Resumen Fisher y Galeano
Resumen Fisher y Galeano
Resumen Fisher y Galeano
, la privatización del estrés se convirtió en una más de las dimensiones que se aceptan de antemano
en un mundo aparentemente despolitizado. El término que he utilizado para describir este campo de
batalla ideológico es «realismo capitalista», y la privatización del estrés ha desempeñado un rol
central en su emergencia. muchos cuadros de la izquierda han sucumbido ante una forma colectiva de
depresión clínica. esta depresión no toma forma colectiva: por el contrario, consiste en la
descomposición de la colectividad en nuevas formas de atomización. Una vez que les fue negada la
organización estable del empleo para el que habían sido educados, una vez que se los privó también
de la solidaridad que antaño proveían los sindicatos, los trabajadores se encontraron forzados a entrar
en el juego de la competencia individualista y en el terreno ideológico que naturaliza dicha
competencia. Muchos son los que nunca se recuperaron del shock traumático de la destrucción
repentina del mundo socialdemócrata basado en la organización fordista, y esto es algo que vale la
pena recordar en un momento en que la coalición liberal conservadora que gobierna busca retirar los
beneficios por discapacidad. Así como el giro del fordismo al posfordismo ha provocado un
sinnúmero de daños colaterales a nivel psíquico, el posfordismo ha innovado también en la
multiplicación de las formas de estrés. En lugar de terminar con el exceso de reglamentaciones
burocráticas, tal como era la promesa de los ideólogos neoliberales, la combinación de las nuevas
tecnologías y el gerencialismo ha incrementado de modo masivo la presión administrativa sobre los
trabajadores, de los que se espera que hoy sean sus propios auditores (lo que igualmente no los libera
de las atenciones de muchos tipos de auditores externos). El trabajo, no importa cuán provisorio sea,
implica ahora la realización de otros metatrabajos: la confección de registros, el inventario de
objetivos y metas, el compromiso con el llamado «desarrollo profesional continuo» el trabajo
precario ejerce una presión «irónica y a la vez devastadora» sobre el trabajador. Por un lado, el
trabajo nunca termina: el trabajador debe estar siempre disponible, sin derecho a ninguna vida
privada ajena al tiempo de trabajo. Por otro lado, el precario es por definición descartable, incluso si
se muestra capaz de sacrificar todas y cada una de sus esferas de autonomía en aras del trabajo. Una
de las consecuencias de las modernas tecnologías de la comunicación es que no cuentan con un
espacio externo en el que uno pueda descansar de ellas y recuperarse. El ciberespacio vuelve
obsoleto el concepto clásico del «espacio de trabajo». En un mundo en el que se espera de nosotros
que podamos responder a un e-mail de trabajo casi a cualquier hora del día, el trabajo no se limita ya
a un lugar o un horario. No hay escape, y no solo porque el trabajo se expande sin límites La
circulación interminable de las comunicaciones digitales yace más allá del principio del placer: la
necesidad insaciable de chequear los mensajes, los e-mails y las notificaciones de Facebook es
compulsiva, parecida a la necesidad de rascarse una picadura, aun a sabiendas de que así la herida
empeorará La privatización del estrés es un sistema de captura perfecto, elegante en la brutalidad de
su eficiencia. El capital enferma al trabajador, y luego las compañías farmacéuticas internacionales le
venden drogas para que se sienta mejor. Las causas sociales y políticas del estrés quedan de lado
mientras que, inversamente, el descontento se individualiza e interiorize. Terapias como la de la
conducta cognitiva combinan el foco en la infancia (a la manera del psicoanálisis) con la idea propia
de la autoayuda de que los individuos pueden convertirse en los amos de su propio destino. Smail le
da el nombre muy sugestivo de «voluntarismo mágico» a la noción de que, con la ayuda experta de
tu consejero o terapeuta, «puedes cambiar el mundo, porque el mundo es cosa tuya en última
instancia, para que ya no te provoque estrés». La propagación del voluntarismo mágico fue un factor
crucial para el éxito del neoliberalismo La privatización del estrés ha sido una parte central del
proyecto cuya meta principal fue la destrucción del concepto de lo público, ese concepto del cual
depende, fundamentalmente, el confort psíquico Una de las consecuencias de las modernas
tecnologías de la comunicación es que no cuentan con un espacio externo en el que uno pueda
descansar de ellas y recuperarse. El ciberespacio vuelve obsoleto el concepto clásico de “espacio de
trabajo”. En un mundo en el que se espera de nosotros que podamos responder a un e-mail de trabajo
casi a cualquier hora del día, el trabajo no se limita ya a un lugar o un horario. El éxito del
neoliberalismo tuvo como condición la captura de los deseos de los trabajadores, que querían
desesperadamente liberarse de las restricciones del fordismo
Los rasgos de esta reestructuración son ya tan familiares que han retrocedido al trasfondo de lo que
se da por sentado: la globalización, el desplazamiento de las manufacturas por la computarización, la
precarización del trabajo y la intensificación de la cultura del consumo
Existe una clara relación entre el «realismo» aparente del depresivo, con sus expectativas
tremendamente bajas, y el realismo capitalista. Pero esta depresión no toma forma colectiva: por el
contrario, consiste en la descomposición de la colectividad en nuevas formas de atomización. Una
vez que les fue negada la organización estable del empleo para el que habían sido educados, una vez
que se los privó también de la solidaridad que antaño proveían los sindicatos, los trabajadores se
encontraron forzados a entrar en el juego de la competencia individualista y en el terreno ideológico
que naturaliza dicha competencia. Muchos son los que nunca se recuperaron del shock traumático de
la destrucción repentina del mundo socialdemócrata basado en la organización fordista
GALIANO