Filosofia Expo 30.05
Filosofia Expo 30.05
Filosofia Expo 30.05
Tema
Leopoldo Zea, aporte filosófico
Presentado por:
Kely Stefany Lago Quispe
Thaiz Belén Serna Ccorisapra
Andahuaylas-Apurímac-Perú
2023
CAPITULO I
Leopoldo Zea Aguilar, hijo de Leopoldo Zea y Luz Aguilar, nació el 30 de junio
UNAM conoció a José Gaos, que lo inclinaría a los estudios filosóficos y por cuya
Filosofía y Letras de la UNAM entre 1942 y 1943. Durante los años de becario en El
Colegio de México se abocó a preparar sus tesis de maestría y de doctorado: en 1943 con
por los diferentes roles sociales cumplidos soportaron los múltiples reconocimientos
recibidos en vida.
comprensión del hombre en tanto ser social, lo cual refleja, por una parte, la continuidad
partía del hombre concreto, del hombre de una determinada circunstancia, en este caso la
conciencia de la propia humanidad, de saberse hombre entre hombres... [Zea, 2000: 21].
servirá de guía en su filosofar por cuanto focaliza dos aspectos medulares en la reflexión
reconocimiento de las bases constitutivas de todo ser humano, las cuales le permitieron
Con relación a la idea de que la filosofía inicia con las inquietudes propias del
hombre Leopoldo Zea expone que toda actividad filosófica: “Siempre e ineludiblemente
habrá que partir del hombre en sus múltiples contradictorias expresiones” [Zea, 1993:
18], puesto que representa el eje articulador de toda labor intelectual. Más aún, recuerda:
Así pues, todo quehacer reflexivo tiene como centro, punto de partida y fin
relación consigo mismo y con sus semejantes, todo ello como manifestaciones de la
comprenderla.
Si otorga esa función a la filosofía en general, no será de otro modo que le asigne
histórica es un rasgo constitutivo del reflexionar, que lo marca; interpreta que la filosofía
Por lo demás, Leopoldo Zea exhibe el vínculo entre filosofía y hombre al revisar
que hace de ellos su hogar. Mediante el Verbo deja de ser un ente entre entes, para
sobre el resto de los seres vivos. Para él la condición humana fue producto histórico al
libertad. Por ello acotará: “... la palabra hombre no significa nada si no se relaciona con
una situación determinada...” [Zea, 1974: 54], lo cual le permite extender tal
Dentro de esa ruta concibe y usa la filosofía como instrumento para explicar la
deshumanizado occidental podrá, por esta vía, volver a humanizarse, alcanzar su más
reconoce, también, su propia humanidad” [Zea, 1974: 114-115]. De modo que la filosofía
filosófico occidental.
índice negativo de la humanidad de los otros hombres. Los otros hombres, por el
Dos ideas del hombre que han propugnado y pugnan por prevalecer... [Zea, 1974: 137].
humanidad de los habitantes de las regiones periféricas, pero al mismo tiempo proclama
otra forma inclusiva y desenajenante, la de su humanismo pleno que toma como base la
recuperación del pasado, alineándolo en la tradición labrada a lo largo del siglo XX.
TITULO II
con su tiempo y sus circunstancias. Esa es la tarea de Leopoldo Zea que le permite
sustentar la apreciación de que todos los hombres tienen la misma capacidad para
constituirse como tales sin necesidad de esperar reconocimiento de otros. Patentizar esa
capacidad es lo que lo lleva a cuestionar y responder: “... ¿Qué hace del hombre Hombre?
