Universidad de El Salvador: Facultad de Ciencias Naturales y Matemática

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Universidad de El Salvador

Facultad de Ciencias Naturales y Matemática


Escuela de Matemática

DE LA GEOMETRÍA SINTÉTICA A LA

GEOMETRÍA HIPERBÓLICA.

TESIS
PARA OBTENER EL TÍTULO DE:

Licenciado en Matemática
PRESENTAN:

Br. Saúl Fernando López Argueta LA09001.


Br. Wilner Edenilson Vásquez Hernández VH10007.

ASESOR EXTERNO:

Dr. Manuel Cruz López.

ASESORES INTERNOS:

Lic. Ernesto Américo Hidalgo Castellanos.

MSc. Yoceman Adony Sifontes Rivas.

Ciudad Universitaria, 7 de septiembre de 2017


Hola.
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

RECTOR:

MSc. Roger Armando Arias.

VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO INTERINO:

ING. Nelson Bernabé Granados

SECRETARIO GENERAL:

MSc. Cristobal Hernan Ríos Benitez

FISCAL GENERAL:

Licda. Beatriz Mélendez

FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MATEMÁTICA

DECANO:

Lic. Mauricio Hernán Lovo Córdova.

VICE-DECANO:

Lic. Carlos Antonio Quintanilla Aparicio.

SECRETARIA:

Licda. Damaris Melany Herrera Turcios.

ESCUELA DE MATEMÁTICA

DIRECTOR DE ESCUELA:

Dr. José Nerys Funes Torres.

ASESOR EXTERNO:

Dr. Manuel Cruz López.

ASESORES INTERNOS:

Lic. Ernesto Américo Hidalgo Castellanos.

MSc. Yoceman Adony Sifontes Rivas.


Dedicatoria.

Este trabajo es dedicado a nuestros padres Blanca, Francisco, María y Tomás por su

paciencia, apoyo y por siempre creer en nosotros.


Agradecimientos.

Primero a Dios, por bendecirnos y por darnos sabiduría y las fuerzas necesarias para

completar nuestros estudios superiores.

A nuestros padres, por ser nuestro apoyo incondicional y sin medida para lograr nues-

tros objetivos y en especial este que estamos a punto de cumplir.

A nuestros amigos Glenda, Julissa, Marlene, Esmeralda, Marvin, Brayan.

A Karla María Posada por brindarnos su amistad y su ayuda incondicional.

A nuestro asesor externo: Dr. Manuel Cruz López por la orientación y ayuda que nos

brindó para la realización de esta tesis, por su apoyo y consejos que nos permitieron

aprender mucho más y aportar construcciones originales al proyecto.

A nuestros asesores internos: Lic. Ernesto Américo Hidalgo y MSc. Yoceman Sifontes

Rivas por la disponibilidad, dedicación, esfuerzo y apoyo en cada parte de este trabajo.

A nuestro jurado: MSc. Gabriel Alexander Chicas Reyes y Lic. Jorge Balmore Flores

Tejada, por la revisión y aportación de ideas para la realización de un buen trabajo.


Índice general

Página

Introducción. XIII

1. Circunferencias coaxiales e inversión. 1


1.1. Circunferencias coaxiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

1.2. Reexiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

1.3. Inversión geométrica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1.3.1. Denición, construcción y propiedades de la inversión. . . . . . . 7

1.3.2. Inversiones de circunferencias coaxiales. . . . . . . . . . . . . . . 14

1.3.3. Inversiones y Cónicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1.3.4. Inversión que pone concéntricas dos circunferencias. . . . . . . . 19

1.4. Aplicaciones de la inversión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

1.4.1. El problema de Apolonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

1.4.2. El porisma de Steiner. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

2. Modelos hiperbólicos. 27
2.1. Historia de la geometría hiperbólica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

2.2. Modelo del semiplano superior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

2.2.1. Las líneas hiperbólicas en H. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

2.2.2. Mediatriz de un segmento hiperbólico en H. . . . . . . . . . . . 34

2.2.3. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado en H. 35

2.2.4. Centro hiperbólico de una circunferencia en H. . . . . . . . . . . 36

2.2.5. Triángulos hiperbólicos en H. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

2.3. El modelo del disco de Poincaré. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

2.3.1. Las líneas hiperbólicas en D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41


X ÍNDICE GENERAL

2.3.2. Mediatriz de un segmento hiperbólico en D. . . . . . . . . . . . 44

2.3.3. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado en D. . 44

2.3.4. Centro hiperbólico de una circunferencia en D. . . . . . . . . . . 45

2.3.5. Triángulos hiperbólicos en D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

2.4. El modelo de Beltrami-Klein. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

2.4.1. Líneas hiperbólicas en BK . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

2.4.2. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado en BK . 48

2.4.3. Punto medio de un segmento hiperbólico en BK . . . . . . . . . . 50

2.5. La métrica hiperbólica en D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

2.5.1. Distancia entre dos puntos sobre una línea hiperbólica que pasa

por el centro de S∞ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

2.5.2. Distancia entre dos puntos cualesquiera en D. . . . . . . . . . . 59

2.5.3. Distancia hiperbólica en D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62

2.6. Equivalencia entre los modelos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

2.6.1. Equivalencia entre los modelos de Poincaré. . . . . . . . . . . . 65

2.6.2. Equivalencia entre el modelo del disco de Poincaré y el modelo

de Beltrami-Klein. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

2.7. Trigonometría hiperbólica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

2.7.1. Las funciones hiperbólicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

2.7.2. El ángulo del paralelismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

2.7.3. Triángulo rectángulo con ángulos α, π/2 y β. . . . . . . . . . . 72

2.7.4. El teorema de Pitágoras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

3. Teselaciones hiperbólicas. 75
3.1. Triángulos hiperbólicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

3.1.1. Construcciones en el modelo del disco de Poincaré. . . . . . . . 77

3.1.2. Construcciones en el modelo del semiplano superior de Poincaré. 82

3.2. Teselaciones hiperbólicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

3.2.1. Teselaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

3.2.2. Teselaciones triangulares del plano hiperbólico. . . . . . . . . . 91

3.2.3. Teselaciones con polígonos regulares. . . . . . . . . . . . . . . . 98

Epílogo. 101
ÍNDICE GENERAL XI

A. Fórmulas de adición. 103

B. Coseno y seno en un triángulo hiperbólico. 105

C. Teoremas del seno y coseno. 109


Introducción.

En el presente trabajo daremos una introducción a la geometría hiperbólica bidimen-

sional desde el punto de vista geométrico. Se estudiarán tres modelos de la geometría

hiperbólica, los cuales son: el modelo del semiplano superior de Poincaré, el modelo del
disco de Poincaré y el modelo de Beltrami-Klein. Para hacer la descripción de estos mo-

delos, necesitamos primero estudiar las herramientas euclidianas que nos servirán para

la construcción de los objetos geométricos en cada uno de los modelos.

La inversión geométrica y las familias de circunferencias coaxiales serán las herramien-

tas que nos van a servir para hacer las construcciones antes mencionadas. Por lo tanto,

en el capítulo 1 denimos la inversión geométrica y sus propiedades, así como también

la familia de circunferencias coaxiales y sus propiedades con respecto a la inversión.

Habiendo descrito las herramientas principales para hacer una descripción de cada mo-

delo a estudiar de la geometría hiperbólica, describimos en el capítulo 2 los tres modelos

antes mencionados, deducimos la métrica hiperbólica en el modelo del disco de Poincaré


y estudiamos un poco de trigonometría en el modelo del semiplano superior de Poincaré.
En el capítulo 3 hablamos de teselación hiperbólica, la cual es una descomposición del

plano hiperbólico con piezas del mismo tamaño que no se tienen que sobreponer ni de-

jar huecos. Para ello hacemos la construcción de un triángulo hiperbólico con ángulos

dados en los modelos de Poincaré y damos las condiciones que tienen que cumplir estos

ángulos para poder hacer una teselación del plano hiperbólico. También abordamos las

teselaciones con polígonos regulares, los cuales son teselaciones con polígonos hiper-

bólicos donde todos sus lados son iguales y ángulos internos también son iguales. Se

da la condición que tiene que cumplir un polígono regular para poder teselar el plano

y nos damos cuenta que en esta geometría existen innitas teselaciones con polígonos

regulares. Recordemos que el plano euclidiano sólo se puede teselar con tres polígonos

regulares: triángulos, cuadrados y hexágonos.


Capítulo 1

Circunferencias coaxiales, inversión y

sus propiedades.

En este capítulo damos la denición y construcción de las familias de circunferencias

coaxiales, las cuales juegan un papel muy importante a la hora de denir los objetos

geométricos en cada uno de los modelos que describiremos para la geometría hiperbólica

en el capítulo 2. También recordaremos propiedades de reexiones y en especial la

inversión, que es una reexión con respecto a una circunferencia. Estudiaremos las

propiedades de la inversión y por último haremos uso de la inversión para resolver el

problema de Apolonio y los porismas de Steiner. En las secciones 1.1 y 1.2 se seguirá

de cerca [CG1] y las demostraciones de las propiedades, proposiciones y teoremas de

la sección 1.3 se pueden consultar en [Rev].

1.1. Circunferencias coaxiales.


En esta sección estudiaremos una familia muy importante de circunferencias. La pro-

piedad que dene a la familia es que existe un punto en el plano tal que la potencia de

ese punto con respecto a todas las circunferencias de la familia es la misma, es decir,

que el valor de la potencia es constante.

Recordemos que si P es un punto en el plano y si se ja una circunferencia con centro

O, entonces para cualquier línea que pase por P y corte a la circunferencia en dos pun-

tos A y B, se cumplirá que PA · PB es constante, independientemente de la posición

de la línea. El valor de dicha constante se denomina la potencia del punto P .


2 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

Denición 1.1. El eje radical de dos circunferencias es el lugar geométrico de todos

los puntos P ∈ E2 cuyas potencias con respecto a las dos circunferencias son iguales.

El siguiente teorema nos da la forma de obtener el eje radical de dos circunferencias

dependiendo de la posición de estas. El único caso en donde no existe el eje radical de

dos circunferencias es cuando una está contenida en la otra.

Teorema 1.1. Sean C1 y C2 dos circunferencias. Entonces se cumple una de las si-

guientes propiedades:

1. Si C1 y C2 se intersecan, entonces su eje radical es la línea que pasa por los

puntos de intersección.

2. Si las dos circunferencias C1 y C2 son tangentes, entonces su eje radical es la

línea tangente común.

3. Sean C1 y C2 circunferencias ajenas y k, l, m, n son los ejes radicales de C1 y C3 ,


C1 y C 4 , C2 y C3 , C2 y C4 respectivamente para cualesquiera dos circunferencias

C3 y C4 en E2 que cortan a C1 y C2 . Sea P el punto de intersección de n y l y

sea Q el punto de intersección de m y k. Entonces el eje radical de C1 y C2 es la

línea que pasa por P y Q.

Eje radical de C1 y C2

C3 l
k n

P
C1 C2
Q

m
C4

Figura 1.1: Eje radical de dos circunferencias ajenas.

Corolario 1.1. Sean C1 , C2 y C3 tres circunferencias en E2 cuyos centros no son

colineales. Entonces, los tres ejes radicales son concurrentes en un punto llamado el

centro radical de las circunferencias.


1.1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES. 3

Observación 1.1. 1. El eje radical de dos circunferencias es ortogonal a la línea

de los centros.

2. El eje radical de dos circunferencias, no contenidas una en la otra, es la línea

que pasa por los puntos medios de los segmentos determinados por los puntos de

contacto de las tangentes comunes a las circunferencias.

Un conjunto de circunferencias se denomina una familia cuando cumplen una o varias

propiedades, a continuación denimos una de ellas.

Denición 1.2. Sea F una familia de circunferencias en el plano. Decimos que F es

una familia coaxial si existe una línea que es el eje radical de cualesquiera dos miembros
de F.

Del Teorema 1.1 y la denición anterior podemos decir que los centros de las circunfe-

rencias coaxiales son colineales y que el eje radical es ortogonal a la línea de los centros

de las circunferencias coaxiales.

Denición 1.3. A una familia F de circunferencias que pasan por dos punto jos se

le llama familia secante.

Proposición 1.1. El eje radical de una familia secante F es la línea que pasa por los

puntos de intersección. Más aún, la familia F es coaxial.

Ahora describiremos otro tipo de familia que llamaremos familia ajena, ya que sus

miembros no se intersecan entre ellos.

Sea F una familia coaxial secante con eje radical l, donde A y B son sus puntos de

intersección. Tomemos un punto O ∈ l distinto de A y B ; a partir de O trazamos líneas


tangentes a las circunferencias de la familia F. Entonces los segmentos determinados

desde O a cada punto de tangencia son iguales. Estos segmentos determinan el radio de
una circunferencia con centro en O. Observemos que esta circunferencia es ortogonal a

todas las circunferencias de F, ver gura 1.2(a).


4 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

A G

l
B
F
l

(a) Circunferencia ortogonal a la fa- (b) Familias coaxiales F y G .


milia F .

Figura 1.2: Construcción de la familia ajena G.

Con la construcción anterior se puede denir una familia de circunferencias G como la

familia de circunferencias que tienen un centro en cualquier punto sobre l , excepto en

el segmento AB , y que son ortogonales a todas las circunferencias de la familia F, ver

gura 1.2(b).

Observación 1.2. a) Si N es el punto medio del segmento AB , el radio de cualquier

circunferencia de la familia G (con centro O) es menor que la magnitud del segmento


ON . A la familia G se le llama familia ajena.

b) El eje radical de la familia G es la línea de los centros de la familia F.

Por la observación anterior y la forma en la que se ha construido la familia G, no es

difícil demostrar que para cualesquiera dos circunferencias de la familia, el eje radical

es la línea de los centros de la familia F.

Proposición 1.2. La familia de circunferencias G es una familia coaxial.

Observemos que los puntos en los que una circunferencia ortogonal corta a la línea de

los centros de dos circunferencias ajenas son dos puntos jos e independientes de la

circunferencia ortogonal de que se trate. A estos puntos jos se les llama puntos límites.

Observación 1.3. a) A los ejes radicales de ambas familias los podemos ver como

circunferencias de radio innito por lo que también forman parte de sus respectivas

familias.
1.2. REFLEXIONES. 5

b) La familia ortogonal a la familia de circunferencias ajenas G es precisamente la

familia de circunferencias secantes F.

c) Si tomamos cualquier punto P ∈ E2 , entonces por P siempre pasa una circunferen-

cia de la familia G y una de la familia F.

En el Teorema 1.1 denimos el eje radical para dos circunferencias tangentes. Así, si

tenemos una familia de circunferencias tangentes en un punto, a esa familia la llama-

remos familia de circunferencias tangentes. Más aún, el eje radical de cualesquiera dos

de ellas es la línea tangente común, esto implica que dicha familia es una familia de
circunferencias coaxiales.

Figura 1.3: Familias coaxiales tangentes F y G.

Denición 1.4. A una familia coaxial F de circunferencias que pasan por un punto

jo se le llama familia coaxial tangente.

Observación 1.4. La familia ortogonal G de F son todas las circunferencias ortogo-

nales a cualquier miembro de F que pasa por el punto de tangencia.

1.2. Reexiones.
Sea L una línea en el plano euclidiano E2 y C una circunferencia con centro en un punto

O ∈ E2 y radio r > 0.
6 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

Denición 1.5. Una reexión con respecto de L es una transformación RL : E2 −→ E2


que a cada punto P ∈ E2 le asigna un punto P 0 ∈ E2 tal que el segmento PP0 es

ortogonal a la línea L y es bisecado por esta.

P0
L

Figura 1.4: Reexión con respecto de L.

Si L0 es otra línea en E2 , entonces la composición RL0 ◦ RL : E2 −→ E2 también es una

transformación del espacio euclidiano E2 que está bien denida y está dada por

(RL0 ◦ RL )(P ) := RL0 (RL (P )).

Las líneas L y L0 pueden ser paralelas o bien pueden intersecarse; dependiendo de esto,

la composición denirá dos tipos distintos de transformaciones elementales del espacio

E2 .
Las siguientes propiedades de las reexiones se tienen de manera inmediata:

a) La línea L queda ja bajo la reexión RL ; es decir, si P ∈L entonces RL (P ) = P .

b) Si denotamos por id : E2 −→ E2 a la transformación identidad, esto es, id es la

transformación que deja a todos los puntos de E2 jos. Denimos RL2 := RL ◦ RL .


Es decir, RL2 = id. A la transformación RL2 se le llama involución.

c) De la propiedad anterior se sigue que RL es invertible y que su inversa es RL−1 = RL .

Denición 1.6. a) La reexión de una línea con respecto de L es una línea.

b) La reexión de una circunferencia con respecto de L es una circunferencia.

Teorema 1.2. a) Si dos líneas l y m se intersecan en un punto P, entonces sus re-

exiones con respecto de L también se intersecan en el punto P0 (inverso de P) y

forman el mismo ángulo que el comprendido entre l y m.

b) Si dos circunferencias a y b se intersecan, entonces sus reexiones con respecto de

L también se intersecan y con el mismo ángulo que el comprendido entre a y b.


1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 7

Observación 1.5. a) El resultado anterior muestra que la reexión con respecto de L


conserva ángulos.

b) El ángulo en el vértice P0 va en dirección contraria al ángulo en el vértice P; es

decir, si el ángulo β se orienta de l a m entonces el ángulo β0 se orienta de m a l.

Existe otro tipo de reexiones muy importante del plano euclidiano E2 , dichas ree-

xiones son con respecto a una circunferencia C.

Denición 1.7. A una reexión RC : E2 −→ E2 con respecto de una circunferencia C


se le llama inversión con respecto de C.

Observación 1.6. En el resto de este capítulo llamaremos inversión a la reexión con

respecto de C.

1.3. Inversión geométrica.


1.3.1. Denición, construcción y propiedades de la inversión.
Denición 1.8. Dado C ∈ E2 , una circunferencia de centro O y radio r. Para cada

punto A ∈ E2 distinto de O, el punto inverso de A respecto de C es el punto A0 ∈ E2


que está sobre el rayo OA y que satisface la relación

OA · OA0 = r2 .

A la circunferencia C se le llama circunferencia de inversión y a su centro O centro de


inversión.
Cuando el contexto asocia a esta notación OA un valor numérico nos referimos a la

distancia entre los punto O y A.

Construcción 1.1. Construcción geométrica de la inversión.

Sea A ∈ E2 un punto interior a C, como en la gura 1.5. Sea T uno de los puntos de

la intersección de C con la perpendicular a la recta OA desde A1 . Denotemos por A0


al punto de intersección de la recta OA con la tangente a C desde T. Por el teorema

1 Notar que OT es radio de C .


8 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

del cateto, los triángulos 4OAT y 4OT A0 son semejantes, por ser rectángulos con un

ángulo en común. Por tanto


OA r
= ,
r OA0
es decir, OA · OA0 = r2 , esto implica que A0 es el inverso de A con respecto a C.
La gura 1.5 muestra la manera de construir el punto inverso A0 del punto A cuando

éste es interior a la circunferencia. Usando la misma gura, si el punto A0 está fuera

de la circunferencia, trazamos una tangente a la circunferencia desde A0 y, siendo T el

punto de tangencia, por T trazamos una perpendicular a la recta OA0 que cortará a

ésta en el punto A, inverso del punto A0 .


Si el punto A es exterior a la circunferencia de inversión de radio r, es decir, OA > r,
entonces el inverso de A es interior a la circunferencia de inversión de radio r, es decir,

OA0 < r. Por último, los puntos de la circunferencia de inversión se invierten en sí

mismo, es decir, son puntos jos de la transformación.

C T

O A A0

Figura 1.5: Construcción de la inversión.

Obsevemos que cuando el punto A se acerca al centro de inversión O, su inverso A0


se aleja innitamente de O, es por eso que hay exactamente un punto del plano, el

centro de inversión O, que se queda sin imagen por la transformación. Por convención

se usa que el inverso del centro O de la circunferencia C es el punto al innito que se

denota por ∞. Es útil tener esta idea en mente para entender mejor las propiedades

que veremos a continuación.

