Civilizaciones 2
Civilizaciones 2
Civilizaciones 2
MONTERIA - CORDOBA
2015
Cuando hablamos de una civilización nos estamos refiriendo a una sociedad que ha alcanzado un
gran desarrollo tanto en su economía como en su organización política, su producción cultural y su
religión. La civilización es el grado más alto de desarrollo que puede alcanzar una sociedad. En el
caso de las civilizaciones antiguas, nacen hace miles de años pero han sido la base fundamental para
el avance social que vivimos en este siglo, el cuál destaca por la era tecnológica. De todos modos si
no hubiera sido por estas primeras civilizaciones, con sus invenciones, la escritura y el comercio, así
como, las estructura política ha llevado a la evolución de lo que conocemos hoy en día como
estructura social.Podemos decir que el desarrollo de todas estas civilizaciones coincide en algunos
puntos en los que han tenido que ir avanzando para poder adaptarse y sobretodo sobrevivir.
Las primeras civilizaciones de la Historia se desarrollaron en Mesopotamia, Egipto, India y China hace
unos 5,000 años. Todas ellas reciben el nombre de civilizaciones fluviales porque se desarrollaron a
la orilla de grandes ríos como lo son el Tigris y el Éufrates en Mesopotamia; el Nilo en Egipto; el Indo
en la civilización india; y el río Amarillo en China. Las orillas de estos ríos estaban ocupadas por
tierras muy fértiles y fáciles de regar, lo que provocó un gran desarrollo de la agricultura. El
crecimiento económico trajo grandes cambios; la población aumentó y las hasta entonces pequeñas
aldeas crecieron hasta convertirse en grandes ciudades con varios miles de habitantes.Hace unos
12.000 años, la forma de vida de los seres humanos que habitaban determinadas zonas geográficas
comenzó a transformarse radicalmente. Las ocupaciones, como la caza y la recolección, fueron
sustituidas poco a poco por otras de carácter productivo, como la domesticación de animales y el
cultivo de la tierra y, de esta forma, las sociedades de Homo sapiens abandonaron paulatinamente el
nomadismo y la economía de subsistencia para convertirse en sedentarias y productoras de sus
propios alimentos. El complejo proceso que permitió a estos grupos pasar de una economía
depredadora a una productora recibe el nombre genérico de neolitización, aunque con frecuencia
también se utiliza la expresión "revolución neolítica" . El Neolítico, que no debe entenderse como un
período cronológico concreto, sino como una etapa dentro de la evolución de las diferentes
sociedades humanas, tuvo una difusión casi universal, aunque no surgió al mismo tiempo ni se
desarrolló con un ritmo paralelo en todas las regiones del planeta en lugares remotos, todavía hoy
pueden encontrarse culturas neolíticas. Cada núcleo original, que coincide con zonas de la Tierra
donde existían animales y plantas susceptibles de ser domesticados como Oriente Próximo, China,
Mesoamérica o la región andina evolucionó y se difundió de forma independiente. Así, no se puede
hablar de una "cultura neolítica", sino de infinidad de éstas. Cada cultura surgió y se desarrolló en un
entorno natural distinto y, consecuentemente, tuvo que adaptarse a recursos y materiales muy
dispares. Una de las principales razones de la transformación económica y cultural vivida por las
sociedades humanas se encuentra en el cambio climático que se produjo al finalizar la última
glaciación y que inauguró el período Holoceno, el último de la actual era geológica. Durante éste, las
temperaturas aumentaron considerablemente y, paulatinamente, los hielos que cubrían la mayor
parte del planeta se fundieron y quedaron relegados a las regiones polares y a las altas montañas.
Con el deshielo, además, se inundaron amplias zonas costeras. La alteración climática comportó la
desaparición de muchas plantas y la migración o extinción de las especies animales que habían
garantizado la supervivencia del hombre del Paleolítico. Estos cambios en la vegetación y la fauna,
unidos al constante aumento de la población, rompieron el equilibrio existente entre las necesidades
de las comunidades humanas y los recursos naturales; y, así, el Homo sapiens se vio forzado a
modificar sus costumbres alimenticias para no desaparecer.A finales del Paleolítico, sin embargo, la
humanidad ya había adquirido la madurez cultural y el progreso técnico necesarios para afrontar
este reto. Así se inició la etapa de transición al Neolítico que los historiadores y arqueólogos
denominan Mesolítico , durante la cual, gradualmente, los cazadores y recolectores aprendieron a
controlar la producción y el consumo de los alimentos las primera civilizaciones: La civilización,
según parece confirmar la arqueología, empezó en Sumer. En esta pequeña región de la Baja
Mesopotamia, anegada hasta finales del Neolítico por las aguas del mar, las avanzadas sociedades
agrícolas de la Edad del Cobre encontraron un paisaje inédito en el que crecer y prosperar.Pero para
conseguirlo, primero, tuvieron que organizarse y aprender a controlar las crecidas de los ríos. Así fue
cómo apareció la agricultura de regadío y, junto a ella, algunos de los inventos más extraordinarios
que ha pergeñado la humanidad, como el arado, el transporte rodado o la escritura.Las sociedades
salidas de este nuevo modelo económico, imbuidas por un profundo espíritu religioso y plenamente
jerarquizadas, vieron cómo sus antiguas aldeas se convertían en grandes ciudades y, pronto, se
toparon con la necesidad de poner orden a su complejo funcionamiento interno. Esto aumentó el
poder de aquellas personas que habían dirigido y coordinado el progreso colectivo y, de tal suerte,
aparecieron los primeros líderes políticos y religiosos.La prosperidad de las ciudades sumerias
cimentó luego gobiernos de reyes independientes, que entre 2800 y 2350 a. C. se disputaron el
dominio de la región. El triunfo, sin embargo, fue para un príncipe extranjero. El semita Sargón
fundó sobre la civilización sumeria el Imperio acadio, el primero de la Antigüedad, e inauguró un
proceso secular por el cual los pueblos de pastores nómadas invadirían las fértiles tierras de
Mesopotamia a cambio de asimilar la cultura de los vencidos.