Y, por ende, del latinoamericano un hombre sin más... la libertad creadora. Un modo de
ser que todos los hombres poseen por el hecho de ser hombres...” [Zea, 1974: 27].
enajenación. Así sentencia: “... los hombres de razón, los intelectuales, han de luchar por
hacer prevalecer la única posible: la propia del hombre. La del hombre concreto: la razón
capaz de comprender y hacerse comprender y a través de esta comprensión hacer patente
la igualdad que entre sí guardan todos los hombres de la tierra sin discriminación
discursos hegemónicos, sean de carácter racista, clasista o colonialista, sino sólo las que
afirma:
Como no aceptamos que existan hombres más hombres que otros. Un hombre es
hombre: abierta también a otras expresiones del razonar, para así ampliar, enriquecer, el
propio ser y razonar sin por eso renunciar a lo que se es [Zea, 1993: 382].
explicar la perspectiva humanista de Leopoldo Zea, pero también como argumento para
enfrentar las interpretaciones interesadas que se amparan en las diferencias de tipo social,
e incluso étnicas. Las diferencias humanas son innatas, modeladas por las circunstancias
históricas y deben ser consideradas con el afán de enfatizarlas dentro del conjunto de
Leopoldo Zea al observar que los valores pregonados por el mundo occidental han
original y extender su aplicación a todos los seres humanos. Pero también concibe como
necesario ir más allá de la resemantización por lo que propone adicionar otros valores,
que son propios de sociedades no occidentales con los cuales incluso se enriquece la
equilibrio. Es menester encontrar una nueva justificación valorativa que haga posible la
convivencia sin menoscabo de la persona ... El hombre de nuestro tiempo necesita de una
nueva teoría que justifique su vida práctica y le dé sentido [Zea, 1945: 77].
tocado vivir, por lo que concluye: “... Ser hombre es ser, simplemente, lo que se es,
latinoamericano, como el yanqui es yanqui, el francés, francés y el inglés, inglés...” [Zea,
1974: 25].
De modo que la capacidad racional de los seres humanos debe tener como horizonte la
comprensión de las diferencias patentizando la igualdad, así dirá Leopoldo Zea: “...
que son. Ineludible diversidad que al ser comprendida y respetada puede posibilitar la
auténtica paz que ha de prevalecer entre los hombres” [Zea, 1993: 236]. O como gusta
En efecto, el humanismo de Leopoldo Zea exhibe una veta de solidaridad manifiesta
tanto en su vida cotidiana como lo testimonia sus apoyos a las actividades de los
latinoamericanos donde las azonadas militares estaban a la orden del día [Santana, 1992:
en particular cuando propone que la dependencia debe ser trastocada por relaciones de
solidaridad: “Son los hombres los que al reconocerse en otros hombres, como seres
pueblos para realizar su propia y exclusiva humanidad. Será relación solidaria que no
Erige la solidaridad en uno de los más altos valores que el hombre debe
propugnar: “La nueva solidaridad... deberá ser ajena a los circunstanciales éxitos
tener una determinada piel u otra, una religión u otra, unas opiniones u otras, pero sin que
por esto deje de ser un hombre, sin que tal cosa haga de él algo más, algo menos que un
hombre” [Cazañas Díaz, 1993: 203]. Incluso mediante la solidaridad recoge parte de la
latinoamericanas.
5. De carácter universal.
Con fundamento en lo señalado, puede destacarse que su humanismo aspira a ser
perfilar una idea de hombre en la que todos los seres humanos puedan reconocerse. Lo
importante estriba en que su praxis intelectual lo hace asumiendo sus circunstancias sin
Si resolvemos nuestros problemas con miras a resolver los problemas del hombre
soluciones factibles para otros pueblos, en lo humano, en nuestra participación con esa
circunstancia más amplia a la que hemos llamado humanidad [Zea, 1945: 34].
De modo que el norte de sus reflexiones sobre el hombre consistiría en forjar una
comprensión más humana de las relaciones entre los individuos, las sociedades y las
naciones: “Todo hombre ha de ser centro y, como tal, ampliarse mediante la comprensión
El humanismo pleno lo codificó Leopoldo Zea asumiendo los aportes de los más
preclaros humanistas que lo generaron desde el mismo siglo de la conquista y, sobre todo,
epistemológico toda vez que para él el hombre no sólo es capaz de conocer sino que el
ejercicio del saber es una necesidad vital, que para el caso de la realidad latinoamericana
han fracasado los proyectos que en América han tratado de eludir su propia realidad. No
es la levita, ni la chistera lo que cambia a un pueblo, sino el saber qué es este pueblo
conociendo, así, sus más altas virtudes y valores para que ellos sirvan de estímulo y
ser que la ha racionalizado. Por ello plantea, ante las acciones humanas que ha venido
pervivencia del indio al apuntar: “... el indio ha sido objeto de explotación y exterminio...
