EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN - Capítulos 1 y 2
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN - Capítulos 1 y 2
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN - Capítulos 1 y 2
A modo de Introducción
El objetivo principal de este texto es presentar una guía básica para quienes se inicien en la aventura
de la investigación científica. El trabajo de investigación, cuyo producto es el conocimiento
científico, requiere creatividad, disciplina de trabajo y sistematicidad.
No hay modo de crear nuevos conocimientos si no se tiene intuición e imaginación, si no se exploran,
con mente abierta, los diversos caminos que pueden llevar a la respuesta (creatividad). Pero esa
disposición creativa, de nada sirve si no se la encauza por medio de un riguroso proceso de análisis,
de organización del material disponible, de ordenamiento (sistematicidad) y de crítica a las ideas.
Lo que distingue a la investigación científica de otras formas de indagación es que ésta se guía por
el método científico. Hay un modo de plantearse las preguntas y de formular las respuestas que es
característico de la ciencia. Pero el método no es un camino fijo o predeterminado. El conocimiento
científico no se adquiere en una cadena de montaje, sino que se va desarrollando gracias a la libertad
de pensamiento, la discusión y la superación de los errores. Por ello es que el método ni es
obligatorio ni es tampoco garantía absoluta de que se arribará a un resultado exitoso.
No basta con la creatividad ni con el rigor analítico, la investigación científica requiere también de
una sólida disciplina de trabajo. Casi todo lo que aquí se trata tiene un carácter práctico: no es
posible crear nuevos conocimientos por medio de alguna fórmula sencilla que pueda repetirse, el
trabajo de investigación cobra un carácter inevitable de labor artesanal donde se deben poseer
destrezas, conocimientos y aptitudes particulares: sólo investigando se aprende a investigar.
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toda la naturaleza y con ello el fundamento de la magia, de las explicaciones religiosas y de los
sistemas filosóficos. Todas estas construcciones del intelecto pueden verse como parte de un amplio
proceso de adquisición de conocimientos que muestra lo dificultoso que resulta la aproximación a la
verdad: en la historia del pensamiento nunca ha sucedido que alguien haya alcanzado la verdad pura
y completa sin antes pasar por el error.
Lo anterior equivale a decir que el conocimiento llega a nosotros como un proceso, no como un
acto único donde se pasa de una vez de la ignorancia a la verdad. Y es un proceso no sólo desde el
punto de vista histórico, sino también en lo que respecta a cada caso particular, a cada
descubrimiento que se hace, a todas las teorías o hipótesis que se elaboran.
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comprensión de mayor alcance. Tratando de llegar a lo general las ciencias nos otorgan
explicaciones cada vez más valiosas para elaborar una visión panorámica de nuestro mundo.
Falibilidad: la ciencia reconoce explícitamente la propia posibilidad de equivocación. En esta
conciencia de sus limitaciones es donde reside su verdadera capacidad para autocorregirse y
superarse. Gracias a ello es que nuestros conocimientos se renuevan y que vamos hacia un
progresivo mejoramiento de las explicaciones que damos a los hechos. Todo científico se plantea
que sus conclusiones son “provisoriamente definitivas". Toda teoría, ley o afirmación está sujeta a
revisión y discusión. Este carácter abierto y dinámico que posee la ciencia la aparta de los dogmas
de cualquier tipo que tienen la pretensión de constituirse en verdad infalible.
Hicimos alusión al proceso mediante el cual se van obteniendo los diversos conocimientos. Nos toca
ahora examinar la forma en que se desarrolla este proceso.
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sensaciones y pensamientos deberíamos objetivarnos. La necesidad de objetivar hace que resulte
más compleja toda investigación que se desenvuelva dentro de las ciencias sociales y de la conducta.
Esta delimitación o separación no es más que el comienzo del proceso pues, una vez producida, el
sujeto debe ir hacia el objeto para tratar de captar y asimilar su realidad. El sujeto investigador debe
“salir de sí" para comprender cómo es el objeto, para aprehenderlo. El acercamiento del investigador
hacia su objeto puede considerarse como la operación fundamental, pues es lo que lo vincula con la
realidad. Pero para que el proceso se complete el investigador debe volver otra vez hacia sí mismo
a fin de elaborar los datos que ha recogido, concibiendo ahora al objeto mentalmente.
Sujeto y objeto quedan, así, como dos términos que se separan y se acercan, en un movimiento que
continúa repetidamente, porque el sujeto debe acercarse una y otra vez hacia lo que está estudiando
si se propone adquirir un conocimiento cada vez más profundo y completo sobre ello.
