que puede generar mayor riesgo desarrollar infecciones
del tracto digestivo como las gastroenteritis aguda.

Enfermedades de la piel. Una de las manifestaciones más comunes en la pubertad es la


aparición de lesiones en el rostro y en otras localizaciones como pecho y espalda, que se
conocen como acné. Son una causa muy frecuente de consulta médica en esta etapa de la
vida.

Traumatismos. Los traumatismos son lesiones frecuentes en esta época, aún más frecuentes


entre los varones. Se relacionan principalmente con lesiones deportivas, aunque pueden ser
producto de accidentes al adoptar conductas riesgosas como deportes de contacto e inicio
de conducción de motocicletas sin las medidas preventivas adecuadas.

Sobrepeso y obesidad: Relacionado en esta época de la vida con alteraciones en los hábitos
alimentarios y en ocasione la escasa práctica de ejercicio.

Migraña o cefalea. El dolor de cabeza debido a migraña o a cefaleas llamadas tensionales es


un trastorno que puede iniciarse en la adolescencia. Por lo que es especialmente importante
la valoración del pediatra para esclarecer sintomatología y llegar al diágnostico y etiología del
proceso, especialmente cuando los síntomas no son muy claros.

Patología del aparato locomotor: escoliosis, cifosis, condromalacias rotilianas o lesiones


musculo esqueléticas derivadas de la práctica de deportes o de accidentes.

Medidas para prevenir los problemas de salud

Inculcar un estilo de vida saludable con buenos hábitos de alimentación, actividad física


regular y sueño en una cantidad suficiente.
Acceso a consultas de salud apropiadas y diseñadas para los adolescentes, relativos a la
salud sexual y reproductiva: planificación familiar, prevención de embarazos no deseados
y nacimientos, la prevención y atención de las ITS y el VIH.
Prevención de carencias nutricionales, sobrepeso y obesidad.
Acciones para mantenerte saludable

Haga ejercicio con regularidad. Los adolescentes deben realizar actividad física al menos 60
minutos al día.

Coma una dieta saludable. Tener una alimentación saludable es una parte importante de su
crecimiento y desarrollo. Debe comer muchas frutas y vegetales, cereales integrales, diferentes
fuentes de proteína y lácteos descremados. Evite la comida chatarra como las gaseosas, la
comida rápida y las papas fritas, incluso en la adolescencia. Esto le ayudará a medida que
envejece.

Mantenga un peso saludable. Los niños y los adolescentes con obesidad tienen más
probabilidades de ser obesos en la adultez. También tienen mayor riesgo de padecer otras
enfermedades crónicas, depresión y hostigamiento escolar.

Duerma lo suficiente. La mayoría de los adolescentes necesitan entre 9 y 9 ½ horas y media de


sueño por noche. Muchos solo duermen un promedio de 7 horas. El sueño tiene un fuerte efecto
sobre la capacidad de concentración y el desempeño escolar.

Cumpla con las vacunas. Es importante vacunarse contra la gripe todos los años. Si aún no tiene
la vacuna contra el VPH, pregunte a sus padres y a su médico sobre el tema. Esta vacuna puede
prevenir el VPH y otros tipos de cáncer, como el cáncer de cuello uterino y el de garganta.

Cepíllese los dientes y use hilo dental. Si se convierte en un hábito ahora, se pueden prevenir
problemas dentales y gingivales en la adultez.

Use protector solar. Quemarse con el sol en la infancia o la adolescencia, aunque sea una sola
vez, incrementa el riesgo de padecer cáncer de piel en la adultez. No utilice camas de bronceado.
Aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel.

No escuche música fuerte. Esto puede dañar la audición para el resto de la vida.

Aprenda maneras de manejar el estrés. No puede evitar el estrés, por lo que necesita aprender
habilidades de afrontamiento saludables. Esto lo ayudará a mantener la calma y a poder actuar en
situaciones estresantes.

Estudie y tenga un buen desempeño en la escuela. Existe un fuerte vínculo entre la salud y el
éxito académico.

Intente mantener una buena relación con sus padres. Recuerde que ellos quieren lo mejor para
usted. Intente analizar las reglas que le impongan.

