El Esequibo

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Taller de Formación

El Esequibo
La disputa se remonta a los tiempos de la colonia, cuando
Holanda entregó a Gran Bretaña sus derechos sobre lo que es
hoy Guyana y Surinam; pero en el acuerdo no quedaban claros
algunos límites fronterizos.
Por ello, los ingleses enviaron a la zona, entre 1835 y 1840, al
explorador alemán Robert Schomburgk, quien comenzó a trazar
líneas territoriales para definir los límites que, según Venezuela,
estaban establecidos desde la creación de la Capitanía General -
la primera forma de organización territorial en América- y las
provincias.
Es en 1841 cuando ocurre el primer reclamo formal de
Venezuela a Gran Bretaña por el territorio, tras denunciar una
invasión de los colonos ingleses en sus dominios.
Para entonces, Gran Bretaña era un imperio poderoso, por lo
que Caracas solicitó la ayuda de EE.UU. invocando la doctrina
Monroe: "América para los americanos". Y el conflicto
desencadenó en el primer arbitraje por el caso. Ese litigio se
conoció como el Laudo Arbitral de París de 1899.
El Laudo Arbitral de París del 3 de octubre de 1899 fue la
sentencia emitida por un tribunal arbitral reunido en París,
creado el 2 de febrero de 1897, en el cual Estados Unidos (en
representación de Venezuela) por una parte y el Reino Unido
(como propietario de la colonia de Guayana Británica, actual
República Cooperativa de Guyana) por la otra, habían convenido
someter a arbitraje internacional la disputa sobre la frontera al
oeste de la colonia británica y el este de la independiente
Venezuela, como mecanismo de solución amistosa al diferendo
territorial.
La posición venezolana partía de que la frontera debía ser línea
media del río Esequibo en virtud del principio “Uti possidetis
iure” (como poseías, seguirás poseyendo) por el cual le
correspondía los territorios de la ex Capitanía General de
Venezuela al momento de su independencia en 1810, la cual, se
alega, tenía como frontera este el río Esequibo. Sin embargo, la
Real Cédula de 1777 no específica hasta dónde llega el territorio
de la Capitanía General de Venezuela, ni tampoco las
Capitulaciones de las Provincias. En contraste, la posición de
Reino Unido se basaba en un mapa de 1840 del naturalista
prusiano Robert Schomburgk cuya línea fronteriza llegaba hasta
Punta Barima en las bocas del río Orinoco (actualmente Edo.
Delta Amacuro) y los montes de Upata (en el actual Edo.
Bolívar) abarcando un área aproximada de 203.310 km² al oeste
de río Esequibo.
El dictamen fue favorable a Reino Unido al adjudicarle el
territorio denominado por Venezuela como Guayana Esequiba de
159.500 km², al oeste del río Esequibo, aunque no en su máxima
aspiración de abarcar hasta las bocas del río Orinoco y
controlar su navegación. Venezuela inmediatamente protestó el
laudo resuelto por el tribunal arbitral por considerar que habían
existido vicios de nulidad en la decisión; sin embargo, no fue sino
hasta 1962 cuando logró un avance tangible al denunciarlo ante
la ONU, después del hallazgo de documentos que
comprometieron la legalidad del mismo.
La demanda venezolana fue admitida en el marco de la ONU,
poniendo así en tela de juicio la validez del laudo. Este evento
conllevó a la firma del denominado Acuerdo de Ginebra.
El Acuerdo de Ginebra, se firmó el 17 de febrero de 1966 en
Ginebra, Suiza. Es un acuerdo multilateral, transitorio, para
llegar a una solución definitiva, muchos lo definen como “un
acuerdo para llegar a un acuerdo” y aunque en la interpretación
venezolana invalida el laudo de 1899, se mantiene el “statu quo”
que él derivó. Por lo tanto, el área en reclamación se encuentra
bajo la autoridad del gobierno de Guyana hasta que no se
resuelva algo diferente conforme al tratado. El artículo primero
del documento, expresa se reconoce la contención de Venezuela
de considerar nulo e írrito la decisión del tribunal que definió su
frontera con Guayana Británica. Reino Unido y Guyana
(entonces Guayana Británica) al firmar el documento reconocen
el reclamo y la inconformidad de Venezuela acordándose así
encontrar una solución práctica, pacífica y satisfactoria para las
partes.
