El Maravilloso Sistema Nervioso

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Lesiones de nervios periféricos

De acuerdo con López (s.f.) los nervios periféricos pueden dañarse por
enfermedades metabólicas o del colágeno, neoplasias malignas, toxinas
endógenas o exógenas, además de las siguientes causas más frecuentes:

a) Traumatismos directos: contusiones y heridas


b) Lesiones térmicas.
c) Lesiones químicas: medicación intramuscular o por efecto químico directo.
d) Traumatismos indirectos:
● Por tracción: las lesiones osteoarticulares se asocian con
afectaciones nerviosas en el 21% de los casos.
● Por compresión: al efecto traumático se añade un efecto
isquémico.

En el año 1943, Seddon propuso una clasificación para las lesiones


nerviosas periféricas que consiste en tres términos de menor a mayor gravedad.

1) Neuropraxia: compresión o contusión menor de un nervio periférico,


con edema mínimo o rotura de un segmento localizado de la vaina de
mielina. Se interrumpe de forma pasajera el impulso nervioso. La
recuperación es completa en pocos días o semanas:
2) Axonotmesis: lesión con rotura del axón y regeneración walleriana
distal, sin embargo, se preservan el endoneuro y las células de
Schwann. Recuperación espontánea con buena actividad funcional.
3) Neurotmesis: sección completa del nervio, no se puede anticipar una
recuperación espontanea.

Posteriormente, en 1951, Sunderland propuso una clasificación con mayor


utilidad para la aplicación clínica, en la que el grado I corresponde a la neuropraxia
y el grado V a la neurotmesis, dividiendo la categoría de axonotmesis entre los
grados II, III, y IV según el nivel de afectación del tejido nervioso.
a) Grado II: degeneración walleriana del axón por sección. La ventaja que
tiene esta lesión es que las envolturas por las que debe crecer el axón
están íntegras, y la recuperación puede ser completa.
b) Grado III: III: degeneración walleriana del axón y desestructuración del
endoneuro, aunque se conserva el perineuro. La recuperación es parcial y
avanza.
c) Grado IV: El epineuro se conserva, pero el perineuro y epineuro no. No se
suele producir recuperación espontáneamente así que se suele intervenir
quirúrgicamente para facilitarla.

Posteriormente Mckinon añadiría un grado VI, cuando un nervio tiene varias


lesiones a varios niveles con diferentes grados.

Los distintos grados pueden presentar las siguientes alteraciones:

1. Alteraciones motoras: Cuando un nervio periférico se secciona en un


determinado nivel, se suprime toda actividad motora en el territorio distal a
la lesión. Hasta 8-14 días después no se registran modificaciones
electromiográficas de importancia. La atrofia comienza al cabo de la
segunda o cuarta semana, y progresa con rapidez, llegando a ser del 50 al
70% a los 2 meses.
2. Alteraciones sensitivas: La pérdida sensorial suele adoptar una
distribución anatómica franca, aunque la superposición proveniente de
nervios adyacentes puede confundir. Cuando se secciona un nervio
periférico, sólo se comprueba un área pequeña de pérdida sensitiva
completa. Esta área es inervada en exclusividad por el nervio lesionado, y
se denomina zona autónoma o zona aislada. En cambio, se delimita con
facilidad un área más amplia de anestesia táctil y térmica que concuerda
mejor con la distribución anatómica del nervio: esta área se denomina zona
intermedia.
3. Alteraciones de los reflejos: La sección completa de un nervio periférico
elimina por completo toda actividad refleja transmitida por ese nervio. Los
reflejos son:
● Alteraciones simpáticas: La interrupción de un nervio periférico
acarrea pérdida de la sudoración y de la respuesta pilomatosa, y
parálisis vasomotora de la zona autónoma. El área de anhidrosis
suele coincidir con la del déficit sensorial, pero puede ser más
grande. En las lesiones completas ocurre vasodilatación, y
primero es más caliente y rosada que el resto de la extremidad;
pero a las 2 o 3 semanas se torna más fría, y la piel se vuelve
pálida y cianótica. Son comunes las alteraciones tróficas, en
particular en las manos y en los pies. La piel es fina y brillante, y
se rompe por traumatismos banales; las uñas se deforman y se
rompen. Es frecuente la osteoporosis.
● Causalgia: La causalgia es un síndrome clínico por lesión de un
nervio periférico que contiene fibras sensitivas, y se caracteriza
por dolor urente insoportable. En muchos comienza tras el
traumatismo, pero lo normal es que ocurra en la primera semana.
Se acentúa por estímulos emotivos como sorpresa, cólera y otras
perturbaciones ambientales. Ocurre en el 3% de las lesiones, y
es más frecuente en las incompletas.

Los objetivos del tratamiento fisioterapéutico en las lesiones del sistema


nervioso periférico serán:

● Disminuir el dolor
● Evitar la atrofia muscular
● Mantener la AMA
● Evitar exclusión sensorial por falta de uso.
● Recuperar la función motora

Estos objetivos son alcanzables utilizando las siguientes técnicas, con


variaciones según el nivel de funcionalidad del usuario:

● Movilizaciones pasivas suaves.


● Movilizaciones activo-asistidas (cuando la actividad muscular lo
permite.)
● Estiramientos musculares suaves
● Electroestimulación
● Automovilización en casa
● Ejercicios activo-resistidos, mecanoterapia (En lo que sea
posible)
● Técnica de Rood (Para la estimulación sensorial)

Referencias

López, F. (s.f.) Lesiones nerviosas periféricas. Síndromes caniculares.


Recuperado de: https://www.ucm.es/data/cont/docs/420-2014-03-20-
13%20Lesiones%20sistema%20nervioso%20periferico.pdf

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