A continuación daremos a conocer el origen de cada una de las regiones de las civilizaciones
antiguas: Roma ,Mesopotamia, Grecia, Egipto, Babilonia ,India , china.
Mesopotamia:
Mesopotamia significa en griego "entre ríos". La región así denominada abarcaba inicialmente los
territorios comprendidos entre los ríos Tigris y Eufrates. En la actualidad comprende a Iraq y el este
de Siria.La abundancia de agua creó una gran riqueza natural, hasta el punto de que, según la Biblia,
estuvo allí localizado el Paraíso. El neolítico pronto alcanzó un gran desarrollo en Mesopotamia, con
asentamientos urbanos importantes, como Eridu o Uruk (desde el año 3.750 a.c.).En esta ciudad
comenzó, muy probablemente, un sistema complejo de escritura. La historia de Mesopotamia es
una sucesión de civilizaciones, iniciada por los sumerios (3.000 a.c. - 2.350 a.c.). Estos son vencidos
por las huestes de Sargón, rey de los acadios (Akkad), que imponen su poder hasta 1.800 a.c.Desde
ese momento conviven dos importantes culturas: los asirios (Assur), al norte, y los babilonios
(Babilonia), al sur. Cada uno evoluciona de forma diferente, pero ambos acabarán dominados por
pueblos guerreros llegados del este, los persas (Persia), medos y aqueménidas.
RELIGIÓN:
La religión en el mundo Mesopotámico domina todo y permanece más o menos inalterable hasta la
conquista musulmana.
Está basada en un principio en las fuerzas de la naturaleza que se identifican con los dioses: el dios
del agua es Enlil, el del cielo Anu y el de la tierra Enki. Estos dioses poco a poco van tomando forma,
primero con símbolos y van a acabar teniendo forma humana. Anu va a ser el dios de los dioses.
Posteriormente se van configurando nuevos dioses: la gran diosa Inanna, que más tarde se va a
identificar con Ishtar, va a ser la diosa más venerada. Es la diosa de la fertilidad y del amor. Sin será
la luna y Shamash el sol. A estos se les van a unir otros dioses que van a ser venerados sólo en
algunas zonas, como Assur en Asiria o Marduk en Babilonia.
Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de las distintas épocas y
en ellos se da una gran burocracia. No es sólo una institución religiosa, sino también política y
administrativa. Así, en torno al recinto religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el
palacio del rey. El monarca va a ser el que debe construir los templos. Así, el rey-sacerdote pone la
primera piedra de estas construcciones, que para los mesopotámicos era muy importante, por lo
que hay muchas representaciones de este hecho.
SOCIEDAD:
Las ciudades están aglomeradas en unas ciudades-Estado que son autónomas e independientes y
que están gobernadas por un monarca que dirige el ejército, administra la justicia y dirige los ritos
religiosos junto a los sacerdotes. Es el dueño y señor de todo el territorio.
Hay dos tipos de nobleza: la nobleza cortesana y la nobleza empleada, o bien en el ejército o en la
administración. También hay escribas, aunque no están representados como en Egipto, pero que
también están muy bien considerados y están ligados al templo. La clase urbana está formada por
mercaderes y artesanos. Por debajo se sitúan los campesinos y por último los esclavos. Esta sociedad
está bien organizada desde un principio. Prueba de ello es la legislación que hay desde muy pronto,
como la de Ur-Namu, que es la más antigua, de la época neosumeria, o el código de Hammurabi, ya
de época babilónica.
La escritura cuneiforme se conoce desde 1802 gracias a Groterfend que descifró la estela persa de
Behistun, que estaba escrita en tres lengua: persa, acadio y elamita. Se sabe de la existencia de
bibliotecas, pero han desaparecido. La más importante fue la de Nínive.
El pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fue poseedor de gran cultura. Fueron los
grandes conocedores de la astrología: conocían planetas, movimientos, constelaciones, inventaron
el horóscopo, etc.
También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan notas, por ejemplo,
en el código de Hammurabi.
LA ARQUITECTURA:
La producción artística, de la que hasta ahora hemos indicado las características esenciales, se
expresa a través de una serie de "géneros" o categorías sobre cuya autonomía es, evidentemente,
posible formular reservas. Pero también es verdad que el culto de las formas tradicionales, con los
fenómenos de supervivencia y arcaísmo, junto con el componente religioso y hasta mágico de los
modelos, confiere a estos últimos una función esencial. Sería un error creer que, como en el caso de
otras civilizaciones, esto sirve sobre todo para las artes figurativas. Antes bien, la tipología
arquitectónica, es decir, el conjunto de modelos (casa, templo, palacio etc.) del cual dependen las
obras completas, constituye un adecuado paralelo de la tipología escultórica, detal manera que las
formas tipo de los edificios tienen valor de modelos no menos que las estatuarias.
Por otra parte, esta convergencia que la crítica moderna sugiere entre las tipologías de la
arquitectura y las iconografías de las artes visuales (o sea las imágenes figuradas que brotan de la
creatividad de escultores y pintores) halla en Mesopotamia, (como en otras regiones del próximo
oriente antiguo, en particular Egipto) una comprobación muy considerable.