Cree un buen equilibrio entre la escuela, el trabajo y la vida social.

No intente abarcar demasiado. Limite sus actividades a las más importantes y dedíquese a ellas
de lleno. Exigirse demasiado puede provocar estrés, frustración o agotamiento.
Alimentación
La alimentación en este periodo debe sentar las bases para el establecimiento de hábitos
dietéticos saludables a lo largo de la vida, que se experimentan cuando el adolescente
aumenta su independencia y responsabilidad en lo que se refiere a su propia dieta, y que
persistirán hasta la edad adulta. Cuanto antes se adquieran hábitos alimentarios
saludables, más fácil será mantenerlos y, con ellos, disminuirán las posibilidades de
desarrollar más adelante un amplio abanico de enfermedades, tales como las
cardiovasculares, digestivas, endocrinas, etc. Se ha podido establecer un “decálogo de la
nutrición saludable” para los adolescentes

1.- La alimentación debe ser variada

El organismo necesita 40 nutrientes diferentes para mantenerse sano. Ningún alimento los
contiene todos, de modo que no conviene comer siempre lo mismo. Hay que inculcar a los
adolescentes la posibilidad de disfrutar de sus comidas en compañía de familiares y
amigos y observar lo que comen los demás. Seguro que así descubren nuevos alimentos
para dar a su dieta mayor variedad.

2.- Se han de tomar frutas y verduras

Las frutas, verduras y hortalizas contienen nutrientes que ayudan a prevenir


enfermedades, de modo que no hay que olvidar incluirlas cada día en la dieta. Estos
alimentos pueden ser un complemento ideal en cada una de las cinco comidas que se
deberían realizar durante el día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).

3.- La higiene es esencial para su salud

No hay que tocar los alimentos sin haberse lavado las manos antes. Deben cepillarse los
dientes al menos dos veces al día y tras el cepillado nocturno ya no se debe ingerir
alimento alguno ni otra bebida que no sea agua.

4.- Se ha de beber en cantidad suficiente

Es fundamental mantener el cuerpo bien hidratado, ya que más de la mitad del peso es
agua. Hay que recibir el aporte necesario de líquido (al menos 5 vasos cada día). Si hace
mucho calor o se realiza una actividad física intensa, se deberá incrementar el consumo
de líquidos para evitar la deshidratación.

5.-No hay que intentar cambiar los hábitos de alimentación y comportamiento de un


día para otro.

Resultará mucho más fácil hacerlo poco a poco, marcándose objetivos concretos cada día.
No es preciso prescindir de lo que gusta, pero es preciso que la dieta, en conjunto, sea
equilibrada.

6.- Es preciso consumir alimentos ricos en hidratos de carbono.

La mayoría de las personas consumen menos hidratos de carbono de los que necesitan. Al
menos la mitad de las calorías de la dieta debería proceder de estos nutrientes. Para
aumentar el consumo de hidratos de carbono, hay que comer pan -y en general,
productos elaborados a base de trigo y otros cereales tales como cereales de desayuno,
galletas, pasta, arroz, patatas y legumbres.

7.- Educar en la idea del mantenimiento de un peso adecuado para la edad

Para saber cuál es el peso correcto de un adolescente se han de tener en cuenta


muchos condicionantes: edad, sexo, altura, constitución, factores hereditarios, etc., pero
siempre es preciso trabajar tanto en la prevención de la obesidad como de los Trastornos
de la Conducta Alimentaria..

8.-. Hay que comer regularmente

El cuerpo del adolescente necesita disponer de energía en cada instante del mismo modo
que los vehículos precisan combustible para moverse. Es necesario inculcar en nuestros
jóvenes que al levantarse, después de pasar toda la noche sin comer, su nivel de energía
está muy bajo de modo que conviene hacer un buen desayuno. Durante el día, si sólo se
realizan ingestas a la hora de la comida y de la cena, su organismo pasará también
demasiadas horas sin recibir aportes energéticos. Hay que aprovechar el recreo de media
mañana para comer algo (un pequeño bocadillo, fruta, yogur…) y no dejar de merendar por
la tarde.