Para que nuestro conocimiento fuera totalmente objetivo debería suceder que el sujeto de la
investigación se despojara completamente de toda su carga de valores, deseos e intereses. Esto no
es posible. Es más, una cierta dosis de subjetividad no sólo es inevitable, sino que es además
indispensable. Porque para plantearse un problema de conocimiento se necesita de una voluntad
que no puede ser sino subjetiva.
Por esta misma razón es que no concebimos la existencia de un conocimiento lisa y llanamente
objetivo y es que afirmamos que todo el conocimiento no deja de ser el producto de una cultura, de
una época y de hombres concretos. De allí que resulte algo pedante afirmar que el conocimiento
científico es objetivo, y que sea más adecuado sostener que la ciencia se preocupa por ser objetiva.
De otro modo estaríamos negando su carácter falible. Creemos necesario remarcar el carácter falible
del conocimiento científico. Pero cuidado: no hay que caer en el extremo contrario, en una posición
escéptica. Porque si bien rechazamos que puedan hallarse verdades definitivas, eso no significa
afirmar que ninguna de nuestras proposiciones pueda comprobarse o demostrarse. A través de
conocimientos falibles, limitados, es que se va llegando a la verdad.
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análisis de los diversos procedimientos concretos que se emplean en las investigaciones y la
discusión acerca de sus características, cualidades y debilidades.
Recomendamos asignar al concepto de método el significado general de modelo lógico que se sigue
en la investigación científica. En cuanto al de metodología, pensamos que lo más adecuado es
considerarla como el estudio y análisis de los métodos, reservando los términos técnicas y
procedimientos para hacer alusión a los aspectos más específicos del método que se usan en cada
investigación.
El método se refiere a la lógica interior del proceso de descubrimiento científico, y a él le
corresponden no solamente orientar la selección de los instrumentos y técnicas específicos de cada
estudio sino también fijar los criterios de verificación o demostración de lo que se afirme en la
investigación.
Si nos preguntamos ¿Cuál es, o cómo es, el método de la ciencia? Nos encontraríamos con una
seria dificultad: no investigan del mismo modo el astrónomo, el historiador o el químico. Además, los
procedimientos de la ciencia cambian con frecuencia. La historia de la ciencia permite afirmar que el
método, como camino que construye el pensamiento científico, se va constituyendo junto con ese
mismo pensamiento. Es falsa la imagen que nos presenta el método como un todo acabado y
cerrado. La investigación es un proceso creativo, plagado de dificultades imprevistas. La única
manera de abordar el problema del método científico es buscar las orientaciones que guían los
trabajos de investigación.
Uno de los elementos más significativos en todo el pensar científico es el esfuerzo por la claridad
en la conceptualización. Además, el método de la ciencia se asienta en dos pilares: por una parte,
en un constante tomar en cuenta la experiencia, los datos de la realidad, por otro lado, en una
preocupación por construir modelos teóricos, abstracciones generales capaces de expresar las
conexiones entre los datos conocidos. Entre estos dos elementos debe existir una adecuación. Esto
nos remite al decisivo concepto de verificación.
Toda investigación parte de un conjunto de proposiciones que versan sobre la realidad. El científico,
por más que esté persuadido de la verdad de estas proposiciones, no las podrá sostener hasta que
puedan ser verificadas. Ello supone que todo problema de investigación debe ser explicitado en
términos tales que permitan su verificación, es decir, su comprobación.
Un tercer elemento integrante del proceder científico, es el uso sistemático de la inferencia, o
razonamiento deductivo. Inferir significa sacar consecuencias de un principio, de modo tal que dichas
conclusiones deban ser asumidas como válidas si el principio también lo es. La inferencia opera
durante la investigación de la siguiente manera: una vez formulada una hipótesis se deducen de ella
posibles consecuencias prácticas que son luego, a su vez, sometidas a verificación. La hipótesis
misma no se prueba sino las consecuencias deducibles de ella. A este tipo de razonamiento se le
llama “modelo hipotético deductivo".
Existen autores que tratan de presentar al método como una especie de camino seguro y cerrado,
como un conjunto de pasos de obligatorio cumplimiento. Esta manera de ver las cosas queda
refutada al hacer el más somero repaso de la historia de la ciencia o al comparar el modo con que
investigadores de diversas disciplinas encaran en la práctica su trabajo. Si existiese un método único,
que pudiese definirse como verdadero de una vez y para siempre, habría que aceptar que el mismo
nos garantizaría la resolución automática de todos los problemas. Pero esto no se corresponde con
la realidad.