Esto se verifica especialmente en el caso de los toros alados de cabeza humana, insertados en las
puertas de los palacios para protegerlos con su fuerza mágica (carácter profiláctico); y en el de los
relieves esculpidos en las paredes de las salas, como guía ideal de los visitantes. Asistimos aquí
(como para las esfinges situadas en la entrada de los templos egipcios) a las manifestaciones de un
arte que combina elementos arquitectónicos y escultóricos al realizar sus fines determinados. En
tales fines se pueden reconocer las condiciones necesarias para entender la articulación de la
tipología arquitectónica. Así, en el culto de los dioses encontramos la premisa natural del templo, en
la expresión del poder real de palacio. Ni ciertas carencias están privadas de significado: por
ejemplo, faltan los edificios para espectáculos y deportes, ya que estas actividades van unidas ambas
a la vida del palacio y del templo, sin asumir autonomía propia.
Una inscripción del soberano sumerio más famoso, Gudea que gobernó la ciudad de Lagash
alrededor del 2000 a. C., expresa estos conceptos de forma tan evidente que conviene citarlo
directamente. Habla en primera persona el dios de la ciudad: "Cuando el fiel pastor Gudea empiece
a construir mi templo real, el agua será anunciada por un viento en el cielo: entonces la abundancia
llegará a ti desde el cielo e hinchará la tierra. Cuando se coloquen los cimientos de mi templo,
entonces habrá prosperidad. Los grandes campos te llevarán frutos, las osas y los canales se llenarán
de agua para ti" "..." E la tierra de los sumerios el aceite se producirá abundancia, la lana se pesará
en gran cantidad "..."El día en que empieces a construir mi templo, yo pondré el pie sobre los
montes, allí donde habita la tempestad; desde el lugar de la tempestad, desde los montes, desde los
lugares puros, yo te mandaré la lluvia, que dará vida a la tierra". Circunstancias ambientales
determinadas, referentes al material, condicionan la construcción de los templos.
Roma:
Estado de la Antigüedad, surgido de la expansión de la ciudad de Roma y que llegó a abarcar desde
la Gran Bretaña al Sáhara y desde la península Ibérica al Río Éufrates. En el 27 aC dejó de ser una
república para convertirse en un imperio. Durante el Imperio la población llegó a superar el millón y
medio de personas.
Situación geográfica
Italia es una península ubicada prácticamente en el centro del Mar Mediterráneo. Se encuentra al
oeste de Grecia, al este de España y Francia y a sólo 130 km al norte de la costa africana. A su vez,
Roma es el centro de Italia, posición ideal para enviar barcos y tropas en todas direcciones.
Numerosas vías o caminos salían de Roma en dirección norte y sur. Italia es montañosa, pero no
abrupta y escabrosa (sin precipicios). Los Alpes la separan de Europa pero hay pasos por donde los
invasores han accedido a ella. Los Apeninos corren de norte a sur. Su lado oeste es fértil, con
abundante vegetación y posibilidad de desarrollo agrícola. Así, su mirada iba desde el origen hacia
Europa, África y Asia, señalando el futuro imperial.
Gobierno y administración
Con la expulsión del pueblo Etrusco el año 509 aC, la nobleza romana estableció la República,
concepto que significa estado libre gobernado por magistrados electos o gobierno sin marca ejercido
por el pueblo o sus legados.
En sus comienzos, la República Romana fue muy semejante a la Polis o Ciudades-Estado de los
griegos tanto por su reducido territorio y escasa población como su forma aristocrática de gobierno.
Los romanos la llamaron Cibis o Ciudad. Su carácter aristocrático se debió a que el «pueblo» o
conjunto de ciudadanos estuvo formado al principio sólo por la Clase Alta o Patriarcado. Sólo los
Patriarcados formaban el pueblo Romano, es decir, eran los únicos que poseían los derechos de
ciudadanía, que permitían actuar en el gobierno. Posteriormente se introdujeron los Plebeyos,
quienes lograron colocar un representante dentro de la estructura republicana, el Tribuno de la
Plebe, quien defendía los intereses de esta clase ante el resto de las magistraturas romanas.
La república Romana reunía lo mejor de los tres poderes conocidos: Monarquía, Oligarquía y
Democracia. Armonizaba los intereses de sus miembros a través de una tríada institucional de poder
dada por las Magistraturas, el Senado y los Comicios.
Economía
Moneda romana
La base económica de Roma, en la época de la monarquía, era la ganadería. Esta era de propiedad
privada, mientras que la agricultura era de propiedad comunal. Aunque, con el tiempo, también
sería privada. El régimen de tenencia era la pequeña propiedad, puesto que cada familia tenía lo que
podía explotar directamente.
Dada la posición de la ciudad, en una importante ruta comercial, cada vez más los romanos se
dedicaron al comercio; principalmente de productos agrícolas, ganaderos, sal, manufacturas
etruscas e importaciones griegas y fenicias. Hasta mediados del siglo IV a.C. Roma no acuñó moneda,
y se pagaba con el peso en bronce.
Aunque la actividad política y cultural se centraba en las ciudades, la mayoría de los habitantes
vivían en el campo, donde cultivaban la tierra y cuidaban del ganado.
Los cultivos más importantes eran los de trigo, vid y olivo, y también árboles frutales, hortalizas,
legumbres y lino.
Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas. Introdujeron la arada romana, molinos más eficaces,
como el de grano, la prensa de aceite, técnicas de regadío y el uso de abono.
Arte
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo etrusco, enseguida contagiado
de los caracteres griegos aprendidos de las colonias de la Magna Grecia, sur de Italia, que Roma
conquistó en su proceso de unificación territorial durante los siglos IV y III aC. La influencia griega se
acrecenta cuando Roma en el siglo II aC ocupa Macedonia y Grecia.