Es claro que si A0 es el inverso de A, entonces A es el inverso de A0 .


De manera que tenemos:

Propiedad 1.1. Las inversiones son involutivas. Es decir, si ϕ es una inversión,


1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 9

entonces

ϕ2 = id.

Por ángulo entre dos circunferencias entenderemos el ángulo que forman las tangentes

a cada una de ellas en uno de los puntos de intersección, o equivalentemente el ángulo

entre los radios en ese punto.

Las circunferencias ortogonales están íntimamente relacionadas con la inversión.

Dos circunferencias secantes son ortogonales cuando se cortan formando un ángulo

recto, es decir, cuando sus tangentes (o radios) en uno de los puntos de intersección

son perpendiculares.

Proposición 1.3. Sean A y A0 puntos inversos respecto a C, y sea c cualquier circun-

ferencia que pasa por A y A0 . Entonces C y c son ortogonales.

De la proposición anterior se puede concluir que

Una inversión deja ja una circunferencia ortogonal a la circunferencia de inversión

P
C

A0
A
O

Figura 1.6: Circunferencias ortogonales.

Una de las propiedades más útiles de la inversión es que conservan los ángulos.

Proposición 1.4. Sean A0 y B0 puntos inversos respectivamente de A y B por una

inversión respecto a una circunferencia C de centro O. Entonces

]OAB = ]OB 0 A0 y ]OBA = ]OA0 B 0 .

En particular los puntos A, B, A0 y B0 son concíclicos, es decir están sobre una circun-

ferencia.
10 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

C
B0

O A A0

Figura 1.7: Puntos concíclicos.

Notemos que por la proposición anterior, los triángulos 4OAB y OA0 B 0 son semejantes.

Observación 1.7. Por la Proposición 1.3, la circunferencia de inversión y la circun-

ferencia determinada por A, A0 , B, B 0 son ortogonales.

Observación 1.8. Si sabemos que por una inversión de centro O, un punto A se trans-
forma en un punto A0 , con O, A, A0 conocidos, entonces podemos construir fácilmente

el transformado de cualquier otro punto B, como intersección de la recta OB con la

circunferencia determinada por A, A0 , B .

Las demostraciones de los siguientes resultados son sencillas y se pueden consultar en

[Rev].

La siguiente propiedad nos da una conexión entre la distancia de dos puntos y la

distancia de sus inversos.

Propiedad 1.2. Sean A y B puntos distintos y sean A0 y B0 los inversos respecto de

una circunferencia de centro O y radio r. Entonces

AB· r2
A0 B 0 = .
OA· OB

Hasta el momento lo único que hemos hecho es invertir puntos con respecto a una

circunferencia centrada en cualquier punto en E2 . Pero, ¾qué sucede si en lugar de

invertir puntos, deseamos invertir curvas? Podemos invertir punto por punto cualquier

curva K respecto a C, y denotaremos por K0 a la curva inversa.


1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 11

El siguiente teorema nos dice en qué se transforman las curvas más simples: rectas y

circunferencias.

Teorema 1.3. Las inversiones transforman circunferencias y/o rectas en circunferen-

cias y/o rectas, según pasen o no por el centro de inversión.

a) La imagen de una recta que no pasa por el centro de inversión es una circunferencia

que pasa por este centro.

b) La imagen de una circunferencia que no pasa por el centro de inversión es una

circunferencia que no pasa por él.

c) La imagen de una circunferencia que pasa por el centro de inversión, es una recta

que no pasa por el centro.

d) La imagen de una recta que pasa por el centro de inversión es ella misma.

La siguiente proposición es muy importante debido a que nos servirá para demostrar

que las inversiones conservan ángulos.

Proposición 1.5. Sean dos circunferencias, s y s0 , una inversa de la otra con respecto

de una circunferencia de inversión C, y sea P un punto de s que tiene como inverso

un punto P0 de s0 . Se verica que las rectas tangentes a s y s0 en el punto P y P0


respectivamente, son perpendiculares a la recta P P 0 , o bien forman con ella un triángulo
isósceles de base P P 0.

Una idea para la demostración de esta propiedad es considerar un punto Q distinto de

P en s y su inverso Q0 en s0 , después se hace tender Q a P y lo mismo sucederá con

sus inversos. Se hace uso de la Proposición 1.4 para obtener lo que se desea.
12 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

P0 s0
F

φ
s0 P0
s s φ
P
P
O O

C C

(a) Rectas tangentes paralelas. (b) Rectas tangentes no paralelas.

Figura 1.8:

Teorema 1.4. La inversión es una transformación conforme, es decir, conserva la

magnitud de los ángulos, aunque invierte su sentido.

La siguiente denición es la de la razón cruzada, la cual a primera vista no parece de

mayor importancia en este trabajo, pero debido a que se conserva bajo inversiones, nos

será de mucha utilidad en el capítulo 2 cuando se dena la métrica hiperbólica.

Denición 1.9. Dados cuatro puntos arbitrarios A, B, C, D ∈ E2 , denimos la razón

cruzada por la fórmula:


AC/BC
δ = [A, B; C, D] = .
AD/BD
Como hay veinticuatro permutaciones de las letras A, B , C y D debería de haber

veinticuatro valores de la razón cruzada, pero estas veinticuatro permutaciones no nos

dan siempre valores distintos de la razón cruzada; de hecho, solamente hay seis valores

de la razón cruzada dados por

1 1 δ−1 δ
δ, , 1 − δ, , y .
δ 1−δ δ δ−1

Inmediatamente de la denición de la razón cruzada vemos que:

δ = [A, B; C, D] = [B, A; D, C] = [C, D; A, B] = [D, C; B, A]

1
= [A, B; D, C] = [B, A; C, D] = [C, D; B, A] = [D, C; A, B]
δ
Los demás valores se pueden calcular a partir de la denición.
1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 13

Teorema 1.5. Las inversiones conservan la razón cruzada.

Demostración. Consideremos la inversión de centro O y radio r, y denotemos por A0 ,


B 0 , C 0 , D0 los transformados de los puntos A, B , C , D respectivamente.

Por la Proposición 1.4, los triángulos 4OCA y 4OC 0 A0 son semejantes. Entonces

OA OC AC AC A0 C 0
= = 0 0 =⇒ = . (1.1)
OC 0 OA0 AC OA OC 0
De la misma forma, los triángulos 4ODA y 4OD0 A0 son semejantes y

OA OD AD OA OD0
= = 0 0 =⇒ = 0 0. (1.2)
OD0 OA0 AD AD AD
Así, de (1.1) y (1.2), tenemos

AC AC OA A0 C 0 OD0
= · = ·
AD OA AD OC 0 A0 D0

A0

A
B0
B C0
C
O
D
D0

Figura 1.9: Los triángulos 4OCA y 4OC 0 A0 son semejantes.

Análogamente
BC B 0 C 0 OD0
= ·
BD OC 0 B 0 D0
por tanto

AC · BD
[A, B; C, D] =
AD · BC
A0 C 0 OD0 OC 0 B 0 D0
= · · ·
OC 0 A0 D0 B 0 C 0 OD0
A0 C 0 · B 0 D0
=
A0 D0 · B 0 C 0
= [A0 , B 0 ; C 0 , D0 ].
14 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

1.3.2. Inversiones de circunferencias coaxiales.


Veremos ahora cómo se comporta la inversión con respecto de circunferencias que

pertenecen a las diferentes familias coaxiales.

Supongamos que F es la familia de circunferencias coaxiales que se intersecan en dos

puntos y tomemos dos circunferencias c y c0 de dicha familia. Sea G la familia ortogonal

a la familia F tal y como la describimos anteriormente.

Analicemos todos los casos posibles:

a) Si se inverte a c con respecto a C obtenemos otro elemento c0 de la familia F , puesto


que los puntos de intersección A y B quedan jos bajo inversión.

A
c
c0
C A c0
B
c

b) Existe al menos una circunferencia C de la familia coaxial F con respecto a la cual

c y c0 son inversos una de la otra. En particular, las circunferencias que bisecan al

ángulo que forman c y c0 cumplen esta propiedad.

c) Si se invierte a un miembro c de la familia F con respecto a un miembro g de la

familia ortogonal G, entonces el elemento de F es invariante bajo inversión.

c
1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 15

d) Si se invierte a un miembro g de la familia G con otro miembro C de la misma

familia, entonces se invierte en c0 que es otro miembro de G.

C c0
c

e) Si se invierte a un miembro g de la familia G con respecto a un miembro c de F,


entonces se reeja en sí misma.

1.3.3. Inversiones y Cónicas.

Recordemos que la polar de un punto A respecto a la circunferencia C de inversión es

la perpendicular a la recta OA por el punto A0 inverso de A, ver gura 1.10. La polar

de todo punto X de la polar de A, pasa por A. En consecuencia el ángulo ]OX 0 A0 es

recto, para todo X. Se dice que A es el polo de la correspondiente recta polar.


16 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

P olar de X
X

P olar de A

X0

O A A0

Figura 1.10: Polaridad.

Estamos acostumbrados a que las aplicaciones lleven puntos a puntos y rectas a rectas

pero tenemos aquí una aplicación que lleva puntos a rectas y rectas a puntos, en el

sentido de que hace corresponder a cada punto su polar y a cada polar su polo.

Las cónicas se representan de diversas formas: secciones de un cono; lugar geométrico

de los puntos del plano tales que el cociente de distancias a un punto jo (foco) y a una

recta ja (directriz) es constante; lugar geométrico de los puntos del plano tales que la

suma (diferencia) de distancias a dos puntos dados (focos) es constante, etc. También

se puede denir una cónica como la polar recíproca de una circunferencia.

Teorema 1.6. Una cónica es el lugar geométrico de los polos de las tangentes a una

circunferencia.

Demostración. Fijamos una circunferencia de inversión C de centro O y radio arbitrario


k > 0, y consideremos una segunda circunferencia c de centro A y radio arbitrario.

Por cada punto M de la segunda circunferencia trazamos la tangente y consideramos su

polo. Por construcción, el polo de la tangente es el punto P 0 situado sobre la perpendi-

cular por O a la tangente y tal que OP. OP 0 = k 2 , donde P es el punto de intersección

de la tangente con su perpendicular por O. Sea N el punto de intersección de la tan-

gente con la recta OA y N0 su inverso. Ver gura 1.11.

Queremos demostrar que cuando M se mueve en la circunferencia el punto P0 describe

una cónica. La polar d de A0 será la directriz, y el centro O un foco.

En efecto, por la Proposición 1.4, las rectas P 0N 0 y OA son perpendiculares. Por tanto
1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 17

P 0 Q = N 0 O+OA0 donde Q es el pie de P 0 sobre d. Como OA· OA0 = k 2 y ON · ON 0 = k 2


tenemos
k2
P 0O OP ON · OA
= k2 k2
= .
P 0Q ON
+ OA
OP (ON + OA)

P0
Q

d : directriz

M c

N0 N O A0 A

Figura 1.11: Polar recíproca.

Además, los triángulos 4N OP y 4N AM son semejantes y por el teorema de Tales,

NA NM AM
= = ,
NO NP OP

de manera que

P 0O OA OA OA
0
= = = =e
PQ OP (N A/ON ) OP (AM/OP ) AM

que es constante. Esta constante

distancia entre los centros de C y c.


e=
radio de c.

se llama excentricidad. Por tanto, si O es interior a c tenemos que e<1 y se trata de

una elipse, que es el caso de la gura 1.13, si es exterior tenemos e > 1 y se trata de una
hipérbola (gura 1.14) y si pertenece a ella tenemos e=1 y se trata de una parábola

(gura 1.12).
18 1. CIRCUNFERENCIAS
ri = 2.29 m = 0.7t1 = 1.9
COAXIALES E INVERSIÓN.
rcp = 6.67

M
c

P0
O A

C
d:directriz

Figura 1.12: Parábola.

M
c
P

P0
O A

C
d:directriz

Figura 1.13: Elipse.


ri = 5 m = 0.53 t1 = 2.05
rcp = 6.67

P0 M
c

O A

Figura 1.14: Hipérbola.


1.3. INVERSIÓN GEOMÉTRICA. 19

1.3.4. Inversión que pone concéntricas dos circunferencias.


Sean c2 y c1 dos circunferencias no concéntricas, de manera que la primera está conte-

nida en la región acotada determinada por la segunda. Si hacemos una inversión con

centro un punto cualquiera P ∈ c1 , entonces c2 y c1 se transforma en una circunferencia

c02 y una recta c01 respectivamente, como se muestra en la siguiente gura.

c1 c01
c02
c2
Inversión de centro P
P

Figura 1.15: Primer paso.

Dibujamos a continuación dos circunferencias ortogonales a la vez a c01 y c02 . Para ello

tomamos T, T 0 ∈ c02 con la condición que no pertenezcan al diámetro de c02 perpendicular


a c01 . Sean U y U0 respectivamente los puntos de intersección con c01 de las tangentes a

c02 por T y T 0, como se muestra en la siguiente gura.

c3

c01

T
c02
S R

T0 U0
c4

Figura 1.16: Segundo paso.


20 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

Entonces las circunferencias c3 (de centro U y radio UT ) y c4 (de centro U0 y radio

U 0T 0) son ortogonales a c01 y c02 y se cortan en dos puntos R y S.


Ahora ya podemos decir que cualquier inversión de centro R transforma c01 y c02 en dos

circunferencias concéntricas c001 y c002 . En efecto, c3 y c4 pasan a ser rectas c03 y c04 que

se cortan en el punto S 0, imagen de S. La recta c01 se transforma en una circunferencia

que pasa por R ortogonal a c03 y c04 . Por tanto, el punto S 0, que es la intersección de c03
y c04 , es su centro.

c03

c001
c002
S0

c04

Figura 1.17: Tercer paso.

Análogamente c02 se transforma en una circunferencia ortogonal a c03 y c04 . Por tanto, el

punto de intersección de c03 y c04 es su centro.

Así pues, las transformadas c001 y c002 de c01 y c02 respectivamente, son circunferencias

concéntricas tal como queríamos.

1.4. Aplicaciones de la inversión.


Como muestra de la utilidad de la inversión en la resolución de algunos problemas

clásicos de la geometría plana. En esta sección estudiaremos el problema de Apolonio y

algunas propiedades de las cadenas de Steiner, las cuales podemos consultar en [Uga].

1.4.1. El problema de Apolonio.


El problema de Apolonio fue considerado durante siglos como muy difícil, hasta que

Jacob Steiner (1796-1863) encontró una solución muy simple basada en la inversión.

Sean c1 , c2 y c3 tres circunferencia colocadas tal como indica la gura 1.18, y queremos

encontrar una circunferencia c tangente a las ci a la vez, i = 1, 2, 3.


1.4. APLICACIONES DE LA INVERSIÓN. 21

c2
c1

c3

Figura 1.18: Tres circunferencias ajenas.

Este problema se reduce fácilmente al problema degenerado de Apolonio que consiste

en encontrar una circunferencia c que


b pase por un punto dado y sea tangente a dos

circunferencias dadas.

En efecto, llamando Oi al centro de ci y ri a su radio y supongamos que r1 ≤ r2 ≤ r3 . Si


la circunferencia c(O, r) de la gura 1.19(a) es tangente a las tres circunferencias dadas
c1 , c2 y c3 , entonces la circunferencia c(O, r + r1 )
b pasa por el punto O1 y es tangente a

c2 (O2 , r2 − r1 )
b y c3 (O3 , r3 − r1 ),
b ver gura 1.19(b).

Por lo tanto, para resolver el problema de Apolonio sólo queda demostrar que dado un

punto O1 y dos circunferencias c2


b y c3 , como se muestra en la gura 1.19(b), existe una
b
circunferencia c tangente
b a c2
b y c3
b pasando por O1 .

c
b
c2
r1
c2
b O1
O1 c1
r2 r r2 − r1
O2 O O2

r3 c3
b

O3 r3 − r1
c3
O3

(a) (b)

Figura 1.19: Problema de Apolonio.

Supongamos que la circunferencia c


b existe, entonces podemos invertir a c2
b y c3
b con

respecto a una circunferencia C de centro O1 (no importa el radio de inversión) y

haciendo uso de los Teoremas 1.3 y 1.4 obtenemos la siguiente gura.


22 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

c02
b
c2
b O1

c03
b

c3
b

Figura 1.20: El problema degenerado de Apolonio.

Con lo que el problema se traduce en encontrar la recta c0


b correspondiente que es

tangente a las circunferencias c02


b y b c02
c03 . Luego, una de las cuatro tangentes comunes a b
y c03 ,
b ver gura 1.21, nos proporcionará la circunferencia c buscada.
b Así este problema

de Apolonio queda resuelto.

c0
b

c03
b

c02
b

Figura 1.21: Tangentes a dos circunferencias.

Pero, ¾cuántas soluciones distintas podemos encontrar? Podemos ver que existen 8

soluciones en la gura 1.19(a); la circunferencia c buscada puede no rodear a las tres

circunferencias dadas, puede rodear a las tres, puede rodear a dos de ellas y no a

la tercera (3 soluciones) o puede rodear a una y no las otras dos (3 soluciones). El

problema que hemos resuelto corresponde al primer caso, pero se puede proceder de

manera silmilar para obtener las restantes soluciones.


1.4. APLICACIONES DE LA INVERSIÓN. 23

Una situación con sólo cuatro soluciones surge cuando se toman tres circunferencias

concurrentes en un punto y otra situación en la que no hay solución es el caso en que

una de las tres circunferencias esté dentro de otra.

1.4.2. El porisma de Steiner.


Un porisma es una proposición matemática o corolario. En particular, el término po-

risma se ha utilizado para referirse a un resultado directo de una prueba, así cómo un

corolario se reere a un resultado directo de un teorema. En el uso moderno, un poris-

ma es una relación que se sostiene para una gama innita de valores pero solamente si

una cierta condición se asume, por ejemplo el porisma de Steiner.


El porisma de Steiner se enuncia así: dadas dos circunferencias C1 y C2 que no se

cortan, consideremos circunferencias S1 , S2 , . . ., de manera que cada Si sea tangente a

C1 , C2 y Si−1 , para i ≥ 2. Si existe un número natural N tal que SN es tangente a

C1 , C2 , SN −1 y S1 entonces se dice que {Si }N


i=1 es una cadena de Steiner para C1 y C2 .
Note que la existencia de tales cadenas depende de cómo estén colocadas C1 y C2 en

el plano. La siguiente gura muestra dos ejemplos de cadenas de Steiner.

S3 S4
S2
C2 S5 S3
S6
C1
S1 S2
S7

S8
S1
C1
C2
S9
S11 S4
S10

(a) (b)

Figura 1.22: Ejemplos de cadenas de Steiner.

Jacob Steiner estudió estas conguraciones haciendo uso de la inversión, y dió respuesta

a preguntas como las siguientes:

Pregunta 1.1. Supongamos que C1 y C2 admiten una cadena de Steiner {Si }N


i=1 . ¾Es
24 1. CIRCUNFERENCIAS COAXIALES E INVERSIÓN.

única dicha cadena? En el caso de no ser única, ¾cuántas cadenas de Steiner existen?,

¾cuántas circunferencias tienen dichas cadenas?

Pregunta 1.2. Sea {Si }N


i=1 una cadena de Steiner para C1 y C2 . ¾Sobre qué curva

están los puntos de contacto de las circunferencias Si ?, ¾y sus centros?

Para responder a la primera pregunta vamos a recordar que dadas dos circunferencias

C1 y C2 cualesquiera siempre podemos invertirlas en dos circunferencias concéntricas,

así la pregunta 1 tiene una respuesta inmediata. En efecto, al invertir C1 y C2 en dos

circunferencias concéntricas C10 y C20 , la cadena {Si }N


i=1 se invierte en una cadena de

Steiner {Si0 }N
i=1 para C10 y C20 , donde obviamente todas las Si0 tienen el mismo radio,

ver gura 1.23(b).

