Duelo

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Apoyo durante el duelo

El ciclo vital del ser humano inicia desde la concepción y finaliza con la muerte. Desde su
nacimiento el ser humano experimenta apegos y establece relaciones afectivas con las
personas que le rodean, relaciones que se consolidan con el pasar del tiempo y que,
además, permiten el desarrollo del ser humano.

Es por tal razón, que la pérdida de un ser querido implica un proceso de adaptación y de
reestructuración de nuestro entorno, con el propósito que la persona que ha sufrido la
pérdida, pueda crear nuevos estímulos que le faciliten el proceso de duelo hasta llegar a la
aceptación de la pérdida.

Una pérdida produce dolor, el cual es parte de nuestra condición humana y de nuestra
naturaleza, de tal manera que la persona puede llegar a sentirse incapaz de superarlo y/o
desarrollar un duelo patológico que requerirá la intervención profesional para su
recuperación.

Cada persona experimenta el duelo de diferente manera, además viven el proceso del
duelo en diferente tiempo. Hay personas más expresivas que otras, y otras que en corto
tiempo pueden llegar a la aceptación de la pérdida.

Sin embargo, cuando una persona cercana a nosotros sufre la pérdida de un ser querido,
siempre tenemos la idea de querer ayudarlo a que se sienta mejor y que sufra lo menos
posible, con esta idea en mente generalmente se busca la forma correcta de dar el
pésame o acompañar a esta persona en todo el proceso. Pero, esto no siempre suele
darse de la mejor forma.

Pensando en ser lo más amable posible, uno puede llegar a sentir preocupación por poder
ofender a la otra persona bien sean porque esta siente que no tiene suficiente interés en
su pérdida, tal vez por ser demasiado franco o simplemente por no saber cómo dar el
pésame.

Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta al momento de dar un pésame es
a quién va dirigido, no es lo mismo dar el pésame a un conocido, que a un amigo o a un
familiar, esto depende mucho de la relación que se tenga con la persona que ha perdido a
su ser querido.

Algunas sugerencias de cosas que podemos hacer para acompañar a la persona que tiene
una pérdida:

 Mostrar interés. La primera de las ayudas que podemos proporcionar a alguien


que está atravesando por un duelo es ofrecerle nuestra atención e interés y
nuestra apertura a la comunicación; mostrarnos interesados y abiertos a lo que la
persona quiere compartir.
 Ser sincero. Escuchar realmente a alguien que está sufriendo, estar a su lado de
forma auténtica, con cariño y cuidado es una ayuda fundamental y de gran valor.
 Comunicarnos. Dar la oportunidad al doliente de poder expresarse, preguntarle
cómo está, es darle la oportunidad de que se exprese y que comparta su vivencia.
Preguntar e interesarse sinceramente.
 Elegir bien las palabras. Es importante ser conscientes de que nada de lo que
podamos decir va a aliviar instantáneamente el dolor de la persona. Si no se sabe
qué decir, es mejor no decir nada. Reconforta más un acompañamiento en
silencio.
 Dejar expresarse. Debemos permitir que las persona tengan y expresen sus
emociones y sentimientos.
 Ser empático: ponernos en la situación de la persona que experimenta la pérdida.

 Respeto. Respetar las costumbres y tradiciones de la familia doliente.

Algunas cosas que no deben hacerse:

 Inhibir los sentimientos de la persona que ha sufrido la pérdida, si desea


expresarlos.
 Utilizar frases inadecuadas como: "no piense más en esto", "pensá en los demás",
"no te preocupés", "tenés que ser fuerte", "no llorés más".
 Huir ante la expresión de sentimientos de dolor.
 Decirle a la persona que ha sufrido la pérdida lo qué tiene que hacer para controlar
sus emociones.
 Decirle "sé cómo se siente", “yo ya pasé por eso” o “todo está bien”.
 Decirle "buscame si te sentís mal o necesitás algo".
 Sugerirle que "el tiempo le curará el dolor".
 Intentar que la persona supere su dolor de forma rápida.
 Invadir el espacio íntimo de la persona
 Dar abrazos o apretón de mano con severidad
 Obligar a comer a la persona que experimenta la pérdida
 Dar medicamentos a la persona que expresa su dolor, si no los requiere.
 Obligar a la persona a que llore
 Evitar reclamos y todo tipo de culpabilidad
 Evitar risas o carcajadas durante la vela o funeral
 Hacer preguntas sobre la forma en que la persona falleció

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