La escritura se introduce entre finales del siglo VII a.C. y principios del siglo VI a.C., con un alfabeto
propio. La escritura se utiliza para fijar textos jurídicos, transmitidos por tradición oral, y los
documentos privados.
Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte
griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es
totalmente diferente de los originales. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido
estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.
Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad y
autonomía desde el siglo III a.C hasta el siglo V de nuestra era. Siguiendo las etapas que su devenir
histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 a.C, y el Imperio, que se extendió
desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476.
A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspecto de la
vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos
durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes
momentos, no existe una contemporalidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está
más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más
tardíamente incorporadas a la cultura romana.
Sociedad
La base de la estructura social fue la familia y la gens. La familia era el conjunto de persona que
estaban sometidas a la patria potestad. Era la unidad básica de explotación agraria, que incluía a los
esclavos, el ganado, las tierras y la vivienda. La patria potestad daba al cabeza de familia un poder
total, pudiendo decidir, incluso, sobre la vida y la muerte. Además, era el único titular de los bienes
patrimoniales. La sumisión a la patria potestad no dependía de la edad, y duraba hasta que el páter
familia moría o transmitía su poder. La gens la constituían los descendientes de un pater familia,
generalmente legendario. Probablemente, en un primer momento, la gens era la titular de los bienes
patrimoniales.
Desde el comienzo, la sociedad romana se dividió en tribus y curias, que eran, más que nada,
unidades de reclutamiento militar y de decisión política. Eran las curias las que se reunían en las
asambleas populares o comicios. Con la reforma de Serbio Tulio la división en tribus pasó a ser
territorial, por lo que se liberó de la dependencia de la gens.
Cultura
Las mayores contribuciones que Roma ha hecho a la cultura han sido el derecho y el latín, origen de
muchas lenguas modernas, y de muchas palabras en lenguas no románicas. Durante la república, y
tras la conquista de Grecia, la cultura romana sufre una profunda transformación, caracterizada por
la introducción de la civilización helenística, no la griega clásica, en la mentalidad romana. Entre las
clases acomodadas la educación está en manos de los griegos.
Así, entran en Roma las últimas tendencias de la filosofía griega, como los estoicos de la mano de
Panecio y Posidonio. Historiadores griegos como Polibio, Estrabón y Plinio. Los mayores filósofos
romanos serían Cicerón, Horacio, Séneca y Epicteto. En Alejandría destacan Plotino y Ammonio
Saccas. Y ya en el siglo III Alejandro de Afroditica, Simplicio, Ammonio, Juan de Filópono, etc. Todos
ellos comentaristas de los grandes filósofos griegos.
Destacaron matemáticos como, Papo, Teón de Hipatía en Alejandría, Nicómaco de Gerasa, Boecio y
Diofanto en Roma; médicos como Herófilo y Erasistrato en Alejandría, Asclepíades, Aulo Cornelio y
Galeno en Roma; y geógrafos como Pomponio Mela y Claudios Ptolemaios, el más influyente de la
antigüedad.
En la literatura romana tuvieron gran importancia las letras griegas. Se tradujo mucho del griego.
Pero destacaron Andrónico, Nervio, César, Plauto, Terencio, Enio, Virgilio, Lucrecio, etc.
La ciencia romana fue digna heredera de la griega. En Medicina, los romanos asumieron a partir del
siglo II aC la superioridad de la medicina griega y terminaron romanizándola y haciéndola suya. A
partir de aquí se crearon:
India:
En el III milenio a. C., varias culturas neolíticas se extendían en lo que hoy es Pakistán y la zona
noroeste de la República de la India. Durante el I milenio a. C., los arios védicos se extendieron por el
Panyab y la llanura del Ganges (en el norte de la India).
Al principio del período de los Reinos Medios, el norte de la India estaba dominado por los arios,
mientras que en el sur era prominente la cultura dravidiana. A partir del siglo X, los imperios
islámicos se establecieron en el noroeste de India, culminando con el Imperio mogul.
Las primeras aldeas confirmadas datan del 7000 a. C. y se conocen actualmente como Refugios
rocosos de Bhimbetka, en el actual territorio del estado de Madhya Pradesh.
La era neolítica
La cultura neolítica del sur de Asia comenzó aproximadamente hacia el VII milenio a. C. en lo que hoy
es Baluchistán (en Pakistán) y es conocida como la cultura Mehrgarh. Esta comunidad era
principalmente pastoral y vivían en casas de barro, tejían cestas y atendía a sus rebaños de cabras y
a sus cultivos. Alrededor del 1550 a. C. apareció la elaboración de vasijas y otros implementos. Esta
cultura desapareció en los últimos siglos antes de nuestra era.
La transición entre comunidades agrícolas a comunidades urbanas más complejas comenzó entre el
periodo de Mehrgarh y el 3000 a. C. Este periodo marcó el principio de una sociedad urbana en
India, conocida como la cultura del valle del río Indo , también llamada civilización de Harappa y
Mojensho Daro, la cual llegó a su máximo desarrollo en el lapso de mil años entre el siglo XXIX y el
XIX a. C.
Estaba centrada entre los ríos Saraswati y el Indo y se extendía hasta las zonas de los ríos Ganges e
Iamuná, Doab, Guyarat y el norte de Afganistán.
Esta civilización se hizo notar por las ciudades que construyó con ladrillos, con sistema de drenajes y
casas con múltiples habitaciones. Las referencias históricas más antiguas son las de Meluja en los
registros de los sumerios. Comparado con las civilizaciones de Egipto y Sumeria (anteriores en varios
siglos), la civilización del Indo contaba con una planificación urbana bastante avanzada y con
sistemas de medición sorprendentemente uniformes.