9.- Es indispensable hacer ejercicio

Es necesario por parte del educador, inculcar la idea de la “obligatoriedad” de realizar


ejercicio cada día: subir por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor o ir caminando al
colegio o instituto ya es una buena forma de realizar ejercicio físico. La hora del recreo
también es un buen momento para practicar alguna actividad física (jugar a fútbol, saltar a
la comba...). Naturalmente esta “obligación” de realizar ejercicio tendrá sentido siempre
que se persiga un fin saludable y no un mero instrumento de adelgazamiento.

10.- Enseñar de forma “enérgica” que no hay alimentos buenos ni malos y que tampoco
existen las “dietas milagro”.
Es preciso “enseñar” que no hay que sentirse culpable por comer determinados alimentos
pero sí es preciso evitar los excesos y asegurarse que la dieta que se ingiere es lo
bastante variada como para resultar equilibrada. Equilibrio y variedad son las claves para
que la alimentación ayuda a mantener una buena salud.

¿Qué requerimientos energéticos son los necesarios en esta etapa de la vida?

Las raciones dietéticas recomendadas para la energía se calculan tras la estimación de las
necesidades en reposo multiplicadas por un coeficiente correspondiente a una actividad
medianamente moderada que es de 1,6 a 1,7 para el varón y de 1,5 a 1,6 para la mujer.

Requerimientos proteicos

Las proteínas participan en la síntesis tisular y en otras funciones metabólicas especiales


estando en un continuo proceso de síntesis y degradación, cuyo ritmo es superior al
aporte dietético, para el crecimiento y su mantenimiento. Es la reutilización de los
aminoácidos que entran en el pool de degradación tisular lo que previene las deficiencias.
Durante el proceso metabólico se requiere un consumo de energía que es suministrada
por el ATP y el GPT, por lo que debe existir una relación adecuada entre el aporte de
energía y el de proteínas, para evitar que la utilización de estas como fuente energética
pueda comprometer el crecimiento. Por ello algunos autores prefieren expresar las
necesidades de proteínas en gramos por 100 kcal. de energía aportada en lugar de g/kg.
de peso.

Los aminoácidos indispensables o esenciales son aquellos que el organismo no puede


sintetizar y por lo tanto han de ser aportados a través de la dieta: leucina, isoleucina,
valina, triptófano, fenilalanina, metionina, treonina, lisina e histidina. Existen otros que son
condicionalmente indispensables como la prolina, serina, arginina tirosina, cisteína, taurina
y glicina, lo cual sucede cuando se produce alguna alteración en el aporte o
metabolización de sus precursores. Otros, por el contrario, como glutamato, alanina,
aspartato y glutamina en caso de estar ausentes, pueden ser suplidos en la síntesis
proteica por los aminoácidos indispensables. No existen datos sobre sus requerimientos
en los adolescentes y se ha realizado una extrapolación entre las cifras medias de los
niños de 10 a 12 años de edad y los adultos.

Las raciones dietéticas recomendadas para las proteínas se basan en pruebas de estudio
de equilibrio nitrogenado que determinan las necesidades, en varones jóvenes, de
proteínas usando como referencia 0.61 g/kg./día y añadiendo dos desviaciones estándar.
De este modo, se estimó que la RDA (raciones dietéticas recomendadas) para el adulto es
0.75 g/kg./día. Se ha utilizado un método factorial para el cálculo de las recomendaciones
en adolescentes que cubra sus necesidades con un coeficiente de variación de un 12,5 %.
Así, la recomendación es de 1g/kg. desde los 11 a los 14 años para ambos sexos y de 0,9 y
0,8 g/kg. día para varones y mujeres respectivamente entre los 15 a 18. Su valor biológico
está en función de la calificación de sus aminoácidos y de su digestibilidad.