Podemos ahora rotar con respecto del centro de C10 un cierto ángulo α la cadena {Si0 }N
i=1

para obtener una nueva cadena de Steiner

0
{Sα,i }N
i=1 (0 < α < 2π)

para C10 y C20 , la cual corresponderá a una nueva cadena de Steiner


0
{Sα,i }N
i=1 para las

circunferencias iniciales C1 y C2 . Es claro que esto puede hacerse para innitos valores

de α, con lo que hemos demostrado la siguiente proposición.

C2 C2 0
S2 S2 C20 S2C
0 2 S20
S1 S1 S30
S3 S10 S10 S30
S3

S4 S4
S40 C 0 S40
S80 S80 C10 1

S5 S5
C1 C1

S6 S6 S70 S50 S50


S70
S8 S8
S7 S7 S60 S60

(a) Cadena de Steiner para n = 8. (b) C10 y C20 concéntricas.

Figura 1.23: La existencia de una cadena de Steiner implica la existencia de innitas

de ellas con el mismo número de circunferencias.

Proposición 1.6. Si dos circunferencias C1 y C2 que no se cortan admiten una cadena


de Steiner, entonces admiten un número innito de ellas, y todas las cadenas poseen el
1.4. APLICACIONES DE LA INVERSIÓN. 25

mismo número de circunferencias. Más aún, cualquier circunferencia tangente a C1 y

C2 (que rodea a las dos a la vez o que no rodee a ninguna) es miembro de una cadena

de Steiner.

En cuanto a la pregunta 2, es claro que en el ejemplo anterior, los puntos de contacto de

las Si están sobre una circunferencia o sobre una recta, es decir, sobre la curva inversa

de la circunferencia que contiene a los puntos de contacto de las Si0 en la cadena de

Steiner para las circunferencias concéntricas C10 y C20 .


Los centros de las Si están sin embargo sobre curvas más interesantes, a saber, sobre

cónicas.

Proposición 1.7. Sean C1 y C2 dos circunferencias que no se cortan y admiten ca-

denas de Steiner. Si una de las circunferencias está en el interior de la otra, entonces

los centros de las circunferencias de las cadenas de Steiner están sobre una elipse. En

otro caso, los centros están sobre una hipérbola.

La prueba de esta proposición está desarrollada en [Uga].

En el transcurso de este capítulo hemos descrito las propiedades de la inversión, la

cual es una de las herramientas más importante con la que cuenta la geometría. En el

análisis complejo, la inversión está relacionado con las transformaciones de Möbius, es

por eso que la inversión aparece de manera natural en la geometría hiperbólica.

Las construcciones y propiedades descritas en este capítulo se usarán de manera siste-

mática para la construcción de los objetos geométricos en cada uno de los modelos de

la geometría hiperbólica. Así como también para la métrica hiperbólica y las transfor-

maciones que nos permitirán establecer una relación entre los modelos hiperbólicos a

estudiar. Es decir, la inversión geométrica no sólo es importante para la resolución de

problemas clásicos de la geometría, sino que es la base para poder representar algunos

modelos de la geometría hiperbólica en el plano euclidiano.


Capítulo 2

Modelos hiperbólicos.

En este capítulo damos una breve reseña histórica de la geometría hiperbólica y hace-

mos una descripción de tres modelos que existen para describir la geometría hiperbólica

bidimencional a partir del modelo que conocemos de geometría euclidiana, haciendo

uso de conceptos, ideas y construciones de la geometría euclidiana bidimencional. Ha-

cemos la descripción del modelo del semiplano superior de Poincaré, el modelo del disco
de Poincaré y el modelo de Beltrami-Klein. También construimos la métrica hiperbólica

en el modelo del disco de Poincaré y se demuestra que dicha métrica se puede usar en

cualquier modelo.

Veremos la equivalencia entre los modelos de Poincaré y la equivalencia entre el modelo

de Beltrami-Klein con el modelo del disco.

2.1. Historia de la geometría hiperbólica.


Los esfuerzos a lo largo de muchos siglos en la busqueda para demostrar el quinto

postulado de Euclides habían acumulado frutos y un entendimiento profundo de la

geometría euclidiana por muchas mentes. Como ocurre frecuentemente en matemática,

cuando sucede un descubrimiento, no es concebido por un solo hombre. El descubri-

miento realizado durante la segunda y tercera década del siglo XIX por Gauss, Bolyai

y Lobachevski de los hechos fundamentales de la geometría hiperbólica no euclidia-

na y en los años 60-70 la búsqueda de sus interpretaciones, provocaron en el sistema

de ciencias geométricas transformaciones de carácter revolucionario. Sin embargo, el

primer intento de creación de una nueva geometría (inconscientemente) lo dió en el


28 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

siglo XVIII el jesuita Girolamo Saccheri, profesor de matemáticas en la Universidad

de Pavia, en Italia, quien se propuso negar el postulado euclidiano de las paralelas, y

a continuación dedujo todas las consecuencias lógicas de esta negación, en la búsque-

da de una contradicción que demostrase mediante el absurdo el famoso postulado. En

otras palabras, el procedimiento de Saccheri es el siguiente: tomemos cinco axiomas,

de los cuales cuatro coinciden con los de Euclides y el quinto es la negación del quinto

postulado de Euclides.

Los postulados de Euclides nos dicen:

1. Para todo punto P y para todo punto Q distinto de P, existe una única línea l
que pasa por P y Q.

2. Un segmento rectilíneo puede ser siempre prolongado indenidamente.

3. Para todo punto O y para todo punto A distinto de O, existe una circunferencia

de centro O y radio OA.

4. Todos los ángulos rectos son congruentes entre sí.

5. Si una secante corta a dos rectas formando ángulos interiores cuya suma es menor

de dos rectos, las dos rectas sucientemente prolongadas se cortan en este mismo

lado.

Los primeros cuatro postulados de Euclides siempre fueron aceptados, pero observemos

que el quinto postulado diere de los otros postulados por su especial complejidad. Esta

característica llamó la atención de los matemáticos desde el principio, pues lo colocaban

más cerca de las proposiciones que de los postulados. John Playfair dió el enunciado

alternativo más común y conocido: por un punto exterior a una recta se puede trazar

una y sólo una paralela a la recta dada. Es frecuente referirse al quinto postulado como

Postulado de las paralelas.


Muchos matemáticos intentaron deducir este quinto postulado partiendo de los otros

cuatro sin éxito alguno, todas las demostraciones eran falsas o erróneas hasta el siglo

XIX.

En los años que antecedieron la consolidación del descubrimiento o nacimiento de una

nueva geometría, la gura dominante en el mundo matemático era Carl Friedrich Gauss

(1777-1855), quien dió grandes aportes y contribuciones a la matemática en general


2.1. HISTORIA DE LA GEOMETRÍA HIPERBÓLICA. 29

y en especial al nuevo descubrimiento. Gauss estudió durante 40 años la teoría de

las paralelas y formuló una nueva geometría que llamó no euclidiana. Algunas cartas

a otros interesados en aquellos problemas, críticas sobre paralelas y notas inéditas

descubiertas entre sus trabajos, son toda la evidencia disponible de que él fue el primero

en entender claramente la posibilidad de una geometría lógicamente precisa y diferente

de la euclidiana, ya que se dió cuenta de la naturaleza intrínseca de las dicultades de

demostrar el quinto postulado. Gauss no publicó sus investigaciones por temor a las

críticas. Y la gloria de la fundación de la geometría hiperbólica corresponde al húngaro

János Bolyai (1802-1860) y al ruso Nicolai Ivanovich Lobachevski (1793-1856).

János Bolyai, hijo del también matemático y amigo de Gauss, Farkas Bolyai, estudió

durante 10 años las consecuencias que se derivan de negar el quinto postulado, supo-

niendo que por un punto exterior a una recta no existe ninguna paralela o que existe

más de una. Centrándose en esta segunda hipótesis, Bolyai observó que la existencia de

dos de estas rectas implicaba la existencia de una innidad de ellas. Estos resultados

constituían el origen de una nueva geometría. En 1831 János agregó un apéndice de 26

páginas al tratado de su padre con estos resultados, pero tiempo después sabría que

tres años antes el ruso Lobachevski había publicado una obra en la cual se trataba la

geometría no euclidiana.
Farkas Bolyai el padre de János, le envió una copia del texto a su amigo Gauss. La

respuesta fue inesperada.

Si digo que soy incapaz de elogiar este estudio, quizás le extrañe. Pero

no puede ser de otra manera, porque ello equivaldría a elogiar mis propios

trabajos. En efecto, el enfoque preconizado por su hijo y los resultados que

ha obtenido coinciden casi enteramente con las ideas que han ocupado mi

espíritu desde hace 30 ó 35 años. No tengo la intención de publicar estas

meditaciones durante mi vida, pero había decidido escribirlas para que

pudieran conservarse. Es, en consecuencia una sorpresa agradable para

mí el poder ahorrarme ese trabajo, y me llena de alegría el pensamiento

de que es precisamente el hijo de mi amigo de siempre, el que me ha

suplantado de forma tan notable.

Nikolai Lobachevski nació el 1 de diciembre de 1792 en Nizhñi Novgorod, en una mo-

desta familia. Cuando Lobachevski cumplió los 10 años, su madre lo llevó junto a sus
30 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

dos hermanos a la ciudad de Kazan para que estudiaran educación media. Desde un

comienzo se distinguió por sus capacidades y aplicación, en 1807 ingreso a la Univer-

sidad de Kazan, donde se graduó en 1811. Inmediatamente se convirtió en instructor

de esta, siendo promovido a profesor rápidamente. Una copia de sus notas de clase

de 1815, revelan que ya por aquella época estaba tratando de probar el quinto pos-

tulado de Euclides. En 1823, Lobachevski terminó un texto de geometría, el cual no

fue publicado, en este se presentaban sus estudios sobre el quinto postulado, uno de

los resultados más interesantes era el hecho de que el quinto postulado no se podía

demostrar matemáticamente.

Durante 1826, en una conferencia sobre matemáticas y física ofrecida en la universidad

de Kazan, Lobachevski sugiere la existencia de una nueva geometría, basada en el hecho

de que por un punto fuera de una recta pasan más de una recta paralela. En 1829

publicó unas memorias, sobre las bases de la geometría, en donde expuso totalmente

su teoría referente a las paralelas. Esta publicación fue la primera sobre la geometría

no euclidiana, lamentablemente su publicación y expansión para el resto del mundo fue

muy lenta o casi nula, debido a que el texto de Lobachevski se encontraba escrito en

ruso.

Lobachevski estaba convencido de que la única persona en el mundo que podría emitir

un concepto nal sobre su trabajo en geometría era Gauss, con este n decidió enviarle

una versión de su libro Investigaciones geométricas acerca de las líneas paralelas, hay

que hacer énfasis que dicho texto es una versión completa de la teoría de Lobachevski.

Lamentablemente como sucedió en el caso de János Bolyai, Gauss no realizó ningún

comentario público que tuviera que ver con el trabajo de Lobachevski en la geometría.

En la biblioteca de Gauss se encontraron dos ejemplares del texto, se presume que uno

lo adquirió directamente Gauss y el otro lo recibió del mismo Lobachevski.

Los trabajos de Bolyai y Lobachevski no recibieron el reconocimiento cuando fueron

publicados, a pesar de que representaban el resultado de siglos de investigación en el

mundo matemático.

A pesar de las dicultades e impedimentos, a partir de la publicación de la correspon-

dencia de Gauss, nueve años después de la muerte de Lobachevski, e impulsados por

eventos como: La primera traducción a Francés de Geometrischen Untersuchungen zur


Theorie der parallellinien publicada en 1866, la del apéndice al año siguiente y la famosa
2.2. MODELO DEL SEMIPLANO SUPERIOR. 31

conferencia de Riemann de 1854 que fue dada a conocer en 1868 Sobre las hipótesis en

que se apoyan los fundamentos de la geometría, se dió inicio a una época de evolución

no solo en las matemáticas sino en la ciencia.

2.2. El modelo del semiplano superior de Poincaré.


Sea H ⊂ E2 una línea horizontal, entonces H determina dos semiplanos en E2 : un

semiplano superior y un semiplano inferior. Denotaremos por H al semiplano superior

y lo usaremos como nuestro modelo para la geometría hiperbólica bidimencional, el

llamado semiplano superior de Poincaré. Si añadimos a la línea H el punto al innito

obtenemos la llamada frontera ideal H∞ del semiplano superior; esto es, H∞ = H ∪{∞}.
Los puntos hiperbólicos en este modelo son los puntos de H sin incluir la frontera.

2.2.1. Las líneas hiperbólicas en H.


Uno de los objetos geométricos de gran importancia en la geometría hiperbólica es

la línea hiperbólica. Por el momento no tenemos la denición de la métrica que nos

permita vericar cuando la distancia entre dos puntos es la más corta; por ahora sólo

daremos la denición, y más adelante veremos la justicación de por qué efectivamente

esta noción juega un papel análogo a las líneas rectas de la geometría euclidiana y por

lo tanto son las líneas hiperbólicas.

Denición 2.1. Una línea hiperbólica es el arco de una circunferencia con centro en

un punto O ∈ H∞ contenida en H que es ortogonal a H∞ 1 .

c b
H a

H∞

Figura 2.1: Líneas hiperbólicas.

1 Todo rayo perpendicular a H∞ contenido en H es también una línea hiperbólica.


32 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

La denición de las líneas nos permite dar también la caracterización de las líneas pa-

ralelas. En la geometría hiperbólica se distinguen dos tipos de líneas paralelas: aquellas

que se intersecan en el punto al innito (las líneas b y c), o como aquellas que no se

intersecan (las líneas a y c).

Denición 2.2. La reexión euclidiana con respecto de esas circunferencias deja in-

variante al semiplano superior, lo que nos permite considerar a la restricción de esta

transformación a H como una reexión en el plano hiperbólico.

En el resto de este capítulo cuando hagamos uso de una reexión, nos estaremos re-

riendo a reexiones con respecto de líneas como las que acabamos de denir.

H
L
P0

P
H∞
O

Figura 2.2: Reexión en H con respecto a L.

Para construir la geometría hiperbólica únicamente contamos con instrumentos eu-

clidianos, por lo que resulta interesante saber cómo construir con ellos el análogo de

algunos de los objetos geométricos euclidianos básicos, pero ahora en la geometría hi-

perbólica bidimensional.

Para poder realizar algunas construcciones es importante saber si por cada punto del

plano hiperbólico es posible trazar una línea, así como si se puede trazar una línea

por cualesquiera dos puntos dados. Para ello, tomamos un punto P ∈H y un punto

O ∈ H∞ y construimos una circunferencia con centro O y radio OP , la intersección

de esta circunferencia con H es un arco de circunferencia, el cual determina una línea

hiperbólica que pasa por P.

Denición 2.3. Dado un punto cualquiera en H o en H∞ , a la familia de líneas

hiperbólicas que pasan por ese punto se le llama haz de líneas con vértice en el punto

dado.
2.2. MODELO DEL SEMIPLANO SUPERIOR. 33

H
P

P H∞

P0

Figura 2.3: Haces de líneas.

Es importante notar que por la forma en que se construyen las líneas hiperbólicas, todo

haz de líneas con vértice en un punto cualquiera son los arcos de circunferencias en H
determinados por una familia coaxial secante si P ∈H o una familia coaxial tangente

si P ∈ H∞ .
Recordemos brevemente que las geometrías no euclidianas surgieron a partir de la nega-

ción del quinto postulado de Euclides. Una proposición equivalente al quinto postulado

conocida como el axioma de Playfair es la siguiente:

Proposición 2.1 (Axioma de Playfair) . Por un punto exterior a una recta es posible

trazar una y sólo una recta paralela a la recta dada.

Esta proposición tiene dos posibles negaciones:

Negaciones del axioma de Playfair. Por un punto exterior a una recta:

a) No se puede trazar ninguna recta paralela a la recta dada; o bien

b) Se puede trazar más de una recta paralela a la recta dada.

Haciendo uso de los primeros cuatro postulados de Euclides y la negación b) obtenemos


la geometría hiperbólica.
La negación b) se puede ilustrar en este modelo. Dado un punto P y una línea l en

H, construimos las líneas m y n, como se ilustran en la gura 2.4. Estas líneas son

paralelas a l que pasan por P. Además, todas las líneas que están entre m y n que no

corten a l son paralelas a l. Notemos que la existencia de m y n implica la existencia

de innitas líneas paralelas a l .


34 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

P
n

m l

H∞

Figura 2.4: Existen innitas líneas paralelas a la línea l que pasan por P.

Ahora construiremos la línea hiperbólica que pasa por dos puntos dados. Sean P y Q
dos puntos en H, y sea P0 el reejado de P con respecto de H∞ , se tiene que H∞ es la

mediatriz del segmento P P 0, luego construimos la mediatriz del segmento PQ la cual

interseca a H∞ en O. Entonces, la circunferencia con centro O que pasa por P también

pasa por Q y la intersección de esta circunferencia con H es la línea hiperbólica que

pasa por P y Q.

H∞
O

P0

Figura 2.5: Línea que pasa por P y Q.

2.2.2. Mediatriz de un segmento hiperbólico en H.


Sean P y Q dos puntos dados en H. Trazamos la línea hiperbólica l que pasa por P y

Q, la cual es un arco de circunferencia ortogonal a H∞ . Luego, el segmento hiperbólico


PQ es la parte de l comprendida entre P y Q. Trazamos la recta que pasa por P y

Q, la cual interseca a H∞ en O. Desde O trazamos la tangente a l y llamemos R el

punto de tangencia. La línea hiperbólica m (arco de circunferencia con centro en O


y radio OR) es la mediatriz hiperbólica del segmento hiperbólico P Q, debido a que
2.2. MODELO DEL SEMIPLANO SUPERIOR. 35

m es perpendicular al segmento hiperbólico PQ y, además, P y Q son reejados con

respecto a m y R es el punto medio del segmento hiperbólico P Q2 .

P
R
m
l Q
H∞
O

Figura 2.6: m es la mediatriz hiperbólica del segmento hiperbólico P Q.

2.2.3. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado


en H.

Sea l una línea hiperbólica y P un punto en H que no está en l. Queremos trazar la

perpendicular a l que pasa por P . Como la línea l es un arco de circunferencia ortogonal


a H∞ , podemos encontrar el reejo P0 de P con respecto de la línea l. Trazamos la

línea hiperbólica que une a P y P 0, para ello trazamos la mediatriz del segmento PP0
la cual interseca a H∞ en O. Tomamos la circunferencia con centro en O que pasa por

P y la intersección de esta circunferencia con H es la línea hiperbólica que buscamos.

P0
H∞
O

Figura 2.7: Perpendicular a l desde P.

2 Cuando denamos la métrica se demostrará por qué R es el punto medio del segmento hiperbólico
P Q. Por el momento sólo lo tomamos como cierto.
36 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

2.2.4. Centro hiperbólico de una circunferencia en H.


Cuando una circunferencia c este contenida en H, la llamaremos circunferencia hiperbó-
lica.
Dada una circunferencia c en H nos interesa saber donde se encuentra su centro hiper-

bólico, o si este coincide con su centro euclidiano.

Para encontrar el centro hiperbólico de c comenzamos construyendo dos líneas hiper-

bólicas ortogonales a c. Si P y Q son cualesquiera dos puntos sobre c. Por P y Q


trazamos tangentes a c, las cuales cortan a la frontera ideal en O1 y O2 respectiva-

mente. Luego, trazamos las circunferencias con centro en O1 y O2 y radios O1 P y O2 Q


respectivamente, ver gura 2.8(a). Ambas circunferencias así construidas contienen dos

segmentos hiperbólicos ortogonales a c que se intersecan en un punto O. Al construir

una tercera circunferencia ortogonal a c, podemos ver que esta circunferencia también

pasa por O3 .

c c
P

Q
O O
H∞ H∞
O1 O2

(a) Líneas ortogonales a c. (b) c es ortogonal a todas las líneas que pasan por
P.

Figura 2.8: Construcción de una circunferencia con centro hiperbólico en P.

