Características Generales de Japón
Características Generales de Japón
Características Generales de Japón
Su territorio comprende un archipiélago de 6852 islas que cubren 377 975 km² sobre el
denominado anillo de fuego del Pacífico. Japón es el undécimo país con más habitantes del
mundo, así como uno de los más densamente poblados y urbanizados. Aproximadamente las
tres cuartas partes del terreno del país son montañosas y concentra su población de 126
millones en estrechas llanuras costeras.
El sector agrícola japonés representa aproximadamente el 1,2 por ciento del PIB del país.80
Solo el 11,5 por ciento de la tierra de Japón es apta para el cultivo.
Historia
Entre los siglos iv y ix, los reinos de Japón se unificaron bajo un emperador y su corte imperial
con sede en Heian-kyō. Sin embargo, a partir del siglo xii, el poder político estaba en manos de
una serie de dictadores militares (shōgun) y señores feudales (daimyō), y lo imponía una clase
de nobleza guerrera (samuráis). Después de un siglo de guerra civil, el país se reunificó en 1603
bajo el shogunato Tokugawa, cuando puso en práctica una política exterior aislacionista. En
1854, una flota de los Estados Unidos obligó a Japón a abrir el comercio con Occidente, lo que
provocó el fin del shogunato y la restauración del poder imperial en 1868. En el período Meiji,
el Imperio del Japón adoptó una constitución de estilo occidental y prosiguió un programa de
industrialización y modernización. En 1937, Japón invadió China y cuatro años después entró
en la Segunda Guerra Mundial como potencia del Eje. Después de sufrir la derrota en la Guerra
del Pacífico y dos bombardeos atómicos, Japón se rindió en 1945 y quedó bajo una ocupación
aliada de siete años, en la que adoptó una nueva constitución. Desde 1947, Japón ha
mantenido una monarquía constitucional parlamentaria unitaria con una legislatura bicameral,
la Dieta Nacional. Aunque ha renunciado a su derecho a declarar la guerra, el país mantiene
Fuerzas de Autodefensa que están clasificadas como el cuarto ejército más poderoso del
mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó un alto crecimiento
económico, convirtiéndose en 1972 en la segunda economía más grande del mundo antes de
ser superado por China en 2010.
Japón tiene la esperanza de vida más alta del mundo, aunque está experimentando una
disminución de la población. La cultura japonesa es bien conocida en todo el mundo, incluido
su arte, cocina, música y cultura popular, que abarca industrias prominentes de la animación
los videojuegos y el manga.
Las religiones en Japón nunca han supuesto un motivo de disputa entre personas o gobiernos,
como si ha ocurrido y ocurre en otros países.
En Japón la religión no suele condicionar la vida de los japoneses, aunque si existen tradiciones
y ritos religiosos que forman parte de numerosos actos y festividades a lo largo del año, como
bodas, funerales o días festivos.
Las religiones principales de Japón son el budismo y el sintoísmo. Si bien el budismo se originó
en la India, el sintoísmo tiene su origen en Japón.
Hoy día exististe más de 180.000 templos y santuarios repartidos por todo Japón, lo que da
idea de lo profundamente arraigadas que se encuentran estas religiones en la sociedad
japonesa.
Por otro lado se encuentran quienes se declaran no seguidores de ninguna religión (irreligión),
una tendencia muy ascendente que lleva produciéndose desde hace años.
☸ Budismo
El budismo es la religión más seguida en Japón, con un porcentaje del 31% de la población.
Llegó en el siglo VI, cuando el rey Baekje de Corea le envió al emperador de Japón una serie de
sutras y pinturas de buda. El lugar donde se inició el budismo en Japón fue en la ciudad de
Nara, ya que por aquel entonces era la capital de Japón. Pasó después a Kioto y desde allí se
extendió por todo el país.
⛩ Sintoísmo
El sintoísmo respeta y venera a las deidades de la naturaleza, tales como el sol, los sonidos, los
árboles, el mar o incluso la muerte, montañas, bosques, ríos, plantas, animales e inclusive el
clima; A estas deidades se las denomina Kami. En los lugares considerados sagrados por el
Shintoísmo, suelen existir santuarios dedicados a Kamis concretos.