Las ruinas de Mojensho Daro fueron en alguna ocasión el centro de esta sociedad. Los poblados de
la civilización del Indo se extendían hasta la frontera con Irán (en el oeste), hasta la cordillera del
Himalaya (en el norte), hasta Delhi (en el este) y hasta Bombay (en el sur). En su apogeo se estima
que esta región tuvo una población de más de cinco millones de habitantes.
Entre las poblaciones existían centros urbanos de cierta importancia tales como los de Mojensho
Daro, Dholavira, Ganweriwala, Lothal y Rakhigarhi.
A la fecha, se han encontrado más de 2500 ciudades y poblados, principalmente en la orilla este del
río Indo en Pakistán, a lo largo de lo que puede haber sido el río védico Sáraswati. Se piensa que los
cambios geológicos y del clima fueron los responsables de haber secado el río Sáraswati, lo que creó
la aridez de la región actual y la desaparición de la civilización en esa región.
Estudios arqueológicos sugieren que las civilizaciones del valle del Indo dependían de los suelos de
aluvión de los ríos, lo cual producía alto rendimientos en las cosechas de cereales, granos y otros.
Para el siglo XXVIII a. C. es evidente la presencia de un Estado organizado, con reglas jerárquicas y
obras públicas de mayor envergadura. A mediados del II milenio a. C., la región del valle de los ríos,
donde se estaban ubicados las dos terceras partes de los poblados encontrados, se secaron y los
poblados fueron abandonados.
La era védica
La civilización védica es una cultura indoaria descrita en textos compuestos en sánscrito védico (un
idioma proveniente del indoeuropeo del Asia central). El origen de esta cultura no es bien conocido,
pero sí se sabe que originalmente era una sociedad pastoral que se convirtió posteriormente, en una
sociedad agrícola compuesta de cuatro varnas (castas).
El primer texto fue el Rig-veda (de mediados del II milenio a. C.), himnos épicos que presentan las
doctrinas de esta primitiva religión védica.
En el año 600 a. C. existían dieciséis monarquías hereditarias en la planicie entre los ríos Indo y
Ganges extendiéndose desde Afganistán hasta Bangladés. Las naciones más grandes eran Magadha,
Kosala, Kuru y Gandhara. El derecho al trono, no importa cómo se hubiese logrado, era legitimado
por los sacerdotes brahmanes, quienes componían genealogías ficticias, dándole al rey orígenes
divinos (unos decían descender de la dinastía del dios del Sol y otros de la del dios de la Luna).
Los sacrificios védicos de animales eran complicados y solo podían ser realizados por la casta
sacerdotal.
El lenguaje de la corte en aquella época era el sánscrito, existiendo diferentes dialectos en el norte
de la India conocidos como prácritos (luego devenidos en lenguas vulgares, en oposición al sánscrito
de los textos sagrados).
En el siglo V a. C., Gautama Buda crea el budismo, el cual inicialmente iría a suplementar el dharma
védico. En ese mismo periodo, Majavirá fundó el yainismo. Ambas doctrinas eran simples y se
predicaban en prácrito, lo cual ayudó a su aceptación entre las masas. Si bien el yainismo tuvo un
impacto limitado, el budismo se extendió al Tíbet, Sri Lanka y al sudeste de Asia.
Se cree que en este periodo se compusieron las Upanishads, o escrituras filosóficas del hinduismo,
que se refieren principalmente a temas religiosos.
Alrededor del año 500 a. C., la región del valle del Indo fue invadida por Darío I, el rey persa, el cual
convirtió a la India en una satrapía del Imperio aqueménida. Los persas designaron a Taksila como la
capital, pero su influencia fue marginal y duró solo 150 años.
Alejandro Magno los derrotó en el siglo IV a. C., cruzando las montañas del Hindú Kush, invadiendo
lo que es hoy en día Pakistán. Sin embargo las costosas campañas contra las fuerzas de Magadha y el
desaliento en sus tropas, obligó a Alejandro a replegarse después de haber llegado al río Beas en
Panyab. Designó a gobernadores griegos para gobernar la nueva provincia adquirida, abriendo rutas
de comercio entre la India y Grecia. El reino de Alejandro el Magno ocupó la porción norte de la
península india y se convirtió en una nación marítima importante que comerciaba con Egipto y el
Sudeste de Asia.
Babilonia:
Babilonia fue una antigua ciudad de la Baja Mesopotamia. Ganó su independencia durante la Edad
Oscura, tras lo cual se convirtió en capital de un vasto imperio bajo el mandato de Hammurabi (siglo
XVIII a. C.). Desde entonces se convirtió en un gran centro político, religioso y cultural. Aún en época
helenística, ya despojada de su segundo imperio y caída en desgracia frente a otras grandes
ciudades como Persépolis, Alejandro Magno quiso convertirla en su capital.1 En el año 312 a. C.
Seleuco I Nicátor trasladó la capitalidad del imperio Seléucida a Seleucia, aposentada sobre el río
Tigris y no sobre el Éufrates por rapidez de las nuevas vías comerciales. Los babilonios fueron
invitados a mudar sus residencias. Para entonces la ciudad había entrado en franca decadencia,
siendo abandonada por la mayoría de sus habitantes poco después.2 A pesar de ello se les permitió
quedarse a los sacerdotes de Bēl -relacionados con el templo de Año Nuevo-, y la ciudad funcionó
como residencia real durante la ocupación parta.3
Actualmente sus ruinas, parcialmente reconstruidas por Saddam Hussein a finales del siglo XX, se
encuentran en la provincia iraquí de Babil, 110 km al sur de Bagdad.