Requerimientos de carbohidratos

La mayor parte de los carbohidratos de la dieta provienen de los alimentos de origen


vegetal a excepción de la lactosa que se encuentra en la leche y sus derivados. Las
plantas son las principales fuentes de almidones y las frutas y los vegetales contienen
cantidades variables de mono y disacáridos. No existe una ración dietética recomendada
para los carbohidratos, no obstante el National Research Council recomienda que más de
la mitad de los requerimientos energéticos lo sean en forma de hidratos de carbono
complejos. Las fibras solubles, como pectinas, gomas, mucílagos y ciertas hemicelulosas,
poseen un efecto significativo sobre los niveles de colesterol sérico, pero las insolubles,
como las celulosas y algunas semicelulosas, carecen de dicho efecto. No se conoce con
exactitud la cantidad de fibra que debe tomar diariamente el adolescente.

Requerimientos de lípidos

Las grasas de la alimentación contribuyen en gran manera a la digestibilidad y


palatabilidad de los alimentos y son fundamentalmente triglicéridos. Su principal función
es el aporte energético. Por su parte, los ácidos grasos esenciales son un importante
constituyente de las membranas celulares. Se recomienda un límite máximo de aporte de
grasas de 3 a 3,5 g/kg./día y no sobrepasar el 30 a 35% del aporte calórico total. Los
ácidos grasos saturados no deben ser más del 10% y los monoinsaturados hasta un 15%
aunque en nuestro medio se podría admitir un 18%. En cuanto al colesterol se aconseja no
sobrepasar los 300 mgr al día.

No existen RDA para los ácidos grasos esenciales aunque se estima que la necesidad de
ácido linoléico es del 1 a 2% del total de la energía ingerida y en su conjunto la familia
omega 6 debe aportar entre un 7 al 10 % de las calorías totales no sobrepasando esta
última cantidad.

Minerales y vitaminas

Durante los últimos años las RDA han sido la referencia para las cantidades que era
necesario aportar de minerales y vitaminas y constituían las ingestas que cubren las
necesidades del 98% de los individuos de una población sana. Desde 1.997 se han
desarrollado las DRI (Dietary Reference Intakes) que establecen unos márgenes de
seguridad a fin de evitar los riesgos de carencia y de enfermedad crónica y unos límites
superiores que carezcan de efectos adversos para la salud.
En la adolescencia es necesario que exista un balance positivo de calcio para poder
alcanzar el pico máximo de masa ósea, pues aunque finalice el crecimiento el proceso de
mineralización puede durar tres o cuatro años más. Los valores de ingesta adecuada (AI)
se han calculado según las cantidades que proporcionen la máxima retención y eviten el
riesgo de osteoporosis en la edad adulta y se han establecido en 1.300 mgr/día entre los 9
y 18 años. El nivel máximo tolerable (UL) es de 2.500 mgr/día para los menores de 18 años.

Para el fósforo entre los 9 y 18 años la AI es de 1.300 mgr/día, la RDA 1.250 y el nivel
máximo tolerable (UL) de 4.000. El requerimiento promedio estimado (EAR) de magnesio
es entre los 9 a 12 años de 200 mgr/día para ambos sexos y entre los 14 y 18 de 340 mgr
para los varones y 300 mgr para las mujeres. La RDA es de 240 mg/día para el primer
grupo y en el segundo de 410 para los varones y 360 para las mujeres. El UL es de 350
mgr/día para todos entre 9 a 18 años.

Para el flúor la AI se ha basado en las cantidades con las que no se presentan caries
dentales, 2 mgr/día entre 9 y 13 años y 3,2 mgr/día entre los 14 y los 18 años. El UL se fija
en 10 mgr para ambos grupos de edad.

La RDA para el hierro es, entre los 11 a 18 años, de 12 mgr/ día para los varones y de 15
mgr para las mujeres, y para el zinc de 15 y 12 mgr respectivamente. Las RDA para el
yodo, para el grupo de edad comprendido entre 11 y 18 años, están fijadas en 150 µg/día
para ambos sexos y las de selenio, entre los 11 y 14 años, de 40 µg día para los varones y
de 50 para las mujeres, y hasta los 18 años en 50 para ambos sexos.