Pero ahora, en ese buscar sobre sí mismo, el pensamiento de esta América encuentra la
mitad de su ser. Como la otra parte de su propio ser” [Zea, 1976: 451]. Así rescata el
significado de la existencia del indio y lo reconoce como un hombre sin más, por ello al
... son pura y simplemente expresiones concretas del hombre. El hombre blanco
Porque ser hombre es tener piel con un determinado color, como ser hombre es formar
determinado color de piel o una determinada situación social y cultural [Zea, 1974: 57-
58].
Con lo cual reconoce la igualdad humana más allá de las situaciones
representar otra forma de exclusión. “Para Zea el indígena debe ser incorporado y
participar del desarrollo como el resto de los mexicanos. Los indígenas son mexicanos sin
Más aún, al abordar el problema racial Leopoldo Zea lo ubica más allá de las
Nacional de México: “Raza que no es raza, sino actitud de respeto para todas las
culturas y de la Nación de naciones con que soñaron nuestros mayores” [Zea, 1993: 422].
Para Leopoldo Zea la cuestión de los valores resulta fundamental dentro del
conjunto de su obra y, por ende, no puede reducirse su concepción a una mera exposición
deben explicarse a partir de esa vinculación puesto que así podrá mostrarse de mejor
universal.
lógica, de contemplar una ética, es también ideología. Aplicándole tal perspectiva resulta
praxis filosófica se entiende su propuesta de liberación que si bien trasluce los aspectos
nacionalismo revolucionario que dominó la escena pública del siglo XX como por su
dependencia creada por los países centrales sobre los periféricos, como las existentes en
liberación, de ahí que proponga como solución la necesidad de la unidad de acción de los
pueblos.
Con la finalidad de matizar su crítica al imperialismo hay que señalar que no toda
Independencia en 1776, donde se habla de la igualdad de todos los hombres y del derecho
de éstos a instituir “gobiernos que deriven sus justos poderes del consentimiento de los
gobernados” y que siempre que una forma de gobierno tienda a destruir los intereses de
estos pueblos, éstos tienen el “derecho a reformarla, abolirla y a instituir sus poderes en la
derrumbe del llamado socialismo real no equivale a rechazar los valores de construir
sociedades democráticas, libres y justas, pues los países que fuera de Occidente vieron al
socialismo como meta para anular el colonialismo y si bien lo hicieron al margen de las
propuesta societaria:
ni lobo ni oveja del hombre, ni tiburón ni sardina. Mundo en el que hombre se reconozca
como tal... del reconocimiento de quienes son sus semejantes. Socialismo. Por supuesto,
Respecto de sus puntos de vista sobre la guerra y la paz sólo hay que decir que ha
particular de las guerras de intervención como los casos de la segunda guerra mundial, las
guerras contra Corea, Vietnam, Irak y las invasiones a varios países latinoamericanos.
cachiporra, pero enarbola, como tal amenaza, o golpeando cuando es posible, atómicas y
otras armas igualmente destructivas... una técnica siempre al servicio de los más
en el hecho de comprender que son productos del esfuerzo cultural de toda la humanidad,
colaborar en esos campos para bien de ellas como de los seres humanos en su conjunto.