La ciudad histórica:
El uso de los ladrillos vidriados, policromados y pintados al esmalte fueron técnicas muy populares
en la ciudad de Babilonia.5 Quizá los más famosos fueron los de la Puerta de Ishtar, que presentan
relieves de animales y seres mitológicos sobre tonos azules. Con el tiempo se convirtieron en la
característica más llamativa de la ciudad del siglo VII a. C., cuando el uso de cerámica vidriada para
recubrir los exteriores de los edificios se convirtió en algo común.6
La técnica es más antigua y había sido empleada por los casitas hacia el año 2000 a. C.7 y en Asiria,
aunque no tan ampliamente.8 Ya Sargón II (siglo VIII a. C.) había decorado tres puertas de las
murallas de Dur Sharrukin con relieves y ladrillos vidriados.6
Esquema urbanístico[editar]
La ciudad más antigua fue destruida por Senaquerib, por lo que no conocemos su forma. Aunque es
singularmente difícil estudiar la ciudad anterior a Hammurabi debido a que está por debajo del nivel
freático del terreno,9 parece que fue una ciudad de provincias sin originalidad arquitectónica ni
urbanística.10 Se sabe que ya en la primera dinastía babilónica se dotó a la ciudad de murallas.11
La Babilonia de Nabucodonosor II[editar]
En el siglo VII a. C., con una extensión cercana a las 850 hectáreas (unas 400 de ellas protegidas por
el perímetro interior de murallas), Babilonia se convirtió en la mayor ciudad de Mesopotamia,
superando a la capital asiria Nínive, que ocupaba unas 750 hectáreas.12
La arqueología nos ha permitido conocer la ciudad tal y como fue diseñada en tiempos de
Nabucodonosor II.nota 1 Entonces fue reconstruida sobre su forma casi rectangular (unos 2400 m x
1600 m12 )13 posiblemente influenciada por la ortogonalidad con la que los sumerios habían
construido sus canales para ampliar el territorio cultivable.14 Fuertemente amurallada y dividida en
dos zonas de área desigual por el río Éufrates, esta planimetría data del año 2000 a. C.13 El recinto
descrito, a su vez, Nabucodonosor lo protegió3 con un segundo cinturón amurallado, mucho más
amplio y de geometría tendente al triángulo,12 a lo que Nabónido añadió una muralla interior entre
la ciudad y el río, creando una nueva puerta para el paso por el puente al lado oeste de la ciudad;3
esto había sido intentado ya por Nabopolasar y Nabucodonosor, quienes protegieron ese flanco con
murallas menores.15 En esencia, Babilonia era una sucesión de recintos amurallados, unos dentro de
otros, regulados geométricamente mediante ángulos rectos y en los que incluso las viviendas
reproducían en pequeño, con sus muros escalonados y sus patios interiores, las forma de los
templos y los palacios.13 Cabe decir que este afán constructivo, que permitió a Babilonia albergar
unos 500 000 habitantes en el siglo VII a. C., se centró casi exclusivamente en la capital, mientras
que el resto del imperio estaba sumido en un proceso de desurbanización.16
Defensas
La muralla del recinto interior consistía en un doble cinturón defensivo de 7 metros de anchura, al
que se le añadía un foso conectado con el río que la rodeaba. El espacio entre los dos muros, de
unos 12 m, estaba rellenado con tierra en toda su altura. Había una torre cada más o menos 50 m,
con lo que se calcula que hubo cerca de 350.13 La defensa se completaba con rejas de hierro
sumergidas en el Éufrates, allí donde terminaban las murallas, para evitar que el enemigo pudiera
vadear el río por sus zonas menos profundas. Las murallas, en ese punto, se protegían del efecto del
agua untándose con brea.12
El río Tigris jugaba un papel importante en la defensa ya que, además de la utilización de sus aguas
para crear los fosos, constituía una barrera natural para el recinto exterior, bordeando uno de sus
lados.12
Trama viaria
La ciudad estaba cruzada por canales y una trama viaria en la que destacaba la avenida de las
Procesiones, una vía paralela al río que dejaba entre éste y ella misma los principales espacios
militares, palaciegos y religiosos de la ciudad, incluyendo los jardines colgantes, el recinto dedicado a
Marduk y el palacio real. Al norte, en torno a la Puerta de Ishtar, se levantaba un abigarrado
complejo defensivo y palaciego que incluía la propia puerta, en realidad más una fortificación en sí
que una simple puerta, los palacios del Norte y del Sur y las fortalezas del Este y del Oeste. Las
demás calles del recinto interior tomaban direcciones paralelas u ortogonales al río, creando una
malla regular extraña en la baja Mesopotamia. Varias de ellas recibían el nombre de divinidades, y
algunas se acompañaban de leyendas o eslóganes.
china
La antigua China fue una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la
actualidad, tiene sus orígenes en la cuenca del río Amarillo, donde surgieron las primeras dinastías
Xia, Shang y Zhou. La existencia de documentos escritos hace cerca de 3.500 años han permitido el
desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa, que ofrece una narración continua
desde las primeras dinastías hasta la edad contemporánea. La cultura china, según el mito, se
inaugura con los tres emperadores originarios: Fuxi, Shennong y finalmente el Emperador Amarillo
Huang, este último considerado como el verdadero creador de la cultura. Sin embargo, no existen
registros históricos que demuestren la existencia real de estas personalidades, las que de acuerdo
con la transmisión oral de generación en generación, habrían vivido hace unos 5000 a 6000 años.