Al hacer este proceso varias veces podemos ver que dichas circunferencias que contienen

a las líneas hiperbólicas ortogonales a c forman parte de una familia de circunferencias


coaxiales secantes F (cuyos puntos jos son O y otro punto fuera de H) y la frontera

ideal es la línea de los centros de la familia F . Como todas las circunferencias de F son

ortogonales a c, c forma parte de la familia de circunferencias ajenas ortogonales a F.


Observemos que c es invariante bajo la reexión con respecto de cada uno de los ele-

mentos de F.
Si trazamos la línea que pasa por P y Q, esta corta a H∞ en O∗ . Los puntos P y Q
son reejados con respecto de la línea hiperbólica L (que está contenida en la circun-

3 Notar que el centro de c está en el eje radical de las primeras dos circunferencias ortogonales a c.
2.2. MODELO DEL SEMIPLANO SUPERIOR. 37

ferencia con centro O∗ que pasa por O). Si la línea que pasa por P y Q es paralela a

H∞ , entonces los puntos son reejados respecto a la línea hiperbólica vertical que pasa
por O.
Como el punto O queda jo bajo la reexión con respecto de L, se sigue que el segmen-
to hiperbólico PO es igual al segmento hiperbólico OQ. Lo anterior se cumple para

cualquier segmento hiperbólico en el interior de c que pasa por O. Se concluye que O


es el centro hiperbólico de c.

L
P

O Q

H∞
O∗

Figura 2.9: Circunferencia hiperbólica c con centro hiperbólico en O.

Observación 2.1. El centro hiperbólico de c no coincide con su centro euclidiano; sin

embargo, se comporta de la misma forma, pues los segmentos de circunferencias que

pasan por O y que quedan en el interior de c cumplen exactamente con lo que cumplen

los diámetros en una circunferencia: son ortogonales a la circunferencia, pasan por el

centro y todos miden lo mismo.

2.2.5. Triángulos hiperbólicos en H.

Al igual que en la geometría euclidiana, dados tres puntos en H, llamaremos trián-


gulo hiperbólico a la unión de los tres segmentos hiperbólicos de las línea hiperbólica

que unen dichos puntos. Extenderemos esta denición permitiendo que los vértices del

triángulo pertenezcan a H∞ .
Por el ángulo entre dos líneas hiperbólicas entenderemos el ángulo que forman las tan-

gentes a cada una de ellas en el punto de intersección. Así, si un triángulo tiene un

vértice en H∞ , entonces el ángulo en ese vértice es cero.


38 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

H∞

Figura 2.10: Triángulos hiperbólicos en H.

Observación 2.2. Si los tres vértices de un triángulo están en H∞ la suma de los

ángulos interiores es igual a 0.

Si consideramos una línea hiperbólica l y un punto P exterior a ella y trazamos dos lí-

neas hiperbólicas, una paralela y la otra perpendicular a l por P , ver gura 2.11; resulta
un triángulo con ángulos 0, π/2 y α. Al ángulo α se le llama ángulo del paralelismo.

k
l

k
l α
p P
p α

P
H∞

Figura 2.11: Ángulos del paralelismo en H.

En la geometría euclidiana el ángulo α mide π/2, pero este no es el caso en la geometría


hiperbólica.

Teorema 2.1. La suma de los ángulos internos de un triángulo hiperbólico es menor

que π.

Demostración. Sea 4ABC un triángulo hiperbólico cualquiera en H. Necesitamos co-

locar este triángulo en una posición más sencilla desde el punto de vista euclidiano,

esto es, por medio de reexiones podemos llevar cualquier triángulo, a un triángulo

congruente con el triángulo dado pero colocado en una posición más sencilla.

Sea c la línea hiperbólica que contiene al segmento hiperbólico AB y sean U y V los

puntos de intersección de c con H∞ , ver gura 2.12(a). Al reejar el triángulo 4ABC


2.2. MODELO DEL SEMIPLANO SUPERIOR. 39

con respecto a la línea hiperbólica m contenida en la circunferencia con centro en V


y radio V U, obtenemos el 4A0 B 0 C 0 en donde el segmento hiperbólico A0 B 0 está en la

línea hiperbólica vertical por U a H∞ .

B0 B0
θ
α

θ
C0 λ
δ C0
β
A0 C δ
A m A 0

B
c
H∞
U V

(a) El triángulo 4A0 B 0 C 0 en una posición espe- (b) Ángulos en los triángulos hiperbóli-
cial. co y euclidiano 4A0 B 0 C 0 .

Figura 2.12: Triángulo hiperbólico.

En el triángulo hiperbólico 4A0 B 0 C 0 tenemos que probar que

α + β + λ + 2θ < π. (2.1)

Para ello, construimos las circunferencias que continen a los lados hiperbólicos A0 C 0 y

B0C 0 del 4A0 B 0 C 0 . Estas circunferencias cortan a la línea A0 B 0 en los puntos I y H , ver
gura 2.13. Por propiedad de ángulos inscritos y semi-inscritos en una circunferencia,

tenemos que

]A0 IC 0 = δ y ]B 0 HC 0 = θ.

Como B 0 , A0 , I y H están alineados ]A0 IC 0 = ]B 0 HC 0 + ]IC 0 H , es decir, δ =


θ + ]IC 0 H . Esto implica que θ < δ. Entonces, α + β + λ + 2θ < α + β + λ + 2δ . Pero,

en el triángulo 4A0 B 0 C 0 euclidiano, tenemos que

α + β + λ + 2δ = π.

Así,

α + β + λ + 2θ < π.
40 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

B0
θ

C0
δ
A0

δ
I

θ
H

Figura 2.13: En el 4HIC 0 , δ es un ángulo exterior en el lado opuesto al ángulo θ, esto

implica que θ < δ.

2.3. El modelo del disco de Poincaré.


En esta sección seguimos de cerca [CG2] en cuanto a la descripción del modelo y a las

contrucciones de los objetos geométricos en el mismo.

Tomemos una circunferencia S∞ en el plano euclidiano E2 con centro en un punto

jo O en el plano y radio 1. De acuerdo con el teorema de la curva de Jordan, esta

circunferencia divide al plano en dos regiones: la región interior y la región exterior.

Denotemos por D ⊂ E2 al interior de S∞ , el cual es el disco unitario con centro en

O ∈ E2 ; con lo cual, S∞ es la frontera del disco D. Usaremos a D como uno de nuestros


modelos para la geometría hiperbólica bidimensional, el llamado disco de Poincaré.

S∞

Figura 2.14: El disco de Poincaré.


2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ. 41

A la frontera S∞ la llamaremos frontera ideal de D. Los puntos de la geometría hiper-

bólica en este modelo son los puntos del disco D.

2.3.1. Las líneas hiperbólicas en D.


Para poder realizar algunas construcciones en este modelo es importante saber si por

cada punto de D es posible trazar una línea, así como si se puede trazar una línea

por cualesquiera dos puntos dados. Para ello damos primero la denición de una línea

hiperbólica y cuando denamos la métrica hiperbólica veremos que estos objetos que

4
describiremos como líneas cumplen con ser geodésicas en la geometría hiperbólica.

Denición 2.4. Una línea hiperbólica es el arco de una circunferencia ortogonal a S∞


contenida en D5 .

b
D
a c

Figura 2.15: Líneas hiperbólicas.

En primer lugar analizamos el caso de trazar una línea hiperbólica por un punto dado.

Para ello, tomamos un punto P ∈D y consideremos la reexión de P con respecto a

la circunferencia S∞ como P0 y trazamos la mediatriz del segmento P P 0.


Si jamos un punto O0 sobre esta mediatriz y trazamos la circunferencia a con centro

en O0 que pase por P y P 0, esta circunferencia es ortogonal a S∞ por la Proposición

1.3 de la sección 1.3.

La intersección de la circunferencia c con D es un arco de circunferencia, el cual deter-

mina una línea hiperbólica que pasa por P , ver gura 2.16. De acuerdo con lo anterior,
4 Una geodésica es la curva que minimiza la distancia entre dos puntos.
5 Todo diámetro de D es también una línea hiperbólica.
42 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

para cada punto O0 sobre la mediatriz existe una circunferencia (con centro en O0 que

pasa por P) que contiene a una línea hiperbólica que pasa por P, con lo cual conclui-

mos que es posible trazar una cantidad innita de líneas hiperbólicas por cada punto

del disco D.

P P0

O0
a

Figura 2.16: Línea hiperbólica que pasa por P.

Denición 2.5. Dado un punto cualquiera en D o en la frontera ideal de D, a la familia


de líneas que pasa por ese punto se le llama haz de líneas con vértice en el punto dado.

(a) Haz de líneas con vértice P . (b) Familias coaxiales.

Figura 2.17: Haces de líneas hiperbólicas que pasan por un punto dado.

Notar que por la forma en que construimos las líneas, todo haz de líneas con vértice en

un punto cualquiera son arcos de circunferencias en D determinados por una familia

coaxial secante o tangente; dependiendo si el vértice del haz está en D o en S∞ .


Dado una línea l y un punto P ∈
/ l en D, podemos observar que la existencia de las

líneas paralelas m y n a l, ver gura 2.18, garantizan la existencia de innitas líneas

paralelas a l que pasan por P.


2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ. 43

l
P

S∞ n

Figura 2.18: Existen innitas líneas paralelas a la línea l que pasan por P.

Ahora construiremos la línea que pasa por dos puntos dados. Sean P y Q dos puntos

en el disco D y denotemos por P0 el reejado de P con respecto de S∞ . Tracemos las

mediatrices de los segmentos PP0 y P Q. El punto de intersección de ambas mediatrices


es el centro de la circunferencia ortogonal a D que pasa por P y Q. La intersección de

esta circunferencia con D es la línea hiperbólica que pasa por P y Q, ver gura 2.19(a).

P0
RQ O0
P P
Q Q0
D

(a) Línea que pasa por P y Q. (b) Mediatriz del segmento P Q.

Figura 2.19: Líneas hiperbólicas.


44 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

2.3.2. Mediatriz de un segmento hiperbólico en D.


Sean P y Q dos puntos dados en D. Trazamos la línea hiperbólica l que pasa por P
y Q, la cual es un arco de circunferencia ortogonal a S∞ . Este arco interseca a S∞
en dos puntos, por lo que podemos trazar el eje radical de ambas circunferencias. Sea

O0 la intersección del eje radical con la línea que pasa por P y Q. Sea T el punto de

tangencia de la recta tangente a S∞ que pasa por O0 , ver gura 2.19(b).

El segmento hiperbólico PQ es la parte de l comprendida entre P y Q. Si trazamos

la circunferencia con centro O0 y radio el segmento O0 T , vemos que esta circunferen-

cia es ortogonal a S∞ y el arco que determina con D es la mediatriz hiperbólica del

segmento hiperbólico P Q. Notar que P y Q son puntos reejados con respecto de esta

circunferencia y que R es punto medio del segmento hiperbólico P Q.

2.3.3. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado


en D.
Sea l una línea hiperbólica y P un punto en D que no está en l. Queremos trazar

la perpendicular a l que pase por P. Sea P0 y P 00 los reejados de P con respecto a

l y a S∞ respectivamente. Trazamos la circunferencia que pasa por P, P0 y P 00 y la

intersección de esta circunferencia con D es la línea hiperbólica perpendicular a l que

pasa por P.

P 00
D

P0

Figura 2.20: Perpendicular a l por P.

Nuevamente se hace uso de la Proposición 1.3 para la justiación de la construcción


2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ. 45

anterior.

2.3.4. Centro hiperbólico de una circunferencia en D.


La siguiente construcción geométrica nos permite determinar el centro hiperbólico de

una circunferencia dada.

Sea c una circunferencia totalmente contenida en D. Las circunferencias c y S∞ forman

parte de una familia coaxial G de circunferencias que no se intersecan, por lo que

podemos trazar su eje radical.

Denotemos por z a la línea de los centro de c y S∞ y sea O0 el punto de intersección

de z y el eje radical. Desde el O0 trazamos una tangente a S∞ y llamamos T al punto

de tangencia, como se muestra en la gura 2.21.

Trazamos la circunferencia con centro en O0 y radio el segmento O0 T que forma parte

de la familia coaxial F que es ortogonal a G , y el punto Q donde corte a z será el centro


hiperbólico de la circunferencia dada, ya que los miembros de F se cortan en los puntos

Q y otro punto exterior a S∞ que son los únicos puntos límites de la familia G.

Eje radical de c y S∞

D
O0
c

O T

S∞

Figura 2.21: Q es el centro hiperbólico de la circunferencia c.

Todos los miembros de la familia F determinan líneas en D que pasan por Q y que

intersecan de manera ortogonal a c, lo que implica que son diámetros. Como Q es el

único punto en el interior de c que satisface esta propiedad, se concluye que Q es el


46 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

centro hiperbólico de c.

2.3.5. Triángulos hiperbólicos en D.


Dados tres puntos en D, llamaremos triángulo hiperbólico a la unión de los tres segmento
hiperbólicos de las líneas hiperbólicas que unen dichos puntos. Al igual que en la

sección anterior, extenderemos esta denición permitiendo que los vértices del triángulo

pertenezcan a S∞ .

Figura 2.22: Triángulos hiperbólicos en D.

En el caso en que los tres vértices pertenecen a S∞ , a dicho triángulo se le llama

triángulo ideal y cada ángulo mide cero.

2.4. El modelo de Beltrami-Klein.


El modelo Beltrami-Klein, representa el plano hiperbólico como un disco abierto, al

cual denotaremos como BK . Los puntos de BK son los puntos hiperbólicos para este

modelo y a los puntos en la frontera de BK se llaman puntos ideales y no forman parte

del modelo. A la frontera de BK se le llama circunferencia al innito y la denotamos por


S∞ .
2.4. EL MODELO DE BELTRAMI-KLEIN. 47

BK

S∞

Figura 2.23: Modelo de Beltrami-Klein para la geometría hiperbólica.

Una vez que se introduce la distancia hiperbólica, los puntos en la frontera resultan

estar innitamente lejos.

2.4.1. Líneas hiperbólicas en BK.


Las líneas hiperbólicas en este modelo son cuerdas euclidianas (segmentos abiertos)

cuyos extremos están en S∞ . Visto de esta manera, por cada par de puntos en BK pasa

una única línea hiperbólica.

Los modelos de Poincaré y Beltrami-Klein dieren, porque las líneas se representan de

manera diferente y, lo que es más importante, las isometrías hiperbólicas son dadas por

diferentes tipos de asignaciones. En el modelo de Poincaré, las reexiones hiperbólicas

se realizan como inversiones por círculos. En el modelo de Beltrami-Klein, las reexiones

hiperbólicas se realizan de manera muy diferente. De hecho, las reexiones hiperbólicas

son asignaciones proyectivas, que dejan a S∞ invariante.

BK
l

Figura 2.24: Rectas en el modelo de Beltrami-Klein.


48 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Al igual que en los modelos descritos anteriormente, en este modelo tenemos dos tipos

de rectas paralelas. En la gura 2.24, las líneas hiperbólicas l y n no son paralelas debido
a que se intersecan. Las líneas hiperbólicas n y m son llamadas asintóticamente paralelas
o simplemente paralelas, debido a que se intersecan en S∞ , la cual por construcción

no está incluída en el modelo. Las líneas hiperbólicas l y m reciben el nombre de

divergentemente paralelas o ultraparalelas, debido a que su intersección está por fuera

del disco BK y de su frontera.

Tenemos entonces, tres tipos de haces de líneas en el plano hiperbólico: los concurrentes,

los paralelos y los ultraparalelos que consisten en tomar las líneas hiperbólicas de

haces proyectivos concurrentes; lo que los distingue es en dónde queda el punto de

concurrencia.

BK BK BK

Figura 2.25: Haces de rectas en el modelo de Beltrami-Klein.

2.4.2. Perpendicular a una línea hiperbólica por un punto dado


en BK.

La siguiente denición es de mucha importancia, debido a que es muy útil para construir

objetos geométricos en este modelo.

Denición 2.6. El polo de una línea l es el punto de intersección de las tangentes a

S∞ en sus extremos ideales.


2.4. EL MODELO DE BELTRAMI-KLEIN. 49

P (l)

R
S∞

Figura 2.26: Construcción del polo P (l) de una línea l en BK .

Para identicar cuando dos líneas hiperbólicas son perpendiculares en este modelo,

tenemos la siguiente proposición.

Proposición 2.2. En el modelo de Beltrami-Klein, dos líneas hiperbólicas l y p se

intersecan perpendicularmente, si y sólo si P (l) está en la extensión ultra ideal de la

línea p.

S∞ D

l
P (l)
O

Figura 2.27: Dos líneas perpendiculares l y p.

Recordemos que ser perpendicular es una relación simétrica, tenemos la siguiente ob-

servación.

Observación 2.3. La polar P (l) de la línea l se encuentra en la extensión ultra ideal

de la línea p si y sólo si la polar P (p) de la línea p se encuentra en la extensión ultra

ideal de la línea l .
50 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

A partir de la construcción anterior podemos trazar la línea hiperbólica perpendicular

por un punto dado Q a la línea l , debido a que al construir P (l) solo trazamos la línea

euclidiana que pasa por P (l) y Q; el segmento de línea contenido en BK será la línea

hiperbólica perpendicular a l que pasa por Q.

D
Q

P (l)
O
l

S∞
E

Figura 2.28: Perpendicular a l por Q.

2.4.3. Punto medio de un segmento hiperbólico en BK.


Para encontrar el punto medio del segmento hiperbólico AB , trazamos la línea hiper-

bólica l que contiene a AB y encontramos su polo P (l). Luego, trazamos las líneas

perpendiculares a l por A y B, estas perpendiculares intersecan a S∞ en los puntos S,


S 0, T y T 0, como se ilustra en la siguiente gura.

S∞
P (l)
A S
S0

M
T
B

T0

Figura 2.29: M es el punto medio del segmento hiperbólico AB .


2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 51

Por último, trazamos la línea hiperbólica con extremos ideales S y T 0 , de la misma ma-
nera, trazamos la línea hiperbólica con extremos ideales T y S 0 . El punto de intersección
de estas líneas con l es el punto medio del segmento hiperbólico AB 6 .

2.5. La métrica hiperbólica en D.


En esta sección vamos a denir la métrica hiperbólica para dos puntos cualesquiera

en D analizando primero la distancia entre dos puntos sobre una línea hiperbólica que

pasa por el centro de S∞ haciendo uso de la reexión. También daremos una denición

de distancia que no requiere de reexión; usaremos la razón doble cruzada la cual se

describió en la subsección 1.3.1.

Para denir esta distancia trabajaremos en el modelo del disco de Poincaré D, y pos-

teriormente demostraremos que la distancia entre los modelos es la misma si transfor-

mamos uno en el otro; dichas transformaciones se verán en la siguiente sección.

El proceso que se utiliza para la deducción de la métrica hiperbólica en este modelo, así

como también los resultados importantes que se van obteniendo en el desarrollo de esta

sección, son el resultado de ideas originales inspiradas en la deducción de la métrica

hiperbólica que hace M. Cruz López y M. García Campos en [CG2] en el modelo del

semiplano superior de Poincaré.

Una hipótesis importante que vamos a considerar es que la métrica hiperbólica que

queremos denir se conserva bajo reexiones.

2.5.1. Distancia entre dos puntos sobre una línea hiperbólica


que pasa por el centro de S∞.
Deniremos primero la distancia entre dos puntos sobre la línea hiperbólica L que pasa
por el centro de S∞ , posteriormente extenderemos esta denición para cualesqueira dos
puntos en el disco de Poincaré.

Sea P ∈D y c una circunferencia con centro hiperbólico en P. Por la subsección 1.3.4,

7
tenemos que a c y S∞ las podemos poner concéntricas , ver gura 2.30(b).

6 Notar que las tres líneas son concurrentes.


7 Observar que para toda circunferencia concéntrica con S∞ , su centro hiperbólico coincide con su
centro euclidiano.
52 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

D D

O P
P
c
S∞ S∞

(a) (b)

Figura 2.30: Métrica en el modelo del disco de Poincaré D.