El sintoísmo es una religión que encaja con muchas formas de pensamiento y filosofías, por lo
que ha logrado coexistir en Japón junto al budismo. De hecho, existen numerosas ocasiones
donde en un mismo recinto se encuentran templos junto a santuarios.
de la atención o de la memoria:
el pulso de un hexámetro,
Cristianismo
Símbolos de Japón
El sumo está considerado como uno de los deportes más antiguos de Japón, el cual se originó
hace más de 2.500 años.
El monte Fuji es la montaña nacional de Japón y uno de los principales iconos representativos
fuera de sus fronteras. También está considerado por la religión sintoísta como montaña
sagrada desde el siglo VII.
El Monte Fuji y el parque nacional que lo circunda fue declarado en 2013 como Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco.
Con sus 3776 metros es el volcán más escalado y fotografiado del mundo. Subir al Monte Fuji
es una de las principales fijaciones de los turistas que recibe Japón, pero además, también
forma parte de todo lo que un japonés tiene que hacer en su vida
La bandera nacional de Japón o Nisshōki, es su símbolo patrio más representativo y una de las
insignias nacionales más diferenciadas del mundo. Es de color blanco rectangular con un disco
rojo en el centro representando al sol naciente.
La bandera militar, de igual forma pero con rayas rojas y blancas a su alrededor, fue usada
durante la época imperialista japonesa, motivo por el que se la considera ofensiva en muchos
países como Taiwán, Corea y China.
El emblema Imperial de Japón está representado por la flor del crisantemo y es usado como
sello por el Emperador y los miembros de la familia real. Está formado por dieciséis pétalos
principales superpuestos a otros dieciséis pétalos. Se representa en color dorado o amarillo.
Su origen se remonta al siglo XII, siendo uno de los más antiguos que aún perviven en Japón.
Tanto es así, que a al país se le conoce son el sobrenombre de «el Imperio del Crisantemo».
Los crisantemos en Japón tienen uso culinario, como decoración y se emplean en infinidad de
diseños, como kimonos y todo tipo de artes tradicionales. También tienen mucho simbolismo,
representando la longevidad y usándose en rituales tradicionales. El día 9 de abril se celebra el
Festival del Crisantemo.
El sintoísmo tiene una interpretación más terrenal de la flor del cerezo, otorgándole una cierta
veneración a la naturaleza y a lo que en ella acontece.
En Japón existe un concepto muy especial sobre cómo se disfrutan las cosas de la vida. Valoran
sobre todo, las satisfacciones breves pero profundas que podemos experimentar a nuestro
paso por la vida. Se considera que los momentos efímeros de felicidad pueden durar toda la
vida.
También se piensa que el tiempo nos supera, pero nosotros podemos trascender a él con
nuestras experiencias.
De igual forma, la corta vida de la flor del cerezo se extrapola a la celebración del hanami,
otorgándole una interpretación filosofía que se vive en forma de picnic.
Para terminar, quiero expresar mi admiración hacia el pueblo japonés. Habitantes de este
maravilloso y bonito país pero con escasos recursos naturales y continuos fenómenos
naturales adversos.
Sin embargo han sabido ingeniárselas para desarrollar el sector industrial, sacando partido a
sus pocos recursos. Han creado un modelo económico ejemplar. Una fuente de inspiración y
admiración en todo el mundo por el elevado crecimiento no solo económico, sino también
social y tecnológico. Todo gracias al esfuerzo humano y la capacidad de convivir en comunidad
de sus gentes.
Estaban tristes, pero no lo mostraban, porque los rostros de las divinidades son kanjis que no
se dejan descifrar. En la verde cumbre de un cerro se sentaron en rueda. Desde su firmamento
o desde una piedra o un copo de nieve habían vigilado a los hombres. Una de las divinidades
dijo:
Hace muchos días, o muchos siglos nos reunimos aquí para crear el Japón y el mundo. Las
aguas, los peces, los siete colores del arco, las generaciones de las plantas y de los animales,
nos han salido bien. Para que tantas cosas no los abrumaran, les dimos a los hombres la
sucesión, el día plural y la noche una. Les otorgamos asimismo el don de ensayar algunas
variaciones. La abeja sigue repitiendo colmenas; el hombre ha imaginado instrumentos: el
arado, la llave, el calidoscopio. También ha imaginado la espada y el arte de la guerra. Acaba
de imaginar un arma invisible que puede ser el fin de la historia. Antes que ocurra ese hecho
insensato, borremos a los hombres.
Es verdad. Han imaginado esa cosa atroz, pero también hay ésta, que cabe en el espacio que
abarcan sus diecisiete sílabas.