La narración tradicional china de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los
acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y
emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive. Este modelo del ciclo dinástico ha
sido criticado por muchos autores1 por dos razones fundamentales: En primer lugar, por su
simplismo, ya que el modelo adopta un patrón recurrente según el cual los primeros emperadores
son heroicos y virtuosos, mientras que los últimos son débiles y corruptos. Esta visión está sin duda
influida por la interpretación de las propias dinastías reinantes, que encontraban en la degradación
de la dinastía precedente una legitimación de su propio ascenso al poder. En segundo lugar, el
modelo dinástico ha sido también criticado por presentar una visión nacionalista artificial, pues lo
que en una interpretación alternativa podría verse como una sucesión de diferentes estados y
civilizaciones en un mismo territorio, aparece como una mera alternancia de regímenes de gobierno
en el marco imperturbable de una entidad nacional única.
A pesar de estas críticas, el modelo del ciclo dinástico permite ver los acontecimientos históricos que
han llevado a la formación de la China actual como una estructura lineal de fácil comprensión, lo
cual ha mantenido su vigencia entre los historiadores hasta la actualidad. Otra razón principal por la
que el estudio de las dinastías y sus emperadores ha sido fundamental entre los chinos en el análisis
de su propia historia es el sistema tradicional de datación de fechas, según el cual cada emperador
establecía sus periodos de reinado como marco para contabilizar los años. Así, el año cristiano de
1700 se corresponde según el sistema tradicional chino con el año 38 de la era Kangxi, mientras que
el año 1750 sería el año 15 de la era Qianlong. Incluso hoy en día, en Taiwán el año 2007 se designa
en contextos formales como año 96 de la República. Este uso de las dinastías y sus emperadores
para la propia datación de los años ha hecho imprescindible el dominio de la cronología dinástica en
la tradición cultural china para adentrarse en el estudio de la historia.
El territorio que actualmente ocupa la República Popular China ha estado poblado desde hace miles
de años. Se han encontrado restos de homínidos, que constituyen los antepasados más remotos del
hombre. Así lo demuestran los restos hallados pertenecientes al hombre de Renzidong, el hombre
de Yuanmou, el hombre de Nihewan, el hombre de Lantian, el hombre de Nankín o el hombre de
Pekín. Posteriormente surgirían otras culturas, como el hombre de Dali, el hombre de Maba, el
hombre de Fujian o el hombre de Dingcun.
El Homo sapiens hace su aparición unos 40.000 años atrás. Hace alrededor de unos 10.000 años se
empieza a cultivar arroz en el río Yangtsé y poco después mijo en la provincia de Henan. En el VIII
milenio a. C. las culturas de la zona del valle del río Amarillo se hicieron sedentarias. Un milenio
después comenzaría la domesticación de animales.
Entre el VII y VI milenio a. C. surgen las primeras culturas neolíticas, Peilikan y Cishan, precursoras de
la cultura de Yangshao, que se fusionaría con la Dawenkou y la Hongshan para dar lugar a la cultura
de Longshan, que marca el comienzo de la unidad territorial y política de la llanura del Norte de
China.
En el II milenio a. C., el pueblo de Hua-Hsia, cuyo nombre proviene de la montaña Hua (actualmente
denominada Montaña Sung) y el río Hsia (actualmente denominado Río Han), fue el pueblo inventor
de varios elementos de la civilización, como la ropa, la preparación de los alimentos, el matrimonio,
y un sistema de gobierno, elevando el nivel cultural de China hasta la fundación de la nación Chung-
Hua, asimilando varias tribus esparcidas al este de la Cordillera del Pamir por los valles de los ríos
Hwang-ho, Huai, Yangtze, Amur, y Perla, conformando todos éstos pueblos el núcleo principal de la
población china.2
Era Antigua
Dinastía Xia
Dinastía Shang
Dinastía Zhou
Religión
La sociedad china creía que los dioses se manifestaban en la naturaleza y en la vida social. Las
revueltas populares, perturbaciones naturales (catástrofes, sequías, inundaciones), invasiones de
pueblos extranjeros eran signos divinos de que el emperador chino debía ser sustituido por otro que
agradara a los dioses.
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Los Militares, los grandes comerciantes y el clero estaban bajo el poder del emperador y la nobleza
china (familiares del soberano chino) y se destacaban como una clase social valorada, pero sin
muchos poderes políticos. En la base de la pirámide social de la Antigua china se encontraban los
campesinos y artesanos y pequeños comerciantes. Los campesinos trabajaban las tierras del estado,
en las construcciones y en las minas del imperio Chino. Cuando ocurrían desastres naturales las
condiciones de vida del pueblo se convertía en miserable, dando origen a muchas rebeliones por el
desinterés de los gobernantes chinos.Los artesanos y mercaderes menores vivían en casas de paja y
madera, aglomerados en barrios pobres donde comerciaban sus mercancías.
Organización política
Las técnicas se han perfeccionado desde la arquitectura primitiva y por ejemplo, durante las
dinastías Wei y Jin se mejoró la calidad de los ladrillos y la construcción en madera avanzándose en
el diseño de templos budistas más grandes y complejos. Después, el uso del ladrillo se popularizó y
en distintas dinastías imperaron distintos estilos, edificios más grandes o más pequeños: palacios,
pabellones, terrazas, edificios civiles y demás
Desde la sociedad primitiva a la Dinastía Han, la técnica de los edificios con estructura de madera se
ha mejorado y perfeccionado poco a poco. Los constructores habían dominado las habilidades de la
tierra apisonada. También sabían cómo proyectar baldosas y construir con piedras. La tecnología de
la arquitectura se ha desarrollado de manera significativa durante las dinastías Wei, Jin , Sur y Norte.
La producción y la calidad de los ladrillos y los azulejos se mejoraron, así como las técnicas de
estructura de madera. Muchas arquitecturas budistas se construyeron entonces.