Sin perdida de generalidad tomemos la línea L como la línea hiperbólica vertical que

pasa por P y denotemos por N y S a los puntos de la intersección de L con S∞ y sean

A y B los puntos de intersección de c con L, como se ilustra en la siguiente gura.

A
1

r
P
c l

S∞

Figura 2.31: Distancia entre dos puntos en L.

Como P es el centro hiperbólico de c, se sigue que P es el punto medio del segmento

hiperbólico AB . Además, A y B son reejados con respecto a la línea hiperbólica

horizontal l que pasa por P.


Si reejamos a la circunferencia c con respecto de la línea hiperbólica n que es tangente
a c en B , ver gura 2.32. Obtenemos que c se reeja en otra circunferencia c00 . Además,
2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 53

los reejados de P y A respecto de n son P 00 y A0 respectivamente. Como la métrica

que vamos a denir se conserva bajo reexión, se cumple que P B = BP 00 , con lo que

P 00 es el centro de c00 . Si A se reeja con respecto a n en A0 y como P B = P A, entonces

A0 P 00 = P 00 B = BP = P A

ya que la métrica se conserva bajo reexión.

N
L

P c l
B n
P 00
c00 A0 S∞

Figura 2.32: Reexión de c con respecto de n.

Ahora, si reejamos a la circunferencia c con respecto a la línea hiperbólica m que

es tangente a c en A, ver gura 2.33. Obtenemos que la circunferencia c se reeja en

otra circunferencia c0 y el reejado de P es el punto P 0. Como la métrica que vamos a

denir se conserva bajo reexión, se cumple que P 0 A = P A, con lo que P0 es el centro

hiperbólico de c0 .
Si el punto B se reeja con respecto a m en B0 y como P A = P B, entonces se cumple

que:

P 0B0 = P 0A = P A = P B

ya la métrica se conserva bajo reexión.

Supongamos, sin perdida de generalidad que el radio de S∞ es igual a 1 y que el radio

de c es r.
54 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Sea H la circunferencia que contiene a m y sea Q el inverso de A con respecto a S∞ ,


1
entonces P Q · P A = 1, esto es, PQ = r
. Si W es el centro de H, entonces

1
PQ − PA r
−r 1 − r2
WA = = = .
2 2 2r

W H

B0
c0 P0
A m

P c l
B

L
S∞

Figura 2.33: Reexión de c con respecto de m.

Como P0 es el reejado de P con respecto a H . Esto implica que W P · W P 0 = (W A)2 ,


1−r2 1+r2
pero WP = WA + PA = 2r
+r = 2r
.

 2
1−r2
2r (1 − r2 )2
⇒ WP0 = 1+r2
= .
2r
2r(1 + r2 )
Luego,
1 − r2 (1 − r2 )2 r(1 − r2 )
AP 0 = W A − W P 0 = − = .
2r 2r(1 + r2 ) 1 + r2
Así
r(1 − r2 ) 2r
P P 0 = P A + AP 0 = r + 2
= .
1+r 1 + r2
Por lo tanto, la distancia euclidiana de N a P0 es

2r (1 − r)2
NP 0 = NP − P P 0 = 1 − = . (2.2)
1 + r2 1 + r2
Como el radio de c es r, se tiene que

N A = 1 − r.
2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 55

Análogamente, la distancia euclidiana de S a P0 es

2r (1 + r)2
SP 0 = SP + P P 0 = 1 + = . (2.3)
1 + r2 1 + r2

De la misma manera, SA = 1 + r.
Ahora, como B0 es el reejo de B con respecto a H. Esto implica que W B · W B0 =
1−r2 1+3r2
(W A)2 , pero W B = W A + AB = 2r
+ 2r = 2r
.
 2
1−r2
2r (1 − r2 )2
⇒ W B0 = 1+3r2
= .
2r
2r(1 + 3r2 )

Luego,
1 − r2 (1 − r2 )2 2r(1 − r2 )
AB 0 = W A − W B 0 = − = .
2r 2r(1 + 3r2 ) 1 + 3r2
De aquí que

2r(1 − r2 ) (1 − r)3
N B 0 = N P − P A − AB 0 = 1 − r − = . (2.4)
1 + 3r2 1 + 3r2

De manera análoga

2r(1 − r2 ) (1 + r)3
SB 0 = SA + AB 0 = (1 + r) + = . (2.5)
1 + 3r2 1 + 3r2

De esta forma hemos obtenidos las distancias euclidianas de los punto A, P 0 y B0 a los

puntos N y S. De la misma forma podemos obtener las distancias euclidianas de B,


P 00 y A0 a N y S.
Ahora, damos la relación de los puntos en la línea hiperbólica L con respecto a N y S
de tal manera que se tiene la siguiente correspondencia entre los puntos:

Para el punto N Para el punto S


3
(1 − r) (1 + r)3
B 0 ←→ B 0 ←→
1 + 3r2 1 + 3r2
(1 − r)2 (1 + r)2
P 0 ←→ P 0 ←→
1 + r2 1 + r2
A ←→ 1 − r A ←→ 1 + r

P ←→ 1 P ←→ 1

B ←→ 1 + r B ←→ 1 − r
(1 + r)2 (1 − r)2
P 00 ←→ P 00 ←→
1 + r2 1 + r2
(1 + r)3 (1 − r)3
A0 ←→ A0 ←→
1 + 3r2 1 + 3r2
56 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

De la forma como están los datos anteriores no se puede visualizar un patrón a seguir

2(1−r)
en las distancias de cada puntos a N y S respectivamente, pero si hacemos k= 1+r

se tiene

Para el punto N Para el punto S


k3
 
k −3
 
B 0 ←→ 2 0
B ←→ 2 −3
23 + k 3
2 + k −3
k2
 
k −2
0
 
P ←→ 2 2 0
P ←→ 2 −2
2 + k2
  2 + k −2
k
k −1
 
A ←→ 2
2+k A ←→ 2 −1
2 + k −1
k0
 
k0
 
P ←→ 2 0
2 + k0 P ←→ 2 0
2 + k0
k −1
   
B ←→ 2 −1 k
2 + k −1 B ←→ 2
2+k
k −2
 
k2
00
 
P ←→ 2 −2 00
P ←→ 2 2
2 + k −2
2 + k2
k −3
 
k3
0
 
A ←→ 2 −3 0
2 + k −3 A ←→ 2 3
2 + k3

Queremos denir una distancia en D; es decir, una función

d : D × D −→ [0, ∞)

que satisfaga las siguientes condiciones:

a) d (P, Q) ≥ 0 y d (P, Q) = 0 ⇐⇒ P = Q.

b) d (P, Q) = d (Q, P ) .

c) d (P, Q) ≤ d (P, R)+d (R, Q) , y d (P, Q) = d (P, R)+d (R, Q) para puntos colineales.

Queremos saber cómo denir la distancia entre dos puntos cualesquiera en el modelo

del disco de Poincaré y hasta el momento lo que sabemos es la relación que estos puntos

tienen sobre una línea hiperbólica L que pasa por el centro de S∞ con respecto a los

puntos de intersección de L y S∞ . Al repetir el proceso de reejar circunferencias hacia


arriba y hacia abajo tantas veces como queramos, queremos que la distancia entre dos

puntos consecutivos sea la misma y también que se cumplan las tres propiedades que

acabamos de mencionar y que denen a una distancia.


2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 57

Notar que la distancia euclidiana de un punto cualquiera de L a S o a N no funciona

ya que:
(1 − r)2
1 − (1 − r) 6= (1 − r) − .
1 + r2
Consideremos entonces los cocientes de las distancias euclidianas de los puntos a N y

a S. Denimos las posibles distancias como

 
kq k−p
2

NQ 2 2q +kq SP 2−p +k−p
dN (P, Q) = = kp
 y dS (P, Q) = = k−q
.
NP 2 p
2 +k p SQ 2 2−q +k−q

Pero con estas funciones, la distancia entre dos puntos consecutivos no es la misma.

Ahora, si consideramos el producto de dN y dS como posible distancia, tenemos

   
NQ SP
d(P, Q) = dN (P, Q) · dS (P, Q) = · ,
NP SQ

así  
kq
 k−p  p−q
2q +kq 2−p +k−p 2
d(P, Q) = kp
 · k −q  = .
p
2 +k p −q
2 +k −q
k
Con esta denición, d siempre es positiva, veriquemos ahora que para dos puntos

consecutivos la distancia es la misma.

Sean X y Y dos puntos consecutivos en L, entonces

 (x+1)−x
2 2
d(X, Y ) = = .
k k

Lo que implica que para dos puntos consecutivos la distancia es la misma.

Ahora, vericaremos si d satisface las tres propiedades que mencionamos anteriormente.


No se cumple que es igual a cero si y sólo si los dos puntos son los mismos, puesto que:

 p−p
2
d(P, P ) = = 1.
k

La segunda propiedad tampoco la cumple ya que

 p−q  q−p
2 2
d(P, Q) = 6= = d(Q, P ).
k k

Finalmente observemos que también no se cumple que la distancia sea aditiva para

puntos colineales; es decir, no se cumple que d(P, R) = d(P, Q) + d(Q, R). Si p > q > r,
entonces

 p−q  q−r  p−r


2 2 2
d(P, Q) = , d(Q, R) = y d(P, R) =
k k k
58 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

pero
 p−q  q−r  p−r
2 2 2
+ 6= ,
k k k
lo que implica que la distancia así denida no es aditiva para puntos colineales. Sin

embargo observemos que el producto satisface la igualdad

 p−q  q−r  p−r


2 2 2
· = .
k k k

Esto es, en la expresión anterior, los exponentes si son aditivos. Esto sugiere que, si

queremos que la distancia sea aditiva, podemos tomar el logaritmo natural. También

tenemos que tomar el valor absoluto para que se cumpla que d (P, Q) = d (Q, P ).
Por lo tanto podemos denir a d como

 p−q !
2
d(P, Q) = log .

k

Se tiene que d así denida cumple con las tres propiedades de la distancia, pero no

podemos comprobar la desigualdad triangular para puntos que no son colineales, pues

nuestra denición es para puntos sobre una línea hiperbólica que pasa por el centro de

S∞ .

Denición 2.7. La distancia hiperbólica entre dos puntos sobre una línea que pasa por

el centro de S∞ está dada por

 p−q !
2
d(P, Q) = log .

k

Es importante notar que la distancia de cualquier punto a la circunferencia S∞ es

innita, debido a que, al hacer tender P a N , p → ∞. Así, en la denición de distancia


tenemos:
 p−q !
2
lı́m log = ∞.

p→∞ k

Geométricamente construiremos la métrica hiperbólica reejando una circunferencia

con respecto de líneas hiperbólicas paralelas y bajo la hipótesis de que la reexión

conserva distancias. Si repetimos este proceso para acercarnos a la frontera ideal, cada

vez nos acercamos más lentamente a S∞ , y podemos repetir el proceso de reexión una
innidad de veces sin llegar a S∞ .
2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 59

S∞

Figura 2.34: La métrica hiperbólica en L.

2.5.2. Distancia entre dos puntos cualesquiera en D.

Habiendo denido la distancia entre dos puntos sobre la línea hiperbólica L que pasa por
el centro de S∞ , estamos en condiciones de generalizar esta denición para cualesquiera
dos puntos en D.
Sean P y Q cualesquiera dos puntos en D y tracemos la línea hiperbólica L que pasa

por P y Q. Sean S y T los puntos de intersección de L con S∞ . Además, sea Z el otro

punto de intersección de L con la tangente a S∞ por S. Tracemos la línea hiperbólica

m (con centro en Z) y que interseca a S∞ en S, ver gura 2.35. Denotemos por L0 a

la imagen de L bajo la reexión con respecto a m. La línea L0 es ortogonal a S∞ , pasa

8
por S y las imágenes de P y Q son dos puntos P0 y Q0 sobre esta línea .

La distancia entre los puntos P y Q debe ser la misma que la distancia entre sus

imágenes P0 y Q0 . Usando la denición anterior obtenemos:

 p0 −q0 !
2
d (P, Q) = d (P 0 , Q0 ) = log .

k

8 Notemos que L0 pasa por el centro de S∞ .


60 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

m L0

T Q0
Q L
Z O

P
P0

S∞
S

Figura 2.35: Distancia entre dos puntos en D.

Comprobemos que esta denición determina efectivamente una distancia; esto es, la

función d satisface las propiedades:

a) d (P, Q) ≥ 0 y d (P, Q) = 0 ⇐⇒ P = Q ,

b) d (P, Q) = d (Q, P ),

c) d (P, Q) ≤ d (P, R) + d (R, Q).

Por denición la primera parte de la propiedad a) se cumple. Por otra parte, si P = Q,


entonces P 0 = Q0 , y por lo tanto d(P, Q) = d(P 0 , Q0 ) = 0. Si d (P, Q) = 0, entonces,

d (P 0 , Q0 ) = 0, lo que implica que

 p0 −q0 !  p0 −q0


2 2
log =0⇒ = 1 ⇒ p0 − q 0 = 0 ⇒ p 0 = q 0 .
k k

Esto implica que P = Q.


La propiedad b) también es cierta ya que:
 p0 −q0 !
2
d(P, Q) = d(P 0 , Q0 ) = log

k


 p0 −q0 !
2
= − log

k


 −(p0 −q0 )
!
2
= log

k


 q0 −p0
!
2
= log = d(Q0 , P 0 ) = d(Q, P ).

k
2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 61

Para demostrar la desigualdad triangular, tomemos otro punto R en D y lo reejamos

con respecto a la línea hiperbólica m; la imagen de R es un punto R0 que no está sobre

la línea hiperbólica L0 .

N
m
L0

Q0
T
L
Q R000

R R00
P P0 R0

S∞
S

Figura 2.36: Desigualdad triangular en D.

Para calcular la distancia de Q0 a R0 trazamos la circunferencia con centro hiperbólico

en Q0 que pasa por R0 y llamamos R00 al punto donde la circunferencia interseca a la

línea L0 que se encuentra entre P0 y Q0 , ver gura 2.36. Como R0 y R00 están sobre la

circunferencia con centro hiperbólico en Q0 , se sigue que sus distancias al centro son

0
iguales (R Q0 y R00 Q0 son radios hiperbólicos).

Análogamente, para calcular la distancia de P0 a R0 , trazamos la circunferencia con

centro hiperbólico en P0 que pase por R0 y llamamos R000 al punto de intersección de

esta circunferencia con la línea L0 que se encuentra entre P0 y Q0 , ver gura 2.36.

Los puntos así construidos, satisfacen:

d(P, R) + d(R, Q) = d(P 0 , R0 ) + d(R0 , Q0 ) = d(P 0 , R000 ) + d(R00 , Q0 ).

Pero,

d(P 0 , R000 ) + d(R00 , Q0 ) = [d(P 0 , R00 ) + d(R00 , R000 )] + [d(R000 , R00 ) + d(R000 , Q0 )]

= [d(P 0 , R00 ) + d(R00 , R000 ) + d(R000 , Q0 )] + d(R000 , R00 )

= d(P 0 , Q0 ) + d(R000 , R00 ).


62 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Por lo tanto se cumple:

d(P, R) + d(R, Q) = d(P 0 , Q0 ) + d(R00 , R000 ) ≥ d(P 0 , Q0 ) = d(P, Q).

Para saber cuándo se cumple la igualdad en la desigualdad triangular, tomemos al

punto R sobre la línea hiperbólica L. La imagen de R bajo la reexión con respecto

de m es un punto R0 que está sobre el segmento hiperbólico P 0 Q0 , y por lo tanto se

cumple que:

d(P, Q) = d(P, R) + d(R, Q);

es decir, se cumple la igualdad en la desigualdad del triangular. Por lo tanto, la línea

hiperbólica que pasa por P y Q es la trayectoria que realiza el camino más corto entre

estos dos puntos.

N
m
L0

Q0
T
L
Q
R R0

P P0

S∞
S

Figura 2.37: Igualdad en la desigualdad triangular en D.

Observación 2.4. Dados dos puntos cualesquiera en el plano hiperbólico, la distancia

más corta entre éstos es el segmento de línea que los une. Debido a esta propiedad, las

líneas hiperbólicas se denominan geodésicas.

2.5.3. Distancia hiperbólica en D.


Hasta este momento hemos denido la distancia para cualesquiera dos puntos en D
pero, a pesar de que esta distancia está bien denida, el procedimiento para medir es
2.5. LA MÉTRICA HIPERBÓLICA EN D. 63

complicado, pues, si queremos saber cuál es la distancia entre dos puntos cualesquiera

en D, es necesario primero reejarlos en dos puntos sobre una línea hiperbólica que

pase por el centro de S∞ y luego calcular la distancia hiperbólica. Damos ahora una

denición de distancia que no requiere de la reexión.

Sean P y Q dos puntos en D, sea L la línea que pasa por ellos y sean S y T los puntos

de intersección de L con S∞ . En la sección anterior reejamos a L con respecto de una


línea hiperbólica m que pasa por S y vimos que la imagen de la línea L es la línea

hiperbólica L0 , la imagen de P y Q son los puntos P0 y Q0 , la imagen de S es S y la

imagen de T es N.

N
m
L0

Q0
T
L
Q

P P0

S∞
S

Figura 2.38: Distancia entre dos puntos cualesquiera en D.

En la subsección 1.3.1 se describió la razón cruzada y se demostró que se conserva bajo

reexiones, se sigue que para los puntos S, T , P , Q y sus respectivos reejados:

SP 0 /N P 0 N Q0 SP 0
   
0 0
[S, T ; P, Q] = [S, N ; P , Q ] = = · .
SQ0 /N Q0 NP 0 SQ0
  0 0 
0 0 2 p −q
Denimos la distancia de P a Q como log , pero acabamos de demostrar

k
0 −q 0
 0  0
p
2
= N Q SP

que
k NP 0
· SQ 0 = [S, T ; P, Q], por lo que podemos denir la distancia
hiperbólica como:

d(P, Q) = |log ([S, T ; P, Q])| ,

donde [S, T ; P, Q] es la razon cruzada; notemos que P y Q son puntos en D, S y N son

puntos en la frontera ideal S∞ .


64 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Por tanto, haciendo uso de la razón cruzada hemos denido la distancia hiperbólica

entre dos puntos cualesquiera en D.


Ahora, probaremos un resultado muy importante.

Proposición 2.3. Sean m y n dos líneas ortogonales que se intersecan en un punto P.


Si Q está en m y es un punto distinto de P , entonces P es el punto medio del segmento

QQ0 .

D
n

Q0
P V
Q

m S∞

Figura 2.39: Punto medio del segmento QQ0 .

Demostración. Sean U y V los puntos de intersección de m con S∞ y denotemos por

Q0 a la reexión de Q con respecto de n. Como la razón cruzada se conserva bajo

reexiones, se sigue que:

[U, V ; Q, P ] = [U, V ; P, Q0 ].

Luego,

U Q/V Q
[U, V ; Q, Q0 ] =
U Q0 /V Q0
U Q/V Q U P/V P
= ·
U P/V P U Q0 /V Q0
= [U, V ; Q, P ]· [U, V ; P, Q0 ]

= [U, V ; Q, P ]2 .

Así

d(Q, Q0 ) = |log ([U, V ; Q, Q0 ])| = log [U, V ; Q, P ]2 = 2 |log ([U, V ; Q, P ])| = 2d(Q, P )

2.6. EQUIVALENCIA ENTRE LOS MODELOS. 65

Por lo tanto
1
d(Q, P ) = d(Q, Q0 ).
2

2.6. Equivalencia entre los modelos.


Una de las ventajas de denir la equivalencia entre los tres modelos de la geometría

hiperbólica antes estudiados es que la distancia hiperbólica, que se ha denido en la

sección anterior para el modelo del disco de Poincaré, nos sirve para los otros dos mode-

los. La distancia hiperbólica se ha denido haciendo uso de la razón doble generalizada,

la cual se conserva bajo inversiones y precisamente la equivalencia entre los modelos se

hará haciendo uso de la inversión geométrica.

2.6.1. Equivalencia entre los modelos de Poincaré.


Veremos ahora que podemos identicar de una manera muy sencilla al modelo del disco

de Poincaré D con el modelo del semiplano superior de Poincaré H.