Tres meses después de la firma del acuerdo, el 26 de mayo de
1966, la colonia de Guayana Británica recibe la independencia
llamándose a partir de entonces "República de Guyana" (y desde
1970: República Cooperativa de Guyana), fecha a partir de la
cual el nuevo Estado pasa a formar parte del acuerdo como país
soberano e independiente junto a Reino Unido y Venezuela,
aunque sustituye totalmente a Reino Unido en las conversaciones
con Venezuela respecto al diferendo limítrofe.
En el Acuerdo de Ginebra de 1966 se estableció la creación de
una “Comisión Mixta” integrada por cuatro representantes: dos
de Venezuela y dos de Guayana Británica (Reino Unido, a pesar
de ser parte firmante del tratado, no tiene participación en la
comisión mixta) la cual en un plazo de 4 años tendría que decidir
cuál podía ser la solución al problema limítrofe; en
consecuencia, por la parte guyanesa, se nombró a Donald
Jackson y Muhamed Shahabudeen y, por la venezolana, a Luis
Loreto Hernández y Gonzalo García Bustillos, (Luis Herrera
Marcano fungió como el Secretario Ejecutivo).
Entre los años 1966 y 1970, los miembros de la Comisión Mixta
celebraron 16 reuniones sin lograr ponerse de acuerdo sobre una
solución al conflicto; su informe final daría inició, en 1970, a la
aplicación del procedimiento previsto en el artículo IV del
Acuerdo de Ginebra sobre la selección de “…uno de los medios
de solución pacífica previstos en el Artículo 33 de la Carta de las
Naciones Unidas.”
En el gobierno de Rafael Caldera se planteó, en febrero de 1970
y antes de la inminente culminación de labores de la Comisión
Mixta, la necesidad política de establecer “un diferimiento
razonable” de la aplicación del artículo IV del Acuerdo de
Ginebra de 1966; la paternidad esa iniciativa del “diferimiento
razonable” se la atribuyeron, públicamente en declaraciones de
prensa, el entonces canciller venezolano, Arístides Calvani así
como el historiador y religioso jesuita Hermann González
Oropeza quien era asesor de la Dirección de Fronteras de la
cancillería de Venezuela; esa iniciativa del “diferimiento
razonable” surgió en paralelo y fuera de las deliberaciones de la
“Comisión Mixta”.
A partir del 9 de marzo de 1970, comenzó la negociación
diplomática para concretar la idea venezolana de “un
diferimiento razonable” del artículo IV del Acuerdo de Ginebra;
las conversaciones se realizaron en Puerto España, capital de
Trinidad y Tobago, bajo los buenos oficios de su primer ministro
de centro izquierda Eric Eustace Williams quien mantenía una
estrecha relación con el presidente socialcristiano venezolano
Rafael Caldera. Por Venezuela se nombraron como
comisionados, en esas negociaciones fuera de la competencia de
la “Comisión Mixta”, a Marcial Pérez Chiriboga, por la
cancillería venezolana, Román Rojas Cabot, al embajador
venezolano en Guyana y al asesor Luis Herrera Marcano. Por
Guyana, participaron en las negociaciones del “diferimiento
razonable”, su canciller, R. Collins, el procurador general
guyanés, Muhamed Shahabudeen y el encargado de negocios
guyanés en Venezuela.
El resultado de esas negociaciones, realizadas en la capital de
Trinidad y Tobago, resultaron en el texto de un Tratado
Internacional multilateral, redactado en inglés y español, bajo la
denominación legal y técnica de “Protocolo al Acuerdo para
resolver la controversia entre Venezuela y el Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera entre
Venezuela y Guayana Británica firmado en Ginebra el 17 de
febrero de 1966” y contentivo de seis artículos.
La finalidad del tratado negociado era suspender la aplicación
del artículo IV del Acuerdo de Ginebra durante un plazo de 12
años, renovable por otros años a conveniencia de las partes;
informalmente y por prensa venezolana se difundió la idea que
ese tratado “congelaría” las conversaciones entre ambas partes
sobre el conflicto limítrofe; sin embargo, las relaciones
bilaterales continuaron entre Guyana y Venezuela con el
conflicto territorial de fondo.