Aunado a lo anterior, las conceptúa como instrumentos o medios que deben ser utilizados
para provecho del bienestar humano. Por ende, no percibe estos tipos de actividades
como fines en sí mismos ni plantea que deban ser vistas como fundamento del sentido de
para bien o para mal del creador de este encarcelamiento. Todo ello está muy bien, lo que
ya no lo está tanto es la pretensión de reducir la filosofía a este sólo fin. Porque si bien es
cierto que la técnica servida por una ciencia precisa, que se apoya a su vez en una
filosofía que le ofrece una lógica plena de rigor, ha alcanzado cimas jamás imaginadas...
al servicio del hombre. Una técnica que pretende ser cada vez más precisa; de una
ciencia lo que la filosofía fuera en la Edad Media de la teología, sierva de la técnica [Zea,
1974: 59].
de los pueblos de América Latina, pues no se puede renunciar al progreso material, por el
contrario, debe hacerse parte del propio modo de ser [Zea, 1976: 82].
CAPITULO V
Por lo que se refiere a la educación, ésta es apreciada por Leopoldo Zea como una
comunidad, por lo cual le asigna, entre otras tareas, coadyuvar a la integración regional,
partir de lo cual éste pueda actuar para el logro de su realización" [Zea, 1986: 13].
La visión iluminista de Leopoldo Zea queda esbozada con el planteamiento de
que sólo la educación permitirá consumar la emancipación por ser portadora de las luces
intelectual la ha propugnado durante toda su vida pero con la acotación de que su fin
último es el conocimiento del hombre: "El hombre es algo concreto, algo que se hace y
perfila dentro de una realidad determinada. Conocer esta realidad era así una de las más
urgentes tareas, pues de ella dependía la educación de ese hombre al que trataba de
independizar por el más seguro de los medios, el de su emancipación mental" [Zea, 1972:
89].
las artes, las humanidades, las ciencias, los avances tecnológicos, al contextualizarlos
históricamente, y recurriendo a las funciones con las que ha de concretarse una educación
encubridora y excluyente.
5.2 Cultura latinoamericana
tanto unos como otros poseen y generan cultura del mismo valor, ni superiores ni
inferiores.
organización de eventos que la promuevan, con una clara misión integradora entre
Una cultura en la que se coordinan los derechos de los individuos con las
necesidades de una paz y acuerdos universales, que hagan verdaderamente posibles esta
libertad y soberanía. Una cultura en la que no tienen por qué estar reñida la libertad de los
internacional. Esto es, una cultura en la que el humanismo de sus mejores creadores
Así pugna por una integración plural, abierta a todos los hombres y pueblos en un
plano horizontal, de igualdad. Para adicionar elementos que confirman tal vocación
reproduzco los adjetivos e interpretaciones con los cuales se puede enfatizar que la
integración debe empezar por los pueblos de América, al ser empleados como sinónimos:
propias como los casos de contexto geográfico, dimensión histórica, continente fuera de
filosofía. Siguiendo el programa intelectual que le trazó José Gaos, Leopoldo Zea ha
sólo. El texto que puede tomarse como puente entre sus preocupaciones de historiador de
filosofía sin más aparecido en 1969 como respuesta al libro de Augusto Salazar Bondy,
clarificar que la filosofía es más que ciencia rigurosa e ideología, por ser saber ético, y
significa hacer filosofía sin más, cuya función será conscientizar la condición de
subordinación y a partir de tal autognosis promover los mecanismos para superar dicha
latinoamericano. Así en 1980 la sustancia al decir que Simón Bolívar planteó los
que señalar que para Leopoldo Zea el ejercicio de la filosofía es actividad intelectual
comprometida, por ser saber útil, orientador y esclarecedor de la realidad para atender los
buscar soluciones convincentes. Para el efecto establece una clara diferenciación entre la
racionalidad porque en occidente, apunta, nació con el principio dual del logos: razón y
palabra.
De forma que la concepción filosófica desarrollada por Leopoldo Zea exhibe las
nos] muestra la aventura del hombre en este permanente preguntar...” [Zea, 1974: 10]. En
consecuencia ubica a la filosofía como una parte más de la cultura, con la función
cuya mecánica inicia con la determinación racional de las cuestiones caras al ser humano,
otorgó carta de naturalización al aportar nuevos enfoques a los temas tradicionales como
Bibliografía
________. (1974). La filosofía americana como filosofía sin más. Siglo XXI
México.