Sea c una circunferencia tangente a H∞ con centro en O∗ (abajo de H∞ ) y radio

2. Denamos la transformación ϕ : E2 −→ E2 como la reexión con respecto a la

circunferencia c. Al momento de invertir con respecto a c tenemos que H∞ se reeja

en c1 y la parte superior de H∞ se reeja en la parte interior de c1 .

b
a

d
H∞
d0

e0
a0 b0
c1 c
O∗
2

Figura 2.40: El modelo del disco y el modelo del semiplano de Poincaré son equivalentes.
66 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Ahora, si tomamos a c1 como el modelo del disco de Poincaré, se tiene que la imagen

de H bajo ϕ es D.
Notemos que, las líneas hiperbólicas b, d y e del modelo del semiplano de Poincaré se

reejan en las líneas hiperbólicas b0 , d 0 y e0 del modelo del disco de Poincaré. Además,

notar que la circunferencia a del modelo del semiplano se reeja en una circunferencia

a0 en el modelo del disco.

Como las líneas hiperbólicas en el modelo del semiplano superior de Poincaré son rayos

ortogonales a H∞ contenidos en H o el arco de una circunferencia con centro en un

punto O en H∞ contenida en H, es decir, las líneas hiperbólicas b, d y e son ortogonales


a H∞ y como sabemos que las reexiones conservan los ángulos, entonces las líneas

hiperbólicas b0 , d0 y e0 son ortogonales a c1 . Así, esta reexión transforma el modelo

del semiplano superior de Poincaré en el modelo del disco de Poincaré. Ahora, como

las inversiones son involutivas, entonces, esta misma reexión transforma el modelo

del disco de Poincaré c1 en el modelo del semiplano H, por lo que ambos modelos son

equivalentes.

Otra tranformación que nos permite pasar del modelo del disco de Poincaré al modelo

del semiplano superior de Poincaré, es la transformación de Cayley9 .

2.6.2. Equivalencia entre el modelo del disco de Poincaré y el


modelo de Beltrami-Klein.
La relación de las líneas hiperbólicas y sus cuerdas en el modelo del disco de Poincaré

es útil para la traducción de este modelo al de Beltrami-Klein.

Proposición 2.4 (Líneas hiperbólicas y sus cuerdas) . Dadas dos o más líneas hiper-

bólicas l , l1 , l2 , ... en D. Todas a través de un punto P.

1. Las cuerdas entre los extremos ideales de las líneas l, l1 , l2 . . . se cruzan en un

punto común K, también.

2. Sea K0 el inverso de K con respecto a S∞ . Entonces, K0 es el punto medio del

segmento PP0 entre P y su inverso P 0.


9 La transformación de Cayley la podemos encontrar en [CG2].
2.6. EQUIVALENCIA ENTRE LOS MODELOS. 67
−→
3. La ubicación del punto K en el rayo OP está dada por

2(OP )
|OK| = . (2.6)
1 + (OP )2

Para la demostración, debemos recordar la denición de potencia p(O, c) de un punto

O con respecto a una circunferencia c: Para cualquier circunferencia c y punto O,

p(O, c) = OA · OB

donde A y B son los puntos de intersección de la línea l que pasa por O con la circun-

ferencia c. Si una segunda línea k, que pasa por O, interseca a c en los punto P y Q,
se tiene que

OA · OB = OP · OQ.

Eso implica que la potencia p no depende de la elección de la línea l, y por lo tanto

está bien denida. La potencia es negativa para puntos dentro de la circunferencia y

positiva para puntos fuera de la circunferencia.

Prueba de (1). Escojamos una línea hiperbólica l que pase por P . Sea E y F los puntos

extremos ideales de l, y denamos el punto K como la intersección de la cuerda EF


con la cuerda P P 0, donde P0 es el inverso de P.
En realidad, EF es la cuerda común de S∞ y l , y por lo tanto

p(K, S∞ ) = KE · KF = p(K, l).

F1 l0
D

F
K0 P0
P K l
O
E1

S∞ E

Figura 2.41: Las cuerdas de un haz de líneas hiperbólicas a través de un punto común

P se intersecan en un punto común K.


68 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

Ahora calculemos la potencia de K relativa a l. Ya que PP0 es una cuerda común de

todas las líneas hiperbólicas que pasan por P.

p(K, l) = KE · KF = KP · KP 0 .

Claramente las dos últimas fórmulas implican

p(K, S∞ ) = KP · KP 0

lo que conrma que p(K, S∞ ) es independiente de la elección de la línea l .

Prueba de (2). Dibujamos la circunferencia t con diámetro P P 0. Sea K0 su centro, y

RS es una cuerda común entre t y S∞ , ver gura 2.42.

Como t pasa por los puntos P y P 0; por la Proposición 1.3, S∞ y t son ortogonales.

Entonces ]ORK 0 = 90◦ y RK es la altura del triángulo rectángulo 4ORK 0 . Ahora

OK · OK 0 = (OR)2 = 1.
Por lo tanto, el centro K0 de la circunferencia t es el punto inverso de K respecto a

S∞ . Por construcción K0 es el punto medio del diámetro P P 0.

D
R
t
F
K0 P0
P K l
O

S∞ E

Figura 2.42: K0 es el punto medio del segmento P P 0.

Prueba de (3). Debido a que K0 es el punto medio del segmento P P 0, se tiene

1 1
OK = 0
= .
OK OP + P K 0

Pero como sabemos que 1 = OP · OP 0 = OP (OP + P P 0 ) = OP (OP + 2P K 0 ) esto

implica que
1 − (OP )2
P K0 = .
2(OP )
2.6. EQUIVALENCIA ENTRE LOS MODELOS. 69

Así

1 2(OP )
OK = 1−(OP )2
=
OP + 1 + (OP )2
2(OP )

que conrma la ecuación 2.6.

Proposición 2.5 (El mapeo del disco de Poincaré al modelo de Beltrami-Klein) . El

punto P en el modelo del disco de Poincaré se mapea en un punto K en el modelo de


−→ −−→
Beltrami-Klein requiriendo que los rayos OP = OK sean identicos y

2(OP )
OK = (2.7)
1 + (OP )2

El mapeo 2.7 mantiene jos los extremos ideales, y mapea un arco circular l ortogonal

a S∞ en la cuerda correspondiente con los mismos extremos ideales. De hecho, el mapeo


2.7 es una traducción del modelo del disco de Poincaré al modelo de Beltrami-Klein,

ya que los puntos y las líneas del modelo de Poincaré se correlacionan con puntos y

líneas del modelo de Klein, preservando la incidencia.

Como se muestra en la última proposición, el punto K es la intersección del rayo OP


con la cuerda entre los extremos ideales de cualquier arco l ortogonal a S∞ a través

del punto P. Esta cuerda k es una línea hiperbólica en el modelo de Beltrami-Klein.

Es evidente que todos los puntos de arco l se asignan a puntos de k por la misma

construcción, y por lo tanto son todos dados por el mapeo 2.6.

P K
O

S∞

Figura 2.43: Equivalencia entre D y BK .


70 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

2.7. Trigonometría hiperbólica.


En la geometría euclidiana hay relaciones bien conocidas entre los lados y los ángulos

de un triángulo rectangulo. Por ejemplo, el teorema de Pitágoras da una relación en-

tre los tres lados. Aquí estudiaremos los resultados correspondientes en la geometría

hiperbólica.

2.7.1. Las funciones hiperbólicas.


Una forma de relacionar los ángulos con los lados de un triángulo euclidiano es por me-

dio de las funciones trigonométricas seno, coseno y tangente. Ahora vamos a introducir
unas nuevas funciones que nos van a permitir relacionar los ángulos con los lados de

un triángulo hiperbólico, a las que denominaremos funciones hiperbólicas.


Vamos a denir las funciones hiperbólicas:

Denición 2.8.
et − e−t
sinh(t) = ;
2
et + e−t
cosh(t) = ;
2
sinh(t)
tanh(t) = .
cosh(t)
Directamente de la denición de senh(t) y cosh(t) obtenemos la relación

cosh2 (t) − sinh2 (t) = 1 (2.8)

Las otras funciones trigonométricas las podemos deducir de la denición, y las relacio-

nes para la adición se pueden consultar en el apéndice A.

2.7.2. El ángulo del paralelismo.


Consideremos el caso especial de un triángulo rectángulo con un vértice ideal.
En este caso, los ángulos internos de este triángulo son α, 0 y π/2 y el único lado con

longitud nita es el que está entre los vértices con ángulos internos α y π/2. El ángulo

del paralelismo es un término clásico de este ángulo expresado en términos del lado de

longitud nita.

Proposición 2.6. Sea 4 un triángulo hiperbólico con ángulos α, 0 y π/2. Si a denota

la longitud del único lado nito. Entonces


2.7. TRIGONOMETRÍA HIPERBÓLICA. 71

1
i) sin(α) = cosh(a)
;

1
ii) cos(α) = coth(a)
;

1
iii) tan(α) = sinh(a)
.

Demostración. Las tres fórmulas para α se pueden demostrar fácilmente. Nosotros sólo
demostraremos el literal ii), debido a que lo usaremos más adelante.

D A
a α
B

ε
α
U O A∗ B∗ V

Figura 2.44: Distancia del segmento AB .

De la denición de distancia hiperbólica, tenemos que:


   
U A/AV BV · U A
a = d(A, B) = |ln{ABU V }| = ln
= ln
U B/BV U B · AV
como, en la gura 2.44 tenemos que

p p p
BV = r 2(1 − cos(α)), UA = r 2(1 + cos(ε)), AV = r 2(1 − cos(ε))
p
y U B = r 2(1 + cos(α))

donde α = ]BOV y ε = ]AOV . Esto implica que


   
1 (1 − cos(α))(1 + cos(ε)) 1 (1 + cos(α))(1 − cos(ε))
a = ln
= ln
2 (1 + cos(α))(1 − cos(ε)) 2 (1 − cos(α))(1 + cos(ε))
por lo que
(1 + cos(α))(1 − cos(ε))
e2a =
(1 − cos(α))(1 + cos(ε))
y por la fórmula de tanh(t) tenemos que

e2a − 1 cos(α) − cos(ε)


tanh(AB) = 2a
= (2.9)
e +1 1 − cos(α) cos(ε)
en particular, si ε = π/2, entonces A=D y tendríamos que α es el ángulo del parale-

lismo y

tanh(a) = cos(α)
72 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.

2.7.3. Triángulo rectángulo con ángulos α, π/2 y β .


Ahora, como se quiere encontrar la relación entre los lados y los ángulos de un trián-

gulo rectángulo, necesitamos colocar el triángulo en una posición más sencilla desde

el punto de vista euclidiano, esto es, dado cualquier triángulo (en particular rectángu-

lo) lo podemos llevar, por medio de reexiones, a un triángulo congruente dado pero

colocado en una posición más sencilla.

A0

g0
h

g C0
A
B0
C B
H∞
W U V

Figura 2.45: El triángulo 4A0 B 0 C 0 está colocado en una posición especial.

Dado un triángulo 4ABC con ángulo recto en C, ver gura 2.45. Sean U y V los

puntos límites del segmento AB y sea h la línea hiperbólica con puntos límites W
y V donde W U = UV (en sentido euclidiano). Ahora, si invertimos con respecto

a la circunferencia h, la circunferencia g, se invierte en el rayo euclidiano g0 y así,

la hipotenusa del triángulo 4ABC está en un rayo euclidiano y como vimos que la

inversión preserva ángulos y distancias hiperbólicas entonces los triángulos 4A0 B 0 C 0 y

4ABC son congruentes.

Con el triángulo en una posición sencilla, podemos hacer los cálculos respectivos para

poder encontrar una relación entre los lados y los ángulos de un triángulo hiperbólico

cualquiera.

La primera ecuación importante que nos da esa relación es

cosh(AB) = cot(α)· cot(β). (2.10)


2.7. TRIGONOMETRÍA HIPERBÓLICA. 73

A
α

b
c
rb
C
β a
rb B ra
ra
ϕ
α β
D O E

Figura 2.46: El triángulo 4ABC en posición especial.

Por otro lado, aplicando la denición calculamos la tanh(AB) y aplicando la ecuación

x2 + y 2 = 2xw, que surge a partir de aplicar el teorema de Pitágoras al triángulo

4DCE , calculamos la tanh(BC); de estos resultados se deduce la siguiente ecuación

tanh(BC)
tanh(BC) = tanh(AB)· cos(β) ⇒ cos(β) = (2.11)
tanh(AB)
ahora, si se intercambia BC por AC y β por α tenemos

tanh(AC) = tanh(AB)· cos(α). (2.12)

Luego, haciendo uso de las ecuaciones (2.10) y (2.11) y realizando los cálculos respec-

tivos obtenemos
sinh(BC)
sin(α) = , (2.13)
sinh(AB)
si se intercambia α por β y BC por AC obtenemos

sinh(AC)
sin(β) = . (2.14)
sinh(AB)
El proceso para obtener las ecuaciones (2.10)-(2.14) se puede ver en el apéndice B de

forma detallada.

2.7.4. El teorema de Pitágoras.


En la geometría euclidiana, el teorema de Pitágoras da una relación entre las longitudes

de los tres lados de un triángulo rectángulo. Aquí probaremos el resultado análogo en

la geometría hiperbólica.
74 2. MODELOS HIPERBÓLICOS.
c

β
A α a B
b C

Figura 2.47: El 4ABC es rectángulo.

Teorema 2.2. Si 4 es un triángulo rectángulo hiperbólico con ángulos internos α, β


y π/2 y lados opuestos con longitudes a, b y c respectivamente. Entonces

cosh(c) = cosh(a)· cosh(b).

Demostración. De las ecuaciones (2.12) y (2.13) tenemos que

sinh2 (c) − sinh2 (a)


 
2 2 2 2
tanh (b) = tanh (c)(1 − sin (α)) = tanh (c)
sinh2 (c)

y utilizando la ecuación (2.8) tenemos

sinh2 (c) cosh2 (c) − cosh2 (a)


 
2
tanh (b) =
cosh2 (c) sinh2 (c)

es decir

cosh2 (c)(1 − tanh2 (b)) = cosh2 (a)

y como
cosh2 (b) − sinh2 (b) 1
1 − tanh2 (b) = 2 =
cosh (b) cosh2 (b)
entonces tenemos que

cosh(c) = cosh(a)· cosh(b). (2.15)

Existen dos teoremas que juegan un papel muy importante en el estudio de puntos y

rectas notables de un triángulo hiperbólico: hablamos especícamente del teorema del


coseno y del teorema del seno. Los enunciados de los teoremas y sus demostraciones

están detalladas en el apéndice C.


Capítulo 3

Teselaciones hiperbólicas.

En este capítulo describimos el proceso para construir un triángulo hiperbólico en los

modelos H y D con ángulos α, β y γ dados, donde la única condición para los ángulos

es que α + β + γ < π.
Una teselación es una descomposición que se crea cuando un patrón o una gura básica

se repite una y otra vez cubriendo al plano sin dejar espacio o superposición.

Un polígono regular tiene 3 o más lados y ángulos, todos iguales. Una teselación regular

1
es un mosaico formado por polígonos regulares congruentes .

El plano euclidiano solamente puede ser teselado con tres polígonos regulares: trián-

gulos, cuadrados y hexágonos. No podemos mostrar el plano entero, pero imaginemos

que se trata de piezas tomadas de planos que han sido teselados, ver gura 3.1.

Las teselaciones hiperbólicas son una descomposición uniforme del plano hiperbólico

por piezas del mismo tipo sin que éstas se sobrepongan ni que dejen espacios entre ellas.

Así, una teselación triangular hiperbólica es una descomposición del plano hiperbólico

por triángulos. Para la terna {p, q, r}, que satisface la condición p1 + 1q + 1r < 1 se obtiene
π π π
que el plano hiperbólico se puede teselar con un triángulo con ángulos , y .
p q r

Lo interesante de una teselación en la geometría hiperbólica surge a partir de que el

plano hiperbólico puede ser teselado de innitas formas con polígonos regulares.

1 Recordemos que regular signica que los lados y ángulos del polígono son todos equivalentes (es
decir, el polígono es equiangular y equilátero). Congruente signica que los polígonos son del mismo
tamaño y forma.
76 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

Figura 3.1: El plano euclidiano sólo puede ser teselado con tres polígonos regulares:

con triángulos, cuadrados y hexágonos.

Es difícil hablar de teselaciones hiperbólicas sin mencionar a M.C. Escher, quien fue sin

duda alguna el artista favorito de los matemáticos debido a que usaba con frecuencia

en sus trabajos las teselaciones hiperbólicas. Las siguientes imágenes son parte de las

obras que realizó Escher en donde utilizó teselaciones hiperbólicas.

(a) Círculo límite I (b) Círculo límite IV

Figura 3.2: Obras de M. C. Escher.

Chaim Goodman Strauss, en su artículo Compass and Straightedge in the Poincaré Disk
publicado en el 2001, da un método para construir una teselación triangular en el

modelo del disco de Poincaré, un método que nos lleva a comprender un poco más

cómo Escher construyó los Círculos límites I, II, III y IV.


Nosotros hacemos una descripción análoga a la que da C. Goodman pero en el modelo

del semiplano superior de Poincaré.


3.1. TRIÁNGULOS HIPERBÓLICOS. 77

3.1. Construcción de triángulos hiperbólicos con án-


gulos dados.
En la geometría hiperbólica tres ángulos determinan un triángulo hiperbólico. De hecho,

para cualesquiera ángulos dados α, β , γ con suma α + β + γ < π, existe un triángulo

único, salvo congruencia.

3.1.1. Construcciones en el modelo del disco de Poincaré.


Las construcciones que presentamos a continuación se pueden consultar en [Rot], en la

subsección 41.4.

Para lograr la construcción de un triángulo de ángulos cualesquiera α, β y γ en el disco

de Poincaré, es conveniente elegir primero los vértices y determinar el disco D en un

segundo paso. Tal procedimiento no introduce una restricción real, ya que, en un paso

extra, se puede usar una inversión para mapear toda la gura tal que el disco construido

se pueda incluir en cualquier disco dado. Además, sin pérdida de generalidad, elegiremos

uno de los vértices en el centro del disco D.


Como primer paso tomemos a δ =π−α−β−γ como el ángulo de defecto.

Sea O∗ un punto cualquiera en E2 . Comenzamos trazando la circunferencia c de radio

cualquiera y centro en O∗ , ahora tomamos dos puntos A y B sobre c tal que ]AO∗ B = δ
como se muestra en la gura 3.3(a).

A A
c c α
γ
β O
δ δ
∗ ∗
O B O B

(a) (b)

Figura 3.3: Construcción de un triángulo hiperbólico en D.

El siguiente paso es trazar las tangentes a c por A y B , seguido de desplegar los ángulos
78 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

α en el vértice A y β en el vértice B. La intersección de los rayos tangentes como los

lados de los ángulos que no son las tangentes a c se intersecan fuera de c, en el punto

O formando un ángulo γ, como se muestra en la gura 3.3(b).

Ahora vamos a construir la frontera ideal S∞ de D. Para su construcción, primero

trazamos la tangente a c desde el punto O. Si tomamos como T al punto de tangencia,

entonces la circunferencia que buscamos es la que tiene su centro en O y radio OT .


Notar que c es ortogonal a S∞ y que S∞ es la frontera ideal de D, ver gura 3.4.

T
c Aα
γ
β O

O B

Figura 3.4: Construcción de un triángulo hiperbólico con ángulos α, β y γ.

El arco de c contenido en D será una línea hiperbólica en D y como los diámetros de

S∞ son también líneas hiperbólicas se tiene que los segmentos AO y BO son segmentos

hiperbólicos.

Construcción de un triángulo con un vértice ideal.

La construcción anterior es para un triángulo hiperbólico con sus tres vértices en D,


pero existen otros tipos de triángulos a los cuales se le llaman triángulos ideales en

donde uno, dos o incluso los tres de sus vértices tienen ángulo igual a cero, a estos

vértices se les llaman vértices ideales. En el modelo del disco, estos extremos ideales se

encuentran en S∞ .
La siguiente construcción es la de un triángulo 4ABC con un vértice ideal.