El 17 de junio de 1970 se suscribió en Trinidad y Tobago, el
Protocolo de Puerto España[10] entre Guyana, Reino Unido y
Venezuela; como aparece en el registro fotográfico histórico y en
su propio texto, el Protocolo fue firmado, bajo la presencia del
buen oficiante, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Eric
Eustace Williams; lo suscribió Shridath S. Ramphal, Ministro de
Estado, por la República Cooperativa de Guyana; por el
Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,
lo firmó R. C. C. Hunte, Alto Comisionado británico en Trinidad
y Tobago; y por el Gobierno de la República de Venezuela lo
suscribió Arístides Calvani, Ministro de Relaciones Exteriores.
En la misma fecha de la firma del Protocolo y para darle
continuidad al procedimiento del Acuerdo de Ginebra, se emitió
el reporte final de la “Comisión Mixta” que había culminado sus
funciones en febrero de 1970.
Cumpliendo con el artículo 128 de la Constitución de Venezuela
de 1961 que exigía la aprobación legislativa o ratificación de
tratados internacionales como expresión inequívoca de la
intención del Estado, de obligarse, observar y aplicar, doméstica
e internacionalmente, sus artículos y disposiciones el gobierno
de Rafael Caldera sometió al Congreso venezolano, el
anteproyecto de Ley Aprobatoria del Protocolo de Puerto
España acompañado de su exposición de motivos o justificación.
La Comisión de Política Exterior de la cámara del Senado
venezolano examinó el texto y la justificación para su firma.
Después de analizarlo, lo rechazó por ser lesivo a los intereses
venezolano y su reclamación territorial.
A pesar de esa objeción en el Senado, un acuerdo entre las
fuerzas políticas de los partidos Copei y AD, en el Congreso,
provocó que se archivara el anteproyecto de Ley del Protocolo
de Puerto España y quedara esperando su ratificación. Por esa
razón y a pesar de los usos políticos posteriores que se han
realizado para presentarlo como un tratado que suspendió el
artículo IV del Acuerdo de Ginebra, el Protocolo de Puerto
España, como instrumento internacional, nunca fue aceptado ni
aprobado por el Congreso Nacional venezolano dominado,
entonces y después, por el partido de oposición
socialdemócrata Acción Democrática (AD).
El rechazo al Protocolo de Puerto España también fue
expresado por otros partidos y fuerzas políticas nacionales en el
Congreso como URD, el PCV, el buró político del FDP y del
Comando Nacional del MEP así como de su líder Luis Beltrán
Prieto Figueroa. Adicionalmente, varios sectores de Venezuela
calificaron la negociación y firma del Protocolo de Puerto
España como “una traición a la patria”; se acusaba al primer
gobierno de Rafael Caldera de haber suscrito ese acuerdo
internacional de manera inconsulta así como por "congelar",
arbitrariamente, la reclamación territorial de Venezuela sobre la
Guayana Esequiba.
Al carecer de aprobación legislativa, el Protocolo de Puerto
España que pretendió modificar la aplicación del artículo IV del
Acuerdo de Ginebra fue, constitucionalmente, inexistente en la
legislación de Venezuela; careció de validez y alcance jurídico
alguno. Esa desaprobación legislativa provocó que Venezuela
incumpliera el procedimiento previsto en el Acuerdo de Ginebra
que se activó en 1970 y a continuación del agotamiento y fracaso
del mecanismo de negociación, de cuatro años, previsto a través
de la Comisión Mixta. A pesar de ese incumplimiento y la
improbación legislativa, las tres administraciones que se
sucedieron durante el plazo que contemplaba la validez formal
del proyecto del Protocolo de Puerto España, lo observaron,
internacionalmente, como si fuera legal y lo reinterpretaban o
justificaban, simbólicamente como válido, con intenciones
nacionalistas y populistas, para el consumo de la audiencia local
venezolana.