Los antiguos chinos construyeron mausoleos, muchos templos, pagodas, las murallas de las
ciudades, magníficos palacios imperiales y residencias, que son considerados patrimonios valiosos
El Antiguo Egipto fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados en las
riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. Tuvo tres épocas de esplendor en los periodos
denominados por los historiadores Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo. Alcanzaba
desde el delta del Nilo, en el norte, hasta la isla Elefantina (la actual Asuán, junto a la primera
catarata del Nilo, en el sur), llegando a tener influencia desde el Éufrates hasta Gebel Barkal, en la
cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima expansión. Su territorio también abarcó, en distintos
periodos, el desierto oriental y la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí y un gran
territorio occidental que dominaba los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo
Egipto, al sur y al norte, respectivamente (véase: Kemet).
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años. Comenzó con la unificación de varias
ciudades del valle del Nilo.1 alrededor del 3150 a. C.,2 y se da convencionalmente por terminado en
el 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que desaparece
como Estado.3 Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera, pero
fue el que condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo,
marcando el final del desarrollo independiente de su cultura. Su identidad cultural había comenzado
a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los reyes de Babilonia (siglo VI a. C.) y Macedonia
(siglo IV a. C.), desapareciendo su religión con la llegada del cristianismo, en la época de Justiniano I,
cuando en 535 fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File.
Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y
confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo. El Nilo fue la clave para el éxito de la
civilización egipcia, ya que éste permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una
significativa ventaja sobre otros oponentes: el légamo fértil depositado a lo largo de los bancos del
Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura
menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al
desarrollo cultural, tecnológico y artístico.
Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la topografía y las técnicas de
construcción que facilitaron el levantamiento de monumentales pirámides, templos y obeliscos,
unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz, métodos de riego y técnicas de
producción agrícola, la primera naves conocidas,6 la tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas
formas de la literatura y el tratado de paz más antiguo conocido, firmado con los hititas.7 Egipto
dejó un legado duradero, su arte y arquitectura fueron ampliamente copiados, y sus antigüedades se
llevaron a los rincones más lejanos del mundo. Sus ruinas monumentales han inspirado la
imaginación de los viajeros y escritores desde hace siglos. Un nuevo respeto por las antigüedades y
excavaciones en la época moderna han llevado a la investigación científica de la civilización egipcia y
a una mayor apreciación de su legado cultural.
Grecia:
Durante el último milenio antes de Cristo la cultura de Grecia y las islas del mar Egeo fue la más
avanzada de occidente. Entre los años 2000 y 1400 antes de Cristo existió en la isla de Creta una
cultura floreciente -minoica-, que fue desplazada por la micénica (1400-1100 antes de Cristo). A esta
última sucederían tribus de origen indoeuropeo, los jonios, aqueos y dorios, que llegaron a la
península en oleadas sucesivas y se asentaron en los valles y las costas. Estos pueblos, origen de la
civilización griega, se extendieron luego por las islas del mar Egeo y se afianzan en la costa oriental
del Asia menor.
En la época arcaica (700-500 antes de Cristo), el exceso de población empujó a los griegos a buscar
nuevos territorios. En franca competencia con los fenicios y otros pueblos mediterráneos, se
hicieron marinos y comerciantes, y fundaron colonias de importancia a lo largo de las costas del
Mediterráneo y del mar Negro.
En la época clásica (500-330 a. de Cristo), las ciudades olvidaron sus rencillas para hacer frente a un
enemigo común: la invasión persa. Tras la decisiva batalla de Salamina, en el año 480 antes de
Cristo, Atenas se puso a la cabeza del mundo griego. A las guerras médicas (nombre que recibieron
los conflictos bélicos con los persas) sucedió un periodo de florecimiento cultural sin parangón en la
historia de la humanidad, dos siglos de continuas realizaciones en el campo del arte, la literatura, la
filosofía y las ciencias naturales, que constituyeron la base de la civilización occidental. Las ciudades
griegas disfrutaron entonces de la cohesión que les proporcionaba el hecho de compartir una misma
cultura; esta unión se manifestó abiertamente en acontecimientos tales como celebraciones
religiosas y competiciones deportivas (olimpiadas).
Sin embargo las diferencias irreconciliables entre Atenas, potencia marítima cuya forma de gobierno
era la de una república democrática, y Esparta, monarquía militarista, condujeron a la guerra del
Peloponeso (431-404 antes de Cristo), que fragmento el mundo griego y acabó con su etapa de
máximo esplendor.
Grecia volvió a recobrar su unidad durante el apogeo macedónico, cuando Alejandro Magno, a
través de sus conquistas, puso en contacto a oriente y occidente; de la interacción de estas culturas
surgió el helenismo.
CONCLUSIÓN.-
Las culturas antiguas han sido la base fundamental del avance social que vivimos en este siglo, el
cual ahora se destaca por la era tecnológica, sin embargo ha las antiguas civilizaciones, agradecemos
el camino a las invenciones, la escritura y el comercio, así como, las estructura política que se
distingue en la mayoría de los países del mundo luego de ser esta parte de la evolución para llegar a
ser demócrata, y la propia evolución en la estructura social.
A pesar de todas las diferencias religiosas, culturales y políticas estas civilizaciones tuvieron algo muy
importante en común que les ayudo a asentar las bases de estos magníficos imperios, la agricultura.
Fue pues el deseo de dejar nuestras costumbres nómadas y encontrar algo a que llamarlo hogar lo
que impulso a estas civilizaciones a desarrollar la agricultura estableciéndose en puntos estratégicos
donde los suelos eran fértiles y hubiese una gran cantidad de agua. Estos grandes imperios
aportaron de manera directa lo que hoy en día es nuestra sociedad aportando diferentes desarrollos
tecnológicos como aportes culturales y religiosos.