Sin pérdida de generalidad tomemos el vértice A en el centro del disco D y a C como

nuestro vértice ideal. Esto implica que el ángulo en C es igual a cero. Trazamos el lado
3.1. TRIÁNGULOS HIPERBÓLICOS. 79

AC y el rayo L (donde estará el vértice B ), tales que formen un ángulo α entre ellas,

como se muestra a continuación.

m S∞

L B

O∗ α
A

Figura 3.5: Construcción de un triángulo hiperbólico con un vértice ideal.

Ahora construiremos la circunferencia m ortogonal a S∞ que determine al segmento

hiperbólico BC , para lo cual necesitamos encontrar el centro de m, que denotaremos

por O∗ . Puesto que el punto C está en m, el punto O∗ debe estar en la tangente a S∞


por C.

S∞
m

L B
θ
2

O∗ δ α
A

θ
2

Figura 3.6: Construcción de un triángulo hiperbólico con un vértice ideal.

Ahora debemos encontrar la ubicación de B y O∗ . Si llamamos β al ángulo en el vértice


80 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

B y tomamos a δ = π−α−β como el ángulo de defecto, tendremos que los ángulos del

cuadrilátero euclidiano ABO∗ C deben ser: α en el vértice A,


π
2
en el vértice C, π
2

en el vértice B2 y δ en el vértice O∗ .
Notemos que como C y B están sobre m el triángulo BCO∗ es isóceles, esto implica

que ]O∗ CB = ]O∗ BC = θ


2
como se muestra en la gura 3.6.

Por propiedad de ángulos inscritos y semi-inscritos, en la gura anterior se tiene que

]BO∗ C = 2]BCA. Ahora, si trazamos una línea euclidiana L0 por C tal que forme

un ángulo
δ
2
con la línea CA, entonces el punto B será la intersección de L0 con L.

L00 L0 S∞
m

L B
β
O∗ δ α
A

δ
2

Figura 3.7: Construcción de un triángulo hiperbólico con un vértice ideal.

Con la ubicación de B en L es fácil ubicar a O∗ . Para ello trazamos la línea L00 que

pasa por B y que forma un ángulo β con L. El punto O∗ será la intersección de la

perpendicular a L00 por B con la tangente por C a S∞ como se muestra en la gura

3.7.

En resumen, hemos construido un triángulo con un vértice en la frontera ideal y un

vértice en el centro del modelo.

2 Esto es porque la circunferencia m debe formar un ángulo β con L.


3.1. TRIÁNGULOS HIPERBÓLICOS. 81

Construcción de un triángulo dado un lado, un ángulo adyacente y el ángulo


opuesto al lado dado.
También podemos determinar un triángulo hiperbólico, dando un lado, un ángulo ad-

yacente y el ángulo opuesto a ese lado. De hecho, para cualesquiera ángulos dados α y

γ con suma α+γ < π y un segmento de longitud c, existe tal triángulo, único salvo

congruencia.

Elegimos el vértice B, donde no se especíca ningún ángulo, en el centro del disco de

Poincaré. Sea A cualquier punto tal que el segmento AB tenga longitud c como se

requiere, seguido construimos la línea hiperbólica b que pasa por el punto A tal que

forme el ángulo α con el segmento AB . Para este n, necesitamos encontrar el centro

de la circunferencia n que contiene a b, que denotaremos por O∗ . Primero trazamos la

línea euclidiana L que forme un ángulo α con el segmento AB . Entonces, el centro O∗


será la intersección de la línea perpendicular a L por A y la mediatriz del segmento

AA0 , donde A0 es el inverso de A respecto a S∞ . Por lo tanto la circunferencia que

buscamos es la de centro en O∗ y radio O∗ A, como se muestra en la siguiente gura.

A0

A n
α
B
O∗
L

b
S∞

Figura 3.8: Construcción de un triángulo dado un lado, un ángulo adyacente y el ángulo

opuesto al lado dado.

La parte más difícil es obtener el vértice C que se encuentra en la línea b. Sea C∗ el

punto ideal del segmento AC , ver gura 3.9.


82 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

Luego trazamos la tangente a b por C∗ y la línea a∗ tal que formen un ángulo γ en el

vértice C ∗ . Ahora construimos la circunferencia con centro en O∗ que pase por B y sea

O el punto de intersección de esa circunferencia con el rayo a∗ .


Por último hacemos una reexión euclidiana con respecto a la bisectriz del ángulo

]BO∗ O. Esta reexión mapea el ángulo γ al vértice C, con un lado un rayo tangente

a b, y el segmento a = CB como el otro lado.

b
A
α
B
γ O∗
a
C

C∗
γ

a

Figura 3.9: Construcción de un triángulo dado un lado, un ángulo adyacente y el ángulo

opuesto al lado dado.

3.1.2. Construcciones en el modelo del semiplano superior de


Poincaré.
La construcción que damos a continuación es el resultado de una serie de ideas inspi-

radas en el hecho de no encontrar una construcción de un triángulo hiperbólico con

ángulos dados en el modelo del semiplano superior de Poincaré. Lo interesante de esta

construcción es que dado el modelo construimos el triángulo; caso contrario a lo que

hace Chaim Goodman en [Good], quien inicia la construcción de un triángulo hiperbó-

lico jando un ángulo central y después construye el modelo del disco de Poincaré que
3.1. TRIÁNGULOS HIPERBÓLICOS. 83

resulta conveniente para esta construcción. Aunque ya vimos una equivalencia entre

estos modelos en la subsección 2.6.2, las construcciones de triángulos hiperbólicos en

cada uno de ellos es muy diferente, esto lo descubriremos a continuación.

Para construir un triángulo con ángulos dados (α, β y γ) en H procederemos pri-

mero a construir una circunferencia c con centro en H∞ y radio cualquiera y sobre

ella colocamos los puntos D y E en c de tal forma que el ángulo ]DOE = δ , donde

δ = π − α − β − γ, ver gura 3.10(a).

Luego construimos las tangentes a c en D y E . A continuación, desplegamos los ángulos


α en el vértice D y β en el vértice E, la intersección de los rayos tangentes como los

lados de los ángulos que no son las tangentes a c se intersecan fuera de c en el punto

F formando un ángulo γ, como se muestra en la gura 3.10(a).

F F
γ γ

β
α E E
D D

δ
h g
H∞ H∞
O O

(a) Construcción de un triángulo hiperbólico en (b) h y g contienen dos segmentos hiperbólicos del
H. triángulo que estamos construyendo y además for-
man un ángulo γ en el vértice F .

Figura 3.10:

Si OF no es perpendicular a H∞ entonces podemos aplicar una rotación adecuada a

toda la gura con respecto a O para poner a OF perpendicular con H∞ , esto es, porque
necesitamos que OF sea una línea hiperbólica.

Sean O1 y O2 las intersecciones con H∞ de las perpendiculares por F a FE y FD


respectivamente. Además, sean g y h las circunferencias con centro en O1 y O2 que

pasen por F respectivamente. Estas circunferencias contienen las líneas hiperbólicas

que forman un ángulo γ en F (ver gura 3.10(b)).

Sea A el punto de intersección de FD con H∞ . Ahora tomamos un punto C ∈H tal


84 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

que ]OAC = α y denotemos por G al punto de intersección de la línea AC con h,


como se muestra en la gura 3.11(a).

Al trazar la circunferencia m (con centro en O y radio OG), ésta contiene a la línea

hiperbólica que forma un ángulo α con h en G, ver gura 3.11(b), debido a que por

construcción A y O son inversos respecto a h. Además, notemos que G, bajo esta

inversión, es un punto invariante debido a que pertenece a h.

F F
γ γ

β β
α E α E
D D
c c
α
G C G
g g m
α h h
H∞ H∞
A O A O

(a) (b)

Figura 3.11: Construcción de un triángulo hiperbólico en H.

Así, por la Proposición 1.4 de la subsección 1.3.1, ]OAG = ]OGO2 . Como el ángulo

que forman los radios de dos circunferencias en un punto de intersección es igual al

ángulo que forman las tangentes a ambas circunferencias en ese punto, se sigue que el

ángulo que forman m y h en G es igual a α.

F
γ

α
G
α g
α h
H∞
P O

Figura 3.12: Ilustración de la Proposición 1.4 de la subsección 1.3.1.


3.1. TRIÁNGULOS HIPERBÓLICOS. 85

Sea I el punto de intersección de m y g en H y denotemos por θ al ángulo que forman

ambas circunferencias en ese punto, ver gura 3.13(a). Ahora sólo nos falta demostrar

que θ = β. Para ello haremos uso del teorema del seno para la geometría euclidiana y

del teorema del coseno para ángulos de la geometría hiperbólica.

F F
γ1γ2 γ1γ2

β
α E
D
θ H θ
α I α I
G G
g m g m
h h
H∞ H∞
O O
(a) (b)

Figura 3.13: Construcción de un triángulo hiperbólico en H.

Comenzamos centrando nuestra atención en los triángulos euclidianos 4DF O y 4OF E


en la gura 3.13(a). Al aplicarle el teorema del seno a ambos, tenemos:

FO DO FO OE

= y

= ,
sen(90 + α) sen(γ1 ) sen(90 + β) sen(γ2 )

donde γ1 = ]DF O y γ2 = ]OF E . Al acomodar los términos en las igualdades ante-

riores obtenemos,
FO cos(α) FO cos(β)
= y = ,
DO sen(γ1 ) OE sen(γ2 )
pero, DO = OE debido a que son radios de la circunferencia c, obtenemos una primera
relación
cos(α) cos(β)
= . (3.1)
sen(γ1 ) sen(γ2 )
Ahora nos centramos en el triángulo rectángulo hiperbólico 4GHF , donde H es el

punto de intersección de FO y m (ver gura 3.13(b)) y le aplicamos el teorema del

coseno para ángulos (ver Apéndice C). Esto es

cos(α) = − cos(90◦ ) cos(γ1 ) + sen(90◦ ) sen(γ1 ) cosh(F H).


86 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

Al simplicar obtenemos

cos(α) = sen(γ1 ) cosh(F H).

Por lo tanto

cos(α)
cosh(F H) = . (3.2)
sen(γ1 )
Aplicamos este mismo proceso al triángulo rectángulo hiperbólico 4HF I y obtenemos

la siguiente relación

cos(θ)
cosh(F H) = . (3.3)
sen(γ2 )
Igualando (3.2) y (3.3)

cos(α) cos(θ)
= . (3.4)
sen(γ1 ) sen(γ2 )
Ahora, de (3.1) y (3.4) tenemos que

cos(θ) = cos(β)

θ, β ∈ 0, π2
 
y como entonces

θ = β.

Por lo tanto, hemos construido el triángulo hiperbólico 4GF I con ángulos dados α,
β, γ.

A continuación damos la construcción de un triángulo con un vértice ideal.

Construcción de un triángulo con un vértice ideal.

Dado un punto A en H, construimos la perpendicular m a H∞ por A y sea T el punto

de intersección de m con H∞ .
Luego construimos la línea hiperbólica n con centro en O que pase por A y que forme

un ángulo α con m, ver gura 3.14. Sea C el puntos de intersección de n con H∞ tal

que esté en diferente lado de T con respecto de O. Situamos un punto B en n tal que

el ángulo ]COB = β . Ahora por B trazamos una perpendicular a H∞ . Entonces, esta

perpendicular forma con n un ángulo igual a β.


Así queda construido el triángulo hiperbólico 4ABD, donde D es el punto al innito.
3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 87

β
n B
m
α

β
H∞
T O C

Figura 3.14: Triángulo en H con ángulos 0, α y β.

3.2. Teselaciones hiperbólicas.


En esta sección damos algunas nociones generales de las teselaciones hiperbólicas, cons-

truimos teselaciones triangulares en los modelos de Poincaré y teselaciones con polígo-

nos regulares.

3.2.1. Teselaciones.
En este apartado hablaremos de la acción del grupo generado por composiciones nitas

3
de reexiones con respecto de líneas hiperbólicas , este análisis se llevará a cabo en el

modelo del disco de Poincaré.

Denición 3.1. Una transformación de Möbius hiperbólica general en D es una com-

posición nita de reexiones con respecto a líneas. Al conjunto que consta de todas las

transformaciones de Möbius hiperbólicas generales lo denotaremos por Mob(D).

Las transformaciones de Möbius hiperbólicas generales satisfacen las siguientes propie-

dades: Asociatividad, Elemento Neutro, Elemento Inverso. Esto implica que Mob(D)

es un grupo bajo la operación de composición y se le llama el grupo completo de Möbius


hiperbólico. Existen tres tipos de transformaciones elementales: parabólica, elíptica e

hiperbólica.

A continuación describimos una de las transformaciones de Möbius elementales: la

3 Las propiedades geométricas de las reexiones son las mismas propiedades que se describen en la
sección 1.2 debido a que las reexiones en la geometría hiperbólica son las inversiones en la geometría
euclidiana.
88 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

transformación elíptica y hacemos la descripción de la teselación que genera el gru-

po generado por esta transformación. Las otras dos transformaciones (parabólica e

hiperbólica) se pueden consultar en el capítulo 2 de [CG2].

Transformaciones elípticas
Una transformación elíptica es una transformación R : D −→ D la cual está denida

como la composición de las reexiones Rl y Rm . Esto es,

R := Rm ◦ Rl

donde l y m son líneas en D que se intersecan en un punto O ∈ D.

D P 00
l D
l m
P 00
m
O

P0
P
P0
P

Figura 3.15: Transformación elíptica.

Bajo esta transformación, a un punto P ∈D se le asocia un punto P 00 = R(P ) ∈ D;


primero se hace un desplazamiento en la dirección ortogonal a partir de P a un punto

P 0 que está a la misma distancia que P a l , y después a un punto P 00 que está a la misma
distancia que P0 a m. Es importante notar que ésta transformación es una rotación con
centro en O por un ángulo igual al doble de magnitud que el ángulo determinado por

l y m.
Sea Rθ : D −→ D una reexión con respecto de θ en el punto O donde θ es el ángulo

entre l y m. Así, la imagen de l bajo Rθ es l0 . A la región determinada por las líneas l y

l0 lo llamaremos un dominio (región) fundamental para la acción de la transformación

Rθ en el disco de Poincaré D.
3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 89

l l0

Figura 3.16: Región fundamental de una transformación elíptica.

Ahora, sea F := {Rθn (l) : n ∈ Z} la familia de líneas que pasan por O determinada por

las imágenes de l bajo iteraciones de Rθ . La familia F es invariante bajo la acción de Rθ .


Además, la familia de circunferencias hiperbólicas con centro en O quedan invariantes

bajo esta acción.

A continuación veremos cómo esta acción determina una descomposición del espacio

hiperbólico llamada una teselación. Para ello trabajaremos con un subgrupo de Mob(D),
este subgrupo está formado por todas las composiciones pares de transformaciones de

Möbius hiperbólicas generales y lo llamaremos el grupo de Möbius hiperbólico y lo

denotaremos por Mob+ (D).

Sea Γ un subgrupo discreto de Mob+ (D), es decir, a Γ lo podemos pensar como Z y

deniremos la órbita de un punto P ∈D bajo la acción de Γ como

OΓ (P ) = Γ· P := {γ(P ) : γ ∈ Γ}.

De acuerdo con lo anterior, la órbita de P es un subconjunto (discreto) del plano

formado por las imágenes de P bajo los distintos elementos de Γ. La relación de estar

en la misma órbita nos permite denir una relación de equivalencia ∼ en D dada por:

P ∼Q si y sólo si existe γ∈Γ tal que Q = γ(P )4 .


Dado un elemento γ ∈Mob+ (D), sea Γ el subgrupo generado por γ, llamado grupo
elemental. Esto es

Γ := hγ n : n ∈ Zi.
4 La demostración de que ∼ es una relación de equivalencia la podemos consultar en [CG2].
90 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

La Γ−órbita, o simplemente, la órbita de un punto P ∈D bajo la acción de Γ es el

conjunto OΓ (P ) = {γ n (P ) : n ∈ Z}.
Ahora, supongamos que θ = 2π/k , para algún k > 1. Denotemos por Rθ : D −→ D a

la transformación P 7−→ Rθ (P ) y denamos ΓRθ := hRθn : n ∈ Zi. Para la acción de

ΓRθ una región fundamental D está denida por el sector determinado por los rayos que
parten del punto O que es la intersección de las líneas l y l0 y que forman un ángulo θ
entre ellas. Si P ∈ D, entonces:

a) La órbita de P no tiene puntos de acumulación en D; es decir, la órbita de P es

discreta.

b) La órbita de P interseca a D exactamente en un punto, para todo punto P que no

está en la Γ−órbita de l .

c) Si n 6= m, entonces Rθn (D) ∩ Rθm (D) = ∅.

d) Si D := D ∪ {l, l0 }, entonces,
[
D= Rθn (D).
n∈Z

A la descomposición del plano hiperbólico descrita en d) se le llama una teselación, ver


gura 3.2.1. Es decir, se tiene una descomposición de D en bandas que se yuxtaponen

lateralmente a lo largo de las líneas que son los trasladados de las fronteras de la región

fundamental bajo la acción de ΓRθ .

Figura 3.17: Teselación generada por un grupo elíptico.


3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 91

3.2.2. Teselaciones triangulares del plano hiperbólico.


Si tenemos una tripleta de números enteros {p, q, r} con p−1 + q −1 + r−1 < 1, se puede

demostrar por una variedad de métodos que hay una teselación del plano hiperbólico

por triángulos con ángulos internos π/p, π/q , π/r, generada por la acción de un sub-

grupo de Mob(D) formado por las reexiones con respecto a los lados del triángulo

base.

Teselaciones en el modelo del semiplano de Poincaré.


Damos ahora una construcción explícita de estas teselaciones, primero para la tripleta

{5, 8, 2} y luego por todos las tripletas de la forma {p, q, 2}.


Para la tripleta {5, 8, 2}, el primer paso consiste en construir un triángulo con los

ángulos π/5, π/8 y π/2, para luego reejar ese triángulo con respecto a sus lados de

modo que vayamos cubriendo el plano hiperbólico.

Partimos dibujando H∞ y con ayuda de la sección 3.1.2 construimos el triángulo con

los ángulos antes mencionados.

C
π
2

π
π 5
8
E
D

H∞

π π π
Figura 3.18: Triángulo en H con ángulos , y .
2 8 5

Para construir la teselación de H generada por las reexiones con respecto a los lados

del triángulo, se requiere reejar este triángulo con respecto a sus lados para ir obte-

niendo una descomposición del plano hiperbólico con triángulos con ángulos internos

π π π
, y .
2 8 5

Al reejar a E con respecto a la línea hiperbólica que contiene al segmento DC ob-

tenemos E0 y bajo esta misma reexión, los puntos C y D quedan invariantes debido
92 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

a que pertenecen a la línea de refexión. Notemos que, como las reexiones conservan

distancias, los segmentos formados por dos puntos y sus inversos son iguales, es decir,

CE = E 0 C y DE = E 0 D. Así, al construir el triángulo hiperbólico 4E 0 DC , obtenemos


un triángulo congruente al 4CDE bajo la reexión con respecto al lado DC , como se

muestra en la siguiente gura.

Figura 3.19: Al triángulo 4CDE se le conoce como triángulo fundamental.

Un proceso análogo se utiliza para construir los triángulos 4DC 0 E y 4CED0 los

cuales son congruentes con 4CDE bajo la reexión con respecto a los lados DE y CE
respectivamente.

Las reexiones las obtenemos por medio de las inversiones y como estas conservan

ángulos, se va obteniendo una teselación con triángulos congruentes a nuestro triángulo

fundamental.

π π π
Figura 3.20: Teselación en H con un triángulo con ángulos , y .
2 8 5
3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 93

Al hacer este proceso tantas veces como deseemos, podemos teselar el plano hiperbólico

π π π
con triángulos con ángulos , y . Además, notar que a medida que nos vamos
2 8 5

acercando a la frontera cada vez lo hacemos más lentamente y con triángulos más
pequeños (desde el punto de vista euclidiano), esto implica que nunca llegaremos a

tocar la frontera ideal. Sin embargo, todos los triángulos son congruentes.