El 18 de junio de 1970, el primer ministro guyanés, Forbes
Burnham, informó al parlamento de su país sobre la firma del
Protocolo de Puerto España. El 21 de junio de 1970 y desde la
oposición, el líder del Partido Progresista del Pueblo (PPP),
Cheddi Jagan, manifestó que si su organización política lograba
acceder al poder, desconocería al Protocolo de Puerto España;
argumentó que ese tratado favorecía el mantenimiento del
“status quo” y que Venezuela continuara su reclamo espurio
sobre el territorio guyanés así como sus operaciones dentro del
sistema interamericano. El PPP mantenía que la disputa debía
ser ventilada en la ONU.
El 22 de junio de 1970, el gobierno guyanés logró la aprobación
legislativa del Protocolo de Puerto España a pesar de las
objeciones del Partido Progresista del Pueblo. La ratificación
legislativa guyanesa del Protocolo de Puerto España de 1970 fue
depositado en la ONU el 19 de noviembre de 1971, bajo el n.º
11410. Venezuela nunca pudo realizar su registro de ratificación.
A pesar de carecer aprobación legislativa y vinculación legal
alguna, durante la visita oficial del presidente guyanés, Forbes
Burnham a Caracas, entre el 2 y 3 de abril de 1981, el
presidente venezolano, Luis Herrera Campíns manifestó
oficialmente y por primera vez, que “no existe ninguna
disposición de nuestra parte para prorrogar el Protocolo de
Puerto España”.
Durante su visita oficial, el presidente guyanés ya había
manifestado que “Guyana no cederá ni un milímetro de su
territorio”.
El viernes 18 de junio de 1982, fecha en que formalmente hubiese
terminado la validez del “Protocolo de Puerto España”, el
Canciller José Alberto Zambrano Velasco pronunció un discurso
político, simbólico, en el Congreso Nacional que se había negado
a aprobarlo 12 años antes. Durante su discurso, el canciller
informó la cancelación del Protocolo de Puerto España y la
continuidad del Acuerdo de Ginebra de 1966; se anunció una
nueva etapa de negociaciones de tres meses, en cumplimiento de
la reactivación del Acuerdo de Ginebra y se apeló a la unidad
nacional. Asimismo, el canciller Zambrano Velasco culpó a
Guyana de incumplimiento ya que…”En todo momento
Venezuela ha enfrentado los intentos de Guyana de evadir el
cumplimiento de su obligación de negociar de buena fe.”
En 1983 Venezuela propone la negociación directa con Guyana
pero ésta no acepta y propone tres alternativas: la Asamblea
General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad o la
Corte Internacional de Justicia, las cuales Venezuela rechaza.
Ese mismo año de 1983, por iniciativa de Venezuela, el conflicto
limítrofe se lleva bajo los auspicios del Secretario General de las
Naciones Unidas, en concordancia a lo previsto en el artículo IV
numeral 2 del acuerdo y apegados al artículo 33º de la Carta de
las Naciones Unidas referente a los medios de soluciones
pacíficas de controversias.
En 1987 Guyana y Venezuela deciden aceptar el método de los
Buenos Oficios que comienza a funcionar desde 1989 en la
persona de un Buen oficiante elegido y aceptado por las partes.
Esta figura tiene como función acercar a ambos gobiernos con el
fin de que estos lleguen a una solución satisfactoria como lo dicta
el tratado. El último Buen oficiante fue el jamaicano Norman
Girvan quien fue elegido y aceptado por ambos países con la
aprobación del Secretario General de la ONU, quien falleció en
abril de 2014.
Se esperó que ambos gobiernos decidieran, junto al Secretario
General de las Naciones Unidas, nombrarán un nuevo buen
oficiante como ha sido tradicional desde 1982 o si, por el
contrario, tomarían algún mecanismo alternativo del artículo 33
de la Carta de las Naciones Unidas sobre la solución pacífica de
controversias, contemplado en el Acuerdo de Ginebra en su
artículo IV, numeral 1.
La polémica se agudizó en 2015, cuando la petrolera
estadounidense ExxonMobil, que opera en la zona por concesión
de Guyana, descubriera yacimientos petroleros cerca del lugar
en litigio.
El 31 de enero de 2018 el Secretario General de la ONU, Antonio
Guterres, anunció que trasladaría el diferendo territorial entre
ambos estados a la CIJ (Corte Internacional de Justicia).

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