Las vitaminas hidrosolubles desempeñan funciones importantes en el metabolismo


intermediario de los principios inmediatos por lo que sus necesidades dependen, en parte,
del aporte energético y de la actividad metabólica para la formación de tejidos. Las
liposolubles desempeñan funciones específicas salvo la vitamina E que actúa
fundamentalmente como antioxidante. Para las vitaminas liposolubles se mantienen las
RDA y para la vitamina D se establece la AI en 5 µg/día (200 UI de vitamina D) para los
grupos de varones y mujeres entre 11 a 18 años. Las UL quedan establecidas en 50 µg/día
para ambos sexos entre los 9 a 18 años.

Para las vitaminas hidrosolubles se mantienen las RDA, pero se establecen Ul para la
Niacina de 20 mgr/día, entre los 9 y 13 años, y de 30 entre los 14 y 18; para la vitamina B6
de 60 y 80 mgr respectivamente, para el ácido fólico de 600 µg/día, entre los 9 a 13 años,
y de 800 entre los 14 a 18. Para la colina se establece entre 2 y 3 g/ día para cada uno de
los grupos.

Factores de riesgo nutricional


Entre los factores de riesgo nutricional de los adolescentes hay que considerar el
incremento de sus necesidades producido por sus cambios biológicos. Por ello requieren
importantes cantidades de macro y micronutrientes, que están en relación con su estadio
de desarrollo.

En cuanto a factores de riesgo de carácter sociocultural, hay que destacar el aumento del
poder adquisitivo, la omisión de alguna comida generalmente el desayuno, la proliferación
de establecimientos de fast food que repercute sobre el incremento de su consumo, el
aumento del consumo de snack y bebidas refrescantes, el consumo de alcohol (calorías
vacías), las dietas erráticas y caprichosas, la dieta familiar inadecuada y la realización de
un mayor número de comidas fuera de la casa por motivos de estudio o laborales. Existen
otras situaciones que también constituyen un factor de riesgo nutricional como
enfermedades crónicas, embarazo, actividad deportiva, medicación y abuso de drogas.

En el momento actual se aprecia, en este grupo de edad, un aumento del consumo de


proteínas, grasas saturadas, colesterol, hidratos de carbonos refinados y sal. Por el
contrario este es bajo en hidratos de carbonos complejos, fibras, frutas y vegetales.

A la vista de todos los datos ya aportados, la distribución adecuada de nutrientes que el


educador debería promover y “enseñar” a la población adolescente, si no existen
patologías ni problemas médicos , podría esquematizarse de la manera siguiente:

55- 60 % de hidratos de carbono (fundamentalmente complejos y por debajo del 8-


10% los azúcares refinados)
30 % de grasas (no sobrepasar el 10% de ácidos grasos saturados)
12 – 15 % de proteínas ( dos terceras partes de origen animal y una tercera parte de
origen vegetal)

Referencias:

Norma Oficial Mexicana NOM-047-SSA2-2015, para la atención a la salud del grupo etario
de 10 a 19 años de edad.

Nieto, J. M. Z., Pedro, E. M. S., Vinaccia, S., Contreras, F., Fernández, H., Londoño, X.,
Ochoa, G. M. A., & Moreno, J. (2004). Hábitos básicos de salud y creencias sobre salud y
enfermedad en adolescentes de España, Colombia y México. Revista Latinoamericana De
Psicologia, 36(3), 483-504. https://www.redalyc.org/pdf/805/80536309.pdf

Sámano, R., Flores-Quijano, M. E., & Casanueva, E. (2005). CONOCIMIENTOS DE


NUTRICIÓN, HÁBITOS ALIMENTARIOS Y RIESGO DE ANOREXIA EN UNA MUESTRA DE
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6(2). https://www.medigraphic.com/pdfs/revsalpubnut/spn-2005/spn052e.pdf
Torres, M. D. C. (2012). Alimentación en la adolescencia.

Stutz, G., Ruiz, R., De Cuneo, M. F., & Santillán, M. T. V. (2012). Nutrición y revalorización
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https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ext/article/download/1279/2291

https://data.unicef.org/topic/hivaids/adolescents-young-
people/#:~:text=HIV%20in%20adolescents,of%20new%20adult%20HIV%20infections

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescents-health-risks-and-
solutions

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