π π π
Figura 3.21: Teselación en H con un triángulo con ángulos , y .
2 8 5

Para las tripletas de la forma {p, 2, 4}, existe una teselación hiperbólica con un triángulo
π π π
con ángulos ,
p 2
y
4
si p > 4, debido a que se tiene que cumplir la condición p1 + 12 + 14 <
1. De manera similar para las tripletas de la forma {p, q, 2}, si se satisface la siguiente

1 1 1
relación
p
+ q
< 2
, entonces existe una teselación triangular del plano hiperbólico con

π π π
un triángulo con ángulos , y .
p q 2

Los ejemplos mostrados a continuación son teselaciones hiperbólicas en el modelo del

semiplano de Poincaré de la forma {p, q, 2}.


En la gura 3.22 se ilustra el triángulo fundamental de una teselación triangular con

π π π
ángulos , y . El siguiente paso es reejar el triángulo con respecto de sus lados
2 4 7

y hacer este proceso hasta que hayamos generado la mayor cantidad de triángulos

congruentes a nuestro triángulo fundamental. Hemos llevado a cabo este proceso un

poco más lejos en la gura 3.23.


94 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

π
2

π
4
π
7
A
B

H∞

π π
Figura 3.22: Triángulo fundamental para una teselación triangular con ángulos , y
2 4
π
.
7

π π π
Figura 3.23: Teselación triangular con ángulos , y .
2 4 7
3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 95

π π π
Figura 3.24: Teselación triangular con ángulos , y .
2 4 5

La siguiente teselación es generada por un triángulo con un vértice ideal.

π π
Figura 3.25: Teselación triangular con ángulos 0, 3
y .
6
96 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

Teselaciones en el modelo del disco de Poincaré.

En [Good] encontramos los pasos detallados para construir una teselación triangular

π π π
{p, 4, 2}. La siguiente teselación corresponde a un triángulo con ángulos ,
7 4
y . Notar
2

que para este tipo de teselaciones la única condición para p es que tiene que ser mayor

que 4.

π π π
Figura 3.26: Teselación triangular con ángulos , y .
2 4 7

π π π
La siguiente teselación triangular corresponde a un triángulo con ángulos , y en D
3 2 3

creada con un metodo que también da Chaim Goodman para construir una teselación

1 1 1
{p, q, 2}. En donde la única condición que se tiene que cumplir es que
p
+ q
< 2
para

poder teselar el plano hiperbólico.


3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 97

π π π
Figura 3.27: Teselación triangular con ángulos , y .
3 2 3

π π π
Esta teselación corresponde a un triángulo con ángulos , y .
8 5 2

π π π
Figura 3.28: Teselación triangular con ángulos , y .
8 5 2
98 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

La siguiente teselación es construida con un triángulo ideal, es decir, con todos sus

vértices en la frontera ideal.

Figura 3.29: Teselación triangular ideal.

3.2.3. Teselaciones con polígonos regulares.


Una teselación regular, es una descomposición del plano por polígonos regulares de

modo que el mismo número de polígonos se encuentran en cada vértice. Sin duda, las

teselaciones regulares del plano euclidiano son bien conocidas. Ellas son: {3, 6}, lo cual
signica que triángulos equiláteros se encuentran seis en cada vértice; {4, 4}, esto es,

una teselación con cuadrados en donde cuatro se reunen en cada vértice; y {6, 3} re-

presenta una teselación por hexágonos de los cuales tres se reunen en cada vértice. La

notación {n, k} se llama símbolo de Schläf li.


Para la geometría hiperbólica hay innitas teselaciones regulares. Se puede determinar

si {n, k} es una teselación del plano euclidiano, del plano hiperbólico o del plano elíp-

1 1 1
tico si se observa la suma
n
+ k
. Si la suma es igual a , como sucede para las tres
2

teselaciones mencionadas anteriormente, entonces {n, k} es un teselado euclidiano. Si


3.2. TESELACIONES HIPERBÓLICAS. 99

1 1
la suma es menor que , entonces la teselación es hiperbólica; Pero si es mayor que ,
2 2

entonces la teselación es elíptica.

Figura 3.30: Ejemplo de una teselación elíptica.

La siguiente pregunta puede surgir de manera natural: ¾Por qué para una teselación

{n, k}, hay k polígonos regulares en cada vértice? Esto sucede debido a que el ángulo


en cada vértice es
k
. Puesto que un polígono regular tiene n ángulos iguales, cada uno
2π 2π

siendo
k
, por lo tanto la suma de los ángulos es n k
. Ahora, en el plano euclidiano,

un triángulo tiene una suma angular de exactamente π; en el plano hiperbólico es

menor; y en el plano elíptico es mayor. Al romper un polígono en triángulos se puede

determinar que la suma angular de un polígono regular es exactamente (n − 2)π en




el plano euclidiano; menor en hiperbólico; mayor en elíptica. Por lo tanto, si n es
k

igual a (n − 2)π , entonces {n, k} sólo puede ser euclidiano; si es menor, hiperbólica; y

si es mayor, elíptica. Haciendo un pequeño cálculo algebraico, vemos que lo anterior

1 1 1
se convierte en
n
+ k
< 2
para la geometría hiperbólica. Entonces, si {n, k} cumple la

condición anterior, podemos teselar el plano hiperbólico con polígonos regulares con n
lados y k polígonos reuniéndose en cada vértice.

La siguiente teselación es con pentágonos en donde cuatro de ellos se reunen en cada

vértice, es decir, una teselación {5, 4}.


100 3. TESELACIONES HIPERBÓLICAS.

Figura 3.31: Teselación en H con un polígono regular de 5 lados.

Figura 3.32: Teselación en D con un polígono regular de 6 lados.


Epílogo.

En esta tesis se han realizado construcciones geométricas en el disco y el semiplano

superior de Poincaré, por ejemplo, la construcción completa de la métrica hiperbólica

en el disco de Poincaré con la ayuda de la inversión geométrica, además de dar la

construcción de un triángulo con ángulos cualesquiera en el modelo del semiplano

superior de Poincaré con la motivación de presentar un método para teselar este modelo.

Con las teselaciones hiperbólicas en el capítulo 3, el trabajo se da por terminado, pero

éste sólo es el comienzo de un largo camino por andar. Se pueden seguir describiendo

objetos geométricos en los modelos, así como también construcciones de rectas notables

en triángulos hiperbólicos. A medida que se va avanzando en la lectura del documento

van surguiendo preguntas de manera natural que pueden servir para nuevos proyectos

de investigación, es por ello que mencionaremos algunas de ellas.

En la construcción de un triángulo hiperbólico en D que nosotros presentamos,

elegimos en un primer paso los vértices del triángulo hiperbólico, y a partir de

estos construimos el disco, pero ¾cómo construimos un triángulo hiperbólico con

ángulos cualesquiera en el modelo del disco de Poincaré?

En la construcción que damos de un triángulo cualquiera en el modelo del se-

miplano de Poincaré, es necesario aplicar una rotación euclidiana con respecto a

un punto en la frontera ideal, para poder construirlo. La pregunta que surge de

manera inmediata es: ¾Cómo hacemos una construcción de un triángulo hiperbó-

lico en el modelo del semiplano de Poincaré sin tener la necesidad de hacer esta

rotación?

¾Es posible extender estas construcciones geométricas a espacios hiperbólicos de

dimensión mayor?
Apéndice A

Fórmulas de adición en la

trigonometría hiperbólica.

De la denición de senh(t) y cosh(t) vistas en la subsección 2.7.1 obtenemos las fun-

ciones hiperbólicas restantes:

1 e2t + 1
coth(t) = = 2t
tanh(t) e −1

1 2
csch(t) = = t
senh(t) e − e−t
1 2
sech(t) = = t
cosh(t) e + e−t

Denición A.1. De la misma forma podemos obterner las fórmulas de adición

senh(t ± z) = senh(t)· cosh(z) ± cosh(t)· senh(z)

csch(t ± z) = cosh(t)· cosh(z) ± senh(t)· senh(z).

Las fórmulas anteriores no son difíciles de demostrar. Por ejemplo, para demostrar que

senh(t + z) = senh(t)· cosh(z) + cosh(t)· senh(z) se hace

et+z − e−(t+z) et · ez − e−t · e−z


senh(t + z) = =
2 2

y como et = cosh(t) + senh(t), e−t = cosh(t) − senh(t), ez = cosh(z) + senh(z) y

e−z = cosh(z) − senh(z), sustituyendo estas equivalencias en senh(t + z):

(cosh(t) + senh(t))(cosh(z) + senh(z)) − (cosh(t) − senh(t))(cosh(z) − senh(z))


senh(t+z) = .
2
104 A. FÓRMULAS DE ADICIÓN.

Efectuando los productos indicados y reduciendo términos semejantes

2 senh(t)· cosh(z) + 2 senh(t)· cosh(z)


senh(t + z) =
2

por lo tanto

senh(t + z) = senh(t)· cosh(z) + senh(t)· cosh(z)

que es lo que se quería demostrar. Se sigue un proceso análogo para demostrar las

fórmulas restantes.
Apéndice B

Coseno y seno para los lados en un

triángulo hiperbólico.

A
α

b
c
rb
C
β a
rb B ra
ra
ϕ
α β
D O E

Figura B.1: El triángulo 4ABC en posición especial.

Podemos ver que en la gura anterior, los ángulo α y ∠ADO son iguales ya que, como

π
los ángulos ∠ADO y ∠DAO suman
2
(en sentido euclidiano) y como el ángulo α está

dado por el ángulo que forma la tangente a la circunferencia que contiene al lado AB
con el rayo OA entonces los ángulos α y ∠ADO son iguales. Ahora los ángulos β y

π
∠BEO también son iguales ya que los ángulos β y ∠OBE suman
2
pero además los

π
ángulos ∠OBE y ∠BEO también suman
2
por lo que los ángulos β y ∠BDO son

iguales.

Sean ra y rb los radios (euclidianos) de las circunferencias que contienen a los lados
106 B. COSENO Y SENO EN UN TRIÁNGULO HIPERBÓLICO.

hiperbólicos a = BC , b = AC y sean DyE sus centros respectivamente. Además, sean

las distancias euclidianas AO = x, DO = z , BO = y y OE = w.


Con las igualdades de ángulos y las distancias dadas, tenemos

z w
cot(α) = , cot(β) = . (B.1)
x y
Como rb2 = z 2 + x2 y rb2 = w2 + y 2 , y aplicamos el teorema de Pitágoras al triángulo

4DCE tenemos que

(z + w)2 = rb2 + ra2 = z 2 + x2 + w2 + y 2

que equivale a

x2 + y 2 = 2zw (B.2)

y por la denición que tenemos para distancia de AB , que es la hipotenusa del triángulo
4ABC , tenemos que
 
x x
AB = ln =⇒ eAB =
y y
por lo tanto

x y
eAB + e−AB + x2 + y 2
 
y x 2zw  z  w
cosh(AB) = = = = =
2 2 2yx 2yx x y
entonces, por (B.1) y (B.2), tenemos que

cosh(AB) = cot(α)· cot(β). (B.3)

Esta es una relación entre los lados y los ángulos de un triángulo. Para obtener otra

relación escribimos tanh(AB) y usamos (B.2)

 2
x
e −1 2AB
y
−1 x2 − y 2 zw − y 2
tanh(AB) = 2AB =  2 = 2 = (B.4)
e +1 x x + y2 zw
y
+1

y por la ecuación (2.9)

cos(π − ϕ) − cos(π − β) cos(β) − cos(ϕ)


tanh(BC) = =
1 − cos(π − ϕ)· cos(π − β) 1 − cos(β)· cos(ϕ)
pero
p
w y 2 + w2
cos(β) = p y cos(ϕ) =
y 2 + w2 z+w
así !
zw − y 2 zw − y 2
 
w
tanh(BC) = p = p
z y 2 + w2 zw y 2 + w2
107

y por (B.4) tenemos que

tanh(BC) = tanh(AB)· cos(β) (B.5)

ahora, si intercambiamos BC por AC y β por α tenemos

tanh(AC) = tanh(AB)· cos(α). (B.6)

Usando las fórmulas (B.3) y (B.5) tenemos que

cot2 (α) cot2 (α)· tanh2 (BC)


cosh2 (AB) = =
tan2 (β) tanh2 (AB) − tanh2 (BC)

y por lo tanto

senh2 (AB) − tanh2 (BC) − tanh2 (BC)· senh2 (AB) = cot(α)2 · tanh2 (BC)

esto implica que

2 senh2 (AB)[1 − tanh2 (BC)] − tanh2 (BC)


cot (α) =
tanh2 (BC)
senh2 (AB)[1 − tanh2 (BC)]
= −1
tanh2 (BC)
h 2 i
2 cosh (BC)−senh2 (BC)
senh (AB) cosh2 (BC)
cot2 (α) + 1 =
tanh2 (BC)
1 senh2 (BC)
=
cot2 (α) + 1 senh2 (AB)
1
como sabemos que sen2 (α) = cot2 (α)+1
tenemos que

senh2 (BC)
sen2 (α) =
senh2 (AB)

es decir
senh(BC)
sen(α) = . (B.7)
senh(AB)
Además, si intercambiamos α por β y BC por AC obtenemos

senh(AC)
sen(β) = . (B.8)
senh(AB)
Apéndice C

Teoremas del seno y coseno en

trigonometría hiperbólica.

Recordemos que en la trigonometría euclidiana también existe un teorema que es la ge-

neralización del teorema de Pitágoras que relaciona un lado de un triángulo cualquiera

con los otros dos y con el coseno del ángulo formado por estos dos lados. Hablamos

especícamente del teorema del coseno.


El teorema del coseno toma la siguiente forma en la geometría euclidiana. En un trián-

gulo (no necesariamente rectángulo) con ángulos internos α, β y γ y lados de longitudes

a, b y c, con lado a opuesto al ángulo α, etc. Se cumple que

c2 = a2 + b2 − 2ab cos(γ).

En la geometría hiperbólica contamos con dos teoremas del coseno: uno para lados y

otro para ángulos:

Teorema C.1. Dado un triángulo hiperbólico con ángulos internos α, β y γ y lados

de longitudes a, b y c, con lado a opuesto al ángulo α, etc. Se cumple que

cosh(a) = cosh(b)· cosh(c) − senh(b)· senh(c)· cos(α),

cos(α) = − cos(β)· cos(γ) + sen(β)· sen(γ)· cosh(a).

Demostración. Sea 4ABC un triángulo hiperbólico. Trazamos la línea hiperbólica

perpendicular a AC y que pase por el vértice B, ver gura C.1. Usando la ecuación

(2.15) en el triángulo rectángulo 4CBH tenemos


110 C. TEOREMAS DEL SENO Y COSENO.

B
γδ
a

H b β
C
α
A

Figura C.1: El 4ABC es un triángulo hiperbólico arbitrario.

cosh(a) = cosh(BH)· cosh(HC) = cosh(BH)· cosh(b − AH)

= cosh(BH) [cosh(b)· cosh(AH) − senh(b)· senh(AH)]

= cosh(b)· cosh(c) − senh(b)· cosh(AH)· cosh(BH)· tanh(AH)

= cosh(b)· cosh(c) − senh(b)· cosh(c)· tanh(AH)

= cosh(b)· cosh(c) − senh(b)· cosh(c)· tanh(c)· cos(α)

esto implica que

cosh(a) = cosh(b)· cosh(c) − senh(b)· senh(c)· cos(α).

Para la segunda ecuación. Sea δ = ]HBC ,

cosh(α) = coth(c)· tanh(c)· cos(α) = coth(c)· tanh(AH)


cosh(c) senh(AH)
= ·
cosh(AH) senh(c)
= cosh(BH)· senh(β − δ)

= cosh(BH) [sen(β)· cos(δ) − cos(β)· sen(δ)]

= cosh(BH)· cos(δ)· sen(β) − cosh(BH)· sen(δ)· cos(β)


cosh(a) tanh(BH) cosh(a) senh(HC) senh(HC)
= · · sen(β) − · · · cos(β)
cosh(HC) tanh(a) cosh(HC) cosh(HC) senh(a)
cosh(a)· senh(BH) tanh(HC)
= · sen(β) − · cos(β)
cosh(HC)· cosh(BH)· tanh(a) tanh(a)
cosh(a)· senh(BH)
= · sen(β) − cos(γ)· cos(β)
cosh(a)· tanh(a)
senh(BH)
= cosh(a)· · sen(β) − cos(γ)· cos(β)
senh(a)
111

esto implica que

cos(α) = cos(a)· sen(γ)· sen(β) − cos(γ)· cos(β).

Esta última ecuación no tiene análogo en la geometría euclidiana. Observemos que esta

ecuación implica lo siguiente: si conocemos los ángulos internos α, β y γ de un trián-

gulo hiperbólico, entonces podemos calcular la longitud de sus lados. En la geometría

euclidiana, los ángulos de un triángulo no determinan las longitudes de los lados.

Recordemos también que en la trigonometría euclidiana existe un teorema que nos da

una relación de proporcionalidad entre las longitudes de los lados de un triángulo y los

senos de sus respectivos ángulos opuestos. Hablamos especícamente del teorema del
seno.
El teorema del seno toma la siguiente forma en la geometría euclidiana. En un triángulo

(no necesariamente rectángulo) con ángulos internos α, β y γ y lados de longitudes a,


b y c, con lado a opuesto al ángulo α, etc. Se cumple que

sen(α) sen(β) sen(γ)


= = .
a b c

La versión hiperbólica de esto es la siguiente

Teorema C.2. Si 4 es un triángulo hiperbólico con ángulos internos α, β y γ y lados

de longitudes a, b y c, con lado a opuesto al ángulo α, etc. Se cumple que

sen(α) sen(β) sen(γ)


= = .
senh(a) senh(b) senh(c)

Demostración. Sea 4ABC un triángulo hiperbólico. Trazamos la línea hiperbólica

perpendicular a AC y que pase por el vértice B.


112 C. TEOREMAS DEL SENO Y COSENO.

B
γ G
a

H b β
C
α
A

Figura C.2: El 4ABC es un triángulo hiperbólico arbitrario.

Luego, los triángulos hiperbólicos 4ABH y 4BCH son rectángulos y por (B.7) y

(B.8) tenemos
senh(BH) senh(BH)
sen(α) = y sen(γ) =
senh(c) senh(a)
esto implica que
sen(α) sen(γ)
= . (C.1)
senh(a) senh(c)
Por otro lado, al trazar una línea hiperbólica perpendicular a BC y que pase por el

vértice A, formamos dos triángulos rectángulos 4ABG y 4AGC y por (B.7) y (B.8)

tenemos
senh(AG) senh(AG)
sen(β) = y sen(γ) =
senh(c) senh(b)
esto implica que
sen(β) sen(γ)
= . (C.2)
senh(b) senh(c)
De (C.1) y (C.2) tenemos que

sen(α) sen(β) sen(γ)


= = .
senh(a) senh(b) senh(c)
Bibliografía

[CG1] Cruz López, M. y García Campos, M. Geometría euclidiana bidimensional y su

grupo de transformaciones. Publicado en Papirhos, Editorial IMUNAM, 2017.

[CG2] Cruz López, M. y García Campos, M. Geometría hiperbólica bidimensional y su

grupo de transformaciones. En proceso.

[Good] Goodman-Strauss, Chaim. Compass and Straightedge in the Poincaré Disk. The

American Mathematical Monthly. 108 (2001), 38-49.

[Fer] Fernández Román, L. Jugando con el triángulo hiperbólico. Tesis de Licenciatura,

Facultad de Ciencias, UNAM, 2001.

[Rev] Reventós Tarrida, Agustí. Geometría Inversiva, Universidad Autónoma de Bar-

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[Rot] Rothe, Franz. Several topics from geometry, 2010.

[Uga] Ugarte Vilumbrales, Luis Geometría Inversiva.

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